CLAVES PARA UN AÑO DIFERENTE

INTRODUCCIÓN

Leemos en Isaías 58: 10  “…si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía”.

Llegamos a fin de año y yo siento que será distinto para ti, que algo nuevo se despertará en ti y comenzarás a darle menos trascendencia a las fiestas tradicionales y pensarás más en los que te rodean. Dios me hizo entender que Él prefiere mil veces que yo esté con el hambriento y el necesitado a que esté en una mesa, rodeado de mi familia y con buena comida. Dios me dijo que Él no instituyó la fiesta de la Navidad, también me dijo que hemos hecho lo que Él quiere y le gusta al ir a llevarles a los inundados del norte de Uruguay alimentos y otras cosas, porque el Señor está cercano al quebrantado de corazón: “Yo soy el Dios que quiere darle de comer al hambriento y levantar al pobre del muladar para hacerlo sentar junto a los príncipes”.

Hay dos cosas importantes que debemos llenar, una es el cuerpo y la otra es el alma. ¿De qué sirve la panza llena si el alma está afligida y de qué sirve el alma llena si hay hambre? Jesús dijo: “Yo soy el pan que descendió del cielo” (Juan 6:51). En una oportunidad el Señor llevaba tres días predicando y haciendo milagros, habían cuatro mil personas con Él en medio de un desierto sin contar a las mujeres y niños, y entendió que era prioritario darle de comer a esa gente. “Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino” (Mateo 15:32). Los discípulos le dirían: “Estamos en un desierto, Señor, y aunque tuviéramos dinero, el mayorista está cerrado un veinticinco de diciembre”. ¡A Dios le interesa que tengas para comer y que tu alma esté saciada!

En otra oportunidad, mucha gente había seguido a Jesús cuando vieron que se apartaba a un lugar desierto con sus discípulos y en un momento ellos le dicen: “Despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor, y compren pan, pues no tienen qué comer. Respondiendo él, les dijo: Dadles vosotros de comer” (Marcos 6:36,37). Mucha gente, queriendo darme una palabra de aliento me manda el versículo que se encuentra en Isaías 58:10: “…en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía”. ¡Cómo nos gusta cuando nos dan una palabra así! Pero pasan por alto lo que dice la primera parte de este versículo. ¿Cómo esperas que nazca tu luz en las tinieblas y que tu oscuridad sea como el mediodía si no le das pan al hambriento y no sacias al alma afligida? La enseñanza de hoy consiste en que la iglesia tiene que dar de comer a los necesitados que haya en su nación. Nosotros sabemos cómo llenar nuestra panza pero ignoramos cómo llenar el alma que está afligida y no es nada difícil de hacer esto último porque a quien tiene a Cristo en el corazón no le falta una sonrisa para dar, un abrazo o una palabra de aliento. Un alma afligida significa un alma en soledad, angustiada, entristecida o frustrada y ¿quién tiene alimento para esa alma? La iglesia de Jesús ha sido ungida con la presencia y el poder del Espíritu Santo para dar palabra al cansado y al afligido. “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón…”

CAMBIO DE PLANES

Yo estaba haciendo mis planes para pasar Navidad y estaba muy cansado, entonces decidí que cuando finalizara el programa de radio que tuvimos con los pastores del ministerio, me iría a mi casa, comería algo livianito y me acostaría a dormir toda la tarde. ¡Esos eran mis planes! ¡Pero Dios tenía los suyos! Yo no me arrepiento de seguir los planes de Dios y le doy gracias que sensibilizó mi corazón y cuando comencé a hablar acerca de las necesidades que tienen las personas que han sido afectadas por las inundaciones, los pastores se dispusieron a ayudar así como también la gente que escuchó la radio y ¡gloria a Dios! Esto no surgió del corazón humano sino que vino del corazón de Dios. ¡El Señor da aliento al cansado y multiplica las fuerzas del que no tiene ninguna!

Está mal que lo diga pero tengo que hacerlo: yo tengo cientos de testimonios de personas que cuando recibieron un abrazo mío me dijeron que nunca antes las habían abrazado así. Personas a las que su papá o su mamá nunca las han abrazado hacen cola para recibir un abrazo mío. Muchos se quedan acurrucados y no quieren irse porque no son los brazos de un pastor sino los de Dios. ¡En Dios nada es complicado! Me tocó saciar el alma afligida de una madre que un día tuvo una discusión con su hija y ya lleva quince años que no la ve. Llorando, me dijo: “Yo quiero restaurar esa relación”. Ella reconoció que se había dedicado a trabajar y su hija había quedaba al cuidado de su abuela quien le decía: “Yo soy más madre que tu madre”. La niña tenía un vacío de madre y cuando ésta quiso cumplir con su papel de madre, su hija le dijo: “¡Vos no sos madre! ¿Dónde estabas mientras me criaba mi abuela?” La mujer sufría porque quería abrazar a su hija y que ésta la abrazara a ella pero no le estaba importando la salvación de su hija; no le importaba si se iba al infierno sino que la relación sea restaurada. Le dije que orara por la salvación de su hija porque el día que ella reciba a Cristo en su corazón no tendría que ir a buscarla sino que la hija le pediría perdón y la abrazaría sin que se lo pidiera. ¡Mujer preocúpate por el alma de tu hija! Le insistí.

Estamos pendientes de que si mi padre me dará un abrazo o no porque lo hemos deseado toda la vida y nunca lo ha hecho. ¡Estamos pensando sólo en nosotros! Tenemos demasiado amor propio o sufrimos de baja autoestima. Estamos esperamos recibir, cuando siendo cristianos somos una fuente de agua de vida y tenemos que saciar con esa misma agua. El Señor declaró: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”. ¡No esperes de los muertos! ¡Tú le tienes que dar agua viva a ellos! Estás esperando que alguien te dé y Dios está esperando que tú des.

SACIA AL HAMBRIENTO Y TENDRÁS LUZ

Esta navidad ha sido particular para mí y creo que los pastores de Misión Vida tendrán mucho trabajo en las próximas navidades. Dios cambió mi corazón en esta navidad y anhelo que cambie el tuyo también. Tal vez no te has enterado de todo el movimiento que se ha llevado a cabo para socorrer a los inundados del país pero no te hagas problema porque en este año que comienza, tendrás otras oportunidades y podrás mostrar que el amor de Cristo abunda en tu corazón. Estoy seguro que Dios está quemando a fuego algún corazón hoy y el Espíritu Santo le dice a esa persona: “¡Te necesito! Dame tu corazón porque sin mí no puedes hacer nada, en cambio mi corazón latiendo en el tuyo puede mucho”. Yo no sufrí por estar lejos de mi esposa en navidad y ella tampoco sufrió, es más, ella estaba feliz por lo que yo estaba haciendo y yo no me sentí solo o aislado; todos los que participamos de esta movida de ayuda a los necesitados teníamos una gran alegría en nuestros corazones. Cuando uno hace la voluntad de Dios, siente una profunda paz y un gozo tal que nadie puede quitárselos por eso puedo declarar que ésta ha sido la mejor navidad de mi vida. En todas las navidades anteriores pensaba en descansar, en comer, en realizar un culto a la tarde en nuestra iglesia pero en esta navidad el Señor me llevó a ese lugar donde había gente afligida. Fuimos al departamento de Artigas al norte de Uruguay, luego pasamos por Tacuarembó, compartimos los alimentos en los hogares Beraca, oramos por las familias y bendijimos a los afectados, y luego de haber hecho nuestro trabajo, regresamos contentos “como perro con dos colas”.

Los filipenses habían hecho un donativo, entonces Pablo les dijo que la impartición de esa ofrenda que le habían dado a él abundaba en acciones de gracia. Cuando te hacen un favor, tú agradeces, pero cuando hacemos las cosas para Dios o sea que cuando le damos de comer al hambriento le estamos dando de comer a Jesús y cuando llegues al cielo, el Señor te dirá: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor…Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer…” (Mateo 25). Isaías 58:10 declara: “… y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía”. No dice aquí que des si tienes mucho pan, aunque seas rico, de clase media o baja si tienes pan, debes compartir con el hambriento. Si haces esto y sacias al alma afligida entonces, todas esas cosas que te preocupan, tantas puertas que has golpeado y no se han abierto y las que se abrieron fueron para mal, Dios te dice: “Yo abriré caminos donde no hay y te alumbraré. Tu oscuridad será más brillante que el mediodía. En medio de las tinieblas nacerá tu luz”. ¿Has notado que quienes tienen deudas piden un préstamo para pagar el préstamo que están debiendo? El método para salir de tus deudas y que tengas luz para llevar adelante tu economía es que le des de comer al hambriento. ¡No pidas otro préstamo! ¡Sal a darle de comer al hambriento y sacia al alma afligida! Entonces en tu oscuridad se hará la luz. Aquellos que piden más créditos para saldar otras deudas están en una mayor oscuridad, y cada vez más atados, entonces buscan otros recursos peores como endeudar a un familiar; el padre tiene ochenta y cinco años de edad y la única propiedad que tiene es la que está habitando, pero el hijo le hace firmar una garantía y termina hipotecándole la casa al pobre viejo, quien, necesitando pasar sus últimos años tranquilo en su casa, termina en la calle, porque le remataron la casa.

Dios hoy te promete que si haces lo que Él quiere, se encargará de bendecirte y tu oscuridad será como el mediodía. El apóstol Pablo dijo: “Estas donaciones que ustedes han hecho abundan en acciones de gracia”. “Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios” (2ª Corintios 9:12).

Hay una foto en la que estoy arriba de un bote cuando fuimos a brindar ayuda al norte del país, pero era una foto nada más, no era que estaba remando a la una de la madrugada en la oscuridad, sin embargo en Facebook la gente comentó: ”¡Dios lo bendiga apóstol, usted es nuestro héroe! ¡Gloria a Dios por lo que está haciendo! ¡Gracias a Dios por su vida!” Eso son acciones de gracias. Yo he subido fotos y comentarios de la actividad que llevamos a cabo el veinticuatro y veinticinco de diciembre; en otros momentos he publicado un evento con Cash Luna, la inauguración del templo en Beraca, los casamientos de mis hijas entre otras cosas y no más de veinticinco mil personas fueron alcanzadas a través de esas publicaciones en Facebook, pero con la ida al norte del país subí fotos y puse varias notas, y hay una que llegó a sesenta y siete mil personas. Esas acciones de gracias suben al cielo y el Señor me bendice, porque muchos le piden que me bendiga. Tú le pasas la mano por la espalda a alguien que está doblegado por sus problemas y lo bendices en el nombre de Jesús, así estás saciando su alma y esa persona llena de gratitud por tu actitud pide a Dios que te bendiga; así es que abundan las acciones de gracias que suben al cielo y cada cosa que tú haces conforme a la voluntad de Dios eleva el pedido de gracia para que baje la bendición del Señor sobre tu vida.

¿Qué es saciar un alma? Es bendecirla, y bendecir significa “bien decir” o sea hablar bien. Cuando te cruzas con un alma afligida, entristecida, en soledad o quebranto y tú le pones la mano en el hombro y le dices: “¡Dios te bendiga! Quiero orar por ti y bendecirte”, cuando le das palabras a alguien que generan esperanzas y aliento, estás bendiciendo a esa persona. Dios le dijo a Abraham: “Te bendeciré y serás bendición”. A continuación le dijo: “Te juro que te bendeciré y te juro que te multiplicaré, y tu descendencia será grande en la tierra”. Dios le declaró eso a Abraham y hasta el día de hoy el pueblo de Israel es una descendencia pequeña pero fuerte. ¡Los israelitas son muy avanzados en tecnología! Un judío me dijo que los israelitas son los inventores del tomate cherry. ¡Y se vende en todo el mundo! Israel es un pueblo bendecido porque Dios lo bendijo. Y el Señor te dice: “Tú bendices, yo te bendigo. Tú sacias al alma afligida y yo te sacio a ti. No estarás en oscuridad porque tu oscuridad será muy brillante”.

CONCLUSIÓN

Dios te promete un año nuevo de bendición pero hay una condición y ésta es que si le das tu pan al hambriento y sacias al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz y tu oscuridad será como el mediodía. Me temo que si te pones en las manos de Dios no sabrás dónde vas a terminar el año, y dónde comenzarás el siguiente. Si eres drogadicto o alcohólico sabemos dónde terminarás, si eres egoísta sabremos dónde terminarás pero si hoy le abres tu corazón a Dios y le dices: “Señor, ya no quiero actuar movido por mi corazón sino por el tuyo”, el Señor te bendecirá y te llevará a hacer lo que menos imaginas. ¡Esta navidad me ha cambiado todas mis próximas navidades! En varios lugares me agradecían porque compartí con ellos la navidad. Yo pensaba: “No soy yo. Es el amor de Dios que está en mi”. He comprobado en esta navidad que el amor de Dios está en mí. Me he gozado en amar a los hermanos y acompañarlos. ¿Quieres que Dios te sorprenda? Dile: “Señor te amo, te pido que me lleves a hacer esas cosas que no vienen de nuestro corazón sino de tu misericordia y de tu gran amor. Toma mi vida en tus manos Señor, y transfórmame.”

“Espíritu Santo, transforma las vidas en esta hora, queremos que el nuevo año sea diferente y vivir en tus proyectos. Haznos experimentar el sentir que hay en tu corazón y actuar en base a ello te lo pido en el nombre de Jesús, amén”.

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