CONFUSION: HERENCIA DE MALDICIÓN - Misión Vida para las Naciones

Av. 8 de octubre 2335

Montevideo

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MENSAJES DEL CIELO

CONFUSION: HERENCIA DE MALDICIÓN

Leemos en el Salmo 25: 1 al 3: 1 A ti, oh Jehová, levantaré mi alma. 2 Dios mío, en ti confío; no sea yo avergonzado, no se alegren de mí mis enemigos. 3 Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido;”

Este pasaje nos señala que los que esperan en Dios no serán confundidos; esta idea se contrapone a algo que sucede en el mundo y es que éste está muy confundido; las madres y los padres están confundidos, aún el liderazgo del mundo lo está. En estos días un diputado nacional presentó un proyecto de ley para que todos podamos plantar marihuana en nuestras casas. ¡Cómo velan por nosotros! Yo me pregunto: ¿No habrá algo más importante que hacer que plantar marihuana? Ya han otorgado en Uruguay el derecho a fumar marihuana, el tema es que ahora los gobernantes quieren legalizar su negocio. ¿Qué propósitos ulteriores tiene esto? La verdad es que ni ganas tengo de indagar, pero conocemos algunas cosas que están sucediendo en el mundo y una de ellas es que el negocio de las drogas no solamente se ha impuesto sino que lo quieren legalizar en todos los países y hay presiones internacionales al respecto.

Ya no es novedad que quieran legalizar el negocio de la droga, nos hemos enterado que, algo así como mil cuatrocientos millones de dólares piensa recaudar el estado de California por rentas producidas por el negocio de la droga, y es la octava potencia económica mundial. Es decir, Estados Unidos es la primer potencia mundial, si tomamos sólo California, ésta es una potencia económica que si la consideráramos como una nación estaría en el octavo puesto, y luego le sigue España. Pero, tan confundida está California con tantos ingresos que no logran equilibrar sus cuentas; con tanto poder económico tienen un déficit extraordinario, entonces, con la legalización del comercio de la droga piensan disminuir el déficit en unos mil cuatrocientos millones de dólares aproximadamente. Pretenden legalizar un negocio sucio, un negocio que mata gente para poder bajar el déficit del estado y en Uruguay quieren hacer lo mismo y según el gobierno, el dinero que se recaude de los impuestos en el negocio de la marihuana se utilizará para rescatar a los jóvenes de la droga. En otras palabras: ¡Hacemos un negocio para drogar gente, para matarla y el dinero que se recauda se utiliza para salvarla! Parece que los diputados están confundidos; quien ha presentado este proyecto en el parlamento es el hijo de un ex presidente del Uruguay y se dice cristiano. Dice la Biblia: “Ninguno de los que esperan en ti será confundido.” ¡Yo no voy a ser confundido porque espero en Dios!

LA ORACIÓN DE DANIEL

Estaba llegando a setenta años la cautividad de Israel y el profeta Daniel era uno de los cautivos en Babilonia; él estaba turbado pensando cuándo se terminaría ese castigo de Dios, entonces ayunó y oró, y buscó el rostro de Dios. Leamos el libro de Daniel capítulo 9 versículos 3 al 7: 3Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza. 4Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos; 5hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas. 6No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra. 7Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro, como en el día de hoy lleva todo hombre de Judá, los moradores de Jerusalén, y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebelión con que se rebelaron contra ti”.

¡Señor, nos apartamos de ti, hemos sido rebeldes, nuestros padres y nuestros príncipes no oyeron la voz de tus profetas que hablaron en tu nombre! No guardar la palabra de Dios también es pecado. Si no estás dispuesto a guardar la palabra de Dios, si no estás dispuesto a ser sumiso a sus mandamientos, mejor ni asistas a la iglesia porque mayor será tu condenación. Hay personas que escuchan y escuchan pero están endurecidos a la palabra de Dios, ellos siguen buscando sus propios deseos, sus propios caminos y proyectos pero no se alinean a la demanda de Dios. El profeta Daniel dice: “Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro” en otras palabras, señala: “Señor, tu has sido justo, esto nos ha venido porque hemos pecado”. Daniel estaba confesando los pecados de sus antepasados porque hacía casi setenta años que estaban cautivos, entonces él decía: “Nuestros padres, nuestros príncipes y nosotros no oímos, fuimos rebeldes a la voz de tus profetas que hablaban en tu nombre.” En Daniel 9:7 y 8 dice: 7Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro, como en el día de hoy lleva todo hombre de Judá, los moradores de Jerusalén, y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebelión con que se rebelaron contra ti. 8Oh Jehová, nuestra es la confusión de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres; porque contra ti pecamos”.

Una de las consecuencias del pecado es la confusión. Quedar confundido significa una ineptitud, una incapacidad de entender para poder resolver bien, es algo así como quedar descolocados y no entender las consecuencias de lo que digo ni de lo que hago. Tal vez te ha sucedido que fuiste a la casa de algún familiar y te quedaste a dormir allí en un dormitorio que no es el tuyo, donde todo es diferente, de pronto te despiertas y te preguntas: ¿Dónde estoy? ¡Eso es confusión!

He contado en varias oportunidades lo que me ha sucedido cuando viajaba de noche en la ruta. Entraba a alguna estación de servicio y cuando salía emprendía el viaje nuevamente; por ahí veía un cartel y me daba la sensación de que ya lo había visto, quedaba descolocado porque me parecía que lo había visto a la derecha pero ahora estaba a la izquierda. De pronto llegaba a un cruce de rutas y estaba más descolocado porque tenía la idea de que ya había estado allí, el almacén de la esquina daba la sensación que estaba a la derecha pero ahora lo tenía a la izquierda, pero seguía y seguía, una hora y media de viaje, hasta que llegaba a un pueblo, ¡y ahí me daba cuenta de que en ese pueblo había estado una hora y media antes!

Cuando una persona está confundida gasta fuerzas, tiempo y nafta para nada. Imagínate, viajé una hora y media para entrar en una estación de servicio a orinar y ahora, una hora y media de vuelta para darme cuenta que había agarrado el mismo camino que había hecho antes, pero para atrás, y luego una hora y media para volver hasta el punto del orín otra vez… ¡a esas alturas ya tenía ganas de hacer de nuevo!

Así de sencillo como te lo estoy contando, las personas se confunden acerca de con quién casarse, cómo manejar el dinero, qué estudiar. Un joven decide estudiar enfermería, comienza el curso y se da cuenta que le gusta la arquitectura, entonces se inscribe pero de pronto piensa: “¡Esto no es para mí!” Se gasta tres o cuatro años probando carreras, ¡eso también es estar confundido! Es igual cuando uno dice: “Esta mujer es para mi” y después de usarla tres o cuatro años cree que en realidad no era para él, así que prueba otra; pero resulta que tampoco era esa y prueba otra. ¡Y las mujeres que se dejan probar! ¡Esto es confusión!

CONFUSIÓN MUNDIAL

La confusión no es simplemente un error o una equivocación, es el resultado del alejamiento de Dios, es consecuencia del pecado de no buscar a Dios con todo el corazón. Lamentablemente, la confusión de las personas individuales, habla de la confusión de la sociedad. Porque, así como están confundidas las personas en cosas pequeñas como las que he mencionado, también están confundidos los gobernantes, los políticos, senadores, diputados, ministros, entonces, toman decisiones sin entender bien lo que están haciendo. Leí un titular que salió hace un tiempo atrás el cual decía: “Datos revelan que el final de la guerra en Irak genera confusión.” Me llamó la atención este titular y seguí leyendo lo siguiente: “El 53 % de las personas que fueron encuestadas consideran que la guerra para derrocar a Sadam Husein, ordenada por Bush fue un fracaso y el 42 % cree que fue un éxito.” La mitad del mundo cree que fue un fracaso y la otra mitad que fue un éxito. ¡Qué triste que una decisión tan importante como lo fue la guerra de Irak que costó 800 mil millones de dólares en la que se suponía que iban a descubrir armas secretas de destrucción masivas, sólo encontraron unos tachos de 200 litros y estuvieron ahí años invirtiendo dinero, gastando dinero, matando gente, pero se fueron sin haber encontrado lo que buscaban! ¿Puedes entender qué es la confusión?

Ahora, Bush ha escrito un libro donde explica las decisiones que ha tenido que tomar y por escribir eso, hay gente que piensa que habría que meterlo preso porque señalan que él justificó la tortura para poder encontrar algunas respuestas. Bush cree, que con el libro que ha escrito convencerá a unos cuantos de que es un gran hombre, en cambio hay otros que dicen que por lo que ha escrito hay que meterlo preso. Esto es igual que cuando entré en la estación de servicio, al retomar el viaje creí que continuaba el camino pero en realidad estaba retrocediendo. ¡Es muy triste! ¿Y a quién afecta estos 800 mil millones de dólares? ¿A los más pudientes? ¿Quién paga esto? ¡Los trabajadores honrados que pagan sus impuestos! Una noticia señala que el FBI está investigando las cincuenta mil personas más ricas en Estados Unidos porque parece ser que estos no han pagado sus impuestos. Esos cincuenta mil ricos posiblemente tienen mucho más del 90 % de las riquezas que los trescientos diez millones habitantes de ese país; porque hay solo ocho o diez familias que tienen más de 80 % de las riquezas, así que esos cincuenta mil no han pagado los impuestos. Ahora, la confusión es que, algunos piensan que la investigación no tiene sentido porque Estados Unidos jamás enviará cincuenta mil ricos a la cárcel. ¿Qué es lo que nos queda? Que cualquier otro gasto que surja lo paguemos los de abajo.

Otro ejemplo es la crisis económica que desató Estados Unidos en todo el mundo. Los primeros que han necesitado ayuda del estado fueron las fábricas de autos, entonces Bush aportó 25 mil millones de dólares a las empresas privadas; se utilizó dinero del estado, o sea de los ciudadanos honrados para rescatar a las empresas que fabrican autos. ¿Para qué? Para que no se quedaran sin trabajo miles de obreros. Después que se les dio esa cantidad de dinero, las empresas de autos redujeron el personal, echaron a la calle a miles de empleados y volvieron a recurrir al estado porque necesitaban cien mil millones de dólares más, alegando que si no se los daban, quebrarían. ¡Y el estado les dio más dinero a esas empresas!

Entonces surgieron las voces: “¡No puede ser que con dinero de ciudadanos honrados se tenga que salvar las cuentas de esta gente corrupta!” En esta confusión, el asunto es que los corruptos dominan y los que no lo son tienen que pagar el pato. Las empresas de autos recibieron el dinero y les pagaron premios a los ejecutivos de las compañías que por contrato debían recibir premios por lograr determinados niveles de ganancias. El contrato estipulaba que había que pagarles a esas personas un millón de dólares en premios. Pero éstos eran los que ilícitamente han alcanzado esos méritos para poder recibir esos premios, haciendo negocios malos lo que provocó la crisis económica. Entonces la gente decía: “¿Pero cómo le van a dar un millón de dólares de premios a estos ejecutivos corruptos?” Y las empresas señalaban que lo tenían que hacer porque si no enfrentarían más juicios, por lo tanto le dieron el dinero del estado a esa gente.

Pero la crisis se agravó más; comenzaron a caer grupos financieros, y antes de dejar la presidencia, Bush, ordenó un paquete de 700 mil millones de dólares, 100 mil millones menos que la guerra de Irak, para que los bancos no cayeran porque habían hecho también, negocios corruptos. Lo más triste de todo esto es que hay empresas que están certificadas para controlar los movimientos de estas grandes compañías, pero esas empresas certificadas para hacer esos controles se habían, corruptamente, unido a esas corporaciones; así que, los que eran controlados y los que controlaban eran corruptos. Entonces, no había manera de hacer despegar la economía porque los inversionistas ahora no tenían confianza. Por lo tanto el presidente Obama dispuso un paquete de 785 mil millones dólares para ayudar a estas empresas de corruptos y así salvar la situación. Entonces la gente puso el grito en el cielo y se preguntaron: ¿Por qué los que menos tienen, los ciudadanos honrados que ganan un sueldo tienen que pagar los platos rotos? Obama declaró que, las empresas a las que se les daría el dinero serían auditadas por el estado, así se vigilaría bien lo que hacen; pero los inversores no mejoraron la confianza porque las empresas auditoras y los auditores son corruptos. Es por esa causa que la economía no ha podido despegar.

¿Qué quiero decir con todo esto? Que los problemas económicos no tienen nada que ver con la economía sino que tiene que ver con valores, tiene que ver con la moral. ¿Se arregla la economía haciendo que los que tienen menos paguen las corrupciones a los que tienen más o se arregla haciendo que todos se arrepientan de sus pecados para que la confusión se detenga? ¡El mundo necesita el evangelio de Jesucristo! Gente que pueda decir: “¡No señor, yo de esta raya no paso! ¡Yo tengo temor de Dios! ¡Yo se lo que está bien y lo que está mal, no estoy confundido, yo no voy a apagar un incendio con gasolina!”

Yo hice la cuenta: con los primeros 25 mil millones que puso Bush, más los 800 mil millones de la guerra de Irak, más los 700 mil millones del paquete que hizo Bush, más los 785 mil millones que aprobó Obama, suman 2 billones 310 mil millones de dólares para apagar el fuego. Si esa cifra la dividimos por el total de la población estadounidense nos da una carga importante.

¡Dinero que sirve para cubrir negocios sucios! ¡Así está el mundo entero! Parece que Grecia fraguó algunas cifras que no puso en sus movimientos en la Unión Europea y cuando vino la catástrofe la Unión Europea ésta no sabía que Grecia había estado trucando las cifras.

INFIEL EN LO PEQUEÑO Y EN LO GRANDE

¿De dónde aprenden los funcionarios públicos a ser tan mentirosos? ¿En la función pública? ¡No! Lo aprenden en la casa. ¿Dónde aprenden a no ser honrados? ¡En la casa! La Biblia dice que el que es fiel en lo poco, es fiel en lo mucho y el que en lo poco es infiel, también lo es en lo mucho. Antes de manejar deshonradamente estas tremendas cifras ya han manejado deshonradamente otros dineros. He preguntado a la iglesia: ¿Qué hace un cristiano cuando se encuentra una billetera tirada en la calle? Algunos contestaron que la devuelven, otros la pensaron. Uno me dijo: “Si la encuentras tirada entonces no la has robado”. Yo reflexioné con esa persona y le dije: “Supongamos que la billetera extraviada es tuya. ¿No te gustaría que te la devuelvan?” ¡Y  me responde que si!

El evento de Marcos Witt que hemos realizado se hizo con la venta de bonos colaboración; esto no es una entrada que se vende con el fin de obtener un lucro, sino con el fin de cubrir los gastos del evento y ayudar a la obra social que tenemos. Entonces hubieron cristianos que me dijeron: “Te compro seis pero, ¿me regalas dos?” ¡Tuvimos que poner varias personas de seguridad porque hay cristianos que si encuentran la oportunidad se cuelan por la puerta de atrás sin pagar! Estamos perdiendo los valores del evangelio, estamos perdiendo la honestidad que es fruto del evangelio. ¡No solamente hay líderes confundidos sino también hay cristianos confundidos! Cuando dije que si probamos una esposa y si no anda bien la dejamos y probamos otra y si esta otra no anda bien probamos una siguiente, esto lo he visto dentro del cristianismo. ¡Hay confusión en todos lados!

¡En los tiempos de Daniel, el pueblo de Israel era creyente! Cuando el profeta Daniel oraba y decía: “Hemos pecado, no hemos escuchado a los profetas que hablaron de parte tuya, hemos sido rebeldes a la voz de tus profetas. Señor, tuya es la justicia y nuestra es la confusión de rostro” es porque, los creyentes de Israel, sabiendo que Dios existe, que es justo, habían sido injustos y no habían buscado el rostro de Dios, no se habían acercado a él, más bien habían caminado en otra dirección como para que Dios los vea de lejos. Entonces cuando se alejaron de Él, quedaron en penumbras y se confundieron. ¡En las tinieblas es fácil confundirse! Cuando viajo a otro lado y me quedo a dormir en un lugar que no es mi casa, trato de ver bien dónde está el interruptor de la luz, entonces me levanto a la noche, confundido, pero sé dónde está el interruptor, así que prendo la luz y se me va la confusión. ¡Para que se vaya la confusión hay que prender la luz!

Fíjate un ciego que ya se conoce toda la casa y sabe dónde están ubicadas todas las cosas y anda lo más bien; pero cuando duerma cámbiale todas los muebles y verás cómo se confunde. Así sucede en la vida cotidiana cuando nos revelamos contra Dios, queremos hacer lo que se nos da la gana y no tenemos temor de la palabra que Dios nos ha dado.

No tienes idea todo lo que yo sufrí. El pastor Roberto Passo, me dijo cuando yo tenía quince años: “Vas a ser pastor”. Yo lo miré y por dentro me reía. ¡Todo lo que sufrí! Y llegué a ser pastor a los cuarenta años de edad después de haber pasado unos desiertos tremendos. Yo le decía a Dios: “Señor, ¿por qué tengo que pasar esto y por qué tengo que sufrir así? ¡Qué grande es mi cruz!” ¡Pero si yo había sido rebelde! No fui a preguntarle a Dios: “¿Será que tú quieres que yo sea pastor?” En cambio dije: “¡No! ¡Yo pastor, jamás! ¡Yo voy a ser arquitecto!” ¿Por qué tuve que sufrir? ¡Porque no fui obediente a la voz de uno que me hablaba de parte de Dios! Muchas veces andamos penando por ahí: “Señor, ¿por qué tengo que llevar esta cruz? ¿Por qué tengo que sufrir? ¿Por qué mi hijo no me obedece? Señor, ¿por qué mi esposo me dejó?” ¡Acércate a Dios! “Señor, tuya es la justicia y nuestra la confusión de rostro” “Señor, yo necesito que tú me alumbres, voy a buscarte como hizo Daniel en ayuno, en oración, dime qué debo hacer.” Dios le reveló a Daniel lo que iba a hacer. No se trata de buscar cuál es la decisión que debo tomar sino que se trata de buscar a Dios para tomar una decisión.

La confusión es producto del pecado. Dice la apalabra de Dios en 1ª de Corintios 14:32 y 33: “32Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas; 33pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz”. ¡Donde Dios reina no hay confusión! ¡Mi Dios es un Dios de paz! El mundo necesita arrepentirse, necesita conocer a Dios. ¿Quién tiene que decirle al mundo quién es Dios y quién tiene que predicar el evangelio que quita la confusión? ¡Tú y yo! Dios te ha encomendado: “Id y predicad el evangelio a toda criatura”. Si tienes vergüenza, si eres tímido, eres rebelde a la voz de Dios. ¡Rebélate contra la timidez pero no contra Dios, rebélate contra la vergüenza pero no contra Dios! ¡El mundo tiene que ser librado de la confusión y quien hará esto es el evangelio de Jesucristo!

En primer lugar, el creyente no debe estar confundido y después éste tiene que anunciar la verdad y la luz. La confusión es el producto de nuestra distancia de Dios, ésta aumenta en relación directa a nuestra distancia de Dios; mayor distancia de Dios, mayor confusión, menor distancia de Dios, menor confusión. ¡Solamente un cristiano que tiene el Espíritu Santo se libra de confusión!

En una oportunidad estaba saliendo, junto con mi señora, de un lugar donde había una multitud; la multitud empujaba pero yo no quería perderla, entonces la agarré fuerte. Cuando miro, una señora me dice: “¿Qué le pasa?” ¡Había agarrado a otra! ¡Qué dura que es la vida cuando hay confusión! ¿Tú estás seguro que el camino en que estás es el correcto? ¿Tú puedes jugarte la vida y decirle a otra persona: No te pierdas, este es el camino? ¡No yerres, no te equivoques, no te confundas! ¿Estás tan inseguro del camino que estás transitando que no le cuentas a nadie acerca de él? Este es un tiempo en el que se necesita mucha luz.

OCCIDENTE SE IGUALA A OTRAS CIVILIZACIONES IDÓLATRAS

Estoy leyendo un libro cuyo autor señala que la sociedad occidental está perdiendo los valores y se parece cada vez más a otras civilizaciones como por ejemplo, la hindú. Este autor nos cuenta que estuvo experimentando en el interior de un campo de la India, donde estuvo viviendo y estudiando por qué los campesinos son tan pobres y están tan mal. Su esposa salió a la calle y se encontró con una niña con la que se puso a conversar y cuando le preguntó si tenía hermanitos, ella le contestó: “Tango tres o cuatro”. La mujer le dice: “A ver si entendí bien, ¿tienes tres o cuatro?”, porque eso es lo que me dijiste”. “Tengo tres hermanitos y una hermanita que se está muriendo”. “¿La puedo ir a ver?”, preguntó la mujer. Así que la llevó a su casa, un lugar sucio, bien feo y vio allí una niña que se estaba muriendo con las moscas sobre su cara. La mujer le pregunta a la madre por qué causa se está muriendo la niña y ella le responde que se estaba muriendo porque no quería comer. “Pero, ¿por qué no la llevan a un médico?” “¡Este no es un problema de médico, es que no quiere comer nomás!” “Pero hay que hacer algo por esta niña, hay que llevarla al hospital”. “No tengo dinero”, responde la madre. “Yo le doy dinero para que usted la lleve”. “No me animo a ir sola a la ciudad, me da miedo”. “¡Vaya con su marido!” “No, él tiene que atender el campo, y las vacas”. “Yo le pago un jornalero para que trabaje el campo y atienda las vacas así su marido la acompaña”.  Entonces la mujer le dice: “Bueno, habrá que preguntarle a mi marido si quiere ir”. Al final decidieron llevar a la niña al médico, la trataron unos días, pero los padres se volvieron al campo y dejaron a la niña en el hospital, así que la mujer se la llevó a su casa. Allí la niña comenzó a comer y se recuperó, entonces se la llevó a la madre de nuevo; al tiempo se enteró que estaba en el mismo estado, entonces decidió hacerles una denuncia y vinieron unos vecinos preguntando por qué se metía esa mujer y se interesaba tanto en ellos. En el lugar había una espacie de cacique o gurú que se molestó mucho y dijo: “Esta mujer, ¿por qué viene a cambiar nuestras costumbres?” Fue muy difícil entender por qué esa gente quería dejar morir a la niña pero al final descubrieron que era una costumbre del pueblo, porque esta familia tenía una niña grande que ayudaba en las tareas de la casa, dos hijos varones que ayudaban en el campo y las más chiquita era un estorbo porque no ayudaba, entonces no servía; y en la India, cuando una niña se casa hay que pagar una dote, entonces tratan de evitar la dote dejando que la niña se muera. La mujer estaba horrorizada y pensaba: ¡Pero qué cosa más rara este tipo de costumbres! Y trató de explicarles el valor de la vida humana, entonces esta gente le dijo: “Mire que nosotros no estamos haciendo las cosas distintas a lo que las hacen ustedes. A los niños que no quieren, ustedes los matan” “Sí, pero una cosa es el aborto y otra es matar a los niños ya nacidos”. El hombre le refuta: “Ustedes tienen esos aparatos para hacer la ecografía, así que antes que nazca el bebé, ven si les gusta o no, si está enfermo o no, si es niña o varón. Si usted quiere varón pero es niña, a través de la ecografía lo pueden ver y entonces la matan antes de nacer. Nosotros no tenemos ecografía, tenemos que esperar que nazcan, y cuando nacen decidimos  si los matamos o no. ¿Entonces cuál es la diferencia?” La cultura de la muerte está haciendo que occidente tenga costumbres tan similares a la civilización hindú, que asusta. El hombre agregó: “Ustedes tienen niños no deseados, nosotros también”. Claro, sin Dios surgen razonamientos y explicaciones de todos lados, pero cuando Dios alumbra uno no tiene argumentos que valgan, solamente tiene que decidir si obedece la ley de Dios, a su verdad, o la rechaza. La visión de esta gente era que la civilización occidental es igual o peor. Muchas otras cosas ocurrieron como lo que les acabo de contar.

Un funcionario público puede ser corrupto porque ha hecho cosas con el dinero público que no corresponden, pero hoy en día en la civilización occidental y cristiana se han perdido valores importantísimos; todo está más caro y más controlado. En Estados Unidos, hace algunos años, había unas cajas que tenían diarios, y si alguien quería comprar uno, depositaba el dinero, sacaba el vuelto y se llevaba el diario, nadie lo controlaba; el vendedor de diarios tenía varias cajitas en diferentes lugares y no tenía que pagar empleados. Hasta que llegaron los latinos al país y dijeron: “¡Uh qué lindo, podemos sacar diarios, nadie nos ve!” Por tal motivo tuvieron que poner vendedores de diarios, ¡y ahora el costo es más elevado por culpa de la corrupción!

Otro ejemplo es Holanda, un país que había recibido el evangelio y cuya economía estaba fundamentada en la confianza en las personas, así que ellos no usaban muchos empleados para realizar trabajos, allí había un sistema de subterráneo en el que la gente depositaba una moneda y pasaba. Fue este autor que les he mencionado y cuando llegó al lugar se preguntó: ¿Dónde hay que pagar y cómo hay que hacer para pasar? Vio que estaba demasiado fácil el asunto, entonces les preguntó a unas chicas norteamericanas cómo había que hacer para pagar y ellas le respondieron: “¿Para qué va a pagar si nadie controla? ¡Hace mucho tiempo que nosotras viajamos gratis!” El hombre pensó: ¡Qué suerte que todavía hay gente honesta que paga y hace posible que este servicio siga funcionando para que los corruptos también puedan usarlo!

Como la corrupción es grande son más las cámaras que se usan, son más las alarmas, va en aumento la cantidad de policías, se utilizan más alambres eléctricos, las empresas de seguridad han ido aumentando y eso redunda en que todo es más caro, toda la economía funciona a base de más dinero y entonces los pobres empobrecen más; porque los que menos pueden pagar esos servicios son los pobres. ¿Entonces qué sucede? Lo mismo que ocurre abajo al pagar el tren sucede arriba, porque la Biblia dice que el que es fiel en lo poco también es fiel en lo mucho y el que es infiel en lo poco lo será en lo mucho. Si a ti te quema una monedita y no te la puedes llevar porque Dios te ha tocado y no eres ladrón entonces a ti se te pueden confiar muchas moneditas. ¡No es que uno se vuelve fiel cuando tiene muchas moneditas, uno es fiel cuando tiene una sola!

La gente tiene que saber que hay un poder para transformar la sociedad. Esto cambiará sólo con el poder del evangelio, no será transformado con leyes, ni con más empresas de seguridad. Hemos visto que a los corruptos es muy difícil meterlos presos. Todo esto se soluciona con arrepentimiento, se soluciona con la predicación del evangelio. ¡El mundo no tiene otra salida! ¡Y tú tienes en tus manos y en tu corazón la verdad de Dios para cambiar al mundo!

CONCLUSIÓN

¿Tú eres transparente? ¿Eres honrado? ¿Tú no mientes? ¿Tú devuelves lo que te prestaron o lo que encontraste por ahí? ¿Realmente el evangelio gobierna tu vida, le da directriz a tu vida? ¿Te han prestado un libro y hace cinco años que no lo devuelves? ¿Te han prestado dinero y no lo devuelves? ¡Eso es confusión, es oscuridad!

Me ha sucedido que he reclamado algo a alguien y me lo ha tirado en la cara diciéndome: “¿Qué te creías, que yo me iba a ensuciar por esto?” ¡El que estaba en falta es el que se enoja! Te tira en la cara cien pesos y te dice: “¡Yo no me llamo cien pesos!” ¡En lugar de pedirte disculpas! Resulta que uno les ha prestado cien pesos y se le cae la cara de vergüenza porque se lo tiene que reclamar, entonces no lo reclama, y el corrupto piensa: “¡Ah, ya sé cómo es la cosa! Pido de a cien, no más”.

Algo Dios tiene que hacer con nosotros, porque la esperanza del mundo es el evangelio, la esperanza del mundo somos nosotros. Imagínate, hacemos un evento en Monte Beraca y tenemos que poner seguridad hasta en el gallinero. En la ciudad de Salto, en oportunidad del evento que realizamos con motivo de la visita de Marcos Witt, había una señora que no había pagado la entrada para el evento, el bono colaboración y estaba detrás de una línea. Los hermanitos no sabían qué hacer para sujetarla, la mujer gritaba: “¡Todo lo que quiero es hacer es una entrevista a Marcos Witt, soy de la radio tal!”, y levantaba un grabador. Adentro estaba Marcos Witt y escuchó, entonces pidió que le trajeran a la mujer y le hizo la entrevista. La mujer pasó por entre los hermanos y los miró de reojo diciendo: “¡Gloria a Dios!” Yo pensé por dentro: “¡Vieja de porquería!” Gritaba tanto la señora que yo fui a ver lo que sucedía, y por arriba mío gritaba: “¡Marcos Witt, quiero hacerle una entrevista!” “¡Cállese, déjelo tranquilo que está por subir al escenario!” El pobre Marcos dijo: “¡Bueno, que pase!” Y después que le hizo la entrevista, ahí no más se metió entre el público. Total, ¡Marcos Witt la había dejado entrar! ¿Tú eres de esos? Es que no me atrevo a preguntarte: ¿Eres cristiano? Fíjate que en las pequeñas cosas un cristiano se define quién es; un cristiano tiene temor de Dios.

Quiero ayudarte a hacer una oración, dile a Dios: “Señor, te pido en el nombre de Jesús que quites mi oscuridad, que alejes de mí la confusión, tú eres mi luz. Señor amado, yo resisto los poderes de las tinieblas que me mantienen en confusión. Líbrame Señor, vuelvo mi corazón a ti, vuelvo mi rostro a ti, tú eres mi luz, tú marcas la verdad, tú marcas el camino Señor, tú les das a tus hijos sensibilidad para que no equivoquen el camino. Sopla sobre mí, Señor, quiero ser fiel en lo poco, dale a mi corazón lo que le está faltando y quita lo que no está bien. Arranca de mi toda falta de honestidad, te lo pido en el nombre de Jesús. Líbrame Señor, y hazme una luz, que yo sea luz en el mundo, que muchos vean la luz de Cristo que alumbra a través de mí, que muchos puedan confiar en mí, Señor, porque tú estás obrando y has quitado la oscuridad y la confusión. Derrama tu gracia, derrama tu Espíritu sobre mí, en el nombre de Jesús, amén”.

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