CRISIS: OPORTUNIDAD DE DIOS - Misión Vida para las Naciones

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CRISIS: OPORTUNIDAD DE DIOS

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Isaías 48:9: “Por causa de mi Nombre difiero mi ira; para mi propia alabanza la reprimo, para no destruirte”.

El Señor con mucho amor dice que difiere su ira sobre ti y que para su propia alabanza está reprimiendo la ira, para no destruirte. ¡Qué bueno es el Señor! Nos debiera haber aplastado, pero está reprimiendo su ira para no destruirnos. ¡Tenemos que sentirnos bendecidos! Dios te está diciendo hoy: “Por amor de mi mismo y por honor a mi alabanza y a mi gloria que no daré a otro, reprimo mi ira para no destruirte, pero te voy a probar, y no como se prueba la plata, sino que te voy a probar en crisol”.

El crisol es el recipiente donde se derrite el oro; cuando a éste se le pasa por el fuego, aflora la escoria que tiene, o sea que toda la suciedad que tiene el oro sube y abajo queda el oro purificado. Dios te dice, así te voy a pasar por el horno, y lo haré por amor de mi mismo, porque no le voy a dar la gloria mía a otro. Hoy, Dios te está hablando a ti, tal vez piensas que esta palabra es para otro. He aprendido que Dios es muy misericordioso y en las crisis, trata con nosotros para hacernos crecer, para hacernos madurar, para purificarnos y perfeccionarnos. Por lo tanto, si estás en una crisis, no te pongas mal contra Dios, ni tengas bronca contra esa crisis. El apóstol Pablo había atravesado una crisis y se refería al aguijón que tenía en la carne, (que hasta el día de hoy no sabemos bien qué era), pero según él, era un emisario de satanás que había mandado el Señor para abofetearlo, para que no se inflara desmedidamente por causa de las revelaciones que tenía. Así que Dios le daba alguna revelación y a la vez le mandaba un demonio que lo abofeteara. Dice la Biblia que el apóstol Pablo clamó a Dios para que le quitara ese aguijón pero el Señor le contestó: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2ª Corintios 12:9). El apóstol Pablo tomó nota de eso y llegó a acuñar la siguiente frase: “Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2ª Corintios 12:10). ¡Cuando soy débil, el poder de Dios se perfecciona en mí!

EL PODER REDENTOR DE LA CRISIS

La crisis en la vida del creyente, tiene un poder redentor, purificador. El que no es creyente no pasa por el horno, pero el que es de Dios (el creyente), cuando pasa por el horno, su fe es purificada como el oro fino. El horno de la aflicción funciona de distinta manera para el creyente y para el no creyente; en el no creyente el horno de la aflicción produce destrucción, pero en el creyente produce madurez y purificación. Así que, bienvenida la crisis porque en ella quedará claro si eres creyente o no. ¿Crees que Dios te está hablando? Si no estás pasando por una crisis, no te hagas problema porque pronto viene. He aprendido de la Biblia, que todos atravesamos por días oscuros, todos atravesamos por días de crisis, he aprendido que Dios tiene preparada ciertas crisis para el creyente, pero son purificadoras. ¡Son crisis que nos bendicen! En la Biblia, uno de los nombres que se le da a la crisis es: “el día malo” el rey David decía: “Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal” (Salmo 27:5). El Salmo 23 dice: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo”. He aprendido que en el valle de sombra de muerte, en el tiempo de la crisis, Dios está con nosotros. “Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón” dice el Salmo 34:18.

Comparto contigo, versículos bíblicos en los que he creído y se han transformado en columna y fortaleza en mi vida, de tal manera que he visto la mano de Dios en mis crisis, he visto como Dios me ha sacado y me ha dado crecimiento, me ha dado madurez en la adversidad y me ha guiado para que yo vaya por el camino que debía andar. Antes de mis crisis, yo tenía mis propios planes, pero Dios me metió en el horno, y en ellas renuncié a mis planes, conocí los planes de Dios y Él me guió por su camino. Antes de la crisis yo quería ser arquitecto, de ellas salí siendo pastor. Yo le preguntaba: “¿Qué estás haciendo Dios?” No entendía qué estaba haciendo, porque en mi cabeza no cabía la ideade ser pastory en mi corazón no estaba el deseo de ser tal cosa. ¡No entendía para dónde iba Dios! Le decía: “¿Qué quieres que aprenda de esta crisis?” Pero Él callaba y seguía trabajando, dejándome ahí en el fuego hirviendo, pero ahí en el fuego, salía la escoria hacia arriba y la pureza se iba manifestando en mi vida; se me iba clarificando poco a poco la voluntad de Dios. Hoy después de muchos años miro para atrás, el camino por el que Dios me ha traído y maravillado digo: “¡Qué obra ha hecho Dios conmigo!” No estaba en mi mente, pero cuando veo tanta gente bendecida, tantos matrimonios restaurados, cuántos chicos que se drogaban se han casado y tienen una familia bendecida digo: “¡Gloria a Dios!” Cuando veo tantas prostitutas que han dejado la prostitución, cuando veo que la obra de Dios se multiplica, la cantidad de pastores y líderes que se están levantando en nuestro ministerio digo: “¡Dios sabe lo que hace!”

Enel tiempo decrisis, uno entra con una mentalidad y sale con otra mentalidad, porque en ese proceso Dios te cambia la cabeza, y empiezas a entender que hay cosas que tú valoras que en realidad no tienen tanto valor y hay otras que tú no valorabas pero para Dios son muy valiosas. En la crisis cambias de posición los valores que tienes enla vida;sólo alguien que haya estado al borde de la muerte entenderá lo que estoy diciendo, porque no hay persona que estando al borde de la muerte no cambie sus valores.

Me viene a memoria un hombre, bancario; para él todo era dinero, negocios, mujeres, whisky, pero cuando estaba al borde de la muerte se acordó de su familia. Este bancario decía que el arma más poderosa que tenía para los negocios era la lengua; se sentaba a negociar y cerraba tratosde cientos de miles dedólares. Pero se le diagnosticó un cáncer en la lengua, y los médicos decidieron cortársela. En medio de esa situación buscó a Dios desesperadamente, en medio de su crisis conoció a Dios y se dio cuenta lo mal que se había portado con su esposa, y el poco valor que le había dado a los hijos. ¡Pero sus valores cambiaron y ya no fue el mismo! Entonces cuando estaba en el peor momento de la crisis, le dijo al Señor que por lo menos le deje un pedacito de lengua, y aunque hable mal pueda glorificar su nombre con ese pedacito de lengua que le deje. ¡Así que lo operaron, le cortaron la lengua pero le dejaron un pedacito! Cuesta entender lo que habla pero él va por las naciones contandode la misericordia de Dios, cuenta como ha recuperado a su familia y que el dinero ya no es lo principal de su vida.

LA PALABRA DEBE MORAR EN ABUNDANCIA

Cuando yo entré en la crisis,la palabra de Dios para mi era muy importante, yo siempre había hablado la palabra de Dios, y había sido maestro de la escuela dominical enseñándole a adolescentes y jóvenes. Pero en medio de la crisis entendí que Dios quería que su palabra formara parte de mis tuétanos, no que la tuviera en la mente sino en el corazón, entendí que no tenía que usar los pasajes bíblicos conforme a mis pensamientos, sino que la palabra de Dios tenía que morar en abundancia en mi corazón. Y en medio de la crisis, Dios comenzó a enseñarme que toda circunstancia se vence creyendo en su palabra. ¡La palabra de Dios es la espada del Espíritu! Aprendí entonces, que tengo que enfrentar todos los problemas dela vida con la espada del Espíritu la que tengo que tener a flor de lengua y sobre todo en mi corazón. Yo no estaba acostumbrado a tener que echar mano ala palabra de Dios, a confesarla y repetirla, sino que estaba acostumbrado a resolver las cosas por mí mismo, pero Dios me “metió en un brete”, donde nada resolvía con mis fuerzas, con mi astucia y mucho menos con mi sabiduría. Se me terminó la fuerza, la inteligencia, la sabiduría y quedé encerrado sin encontrar puertas donde golpear, me cansé, me debilité y dije: “¡No doy más!” Llegué al punto de decir que la vida no tenía sentido y que si yo no me suicidaba es porque creía en Dios. ¡Sólo me quedó la fe en Dios! Entonces Dios me arrebató para Él y me dijo: “Yo te voy a enseñar el camino que tú debes andar”.

¡En la crisis tuve que detenerme!El pastor Paso tiene un dicho que dice: “Si Dios no puede hablarte parado te va a hablar acostado”. Y a veces Dios te manda una enfermedad o una crisis para poder tratar contigo, porque estás tan ocupado, tan acelerado, tienes tantas preocupaciones por tantos problemas y tantas deudas; tienes tantas cosas que Él no puede hablarte, entonces te acuesta y ahí comienzas a decir: “¿Por qué me pasa esto justo a mí?” ¡Es que Dios tiene puntería! ¡Él sabe dónde pegártela! Cuando dices: “¿Por qué justo a mí?”, significa que te tocó donde más te duele. ¡Dios sabe donde meter el dedo! Ahí donde te sientes más seguro y más fuerte, Dios te derriba para que no te creas que es por tu fuerza o tu inteligencia. Dios te debilita ahí justo donde tu crees que eres fuerte, para que lo busques a Él, para que busques su consejo, su poder, para que tú no tengas nada de gloria sino que Él se lleve toda la gloria. Para que cuando salgas de la crisis puedas decir: “Dios estuvo conmigo, me acompañó, me sacó; yo no hubiera podido salir solo, Dios lo hizo. ¡Gloria al Dios vivo!”

En la crisis aprendí lo que quiero que tú hoy entiendas; que la Biblia, no hay que tenerla en los papeles con tinta, sino que la palabra de Dios debe morar en tu corazón. Aprendí dos cosas que quiero que sepas y no te las olvides porque el Señor hoy te ha dicho que te va a purificar, no como a plata sino como dice Él: “Te probaré en crisol de aflicción”. Aprendí que si venía un problema, yo no debía decir: “Me cubro con la palabra de Dios”. ¡¡No puedes usarla palabra de Dios de amuleto, tienes que tenerla en el corazón!!

Con mi esposa tuvimos maestros que nos enseñaban cada semana a aprender versículos bíblicos de memoria, para que cuando se presente la oportunidad, el problema o la consejería,la palabra de Dios salga de nuestra boca automáticamente. No debes olvidar que la verdadera arma no está en tus razonamientos ni en tus argumentos: ¡El verdadero poder está en la palabra de Dios que es la espada del Espíritu! Cuando viene una crisis matrimonial debes saber qué derechos tienes, qué promesas tienes, entonces tienes que decirle a ese problema lo que Dios te ha dicho en su palabra. Cuando tienes un problema económico, posiblemente es porque no sabes otra cosa más que endeudarte o porque no te estás administrando bien o posiblemente es porque no diezmas, entonces tienes que enfrentar al problema con la palabra de Dios, porque Él tiene una palabra para tu problema económico. Cuando tus hijos se te ponen rebeldes y se escapan de tu cuidado, y tú no entiendes cómo funciona la cosa, y el mundo te dice: “¡Cómo vienen los chicos hoy!”, ¡puedes recurrir ala palabra de Dios! ¡¡Cuando tienes problemas en la crianza de tus hijos, puedes recurrir ala palabra de Dios!!

La gente está acostumbrada a pedirle una entrevista al pastor para que le diga: “Haz esto y esto”. Es más o menos como apretar el microondas para tener la solución en un minuto. Supongamos que a lastres de lamañana se te presenta un demonio más grande que King Kong y se te sienta en la cama, pero no lo tienes al pastor, entonces tienes que enfrentar al gigante solito. Debes tenerla palabra de Dios en tu corazón, así, cuando viene el temor, lo espantas con la palabra, lo mismo cuando viene la angustia y la enfermedad, un problema económico, tienes que darle por la cabeza, ¡¡tienes que darle al problema matrimonial con la palabra de Dios que es la espada del Espíritu!!

Aprendimos con mi esposa de un librito pequeño de Morris Cerullo, que para cada problema Dios tenía una palabra específica para nosotros, teníamos que plantarnos en esa palabra y creerla porque esa palabra produciría el fruto. Pero si yo empiezo con argumentos como algunos que dicen: “Ver para creer”… ese argumento se opone a la palabra de Dios. En la Biblia, Jesús le dijo a María: “Cree y verás la gloria de Dios”. ¡Es creer para ver! Por la fe uno trae al mundo visible lo invisible; lo que se ve viene de lo que no se ve. Ver algo no produce fe; no se necesita fe para creer en algo que ya se ve. “Y bueno, pastor, hagámoslo por las dudas”. Yo aprendí en tiempo de crisis que nada podía hacer por las dudas y que tenía que sacarme esa frase de la cabeza y de mi boca, porque la Biblia dice: “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor” (Santiago 1:6 y 7). Hay gente que no recibe de Dios porque tiene dudas, pero no quieren que le digas que están dudando. Ahí esta la hermanita que dice: “Pastor, yo estoy orando por mi esposo, pero siento que Dios no me oye, que está enojado conmigo”.La Biblia dice que Dios oye el clamor de sus hijos ¡Dios no está sordo! Tienes que creer en la palabra de Dios, no puedes decir que estás orando y a la vez estar diciendo que Dios está sordo, no puedes orar y creer que Dios no va a contestarte. ¡¡Tienes que orar y creer que Dios va a contestar!!

En el tiempo de crisis, Dios marcó mi vida, cuando leí en Mateo 21: “Y todo lo que pidiereis en oración creyendo lo recibiréis”. Creer significa: Tener fe; la fe viene de Dios por lo tanto la fe que viene de Dios vence cualquier dificultad. La fe es un arma de Dios, para que su voluntad se haga en la tierra, no es para lo que se nos ocurra. Por ejemplo: Dios no está de acuerdo con los juegos de azar así que no digas: “Tengo fe que Dios me va ayudar a sacar la lotería”. ¡No puedes usar la fe para lo que no es de Dios, para lo que Él no quiere!

“Todo lo que pidiereis en oración creyendo lo recibiréis”. Alguien me dijo: “Yo oré para que no se muera mi mamá, y oré con fe; así que estoy enojado con Dios porque me falló”. ¿Entonces vamos a cortar ese versículo de la Biblia? ¿Será que Dios está equivocado? ¡No! “¡Dios no está equivocado, pero mi mamá se me murió! ¡Yo oré con fe y no funcionó!” ¿Entonces Dios es mentiroso? Yo creo que no tuviste fe, porque si la Biblia dice: “Y todo lo que pidierais en oración creyendo lo recibiréis” entonces, ¡¡todo lo que pidieras en oración, creyendo, lo recibirás! Y si no funciona es porque te falló la fe, tú puedes ser mentiroso, pero Dios no miente.

Hay muchas actitudes del corazón que tienen que ver con la duda, con incredulidad, tienen que ver con cuestionar a Dios y a su palabra. De esa manera Dios no te puede bendecir, porque Él tiene un plan, un proyecto, una palabra y va en una dirección. Cuando piensas en contra de eso, estás pensando en contra de Dios y te estás oponiendo a Dios. Si crees que las cosas son como tú las piensas y como las crees, entonces te estás oponiendo a Dios y Él te va a aplastar. ¡¡Dios no permitirá que prospere la voluntad humana!! Dios establecerá su voluntad, establecerá su reino en el planeta Tierra; va a funcionar su ley, su poder y su verdad en este planeta. Por lo tanto, aquel que piensa distinto, es enemigo de Dios, y Él, a los enemigos, los cortará y echará al lago de fuego y azufre. No solamente tienes que ser amigo de Dios en los sentimientos, sino también en tu corazón, en tus pensamientos; y una forma de ser amigo de Dios, es que su palabra esté muy clarita dentro de tu corazón. No hagas como esos creyentes que dicen:la Biblia dice ayúdate que te ayudaré. ¡Eso no está en la Biblia! Hay tantos dichos populares que son enemistad contra Dios.

Hoy tienes que proponerte aprender versículos bíblicos de memoria, acorde a los problemas que tienes. A algunas personas que me piden consejos, les digo: “En un cuaderno anota los versículos que Dios te da, repítelos, y comienza a creer que la espada del Espíritu es la palabra de Dios y con ella vas a golpear al enemigo y éste caerá de rodillas delante de ti, sea cual fuere el problema”.

Cuando yo entré en la crisis, estaba lleno de argumentos, buscando en mi mente y voluntad las posibilidades de vencer, pero Dios me encerró y no me dejó salir, quedé totalmente debilitado, deprimido, cansado, y lo único que me quedó fue la palabra de Dios; cuando empecé a creer la palabra de Dios y a confesarla, ahí comencé a salir. Por eso yo le doy la gloria a Dios, y hoy puedo decir como lo expresa el Salmo 40: “Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo”. ¡Él me hizo cantar! Yo había perdido las ganas de hacerlo.

Dos cosas aprendí en la crisis. Número uno: La palabra de Dios debe habitar en mi corazón. El apóstol Pablo dijo: “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros” (Colosenses 3:16). Si estás triste, la palabra de Dios te sacará de la tristeza. La paz del reino viene por la palabra que yo recibo de Dios, la que tengo que creer. Yo soy sanado por creer la palabra de Dios; por su llaga soy sanado (Isaías 53:5). “Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. El es quien perdona todas tus iniquidades. El que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias”. (Salmo 103:2-4) ¡Yo creo en la palabra de Dios!

Número dos: La fe, no la pavada. Yo me paro en la palabra de Dios, prefiero morir creyendo, que morir por incrédulo. Una vez que tomo la palabra de Dios, me afirmo en ella y no me suelto más. Dios me ha dado palabras, y yo las uso sobre mis circunstancias, con fe, y no retrocedo, porque las evidencias que surgen del mundo natural siempre son contrarias a la fe, perola victoria dela fe, no surge de las evidencias de lo visible, sino que surge de las evidencias de lo invisible.

El creyente, de la misma manera que Dios, ve en el mundo invisible lo que va a suceder, lo cree y lo confiesa. Por eso nos llaman “los locos evangelistas”. ¡Somos locos para el mundo,pero cuerdos para Dios!

CONCLUSIÓN

Estas dos cosas,la palabra de Dios y la fe, no pueden faltar en tu vida. Cuando venga el tiempo de crisis, y este tiempo viene, tú tienes que tenerla palabra de Dios y la fe que viene de Dios. Yo no encontré mejor manera de crecer en la fe que ir ala casa de Dios, porque la fe viene por el oír, y por el oír de la palabra de Dios.(Romanos 10:17)

Te demuele, te debilita en la fe no asistir ala casa de Dios. La primera, segunda, tercera vez que faltas, parece que no pasa nada, pero cuando pasan unos meses, comienzas a notar que el pozo se está secando, entonces, quieres volver pero te faltan fuerzas, porque el enemigo ha hecho una tarea de debilitamiento, y comenzó a robarte la fe.

Cuando tú escuchas un mensaje como este, te dan ganas de creer. Dios te dará victoria en la crisis, te purificará en la crisis, Él te mandará una palabra. ¡No sueltes la palabra que Dios te ha dado! Recuerda: La fe y la palabra.

Haz una oración de fe y dile al Señor: “¡Gracias por haberme hablado! Estoy dispuesto a pasar por el horno de la aflicción; tú eres Dios sabio y sabes lo que debes hacer conmigo. Yo soy tu hijo y tú tienes planes para mí, que yo quiero cumplir. Señor, proclamo que tu palabra es el arma más poderosa que tengo a mi favor, para destruir los argumentos del enemigo, para destruir lo que me destruye. Confieso mi necesidad de que tú obres aumentando mi fe. ¡Aumenta mi fe! Te lo pido en el nombre de Jesús. ¡Te necesito Señor! Ven y lléname de tu presencia, guárdame en el día malo Señor, te lo pido en el nombre de Jesús. Ahora se que en el tiempo dela crisis tú me bendecirás; a los que a Dios aman, todas las cosas ayudan a bien. Te alabo Padre, y te bendigo. En el nombre de Jesús hago esta oración, amén”.

¡Eres una persona que necesita entregarle el corazón a Jesús! Eres de esos que no pueden hablar de la palabra de Dios, ni de la fe porque no tienes certeza ni siquiera del perdón de tus pecados. Te pregunto: ¿Eres salvo? ¿Dios perdonó tus pecados? Si no lo sabes es porque todavía no eres de Cristo, porque Jesucristo les da certeza a sus hijos acerca del perdón de sus pecados. ¡Necesitas creer hoy y pedirle a Jesús que perdone tus pecados y te limpie! No pierdas esta oportunidad que te da Dios de pertenecer a la familia de Cristo, hay fiesta en el cielo cuando un pecador viene a Él. Has una oración sencilla, con fe, no dudando nada, di en esta hora:

“Señor, te pido que me perdones y me bendigas. ¡Te necesito! ¡Me aferro de ti Señor! Me aferro de tu palabra que dice que me amas, que tienes misericordia de mí. ¡Perdona mis pecados! ¡Cúbreme con tu sangre, límpiame en esta hora, y dame vida eterna! Por la fe dejo mi vieja vida y recibo perdón, por la fe recibo vida eterna, creo que ya no pertenezco a las tinieblas, desde este mismo instante tú me pones en el reino de los cielos, en el reino dela luz admirable.¡Lo creo y te doy gracias! ¡Te recibo en mi corazón! ¡Ahora soy tuyo, te pertenezco! Gracias Jesús, amén”.

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