EL ACTOR PRINCIPAL - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

EL ACTOR PRINCIPAL

INTRODUCCIÓN

Quiero compartir una enseñanza bíblica que debiera estar clara para los cristianos, y es que a veces no vemos, no sabemos o no entendemos cómo opera un ser humano. No logramos entender que hay determinadas áreas de nuestras vidas, que no conocemos cómo funcionan y confundimos conceptos como el alma y espíritu, por ejemplo. Muchos creen que alma es igual a espíritu pero son dos cosas bien distintas. El alma es lo que nos asemeja a los animales y estas palabras, -animal y alma- tienen la misma etimología; ánimo proviene del término alma y el alma está constituida por la mente, la voluntad y las emociones, lo cual sería la esencia de nuestro yo y la parte natural del hombre, pero no la sobrenatural. El alma es el centro de nuestras emociones, de nuestra voluntad y pensamientos

Cuando hablamos de pensamientos nos referimos a la razón y al intelecto; si decimos que alguien tiene voluntad, hablamos de la fuerza que nos mueve en determinada dirección después de haber tomado una decisión, y en cuanto a las emociones, nos referimos a los sentimientos. Lo que sucedió con el alma es que el pecado la atrofió, de modo que el hombre no puede manejarse con su alma o psiquis.

Si nos referimos al término espíritu, este tiene que ver con otra área de nuestro ser. El alma nos conecta con lo tangible o visible y es movida por ejemplo de acuerdo a lo que se nos dice, porque esto influye en nuestras emociones. Pero Dios nos dio espíritu para que tengamos conexión con Él y vendría a ser ésta, el área sobrenatural del hombre, lo que nos identifica con Dios. El espíritu vendría a ser la conexión con lo sobrenatural ya que nos conecta con el Espíritu Santo; nuestro vínculo con Dios no se da a través del alma sino por medio del espíritu. El hombre y la mujer que no ha conocido a Dios y que no ha sido limpiado o limpiada con la sangre de Jesús, aquel que no ha sido perdonado de sus pecados, tiene su espíritu muerto y no opera en lo sobrenatural de Dios, y si opera, lo hace en lo sobrenatural de los demonios.

Lo espiritual prevalece sobre lo natural. Si el Espíritu Santo es el principal actor de mi vida entonces Él, a través de mi espíritu, alumbra mi alma.

LA PRIORIDAD CORRECTA

El alma es trastornada por causa del pecado, y señala la Biblia que el alma que pecare morirá o sea que el pecado oscureció el alma, de modo que el hombre anda enredado a la hora de tomar decisiones o cuando se maneja por emociones.

Hubo una etapa en la revolución francesa en la que se le dio prioridad a la razón, llegando a endiosarla, pero la gente se cansó de la razón y de los pensamientos porque se dieron cuenta que habían razones sin razón y que ésta no guiaba al bien, más bien llevó a desencadenar la primera y la segunda guerra mundial además de todas las bombas que se construyeron y todo lo que sucede que uno no entiende cómo la razón puede razonar tan irracionalmente.

Hubo una época en la que se creía que la razón lo podía todo pero en este tiempo la gente está contaminada con otro pensamiento y es que según la ideología de hoy, hay que guiarse por los sentimientos y las emociones, hasta los cristianos dicen que hacen determinadas cosas porque lo sienten. No importa si está bien o mal, si es razonable o no, yo me guio por mis sentimientos y emociones.

Yo quiero que nos desplacemos de ese lugar que nos tiene mal posicionados. Los cristianos estamos acostumbrados a decir: “me parece que…” y eso significa que estás dando tu opinión y no lo que opina el Espíritu Santo. O cuando dicen: “Yo siento tal o cual cosa” hablan de sus sentidos y sentimientos. Son muchas las frases que empleamos las que demuestran que estamos viviendo en el área de nuestra alma. Sería bueno entrar en la otra dimensión que te lleva a declarar: “Hago esto porque me ha alumbrado y guiado el Espíritu Santo. El Señor quiere que lo haga, yo no lo hago porque lo siento”.

Aún no hemos entendido la importancia del Espíritu Santo; o el principal actor de mi vida soy yo, o es el Espíritu Santo. Se puede ser cristiano, conocerse la Biblia, creer en Dios, cantar himnos y ofrendar pero hacerlo todo en un nivel chato y natural; hacerlo en las fuerzas del hombre, y hay oscuridad en las decisiones que se toman en ese sentido.

Una de las cosas que tratamos de enfatizar en cada encuentro es la importancia de tener una relación genuina con el Espíritu Santo; qué Él tenga libertad y afecte mi alma de tal manera que me dé cuenta que es Dios el que está actuando. Veamos algunos pensamientos de Dios: Isaías 55: 7 al 9 dice lo siguiente: “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.

Nuestros caminos son del alma, de nuestros pensamientos y emociones y el Señor dice que así como son más altos los cielos que la tierra, así sus caminos son más altos que nuestros caminos y sus pensamientos más altos que los nuestros. La vida cristiana consiste en aprender a renunciar a mis pensamientos y conocer los pensamientos de Dios, y entender que sirven más sus pensamientos que los míos porque son más altos y más importantes sus pensamientos y sus caminos. Esos caminos tan altos son el resultado de una vida espiritual activa. Hay inteligencia espiritual e inteligencia natural; hay sabiduría espiritual y sabiduría natural. El cristiano no puede y no debe moverse guiado por su inteligencia y por su sabiduría natural porque Dios no lo ha creado para que viva en esa dimensión. ¡El Espíritu Santo nos anhela y nos cela profundamente! Él quiere habitar en nosotros y producir cosas sobrenaturales y quiere que abunden sus pensamientos. ¡Los pensamientos del hombre son muy pequeños!

En las escuelas y universidades la ciencia nos enseña que venimos del mono. ¡Hemos caído bajo! Cuando no hay vida espiritual, hay explicaciones naturales. No es lo mismo descender del mono que ser creados por Dios, porque dependiendo de si creemos que venimos del mono o de Dios, cambia la dirección de la vida y la concepción de quiénes somos, y para qué existimos. Si vengo del mono, ¿qué futuro tengo? Me espera un cajón y gusanos que me comerán y ese será todo mi futuro. ¡No hay nada de trascendencia! Pero si vengo de Dios, vivo en su dimensión. Cuando creo que desciendo del mono me pregunto para qué vine al mundo, doy por hecho que nací en el día equivocado, en el lugar equivocado y pienso muchas estupideces. Además, muchos han escuchado de labios de su madre que han nacido por casualidad y que no lo esperaban, lo que los hace cuestionarse, ¿para qué vive entonces? ¡Pero tú vienes de Dios! No estás en el mundo por la voluntad de tu madre porque ella no quería tenerte, pero Dios decidió que nacieras. ¡Qué bueno es saber que provengo de Dios y que Él no hace cosas improvisadas ni al azar! Qué bueno saber que el Señor ya me había proyectado antes de que mis padres se conociesen y Él me estaba esperando. Y no sólo me diseñó sino que pensó en un plan para mí. Yo soy un convencido de que cada uno de nosotros viene de Dios y no de un barrio bajo ni de un apellido tal, somos una concepción de su mente y el Señor tiene un propósito con nosotros.

No sólo tengo que conocer que hay Dios sino que hay un plan que Él creó y no es natural, no está en mi mente, en mi voluntad o emociones sino que está en su corazón y el Señor me lo revela a través de su Espíritu Santo. Así la vida se convierte en algo transcendente. Hay tres preguntas que muchos no saben responder: ¿De dónde vengo? Hay personas que viven frustradas por el apellido que tienen ya que los identifica con su origen; otros se sienten miserables porque nacieron en un barrio pobre y lleno de violencia pero ese no es tu origen. ¡Tu origen está en Dios! Hay mujeres que no quieren tener hijos y los tienen, otras quieren concebir pero no pueden, ¿de quién depende eso? ¿De la mujer, del hombre? Es Dios quien decide quién viene al mundo y decidió que tú vinieras, así que deja de amargarte porque el Señor tiene un propósito contigo. La otra pregunta que muchos se hacen es, ¿para qué existo? La razón y los sentimientos tienen tan confundidas a las personas que hay hombres que no saben aún si son hombre o mujer y hay mujeres que no saben si son mujeres u hombres. Si estás errado en esto, el propósito de tu existencia es un caos.

EL ESPÍRITU SANTO TE ANHELA CELOSAMENTE

En mi nivel natural, en mi alma, yo proyecté ser arquitecto y me preparé para ello; tenía mis ideas claras de qué quería ser y a dónde quería llegar y quería cumplir mis propósitos. Pero un día le pedí a Dios que en mi vida se haga su voluntad y eso cambió todo. Yo no tenía la menor intención de ser pastor ya que no tenía un corazón pastoral, es más, rechazaba la idea de serlo porque en los proyectos de mi alma no estaba ese anhelo. Y cuando le dije a Dios que quería que en mi vida se hiciera su voluntad, el Espíritu Santo comenzó a operar cambios y produjo circunstancias que me hicieron estrellarme en el área de la arquitectura y me fueron llevando a ser pastor. Hoy puedo decirte que sé quién soy porque hallé el plan que Dios diseñó para mí aun antes de que mi papá y mi mamá se conocieran. ¡Tengo un propósito claro en mi vida! Yo sé de dónde vengo, sé quién soy, cuál es mi propósito en la vida y sé también a dónde voy. Mi vida no terminará en un cajón, en el cementerio sino que mi futuro está en la eternidad. Claro que para llegar a eso el Espíritu Santo tiene que guiar tu vida.

Hay cristianos que no tienen conciencia que son de Dios y que hay un propósito para ellos. El Señor quiere que seas lleno de su Espíritu y el Espíritu Santo te anhela celosamente porque Dios te ha creado para Él, para que vivas un compañerismo con Él y seas su familia. No te ha creado para que andes perdido o perdida por ahí. ¡Es imprescindible darle prioridad a la relación que debo tener con el Espíritu Santo! Cuando Él entra en el corazón de la persona y vivifica su espíritu, esa persona comienza a ver con claridad y a entender lo que antes no entendía, a caminar en la dirección que no conocía y a sentir el respaldo de Dios, cosa que no sabía, entonces conoce el poder de Dios y vive en un nivel sobrenatural. ¡Los caminos altos y los pensamientos altos de Dios!

La iglesia de Jesucristo está compuesta por personas que han sido perdonadas de sus pecados, lavadas con la sangre de Jesús y guiadas por su Espíritu. Jesús les dijo a sus discípulos: “He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto” (Lucas 24:49). También les refirió: “…recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).

Para que no vivas una vida chata como si no fueras cristiano, se tiene que despertar tu espíritu; el Espíritu Santo tiene que entrar con fuego de Dios en tu corazón y despertarte a una nueva dimensión espiritual. Algunos no le dan importancia a este tema y viven como cualquier hijo de vecino, no hay fuerza, no hay visión ni poder en sus vidas, pero la iglesia de Jesucristo nació bajo el signo de la presencia poderosa del Espíritu Santo en los creyentes. Los discípulos permanecieron orando hasta el día en que llegó Pentecostés, cuando el Espíritu Santo descendió sobre los que estaban en el lugar, entonces las personas comenzaron a hablar en otras lenguas, a predicar el evangelio con denuedo y a hacer milagros como hizo Jesús, porque el Espíritu que había en Jesús es el mismo que descendió sobre sus discípulos. El libro de los Hechos en la Biblia se dio en llamar Hechos de los apóstoles pero muchos opinan que debió llamarse Hechos del Espíritu Santo ya que uno puede notar que el actor principal en la iglesia  en el mundo, es el Espíritu de Dios. Si lees desde el principio al final verás que el Espíritu Santo está en todas partes.

Leemos por ejemplo en Hechos 13: “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Níger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo”. Saulo era un creyente nuevito que hacía sus primeras armas en el evangelio, el que luego fue llamado apóstol Pablo y escribió varios libros en el Nuevo Testamento. Nos dice Hechos 13: 2: “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”. Ellos esperaban ser guiados por el Espíritu Santo y Él que es el autor principal, les respondió.

¿Quién es el que da las directivas y toma las iniciativas en la vida del cristiano? Es el Espíritu Santo, cuando la persona le da libertad de obrar. Pero cuando alguien está lleno de sus planes y ansioso por conquistar lo que anhela, el Espíritu Santo no lo puede dirigir sino que se contrista y se aparta porque Él no somete a nadie; Dios no quiere títeres sino personas que de su propia voluntad y por el amor que le tienen, se sometan al Espíritu Santo, entonces en esa relación de amor su Espíritu alumbra, gobierna e impulsa. Cuando buscaron la guía de Dios, dice Hechos 13:4: “Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre”. No es que fueron porque le vinieron ganas de ir a predicar a ese lugar sino que el Espíritu Santo los estaba llevando. “Y llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan de ayudante. Y habiendo atravesado toda la isla hasta Páfos, hallaron a cierto mago, falso profeta, judío, llamado Barjesús…” Este hombre estaba estorbando la obra que hacían Pablo y Bernabé. “Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos, dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor? Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano. Entonces el procónsul, viendo lo que había sucedido, creyó, maravillado de la doctrina del Señor”.

Pablo se enojó con el hombre. “¡Un creyente no puede enojarse!” dicen algunos. Sí puede enojarse, siempre y cuando esté lleno del Espíritu Santo; si está guiado por su carne, más vale que no se enoje. Si está lleno del Espíritu Santo se puede enojar con el enojo de Dios. Vemos aquí que nada se hacía sin la guía y la dirección del actor principal, el Espíritu Santo. Si se enoja carnalmente y le dice que se va a quedar ciego, no sucederá tal cosa porque no fue el Espíritu Santo quien lo mandó, entonces Él lo deja que se haga cargo de lo que ha dicho. Si no dejas que el Espíritu Santo actúe, Él no te acompañará en lo que hagas. “…la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia. Pero los judíos instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los principales de la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de sus límites. Ellos entonces, sacudiendo contra ellos el polvo de sus pies, llegaron a Iconio. Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo” (Hechos 13: 49 al 52).

Donde estaban ellos y ocurriera lo que ocurriera, el Espíritu Santo era el actor principal. En Hechos capítulo 15, Pedro, ante el concilio declaró: “Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros”. La discusión era porque los judíos decían que los gentiles debían circuncidarse si querían participar del Espíritu Santo y del evangelio. “Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones”.

El imperio romano cayó, también el griego y el medo persa; cayó el imperio asirio y aún Hitler, y todos ellos eran sostenidos con fuerza e inteligencia humana. La Biblia señala que hay sabiduría terrenal, animal y diabólica. La iglesia lleva más de dos mil años siendo guiada por el Espíritu Santo y no hay imperio que la haya podido detener. Observa el poder de la iglesia, observa el resultado del poder del Espíritu Santo en la dirección de la iglesia. Por eso, el libro de Hechos de los apóstoles que muestra el nacimiento de la iglesia de Jesucristo hace un énfasis grande en mostrar cómo era el Espíritu Santo quien guiaba todo. Luego de tanta discusión decidieron enviarles una carta a los cristianos gentiles diciéndoles: “Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien”. Tienes que pedirle permiso al Espíritu Santo a la hora de hacer algo y preguntarle si es que puedes hacerlo o no. ¡Él te guiará en todo! Sé lleno, sé llena del Espíritu Santo en esta hora. Qué Él se transforme en la guía de tu existencia cada día, que los ames y lo respetes como se merece para que te guíe en el camino de Dios.

Leemos en Hachos 16:6 y 7: “Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió”. Lo que el Espíritu Santo les permitía, ellos hacían, y si no les permitía alguna cosa, no la hacían.

CONCLUSIÓN

Un día le dije a Dios: “Señor, quiero que en mi vida se haga tu voluntad”. A partir de ese día yo perdí el control de mis decisiones y el Señor comenzó a tomarlas por mí. Al tiempo le pregunté enojado: “¿Qué estás haciendo conmigo? ¡No entiendo nada!” Pero Dios no respondía. Para Él fue suficiente cuando le dije que quería que en mi vida se hiciera su voluntad, entonces comenzó a producir circunstancias, también me alejó de determinadas personas y me acercó a otras, y se frustró para siempre mi carrera de arquitecto, pero surgió un pastor. ¡Aún no puedo creer lo que Dios ha hecho conmigo!

Recientemente, una iglesia comenzó a desmoronarse por causa de una crisis que estaba atravesando; el pastor cometió delitos sexuales y la iglesia se quebró. Fuimos unos días con mi esposa al lugar y vimos a la gente destruida, entonces orábamos por ellos y los alentábamos. Viendo eso, me pregunté: ¿Dé donde salió este Jorge si el que yo conocía no tenía tiempo para sentarse con la gente? Cuando dejé a Dios que hiciera lo que quería, Él hizo de mí lo que había pensado. Este es el día en que tienes que decirle a Dios que te llene con su Espíritu ya que no sabes en qué dirección estás yendo con tu vida. Sabe que su Espíritu te va a guiar a toda verdad porque es un Espíritu de verdad y de poder. Mira que se levantarán contra ti y no podrán frenarte porque Dios te da un espíritu de fe, de poder y de victoria que no te permite sentirte fracasado. El Señor te guía sobre los problemas y las circunstancias adversas, pasarás por el fuego pero la llama no arderá en ti y si por las aguas, éstas no te anegarán, cuando pases por el valle de sombra de muerte el Señor estará contigo, su vara y su callado te infundirán aliento, preparará una mesa delante de tus angustiadores y te ungirá con aceite. ¡Dios te llevará de victoria en victoria! No importa si te meten en la cárcel como lo hicieron con el apóstol Pablo por predicar el evangelio, porque la victoria estaba en su corazón y él cantaba himnos allí en prisión hasta que se produjo un terremoto. ¡Dios hará que toda circunstancia difícil se transforme en bendición para ti! ¡Dios hará!

“Extiende tu mano, Señor. Hemos venido de ti. ¿A dónde iremos sin ti, Señor? Preferimos que seas tú nuestro Padre y no el mono. ¡Cuánta gente desorientada que no conoce tu voluntad y cuál es tu propósito! Llena las vidas hoy, Señor, te lo pido en el nombre poderoso de Jesús. Tuyo es el poder y la gloria, Señor. Como hiciste con la primera iglesia hazlo hoy, Padre”.

A ti te digo, renuncia hoy al espíritu de fracaso y sé lleno del Espíritu Santo, deja atrás esa vida de derrota y sé lleno hoy, en el nombre de Jesús. Dile a Dios: “Enciende una nueva pasión por ti en mi vida, Señor, no quiero pasar desapercibido en el mundo. ¡Quiero dejar tus marcas! No quiero obrar bajo la influencia de pensamientos humanos o con fuerza humana, yo quiero conocer tus pensamientos y caminar tus caminos que son más altos que los míos. Lléname Señor, con tu fuego hasta la médula de mis huesos, te lo pido en el nombre de Jesús, amén”.

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