EL MILAGRO DE BELÉN PERSISTE - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

EL MILAGRO DE BELÉN PERSISTE

La semana pasada participé en una reunión en la Universidad de la República, donde fui invitado a exponer sobre religión. Después de veinte años, Dios ha abierto una pequeña rendija para que vayamos a disertar en ese lugar, el trono del laicismo. Con mucho gozo pude decirle a los estudiantes y a los catedráticos que somos un grupo de ciudadanos que creemos en la concepción virginal de María por obra del Espíritu Santo, creemos en el nacimiento de Jesucristo engendrado divinamente, creemos en su muerte y en su resurrección; y todo esto en cumplimiento de cientos de profecías que se habían dado dos mil años antes del nacimiento de Jesús. Durante dos mil años se profetizó que un niño iba a nacer en la ciudad de Belén, de una virgen. ¡Sí, de una virgen! ¡El evangelio es una locura!

¿Era necesario que Jesús naciera de una virgen? Si tu respuesta es sí, ¿cómo me lo vas a explicar? Y si tu respuesta es no, ¿cómo me explicas que no había necesidad? ¡Simplemente fue una ocurrencia de Dios! Creemos como dice la Biblia, que todas las cosas fueron creadas por Él, no por la materia, y para Él, tanto las visibles como las invisibles; y esto incluye la materia, la energía y las leyes que las rigen.

También hay señales de que Cristo vuelve pronto; llevamos dos mil años profetizando por la palabra de Dios que así como Cristo vino la primera vez, vendrá la segunda. ¡Cristo viene! ¡Cada Navidad nos acerca a la segunda venida de Cristo! ¡Me siento feliz porque estoy predicando que Cristo viene! ¡Estoy predicando algo que va a suceder y que nadie podrá impedir!

LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO: SEÑAL DE LA APOSTASÍA

Una de las señales de que Cristo viene por segunda vez se encuentra en 2ª Tesalonicenses 2: 1 al 3: “1Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, 2que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. 3Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición”.

La manifestación de la apostasía pues, es una de las señales de la segunda venida de Cristo; “a” significa negación, esto es, negación de la fe que antes se ha tenido. Apostatar de la fe es negar lo que hemos creído y hay muchas maneras de hacerlo. Especialmente quiero contarte que pude ver la apostasía frente a mis ojos, en el panel en el que participé en la Universidad de la República. Sólo habíamos dos pastores: una pastora de una iglesia protestante tradicional y yo. Esa pastora dijo que su iglesia y las iglesias que son como la suya se están quedando vacías y que a la gente le importa cada vez menos asistir a los cultos, también señaló que cada vez hay menos pastores; agregó que por el contrario habían otras iglesias cristianas evangélicas pentecostales que están creciendo. Ella estaba en una punta y yo en la otra, y decía que su iglesia decrecía pero que la mía progresaba. Cuando yo dije que creo en Jesús, que éramos un grupo de gente que creemos en el nacimiento virginal del Mesías, y que a María la había embarazado el Espíritu Santo, esa pastora retrucó señalando que en su iglesia están tratando de contextualizar la palabra de Dios a la actualidad y pretenden traer las enseñanzas bíblicas a un idioma más contemporáneo, más aceptable por la ciencia y entendible para la gente. Ella descartó el hecho de que un niño pueda nacer sin que medie un espermatozoide masculino, señaló que en la actualidad cualquier niño sabe que los bebés nacen por la intervención de un espermatozoide y dijo así: “Debemos sacar la fábula del mito…” Le llama fábula a lo que enseña la palabra de Dios y pretende sacarle la parte fantasiosa del mito. ¡Le llamó mito a la palabra de Dios! ¡Una pastora!

Yo te pregunto: ¿Qué es lo que tú crees? Yo me hice el firme propósito de aferrarme más y más a la palabra de Dios. ¡No me causa ninguna admiración que esa iglesia se esté vaciando! ¡No me causa ninguna admiración que ya no hayan pastores porque el Espíritu Santo no puede moverse en un lugar donde se apostata de la palabra de Dios, donde se niega lo que está escrito en la palabra de Dios! ¡Afirma hoy tu fe!

A María le vino un cierto mareo cuando el ángel le señaló que ella llevaría en su vientre al salvador del mundo. María también se turbó y preguntó al ángel: “¿Cómo será esto?, pues no conozco varón”. No se conocía otra manera de concebir un hijo que no fuera mediante un acto sexual entre un hombre y una mujer, pero el ángel le dijo: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra”. Cuando dijo: “te cubrirá” estaba utilizando un término que se conoce en el campo y en la antigüedad y que alude al momento en que el macho tiene contacto sexual con la hembra. Continua diciendo Lucas 1:35: “…por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios”.

¡Quiero hablarte de lo que creo! Creo en un mensaje antiguo que para algunos es obsoleto, pero estoy convencido de que por creer ese mensaje soy vivificado y el Espíritu Santo se mueve en mi vida. ¡Veo cómo el poder de Dios transforma la vida de las personas por creer en ese viejo mensaje obsoleto!

LA PRIMER VENIDA DE CRISTO: SEÑAL DE LA VIRGEN MARÍA

Setecientos cincuenta años antes de Cristo, el profeta Isaías habló con el rey Acaz y le dijo: 11Pide para ti señal de Jehová tu Dios, demandándola ya sea de abajo en lo profundo, o de arriba en lo alto. 12Y respondió Acaz: No pediré, y no tentaré a Jehová. 13Dijo entonces Isaías: Oíd ahora, casa de David. ¿Os es poco el ser molestos a los hombres, sino que también lo seáis a mi Dios? 14Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel” (Isaías 7:11 al 14).

Veamos, si el hombre ha podido clonar una vaca o una oveja sin la intervención de un espermatozoide y nos admira la grandeza del ser humano, que une dos células que nada tenían que ver con el espermatozoide y da como resultado una oveja, si el hombre hizo esto: ¿Cuánto más puede hacer Dios? ¡¡Dios puede!! Yo creo en la vieja profecía de Isaías: “Por lo tanto, el Señor mismo os dará una señal”. Yo te pregunto: ¿Tú crees en esa señal? La Biblia dice que el Espíritu Santo vino sobre María y la embarazó. ¡Gloria a Dios! ¡Grave problema para José! A él también le costaba creerlo, fue un problema muy grande porque era tan incrédulo como tú y como yo, pero la Biblia nos afirma en varios lugares este hecho de que, el Santo Ser que vendría, el Hijo del Dios viviente, nacería de una virgen.

Leemos en Mateo 1:18 al 20: 18El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. 19José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. 20Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es”.

¡Sí señores! ¡Nació en esta tierra un hombre que fue engendrado por Dios, un hombre que vino del cielo! El comunismo no ha podido echar por tierra esta “fábula” ni el materialismo ni ninguna otra religión ha podido frenar lo que el Señor dijo: “Este evangelio del reino será predicado para testimonio en todas las naciones y entonces vendrá el fin”.

En el fin, que se refiere a la segunda venida de Cristo, también está la señal de la apostasía. En la reunión que participé, mis ojos vieron a una mujer que se dice pastora pero no cree en la palabra de Dios. Para mí esto es una señal: ¡Cristo viene pronto!

Hace unos años atrás me paraba en el púlpito y decía: “Porque en Buenos Aires hay pastores que dicen esto y esto, también en Europa”. Pero hoy digo: “Aquí en Uruguay hay pastores que no creen en la palabra de Dios”. Y muy desenfadadamente también dijo la mujer: “Y además en mi congregación tengo una comunidad gay”. En cuanto a la venida del Señor Jesucristo y nuestra reunión con Él, no vendrá hasta que se haya manifestado la apostasía. ¿Estás entendiendo que Jesús viene pronto?

El ángel le dijo a José: “No temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es”. Mateo 1:21 al 23 también dice: “21Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. 22Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: 23 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel”.

Quiero decirte que hoy delante de mis ojos Dios está haciendo muchos milagros como el de Navidad, como el de Belén. Dios me mandó a decirte: “¡Para mí no hay nada difícil, yo aún estoy engendrando hijos!” ¿Puedes creerlo? ¡Hoy Dios está engendrando hijos, el Espíritu Santo a muchos está cubriendo y el Santo Ser que nacerá también será llamado Hijo del Dios viviente! ¡Dios está engendrando hijos!    

Dice Juan en su primera carta, capítulo 5 versículo 1: “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, (es decir a Dios) ama también al que ha sido engendrado por él (es decir a Jesús).

¡Yo también fui engendrado por Dios! Todo aquel que ama a Dios, ama al apóstol Márquez. Si tú has sido engendrado por Dios, aquel que ama a Dios también te ama a ti, porque eres su hijo. Si no te aman entonces no aman a Dios porque todo el que ama a Dios ama a aquel que fue engendrado por Él. O sea que continúa el milagro de Belén, Dios sigue engendrando por su Espíritu Santo, y hoy se está manifestando para una nueva Navidad, para un nuevo Belén. ¡El Espíritu Santo viene hoy a engendrar nuevas vidas! ¡Tienes que creer antes de que te gane la apostasía! ¡Tienes que creer antes que el espíritu del mundo te adormezca! ¡Tienes que creer antes de que la ciencia te turbe, antes que te presionen! Porque no sólo viene la apostasía, sino que señala la Biblia que Jesús no vendrá hasta que se manifieste la apostasía y el hombre de pecado. Antes de Cristo vendrá el hombre de pecado. ¡Hoy tienes que creer! ¡Hoy tienes que atesorar la palabra de Dios en tu corazón!

Juan 1:12 y 13 dice: 12Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.

¡Si pudieras creer esto! Hoy tienes que decidir si le crees a la palabra de Dios o no. Claro que para aquel que ya es un hijo de Dios esto no es tan novedoso pero para aquel que no sabe si tiene el germen, el ADN de Dios adentro, quiero decirte que hoy es un día crucial en tu vida.

El fin de año pasado yo no sabía si iba a disfrutar esta Navidad con la iglesia; cuando vi que me desangraba creí que me moría, comencé a temblar y a debilitarme. ¡Nadie tiene comprada la vida! Yo doy gracias que Dios me tiene hoy aquí para poder predicarte que si tú crees en el Hijo del Dios viviente, si tú crees en el nombre de Jesús, entonces eres hijo de Dios y el Espíritu Santo engendra un nuevo ser dentro de ti.

CONCLUSIÓN

No hay fin de continuar más este discurso: ¿Eres de Cristo o no lo eres? Para mí el libro negro, la Biblia, no es una fábula, no es un mito. Para mí la Biblia es la siempre viva, poderosa, eterna, gloriosa palabra inmutable del Dios vivo. ¡He decidido morir abrazado a esta palabra y le pido a Dios que me libre del engaño de este mundo! Yo no quiero terminar siendo un pastor que piensa que a la Biblia hay que actualizarla. ¡Las palabras que están en la Biblia son actuales desde que Dios habló! Señala la palabra de Dios que Él es inmutable, en Dios no hay sombra de variación. Dice la Biblia que Él no cambia y que su palabra nunca cambia. ¡Lo que Dios ha dicho desde el principio así quedará! ¡Su palabra no evoluciona! ¡Su palabra es verdad! Y ya es suficiente al ser la verdad y ésta no puede mejorar, no puede cambiar. ¡La verdad sigue siendo la verdad!

Cuánto me alegro al poder decir: ¡Creo en ti! ¡Cuánto me alegro al decir: Jesús es mi Señor, es mi Salvador! ¡Gracias Dios porque me has dado esa fe que no se mueve con el viento! ¿Tú puedes decir: Yo también creo?  ¡Me da gozo proclamar que Él es mi Dios y mi Salvador! ¡Me da alegría haber creído, me da vida y esperanza! ¿Será que tú tienes la misma certeza que yo? ¿Será que puedes decir: Yo soy un hijo de Dios, yo he creído en el nombre de Jesús, he nacido de nuevo? ¿O será que no estás seguro de esto? ¿El pecado y la vida te dominan, las circunstancias te oprimen, los problemas te preocupan? ¿No estás descansando en los brazos tiernos y poderosos de Jesús? Hoy tienes que acercarte a Él y decirle: ¡Señor yo creo en ti!

Yo puedo ver la mano del Espíritu Santo tocándote y diciéndote: “Hoy te quiero engendrar como un hijo, hoy quiero que creas en mi y que sientas el gozo de gritarle al mundo que eres mi hijo, que crees en mi.  Yo soy el que descendió del cielo y no estimé ser igual a Dios como cosa a que aferrarme sino que me despojé a mí mismo tomando forma de siervo, haciéndome obediente hasta la muerte y muerte de cruz. ¡Lo hice por ti! ¡Vine a tomar tu lugar! ¡Vine a representar al hombre delante de Dios! ¡Vine a presentarme delante de Dios a favor de los hombres! ¡Tanto te amé que bajé del cielo, me despojé, me hice siervo, morí en la cruz del calvario derramando mi sangre para pagar el precio del pecado de la humanidad!”

¡Ese es Jesús, que te amó hasta la muerte, te amó hasta la última gota de sangre! ¡Gracias Jesús!

Si hoy te decides a creer de verdad y a poner tu esperanza y tu vida en las manos de Jesús, si hoy te transformas en uno de los que dicen: ¡Si, creo en ti!, si te alejaste de Dios y no puedes volver, entrégate hoy a Cristo y pídele al Señor que hoy te tome y haga algo nuevo contigo. Él te dice: “No te voy a recriminar nada, sólo conságrate, dame tu vida”. Dile: “Señor te he fallado, pero creo en ti, ven, toma mi vida”. ¡Qué linda Navidad vas a pasar con Cristo en el corazón!

Haz una oración con todas tus fuerzas, que te escuche el diablo, que vea que hoy vienes al Señor con fe y que a partir de este momento ya no le perteneces más; que satanás sepa que desde esta hora ya no tiene arte ni parte en tu vida. Dile a Jesús: “Señor, creo en ti y me alegro de poder confesarlo en esta hora. Tú eres el hijo de Dios que nació del vientre de la virgen María, tu fuiste engendrado por el Espíritu Santo en el vientre de esa santa mujer, y yo hoy confieso que eres mi Señor y mi Salvador. ¡Hoy confieso que eres mi Dios! ¡Hoy confieso que tu sangre me limpia de todo pecado! Lléname de ti Señor, ahora, te lo pido en el nombre de Jesús, amén”.

¡Gracias Señor! ¡Recibe hoy del Espíritu Santo! Sé regenerado, sé renacido en este día en el nombre de Jesús, amén.

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