FUIMOS ENGENDRADOS HIJOS DE DIOS - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

FUIMOS ENGENDRADOS HIJOS DE DIOS

Hay algunos versículos de la Bibliaque me asustan, por ejemplo, Mateo 5:8 dice: “Sed, pues, perfectos, como vuestro Padre que esta en los cielos es perfecto”. Cuando Dios da una sentencia como esta, uno se queda pensando cómo puede hacer para ser perfecto como nuestro Padre que está en los cielos. Hay otro pasaje parecido en Levítico 20:7 el cual dice: “Santificaos, sed santos, porque Yo soy JHVH  vuestro Dios.” Y 1ª de Juan 4: 17 dice: “…pues como él es, así somos nosotros en este mundo

                Yo creo que Dios, o nos está engañando, o tiene “debajo de la manga” alguna carta especial. ¡No se como hará Dios! Hay otros versículos tan fuertes como estos, como por ejemplo, cuando Jesús ora por sus discípulos en el capítulo 17 de Juan, diciendo: “La gloria que me diste, yo les he dado…”.  Está bien que soy lindo y simpático, está bien que soy un gran tipo, pero esto de que la misma gloria de Jesús está sobre mí o que Jesús me ha dado la misma gloria que recibió del Padre, ¡me deja asombrado! ¡Me produce una demanda muy fuerte! Y Jesús dice en el mismo capítulo 17, versículo 18: “Como tú me enviaste el mundo, así yo los he enviado al mundo.”  

                Hay algo muy especial entre Dios el Padre y nosotros, sus hijos. Es tan especial que lo tenemos que meditar, escudriñar y entender, pero también llegar a vivirlo. Cosas como que el Señor está trabajando en el mundo por medio de gente imperfecta, como yo, como los apóstoles, los profetas, los evangelistas, los pastores y maestros. Está usando a los ministros del evangelio para edificar la iglesia, hasta que todos lleguemos a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Mi pastor Roberto Passo decía: “Dios puede dar un buen golpe, con una vara torcida”. Así que Dios me toma a mí, un hombre imperfecto, y me encomienda edificar la iglesia y ayudarla a crecer y a madurar, hasta llegar a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. ¡Para realizar esa tarea, se necesita algo especial! Pero todo esto nos dice que realmente, entre todas las criaturas que hemos sido creadas por Dios, somos los más importantes. ¡Somos los más importantes!

                LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO

               La Biblianos da una perspectiva de nosotros mismos, muy contraria a la perspectiva que da el mundo. Las filosofías humanas están empeñadas en hacernos entender o razonar, que venimos de la nada, que venimos de una explosión ordenada que se llama “Big Bang”, que dio como resultado y por causa de la casualidad, un universo organizado, y un planeta Tierra, armónico, que tiene un equilibrio extraordinario de energía, de agua, de nitrógeno, hidrógeno, oxígeno y permitió que, el hidrógeno (que pareciera ser la materia original) llegara a ser un ser humano. ¡Eso es lo que cree la ciencia!

                ¿Quién tiene más fe? ¿Yo o los científicos? ¡Creo que ellos tienen más fe que yo! A mi no me cuesta tanto creer que Dios existe, y que El creó todas las cosas, pero me cuesta creer que una explosión produjo un universo tan armónico, con seres que hablan y que se ven, que tienen sentimientos, que plantan y comen. ¡Todavía no he visto ninguna capilla a “San Hidrógeno”!

                Dice la Bibliaque en la creación del universo, el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Cuando Dios creó el universo, la tierra estaba desordenada y vacía. La versión Reina-Valera de la Bibliadice que el Espíritu de Dios “se movía sobre las aguas”, pero la verdadera etimología del verbo que se utiliza aquí, significa que el Espíritu de Dios “estaba empollando”, “estaba generando la vida sobre la faz de las aguas”. Creó Dios todas las cosas, su Espíritu estaba en el origen de todas las cosas. ¡¡El Espíritu Santo, el Espíritu del Dios creador de todas las cosas, se estaba moviendo en todos los detalles!!

                Dios creó al hombre, a su imagen y semejanza; cuando los hombres se desviaron, Dios escogió a algunos siervos y los apartó para sí, revelándoles sus propósitos y sus planes, como hizo con Abraham, a quien le dijo, que iba a bendecir a través de su descendencia todas las familias de la tierra. El Espíritu Santo de Dios estaba obrando en la vida de Abraham, en la vida de los profetas, de los reyes, de los grandes siervos de Dios; desde la antigüedad hasta hoy, se menciona enla Bibliala existencia y el poder extraordinario del Espíritu Santo de Dios.

                Dice la Bibliaque Jesucristo es Dios encarnado, o hecho carne; en otras palabras, es Dios despojado de sí mismo, despojado de su gloria y de su poder, haciéndose hombre. Jesús creció como cualquier niño; lo vemos desarrollarse hasta una etapa en su vida en la cual, cuando es bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán, el Espíritu de Dios, vino sobre El como paloma y fue ungido con el poder de lo alto. ¡A partir de ese instante la vida de Jesús cambió! Dice el evangelio de Juan en el capítulo 2, versículo 11: Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él”. ¡Jesús comenzó a hacer milagros cuando fue ungido con poder por el Espíritu Santo!

                El Espíritu Santo intervino en el origen de la iglesia, cuando había 120 creyentes que estaban orando y esperando la promesa del Padre. Jesús les había dicho: “No se vayan de Jerusalén, quédense orando y esperando la promesa del Padre, que el profeta Joel había dicho por el Espíritu de Dios: En los postreros días dice el Señor, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne”. (Hechos 1:4). Y entonces vino el Espíritu Santo sobre esos 120 que estaban orando, cayó el poder de Dios y comenzaron a hablar en lenguas y a profetizar. ¡Ese día Pedro predicó y miles de personas se entregaron a Cristo! “…quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto” (Lucas 24:49).

                Antes de haber sido llenos del Espíritu Santo, fuimos engendrados por el Espíritu Santo. Dice el evangelio de Juan 1:12-13: “…a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”. Entoncesla Biblia habla de otro término importante que es el engendramiento de Dios. Para que Dios demande que el hombre sea como El es, santo, justo y perfecto, tiene que hacer en el ser humano corrompido, una obra perfecta. ¡Algo muy importante debe hacer Dios en el corazón del hombre y esa es la tarea del Espíritu Santo! ¿Conoces al Espíritu Santo? ¿Tienes relación con El?

                Una vez el apóstol Pablo fue a un lugar donde ya había sido predicado el evangelio y les preguntó a los nuevos creyentes: “¿Recibieron ustedes el Espíritu Santo, cuando se les predicó?” Y ellos respondieron: “¡Ni siquiera sabíamos que había Espíritu Santo!” Debo decirte algo: Muchas otras aseveraciones extraordinarias tienela Biblia, acerca de los que creemos en Cristo y de la obra que se nos ha encomendado. Jesús dijo que las obras que El hacía, nosotros también las haríamos; que los que creíamos en El, echaríamos fuera demonios, sanaríamos enfermos y predicaríamos este evangelio de la paz, del perdón de los pecados, de la liberación, de la vida eterna y de la esperanza, para que el hombre deje de ser como un animal en la tierra y se convierta en un hijo de Dios. Hay un nivel que está constituido por la naturaleza animal del hombre, es decir, la parte biológica y anímica, mente, voluntad y emociones. El hombre nacido de padre y madre, nace ser humano.La Biblianos enseña desde el Génesis que todas las cosas que Dios ha puesto en el planeta Tierra, tienen la capacidad de reproducirse según su género. La semilla de alfalfa, siempre dará alfalfa, la de tomate dará tomate, y la de zapallo, siempre dará zapallo. ¡No hay confusión en esto! La ciencia nos quiere hacer creer que el hidrógeno puede llegar a ser una ameba, la que luego se transforma en mosquito, y de mosquito a sapo, de sapo a reptil, de reptil a mono y de mono a ser humano. ¡No existe eso! La gallina siempre pondrá huevos, y de esos huevos, saldrán pollitos. ¡No existe otra cosa más que la reproducción o la capacidad dada por Dios para reproducirse según nuestro propio género! ¡No hay tal cosa como la mutación de los géneros! Podrá haber mutación de genes, pero no una mutación de género. Hay una unidad, de tal manera que cuando engendramos hijos, esos hijos llevan nuestra propia naturaleza y no solamente la naturaleza humana, sino la naturaleza de un papá y de una mamá, de tal manera que cuando le hacen un ADN a una persona, ese ADN lo identifica perfectamente con el de su padre, con su abuelo, con su bisabuelo y su tatarabuelo, porque la naturaleza del padre va descendiendo como un linaje sobre el hijo. No solamente traemos seres humanos al planeta Tierra, sino que los traemos de acuerdo a un linaje, y tenemos un ADN que es una marca extraordinaria que dejamos en nuestra descendencia. ¡Así que nuestros hijos, nietos, bisnietos, y tataranietos, van recibiendo nuestro ADN! Hay una identidad extraordinaria de padres a hijos, y no hay confusión respecto de esto. Yo tengo algo en mi ADN que me identifica con mis ancestros. Por eso está el dicho popular que dice: “De tal palo, tal astilla”.

                SOMOS “dioses” HIJOS DE DIOS

                Cuando Dios dice que somos engendrados para ser hechos sus hijos, ocurre lo mismo que expliqué en el ámbito natural. Si Dios engendra hijos, ¿qué serán esos hijos? Somos dioses, y no me da miedo decirlo, dice el Antiguo Testamento (Salmo 82:6), y Jesús lo confirma en el Nuevo Testamento (Juan 10:34). De modo que Dios puede pretender de nosotros que seamos perfectos, justos y santos como El, para que diga que las mismas obras que El hace, yo las haga, porque soy su hijo. Cuando se habla de hijo, se habla de identidad. Dios engendra por su Espíritu Santo un nuevo ser; por eso en el Nuevo Testamento se refiere a la “vieja naturaleza y nueva naturaleza”. La vieja naturaleza es como la de tu padre, tu madre y tu abuela, pero la nueva naturaleza es como la de tu Padre celestial, es naturaleza del cielo, es naturaleza divina. La naturaleza vieja está condenada, se está arrugando, está crucificada juntamente con Cristo. Cristo vino del cielo, a morir por nosotros para rescatarnos; no es que rescata la naturaleza vieja, sino que pone en nosotros una nueva naturaleza, conforme a la de El. No es que te viene a engendrar con semen de ángel, para que seas como un ángel, tú no eres como un ángel, ¡eres como Dios es! Y la naturaleza de Cristo, es incorruptible, ¡por lo tanto tu naturaleza es incorruptible! La naturaleza de Cristo es eterna, por lo tanto, la nueva naturaleza que tú tienes es eterna. La vieja naturaleza, la que heredaste de tu madre y de tu padre, está contaminada y condenada, porque la paga del pecado es muerte; eso significa que si has pecado, tienes que pagar con la muerte, por eso vino Jesús a morir en la cruz del calvario, en tu lugar para que tú no experimentes esa muerte eterna. ¡Vino a rescatarte! ¡Jesús pagó, cargó con tu pecado y fue hecho maldición por él! Fue condenado, murió y bajó a los lugares más bajos de la tierra.

                Dice la Bibliaen Filipenses 2:6-11 que Jesús, “…siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”.

                Cuando Jesús estaba en las partes más bajas de la tierra, habiendo sido humillado, el Padre mismo se apartó de El, de tal manera que clamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Marcos 15:34). Su naturaleza cargada con nuestro pecado, su naturaleza de carne y hueso, llegó a experimentar la condenación que nos correspondía a nosotros, pero dicela Palabra de Dios, que el Espíritu Santo (y aquí está de nuevo) levantó con poder de los muertos a Jesús de Nazaret. Dicela Biblia que El se ha identificado con nosotros, de tal manera, que su muerte es nuestra muerte y que su resurrección, es nuestra resurrección. Por eso dicela Palabra de Dios, que estamos crucificados juntamente con Cristo, y ya no vivimos nosotros, sino que vive Cristo en nosotros. ¡Gloria a Dios! Dice el apóstol Pablo que para los que no creen, esto que estoy diciendo, es locura; pero dice también, que por esta bendita locura él quiso salvar a los que tienen fe en el evangelio de Jesucristo.

                Los que rechazan este evangelio y esta palabra, a Dios rechazan, y a Cristo rechazan y serán condenados por rechazar la verdad, porque el que resiste la verdad, cree definitivamente en la mentira. Estoy llegando al punto de hacerte entender, que hay una naturaleza santa, incorruptible, justa, una naturaleza de poder, que está dentro de ti. El apóstol Pablo dice que nosotros somos como una vasija de barro. Estamos hechos de agua y tierra. En eso la ciencia esta de acuerdo con nosotros. En tu naturaleza hay: zapallo, zanahoria, boniato, calcio, fósforo, potasio, magnesio, no  se cuantas otras sustancias más, y agua, ¡todo proveniente de la tierra! En otra palabra, ¡eres barro!

                Dice el apóstol Pablo que tenemos este tesoro en vasos de barro, hablando de Jesucristo, o sea que la naturaleza de Cristo que está en nosotros. La otra naturaleza, la que es según Dios. Así que no hablamos de algo sencillo, sino de algo extraordinario, porque si la naturaleza de Cristo está en mi, entonces, mi nueva naturaleza es incorruptible. ¡No puede pecar! Es una naturaleza trascendente y de poder. ¡Simplemente tiene que ser quebrado el vaso de alabastro para que salga el perfume de adentro! Mientras más quebrada está la vasija de barro, mientras más quebrado estoy, más fluye El. ¡Yo debo estar muerto! Ya no vivo yo, decía el apóstol Pablo, sino Cristo en mí.

                Estos son los misterios de Dios; amó tanto al mundo, que no lo quiso dejar perdido en su naturaleza pecaminosa así que vino a predicar el evangelio del reino, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, sino que tenga vida eterna. ¡Por favor! ¡No te pierdas la vida eterna! Mientras más obra el Espíritu Santo en nosotros, más muerta está la vieja naturaleza y más vive y crece la nueva naturaleza, de tal manera que el viejo hombre se va desgastando y arrugando, pero el nuevo hombre, engendrado según Cristo, va creciendo, se va fortaleciendo, y desarrollando. ¡Hay un tesoro muy grande dentro de ti, si es que has creído en Cristo Jesús! El ADN de Dios en nosotros, es lo que nos identifica con el Padre. Es el Espíritu Santo de Dios el que se une al espíritu del creyente, de tal manera que en el Nuevo Testamento, los que traducenla Biblia, muchas veces, cuando se habla de espíritu, no queda claro si se habla del espíritu del hombre o del Espíritu de Dios que está en el hombre. Porque dicela Biblia, que cuando el Espíritu de Dios se une al espíritu del hombre, se confunden y son uno solo. ¡Cuando buscas mi espíritu dentro de mí, tienes un encuentro con el Espíritu Santo! ¡Y cuando buscas al Espíritu Santo dentro de mí, tienes un encuentro con mi espíritu! Porque ya no son dos, sino que son uno. Esto no lo entiende un humanista o un ateo, pero dicela Biblia, que Dios ha confundido la sabiduría de los sabios de esta tierra. Dios usa lo débil para confundir a lo fuerte, y a lo necio para confundir a los sabios de este mundo. ¡Simplemente tienes que creer, porque es el Espíritu de Dios el que te habla!

                Debo decirte un misterio. Los ateos, creen, y los humanistas, creen; no creen en Dios sino en otra cosa, ¡pero ellos no han demostrado nada! El mensaje del amor de Dios, y el mensaje del reino de los cielos, que Jesucristo viene a predicarle a los quebrantados de corazón, a los pobres de la tierra, a los débiles, trae buenas noticias: ¡Que hay esperanza, hay vida, hay eternidad y hay cielo y que esa naturaleza, no es cualquier naturaleza, sino que es la misma naturaleza de Dios!

                Volvemos a decir que la alfalfa, solamente se reproduce en alfalfa, y la chancha, en chanchitos y Dios se reproduce en hijos, conforme a su propia naturaleza. ¡Por eso somos llamados hijos de Dios! Y ser hijos de Dios es más que ser ángel de Dios. Dicela Bibliaque los ángeles son nuestros ayos, es decir, nuestros tutores; son los que están al servicio de Dios, para cuidar a sus niños, que somos nosotros. ¡Nosotros somos los príncipes, los hijos, los dueños de todo y los ángeles son los que nos guían! Dicela Biblia, que mientras el hijo del rey es niño, en nada difiere al esclavo, porque el ayo le dice: “para allá no vayas, para aquí sí”. Le enseña todo lo que tiene que hacer, y lo que no tiene que hacer, pero el hijo del rey es el dueño de todo, mientras que el ayo no es nada.

                Dios nunca se preocupó por cuántos pecados teníamos, El no cuenta cuántos pecados tienes, sino si tienes fe en su Hijo o no. Para engendrarte como hijo, no tiene en cuenta la cantidad ni la gravedad de los pecados, sino tu arrepentimiento y tu fe. Imagínate que te quieres perfeccionar, y quieres empezar a cumplir con los mandamientos para quedar bien con Dios. Llegas al punto en que cumples con todos los mandamientos. Pero, ¿qué haces con los pecados que ya cometiste? La gente, incluidos los creyentes dice: “Yo hago todo el bien que puedo, me llevo bien con los vecinos”. Pero si tú no te arrepientes de tus pecados y le pides perdón a Cristo, El no hará el milagro de transformar tu vida, engendrando vida de Dios en tu vida.

                No se tú, ¡pero yo no me pierdo esta oportunidad! He puesto toda mi fe, toda mi esperanza, y toda mi confianza, en lo que dicela Palabrade Dios. ¿Tienes tú una palabra mejor? Tal vez tengas un genio, o tengas a Freud. Estoy leyendo un libro que se titula: Dios contra los dioses. El hombre que escribe este libro, cuenta que las calamidades y los problemas más grandes existen por causa del monoteísmo y que cuando existía el politeísmo los dioses no se tenían envidia entre ellos. ¡He leído cada historia de dioses! Leí acerca de una diosa de Egipto, que le habían matado al esposo, cortándoselo en pedacitos, así que ella comenzó a buscar desesperada, los pedacitos del marido, y tuvo la suerte de encontrar el pene. Pero como era dios, el pene funcionó, y la diosa quedó embarazada. A partir de esa circunstancia los egipcios comenzaron a adorar el falo. El falo, en nuestra cultura occidental, está representado en el monumento al obelisco; proviene de una creencia de Egipto, así que vemos en todas las ciudades del mundo, la influencia de esta barbaridad egipcia. Pero se habla que los monoteístas somos muy cerrados, somos muy fundamentalistas, así que se está levantando una opresión “anticristo” y “antimonoteísta”. Si en la televisión dices que estás contra el aborto, te miran y te dicen: “¡Usted no puede opinar porque es religioso!” ¡Huelen la fe y la descartan! “Somos laicistas”, así que no podemos opinar porque somos religiosos. El laicismo nos obliga a callarnos la boca, y a guardar en la iglesia lo que creemos.

                Mira, yo creo, que tú puedes creer, porque al final Dios te lo permite, en la diosa o en el dios que quieras; puedes adorar al dios falo, si quieres, pero yo tengo el derecho de creer, y no solo de creer, sino de opinar que eso es una estupidez. Y si creo en la vida eterna, y si creo que el hombre debe ser salvo, ¡no puedo callar! Ha salido una noticia por el mundo, de un homosexual que se ha sentido ofendido con la editorial Zondervan, a la que ha demandado por 70 millones de dólares, porque una traducción de Biblia que ha publicado esta editorial, hirió sus sentimientos más íntimos.La Palabrade Dios dice que los borrachos, los hechiceros y los homosexuales no entraran el reino de los cielos (1ª Corintios 6:9). ¡Pero tengo una buena noticia! Los homosexuales, los drogadictos, los alcohólicos se están convirtiendo, porque donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia. En el Génesis, el Espíritu Santo se movía sobre la faz de las aguas, ¡estaba produciendo vida! Y hoy es igual; la tierra está desordenada y vacía, aunque esta vez la desordenó el hombre, pero el Espíritu de Dios se mueve sobre los pueblos y así como se nos viene encima la pudrición más grande, ¡¡también la salvación más grande está viniendo!! ¡¡El avivamiento más grande está viniendo!!

                ¡Dios quiere llenarte con su Espíritu Santo! Mucha gente se va a perder porque ha hecho profesión de fe en Jesucristo, pero no ha sido revestida de poder para enfrentar el tiempo que viene; creyentes débiles, y flacos, faltos de poder. “Pastor”, dicen algunos, “no se lo que me pasa, me cuesta venir a la iglesia, ya no puedo orar como antes”. “Pastor, yo no puedo amar, se me fue el amor”. Jesús no dijo: Haz lo posible por amar a tu prójimo. Dijo: “¡Amarás a tu prójimo!” “Ahh”, responden, “pero olvidar es muy difícil pastor”. Perola Bibliaafirma que el que está en Cristo, es una nueva criatura, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. ¡Si la fe no te da para creer que todo es hecho nuevo, te vas a quedar con lo viejo!

                Necesitas tomar una decisión, porque Dios no va a aceptar que la amargura, o la tristeza te sigan dominando, cuando Cristo ha venido a darte vida abundante. Qué vergüenza es para Cristo que sus hijos estén sometidos a la vergüenza, a la timidez, al temor. Qué vergüenza es para Dios, que sus hijos confiesen que no pueden dejar de odiar, que no pueden dejar de estar resentidos. ¡Es como que Dios no tuviera poder y no te hubiera dado su naturaleza nueva! ¿Es que no ha hecho nada en ti Cristo? Dicela Biblia, que el Espíritu Santo, nos anhela celosamente. ¡Hay una vida de gracia y de poder para ti!

                Hay una chica que no ha podido perdonar por 23 años, pero tuvo un encuentro con Dios y decía: “¡Como amo a mi mamá y a mi papá! ¡Gloria a Dios!” ¡¡Eso si que es poder!! Ese es el poder de Dios. Un encuentro con Dios va a debilitar todo poder del infierno en tu vida. La tristeza, es para muerte, pero Cristo vino a darte vida. Tu fe en Cristo hace posible, que su vida abunde en ti. Dice la Bibliaen Juan 7:38: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior, correrán ríos de agua viva.”

                CONCLUSIÓN

                Cuando Dios ve a sus hijos llorar porque les falta dinero, dice: “¡Pero estos se parecen a ese lechón que lloraba de hambre, arriba de una bolsa de maíz!” ¿Qué alegría puede tener Dios, cuando la tristeza o la angustia te dominan? ¡Dios te ama tanto! ¿Crees que El quiere que tú estés así? ¡El ha venido para darte vida abundante! De todas las cosas que le pides a Dios, ¿le pides ser lleno del Espíritu Santo? Dice la Biblia: “Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”. ¡Te vas a reír de los problemas, cuando el Espíritu Santo inunde tu vida! No los vas a ver tan grandes, sino que los vas a ver chiquitos, porque Dios te levantará, te recogerá en sus brazos y mirarás el problema desde arriba.

                Me acuerdo cuando yo era pequeño, tenía unos amigos que no me querían. ¡Era chiquito y ya tenía enemigos! Un día llegué a mi casa llorando; mi mamá y mi papá se preocuparon y me preguntan: “¿Qué te pasó?”  Llorando les dije: “¡Alberto me tiró a la basura!” El problema era que algunos vecinos no me querían, eran más grandes que yo, así que me daba temor pasar por la vereda donde estaban ellos. Pero me acuerdo, de dos o tres veces que pasé por la misma vereda donde estaban ellos, ¡pero con mi papá! Tengo la imagen de ir colgado del dedo índice de mi papá. ¡Con mi papá yo no tenía miedo! ¿Lo tienes a Dios de tu lado o no? “He aquí yo estoy con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo”, dijo Jesús. ¡Yo se que El está conmigo!

                Dios tiene un deseo de llenarte, pero, ¿cómo te va a llenar con su Espíritu, si estás lleno de temor, de angustia, lleno de resentimientos, de odios, y de un espíritu de venganza? Si tienes algo de eso adentro, debes pedirle perdón a Dios, y pedirle que te llene. Repite conmigo esta oración: “Queremos confesarte Señor, que necesitamos el señorío de Cristo en nuestras vidas. Y queremos confesarte que hay otros espíritus que están tratando de dominar nuestros sentimientos, nuestros sentidos, nuestros razonamientos. Señor amado, ¡te necesito! Quiero pedirte que me libres de mis ataduras. Te confieso que mi vida, no es una vida de abundancia, hay opresión en mí, hay sentimientos en mí que no me dan libertad. Ahora te entrego mi carga, mi opresión, y te entrego mi vida Señor. ¡Ven a ejercer señorío! Quiero que tú seas el Señor, no quiero que me domine el odio, el temor, la angustia, la tristeza, la amargura, la soledad, la violencia, la venganza. ¡Domina tu Señor! Sálvame, no quiero ser esclavo, sino sólo de ti Señor. Quiero ser tu siervo Señor, entra en mi corazón, lléname con tu presencia, bautízame con tu Espíritu. ¡Toca mi mente, mi voluntad y mis emociones! Dame vida eterna, dame abundancia del cielo. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén”.

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