LA FUENTE DE TUS EMOCIONES - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

LA FUENTE DE TUS EMOCIONES

INTRODUCCIÓN

El libro de 1ª de Samuel encontramos el relato de cuando David enfrentó a Goliat; él era un muchacho que no tenía edad para ser un soldado y mucho menos para estar en la guerra, pero su padre le pidió que fuera a donde estaban sus hermanos a llevarle suministros, ya que ellos sí estaban en la guerra. Cuando David llegó, vio que todo el ejército de Israel tenía miedo a sus enemigos y al gigante Goliat, éste era un gran paladín que tenían los filisteos; David notó que nadie se animaba a pelear contra ellos pero él tenía la experiencia de que Dios lo había acompañado y guardado mientras cuidaba las ovejas de su padre. David no era una persona importante, era un muchacho que cuidaba las ovejas y hacía los mandados, pero amaba a Dios y cuando vio las provocaciones del gigante, dijo: “… ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?” Insistió entonces, en pelear contra Goliat y el rey Saúl no lo dejaba, a lo que David dijo: “Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo”. Animado, David tomó una honda y mató a Goliat, y le cortó la cabeza con su misma espada. Ese fue un día de celebración porque los israelitas vencieron a los filisteos; hubo mucha alegría en el pueblo, tanto es así que cuando regresó el ejército a la ciudad, las mujeres salieron a recibirlos con panderos y cantos de alegría, diciendo: Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles. Este cántico arruinó la fiesta, porque Saúl se enojó mucho al escuchar lo que decían las mujeres, entonces, el día de alegría se transformó en día de luto. 2ª de Samuel 18: 8 y 9 dice así: “Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David”.

Saúl era un hombre grande, era el rey, dueño de todo y jefe del ejército, en cambio David no era dueño ni siquiera de las ovejas que cuidaba. Él no se presentó con ninguna pretensión de enfrentar al rey y mucho menos de quedarse con el reino, sólo fue a donde estaban sus hermanos por mandato de su padre. Saúl se desubicó, él tenía que estar contento con ese muchachito, aunque lo estuvo por un rato, hasta que escuchó el cántico de las mujeres y desde ese día miró mal a David, “le hizo la cruz”, como se dice comúnmente.

Muchas veces tenemos una mala impresión de alguien y ni siquiera nos interesa saber si esa persona ha cambiado o no, a nosotros no nos agrada. Sucede que cuando estás “cruzado” con alguien, es muy difícil bajarla de la cruz donde la has clavado y Saúl nunca más miró con buenos ojos a David.

Quiero hablarte hoy del espíritu de Saúl y no se trata de un demonio llamado Saúl; sucede que hay personas que tienen ese aire o se parecen a él y no es que tengan un demonio con ese nombre sino que llamamos así a ese combo de espíritus malignos que le hacían a Saúl ser como era. En la Biblia hay varios personajes que tienen otros combos de malos espíritus como por ejemplo Absalón y nos referimos entonces al espíritu de Absalón; también hubo una mujer muy mala, idólatra y manipuladora, y cuando vemos a alguien que actúa como esa mujer decimos que tiene el espíritu de Jezabel; no hay un demonio llamado Jezabel o Absalón pero hay algo en las personas que hace que nos parezcamos a Saúl, a Absalón o a Jezabel; me refiero al carácter de Saúl dominado por determinados malos espíritus. Debemos aprender a discernir qué es lícito y que no lo es con respecto a algunas cosas que pensamos, decimos o hacemos.

EL ESPÍRITU DE SAUL

Nosotros no estamos en condiciones de argumentar o razonar qué está bien o qué está mal en cuanto a lo que pensamos o sentimos porque no estamos capacitados para separar el bien del mal. Tenemos una naturaleza que viene de Adán, de la tierra y pecaminosa desde la cual se originan muchos deseos, razonamientos y pensamientos; pero hay otra fuente que está en Dios el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, y de ahí vienen los buenos pensamientos y sentimientos. El hecho es que nosotros estamos navegando en un mar de emociones, de pensamientos y razonamientos, entonces tratamos de hacer lo que está bien, pero no nos damos cuenta que lo que creemos que está bien en realidad está mal; tratamos de no hacer lo malo pero eso que no queremos hacer lo hacemos y vivimos fracasando. Es que si nuestra vida no pasa por la cruz de Cristo, nada de lo que pensamos o hacemos será bueno. ¿Qué es la cruz de Cristo? Tenemos que tomar la decisión de negarnos a nosotros mismos. Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”.

Saúl se enojó pero, ¿está bien que un cristiano se enoje? ¿Puede un enojo venir de parte de Dios? Quiero decirte que todo aquello que proviene de nosotros, de nuestra naturaleza humana, de nuestros sentimientos y pensamientos nunca será bueno. La Biblia declara que lo que es nacido de la carne, carne es y lo que es nacido del espíritu, espíritu es. Tenemos que saber que si viene de nosotros no es de Dios y todo lo que viene de Dios es bueno aunque sea un enojo. Al menos tenemos el consuelo de que Jesús se enojó, pero aun así no pecó. Cuando mi hija rezonga a mi nieta, ella ve que la mamá está enojada de verdad y cambia de actitud. Hay enojos buenos y otros malos; Dios le pone límite al enojo. Efesios 26 dice: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo”. Si te vas a enojar y queres retener el enojo, hazlo bien temprano a la mañana pero no se te ocurra hacerlo a la tarde porque tienes poco tiempo para desenojarte antes de que anochezca. Un enojo retenido genera resentimiento, amargura, deseos de venganza y otros pecados más, entonces, un enojo retenido se transforma en un gran pecado. Una persona puede llegar a asesinar por causa de un enojo retenido. Empiezas enojándote con alguien y no sabes en qué va a terminar, por lo tanto conviene que sepas de dónde viene tu enojo. ¿Viene de Dios o son tus razonamientos que lo fomentan? ¿Tus excusas sostienen tu enojo? Si tus razonamientos justifican tu enojo, entonces éste es perverso y no viene de Dios.

Donde comienza el versículo 6 del capítulo 18 de 1ª de Samuel hay un subtítulo que dice: “Saúl tiene celos de David”. Vemos aquí que hay otro sentimiento y son los celos. Yo te pregunto: ¿Es bueno o malo el celo? Hay un celo que es buenísimo y santo, es el celo de Jehová y dice la Biblia también que el Espíritu Santo nos anhela celosamente, o sea que el celo no es tan malo. La pregunta es: ¿Cuándo es bueno y cuándo es malo? Si el celo que sientes tiene origen en ti y los argumentos o pensamientos que lo sostienen, son tuyos, entonces tus celos son destructivos. Una mujer sentía celos por su marido y cuando va al Shopping ve a su esposo tomado de la mano de otra entonces se encendió y corrió hasta ellos saltando sobre la mujer que estaba con su marido, jalándole el cabello y gritando: “¡Este es mi marido!” Cuando me contó, yo exclamé: ¡Qué hiciste!” Y ella me responde: “Es mi marido”.

Cuando el celo proviene de la carne, recordemos que lo que es nacido de la carne, carne es y ésta nunca producirá buenos resultados por más nobles que parezcan los sentimientos. Hay cosas que no sirven por más que yo considere que son buenas; no sirve que dé todos mis bienes para que sean repartidos a los pobres si no tengo amor. ¡Es una obra perversa que Dios no acepta! Aun si yo diese mi cuerpo para ser quemado y no tengo amor, dice la Biblia, nada soy, de nada sirve, por lo tanto a Dios no le interesan tus argumentos ni tus pensamientos; lo que a Dios le interesa es que tus argumentos, tus sentimientos y tus actos provengan de Él. El Dios que te ordenó: No matarás, le ordenó al pueblo de Israel matar y esto vuelve locos a los laicistas de hoy en día. ¿Matar es bueno o es malo? Si Dios lo ordena es bueno, pero si lo ordena la carne, es malo. Por lo tanto no se trata de saber argumentar o razonar ni mencionar cuáles son tus hermosos sentimientos, lo que importa es el origen del pensamiento, del sentimiento y de la acción. Hay amores que son buenos pero hay amores que matan. ¿El amor es bueno o es malo? Si el amor que tienes proviene de Dios, es bueno pero si proviene de tu corazón, de tus emociones, pensamientos y razonamientos es malo.

EMOCIONES ORIGINALES Y COPIAS

Los fabricantes de vehículos venden los repuestos originales, eso sería el amor de Dios, el celo de Dios y el enojo de Dios, pero hay otros repuestos que no pertenecen a la fábrica de origen. Las empresas aconsejan siempre que compremos repuestos originales, ahora, éstos son más caros. Normalmente las empresas que fabrican autos toman medidas de control más minuciosas que quienes fabrican una imitación. Entras a un bazar y a simple vista puedes confundir vasos de plásticos que parecen de vidrios; los de vidrio son los originales pero hay otro igualito aunque es de plástico. Entonces, lo importante no es lo que tú sientes.

Una mujer quería hablar conmigo entonces entró a mi oficina, cerró la puerta y me dijo: “Tengo que confesarle que lo amo. Estoy loca por usted”. Yo le dije que fuera a contarle a mi esposa a ver qué le decía ella y me responde: “¡No, a su señora no!” Agregué: “Lo que tú estás sintiendo es del diablo”. Y ella insistió: “¿Cómo puede ser del diablo algo tan divino como lo que yo estoy sintiendo por usted?” Cuando estás aferrado a tus sentimientos ni siquiera quieres escuchar el consejo de Dios.

Del mismo modo, una mujer se enamoró de un hombre casado y me dijo que ha estado orando por más de seis meses por él. Le dije que eso estaba mal e iba contra la voluntad de Dios y ella me dijo: “¿Cómo va a ir contra la voluntad de Dios y cómo va a ser un sentimiento del diablo si yo siento un fuego en mi corazón?” O no conocía la palabra de Dios o no quería escuchar el consejo de Dios. A veces sentimos cosas sublimes, pero hasta las mujeres que dicen tener un sexto sentido le escapan por lejos. Se meten con un hombre que las deslumbra y creen que es el príncipe azul pero descubren que es un sapo.

¿Cómo hacer para no ser engañados por nuestro corazón, por nuestros sentimientos y razonamientos? Hay poderes que actúan como lo hicieron con Saúl y él se mantuvo en su enojo y en su celo e intentó matar a David. Por haber desobedecido a Dios, un espíritu malo de parte de Jehová atormentaba a Saúl, entonces se había llevado a David a su casa y según declara 1ª de Samuel 16: 23: “Y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él”.

Hasta antes del enfrentamiento con los filisteos Saúl amaba a David pero después que éste venció a Goliat, al escuchar el cántico de las mujeres, su actitud hacia él, cambió, según nos relata 1ª Samuel 18: 8 al 11: “Se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David. Aconteció al otro día, que un espíritu malo de parte de Dios tomó a Saúl, y él desvariaba en medio de la casa. David tocaba con su mano como los otros días; y tenía Saúl la lanza en la mano. Y arrojó Saúl la lanza, diciendo: Enclavaré a David a la pared. Pero David lo evadió dos veces”.

Saúl se mantuvo en su sentimiento de enojo y de celos, y parecía que estaba defendiendo su palacio y su reinado pero estaba temeroso de David, por cuanto Jehová estaba con él pero se había apartado de Saúl. En otra versión de la Biblia se habla de la envidia que tenía Saúl por David.

Leemos en Gálatas 4: 17 y 18: “Tienen celo por vosotros, pero no para bien, sino que quieren apartaros de nosotros para que vosotros tengáis celo por ellos. Bueno es mostrar celo en lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros”. Esto es un juego de palabras pero el apóstol Pablo dice aquí que es un celo malo y que hay quienes tienen celo por la gente de la iglesia de los gálatas pero no es un celo para bien sino para mal porque quiere apartar a los creyentes del apóstol Pablo. Él señala que hay un celo que es malo y un celo que es bueno y les dice: “Bueno es mostrar celo en lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros”. Hay un celo que tiene raíz en la naturaleza humana y otro que tiene raíz en la naturaleza divina. Todo lo que proviene de Dios aunque parezca malo es bueno y todo lo que proviene de la naturaleza pecaminosa del hombre aunque parezca bueno es malo. Dios ha desechado los razonamientos de los pecadores, la carne no está habilitada para producir pensamientos y obras espirituales porque todo lo que es nacido del carne, carne es y todo lo que es nacido del espíritu, espíritu es. Por lo tanto yo tengo que saber cuál es la fuente de donde provienen mis pensamientos y mis sentimientos.

A Dios no le interesa nuestros argumentos, entonces tenemos que preguntarnos de dónde viene este pensamiento y este razonamiento que tengo, de dónde viene este amor o estos celos que yo tengo. Señor alúmbrame y guíame a las causas que harán que mi carne quede crucificada y domine el espíritu sobre mi vida. La cuestión no es si te enojaste o no sino de dónde provino tu enojo; la cuestión no es si tienes celo sino de dónde proviene éste. Lo importante no es si amas o no sino de dónde proviene ese amor. ¡Sólo lo que es puro y bueno viene de Dios! Tú tienes que estar en condición para poder responder. Sin importar  la opinión de tus padres ni la de tu pastor te enamoras de un hombre alegando que lo amas. Tenemos mucha experiencia en esto porque cuando le dijimos a algunas personas que lo que estaban sintiendo no era de Dios igualmente siguieron adelante con la relación y su matrimonio no duró mucho.

CONCLUSIÓN

Dios quiere cambiar la fuente de tus emociones y quiere hacerse cargo de ellas y de tus razonamientos. Si hay algo por lo cual Jesús alegró el corazón del Padre fue que Él nunca dependió de sus buenos razonamientos, nunca hizo lo que le pareció y siempre declaró que hacía lo que veía y escuchaba del Padre. Es muy importante que tomes en cuenta la Biblia y la respetes porque el diablo te puede hacer sentir algo sublime en contra de la palabra de Dios y tú te metes con una persona casada pero el Señor te dice que no está bien lo que estás haciendo y no te va a ir bien.

Dios podía haber ayudado a Saúl pero éste se endureció delante del Señor y se empecinó a tal punto, y esto les sucede a muchos cristianos, que cuando oraba a Dios y Él no le contestó, fue en busca de una adivina. Saúl mismo había prohibido a los adivinos y agoreros en Israel pero al ver que Dios no le contestaba, se fue a lo de una adivina a pedirle que le dijera acerca de su futuro. A él le importaba más cualquier tipo de conocimiento que el conocimiento de Dios. En Gálatas 5 vemos que el celo se encuentra dentro de una larga lista que es fruto de la carne: “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,  idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías…” No se trata de que si tu celo está justificado. Esa clase de celo no es bueno pero el celo por las cosas de Dios te ayudará. Hay cosas que tú no puedes manejar, sólo lo puede hacer el Espíritu Santo, si le das lugar a Él. Necesitas que el Espíritu Santo habite con poder en tu corazón y ser lleno de Él; necesitas ser alumbrado por la otra fuente, no la de la carne sino la del Espíritu.

Hoy tiene que cambiar la fuente de tu conocimiento y de tus sentimientos; no puede ser que sigas errando el camino, equivocándote, confiando siempre en ti mismo, en tus sentimientos o en tu sexto sentido. Debes pedirle perdón a Dios por todas esas veces que tomaste decisiones sin importar lo que el Señor piensa al respecto y te guiaste por lo que veías y deseabas, entonces estás cosechando el fruto de lo que has sembrado en la carne. Pídele a Dios que te libre de tus pensamientos y de tus razonamientos, pídele que ponga temor en tu corazón por su palabra y te enseñe su verdad y su consejo.

Dile al Señor: Te necesito Padre, te abro hoy mi corazón. Reconozco mis pecados, reconozco que no te he entregado a ti las riendas de mi vida; yo me digo cristiano pero hay falsedad e hipocresía en mí porque no te dejo a ti tomar las decisiones. ¡Te pido que a partir de hoy te hagas cargo de mi vida! Perdoname Señor, muchas veces me equivoqué, pero no quiero seguir así. Lávame con tu sangre precisa y alúmbrame con tu Espíritu Santo Señor, sólo lo que viene de ti es verdad, en mí hay mentira pero te pido que tu verdad reine en mí.

Jesús está haciendo una obra perfecta en ti, el Señor está obrando para que tú puedas estar en la gloria con Él y que tus vestiduras sean totalmente blancas. Dios no acepta nada en su iglesia que no provenga de Cristo y si proviene de Él es blanco, puro, sin mancha y sin arrugas. El Señor está golpeando la puerta de tu corazón hoy, respóndele y abre tu corazón, Sé libre en este día de las ataduras de la carne, en el nombre de Jesús, amén.

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