LA INFALIBLE LEY DE LA SIEMBRA - Misión Vida para las Naciones

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LA INFALIBLE LEY DE LA SIEMBRA

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INTRODUCCIÓN

En estos días, ha llovido abundantemente en Uruguay; tal vez a algunos les ha molestado que cayera tanta agua, en cambio los productores del campo están agradecidos porque en la lluvia hay bendición. Cuando llueve, comienzan a crecer las pasturas en el campo y éste reverdece, también hay expectativas de buenas cosechas. Por eso decimos que la lluvia es bendición y en Isaías capítulo 55, el Señor dice: “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”. ¡No es en vano que hoy haya llegado a ti este mensaje!

Aquellos que han escuchado muchas veces la palabra de Dios, tienen adentro un depósito de bendición. El día que germine, vamos a ver la gloria de Dios en tu vida, pero eso será cuando creas la palabra, ya que una cosa es la lluvia de Dios, otra es su palabra, y otra distinta es la tierra donde cae esa lluvia.

                “MI PALABRA ES COMO LA NIEVE, Y COMO LA LLUVIA”

En cuanto a la lluvia y la nieve que menciona este pasaje, quiero decirte que yo provengo de la provincia de San Juan, Argentina, una zona semidesértica; allá llueve muy poco y cuando esto sucede, en verano, en tan sólo veinte minutos destruyen las cosechas, ya que caen piedras. Por lo tanto los campesinos no esperan lluvia, sino nieve. San Juan limita con Chile a través de la cordillera de los Andes y la nieve se origina en sus picos. Entre mayo y agosto (otoño-invierno) ocurre en esa provincia un fenómeno llamado viento zonda; es un viento muy caliente que hace variar el clima. En esa época allá es invierno y hace mucho frío pero de pronto sopla el viento zonda en el valle, y cuando esto acontece se puede ver la nieve en los picos de la montaña. Esto anuncia la proximidad de una primavera y verano bendecidos, porque la nieve comienza a destilar agua paulatinamente, mientras el sol va calentando y baja por la montaña hacia un río que es subsidiario de otro más grande, hasta llegar al río San Juan que es el más importante.

¿Qué es lo que sucede con la producción? Solamente el territorio cultivado accede al riego por medio de una red de acequias o canaletas por las cuales circula el agua, ya que ésta es la única forma de riego y esto es una bendición, porque San Juan produce frutas y verduras de calidad, ya que no llueve como en Uruguay, lo que podría destruir las cosechas. En Uruguay se hace necesario prevenir la peronospora que es un hongo, tres o más veces al año, por causa de la lluvia y la humedad, en San Juan este hongo se previene una sola vez al año si es necesario y esto es por causa de la aridez del lugar. En agosto se sabe que la cosecha del próximo verano será buena en San Juan, por causa de la nieve en la montaña. ¡Dios lo ha pensado todo muy bien! La nieve no se puede descongelar en forma rápida por el hecho de estar a cuatro mil o cinco mil metros de altura, y su cumbre es muy fría con hasta veinte grados bajo cero, o sea que esa nieve, a medida que es calentada por el sol, se va destilando lentamente y da para cubrir todo el verano. El Señor te dice: “Mi palabra es como la nieve y como la lluvia que desciende de los cielos, no volverá arriba sino que antes hará germinar la tierra y producirá aquello por lo cual yo la envié. Será prosperada en mi propósito”. Dios te ha dado palabras a ti, y hoy te dice: “Hay bendición en mi palabra, aunque tú no la entiendas ahora. Aunque tú no lo veas, hay bendición para ti”.

En San Juan, fuera de la zona de cultivo, la tierra es desértica, pedregosa y llena de arbustos secos, de crecimiento lento por causa de la falta de agua. Hay lugares en donde no se ven plantas ni hierbas y es lógico imaginar que ese suelo nunca producirá nada, pero sucede un fenómeno increíble. Aunque hay lugares en los cuales por treinta años no ha llovido, un día llueve y esa agua se junta formando lagunas y charcos que permanecen por tres o cuatro años aunque hay algunos que tienen unos diez años. En un lugar donde no ha llovido por años y donde no había nada, ahora hay juncos y aves variadas que se alimentan de los bichitos que hay en esa laguna. Yo me pregunto, ¿de dónde han salido esos bichitos, los juncos y las otras plantas? ¿Y los patos, de dónde han venido? ¡Dios abasteció todo! ¡Hay ahí un almacén de bendición!

                HAY PROVISIÓN ABUNDANTE DE SEMILLAS EN TU TIERRA

Un predicador de Guatemala me dijo: “Mira Jorge, aún en el terreno más árido hay una provisión de semilla que está guardada hasta el día que caiga lluvia”. No es que está todo seco y ya no hay más posibilidad de vida. En las pirámides de Egipto, remontándonos a cuatro mil años atrás, en las tumbas donde habían enterrado a los faraones, como ellos creen en la reencarnación, les dejaban semillas de toda clase; después de mucho tiempo encontraron esas semillas de más de cuatro mil años de edad, las mojaron y éstas germinaron. Yo me he encontrado con gente que me ha dicho: “Yo volví a la iglesia porque cuando era pequeña mi mamá me traía. Ella se había enojado con el pastor y se fue, pero yo siempre me acordaba de las veces que mi mamá me traía, y comencé a venir”. “¿Y tu mamá?” le pregunto. “Todavía está enojada pero yo vengo igual y estoy feliz”. Yo he predicado miles de veces y hoy lo vuelvo a declarar: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. En el corazoncito de un niño hay un depósito de bendición, porque Dios dijo que si instruyes al niño en su carrera, aun cuando fuere viejo no se apartará de ella. Se apartó la madre pero ella o él no se alejaron. Dios te dice: “La palabra que te he dado va a germinar y producirá. A ti te parece que yo no veo pero sí veo; te parece que no estoy haciendo nada pero sí estoy haciendo. Mi palabra nunca volverá a mí vacía sino que hará la obra para lo cual yo la envié”. Dios te ha hablado, sólo espera que se rompa la cáscara que hay en tu corazón y verás cómo su palabra germina en tu vida. ¡Dale una oportunidad a Dios!

El predicador me enseñó que en toda tierra hay un depósito de bendición, por más seco que esté todo. Ahí donde pareciera que no hay semilla, ahí donde el diablo te dice: “Dios se ha olvidado de ti. ¿Dónde está tu Dios?” Ahí adentro tuyo hay una palabra que Dios ha puesto. ¡El Señor hará llover y germinará! Nada es en vano cuando Dios habla. Cuando yo predico lo hago con certeza y con fe, nadie detendrá mi lengua y diré lo que tengo que decir porque yo sé que cuando Dios habla, produce. Claro que dentro de ti hay semillas buenas y malas. Dice la Biblia en Mateo 13:24 al 30: “El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”. Al final del tiempo viene la gran cosecha y los ángeles del Señor separarán la cizaña del trigo. Algunos se escandalizan de que en la iglesia haya gente mala pero quiero decirte que hay de todo, porque hay semilla que no la plantó el Padre celestial. Si hay amargura en tu corazón esa es una plantita que el Señor no plantó. ¡Dios no planta semillitas de amargura! ¡Él siembra semillitas de felicidad y de paz! Si hay resentimiento dentro de ti, eso que está germinando dentro de ti no es de Dios porque Él no planta semillitas de resentimiento. ¡El Señor planta semillas de poder y de amor!

Hay entre nosotros personas que en su adolescencia y juventud han asesinado, han robado, han destruido a sus hijos, han abandonado a sus esposas e hijos, pero una palabra de Dios entró en su corazón y transformó a esas personas. Piensas que la palabra de Dios no tiene poder y esto genera temor en tu vida pero la palabra de Dios sí tiene poder. ¡Es la semilla del Dios viviente! A mí me admira que los eucaliptus más altos que existen, son el fruto de una semillita muy pequeña pero que adentro tiene una vida extraordinaria.     De un solo árbol de eucaliptus puede salir abundante madera. Así que por muy pequeña que sea la semilla que Dios te ha dado, tiene un potencial extraordinario y está dentro de ti. Si Dios te habló, ahí está adentro de ti. Algo la va a regar y esa semilla va a germinar. ¿Te preocupan tus hijos? ¿Te preocupa tu cónyuge? ¡No te preocupes más, cree que la semilla que sembramos por la palabra de Dios germinará en tu vida! Yo no me canso de predicar y de dar consejos porque sé el poder que hay en las palabras que hablo de parte de Dios.

Estábamos viendo con mi nieta un programa de Animal Planet, en donde había unos animales que se morían de hambre y de sed; en ese lugar no había pasturas y eran muchos los animales que vivían ahí. Mi nieta me preguntó: “¿Qué les pasa abuelo?” “Es que no hay pasto…” “¡Ah, yo no quiero ver eso!” me dijo angustiada. “¿Y por qué no hay pasto abuelo?” “Porque no ha llovido”, le respondo. ¿Y por qué no hay lluvia abuelo?” “¡Ya va a llover!” Pasaron unos minutos y mostraban cómo se desataba una tormenta y yo le dije: “Mirá Justina, está lloviendo. Ahora van a poder comer los animalitos”. Dos días antes me dijo: “Abuelo, vamos a jugar afuera”. “No, está lloviendo”, le dije. “Ah, ¿por qué llueve abuelo?” Y le respondí: “Ahora que está lloviendo, el pastito de Beraca se va a poner verde y lindo”. “¿Entonces cuando no llueva vamos a salir a jugar?” ”Sí, vamos a salir a jugar”, le respondí.

                CONCLUSIÓN

Dios te dice: “¡Hoy llueve! ¡Tú verás germinar las palabras que yo te he dado! ¡Sólo necesito que creas! ¡Recibe mi palabra!” Cuando no crees la palabra, vives atemorizado; cuando no crees la palabra vives angustiado, triste y fracasado, pero quiero decirte que Dios te ama y el mayor acto de justicia que existe es que el Señor te ama. La justicia de Dios está basada en el amor y por cuanto Dios te ama, es justo. No importa la cara que tengas, porque Él te hizo así y le gusta. ¿Qué significa el acto de justicia? ¡Qué Él hará lo que tenga que hacer para bendecirte, porque te ama! ¡Es tremendo el poder del amor de Dios sobre tu vida! Este es un día de lluvia de bendición en el que Dios te dice: “Si yo te dije que te lo daría, te lo voy a dar”. A algunos les dice: “Yo te he dado palabra, no debieras estar atemorizado. Si yo te he hablado, ¿por qué tienes temor o estás angustiado? Yo te di palabra para que teniendo esa palabra, la tomes, seas feliz y sepas esperar el tiempo de la lluvia en que germinará ese depósito de bendición que hay dentro de ti”. Dios no quiere que andes amargado, triste, solitario. ¡El Señor quiere tu bendición! Él te quiere convencer de que la palabra que ha enviado sobre ti no volverá arriba sin antes producir semilla. Una sola lluvia hace reverdecer esas plantitas que producirán millones y millones de semillas.

Nos llevó unos meses eliminar una plantita que da una florcita amarrilla en los predios de Beraca, que es una peste, pero cuando comenzaron las primeras lluvias, surgieron nuevamente. Logramos eliminarlas y las amontonamos en unas parvas altas que luego fueron quemadas, pero volvieron a surgir. Hay semillas buenas y malas y esas son malas. Nosotros las cortamos de raíz y las quemamos para que no quedara rastro pero se ve que algún viento las esparció por todos lados y hoy tenemos nuevamente esa peste en Beraca. Esa semilla que plantó el diablo para que estés amargado o amargada es mala. Eso que hizo que te endurecieras y usaras argumentos para no amar ni perdonar, esas son semillas que sembró satanás y se llama cizaña, pero Dios está pasando su arado y te dice: “Yo quiero hacer germinar mi semilla en tu vida, semillas de paz, de amor y de poder. Créeme que amo tu matrimonio, amo a tus hijos y responderé tus oraciones. Créeme que tengo un arsenal de semillas de bendición para que germinen en tu vida”. No pienses que dentro de un tiempito pasará algo, Dios quiere que creas que hoy está lloviendo y recibirás bendición. No importa si lo sientes o no porque lo que Dios te dice no es para sentirlo sino para creerlo. El Señor está haciendo una gran obra en ti hoy. Están las semillas de bendición y las de maldición; están las semillas de vida y están las de muerte, tú le darás cabida a la que quieras.

Leamos nuevamente Isaías 55:11-12: “Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso”. ¡Los árboles te verán y te aplaudirán!

¿Estás padeciendo temores? La semilla de temor no la ha sembrado Dios sino satanás. Son muchas las razones por las que el temor puede estar pegándote duro como alguna enfermedad de muerte, una voz que te dice que te vas a morir en un accidente, el temor que te atormenta diciéndote que nunca saldrás de ese estado de frustración en el que estás o que las cosas en tu matrimonio nunca van a cambiar. El temor te susurra al oído, que Dios está sordo y no te escucha. Hay muchos argumentos que pueden estar metidos en tu corazón y te mantienen en un estado de temor, pero Dios quiere hacerte libre. ¡Entrégale tus cargas y preocupaciones en esta misma hora! Dile es ese espíritu: “Espíritu de temor te ato y te echo fuera de mi vida; la palabra de Dios dice que Jesús vino a liberar a los cautivos y yo me declaro libre de todo temor en el nombre de Jesús”.

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