LA JUSTICIA ELEVA A LA NACION

Dice la Biblia en Proverbios 15:11: “El seol y el Abadón están delante de Jehová, ¡cuánto más los corazones de los hombres!” Otra versión dice: “Las profundidades del infierno no guardan secretos para la sabiduría de Dios. ¡Cuánto menos los corazones de los hombres!”

Nada se escapa del ojo de Dios; ¿qué podemos hacer que él no pueda ver? Dios observa todo lo que sucede en el universo y aún lo que haces y piensas, pero lo más grave es cuando una nación entera decide, por medio de sus representantes, que el aborto es éticamente aceptable y lo plasma en una ley. Una ley recoge lo que es bueno y aceptable dentro de la sociedad, ella es un reflejo de lo que es moralmente bueno o debiera serlo. Qué triste es cuando vemos una nación entera “escupir” a Dios y decirle: “No estamos haciendo nada malo, sólo defendemos la vida de la madre que quiere abortar”. Pero aún así, Dios ha puesto su mirada en la iglesia; al asomarse, escucha un cristiano que se queja: “¡Dios mío! ¡Llevo tres meses sin pagar el alquiler! ¿No lo ves?” Otro dice: “La iglesia no tiene nada que ver con el aborto, la iglesia no se tiene que entrometer en política”. “Señor, ¡haz un milagro! ¡Dame un trabajo!” ¡Para Dios éste es un problema de vida o muerte pero la mayoría de los cristianos están ocupados en sus propias cosas! Dios le ha dado a la iglesia las llaves del reino y todo lo que atemos en la tierra, será atado en el cielo y lo que desatemos en la tierra será desatado en el cielo, sin embargo, los cristianos usamos esa promesa para nuestros propios beneficios y no los de Dios: “¡Señor! ¡Dame un auto rojo!” ¡Qué triste espectáculo! ¡Dios tiene grandes cosas que resolver y una de ellas es que Uruguay no apruebe una ley de aborto!

  ABORTO: UN CUESTIONAMIENTO ANCESTRAL

Uno de los argumentos más importantes a favor del aborto es el siguiente: “¿Para qué vamos a traer niños al mundo? ¿Para que pasen hambre y miseria? ¡Matémoslos!” Y lo lamentable es que ese argumento aún lo utilizan algunos cristianos. Dios está airado porque no soporta que su pueblo ni los gobernantes no se interesen por la vida.

Muchos opinan que los cristianos tienen un pensamiento obsoleto y retrógrado, sin embargo, el aborto es un tema que ha discutido la humanidad desde sus inicios, ha estado presente en todas las civilizaciones. Sabemos que en el Código de Hammurabi, más antiguo aún que las tablas de la ley hebreas, se condenaba a las mujeres que practicaban el aborto con penas económicas y con la muerte en algunos casos. En la literatura veda proveniente de la India, también se condenaba el aborto. Asimismo, todos los filósofos griegos discutieron acerca del aborto; algunos como Platón tenían ideas utópicas de crear una sociedad utilizando gente escogida (como Hitler); los griegos pensaban que lo mejor era matar los niños deformes que nacían, pero aún así consideraban a los niños “propiedad del estado” porque éstos proveían de mayor población a éste, por eso eran protegidos por él, pero, si nacían deformes, los estrellaban contra un precipicio. Siempre hemos considerado que estas sociedades tuvieron costumbres bárbaras, horripilantes, sin embargo, nuestra sociedad, que es más avanzada, ante la posibilidad (no certeza) que un niño nazca deforme, lo mata. ¡Los espartanos y atenienses eran más misericordiosos que nosotros! ¡Los mataban cuando nacían deformes pero nosotros los matamos ante la sola posibilidad de que ello ocurra! Hay testimonios de muchos que tuvieron esa predicción, no obstante nacieron sanos. ¡Con qué ligereza los médicos aconsejan abortar! ¡Esto se debe a una mentalidad perversa y la debemos combatir!

Los romanos al principio, opinaban que el niño era un bien familiar (la familia era la dueña del niño), los padres decidían sobre la vida de sus hijos; en un principio condenaban a muerte a quienes abortaban pero luego esa idea se degeneró hasta aceptar el aborto sosteniendo que el bebé en gestación era una víscera de la mujer. El proyecto de ley que está analizando nuestro parlamento se basa en esa filosofía, de que el embrión es “una víscera” de la mujer, es parte de su cuerpo, por lo tanto, puede hacer lo que desee con su cuerpo. No obstante, no podemos hacer lo que queramos con nuestro propio cuerpo. ¡Si veo que alguien se quiere “serruchar” el brazo, buscaré a la policía para que ello no ocurra! Más aún, la Constitución de la República dice que “…todo ciudadano tiene el deber de cuidar su salud”.        Con el tiempo se descubrió que “la víscera” tenía cabeza…  sin embargo, los romanos tenían esa posición porque eran ignorantes de la realidad biológica de ese nuevo ser, no como en la actualidad que se toma esa idea como una posición filosófica; recién en el siglo XVIII se descubrió el espermatozoide y se descubre conjuntamente que lo que hay dentro del vientre de la madre es un nuevo ser, distinto al de ella, que sólo lo contiene; actualmente, a través de la ciencia genética no hay dudas de lo anteriormente expuesto. La pregunta es: ¿Defenderemos ese nuevo ser o no? ¿Qué opina Dios acerca de la muerte? Lamentablemente, no se piensa en el derecho a nacer que tienen los niños. El estado está obligado a cuidar de los habitantes, pero, como ese nuevo ser está dentro del vientre, no tiene cédula de identidad, no es considerado habitante.

Concomitantemente, están haciendo un proyecto de ley en defensa de los animales; observamos que más protegidos están los animales que los seres humanos…

 EL POTENCIAL DE UNA NACIÓN ESTÁ EN SU POBLACIÓN

Quiero recordarles un pasaje de la Biblia: Proverbios 24:11: “Libra a los que son llevados a la muerte, salva a los que tienen su vida en peligro. ¹²Porque si dices: «Lo cierto es que no lo supimos», ¿acaso no lo considerará el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, y él pagará al hombre según sus obras”.

Dios no quiere que nos “lavemos las manos” y digamos que no es un problema nuestro, ¡es un problema de la sociedad toda! Uruguay es un país que tiene un serio problema de natalidad, con un alto porcentaje de población adulta y muy poca población joven. Asimismo, Proverbios 14: 28 dice: “La población que aumenta es gloria del rey; una nación que se va extinguiendo es su condena”. Si la nación crece en población será gloria para el que la gobierna, tendrá buenas perspectivas para su futuro pero una nación que pierde población se condena si misma. Uruguay es un país que tiene tendencia a tener un porcentaje alto de adultos y bajo en adolescentes y niños, por lo tanto, eso le resta potencial para su futuro, generando así menos mano de obra, lo que implica menor capacidad de trabajo de la nación. ¡Lo que menos necesitamos es matar niños! Los hindúes tienen mil millones de habitantes y concomitantemente a esto,  tienen mucha miseria y pobreza; en contraposición, Uruguay tiene mayor producto bruto interno (PBI) per cápita que la India. ¿Qué dice el versículo citado anteriormente? ¿Que a mayor PBI de una nación mayor potencial? ¡No! ¿Cuál es el potencial de la India? ¿Cuál es el potencial del Uruguay? ¡El potencial de la nación está en la población y no en el PBI! ¡La India hace temblar cualquier nación, tiene una miseria increíble, pero tiene hasta bomba atómica!

 CONCLUSIÓN

¿Será que los uruguayos somos cobardes? Cuando un padre desea traer un niño al mundo se entrega a él, trabaja por él, le compra la mejor ropa, etc. pero cuando un padre sólo quiere el placer sexual, desecha al niño al cuidado de la suerte y se transforma en un niño rebelde y violento. Es muy distinto un niño nacido del fruto del amor que el nacido del fruto del placer sexual. ¡Eso es lo que tenemos que cambiar en Uruguay! Necesitamos madres amorosas y padres benignos. El sexo no es para el placer, Dios lo puso para procreación, para preservación de la sociedad y le agregó una pizca, un condimento, que es el placer, pero debe ser practicado con responsabilidad dentro de límites que Dios ha establecido dentro del matrimonio; el placer es una bendición en el sexo pero no es el objeto principal, el objeto es la procreación.

“Por la bendición de los rectos, la ciudad será engrandecida”, dice Proverbios 11:11. Se necesita justicia, Dios ama la justicia y tenemos que pelear por ella; Dios necesita gente que ponga el reino de los cielos en primer lugar; si inviertes tu vida en el reino de los cielos, Dios no sólo te bendecirá a ti sino a la nación entera, si te juegas por Dios, él se jugará por ti y te engrandecerá. No hay nadie, dijo Jesús, que haya dejado casa, o padres…por el reino de Dios, que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna”. ¡Vale la pena! ¡Hazlo!

MENSAJES