OBEDIENCIA Y DESOBEDIENCIA - Misión Vida para las Naciones

Av. 8 de octubre 2335

Montevideo

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MENSAJES DEL CIELO

OBEDIENCIA Y DESOBEDIENCIA

Hoy hablaremos acerca de un tema que es fundamental y decisivo, como lo es “la obediencia y la desobediencia”. Dios ejerce su autoridad e impone su voluntad, porque ella es esencial en el universo. Es imposible que El ejerza su señorío, y que sea el rey y dueño de todo el universo si su voluntad no es puesta por obra. Jesús nos enseño a orar, “Venga tu reino”. Esa frase ya es definitoria; un reino es un lugar donde hay una autoridad soberana. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra(Mateo 6:10) En el cielo se hace la voluntad de Dios y pretende que en la tierra también se haga su voluntad.

 ¡Es la voluntad de Dios la que garantiza paz y prosperidad! En el reino de Dios no hay cosas como la amargura, el odio, los celos o la envidia. He hablado con un empresario que durante 10 años ha estado operando en su empresa con más de 5 millones de dólares, y hoy está pidiendo dinero prestado para poder tratarse por una enfermedad. Hoy que no tiene nada, perdió todo. Este hombre me dijo: “Yo creía que eras un “chanta”, una mala persona. ¡Y ahora estás orando por mí!” Le pregunté cuáles fueron las causas por las que perdió todo y me contestó: “Yo creo que hay mucha envidia”. Pero en el reino de los cielos no hay envidia. ¡Nadie anda con una cinta colorada para defenderse de la envidia! ¿Por qué en el reino de los cielos no hay amargura, odio, venganza, angustia, pesar o temor? Porque allí existe sólo la voluntad de Dios y donde existe la voluntad de Dios, hay paz, bendición y prosperidad. Cuando Dios no está, la prosperidad es vana, y trae maldición. Este hombre me confesó que le gustaban mucho las mujeres, ¡y hasta se fue a Tailandia a buscar mujeres! Así que perdió a su señora, perdió sus negocios, ¡perdió todo! Él era prospero, pero no sabía que estaba perdiendo todo, hasta la salud.La Biblia dice que la prosperidad de Dios bendice, y no acarrea maldición, no acarrea tristeza consigo. Hay una prosperidad que te mata, pero también hay una prosperidad que te bendice. Tenemos que entender que para que se haga la voluntad de Dios, tiene que haber gente que quiera hacer esa voluntad de Dios, es decir, se necesita gente obediente. 

DIOS TE QUIERE OBEDIENTE

 Hay una gracia, un favor especial sobre la gente obediente. Ojo, hay gente obediente tonta, es decir que obedece, pero obedece cualquier cosa. Ser obediente es una condición necesaria, pero no es suficiente, ya que hay algunos que obedecen a demonios y hay quienes obedecen a gente mala que guía por mal camino a otros. Dios no puede trabajar con una persona desobediente, la persona que quiere acercarse a Dios, debe ser obediente, ¡debe conocer la obediencia!

La obediencia viene a través de los tratos con Dios, con la autoridad. Hay gente que le huye a la autoridad; tengo gente que le encanta lo que digo pero no quieren acercarse a mí, prefieren estar lejos, porque tienen miedo que algún día la autoridad les diga: “¡Haz esto!” y ellos no lo sientan o no lo quieran hacer. Hay una enseñanza extraordinaria acerca del tema “autoridad y obediencia”, así como también hay enseñanzas enla Bibliaacerca de resistir a la autoridad, la anarquía y la rebelión. Cuando las personas resisten a la autoridad se convierten en personas independientes. Una persona independiente es aquella que decide hacer lo que quiere, o lo que se le da la gana. ¡No quiere ser obediente! Entonces, si todas las personas son así, lo que hay en el mundo es anarquía. La desobediencia va de la mano de la anarquía, de la rebelión, por lo tanto la desobediencia, la rebelión y la anarquía pertenecen al reino de las tinieblas. ¡En el reino de los cielos solo hay gente obediente, porque allí sólo se hace solo la voluntad de Dios!

Cuando decimos: “Venga a nosotros tu reino” estamos señalando: “Señor que se haga acá en la tierra, como se hace en el cielo. ¡Que seamos todos obedientes!” Así que es una condición esencial la obediencia, o el espíritu obediente o sujeto. La iglesia es la manifestación más clara, visible y tangible del reino de Dios en la tierra. Si hay un lugar donde se manifiesta la voluntad de Dios, es en la iglesia. En el mundo, la voluntad de Dios no se manifiesta, porque es rebelde a El. Dicela Biblia que la corriente del mundo es contraria a Dios, y que cuando nosotros estábamos en el mundo éramos desobedientes y habíamos heredado la desobediencia de nuestros padres. Hemos aprendido de ellos a ser desobedientes y rebeldes, por lo tanto éramos enemigos de Dios. ¡El Señor quiere darle al universo una dirección! Dios no hace nada sin propósito, El tiene un plan en su corazón, y es imposible que pueda cumplir sus planes si tú ya tienes los tuyos. ¡El que tiene planes propios desconoce los de Dios! El tema de la obediencia trae mucho dolor a los hombres, porque desde que Adán y Eva pecaron se convirtieron en personas independientes y desobedientes. ¡La desobediencia fue el primer pecado que existió en el mundo! Adán y Eva desobedecieron, así que la desobediencia no es un pecado cualquiera, porque por ella ha entrado en el corazón del hombre todo aquello que Dios no quería que entrara en el planeta Tierra. Cuando entró la desobediencia en el corazón del hombre, Dios tuvo que echar a Adán y Eva del Edén, un lugar que El había establecido como lugar de paz y de bendición. Asimismo, la tierra sería maldita por la causa del pecado, y produciría espinas, cardos y abrojos.

En estos días he estado buscando unas chacras para ver si abrimos un nuevo centro comunitario y he visto cómo crecen los cardos. ¡No necesitas sembrar semillas de cardo porque se multiplican solos! Si quieres tomates, debes comprar semillas de tomates y sembrarlas. Todo lo que quieres bueno, lo tienes que comprar, sembrar, cuidar, fertilizar, etc, ¡pero los cardos no necesitan nada de eso! Por la desobediencia de Adán, Dios dijo que la tierra sería maldita. “Con el sudor de tu rostro comerás el pan…” (Génesis 3:19) ¡Esto fue la consecuencia de la desobediencia!

Así que Dios se ha empeñado en establecer su reino aquí, y para ello deberá doblegar la voluntad de las personas y toda soberbia del hombre. Las personas tienen que llegar a un punto de quebranto, negarse a sí mismas y decirle a Dios: “Señor, no puedo contigo, renuncio a mi mismo, me someto a tu voluntad y me hago tu siervo”. Hablamos mucho de “siervo de Dios” pero no entendemos qué significa realmente la palabra “siervo”. Si estuviésemos en la época de los romanos, los griegos o de los asirios, entenderíamos más el significado de esa palabra, pero como estamos en democracia, en ella no existe la palabra “siervo”, porque en la democracia el soberano no es Dios, sino el pueblo. En la democracia tú eres el estado, tú eres el que gobierna, pues con tu voto decides quién va a gobernar. ¡El hombre es el que decide, no Dios! Pero en el reino de los cielos, Dios es la autoridad y por lo tanto El es quien decide todo.

El lugar por excelencia donde Dios establece su reino, es la iglesia; fuera de ella no hay obediencia. Dice la Biblia: Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. (1ª Corintios 15:25). ¡Los que no hacen la voluntad de Dios son sus enemigos! ¡Quien pone por obra sus propios planes y deseos se constituye en enemigo de Dios! Dicela Biblia que éramos enemigos de Dios en nuestra mente (en nuestros pensamientos). Así que para establecer su reino en la tierra, Dios levanta la iglesia y en ella, El manifiesta su voluntad. Dentro de la iglesia hay un orden establecido, y El levanta autoridades, tales como apóstoles, profetas, evangelistas, pastores, maestros, diáconos, colaboradores, para que el pueblo de Dios aprenda y esté bajo autoridad.

2ª Pedro capítulo 2, versículos 9 al 11dice: 9sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio; 10y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores, 11mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor

                Los ángeles, que ven la autoridad de algunas personas (y teniendo en cuenta que las autoridades humanas son injustas también), no van delante de Dios a hablar mal de ellas. ¡Los ángeles no acusan a las autoridades! Tiemblan, aún considerando que ellos son mayores en fuerza y en poder. Continúa diciendo este pasaje de la Biblia: Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición, En el libro de Judas, versículos 8 al 10 dicen: de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores. 9Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda. 10Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales”. Aquí aparece el mismo concepto; el arcángel Miguel estaba luchando contra satanás y no abrió su boca contra la autoridad de satanás. Solamente le dijo: “El Señor te reprenda”.

 EN LA OBEDIENCIA HAY BENDICIÓN

 No puede haber prosperidad, no puede haber buen ánimo, no puede llevarse adelante un buen proyecto, cuando las personas hacen lo que se les da la gana. Para enviar un satélite al espacio, tiene que haber un orden de autoridad establecido; no es que cada uno hace lo que se le da la gana. Lo mismo para hacer un edificio, deben haber ingenieros especializados que diseñan las cosas y determinan dónde estarán ubicadas. ¡No podemos meter los caños o los cables donde se nos da la gana! Me acuerdo cuando me encomendaron hacer una instalación de gas (todavía no sabía bien de estas cosas) en un edificio de 10 pisos, y yo me preguntaba: “¿Por dónde subo el caño?” Encontré un lugar en la caja del ascensor, así que desde abajo hasta arriba puse un caño grandote. Cuando fuimos a probar eso me dijeron que estaba loco, que podía envenenar a la gente con una pérdida de gas, e incendiar el edificio. ¡Hay cosas que ya están pensadas! Como dice el dicho popular, “cuando tú vas, Dios ya está de vuelta”.

                El desobediente hace lo que quiere, lo que le parece, e ignora la autoridad y la voluntad de Dios; en el mejor de los casos dice: “Yo no sabía” y se queda tranquilo creyendo que porque no sabía no ha pecado. Pero quien no hace la voluntad de Dios por ignorancia, está pecando contra Dios y se constituye en su enemigo. ¡Dios no te permite ser ignorante! El no está de acuerdo y no justifica la ignorancia. ¡Debes conocer la voluntad de Dios! Y para que tú aprendas autoridad, Dios pone autoridades sobre ti, para que te doblegues y para que seas humilde y obediente. Porque los humildes entrarán en el reino de los cielos, ¡no los soberbios!

                Un desobediente es soberbio, orgulloso, rechaza la autoridad. La Bibliadice, según estos pasajes bíblicos que hemos visto, que los que rechazan la autoridad, blasfeman (hablan mal, o dicen cosas malas) de las potestades superiores. Es decir, una de las manifestaciones de la desobediencia es lo que sale de los labios. Una persona que ha tenido un encuentro con la autoridad de Dios, y con la autoridad humana, tiene temor de hablar mal de las autoridades. Así que uno de los medios a través de los que podemos ver si alguien es desobediente o no, es observando cómo habla de las autoridades. ¡Quien ha sido tratado por Dios, tiene sumo respeto por las autoridades! Dice la Bibliaque no hay autoridad, sino es de parte de Dios y las que han sido puestas, por él fueron establecidas. Así que quien resiste a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste. (Romanos 13:1-2). Algunos dicen: “No, yo obedezco a Dios, nadie me va a estar diciendo lo qué tengo que hacer. Jehová es mi pastor, ningún pastor terrenal es mi pastor”. Yo me pregunto: ¿Y a mí quien me habrá puesto? Si yo no ejerciera autoridad, estaría desconociendo la voluntad de Dios sobre mi vida. Estoy convencido que fue Dios quien me levantó, porque yo sé muy bien que no quería ser pastor, ¡no quería ser autoridad! Se muy bien que quería manipular la autoridad, quería secundar o ayudar a la autoridad, pero no quería estar en autoridad. ¡Así que yo lo tengo bien claro, que fue a Dios a quien se le ocurrió que yo fuese pastor! En los pasajes que hemos visto, en 2ª de Pedro 2:10 dice: “…Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores…” ¡Los desobedientes hablan mal! Hay algunos que son calladitos, no confrontan la autoridad, pero por detrás hablan. La lengua es el miembro por donde se escapa lo que hay dentro del corazón. Jesús lo dijo así: “…de la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34). Así que hay algunos que hasta parecen “mosquitas muertas” y parecen obedientes, ¡pero después hablan! Los desobedientes no solamente hablan mal de las autoridades, sino que resisten, rechazan y hacen cosas fuera del control de la autoridad.

                Conclusión: ¡En el mundo no hay obediencia! El esquema del mundo comenzó a materializarse desde el mismo momento que Adán y Eva desobedecieron. ¡En el mundo reina la desobediencia! Y el príncipe que reina en el mundo es desobediente e inculca la desobediencia. Entonces, el ambiente natural para aprender obediencia es la iglesia. Hay gente que dice: “Pastor yo me fui de la iglesia pero no estoy mal con Dios, solamente estoy mal con la iglesia”. ¡Solamente estás mal con la novia de Jesús! ¿Podrá llevarse bien conmigo alguien que rechaza a mi esposa? Te guste o no te guste, la iglesia es la novia de Jesús. Es el ámbito natural donde el Señor pone a sus miembros bajo autoridad, donde los ciudadanos del reino de los cielos comienzan a aprender la obediencia. ¡Sin obediencia es imposible que Dios te muestre su voluntad!

                Supongamos que tengo 6 personas que trabajan conmigo, pero uno de esos 6 es terrible desobediente y estoy totalmente convencido que ese no va a hacer lo que yo quiero. Ese desobediente me dice: “Dígame qué es lo que quiere que haga”. ¿Para qué te voy a decir lo que quiero si igual no me vas a hacer caso? El desobediente quiere protagonismo, quiere un lugar, quiere ser reconocido; lo que él no quiere es reconocer la autoridad y no quiere ser obediente, por lo tanto quien está en autoridad resiste a los desobedientes. La autoridad atrae a sí a los obedientes. El obediente tiene mucho que ganar porque va a ganar honra, se le darán más responsabilidades, más cargas, pero va acrecer más, va a madurar más, va a aprender más, será reconocido y tendrá más autoridad. ¡Y el desobediente anda buscando lugar donde ser autoridad! Yo he tenido gente así, y como no ha encontrado ese lugar aquí  se ha ido a otra iglesia donde fueron reconocidos. ¡Lo han puesto de pastor en una iglesita de 4 miembros! El desobediente no anda buscando la obediencia, ni la voluntad de la autoridad sino ser reconocido y estar en autoridad. Pero la persona sujeta y obediente no está buscando un lugar de autoridad, porque ese lugar le es dado por Dios. ¡El Señor da autoridad a las personas! No tienes que andar buscando autoridad, sino obediencia.

                Las personas obedientes buscan quién es la autoridad en determinado lugar, se ponen bajo esa autoridad y la obedecen. Esas son personas apacibles, templadas, han sido doblegadas, quebrantadas, se han humillado, son personas dulces. Los obedientes no son personas pisoteadas, ¡son gente honorable! Una persona tratada por Dios, ha sido ablandada por El para que sea obediente. La persona obediente ha logrado renunciar a sus derechos, a sus planes y trabaja denodadamente por conocer y hacer los planes de Dios.

                Para llevarnos a la obediencia, Dios nos hace padecer. Dice la Bibliaque Jesucristo por lo que padeció, aprendió obediencia. El Padre doblegó a Jesús hasta lo sumo; lo llevó a la obediencia, hasta la muerte y muerte de cruz. Y dice la Bibliaen Filipenses 2:5-9: 5Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra…”

                ¡Dios lo exaltó por obediente! Lo que más honró al Padre fue la obediencia de Jesús. El tema de la obediencia es fundamental e importantísimo enla Biblia.LaBiblia es un libro que trata de la autoridad de Dios sobre el universo, y nos enseña que El es Señor y dueño de todas las cosas, y que juzgará a los desobedientes, a los pecadores. Un pecado es algo que uno hace en contra de la voluntad de Dios. Si yo hago algo en contra de su voluntad, le estoy desobedeciendo. Pecado es ir en una dirección distinta de la que Dios quiere. ¡Todo pecado es desobediencia, es rechazo a la autoridad, es resistir a la voluntad de Dios! Por lo tanto debemos llegar al punto de desear que Dios trate con nosotros, porque El no nos transformará en obedientes con una oración. El puede comenzar el trato contigo a partir de una oración, pero no te va a transformar en obediente con un toque de varita mágica. Solamente cuando le digas: “Señor, quiero que operes en mí, declaro que tú eres mi Señor, quiebra lo que tengas que quebrar, haz conmigo lo que tengas que hacer. Quiero que me doblegues al punto de agradarme el hacer tu voluntad”. ¡Sólo así Dios te transformara en obediente!

               La Bibliadice que la voluntad de Dios es agradable y perfecta. A mí me parecía que iba a ser un infeliz en Uruguay y aquí estoy. Conocí una cantidad de pastores que eran unos pobrecitos, sus esposas les gritaban, les mandaban, sus miembros se rebelaban contra ellos, así que yo decía: “¡No! ¡Yo pastor no quiero ser ni loco!” Para colmo me crié en una iglesia donde el pastor era un empleado. Nos reuníamos todos y decidíamos qué iba a hacer y qué no iba a hacer el pastor. ¡Hasta votábamos el sueldo que iba a ganar! Yo tenía la imagen del pastor, como la de un desgraciado que tenia que hacer votos de pobreza y andar con los zapatos agujereados. “¡Yo quiero ser empresario!”, decía. Se muy bien lo que era ser rebelde, porque yo era un terrible diácono rebelde, o mejor dicho, era “diablócono”. ¡Yo mandaba en la iglesia más que el pobre pastor!

                        EL EJEMPLO DE CAM

                Cam fue uno de los que despreció la autoridad. El fue uno de los tres hijos de Noe. Después del diluvio, cuando se estableció todo, dice la Bibliaque Noe plantó una viña y se hizo un vino, del que tomó hasta emborracharse y desnudarse. Entonces Cam, cuando lo vio desnudo, se rió de él y llamó a sus hermanos para que lo vean en esa condición. Pero Sem y Jafet se turbaron, mas no vieron a su padre desnudo, sino que entraron de espaldas con una tela y lo cubrieron. Después se supo cuál fue la actitud de Sem y de Jafet, y cuál fue la actitud de Cam frente a la autoridad. Conclusión, Noe profetiza y dice: Maldito sea Canaán; siervo de siervos será a sus hermanos… Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, y sea Canaán su siervo. Engrandezca Dios a Jafet, y habite en las tiendas de Sem, y sea Canaán su siervo” (Génesis 9:25-27). La descendencia de Sem, son los semitas, de donde proviene el pueblo judío. Dios le habló a Abraham y le dijo: “Vete de tu tierra y de tu parentela, a la tierra que yo te mostraré. Le voy a dar a tu descendencia la tierra de los cananeos”. ¡Así que todo lo que Noe profetizó se cumplió hasta el día de hoy! Sem habitó en las tierras de Canaán. Cam despreció la autoridad de su padre, se burló de él, divulgó el error, el pecado de su padre, salió a hablar de él, ¡por eso Cam acarreó maldición!

                Una de las evidencias del espíritu sujeto y obediente es callarse la boca respecto de las autoridades y tener temor de Dios respecto de hablar de las autoridades. Eva agregó palabras a las palabras de Dios. Dios le dijo a Adán: De todo árbol del huerto podrás comer; 17mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:16-17). Luego el diablo le dice a Eva: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (Génesis 3:1). Y Eva le responde: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis” (Génesis 3:2-3) Dios no dijo: “No comeréis, ni le tocaréis”, sino que dijo: “No comerás”.

                Otra evidencia de que una persona no tiene temor de la autoridad, es no escuchar bien lo que dice la autoridad. Jesús se esforzaba para que los discípulos lo atendieran, porque no le entendían, ni le escuchaban bien. ¡Él les decía continuamente que tenían que prestar atención! Jesús decía de continuo: “El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 11:15). A la persona desobediente, que rechaza la autoridad, le es fácil quitar o agregar palabras a lo que la autoridad dijo y tergiversar el sentido y el espíritu de lo dicho por ella. Una de las luchas más grandes que tengo como pastor, es que la gente escuche y entienda lo que le digo. Cuando la gente no escucha bien, o no entiende bien, no obedece bien. Tú dirás: “No pastor, desobediente no, descuidado”. Bueno, las personas descuidadas son desobedientes. Fácilmente terminan haciendo otra cosa. Todos los días me pasan cosas como ésta: Le dejo indicaciones a alguien para que haga un trabajo de determinada forma y cuando regreso, hizo todo al revés de lo que le pedí. ¡Necesito desesperadamente tener gente cerca de mí que quiera escucharme! ¿Quién es obediente? ¡El que escucha, entiende y ejecuta! Los que hacen eso, son los que están cerca de mí. Con Dios sucede lo mismo, Dios necesita a quien escucha su voz, por lo tanto en la iglesia se establece una especie de decantamiento de personas: Los más obedientes son los que están más cerca de la autoridad.

Un día, un grupo de príncipes de Israel, se cansaron de la autoridad de Moisés. Dice la Bibliaque no hubo persona más mansa sobre la tierra, que él. El caballo manso va a donde tú quieras, pero el caballo chúcaro te lleva a donde él quiere; es decir, el manso es obediente, y el chúcaro es desobediente. Y resulta que se cansaron de la autoridad de Moisés diciendo: “Este hombre se ha enseñoreado de nosotros. ¿No somos nosotros también representantes de Dios? ¿Pero qué se cree Moisés? ¿Así que hay que hacer lo que él quiere? ¿No ha hablado Jehová también por nuestra boca?” Entonces se formó una rebelión de 250 príncipes, y no cualquiera, los mejores príncipes de Israel. Tan grande fue la rebelión, que Moisés se arrodilló, y orando dijo: “Señor, no los escuches”.

Moisés era uno que no quería estar en autoridad, Dios lo obligó a estar en autoridad. Cuando era joven quiso ser autoridad y mató a un egipcio que estaba golpeando a un hebreo, así que tuvo que huir de Egipto y estuvo 40 años en el desierto cuidando ovejas. Se olvidó que era líder, ¡estaba totalmente doblegado! ¿Sabes lo qué es estar 40 años pastoreando ovejas en el desierto? Día tras día cuidando las ovejas… ¡los días de Moisés eran aburridísimos! Él se había criado con la hija del faraón, en el palacio real; había sido enseñado en las ciencias de los egipcios y ahora andaba como un caminante por el desierto, hasta que Dios lo llamó desde la zarza ardiente. El Señor le dijo: “He oído el clamor de mi pueblo, te voy  mandar a que hables con el faraón”. Moisés le responde: “¿Quién, yo? Pero si yo no tengo palabras, ¡soy tartamudo!” Dios le dice: “Yo pondré palabras en tu boca”. ¡Él no quería estar en autoridad, había fracasado como autoridad!

CONCLUSIÓN

El tema no es que alguien quiera estar en autoridad, sino que es Dios quien pone en autoridad. Dios es el que levanta, ¡no tú! A quien quiere Dios levanta, y a quien quiere aplasta. Jehová lo había vuelto manso allí en el desierto, cuidando ovejas durante 40 años. Me imagino que Moisés se preguntaría: “¿Qué quiere Dios conmigo? ¿Para qué vine al mundo? Bueno, Dios me ha traído a cuidar ovejas”. ¡Pero no! ¡Dios lo estaba amansando en el desierto! Dicela Biblia que era el hombre más manso de la tierra.

Moisés dijo: “Mañana nos juntamos en el tabernáculo de Dios y ahí veremos quién es la autoridad y quién no”. Ordeno que Coré, con todo su séquito, con toda su familia y todo su ganado se presentaran delante de Dios. ¡Y Jehová abrió la tierra y fueron tragados todos, porque se habían revelado contra la autoridad! Algunos creen que solamente Dios es la autoridad, pero Dios sostiene, juzga, trata y defiende a quien pone en autoridad. Así que quien no quiere estar bajo autoridad, a lo establecido por Dios resiste. ¡Así  lo dicela Biblia!

Y podríamos seguir hablando de rebeldes. Saúl fue un rey a quien Dios mandó exterminar a los amalecitas y le dijo que tenían que morir los hombres, las mujeres, los niños y las bestias. Es decir, no dejar nada de los amalecitas. Pero Saúl destruyó a los amalecitas  y tomó lo mejor del ganado para darle a Jehová una ofrenda especial. Muy contento, Saúl se encuentra con el profeta Samuel y le dice: “He hecho lo que Dios me mandó”. Y Samuel le responde: “¿Y qué son esos mugidos que oigo? ¿No te mandó Jehová a matar todo?” Saúl le respondió: “Es que lo apartamos para hacer un lindo asado y ofrecérselo a Jehová. Pero no fui yo, fue el pueblo”. Samuel le dice: “Tú no quieres obedecer lo que Dios te dice, por tanto, El ha decidido cortarte del reino”. ¡Saúl perdió el reino por un asado!

¿Te das cuenta qué importante es la obediencia enla Biblia? Es momento que hagas esta oración: “Padre mío, ahora me estás permitiendo ver qué importante es tener un espíritu obediente. Perdóname Señor, te lo suplico. Llévame hacia la obediencia, obra en mí hasta que mi obediencia sea completa y perfecta. ¡Acepto que tú cortes todo lo que tengas que cortar y quebrantes todo lo que tengas que quebrantar! ¡Haz de mí una persona obediente! En el nombre de Jesús hago esta oración, amen”.

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