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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?

INTRODUCCIÓN

Leemos en Oseas 13:4 y 9: “Mas yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; no conocerás, pues, otro dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí…Te perdiste, oh Israel, más en mí está tu ayuda”.

La salvación que viene de Dios, viene del Dios que nos enseña el camino de la verdad, que es el camino correcto. “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento” dijo Dios por medio del profeta en Oseas 4:6. No es que Dios no hizo nada; el Señor envió su palabra para que la conozcas y camines en ella y sepas cuál es el camino de la bendición y de la paz. Lamentablemente hay mucha gente que no lo encuentra, o cuando lo encuentra lo desecha, no lo cree, lo mira con desprecio; pero más lamentable es que muchos creyentes, conociendo la verdad, no la aprecian como debe ser para que tengan vidas bendecidas.

Una mujer cristiana me contó que de noche se le aparecen unas sombras negras y eso la aterra. Muchas veces estamos en caminos de temores, angustias, soledades, impotencias, cuando Dios quiere que nos sustentemos en la verdad para estar bien, en paz, para sentirnos fuertes y seguros y para caminar por el rumbo correcto. Hoy en día la sociedad está confundida acerca de la verdad. Debo decirte que hay un solo lugar en el mundo donde puedes conocer la verdad; y la verdad no se compra en ningún lado, ni en las farmacias, ni en las universidades o bibliotecas. La verdad habita en la iglesia. Si tú eres cristiano, debo enfatizarte que la verdad está en ti. ¡Tú eres el lugar que Dios ha elegido para guardad la verdad! Fuera de la iglesia hay mentira y engaño.

LA VERDAD VIVE

Estamos viviendo un tiempo de mucha confusión, donde a lo bueno se le dice malo y a lo malo se le dice bueno; donde a lo dulce se le dice amargo y a lo amargo, dulce. Y nuestros niños y adolescentes, y aun los adultos viven confundidos, sin entender ni saber cuál es la verdad y dónde está. Pilato le preguntó a Jesús: “¿Y qué es la verdad?” Andan confundidos porque no conocen la verdad, por falta de revelación de Dios. La verdad es revelada por Dios a los que le aman y le buscan de corazón. ¡Los que le buscan de corazón no se equivocan! Tienes que saber que la verdad es viva; es un espíritu que vive. La verdad no es una palabra.

¿De qué manera la gente está confundida? Hay cosas que antes parecían simples, no teníamos que saber tanto de biología para entender qué es un hombre y qué es una mujer. Nunca tuve duda si soy hombre o soy mujer porque desde pequeño aprendí la verdad, y la verdad es sencilla. Hoy en día tenemos que exponer la genética y la biología para hacerle comprender a la gente que existen sólo dos sexos; lo que para mí es sencillo porque creo en Dios y en su palabra. Yo creo que la palabra de Dios es su verdad. ¡No hay verdad fuera de la palabra de Dios! Como creo en su palabra, voy al libro de Génesis y leo: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:27).

Es fácil ver el propósito de Dios al hacer al hombre y a la mujer. “De la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne…” (Génesis 2: 22 y 23). Dios no quería que el hombre fuera machista y golpeador, sino que apreciara y amara la mujer que le dio. Y en esto había propósito porque la procreación de la raza humana, la multiplicación de la especie estaba ligada al hecho de que Dios creara al hombre y a la mujer. Hoy nos quieren hacer creer que no hace falta un hombre para procrear; es que no quieren que vengan más niños al mundo. Hoy prefieren abortar a los hijos, los cuales la Biblia señala que son una bendición. Es fácil apreciar el fruto del vientre si le crees a la palabra de Dios y haces oído sordo a cualquier otra versión. Aunque el hombre tergiversa el plan de Dios. Cuando proponen el placer sexual entre dos mujeres, yo me pregunto cuál es el propósito, y van a alegar que es el placer de creer y practicar lo que se me da la gana. Pero en el placer no hay futuro ni propósito; hay sólo un goce momentáneo, y hay enfermedad y muerte, sumado a la amargura, a la soledad y a la falta de amor. Porque hay lugar donde el amor no quiere entrar, al menos, el amor de Dios.

Vitit Muntarbhorn, fue contratado durante un período de tiempo, como vocero LGBT de la ONU. La sigla LGBT, para quienes no saben, significa: lesbiana, gay, bisexual y transgénero. Toda esta inmundicia se enseña en todas las naciones y se está presionando para que llegue a ser un derecho por sobre todos los demás derechos. Las declaraciones de este vocero señalan que: “Hay algunos derechos absolutos y otros que no lo son” y defendió que: “la libertad de expresión y la libertad religiosa no son derechos absolutos y podrán ser limitados si es necesario”. En el año 1948, después de la segunda guerra mundial se formó la ONU y se suscribió la carta universal de los derechos humanos, ya que después de la guerra, se pusieron a reflexionar cuánta maldad había en la humanidad. En la segunda guerra mundial ocurrieron cosas horrendas y las naciones decidieron no volverlas a vivir nunca más, así que se establecieron normas fuertes para no llegar nunca a una tercera guerra mundial. Comenzaron a darse cuenta de algo muy importante, que existe la dignidad del ser humano, y descubrieron que los que pertenecemos a la especie humana tenemos una dignidad intrínseca, lo que significa que está dentro de nosotros, que viene con nosotros y tiene que ver con esa naturaleza que tenemos de individuos de la especie humana. Eso es algo que traemos desde que existe el hombre y existe en nosotros antes que las normas y leyes de las naciones. Entonces, esa carta reconoce la existencia de la dignidad humana; reconoce también que las personas pueden ser llevadas presas, aunque su conciencia jamás será apresada. Por lo tanto, reconoce la existencia de la libertad de nuestra conciencia y el derecho de actuar conforme a esta. Reconoce el derecho de expresarnos conforme a lo que pensamos y creemos, por lo que surge la libertad religiosa y una serie de derechos llamados derechos humanos universales, bajo la categoría de inalienables, intransferibles y personales. No importa de qué raza es el individuo ni de que nación; no importa el color de la piel. ¡Tú tienes derechos! ¡Los niños tienen derechos!

Pero aparece este hombre diciendo que hay derechos que son absolutos y otros que no lo son. Habíamos construido la sociedad sobre ese fundamento, creyendo que la libertad de culto o religiosa es un derecho fundamental, pero ahora piden que nosotros cedamos nuestra fe para que otros derechos que están inventando puedan expresarse, y esos sí son absolutos; pero el derecho a creer no es absoluto. Según él, no vas a poder hablar ni expresar lo que piensas; tendrás que pensar y decir de acuerdo a lo que otro se auto percibe. Si yo veo un hombre vestido de mujer, pero sé que es un hombre, aunque me metan preso y me maten seguiré creyendo y diciendo que es un hombre disfrazado de mujer. A todos los que me obligan a creer que es una mujer porque esa persona así se auto percibe, les digo: ¡Tu abuela! ¡Yo seguiré parado en la verdad! ¡No voy a creer mentiras ni a confesar mentiras! Estamos enfrentando una guerra tal, donde la libertad de expresión se está coartando. Yo auto percibo que sigue siendo un hombre disfrazado de mujer, y eso no tiene valor. Es más, puedo ir preso. Y si la otra persona se auto percibe como mujer siendo hombre, para no ofenderla, debo decir que eso es correcto.

Con eso nos están diciendo: “Miren que no van a poder basarse en la fe que tienen ni en los derechos que han ejercido hasta ahora. Porque nosotros, los amos de mundo, estamos cambiando lo bueno por lo malo y lo malo por lo bueno, lo dulce por amargo y lo amargo por dulce”. Ya no se sabe qué es el matrimonio o la identidad sexual, entre otras cosas. Y la pregunta es entonces: ¿Dónde está la verdad y cuál es la verdad? Este tipo de imposiciones se van llevando a cada una de las naciones, cosas como que los derechos de expresión y de libertad religiosa podrán ser limitados si es necesario. Que sea limitado significa que no podrás creer en lo que crees y tendrás que creer y aceptar lo que te impongan. Y esto viene de la ONU.

Yo quiero hacerte reflexionar hoy y te pregunto: ¿Crees en Jesucristo? ¿Crees que de Él mana la verdad? ¿Crees que Jesucristo es fiel y verdadero? La palabra del Señor es Espíritu y es vida. Jesús dijo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasaran” (Mateo 24:35) ¿Crees en Cristo? ¿Estás seguro que crees en Él? Porque serás probado, serás probada para ver si crees o no. El mundo arremete contra la palabra de Dios y contra nuestra fe.

COMPRA LA VERDAD

Leemos en Proverbios 23:23: “Compra la verdad, y no la vendas…” Muchos venden con facilidad la verdad; creen conveniente cambiar o tergiversar la verdad y evaden la verdad por alguna cuestión de conveniencia. Y los que más se han adherido a esa corriente son los políticos, al utilizar el método de lo políticamente conveniente. O sea que hoy te digo una cosa y mañana te digo otra; y aparecen como grandes señores, muchos de ellos muy admirados, entre ellos el Pepe Mujica, a quien se le ha escuchado decir: “Así como te digo una cosa, te digo otra”. ¡Y todos lo aplauden!

Con esto señala que hoy te puede decir una cosa como una verdad, pero mañana puede ser otra, la verdad. El mundo cree que la verdad se puede torcer, pero no, la verdad no se tuerce. La verdad seguirá siendo la verdad. La verdad es eterna. Jesús enfatizó: “El cielo y la tierra pasaran pero mis palabras no pasaran”.

Viene a mi memoria el presidente argentino Mauricio Macri, quien declaró antes de llegar a la presidencia, que iba a defender la vida y que su posición era contraria al aborto; hoy, por las presiones internacionales está haciendo todo para legalizar el aborto en Argentina. ¡Hoy en día ya no se sabe en quién confiar! ¿Quién puede caminar seguro y estar tranquilo? Aquel que ha confiado en la verdad y camina en ella, aunque todos digan que lo que cree no es verdad, y aun así sigue caminando en la verdad de Jesucristo. Compra la verdad, y no la vendas. No la tergiverses ni la cambies por cuestión de conveniencia.

El salmista, en el Salmo 119:30 declaró: “Escogí el camino de la verdad…” La verdad es un camino. Tener la verdad, abrazarla y amarla significa caminar en una dirección. No tenerla en cuenta, no apreciarla, considerar que no es tan importante y que es mejor una mentirita de vez en cuando, es despreciar el camino de la verdad. ¡Dios detesta la mentira!

“Escogí el camino de la verdad; he puesto tus juicios delante de mí”. Los juicios son la ley de Dios, sus preceptos, sus dichos, sus palabras. Ignorar la verdad es ignorar el camino. Hay términos que están trenzados tan íntimamente y no podemos tomar por separado unos de otros. Si hablamos del verdadero camino, hacemos referencia al camino de la verdad. Si hablamos de la verdad, hablamos de un camino; no puedo separar el verdadero camino por el que debo caminar que es el de la verdad.

Son muchos los cristianos que no están aferrados a la verdad, tienen miedo de defender la verdad, y sienten vergüenza de exponer la verdad. Si amas la palabra de Dios, ¿por qué sientes vergüenza a la hora de predicarle a una persona? ¿Dónde queda la verdad cuando decides omitirla para no quedar mal con algún pariente por lo que no le predicas el evangelio? Prefieres mantener una buena relación con esa persona, aunque se vaya al infierno. Para levantar la bandera de la verdad necesitas ser valiente y pagar el precio; y hay un mundo y hay un infierno que se oponen a que camines en la verdad y la levantes en alto. No te pierdas en el camino, aférrate a la verdad. Aunque a veces no entendemos que podemos esgrimir un versículo de la Biblia que hiere a la otra persona. Tú puedes usar un versículo bíblico y herir a alguien, puedes usar un versículo bíblico y provocar en la persona una gran tristeza o una depresión profunda. La palabra de Dios es viva, no solo es letra muerta, es la que Dios te manda; no es la que tú eliges. La verdadera palabra de Dios es la que Él te da en un momento específico, para una circunstancia específica, en el tiempo específico; y la envía especialmente para ti, y esa palabra te da vida. “…las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”, dijo Jesús (Juan 6:63).

Estamos uniendo determinadas cosas que no deben tomarse por separado, por eso decimos que la verdad habita en personas. Las personas son vivas y la verdad es viva. Dios no hace habitar la verdad en un reglamento, en un papel ni en una pared de un templo; Dios hace habitar la verdad en personas vivas, en el corazón de aquellos que le aman. Y dice la Biblia que la iglesia es columna y baluarte de la verdad (1° Timoteo 3:15). Si el mundo necesita la verdad, tendrá que oírla de la iglesia. Si hay un lugar donde se puede encontrar la verdad es en la iglesia. Si hay un lugar donde Dios ha revelado la verdad es en la iglesia. Por tanto, se necesitan creyentes valientes, osados, llenos de amor, de fe y de poder porque el mundo entero se opone a nosotros, mas con nosotros está el Todopoderoso.

Dije que la verdad tiene que ver con camino, tiene que ver con palabra, pero no cualquier palabra. Notemos lo que dice Juan en el capítulo 1, versículo 1: “En el principio era la palabra, y la palabra era con Dios, y la palabra era Dios”. ¡No es cualquier palabra! También dice Juan en el capítulo 1, versículo 14: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. Leemos asimismo en Juan 1:3 “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”  y el apóstol Pablo en Colosenses 1:17 afirma: “Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten”. ¿En dónde reside el poder del evangelio? Reside en la palabra que es Cristo. Todo el universo fue hecho por esa palabra, de tal manera que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. El origen de todas las cosas está en la verdad; el origen de todas las cosas está en Cristo, y Cristo es el verbo de Dios, es la palabra de Dios. No está en cualquier lado la palabra de Dios; no está en cualquier lado la verdad de Dios. La verdad de Dios habita en el corazón de los que le han abrazado y le creen. Y esa palabra que sustenta el universo y que mantiene la vida que ha sido creada por Él, es la palabra que te debe sustentar a ti en cada paso que das en tu vida al tomar decisiones. No tengas miedo a equivocarte. Ama a Dios con todo tu corazón, acércate a Él, haz un pacto firme con el Señor, créele a Él. Aférrate a su palabra, resiste la vergüenza, la timidez o cualquier otra cosa negativa, pero plántate firme en la palabra de Dios.

CONCLUSIÓN

Dios manda su palabra para renovar a su iglesia y para prepararla para la gran persecución que ya se ha desatado. La iglesia está señalada como enemiga de los nuevos derechos. Somos enemigos por cuanto la iglesia enseña que sólo hay hombre y mujer, porque enseña que sólo puede existir matrimonio entre un hombre y una mujer. Somos enemigos porque señalamos que somos los responsables de criar y educar a nuestros niños, cuando las nuevas corrientes ideológicas dicen que el estado es quien tiene que enseñarles aun en contra de la opinión de los padres. ¡La verdad ha sido tergiversada! Ya se ha legalizado el aborto porque se considera conveniencia, porque es conveniente para que hombres y mujeres puedan tener sexo sin compromiso paterno y materno. Ni siquiera quieren traer hijos al mundo y dárselos a matrimonios que lloran por tener hijos. ¡Solo los quieren matar abortándolos!

La verdad, no solo está viva, sino que está en nosotros. Tenemos una gran responsabilidad delante de Dios. ¡La verdad vive! La quisieron matar, pero no pudieron, se la quisieron sacar de encima, pero la verdad vive. ¡La verdad resucitó al tercer día! La verdad tiene vida eterna. Ni siquiera el planeta tiene vida eterna, tampoco el sol ni la luna, pero la verdad tiene vida eterna, y esa verdad dijo: “Que te conozcan a ti, el único Dios verdadero…” (Juan 17:3). Es importante que te empoderes con la verdad y que estés seguro, que estés segura de que la verdad habita en ti; que tú no tomas decisiones por tu cuenta, tampoco haces lo que sientes o te parece. Tú haces lo que Cristo quiere que hagas. Tú amas a Cristo, tú amas su voluntad, tú amas su palabra.

Jesús declaró: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6). Si tú tienes a Cristo no estás en el camino equivocado porque Él es el camino, no estás caminando por caminos de engaño ni de error porque Jesús es la verdad. Lo hablo con total autoridad porque he predicado por veintiocho años en Uruguay y lo he practicado, por lo que te puedo decir que es bueno, vale la pena pagar cualquier precio porque me importa saber que estoy en el camino correcto, en el que Dios me puso. Yo he probado la verdad y la he predicado, y he visto matrimonios restaurados, personas que habían perdido casa, familia, hijos, y lo han recuperado todo.

Nos han invitado a participar del aniversario de nuestra iglesia de la ciudad de Maldonado ya que cumplió diez años desde que llegamos a esa ciudad; entonces, pedí que pasaran adelante los diáconos de la iglesia para orar por ellos, todos ellos fueron sinvergüenzas. Uno había prostituido a su propia esposa, otro había iniciado a su propia hermana en la prostitución. Por ahí otro había estado involucrado en el mundo de las drogas, creo que ninguno había tenido una vida que valiera la pena; estarían muertos o presos, pero ahora son encargados de hogares de Beraca, son líderes, están casados, aman la vida, aman a Dios, aman su familia. Antes andaban equivocados, no sabían dónde estaba la verdad, pero la encontraron y esa verdad les hizo libres. Jesús dijo: “…conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32). ¡Que feliz soy de predicar el evangelio! El mejor aporte que se le puede dar a la humanidad es enseñarle la palabra de Dios y darle la esperanza de una verdad viva. La fe viene de la verdad viva.

La palabra de Dios es nuestro alimento. En el salmo 37: 3 leemos lo que dijo el salmista: “Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad”. Significa que comerás de la verdad. Tu sustento es la verdad. Jesús, la palabra viva de Dios, encarnada, el camino y la vida dijo: “Yo soy el pan que descendió del cielo”. Tú necesitas recibir palabra de Dios cada día porque esa es tu comida. Cuando no comes bien te debilitas y te faltan fuerzas, necesitas el sustento diario. Al declarar Jesús: “Yo soy el pan que descendió del cielo”, te está diciendo: “Me necesitas comer a mi cada día”. Al momento de celebrar la santa cena les dijo a los discípulos: “Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida” (Juan 6:55). Sucedió en el desierto que Dios mandó maná del cielo al pueblo de Israel todos los días, pero les había prohibido juntar maná para el día siguiente, les dijo que no recogieran más de lo que necesitaban para cada día. Pero algunos juntaron más de lo que debían y lo guardaron para el día siguiente por si Dios fallaba. ¡Se les llenó de gusanos! Porque Dios los había metido en la prueba de creer que cada día Él se iba a acordar de ellos y les iba a dar de comer el maná. Jesús dijo: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo” (Juan 6:51). El Señor ha sustentado mi vida y la de mi familia; ha hecho cosas maravillosas.

Conozco dos jóvenes que eran drogadictos, se alcoholizaban, eran mentirosos. Uno de ellos se encerraba con un amigo a drogarse y sintonizaban la radio El Espectador en el horario en que estábamos nosotros, y escuchaban mis mensajes Y drogados exclamaban: “¡Aleluya hermano!” burlándose de mí. Escucha que te escucha, un día cayó en la iglesia. Un día me dijo: “¡Vos sos mi papá!” Ese que un día me dijo: “Estoy enamorado de tu hija”. Y un día, se casó con mi hija mayor. Las veces que le prediqué ahí en su dormitorio mientras se drogaba con un amigo, la verdad que lo transformó y lo hizo mi yerno. Mi otro yerno era igual o peor, mas hoy es pastor de la iglesia y diputado nacional. Puedo decirte con total autoridad que yo he probado la verdad y te aseguro que es buena. No sé qué tantas dudas tienes o en qué inseguridades andas, pero si quieres que te vaya como a mí, yo te recomiendo que no sueltes a Jesucristo. El evangelio es el tesoro de Dios para nosotros.

Tal vez tengas que decirle al Señor: “Perdóname, yo soy uno que despreció la verdad y no me fue bien. Hoy sufro de inseguridades y tristeza y sé que es por causa de mi rebelión. Hoy Señor, hago pacto contigo y no voy a retroceder nunca más. Venga a mi tu vida y tu verdad, te lo pido en el nombre de Jesús, amén”.

¡Sé libre en esta hora! Jesús hoy te dice: “Conoceréis la verdad y la verdad te hará libre”. Esa verdad es Cristo que quiere habitar en tu corazón.

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?

INTRODUCCIÓN

A la hora de tener amigos hay que saber elegir. Amar, hay que amar a todos, pero, tener amigos significa, confundir o mezclar corazones. Recordemos la amistad entre David y Jonatán, fue una amistad profunda, tanto, que hay gente que cree que fue un amor homosexual. Pero no. Cuando uno tiene amigos se le pegan cosas de la otra persona, como gestos, modismos, se les pega la misma manera de ver y de pensar. Cuando era joven tuve un amigo que “me hacía gancho”, como se dice, con Marta. En realidad, primero le hizo gancho con otro. En una época nos veíamos casi todos los días por cualquier cosa; tanto es así, que varias veces a mis padres les hablaba igual que mi amigo Alberto, y siempre contaba cosas de él. Entonces mi mamá decía: “¡Ya llegó Alberto Ojeda!”.

A la hora de elegir amigos hay que saber discernir porque a muchos se les pega cosas no tan buenas de los amigos. Por sobre todas las cosas, tus amigos tienen que ser espirituales. Hay una frase que dice: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Puedo saber claramente qué clase de persona eres si conozco a tus amigos. Suelen armarse grupitos de amigos y amigas aun en la iglesia, y se juntan a hablar sobre quién le gusta a quién. Muchas veces les dije a los jóvenes que no les convenía andar con determinada persona y algunos me decían: “Pero es mi amigo. ¿Qué tiene de malo que ande con él?”

Un hermano de la iglesia que estaba colaborando en el encuentro que se realizó en Monte Beraca, al finalizar su tarea, estaba en la disyuntiva de que si se quedaba a dormir en Beraca o se iba a una reunión con amigos. Y decidió ir con sus amigos. Al día siguiente me dijo que se había tomado un vaso de cerveza y que al salir de la reunión le quisieron robar, pero no se acordaba de nada. “¿Te hizo tan mal un vaso de cerveza?” le pregunté. “Bueno, fueron varios vasos de cerveza que tomé”, respondió. Me contó que cuando se despertó estaba en su casa y en su cama, pero no se acuerda qué pasó desde ese momento en el que le quisieron robar. El asunto es que cuando llego a la casa rompió varias cosas, y tuvieron que llamar a su pastora, entonces, a las cuatro de la madrugada, ella estuvo haciéndole liberación por teléfono, y el demonio que lo dominaba empezó a confesar cosas que nunca habíamos imaginado. Para corroborar lo que el demonio había dicho, le pregunté si se había acostado con tal chica y dijo que sí. ¡Mejor hubiera sido quedarse a dormir en Beraca!

A la hora de elegir amigos, elige al Espíritu Santo. Él es nuestro compañero, nuestro consolador, nuestro maestro; es quien pone en nosotros el sentir de Cristo Jesús, el que nos hace pensar como el Señor. El Espíritu Santo es nuestro protector. ¡No hay mejor amigo que el Espíritu Santo! Algunos señalan que se sienten aburridos, que no saben con quién hablar y yo les digo que hablen con el Espíritu Santo. ¡Hazte amigo de Èl!

BUSCA LA SABIDURÍA DE DIOS

Leemos en 1ª Corintios 2: 5 y 6: “…que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen”. El apóstol Pablo le dijo a los corintios que han sido llamados a hablar con sabiduría, pero no cualquier sabiduría, no la de los principales de este mundo ya que estos hombres perecen. Hay una sabiduría que está deseando llenar tu corazón y esa sabiduría viene del Espíritu Santo. Hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez, éstos son los que han crecido lo suficiente, para poder entender y discernir determinadas cosas de Dios que se corresponden con la madurez.

1ª de Corintios 2: 7 dice: “Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria”. La sabiduría que nosotros estamos llamados a ejercer es oculta. La buena noticia es que si creces llegas a un punto en que comienzas a operar en una sabiduría que va mucho más allá de lo que se le ocurre a un ser humano; por más que haya estudiado ciencias. El tiempo aun no existía y Dios ya había predestinado una sabiduría que estaba guardada para nosotros. Antes que tú nacieras, Dios tenía para ti una sabiduría que el mundo no tiene. Sabiduría oculta, la que ningunos de los príncipes de este siglo conoció. Cuando la Biblia habla de príncipes o principales se refiere a las personas más encumbradas y que más estudios tenían. Los príncipes eran preparados en toda clase de artes, de ciencia y de conocimiento de guerra. Eran los más sabios a la hora de tomar decisiones.

“Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria”. (1ª Corintios 2: 7 y 8) Hay dos clases de sabiduría, la que se mueve en el nivel natural y la que se mueve en el nivel espiritual, y éstas son muy diferentes. Una misma situación observada desde el punto de vista de los hombres y observada desde la perspectiva de Dios se ven muy distintas. ¿Cuál es el peligro que corremos los cristianos? El no poder separar lo que es del espíritu y lo de la carne; la Biblia señala que lo que es de la carne, carne es, y lo que es del Espíritu, espíritu es. Entonces corremos peligro de mezclar lo espiritual con lo carnal o natural. Siempre prediqué que hay dos dimensiones que nada tienen que ver una con la otra. Desde el punto de vista natural tú ves algo, pero desde el punto de vista espiritual ves exactamente lo mismo, pero con otra perspectiva y lo entiendes de otra manera. Cuando estás frente a algún problema, lo ves desde el punto de vista natural y no encuentras salida; pero si lo enfocas desde el punto de vista espiritual te resulta fácil y te das cuenta que hay salida.

Dios tiene una sabiduría revelada; esto significa que Él muestra en determinado momento, determinada cosa. Si tuvieses esta sabiduría no errarías a la hora de ponerte de novio o de novia, y no te equivocarías a la hora de elegir con quién te vas a casar. Tampoco te equivocarías a la hora de hacer negocios o cuando se presenta algún problema familiar, no pensarías que lo más fácil es el divorcio. Desde la perspectiva de Dios no existe esa posibilidad. Porque el Todopoderoso, para quien nada es difícil, Èl, que todo lo puede, lo hará. Y si una vez lo hizo, lo volverá a hacer. El tema es que tú eres quien toma las decisiones, y una cosa es tomarlas en virtud de la luz de Dios, y otra muy diferente es tomarla en virtud de mi propia racionalidad o de mi propio intelecto. ¿Y quiénes son los que se pueden mover en esa dimensión? ¡Los que aman a Dios!

Dice la Biblia: “Antes bien, como está escrito: cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1ª Corintios 2:9). Acceden a esta sabiduría los que aman a Dios. No es para los que estudian más la Biblia sino para los que aman a Dios. No es porque asistes a la iglesia, sino porque amas a Dios. Tú puedes congregarte, sin embargo Dios no es tu prioridad. El que ama a Dios lo tiene como la prioridad de su vida. Y Dios tiene guardadas esas cosas que ojo no vio ni oído oyó, ni se han manifestado en el corazón de los hombres, para aquellos que le aman.

Acostúmbrate a decirle al Señor cada mañana al despertar que lo amas. Dile: Quiero amarte Señor como nunca he amado”. Hay mujeres que dejan a Dios por el amor de un hombre, y hay hombres que dejan a Dios por el amor de una mujer. ¡Son ciegos! Eligen un deporte antes que a Dios, eligen una carrera, un placer o un deleite antes que a Dios. El que ama a Dios se acerca y entra en intimidad con Él. Entonces, a esa persona se le pega los pensamientos y los gestos de Dios; porque Dios se revela al que le ama. ¡Dios le abre el corazón al que le ama! Y Él sabe muy bien si lo amas. Dios no se confunde porque tiene discernimiento. Tal vez tú dices que amas a Dios por sobre todas las cosas, pero a Dios no lo confundes porque Él sabe si realmente le amas o no.

Hay muchas chicas golpeadas por la vida, rechazadas por sus padres. Hay diferentes tipos de sufrimientos; por ejemplo, el papá que golpea a su hija o el padrastro que la discrimina porque es la hija de la esposa, pero no de él. Esa hija sufre de soledad y está buscando ese cariño de padre que le hace falta. Algunas dicen que no han podido correr a los brazos de su padre para contarles lo que les estaba sucediendo y cuando se han acercado se han ido decepcionadas porque el papá estaba muy ocupado, entonces no han podido abrir su corazón, no han podido decirles que tienen miedo, que se sienten muy solas, etc. Por lo que la jovencita comienza a buscar qué hombre podría darle el afecto que está necesitando. Y en la búsqueda de ese afecto hace cosas que no conviene. Ya estuvo en los brazos de muchos hombres, pero aún tiene el alma sedienta porque los hombres no le han dado lo que ella necesitaba. ¿A quién le debería abrir una mujer su corazón? Le abre su corazón a un hombre que después la escracha en las redes para que todo el mundo se burle de ella. ¿A quién deberías abrirle tu corazón? ¿A quién le vas a contar lo que te pasa? ¡Tienes miedo! Tú le tienes que abrir tu corazón a Dios. Humanamente le tienes que abrir tu corazón al alguien, pero tú tienes que abrirle tu corazón a alguien que te ame. Quien te ame te va a cuidar, no te va a difamar ni se burlará de ti.

DIOS SE REVELA A QUIEN LE AMA

A la hora de abrir el corazón, debes abrírselo a alguien que ame. Esto es una réplica de lo que tiene que suceder con Dios. El que mejor te ama es Dios. A Él le puedes abrir tu corazón. Una vez estaba tan mal y no sabía a quién ir. No tenía un pastor que me pudiera aconsejar. Y encontré un versículo que dice: “No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu boca” (Miqueas 7:5). Yo estaba acostado al lado de mi esposa. No me entendían mis padres, no me entendía mi esposa; yo me sentía literalmente desesperado y Dios me habló por su palabra queriéndome decir: “Búscame a mí, porque mejor que yo no encontrarás a nadie”.

“…Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1ª Corintios 2:9) Yo tengo que abrir mi corazón a alguien que me ame. Quien me ama me comprende más, me valora y me cuida; quien me ama no me va a difamar. Y Dios me dice: “Yo tengo cosas que ojo no vio ni oído oyó”. ¿Qué sucede? Que Dios no le abre su corazón a cualquiera. Tú quieres conocer la voluntad de Dios, quieres que baje un ángel del cielo y te hable. Pero lo que te tienes que asegurar es que amas a Dios. Venga un ángel o no, Dios tiene cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni se han manifestado en el corazón de los hombres, las que tiene preparada para aquellos que le aman. Tienen que ser dos que se amen por supuesto. No puedes ir por el mundo contando a cualquiera tus cosas. No puede ser que entres en tal desesperación que comiences a ventilar tus problemas a cualquiera. ¡No puedes estar desparramando tu vida por todos lados! ¡No todos te van a valorar! La Biblia dice que Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza. ¡Dios es nuestro castillo! ¡Él es mi Dios en quien confiaré! Pero a nivel humano, cuando hay intimidad, tiene que haber amor. En el amor hay verdadera intimidad. Hay muchos que entran en intimidad sin amor y eso se llama idiotez. Chicos que le dicen a la chica que recién conocen: “Mándame una foto tuya sin ropa”. Ella cree que entraron en una relación, entonces se saca una foto y se saca otra. Y después la chica queda escrachada en las redes. La verdadera intimidad es la que se da en el amor, y cuando uno ama a Dios entra en intimidad con Él. Dios le abre su corazón a aquellos que le aman. Dios muestra sus tesoros a aquellos que le aman. El primer mandamiento es: “Amarás al Señor tu Dios con todas tus fuerzas, con toda tu mente y con toda tu alma”.

En cuanto a la sabiduría, 1ª de Corintios 2: 10 dice: “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”. Nuestro trato con Dios es a través de su Espíritu. Él limpió la vasija de barro que somos nosotros, y sacó el pecado, para poder habitar en nosotros. Dios habita en nosotros a través de su Espíritu Santo. Entonces, la intimidad con Dios es la intimidad con el Espíritu Santo. Yo tengo que amar profundamente su presencia en mi vida porque todo lo que yo pueda tener de Dios en mí, lo tengo a través del Espíritu Santo. Dios revela a través de su Espíritu lo que tiene para mí. Y no se trata de algo que aprendí sino de algo que Èl me reveló. Dios corrió el velo y me dejó ver, y yo entendí porque Él corrió el velo. Es la visión que Dios me muestra a mí, porque yo le amo. Porque yo le amo, Èl me muestra sus secretos.

Uno a veces sabe cosas porque el Señor le muestra. Yo le digo a un muchacho que la chica no le conviene y entonces salen algunos a decir que yo manipulo a las personas y que no me tendría que meter. Más de uno me dijo qué me creo que lo sé todo. Yo no sé todo; yo sólo sé que esa chica no le convenía y veo al joven y sé que es un hombre de Dios. Uno que ha llegado a cierto grado de madurez ve lo que otro que no ha madurado no ve. Yo tengo que tener cuidado para no invadir la privacidad y el libre albedrío de las personas, si no, parece que me enseñoreo de la gente. Uno puede ver que hay personas que no van a andar bien, pero ellos se empecinan que va a andar. La verdad no es lo que yo pienso; la verdad es lo que Dios revela. Y Dios por su Espíritu Santo nos reveló a nosotros esa sabiduría que menciona 1ª de Corintios 2:10 “…porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”. El Espíritu Santo conoce profundamente lo más escondido de Dios; lo exprime, lo escudriña, lo discierne y lo entiende. ¡El Espíritu Santo conoce todo lo que es de Dios!

El apóstol Pablo hace una comparación y dice: “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1ª de Corintios 2:11). Yo no sé si tienes tu espíritu dormido, borracho, muerto, no sé; pero hay una cosa que sí sé, que tu espíritu sabe lo que hay en la profundidad de tu ser. Nadie conoce lo que hay en el hombre, sólo el espíritu del hombre y Dios. Nadie conoce lo que hay en el espíritu de otra persona. Porque sólo el espíritu de esa persona sabe lo que hay en ella.

“…Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido” (1ª de Corintios 2: 11 y 12). Esta es una de las revelaciones, un pasaje bíblico que ha bendecido mi vida. Y Dios me dijo: “Mira Jorge lo que yo te he dado”. Nadie puede saber lo que hay en el corazón de Dios. Pero si ese alguien tiene el Espíritu de Dios, ese alguien puede saber las cosas más profundas de Dios porque el Espíritu se las revela. Yo nunca podré conocer lo que hay dentro de tu corazón porque Dios no ha puesto a mi disposición tu espíritu. Dios no ha puesto a disposición mía el espíritu de nadie, tú eres inviolable. Dios no me va a dejar saber lo que hay en lo más profundo de tu corazón porque el Señor te ha hecho como a mí, único, con libre albedrío. Pero, Dios, sí ha puesto a mi disposición su Espíritu Santo. No sabré lo que hay dentro tuyo; trataré de discernir muchas cosas, pero nunca podré penetrar a lo más profundo de tu ser. Pero Dios ha puesto a mi disposición su Espíritu Santo. Claro, si yo no lo amo no será así. ¡Dios no es tonto! ¿Cómo va a poner su Espíritu a tu disposición si no lo amas, si no es la prioridad de tu vida, si tu sueño no es abrazar a Dios? Tú sueñas con abrazar un mejor sueldo, el tener otra casa y lograr muchas otras cosas. ¡Que tu sueño sea abrazar a Dios!

¿Quién podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro? ¿Lo alto, lo bajo, lo profundo, lo ancho? ¡Nada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús nuestro Señor! “Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1ª de Corintios 2: 12 al 14). Tal vez en otro tiempo pensabas que los evangélicos éramos locos y ahora te contagiaste de nuestra locura. Era locura para ti lo que yo predicaba, pero un día tu mente y tu corazón fue tocado por Dios y lo que para ti era locura vino a ser un tesoro del cual no te quieres soltar. El hombre natural no entiende estas cosas porque se tienen que discernir espiritualmente. “En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”. Así dice 1ª de Corintios 2: 15 y 16. A través de esta revelación; a través del amor y de esta comunión que nos une a Dios, terminamos pensando como Él piensa. Ya no es nuestra manera de pensar importante para nosotros porque ahora pensamos diferente. Tenemos otra manera de ver las cosas. Nosotros tenemos la mente de Cristo.

CONCLUSIÓN

¿Es el Espíritu Santo tu mejor amigo? ¿Vives emocionado pensando que, en medio de este mundo oscuro, violento e hipócrita, donde ya no puedes creer ni siquiera en las noticias porque están tergiversadas, le puedes creer a Dios? Si tú caminas con Dios, Él te puede advertir y te puede revelar las cosas que tiene guardadas para ti, para que puedas tomar las decisiones que convienen. Dice la Biblia: “…sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria”. Para que brillemos como brilla Cristo.

Tienes que renovar tu pacto con el Dios. Dile: “Señor, no es verdad que te di el primer lugar en mi vida. Siempre estoy esperando que me muestres algo, pero no me muestras. Camino y tomo decisiones en incertidumbre y no en fe. Y me he preguntado qué te pasa Dios, pero me he dado cuenta que tengo que amarte más. Quiero amarte Señor, y quiero entrar en intimidad contigo. Quiero que tú saques a luz esos tesoros que no se han manifestado en el corazón de nadie y me los manifiestes a mí, porque yo me comprometo a amarte”.

No necesitas ninguna otra virtud para que Dios te revele; sólo tienes que amarle. A los que entran en intimidad con Dios, Él sabe cómo tratarlos. Hoy tiene que ser restaurada tu intimidad con Dios. No es por tu linda cara ni por los méritos que hayas logrado. Ningún merito tuyo sirve, pero tu amor por Dios resplandece más que las estrellas. Y Dios tiene ojos para ver esa luz. La luz de los que le aman resplandece delante de sus ojos. Los que hacen la obra de Dios finalmente son los que le aman. Los valientes a quienes Dios usará para hacer su obra son aquellos que le aman. Los que le aman entran en intimidad con Él y son alumbrados por Él. Y los que son alumbrados por Dios hacen lo que el Señor quiere y tienen su respaldo.

Hoy es día de revisar prioridades. ¿Harás de Dios la prioridad de tu vida o seguirás como estás? Pedro negó a Jesús y dijo que no lo conocía; escupió, maldijo, dijo malas palabras para convencer a la gente de que no conocía a Cristo, pero el Señor no le recriminó: “¿Por qué has hecho esto?” Sólo le preguntó: “¿Pedro, me amas?” Pedro dos veces le declaró que lo amaba, y la tercera vez, llorando le dijo: “Señor, tú sabes todas las cosas. Sabes que no te puedo mentir. Tú sabes que te amo”. Allí quedó sellado el pacto entre el Señor y Pedro cuando Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”. No hay relación más profunda que la relación de amor con Jesús. Es ahí cuando Èl derrama su Espíritu sobre los creyentes que le aman. Y los creyentes comienzan a descubrir los tesoros escondidos que están guardados sólo para los que le aman. No se trata de qué debes hacer con tu circunstancia, sino si amas a Dios o no.

“Señor, queremos entrar en un nuevo nivel de relación contigo. No te vamos a negar que no te hemos amado como tú te mereces. Tú eres nuestro primer amor. Tócanos Señor, queremos amarte, entrar en un nuevo nivel de intimidad contigo y que nos reveles tus verdades, en el nombre de Jesús, amén”.

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?

INTRODUCCIÓN

Leemos en la carta del apóstol Pablo a los corintios: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” (1ª Corintios 1:18). Entre otras cosas quiero destacar los términos siguientes: la palabra de la cruz, locura y poder de Dios. La cruz, no solamente se ha transformado en un símbolo del cristianismo; lo que se predica acerca de la cruz ha venido a ser el testimonio más importante que existe en el mundo. La historia de la humanidad se divide en, antes de la cruz y después de la cruz. Cuando señalamos AC y DC, queremos decir, antes de la muerte de Cristo y después de la muerte de Cristo. La historia es una hasta la cruz y es otra después de ella.

Respecto de los otros dos términos (locura y poder de Dios), les ha pasado a varias personas que después que se han convertido, sus familiares les dijeron que estaban locos y dicen de los evangelistas que estamos todos locos. La palabra de la cruz es locura para los que se pierden, pero para nosotros, los que nos salvamos, es poder de Dios. Nosotros hemos sido perdonados por la sangre derramada en la cruz, y eso es poder, porque nadie puede librarse del pecado. La Biblia señala que el que hace pecado es esclavo del pecado. No hay nadie que pueda liberarse por su propia fuerza o voluntad, del pecado. Pero el mensaje de la cruz es este: La sangre de Cristo te limpia de todo pecado. Esto tiene un gran significado porque si Dios te ha perdonado de todos tus pecados, tú no eres inculpado en ninguna causa, el diablo no te puede acusar, tus parientes no te pueden acusar. ¡Nadie te puede acusar si Dios ha dado por cerrado el trato que ha hecho contigo! Para los que se salvan esto es poder de Dios, es salvación de Dios.

EL LEGADO DE BILLY GRAHAM

Dicho todo esto quiero honrar la memoria de Billy Graham, un gran predicador que falleció hace poco con noventa y nueve años de edad. Una de sus frases célebres que estuvo en circulación después de su fallecimiento dice: “Algún día les van a decir a ustedes que Billy Graham murió. Ustedes no lo crean; simplemente, Billy Graham se ha cambiado de domicilio”. El mensaje que él predicó, era muy sencillo y es el mensaje de la cruz. Su interés más grande fue que la gente supiera que Dios les ama y hacía énfasis en el poder de la sangre de Jesús. Y la cruz es un símbolo del amor de Dios. ¿Por qué existe la cruz? Porque Dios amó al mundo de tal manera que envió a su Hijo Unigénito a morir en la cruz del calvario para que todo aquel que en Èl cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Jesús mismo se ofreció al Padre para ocupar nuestro lugar. La cruz es símbolo de condenación, pero el Señor no quería que sus hijos fueran a la condenación y decidió ser condenado en nuestro lugar. Allí en la cruz, el Hijo de Dios fue condenado por el pecado de la humanidad.

Billy Graham, durante ochenta años, desde los diecinueve años de edad, predicó el evangelio en los cinco continentes. Se calcula que más de doscientos millones de personas han alcanzado vida eterna por la predicación de Billy Graham, quienes le entregaron su corazón a Jesús y creyeron que sus pecados fueron perdonados y limpiados. Esas personas tienen acceso al reino de Dios por el mensaje de la cruz que él ha predicado.

Billy Graham se crió en una granja lechera en la ciudad de Charlotte, Carolina del Norte, en Estados Unidos. En una oportunidad, un grupo de personas le pidieron a su padre para celebrar una reunión de oración en la granja y la idea era pedirle a Dios que levantara hombres que predicaran el evangelio en las naciones. Y así lo hicieron. Billy Graham, en ese entonces tenía quince años de edad y pocos años después le entregó su corazón a Jesús; desde ese momento se encendió un fuego en su corazón por lo que comenzó a recorrer las naciones predicando el evangelio. Ha sido consejero de varios presidentes en Estados Unidos, desde la década del cincuenta hasta la actualidad, y también ha sido consejero de otros mandatarios de diferentes naciones. La misma reina Isabel de Inglaterra le solicitó que fuera a Inglaterra para darle consejo. En esa nación, por decirlo de alguna manera, el gobernador supremo de la iglesia anglicana es el soberano, de modo pues, que podríamos decir que la reina Isabel es la jefa de la iglesia anglicana. No obstante, ella, siendo la gobernadora, solicitó la ayuda de Billy Graham. ¡Naciones fueron trastocadas cuando este hombre de Dios predicó el evangelio!

Recuerdo lo que sucedió en Corea del Sur. Yo era muy joven cuando me enteré de esta campaña extraordinaria que hizo Billy Graham en esa nación. Corea del Sur había quedado devastada después de una guerra que había sufrido. Quedó reducida a la pobreza. En ese país no se conocía el evangelio, había mucha idolatría, una cultura totalmente contraria a la cultura cristiana. En aquel tiempo, Billy Graham predicó a un millón de personas. Esa nación experimentó un gran avivamiento y fue transformada totalmente. Hoy, allí, están las iglesias más grandes del mundo, una de ellas es la del pastor David Yonggi Cho. No sólo fueron afectadas las personas con el evangelio sino también la nación entera, de tal manera que hubo un crecimiento económico muy grande. Surgieron grandes industrias de marcas muy conocidas que hoy están en todo el mundo como Samsung, Hyundai, etc. Hoy en día, Corea del Sur es una potencia económica.

Quiero hoy honrar la memoria del predicador Billy Graham. Tan importante llegó a ser que sus restos fueron llevados al parlamento de Estados Unidos, y allí, importantes personalidades han pronunciado discursos acerca de la vida de este siervo de Dios. Aun el presidente actual de Estados Unidos, Donald Trump dio un discurso en su memoria y contó que cuando era adolescente, en la primera campaña de Billy Graham, año 1957, que tuvo lugar en el Madison Square Garden, que duró varios días, y en la que dos millones de personas recibieron el mensaje de salvación, él había ido con su papá. Y dijo que la prédica de este hombre tocó vidas, transformó su nación y literalmente impactó al mundo. Hablamos de la palabra de la cruz que transforma las vidas. Para los que se pierden esta palabra es locura, pero para los que se salvan, esto es a nosotros, es poder de Dios. Yo no digo que Trump sea cristiano, pero es evidente que está respaldando la cultura cristiana y los valores cristianos. Èl no respalda económicamente a organismos que no pertenecen al estado y que fomentan el aborto, por lo que el estado invertía millones de dólares. Tan importante ha sido Billy Graham que al día de su entierro concurrieron el presidente y el vicepresidente de los Estados Unidos. Hasta qué punto una vida puede sacudir la conciencia de una nación. También estuvieron los hijos de Billy Graham honrando al padre que Dios les había dado, diciendo que él fue un gran predicador que predicó el evangelio en muchas naciones, pero también fue el padre que les enseñó la palabra de Dios, que los aconsejó, los cuidó y oró por ellos. Fue un hombre que había sido afectado por la palabra que predicaba. Fue un hombre que predicaba desde el corazón.

LA CRUZ ES LOCURA PARA LOS QUE SE PIERDEN

“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos” (1ª Corintios 1:18 y 19). A Dios no le interesa la sabiduría de los sabios ni el entendimiento de los entendidos porque los entendidos no entienden y los sabios son necios. Por eso quiso Dios salvar a la humanidad por la locura de la cruz. La cruz no responde a la inteligencia; nadie inteligente podrá decir que la cruz tiene que ver con el perdón de pecados, con la vida eterna y la salvación. La Cruz no es cuestión de sabiduría ni de inteligencia. ¡Es la locura de Dios! Quiso el Señor salvar a los pecadores por la palabra de la cruz. Quiso Dios liberarnos de nuestra cautividad, sanarnos de nuestras enfermedades, librarnos de nuestras maldiciones, no por inteligencia ni sabiduría, sino por fe, por la revelación a través de la fe. Y aquellos que creen la locura de Dios reciben el favor y la bendición guardados para ellos. ¡Que no pase un día más de tu vida sin que tengas la certeza absoluta del perdón de tus pecados! Porque hay muchos que asisten a la iglesia, pero sólo es costumbre. Muchos tienen sólo la cultura de la religión. Y a Dios no le interesa la religión sino su relación contigo y tu relación con Él que es a través de la fe y del amor. Hay personas engañadas porque creen que tienen algún favor de parte de Dios porque asisten a una iglesia, porque ofrendan; algunos creen que porque son buenos van a ir al cielo y no se trata de eso. La salvación del hombre y el perdón de sus pecados es obra de Dios y es por gracia. Es un favor, un don inmerecido de Dios al hombre por causa del amor que le tiene. “Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?” (1ª Corintios 1: 19 y 20).

¿No te has creído sabio en tu propia opinión? Tal vez has dicho: “A mí nadie me va a decir lo que tengo que hacer”. Y has descubierto que no eres tan sabio, y has tenido que retroceder; pero has tratado de que nadie se entere que te has equivocado porque perderías tu imagen.

Dice 1ª de Corintios que Dios ha enloquecido la sabiduría de este mundo. Los sabios de este mundo dicen que no es trascendente el sexo y perfectamente podemos ser lo que nos parezca y que es distinto a aquello que traemos desde nuestro nacimiento. Un hombre se mira al espejo y dice que es una mujer a pesar del panorama que ve. ¿No ha enloquecido la sabiduría de este mundo?

Un joven de uno de nuestros hogares de Beraca se robó algunas cosas, una noche durante el campamento y se escapó; y vendió todo por unos pesos en una boca de droga. Cuando lo encontramos, lo llevamos a la policía y no sé qué trae el nuevo código penal que la policía no puede actuar, sino que tiene que intervenir primero el fiscal. Ya no se puede pedir a la policía que capture a un ladrón porque ellos nada pueden hacer. La verdad, no se entiende. ¡Una locura! El joven reconoció que había robado y les informó el lugar donde había vendido las cosas; entonces los que viven allí lo buscaron y lo golpearon. Le exigieron que les devuelva lo que había robado o el dinero, pero no fue posible. Entonces el encargado del hogar se retiró de la seccional. Al rato aparece el joven queriendo volver al hogar como si nada. La policía no lo había procesado, no hizo nada al respecto. ¿Dónde está el entendimiento? ¿Dónde está la sabiduría? En otro hogar, que se llama Beraca Party, que tiene todas las habilitaciones de bromatología de la intendencia, todo en regla; hacen alfajores de maicena y los venden en las calles. Son jóvenes que han dejado las drogas y ahora trabajan dignamente. Entonces, unos agentes de la intendencia, secundados por la policía les quitaron todo. Esto lo filmó un empleado de un comercio que estaba indignado por tal atropello.

Sé que ya lo he contado varias veces, pero viene al caso, un hombre de cincuenta y dos años de edad, casado, con siete hijos; un día le confiesa a su esposa que no es un hombre sino una mujer encerrada en el cuerpo de un hombre y la abandona a ella y a sus hijos. Este hombre pasó de la transexualidad a la trans-edad porque ahora vive como una niña de seis años. Hoy en día no podemos contradecir lo que otra persona siente. Un hombre grandote, de más de cien kilos, ahora se cree que es una niña de seis años. Ahora, en su identificación aparece con nombre de mujer y con la edad de seis años. ¿No ha enloquecido este mundo? ¡Qué mal está el mundo! Un hombre se casa con una mujer y juran fidelidad hasta que la muerte los separe, pero al tiempo se pregunta qué le ha visto a la mujer para casarse con ella. Comienza a criticarla porque ha engordado, entonces ya no la quiere más y se busca otra que lo haga feliz. ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría de este mundo? ¿Dónde está la razón del hombre? ¿Dónde están sus sentimientos? Hoy en día se respeta muchísimo a los animales; ahora los perros pueden viajar en avión junto a sus dueños y no sólo perros, también gatos, víboras, etc. ¿Quién tiene más derecho, el que lleva el gato o el que lleva una víbora? Resulta que llevar los animalitos en la bodega los estresa, ¡pobrecitos! Una mujer se apareció con un faisán, pero no se lo permitían, entonces exigió su derecho ya que había otras personas con sus mascotas. ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría de los hombres de esta tierra? Así que a los jóvenes de los hogares que decidieron dejar la droga y llevar una vida digna trabajando, les han sacado todo. Y ese que nos robó en el campamento anda suelto. ¡No hay razón ni entendimiento!

LA CRUZ TE DA LA SABIDURÍA DE DIOS

Dios hoy quiere hacerte entrar en su visión y en sus razones. La cruz te devuelve la razón. ¡Qué perdido está el mundo! He hablado con muchos jóvenes que me han declarado que la droga los está destruyendo, pero vuelven a reincidir. Una jovencita asistió a una fiesta electrónica y murió de una sobredosis de drogas. La droga corre, si no te la proporciona un amigo te la ofrecen ahí mismo en la fiesta; y a las chicas se la dan gratis. Una jovencita que asiste a nuestra iglesia me contó que la otra chica fue a la barra y le dijo al barman que le pusiera a la bebida algo que le vuele la cabeza, entonces le sirvió varios tipos de bebidas alcohólicas. Cuando se encuentra conmigo me dijo que la noche que murió la chica, ella estaba en esa fiesta, y esa noche probó tres drogas con bebidas alcohólicas y también casi se muere. Le pregunté quién pagó la droga y me contó que se la dieron gratis. ¿Cuál sería la lógica? Impedir esa clase de fiestas. ¿No sabe la policía que en esas fiestas corre la droga? ¿No lo saben los jueces? Sin embargo, se hizo una fiesta mucho más grande para cerrar la temporada. ¡Nadie hace nada!

Dice la Biblia: “¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” (1° Corintios 1:20-21). No es que Dios no tiene sabiduría, no es que no le importa la sabiduría; dice la Biblia que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios. Tú no conoces a Dios por sabio ni por inteligente; tú conoces a Dios por la fe. Agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Tal vez no eres muy sabio, pero, ¡gloria a Dios! ¡No es por sabiduría! Tal vez no eres muy inteligente, pero, ¡gloria a Dios! ¡No es para los inteligentes!

Tal vez eres una persona humilde y sencilla; te humillas delante de Dios y le confiesas que lo necesitas. Y el Señor te dice: “Para ti es mi perdón. Para ti es la vida eterna”. ¡Ha querido salvar Dios a los creyentes por la locura de la predicación, por la locura de lo que yo te predico hoy! La fe te abre las puertas de la gracia; la fe te abre las puertas de la bendición y de las promesas de Dios. La cruz tiene muchas cosas que decirnos. La Biblia dice que por sus llagas fuimos nosotros curados. ¡En la cruz hay sanidad para ti! Era necesario que quien moría en la cruz fuese lacerado, azotado y herido; mas la Biblia dice que Jesús fue herido por nuestras rebeliones. Ahí tenía que ser crucificado yo. Yo tenía que padecer las consecuencias de mi pecado, pero Cristo me amó y tomó mi lugar, muriendo en la cruz. La cruz habla de sangre derramada. La Biblia nos enseña que en la sangre está la vida. Parece ser que el alma misma del ser humano está en la sangre. Y cuando cayó a tierra la sangre de Jesús, caía la vida perfecta de Cristo. No te olvides que vienes de la tierra.

No olvides que eres polvo. Esa sangre le estaba dando vida a la tierra, y esa tierra que recibió la sangre de Cristo nos representa a nosotros. Cuando Dios hizo al hombre a imagen y semejanza suya, tomó polvo de la tierra y le puso Adán que significa, tomado de la tierra. A la vida de Cristo, la tierra no iba a poder retener porque ni el pecado ni la muerte podían retener a Jesús, por eso el Señor resucitó, que es la garantía de aquel que ha sido limpiado por la sangre de Cristo. Si no hay pecado en ti porque el Señor lo ha limpiado, ¿de qué podrá acusarte el diablo? ¿Y qué podrá hacerte la muerte? ¡La muerte no tiene poder contra ti! Podrás declarar como Billy Graham: “Cuando digan que estoy muerto, no les crean; solo me he cambiado de domicilio. He cerrado mis ojos aquí en la tierra y los he abierto para contemplar a mi Salvador”. Esto no se puede demostrar en un laboratorio, pero lo puedo creer; esto lo recibo por la fe en la palabra de la cruz.

“Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría” (1ª Corintios 1:22). Jesús tenía que demostrar con señales que era el Mesías, y el Señor les respondió: “La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12:39 y 40). Esto es el mensaje de la cruz.

Y los griegos buscan sabiduría. Ahí están, en Grecia, los matemáticos, los físicos, los filósofos. “Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura” (1ª Corintios 1:22 y 23).

El misterio de Dios está en la cruz. ¿Puedes creer? Tú te querrás presentar con muchos argumentos delante de Dios, pero para Él no hay ningún argumento válido. Yo fui bueno. No, tú no has sido bueno, porque de haber sido así, no hubiera hecho falta que yo mandara a mi Hijo a morir en la cruz el calvario. Pero yo fui a Misión Vida. ¡No! Misión Vida no salva. Salva mi Hijo que murió en la cruz del calvario. Pero yo fui discípulo del apóstol Jorge Márquez. Jorge Márquez predicó acerca de la cruz y tú debías creer en el poder de la cruz y no en él. Señor, yo hice ayuno y oré. Eso es fruto de la vida cristiana, pero lo que tiene valor delante de mi es tu fe puesta en el testimonio que yo he enviado al mundo, mi Hijo que murió en la cruz del calvario y resucitó. Lo único que puede otorgarte perdón de pecados, hacerte libre de la muerte y darte pase a la vida eterna, es la fe en la locura de la predicación de Jesucristo. Lamentablemente muchos cristianos creen que su pasaje al cielo tiene que ver con su vida de santidad y de religiosidad. Debo decirte que tienes que cuidarte mucho de la religiosidad porque la religiosidad no te salva. Es más, Dios detesta la religión. La controversia más grande de Jesús fue con aquellos que practicaban religión. Y Dios quiere que practiques amar a su Hijo Unigénito, a quien Él entrego por tus pecados.

“pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; más para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios” (1ª Corintios 1: 23 y 24) El poder de Dios y su sabiduría están escondidos en la cruz del calvario y Billy Graham se dedicó a predicar esto en todo el mundo.

CONCLUSIÓN

Reflexiona en qué tienes basada tu esperanza de vida eterna. Si tú mueres ahora mismo, ¿qué grado de seguridad tienes de que tus pecados han sido perdonados y que cuando abras tus ojos vas a contemplar al Rey de Gloria? Dios no está obligado a seguirte con tus razonamientos, pero está obligado a seguirte por tu fe en el poder de Jesús, muerto en la cruz del calvario y resucitado al tercer día. Les he preguntado a varios cristianos si tienen la certeza de que sus pecados han sido perdonados y algunos piensan que sí, pero no están seguros. ¿Te parece que eso es fe? Creen que sí porque hace años que asisten a la iglesia, no cometen muchos pecados, dicen que son mejores que sus antepasados. ¿En qué basas tú, la certeza de la vida eterna? Tienes que basarla en que tus pecados han sido perdonados, que tu vida ha sido limpiada con la sangre del Cordero; que la vida de Cristo está en ti y que Dios no te mira a ti, sino que ve a Jesús en ti. Si tu fe es una fe genuina en Cristo Jesús, ya el Padre no te ve más a ti porque ve la vida de Cristo en ti.

Si necesitas el perdón de Dios, dile: Señor perdona mis pecados, límpiame, lávame con tu sangre preciosa, yo te abro mi corazón, entra en mi vida Jesús. Líbrame de mi maldad, líbrame de mi mismo Padre, te lo pido en el nombre de Jesús, amén”. 

“En el nombre de Jesús, declaro que se deshace sobre tu vida el poder del pecado, son rotas las cadenas, son rotas las ataduras. ¡El misterio de la cruz tiene guardado poder de liberación para ti! Yo proclamo perdón de pecados, liberación y vida eterna sobre tu vida, en el nombre de Jesús, amén”.

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?

INTRODUCCIÓN

Hemos llegado a un punto en la historia de la humanidad en que hay una confusión tan grande entre los políticos, los gobernantes, los predicadores, los maestros y profesores, etc. Ha llegado un tiempo de anarquía en que ya no se sabe qué es el bien y qué es el mal. No se sabe qué es la mentira y qué es la verdad, tampoco se le da importancia a esto porque vivimos, no de la verdad, no de la mentira, sino de lo que sentimos. Claro que cuando vivimos de lo que sentimos, vivimos en la mentira porque el hombre no tiene luz propia si Cristo no alumbra su corazón. La verdad que hay adentro del hombre es mentira, y el dueño de la verdad es Dios.

¿Por qué digo esto? He tenido una charla con una chica adolescente que asistió a la iglesia desde muy pequeña. Pero, por allá, cuando cumplió los doce años le dijo a su mamá: “Mamá, a mí me gustan las mujeres más que los hombres”. En ese momento la madre no le dio mucha importancia al asunto, habló con ella al respecto, pero pasado el tiempo, cuando cumplió quince años, la chica que conoció la Biblia, dijo: “Esto es lo que yo siento. Esta es mi verdad”. Los padres que son líderes en la iglesia estaban muy afligidos. La jovencita agregó: “A mí no me van a cambiar, me tienen que respetar. Dios me ama así como soy y yo amo a Dios”. Luego me enteré que con algunas amigas de la iglesia tocaron el tema y yo pensé que ya tenía ese asunto instaurado en la iglesia y me enojé, entonces le mandé un mensaje bastante duro y a ella le dolió mucho que la tratara como lo hice.

Yo digo que no tengo problemas que alguien quiera ejercer sus derechos de sentirse hombre o mujer, de querer ser homosexual, etc. Si quiere ejercer su derecho no necesita ninguna ley para eso. Así como yo no necesito una ley para ser heterosexual y para tener relaciones con mi esposa. Eso le dije a la jovencita que abandonó la ley de Dios y me respondió: “Para empezar, yo no creo que exista una verdad absoluta. Todas las verdades son relativas”. Esto no es nuevo, yo lo escuché cuando estaba en la secundaria. Va ganando terreno esta idea de que la verdad va cambiando con el tiempo y con las culturas, lo que es verdad para una cultura no lo es para la otra, y relativizaron la verdad. Entonces llegamos al punto en que la verdad es tan relativa, que una mujer inventó la sologamia. Se miró al espejo y dijo: “¡Qué linda que sos! Me quiero casar contigo”. Y se casó con ella misma.

Otra mujer que vive en Europa tiene un perro tan amoroso que se casó con él. ¡A dónde vamos a ir a parar así! Ya he contado acerca de un hombre de cincuenta y dos años que se transformó en una niña de seis años. El hombre estaba casado, y tenía hijos, entonces, decidió vivir lo que él declara, su vida verdadera, y abandonó a su esposa y a sus hijos para volver a ser niño.

¿Dónde estará la verdad? ¿Qué es la verdad? ¿A dónde va la locura de este mundo en el que estamos viviendo?

LA VERDAD ES ABSOLUTA

Que la gente piense que la verdad es relativa, no es lo peor; lo peor es que el estado lo quiera imponer en la enseñanza. Para ellos tú puedes crear tu propia verdad; tú eres lo que sientes y puedes percibirte como lo que quieras. ¡Eso es el culto a la ridiculez! En la Revolución Francesa, se le hacía culto a la razón. Se separó la iglesia del estado y se creyó en la razón, entonces dijeron: la razón es la que tiene la verdad y es la que nos ilumina. Los que usaban la lógica y los razonamientos eran cultos y estudiados, o tenían títulos importantes y se les llamaba iluminados. ¿De dónde venía la luz según ellos? De la razón. Si aquello fue el culto a la razón, lo que está sucediendo hoy en día es el culto a la estupidez. Y si no estás de acuerdo con esto eres una persona que promueve el odio; eres una persona intolerante. Si te percibes varón, pero yo te digo que eres mujer, me puedes denunciar por intolerante porque no puedo ver lo que la persona ve.

Ahora, esto no cambia la verdad; la verdad existe. Lo que pasa es que el mundo que ha desechado a Dios corre detrás de la mentira. La verdad y la mentira no son poca cosa. La verdad es luz y la mentira es oscuridad. Quien camina en el engaño no termina bien; no así quien camina en la verdad. La Biblia señala que Dios se viste con vestiduras de luz “El que se cubre de luz como de vestidura” (Salmo 104:2). Fuera de Él hay oscuridad. Todos conocemos ese dicho que dice que “en la noche todos los gatos son pardos”. Pero no son pardos, parecen que lo fueran porque la oscuridad siempre distorsiona la percepción, no te deja ver bien.

Recuerdo que cuando estábamos construyendo en Monte Beraca, convencí a algunos albañiles para que trabajaran conmigo de noche. Terminaba la jornada y yo me iba a levantar una pared de ladrillos en una de las cabañas, y allá venían los albañiles y me preguntaban qué iba a hacer. Yo les decía que iba a trabajar un rato más ya que quería levantar una pared. “¡A estas horas, pastor!” me decían. El tiempo apremiaba. “¿Usted solo lo va a hacer?” Y yo respondí: “Y bueno, si no tengo otra ayuda…” Entonces se me sumaron dos o tres, colocamos unas luces y comenzamos a trabajar de noche por varias horas yéndonos a dormir muy tarde. Cuando volvimos a la mañana, temprano, miramos lo que habíamos hecho y comenzamos a ver los desperfectos que tenía la pared. Y uno de los albañiles me dijo: “Lo que se hace de noche se ve de día”. ¡Qué épocas aquellas! La luz te mostrará la verdad, y la oscuridad sólo te mostrará apariencia.

En cuanto a la verdad, hasta el diccionario está confundido; cuando fui a buscar el significado de la palabra verdad, según el diccionario, la verdad es un concepto de difícil definición. Esta definición está basada en el supuesto de que Dios no tiene nada que ver con la verdad; entonces, si Dios no existe, ¿dónde está la verdad? ¿Quién puede decir: esto está bien o esto está mal? Si Dios no existe, la verdad tampoco existe. Todos pensamos cada uno a nuestra manera y dice la Biblia en Jeremías 17:5: “Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová”. En el mismo pasaje la Biblia nos enseña que no podemos confiar en nuestro corazón, según dice Jeremías: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” La Biblia dice que tenemos que abandonar los caminos de nuestro corazón y los pensamientos de nuestra mente y tenemos que abrazar los caminos y los pensamientos de Dios.

Por ahí, se quiere enderezar la definición del diccionario acerca de qué es la verdad y dice que la verdad es opuesta a la falsedad, el error y la mentira. Ahora, si Dios no existe, ¿qué es la falsedad? ¿Qué es el error y la mentira? Porque si no hay metro patrón para la verdad ni para la mentira, si no sabemos bien qué es la verdad porque según el diccionario es un concepto de difícil definición, ¿cómo nos vamos a oponer a la mentira, si ésta se reconoce porque es opuesta a la verdad? Si es difícil saber qué es la verdad, entonces es difícil saber qué es la mentira. Cuando uno tiene luz no comete errores; cuando tiene la mente y el corazón alumbrados por Dios, hace las cosas bien porque el bien está en Dios y Él sabe qué es lo correcto y lo incorrecto para tu vida.

Un hombre creyente se casó con una mujer en Haití, y la mujer lo dejó al mes de casados, yéndose con el amigo de su esposo. Los jóvenes que no tienen temor de Dios y tampoco lo buscan se dejen llevar por lo que ven y lo que sienten. Entonces se ponen de novios o se casan y se dan cuenta a los meses o a los años que la persona con la que conviven no es de Dios. Ya a esa altura posiblemente está embarazada o ya ha tenido hijos. Mujeres que después de tener hijos se dan cuenta que el marido le fue infiel todo el tiempo. ¿Entiendes lo que es vivir en oscuridad? Yo no creo que Dios permita que una persona que está cerca de Él le suceda algo de eso. Muchas veces les hemos dicho a un joven o a una jovencita que no se involucrara porque la persona no le convenía, y se ponen mal. Le he dicho a una chica que ese joven que le gusta se ha acostado con varias mujeres, pero ella insistió que él le había dicho a ella que la amaba y lo que siente por ella es distinto a lo que sentía por las otras. No conoce la verdad o no la acepta; no recibe la verdad en su corazón y cuando quiere acordar el hombre sigue siendo como antes, un sinvergüenza.

Varios jóvenes me han venido a decir que al final yo tenía razón. Y vaya este ejemplo para cualquier área de la vida; en lo económico, en lo laboral, en las relaciones familiares, etc. Si no conoces la verdad no sabes cómo actuar, o, mejor dicho, actúas y hablas, y metes la pata, como se dice, hasta el cuadril. Hablas desde la oscuridad y no estás entendiendo, no estás conociendo la esencia del bien y el éxito que es la verdad.

¿QUÉ ES LA VERDAD?

Cuando llevaron a Jesús ante el gobernador romano, Pilato. La gente gritaba: “¡Crucifícalo!” Pilato, hablando con Jesús, le termina preguntando: “¿Y qué es la verdad?” En el imperio romano ya se utilizaba el concepto moderno de la “conveniencia política” y Pilato estaba tratando de ver qué era lo que más le convenía hacer. Hablando con Jesús, se dio cuenta que era muy sensato y no había nada malo en Él. La conclusión que sacó es que Jesús no era digno de muerte. Leemos en Juan 18:38: “Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito”. Después de hablar con Jesús, Pilato llega a la conclusión de que no debe ser condenado, sale al pueblo y declara que no hallaba en Jesús ningún delito. ¿Pero lo salvó? ¡No! Me imagino la escena: Pilato se reunió con sus colaboradores y les preguntó cómo andaban las encuestas, porque necesitaba la opinión y el respaldo político de los religiosos judíos. La conclusión a la que llegó fue que Jesús no había cometido delito pero lo más conveniente desde el punto de vista político era hacerles caso a los religiosos de la época. Entonces hizo algo que todos conocemos; fue y se lavó las manos, y dijo: “Inocente soy yo de la sangre de este justo”. Y después de haber dicho esto firmó la sentencia para que mataran a Jesús.

Hoy en día tomamos decisiones por conveniencia política, por ejemplo: no predicamos el evangelio para no tener problemas. O cerramos los hogares Beraca porque nos acusan de esclavizar a los jóvenes, etc. ¡No cerraremos los hogares Beraca! ¿Y si nos llevan presos? ¡Que nos lleven presos! No somos Pilato, Dios nos ha dado una orden: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. El Señor nos dice en su palabra que tenemos que velar por el pobre y por el débil.

Leemos en Juan 18:37: “Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz”.

La jovencita con la que hablé me había dicho que no creía en verdades absolutas y yo le aseveré que Dios es absoluto, que su palabra es absoluta e inamovible. La Biblia afirma que el cielo ya tierra pasarán, pero sus palabras no pasarán. Jesús no cambia con la temperatura ni con las circunstancias. Las leyes que Él ha establecido, la verdad que ha establecido son inamovibles. ¡La verdad no cambia! El blanco es blanco. Desde Adán y Eva se estableció que el matrimonio es entre un hombre y una mujer, y desde entonces está determinado que el blanco es blanco, y esto es absoluto. El negro es negro; un niño es niño y una niña es niña. ¿Por qué hablo de esto? Porque la mentira está llevando al mundo a un desastre mayúsculo. ¿Cómo podemos pensar que la niña que nació quiera con tres añitos ser un nene? ¡Ya no le podemos poner ni el nombre! La Comisión de Población del Senado de la República ha estado estudiando un proyecto de ley por el cual se le concede el derecho a los menores que deseen cambiar su identidad sexual, o sea, si quisieran ser trasngénero, si nace niña, pero quiere ser niño o viceversa; el estado le costeará la operación para que puedan hacer como deseen. El estado se arrogará el derecho de hacerlo con o sin el consentimiento de los padres porque señala que es el derecho de los menores y los padres no tienen que meterse. ¡Se está destruyendo la patria potestad! Se está vulnerando el derecho de los padres a elegir la clase de educación que quieren para sus hijos. Por eso hoy te hablo de la verdad y de la mentira. ¡El estado se está arrogando el derecho de mutilar a nuestros niños de por vida! No es que después le hacen otra operación y los dejan como estaban. Una vez que operan al niño no podrá funcionar más como hombre. Pero tampoco la niña podrá funcionar como una mujer.

Estas cosas están sucediendo delante de nuestras narices porque se niega la verdad. Cuando nace una niña, ésta tiene cromosomas femeninos y por más que se la opere y se le pongan hormonas masculinas, los cromosomas de esa niña seguirán siendo femeninos; o sea que esa niña va a vivir una contradicción toda su vida. Es difícil, cuesta explicarlo, y lamento si es crudo lo que digo, pero si le ponen un pedazo de carne, no creas que ese pedazo de carne va a tener una erección. ¡Es muy lamentable! No te hacen gratis una dentadura, pero sí, van a mutilar a nuestros niños gratis.

“¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” (Isaías 5:20). Es que sin Dios se trastornan los sentidos; es que cuando dejas a Dios de lado la verdad se pierde y tomas decisiones en oscuridad. Tú crees que todos los gatos son pardos, pero cuando aparece la luz te darás cuenta que no es así. Sófocles, filósofo griego dijo lo siguiente: “La verdad puede más que la razón”. Este hombre descubrió que la verdad es absoluta e inamovible, y que la razón sucumbía. Si hace mucho calor cambia tu estado de ánimo y no piensas ni razonas con claridad. Si aumenta mucho la humedad te pones fastidioso y contestas mal. Si estás conversando con alguien con quien te gusta estar te sientes bárbaro, pero llega tu suegra y te cambia el estado de ánimo. Cambia el estado de ánimo, cambia la lógica, cambia la razón. La razón no sirve como metro patrón, y los sentimientos menos. Ahora siento de una manera, al rato siento de otra. En cada encuentro que se lleva a cabo en Monte Beraca, conozco gente que antes me detestaba y decían de mí que yo era un chanta y le robaba la plata a la gente. ¿Por qué? Porque lo sentían; porque escucharon que otros decían de mí y sacaron la conclusión de que es verdad. Ahora me ven y me abrazan y me piden perdón porque hablaron mal de mí, a lo que les pregunto si ahora me aman y dicen que sí. “¿Por qué me amas?” les pregunto. “Porque ahora lo conozco” es la respuesta. Y yo le digo a esas personas: “Tú no me conoces”. Es que sólo Dios me conoce bien.

¡Lo que yo siento no es la verdad! Primero tenemos que llegar a la conclusión de que la verdad existe. Un niño es un niño. ¿Tan difícil es? Una niña es una niña. ¿En virtud de qué yo puedo asegurar que tal cosa es cierta? En virtud de la fe que tengo en la palabra de Dios. Sófocles dijo que la verdad vence a la razón y Cristo dijo: “Yo soy la verdad”. Por lo tanto, Cristo vence el mal y la oscuridad. Jesús le dijo a Pilato: “Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad” (Juan 18:37). Y Juan 1:1 dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Verbo proviene del griego “logo”, que significa palabra; pero se traduce verbo porque logo vendría siendo palabra muerta, en cambio, verbo conlleva una acción. La verdad de Dios, la verdad eterna de Dios se hizo carne y caminó entre nosotros. Por eso, decir que la palabra de Dios es la verdad es lo mismo que decir que Cristo es la verdad. ¡Cristo es la verdad encarnada de Dios! Y Él dijo: “Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar” (Juan 12:49).

Las palabras de Cristo son las palabras del Padre. Proverbios 23:23 dice: “Compra la verdad, y no la vendas”. Tienes que leer la Biblia porque si no lo haces te estás perdiendo la verdad. Jesús declaró: “Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz”. Con Cristo no hay medias tintas y no lo vas a conformar diciéndole: “Yo te amo”. Le vas a demostrar que lo amas abrazando su verdad.

El Señor también dijo: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca” (Mateo 7:24 y 25). ¿De qué habla aquí? ¡De sus palabras! Sus palabras te dan firmeza y seguridad porque la verdad siempre es verdad y la mentira siempre es mentira.

A la luz se le puede medir la velocidad y la energía; se le mide los lúmenes, o sea que se mide el flujo luminoso. La luz es algo real, pero a la oscuridad no se le puede medir nada porque la oscuridad no existe. La oscuridad se manifiesta por la ausencia de la luz, pero si enciendes un pequeño fosforo, la más densa oscuridad será atravesada por esa luz. Cuando yo hice el servicio militar, nos decían que cuando estuviéramos de guardia en la noche, no podíamos encender fuego ni fumar porque el fueguito que sale del cigarro se podía ver a un kilómetro de distancia. Por más densa que sea la oscuridad, la más pequeña luz la atraviesa. Porque la verdad es y la mentira no es. Sin embargo, la mentira se empeña en hacernos creer que es la verdad y para eso tiene que trastocar la verdad, para que la verdad parezca mentira y viceversa. Pero la verdad seguirá siendo la verdad siempre. ¡La verdad siempre va a alumbrar!

BUSCA LA VERDAD Y AFÉRRATE A ELLA

Compra la verdad y no la vendas. ¿Cómo hacemos para comprar la verdad? Cristo dijo cómo es que llega la luz a nosotros; los discípulos estaban tristes porque Jesús les había dicho que Él iba a morir en manos de inicuos, que lo iban a juzgar y a crucificar, y les declaró: “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí” (Juan 15:26). Notemos que cuando se refiere al Espíritu, habla en singular, y no es que hay muchos espíritus, sino que hay solo un Espíritu de verdad. El Señor declaró que el Espíritu de verdad dará testimonio acerca de Él y Cristo es la verdad. Aquel que ama a Dios y se apega a Él, aquel que ama su palabra conoce la verdad. Yo humildemente te digo que soy un hombre seguro, predico con certeza porque amo la verdad. Yo no predico según mi parecer ni lo que siento, yo me he aferrado a la palabra de Dios. He tenido que atravesar circunstancias muy difíciles y muchas veces me acerqué a Dios llorando y clamando, diciéndole: “¡Dios no te entiendo! ¡Te tengo miedo!” Una vez llorando, leí en el Salmo 119:141: “Pequeño soy yo, y desechado, mas no me he olvidado de tus mandamientos”. Me lamentaba porque había perdido muchas cosas que amaba y no entendía que, precisamente, Dios quería que dejara de amar esas cosas para amarlo a Él. Yo no entendía, estaba en oscuridad. Hoy soy un hombre seguro y es porque he decidido confiar en la palabra de Dios.

La palabra de Dios es la espada del Espíritu. ¡Debes leerla! La verdad no está en la última película de Netflix, no está en los noticieros o en la prensa, ni en las opiniones de la gente; la verdad está en la Biblia. La palabra de Dios es la verdad; la palabra de Dios es el Espíritu, y el Espíritu es la verdad, y es enviado del cielo a nosotros para revelarnos a Cristo. Es feo sentir que nadie te valora, es feo sentir que no te aman; qué feo es sentir que ni tu propio pastor te puede dar lo que necesitas. Ha fallecido el padre de una de nuestras pastoras y yo le dije que no podía consolarla, aunque la amaba con todo el corazón, pero le pedía al Dios del cielo que la consolara porque Él es Consolador de su vida. ¡Cómo quisiera yo poder consolar, pero no soy yo! ¡Es Él!

En el encuentro había un matrimonio, en un momento, cuyo esposo estaba decidido a irse. ¿Cuál era el problema? La esposa es celosa. Ella le recriminaba que miraba a otras mujeres y él quería convencerla que no era así. Mientras yo estaba predicando, el hombre la acariciaba, la besaba, y la verdad es que me desconcentraban. En el momento en que estábamos imponiendo las manos sobre las personas para que recibieran el Espíritu Santo, el hombre estaba con las dos manos levantadas, pero de repente bajaba una mano y la besaba. Estaba más ocupado en besarla que en recibir la llenura del Espíritu Santo. La mujer era celosa y él la besaba para demostrarle que la amaba sólo a ella. Uno no deja de ser celoso porque te den besos. ¡Esa no es la verdad! La verdad es que cuando Dios viene a tu vida te hace libre del espíritu de celos o de cualquier otro espíritu.

A veces hacemos cosas para ayudar a la gente, que no sirven. En cambio, el Espíritu Santo sí sabe qué hacer. Él sabrá que hará con nuestra pastora que perdió a su papá. Ella en un año perdió a una hermana, a otro familiar que no recuerdo y a su papá. Dios sabrá qué hacer con nuestra hermana. Nosotros la bendecimos, pero el poder está en la palabra de Dios que dice así: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios” (2ª de Corintios 1: 3 y 4). Yo te puedo consolar a través del Espíritu Santo con la consolación que Dios me ha dado a mí. Yo no te predico sólo lo que he leído de la Biblia; yo predico lo que la palabra de Dios ha hecho en mí. Es mi experiencia, por eso te lo digo con certeza. ¡La palabra de Dios te afirma en la vida! Muchos cristianos se consuelan con pastillas, otros con alcohol. ¡En la palabra de Dios está todo lo que tú necesitas para caminar confiado, con certeza, con seguridad y con libertad!

CONCLUSIÓN

Leemos en Juan 16:13 y 14: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir, El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber”. Tu relación con Dios es tu relación con el Espíritu Santo. Él toma de Cristo y te lo hace saber. El esposo que estaba con sus manos levantadas pero pendiente de su esposa, no estaba buscando que el Espíritu Santo lo llenara; estaba besando a su esposa para que ella se convenciera de que la amaba. La oscuridad te lleva a hacer cosas que no vienen del Espíritu Santo.

Los pensamientos y los sentimientos te turban. Estás en una situación en que no sabes qué hacer con tu vida. Tú necesitas abrazar a Dios y pedirle que te llene con su Espíritu Santo. Él es el Espíritu de verdad que te guía a toda verdad. Te sientes impotente porque no ha podido resolver alguna situación, ya has golpeado todas las puertas y no has encontrado la solución. Cristo fabrica puertas, el Señor es carpintero. ¡Cristo abre puertas donde no las hay! Él sabe lo que hay que hacer. Dios hace todo de la nada, de lo poco hace mucho. Tu problema no es resolver tu problema; tú debes resolver tu relación con Dios. Que tus circunstancias no te desvíen la mirada que debe estar puesta en Dios y no en el problema. ¡Déjale al Señor tus cargas ahora! Acércate a Dios con tu angustia y con tu dolor. Dile al Señor: “Perdóname por vivir tan afanado, tan ansioso y tan lleno de temores”. Ese gran problema que estás atravesando no es un gran impedimento para Dios, entrégaselo porque en sus manos ese problema no es nada. Deja de afligirte y comienza a confiar y a esperar en Él.

“Padre querido, quita la culpa, la carga y la opresión de las vidas. ¡Llena con tu presencia, Espíritu Santo! Toma los dolores, las enfermedades y las preocupaciones, querido Jesús. Envía tu Espíritu ahora sobre cada vida. Espíritu Santo, tú que tomas de Jesús, haznos saber la verdad”.

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?

INTRODUCCIÓN

Dios ha inquietado mi corazón y tengo la necesidad de parte del Señor de comunicarle a la iglesia con toda crudeza y certidumbre una advertencia, y se trata de que aquellos que no estén arraigados en la palabra de Dios serán zarandeados, caerán, y muchos se perderán, y no te servirán de nada los diezmos y las ofrendas que has puesto o si has asistido a la iglesia. El sustento de tu vida eterna es la palabra de Dios. Dijo el apóstol Pablo: “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría…” (Colosenses 3:16). Así dice la Biblia en Hebreos 4:12: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”. Al decir que es viva, se complementa con lo que dijo el apóstol Pablo al referirse a que la palabra de Dios more, o sea, viva en abundancia en nosotros. Dios requiere templos vivos, y esos somos nosotros, pero también requiere ese lugar vivo para hacer morar ahí su palabra viva.

¡ADVERTENCIA!

El mundo será terriblemente sacudido y muchos que no conocen bien la palabra de Dios o aquellos que tienen miedo y no se aferran a la palabra de Dios, serán perseguidos y matados. Muchos se perderán. Porque el ancla de la vida es la palabra de Dios. Leemos en Juan 3:31: “El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos”. Aquí queda claro que Jesús viene de arriba, y este versículo también nos sugiere que hay quienes vienen de abajo. Aquí el Señor hace una diferencia entre la naturaleza que Él tiene y la naturaleza que tenemos nosotros los terrenales. Hay una diferencia de sustancia, hay una diferencia en la naturaleza de lo que el Señor es y lo que nosotros somos; y también hace un énfasis en cuanto a lo que habla el que viene de arriba y lo que habla el terrenal. Si yo dijese: “Sea la luz” nada sucede; ahora, Dios dijo: “Sea la luz” y surgió la luz. Todo estaba oscuro, desierto, vacío y en caos; no había nada de luz, ni siquiera un resplandor. No había sol, luna ni estrellas, tampoco había lumbre. Mas Dios dijo: “Sea la luz” y fue la luz.

Yo puedo decir lo mismo que dice Dios y no pasa nada, pero si el Señor habla, suceden cosas extraordinarias. La palabra puede ser la misma, pero, una cosa es si esa palabra sale de la boca de Dios y otra si sale de nuestra boca. La raíz de las palabras terrenales está en el corazón de los hombres y la raíz de las palabras celestiales está en el corazón de Dios. Jesús, refiriéndose a sí mismo dijo: “Y lo que vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe su testimonio” (Juan 3:32). El Señor dice aquí que Él no habla por su cuenta, sino que habla lo que ve y oye de arriba, del Padre. El gran poder de Jesús radica en que Él habla lo que el Padre habla. Jesús dijo: “El que me ama, mi palabra guardará…El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió” (Juan 14:23-24). Hay una diferencia abismal en cuanto a la sustancia y al poder de la palabra de Dios.

Por eso dije que el Señor ha inquietado mi corazón porque los que se sustenten en palabras terrenales, serán abatidos en el tiempo que viene. Aquellos que se sustentan en palabras terrenales no cumplen la voluntad de Dios y no hacen su obra. Pero Dios hace cosas extraordinarias con aquellos que creen en Cristo Jesús. Dice la palabra de Dios en Juan 1: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”. Aquí se une el hombre a Dios y comienza a disfrutar de una naturaleza que no tenía, y del poder que opera en la palabra de Dios que sale de la boca del hombre.

Muchos se sustentan en su orgullo; son brabucones y bocones porque son creídos; en cambio, hay muchos que son bravos porque tienen fe en Dios y cuentan con su poder. Tienen el respaldo de Dios y no el del brazo terrenal y humano. Jesús lo dice de una y de otra manera, así lo leemos en Juan 3:34 al 36: “Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida. El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”.

LA PALABRA DE DIOS DA VIDA ETERNA

¿Qué se necesita para creer? Se necesita oír. O sea que oigo la palabra de Dios y creo. Creer en la palabra de Dios que nos da vida eterna. La palabra es eterna y la sustancia también. Jesús declaró: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. Todo existe por la palabra de Dios. Leemos en Hebreos 11:3: “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”. La palabra de Dios produjo el firmamento y todo el universo. Todo lo que se ve fue hecho de lo que no se veía; el universo fue creado y se sustenta por la palabra de Dios. ¿Qué es más importante, el universo o la palabra de Dios? ¡La palabra de Dios! Dijo el Señor: “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento” (Isaías 65:17). Está dicho en la palabra de Dios que hay un límite en cuanto a la existencia del planeta y del universo. En el libro de Apocalipsis capítulo 21, nos dice Juan: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más”. Por lo tanto, el universo, que funciona de una manera tan extraordinaria va a desaparecer. No sólo lo dicen Isaías y Juan, también lo dicen los científicos, uno de ellos es Stephen Hawking quien declaró que en seiscientos años la tierra se convertirá en una enorme bola de fuego. O sea que la ciencia tiene bien claro que tanto la tierra como el universo van a desaparecer. ¡Chocolate por la noticia! Esto lo declaró Juan hace dos mil años atrás e Isaías setecientos años antes. Y aparece Jesús hace dos mil años, y dice: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. No se trata de un poema o algo alegórico; el Señor afirma que el cielo y la tierra pasarán, pero la palabra que les dio existencia al cielo y a la tierra no pasará. ¡La palabra de Dios es más firme que el universo!

Lamentablemente suenan tantas campanas en el mundo que nos marean y confunden, y hay muchos creyentes así. Hoy en día las personas no saben si son hombres o mujeres. Yo sí sé porque sigo aferrado a la palabra de Dios. A mí no me enseñan los enseñadores de esta tierra; a mí me enseña y me sustenta la palabra de Dios. Vienen tiempos en que seremos perseguidos e iremos a la cárcel porque nos acusan de que nos levantamos contra los derechos humanos. Por eso les digo a los cristianos que se afirmen en la palabra de Dios. Cuando venga la tempestad no habrá nada más firme que la palabra de Dios y nada te dará más paz que su palabra. No habrá nada que te pueda librar más que la palabra de Dios. Su palabra es su brazo, es su poder. Cuando Dios habla, cosas tremendas suceden.

¿Por qué Jesús sanaba a los enfermos y resucitaba muertos? Si un hombre común se parase ante la tumba de Lázaro y gritara: “Sal fuera”, esa sería una palabra terrenal. Pero Jesús se para ante la tumba y dice: “Lázaro ven fuera”, y el muerto de cuatro días, con olor nauseabundo, se levanta y sale afuera. ¡Esto es el poder de la palabra de Dios! ¿Cuál es la clave? Jesús no hablaba sus propias palabras, sino que hablaba lo que había visto y oído del Padre. El que viene del cielo es celestial y cosas celestiales habla; y manifiesta el gran poder de Dios a través de su palabra. El diablo está generando miedo en cuanto a confiar en la palabra de Dios; el diablo genera confusión porque enseña como verdades las mentiras del infierno, pero yo sé que habrá un remanente que se sostendrá en la palabra de Dios. Y yo soy uno que pertenece a ese remanente. El cielo y la tierra pasarán pero yo no pasaré porque mi sustento y mi comida es la palabra de Dios.

LA PALABRA DE DIOS ES TU PAN

Dijo Jesús: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4). El pan es el sustento de la vida terrenal y biológica; hay un pan el cual no te ayudará a ir más allá del cementerio. Pero necesitas nacer de nuevo para escuchar la palabra de Dios, para creer en Jesucristo, para que tengas vida eterna. Primero es lo terrenal y animal, después es lo celestial. Tienes que nacer de la carne, ser sustentado en la carne, pero mientras vives en la carne tienes que recibir el alimento espiritual ya que no sólo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. La palabra de Dios sí te sustentará más allá del cementerio porque tiene y da vida eterna.

Hay dos alimentos, el pan que alimenta tu cuerpo biológico que no dura mucho tiempo, pero en ese lapso escucharás palabra de Dios la cual te da vida eterna y te sustenta por la eternidad. Jesús decía: “Aquel que oye mis palabras…” Y sabemos que esas palabras no eran suyas sino del Padre. “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca” (Mateo 7:24 y 25). ¡La casa que está sustentada en la palabra de Dios no cae!

Hay un matrimonio que se lleva mal y estamos tratando de ayudar ya que se acusan uno al otro, que no tiene sustento porque pretenden sustentarse de argumentos. Ella le dice a él lo que tendría que hacer y él hace lo mismo con ella, pero las palabras terrenales sólo producen caos. ¡Ese matrimonio necesita ser sustentado por la palabra de Dios! Ellos no leen la Biblia; ellos discuten. No oran, sólo discuten. Las palabras terrenales sólo producen resultados terrenales. El resultado terrenal de un matrimonio que se lleva mal se llama separación y divorcio. Pero cuando un matrimonio, y este ejemplo lo podemos llevar a otro orden de cosas de la vida, cuando se apoya en la palabra de Dios y ambos la buscan para sustentarse, esa palabra de Dios mantiene firme la familia, porque quien edifica su casa sobre la roca, y la roca es la palabra de Dios, no sufrirá pérdidas. Cualquiera que oye y pone por obra la palabra de Dios, al estar sustentado en esa palabra, su matrimonio no se rompe. ¡Nada ni nadie puede contra lo que Dios establece con su palabra!

Lo que hoy te predico lo hago en fe, creyendo que Dios me ha puesto para predicar y no hablo palabra de Jorge Márquez, sino que predico palabra de Dios. ¿Cuál es ese problema tan grave que tienes que no lo pueda solucionar la palabra de Dios? Dijo Jesús: “Mis palabras son espíritu y son vida” (Juan 6:63). El Espíritu vive, no muere. Si las palabras de Dios penetran en tu corazón tú tienes vida, y junto con la vida tienes gozo y paz. “Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia” dijo Jesús. ¿Cómo opera el Señor para que tengas vida abundante? Habla. Él predica y tú crees o no, te aferras o no. Es mentira que Dios no te quiere bendecir. Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. ¡De tal manera amó Dios al mundo! Tú perteneces al mundo, eres parte del grupo de seres que Dios ama profundamente, tanto, que envió a su Hijo para que todo aquel que en Él cree no se pierda sino que tenga vida eterna.

Jesucristo es la palabra encarnada de Dios, así dice Juan 1:1: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Se utiliza la palabra verbo porque denota acción, y como dije, la palabra de Dios es palabra viva. Así que este versículo se podría parafrasear de la siguiente manera: “En el principio era la palabra viva, y la palabra viva era con Dios, y la palabra viva era Dios”. Y agregó el apóstol Juan que esa palabra descendió y se hizo hombre y vimos su gloria, gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. ¡La palabra de Dios es verdad! Aunque digamos lo mismo que Dios, no podremos decir verdad si lo que hablamos no proviene de Dios. Es que podrás decir lo mismo que Dios, pero lo sacas de tu corazón y eso no le sirve al Señor. Sólo lo que viene de Dios produce la obra de Dios.

El Señor nos ha hecho partícipes de su palabra. Nosotros podemos decir como Jesús, que las palabras que hablamos no son nuestras sino que vienen del Padre cuando realmente son del Padre. Dios da su palabra para un momento dado, para una circunstancia dada, en un lugar dado. No andes por ahí hablando sandeces, ponle freno a tu lengua y no hables lo que no proviene de Dios. Habla lo que el Señor quiere que digas y así harás las obras de Dios. Jesús dijo: “El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre” (Juan 14:12). Para que tú puedas creer, primero tienes que escuchar palabra de Dios. En el momento que crees las palabras de Dios, tienes esas palabras en tu corazón y haces las obras de Dios.

LA PALABRA DE DIOS ES TU LUZ

Dios no sólo quiere salvarte y perdonarte los pecados para hacerte sentir bien; Dios quiere usarte para que alumbres donde hay oscuridad. La Biblia señala que en los postreros tiempos los entendidos brillarán como el sol. Isaías 60 dice: “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti”. ¿De dónde viene tu luz? ¡De la palabra de Dios! Hay alguien que entendía bien lo que te estoy diciendo. Dice el salmista en el Salmo 119: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”. Es la palabra de Dios la que te alumbra en cuanto a lo que debes o no debes hacer. Llegará el tiempo en que te arrepentirás de lo que dijiste porque entenderás que no debiste haberlo dicho, o de no haber hablado cuando debías haberlo hecho. Viene el tiempo en que Dios te dará certeza y pondrá firmeza en tu corazón; hablarás y no retrocederás porque sabes que lo que dices no es tuyo sino de Dios. ¡Dios no se ha dejado sin testimonio! Él nos ha dado testimonio de su poder a través de su palabra.

Vienen tiempos en que los cristianos sabrán y entenderán que los pensamientos que tienen no provienen de Dios y los desecharán. “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55: 7 al 9). Dijo el salmista: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmo 119:11).Tú guardas la palabra de Dios, y dejas de pecar. Conocer la palabra de Dios alumbra el pensamiento, el entendimiento y la razón. ¡Bendita sea la palabra de Dios! Si te estás preguntando qué hacer, yo te digo que busques la voluntad de Dios. Hay algo que el Señor te quiere decir, que va a encaminar tu vida. Que la voluntad de Dios sea el sustento de tus decisiones. La palabra de Dios te guiará a hacer su voluntad. ¡Lee la Biblia y ora!

A la edad de diecisiete años yo era maestro de la escuela bíblica, y llegó un momento en que el Señor me quebrantó y me mostró que yo enseñaba la Biblia conforme a lo que mi corazón me guiaba; me mostró que yo no era espiritual y que lo que enseñaba no era lo que Él quería. Puedes enseñar la Biblia y no estar guiando al pueblo de Dios a hacer su voluntad. Yo tenía un versículo bíblico para todo, pero tanto me quebrantó Dios que empecé a ver que lo que yo enseñaba no tenía poder porque no era soplado por el Espíritu Santo. De pronto leí en la palabra de Dios: “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación” (Santiago 3:1). Yo quería ser maestro, a la gente le gustaba escuchar cuando les enseñaba la palabra de Dios; pero a partir de ese momento desistí y no quise enseñar más porque el temor de Dios cayó sobre mí. Yo no estaba ungido por el Espíritu de Dios para enseñar. Hasta que fui lleno del Espíritu Santo y tuve un nuevo entendimiento acerca de la palabra de Dios y entendí que no cualquiera puede enseñarla porque quien lo haga tiene que estar encendido y tiene que ser lámpara de Dios o recibirá mayor condenación.

CONCLUSIÓN

Tú has nacido para mostrar la gloria de Dios, y tu boca debe hablar palabra de Dios. Entonces, esa palabra producirá las obras de Dios a través de tu boca. Comenzarás a declarar cosas y esas cosas sucederán. Haber hablado no siendo guiado por el Espíritu Santo ha sido causa de pecado en tu vida; haber enseñado la Biblia no por el Espíritu Santo sino por lo que hay en tu corazón es pecado. Debes decidir hoy no hacer nada que no esté sustentado en su palabra. ¡Pídele que te llene y que te transforme! Tú no eres tu dueño, tú no eres tu dueña; Cristo nos ha comprado con su sangre para que seamos suyos y hagamos su voluntad. Haciendo la voluntad de Dios, tu vida es bendecida y la paz del Señor te acompaña.

Haz un pacto de con Dios y dile que vas a respetar su palabra, que cuando Él te hable tú creerás y harás conforme a su voluntad. Si aún no has tomado en serio la palabra de Dios y obras conforme a lo que dicta tu corazón, eres una persona religiosa y no te salvará que cantes al Señor, no te salvará que ofrendes y diezmes ni que seas miembro de ninguna iglesia, porque la salvación viene de Cristo y Él es la palabra encarnada de Dios. Ponte a cuentas con Dios y pídele perdón porque has hablado livianamente. Pídele que haga una nueva obra en ti y que tu vida sea alumbrada por su Espíritu Santo. Desempolva tu Biblia, comienza a amar la palabra de Dios, a valorarla y a aplicarla a tu vida. Lee la palabra de Dios para saber qué hacer y no esperes a que el pastor te diga que hacer. ¡No vivas de la unción prestada! El Señor quiere que su palabra abunde en tu corazón y que tengas el poder de decidir por su Espíritu y por su palabra. El Señor no quiere que tengas dependencia humana, sino que dependas totalmente de su Espíritu para que digas y hagas conforme a lo que Él quiere.

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?

INTRODUCCIÓN

La palabra que Dios te da, es una palabra para que la creas y para que creyendo, recibas bendición abundante a partir de este día. ¡Pero debes creer y tienes que tomar decisiones! Las decisiones que tomamos generan la clase de vida que vivimos. Tendemos a creer que lo que vivimos es por culpa del gobierno, de mi padre, del clima, de la suegra, culpa de todo el mundo; pero el Señor te dice: “Yo trato contigo en función de tu fe y en función de tus decisiones”. Las decisiones provienen de prioridades. Una persona, se dé cuenta o no, establece prioridades en la vida, por lo tanto, las decisiones que toma, son en función de prioridades. Yo no puedo decir que me va mal pero yo hice las cosas bien. Cuando uno asume las prioridades que corresponde, toma las decisiones que corresponde. Tú estás cosechando hoy, las decisiones conforme a las prioridades que tomaste ayer. Pero hoy puedes cambiar tus prioridades y tus decisiones serán otras para que no te suceda como le sucedió al pueblo de Israel.

PRIORIDADES EN EL ORDEN CORRECTO

Dios le dijo a su pueblo: “Meditad bien sobre vuestros caminos. Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto”. Estas son las profecías dadas por Dios al profeta Hageo unos quinientos años A.C. Pero veo que también son profecías para nuestro tiempo. ¿No se te esfuma el dinero de las manos? ¿Anhelas tener más dinero? Hablando de la bendición de prosperidad, ¿tú quieres prosperidad? ¿Quisieras ganar un treinta por ciento más de lo que ganas, o el doble de tus ingresos?

¡Dios quiere darte y bendecirte! ¿Por qué? El Señor no te bendice por causa de tus prioridades sino por causa de sus prioridades. Si te da más es porque está interesado en que tengas más porque a Él le importa su reino, y si encuentra a alguien que se interesa en su reino, es muy probable que Dios le dé mucho más porque el Señor necesita que su pueblo generoso tenga mucho más. Tú crees que con un treinta por ciento más podrías vivir mejor, pero Dios no está pensando solo en ti sino en su reino. Tal vez quiera darte diez veces más, pero como tú no sabes de prioridades, como no sabes tomar decisiones que sean de bendición para el mundo, conforme a los planes de Dios y a su voluntad, no recibimos.

A veces no sabemos qué pedir ni cómo pedir nos dice la Biblia. Tenemos que profundizar en este tema; las prioridades que establecemos determinan la calidad de vida que tenemos. Así como te plantee el tema del dinero, te puedo plantear el tema de la familia y una infinidad de temas más. Nosotros debemos tener muy claras nuestras prioridades, porque si no, tendremos conflictos. Te comparto algunas frases importantes que te van a ayudar: “Lo que más amas compite con lo que más deberías amar”. “Lo que más amas puede transformarse en un gran estorbo y compite con lo que más deberías amar”. Nos resulta fácil decir que amamos a Dios, pero a la hora de demostrarlo, notamos que le ponemos muchas excusas; es que hay cosas que amamos que compiten con lo que deberíamos amar por sobre todas las cosas.

Dios le dio un hijo a Abraham que se llamó Isaac. ¡Toda su vida esperó ese hijo! Dios se lo había prometido y cuando lo tuvo lo amó tanto, pero Dios dijo: “Quiero que sacrifiques a tu hijo el que amas”. El amor que Abraham tenía por su hijo Isaac competía con el que debía tener a Dios y el Señor decidió probarlo, quiso ver si en verdad lo amaba y le pidió al hijo en sacrificio. Yo te pregunto, ¿qué estás dispuesto a dejar por amor a Cristo? El amor establece prioridades; yo quedo aferrado a lo que más amo. Has deseado toda la vida tener una casita, se la has pedido a Dios y finalmente lo has logrado. El Señor te concedió una casita de tres dormitorios, te sientes bendecido. Pero ahora el Señor te está mandando a predicar a otra nación y tú no puedes ir porque Él te dio tu casa, y si Él te la dio, ¿cómo te vas a ir ahora? Tienes como cuatrocientos años para pagarla, pero es tuya. Una casa puede enfriar tu amor a Dios y destruir tu relación con Él.

Un hombre tenía un negocio y le pedía a Dios que lo prosperara, entonces el Señor lo bendijo económicamente, y cuando empezó a irle bien deseó tener una casa y se compró un terreno muy lindo pero alejado de la iglesia. La construcción de su casa comenzó a demandarle tiempo por ende asistía menos a la iglesia, y cuando tuvo su casa quería más prosperidad. ¡Le gustó lo de prosperar! Entonces procuró una casa mejor y comenzó a edificarse otra. Cuando quiso acordar estaba lejos de Dios, rodeado de empresarios tomando whisky con mujeres. ¡La prosperidad que le había pedido a Dios le costó la vida! Lo que amas determina tus prioridades y compite con lo que más deberías amar. Tienes que ponerte a pensar si Dios es realmente la prioridad de tu vida.

Nosotros somos probados muy seguido, un nieto puede ser el estorbo de tu vida porque quién no dijo: ¡qué divino es mi nieto! ¡Sólo Dios es divino! Nadie hay más divino que Dios, así que no le digas a nadie que es divino. Y somos probados constantemente a ver si amamos a Dios como deberíamos amarlo o no, y para ver qué estamos dispuestos a perder o a dejar por amor a Él. Yo amo a mis nietos, suspiro por ellos. Me fui de viaje y desde que volví aún no los he visto, y las malvadas de sus madres no me los han traído. Me vuelvo loco por hablar con mi nieta Justina y a veces cuando la llamo por teléfono, me dice: “Hola abuelo, estoy ocupada”. ¡Y me cuelga! Un día la madre le dijo que se iban a ir al día siguiente a ver a su abuela Susana que vive en otra localidad de Uruguay. “¡Qué lindo mamá, nos vamos a Rivera a la casa de la abuela Susana!” dijo Justina. El día que se iban de viaje se despertó a las siete de la mañana, y ella jamás se despierta a esa hora. La madre le preguntó: “Justina, ¿por qué te has despertado tan temprano?” “¡Porque vamos a la casa de la abuela Susana!” Cuando yo me enteré, en tono jocoso me pregunté: “¿por qué existirá la abuela Susana? ¡Esa vieja!” ¿Por qué se tiene que poner tan feliz la niñita por ver a esa abuela? ¿Y yo qué?” El amor establece prioridades. ¿Qué estoy dispuesto a dejar porque amo más a Cristo que esa prioridad?

Otra frase que quiero compartir contigo es ésta: “Aquello en lo que confías reemplaza aquello en lo que más deberías confiar” Supongamos una persona a la que se le detecta una enfermedad de cáncer. Esa persona tiene una confianza tremenda en el Señor y vive sonriéndole a la vida, y declara: “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza” (Salmo 46). “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (Salmo 23). Vas al médico y te dice que tienes cáncer. Allí se te esfuma tu confianza en Dios porque has puesto tu confianza en lo que te ha dicho el doctor. Él te dijo que lo tuyo es grave y que humanamente y científicamente no se puede hacer nada. Al escuchar ese diagnóstico te desmoronas porque en realidad tu confianza no estaba puesta en Dios. Si tienes una cuenta bancaria llena de dinero entonces vives confiado; si el banco da quiebra y te quita todo, y eso es muy probable, se te termina la confianza y comienzas a preguntarte dónde está Dios que permite que te pase esto. Tenemos cierta confianza en Dios, pero es fácil de explicar cuando en realidad nuestra confianza la ponemos en el dinero, en el trabajo, en la casa, etc.

“Las cosas que más nos importan se oponen a que las cosas importantes de Dios prevalezcan”. En realidad, las cosas que más nos importan, son las cosas que más amamos. A veces cambiamos la gloria de Dios por cosas que son nuestra gloria, nuestro deseo y voluntad, y creemos que si tenemos esas cosas vamos a estar bien bendecidos. Quiero que sepas que la única bendición que no se roba ni se pierde es la bendición de Dios en tu corazón; la bendición de la presencia de Dios en tu vida. Si Dios es la prioridad en tu vida, no hay mal tiempo que pueda contigo, no hay escases de dinero, no hay falta de trabajo, ni maldición que te espante.

“¿Qué tanto amas lo que estás amando que te impide que ames de verdad a Dios por sobre todas las cosas?” Pareciera que la prioridad de tu vida es Dios, pero en realidad hay cosas que se interponen para que no hagas su voluntad; y si haces la voluntad de Dios tu vida es bendecida.

¿CUÁL ES TU PRIORIDAD?

En la época del profeta Hageo, según nos cuenta la Biblia, el pueblo de Israel había salido de la esclavitud, en la que permanecieron por setenta años. Un grupo importante había vuelto a Israel, y algunos se acordaron cuando echaron las bases del templo de Salomón y vieron la gloria del templo. Pero cuando llegaron vieron que Jerusalén estaba completamente destruida; los muros, el templo y las casas. Las puertas de acceso a la ciudad habían sido quemadas. Llegaron los que habían estado cautivos y lo primero que hicieron fue tomar decisiones y elegir prioridades. Decidieron hacer lo qué era lo más importante en ese momento, y edificaron los muros porque era necesario tener la ciudad amurallada para estar protegidos ya que así sería muy difícil que los enemigos pudieran prevalecer contra ellos. Entonces edificaron los muros para poder habitar seguros dentro de la ciudad. La prioridad número dos fue edificar sus casas ya que habían vivido en esclavitud y no eran dueños de su propiedad, entonces con las piedras de las ruinas comenzaron a edificar sus casas. La Biblia nos dice que las casas que se habían hecho eran artesonadas o sea que tenían arte, y algunos dicen que las revistieron por dentro con madera. ¡Era un lujo! Ahora ya no vivían como esclavos; ahora estaban en su tierra, tenían un muro de defensa y habitaban tranquilos, entonces se construyeron casas confortables. Ahora, el problema que se planteó en el tiempo de Hageo, fue que esa no era la prioridad de Dios para su pueblo. Leemos en Hageo 1:4: “¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?” ¿Es para ti, tiempo para ti? El profeta les preguntó de parte de Dios si era tiempo de habitar en sus casas artesonadas y la casa de Dios estaba desierta. Lo que había quedado sin edificar era la casa de Dios. Habían levantado el muro, sus casas estaban terminadas, pero no pensaron en reedificar el templo. Ellos creían que tenían bendición más Dios les hace ver que no era así. Entonces le dijo el profeta al pueblo: “Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos” (Hageo 1: 5 al 7).

Hoy nosotros también estamos meditando acerca de nuestros caminos. ¿Qué tan bendecido estás? ¿Qué tanta paz tienes? ¿Qué tan satisfecho estás con la vida que llevas? ¿De qué depende que tú estés bien? Ellos creían que estaban protegidos pero no era así ya que sembraban mucho y cosechaban poco. Comían y no se saciaban, bebían, pero no estaban satisfechos y se vestían mas no se calentaban. Recibían dinero, pero en saco roto. “Piensen bien en lo que están haciendo”, dice el Señor. A continuación, les manifiesta su prioridad: “Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová” (Hageo 1:8). Ustedes creen que están bendecidos porque ahora tienen un muro que los protege y una casa propia, pero yo les digo que ustedes no conocen mi voluntad. El Señor quería que ellos edificaran el templo porque allí iba a manifestarles su voluntad y ellos sabrían cuál era su bendición. Ellos no le dieron lugar a lo que era más importante.

¿No es verdad que a veces le damos más prioridad a nuestras cosas y a Dios le damos lo que sobra? Para gozar de bendición lo más importante es conocer la voluntad de Dios y estar dispuestos a hacerla. Pero si no hago primero lo que Dios quiere, ¿cómo voy a conocer su voluntad? ¿Y cómo voy a saber lo que es bendición? A la hora de la insatisfacción del alma, tu casa no va a llenar tu vacío, tampoco lo hará el dinero; a la hora del quebranto matrimonial no será un nuevo esposo o una nueva esposa quien satisfará tu alma. No hay nada que sea más importante cuando llega el día malo, sólo que Dios esté contigo. Y cuando las cosas no van bien es importante que sepas que no es por culpa del gobierno que te va mal, no es por culpa del clima o de otras personas; tú debes examinar tu corazón y meditar sobre tus caminos. Dios quiere que a partir de hoy sepas establecer prioridades para que camines en bendición.

El Señor le dijo más al pueblo por medio del profeta Hageo: “Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa”. Cada uno se preocupa por lo suyo. Hablé con una mujer, pastora, a la que su esposo abandonó para irse con otra mujer. Ella comenzó a buscar explicaciones por lo que le sucedió y por eso comenzó a entristecerse y angustiarse al punto de abandonar el pastorado yéndose a vivir con un familiar. Se encerró en sí misma pensando en lo que le había sucedido y cuestionando a Dios. Hace cuatro años entró en un pozo depresivo del que no puede salir. Yo le pregunté: “¿Tú eras o eres pastora?” Llorando, con tristeza en su corazón me dijo: “Yo era pastora”. Entonces le recordé: “¿Sabes que el llamado de Dios es irrevocable? Así que si Dios te llamó a ser pastora no dejaste de serlo porque aún eres pastora. No estás ejerciendo tu profesión ni estás bendiciendo a los demás, pero eres una pastora”. La miré fijo y le dije: “Mujer, tú eres preciosa, eres escogida por Dios. Has perdido cuatro años sumida en tu miseria y en tu problema, pero el día que le des la prioridad a Dios y salgas a hacer la obra que Él te ha encomendado, tu tristeza, tu angustia y tu soledad se irán de tu vida”.

Tu problema no es resolver lo que no puedes resolver. A veces Dios te mete en dificultades que no puedes resolver, así que le tienes que entregar al Señor ese problema y poner en sus manos tu tristeza, tus fracasos y angustias, y decirle: Señor, ¿qué quieres de mí? Vas a tener que aprender a establecer tus prioridades. ¡Dios tiene que ser tu prioridad número uno y su voluntad también! ¿Por qué estará así el clima? Y Dios dijo: “Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos”. Cuando Dios no es la prioridad viene la sequía, los problemas en la tierra; siembras mucho y cosechas poco, etc. “Te estás afanando por producir más; te afanas por tener mejores cosas pero no me has mirado a mí y yo soy el que bendice”, te dice el Señor. “Yo soy el Dios que te da el aceite y la semilla. Yo soy el Dios que te prospera. ¡Mírame a mí!” La lógica dice: hagamos un muro de defensa, hagamos una casa para vivir mejor y Dios te dice: “¡No! La lógica mía es: Yo soy la prioridad. Mi casa debe ser edificada, y ahí pondré mi nombre y mi voluntad. Allí seré glorificado”.

Leemos en Hageo 1:13: “Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová”. Yo te traigo esta palabra, absolutamente convencido de que Dios está contigo.  “Yo estoy contigo” te dice el Señor. Cuando Hageo les dijo esto al pueblo, leemos en el versículo 14: “Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios”. La palabra que se traduce aquí como despertó es: provocó, excitó, motivó o abrió los ojos del corazón. Cuando Dios dijo, yo estoy con ustedes, sucedió que el corazón de Zorobabel, el gobernante, de Josué hijo e Josadac el sumo sacerdote y el del resto del pueblo fue excitado. Incitó el espíritu de todos ellos para que hiciesen la voluntad de Dios y no la suya propia.

Dice el profeta Hageo de parte de Dios a su pueblo en el capítulo 2, versículos 15 al 19: “Ahora, pues, meditad en vuestro corazón desde este día en adelante, antes que pongan piedra sobre piedra en el templo de Jehová. Antes que sucediesen estas cosas, venían al montón de veinte efas, y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta cántaros, y había veinte. Os herí con viento solano, con tizoncillo y con granizo en toda obra de vuestras manos; mas no os convertisteis a mí, dice Jehová. Meditad, pues, en vuestro corazón, desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento del templo de Jehová; meditad, pues, en vuestro corazón”.

El Señor está excitando hoy tu corazón, está despertando tu espíritu para que suceda un cambio rotundo en tus prioridades. Hoy tienes que tomar una decisión, y Dios dice: “No voy a esperar que el templo esté construido, voy a contar con la decisión que tomes a partir de hoy. Todavía no se han levantado las paredes, pero desde este día te voy a bendecir”. Y lo que le dijo al pueblo por medio del profeta Hageo, te lo dice a ti hoy: “¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo ha florecido todavía; mas desde este día os bendeciré”. ¡Dios está despertando tu corazón! Sólo tienes que examinar tu corazón y meditar sobre tus caminos, pero el Señor te propone que si cambias tus prioridades desde este día te va a bendecir. Antes que tú hagas algo para Él, te dice que te bendecirá desde este día. ¡El Señor cuenta con tu decisión!

Ya no cambiarás tu amor a Dios por otra cosa; no cambiarás más la voluntad de Dios por algún deseo personal. Vas a rendirte a Dios y te inclinarás delante de Él. ¿Será posible que Dios haga de ti lo que Él quiere? Yo tengo un llamado de Dios y sé que Él quiere que haga su voluntad, quiere que me consagre, pero mi mamá está viejita y ella me dijo: “¿Me vas a dejar sola?” Y la palabra de Dios dice: “Honra a tu padre y a tu madre”. Yo te digo que la palabra de Dios dice: Honra a Dios por sobre todas las cosas incluidos tu padre y tu madre. ¡No cambies oro por espejitos!

He escuchado gente decir: “Esto no es lo mío. No es lo que a mí me gusta”. Gente que no tiene como prioridad hacer lo que Dios quiere. Como que Dios tuviera que citarte a su escritorio y decirte: “A ver mi amor, contame qué te gusta. Dime lo que quieres así no sacrificamos tu voluntad. Yo voy a transformar mi voluntad en tu voluntad. ¿Te gusta tocar la guitarra? Bueno, no te voy a poder mandar a hacer otra cosa. Te propongo que toques la guitarra. ¿Así te gusta?”

¿Podrá Dios disponer de tu vida? ¿No será que pusiste las manos en el arado y después de un tiempo has mirado para atrás? Muchos abandonan el plan o el propósito de Dios. Y el Señor te dice: “Si has entendido cuán importante soy para ti y cuán importante es mi voluntad, entonces debes cambiar tus prioridades”. Muchos cristianos sufren de desinterés o falta de interés. ¿Qué significa tener desinterés por algo que Dios te demanda? Que tienes interés en otras cosas. No mirar con interés algo que Dios te demanda es tener otros intereses que tú consideras prioridad. Por eso es que pones excusas que suenan válidas, pero eso no significa que lo dejas contento al Señor. Porque Dios te dice como a Josué, esfuérzate y sé valiente. Cobra ánimo y no tengas miedo; yo te envío a la guerra. Pelea porque tengo promesas para ti. Tú peleas y yo te doy victoria, te dice el Señor.

A la hora de darte victoria Dios no puede soportar tu desinterés por sus asuntos. Otra actitud es el desaliento o desánimo, es no tener ganas, algo parecido a no tener interés, pero no es igual. El desaliento es no poner el corazón en lo que Dios quiere. Cuando mis intereses son más fuertes entonces tengo ánimo para hacer lo que quiero pero no lo tengo para lo que Dios quiere. Por otro lado está la insatisfacción. Si a mí me satisface tener una casa y mi prioridad es eso, poca satisfacción me va a causar que Dios me quiera mandar a Haití. ¿Dios puede disponer de ti o no? Cristo renunció a todo por ti; murió y derramó su sangre por ti. El Señor postergó su vida por ti y puso como prioridad tu vida. Puso como prioridad su sangre para cubrir tus pecados. Jesús dejó su gloria y se hizo hombre porque te amaba. El amarte te transformó en una prioridad para Dios. Pero hay un trato que tienen que hacer, el Señor te da su todo pero tú debes darle tu todo.

El relato bíblico de libro de Hageo y su historia es igual a lo que acontece hoy, sólo que el templo de aquel entonces era un símbolo de lo que es hoy en día. La Biblia dice que Dios no habita en templos hechos por hombres; el Señor habita en nosotros. Nosotros somos el templo de Dios. Ahí quiere poner su voluntad, ahí quiere ser exaltado; el Señor quiere que su gloria esté en tu corazón. Pedro declaró: “Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Jesús edifica la iglesia sobre la verdad de que Él es el Hijo del Dios viviente, el Mesías, el Ungido de Dios. Edificar la iglesia es edificar el templo de Dios; es hermosear la casa para que el Señor habite en las personas. Algo similar dijo Jesús con respecto a lo que les declaró Dios a su pueblo por medio del profeta Hageo: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).

“No hagan para ustedes casas ni muros de defensa; busquen primero mi voluntad y déjenme que yo me encargue de sus necesidades. Yo tengo provisión para ustedes; yo me hago cargo de las añadiduras. Edifiquen mi casa”, dice el Señor. Estamos en un tiempo en el que Dios está por desatar el avivamiento más grande de la historia de la humanidad, en medio de una crisis mundial como nunca antes ha habido. Habrá un derramamiento extraordinario de su Espíritu Santo y los entendidos resplandecerán. Los creyentes que se la jueguen por Dios serán como estrellas en el firmamento. ¡Su luz se dejará ver!

CONCLUSIÓN

Y Dios te dice que a partir de hoy va a repetir la historia; y aquellos que mediten en sus corazones y examinen sus caminos que están sembrando mucho y cosechando poco, que no les alcanza el dinero, que sufren enfermedades y son acosados por las pestes, que tienen problemas que los oprimen y se llenan de tristezas sumidos en el fracaso. El Señor dice hoy: “Yo estoy con vosotros y si ustedes dan prioridad a mi voluntad, les prometo que entes de que empiecen a hacer mi voluntad, los bendeciré desde este día”. ¡Si has creído arrebata esta palabra para ti! Yo puedo percibir el anhelo ferviente de Dios de bendecir a su pueblo. Veo al Señor repitiendo la historia con su pueblo como en el tiempo de Hageo, bendiciendo a su pueblo a partir de este día.

Sabe que tienes que ir a la cruz para poder recibir esta promesa; es que si el grano de trigo no cae en tierra y muere no lleva fruto y tú tienes que tomar la decisión de morir a tus deseos y a tu voluntad y entregarle a Jesús tu corazón. Dale a Dios tus fuerzas y entrégale tus preocupaciones. No edifiques para ti muros de defensa porque el Señor es tu Roca y tu fortaleza. Dios se encargará de ti y te bendecirá. Te está hablando alguien que vino por mandato de Dios a Uruguay sin sueldo, sin casa, sin muebles, y como digo siempre, ni siquiera los cubiertos para comer me traje. Dios nos mandó a Uruguay y tuve que aferrarme a sus promesas así que ni siquiera trajimos los cubiertos. Pero nuestra prioridad era predicar el evangelio. Y Dios vio, y bendijo. Esto me marcó mucho en mi vida porque mi pastor en Argentina me dijo: “Te necesito en Uruguay”. ¡Yo no tenía en mis planes Uruguay! Pensé que sería mejor mandarme de misionero a Singapur, a Miami, Italia, etc. ¡Pero me mandó cruzar el charco! Entonces resignado le pregunté cuándo quería que partiera para Uruguay y me dijo: “Te necesito ayer. Es urgente que te vayas”. Le dije que iba a orar y me respondió. “Ora ligero porque si no tengo que mandar a otro”.

Cuando llegamos a la ciudad de Colonia, mis hijas tenían que continuar el período de clases que ya había comenzado en Argentina, pero fue un cambio rotundo en cuanto a la historia, a los métodos que aquí se utilizaban, tenían que aprenderse el himno uruguayo. Mi esposa y yo sabemos lo que es renunciar a todo. Yo tenía grandes planes ya que sólo en Capital Federal había diez millones de personas y estaba convencido de que Dios me había puesto allí por esa gran cantidad de gente, pero no, me mandó a Colonia con unos veinte mil habitantes. Y nos vinimos con mi esposa y mis dos hijas. Yo sé lo que es dejar padre, madre, familia, tierra. Sé lo que es que te critiquen como han dicho de mí que llegué para formar una iglesia robando ovejas de otras iglesias. ¡Había pastores que oraban para que Dios me sacara de Uruguay!

Yo no te pido que renuncies a todo, “porque tengo la vaca atada”[1], como dice el dicho popular; yo he tenido que renunciar a muchas cosas, pero he visto la bendición de Dios a través de los años en los que le he servido. He entendido que hacer negocios con Dios vale la pena; un negocio en el que yo pierdo todo para que Él me dé todo. Para que yo no tenga nada mío, sino todo de Él. Dios quiere que le des tu corazón, pero de verdad quiere que decidas hoy cambiar tus prioridades. La calidad de vida que llevas tiene que ver con la calidad de decisiones que tomas y cuáles son tus prioridades.

Si has entendido esto y has creído a su palabra, desde este mismo día, antes de que hayas puesto la primera piedra para edificar su iglesia, antes de que hayas comenzado a trabajar, desde este mismo día, el Señor te bendecirá.

Prefiere hoy la bendición de Dios antes que todos tus anhelos si has entendido que tienes que hacer lo que a Dios le gusta y no seguir tras tus deseos. Si has entendido que tienes que pagar el precio que Dios te demanda por alcanzar su bendición y la bendición no es lo que tú quieres o te gusta, porque bendición es lo que el Señor te quiere dar, haz una oración a Dios y dile: “Señor, hoy renuncio a mis prioridades para que sean establecidas en mi las tuyas. Yo voy a edificar tu templo. Sopla sobre mi tu Espíritu Santo, en el nombre de Jesús, amén”.

 

 

 

 

 

[1] «tener la vaca atada«. Hace alusión al hecho de tener una posición económica asegurada. Por ejemplo, si alguien nace en el seno de una familia muy adinerada, alguien podría decir respecto a esa persona que «la tiene atada» (a la vaca), es decir tiene asegurada su situación económica de por vida, nunca va a necesitar trabajar.

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?

INTRODUCCIÓN

Toda guerra o lucha es espiritual. Tú te sientes oprimido o deprimido y es que algo está sucediendo en el mundo espiritual, aunque no digo que no haya problemas orgánicos que acompañen la opresión o la depresión. Tú tienes peleas continuas en tu casa o sufres enfermedades: ¡Algo está ocurriendo en el mundo espiritual! Los problemas económicos del país también son espirituales, aún las guerras culturales. Algunos autores señalan que los grandes problemas de la humanidad son a causa de las confrontaciones culturales.

Leemos en Efesios 6:12: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. En todo conflicto hay poderes espirituales de maldad operando. Vivimos en un mundo paralelo. Nosotros conocemos el mundo visible, pero en realidad debemos conocer lo que sucede en el mundo invisible. Hay un mundo espiritual de maldad que opera en tus malos deseos, pensamientos y sentimientos. Y hay poderes espirituales de bendición cuando hay pensamientos y sentimientos de bien y cuando hay actitudes positivas. Siempre está operando Dios a través de su Espíritu, o hay ángeles operando, porque el Señor los ha enviado para actuar en alguna circunstancia, o hay espíritus de maldad en una situación de conflicto y de lucha. Decimos entonces que toda lucha es espiritual.

ISRAEL y LOS FILISTEOS

El primer ministro israelí declaró recientemente a la prensa: “Tras el cruel atentado del viernes, hoy afirmamos con decisión: El terrorismo nunca nos vencerá y nunca quebrantará nuestro espíritu”. Israel ha sufrido varios atentados en estos últimos días; han asesinado policías, han matado gente con arma blanca y han disparado algunos misiles, uno de ellos explotó en el aire, desde Gaza hacia Israel. Ojalá hubiera cristianos que pudieran declarar ese tipo de cosas como: ¡Nunca mi espíritu será doblegado! Piensa en las cosas que vienen contra ti que te debilitan y te hacen sentir impotente, y que te sugieren que no lo vas a lograr, que no vas a llegar o hacen que te cuestiones si Dios realmente está contigo o no. ¡Tu fe es muy importante!

Dice en sus declaraciones el primer ministerio israelí Benjamín Netanyahu: “El viernes fuimos testigos de un drama desgarrador de terrorismo, consecuencia de un profundo y desenfrenado odio a los judíos. Hemos estado lidiando con el terrorismo asesino durante cien años y lo derrotaremos. El dolor es profundo, pero nuestras raíces en la tierra también lo son. ¡El terrorismo nunca nos vencerá!” Ojalá hubiera cristianos que declararan con certeza: “¡Esta enfermedad no me vencerá! ¡Este conflicto no va a destruir mi matrimonio! ¡Mi problema económico no me va a llevar a suicidarme! ¡Este asunto legal no podrá derribarme porque Dios está conmigo!” Netanyahu usa con frecuencia pasajes de las escrituras, para apoyarse en lo que dice la Biblia acerca de lo que han declarado los profetas que va a suceder. De algún modo invoca el nombre de Dios. Sería bueno si en sus declaraciones también dijera: “Me estoy apoyando en el nombre de Jehová de los ejércitos”, o: “Puedo declarar estas cosas porque mi sustento y mi fe está puesta en el Dios de Israel”. Evidentemente no lo dijo, pero sin dudas el Dios de Israel está ayudando a esa nación.

Quiero contarte del grave problema que hay en Israel; es la franja de Gaza, el territorio más cercano y beligerante contra Israel. Allí, los terroristas han construido túneles, se gastan el dinero que no tienen, la gente pasa hambre, no cuentan con medicinas. He visto la foto de un terrorista que mató a uno de los policías; estaba siendo atendido en un hospital israelí, y le tomaron una foto en una cama del hospital, herido y riéndose por su hazaña.

Toda lucha es espiritual, por tanto, toda lucha se gana en el mundo espiritual; se gana primero en el territorio espiritual y después en el visible. La victoria la debes conquistar antes de ir a la guerra. Si vamos a la guerra pensando que vamos a perder será imposible ganar si estamos teniendo convicción de que vamos a perder. Me agrada la convicción que tiene el primer ministro israelí cuando declara: “El dolor es profundo pero nuestras raíces en la tierra también lo son. El terrorismo nunca nos vencerá”. Nunca saldremos de Jerusalén, declaran ellos. Jerusalén es la capital eterna de Israel y de ahí no salen. Ellos tienen una convicción muy fuerte por ese territorio que Dios les dio cuando le prometió a Abraham darles la tierra de cananeo, del heveo, del ferezeo, del jebuseo y todos los feos que habitaban el territorio en la antigüedad. Josué conquistó esa tierra y desde esa época se le llama la tierra de Israel. En el año 70 D.C, el imperio romano destruyó el templo de Jerusalén, y qué paradoja porque ese templo era extraordinario, una obra arquitectónica única, hecha por un gobernador romano. Herodes el grande edificó el templo de Jerusalén para que el pueblo de Israel tuviera su culto, y lo hizo con los recursos de Roma. Pero en el año 70 D.C el ejército del emperador Tito destruyó Jerusalén y el templo. Este emperador quiso borrar de sobre la faz de la tierra el nombre de Israel y puso por nombre a esa tierra, Palestina. Lo que era entonces la tierra de Israel ahora era llamada Palestina. Muchos llaman Palestina a lo que nosotros decimos que es la tierra de Israel, compuesta por dos partes: Judea al sur y Samaria al norte. Pero ahora no se le llama más Judea y Samaria sino Palestina, mas los judíos le siguen llamando Eretz Israel o la tierra de Israel. Y hay una puja dialéctica porque las noticias que salen de Israel señalan que esa es su tierra, y las noticias de otros lugares dicen que es Palestina. ¿Por qué hablo de esto? Desde al año 70 D.C en adelante se le llama Palestina a esa tierra, que significa, la tierra de los filisteos. Éstos fueron los enemigos más acérrimos de Israel, los que aparecen en todo el Antiguo Testamento, peleando contra el pueblo de Dios. Y como quiero hablarte acerca de David y Goliat, quiero decirte que Goliat era filisteo y si lo trajéramos al presente sería palestino.

DAVID y GOLIAT el filisteo

Los filisteos vivían en las costas del Mar Mediterráneo y tenían la capital en lo que hoy es la Franja de Gaza. Las luchas más encarnizadas que libró Israel fueron contra los filisteos. Y la historia que te quiero compartir tiene que ver con esta puja entre filisteos e israelíes. En una época en que Saúl era rey sobre Israel, los filisteos salieron para hacer guerra contra él. Éstos tenían un paladín que se distinguía por sus hazañas valientes, era un gran representante valeroso que medía seis codos, más de dos metros y medio de altura y metía miedo. Hay un paralelo en esto; los palestinos están aliados a la UNESCO, o como dicen algunos: UNASCO, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Es muy poderosa, y allí se ha han votado las peores resoluciones en estos últimos tiempos contra Israel, a tal punto que de la ONU surgió la idea de que a Israel no le corresponde la tierra en la que están asentados porque no hay ninguna relación cultural, histórica ni arqueológica; y eso se decidió por votación. ¡Mira para que ha servido la democracia! Parece que si la mayoría está de acuerdo se hace lo que ésta diga, aunque sea mentira. Una mayoría de países árabes han votado contra Israel y han tomado esta resolución. ¡Son como Goliat! La UNESCO viene a ser como el paladín de estos terroristas palestinos que habitan en la franja de Gaza.

Salió el grandote Goliat y se puso entre medio del ejército de Israel y del ejército filisteo gritando: “Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí. Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis. Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo”. En Israel no entendían que la guerra era espiritual y es lo que vamos a ver en esta historia. Leemos en 1ª de Samuel 17:11: “Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo”.

Este hombre por cuarenta días salió y repitió las mismas palabras; y resulta que, tanto Saúl como los soldados del ejército de Israel se escondían por causa de la altura de este hombre y por sus palabras que les infundían temor. Si tú tienes temor no estás listo para la guerra. Quien teme, no puede ganar una batalla; quien tiene temor se transforma en una persona débil que no sabe cómo hacer o qué hacer por cuanto se siente débil y considera que esa guerra es demasiado grande para él o para ella, entonces se paraliza y no puede salir a victoria. Por otro lado, aquella persona que tiene fe no se amedrenta porque la fe lo hace valiente.

Una de las cosas que procura hacer satanás es asustarte; se lo hace a creyentes como a no creyentes. Cuando él logra asustar a una persona lo pone bajo su autoridad y dominio y la persona se vuelve una ovejita mansa del temor. ¡Tú no debes temer! Dios quiere que tengas temor a Él, pero no quiere que temas al hombre, tampoco quiere que tengas temor de los poderes espirituales del infierno. Una mujer me contó que se despertó gritando aterrada. Ella había soñado algo muy feo, entonces despertó al esposo y se pusieron a orar. Hay momentos en que no te puedes tirar de rodillas a orar, así como sucedió con David y Goliat. Imagínate que David se enfrenta al gigante y se arrodilla a orar en lugar de arrojarle la piedra. ¡Viene Goliat y lo mata! Hay momentos en los que hay que pelear. Moisés clamaba a Dios porque venían los egipcios persiguiéndolos, estaba el mar adelante, los egipcios atrás y montañas que los rodeaban. No había dónde huir, entonces comenzó a clamar a Dios, pero el Señor le dice: “¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco” (Éxodo 14:15 y 16). Esa no era hora de orar sino de creer lo que ha orado. Hay gente que ora mucho porque no terminan de creer. Igual que esos que han cometido pecado hace como quince años atrás y le pidieron perdón a Dios, pero cada día, por años le siguen pidiendo perdón a Dios por causa de lo que han hecho, y quien hace eso es que todavía no ha terminado de creer, porque cuando le pides perdón a Dios y crees que te perdonó, el Señor te perdona y te quita la culpa. Imagínate que tenga que venir Dios todos los días a limpiarte con la sangre de Cristo el mismo pecado que has pedido por quince años que te perdone. Hay momentos que son momentos de creer. Debes creer, debes enfrentar la lucha y ser vencedor.

1ª Samuel 17:24 dice así: “Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre huían de su presencia, y tenían gran temor”. En ese escenario llega David ya que su papá lo había mandado a llevarle comida a sus hermanos y oye lo que está diciendo ese paladín a los gritos y ve a la gente atemorizada, entonces pregunta qué es lo que está sucediendo, por qué estaban tan asustados, y le cuentan los hechos. Entonces David comienza a preguntar algo significativo, porque la gente andaba diciendo que el rey le daría su hija al que venciere al gigante. ¡Nadie quería ser yerno del rey por el miedo que tenían! Cada uno de los de Israel decía: “Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su hija, y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel. Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? ¡Qué buena oportunidad para ser yerno del rey! pensó David. Continúa diciendo 1ª de Samuel 17:28: “Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿Y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido”.

Cuando Dios tiene un propósito contigo es probable que haya muchos que no te entiendan. Si tienes un llamado de Dios, no le pidas confirmación a la gente, mucho menos a tus parientes; si tienes un llamado de Dios obedece a ese llamado. Siempre habrá un pastor o líder espiritual que te confirme que realmente lo que sientes es de Dios. David no había ido a ver qué sucedía sino que fue porque el padre lo mandó y cuando llegó se encontró con ese espectáculo. Lo que no podía entender David era por qué estaban tan atemorizados porque para él, el filisteo no era un gran problema. Le dijeron que el filisteo era muy grande y él era pequeño pero lo que habrá pensado David fue que al ser tan grande no había forma de errarle. Tuvo que enfrentar al hermano y hacer caso omiso de sus acusaciones. Entonces lo llevaron ante Saúl según señala 1ª de Samuel 17:31 y 32: “Fueron oídas las palabras que David había dicho, y las refirieron delante de Saúl; y él lo hizo venir. Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo”.

David tuvo determinación, seguridad y fe. Tenía la victoria en el corazón antes de la lucha. Toda guerra es espiritual y éstas se ganan primero en el plano espiritual para luego ganarlas en el mundo visible. ¡Si tienes fe, ya ganaste! No vayas a la batalla titubeando, pensando que vas a perder. Tú tienes que tener una fe firme de que Dios te va a respaldar en esa guerra.

El hermano mayor, aunque le reprochó, tenía autoridad sobre David por ser el hermano mayor. Por ley, en la cultura israelí, el hermano mayor y primogénito es autoridad después del padre. David se presenta ante el rey Saúl que es la mayor autoridad de Israel, entonces dijo Saúl a David: “No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud”. David tuvo que hacer también caso omiso a las palabras del rey. Entonces respondió a Saúl: “Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente” (1ª Samuel 17: 34 al 36).

En ese momento David invocó a Dios. Los del ejército de Saúl estaban temerosos, se escondían y nadie se animaba a enfrentar al filisteo, mas David estaba decidido a enfrentar a Goliat y decía que si Dios estuvo con él cuando tuvo que enfrentar al oso y al león también estaría con él al enfrentar al filisteo incircunciso.

Toda lucha es espiritual; la vamos a enfrentar en el mundo físico, visible o tangible pero la victoria la obtendremos primero en el mundo invisible. David no dijo: “Oren por mí y vamos a ver cómo me va”. Él estaba decidido a enfrentar a Goliat y convencido de que iba a ganar. Todavía no tenía la cabeza de Goliat pero ya había conquistado la victoria. David había determinado por la fe que ese hombre no podía burlarse de los escuadrones del Dios vivo. Llegó el momento del enfrentamiento entre David y Goliat. Al muchacho lo quisieron vestir con coraza y le dieron una espada, pero él no se sentía cómodo, así que tomó su honda y su callado y salió a buscar unas piedras. “Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses”.

Cuando la hermana me contó que había tenido un sueño aterrador, surgió la posibilidad de que alguien le haya hecho una maldición o algún trabajo de hechicería, entonces le dije que no se hiciera problemas porque el diablo no es tan grande como se cree ni tan poderoso como ostenta. ¡Si pudieras tener una perspectiva de lo chiquito que es satanás delante de Dios! Y nosotros somos hijos del Dios Todopoderoso. ¡Tenemos la genética del Dios viviente! ¡Somos parte de la familia del Dios viviente! ¡Él es nuestro Padre! ¿Tendrá muchas ocupaciones que no puede atenderte? ¿Cuánta certeza tienes de que Dios es tu Padre y que es Todopoderoso y te cuida? ¡El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende!

Goliat maldijo a David por sus dioses. Los filisteos eran personas temibles que tenían dioses de toda clase y hacían cosas abominables. Era para tenerles miedo. Y cuando ellos maldecían, sabemos cómo es cuando un brujo hace trabajos maldición y si usa un animal de cuatro patas estás frito, a menos que seas un hijo de Dios. Satanás le va ganando a muchos creyentes porque logra amedrentarlos y cuando él logra amedrentarte, te derriba la fe. Pero tiene una desventaja y es que tú eres más lindo que el diablo y muchos asustan con sus caras, pero a pesar de que tú eres más lindo que él, quien se tiene que asustar contigo es satanás. Hay un juego de poder que ejerce satanás contra los creyentes. Muchos endemoniados me han dicho: “¡Vos no podes conmigo!” Te quiere hacer creer que no vas a poder, que no vas a salir adelante y eso es una lucha espiritual. ¡Quien tiene que huir asustado es el diablo! La autoridad que tú tomas en el nombre de Jesús provoca debilidad en los demonios y éstos tienen que huir de tu vida. Pero tienes que enfrentarlos con la unción del Espíritu Santo y debes tener el respaldo de Dios y comunión con Él.

Goliat amedrentaba al ejército de Israel, pero a la hora de enfrentar a un piojo, porque así se veía David delante de él, era un niño, lo menospreció diciendo: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Debe haberles causado sorpresa que un muchacho se presentara con una honda y un palo. Goliat esperaba un soldado vestido con su armadura y algún arma, pero apareció el chico con un callado y una honda, y maldijo Goliat a David por sus dioses. A pesar que se hacía el fuerte, invocó contra David a sus dioses. Toda lucha es espiritual. En lo visible había un hombre grande y poderoso, con una facha terrible que metía miedo, pero ese hombre grandote invocó y maldijo a David por sus dioses. Así que la confrontación era entre los dioses de los filisteos y el Dios de Israel. Esta guerra no era de David, no era de Saúl ni de su ejército; esta guerra era de Dios. Tu guerra no es tuya; tu guerra es la guerra de Dios. “Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado”.

Ya estaba lista la guerra. Goliat iba en nombre de los dioses de los filisteos, maldice a David en nombre de sus dioses y David fue en nombre de Jehová de los ejércitos. ¡Sólo se necesita un creyente que no tenga miedo! ¡Sólo se necesita un creyente que crea en Dios y confíe en el Señor! En lo visible estaban David y Goliat, y en lo invisible estaban los dioses de Goliat y el Dios de David. ¡Toda lucha es espiritual! Goliat tenía fe en sus dioses y amenazó a David con darle su carne a las aves del cielo y a las bestias del campo. Mas David le dijo: “Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel”. ¡Qué agrandado David! No tenía espada sino sólo una honda, pero tenía fe. Contaba con cinco piedras, ¿con cuál de ellas le cortaría la cabeza a Goliat? Éste le dijo que daría su cuerpo a las aves del cielo y David dijo que daría los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Di con fe: “¡Todos sabrán que hay Dios en mi vida! ¡Toda mi familia sabrá que hay Dios en mi casa! ¡Mis familiares, parientes y vecinos sabrán que hay Dios en Uruguay!”

Añadió David: “Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos” (1ª Samuel 17:47). Todavía no había empezado la guerra pero ya estaba ganada. Para David era algo sencillo, y dice 1ª Samuel 17:50: “Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano”. No era tan poderoso en fuerza David para arrojar una piedra con una puntería precisa, seguro que un ángel dirigió esa piedra hacia la frente del filisteo. “Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron…Y David tomó la cabeza del filisteo y la trajo a Jerusalén, pero las armas de él las puso en su tienda”.

Ganar o perder es una cuestión de creer o temer. A quien tiene fe no le importa lo que está sucediendo en el mundo visible porque sabe lo que sucede en el mundo invisible. Satanás tratará de amedrentarte, pero tú tienes que confrontarlo con fe y hacerlo huir. Cuando tú te presentas en el nombre de Jesús, el que se asusta es el diablo; él ve que vas con fe y piensa que le vas a pegar como David le pegó a Goliat.

Leemos en 2ª Corintios 10:4: “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. Estas verdades del Nuevo Testamento respaldan las verdades que hemos estado viendo en el Antiguo Testamento. La Biblia señala que la fe es el escudo de Dios que apaga los dardos envenenados del maligno. Los dardos del diablo son las cosas que profería Goliat contra el pueblo de Israel, debilitándolos en su fe y llenándolos de temor. El arma de David era la fe. El hermano le recriminó el haber ido para ver la batalla, Saúl le dijo que no iba a poder porque el filisteo era un hombre de guerra, y él solo era un muchacho sin experiencia. Pero David tenía certeza de que Dios estaba con él. David miraba no lo que veían los demás. El ejército estaba amedrentado por escuchar lo que satanás inducía al filisteo que dijera, pero David hacía caso omiso de todo lo que acontecía en el mundo visible porque sabía que Dios quería la victoria. ¡Toda lucha es espiritual!

Leemos en Efesios 6:12 al 17: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”.

CONCLUSIÓN

No es cuestión de hacernos los valientes. Hacerse el matón no sirve para nada. Lo que sí sirve es el valor que te da el saber que Dios está contigo, que eres su hijo y quien atente contra ti se levanta contra tu Dios. Yo no sé qué circunstancia estás viviendo en el mundo visible, mas lo que quiero trasmitirte hoy es la palabra de Dios y que su palabra penetre hasta la médula de tus huesos. Si tú eres un hijo y una hija de Dios, quien tiene que vivir asustado, quien tiene que estar amedrentado y previendo su derrota es satanás. Los poderes espirituales de maldad que te rodean, traman contra ti y no te dejan oír la voluntad de Dios y te infunden temor, y por causa de ese miedo tú no le respondes a Dios haciendo lo que Él quiere.

El Señor tiene un propósito contigo y tiene una visión para ti pero tus temores y excusas no te dejan hacer su voluntad. Y satanás te tiene amedrentado y arrinconado; él te quiere débil y paralizado. La victoria no es de los poderosos sino de Dios. La victoria no es de los que tienen más experiencia, no es de los que tienen más años de cristianos. La victoria es de los que confían en Dios. El Señor quiere que hoy arrebates tu victoria. No sé qué estás enfrentando, pero el Señor te dice: “Yo soy el Dios que te da la victoria. No confíes en tu fuerza ni en tu inteligencia; estoy de acuerdo contigo que tengas miedo, pero deja de sentir temor y pon la mirada en mí. Yo soy tu Dios, el Invencible”.

Tú estás enfrentando una guerra contra los filisteos, ya bastante te ha amedrentado Goliat, bastante te ha mentido el diablo a través de la enfermedad que tienes. ¡No aceptes más la enfermedad ni las mentiras del diablo! La enfermedad tiene origen en las huestes de maldad. Satanás encuentra ocasión en el pecado que hay en el mundo para infundir miedo a las personas a través de las enfermedades. Tal vez recibiste amenazas de tu cónyuge, pero no tengas miedo; tal vez tengas muchos problemas económicos y laborales más el Señor te dice: “Yo soy tu Dios Invencible y tú eres mi hijo”. Somos hijos de Dios engendrados por Él. El nuevo nacimiento es ese, que somos engendrados del Espíritu Santo en un nuevo ser espiritual. Tienes la identidad de tu Padre que está en los cielos. Al verte, satanás tiembla porque tienes el ADN de Dios; en ti está la naturaleza del Dios vivo. ¡No eres un estropajo del que satanás se ríe! ¡No permitas que el diablo se mofe de ti!

El único problema que puedes tener es que no seas hijo o hija de Dios, que tus pecados no hayan sido limpiados y perdonados. Crees que por asistir a la iglesia eres hijo de Dios pero no es así. Quizás crees que eres hijo de Dios porque tienes una cultura cristiana, mas la cultura cristiana no te hace hijo e hija de Dios. Lo único que te hace hijo de Dios es creer en el Unigénito Hijo de Dios, en Jesucristo, a Él tienes que pedirle perdón por tus pecados y pedirle que con su sangre preciosa te limpie de toda tu maldad. Lo que me da identidad como hijo de Dios y me hacer pertenecer e la familia de Jesucristo es la sangre que el Señor derramó por mí. Caminaré, no como un pobre infeliz, miserable, amedrentado por el diablo, sino con certeza, con fe y esperanza porque soy hijo del Dios viviente. Dios es mi Padre y me cuida; Él me sustenta y me provee porque es mi Padre.

Si dudas, no has creído que eres su hijo, porque quien ha creído, ese es hijo de Dios. Satanás miente a la gente diciéndoles que Dios les ha perdonado sus pecados pero hay uno que no se lo perdona, y si tú dices que hay un solo pecado que Dios no te puede perdonar entonces no has creído porque el Señor te perdona de todo pecado. Hoy es el día para venir a Dios y decirle: Señor perdóname, límpiame, quiero ser tu hijo, quiero ser tu hija”.

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?

INTRODUCCIÓN

Hay mucha confusión en el mundo y esta confusión está metiéndose en la iglesia. Dice la Biblia que Cristo no vendrá sin que antes se manifieste la apostasía y se manifieste el hombre de pecado, inicuo cuyo advenimiento es por obra de satanás (2° Tesalonicenses 2:1-9). Estas son señales que estamos esperando que se cumplan y yo quiero decirte que hoy estamos viviendo tiempos de apostasía. Apostatar significa negar la fe, es volverme en contra de lo que antes he creído. A veces discutimos por cuestiones como, por ejemplo, de qué color pintaremos el templo, de qué manera vamos a alabar, cómo haremos el culto, qué pondremos primero y estos son cuestiones de forma, pero hay otras cosas que son esenciales y tienen que ver con la verdad o con doctrina. La palabra doctrina tiene el mismo origen que la palabra dogma. El dogma es un cuerpo de fe; es una verdad que debe ser creída y no es relativa sino absoluta, y si no es creída. no hay salvación ni perdón de pecados. La doctrina es inamovible, no es algo que podamos discutir; la doctrina no es algo que podamos razonar, sino que debe ser creída. La doctrina es una enseñanza a la que le decimos amén, lo creo y lo recibo. Por ejemplo, el perdón de pecados a través de la sangre de Jesús. No puedes discutir cómo es eso, para qué es, y por qué tiene que ser así. Tú tienes que creer que la sangre de Cristo te limpia de todo pecado y no puedes alterar esa verdad.

VERDADES INAMOVIBLES

Hoy quiero hablarte de doctrina, porque hay verdades que están siendo atropelladas en el mundo. Por ejemplo, la ideología de género se ha metido en la iglesia; durante miles de años hemos creído que un matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer, pero ahora, en este tiempo, se cuestiona qué es un matrimonio. Algunos creen que un matrimonio se puede formar entre tres personas como dos mujeres y un hombre. Y como eso hay otras cosas que tienen que ver con la libre elección de lo que yo quiero ser en lo sexual, en mi libertad de elegir el género que quiero. Por miles de años han existido los hombres y las mujeres, pero hoy hay cincuenta definiciones de género, y le llaman género a algo que no lo es. Resulta que puedes ser travesti, heterosexual, homosexual, bisexual, etc. Hay una larga lista de cosas para elegir, pero la verdad sigue siendo que Dios estableció el matrimonio. Y así como entró la confusión en el mundo y hasta se enseña en las aulas, también entró en la iglesia. Leí que dos pastoras lesbianas se casaron y las dos están al frente de una iglesia, y han surgido varias iglesias de homosexuales. Éstos toman pasajes de la Biblia y los adaptan a su conveniencia y de la misma manera entran otros pseudos conocimientos o pseudas doctrinas.

Recientemente ha ofrecido una conferencia en Uruguay una especie de rabino, que no es rabino; se denomina mesiánico ya que cree que Jesús es el Mesías, el Salvador del mundo, pero no cree que exista la trinidad ni cree en la divinidad de Cristo. Y quiero hablarte acerca de eso porque es importante que sepas en lo que crees. A la gente le decimos que tienen que abrirle el corazón a Jesús y pedirle que entre en él. Si te preguntara entonces si Cristo es Dios me dirías que sí, pero si te pregunto por qué crees que es Dios, ¿sabrías responder? Ellos creen que Cristo es hombre, ungido, pero hombre, y no es Dios.

Todo esto tiene origen en una enseñanza del Antiguo Testamento donde la Biblia dice que Dios es uno. Leemos en Deuteronomio 6:4: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”. Un motivo de tropiezo de los judíos para creer en Jesucristo como el Mesías es el hecho de que nosotros proclamamos que Él es Dios y que existe la Trinidad, pero para ellos eso es imposible porque tienen metido en la cabeza el pasaje de Deuteronomio 6:4: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”. Es uno solo, el único Dios creador del cielo y de la tierra; el universo ha sido hecho por Él y se sostiene por Él y no hay otro Dios. Digamos que el pueblo judío nos legó el conocimiento de la existencia del único Dios verdadero, a lo que se llama monoteísmo. En otras naciones hay muchos dioses y a eso se le llama politeísmo y nosotros creemos que Dios es uno. No necesitamos una diosa del mar, un dios de la guerra, etc. Una mujer se enamoró de un hombre casado y acudió a un brujo para hacer un endulzamiento así el hombre dejaba a su esposa. La gente acude a dioses para lograr los caprichos de su corazón. Mas nosotros somos monoteístas y creemos en un solo Dios. El Dios verdadero, quien creó todas las cosas y nos creó a su imagen y semejanza. Cuando quieres hablarle al pueblo judío de Jesús te dicen “cruz diablo”. Ellos piensan que si Jesucristo es Dios entonces hay dos Dioses, por lo que si hay un Dios Padre y un Dios Hijo eso es politeísmo y ellos no quieren hacer idolatría entonces adoran al único Dios verdadero.

Surgen cosas que hoy te quiero aclarar; leemos en Tito 2:13: “…aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. Aquí la Biblia nos dice que Jesucristo es nuestro gran Dios y Salvador. Pero, ¿cómo es el asunto? ¿Hay un Dios o son dos Dioses? ¿El Espíritu Santo es Dios o no? Para ellos es un espíritu, pero no hay Trinidad, existe solamente el Dios Padre. Hay entonces una contradicción porque la Biblia señala que Jesús es adorado. Debo decirte algo que tiene que quedar establecido y bien claro y es que nosotros somos monoteístas y creemos en el único Dios verdadero. La Biblia también expresa: “A tu Dios amarás y a Él solo servirás”. Esto se encuentra en el libro de Éxodo, Levítico y Deuteronomio. Hay un elemento que distingue nuestra relación con Dios de cualquier otra relación y ese es el acto de adoración. ¡Sólo Dios debe ser adorado! Cuidado cuando dices que alguna persona es divina. ¡No utilices ese término para ningún ser humano! ¡Divino sólo es Dios! Y por cuanto Él es Dios y es divino debe ser adorado porque la adoración es la manifestación de nuestra fe en cuanto a la grandeza, al poder, a la gloria, al amor y a la salvación de Dios. Es aquello que nos identifica con aquello que reconocemos y Dios debe ser reconocido y debe ser exaltado. Yo debo ser reconocido como pastor de la iglesia Misión Vida para las Naciones; si no soy reconocido, ¿qué me queda? Por ahí alguna persona dice: “Jehová es mi pastor y ningún hombre es mi pastor”. ¿Quién inventó a los pastores? ¡Yo no! Dios estableció pastores, apóstoles, evangelistas, profetas y maestros. Así dice su palabra. Toda persona que está en autoridad, por ejemplo, el padre de familia, debe ser reconocida en su autoridad. El dueño de una empresa debe ser reconocido como la autoridad de la empresa. Y la manera de reconocer al Dios verdadero es la adoración. Tú puedes rendir honor a una persona, pero no puedes adorarla. En cuanto al honor, la Biblia dice que todo el honor le pertenece a Dios; le pertenece toda la gloria y toda adoración. Entonces Dios es uno solo y debe ser adorado. Si Dios es uno, ¿pueden tres ser uno?

El rabino que vino a Uruguay ha llegado a decir que a la Biblia Reina Valera hay que desecharla porque está contaminada con el pensamiento griego. ¿Será que hemos estado usando una Biblia que no sirve y Dios nos abandonó a merced de la mentira? Ellos han escrito un Nuevo Testamento en hebreo porque señalan que la Biblia debe ser expresada desde el punto de vista del pensamiento hebreo. Dicen que la Reina Valera no es fiel a los manuscritos, pero yo te digo que el Nuevo Testamento que ellos escribieron es infiel en absoluto porque no responde a ninguna traducción, sino que lo han inventado. Ellos plasmaron: “De acuerdo al pensamiento hebreo debiera decir esto y esto”. Estén atentos porque esto se está infiltrando en la iglesia y hay mucha gente que está siendo confundida. Confío que hoy quedarás con la certeza total y absoluta de cuál es la verdad y quien debe ser adorado.

PENSAMIENTO HEBREO vs PENSAMIENTO GRIEGO

Precisamente en esto de que tres son uno, no es un pensamiento griego porque ellos son muy esquemáticos, matemáticos y geométricos, entonces para los griegos, uno más uno es dos y tres no son uno. Me refiero al pensamiento griego. Pero en el pensamiento hebreo y bíblico no es nada extraño que dos sean uno, que tres sean uno o que cuarenta y dos mil trescientos sesenta sean uno. Para la Biblia no es extraño que siendo muchos miembros seamos un solo cuerpo. Ya en el principio Dios dijo: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24). ¿Qué es lo que ve Dios en un matrimonio? ¡Uno! Yo miro un matrimonio y veo dos personas, un hombre y una mujer, dos nombres diferentes que los identifica, pero, ¿qué ve Dios? ¡Uno! Y el Señor dice: “Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mateo 19:6). Dios ve una unidad en el matrimonio. ¿Vas a discutir esto? ¿Lo vas a razonar o vas a creer? ¡Tienes que creer lo que dice la Biblia! Le preguntaron a una persona: “Cuándo llegues al cielo y te encuentres con los tres: con el Padre, con el Hijo y el Espíritu Santo, ¿delante de quién te arrodillarás? Si hay un solo Dios verdadero y dices que crees en tres Dioses, si te arrodillas delante de Cristo en el cielo, entonces eres un idólatra y de hecho no irás al cielo por idólatra, por politeísta, por creer en más de un dios”.

En el pensamiento hebreo traducido del griego no es extraño que dos o tres sean uno y no es extraño que, siendo muchos miembros, todos nosotros seamos uno. Dios no ve muchos, sino que ve uno. Somos un pueblo, el pueblo de Dios, el cuerpo de Cristo y ese cuerpo tiene una cabeza que es Cristo por lo tanto somos uno con el Señor y Él es uno con nosotros. En el libro de Juan, en el capítulo 14 Jesús tiene una charla con sus discípulos y les dice: “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino”. Aparece Tomás en la escena y le dice: “Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?” Entonces Jesús le responde: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto”. El Señor les dice que ya conocen y han visto al Padre en Él. Entonces, Felipe que no entendió bien, como más de uno, le dijo: “Señor, muéstranos el Padre, y nos basta”. Y Jesús le cuestionó: “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras”.

Jesús afirma aquí que es uno con el Padre y quien lo conoce a Él conoce al Padre. ¡Quien ha visto a Cristo, ha visto al Padre! El apóstol Pablo dijo que Jesucristo es la manifestación visible de la deidad. En Juan 14:20 Jesús declara algo mucho más profundo: “En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros”. No dice que van a aprender algo, sino que van a conocer. Cristo hace uno al Padre, al Hijo y a nosotros. Somos uno con Cristo y Cristo es uno con el Padre. En las declaraciones del rabino dice que el Padre es el Padre y el Hijo es el Hijo y éste viene después del Padre, por lo tanto, el Padre no tiene origen, pero el Hijo sí tiene origen. El verbo de Dios fue encarnado y vino a ser el Hijo Unigénito de Dios cuando ha sido hecho hombre en la tierra, pero nosotros creemos en la preexistencia de Cristo, creemos en el verbo que se hizo carne y se hizo Hijo. Antes no era Hijo sino la segunda persona de la Trinidad. ¿Cuál es el origen de Cristo? En Apocalipsis Jesús mismo declara: “Yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin”. Aquí declara: “Antes de mí no hubo nada y después de mi no hay nada. Yo estoy en el principio y en el fin”. Cuando Jesús se hace carne y viene a formar parte de la historia humana se hace Hijo. Filipenses 2:8 dice que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. En el capítulo 17 de Juan, vemos que antes de morir Jesús oró: “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese”. El Señor se despojó de su gloria, pero estaba esperando ser nuevamente exaltado para tener la gloria del principio.

En 1ª Corintios 12: 12 el apóstol Pablo dice: “…así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo”. Según el pensamiento hebreo, muchos son uno y para entender mejor esta mentalidad. Esdras 2:64 dice así: “Toda la congregación, unida como un solo hombre, era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta”. En el pensamiento hebreo cuarenta y dos mil trescientos sesenta pueden ser uno. En el Nuevo Testamento el apóstol pablo dice: “completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa” (Filipenses 2:2). Unánime significa, un alma. Todos tenemos nuestra alma, mas Dios quiere que seamos una sola alma; que tengamos todos, un mismo sentir, y pensemos una misma cosa. Dios está trabajando para hacer de nosotros una sola alma, con un mismo sentir; la cabeza es Cristo y vamos a sentir lo que Él siente. No seremos muchos sino uno solo. Seremos el cuerpo de Cristo. El Señor no se casará con muchos sino con una sola, la iglesia. ¡Alégrate porque somos uno en Jesús!

JESÚS ES DIOS Y DEBE SER ADORADO

Yo considero que lo que ha venido a enseñar el rabino Dan Ben Abraham es herejía y ésta debe ser cortada de la iglesia porque causa división entre los hermanos. ¡A mí no me salvó un hombre! ¡Dios me ha salvado! ¡Dios se encarnó en Cristo Jesús y murió en la cruz del calvario! ¡Su sangre me ha limpiado de todo pecado! ¡No fue un hombre que tuvo misericordia de mí, no fue un hombre que me amó y dio su vida por mí! ¡Fue Dios mismo que se hizo cargo de mi pecado yendo a la cruz y puso sobre sus hombros mis transgresiones! Si fuera hombre yo estaría exaltándolo y se llevaría la gloria. Pero esto es obra de Dios y la gloria es toda suya.

Si Cristo es hombre no debe ser adorado; si Cristo es Dios debe ser adorado. Y tenemos claro que solo Dios debe ser adorado por lo que, si Cristo es adorado, entonces, Cristo es Dios. Hay muchos pasajes bíblicos en los que respaldamos esta verdad. Me llama la atención que Mateo es el evangelio por excelencia escrito para los hebreos. Se ve que Mateo tenía un interés especial en enseñarles la verdad a los judíos y yo creo que debía tratar de no escandalizarlos, pero se empeñó en mostrar cómo Jesús es adorado. Si yo fuera Mateo y no creyera que Jesucristo es Dios, trataría de evitar algunos pasajes bíblicos para no escandalizar a los judíos, pero no fue así. No sólo que no esconde que Jesús debe ser adorado; lo que llama la atención es que Jesús no detenga a sus discípulos y les diga que no lo adoren porque no está bien. Hay hombres que adoran a las mujeres. La Biblia señala que en una oportunidad un siervo de Dios se encuentra con un ángel y éste es más lindo que cualquier mujer, resplandeciente y lleno de gloria, y Juan se postra delante de él para adorar, pero el ángel se lo impide y le dice que no es Dios, que es un consiervo suyo. Los ángeles tienen claro que nadie puede ser adorado sino solamente Dios. ¡Pero Cristo se deja adorar! O es Dios, o es un engañador, embustero e hipócrita. Leemos en Mateo 28:16 y 17: “Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban”. Jesús había resucitado y estaba listo para irse al cielo, entonces se encuentra con ellos en una montaña. Ese es un momento extraordinario donde Jesús les entrega a los once discípulos la responsabilidad de llevar la verdad del evangelio a todas las naciones. Si no es Dios tiene que aclarárselo: “Esperen muchachos, dejen de adorarme porque yo no soy Dios y están cometiendo un pecado de idolatría”. Si no es Dios y lo adoraban entonces pasarían a ser politeístas. Sin embargo, los discípulos le adoran, aunque algunos dudan porque les da vueltas en la cabeza: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”. Entonces se preguntan: “¿Estará bien que lo adoremos?”. Y Jesús no aclara nada.

Esto que te estoy exponiendo es importante pero más importante es que adoremos a Jesús y demos gloria al que merece gloria. María Magdalena y otra María van al sepulcro, pero se encuentran con que Jesús no está allí. “Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado…id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron”. Si Jesús no fuera Dios no se los permitiría porque era solo un hombre. Pero Jesús no aclara nada, sino que deja que esas mujeres lo adoren. ¿Entiendes que Cristo es Dios?

 Tenemos la escena de cuando los discípulos estaban en la barca y ven a Jesús que iba hacia ellos caminando sobre el agua, todos estaban temerosos y Pedro camina sobre las aguas para ir al encuentro de Jesús. Después que termina todo leemos en Mateo 14:33: “Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios”.

Adoración es postración, es ponerse de rodillas tanto en lo interior como en lo exterior. Hay más evidencias en la Biblia que nos muestran que Jesús es Dios. Los reyes de oriente adoraron al niño Jesús, al Rey de Israel que había nacido. Pero la más imponente adoración a Jesús está en Apocalipsis 5: 7 al 9: “Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación”.

Yo sé y estos hombres que dicen que Cristo no es Dios saben que postrarse y arrodillarse delante del Cordero significa adorar a Jesucristo. Quiero advertirte hoy de que los argumentos que confunden al mundo también se están infiltrando en la iglesia y se están levantando falsos profetas. Pero la Biblia nos alerta que Cristo no vendrá sin que antes venga la apostasía. Habrá muchos que dejarán de creer que Jesucristo es el Señor y se convencerán que es sólo un hombre. Oro que no seas confundido o confundida; que no te toque ser apretado hasta negar a Cristo. Que seas de las personas que den la vida confesando a Cristo Jesús como tu Señor y Salvador. Quien me amó es Dios y dio su vida por mí. Y la gloria es de Dios. Un hombre por más mesías que se autodenomine, si es sólo un hombre, no merece gloria porque la gloria es sólo de Dios.

Cuando tú adoras, ¿qué sientes? ¿Eres de esos que se quedan mudos? Dice la Biblia que el Padre anda buscando adoradores que le adoren en espíritu y en verdad. “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” (Juan 4:23).

Hay muchas criaturas creadas por Dios, gloriosas; tan glorioso era satanás, un querubín protector, que se miraba al espejo y decía: “Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo” (Isaías 14:13). Satanás quería un reconocimiento que no merecía. Él tenía grandes honores y un lugar de privilegio en los cielos, pero quiso ser exaltado más de lo que debía. Y el que tiene que ser sumamente exaltado es Dios. Hay muchas criaturas creadas por Dios que son magníficas, una de ellas es mi esposa. Muchas mujeres adoran a los hombres y los hombres adoran a las mujeres, pero cuando dejas de lado a Dios por un hombre o por una mujer, por un deseo o cualquier otra cosa, tú no exaltas a Dios. Digamos que la medida que muestra que no le das el lugar a Dios que Él se merece, es tu falta de adoración. Tu falta de adoración indica que tu relación con Dios no es tan fuerte y no conoces cuanto el Señor debe o merece ser exaltado.

CONCLUSIÓN

Yo crecí en una iglesia muy cuadrada en nuestra manera de adorar a Dios y éramos solemnes cantando himnos como: “A nuestro Padre Dios…” Todos serios. Y yo dirigía el coro. ¡Éramos unos palos cantando! Como Dios es orden, nosotros éramos muy ordenados, entonces cuando entramos por primera vez a una iglesia evangélica, donde todos levantaban las manos alabando a Dios y aplaudiendo, nos alarmamos y dijimos: “¡Qué desorden! ¡Éstos no entienden nada!” Pero cuando tú puedes ver la magnificencia de Dios, el amor que te ha dado y cómo ha derramado su sangre hasta la última gota por ti, cuando llegas a entender la gloria de Dios, no aceptas que te frenen. Caes postrado ante su presencia, le besas los pies, derramas tu vaso de alabastro sobre el Señor y enjugas sus pies con tu cabello. Le adoras, lloras ante su presencia, y el diablo mira y dice: “¡Eso quiero yo!” Pero a él no le corresponde. Y Dios ha derramado amor sobre su pueblo para que su pueblo lo ame de tal manera que satanás se ponga verde de bronca porque quienes adoran al diablo lo hacen por temor y por obligación, pero nosotros adoramos a Dios porque le amamos y reconocemos que Él es digno de adoración.

¡Diablo, nuestra adoración no es para ti! ¡Nuestra adoración es para el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo! ¡Gloria a Dios! ¿Entiendes ahora que Jesús debe ser exaltado y adorado en sumo grado más que cualquiera? Cuando entré por primera vez a una iglesia como Misión Vida, miraba cómo la gente levantaba las manos, alababa y aplaudía y sentía vergüenza porque estaban haciendo escándalo. Yo me metía las manos en el bolsillo, cerraba los ojos para no ver semejante cosa y así adoraba a Dios. Pero David decía: “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias…” (Salmo 103). Si no adoras a Dios entonces estás adorando alguna otra cosa y nosotros hemos sido hechos para dorar y exaltar su nombre. Mira cuánta alabanza hay en un gol. El Club Nacional de Futbol cumplía ciento dieciocho años de trayectoria y salieron sus simpatizantes a la calle a festejar, entonces cantaban y aplaudían, tiraban bombas y tocaban los tambores; la gente salió a adorar a Nacional. Muchos antes dejaban cualquier cosa, aún la iglesia y a Dios por un partido de futbol, pero hoy gritamos gol a Jesucristo.

Necesitas ser libre para adorar a Dios. ¡Cristo quiere darte libertad para adorarle! El Señor quiere romper tus ataduras. Obliga a tu alma a adorar. No te olvides de sus favores. No te olvides de su amor por ti. Dile a Dios: “Señor, muéstrame cuán grande tú eres. Quiero contemplar tu gloria. Extiende tu mano de poder sobre mi vida, que en esta tierra yo te dé gloria y no te robe la gloria que tú mereces. Líbrame Señor, de mis ataduras y cegueras. Conozca yo tus maravillas, tu amor y tu poder, en el nombre de Jesús, amén”.

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?

INTRODUCCIÓN

Estamos celebrando la semana más alta del año y es la Semana Santa. En algún momento, el gobierno en Uruguay ha querido cambiar el verdadero motivo de la celebración de Semana Santa y finalmente fue secularizada, presentando otras actividades y la llamaron semana de turismo, semana criolla, etc. ¡Pero yo digo que los cristianos estamos celebrando Semana Santa!

Alguien me escribió a mi página de Facebook: “Avísenle a éste, que acá en Uruguay no hay semana santa porque es un estado laico”. Hace dos mil años que en todas las naciones del mundo, incluida la República Oriental del Uruguay, es Semana Santa. Para nosotros es la semana más alta del año. Amamos a Jesús con pasión. Hace veinticinco años que estoy en Uruguay y nunca me tomé descanso en esta fecha porque considero más importante honrar a Jesús, quien se sacrificó por mí dando su vida y derramando su sangre para que yo sea perdonado y bendecido. Creo que el Señor se merece todo mi reconocimiento, toda mi adoración y mi gratitud porque Él me ha dado vida eterna. ¡Jesús me ha dado ganas de vivir! Mucha gente se toma esta semana de descanso y se van de vacaciones pero vuelven más cansados de lo que se fueron. Pero yo en Cristo tengo una paz que no encuentro en ninguna otra cosa.

LA HISTORIA EN CUATRO VERSÍCULOS

En el capítulo 9 del libro de Daniel encontramos una secuencia de cuatro versículos en los cuales están condensados más de dos mil quinientos años de historia. El ángel Gabriel se presenta ante Daniel y comienza a hablar con él. Daniel está ayunando, orando e intercediendo delante de Dios a favor de su pueblo que permanecía cautivo por casi setenta años. Estaba afligido en cilicio y ceniza. El cilicio eran unos sacos, tipo bolsas que se colocaban las personas que estaban muy afligidas para mostrar su dolor. El cilicio da mucho escozor. En eso estaba Daniel cuando se le presentó el ángel Gabriel con presteza y le dijo:

setenta semanas de daniel

En este cuadro leemos lo que el ángel Gabriel le dijo a Daniel. La preocupación de Daniel se suma a mi preocupación. “Señor, ¿qué vas a hacer con tu pueblo? ¿Finalmente se van a perder? Llevamos setenta años sin nación. Setenta años sin Jerusalén y sin santuario”. Daniel estaba preocupado, no por nosotros sino por su pueblo. El ángel le contesta específicamente a Daniel, y le dice que la visión que le traía tenía que ver con su pueblo y con su santa ciudad, también señala que en esas setenta semanas se terminará la prevaricación. La prevaricación es un pecado de obstinación, es una transgresión y rebelión que consiste en el hecho de que, conociendo la voluntad de Dios, conociendo su palabra y sabiendo que hay algo que el Señor no quiere, a sabiendas y con conocimiento yo transgredo la ley o la voluntad de Dios. No es un pecado que cometo por ignorancia sino que me revelo a conciencia contra lo que Dios quiere. El ángel le anuncia que en esas setenta semanas se va a terminar ese pecado y se va a expiar la iniquidad. O sea que la iniquidad será echada fuera; será echado fuera el mal para traer justicia perdurable. En algunas versiones se habla de justicia eterna.

El Señor nos mandó a orar que venga su reino y que se haga su voluntad como en el cielo también en la tierra. Y no hay justicia si no se establece el reino de los cielos en la tierra. ¡No hay justicia sin Dios! Su justicia es perdurable, es eterna. Luego, dice este pasaje de sellar la visión y la profecía. Esto significa que no habrá más visiones ni profecías; esto se terminará. Porque cuando termina el pecado y la iniquidad, cuando acaba la prevaricación, se termina el tiempo, y al hablar del tiempo del fin significa que no hay más tiempo. El tiempo es parte de la creación de Dios para nosotros que vivimos en el espacio tiempo, pero los días dejarán de ser. En la eternidad no hay tiempo; en la eternidad no hay pasado ni futuro sino el continuo presente.

Daniel estaba orando una cosa y el ángel le contestó otra muy grande. “Amado varón de Dios te voy a hacer entender y te daré una visión que abarca desde este momento en que estás hablando conmigo hasta que se termine todo”. En los cuatro versículos del capítulo 9 de Daniel: 24, 25, 26 y 27 se habla de los sucesos que acontecerán hasta el fin del mundo.

69 SEMANAS

69 semanas

Dice al ángel en Daniel 9: 25: “Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos”. El ángel habló con Daniel aproximadamente 500 años antes del nacimiento de Jesús. ¿Qué significa esto de 7 semanas y 62 semanas? Son un total de 69 semanas identificadas en la imagen. Con color amarillo, en la línea horizontal superior las 7 semanas, y en naranja las 62 semanas. Esas 69 semanas significan 483 años. Los que entienden de este tema según el lenguaje hebreo, señalan que estas 70 semanas de Daniel son muy famosas ya que no hay un seminario en que este tema no se estudie. También afirman que esas 70 semanas significan, setenta grupos de siete y no son semanas de días sino de años; o sea que una semana equivale a siete años. Entonces, 69 semanas son 483 años (69 x 7). Hay 7 semanas y 62 semanas hasta el Mesías Príncipe (segunda línea vertical amarilla en la imagen).

El ángel le dijo a Daniel: “…se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos” (Daniel 9:25). Daniel y todo el pueblo de Israel fueron cautivos de los babilonios, de los medos y de los persas. En el libro de Nehemías capítulo 2 aparece el rey Artajerjes y Nehemías que era el copero del rey estaba muy triste porque se había enterado que Jerusalén estaba destruida, sus puertas estaban quemadas y sus muros derribados. Fue Nehemías quien consiguió el permiso del rey Artajerjes para reedificar la ciudad de Jerusalén, así esa orden fue dada por el rey Artajerjes y quien la logró fue Nehemías, lo que ocurrió en el año 445 A.C (primera línea vertical amarrilla de la figura).

Dice que hay 7 semanas más 62 hasta el Mesías Príncipe. Jesús nunca fue reconocido como el Mesías Príncipe mientras estuvo en la tierra, pero hubo un solo día que lo reconocieron como tal. Ese día fue cuando Jesús entró en Jerusalén y todos lo aclamaron. Sería en la celebración de Semana Santa el que se denomina “domingo de ramos”. Unos días antes de la crucifixión de Cristo, el Señor entró montado en un burro. Zacarías lo había profetizado: “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna” (Zacarías 9:9). Y ese día coincide con lo que se le conoce como el domingo de ramos, o la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. La gente cortaba ramas de árboles y las echaban delante del Señor así como también echaban sus mantos en el camino y pasaba Jesús sobre el asno. Ahí fue cuando el burro dijo: “¡Qué importante que soy!”

Ahora, dice 7 semanas y 62 semanas. Yo no estudié que habrá pasado dentro de esas primeras siete semanas de la profecía. Posiblemente, desde que el ángel habló con Daniel pasaron siete años y sucedió lo de Nehemías y el rey Artajerjes. Tal vez se haya preparado en ese lapso todo lo que se iba a utilizar para la reconstrucción de la ciudad. Leemos en Daniel 9:26: “Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones”. Después del Mesías príncipe se le quitará la vida al Mesías. Aquí dice que se va a edificar Jerusalén pero después dice que se le quitará la vida al Mesías y un príncipe que ha de venir volverá a destruir la ciudad; destruirá nuevamente el santuario y el templo. Todas estas cosas ocurrieron ya, porque murió el Mesías después de haber sido reconocido como Príncipe, a los pocos días lo crucificaron. Y después que fue crucificado, pocas décadas después, el general Tito, romano, destruyó Jerusalén y el templo. Aunque el general Tito quería conservar el templo como un trofeo, y que se transformara en un gran edificio romano, sus soldados habían escuchado rumores de que allí había oro escondido. Entonces desobedecieron la orden del general y comenzaron a destruir el templo, quitando piedra sobre piedra. Recordemos lo que Jesús le dijo a sus discípulos: “¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada”. Cuando los soldados llegaron bien abajo y ya no había piedras para sacar, descubrieron que no había oro.

¿Por qué te cuento todo esto? Porque lo que dice la Biblia es confiable y tal vez tú lo has leído muchas veces, sin embargo no entendías nada. Pero hoy estás entendiendo que el ángel Gabriel lo dijo y que siempre Dios cumple su palabra. Él es Dios y su gloria consiste en que el Señor anuncia las cosas antes que sucedan, para que cuando sucedan, los que creen en Él  se alegren y lo glorifiquen. El diablo tiene adivinos, él y sus demonios son adivinos, pero Dios te dice la verdad. ¡Él no necesita adivinar nada!

EL TIEMPO DE LOS GENTILES

La profecía de Daniel 9 llega hasta nuestros días. Los cuatro versículos hablan de los acontecimientos de Israel y de Jerusalén hasta el fin del mundo, pasando por nuestros días. “Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones”. Israel sería destruida y el pueblo dispersado, y esto durará hasta el fin de las devastaciones. Ese período lleva dos mil años. Es como un paréntesis en la historia de las setenta semanas de Daniel. Porque esas setenta semanas tienen que ver con la historia del pueblo de Israel y de la ciudad santa de Israel. Pero durante dos mil años no hubo historia de Israel, el pueblo no estuvo al frente de Israel ni de Jerusalén. Por lo tanto, se trata de un paréntesis. En la primer figura, donde está la preposición “y” dentro de un circulo, ahí hay un bache, ese es el paréntesis. Hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. Israel, creo yo, es el único pueblo que ha estado disperso y ha sido perseguido durante dos mil años sin tener una bandera, sin tener un himno nacional o un idioma, y sin tener un gobierno. Y en el año 1948, en un día se declaró la independencia y volvió a existir. ¡Esto es un milagro único en la historia del mundo!

Leemos en Daniel 9:27: “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”. La otra semana está del otro lado de la “y”.  O sea, una semana o siete años. A la mitad de la semana, la mitad de los siete años, hará cesar el sacrificio y la ofrenda.

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En la segunda figura que vimos, donde se muestra el círculo que rodea la “y” en la primera imagen, aquí está ampliado y comprende un paréntesis, lo que sería la línea amarilla vertical tercera y la cuarta. En la primera línea vertical amarilla se representa la orden de edificar la ciudad, dada por el rey Artajerjes, año 445 A.C, hasta el Mesías Príncipe (segunda línea vertical amarilla). Dijo el ángel a Daniel: “Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías” (tercer línea amarilla vertical que tiene una cruz). Esto fue después de haberlo declarado Príncipe. Así que entre la tercera línea amarilla y la cuarta se cortan las 70 semanas y no sigue funcionando el reloj porque se produce un bache histórico que se conoce como “los tiempos de los gentiles”. Recuerda que la profecía es acerca de Israel y de Jerusalén (de tu pueblo y de tu santa ciudad). Pero, en el año 70 D.C es destruida la ciudad santa, se destruye el templo y no sigue la cronología porque el pueblo es dispersado y la Biblia señala que Israel es endurecido en parte hasta que la plenitud de los gentiles haya entrado (Romanos 11:25).

Según la palabra de Dios los judíos fueron endurecidos por causa de nosotros y Jesús dijo que el evangelio del reino sería predicado para testimonio a todas las naciones y después vendría el fin (la última semana). Hay varios versículos que hablan acerca de esto y uno lo encontramos en Romanos 11:25 cuando el apóstol Pablo dice: “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles”. La plenitud de los gentiles significa, hasta el total de las personas de las naciones que están inscriptas en el libro de la vida para que entren al reino de Dios. En cualquier día de estos va a entrar el último gentil y cuando esto acontezca se terminará el tiempo de los gentiles o, según otra versión, los tiempos de las naciones.

Ya al final de su ministerio Jesús observa la ciudad de Jerusalén y se lamenta: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste! He aquí, vuestra casa os es dejada desierta; y os digo que no me veréis, hasta que llegue el tiempo en que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor”. (Lucas 13: 34 y 35) ¿Qué es eso de que la casa de Israel es dejada vacía? Que el Espíritu Santo se retira del pueblo y deja de ser su cobertura y su protección. El apóstol Juan dijo: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron”. Y ante el rechazo del pueblo de Israel, de no haber aceptado, de no haber creído y de haber matado al Mesías, se produce una vaciedad que termina con la dispersión del pueblo de Israel en el año 70 D.C y que dura dos mil años. Mas las profecías declaran que Dios volverá a traer a su pueblo a su tierra de todas las naciones a donde fueron dispersados y que les va a hacer bien.

Cuando Dios comienza a traer de nuevo a Israel a su tierra se va terminando el tiempo de los gentiles o los tiempos de las naciones. Observando la segunda gráfica, en la línea blanca donde dice: 7 últimos años de la historia, vemos que en algún momento se volverá a activar el contador cronológico y cuando esto suceda quedarán sólo siete años antes del fin. Aunque todavía no se activó el reloj, no te duermas, porque en cualquier momento ocurrirá.

 

SEMANA 70

 

Entonces el ángel le dice a Daniel: “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda…” (2ª figura donde señala las 7 semanas). En Israel, en la actualidad no hay sacrificios ni ofrendas, tampoco hay templo; en Israel no se hacen sacrificios porque se deben hacer en el altar del templo y los judíos ortodoxos están esperando construir el tercer templo. Hay un lugar en Israel llamado el Instituto del Templo que los turistas pueden visitar; y allí hay guardados en vitrinas todos los elementos que se necesitan para volver a ofrecer sacrificios y ofrendas. Entre esos elementos hay un candelabro de oro muy grande y otros utensilios. Hay ciento de miles de dólares invertidos en instrumentos de oro que serán usados en el templo cuando se construya. Nosotros estamos en ese paréntesis entre la tercera línea amarilla y la cuarta. Y no hay templo pero en algún momento se va a edificar. Habrá gozo y algarabía porque habrá sacerdotes y sacrificios de animales. Para ellos, la sangre de los animales es la que opera en el perdón de los pecados y durante dos mil años no ha habido perdón de pecados porque no han habido sacrificios, y no han habido sacrificios porque no hay altar. Y no ha habido altar porque no hay templo, pero lo van a construir. En cuanto se edifique el templo y haya un altar entonces vamos a estar en la última semana de la historia que son los últimos siete años de la historia de la humanidad. ¿Da miedo esto, no? A la mitad de la semana, es decir, a los tres años y medio, alguien va a suspender las ofrendas y los sacrificios; y es que se va a manifestar como dijo el apóstol Pablo: “…el inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos” (2 Tesalonicenses 2:9). La Biblia dice que ese inicuo que va a gobernar el mundo, no va a reconocer a ningún Dios sino que se va a endiosar por sobre todos los dioses y se hará adorar. Daniel 9: 27 dice: “…Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”. ¿Qué se entiende por la palabra consumación? Cuando se consumó es cuando se terminó, o sea cuando llegue el fin.  El versículo 27 del libro de Daniel 9 dice: “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos…” Israel firmará un pacto de paz pero Isaías señala que ese es un pacto con la muerte, porque a la mitad de los últimos siete años el firmador de ese pacto va a parar los sacrificios del templo y dice a Biblia que él se sentará en el templo como dios y se va a hacer adorar, pero no va a aceptar ninguna ofrenda y  ningún sacrificio al Dios del cielo. A la mitad de esos siete años, el anticristo se quitará la careta y se mostrará tal cual es, un emisario de satanás.

Habrás escuchado en varias oportunidades que se viene un gobierno mundial al que le llaman New World Order. Se está gestando un poder internacional que está por encima de las naciones, que domina a través de la economía o el dinero e impone leyes como la del aborto, la ideología de género entre otras cosas, que no forman parta de nuestra esencia o historia pero sí de este nuevo orden. Por ejemplo, en la que el hombre no es hombre ni la mujer es mujer, en la que el matrimonio no es matrimonio y la familia no es familia. Esto se está enseñando en las escuelas. Es un nuevo orden de cosas que definen a lo bueno como malo y a lo malo lo define como bueno. ¡Es el mundo del revés! Entonces a la mitad de los siete años, el anticristo, el dominador del mundo se va a dar a conocer hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador, lo que sería el juicio. Los versículos 24, 25, 26 y 27 del capítulo 9 de Daniel hablan de la historia desde 445 años A.C hasta el fin de los días.

Con todo esto que expuse quiero hacerte ver cuánto Dios nos ama y realmente, si escudriñamos las escrituras, si las estudiamos podremos entender cosas que el mundo no entiende. Cuando Israel firme un pacto con el anticristo se dispararán los últimos siete años y se termina el tiempo de gracia que habría sido estipulado para los gentiles.

Termina la historia cuando el ángel le enseña a Daniel lo que habrá de suceder a su pueblo y a su santa ciudad. ¿Qué es lo que sucederá? Se va a construir un templo, volverán a haber sacrificios pero luego el anticristo lo suspenderá. ¿Qué sucederá? Que en la consumación de los días, Cristo vendrá en las nubes. Desde que se firme un pacto con Israel y haya un estadista mundial hasta la segunda venida de Cristo habrá solo siete años. A esto se refería Jesús cuando dijo: “De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca”. Jesús declaró cuáles eran todas las cosas que iban a suceder.

Observemos a continuación la tercera figura:

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Aquí, Daniel 9:25 hace referencia a los tiempos de Nehemías. En esta figura podemos ver lo que expuse en la primera parte de la enseñanza que es la orden para edificar Jerusalén dada a Nehemías hasta el tiempo en que Jesús entró triunfal a la ciudad y fue aclamado por el pueblo como vemos a continuación en la cuarta imagen.

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Pasamos a la quinta figura y lo que está resaltado entre las dos líneas amarillas es el período que nosotros estamos viviendo, el de los gentiles y que también se da a llamar el tiempo de los gentiles.

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Me han enviado un video que mostraba a unos cristianos a los que una multitud de gente golpeaba con palos, los arrojaban al suelo y los pateaban. ¡Esto es tan duro! Tanto los golpeaban que quedaban atontados, entonces los arrojaban sobre unas ramas y les prendían fuego. Uno se pregunta, ¿puede haber tanta maldad? ¡Si se trata sólo de gente que ama a Jesús! Pero sí, hay mucha maldad. En Medio Oriente se matan más cristianos que judíos. Las últimas noticias nos muestran cómo hicieron explotar unas bombas en dos iglesias cristianas de Egipto. Todos los días están degollando cristianos. En el período de los siete años finales el odio a Jesucristo, a Dios, a toda religión y a los cristianos se incrementará. El escenario ya está listo porque las leyes que están surgiendo nos condenan por no aceptar los nuevos valores que se están imponiendo en la sociedad. Se nos tilda de retrógrados por no estar de acuerdo con el homosexualismo y dicen que difundimos el odio, pero yo hoy confieso que predico el amor de Jesús y declaro que la última palabra no la tienen los gobernantes del mundo, porque la última palabra la tiene Dios.

Hay una doctrina que habla de la inminencia de la segunda venida de Cristo, y desde niño me han enseñado que Jesús puede venir en cualquier momento y yo te digo que aún no viene el Señor. ¡Se tienen que cumplir primero las señales que Él ha manifestado! Siria siempre fue enemiga de Israel y es colindante con esta nación. Siria está unida al grupo de naciones que odian a Israel, también se encuentra Irán. Jordania tiene un tratado de paz y lo está respetando. Pero en general hay una gran cantidad de naciones árabes que quieren que Israel desaparezca, pero no lo harán desaparecer porque Dios ya los trajo a su tierra y después de tres mil años, el Señor ha cumplido su palabra de que los iba a plantar y nadie más los iba a mover de su tierra. No obstante hay profecías que tienen que ver con el hecho de que a Siria no le va a ir bien y así es, no le está yendo bien. En esa nación el gobierno está luchando contra unos rebeldes y éstos contra el gobierno; Rusia apoya al gobierno en tanto que Estados Unidos apoya a los rebeldes. Por otro lado está ISIS, el estado islámico que está destruyendo tanto a unos como a otros y las naciones miran lo que está aconteciendo con Siria. Si no me equivoco, más de ciento cincuenta mil personas han tenido que abandonar su tierra. ¡Las ciudades están destruidas! No hay servicios básicos y se siguen matando gente. El presidente de Estados Unidos Donald Trump ordenó que desde unos barcos de la marina Americana se dispararan cincuenta misiles con el fin de destruir un aeropuerto desde donde salieron supuestamente aviones del gobierno sirio que dispararon armas químicas sobre su pueblo. ¡Es un infierno! Y esto es sólo una muestra de lo que sucederá.

Una periodista árabe-israelí habla acerca de esta masacre en Siria como un holocausto y dice sentir vergüenza por lo que está sucediendo. La periodista dice lo siguiente: “En estos precisos momentos en la ciudad de Alepo en Siria, a sólo ocho horas de Tel-Aviv se está llevando a cabo un genocidio. ¿Saben qué? Permítanme ser más precisa. Es un Holocausto. Sí, un Holocausto. Quizás no queremos escucharlo o enfrentarnos a que en el siglo XXI, en la era de las redes sociales, en un mundo en el que podemos tener la información en la palma de la mano, donde podemos ver y escuchar a las víctimas y sus historias en tiempo real, nos quedamos quietos sin hacer nada mientras hay niños siendo masacrados cada hora. No me pregunten quien está bien y quién está mal, quiénes son los buenos y quiénes los malos porque nadie lo sabe y la verdad es que no importa. Lo que importa es que está ocurriendo ante nuestros ojos y nadie en Francia, Reino Unido, Alemania o Estados Unidos hace nada para detenerlo. ¿Quién marcha en las calles por los hombres y mujeres inocentes de Siria? ¿Quién grita por los niños? ¡Nadie! La ONU está celebrando reuniones de su Consejo de Seguridad y secándose las lágrimas cuando ven la imagen de un padre sujetando el cuerpo de su hija pequeña. Hay una palabra para eso: ¡Hipocresía! Yo soy árabe, musulmana, ciudadana del estado de Israel, pero también soy ciudadana del mundo y estoy avergonzada. Avergonzada como ser humano de que elijamos líderes incapaces, de unirnos en sus condenas y de actuar con fuerza. Me avergüenza que el mundo árabe sea secuestrado por terroristas y asesinos sin que hagamos nada. Me avergüenza que la mayoría pacífica de la humanidad sea irrelevante una vez más. ¿Necesitamos un recordatorio? Armenia, Bosnia, Darfour, Ruanda, la Segunda Guerra Mundial. No, no lo necesitamos. Albert Einstein dijo: El mundo no será destruido por quienes hacen el mal sino por aquellos que observan sin hacer nada”.

Delante de nuestros ojos, hace unos cinco o seis años está ocurriendo un holocausto en Siria y no hablemos del holocausto que viven los pobladores de África que tratan de escapar y se hunden en las aguas del Mediterráneo. Pero no quiero dejar pasar por alto el hecho de que Siria está pagando y ayudando a Hezbola que quiere destruir Israel, no me sorprende que Dios esté cumpliendo sus profecías y hay una profecía específica en Isaías 17 que dice así: “Profecía sobre Damasco. He aquí que Damasco dejará de ser ciudad, y será montón de ruinas. Las ciudades de Aroer están desamparadas, en majadas se convertirán; dormirán allí, y no habrá quien los espante. Y cesará el socorro de Efraín, y el reino de Damasco; y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel, dice Jehová de los ejércitos”.

Damasco es la capital de Siria. En otra versión dice que Siria dejará de ser nación. Esto sucederá antes de las siete semanas de Daniel. No será en el periodo de los últimos siete años de la humanidad sino dentro del tiempo de las naciones. Lo que yo estuve viendo acerca de Siria en este último tiempo es escalofriante. El presidente sirio Bashar al-Asad envió aviones que arrojaron bombas químicas contra su propio pueblo, y esas armas químicas son destructivas. El presidente Donald Trump declaró que por causa de esas armas químicas la marina de Estados Unidos disparó cincuenta misiles contra un aeropuerto donde supuestamente salieron los aviones con esas armas. Para que tengamos una idea de lo que sucede a diario en Siria, hay un video que muestra cómo estas armas han afectado a varias personas en espacial a un niño que perdió su familia y también un hospital en donde los estaban atendiendo fue bombardeado. Un niño declara que estaba mirando los aviones y vio cómo un avión dejó caer un barril y un humo amarillo, entonces comenzó a toser. El niño cuenta que comenzaron a huir. La mujer que lo asistió le preguntó si sus hermanos estaban bien pero él dijo que no sabía dónde estaban ellos. Entonces, tosiendo, le pregunta a la mujer: “¿Me voy a morir señorita?” Y mientras el niño era atendido junto a otros más, bombardearon el hospital. Era el único que quedaba en esa zona en donde los niños eran asistidos. Las enfermeras sacaron rápido a los bebes de las incubadoras. Ya no quedan hospitales. ¿Sabes cuántas personas en el mundo ni se enteran de lo que está sucediendo? Por más fuertes que sean los videos hay que divulgarlos. Tú que ahora mismo estás en tu casa tranquilo no tienes idea lo que estas personas viven a diario.

Estados Unidos arroja bombas en Siria para defender a los rebeldes contra el gobierno porque aseguran que el gobierno es tirano. Rusia arroja bombas en Siria porque defiende al gobierno sirio. Estados Unidos tiene sus intereses y Rusia los suyos; y en medio está el estado islámico que mata a unos y a otros, y en medio de todo este lío está Hezbola que hace lo mismo. Y los muertos se cuentan por miles y decenas de miles. Quiero decirte que la justicia del hombre desata la justicia de Dios.

Las personas preguntan por qué Dios permite estas cosas. ¿Por qué tiene que morir un hombre bueno en manos de un hombre malo? Yo te digo que es la injusticia del hombre la que apresura la justicia de Dios. Se está acumulando ira para el día de la ira. Pero Dios no dejará esto así, el Señor va a actuar y le va a demandar al hombre y lo juzgará porque el hombre no es juez del hombre y mucho menos es dueño de la historia. La historia no la cuenta Trump ni Putin; no la cuenta ningún presidente de ninguna nación del mundo. ¡La verdad la cuenta Dios en su palabra! ¡Y lo que Él ha dicho que sucederá, sucederá!

 

CONCLUSIÓN

 

No te preocupes por la maldad ni por la injusticia que hay en las naciones, ocúpate de tu relación con Cristo y de formar parte de su ejército, aquellos que le creemos a Él. Hoy a través de este mensaje Dios te ha demostrado que Él no miente. Lo que dijo que iba a suceder sucedió y lo que falta por suceder acontecerá como Dios lo declaró. No es tan importante saber qué va a pasar en el mundo sino qué va a pasar conmigo. ¿Estoy en una relación correcta con Cristo? ¿Es Jesucristo mi Señor y Salvador? ¿Le he permitido a Dios que haga su voluntad en mi vida? ¿Le he abierto mi corazón a Jesús para que lo limpie y destruya lo que haya que destruir? Lo más importante no es lo que pasa con otros sino lo que sucederá contigo. Muchos correrán de aquí para allá, vagarán buscando consuelo o tratarán de llenar su alma con alguna cosa y encontrar satisfacción con algo. Yo te digo que en los tiempos que estamos viviendo, quien produce satisfacción es Dios.

En cuanto al video que muestra a cristianos que eran golpeados y quemados vivos, había una canción de fondo que la compuso un cristiano que también murió de forma similar. A él le decían que debía renunciar a su fe en Cristo y si se negaba  matarían a su esposa delante de sus ojos. Entonces comenzó a cantar una canción, que él mismo compuso, que dice así: “He decidido seguir a Cristo/// No vuelvo atrás, no vuelvo atrás”. Lo amenazaban con matar a su esposa y él seguía entonando la canción. Al final mataron a su esposa y le dijeron que le iban a perdonar la vida si él negaba a Jesús, pero el hombre cantaba: “He decidido seguir a Cristo. No vuelvo atrás, no vuelvo atrás. El Rey de gloria me ha transformado. No vuelvo atrás, no vuelvo atrás”. Y lo mataron.

Yo le pregunté a Dios: “Señor, ¿será que me quieres en ese país de África? ¿Será que podremos hacer algo más que orar?” Y es que ni siquiera oramos porque no estamos dispuestos a perder nada por Cristo. ¿Qué es lo que falta para que el fuego de Dios se encienda en nuestras vidas? ¿Verdaderamente le has dicho si al llamado de Dios a tu vida? ¿O estás muy cómodo en tu estudio o trabajo y no quieres que Dios te toque nada de eso que no quieres soltar? Este es un tiempo en que los cristianos van a mostrar lo que son capaces de pagar por la causa de Cristo. Si no estás seguro de pertenecer a Cristo y el Espíritu Santo te insiste en que tienes que consagrarte hoy, tienes que tomar una decisión importante.

Jesús entró sobre un pollino a Jerusalén un día como en el que se celebra domingo de ramos en Semana Santa, pero Él sabía que en unos días más las cosas iban a cambiar. Unos pocos días después, el mundo estaría gritando: “¡Crucifíquenle!” Pero su amor le hizo tomar la mejor decisión por mí y fue a la cruz porque le pareció un acto de amor pagar el precio con su vida por la salvación de muchos. ¡Entrégale tu corazón a Jesús! Hoy es un día de salvación. Dile a Jesús: “Padre Santo, vengo a ti en el nombre de Jesús confesando que necesito que me limpies, que me perdones y que seas a partir de hoy mi Señor y mi Salvador. Sé mi protector y mi sustentador. Tú diste tu vida por mí y yo ahora decido dar mi vida por ti. Tómame y úsame, Señor. Te doy gracias porque me has llamado y soy tu hijo. A partir de hoy su tu hijo, soy tu hija. Gracias te doy en el nombre de Jesús, amén”.

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?

INTRODUCCIÓN

En esta semana, me desperté una madrugada, a eso de las tres y no podía conciliar el sueño, entonces me pregunté: “¿Por qué me despierto si no tengo ninguna preocupación? Normalmente me acuesto en paz, no tengo preocupaciones porque estoy feliz con Dios y con lo que Él quiera hacer”. Comienzo a darme vueltas en la cama hasta que recuerdo que estoy ayunando y que si me he despertado no es por casualidad, entonces le hago ver al diablo que voy a aprovechar que no tengo sueño para orar y leer la Biblia. Abro la palabra de Dios y comienzo a leer el Salmo 12 y cuando llego al versículo 5 me llama la atención ese pasaje que dice así: “Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, ahora me levantaré, dice Jehová; Pondré en salvo al que por ello suspira”. En esa madrugada se encendió ese pasaje bíblico en mi corazón y me alegré, porque entendí lo que leí.

He estado orando cada día desde que comenzamos el ayuno de veintiún días, para que el Señor alumbre mi entendimiento y enderece mi camino delante de Él. Y sucede que cuando tú te acercas a Dios, es como cuando te acercas a alguna persona que comienzas a conocer más íntimamente, de modo que al acercarte a Dios te sensibilizas y lo conoces íntimamente, y el Señor te hace ver y entender algo que no tenías en cuenta. Yo me acerco a mi esposa; ella me mira, yo la miro y entonces me dice: “No me digas nada. Yo sé lo que te pasa; tenes hambre”. Eso sucede cuando dos personas se acercan mucho íntimamente, por eso les decimos a los jóvenes de la iglesia que no se acerquen tanto ya que comienza a producirse cierta química, pero hay química de Dios y hay química del diablo. Mas si tú te acercas a Dios, se produce intimidad con Él.

DIOS SE LEVANTA, TÚ TE LEVANTAS

Cuando me detengo en el pasaje del Salmo 12 versículo 5, noto que Dios pone su atención en los pobres. Los pobres no me llamaban la atención pero ahora que estoy cerca de Dios me doy cuenta que la opresión de los pobres le llama mucho la atención al Señor. No lo verás a Dios enganchado con la novela de la tarde, en algún recital o entretenido con alguna otra cosa, pero la opresión de los pobres, el Señor sí la ve. El ayuno y la oración hacen que yo me acerque a Dios y entienda qué es lo que le interesa a Él. Y no sólo me doy cuenta que tiene un gran interés por la opresión de los pobres sino que a mí también me empieza a interesar su situación. Un verdadero creyente comienza a sentir lo que Dios siente y es influenciado por la unción, por la presencia y el sentir del corazón de Dios; por lo tanto si a Dios le llama la atención la opresión de los pobres, al creyente también.

“Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos” y aquí llego a la parte clave que saltó ante mis ojos: “…ahora me levantaré, dice Jehová”. A las tres de la mañana el Señor me dice: “¡Ahora me levanto!” Este ahora fue escrito unos dos mil ochocientos años atrás, pero cuando este ahora que fue escrito hace miles de años atrás se enciende y se transforma en palabra Rhema, ese ahora del pasado es un ahora en este tiempo presente. Yo entendí que a partir de ese día a las tres de la madrugada había un ahora nuevo. ¡Ahora comienza algo nuevo en Misión Vida para las Naciones, ahora comienza algo nuevo en los hogares Beraca, en las células familiares y ahora comienza algo nuevo en tu vida!

Ayer me interesaba la opresión de los pobres y el gemido de los menesterosos, pero era algo de rutina, mas ahora, si a Dios le interesa el gemido de los menesterosos, a mí también. “Ahora me levantaré, dice Jehová” y si el Señor dice que ahora se levantará, nosotros también nos levantamos. Porque cuando tú te acercas a Dios comienzas a tener química con Él y si al Señor le llama la atención algo que lo hace levantar, tú también te levantas y te interesas por eso que a Él le interesa. Sucede que cuando estás en un concierto, escuchas lo bien que están tocando, entonces al finalizar te levantas, aplaudes y ovacionas porque se produce un feeling entre tú y lo que estás escuchando, o entre tú y el cantante o músico. Ahora, a Dios lo hace levantar la opresión de los pobres y el gemido de los menesterosos y los cristianos dicen como el Señor: “¡Ahora yo me levantaré!”

Dios ha visto tu opresión, y ha visto, porque le llama la atención, cuánto tiempo hace que estás así. Según el diccionario, oprimir es producir agobio o desasosiego grande, también significa, someter a vejámenes, humillación o tiranía a una persona, a un pueblo o nación. Por otro lado leí que la opresión es la actuación de fuerzas que van hacia adentro, lo que produce agobio en las personas. Es como que hay fuerzas que quieren dejarte encerrado en cierto tipo de pensamientos y sentimientos. Tú comienzas a sentir que no tienes espacio, por ejemplo te vienen pensamientos como: “Siempre vas a ser el mismo”, “siempre vas a ser la misma”, “eres el mismo fracasado de siempre”. A tal punto te lo crees que no quieres intentar algo nuevo y vives oprimido porque las circunstancias, la vida y los demonios mentirosos te han convencido de que no vas a lograrlo, que has golpeado muchas puertas y ninguna se ha abierto; estás convencido que nadie te va a amar, que nunca nadie se va a querer casar contigo y otros muchos pensamientos negativos que vienen a tu mente.

Vuelvo a repetir un ejemplo que he mencionado en otros mensajes, pero vale la pena plantearlo; un hombre me dijo una vez: “Mi abuelo fue pobre, mi padre también lo fue y yo soy pobre a mucha honra”. ¡Este hombre está en una cárcel! ¿Has visto gente orgullosa de ser pobre? Ni siquiera hacen algo para salir de la pobreza; esas personas están oprimidas. Lo mismo sucede cuando el diablo te empuja a hacer algo que no debes hacer, o sea, a cometer pecado, y una vez que te envuelve en pecado, te ata, te pones raro, te cambia el temperamento y te haces esclavo del pecado. Jesús dijo que el que hace pecado es esclavo del pecado. Tú dijiste que no lo ibas a hacer más pero al poco tiempo lo vuelves a hacer. Te mete en una cárcel que no te deja salir. Mas Dios te dice: “Yo ahora me levanto para librarte”.

Sé que hay personas que están cansadas de la opresión que tienen, quieren salir de donde están pero no pueden y se preguntan por qué Dios no hace algo, y el Señor te dice: “¡Ahora me levantaré!” Dios me dio esta palabra para que yo la comparta contigo; el Señor hoy rompe ataduras dentro tuyo y te libera. Cuando se rompe la opresión, la persona entra a la libertad y tiene más claridad para pensar y para decidir. Ya no piensas que vas a fracasar sino que dices: “Voy a salir adelante, nada me va a detener, estoy confiando en Dios”. ¡Nos presentamos delante de un Dios Todopoderoso y soberano! ¿Quién lo puede detener? Y si Dios está conmigo, ¿quién contra mí? ¡Nadie podrá hacerme retroceder si Dios está conmigo!

Por otro lado vemos que en el diccionario, la palabra gemir significa, emitir sonido que expresan dolor. Sé que hay muchas personas que durante el día andan arregladitas tratando de sonreír pero cuando llega la noche lloran sobre la almohada. Una amiga que quedó viuda, nos confesó que mientras está con nosotros ella trata de estar bien pero cuando está sola en su casa, llora por los rincones.  Y a Dios le llama la atención, el gemido de los quebrantados. “¡Oh Dios! ¿Por qué esta enfermedad?” ¡Oh Dios! ¿Por qué tengo que estar viviendo esto?” Y el Señor nos dice: “Yo presto atención a la opresión de los pobres y al gemido de los menesterosos”. ¡Dios conoce tu dolor! La palabra menesteroso según el diccionario, significa: “falto, necesitado, que carece de una cosa o de muchas cosas”. Cuando tú no tienes esperanza eres menesteroso; cuando no tienes fe eres menesteroso, te falta lo más importante. La fe te conecta con el poder del Omnipotente; la fe te conecta con los almacenes de Dios, para que sean derramadas desde el cielo las bendiciones que están acumuladas allí para ti.

Esta segunda semana de ayuno de veintiún días que hemos comenzado la dedicaremos a orar por el país, por el gobierno y por los legisladores. Con perdón de lo que voy a decir, los legisladores se dedican a promulgar pavadas. Muchos de ellos no saben ni lo que han votado. Yo sé que la verdad disgusta mucho y la gente se enoja conmigo por esto pero yo debo abrir mi boca y confesar la verdad. Hay personas que viven años bajo opresión y quiero que esas personas escuchen hoy, palabra de Dios. Sabe hoy que Dios se ha levantado para liberarte y ponerte a salvo. Otra versión de la Biblia dice así: “Ahora me levantaré, dice Jehová, pondré en seguridad a los que son escarnecidos”. El diablo escarnece a la gente, le quita la carne a pedazos.

DIOS HARÁ COSAS NUEVAS

Cuando Dios me dio está palabra supe enseguida que Él iba a hacer algo nuevo. Al poco tiempo me llamó uno de los pastores de nuestra iglesia en San Juan y me contó que en la ciudad de Maldonado había una madre desesperada que ya no sabía qué hacer con su hija. La hija tiene cuarenta y tres años y tiene una nena de trece años que vive con la abuela. La mamá de la nena se mete en los asentamientos para buscar droga y allí vive cosas horrendas. La han internado varias veces. A esa mujer la conocí cuando tenía dieciocho años de edad y le prediqué el evangelio pero ella no lo quiso recibir. Es hermana de un amigo del pastor Andrés que está a cargo de la iglesia en San Juan. El pastor Andrés perdió a su papá cuando era un niño y se encariñó con la familia de la mujer que viene al caso, por lo que él los aprecia mucho. La hermana de la mujer llama al pastor Andrés desde Estados Unidos, preguntándole si podríamos hacer algo por su hermana ya que la madre se encontraba desesperada, entonces el pastor Andrés habló conmigo. Finalmente nos comunicamos con la madre de la mujer y nos dice: “¡Gracias por llamar! ¡Ustedes son tan buenos! ¡Dios los bendiga!” Ella me contó que ha internado a su hija en cuánto lugar se podía, pero nada ha sido suficiente porque a los tres días volvía a drogarse nuevamente pagando cualquier precio por un poco de droga. El padre de la mujer falleció cuando ella tenía veintiún años de edad y entró en un caos. Sentada en el sofá de su casa lloraba y se lamentaba: “¿Papá, por qué me dejaste? ¿Qué voy a hacer yo ahora? ¡Te necesito papá!” Entró en una confusión existencial, que la sumergió en la droga. Su familia tiene bienes pero ella vive en un asentamiento. En ese mismo lugar una mujer se enojó con ella y la golpeó hasta que le quebró el brazo. La llevaron al hospital y la madre creía que con el brazo quebrado iba a estar más tranquila y podría cambiar pero a los dos días de haber estado en la casa de la madre tratando de recuperarse, decidió irse al mismo lugar y allí la misma mujer le vuelve a pegar y le quiebra el brazo nuevamente con yeso y todo. Así que la tienen que intervenir y colocarle un tornillo de metal, entonces se la lleva la madre a su casa pero a los dos días la mujer decide irse de nuevo con el brazo operado y enyesada. ¡Así la encontramos a la mujer!

Entonces, al leer este versículo, “…ahora me levantaré” es como que escucho la voz de Dios y comienza a moverse algo dentro de mí, entonces me pongo a pensar qué hacer para ayudar a la mujer. Llamo al pastor encargado de la iglesia de Maldonado donde vive la mujer y le pido que vaya al asentamiento a buscarla junto con su madre. El pastor me dijo que conocían a la mujer, que le habían predicado el evangelio pero que ella no quería nada con Dios. La han tenido viviendo en un hogar, pero se fue a los tres días. En ese asentamiento hay una célula familiar y también el líder afirmó que la mujer era muy complicada. Yo escucho esas afirmaciones y me enojo porque cuando nos convencemos que no vale la pena es cuando retrocedemos. Entonces, enfáticamente le dije al pastor que fuera él personalmente a buscar a la mujer. Últimamente los pastores tenemos personas de confianza que mandamos a hacer determinadas tareas; yo le dije que fuera él con una chica que tuviera un testimonio fuerte así le contaba a esa mujer cómo Dios la ayudó a salir, pero mandaba al líder con la chica del testimonio. Entonces le dije a ese pastor que escuchara bien lo que yo le estaba pidiendo y obedeciera porque la bendición está en atender, entender la orden y cumplirla meticulosamente. El asunto es que fueron al lugar y me mandan una foto mostrándome a la mujer sentada en un catre y yo se la reenvío al pastor Andrés a lo que él me contesta: “Está hecha bolsa…” Cuando yo la conocí era una adolescente linda, una princesa, hoy tiene cuarenta y tres años y es un estropajo. Yo le mando un mensaje de whatsapp diciéndole: “Hija quiero verte y hablar contigo. ¿No te acordás de mí? Tienes que cambiar por amor a tu hija ya que ella necesita de ti y no cuenta con una madre. Por favor vení a verme”. Ella me respondió, me saludó muy contenta aunque se rehusaba a venir pero Dios dijo en su palabra: “Ahora me levantaré”. Pasadas unas horas, me llaman avisándome que traían a la mujer de Maldonado a Montevideo. Llegaron la madre, la hija y el pastor y nos juntamos en mi casa; ahí comencé a hablarle de la necesidad que ella tiene de dejar de hacer de acuerdo a lo que siente o le parece. La filosofía de hoy es que hay que dejar a la gente que haga lo que le venga en gana porque tiene todo el derecho y nadie se puede meter. O sea que los dejemos a la deriva. Yo le dije: “Hija, yo no puedo tomar una decisión por ti pero tienes que entender que no puedes darle a tu hija esta clase de madre que eres. ¡Tu hija necesita una madre!” Ella me responde: “Y la voy a ver todas las semanas y la peino. Yo quiero mucho a mi hija…” Pero le hago ver que eso no es suficiente ya que eso no la hace una verdadera madre…

Nuestra intención es que ella quedara internada en uno de nuestros hogares pero que por lo menos por dos meses no viera a su hija y se negó rotundamente. Oramos por ella, le pedimos que hiciera una oración de entrega y ella se entregó a Cristo. Al final, después de luchar un rato decidió internarse en un hogar. Enseguida llamo al pastor encargado del hogar a donde queríamos mandar a la mujer y le dije: “Pastor Martín tengo una mujer aquí que quiero que vengas a buscar y la lleves al hogar”. Él me responde que no podía porque no tenía auto. Yo le insistí que debía venir a buscarla y él me responde: “Sí, pero no tengo auto. Le mando a una de las chicas que está vendiendo en la calle para que la busque”. En días previos yo les dije a todos los pastores que algo nuevo tenía que suceder en la vida de cada uno de nosotros, que teníamos  que volver a ser conquistadores e íbamos a ir a los asentamientos a rescatar a las personas. ¡Cada vez hay más drogadictos quebrantados, humillados y oprimidos que gimen por una salida! A todo esto recibí un mensaje de un grupo de jóvenes que leyeron de esto que yo estoy mencionando y se fueron a las doce de la noche en busca de chicos y chicas drogadictos para predicarles el evangelio. ¡Algo nuevo está ocurriendo! ¡Algo nuevo ocurrirá en tu vida y en tu corazón! ¡Dios va a poner en ti un nuevo sentir! ¡El Señor te dará un nuevo corazón! Si a Dios le interesa la opresión de los pobre a ti también te va a interesar; si le interesa el gemido de los menesterosos, a ti también, y si Dios se levanta, tú te levantas. Cuando comenzamos los hogares Beraca no teníamos vehículos y ahora que tenemos, nos acomodamos, pero vamos a ver la gloria de Dios en la iglesia Misión Vida para las Naciones. ¡No será en vano este ayuno! ¡No serán en vano las oraciones! Se va a levantar el infierno pero nosotros vamos a hacer la voluntad de Dios y vamos a conquistar aquello que el Señor quiere que conquistemos.

Me comentaron acerca de un predicador que se enredó con una joven por lo que abandonó a su esposa y a sus hijos y se casó con la joven, dejando el pastorado. La esposa me dijo: “Muchos dicen que él ya fracasó, que ya negó a Dios y no hay retorno, que él no va a volver a ser pastor”. Yo le aseguré que los llamados de Dios no lo son por algún tiempo. El llamado de Dios y sus dones son para que te acompañen siempre. Estarás en el pozo más profundo, pero si Dios te ha llamado a ser pastor, tu bendición seguirá siendo el pastorado. Aunque hayas abandonado al Señor, Él te seguirá llamando; tú serás alguien que vuelve a la casa del Padre como el hijo pródigo y tu Padre te va a recibir con los brazos abiertos, te pondrá un anillo y hará fiesta. Si Dios te ha llamado un día, tu Padre te está esperando; Él está observando tu dolor, tu soledad y tu fracaso. Dios quiere tener un encuentro contigo. Quiere abrazarte y llevarte al futuro eterno, y te va a dar oportunidad mientras tengas aliento de vida. No digas que porque le fallaste a Dios ya no tienes ninguna chance con Él, porque no lo dirás con sabiduría.

Hubo un hombre al lado de Jesús en la cruz que hizo todo mal y ya no tenía tiempo para revertir la situación ni hacer algo bueno, ya no había tiempo para realizar algo que lo reivindicara delante de Dios y lo único que pudo decirle a Jesús allí crucificado a su lado, fue: “Acuérdate de mí cuando estés en tu gloria”. Y el Señor le responde: “Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso”. ¡Ahora me levanto! ¡Hoy! Ahora Dios quiere hacer una obra extraordinaria contigo. Ahora quiere que entres en este tiempo de ayuno y oración, en este tiempo de búsqueda de Dios así poder compenetrarte con el Señor y a medida que te acerques a Él, su presencia y su sentir comenzarán a fluir en ti. Cuando leas su palabra se encenderán los versículos delante de ti. Serás sensible a la palabra de Dios y te alegrarás como me he alegrado yo cuando leí el Salmo 12: 5 y ésta es la palabra que entendí que Dios me dio para compartir contigo.

CONCLUSIÓN

¿Eres de los que en la oscuridad de la noche lloras y gimes? Dios te dice que ha visto tus lágrimas, que ve cuando pones tu cabeza debajo de la almohada para que tus hijos no te escuchen. El Señor te dice que ve el esfuerzo que haces por sonreír y mostrar que todo está bien, pero sabe que sufres. “Yo soy el Dios que se compadece de la opresión del pobre”, te dice el Señor. ¿Te has quedado sin esperanza? ¡Estás pobre! ¿Te has quedado sin confianza? ¡Estás pobre! ¿Te has quedado sin fe? ¡Estás perdido! Mas Dios te dice: “Acércate a mí porque de mí recibirás las fuerzas que necesitas, recibirás fe y esperanza”. Se verá la gloria de Dios en tu vida porque cuando tú te acercas al rostro de Dios, tu rostro resplandece. En el salmo 31:6 dice así el salmista: “Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; sálvame por tu misericordia”. Muchos admiran la belleza de la luna pero en realidad es desierta y oscura, mas la luz del sol hace que la luna se vea bella, ya que resplandece con la luz del sol. Así se verá tu rostro cuando te acerques más y más a Dios; tú resplandecerás con su luz. Moisés subió al Monte Sinaí y estuvo cuarenta días con Dios, y la Biblia señala que cuando bajó al campamento, su rostro resplandecía por la gloria de Dios de tal manera que tenía que cubrirlo para que la gente no lo adorara.

Si estás oprimido u oprimida, lleno de temores, angustias e impotencia, si eres acorralado por circunstancias adversas, que tu cónyuge te abandonó, que la enfermedad empeora o cualquier otra situación te aflige, Dios hoy te dice: “Yo he visto tu sufrimiento y he visto tu opresión. No es ajena para mí la circunstancia que estás viviendo. Todo eso que te falta, que te hace menesteroso, yo te lo quiero dar. Ven a mí, acércate a mi presencia. Lo que te está faltando es más de mí. Te está faltando que yo te limpie los ojos para que puedas ver en mi palabra mi grandeza, mi gloria y mi corazón”. ¿Puedes sentir que el Señor te está llamando? ¡Esta palabra es para ti! ¿Tienes conciencia de ello?

Oro por ti: “Padre, extiende tu mano. Sopla tu Espíritu Santo sobre cada vida, dale aliento al cansado, Dios. Quita la tristeza y la opresión, Padre mío; quita el agobio y el dolor de las vidas. Tú, que has visto el pesar de quienes están recibiendo este mensaje; tú que has visto la falta de fe y esperanza, te pido que te glorifiques en cada vida, Señor”.

Dios está arrancando la amargura de tu alma, Él está arrancando toda impotencia y tristeza de tu vida. ¡Hoy es un nuevo día! Este es el día en que Dios ha venido a rescatarte. Glorifica tu nombre, Dios. Este es el día en que tu debilidad se transforma en fuerzas. Hoy es tiempo de dejar el “no puedo” y declarar “Ahora puedo en el nombre de Jesús. Soy más que vencedor por medio de Aquel que me amó”. ¡Amén!

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