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PODER PARA SER VENCEDOR

INTRODUCCIÓN

Cuando Dios te atrajo al evangelio, lo hizo con un objetivo y un propósito muy claro. No pensó solo en perdonar tus pecados y darte vida eterna, sino que en su mente estaba introducirte y hacerte ciudadano de un reino. Y el reino de Dios está infiltrado en el planeta en medio del reino de las tinieblas. Vivimos en una guerra, y la pretensión de Dios es que quedes enrolado en su reino para extenderlo sobre la tierra y avanzar contra el reino de las tinieblas. Cualquier cosa en la que tú avances en el reino de Dios, hará que le quites territorio al reino de las tinieblas, donde están satanás y todos sus demonios. Cualquier cosa que tú hagas bien a favor del reino de Dios provocará al reino de las tinieblas y tendrás guerra. Te odiarán, te sucederán injusticias, porque al diablo no le cae bien la gente que ama a Dios y trabaja para el reino de Dios, haciendo la voluntad de Dios; entonces más va a batallar contra ellos. Quien hace la voluntad de Dios se pone en contra de satanás y el reino de las tinieblas.

Ahora, Dios ha provisto a los creyentes de un equipamiento para una victoria cien por ciento segura, porque Dios no quiere un poco de derrota, sino que quiere que seas vencedor. El Señor quiere que permanezcas para siempre y te mantengas en la fe siempre; y Él te va a equipar para que tengas victoria siempre. Vas a tener guerras, pero siempre el Señor te dará la victoria y te va a equipar para que así sea. Si amas a Cristo y eres ciudadano del reino de los cielos, peleas, no tus guerras, sino las guerras de Dios. Entonces, ¿por qué hay creyentes que no tienen victoria? ¿Por qué hay cristianos que no tienen fuerza? ¿Por qué se cansan tan fácilmente? ¿Por qué caen en derrota tan fácilmente? ¿Por qué los cristianos tienen temores? Algunos piensan que son poca cosa y nadie les hace caso cuando hablan. ¡Pero Dios no tiene hijos tontos! Tú no tienes que vivir en derrota cuando tienes un Dios que te quiere dar siempre la victoria. No deberías ser un cristiano débil cuando Dios te quiere mantener en poder; y quiere empoderarte con el poder de su reino. El reino de los cielos tiene las armas de la victoria, y Dios no te quiere un poquito vencedor; el Señor te quiere más que vencedor, y nos lleva de victoria en victoria y de gloria en gloria. Ya muchos sabemos que ir de victoria en victoria significa ir de guerra en guerra y mientras más grande la guerra, más grande tu victoria.

Sabe que en tu debilidad se manifiesta el poder de Dios y lo que importa no es tu estado de debilidad sino tu estado de fe, y tu fe te lleva a la victoria. El modelo por excelencia que tenemos se llama Jesús, el Hijo del Dios viviente. Jesús lo logró y nos ha provisto para que todos nosotros lo logremos por medio de Él. Quien está en Cristo por más que sea el más débil, es victorioso de todas maneras. El poder que está a nuestra disposición es el mismo que levantó de los muertos a Jesús. ¡Es un poder muy grande! Pereciera que vas mal, pero vas bien porque estás creyendo y tendrás victoria. No importa si hay oposición porque el que cree, gana.

¿Qué hacía Jesús para obtener la victoria? Recordemos que el ministerio de Jesús duró sólo tres años. Hasta los treinta años no se sabe mucho qué hizo, sólo hay algunas referencias en la Biblia; pero los grandes milagros que vemos en la Biblia los hizo desde los treinta hasta los treinta y tres años cuando fue crucificado. El batifondo que armó Jesús en tres años no ha parado hasta el día de hoy; y Él dijo que esto sería para testimonio a todas las naciones y así fue. ¡Es muy grande su poder! Lo han querido frenar a Él, a sus discípulos, y nos quieren frenar a nosotros, pero no lo van a lograr porque el evangelio es poder de Dios para salvación a todo el que cree.

A los treinta años Juan el bautista bautizó a Jesús en el río Jordán y nos dice la Biblia que luego subió del agua y los cielos le fueron abiertos; y descendió el Espíritu Santo sobre Él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”. Jesús fue ungido en ese momento por el Espíritu. Hasta los treinta años de edad Jesús vivió sin la unción y podría haber sido un desconocido, pero a los treinta años fue ungido con poder por el Espíritu Santo. ¿Qué tenía ese Hijo que complacía el corazón del Padre? Él se había propuesto amar al Padre; se había propuesto hacer la voluntad del Padre y servirlo. Entonces se ganó la unción, se ganó el bautismo de poder del Espíritu Santo. Fue en ese tiempo cuando se hizo famoso Jesús.

ESPÍRITU SANTO: PODER DE DIOS

Leemos en Lucas 4: “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto”. Ya no haría su voluntad, sino que a partir de ese momento haría lo que quería el Espíritu Santo e iría a donde el Espíritu Santo lo enviara. Si me das a elegir ir al desierto te diría que no, pero si estoy sometido a Dios iría con el Espíritu Santo a cualquier parte, aun al desierto, aunque no me guste. Allí en el desierto Jesús no comió por cuarenta días, y pasados esos días tuvo hambre. El no ingerir alimentos te hace entrar en un estado de debilidad y donde hay debilidad hay tentación. Y por eso cuando sintió hambre se le presentó el diablo y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan”. Pero Jesús no había venido para hacer su voluntad sino la voluntad del Padre; y mucho menos iba a hacer la voluntad de satanás. Si Dios le hubiera dicho que convirtiera la piedra en pan de seguro lo haría, pero como se lo dijo satanás el Señor le respondió con total autoridad: “Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios”.

La gran diferencia entre nosotros y Jesús es que Él se propuso hacer sólo la voluntad del Padre. El diablo llevó a Jesús a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra, y le dijo que todos serían suyos si postrado lo adoraba, por lo que Jesús le respondió: “Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás”. La gran importancia del ministerio de Jesucristo tiene que ver con el hecho de que una vez que fue ungido no perdió esa unción por nada del mundo y se aferró a Dios, aunque haya pasado cuarenta días de hambre. Jesús no quiso perder la unción que le había sido dada. Luego Él vuelve del desierto y comienza su ministerio. Así leemos en Lucas 4:14: “Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor”. Una persona ungida se hará famosa sí o sí; vive en el poder de Espíritu quien hará obras a través de esa persona que causarán admiración. Jesús renunció a su voluntad para hacer la voluntad del Padre y Dios usa a aquellos que renuncian a sí mismos para que se manifieste el reino de Dios en la tierra. ¿Estás dispuesto a hacer este trato con Dios o seguirás viviendo para ti mismo? Jamás serás trascendente si la unción no viene sobre ti y jamás vendrá la unción si no renuncias a lo que más amas. Cuando Jesús hablaba, la gente lo escuchaba maravillada porque hablaba con autoridad y no como los fariseos. No eran simples palabras; las palabras de Cristo son Espíritu y son vida. Cuando Cristo habla poder se manifiesta y ese mismo poder se mueve cuando habla alguien que está ungido con la unción de Cristo.

Es importante que entiendas esto porque posiblemente estás descubriendo por qué tu vida es insípida, por qué no tienes victoria y por qué no te has hecho famoso o famosa. “¡Ah yo soy humilde, no quiero ser famoso!” Es que no tienes otra más que ser famoso o famosa. Cristo hace famosa a esa persona que lo tiene a Él en su corazón. El Señor honra a los que le honran. Quien honra a Dios lo glorifica. Cuando la gente ve lo que haces no son tus obras lo que está viendo sino las obras de Dios, y Dios necesita que tú hagas sus obras. Para Dios es más gloria que tú seas quien resucite a un muerto a que lo resucite Jesús. Si Cristo resucita a un muerto, y bueno, es el Hijo de Dios, descendió del cielo, no cometió pecado, etc. Pero si tú resucitas a un muerto siendo quien eras, eso sí es tremendo. Dios te rescató de la basura, de la inmundicia, y te libró de la muerte. Dios te sacó de lo más profundo, y ahora, el diablo ve que estás haciendo la obra de Dios; déjame decirte que eso glorifica más a Dios que si lo hace Cristo. Y Dios quiere ser glorificado a través de tus obras. Él quiere ungirte y llenarte con el mismo poder que llenó a Jesús. El Señor quiere poder decir de ti: “Este es mi hijo amado, esta es mi hija amada, en quien tengo complacencia”.

Dios hoy te desafía y te dice: “Conmigo serás más que vencedor. Harás obras que te dejarán admirado y no serán tus obras, serán obras que yo hago en ti. No trates de demostrarme cuánto puedes hacer por mí”. En la iglesia hay mucha gente que quiere servir a Dios y me piden que los ponga en algún lugarcito a hacer cualquier cosa. ¡No, no! Dios no quiere cualquier cosa. El Señor tiene grandes proyectos para nosotros. La gloria de Dios se va a ver a través de la iglesia. No hay otra organización, no hay otra clase de seres humanos que muestren la gloria de Dios en el planeta Tierra. Por eso hay tanta bronca y tanta persecución contra nosotros.

El apóstol Pablo hablaba de las obras que él había hecho y según leemos en Romanos 15, él les dice: “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros. Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo. Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere. Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo” (Romanos 15:13 al 19).

¿Por qué se hizo famoso el apóstol Pablo? Porque Cristo obró a través de él. Es Cristo en Pablo obrando, y Pablo no tiene más que aguantar la fama. Tendrá que aguantar ser apedreado, azotado y encarcelado; porque es el que más desastre ha causado al reino de las tinieblas. Después de más de dos mil años aun lo veo al diablo temblar por las palabras que escribió Pablo, porque todavía esas palabras transforman vidas. Y es que las palabras del apóstol Pablo son palabras vivas, y esas palabras no son de él sino de Cristo; y todavía producen milagros.

Uruguay que tiene fama de ser un país muy ateo o poco religioso, necesita ver la gloria y el poder de Dios. ¡Tú tendrías que estar ungido con el poder de Dios para hacer su obra! Yo voy al interior del país y mucha gente me conoce, me ve por la calle y me saludan, aun los periodistas. ¿Qué hice yo? ¿Por qué soy famoso? Por predicar el evangelio. ¡Cuántas veces me sentí débil! Pero no importaba porque el poder de Dios estaba en mí. El apóstol Pablo dijo que había orado tres veces para que el Señor le quitara un aguijón que tenía en su carne. Y el Señor le respondió: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2ª Corintios 2:9). No importa qué tan débil seas o estés, lo importante es que creas. El que cree puede enfrentar la debilidad, el temor, la angustia, la impotencia, y vencer. ¿Habrá alguien que quiera ser ungido y lleno del poder del Espíritu Santo? ¿O pretendes primero el auto, la casa, la familia, el estudio, etc? ¿Serás capaz de poner primero a Dios? ¿Eres capaz de renunciar a tu reinito por causa del reino de Dios? ¿No será que esas cosas que no quieres soltar son solamente excusas? Quiero decirte que Dios te puede usar. Jesús eligió como discípulos a gente vulgar. Cuando los doctores de la ley los indagaron, por su lunfardo se daban cuenta que eran galileos y decían de ellos que era gente del vulgo y sin letras. No era gente preparada; era gente ungida. Personas capaces de decirles: “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios…Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”. Tenían poder y unción, y aunque los amenazaban con azotarlos si predicaban, a ellos no les importaba y no dejaron de predicar lo que habían visto y oído. ¡No había quien los parara! ¡Predicaron el evangelio y trastornaron el mundo!

CONCLUSIÓN

¿Seguirás siendo un cualquiera, haciendo lo mismo, en la misma rutina y pasando desapercibido? ¿O aceptas ser desafiado por Dios? ¡Dios necesita gente valiente!

Un joven de nuestra iglesia formaba parte de un grupo llamado ovejas negras y detestaba a los pastores y a las iglesias, y a mí me odiaba, hasta que enfrentó la muerte por causa de la droga y de la vida que llevaba. Pidió entrar a un hogar Beraca, pero dijo que no iba a permitir que le cambien su autopercepción sexual. Él sólo quería que lo ayudaran a salir de la droga pero que lo dejaran tranquilo con la identidad sexual que había elegido. Lo recibimos en uno de nuestros hogares de Beraca y lo ayudamos con el tema de la adicción; y allí comenzó a conocer el evangelio, entonces empezó a ser transformado por la palabra de Dios. Su padre le había dicho que ya no le iba a dar más dinero y que no se molestara en volver a su casa. Aunque aún tiene sus luchas como todos nosotros, sin embargo ha sido transformado. El me detestaba, pero ahora me ama. Y como trabaja cerca mío, por causa de una campaña que estamos haciendo en contra de la legalización de la ley Trans, lo llamaron a un programa periodístico, y este joven les dijo que se sentía discriminado porque el estado no ayuda a las personas que se arrepienten y quieren regenerarse y que la ley está hecha solamente para los que se quieren degenerar. También dijo que los más marginados son los que han elegido la vida Trans, pero se arrepienten y quieren volver a ser lo que eran. Y el periodista le hacía preguntas referentes al tema, pero luego le preguntó cómo iba su relación conmigo. El muchacho se extrañó por su pregunta porque era algo que nada tenía que ver con el tema que estaban tratando. Y le dijo: “Me estás preguntando cosas de mi vida íntima. Es como si yo te preguntara cómo te fue con la prostituta del video que apareció y te involucra”. Y todo eso salió al aire, aunque han dejado la nota, sin embargo, borraron esa parte de la entrevista. “Ya que me preguntaste te voy a contestar”, dijo el joven. Y agregó: “Yo al pastor Márquez lo amo. Antes lo odiaba, pero ahora lo amo. Trabajo con él y lo adopté como mi papá”.

Predicar el evangelio nos hace famosos y Uruguay y las naciones serán sacudidos por el poder de evangelio. Y esto será posible porque habrá gente ungida por el poder del Espíritu Santo. Dios quiere bautizarte y quiere llenarte con su Espíritu, y te dice: “No des un paso más sin la llenura del mi Espíritu. No hagas tu voluntad; busca hacer mi voluntad. Renuncia a ti mismo y déjame que yo tome el control de tu vida. Yo te voy a dar la victoria”.

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PODER PARA SER VENCEDOR

INTRODUCCIÓN

Te quiero hablar acerca de una verdad que encontramos en la Biblia, y ésta se refiere a que estás condenado a la victoria. ¡El Dios tuyo puede salvarte! ¡El Dios tuyo puede bendecirte! Nadie que se acerca a Dios con hambre se va con hambre; nadie que se acerca a Dios sediento se irá igual. Dios sacia la sed y da de comer a su pueblo. El Señor ha determinado que su pueblo es un pueblo victorioso, no importa cuál sea la circunstancia que su pueblo atraviese; no que será victorioso, sino que es victorioso. Y esta acción está en el tiempo presente continuo. ¡Tú estás condenado a la victoria!

Leemos en Hageo 2:18 y 19: “Meditad, pues, en vuestro corazón, desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento del templo de Jehová; meditad, pues, en vuestro corazón. ¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo ha florecido todavía; mas desde este día os bendeciré”.

¡Cree a esta palabra! La bendición comienza antes de que tú la veas. Dios había pedido que edificaran el templo, y era una época en que todavía no había semilla en el granero y tampoco la vid, la higuera ni el granado habían dado su fruto. Ni los olivos habían florecido, pero se habían propuesto acercarse a Dios y caminar con Él. ¡Decide a partir de hoy caminar con Dios! Decide amarlo a Dios más que todas las cosas. Decide tener intimidad con Dios a partir de hoy. Todo aquel que ama a Dios e intima con Él, termina haciendo su voluntad. Oro que esta palabra que recibes hoy no sólo la entiendas, sino que la creas y la atesores en tu corazón.

La Biblia señala que el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. ¡Está condenado a la bendición, y bendición eterna! Medita en este día porque este es el día que Dios manda esta palabra. Esto no es para los que no están dispuestos a caminar con Dios, no es para aquellos que no se animan porque tienen miedo a fracasar; esta palabra es para aquellos que deciden amar a Dios y no van a permitir que nada los aparte de Él. Esta palabra es para aquellos que deciden caminar en los caminos de Dios e intimar con Él. El Señor te dice hoy: “Todavía no has visto lo que es la bendición, mas desde este día yo te bendeciré”. No sé cómo está tu matrimonio, pero Dios te asegura que desde este día va a bendecir tu matrimonio. No sé cómo está tu economía ni tu empleo, pero Dios te promete bendecirte. Si eres un hombre o una mujer estéril, Dios te dice: “Desde este día voy a bendecir tu vientre. Y bendeciré tu semen, varón”.

Desde el día que echaron el cimiento Dios prometió bendecirlos. Todavía no estaba construido el templo, pero Dios que sabe todas las cosas, sabe quién caminará con Él y quien no, quien edificará su casa y quién no. ¡Dios lo sabe! Dios sabe quién tiene hoy su corazón abierto. El Señor conoce los pensamientos y los deseos más profundos de nuestro corazón. Hay quienes tienen deseos profundos de Dios, pero no ven la bendición. ¡Tú no tienes que verla! ¡Tienes que creerla! ¡El que cree verá! Jesús dijo: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?”

Hoy tienes que apoderarte de esta gran promesa. Este será un año de bendición. No sé cómo será la economía del país, o cómo serán las relaciones familiares; no sé qué circunstancias estás por enfrentar, pero tú puedes creer. Lo que vale no es lo que sientes, lo que te parece o lo que ves; lo que vale es lo que tú crees. ¿Crees o no que el Señor te está hablando? Tengo que advertirte de algunas cosas.

LA BENDICIÓN Y LA GUERRA VIENEN DE LA MANO

Leemos en Daniel 6:1 y 2: “Pareció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte sátrapas, que gobernasen en todo el reino. Y sobre ellos tres gobernadores, de los cuales Daniel era uno, a quienes estos sátrapas diesen cuenta, para que el rey no fuese perjudicado”. Daniel fue a parar a Babilonia entre los esclavos de Judá, y fue un estadista en el reino de Nabucodonosor, en el imperio de Babilonia. Pero después llegaron los medos y los persas y destruyeron Babilonia apoderándose del reino. Ahora eran los medos y los persas quienes tenían un gran imperio, tan grande que necesitaban ciento veinte gobernadores. Al rey Darío le pareció bien poner ciento veinte gobernadores y sobre ellos poner tres más entre los que se encontraba Daniel. ¡Un hijo de Dios! Daniel era un siervo de Dios, era un profeta del Señor. Tal vez pienses que los siervos de Dios están protegidos de tal manera que no atraviesan dificultades, pero te equivocas porque todos atravesamos tiempos difíciles. Y vienen tiempos difíciles, mas nosotros sonreímos porque estamos creyendo en el Dios nuestro.

Se ha levantado el infierno contra los cristianos evangélicos, a los que llaman neo-pentecostales, y suponen que no somos ciudadanos por lo que no podemos opinar de política porque somos religiosos. Quiero decirte que tú eres ciudadano y tienes tanto derecho como cualquier otro ciudadano de fungir como persona política o como quieras. ¡El derecho que tiene cualquier ciudadano de cualquier país tú también lo tienes! Hay una fuerza que se opone, aduciendo que la iglesia está separada del estado, alegando la laicidad. No sé que piensan qué es laicidad, mas en la laicidad nosotros los cristianos estamos incluidos. En un país laico tú tienes derecho de creer en lo que quieras como cualquier otro ciudadano. En la laicidad se respeta la conciencia de los otros como también se tiene que respetar nuestra conciencia.

Te vuelvo a repetir que se vienen tiempos difíciles. Yo le escribí a un pastor, un gran amigo y le dije que estábamos orando por él porque fue atacado por la prensa internacional. Una cadena de televisión muy importante de Estados Unidos lo acusó de tener mucho dinero y cuentas bancarias en Nueva York, por negocios de lavado de dinero. A mí también me han acusado de lo mismo y a nadie se le ocurrió investigar si realmente tengo cuentas en el extranjero, y sé que tampoco se molestan porque no las van a encontrar, no porque yo sea astuto sino porque nunca han existido. Entonces le mandé un mensaje a ese pastor y le dije: “El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre” (Daniel 6:16). Esto tiene que ver con lo que la Biblia relata acerca de Daniel. ¿Y qué pasó con él? Leemos en Daniel 6:3:

“Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino”. El rey puso ciento veinte sátrapas y tres sobre ellos, mas a Daniel pensó en ponerlo sobre esos tres y hacerlo el número uno después de él en el reino. Afirma la palabra de Dios que Daniel era superior a ellos porque tenía un espíritu superior. No hay espíritu que sea superior al Espíritu Santo. No hay espíritu más grande que el Espíritu Santo quien todo lo llena. Llena todo el universo y ni siquiera el universo lo puede contener. ¡El Espíritu Santo es más poderoso! ¡Es el Espíritu de Dios! ¡No hay otro espíritu mayor que el Espíritu Santo! Cualquier otro espíritu es menor. Daniel era superior porque tenía un espíritu superior; por ello había caído en gracia ante el rey Darío y tenía el favor de éste.

El rey se había hecho amigo de Daniel y lo amaba. Entonces pensó ponerlo sobre los otros tres sátrapas más importantes del reino y se ve que lo comentó delante de ellos, además creo que se le habrá escapado el comentario de que Daniel tenía un espíritu superior por lo que debía ponerlo sobre los demás porque veía algo especial en él. Y cuando pensó en levantar a Daniel, continúa diciendo la Biblia: “Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él” (Daniel 6:4).

No siempre sucede que cuando Dios te promueve y te levanta, las cosas resultan bien. Cuando Dios planea ponerte en una posición especial, no siempre, o casi nunca las cosas resultan tranquilas. Cuando Dios quiere promoverte ya comienzan a suceder cosas que los demás ven. Cuando en el reino ven que Daniel comienza a ser levantado una vez más, y por sobre todos los principales, entonces surgió la envidia y el rencor, y buscaban ocasión para acusarlo. Tu promoción y tu bendición desatan guerra y oposición contra ti. Si crees en Dios y has decidido caminar con Él, y si lo amas y quieres hacer su voluntad, la promoción y la bendición vendrán por más que haya oposición y guerra. No siempre la oposición y la guerra es señal de que vas a fracasar, sino de que vas a vencer. La bendición y la guerra vienen de la mano. Toda promoción de Dios provoca reacción contraria en el mundo espiritual. Cuando viene la promoción sobre ti, los demonios lo ven. Desde que naciste, los demonios están ideando lavarte el cerebro, buscan tus debilidades para ver cómo hacerte fracasar y destruirte, entonces te infiltran deseos y pensamientos que dirigen tu vida en una dirección equivocada. Pero cuando tú te acercas a Dios y caminas con Él, cuando te alumbra su luz, tu mente es transformada y comienzas a pensar contrariamente a lo que los demonios están fraguando. Trabajan para que vayas en determinada dirección haciendo mil esfuerzos durante toda tu vida, tratando de desviarte del propósito de Dios, pero de pronto ven que tú tomas otra dirección y se agarran la cabeza. Y es que cuando sucede así es Dios que te está guiando a la promoción y a la victoria. No todo lo que está mal, está mal. Entonces tú te desesperas y dices: “Justo ahora que estaba orando más”, “justo ahora que me decidí a hacer la voluntad de Dios”. Justamente por eso, porque desbarataste los planes que los demonios tenían contigo.

LA VICTORIA VIENE DESPUÉS DE LA GUERRA

Dios no va a promover a cualquiera: Dios va a promover a los que le aman y guardan sus mandamientos. El Señor levantará en alto a quienes han puesto en su corazón la palabra de Dios y deciden hacer su voluntad. Nadie que decida caminar con Dios pasará inadvertido ante las fuerzas de las tinieblas. ¡Serás conocido en el infierno!

Recuerdo cuando llegué a Uruguay. Llegó a la iglesia un joven muy endemoniado y cuando terminó el culto se manifestó, y el demonio por la boca del joven comenzó a decir: “Este es mío. Sus padres lo abandonaron y yo lo pedí, y me ha sido dado. Y lo voy a matar”. Y agregó: “Hoy hay guerra acá”. Le pregunté quién era y respondió: “Soy un principado”. Sin temor le dije: “Te ordeno en el nombre de Jesús que lo dejes. ¡Te vas ahora, en el nombre de Jesús!” El demonio me dijo por la boca del muchacho: “A las doce de la noche va a correr sangre acá”. Yo miro la hora y eran las once y poco y pensé: “¡Voy a tener que estar luchando una hora con este y encima va a correr sangre!” Luché hasta el agotamiento echando fuera el demonio y éste se reía de mí y en tono burlesco me decía: “No puedes conmigo. No voy a dejarlo. Lo voy a matar”.

Nuestras reuniones las hacíamos en un cine en el segundo piso y bajando las escaleras enseguida salíamos a la calle. Entonces el demonio me dijo: “Ahora voy a hacer que salga corriendo y que se arroje delante de un auto y nadie me va a detener”. A esas alturas de la noche yo ya no tenía fuerzas para frenarlo y en un momento de descuido, el joven salió corriendo escaleras abajo, y lo único que atiné a decir, ya sin aliento y sin fuerzas, fue: “Padre, envía a tus ángeles y detenlo”. Entonces el muchacho bajó corriendo, abrió la puerta y la volvió a cerrar. Yo me gocé porque entendí que había ángeles allí. Entonces bajé y comencé a ordenarle al demonio: “¡Suéltalo! ¡Te vas en el nombre de Jesús!” Y al demonio que se burlaba y me confrontaba; a ese que me había dicho que lo iba a matar, le dije: “No pudiste salir a la calle”. A lo que me respondió: “Vos no ves nada”. “¡Yo no veo nada, pero le pedí a Dios que pusiera ángeles en la puerta! ¡Yo no puedo ver pero creo!” Y sollozando, el demonio me dijo: “Dajame este a mí. No seas malo”. Y de pronto dijo una frase que nunca olvidé: “Dame este, vos vas a tener miles”. Yo hacía un año que estaba en Uruguay y no sabía qué tan grande sería la iglesia, tampoco sabía a dónde íbamos a llegar, y un demonio me estaba diciendo: “Dejame este porque vos vas a tener miles”. Yo me maravillé y pensé: “¡Este demonio sabe quién soy yo!” ¡Soy conocido en el infierno! Ni yo sabía quién era yo. Me quedé sorprendido, y es que no hay que creerle a un demonio, pero te topas con uno que desesperado te pide que le dejes a esa persona sola porque vos vas a tener miles. El demonio se achicó y yo me agrandé, entonces con más ímpetu le ordené: “¡Lo sueltas! ¡Te vas! ¡Ni éste ni los otros! ¡No te dejo ninguno!”

¿Tú eres conocido en el infierno? La luz que tienes en tu vida, por más pequeña que sea, no pasa desapercibida a los demonios del infierno. Pero tengo que darte una mala noticia: los demonios te odian. ¿Por qué si yo no hago mal? ¿Por qué un cristiano tiene que pasar por estas cosas? Porque simplemente cuando tú amas a Dios, caminas con Él y haces su voluntad, haces estremecer las estructuras del infierno. Todavía no se veía quién iba a ser yo, pero los demonios ya sabían que Dios me había traído a Uruguay a despojarlos. Hubo veces, en que llorando le decía a Dios: “¿Fuiste tú quien me mandó a Uruguay? ¿Es tu voluntad que yo esté aquí?” Me asaltaban las dudas. Pero, poco a poco se fue afirmando en mí, la idea de que yo era un hombre escogido por Dios para bendecir al Uruguay.

Se enfurecen contra ti los demonios y muchas personas, ¿por qué? Porque has decidido hacer la voluntad de Dios. Has decidido caminar con Dios; que la voluntad de Dios es tu voluntad, y has decidido que ninguna otra cosa será más importante que tu Dios y su voluntad. Tus más grandes guerras vendrán de tus mejores victorias espirituales. No me equivoco al decir esto. Digamos que la victoria viene después de la guerra; si ganaste obtienes la victoria. Pero yo te repito que tus más grandes guerras vendrán de tus mejores victorias espirituales. Por ejemplo, cuando David mató a Goliat. Nadie se animaba a pelear contra Goliat porque todos le temían, pero David dijo que lo iba a vencer. Y cuando se le enfrentó, dijo: “Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado” (1ª Samuel 17:45). Toda guerra básicamente es espiritual. Todo problema en la familia básicamente es espiritual, en el matrimonio, con tus hijos; todo problema que tienes con tu pastor es básicamente espiritual. Cualquier problema que tengas con algún hermano de la iglesia es básicamente espiritual. Y toda verdad es paralela. Toda situación visible en el mundo visible tiene un paralelo en el mundo invisible y yo debo poder ver qué sucede en el mundo invisible para obtener la victoria en el mundo visible. David ya tenía la victoria antes de pelear contra Goliat. Le dijo que le cortaría la cabeza y ni siquiera tenía espada. ¡Y lo venció! Fue una guerra que ganó solito, cuando había todo un ejército que no se animaba a enfrentar a Goliat.

Ese día hubo victoria, alegría y jubilo, pero también ese día comenzaron los problemas. Saúl miró la victoria de David con malos ojos. Así dice la Biblia en 1ª Samuel 18: “Aconteció que cuando volvían ellos, cuando David volvió de matar al filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música. Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles. Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David”.

Varias veces Saúl intentó matar a David y éste andaba huyendo, escondiéndose en cuevas, en lugares desérticos y secos. La victoria llevó a David a una nueva guerra peor que la que libró con Goliat. Ahora la lucha era contra un hermano, el rey, el ungido de Jehová. De Goliat decía que era un incircunciso orgulloso que se atrevía a desafiar a las huestes celestiales de Jehová de los ejércitos, pero de Saúl no podía decir nada, ni siquiera se atrevía a alzar su mano contra él. Toda victoria te llevará a una nueva guerra y en esos momentos necesitarás caminar con Dios. Tus más grandes guerras vendrán de tus mejores victorias espirituales. No se trataba de la guerra que él había ganado al derrotar a Goliat sino la que vino después de la victoria. Dios te dice: “Si me amas, si caminas conmigo, si amas mi voluntad, yo he determinado que tú eres victorioso. Tú vivirás de victoria en victoria. No será una guerra, serán muchas, mas en todas saldrás victorioso”.

CONCLUSIÓN        

Tu meta debe ser la victoria en cada guerra. Tienes que identificar y establecer bien tu meta. Los que no obtienen victorias son los que no saben a dónde van. Dios no va a descuidar a aquellos que lo aman y les va a mostrar su voluntad. Debes creer que Dios ya ha determinado la victoria para ti, no importa qué tan grande sea la dificultad. Tu seguro está en tu inexorable relación de amor y obediencia a Dios. Si quieres victoria no clames por victoria; sólo ama a Dios y obedécelo. Tu seguridad está en caminar con Dios, en amarlo y amar su voluntad. Y la voluntad de Dios a veces es muy difícil. Jesús oró al Padre: “Si es posible pasa de mí esta copa”. Tus victorias no vienen de ti; vienen de tu fe y de tu amor a Dios. Cualquier dificultad que se te presente en la vida y veas que es muy difícil, quiero decirte que esa guerra no te la mandó el diablo; Dios la ha puesto delante de ti y tienes que demostrar que eres victorioso. Tu fe te sacará adelante. Tu amor a Dios te sacará adelante. Ora con fe y sigue creyendo en la victoria. Dios no ha diseñado derrota para sus hijos. Si eres cristiano, tú tienes la victoria de tu lado. Tus victorias no tienen raíces en tus fuerzas ni en tu sagacidad; tus victorias tienen raíces en el poder, el amor y la misericordia de Dios por ti. ¡Eres victorioso porque tu Dios te ama! El Señor tiene misericordia de ti. Eres una persona victoriosa porque Dios es victorioso y te lleva a la victoria. Dios no quiere ver a sus hijos fracasados, pero anhela ver a sus hijos pelear la buena batalla de la fe y decirle a la montaña que se desarraigue del lugar y se plante en el mar.

Leemos en Daniel 6:20: “Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?” El rey Darío no quería que Daniel muriera. Los que lo odiaban trabajaron incansablemente para que el rey firmara un decreto, el cual decía que todo aquel que adorara a algún dios y le hiciera petición durante un lapso determinado tenía que ser echado en el foso de los leones.

A los leones no se los alimentaba, por lo que se ponían agresivos y cuando arrojaban a alguien al foso despedazaban a la persona en segundos. El rey Darío amaba a Daniel y luchó hasta la noche para librarlo de la muerte, pero no pudo porque él mismo había firmado el decreto, y la ley de Media y de Persia señalan que si el rey firma un decreto ya no podía volver atrás. Pero Daniel amaba a Dios, y por causa del decreto tenía que dejar de postrarse delante de su Dios, mas él no estaba dispuesto a ponerse bajo la ley humana para dejar de lado la ley divina.

A mí me han hecho una entrevista para una emisora importante y me preguntaron: “¿Usted está de acuerdo con eso de que la ley de Dios está por encima de la ley de la democracia?” Yo les respondí: “Cuando la ley declaraba que el aborto era un delito y los que estaban a favor del aborto luchaban contra esa ley, lo hacían en contra de una ley de la democracia porque sus convicciones son superiores a las leyes existentes”. Todos operamos de acuerdo a nuestras convicciones más profundas. Nosotros estamos de acuerdo con lo que Dios dice; amamos la vida y creemos en la ley divina, cuando dice: No matarás. Vamos a luchar contra a voluntad de quien sea, vamos a orar a Dios y vamos a vencer. La ley decía que Daniel no se podía arrodillar delante de su Dios, pero su costumbre era orar tres veces al día delante de Dios y lo hacía con las puertas y ventanas abiertas. Por lo que decidió que no iba a dejar de adorar a Dios pese a la ley, porque para él era más importante Dios, que la ley de los hombres. Y lo vieron, y lo acusaron. El rey se dio cuenta de lo que planeaban los sátrapas y lo quiso librar, pero no pudo; hasta que finalmente echaron a Daniel al foso de los leones…

Con el hambre que tenían los leones, sin embargo, no tocaron a Daniel. Yo digo que justo ese día, los leones habían declarado día de ayuno. ¡No pudieron comerse a Daniel! Dice la Biblia en Daniel 6:19 en adelante: “El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones. Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?” El Dios tuyo, a quien continuamente sirves, ¿podrá librarte? ¡Claro que puede librarte! ¡Él es Dios! No estás creyendo en un dios de palo o en un dios muerto; no estás creyendo en un dios que yace colgado en una cruz. ¡Estás creyendo en un Dios vivo! “Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo”.

Es más importante que Dios te declare inocente a que un jurado humano te declare inocente. Se espera que tú seas inocente delante de Dios. Yo amo a Dios, guardo sus mandamientos, amo la voluntad de Dios, el Señor camina conmigo y yo camino con Él, y sé que Dios me va a librar de la boca de los leones. El que se levante contra ti, delante de ti caerá. Si no eres inocente, estás en problemas, pero hay un juez justo que tiene una particularidad y es que si tú te acercas arrepentido delante de Él y le dices que has pecado y te arrepientes, Él es un juez misericordioso y maravilloso. Él te puede perdonar y te puede librar; Él te hace inocente en un instante. Dios puede librarte del problema más grande de pecado que enfrentas, porque cuando Dios perdona, te declara inocente. Limpia todos tus antecedentes que te condenan, defiende tu causa y les tapa la boca a los leones.

Decide hoy hacer un pacto con Dios y dile: “Señor, yo te amo y decido, a partir de hoy, caminar contigo y hacer tu voluntad. Perdóname y límpiame, Jesús. No tengas en cuenta mis pecados, Señor. Yo creo que tú me has declarado inocente delante de ti y que me libras de los que me odian, en el nombre de Jesús, amén”.

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PODER PARA SER VENCEDOR

INTRODUCCIÓN

Leemos en Oseas 13:4 y 9: “Mas yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; no conocerás, pues, otro dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí…Te perdiste, oh Israel, más en mí está tu ayuda”.

La salvación que viene de Dios, viene del Dios que nos enseña el camino de la verdad, que es el camino correcto. “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento” dijo Dios por medio del profeta en Oseas 4:6. No es que Dios no hizo nada; el Señor envió su palabra para que la conozcas y camines en ella y sepas cuál es el camino de la bendición y de la paz. Lamentablemente hay mucha gente que no lo encuentra, o cuando lo encuentra lo desecha, no lo cree, lo mira con desprecio; pero más lamentable es que muchos creyentes, conociendo la verdad, no la aprecian como debe ser para que tengan vidas bendecidas.

Una mujer cristiana me contó que de noche se le aparecen unas sombras negras y eso la aterra. Muchas veces estamos en caminos de temores, angustias, soledades, impotencias, cuando Dios quiere que nos sustentemos en la verdad para estar bien, en paz, para sentirnos fuertes y seguros y para caminar por el rumbo correcto. Hoy en día la sociedad está confundida acerca de la verdad. Debo decirte que hay un solo lugar en el mundo donde puedes conocer la verdad; y la verdad no se compra en ningún lado, ni en las farmacias, ni en las universidades o bibliotecas. La verdad habita en la iglesia. Si tú eres cristiano, debo enfatizarte que la verdad está en ti. ¡Tú eres el lugar que Dios ha elegido para guardad la verdad! Fuera de la iglesia hay mentira y engaño.

LA VERDAD VIVE

Estamos viviendo un tiempo de mucha confusión, donde a lo bueno se le dice malo y a lo malo se le dice bueno; donde a lo dulce se le dice amargo y a lo amargo, dulce. Y nuestros niños y adolescentes, y aun los adultos viven confundidos, sin entender ni saber cuál es la verdad y dónde está. Pilato le preguntó a Jesús: “¿Y qué es la verdad?” Andan confundidos porque no conocen la verdad, por falta de revelación de Dios. La verdad es revelada por Dios a los que le aman y le buscan de corazón. ¡Los que le buscan de corazón no se equivocan! Tienes que saber que la verdad es viva; es un espíritu que vive. La verdad no es una palabra.

¿De qué manera la gente está confundida? Hay cosas que antes parecían simples, no teníamos que saber tanto de biología para entender qué es un hombre y qué es una mujer. Nunca tuve duda si soy hombre o soy mujer porque desde pequeño aprendí la verdad, y la verdad es sencilla. Hoy en día tenemos que exponer la genética y la biología para hacerle comprender a la gente que existen sólo dos sexos; lo que para mí es sencillo porque creo en Dios y en su palabra. Yo creo que la palabra de Dios es su verdad. ¡No hay verdad fuera de la palabra de Dios! Como creo en su palabra, voy al libro de Génesis y leo: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:27).

Es fácil ver el propósito de Dios al hacer al hombre y a la mujer. “De la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne…” (Génesis 2: 22 y 23). Dios no quería que el hombre fuera machista y golpeador, sino que apreciara y amara la mujer que le dio. Y en esto había propósito porque la procreación de la raza humana, la multiplicación de la especie estaba ligada al hecho de que Dios creara al hombre y a la mujer. Hoy nos quieren hacer creer que no hace falta un hombre para procrear; es que no quieren que vengan más niños al mundo. Hoy prefieren abortar a los hijos, los cuales la Biblia señala que son una bendición. Es fácil apreciar el fruto del vientre si le crees a la palabra de Dios y haces oído sordo a cualquier otra versión. Aunque el hombre tergiversa el plan de Dios. Cuando proponen el placer sexual entre dos mujeres, yo me pregunto cuál es el propósito, y van a alegar que es el placer de creer y practicar lo que se me da la gana. Pero en el placer no hay futuro ni propósito; hay sólo un goce momentáneo, y hay enfermedad y muerte, sumado a la amargura, a la soledad y a la falta de amor. Porque hay lugar donde el amor no quiere entrar, al menos, el amor de Dios.

Vitit Muntarbhorn, fue contratado durante un período de tiempo, como vocero LGBT de la ONU. La sigla LGBT, para quienes no saben, significa: lesbiana, gay, bisexual y transgénero. Toda esta inmundicia se enseña en todas las naciones y se está presionando para que llegue a ser un derecho por sobre todos los demás derechos. Las declaraciones de este vocero señalan que: “Hay algunos derechos absolutos y otros que no lo son” y defendió que: “la libertad de expresión y la libertad religiosa no son derechos absolutos y podrán ser limitados si es necesario”. En el año 1948, después de la segunda guerra mundial se formó la ONU y se suscribió la carta universal de los derechos humanos, ya que después de la guerra, se pusieron a reflexionar cuánta maldad había en la humanidad. En la segunda guerra mundial ocurrieron cosas horrendas y las naciones decidieron no volverlas a vivir nunca más, así que se establecieron normas fuertes para no llegar nunca a una tercera guerra mundial. Comenzaron a darse cuenta de algo muy importante, que existe la dignidad del ser humano, y descubrieron que los que pertenecemos a la especie humana tenemos una dignidad intrínseca, lo que significa que está dentro de nosotros, que viene con nosotros y tiene que ver con esa naturaleza que tenemos de individuos de la especie humana. Eso es algo que traemos desde que existe el hombre y existe en nosotros antes que las normas y leyes de las naciones. Entonces, esa carta reconoce la existencia de la dignidad humana; reconoce también que las personas pueden ser llevadas presas, aunque su conciencia jamás será apresada. Por lo tanto, reconoce la existencia de la libertad de nuestra conciencia y el derecho de actuar conforme a esta. Reconoce el derecho de expresarnos conforme a lo que pensamos y creemos, por lo que surge la libertad religiosa y una serie de derechos llamados derechos humanos universales, bajo la categoría de inalienables, intransferibles y personales. No importa de qué raza es el individuo ni de que nación; no importa el color de la piel. ¡Tú tienes derechos! ¡Los niños tienen derechos!

Pero aparece este hombre diciendo que hay derechos que son absolutos y otros que no lo son. Habíamos construido la sociedad sobre ese fundamento, creyendo que la libertad de culto o religiosa es un derecho fundamental, pero ahora piden que nosotros cedamos nuestra fe para que otros derechos que están inventando puedan expresarse, y esos sí son absolutos; pero el derecho a creer no es absoluto. Según él, no vas a poder hablar ni expresar lo que piensas; tendrás que pensar y decir de acuerdo a lo que otro se auto percibe. Si yo veo un hombre vestido de mujer, pero sé que es un hombre, aunque me metan preso y me maten seguiré creyendo y diciendo que es un hombre disfrazado de mujer. A todos los que me obligan a creer que es una mujer porque esa persona así se auto percibe, les digo: ¡Tu abuela! ¡Yo seguiré parado en la verdad! ¡No voy a creer mentiras ni a confesar mentiras! Estamos enfrentando una guerra tal, donde la libertad de expresión se está coartando. Yo auto percibo que sigue siendo un hombre disfrazado de mujer, y eso no tiene valor. Es más, puedo ir preso. Y si la otra persona se auto percibe como mujer siendo hombre, para no ofenderla, debo decir que eso es correcto.

Con eso nos están diciendo: “Miren que no van a poder basarse en la fe que tienen ni en los derechos que han ejercido hasta ahora. Porque nosotros, los amos de mundo, estamos cambiando lo bueno por lo malo y lo malo por lo bueno, lo dulce por amargo y lo amargo por dulce”. Ya no se sabe qué es el matrimonio o la identidad sexual, entre otras cosas. Y la pregunta es entonces: ¿Dónde está la verdad y cuál es la verdad? Este tipo de imposiciones se van llevando a cada una de las naciones, cosas como que los derechos de expresión y de libertad religiosa podrán ser limitados si es necesario. Que sea limitado significa que no podrás creer en lo que crees y tendrás que creer y aceptar lo que te impongan. Y esto viene de la ONU.

Yo quiero hacerte reflexionar hoy y te pregunto: ¿Crees en Jesucristo? ¿Crees que de Él mana la verdad? ¿Crees que Jesucristo es fiel y verdadero? La palabra del Señor es Espíritu y es vida. Jesús dijo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasaran” (Mateo 24:35) ¿Crees en Cristo? ¿Estás seguro que crees en Él? Porque serás probado, serás probada para ver si crees o no. El mundo arremete contra la palabra de Dios y contra nuestra fe.

COMPRA LA VERDAD

Leemos en Proverbios 23:23: “Compra la verdad, y no la vendas…” Muchos venden con facilidad la verdad; creen conveniente cambiar o tergiversar la verdad y evaden la verdad por alguna cuestión de conveniencia. Y los que más se han adherido a esa corriente son los políticos, al utilizar el método de lo políticamente conveniente. O sea que hoy te digo una cosa y mañana te digo otra; y aparecen como grandes señores, muchos de ellos muy admirados, entre ellos el Pepe Mujica, a quien se le ha escuchado decir: “Así como te digo una cosa, te digo otra”. ¡Y todos lo aplauden!

Con esto señala que hoy te puede decir una cosa como una verdad, pero mañana puede ser otra, la verdad. El mundo cree que la verdad se puede torcer, pero no, la verdad no se tuerce. La verdad seguirá siendo la verdad. La verdad es eterna. Jesús enfatizó: “El cielo y la tierra pasaran pero mis palabras no pasaran”.

Viene a mi memoria el presidente argentino Mauricio Macri, quien declaró antes de llegar a la presidencia, que iba a defender la vida y que su posición era contraria al aborto; hoy, por las presiones internacionales está haciendo todo para legalizar el aborto en Argentina. ¡Hoy en día ya no se sabe en quién confiar! ¿Quién puede caminar seguro y estar tranquilo? Aquel que ha confiado en la verdad y camina en ella, aunque todos digan que lo que cree no es verdad, y aun así sigue caminando en la verdad de Jesucristo. Compra la verdad, y no la vendas. No la tergiverses ni la cambies por cuestión de conveniencia.

El salmista, en el Salmo 119:30 declaró: “Escogí el camino de la verdad…” La verdad es un camino. Tener la verdad, abrazarla y amarla significa caminar en una dirección. No tenerla en cuenta, no apreciarla, considerar que no es tan importante y que es mejor una mentirita de vez en cuando, es despreciar el camino de la verdad. ¡Dios detesta la mentira!

“Escogí el camino de la verdad; he puesto tus juicios delante de mí”. Los juicios son la ley de Dios, sus preceptos, sus dichos, sus palabras. Ignorar la verdad es ignorar el camino. Hay términos que están trenzados tan íntimamente y no podemos tomar por separado unos de otros. Si hablamos del verdadero camino, hacemos referencia al camino de la verdad. Si hablamos de la verdad, hablamos de un camino; no puedo separar el verdadero camino por el que debo caminar que es el de la verdad.

Son muchos los cristianos que no están aferrados a la verdad, tienen miedo de defender la verdad, y sienten vergüenza de exponer la verdad. Si amas la palabra de Dios, ¿por qué sientes vergüenza a la hora de predicarle a una persona? ¿Dónde queda la verdad cuando decides omitirla para no quedar mal con algún pariente por lo que no le predicas el evangelio? Prefieres mantener una buena relación con esa persona, aunque se vaya al infierno. Para levantar la bandera de la verdad necesitas ser valiente y pagar el precio; y hay un mundo y hay un infierno que se oponen a que camines en la verdad y la levantes en alto. No te pierdas en el camino, aférrate a la verdad. Aunque a veces no entendemos que podemos esgrimir un versículo de la Biblia que hiere a la otra persona. Tú puedes usar un versículo bíblico y herir a alguien, puedes usar un versículo bíblico y provocar en la persona una gran tristeza o una depresión profunda. La palabra de Dios es viva, no solo es letra muerta, es la que Dios te manda; no es la que tú eliges. La verdadera palabra de Dios es la que Él te da en un momento específico, para una circunstancia específica, en el tiempo específico; y la envía especialmente para ti, y esa palabra te da vida. “…las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”, dijo Jesús (Juan 6:63).

Estamos uniendo determinadas cosas que no deben tomarse por separado, por eso decimos que la verdad habita en personas. Las personas son vivas y la verdad es viva. Dios no hace habitar la verdad en un reglamento, en un papel ni en una pared de un templo; Dios hace habitar la verdad en personas vivas, en el corazón de aquellos que le aman. Y dice la Biblia que la iglesia es columna y baluarte de la verdad (1° Timoteo 3:15). Si el mundo necesita la verdad, tendrá que oírla de la iglesia. Si hay un lugar donde se puede encontrar la verdad es en la iglesia. Si hay un lugar donde Dios ha revelado la verdad es en la iglesia. Por tanto, se necesitan creyentes valientes, osados, llenos de amor, de fe y de poder porque el mundo entero se opone a nosotros, mas con nosotros está el Todopoderoso.

Dije que la verdad tiene que ver con camino, tiene que ver con palabra, pero no cualquier palabra. Notemos lo que dice Juan en el capítulo 1, versículo 1: “En el principio era la palabra, y la palabra era con Dios, y la palabra era Dios”. ¡No es cualquier palabra! También dice Juan en el capítulo 1, versículo 14: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. Leemos asimismo en Juan 1:3 “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”  y el apóstol Pablo en Colosenses 1:17 afirma: “Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten”. ¿En dónde reside el poder del evangelio? Reside en la palabra que es Cristo. Todo el universo fue hecho por esa palabra, de tal manera que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. El origen de todas las cosas está en la verdad; el origen de todas las cosas está en Cristo, y Cristo es el verbo de Dios, es la palabra de Dios. No está en cualquier lado la palabra de Dios; no está en cualquier lado la verdad de Dios. La verdad de Dios habita en el corazón de los que le han abrazado y le creen. Y esa palabra que sustenta el universo y que mantiene la vida que ha sido creada por Él, es la palabra que te debe sustentar a ti en cada paso que das en tu vida al tomar decisiones. No tengas miedo a equivocarte. Ama a Dios con todo tu corazón, acércate a Él, haz un pacto firme con el Señor, créele a Él. Aférrate a su palabra, resiste la vergüenza, la timidez o cualquier otra cosa negativa, pero plántate firme en la palabra de Dios.

CONCLUSIÓN

Dios manda su palabra para renovar a su iglesia y para prepararla para la gran persecución que ya se ha desatado. La iglesia está señalada como enemiga de los nuevos derechos. Somos enemigos por cuanto la iglesia enseña que sólo hay hombre y mujer, porque enseña que sólo puede existir matrimonio entre un hombre y una mujer. Somos enemigos porque señalamos que somos los responsables de criar y educar a nuestros niños, cuando las nuevas corrientes ideológicas dicen que el estado es quien tiene que enseñarles aun en contra de la opinión de los padres. ¡La verdad ha sido tergiversada! Ya se ha legalizado el aborto porque se considera conveniencia, porque es conveniente para que hombres y mujeres puedan tener sexo sin compromiso paterno y materno. Ni siquiera quieren traer hijos al mundo y dárselos a matrimonios que lloran por tener hijos. ¡Solo los quieren matar abortándolos!

La verdad, no solo está viva, sino que está en nosotros. Tenemos una gran responsabilidad delante de Dios. ¡La verdad vive! La quisieron matar, pero no pudieron, se la quisieron sacar de encima, pero la verdad vive. ¡La verdad resucitó al tercer día! La verdad tiene vida eterna. Ni siquiera el planeta tiene vida eterna, tampoco el sol ni la luna, pero la verdad tiene vida eterna, y esa verdad dijo: “Que te conozcan a ti, el único Dios verdadero…” (Juan 17:3). Es importante que te empoderes con la verdad y que estés seguro, que estés segura de que la verdad habita en ti; que tú no tomas decisiones por tu cuenta, tampoco haces lo que sientes o te parece. Tú haces lo que Cristo quiere que hagas. Tú amas a Cristo, tú amas su voluntad, tú amas su palabra.

Jesús declaró: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6). Si tú tienes a Cristo no estás en el camino equivocado porque Él es el camino, no estás caminando por caminos de engaño ni de error porque Jesús es la verdad. Lo hablo con total autoridad porque he predicado por veintiocho años en Uruguay y lo he practicado, por lo que te puedo decir que es bueno, vale la pena pagar cualquier precio porque me importa saber que estoy en el camino correcto, en el que Dios me puso. Yo he probado la verdad y la he predicado, y he visto matrimonios restaurados, personas que habían perdido casa, familia, hijos, y lo han recuperado todo.

Nos han invitado a participar del aniversario de nuestra iglesia de la ciudad de Maldonado ya que cumplió diez años desde que llegamos a esa ciudad; entonces, pedí que pasaran adelante los diáconos de la iglesia para orar por ellos, todos ellos fueron sinvergüenzas. Uno había prostituido a su propia esposa, otro había iniciado a su propia hermana en la prostitución. Por ahí otro había estado involucrado en el mundo de las drogas, creo que ninguno había tenido una vida que valiera la pena; estarían muertos o presos, pero ahora son encargados de hogares de Beraca, son líderes, están casados, aman la vida, aman a Dios, aman su familia. Antes andaban equivocados, no sabían dónde estaba la verdad, pero la encontraron y esa verdad les hizo libres. Jesús dijo: “…conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32). ¡Que feliz soy de predicar el evangelio! El mejor aporte que se le puede dar a la humanidad es enseñarle la palabra de Dios y darle la esperanza de una verdad viva. La fe viene de la verdad viva.

La palabra de Dios es nuestro alimento. En el salmo 37: 3 leemos lo que dijo el salmista: “Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad”. Significa que comerás de la verdad. Tu sustento es la verdad. Jesús, la palabra viva de Dios, encarnada, el camino y la vida dijo: “Yo soy el pan que descendió del cielo”. Tú necesitas recibir palabra de Dios cada día porque esa es tu comida. Cuando no comes bien te debilitas y te faltan fuerzas, necesitas el sustento diario. Al declarar Jesús: “Yo soy el pan que descendió del cielo”, te está diciendo: “Me necesitas comer a mi cada día”. Al momento de celebrar la santa cena les dijo a los discípulos: “Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida” (Juan 6:55). Sucedió en el desierto que Dios mandó maná del cielo al pueblo de Israel todos los días, pero les había prohibido juntar maná para el día siguiente, les dijo que no recogieran más de lo que necesitaban para cada día. Pero algunos juntaron más de lo que debían y lo guardaron para el día siguiente por si Dios fallaba. ¡Se les llenó de gusanos! Porque Dios los había metido en la prueba de creer que cada día Él se iba a acordar de ellos y les iba a dar de comer el maná. Jesús dijo: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo” (Juan 6:51). El Señor ha sustentado mi vida y la de mi familia; ha hecho cosas maravillosas.

Conozco dos jóvenes que eran drogadictos, se alcoholizaban, eran mentirosos. Uno de ellos se encerraba con un amigo a drogarse y sintonizaban la radio El Espectador en el horario en que estábamos nosotros, y escuchaban mis mensajes Y drogados exclamaban: “¡Aleluya hermano!” burlándose de mí. Escucha que te escucha, un día cayó en la iglesia. Un día me dijo: “¡Vos sos mi papá!” Ese que un día me dijo: “Estoy enamorado de tu hija”. Y un día, se casó con mi hija mayor. Las veces que le prediqué ahí en su dormitorio mientras se drogaba con un amigo, la verdad que lo transformó y lo hizo mi yerno. Mi otro yerno era igual o peor, mas hoy es pastor de la iglesia y diputado nacional. Puedo decirte con total autoridad que yo he probado la verdad y te aseguro que es buena. No sé qué tantas dudas tienes o en qué inseguridades andas, pero si quieres que te vaya como a mí, yo te recomiendo que no sueltes a Jesucristo. El evangelio es el tesoro de Dios para nosotros.

Tal vez tengas que decirle al Señor: “Perdóname, yo soy uno que despreció la verdad y no me fue bien. Hoy sufro de inseguridades y tristeza y sé que es por causa de mi rebelión. Hoy Señor, hago pacto contigo y no voy a retroceder nunca más. Venga a mi tu vida y tu verdad, te lo pido en el nombre de Jesús, amén”.

¡Sé libre en esta hora! Jesús hoy te dice: “Conoceréis la verdad y la verdad te hará libre”. Esa verdad es Cristo que quiere habitar en tu corazón.

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PODER PARA SER VENCEDOR

INTRODUCCIÓN

Jesús declaró que Dios aborrece la mentira. El problema radica en que, cuando tenemos que elegir entre la verdad y la mentira, puede ser que elijamos la mentira aun sin darnos cuenta, por falta de conocimiento. La Biblia dice en Oseas 4:6: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento…” Cuando no tienes conocimiento de Dios, otras cosas te guían; cuando no tienes conocimiento de Dios, no tienes la verdad. La verdad es lo que Dios te revela cada día para vivir, mostrándote lo que tienes que decir y hacer. En otras palabras, la verdad marca rumbos. La civilización occidental en la que hemos nacido y nos hemos criado es la más desarrollada del mundo, y hay muchas civilizaciones. Las mujeres debieran darle gracias a Dios por haber nacido en la civilización occidental, llamada también, occidental y cristiana en las que gozan de muchos privilegios que otras mujeres no tienen. Pero les quieren meter en la cabeza que maten a los machos, les exigen que aborten, que no se casen. Las mujeres occidentales han nacido en una civilización que más derechos y libertades les han reconocido. Decimos que es una civilización occidental y cristiana porque sus fundamentos se basan en la verdad de Dios, y la verdad es el fundamento de la vida.

Jesús dijo: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca” (Mateo 7:24). La verdad es el fundamento de la familia y de la vida personal; la verdad es el fundamento del gobierno y de una civilización. Las mujeres occidentales pueden salir a caminar con sus esposos, comer a la mesa con ellos, cosa que en otras civilizaciones está prohibido. En otras civilizaciones las llegan a matar por adulterio; las laceran, las azotan, o las abortan por el solo hecho de ser mujer como ha sucedido en China. Los hombres que hemos nacido en la civilización occidental, los que somos esposos, hemos comprendido que la mujer debe ser amada como nuestros propios cuerpos, y que debemos amar a nuestra esposa como Cristo ama a la iglesia. No es necesario que te hagas feminista porque nosotros entendemos que debemos considerar a las mujeres como un vaso frágil y cuidarlas. ¡Mujeres, conozcan la verdad! ¡No se dejen engañar por mentiras! No hagan caso cuando una feminista violenta las incita a matar a los machos. Yo soy muy feliz de tener a mi esposa y la amo, amo las hijas que Dios me ha dado y a mis nietas.

La civilización occidental se fundó sobre fundamento firme, estable e inamovible. Significa que las raíces de esta civilización está en la cultura judeo-cristiana. Se fundamentó en las verdades de Dios para ser más claro. Las constituciones de nuestras naciones tienen conceptos y principios para el matrimonio, la familia, la crianza de los hijos, que están enraizados en la palabra de Dios. Y los que no creen en Dios odian la iglesia porque la iglesia enseña estas cosas. Los liberales gritan: “Iglesia basura, vos sos la dictadura”. Odian a Dios, odian la palabra de Dios; odian lo que Dios enseña y por ende están en contra de todos los fundamentos de esta civilización.

Como arquitecto sé muy bien lo que es un fundamento. A la hora de construir un edificio más vale que el fundamento sea estable. Y yo quiero decirte que la verdad es estable, no se modifica; la verdad es eterna. ¡Dios es veraz! Jesucristo declaró: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”. Cuando Jesús declaró que es el camino y la verdad, significa que la verdad marca rumbos. Leemos en Proverbios 23:23: “Compra la verdad, y no la vendas…”

LA VERDAD MARCA RUMBOS

¡Vive en la verdad! ¡Asegúrate en la verdad! La verdad es la palabra de Dios; y la palabra de Dios es Cristo. Leemos en Juan 1:14: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros…” ¡Jesucristo es la palabra viva de Dios! ¡Aférrate a la verdad y no la sueltes! Hoy en día hay un principio que se ha metido en la sociedad y se trata de la conveniencia política, y esto lleva a los políticos a tomar decisiones en función de la conveniencia y no en función de la verdad. Eso ha introducido la hipocresía en la clase política. ¡Detesto con todo mi corazón este principio filosófico de la conveniencia política que ha transformado a los políticos en mentirosos e hipócritas! Estamos sufriendo las consecuencias y a veces no sabemos con quién tenemos que tratar. Hay políticos que dicen defender la vida y terminan votando a favor del aborto, por ejemplo, por causa de las conveniencias económicas que los llevan a cambiar la verdad. ¡La verdad no se vende! ¡La verdad es un fundamento estable! Dijo Jesús: “Cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina” (Mateo 7:26 y 27).

Yo quiero decirte que se ha desatado una guerra contra nuestros valores y principios; se ha desatado una guerra contra el fundamento mismo de las naciones occidentales, cuando se dice en la ONU que hay ciertos derechos humanos universalmente reconocidos que son de primera y otros de segunda.

Dije que como soy arquitecto, cuando puse el fundamento, y sé que este debe ser firme y estable, por lo que, una vez que el edificio se levantó no puedo cambiar el fundamento. El fundamento es la verdad y la verdad no cambia. La verdad es eterna. Dijo el salmista en el Salmo 119:30: “Escogí el camino de la verdad; he puesto tus juicios delante de mí”. Cuando tienes la verdad y la sigues, lo que haces es marcar un rumbo. Por eso, la palabra camino y la palabra verdad se relacionan. Como dijo Jesús: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”. La verdad marca rumbo; por lo tanto, ignorar la verdad es ignorar el rumbo. Cuando ignoras la verdad estás eligiendo la mentira. Proverbios 14:12 dice así: “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte”. Los caminos veraces son los caminos de Dios. El conocimiento de la verdad es esencial para la vida personal, para la familia y para la sociedad. Tu vida debe estar afirmada en la verdad. Quien conoce la verdad y camina en ella, quien elige la verdad y la proclama; quien hace lo que es veraz, es una persona firme y estable. Y vienen problemas económicos, familiares, o de cualquier índole, pero se planta firme, tiene esperanza, sabe que tiene victoria porque Dios lo respalda. Hoy tienes que proponerte abrazar la verdad y no la tienes que vender. No la cambies por conveniencia. Hay mentiras convenientes; a eso se le llama mentiras piadosas, pero Dios detesta la mentira. Si tú sigues la verdad serás una persona estable y veraz; serás una persona firme y no tendrás temor de las circunstancias porque sabrás que Dios está contigo.

Quiero que meditemos acerca de lo que dice en Nehemías 1:4: “Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos”. Nehemías era un esclavo, digamos que era un esclavo bien acomodado. Era el copero del rey. Pero el fin de la vida no es estar acomodados. El fin de la vida es seguir la verdad. Habían pasado setenta años desde que Nabucodonosor tomara Jerusalén quemando sus puertas y destruyendo sus muros. Nehemías vivía bien porque no tenía conciencia de la verdad. Puede ser que cuando tú escuches una verdad llores. Cuando le contaron a Nehemías que su nación estaba en gran afrenta, pasando muy mal, que los muros aún permanecían destruidos y las puertas quemadas, entonces, la verdad lo afecto y lloró. Esa verdad caló hondo en su corazón y le cambió el rumbo. Esa verdad le hizo tomar decisiones. Nehemías se entristeció y lloró. Tan triste se sentía que cuando le estaba sirviendo vino al rey, este lo miró y le preguntó que era lo que le estaba sucediendo. Entonces Nehemías le contó el por qué de su tristeza: “¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego?” (Nehemías 2:3). El rey le preguntó en qué lo podía ayudar. Desde ese entonces le cambió la vida para siempre a Nehemías. Cambió el rumbo cuando conoció la verdad.

Yo que sé de construcción no le permitiría a un copero edificar una ciudad; sin embargo, Dios eligió a Nehemías porque sabía que sería sensible a la verdad, y le hizo conocer el mal que estaba padeciendo Jerusalén. De pronto Nehemías cambia su visión y su dirección. Ya no le interesa estar bien en el palacio del rey, ahora quería hacer algo por su pueblo.

Algo muy importante: La verdad debe ser conocida. La verdad debe ser proclamada. Y una vez proclamada y conocida la verdad hay que hacer algo al respecto. ¡Es con la verdad que saldremos adelante! Estamos levantando la bandera de la verdad en las naciones. Como nunca el pueblo de Dios se está levantando en las naciones a favor de la verdad y defendiendo la vida.

Tres cosas afectaron a Nehemías: el muro del Jerusalén estaba derribado, las puertas quemadas a fuego y estaban en gran mal. Las paredes son escudos de defensa. Eran dichosas las ciudades que estaban bien rodeadas de muros porque tenían defensas. Cuando no hay fortaleza ni firmeza, no hay muros. Otra cosa eran las puertas quemadas. Todos nosotros tenemos puertas y estas son los ojos, los oídos, el tacto, el gusto y el olfato. Nuestros cinco sentidos son las puertas y por esas puertas puede entrar maldición o bendición a nuestras vidas. Y si nosotros estamos contaminados, por esas puertas también pueden salir maldición. ¡Debemos cuidar nuestras puertas! Así como hablamos de las puertas de una persona, hablamos de las puertas de una casa, de una familia y de una nación. Una nación no puede tener sus puertas quemadas. Los aeropuertos y los puertos, entre otras cosas, son puertas en una nación. Nos admiramos de la gran corrupción que hay en Argentina, pero es posible que treinta y seis mil millones de dólares de la estafa que han cometido los políticos y empresarios en Argentina fueron introducidos en Uruguay. Se estima que entraron a Uruguay noventa y un vuelos con bolsos llenos de dinero que se lavó.

Nosotros tenemos que defender a nuestros niños; debemos defenderlos de los principios que se les quieren imponer. Tenemos que defender a las familias y a las iglesias porque debemos defender nuestros derechos a creer. Se llenan la boca al decir que los pastores somos unos avivados y que la gente es burra por dejarse seducir por nosotros; que les metemos las manos en el bolsillo a la gente y les sacamos la plata, etc. Odian la iglesia, odian a los pastores y a los creyentes los tratan de burros. Es que detestan la fe y los valores de Dios. Pero es tiempo que el gigante se despierte y ese gigante dormido es la iglesia de Jesucristo. ¡No sacrifiques la verdad por nada! La verdad no te dejará postrado en el camino. Afírmate en la verdad para que los vientos, las tormentas y los ríos no puedan derribarte. ¡Ama la verdad y abrázala! ¡Compra la verdad y no la vendas! Debes conocer la verdad, debes proclamarla y caminar en ella. ¿Dónde encuentro la verdad? La verdad la encuentras en la palabra de Dios. El Señor trae la verdad a nuestras vidas por revelación. De alguna manera, Él te hace sentir a través de la fe cuál es la decisión correcta que debes tomar. Un hombre y una mujer que aman a Dios, que no se quieren equivocar y lo buscan de todo su corazón; ellos van a conocer la verdad y no se equivocarán. No tienes que probar con veinte novias para ver cuál es la mejor. No tienes que equivocarte tanto a la hora de hacer negocios buscando una forma para que te vaya mejor. Si Dios te guía, no harás negocios que no convienen. Si Dios te guía, te casarás con la persona correcta. Dios no se ha descuidado de nosotros, el problema es que nosotros nos hemos descuidado de Dios y nos dejamos llevar por lo que nos dicen, por lo que nos parece o sentimos. No sólo necesitas conocer la verdad, necesitas creerla, debes proclamarla y hacer algo al respecto. Nehemías no se quedó sentado llorando y orando.

GUERRA CONTRA LA VERDAD

Quiero hablarte acerca de la próxima guerra que se nos avecina. Hace ya varios años que se aprobaron la ley de aborto, la ley del matrimonio gay, y todavía está en estudio la ley que protege a los transexuales, que pretende que nuestros hijos tengan el derecho a elegir otra identidad sexual diferente a la que Dios les dio. Señalan que la identidad de género es una construcción social y se puede elegir entre más de ciento veinte identidades. Otros dicen que no hace falta que te pongas ningún título, sino que tienes que hacer lo que se te da la gana. Son muchos males que afectan a la sociedad. Ahora en Uruguay, después de haber aprobado la legalidad del consumo de cannabis se están enterando que la marihuana produce problemas neuronales y comenzaron a hacer campaña en contra de su consumo. Nos mienten acerca del aborto señalando que estos disminuyen cuando hay leyes que lo despenalizan en las naciones, cuando en Estados Unidos y otros países los abortos se han multiplicado exponencialmente. La cultura de la ideología de género sólo ha provocado muerte y enfermedades. Las enfermedades de contagio sexual se han multiplicado. ¡Nuestros hijos corren peligro! Están sucediendo muchas cosas en el mundo que los cristianos ni siquiera están enterados.

La próxima guerra es la legalización de la pedofilia. Cuando hablé hace un tiempo acerca de este tema en un canal de televisión me repudiaron los cristianos y los políticos, entre otras personas. ¡Pero yo voy a alzar mi voz y declaro sin lugar a dudas que se viene la pedofilia! Así como declaré en una oportunidad que se venía el aborto y como dije hace más de veinte años que se implementaría un sistema económico en el que se eliminaría el dinero. ¡Iglesia de Dios reacciona! Hay personas adultas que se saborean con asaltar a tus hijos. Y no sólo se quiere legalizar la pedofilia sino también el incesto. No me importa si te escandalizas, pero yo te voy a decir la verdad.

Hay cultores de la ideología de género, hay ideólogos que han planificado todo esto y lo han declarado hace varias décadas atrás. Y la sociedad se ha ido permeando de las ideas de estas personas malvadas por lo que hoy te voy a compartir algunas frases que esgrimieron en su momento; una de ellas es Shulamith Firestone quien declaró: “Bastará por lo tanto con eliminar la familia biológica para eliminar el tabú del incesto”. Es una frase que se encuentra en uno de sus libros. Lo que sugiere es que se tiene que destruir la familia y así destruir el tabú del incesto. Ellos pretenden que los padres tengan relaciones sexuales con los hijos y viceversa. Y agrega esta mujer: “El proceso de destrucción de la familia se da de manera paulatina involucrando aun la pedofilia”.

Yo escribí un libro en el año dos mil doce, titulado Gobierno Mundial y Fin del Mundo. Te cuento que en el año 1776 surgió un grupo en una noche de brujas, “la Noche de Walpurgis” que significa noche de las brujas en Baviera, Alemania. Ese grupo se llamó Iluminatis. Esa figura que aparece en el dólar, una pirámide con un ojo, no está tan relacionada a la masonería sino a los Iluminatis. Ellos se han propuesto destruir las raíces o fundamentos de la civilización occidental. Odian a la iglesia católica y a los monarcas. El sistema de monarquía suponía la idea de que el monarca gobernaba de parte de Dios y que el representante de Dios en la tierra era el papa, pero se había vuelto un sistema corrupto. No solamente los masones y los Iluminatis querían que esto se acabara sino también muchos cristianos, entre ellos Lutero. Por eso es que nació la reforma de la iglesia católica. Pero los Iluminatis tenían otras ideas; lo cuenta una historiadora del Reino Unido llamada Nesta Webster, que nació en el año 1876, cien años después del surgimiento de esta orden, e investigó acerca de teorías conspirativas y conspiraciones masónicas. La guerra que ya se ha desatado en estos tiempos estaba anunciada. Esta mujer dijo que el accionar de los Iluminatis tenía seis fundamentos; lo primero era eliminar las monarquías. A los monarcas comenzaron a llamarlos tiranos fueran buenos o malos y había que destruir la tiranía, lo que se logró. En segundo lugar fue abolir la propiedad privada. Esas cosas se han practicado en la Unión Soviética, en China, en Cuba y Venezuela. De esa manera se centraliza todo el poder y las decisiones en el estado. Por lo que todo es del estado incluido los hijos. Tercero: suprimir todos los derechos de herencia. En Uruguay se ha avanzado en esto, en el hecho de que los padres no puedan dejar herencia a los hijos. Todo está atenazado con el sistema de inclusión financiera. Toda transacción tiene que tener una explicación lógica económica. Por lo tanto, los hijos tienen que explicar cómo accedieron a los bienes de los padres. El cuarto punto es destruir todo concepto de patriotismo sustituyendo los gobiernos nacionales por un gobierno mundial. A eso se le llama el nuevo orden mundial que es lo que está estableciendo la ONU y todos sus organismos. ¡Entérate que se está gestando un nuevo gobierno mundial!

En los titulares de prensa se dice que la ONU mandató a un gobierno; ahora las naciones no son soberanas, sino que reciben órdenes del organismo mundial. Entre otras cosas, el presidente argentino Mauricio Macri, hace lo que hace para que el FMI le preste dinero, para remediar la situación financiera de Argentina. Él declaró que defendía la vida, pero hoy por hoy está trabajando con ahínco para lograr una ley de aborto. El quinto punto es desprestigiar y eliminar todo concepto de familia. Esto lo he leído hace diez años atrás, en Uruguay, en unos manuales que elaboraron con subsidios de préstamos del BID; donde se habla de la deconstrucción de la familia tradicional hegemónica. Ellos tienen toda la intención de destruir el matrimonio y la familia. El punto número seis trata de destruir toda religión y crear una religión única. La Biblia dice que el anticristo no permitirá que nadie más sea adorado sino solamente él. ¿Sabes hacia dónde vamos? ¿Estás tomando en cuenta las señales que Dios nos está dando? ¿Estarías dispuesto a ir preso o a morir por defender la verdad? Tuve el privilegio de saludar a un doctor en la ciudad de San Juan, Argentina, que declaró que con gusto iba a la cárcel pero que no iba a abortar y nadie lo iba a obligar. ¿No merece la verdad que le des tu vida?

Te comparto otra frase de Kate Millett que dice así: “Los niños deberían expresarse a sí mismos sexualmente, probablemente entre ellos en un principio, pero también con adultos”. Se me acercó una mujer muy preocupada pidiéndome que orara por su hijita de unos siete años porque estaba turbada ya que le habían enseñado en la escuela, cómo tener relaciones anales. ¡Ya estamos en guerra! ¿Qué harás tú? ¿Aceptarás que el estado sodomice a tus hijos o a tus nietos a través de la imposición de la educación sexual? Yo te pido hoy en el nombre de Jesús que te pongas en pie de guerra. ¡La iglesia se levanta en toda América Latina para defender la verdad y para defender los derechos de los padres sobre los hijos!

Firestone dice que la familia es la causa de la existencia del tabú del incesto. El auténtico origen de la represión sexual percibido por el niño desde la infancia. Es por eso que pretenden destruir la familia. Esta mujer señala que los niños están reprimidos y hay que darles libertad sexual. Yo te voy a explicar cómo entra la pedofilia. ¿Qué han hecho los gobiernos? Han bajado la edad de consentimiento de los menores. Antes, cualquier persona mayor que tenía relaciones con un menor cometía un delito, pero las cosas cambiaron; los niños no pueden conducir siendo menores, no pueden viajar sin consentimiento de sus padres, entre otras cosas que no pueden hacer hasta no cumplir la mayoría de edad. Ah, pero pueden tener relaciones sexuales y los padres no se lo pueden impedir. Hay países que han bajado la edad de consentimiento del menor, o sea, si el menor desea y consiente y busca la relación sexual, entonces, el adulto no estaría cometiendo delito. Y Uruguay, que le gana a todos, ha bajado a doce años la edad de consentimiento de los menores.

Hubo un juicio hace un tiempo atrás donde una adolescente de catorce años tuvo relaciones con un hombre de más de sesenta años y un juez le aplicó la pena de cárcel. Pero el caso volvió a segunda instancia y el juez liberó al hombre ya que consideró que no era delito porque la niña confesó que ella había tomado por novio al hombre de más de sesenta años. El asunto es que el hombre quedó libre porque se consideró que no había cometido delito. En otros países hay un límite de diferencia de edad entre el adulto y el menor, esa diferencia no puede ser más de quince años; lo más triste es que en Uruguay no importa la diferencia de edad. ¡Uruguay es la nación más pervertida del mundo!

Por otro lado, dicen que los niños tienen derecho al placer sexual y que los padres no se pueden oponer a ese deseo del niño. Dicen que los niños pueden elegir con quién quieren tener sexo. Así que por un lado buscan que el niño desee tener sexo y por el otro lado bajan la edad de consentimiento. ¡Falta muy poco para legalizar la pedofilia!

Firestone dice así: “Si un hombre adulto desea tener relaciones sexuales con un niño sólo debe lograr la adhesión del niño, o sea, el consentimiento. Y comprobar las dimensiones de sus genitales, que sean penetrables”. Cometería delito si el tamaño de su ano o vagina es muy pequeño para poder tener relaciones. ¡Esto lo ha enseñado en la universidad! Estas ideas surgieron por la época del cuarenta, cincuenta, sesenta. Y la mujer continúa diciendo: “Si el niño escogiera la relación sexual con adultos, aun en el caso de que escogiera a su propia madre genética no existirían razones a priori para que ésta rechazara sus insinuaciones”. ¡A dónde hemos llegado! ¡Esto es lo que se está legislando! ¡La maldición que entra a la nación en forma de ley! Dijeron de mí que soy una persona que causa conmoción social. ¡Yo quiero provocar conmoción social! ¡Nosotros nos tenemos que levantar contra estas formas de vida que no responden a la verdad ni a los valores!

“La primera felación del niño debería ser practicada por su propia madre” es otra de las ideas de Firestone. O sea, el primer acto sexual buscado tendría que practicarlo la propia madre. Estas son las ideas que están dando vueltas en la sociedad. Hay otra mujer llamada Simone de Beauvoir, y dice que: “El niño puede formar relaciones íntimas de amor. Pero en lugar de desarrollar una estrecha relación con una decretada madre o padre, el niño puede ahora formar los lazos con gente de su propia elección”. Yo tengo un hijo y decreto que soy el padre, pero no hay que creer que ese niño es su hijo. No se puede decretar quién es el padre y la madre. Aunque a mi papá y a mi mamá no les guste, ellos no tienen derecho a meterse en mi vida sexual. ¡Eso están enseñando en las escuelas! El niño debe poder elegir con quién vivir, no importa quién sea. El niño puede formar lazos con gente de su propia elección de cualquier edad o sexo.

Debemos orar por todo esto porque se está resquebrajando la sociedad occidental y cristiana que ha sido atacada en sus raíces.

¿Qué dice Michel Foucault? “Es muy difícil establecer barreras a la edad del consentimiento sexual porque puede suceder que sea el menor con su propia sexualidad que desea al adulto”. Según ella, si es el niño que tiene el deseo, no hay nada malo. Y sabemos que se puede conseguir el consentimiento de un menor con una golosina. Oro a Dios que la iglesia entre en conciencia. Con esta clase de pensamiento la edad de consentimiento del menor baja a un año. Está preso el papá de una niña, que estuvo viviendo en un hogar de Beraca y que abusó de su beba de dos meses y la destrozó. Nosotros consideramos que eso es una perversión absoluta, y según Firestone, el padre debió haber medido el tamaño de los órganos sexuales de la criatura antes de hacer lo que hizo.

En la ONU hay un vocero, experto en cuestiones LGBT, y dijo que hay derechos que son absolutos y otros que no lo son. Hasta hace poco, los derechos humanos eran inalienables, son derechos que tenemos antes de que existan las leyes y el estado. Aun cuando todavía no había jueces ni republica ni leyes, nosotros éramos dueños de nuestra conciencia por eso el estado no nos lo puede otorgar, aunque reconoce nuestro derecho de conciencia, pero ahora dicen que ese derecho no es absoluto. La libertad de expresión y la libertad religiosa no son derechos absolutos y podrán ser limitados si fuere necesario. El vocero de la ONU dijo que hay derechos que sí son absolutos, por ejemplo, los derechos LGBT y la religión se va a tener que callar.

CONCLUSIÓN

Yo he tenido la tentación de pensar que los peores males no los voy a ver, pero mis hijas, mis yernos y mis nietos verán esos males y tiemblo delante de Dios. Prefiero ser acusado por el mundo, pero no quiero que Dios me señale y me diga que yo sabía la verdad y no hice nada al respecto. Tú y yo debemos enfrentar lo que se viene y no podemos ceder. ¡A nuestros hijos los educamos nosotros! El estado no tiene potestad sobre nuestros hijos. Viene un tiempo en que tenemos que demostrar cuánto amamos a las nuevas generaciones y debemos tomar conciencia de que no podemos entregarle a ellos las naciones pervertidas que quieren nuestros gobernantes. Viene un tiempo en que vamos a pagar con cárcel y aun con nuestra propia vida el defender nuestros derechos que Dios nos ha dado. El estado tiene la obligación de defender nuestros derechos, pero no tiene derecho a someter a sus ciudadanos.

“Señor, estamos dispuestos a dar nuestra vida por tu verdad, por lo que nos has enseñado en tu palabra, y no hay poder en el mundo que nos pueda robar la conciencia, ni la cárcel, ni la muerte. Gracias Señor, porque estamos en un tiempo en que los cristianos vamos a volver a demostrar que tu verdad vale más que la vida. Bendice a los padres y a los hijos, bendice las familias, en el nombre de Jesús. Nos ofrecemos para ser tus instrumentos en defensa de la verdad. Señor, hacemos voto delante de ti para no vender la verdad, para no transar con la verdad y no cambiarla por ningún otro bien. Tú eres el camino y la verdad y la vida Jesús, y a ti te damos la honra y la gloria que te mereces Señor, amén”.

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PODER PARA SER VENCEDOR

INTRODUCCIÓN

A la hora de tener amigos hay que saber elegir. Amar, hay que amar a todos, pero, tener amigos significa, confundir o mezclar corazones. Recordemos la amistad entre David y Jonatán, fue una amistad profunda, tanto, que hay gente que cree que fue un amor homosexual. Pero no. Cuando uno tiene amigos se le pegan cosas de la otra persona, como gestos, modismos, se les pega la misma manera de ver y de pensar. Cuando era joven tuve un amigo que “me hacía gancho”, como se dice, con Marta. En realidad, primero le hizo gancho con otro. En una época nos veíamos casi todos los días por cualquier cosa; tanto es así, que varias veces a mis padres les hablaba igual que mi amigo Alberto, y siempre contaba cosas de él. Entonces mi mamá decía: “¡Ya llegó Alberto Ojeda!”.

A la hora de elegir amigos hay que saber discernir porque a muchos se les pega cosas no tan buenas de los amigos. Por sobre todas las cosas, tus amigos tienen que ser espirituales. Hay una frase que dice: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Puedo saber claramente qué clase de persona eres si conozco a tus amigos. Suelen armarse grupitos de amigos y amigas aun en la iglesia, y se juntan a hablar sobre quién le gusta a quién. Muchas veces les dije a los jóvenes que no les convenía andar con determinada persona y algunos me decían: “Pero es mi amigo. ¿Qué tiene de malo que ande con él?”

Un hermano de la iglesia que estaba colaborando en el encuentro que se realizó en Monte Beraca, al finalizar su tarea, estaba en la disyuntiva de que si se quedaba a dormir en Beraca o se iba a una reunión con amigos. Y decidió ir con sus amigos. Al día siguiente me dijo que se había tomado un vaso de cerveza y que al salir de la reunión le quisieron robar, pero no se acordaba de nada. “¿Te hizo tan mal un vaso de cerveza?” le pregunté. “Bueno, fueron varios vasos de cerveza que tomé”, respondió. Me contó que cuando se despertó estaba en su casa y en su cama, pero no se acuerda qué pasó desde ese momento en el que le quisieron robar. El asunto es que cuando llego a la casa rompió varias cosas, y tuvieron que llamar a su pastora, entonces, a las cuatro de la madrugada, ella estuvo haciéndole liberación por teléfono, y el demonio que lo dominaba empezó a confesar cosas que nunca habíamos imaginado. Para corroborar lo que el demonio había dicho, le pregunté si se había acostado con tal chica y dijo que sí. ¡Mejor hubiera sido quedarse a dormir en Beraca!

A la hora de elegir amigos, elige al Espíritu Santo. Él es nuestro compañero, nuestro consolador, nuestro maestro; es quien pone en nosotros el sentir de Cristo Jesús, el que nos hace pensar como el Señor. El Espíritu Santo es nuestro protector. ¡No hay mejor amigo que el Espíritu Santo! Algunos señalan que se sienten aburridos, que no saben con quién hablar y yo les digo que hablen con el Espíritu Santo. ¡Hazte amigo de Èl!

BUSCA LA SABIDURÍA DE DIOS

Leemos en 1ª Corintios 2: 5 y 6: “…que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen”. El apóstol Pablo le dijo a los corintios que han sido llamados a hablar con sabiduría, pero no cualquier sabiduría, no la de los principales de este mundo ya que estos hombres perecen. Hay una sabiduría que está deseando llenar tu corazón y esa sabiduría viene del Espíritu Santo. Hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez, éstos son los que han crecido lo suficiente, para poder entender y discernir determinadas cosas de Dios que se corresponden con la madurez.

1ª de Corintios 2: 7 dice: “Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria”. La sabiduría que nosotros estamos llamados a ejercer es oculta. La buena noticia es que si creces llegas a un punto en que comienzas a operar en una sabiduría que va mucho más allá de lo que se le ocurre a un ser humano; por más que haya estudiado ciencias. El tiempo aun no existía y Dios ya había predestinado una sabiduría que estaba guardada para nosotros. Antes que tú nacieras, Dios tenía para ti una sabiduría que el mundo no tiene. Sabiduría oculta, la que ningunos de los príncipes de este siglo conoció. Cuando la Biblia habla de príncipes o principales se refiere a las personas más encumbradas y que más estudios tenían. Los príncipes eran preparados en toda clase de artes, de ciencia y de conocimiento de guerra. Eran los más sabios a la hora de tomar decisiones.

“Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria”. (1ª Corintios 2: 7 y 8) Hay dos clases de sabiduría, la que se mueve en el nivel natural y la que se mueve en el nivel espiritual, y éstas son muy diferentes. Una misma situación observada desde el punto de vista de los hombres y observada desde la perspectiva de Dios se ven muy distintas. ¿Cuál es el peligro que corremos los cristianos? El no poder separar lo que es del espíritu y lo de la carne; la Biblia señala que lo que es de la carne, carne es, y lo que es del Espíritu, espíritu es. Entonces corremos peligro de mezclar lo espiritual con lo carnal o natural. Siempre prediqué que hay dos dimensiones que nada tienen que ver una con la otra. Desde el punto de vista natural tú ves algo, pero desde el punto de vista espiritual ves exactamente lo mismo, pero con otra perspectiva y lo entiendes de otra manera. Cuando estás frente a algún problema, lo ves desde el punto de vista natural y no encuentras salida; pero si lo enfocas desde el punto de vista espiritual te resulta fácil y te das cuenta que hay salida.

Dios tiene una sabiduría revelada; esto significa que Él muestra en determinado momento, determinada cosa. Si tuvieses esta sabiduría no errarías a la hora de ponerte de novio o de novia, y no te equivocarías a la hora de elegir con quién te vas a casar. Tampoco te equivocarías a la hora de hacer negocios o cuando se presenta algún problema familiar, no pensarías que lo más fácil es el divorcio. Desde la perspectiva de Dios no existe esa posibilidad. Porque el Todopoderoso, para quien nada es difícil, Èl, que todo lo puede, lo hará. Y si una vez lo hizo, lo volverá a hacer. El tema es que tú eres quien toma las decisiones, y una cosa es tomarlas en virtud de la luz de Dios, y otra muy diferente es tomarla en virtud de mi propia racionalidad o de mi propio intelecto. ¿Y quiénes son los que se pueden mover en esa dimensión? ¡Los que aman a Dios!

Dice la Biblia: “Antes bien, como está escrito: cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1ª Corintios 2:9). Acceden a esta sabiduría los que aman a Dios. No es para los que estudian más la Biblia sino para los que aman a Dios. No es porque asistes a la iglesia, sino porque amas a Dios. Tú puedes congregarte, sin embargo Dios no es tu prioridad. El que ama a Dios lo tiene como la prioridad de su vida. Y Dios tiene guardadas esas cosas que ojo no vio ni oído oyó, ni se han manifestado en el corazón de los hombres, para aquellos que le aman.

Acostúmbrate a decirle al Señor cada mañana al despertar que lo amas. Dile: Quiero amarte Señor como nunca he amado”. Hay mujeres que dejan a Dios por el amor de un hombre, y hay hombres que dejan a Dios por el amor de una mujer. ¡Son ciegos! Eligen un deporte antes que a Dios, eligen una carrera, un placer o un deleite antes que a Dios. El que ama a Dios se acerca y entra en intimidad con Él. Entonces, a esa persona se le pega los pensamientos y los gestos de Dios; porque Dios se revela al que le ama. ¡Dios le abre el corazón al que le ama! Y Él sabe muy bien si lo amas. Dios no se confunde porque tiene discernimiento. Tal vez tú dices que amas a Dios por sobre todas las cosas, pero a Dios no lo confundes porque Él sabe si realmente le amas o no.

Hay muchas chicas golpeadas por la vida, rechazadas por sus padres. Hay diferentes tipos de sufrimientos; por ejemplo, el papá que golpea a su hija o el padrastro que la discrimina porque es la hija de la esposa, pero no de él. Esa hija sufre de soledad y está buscando ese cariño de padre que le hace falta. Algunas dicen que no han podido correr a los brazos de su padre para contarles lo que les estaba sucediendo y cuando se han acercado se han ido decepcionadas porque el papá estaba muy ocupado, entonces no han podido abrir su corazón, no han podido decirles que tienen miedo, que se sienten muy solas, etc. Por lo que la jovencita comienza a buscar qué hombre podría darle el afecto que está necesitando. Y en la búsqueda de ese afecto hace cosas que no conviene. Ya estuvo en los brazos de muchos hombres, pero aún tiene el alma sedienta porque los hombres no le han dado lo que ella necesitaba. ¿A quién le debería abrir una mujer su corazón? Le abre su corazón a un hombre que después la escracha en las redes para que todo el mundo se burle de ella. ¿A quién deberías abrirle tu corazón? ¿A quién le vas a contar lo que te pasa? ¡Tienes miedo! Tú le tienes que abrir tu corazón a Dios. Humanamente le tienes que abrir tu corazón al alguien, pero tú tienes que abrirle tu corazón a alguien que te ame. Quien te ame te va a cuidar, no te va a difamar ni se burlará de ti.

DIOS SE REVELA A QUIEN LE AMA

A la hora de abrir el corazón, debes abrírselo a alguien que ame. Esto es una réplica de lo que tiene que suceder con Dios. El que mejor te ama es Dios. A Él le puedes abrir tu corazón. Una vez estaba tan mal y no sabía a quién ir. No tenía un pastor que me pudiera aconsejar. Y encontré un versículo que dice: “No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu boca” (Miqueas 7:5). Yo estaba acostado al lado de mi esposa. No me entendían mis padres, no me entendía mi esposa; yo me sentía literalmente desesperado y Dios me habló por su palabra queriéndome decir: “Búscame a mí, porque mejor que yo no encontrarás a nadie”.

“…Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1ª Corintios 2:9) Yo tengo que abrir mi corazón a alguien que me ame. Quien me ama me comprende más, me valora y me cuida; quien me ama no me va a difamar. Y Dios me dice: “Yo tengo cosas que ojo no vio ni oído oyó”. ¿Qué sucede? Que Dios no le abre su corazón a cualquiera. Tú quieres conocer la voluntad de Dios, quieres que baje un ángel del cielo y te hable. Pero lo que te tienes que asegurar es que amas a Dios. Venga un ángel o no, Dios tiene cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni se han manifestado en el corazón de los hombres, las que tiene preparada para aquellos que le aman. Tienen que ser dos que se amen por supuesto. No puedes ir por el mundo contando a cualquiera tus cosas. No puede ser que entres en tal desesperación que comiences a ventilar tus problemas a cualquiera. ¡No puedes estar desparramando tu vida por todos lados! ¡No todos te van a valorar! La Biblia dice que Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza. ¡Dios es nuestro castillo! ¡Él es mi Dios en quien confiaré! Pero a nivel humano, cuando hay intimidad, tiene que haber amor. En el amor hay verdadera intimidad. Hay muchos que entran en intimidad sin amor y eso se llama idiotez. Chicos que le dicen a la chica que recién conocen: “Mándame una foto tuya sin ropa”. Ella cree que entraron en una relación, entonces se saca una foto y se saca otra. Y después la chica queda escrachada en las redes. La verdadera intimidad es la que se da en el amor, y cuando uno ama a Dios entra en intimidad con Él. Dios le abre su corazón a aquellos que le aman. Dios muestra sus tesoros a aquellos que le aman. El primer mandamiento es: “Amarás al Señor tu Dios con todas tus fuerzas, con toda tu mente y con toda tu alma”.

En cuanto a la sabiduría, 1ª de Corintios 2: 10 dice: “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”. Nuestro trato con Dios es a través de su Espíritu. Él limpió la vasija de barro que somos nosotros, y sacó el pecado, para poder habitar en nosotros. Dios habita en nosotros a través de su Espíritu Santo. Entonces, la intimidad con Dios es la intimidad con el Espíritu Santo. Yo tengo que amar profundamente su presencia en mi vida porque todo lo que yo pueda tener de Dios en mí, lo tengo a través del Espíritu Santo. Dios revela a través de su Espíritu lo que tiene para mí. Y no se trata de algo que aprendí sino de algo que Èl me reveló. Dios corrió el velo y me dejó ver, y yo entendí porque Él corrió el velo. Es la visión que Dios me muestra a mí, porque yo le amo. Porque yo le amo, Èl me muestra sus secretos.

Uno a veces sabe cosas porque el Señor le muestra. Yo le digo a un muchacho que la chica no le conviene y entonces salen algunos a decir que yo manipulo a las personas y que no me tendría que meter. Más de uno me dijo qué me creo que lo sé todo. Yo no sé todo; yo sólo sé que esa chica no le convenía y veo al joven y sé que es un hombre de Dios. Uno que ha llegado a cierto grado de madurez ve lo que otro que no ha madurado no ve. Yo tengo que tener cuidado para no invadir la privacidad y el libre albedrío de las personas, si no, parece que me enseñoreo de la gente. Uno puede ver que hay personas que no van a andar bien, pero ellos se empecinan que va a andar. La verdad no es lo que yo pienso; la verdad es lo que Dios revela. Y Dios por su Espíritu Santo nos reveló a nosotros esa sabiduría que menciona 1ª de Corintios 2:10 “…porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”. El Espíritu Santo conoce profundamente lo más escondido de Dios; lo exprime, lo escudriña, lo discierne y lo entiende. ¡El Espíritu Santo conoce todo lo que es de Dios!

El apóstol Pablo hace una comparación y dice: “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1ª de Corintios 2:11). Yo no sé si tienes tu espíritu dormido, borracho, muerto, no sé; pero hay una cosa que sí sé, que tu espíritu sabe lo que hay en la profundidad de tu ser. Nadie conoce lo que hay en el hombre, sólo el espíritu del hombre y Dios. Nadie conoce lo que hay en el espíritu de otra persona. Porque sólo el espíritu de esa persona sabe lo que hay en ella.

“…Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido” (1ª de Corintios 2: 11 y 12). Esta es una de las revelaciones, un pasaje bíblico que ha bendecido mi vida. Y Dios me dijo: “Mira Jorge lo que yo te he dado”. Nadie puede saber lo que hay en el corazón de Dios. Pero si ese alguien tiene el Espíritu de Dios, ese alguien puede saber las cosas más profundas de Dios porque el Espíritu se las revela. Yo nunca podré conocer lo que hay dentro de tu corazón porque Dios no ha puesto a mi disposición tu espíritu. Dios no ha puesto a disposición mía el espíritu de nadie, tú eres inviolable. Dios no me va a dejar saber lo que hay en lo más profundo de tu corazón porque el Señor te ha hecho como a mí, único, con libre albedrío. Pero, Dios, sí ha puesto a mi disposición su Espíritu Santo. No sabré lo que hay dentro tuyo; trataré de discernir muchas cosas, pero nunca podré penetrar a lo más profundo de tu ser. Pero Dios ha puesto a mi disposición su Espíritu Santo. Claro, si yo no lo amo no será así. ¡Dios no es tonto! ¿Cómo va a poner su Espíritu a tu disposición si no lo amas, si no es la prioridad de tu vida, si tu sueño no es abrazar a Dios? Tú sueñas con abrazar un mejor sueldo, el tener otra casa y lograr muchas otras cosas. ¡Que tu sueño sea abrazar a Dios!

¿Quién podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro? ¿Lo alto, lo bajo, lo profundo, lo ancho? ¡Nada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús nuestro Señor! “Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1ª de Corintios 2: 12 al 14). Tal vez en otro tiempo pensabas que los evangélicos éramos locos y ahora te contagiaste de nuestra locura. Era locura para ti lo que yo predicaba, pero un día tu mente y tu corazón fue tocado por Dios y lo que para ti era locura vino a ser un tesoro del cual no te quieres soltar. El hombre natural no entiende estas cosas porque se tienen que discernir espiritualmente. “En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”. Así dice 1ª de Corintios 2: 15 y 16. A través de esta revelación; a través del amor y de esta comunión que nos une a Dios, terminamos pensando como Él piensa. Ya no es nuestra manera de pensar importante para nosotros porque ahora pensamos diferente. Tenemos otra manera de ver las cosas. Nosotros tenemos la mente de Cristo.

CONCLUSIÓN

¿Es el Espíritu Santo tu mejor amigo? ¿Vives emocionado pensando que, en medio de este mundo oscuro, violento e hipócrita, donde ya no puedes creer ni siquiera en las noticias porque están tergiversadas, le puedes creer a Dios? Si tú caminas con Dios, Él te puede advertir y te puede revelar las cosas que tiene guardadas para ti, para que puedas tomar las decisiones que convienen. Dice la Biblia: “…sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria”. Para que brillemos como brilla Cristo.

Tienes que renovar tu pacto con el Dios. Dile: “Señor, no es verdad que te di el primer lugar en mi vida. Siempre estoy esperando que me muestres algo, pero no me muestras. Camino y tomo decisiones en incertidumbre y no en fe. Y me he preguntado qué te pasa Dios, pero me he dado cuenta que tengo que amarte más. Quiero amarte Señor, y quiero entrar en intimidad contigo. Quiero que tú saques a luz esos tesoros que no se han manifestado en el corazón de nadie y me los manifiestes a mí, porque yo me comprometo a amarte”.

No necesitas ninguna otra virtud para que Dios te revele; sólo tienes que amarle. A los que entran en intimidad con Dios, Él sabe cómo tratarlos. Hoy tiene que ser restaurada tu intimidad con Dios. No es por tu linda cara ni por los méritos que hayas logrado. Ningún merito tuyo sirve, pero tu amor por Dios resplandece más que las estrellas. Y Dios tiene ojos para ver esa luz. La luz de los que le aman resplandece delante de sus ojos. Los que hacen la obra de Dios finalmente son los que le aman. Los valientes a quienes Dios usará para hacer su obra son aquellos que le aman. Los que le aman entran en intimidad con Él y son alumbrados por Él. Y los que son alumbrados por Dios hacen lo que el Señor quiere y tienen su respaldo.

Hoy es día de revisar prioridades. ¿Harás de Dios la prioridad de tu vida o seguirás como estás? Pedro negó a Jesús y dijo que no lo conocía; escupió, maldijo, dijo malas palabras para convencer a la gente de que no conocía a Cristo, pero el Señor no le recriminó: “¿Por qué has hecho esto?” Sólo le preguntó: “¿Pedro, me amas?” Pedro dos veces le declaró que lo amaba, y la tercera vez, llorando le dijo: “Señor, tú sabes todas las cosas. Sabes que no te puedo mentir. Tú sabes que te amo”. Allí quedó sellado el pacto entre el Señor y Pedro cuando Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”. No hay relación más profunda que la relación de amor con Jesús. Es ahí cuando Èl derrama su Espíritu sobre los creyentes que le aman. Y los creyentes comienzan a descubrir los tesoros escondidos que están guardados sólo para los que le aman. No se trata de qué debes hacer con tu circunstancia, sino si amas a Dios o no.

“Señor, queremos entrar en un nuevo nivel de relación contigo. No te vamos a negar que no te hemos amado como tú te mereces. Tú eres nuestro primer amor. Tócanos Señor, queremos amarte, entrar en un nuevo nivel de intimidad contigo y que nos reveles tus verdades, en el nombre de Jesús, amén”.

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PODER PARA SER VENCEDOR

INTRODUCCIÓN

La fe ve en la oscuridad y tú tienes, por la fe, la capacidad de ver en la oscuridad. La fe halla recursos donde no hay. La fe encuentra aguas en el desierto. Si tengo fe, no me faltará agua; no me faltará la visión ni los recursos. Si tienes fe, en la oscuridad puedes decir como Dios: “Sea la luz”. Y la luz aparece, eso, después de que se ha ejercido la fe. Los recursos aparecen después de que se ha ejercido fe. Por lo que, lo primero que debo tener es fe.

Leemos en 1ª de Samuel 5: 1 al 3: “Cuando los filisteos capturaron el arca de Dios, la llevaron desde Eben-ezer a Asdod. Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón. Y cuando al siguiente día los de Asdod se levantaron de mañana, he aquí Dagón postrado en tierra delante del arca de Jehová; y tomaron a Dagón y lo volvieron a su lugar”.

Dagón era un dios filisteo; Asdod era una ciudad importante en Filistea donde estaba el templo del dios Dagón. En una guerra, los filisteos vencieron a los israelitas y les quitaron el arca del pacto. Hoy quiero hablarte de la importancia del pacto y del arca del pacto. Quiero hablarte acerca de un Dios que se relaciona con nosotros a través de pacto. O sea, la relación es mucho más seria que una simple amistad; es mucho más profunda. Un pacto es un contrato o alianza.

ANTIGUO PACTO

El arca del pacto no podía estar en Eben-ezer donde se encontraba el ejército de Israel, sino que tenía que estar en Silo, ese era su lugar. Ahí había quedado una tienda, la que Dios había mandado fabricar en el desierto y donde se encontraba el lugar santísimo. Por lo tanto, el arca no podía estar en cualquier lado sino en el lugar santísimo. Nadie podía entrar donde ésta estaba, ni tocarla, ni siquiera los sacerdotes. Sólo podía entrar a ese lugar el sumo sacerdote una vez al año, no sin antes haberse presentado delante de Dios con ofrendas y con sangre de los sacrificios de animales. El sumo sacerdote tenía que hacer primero expiación por èl y después por el pueblo.

El lugar santísimo es el lugar de la presencia de Dios. Ahora, los israelitas no andaban bien con Dios y se les vino la guerra, la cual perdieron. Parece que a uno se le ocurrió que para ganar en la guerra tenían que llevar el arca de Dios porque de esa manera llevarían la presencia de Dios. ¡Error! Gente que no pertenecía al sacerdocio, meterse en el lugar santísimo para sacar el arca del pacto… ¡creían que si tenían el arca lo tenían a Dios! El arca es el testimonio visible del pacto de Dios, pero eso no garantiza mi relación con el Señor. Yo, como estoy casado tengo una anillo o alianza, que es un testimonio visible del pacto que yo tengo con mi esposa. Pero el hecho de llevar una alianza en el dedo no garantiza que esté todo bien. Un testimonio visible de un pacto no es la garantía de que la relación funciona bien. La relación anda bien si yo amo a mi esposa y ella me ama a mí. El pacto funciona en base a una relación de amor. Del mismo modo, el pacto de Dios con nosotros es un pacto de amor. El primer y gran mandamiento que Moisés refirió al pueblo, luego de haberles leído los diez mandamientos que Dios le dio en el Monte Sinaí es: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”.  Por sobre todo y por sobre todos, amarás a Dios, más que a tus seres queridos, más que a tus pertenencias, y más que a tus deseos íntimos. Dios tiene que ser lo más importante en tu vida. Eso garantiza una relación profunda con Èl y una manifestación poderosa del Señor en tu vida. Porque el amor de Dios por nosotros está garantizado. Así lo dice Juan 3.16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. Aquí ya estoy haciendo referencia del nuevo pacto.

En la Biblia encontramos dos pactos: el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. La palabra testamento significa pacto o alianza. Y el Nuevo Testamento tiene una nueva alianza de Dios con la gente, porque el antiguo pacto fue pisoteado por el pueblo de Israel, entonces, Dios estableció un nuevo pacto con un nuevo testimonio que es la sangre de Cristo. En el Antiguo Testamento el testimonio era el arca del pacto; y en el Nuevo Testamento es la sangre preciosa de Jesús y su cuerpo lacerado en la cruz del calvario. Esos son testimonios del pacto, así como la alianza de oro es el testimonio de pacto en un matrimonio.

Imaginemos la siguiente escena: Dios está ahí en el lugar santísimo, de pronto se abre el velo y entran unos forajidos, toman el arca del pacto y se la llevan pensando que se llevaban la presencia de Dios, y ahí iba el Señor, detrás del arca a la guerra. ¿Cómo les fue a los israelitas en la guerra? ¡Perdieron! Porque tener el arca no garantizaba que Dios estaba con ellos. Llegaron a perder hasta cuarenta mil hombres en una guerra. ¡Quedaron totalmente despistados! ¿Qué pasó? ¡Trajimos el arca!

En el libro de 1ª de Samuel 4: 5 al 8 leemos la siguiente narración: “Aconteció que cuando el arca del pacto de Jehová llegó al campamento, todo Israel gritó con tan gran júbilo que la tierra tembló. Cuando los filisteos oyeron la voz de júbilo, dijeron: ¿Qué voz de gran júbilo es esta en el campamento de los hebreos? Y supieron que el arca de Jehová había sido traída al campamento. Y los filisteos tuvieron miedo, porque decían: Ha venido Dios al campamento. Y dijeron: ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos dioses poderosos? Estos son los dioses que hirieron a Egipto con toda plaga en el desierto”. Se asustaron los filisteos; dicho ya de paso, filisteo significa palestino. La palabra palestina significa Filistea o tierra de filisteos. Y quiero aclarar algo; en lo que conocemos como la franja de Gaza, es allí donde habitaban los filisteos. Pero los que están hoy ahí no son filisteos, ni esa es la tierra ancestral de los filisteos; los que allí se encuentran son los árabes. Esa es una cultura posterior; los filisteos que venían de Grecia, de Creta y de zonas aledañas desaparecieron; ellos vivían en las costas y eran hábiles navegantes. De ahí que se creía que el dios Dagón era un pez. Pero, ¿qué podía hacer un dios pez sin agua…?

Pero lo cierto fue que Dios no defendió al pueblo de Israel. Ellos pensaron que si portaban el arca entonces contaban con su respaldo. Pero el respaldo de Dios no depende de un testimonio sino de una relación y de una relación profunda, basada en amor. Así que los filisteos capturaron el arca y se la llevaron, y para tenerlo bien custodiado lo metieron en el templo de Dagón junto a èl. Cuenta la Biblia en 1ª de Samuel 5: 3: “Y cuando al siguiente día los de Asdod se levantaron de mañana, he aquí Dagón postrado en tierra delante del arca de Jehová; y tomaron a Dagón y lo volvieron a su lugar”. Y nos dice el relato a continuación: “Y volviéndose a levantar de mañana el siguiente día, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante del arca de Jehová; y la cabeza de Dagón y las dos palmas de sus manos estaban cortadas sobre el umbral, habiéndole quedado a Dagón el tronco solamente” (1ª de Samuel 5:4). Se ve que a los filisteos tampoco les fue bien con el arca.

¿Dónde tiene origen el arca? Tiene origen en el pacto que Dios hizo con Israel en el Monte Sinaí. Dios llevó a Moisés a ese lugar, a la parte más alta de la montaña, y allí escribe con su dedo y con fuego, en tablas de piedra, los diez mandamientos que se transforman en algo así como la constitución nacional de Israel. Era la ley que el pueblo debía respetar para mantener su relación con Dios. ¡Esto fue imponente! Lo podemos leer en Hebreos 12:18: “Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad, al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más, porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aún una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo; y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando”.

Cuando surgió el primer pacto de Dios con el pueblo de Israel, ocurrieron cosas tremendas. Cuando el Señor habló por primera vez al pueblo, éstos se estremecieron. Así lo señala Éxodo 20: 18 y 19: “Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos”. Ese fue el trato del pueblo con Moisés, ya que estaban aterrorizados. Pero Moisés también estaba espantado y temblando. La Biblia señala que allí ardía fuego, que había oscuridad, tinieblas y tempestad; había sonido de trompeta y una voz que hablaba…

NUEVO PACTO

Y el autor del libro de los hebreos dice que ellos (los hebreos) no se habían acercado a un monte que se podía palpar, a un monte al que se le puso un límite para que ningún animal o persona se acercase a la zona del Sinaí. Por lo que leemos en Hebreos 12:22: “sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles”. Este no es el Monte de Sion que está en Jerusalén, aquí se refiere a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén la celestial, a la compañía de millares de ángeles. Y aquí está hablando del nuevo pacto. Los que entramos en el nuevo pacto, nos hemos acercado a la ciudad de Jerusalén celestial; nos hemos acercado a la Roca de Sion. No la que está en Jerusalén sino la Sion celestial. Nos hemos acercado dice el autor del libro de Hebreos, a millares y millares de ángeles, al trono de Dios. Hemos entrado en el lugar santísimo, pero no del templo, sino a la presencia del Dios del cielo y de la tierra. Lo que está diciendo es que éste segundo pacto es mucho más terrible y es mucho más importante que el primero. Ustedes tienen que tener cuidado de guardar este pacto y valorarlo dice el autor. Se han acercado, continúa diciendo en el versículo 23: “a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos”. Mediante este pacto hemos sido hechos perfectos. ¡Cristo nos ha hecho perfectos ante de los ojos de Dios! Esto es profundo, valioso e importante. ¡Esto es tremendo!

Me enteré que alguien subió a las redes unas ideas contrarias a Cash Luna. Yo lo increpé por qué no había hablado conmigo si tenía alguna desavenencia y me dijo que no quería hablarme del tema porque Cash Luna era mi amigo. Esa persona estaba arriba del pulpito conmigo. Le pregunté cuál era el punto doctrinal del asunto y me refirió que Cash Luna dice que nosotros somos dioses, y se ha hecho dios a sí mismo. Yo recuerdo esa predica de Cash Luna en la que dijo que somos Jehová Jr. Admito que de entrada me cayó mal, pero me puse a analizar la Biblia a ver si encontraba un punto de acuerdo. Esto lo menciono para que sepas lo importante que es el pacto en la sangre de Jesucristo. Yo le pregunté a esa persona si era hijo de Dios y me contestó afirmativamente. ¿Entonces? agregué yo, ¿qué naturaleza tienes? A lo que me respondió que tenía naturaleza humana. Pero Dios no tiene naturaleza humana. Nosotros hemos sido engendrados como hijos de Dios, y a los que hemos creído se nos ha dado la potestad de ser hechos hijos de Dios. Así lo afirma la palabra de Dios en Juan 1: 12 y 13: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”. Y en Romanos 8: 16 y 17 también leemos: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”.

El hermano me discutía que Cristo es Cristo y nosotros somos nosotros. Es más, le referí que la Biblia dice que Cristo no se avergüenza de llamarnos hermanos de nosotros y añadió que Èl es el hermano mayor y nosotros los menores. La Biblia no habla de hermanos más grandes y hermanos más chicos, sino que se refiere a hermanos. Si dice la Biblia que Cristo es Primogénito, el primero entre muchos hermanos, entonces, ¿qué naturaleza tenemos los hijos de Dios? ¡Tenemos la naturaleza incorruptible de Cristo! “Pero eso no significa que es la naturaleza de Dios” expuso. ¿Cómo que no? Como decimos siempre; las chanchas tienen chanchitos, las ovejas tienen ovejitas, los humanos tienen humanos, y los hijos de Dios tenemos la sustancia de Dios, tenemos su naturaleza. Por eso hemos sido engendrados por el Espíritu Santo. Èl nos ha engendrado como hijos de Dios. El Espíritu Santo tiene naturaleza divina, y no puede engendrar una naturaleza distinta a ésta. Supongamos que se llama Pedro. Yo le dije: “Si tienes un hijo y lo llamas Pedrito, ¿hay algún problema que le digan Pedro Jr.? Tu hijo tiene tu misma naturaleza. Le volví a preguntar: “¿Eres hijo de Dios o no lo eres? ¿Fuiste engendrado por el Espíritu Santo? ¿Tienes naturaleza divina o no? “Sí” me respondió. Entonces, ¿qué problema hay que te digan Jehová Jr.?

Dice la Biblia que Dios puso en la iglesia apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. ¡Como Cristo! A Jesús lo quisieron matar porque decían que se hacía hijo de Dios siendo hombre y el Señor le dijo: “¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada) ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?” (Juan 10: 34 al 36).

Para que sepas la gloria que Dios ha preparado para ti; el Señor ha decidido hacer de ti un hijo del Dios viviente con la naturaleza perfecta e incorruptible de Jesucristo. Todo esto está contemplado en el pacto del Nuevo Testamento. Para que sepas que el nuevo pacto es muy importante; tiene mucho valor, tanto, que Cristo dio su sangre. Nunca antes de Cristo hubo una sangre como la el Señor, y nunca después de Èl hubo una sangre como la del Señor. La sangre de Cristo es única, perfecta, inmaculada, sin mancha. ¡Ese fue el precio que pagó! ¡Tiene mucho valor! El Padre estuvo dispuesto a entregar a su hijo porque consideró que tu valor era muy importante, porque vio que un hijo de hombre podía llegar a ser un hijo de Dios. Cristo dejó colgada su deidad en el cielo y vino a hacerse hijo de hombre, con naturaleza de hombre, así, operando como hombre, darnos su naturaleza divina para que nosotros tengamos la naturaleza de Dios.

¿Qué tan importante es para ti tener un pacto con Cristo? ¿Qué estás dispuesto o dispuesta a perder para acceder a este pacto con Cristo? ¿Qué cosas no quieres dejar, y que amas más que a Cristo? El amor a Dios tiene que ser más fuerte y más profundo que el amor que tienes hacia otra persona. “El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí” (Mateo 10: 37). Si es tan importante, yo le tengo que dar el lugar que se merece a esa relación. Tengo que tomarla en serio. Yo no le puedo poner excusas al Señor que tengo mucho trabajo, que me gusta esto y quiero lo otro; o no quiero perder mis planes. ¡Vale la pena perder todo para acceder al todo de Cristo!

Debemos aprender a valorar lo importante que es Dios y lo importante que es tener un pacto con Èl. 1ª de Samuel 5: 7 dice así: “Y viendo esto los de Asdod, dijeron: No quede con nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano es dura sobre nosotros y sobre nuestro dios Dagón”. Desde ese día Dagón quedó sin manos y sin cabeza. ¡Pobre Dagón que quería ponerle el pie encima al arca de Jehová! Ni los judíos podían enseñorearse del arca de Jehová, ni los filisteos. ¡Con Dios no se juega! Entonces los filisteos de Asdod le mandaron el arca del pacto a los de Gat. El arca del pacto era grande y tenía en su interior las tablas de la ley; la ley fundamental del pueblo de Israel cuyo primer y gran mandamiento es: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”, y todas las demás leyes que hablan del amor hacia nuestro prójimo. También estaba adentro del arca la vara de Aaròn, quien era sacerdote del sistema sacerdotal del primer pacto. Otra de las cosas que había dentro del arca eran unas muestras que Dios había pedido, del maná que había caído del cielo, para que quedara como testimonio que durante cuarenta años el Señor les dio a comer pan del cielo. Dice la Biblia que con ese pan que Dios les daba, nunca se habían enfermado en cuarenta años.

Le mandaron el arca entonces a los de Gat y dice la palabra de Dios: “Aconteció que cuando la habían pasado, la mano de Jehová estuvo contra la ciudad con gran quebrantamiento, y afligió a los hombres de aquella ciudad desde el chico hasta el grande, y se llenaron de tumores”. Y se la enviaron a los de Ecròn, pero éstos no la querían. “Y cuando el arca de Dios vino a Ecrón, los ecronitas dieron voces, diciendo: Han pasado a nosotros el arca del Dios de Israel para matarnos a nosotros y a nuestro pueblo”. Y la mandaron a Bet-semes, para que volviera a Silo, cincuenta kilómetros en medio de montañas, de desierto, en medio de un sequedal. El arca volvió a estar en el lugar que Dios había dispuesto.

CONCLUSIÓN

Los hebreos no tenían comprado a Dios. Ellos lo tenían que amar, y si lo amaban le tenían que obedecer, de otra manera no había arca que pudiera ayudarlos. Y los filisteos, no porque tenían el arca de Dios lo tenían a Èl. No había Dios ni pueblo que le pudiera poner freno al Señor. Dios no trata con personas que no toman en serio su pacto y que no lo aman.

En el Nuevo Testamento, Jesús tomó pan y vino, y establece otro testimonio de un nuevo pacto. De hecho, cuando el Señor tomó la copa dijo: “Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados” (Mateo 26: 27 y 28). Este pacto ya es eterno, es celestial e incluye un nuevo nacimiento; no de agua sino del espíritu de aquellos que son engendrados por el Espíritu Santo.

¿Qué tan valioso y cuán importante es para ti el pacto que tienes con Cristo? No me cabe duda que Jesús lo tomó en serio porque para celebrarlo lo hizo con su propia sangre. ¡El Señor derramó su propia sangre! Y a sus discípulos les dijo: “Hagan esto en memoria de mí”. No cabe duda que Dios es fiel y si algo anda mal no ha sido la infidelidad de Dios, aunque algunos creen que el Señor no es fiel y se ha olvidado de ellos. Muchos dicen que Dios no es justo porque permite la injusticia. ¡Dios no tiene fallas! El Señor es justo, santo, bueno y perfecto. Si alguien ha fallado, esos hemos sido nosotros. ¡Es por nuestra infidelidad! Esa infidelidad ha trastornado nuestra relación con Dios, mas Dios es fiel.

Haz una oración de todo tu corazón a Dios y dile: “Señor, si alguien ha fallado soy yo. Tú no has fallado. Hoy estoy siendo examinado por ti y a tu luz estoy viendo mi infidelidad. Yo he rehusado tus proyectos, y los planes que tenías para mí; y he escogido otras cosas sin importancia, desechando tu fidelidad. Puse primero en mi vida mis prioridades en el trabajo, en los estudios, en la familia, pero hoy me siento avergonzado por haberte fallado. Vengo delante de ti arrepentido Señor. ¡Perdóname y restáurame Padre, te lo pido en el nombre de Jesús, amén!” 

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PODER PARA SER VENCEDOR

INTRODUCCIÓN

Uno de los problemas que vive esta generación es que su alma no descansa en paz y tenemos sobrados motivos para ello. Mas yo traigo sobrados motivos para ti de parte de Dios para que tu alma tenga paz y descanso. ¡El Señor tiene provisión para que tu alma tenga paz por encima de cualquier dificultad!

En estos tiempos estamos viviendo circunstancias complejísimas, pero quiero decirte hoy que podemos descansar en el Señor. Leemos en Mateo 11:25: “En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños”. Según este versículo, hay sabios y entendidos que no entienden, y Jesús se alegra y alaba al Padre porque estas cosas se las ha revelado a los niños. Los niños tienen virtudes que los grandes necesitamos. ¿Qué necesita un niño para ser feliz y estar confiado? Saber que su mamá y su papá están ahí; saber que cuenta con sus padres. ¡No necesita más! Cuando mis hijas eran chiquitas, las llevamos a un zoológico y ellas estaban fascinadas mirando todo. Al ver que estaban distraídas me escondí detrás de una columna. En un momento Ceci se da vuelta y no me ve, entonces empieza a gritar: “Papá”. A la tercera vez que grita y ve que yo no aparezco, comienza a angustiarse, entonces salí de detrás de la columna y le dije: “¡Acá estoy!” Ella corrió y me abrazó fuerte.

Yo te pregunto: ¿Tú tienes papá? ¿Cuentas con él? Uno de los problemas que más aquejan a los cristianos y no cristianos, y hay no cristianos que creen en Dios, es que les cuesta mucho creer que el Papá está ahí. Les cuesta contar con ese Papá, o se sienten solos y desamparados; se sienten rechazados y piensan que Dios se ha olvidado de ellos, o se cuestionan por qué Dios permite que les suceda semejante injusticia. Así el alma entra en desesperación, deja de descansar, se turba y se angustia.

¡Qué lindo era confiar en mi papá! He contado ya la historia de una vez que llegamos de la iglesia, una noche, y cuando mi papá abrió la puerta vio que la casa estaba desordenada, entonces le dice a mi mamá que espere afuera porque habían entrado ladrones, y mi mamá comienza a gritar: “¡Ay Joaquín!” Yo era chiquito y cuando la vi a mi madre desesperada, me desesperé. La paz que puedes experimentar en medio del caos tiene que ver con tu relación con Dios. Si lo vieras a Dios turbado, sería lógico que te turbes; si lo vieras angustiado o temeroso, es lógico que tú te pongas temeroso o angustiado. La buena noticia es que Dios no está desorbitado, no tiene miedo y no está angustiado. La buena noticia es que Dios todo lo puede y sabe todas las cosas antes de que sucedan. Mi madre se turbó y su turbación me turbó a mí. Entonces mi papá extendió sus manos y nos dijo: “No griten, quédense tranquilos. Yo voy a entrar”. Ahí me volvió el alma al cuerpo. ¡Ese es mi papá! pensé. Tomó una linterna y comenzó a recorrer la casa, y yo pensaba que si había ladrones mi papá los iba a echar a patadas. Yo iba detrás, hasta que llegamos al fondo y mi papá encontró las pisadas de los ladrones en el barro y me dijo por donde habían bajado, por donde habían caminado y hacia donde se fueron. Pero yo ya no tenía temor porque mi papá estaba ahí.

Yo te quiero advertir de algo: Las cargas que te turban no son grandes ni poderosas; las cargas que te turban no pesan nada. El problema no está en el tamaño de tu carga, el problema es si Dios está o no está en el asunto. Lo que importa no es el tamaño de tu problema sino el tamaño de tu Dios. ¿Está Dios o no está? ¿Tienes a Dios o no lo tienes? ¿Tienes Padre o no tienes Padre? Jesús se regocijó y dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños”. Pensar que los sabios y los entendidos no ven ni entienden muchas cosas, pero los niños confían. Jesús dijo que si no nos volvíamos como niños no entraríamos en el reino de los cielos. O aprendes a confiar en Dios y le entregas tus cargas, o comienzas a descansar en Dios, o te pierdes. O domina la paz de Dios en tu corazón, o domina el temor. ¿Domina Dios en tu vida o domina la angustia? ¿Domina Dios en tu vida o la idea de que Él es injusto? ¿Qué clase de Dios tienes? ¿Tienes Padre o no tienes Padre? Si tienes Padre no importa lo que suceda; tu Padre se hace cargo. ¡Tu Padre quiere llevar tu carga! El Señor quiere llevarse tu ansiedad; quiere llevarse esos recuerdos que te maldicen y esos temores que no te dejan.

RECIBE A DIOS COMO TU PADRE

Posiblemente una mamá ha estado llorando toda la noche, ha mojado su almohada con sus lágrimas porque su esposo le dijo que la iba a dejar. Pero a la mañana se levanta y con una sonrisa bendice a su hijo, aunque por dentro está turbada, en cambio el niño está tranquilo porque tiene a su mamá. Ella lleva una tremenda carga, pero su hijo no lleva ninguna. “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños”. Posiblemente, han echado del trabajo a su papá, posiblemente apareció una deuda que no sabían; el papá está llevando una gran carga, pero el hijo está tranquilo, no tiene de qué preocuparse porque ahí está papá.

¡Cómo deseo que esta palabra penetre hasta la medula de tus huesos! No sé que circunstancias estás atravesando; pero quiero decirte que Jesús, antes de ir a la cruz les dijo a sus discípulos: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27). En una oportunidad los discípulos viajaban en una barca y se desató una gran tempestad; Jesús estaba durmiendo y ellos lo despertaron y le dijeron: “Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?” (Marcos 4:38). ¿Cómo podía dormir tan tranquilo? Le estaban reclamando al dueño del mar, al dueño de las olas y el viento, quien les había dicho, pasemos al otro lado y ahora les dice: “¿Por qué teméis, hombres de poca fe?” ¡Que nada te turbe! ¡Que nada te preocupe ni te angustie! Tú dirás: “¿Cómo hago? Mi dificultad es muy grande”. ¡Dios quiere que te vuelvas como un niño! Si hoy te vuelves como un niño, en los brazos de tu Padre se terminará tu angustia, tu temor y tu frustración. Se va a terminar ese desequilibrio que hay en tu alma.

Bendigo a Dios porque nos ha mandado esta palabra en tiempos de mucho conflicto. El evento de Noches de Gloria que se ha llevado a cabo, no creas que se hizo porque había dinero. Las cosas se hacen porque hay fe. ¡Estamos creyendo en un Dios proveedor! Nos han fallado muchas personas y mejor no hablar de ello; nos prometieron cosas que no cumplieron. Hemos recibido noticias nefastas. Pero te voy a decir que nuestro corazón está feliz porque Dios está visitando nuestra nación. ¡La presencia del Señor está con nosotros!

Una de las cosas que me daba paz era que contábamos con un joven que desde los nueve años de edad trabajó en la obra, en el área del sonido; yo tenía mucha confianza en todo lo que hacía y bajo su cargo estaba el armado del sonido en cada evento, así como el de Noches de Gloria. Una semana antes del evento, después de la última reunión del día domingo me lo encontré afuera de la iglesia, le puse la mano en su pecho y le dije: “Oscar, ¡qué bendición que sos! ¡Cuánto me ayudas! ¡Cuánto alivio le traes a mi corazón! Sos realmente un amigo”. Después de haber charlado un rato con él, me fui a mi casa dándole gracias a Dios por la vida de Oscar. El lunes me llamó y me dijo que hacía falta comprar unos repuestos y nos encontramos en la oficina, le dan un cheque y se va a comprar los repuestos. El día martes los compró y los puso en su mochila, entonces se fue a una reunión de nuestra iglesia en el barrio Borro.

Cuando salió de la reunión se dirigió con un amigo hacia la parada de ómnibus, y hablando de todo un poco los dos coincidieron que esa era una esquina peligrosa. Cuando vieron pasar una moto, sospecharon que algo estaban tramando. Los que estaban en la moto dieron una y otra vuelta por el lugar, pero en un momento la moto se dirigió hacia ellos y el amigo de Oscar salió corriendo, quedándose solo Oscar en el lugar con los maleantes. Lo cierto es que asesinaron a Oscar disparándole dos balazos en la cabeza. Uno de los testigos contó que lo vio tirado en el suelo en posición fetal abrazando la mochila que contenía los repuestos que había comprado.

A todo eso un amigo de la iglesia del Borro me llamó llorando desesperadamente, a la medianoche, para contarme la noticia de que Oscar había muerto. Estábamos en la disyuntiva de quién le daba la noticia a los padres. Se desató un infierno porque el Ministro del Interior hizo unas declaraciones sin sentido acerca del hecho. Oscar era un hijo de Dios que dio su sangre por su Señor y por el reino, pero para el Ministro del Interior era un ajuste de cuentas. Estábamos en los preparativos del velorio y recibíamos llamadas telefónicas porque había que seguir con las actividades del evento de Noches de Gloria y se necesitaba comprar algunas cosas. El velorio tuvo lugar en la iglesia central de Misión Vida, con cuerpo presente, al que vinieron muchas personas, y también allí estaban sus padres llorando por la pérdida de su hijo.

¿Cómo hacer cuando las circunstancias son tan adversas? La madre sollozaba: “¡Mi primogénito!” La novia le decía a Dios: “¿Para qué me lo diste si me lo ibas a quitar?” Todos tenemos razones para estar perturbados, pero Dios nos da razones para estar en paz. Y todo pasa por lo que Jesús declaró: “Si no se vuelven como niños no entrarán al reino de Dios. Necesitas tener un corazón como el de un niño; necesitas confiar en mí en la peor de las adversidades. Tú no necesitas ser fuerte y llevar muchas cargas. ¡Yo llevo tus cargas! ¡Yo soy tu Padre! ¡Yo soy tu Dios! Descansa en mí. Yo sé lo que va a suceder antes de que suceda. Nada ha sucedido sin que yo lo sepa. Yo soy el que da y soy el que quita. Confía en mi porque yo hago las cosas bien”.

En el mismo instante en que Oscar cayó al suelo, hubo fiesta en el cielo.  Los ángeles le daban la bienvenida a un mártir del evangelio. Las cosas de arriba no se ven como lo que se ve abajo. El apóstol Pablo nos alienta a poner la mirada en las cosas de arriba, no en las de la tierra: “…no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (Colosenses 3:2 y 2ª de Corintios 4:18).

Yo hoy declaro que clama delante de Dios por justicia, la sangre de un mártir llamado Oscar Paz que fue derramada violentamente, para que Dios traiga justicia. Yo bendigo a Dios por esta circunstancia; bendigo a Dios por las experiencias que nos tocan atravesar y descanso en el Señor. Posiblemente, esa semana ha sido una de las más duras de mi vida, y digo posiblemente porque Dios me ha librado de aflicción y me ha dado paz. Dijo Jesús: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11: 28 al 30).

ORDENA A TU ALMA, QUE DESCANSE EN DIOS

Yo te digo que si estás angustiado o angustiada, estás pecando, si el temor te domina, estás pecando, si en tu vida hay resentimiento, estás pecando. Y todos esos sentimientos turban tu alma y enferman tu cuerpo. La ciencia lo diagnostica como enfermedades psicosomáticas. Son cuestiones de la siquis o el alma que se somatizan. Alma es siquis en el griego, y en el hebreo, la siquis es alma. La ciencia explica que los problemas del alma o la siquis, se somatizan. La palabra soma significa carne, o sea que los trastornos psíquicos se encarnan. Los dolores del alma influyen sobre el sistema digestivo, aumentan la presión sanguínea, contaminan la sangre y producen toda clase de enfermedades a los huesos y articulaciones. ¡No puedes vivir con esos sentimientos gobernando tu vida! O gobierna Dios o te domina el temor, la angustia o el dolor; pero si Dios gobierna no hay lugar para esos sentimientos negativos. Dios quiere sacar todas esas cosas que turban tu alma y no te dejan descansar obligándote a tomar medicamentos para poder dormir.

¡Hoy tienes que ser libre! Y el Señor te invita: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Si dominan tus razonamientos, tus pensamientos o sentimientos no puedes disfrutar de la paz de Dios.

Hay una hermana de la iglesia que compartió su testimonio en el libro Historias que Sanan, y nos cuenta que su papá era un hombre violento, que llegaba borracho y golpeaba a su madre. Un hombre que se hacía respetar a los gritos. Sus hijos le tenían miedo. Y cuando el hombre llegaba, ellos se iban a esconder. Esta chica vivió con eso por muchos años hasta que Dios le reveló lo que a ella le pasaba. Ella no podía pronunciar la palabra padre sin llegar a estremecerse, tampoco podía ver a Dios como un padre porque estaba muy dolida. Esa palabra le traía malos recuerdos y no podía ver a Dios como Padre. Nos cuenta en su testimonio que uno de esos días en que llegó su papá a los gritos, borracho, insultando, ella corrió y se metió debajo de una mesita, temblando. El día que Dios la hizo libre, Mariela entendió que aquel día, siendo muy pequeñita, debajo de esa mesa, un espíritu de temor se apoderó de ella. El temor debilita, derrota y paraliza, de tal manera que en muchas circunstancias Mariela quedaba paralizada y no podía reaccionar. En una oportunidad un hombre la arrinconó contra una pared y le dijo: “Te quedas quieta” y la abusó. Yo me enojé con ella y le recriminé por qué se quedó inmóvil y ella me respondió que no supo qué hacer. “¿No le podías haber dado una patada? Me da la impresión de que hasta te gustó”, le dije enojado. Pero yo no entendía lo que a ella le pasaba hasta que recibió esta revelación de parte de Dios. El temor la paralizaba, y cuando un hombre le pegaba dos gritos, ella no sabía qué hacer. Poco después, Mariela fue diagnosticada con cáncer y por causa del tratamiento de la quimioterapia perdió su cabello. En una sala de hospital, desesperada le dijo a Dios: “Dios, ¿Cómo te voy a decir papá? ¡No puedo! ¿Cómo hago para sentirme protegida?” Nos cuenta que ese día el Señor le habló diciéndole: “Hija, sube a mi falda. Yo soy tu Padre”. Y ella se vio a sí misma sentándose en las faldas de Dios, y el Señor la miraba con ternura y la acariciaba. Ese día conoció a Dios como Padre. Recibió una revelación. Ese día pudo adorar a Dios y abrazarlo; ese día perdió todos sus temores. Mariela tendría que estar muerta hace varios años, pero está viva y sirviendo a su Padre.

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Jesús tuvo que pasar por todo lo que nosotros pasamos y cuando le tocó atravesar el peor momento de su vida, les dijo a sus discípulos: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.

La respuesta a los problemas no es resolverlos con nuestras propias fuerzas sino creer en la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento. No le des permiso a tu mente para pensar más de lo que debe pensar, ni le des permiso a tus sentimientos para que te gobiernen. ¡Ordénale a tu alma que descanse en Dios! El apóstol Pablo dijo: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4: 6 y 7). Lo que tiene que ocurrir es que tu corazón, lo que significa tus sentimientos y pensamientos, sean guardados en Cristo Jesús. Ya no es tuya la carga. Es de Cristo. Ya no eres tú el que arrastra la circunstancia. Es Cristo. Entrégale al Señor tu carga, tu impotencia, tu dolor. Tu derecho en Dios es vivir en paz y feliz a pesar de todo. Cristo pagó el precio de tu paz, para que no vivas turbada mujer, para que no vivas turbado varón. Jesús pagó el precio y no para que sea el temor tu señor sino para ser Él tu Señor. Si Jesucristo es tu Señor, nadie puede señorear sobre tu vida y no hay poder del infierno que pueda turbarte.

Tú dirás, mi problema es muy grande. No importa qué tan grande sea tu problema, lo que importa es que Dios esté en control de ese problema. ¡Dios es más grande que tu problema! No hay cosa difícil para el Señor. Ríndete a Dios, no te enojes y te reveles contra Èl. Tú no entiendes lo que Él entiende ni sabes lo que Él sabe. No sabes por qué el Señor hace lo que hace; no quieras juzgarlo ni razonar contra Dios. No pretendas pedirle explicaciones cuando lo que quiere darte el Señor son revelaciones. La paz no tiene explicación; es la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento. La paz no tiene que ver con razones sino con el poder de Dios. El salmista declaraba: “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado” (Salmo 4:8).

Si no hubiera experimentado lo que te estoy predicando no tendría derecho a hablarte de estas cosas, porque he tenido luchas en estos últimos días, pero si no le hubiera entregado mis cargas a Dios, éstas estarían aplastándome. No puedo cuestionar a Dios por lo que ha sucedido porque mi alma sabe muy bien quién es mi Padre y quien lleva mis cargas. El Señor pone sobre mí un yugo fácil y una carga ligera, y eso mi alma lo sabe bien. Yo voy a descansar en Dios. Jesús no está lejos, está ahí cerca de ti. Deja que Dios se revele a tu vida y que esta palabra penetre a lo más profundo de tu ser. Tú no sabes cómo, pero la paz de Dios viene sobre ti y el peso sale de tu vida. Toda la vida el Espíritu Santo va a estar luchando para que no tomes las cargas que Él tiene que tomar. Toda la vida, los espíritus del infierno estarán generando circunstancias para que tú pierdas la confianza y la esperanza en Dios y te dejes gobernar por circunstancias y sentimientos que te agobian.

CONCLUSIÓN

Jacob tuvo un altercado con su hermano Esaú y tuvo que huir porque su hermano se juramentó que lo iba a matar. Se fue de su tierra por muchos años, se casó en tierra extraña y vivió muchas adversidades. Éste Jacob es aquel a quien Dios le cambió el nombre por Israel porque peleó con Dios y con los hombres y venció. Jacob fue el que peleó con el ángel de Jehová y le dijo: “No te dejaré hasta que no me bendigas”. Y el ángel del Señor lo bendijo. No obstante, el temor dominaba en su vida, pero un día decidió volver a su tierra y encontrase con su hermano Esaú quien había jurado que lo iba a matar. Fue en una de esas noches de turbación que peleó con el ángel. Preparó presentes para su hermano con toda una comitiva, y él iba atrás temeroso y expectante. Iba avanzando y el temor lo sofocaba. Pensó toda clase de estratagemas por si su hermano atacaba, entonces le avisaron que venía su hermano Esaú con cuatrocientos hombres y el corazón del Jacob se estremeció. “¡Me va a matar!” pensó. Esaú iba avanzando hacia el encuentro con Jacob y en el camino se encontró con una comitiva que llevaba presentes para él. Luego se encontró con otra y otra comitiva en tanto iba avanzando con su gente. Y Jacob avanzaba hacia el encuentro con su hermano pensando que éste lo iba a matar.

Génesis 33: 1 al 4 narra: “Alzando Jacob sus ojos, miró, y he aquí venía Esaú, y los cuatrocientos hombres con él; entonces repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas. Y puso las siervas y sus niños delante, luego a Lea y sus niños, y a Raquel y a José los últimos. Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su hermano. Pero Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron”.

Todos los temores que vivimos son globos hinchados, todas las preocupaciones y angustias son globos hinchados. Nada hay que sea poderoso para destruirte, ni siquiera la muerte de tu cuerpo. Si eres de Cristo, el Señor te lleva con Él. ¡Tienes derecho a vivir en paz y gozoso! Tienes derecho a librarte de tu pasado. Tienes derecho a librarte de los recuerdos que te maldicen. No vivas el evangelio atado o atada con los temores y recuerdos del pasado. Entrégale hoy tu carga a Jesús. El Señor te dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Si estás turbado y cansado, si has sentido que Dios te habló y entiendes que el Señor te quiere librar en esta hora corre a la libertad de Cristo, corre a su paz.

“Padre, oro que tu nombre sea glorificado y exaltado. Oro que tu poder sea derramado sobre cada vida y quites el dolor, la turbación, el odio, la angustia, el rencor y la soledad. Quita Dios toda opresión, libera de las ataduras del infierno y sana las enfermedades porque las opresiones enferman el cuerpo. Hoy declaro sobre las vidas la sanidad de Dios y desato tu paz que sobrepasa todo entendimiento. Te damos honor a ti Jesús. Declaramos Dios que tuyo es el poder y la gloria, amén”.

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PODER PARA SER VENCEDOR

INTRODUCCIÓN

Leemos en la carta del apóstol Pablo a los corintios: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” (1ª Corintios 1:18). Entre otras cosas quiero destacar los términos siguientes: la palabra de la cruz, locura y poder de Dios. La cruz, no solamente se ha transformado en un símbolo del cristianismo; lo que se predica acerca de la cruz ha venido a ser el testimonio más importante que existe en el mundo. La historia de la humanidad se divide en, antes de la cruz y después de la cruz. Cuando señalamos AC y DC, queremos decir, antes de la muerte de Cristo y después de la muerte de Cristo. La historia es una hasta la cruz y es otra después de ella.

Respecto de los otros dos términos (locura y poder de Dios), les ha pasado a varias personas que después que se han convertido, sus familiares les dijeron que estaban locos y dicen de los evangelistas que estamos todos locos. La palabra de la cruz es locura para los que se pierden, pero para nosotros, los que nos salvamos, es poder de Dios. Nosotros hemos sido perdonados por la sangre derramada en la cruz, y eso es poder, porque nadie puede librarse del pecado. La Biblia señala que el que hace pecado es esclavo del pecado. No hay nadie que pueda liberarse por su propia fuerza o voluntad, del pecado. Pero el mensaje de la cruz es este: La sangre de Cristo te limpia de todo pecado. Esto tiene un gran significado porque si Dios te ha perdonado de todos tus pecados, tú no eres inculpado en ninguna causa, el diablo no te puede acusar, tus parientes no te pueden acusar. ¡Nadie te puede acusar si Dios ha dado por cerrado el trato que ha hecho contigo! Para los que se salvan esto es poder de Dios, es salvación de Dios.

EL LEGADO DE BILLY GRAHAM

Dicho todo esto quiero honrar la memoria de Billy Graham, un gran predicador que falleció hace poco con noventa y nueve años de edad. Una de sus frases célebres que estuvo en circulación después de su fallecimiento dice: “Algún día les van a decir a ustedes que Billy Graham murió. Ustedes no lo crean; simplemente, Billy Graham se ha cambiado de domicilio”. El mensaje que él predicó, era muy sencillo y es el mensaje de la cruz. Su interés más grande fue que la gente supiera que Dios les ama y hacía énfasis en el poder de la sangre de Jesús. Y la cruz es un símbolo del amor de Dios. ¿Por qué existe la cruz? Porque Dios amó al mundo de tal manera que envió a su Hijo Unigénito a morir en la cruz del calvario para que todo aquel que en Èl cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Jesús mismo se ofreció al Padre para ocupar nuestro lugar. La cruz es símbolo de condenación, pero el Señor no quería que sus hijos fueran a la condenación y decidió ser condenado en nuestro lugar. Allí en la cruz, el Hijo de Dios fue condenado por el pecado de la humanidad.

Billy Graham, durante ochenta años, desde los diecinueve años de edad, predicó el evangelio en los cinco continentes. Se calcula que más de doscientos millones de personas han alcanzado vida eterna por la predicación de Billy Graham, quienes le entregaron su corazón a Jesús y creyeron que sus pecados fueron perdonados y limpiados. Esas personas tienen acceso al reino de Dios por el mensaje de la cruz que él ha predicado.

Billy Graham se crió en una granja lechera en la ciudad de Charlotte, Carolina del Norte, en Estados Unidos. En una oportunidad, un grupo de personas le pidieron a su padre para celebrar una reunión de oración en la granja y la idea era pedirle a Dios que levantara hombres que predicaran el evangelio en las naciones. Y así lo hicieron. Billy Graham, en ese entonces tenía quince años de edad y pocos años después le entregó su corazón a Jesús; desde ese momento se encendió un fuego en su corazón por lo que comenzó a recorrer las naciones predicando el evangelio. Ha sido consejero de varios presidentes en Estados Unidos, desde la década del cincuenta hasta la actualidad, y también ha sido consejero de otros mandatarios de diferentes naciones. La misma reina Isabel de Inglaterra le solicitó que fuera a Inglaterra para darle consejo. En esa nación, por decirlo de alguna manera, el gobernador supremo de la iglesia anglicana es el soberano, de modo pues, que podríamos decir que la reina Isabel es la jefa de la iglesia anglicana. No obstante, ella, siendo la gobernadora, solicitó la ayuda de Billy Graham. ¡Naciones fueron trastocadas cuando este hombre de Dios predicó el evangelio!

Recuerdo lo que sucedió en Corea del Sur. Yo era muy joven cuando me enteré de esta campaña extraordinaria que hizo Billy Graham en esa nación. Corea del Sur había quedado devastada después de una guerra que había sufrido. Quedó reducida a la pobreza. En ese país no se conocía el evangelio, había mucha idolatría, una cultura totalmente contraria a la cultura cristiana. En aquel tiempo, Billy Graham predicó a un millón de personas. Esa nación experimentó un gran avivamiento y fue transformada totalmente. Hoy, allí, están las iglesias más grandes del mundo, una de ellas es la del pastor David Yonggi Cho. No sólo fueron afectadas las personas con el evangelio sino también la nación entera, de tal manera que hubo un crecimiento económico muy grande. Surgieron grandes industrias de marcas muy conocidas que hoy están en todo el mundo como Samsung, Hyundai, etc. Hoy en día, Corea del Sur es una potencia económica.

Quiero hoy honrar la memoria del predicador Billy Graham. Tan importante llegó a ser que sus restos fueron llevados al parlamento de Estados Unidos, y allí, importantes personalidades han pronunciado discursos acerca de la vida de este siervo de Dios. Aun el presidente actual de Estados Unidos, Donald Trump dio un discurso en su memoria y contó que cuando era adolescente, en la primera campaña de Billy Graham, año 1957, que tuvo lugar en el Madison Square Garden, que duró varios días, y en la que dos millones de personas recibieron el mensaje de salvación, él había ido con su papá. Y dijo que la prédica de este hombre tocó vidas, transformó su nación y literalmente impactó al mundo. Hablamos de la palabra de la cruz que transforma las vidas. Para los que se pierden esta palabra es locura, pero para los que se salvan, esto es a nosotros, es poder de Dios. Yo no digo que Trump sea cristiano, pero es evidente que está respaldando la cultura cristiana y los valores cristianos. Èl no respalda económicamente a organismos que no pertenecen al estado y que fomentan el aborto, por lo que el estado invertía millones de dólares. Tan importante ha sido Billy Graham que al día de su entierro concurrieron el presidente y el vicepresidente de los Estados Unidos. Hasta qué punto una vida puede sacudir la conciencia de una nación. También estuvieron los hijos de Billy Graham honrando al padre que Dios les había dado, diciendo que él fue un gran predicador que predicó el evangelio en muchas naciones, pero también fue el padre que les enseñó la palabra de Dios, que los aconsejó, los cuidó y oró por ellos. Fue un hombre que había sido afectado por la palabra que predicaba. Fue un hombre que predicaba desde el corazón.

LA CRUZ ES LOCURA PARA LOS QUE SE PIERDEN

“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos” (1ª Corintios 1:18 y 19). A Dios no le interesa la sabiduría de los sabios ni el entendimiento de los entendidos porque los entendidos no entienden y los sabios son necios. Por eso quiso Dios salvar a la humanidad por la locura de la cruz. La cruz no responde a la inteligencia; nadie inteligente podrá decir que la cruz tiene que ver con el perdón de pecados, con la vida eterna y la salvación. La Cruz no es cuestión de sabiduría ni de inteligencia. ¡Es la locura de Dios! Quiso el Señor salvar a los pecadores por la palabra de la cruz. Quiso Dios liberarnos de nuestra cautividad, sanarnos de nuestras enfermedades, librarnos de nuestras maldiciones, no por inteligencia ni sabiduría, sino por fe, por la revelación a través de la fe. Y aquellos que creen la locura de Dios reciben el favor y la bendición guardados para ellos. ¡Que no pase un día más de tu vida sin que tengas la certeza absoluta del perdón de tus pecados! Porque hay muchos que asisten a la iglesia, pero sólo es costumbre. Muchos tienen sólo la cultura de la religión. Y a Dios no le interesa la religión sino su relación contigo y tu relación con Él que es a través de la fe y del amor. Hay personas engañadas porque creen que tienen algún favor de parte de Dios porque asisten a una iglesia, porque ofrendan; algunos creen que porque son buenos van a ir al cielo y no se trata de eso. La salvación del hombre y el perdón de sus pecados es obra de Dios y es por gracia. Es un favor, un don inmerecido de Dios al hombre por causa del amor que le tiene. “Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?” (1ª Corintios 1: 19 y 20).

¿No te has creído sabio en tu propia opinión? Tal vez has dicho: “A mí nadie me va a decir lo que tengo que hacer”. Y has descubierto que no eres tan sabio, y has tenido que retroceder; pero has tratado de que nadie se entere que te has equivocado porque perderías tu imagen.

Dice 1ª de Corintios que Dios ha enloquecido la sabiduría de este mundo. Los sabios de este mundo dicen que no es trascendente el sexo y perfectamente podemos ser lo que nos parezca y que es distinto a aquello que traemos desde nuestro nacimiento. Un hombre se mira al espejo y dice que es una mujer a pesar del panorama que ve. ¿No ha enloquecido la sabiduría de este mundo?

Un joven de uno de nuestros hogares de Beraca se robó algunas cosas, una noche durante el campamento y se escapó; y vendió todo por unos pesos en una boca de droga. Cuando lo encontramos, lo llevamos a la policía y no sé qué trae el nuevo código penal que la policía no puede actuar, sino que tiene que intervenir primero el fiscal. Ya no se puede pedir a la policía que capture a un ladrón porque ellos nada pueden hacer. La verdad, no se entiende. ¡Una locura! El joven reconoció que había robado y les informó el lugar donde había vendido las cosas; entonces los que viven allí lo buscaron y lo golpearon. Le exigieron que les devuelva lo que había robado o el dinero, pero no fue posible. Entonces el encargado del hogar se retiró de la seccional. Al rato aparece el joven queriendo volver al hogar como si nada. La policía no lo había procesado, no hizo nada al respecto. ¿Dónde está el entendimiento? ¿Dónde está la sabiduría? En otro hogar, que se llama Beraca Party, que tiene todas las habilitaciones de bromatología de la intendencia, todo en regla; hacen alfajores de maicena y los venden en las calles. Son jóvenes que han dejado las drogas y ahora trabajan dignamente. Entonces, unos agentes de la intendencia, secundados por la policía les quitaron todo. Esto lo filmó un empleado de un comercio que estaba indignado por tal atropello.

Sé que ya lo he contado varias veces, pero viene al caso, un hombre de cincuenta y dos años de edad, casado, con siete hijos; un día le confiesa a su esposa que no es un hombre sino una mujer encerrada en el cuerpo de un hombre y la abandona a ella y a sus hijos. Este hombre pasó de la transexualidad a la trans-edad porque ahora vive como una niña de seis años. Hoy en día no podemos contradecir lo que otra persona siente. Un hombre grandote, de más de cien kilos, ahora se cree que es una niña de seis años. Ahora, en su identificación aparece con nombre de mujer y con la edad de seis años. ¿No ha enloquecido este mundo? ¡Qué mal está el mundo! Un hombre se casa con una mujer y juran fidelidad hasta que la muerte los separe, pero al tiempo se pregunta qué le ha visto a la mujer para casarse con ella. Comienza a criticarla porque ha engordado, entonces ya no la quiere más y se busca otra que lo haga feliz. ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría de este mundo? ¿Dónde está la razón del hombre? ¿Dónde están sus sentimientos? Hoy en día se respeta muchísimo a los animales; ahora los perros pueden viajar en avión junto a sus dueños y no sólo perros, también gatos, víboras, etc. ¿Quién tiene más derecho, el que lleva el gato o el que lleva una víbora? Resulta que llevar los animalitos en la bodega los estresa, ¡pobrecitos! Una mujer se apareció con un faisán, pero no se lo permitían, entonces exigió su derecho ya que había otras personas con sus mascotas. ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría de los hombres de esta tierra? Así que a los jóvenes de los hogares que decidieron dejar la droga y llevar una vida digna trabajando, les han sacado todo. Y ese que nos robó en el campamento anda suelto. ¡No hay razón ni entendimiento!

LA CRUZ TE DA LA SABIDURÍA DE DIOS

Dios hoy quiere hacerte entrar en su visión y en sus razones. La cruz te devuelve la razón. ¡Qué perdido está el mundo! He hablado con muchos jóvenes que me han declarado que la droga los está destruyendo, pero vuelven a reincidir. Una jovencita asistió a una fiesta electrónica y murió de una sobredosis de drogas. La droga corre, si no te la proporciona un amigo te la ofrecen ahí mismo en la fiesta; y a las chicas se la dan gratis. Una jovencita que asiste a nuestra iglesia me contó que la otra chica fue a la barra y le dijo al barman que le pusiera a la bebida algo que le vuele la cabeza, entonces le sirvió varios tipos de bebidas alcohólicas. Cuando se encuentra conmigo me dijo que la noche que murió la chica, ella estaba en esa fiesta, y esa noche probó tres drogas con bebidas alcohólicas y también casi se muere. Le pregunté quién pagó la droga y me contó que se la dieron gratis. ¿Cuál sería la lógica? Impedir esa clase de fiestas. ¿No sabe la policía que en esas fiestas corre la droga? ¿No lo saben los jueces? Sin embargo, se hizo una fiesta mucho más grande para cerrar la temporada. ¡Nadie hace nada!

Dice la Biblia: “¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” (1° Corintios 1:20-21). No es que Dios no tiene sabiduría, no es que no le importa la sabiduría; dice la Biblia que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios. Tú no conoces a Dios por sabio ni por inteligente; tú conoces a Dios por la fe. Agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Tal vez no eres muy sabio, pero, ¡gloria a Dios! ¡No es por sabiduría! Tal vez no eres muy inteligente, pero, ¡gloria a Dios! ¡No es para los inteligentes!

Tal vez eres una persona humilde y sencilla; te humillas delante de Dios y le confiesas que lo necesitas. Y el Señor te dice: “Para ti es mi perdón. Para ti es la vida eterna”. ¡Ha querido salvar Dios a los creyentes por la locura de la predicación, por la locura de lo que yo te predico hoy! La fe te abre las puertas de la gracia; la fe te abre las puertas de la bendición y de las promesas de Dios. La cruz tiene muchas cosas que decirnos. La Biblia dice que por sus llagas fuimos nosotros curados. ¡En la cruz hay sanidad para ti! Era necesario que quien moría en la cruz fuese lacerado, azotado y herido; mas la Biblia dice que Jesús fue herido por nuestras rebeliones. Ahí tenía que ser crucificado yo. Yo tenía que padecer las consecuencias de mi pecado, pero Cristo me amó y tomó mi lugar, muriendo en la cruz. La cruz habla de sangre derramada. La Biblia nos enseña que en la sangre está la vida. Parece ser que el alma misma del ser humano está en la sangre. Y cuando cayó a tierra la sangre de Jesús, caía la vida perfecta de Cristo. No te olvides que vienes de la tierra.

No olvides que eres polvo. Esa sangre le estaba dando vida a la tierra, y esa tierra que recibió la sangre de Cristo nos representa a nosotros. Cuando Dios hizo al hombre a imagen y semejanza suya, tomó polvo de la tierra y le puso Adán que significa, tomado de la tierra. A la vida de Cristo, la tierra no iba a poder retener porque ni el pecado ni la muerte podían retener a Jesús, por eso el Señor resucitó, que es la garantía de aquel que ha sido limpiado por la sangre de Cristo. Si no hay pecado en ti porque el Señor lo ha limpiado, ¿de qué podrá acusarte el diablo? ¿Y qué podrá hacerte la muerte? ¡La muerte no tiene poder contra ti! Podrás declarar como Billy Graham: “Cuando digan que estoy muerto, no les crean; solo me he cambiado de domicilio. He cerrado mis ojos aquí en la tierra y los he abierto para contemplar a mi Salvador”. Esto no se puede demostrar en un laboratorio, pero lo puedo creer; esto lo recibo por la fe en la palabra de la cruz.

“Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría” (1ª Corintios 1:22). Jesús tenía que demostrar con señales que era el Mesías, y el Señor les respondió: “La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12:39 y 40). Esto es el mensaje de la cruz.

Y los griegos buscan sabiduría. Ahí están, en Grecia, los matemáticos, los físicos, los filósofos. “Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura” (1ª Corintios 1:22 y 23).

El misterio de Dios está en la cruz. ¿Puedes creer? Tú te querrás presentar con muchos argumentos delante de Dios, pero para Él no hay ningún argumento válido. Yo fui bueno. No, tú no has sido bueno, porque de haber sido así, no hubiera hecho falta que yo mandara a mi Hijo a morir en la cruz el calvario. Pero yo fui a Misión Vida. ¡No! Misión Vida no salva. Salva mi Hijo que murió en la cruz del calvario. Pero yo fui discípulo del apóstol Jorge Márquez. Jorge Márquez predicó acerca de la cruz y tú debías creer en el poder de la cruz y no en él. Señor, yo hice ayuno y oré. Eso es fruto de la vida cristiana, pero lo que tiene valor delante de mi es tu fe puesta en el testimonio que yo he enviado al mundo, mi Hijo que murió en la cruz del calvario y resucitó. Lo único que puede otorgarte perdón de pecados, hacerte libre de la muerte y darte pase a la vida eterna, es la fe en la locura de la predicación de Jesucristo. Lamentablemente muchos cristianos creen que su pasaje al cielo tiene que ver con su vida de santidad y de religiosidad. Debo decirte que tienes que cuidarte mucho de la religiosidad porque la religiosidad no te salva. Es más, Dios detesta la religión. La controversia más grande de Jesús fue con aquellos que practicaban religión. Y Dios quiere que practiques amar a su Hijo Unigénito, a quien Él entrego por tus pecados.

“pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; más para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios” (1ª Corintios 1: 23 y 24) El poder de Dios y su sabiduría están escondidos en la cruz del calvario y Billy Graham se dedicó a predicar esto en todo el mundo.

CONCLUSIÓN

Reflexiona en qué tienes basada tu esperanza de vida eterna. Si tú mueres ahora mismo, ¿qué grado de seguridad tienes de que tus pecados han sido perdonados y que cuando abras tus ojos vas a contemplar al Rey de Gloria? Dios no está obligado a seguirte con tus razonamientos, pero está obligado a seguirte por tu fe en el poder de Jesús, muerto en la cruz del calvario y resucitado al tercer día. Les he preguntado a varios cristianos si tienen la certeza de que sus pecados han sido perdonados y algunos piensan que sí, pero no están seguros. ¿Te parece que eso es fe? Creen que sí porque hace años que asisten a la iglesia, no cometen muchos pecados, dicen que son mejores que sus antepasados. ¿En qué basas tú, la certeza de la vida eterna? Tienes que basarla en que tus pecados han sido perdonados, que tu vida ha sido limpiada con la sangre del Cordero; que la vida de Cristo está en ti y que Dios no te mira a ti, sino que ve a Jesús en ti. Si tu fe es una fe genuina en Cristo Jesús, ya el Padre no te ve más a ti porque ve la vida de Cristo en ti.

Si necesitas el perdón de Dios, dile: Señor perdona mis pecados, límpiame, lávame con tu sangre preciosa, yo te abro mi corazón, entra en mi vida Jesús. Líbrame de mi maldad, líbrame de mi mismo Padre, te lo pido en el nombre de Jesús, amén”. 

“En el nombre de Jesús, declaro que se deshace sobre tu vida el poder del pecado, son rotas las cadenas, son rotas las ataduras. ¡El misterio de la cruz tiene guardado poder de liberación para ti! Yo proclamo perdón de pecados, liberación y vida eterna sobre tu vida, en el nombre de Jesús, amén”.

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PODER PARA SER VENCEDOR

INTRODUCCIÓN

Sólo los que caminan sin Dios dependen de sus propias fuerzas, pero los que caminan con Dios cuentan con su respaldo y su provisión. Quien dice que tiene fe, tiene que actuar. Si dice que tiene fe y no hace nada, esa fe está muerta en sí misma. En otras palabras, mi fe me mueve. Por la fe yo me muevo. Aunque me puedo mover también porque estoy frustrado y debo hacer algo, en ese caso, me mueve la frustración y no la fe. El resentimiento también te motiva a hacer cosas, pero las obras del resentimiento no tienen origen en la fe. Me puede motivar a hacer cosas, la alegría que me ha producido el haberme pasado de copas. Hago cosas, pero mi motivación y el origen de lo que hago es el alcohol.

Pero aquellos que tienen fe y se mueven por la fe son los que hacen las obras de Dios y éstas son trascendentes. Las obras que hacemos, que provienen de la fe en Dios, trascienden el tiempo; significa algo así como, atraviesan el tiempo. El apóstol Pablo nos alienta en Colosenses 3:2 a poner la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra: “No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2ª Corintios 4:18). Hay obras que se diluyen en el tiempo y no son efectivas, pero hay obras que trascienden el tiempo y esas son las obras de Dios, las que hacen aquellos que tienen la fe de Dios. No hay nada mejor que poder vivir la vida de fe que Dios tiene planeada para nosotros, de tal manera que hacemos cosas que provienen de la fe y esa fe proviene de Dios.

También nos dice el apóstol Pablo que lo que no proviene de la fe es pecado (Romanos 14:23). Puedes hacer cosas que a tu criterio son buenas, pero si no proviene de la fe, entonces no proviene de Dios, y todo lo que no viene de Dios es pecado por más bueno que parezca. Puedes tener una corazonada o una ilusión de que estás haciendo algo bueno, pero no te movió la fe de Dios a hacerlo y eso es pecado. El apóstol Pablo nos enseña que ni siquiera podemos comer sin fe. “El que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado” (Romanos 14:23). Si comes creyendo que la comida te va a hacer mal, te hace mal porque lo hiciste dudando. Nosotros tomamos los alimentos y los bendecimos: “Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias” (1ª Timoteo 4:4). Muchos cristianos no oran a la hora de comer, pero tenemos que darle gracias a Dios por la comida, bendecir los alimentos en el nombre de Jesús y comer sin miedo a que nos haga mal. La fe nos da dominio propio, nos da la medida. Observa a tu alrededor a algunos que perdieron la medida y el dominio propio y no comen por la fe. Se puede comer movidos por la gula, y si te mueve la gula, no digas que tienes fe. Tú dices que por la fe te mandas tres platos de tallarines, pero eso es gula.

FE: REQUISITO IMPRESCINDIBLE PARA AGRADAR A DIOS

Leemos en Hebreos 11:6: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. ¿Crees en Dios? Una cosa es creer en Dios y otra es agradar a Dios. Muchos dicen creer en Dios; los demonios también creen y tiemblan a su palabra. Y te aseguro que los demonios no agradan a Dios. ¿Por qué es imposible agradar a Dios? Porque la fe es de Dios y es por esa fe que hacemos las obras que Dios quiere que hagamos. No estamos en el mundo para hacer lo que queremos nosotros sino para cumplir los planes de Dios. Y Jesús nos enseñó a orar por ello: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6: 9 y 10). En primer lugar, el reino de Dios tiene que venir a mí. ¿Y qué es eso de que venga el reino de Dios? Un reino no es democracia; en un reino hay un soberano que es señor de ese reino. Cuando decimos, venga a nosotros tu reino, decimos: “Sé tú mi Dios y mi Señor. Hágase en mí tu voluntad, no lo que yo quiero sino lo que tú quieres”. Y Dios nos ha dado la fe para hacer todo lo que de Él viene. “…porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. Dios premia a los que le buscan”.

Hebreos 11:4 dice: “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella”. La fe genera hechos. Aquí habla de una ofrenda que Abel ofreció a Dios hace miles de años. Hace mucho tiempo, miles de años atrás, alguien presentó una ofrenda a Dios; se llamó Abel. Hubo otro que también presentó ofrenda a Dios, su nombre era Caín. La Biblia nos dice que la ofrenda de Abel agradó a Dios, pero no miró con agrado la ofrenda de Caín. El corazón de Abel agradó a Dios, no así el corazón de Caín. No era una gran ofrenda lo que presentó Abel, era un corderito de su ganado, con el que hizo un sacrificio a Dios, y Caín se presentó con lo que tenía ya que él trabajaba la tierra.

Pasaron los años y se escribió el libro de Hebreos donde dice que la ofrenda de Abel fue una ofrenda de fe: “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín…” Las obras de la fe son trascendentes, atraviesan la historia, así sucedió con la ofrenda de Abel, y hoy nosotros aprendemos de su fe. Se han ofrecido miles de millones de ofrendas a Dios a lo largo de la historia, y no muchas han sido trascendentes como la de Abel. Una pequeña ofrenda que proviene de la fe, trasciende los siglos y llega a nosotros en la actualidad. La ofrenda de Abel nos está enseñando hoy. Lo que èl hizo, lo hizo por la fe, nos aclara la Biblia; de otro modo hubiera sido intrascendente.

Yo me encuentro en una lucha de fe, y como sé que tengo que hacer algo ya que no puedo decir que tengo fe y no hacer nada, fui a visitar a algunos empresarios para hablarle acerca del evento de Noches de Gloria y la venida del pastor Cash Luna y otros predicadores; y también contarles de los grandes gastos que tenemos. Les hablé de la importancia de la obra que estamos haciendo, de cómo trasciende el país, que vienen pastores de muchos lugares; les hice ver cómo Uruguay bendice a muchas naciones más grandes, y que estoy convencido que esta tarea es una tarea que tiene que ver con la extensión del reino de Dios y no con la extensión de mi ministerio. Les hice ver que la empresa que tienen no es de ellos sino de Dios y ellos debían reflexionar lo importante que sería que ellos pudieran sembrar para ese evento. Cuando terminé de hablar me dijeron: “Hermano, nosotros estamos muy contentos por lo que está haciendo usted, pero queremos contarle que nosotros tenemos una deuda de siete millones de dólares con un grupo de bancos, tenemos un plazo para pagar y no llegamos, entonces estamos negociando con esos bancos qué se puede hacer porque de lo contrario daremos quiebra. Estos bancos nos han puesto un interventor quien controla todo lo que gastamos. Literalmente, no podemos darle un cheque a usted porque debemos justificar cada gasto que hacemos en la empresa”.

En ese momento entendí algo interesante, y era que ellos tenían más fe que yo. Yo estaba preocupado por cien mil dólares y estos me hablaban de una deuda de siete millones de dólares. ¡Hay que tener fe para meterse en una deuda colosal! Así que, el que tenía la preocupación por los cien mil dólares, termina orando para que Dios bendiga a los que deben siete millones a los bancos. Dios me dio una gran lección y me dijo: “Si no te saco yo de ésta, no te saca nadie. Si tu fe no está puesta en mí no vas a prosperar”.

Esto me paso con varias personas que visité. Y yo debo proclamar que Dios es mi proveedor. No sé de donde Él va a sacar los recursos, pero el Señor va a suplir. Si esta obra es de fe, la provisión no va a faltar. Aunque algunas cosas están acomodándose. Los pasajes para treinta personas que vienen al evento de distintos países ya están cubiertos. Sé que Dios suplirá para que tengan alojamiento y comida. También para el alquiler del equipo de filmación que son unos treinta mil dólares. Dios me está haciendo pasar por una prueba de fe, o sea que no puedo predicarte con miedo sino con fe. ¡No puedo estar atemorizado ni ansioso! Debo mantenerme firme en la fe. Y el Señor me recuerda lo que dice su palabra: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). La fe es la sustancia de lo que todavía no veo; la fe es la sustancia de lo que todavía no existe. Aunque ya existe porque yo he creído. Por causa de esto pude levantar la mirada y ver a algunos héroes de la fe; para mí, el más importante fue Abraham que es llamado en la Biblia, el padre de la fe.

“Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo…” Quien hace obras de fe, hace obras de justicia y es considerado justo, no injusto ni hipócrita. El que hace obras de fe es aprobado por Dios. Ahora, la fe no viene de ti sino de Dios. Si captas la fe y haces las obras que corresponden a la fe, entonces eres una persona que hace justicia. Puede ser que no te entiendan. Mucha gente me ha confrontado porque el 8 de marzo, día internacional de la mujer, promoví levantar la bandera de la verdad. Un grupo de personas se dió cita en la marcha que se organizó por el día de la mujer. Algunos me increparon que no tenía que haber ido porque estaba provocando a las feministas. Yo quiero que sepas que el 8 de marzo es el día internacional de todas las mujeres. Muchos, incluidos algunos cristianos creen que ese día es el día de las feministas, pero es el día de la mujer, incluidas las feministas. Es el día de la mujer que da de amamantar, la que pare hijos, la que ama a su esposo, etc. Hay mujeres que no se consideran esclavas por tener hijos ni se sienten infelices, tampoco se consideran esclavas por tener un esposo. Las mujeres de la iglesia no salieron ese día a confrontar sino a declarar que no son esclavas por tener hijos ni marido. Que nunca abortarían ni clamarían por su derecho al aborto. Son mujeres felices por poder amamantar a sus bebes y no consideran una maldición o una esclavitud tener hijos. Las feministas nos pegaron duro por esto; también lo hicieron muchas iglesias. Pero Dios obró en algunos detalles haciendo unas cosas sencillitas. Nosotros filmamos a las mujeres que fueron a participar pacíficamente de la marcha y le enviamos el video a Christian Rosas de Perú (Politólogo Fundador de la Coordinadora Nacional Pro Familia y vocero del colectivo #ConMisHijosNoTeMetas).

Él nos dijo que lo iba a editar y a viralizar y así lo hizo. Y nosotros también lo subimos a una fan page que creamos recientemente, “Con mis hijos no te metas” y que tiene apenas unos mil doscientos seguidores. El asunto es que el video del 8 de marzo fue reproducido más de 60 mil veces hasta hace unos días atrás, y llegó a 193.598 personas que vieron ese video. ¡Dios puso su mano allí! Nosotros no hemos pagado para que esto se viralice de tal manera con una fan page relativamente nueva. Entonces le escribí a Christian Rosas y me respondió lo siguiente: “Saludos pastor. Es la bendición y el favor de Dios”.

Quizás tienes que hacer una obra de fe y tu familia no te entiende, tal vez mucha gente se vuelve en tu contra. Pero si esa obra es de fe, todo saldrá bien, no importa la oposición. Si es de fe, es de Dios; y si es de fe sigue adelante. Continuó diciéndome Christian Rosas: “Este es su camino, defender su verdad, obedecer sus mandamientos. Sufrir por su causa. Esto recién empieza”. Yo me alegro de tener este amigo con la mitad de mi edad, a quien Dios está usando tremendamente. Siguiendo con su mensaje, me dice: “Estoy en Moscú, invitado como observador de las elecciones presidenciales junto con mi padre”. Esto lo escribió unos días antes de las elecciones en Rusia. Dicho ya de paso, Vladimir Putin ganó las elecciones. “Naturalmente Vladimir Putin ganará, y su campaña se ha centrado en la defensa de valores tradicionales como la familia” agregó. Putin ha hablado mucho acerca de su posición en contra de aborto, defendiendo la familia, pegándoles duro a la ideología de género; y ha centrado su campaña en valores. A mí me ha costado creer que Vladimir Putin haga eso. Entonces le digo a Christian: “Me interesa mucho saber acerca de los videos que aparecen, que con mucha solvencia defiende los valores. ¿Es real esto?” Porque me ha llegado a los oídos que han traducido las charlas de Vladimir Putin poniendo cualquier cosa haciéndole decir lo que realmente no dijo. Y este joven me contestó: “Así es. Desde hace unos años atrás he vendido aconsejando en esta materia a Rusia mediante los diplomáticos. E increíblemente han escuchado, al punto que han modificado el código de familia y han derogado leyes de género, etc”. ¡Así es, Putin está defendiendo los valores! “Les he estado hablando a los diplomáticos de estos temas y les ha gustado, por lo que también lo han aplicado”.

La conclusión es que este joven dice que hay que poner la cara a los problemas y hay que sufrir por Cristo; hay que levantar la verdad e ir para adelante. Este joven es uno de tantos que han producido un cambio en la mentalidad de los diplomáticos y gobernantes de Rusia. Me honra ser su amigo y me alegra estar rodeado de personas de fe. Y te quiero advertir algo; quizás estás pensando cómo haces para tener fe, o cómo sabes cuando tienes fe. Tal vez tienes algo en mente, pero no sabes si es de fe o un mero capricho, porque te puede mover muchas cosas como un resentimiento, pero no significa que lo que el resentimiento te manda es de fe. Quizás un espíritu de fracaso te frena de hacer lo correcto.

Tal vez tienes vergüenza o timidez y sólo haces lo que esos sentimientos te permiten. Muchas cosas quieren gobernar tus hechos, pero Dios quiere que sea la fe la que gobierne lo que hagas. La única cosa que a Dios le agrada es lo que haces cuando tienes fe. Cualquier cosa que hagas que no provenga de la fe, viene de una fuente extraña; su origen es extraño por más que te parezca que es algo bueno. Puedes tener la sensación que es bueno, como cuando te casas; tú dices que encontraste a la mujer de tu vida, te comprometes a amarla hasta que la muerte los separe, pero al tiempo te preguntas qué le habrás visto para casarte con ella.

Muchas cosas hacemos de acuerdo a lo que nos parece, pero sólo las que provienen de la fe permanecen. La ofrenda de Abel, trasciende hasta el día de hoy porque esa ofrenda tuvo origen por la fe de Abel. Cuando uno hace obras de fe, hace obras de justicia y uno es justo. Es justo no por las razones que tiene, no por las explicaciones que da ni los sentimientos que lo mueven, sino porque lo que hace proviene de fe. En Gálatas 3:6 leemos: “Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia”. Abel fue declarado justo porque hizo algo por la fe; y también Abraham es declarado justo, y no por cumplir leyes sino por haberle creído a Dios. Hay una generación de hombres y mujeres en la tierra que son justos, y esos son los que tienen la fe de Abraham. Me enorgullezco de ser de la estirpe de Abraham. ¡Yo soy de los que lleva en el pecho la fe de Abraham! ¡Yo le creo a Dios!

Abraham estaba casado y no tenía hijos ya que su esposa era estéril. Dios le dijo: “Yo te voy a dar descendencia”.  Lo saca afuera una noche y le dice que cuente las estrellas; Abraham ve que son muchas e imposibles de contar, entonces el Señor le dice: “Así será tu descendencia”. Y Abraham creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. Y de ese hombre solo, con una esposa estéril, nace el pueblo de Israel. Y de ese pueblo surgieron los grandes héroes de la Biblia como Moisés, Josué, Gedeón, Sansón, David, Salomón, etc. ¡Grandes héroes de la fe! Que hayan hecho cosas pequeñas o grandes no importa, si son de fe, son trascendentes. En la Biblia encontramos a Rahab la ramera que creyó lo que los siervos de Dios le dijeron y los escondió en su casa para que no los mataran; y esa mujer, está en la lista de los que creyeron a Dios. Y su acto fue contado como un acto de justicia.

ISRAEL: UN PUEBLO QUE NACIÓ POR LA FE DE ABRAHAM

No puedo dejar pasar el hecho de que el estado de Israel cumplirá setenta años de existencia. Es sumamente trascendente lo que está ocurriendo con esa nación. Uruguay tiene doscientos años de existencia y hace sesenta y ocho años que no crece en población. Israel comenzó en el año 1948 con seiscientos cincuenta mil habitantes y hoy son ocho millones y medio. En el año 1948 no eran nada; hoy son una potencia. Me enorgullece saber que también soy hijo de Abraham, que le creyó a Dios, que por causa de su fe se hizo padre de multitudes, y se hizo padre de los que creemos en su Dios, porque nosotros adoramos y creemos en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.

Yo admiro muchos personajes de Israel y he leído la vida de algunos hombres pioneros en la fundación de esa nación. Algunos tenían tanta fe que comenzaron cuarenta años antes de la fundación del estado de Israel, en el año 1948 y decidieron establecer su nación en la tierra que Dios le dio a Abraham. Era muy improbable que lo lograran, pero ellos crearon una ONG llamada Keren Kayemet y comenzaron a juntar dinero en todo el mundo para comprarles tierras a los árabes; éstos no le querían vender tierras fértiles, y les vendieron tierras desérticas, pero ellos las compraron y decidieron plantar árboles porque creían que algún día iban a tener una nación. Cuarenta años antes de la declaración de la independencia del estado de Israel compraron tierras desérticas y plantaron árboles; hoy en día hay unos seiscientos millones de árboles plantados en Israel. ¡Hicieron florecer el desierto! Se cumple la profecía de la Biblia que dice que el desierto iba a florecer. Estos fueron hombres que no se detuvieron por nada.

También surgieron otras organizaciones como Keren Hayesod que recaudaba dinero para poder llevar judíos a Israel. Esta organización ha logrado llevar millones de judíos de Rusia, de Etiopia y otras naciones en donde estaban esparcidos. Hasta el año 1948 el territorio estaba gobernado por un mandato que se le había otorgado a Inglaterra, pero les dieron la orden de retirada ya que iban a entregar ese territorio a los palestinos y a los judíos. Y como los judíos eran menos en cantidad, les dieron un pedacito. El sesenta y cinco por ciento de ese pedacito que le dieron era desierto.

Yo he estado en Tel Aviv donde se declaró la independencia del estado de Israel, ese lugar era un montículo, así como lo sugiere su nombre: Tel. Pero allí decidieron plantar bandera y crear una ciudad, que hoy es la más moderna del mundo. Inglaterra tenía que dejar esas tierras el 15 de mayo de 1948; el día 14, los judíos declararon la independencia y establecieron el estado de Israel en el pedacito que la Coalición de Naciones, lo que hoy es la ONU, le asignó. Los enemigos de Israel no quisieron ese trato porque no aceptan la existencia de Israel; no aceptaron declarar la independencia ni mucho menos declararlos como nación si estaban los judíos ahí. Pero los judíos estaban dispuestos a establecerse como una nación. Hasta el día de hoy los palestinos no tienen nación, en cambio, los judíos tienen una nación, que está costando bastante exterminar.

Con motivo de los setenta años del estado de Israel, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, presentó un discurso en la ONU en el que expresa lo siguiente: “Sólo hace setenta años los judíos fueron llevados al matadero como ovejas. Hace 60 años no teníamos país ni ejército. Apenas unas horas después de su creación, siete países árabes declararon la guerra a nuestro pequeño Estado judío. Éramos sólo 650.000 judíos, contra el resto del mundo árabe, sin ningún Ejército de Defensa de Israel (FDI). Ninguna fuerza aérea poderosa, sólo personas valientes. Líbano, Siria, Irak, Jordania, Egipto, Libia, Arabia Saudita todos nos atacaron al mismo tiempo. El país que las Naciones Unidas nos dieron fue 65 % desierto. ¡El país estaba fuera de la nada! ¡Hace 35 años! Hemos luchado con los tres ejércitos más poderosos en el Oriente Medio, y nosotros los barrimos… SI… en seis días. Hemos luchado en contra de diversas coaliciones de países árabes que tenían los ejércitos modernos y muchas armas soviéticas, y siempre los hemos derrotado. Hoy tenemos un país, un ejército, una potente fuerza aérea. Un estado cuya economía exporta millones de dólares. Intel, Microsoft, IBM desarrolla productos para todo el mundo. Nuestros médicos reciben premios por investigación médica. Tenemos numerosos premios nobel en todas las áreas. Hemos hecho florecer el desierto, vendemos naranjas, flores y vegetales a todo el mundo. Israel ha enviado sus propios satélites al espacio. ¡Tres satélites al mismo tiempo! Estamos orgullosos de estar en el mismo rango que los Estados Unidos, que tiene 250 millones de habitantes; Rusia, que tiene 200 millones de habitantes; China tiene 1300 millones de habitantes; Europa (Francia, Gran Bretaña, Alemania) con 350 millones de habitantes, los únicos países en el mundo que envían objetos al espacio. Israel es ahora parte de la familia de las potencias nucleares, con Estados Unidos, Rusia, China, India, Francia y Gran Bretaña. Nunca lo hemos admitido oficialmente, (pero todo el mundo lo sabe) sólo hace 60 años, nos llevaron, avergonzados y desesperados, al sacrificio. Tenemos recientes las ruinas humeantes de Europa (Europa que tenía países poderosos y ejércitos poderosos fue devastada en la segunda guerra mundial) y nosotros ganamos nuestras guerras aquí con menos que nada. Hemos construido nuestro pequeño imperio de la nada. ¿Quién es Hamas para querer asustarme? ¿Para amedrentarme? ¡Ustedes me hacen reír! La Pascua se celebró; no olvidemos de qué se trata.

Hemos sobrevivido al Faraón. Sobrevivimos a los griegos. Hemos sobrevivido a los romanos. Hemos sobrevivido a la Inquisición de España. Tenemos los pogromos en Rusia. Hemos sobrevivido a Hitler. Hemos sobrevivido a los alemanes. Hemos sobrevivido al Holocausto. Hemos sobrevivido a los ejércitos de siete países árabes. Hemos sobrevivido a Saddam Husein. Seguiremos sobreviviendo también a los enemigos de hoy. Piense en cualquier otro momento de la historia humana. Pensar en ello, para nosotros, el pueblo judío, la situación nunca ha sido mejor como ahora. ¡Vamos a afrontar el mundo! Recordemos: todas las naciones o culturas que alguna vez trataron de destruirnos, hoy ya no existen. ¡Y todavía vivimos! ¿Egipto? ¿Los griegos? ¿Alejandro Magno? ¿Los romanos? ¿Alguien todavía habla latín en estos días?  ¿El Tercer Reich? Y mírenos, La nación de la Biblia, los esclavos de Egipto. ¡Todavía estamos aquí! ¡Y hablamos el mismo idioma! ¡Antes y ahora! Los árabes no lo saben todavía, pero aprenderán que hay un Dios. Mientras mantengamos nuestra identidad, estaremos por siempre. Así que les pedimos perdón por no preocuparnos, por no llorar, por no tener miedo. Las cosas están bien aquí. Podrían ser ciertamente mejor. Sin embargo, no crean en los medios de comunicación, ya que no dicen que las fiestas de Israel se siguen celebrando, que la gente sigue viviendo, que la gente sigue saliendo para ver a sus amigos. Sí, nuestra moral es baja. ¿Por qué? Porque lloramos a nuestros muertos, mientras que otros se regocijan en la sangre derramada. Es por eso que vamos a ganar finalmente. Él nunca duerme o nunca dormirá… el Guardián de Israel, Yahveh, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”.

Esta gente, muchos que no entienden de fe, tienen la fe de Dios y están haciendo las obras de Dios. Ellos se están respaldando en las profecías. Por un lado, se creen que son muy fuertes y tienen un gran ejército y es por eso que vencen. Todavía no son capaces de entender que cuando ganaron a las siete naciones árabes, lo hicieron sólo por la gracia de Dios, y cuando ganaron la guerra de los seis días, lo lograron sólo por la gracia de Dios. Pero Netanyahu confiesa que son el pueblo del libro de Dios, la descendencia del amigo de Dios. Son los descendientes de aquel a quien Dios le dijo: “Te daré una descendencia y la afirmare sobre la tierra”. Estoy seguro que no es por el ejército ni por el primer ministro de Israel; es porque Abraham fue amigo de Dios quien le creyó a Dios y le fue contado por justicia. Y el Señor le dijo: “Te juro por mi mismo y por mi trono que te bendeciré y bendeciré en tu nombre a todas las naciones de la tierra”.

CONCLUSIÓN

¡Es tiempo de fe! El que no sepa aferrarse a la fe de Dios va a sucumbir a los tiempos que vienen. Las leyes que se están aprobando en todo el mundo, las presiones que ejercen sobre los países la ONU, la OEA, los grandes poderes económicos, están subyugando al mundo y lo llevan a la teología de Sodoma y Gomorra. ¡No son progresistas! ¡Son retrógrados! ¡Nos están haciendo volver a Sodoma y Gomorra! Pero Dios va a levantar un pueblo de fe que no tenga miedo, un pueblo que le crea a Él y haga sus obras. Dios levantara un pueblo que no les tenga miedo a las leyes ni a los razonamientos del mundo, sino que teme a Jehová. “…miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra” dice el Señor. (Isaías 66:2)

¿Tiemblas a su palabra? Dile al Señor: “Quiero formar parte de tu pueblo y que yo sea declarado justo como Abel y como Abraham. No porque yo haga cosas buenas sino porque te he creído, y el haberte creído me lleva a hacer lo que te agrada a ti. Me humillo ante ti y te pido perdón por todo aquello que hice por mi cuenta sin saber si provenía de la fe o no. Muchas cosas he hecho por mi capricho, porque creí que hacia lo correcto. Pero hoy entiendo que lo que necesito es fe, porque sin fe nunca podre agradarte. Toma mi vida, Señor. Dame esa fe para creer en ti Dios y para creer en tu palabra. Quiero adorarte y bendecir tu nombre. Hoy quiero darte gracias porque me has hablado. Yo declaro que tú eres mi Dios. Confieso que no me he preocupado por hacer las cosas por la fe, y reconozco que lo que he hecho fue porque me parecía, porque lo sentía, porque creí en mí mismo, pero a partir de hoy quiero sólo creer en ti. Perdóname Señor y líbrame de desagradarte, te lo pido en el nombre de Jesús, amen”.

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PODER PARA SER VENCEDOR

INTRODUCCIÓN

Nada de lo que hagas, si no proviene de la fe, sirve para algo. Conocemos la voluntad de Dios porque Él nos la revela a través de la fe y no por razonamientos ni sentimientos. Conocemos la voluntad de Dios a través de una revelación que viene por la fe. Yo tengo mi intelecto que produce pensamientos y razonamientos, y tengo mis sentimientos que forman parte de mi alma y corazón; pero ni el intelecto ni los sentimientos sirven para discernir la voluntad de Dios. Lo que Dios quiere hacer en el mundo, contigo y conmigo, lo revela a través de la fe. Por lo tanto, tenemos que conocer la fe y usarla ya que debemos hacer las obras de Dios por medio de ella.

Revisa si lo que estás haciendo es una obra de fe. ¿Te atreves a decir que estás haciendo la voluntad de Dios porque has obedecido una visión que el Señor te dio? No hay muchos que lo puedan afirmar. Dice la Biblia que todas nuestras obras serán pasadas por el fuego y las que no sirvan se van a quemar, y según la palabra de Dios esas obras son heno y hojarasca. Pero las obras que hacemos por la fe y que responden a la voluntad de Dios son de oro, y cuando esas obras pasan por el fuego, la fe es purificada.

Si tienes poquita fe no te preocupes porque Dios no te hace cargo de esa poquita fe; al Señor le interesa que uses esa fe que tienes. No te pide Dios que pongas ofrendas más allá de lo que tienes sino de acuerdo a lo que tienes. El Señor quiere que obres de acuerdo a la medida de fe que te ha dado. Èl se encargará de hacer crecer tu fe si la usas, pero si no la usas, ¿para qué te va a dar más fe?

LA FE PROVIENE DE DIOS

Todos los que hemos creído en Cristo tenemos fe. Leemos en Judas 1:3: “Queridos amigos, con gran anhelo tenía pensado escribirles acerca de la salvación que compartimos; sin embargo, ahora me doy cuenta de que debo escribirles sobre otro tema para rogarles que defiendan la fe que Dios ha confiado una vez y para siempre a su pueblo santo”.

Fíjate que la fe tiende a apagarse y las circunstancias tienden a combatir en contra de la fe. Las opiniones de los demás, lo que vemos en la televisión, entre otras cosas, tienden a apagar la fe. En la versión Reina Valera este mismo pasaje dice que tenemos que contender ardientemente por la fe que una vez fue dada a los santos. Esto significa que debemos estar alerta y luchar; no debemos dejar que la fe se apague ni permitirnos actuar por medio de nuestros razonamientos y pensamientos. ¡Tenemos que actuar por fe! Si yo no me mantengo activo por hacer que la fe esté encendida, se apagará. Si yo fuera diablo trataría de robarte la fe porque lo que haces por fe destruiría sus planes. No hay otras obras más que las de la fe que destruyan los planes de satanás porque esas obras son obras de Dios. La fe proviene de Dios para que nosotros hagamos sus obras.

Uno de los frentes de batalla del diablo es meterte en incredulidad, poner duda en tu corazón, para que tú no ejerzas la fe que Dios una vez te ha dado, que le ha dado a su pueblo santo. ¿Tú eres santo y has recibido esa fe? ¿La sangre de Cristo te ha limpiado? ¿Has sido perdonado de todo pecado? Jesús le llama santo al pueblo que Èl limpió con su sangre preciosa.

Dice la Biblia que Dios le ha dado una vez fe a sus santos, o sea que no puedes decir que no te ha dado fe o que no tienes fe. Puede ser que tu fe esté mal orientada, que esté puesta en algo que no sirve o no conviene. Hay personas que tienen fe para ponerse una cinta colorada en la muñeca y así defenderse de la envidia. Ponen su fe en esa cinta colorada. ¡Señores, la cinta colorada no puede hacer nada para defenderlos de la envidia! Tienes que usar la ristra de ajo. ¡Tampoco! En India, hay gente que pone a su familia bajo la bendición de un elefante o una serpiente de siete cabezas, otros, alimentan a las ratas y las adoran. En India hay millones de dioses, pero la fe verdadera es la fe en Cristo. Jesús es el autor y consumador de la fe. Para hacer la obra de Dios es necesario tener la fe de Dios. Y aquellos a quienes el Señor ha limpiado con su sangre preciosa, y ha perdonado de todos sus pecados, son los santos a quienes Él les ha dado una medida de fe.

Las obras que se hacen a través de la fe son sobrenaturales, son visibles, llaman la atención. La fe no es para cosas naturales sino para cosas sobrenaturales. Tú tienes que vivir en un nivel sobrenatural porque has sido llamado para ser ciudadano del reino de Dios. Necesitas desatar tu fe en esta hora; necesitas ser libre de incredulidad y de dudas. Sé libre de esa idea de que con tu intelecto o tu razonamiento vas a hacer las obras de Dios. El Señor no acepta obras que tienen origen en el intelecto o en los sentimientos humanos. ¡La razón y los sentimientos no sirven para hacer la obra de Dios! Necesitamos la visión de Dios que viene a través de la fe.

¿Qué es la fe? Según la Biblia fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. Fe es certeza y convicción. No cualquiera vive con certeza y convicción, pero los que tienen fe sí. Estos son dos elementos fundamentales en el caminar cristiano. Certeza es seguridad. Es muy difícil hacerle cambiar el rumbo a alguien que tiene certeza y convicción. Hablo de la convicción que viene del Espíritu Santo por la fe de Dios sobre los creyentes. El diablo te presenta dificultades extraordinarias en tu caminar, para que tu fe mengüe y se desvanezca. Yo tuve un tío que estaba enfermo de cáncer y lo habían desahuciado; era católico y creía en Dios. Sabes que no sirve sólo creer en Dios porque la Biblia dice que hasta los demonios creen y tiemblan. Fui a visitar a mi tío y le dije que quería orar por él. La pregunté si creía en Dios y me respondió: “¿Cómo no voy a creer en Dios? Yo soy católico, apostólico y romano. Pero los médicos han dicho que lo mío es irreversible”. “¿Crees que Dios todo lo puede?” le pregunté. “Claro, creo que Dios todo lo puede. Pero los médicos me han dicho que lo que tengo es irreversible”. “Si Dios todo lo puede, puede sanarte”, insistí. “Sí, Dios puede sanarme, pero los médicos no me dan esperanzas”. Estuve un buen rato tratando de romper ese velo que había en su entendimiento. Le pregunté más: “¿Tío, crees que Dios puede plantar un árbol en un instante aquí donde estamos nosotros ahora mismo?” “¡Claro! Si Él es Dios. Él todo lo puede”. “¿Entonces cómo no te va a poder sanar a ti?” “Sí, puede. Pero los médicos han dicho que lo mío es irreversible”. Me asombró el ver que gente que cree en Dios, no le cree a Dios. Me asombra que una persona puede decir que cree en Dios, pero no tiene fe, mejor dicho, no ejerce fe. ¿En quién estaba creyendo mi tío? ¡Era más importante la palabra que le había dado el medico que la palabra de Dios!

Ahora, el que tiene fe, aunque los médicos lo desahucien, tiene certeza y convicción de que se va a sanar. ¡No retrocederá! Esa certeza te hace avanzar y atravesar muros. Algunos se dan la cabeza contra la pared, pero otros atraviesan esos muros y no se rompen la cabeza. Dios quiere que hables de Èl, que salgas a orar por los enfermos y confieses que es un Dios de amor que hace milagros. Dios quiere que hagas sus obras que son obras de la fe. ¿Cómo es la condición de un hombre sin fe? Vive desorientado; ha perdido el norte. Muchos creen que saben lo que hacen, pero no es así. Hay caminos que al hombre le parece camino de vida, pero su final es camino de muerte  (Proverbios 14:12). Muchos quieren enseñarnos cómo hacer, pero ellos mismos están desorientados. Una persona con fe ha perdido el norte, camina y camina, pero se estrella y tiene que volver a empezar por otro lado, y si no conoce la fe de Dios, nuevamente se equivoca en las decisiones que toma. Una persona sin fe es una persona desenfocada. Cuando la lente de una cámara está desenfocada, la imagen se ve mal. Del mismo modo, aquellos que no tienen la fe de Dios, viven desenfocados, dispersos, lo que significa que no apuntan en una sola dirección. Cuando uno apunta en una sola dirección multiplica las fuerzas que tiene, pero otros la dispersan. Por ejemplo, el hombre que tiene varias mujeres tiene sus fuerzas dispersas; si tiene diez hijos con esas mujeres, sus fuerzas están dispersas, y si tiene que mantener a las mujeres y a sus hijos, sus fuerzas se agotan. Abarcan mucho y no aprietan nada. Mas quien tiene fe sabe enfocar las fuerzas. Estar dispersos es perder poder.

Veamos la condición del hombre que sí tiene fe; éste está enfocado, orientado y concentrado. Si yo sé lo que tengo que hacer, no me voy a distraer con cosas que me desviarán del propósito. Mis fuerzas están dirigidas y concentradas. Un hombre y una mujer de fe tienen sus fuerzas concentradas, están enfocados; no se dispersan ni gastan su tiempo en cosas secundarias, ordenan su vida, tienen fuerza y poder. La fe te da esas condiciones; certeza y convicción.

LA FE ES EL LENTE DE DIOS

Leemos en Hebreos 11:3: “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”. Por la fe entiendes las cosas de una manera diferente a lo que entenderías si no tuvieras fe. Si dependes de tu razonamiento y sentimientos, entiendes las cosas de cierta manera, pero por la fe las cosas se entienden según la forma de la fe.

La fe te lleva a entender que el universo ha sido creado por la palabra de Dios. Si el autor del libro a los hebreos no tuviera la fe de Jesucristo, posiblemente entendería que el universo fue causa del Big Bang. Algunas teorías científicas señalan que la materia es eterna. En una teoría no hay nada demostrado; es lo que entienden los científicos que no quieren creer en Dios y por lo tanto no tienen la fe de Dios. Pero los que tenemos la fe de Dios, hemos entendido que el universo ha sido creado por su palabra. Se pueden entender las cosas de muchas maneras, pero por la fe, se entienden a la manera de Dios.

Un científico muy importante del siglo pasado, descubrió una correspondencia entre la materia y la energía, ese fue Albert Einstein. La ciencia, a medida que va investigando, va descubriendo que lo que dice la Biblia es verdad. Einstein descubrió una formula muy pequeña que tiene tres factores: uno es la velocidad de la luz, el otro es la materia, y por último la energía. Supongamos que no hubo materia alguna sino sólo energía. La energía es invisible; el universo está lleno de energía que no se ve. Einstein descubrió que la energía podía transformarse en materia y viceversa. Dios le demostró por la fe al autor del libro de los hebreos que lo que se ve fue hecho de lo que no se ve. Cuando no había materia, había energía, y eso era lo que no se veía. Y de lo que no se veía se hizo lo que se ve, o sea la materia. ¡Esto es maravilloso! Pero el autor de hebreos no necesitó estudiar ciencia para declarar lo que declaró; necesitó tener fe. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Hay cosas que no se ven a simple vista, pero se entienden y se ven a través de la fe. Muchas veces no entendemos qué le sucede a algún ser querido y nos afligimos, pero la fe hace posible que yo pueda ver qué es lo que está ocurriendo en la vida de ese ser querido. La fe te permite entender. La oración de fe es específica y enfocada; sé lo que Dios quiere. Oro conforme a su voluntad; no doy tiros al aire, sino que dirijo el misil al blanco correcto.

Dice la palabra de Dios en 2ª Corintios 4:13: “Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos”. La fe se manifiesta porque entendemos y porque hablamos. Hablamos lo que creemos. Si nuestra fe es la fe de Dios, lo que hablamos es conforme a la voluntad de Dios, y lo que hablamos es palabra de Dios. Las palabras tienen el poder de Dios. Mira que el universo entero fue constituido por la palabra de Dios, y eso lo hemos entendido por la fe. La palabra de Dios hace la obra de Dios. Cuando tengo la fe de Dios, y yo creí y hablé, lo que dije vino de Dios, por lo tanto, el Señor hará su obra.

Alguien me dijo que, si Dios me mostraba una revelación de algo que quería hacer, era mejor callarme, quedarme quietito y que sea Dios quien lo haga, porque si no era de Dios iba a pasar vergüenza. Pero fui entendiendo con el tiempo que Dios no quiere que escondamos ni callemos lo que Él nos ha mostrado que debemos decir. Si creemos que va a suceder tal cosa, decimos que va a suceder tal cosa, y lo que hablamos es testimonio de lo que creemos. Y lo que derriba toda duda e incredulidad es cuando la gente ve que lo dije y Dios lo hizo. “Creí; por tanto hablé” (Salmo 116:10 y 2° Corintios 4:13). O sea, tuve fe y hablé.

Mujeres me han declarado que cuando comenzaron a orar por sus esposos, éstos se ponían peor; y me alegra que se pongan mal porque es evidencia que la oración de la esposa está haciendo estragos al poder del enemigo. Muchos interpretan mal y dicen que el diablo se puso furioso, entonces se asustaron y dejaron de orar. ¡Yo te animo que ores más! Derriba con tu oración y con tu confesión las obras del enemigo. Las obras de fe se tienen que proclamar. Dijo Jesús: “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho” (Mateo 11:23). La duda es enemiga de la fe. Cualquiera puede decirle a un monte que se quite de donde está y no duda en su corazón, sino que cree que eso que dice será hecho, entonces, lo que diga le será hecho. Así que no es solamente orar, también debes confesar. Moisés estaba delante del Mar Rojo, detrás estaba el pueblo, tres millones de hebreos, y detrás, faraón con todo su ejército; y no podían avanzar porque delante estaba el Mar Rojo. Moisés estaba en un aprieto tremendo y me imagino que se había postrado y clamaba a Dios. Entonces Dios se enojó y le dijo: “¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen”. Moisés entonces, por la fe le dijo a pueblo que marchara. Cualquiera que cree en su corazón y no duda que lo que dice le será hecho, lo que diga le será hecho. Creí por tanto hablé. “¿Por dónde Moisés?” preguntó el pueblo. “Por acá”, dijo Moisés señalando el mar. Entonces extendió su vara y el mar se abrió. Moisés dejó de clamar porque era tiempo de creer y de hablar.

Por la fe entendemos y por la fe hablamos. Sí, muchas veces hablamos pavadas, pero la fe nunca te llevará a hablar pavadas. La fe te llevará a hacer la obra de Dios. Santiago habla respecto a la fe y dice: “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” (Santiago 2:17). Si no hay hechos, si no hago algo, la fe que digo tener está muerta en sí misma antes de salir a luz. ¡No es fe! Si no hablo y no hago algo, entonces mi fe está muerta y no es fe. Por la fe entendemos, por la fe hablamos y por la fe hacemos.

Somos socios de Dios en esto de la fe. El Señor nos ha dado la fe para que trabajemos en sociedad con Èl y así hacer sus obras. Dios no hace todo el trabajo solo, lo hace en sociedad con nosotros. El Señor le dijo a Josué: “Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1:3 y 9). Tú vas y haces porque el Señor te lo ha dicho y crees en Èl. Leemos en Santiago 2:22: “¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?” La fe se perfecciona por las obras, por lo cual, lo que yo hago demuestra que tengo fe, y cuando llega el momento de usar más fe, ésta, está perfeccionada por lo que hice anteriormente.

Hace unos años, en la primera cruzada que se realizó en Uruguay con el pastor Cash Luna, faltando seis semanas para el evento, nos faltaban cerca de cien mil dólares para cubrir el presupuesto de la cruzada de Noches de Gloria. Ya habíamos entendido que la cruzada era de Dios, ya habíamos hablado y comprado los pasajes. Estaba todo organizado y no podíamos retroceder. ¡Había que avanzar! Y como la cosa era de Dios, cuando finalizó la cruzada, sobraron cincuenta y dos mil dólares. Cash Luna es un hombre de fe. Una noche de la cruzada, estaba lloviendo y hacía mucho frío, la gente se cubría con paraguas y algunos ni eso tenían; se estaban mojando, tiritaban por el frío, pero querían la bendición de Dios y no se iban a ir sin ella. Yo pensaba que por causa de la lluvia y el frío no se iba a poder levantar ofrendas y no íbamos a poder cubrir el presupuesto. Clamé a Dios para que parara la lluvia; yo pensando en las ofrendas… Cash Luna le preguntó a la gente cuántos habían tenido dificultad para llegar al evento, e hizo pasar adelante a todos los que no tenían dinero para regresar a sus hogares y a los que estaban endeudados y tenían problemas económicos. Pasaron unas quinientas o seiscientas personas. Entonces dijo: “Ahora vamos a orar por las ofrendas”. Yo pensé: “¿Qué estará por hacer este hombre?” Hizo repetir una oración poderosa a todos los que iban a dar ofrendas y cuando termina de orar, dice: “Los que van a ofrendar, vengan y entreguen el dinero a todos los que han pasado aquí adelante que no tienen dinero”. Cuando veo eso digo: “¡Pero, está loco!” ¡Yo no tenía para cubrir el presupuesto y a éste se le ocurre regalar dinero! Algunos lo acusan de que se vino a llenar de plata a Uruguay. ¡Èl no se llevó ni un peso! ¡Y casi me deja a mí sin nada! Pero, a pesar de lo que hizo, sobraron cincuenta y dos mil dólares. ¿Te imaginas que Dios te diga que te vas a casar, pero no te da un esposo o una esposa? El Dios de la visión es el Dios de la provisión. Si el Señor quiere que te cases te dará esposo o esposa. Si quiere que hagas una obra para Él que requiere invertir dinero, te dará el dinero. No puede ser que te mande a evangelizar y no te dé los recursos. Tú tienes que entender, tienes que creer, hablar y actuar. Dios no depende de nosotros, lo que Él ha decidido hacer, lo hará. Pero te da la oportunidad de ser su socio; te da la oportunidad de participar con Él, y te va a bendecir por asociarte en la obra que quiere hacer. Alguien que dice que tiene fe, tendrá que habar y hacer. De lo contrario es un charlatán. El que tiene fe habla; el que tiene fe hace.

CONCLUSIÓN

Un joven vivía en una casa muy humilde, y al lado había una casa muy bonita de una familia pudiente. Allí vivía una joven muy linda. Este joven se asomaba a la casa para ver a la chica porque estaba enamorado de ella. Él se preguntaba qué le iba a ofrecer si no tenía nada y decidió no hablarle porque creía que ella no lo iba a querer. Pero pensó que, si podía estudiar, trabajar y ser alguien, tendría chance con la jovencita. Le pidió a la misionera que estaba al frente de la iglesia a donde él iba que le enseñara inglés. Le dijeron que no le iba a servir de nada aprender inglés. El joven se fue triste. Pero no desistió, pensaba que si estudiaba ingles podría desenvolverse y ser alguien. Con el tiempo aprendió el idioma y viajó a Estados Unidos a estudiar. Llegó a ser profesor de lenguas. En Estados Unidos se casó, tuvo hijos y con el tiempo volvió a Uruguay. Viviendo en Estados Unidos, de repente, el hombre pensó que gracias a esa mujer de la que se enamoró, pudo estudiar y superarse; así que algún día iba a regresar a su país y la iba a buscar para darle gracias porque por causa de haberse enamorado de ella pudo superarse. Y así lo hizo.

La fe es un brote de amor de Dios por la humanidad y quien tiene fe no puede quedarse callado, tiene que decirlo. La fe no se declara derrotada. ¡La fe declara victoria!

Tienes que convencerte de que tienes que pelear la buena batalla de la fe. No te dejes arrebatar la fe. ¡Vuelve a creer! Cree en esos sueños que hay en tu corazón, que nunca salieron a luz porque nunca te animaste y siempre dudaste. Pídele perdón al Señor por tu incredulidad y decide pelear la buena batalla de la fe. Habla con Dios en esta hora, no dejes tu boca cerrada, dile: “Perdóname, Señor. Sé que tú me vas a transformar. Vas a encender la fe en mí. Sé que tú me restaurarás y me levantarás, Dios mío. Yo voy a comenzar a hablar en fe. ¡Voy a publicar tus obras! El diablo no me va a callar. Entiendo ahora que tú tienes grandes desafíos para mí y los voy a cumplir”. Para quien está enfermo, cree que hoy serás sano. ¡Confiesa tu sanidad!

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