UN DIOS JUSTO E INMUTABLE - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

UN DIOS JUSTO E INMUTABLE

En el Salmo 72 se habla del reino de un rey justo que traerá justicia, un rey justo que abogará por los pobres de la tierra. ¡Qué distinta es la mentalidad de Dios, comparada con la de los hombres! Porque según dice en su palabra, lo primero que hará es defender a los pobres, pero de verdad, no como los gobernantes de izquierda ni de derecha, ya que ninguno de ellos los defiende.

Estuve leyendo recientemente, acerca del Colisionador de Hadrones, al que llaman “la máquina de Dios”; éste es un aparato, colisionador de partículas, que tiene 27 Km. de perímetro, compuesto por un túnel sofisticado que está metido muy profundo en la tierra y ha costado miles de millones de dólares. Cuando lo pusieron a andar en el 2008, a los nueve días se les rompió. Esta estructura tiene más de cien mil científicos trabajando en el tema, y aún en el tiempo de la crisis internacional no se ha dejado de arreglar esta máquina, en la cual se han invertido cientos y cientos millones de dólares, hasta que la hicieron andar nuevamente. Según las noticias, los que están en el tema no saben bien qué van a lograr con esto, pero aseguran que están haciendo algo extraordinario; en una de esas demuestran que es verdad la teoría que tienen de que todo surgió del Big Ban, es decir, de una gran explosión. Y también las noticias dicen que por primera vez, en el mundo hay más de mil millones de hambrientos, es decir, un sexto de la población mundial.

El reino de los cielos no vendrá como el reino que va a producir la “máquina de Dios”, ni producirá vuelos espaciales. ¿Crees que por la crisis internacional los vuelos espaciales se detendrán? ¡No! ¡Se gastan miles de millones de dólares para hacer piruetas en el espacio! Dicen: “Estamos saliendo de la recesión”, pero las noticias señalan que la falta de empleo aumentará posiblemente hasta el segundo semestre o el último trimestre del año entrante. Me pregunto: ¿Quiénes son los que realmente cuidan a los pobres? ¿Los de la izquierda o los de la derecha? ¡Ninguno!

Viene a mi memoria, cuando el presidente Chávez estaba contento porque le habían llegado 300 tanques blindados, los que solamente eran una parte de la compra que hizo. ¡Lo que cuesta cada tanque! ¿Habrá solucionado eso la pobreza de los venezolanos? ¡No! Y no sólo compró tanques sino también aviones de los más caros. ¿Con qué dinero se compró? ¡Con el de pueblo! ¿Es que tiene tanto dinero Venezuela? Es la quinta potencia petrolera, extrae petróleo y lo vende a mansalva; pero así y todo con 27 millones de venezolanos trabajando no logra producir más del 37 % de lo que logra producir la General Motors con 320 mil empleados. Se ha tenido que socorrer a la General Motors con cientos y cientos millones de dólares porque se estaba derrumbando; no obstante, ésta produce más que Dinamarca que es el país de más alto nivel adquisitivo del mundo. A Dinamarca la llaman la nación más feliz del mundo, posee los niveles más equitativos y más altos del mundo, pero ni con toda su población, Dinamarca ha obtenido más ingresos que los que obtuvo la General Motors con los 320 mil empleados. ¡Hay un desajuste en el planeta Tierra! ¡Pero me encanta que la Biblia nos muestre que el negocio de Dios sigue siendo salvar a la gente!

Leo en la Biblia que Dios es un Dios de justicia. ¡No hay justicia fuera de Dios, porque fuera de Él no hay verdad! Nuestra tarea principal es socorrer a los desvalidos, a los pobres, a los desprotegidos; y el corazón de Dios se enternece por ellos. ¡Qué lindo lo que ha hecho Dios con nosotros! ¡Ha derramado el sentir de su corazón sobre el nuestro!

DIOS TRAERÁ JUSTICIA A LA TIERRA

He estado hablando con un chico de 14 años que se escapó del INAU (Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay), quien me contó que su padre lo ha querido matar varias veces y según tengo entendido, su madre lo abandonó cuando era muy pequeño. Le dije que lo que él necesitaba es el amor de Dios, el evangelio de Jesucristo, que necesitaba gente como nosotros que lo ame. ¡14 años sin saber a dónde ir! Encima tenemos que escuchar gente indignada sugiriendo que a estos chicos hay que meterlos presos. ¡Estos pobres chicos necesitan afecto! ¡Necesitan que los amen!

Dice la Biblia que Jesucristo vendrá a instaurar un reino de justicia y que velará por los pobres de la tierra y le dará por la cabeza a sus enemigos.

La izquierda es una máquina de fabricar pobres y la derecha compite con estos para ver cuál de los dos genera más pobres. Me lamento al ver cómo éstos están intentando detener la pobreza, porque, tanto la izquierda como la derecha tienen un método para frenar el crecimiento de los pobres y es el aborto. El aborto no es el derecho que le quieren dar a las mujeres para matar al hijo que hay en su vientre, sino la urgencia de los países desarrollados para que los países pobres no se multipliquen. ¡Nos están engañando y nos quieren guiar a votar a favor del aborto, para que no sean ellos los que decidan sobre nosotros, sino que seamos nosotros que al aprobarlo, nos convirtamos en un país abortista!

Cuando terminó la Guerra Fría en la década de los años 70, Richard Nixon era el presidente de Estados Unidos; el problema más grande que había tenido este país fue el enfrentamiento con sistema comunista de la Unión Soviética; y cuando terminó el gran peligro de la Guerra Fría, el presidente Nixon le pidió a su primer ministro Henry Kissinger que le hiciera un análisis de los problemas que enfrentaría Estados Unidos ahora que no tenía más el problema del comunismo soviético. Kissinger le declaró que el problema más grande que tenía Estados Unidos, así como los demás países desarrollados era la tasa de natalidad de los países pobres. En el informe, Kissinger señaló que los pobres se multiplican más que los ricos y esa proporción no se podía mantener, porque de lo contrario, los países avanzados enfrentarían un grave problema; por lo tanto había que detener los índices de natalidad de los países pobres. Desde ese entonces surgió la necesidad, entre otras cosas, de promover el aborto, y esa ha sido la política de relaciones exteriores de Estados Unidos desde aquel entonces hasta ahora. ¡La política es frenar la pobreza matando a los pobres! Ahora, en nuestro país tenemos un partido político al que muchos defienden porque dicen que amparan a los pobres, pero la intención de ese partido es que abortemos. Me pregunto: ¿De esa manera se defiende a los pobres?

El problema más grave son los pobres y la Biblia dice que quien vendrá a nivelar esto se llama Jesucristo, El Señor. Isaías 51 dice: “Oídme los que seguís la justicia”. ¡Dios ama la justicia, Él es justo! Dios traerá justicia a la tierra no a la estratósfera, ¡Él hará justicia donde hay injusticia! En otras palabras, la justicia tiene que ver con Dios y viceversa, y reitero: ¡No hay justicia sin Dios! El hombre que se burla de Dios, que lo rechaza, el hombre que se resiente contra la religión o contra Dios, no puede hacer justicia porque no hay justicia si no hay Dios. El hombre que rechaza la justicia de los cristianos puede tener razón ya que muchos cristianos pueden haber actuado injustamente. Pudo haber habido mucha injusticia de parte de líderes, de reyes o políticos cristianos pero eso no quita el hecho de que no hay justicia si no hay Dios.

¡Rechazo de plano la idea de que Dios no se mete en los asuntos del hombre y en los asuntos de las naciones! Dios es el creador del cielo y de la tierra, Él creó al hombre, a los animales, es el creador del agua que bebemos, del aire que respiramos, Dios es el creador del matrimonio, Él inventó la sociedad. ¡Dios tiene que ver con todo lo que pasa! El hombre tiene que ver con todas las injusticias que pasan y Dios tiene que ver con la verdad y la justicia. Sigue diciendo Isaías 51: “Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová”. Si tú amas a Dios, tienes que seguir la justicia, tienes que amarla; la justicia trae la paz. La justicia está fundamentada en la verdad, y no hay verdad si no hay Dios. Isaías 51:2 y 3 dice: 2Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara que os dio a luz; porque cuando no era más que uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué. 3Ciertamente consolará Jehová a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Jehová; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto”.

Lo que ha hecho Dios con Abraham, lo ha hecho conmigo y lo quiere hacer con cada uno de los que buscan la justicia, y buscan a Jehová. Dios te dice: “¡Vuelve atrás y mira la cantera de donde te saqué, porque cuando no eras nada, te traje, te bendije y te multipliqué!” En mi vida, varias veces he tenido que reflexionar acerca de esto. Conozco la historia de Abraham; él fue llamado de Ur de los caldeos, a dejar su tierra y su parentela, Dios lo llamó estando solo y le dijo que se fuera a la tierra que le iba a dar. Abraham vagó hasta tener 100 años, y a esta edad recién tuvo el hijo de la promesa. Él ya había tenido antes un hijo con una esclava, es decir tuvo dos hijos: Uno fue Ismael, el padre de los árabes y el otro fue Isaac, de donde proviene el pueblo judío. Estos dos pueblos, hasta el día de hoy se están peleando. Cuando Abraham murió, tenía sólo a Isaac consigo, pero Dios le había dicho: “Te bendeciré y te multiplicaré y serán benditas en ti todas las naciones de la tierra”. ¡Así que murió sin ver la promesa pero creyendo en ella! La promesa de Dios sobre Abraham fue y sigue siendo firme porque hasta hoy permanece, y su descendencia, ¿quién la podrá contar? Porque aún nosotros, dice el apóstol Pablo, somos descendientes de Abraham según la promesa. ¡Todos aquellos que tenemos al Dios de Abraham, que tenemos la fe de él, somos sus descendientes! Los que somos uno con Cristo, somos carne de su carne y huesos de sus huesos, pertenecemos a Cristo, somos también descendientes de Abraham, así como Jesucristo es descendiente de Abraham. Dice la Biblia que los creyentes somos judíos según la fe de Abraham y por la sangre de Cristo somos su familia. ¡No entiendo a esos cristianos que tienen odio a los judíos!

LA OBRA DE DIOS EN MI FAMILIA

Cuando veo lo que ha hecho Dios conmigo y con mi familia y de dónde salí, porque me ha pasado igual que Abraham, no puedo más que postrarme agradecido ante Dios. Mi abuelo había llegado a América buscando una mejor vida, y aquí conoció el evangelio estando soltero, entonces decidió que no quería que su familia se pierda, así que se volvió a Italia a predicarle el evangelio a su seres queridos para que conozcan a Cristo; se casó con una italiana y se volvió a América con su familia y así poder criar a sus hijos con libertad, como una familia cristiana evangélica. En la época de mi abuelo, en Italia lo podían matar por ser evangélico. La familia no quiso saber nada, lo rechazaron, predicó el evangelio por todos lados y nadie lo escuchó, es más, lo desheredaron. ¡Fue muy duro! Mientras predicaba el evangelio y todos lo rechazaban, también le predicó a una joven que era criada de la casa; cuando le pregunta qué le pareció todo lo que le había enseñado, esta mujer le responde: “Lo único que le puedo decir es: dichosa la mujer que se case con usted”. Mi abuelo se enamoró y anheló casarse con ella, pero como estaba en tiempo de guerra, no le quiso declarar su amor por si se moría en la batalla, así que pensó que si no moría, cuando volviera de la guerra, se casaría con ella. Estando en la guerra cayó una bomba donde estaba su pelotón y murieron todos sus compañeros, mas él quedó herido de muerte. Para enterrar luego a los que murieron, hicieron una fosa común y comenzaron a tirar en ella todos los cadáveres, uno por uno. Cuando fueron a tirar a mi abuelo en la fosa, éste se quejó, así que lo sacaron; tiempo después cuando se recuperó, lo pusieron a trabajar haciéndole la comida a los oficiales. Entonces recibe una carta de su hermano mayor donde le cuenta que su padre está enfermo, que él se quería casar pero no tenía dinero, y que como mi abuelo había ganado dinero en  América, le preguntaba si le podía prestar dinero para poder casarse con María (la mujer de la cual mi abuelo estaba enamorado) y que por supuesto asistiera a la fiesta. Mi abuelo apretó los dientes, lloró, puso el problema en manos de Dios, no le contó nada a nadie y le contestó a su hermano: “¡Cuenta conmigo!” Así que consiguió una licencia y viajó para la boda de su hermano, con “su” María. El día de la boda, este hombre cae enfermo de fiebre amarilla y a los días muere. Así que, al morir el hermano, ¡mi abuelo se le declara a María y se casa con ella!  Él era uno de esos hombres que no empezaba el día sin tener un devocional y no se dormía sin un devocional. Y cuando los nietos íbamos a su casa nos sentaba a todos alrededor de la mesa, nos leía el devocional y nos hacía orar uno a uno. ¡Mi abuelo puso en las manos de Dios su descendencia! Hace unos años atrás pude participar de una reunión donde nos juntamos todos los descendientes de mi abuelo; después de 40 años de muerto, vinieron parientes de todas partes, en total éramos 114 descendientes, ¡y todos creyentes!

Así que yo soy el fruto de las promesas que Dios le hizo a mi abuelo. Dios dice: “Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová”. ¡Yo soy un testimonio vivo de la gracia y del poder de Dios! Mi abuelo no podía ver lo que sucedería 40 o 50 años después de su muerte, pero está viendo desde el cielo un descendiente suyo que pastorea miles de personas en la República Oriental del Uruguay. ¡Hemos sido bendecidos como Abraham y hemos sido multiplicados!

Cuando atravieses dificultades serias, el Señor te dice: “¿Amas la justicia? ¿Buscas mi rostro? ¡No te hagas problema! ¡Mira de dónde te he sacado!” Así como Abraham murió viendo solamente un hijo, pero con la promesa de una descendencia de la cual Dios le dijo que no la podría contar, así hará Él contigo, porque las promesas de Dios sobre Abraham, también son las promesas sobre los descendientes de Abraham. Y si tú eres como yo, su descendiente, es decir hijo del Dios viviente, entonces, esas promesas son para ti.

Mi esposa tenía un abuelo que le hizo la vida muy difícil a su esposa, era bebedor y fumador; y en una gresca en un bar, alcoholizado y jugando, mató a un amigo. Cayó preso, y fue condenado a cadena perpetua; su corazón estaba lleno de odio, él soñaba con vengarse. Un día llegó a donde él estaba una persona que distribuía Biblias y le regaló una; le pareció muy útil para armar cigarrillos y comenzó a fumarse la Biblia. Todos los días arrancaba una hoja, armaba un cigarrillo y se lo fumaba, hasta que un día que estaba en crisis, tomó una de esas hojitas que había cortado y se encontró con un versículo que decía: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (Juan 3:16). Ese hombre cayó de rodillas, comenzó a leer la Biblia, se convirtió a Cristo, solo, en la cárcel. ¡De ahí vino mi esposa! Al final le dieron la libertad por buena conducta; salió y le predicó el evangelio a su familia, se armó un grupo de parientes en medio del campo, y de ahí surgió una iglesia que tendrá al día de hoy unos 70 u 80 años de existencia, y tengo entendido que es la iglesia que congrega más fieles, hasta tres mil personas, en la ciudad de San Juan, Argentina; como no entran en el templo, hacen reuniones en una cancha detrás de este.

LAS PROMESAS DE ABRAHAM SON TUS PROMESAS

Dios dice en su palabra: “Óiganme los que siguen la justicia y buscan mi rostro. Vean lo que yo hice con Abraham cuando eran solo uno, lo llamé, lo bendije y lo multipliqué”. ¿Por qué Dios les dice eso? Para que crean que lo que había hecho con Abraham haría con ellos, es decir, para que tú creas que lo que hizo con Abraham, lo hará contigo.

Isaías 51:4 dice: “Estad atentos a mí, pueblo mío, y oídme, nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi justicia para luz de los pueblos”. Dios dice: ¡De mí saldrá la ley! ¿Cómo es que hay hombres que quieren gobernar naciones y no saben que de Dios sale la ley y de Él sale la justicia? ¿Crees que un hombre que detesta a Dios y se burla del Espíritu Santo podrá hacer justicia? El Dios del cielo, hoy te dice: “De mí saldrá la ley y de mí vendrá la justicia para luz de los pueblos”. Isaías está hablando de un tiempo en el que Dios será luz de las naciones y éstas reconocerán que Jesucristo es Rey de reyes y Señor de señores. ¡Vendrá un tiempo en que toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor para gloria de Dios Padre! ¡Vendrá un tiempo en que Jesucristo reinará sobre las naciones y este es el tiempo en que se predica del advenimiento de ese reino que tú debes creer! ¡Lo que tú crees hoy lo verás mañana!

Isaías 51:6 afirma: “Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá”.

Sé que hay un paquete de leyes, muy grande, que quieren aprobar contra Dios, contra su Hijo, contra la fe, contra el evangelio, pero yo conozco el final de esta historia: Cristo vendrá y serán juzgadas todas las personas y la justicia será de Dios y no del hombre.

El Señor hoy te dice que no tienes que temer de los problemas que te vendrán, porque vendrán problemas. Isaías 51:7 y 8: 7Oídme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley. No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus ultrajes. 8Porque como a vestidura los comerá polilla, como a lana los comerá gusano; pero mi justicia permanecerá perpetuamente, y mi salvación por siglos de siglos”. ¿Tienes esa salvación en tu mano? Hay muchos que dicen ser creyentes pero no tienen certeza o tienen una seguridad falsa, creen que creen pero no es así. Hay muchos que dicen: “Señor, Señor”, pero no entrarán en el reino de los cielos, porque solamente entrará el que hace la voluntad del Padre; y hacer la voluntad del Padre es hacer justicia. Hacer mis propios deseos y planes es hacer injusticia. ¿Estás dispuesto a poner tus planes a los pies de Jesús y decirle: Señor, pon tus pies sobre mis planes, pisotea mis planes, me rindo a ti Señor, me niego a mí mismo, te entrego hasta el último de mis pensamientos, viviré en tus pensamientos y en tu voluntad? Hay quienes creen que venir al evangelio es venir a un lugar donde Dios hará la voluntad del hombre y le concederá los deseos de su corazón, pero yo te digo que el reino de los cielos es el lugar donde el hombre viene a rendirse delante de Dios para que Su voluntad sea hecha. ¡Ojalá fracasen todos tus planes! Se que algunos tiemblan cuando digo esto, pero es por tu bien. ¡Que fracasen en tus planes y que todos los planes de Dios se lleven a cabo en tu vida!

Tú fuiste comprado por la sangre de Cristo, fuiste redimido, o sea rescatado por precio, y ese precio fue la sangre de Jesucristo, para que tú entres en la dimensión del reino de Dios, donde se hace su voluntad. Y donde se hace la voluntad de Dios hay salud, hay justicia, hay paz. Pero los redimidos no han sido comprados para vivir para ellos sino para el que los compró, no has venido al evangelio para vivir tu vida sino para que vivas la vida de Jesucristo. ¡Has venido al evangelio para que se cumplan  los planes de Dios en tu vida!

Abraham tuvo que renunciar a todos sus proyectos, y dejar su tierra y su parentela, tuvo que dejar su cultura para ir a una tierra de la que Dios no le dijo nada, solamente que la mire y la recorra  porque toda esa tierra se la daría a su descendencia. Abraham tenía que morir en ese lugar creyendo que grandes planes de Dios se manifestarían a partir de su fe. Él decidió ser amigo de Dios, no reclamando nada para sí en su tiempo, sino que creyó que las promesas de Dios eran en él Sí y en él Amén.

            CONCLUSIÓN

Isaías 51:11 y 12 afirma: “11Ciertamente volverán los redimidos de Jehová; volverán a Sion cantando, y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán. 12Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno?”

            ¿Te preocupa algo? ¿Hay algún temor que te aqueja? El Señor te dice: ¿Quién eres tú para temer? Los redimidos del Señor vendrán a Sión cantando y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas, el dolor y el gemido huirán. ¿Puedes creer esto? ¿Realmente perteneces a esa familia? ¡Tienes que pedirle a Jesucristo que entre en tu vida, que limpie tu corazón y sea tu Señor! Tienes que rendirte a Él y decirle: me entrego en tus manos, creo en tus promesas y no importa lo que tenga que pasar, viviré y moriré creyendo que tus promesas son fieles sobre mí.

¡Donde entra Jesús hay gozo, hay paz y bendición! Las promesas que Dios hoy te hace, son las que Él ya le ha hecho a Abraham y las ha cumplido. Abraham no era nada, cuando era uno solo Dios lo llamó, y hoy te está llamando a ti, lo bendijo y hoy te bendice a ti, lo multiplicó y hoy, dice Dios: ¡Yo te multiplico!

Quiero ayudarte a hacer una oración, habla con Dios; en el reino de Dios no vale una firma sino lo que tú confiesas, lo que tú hablas testifica de tu fe y lo que confiesas será en contra de los poderes que operaban en ti. Tu filiación con Dios rompe la filiación que tenías con el reino de las tinieblas. Repite una oración conmigo: “¡Señor amado, te doy mi vida! Te abro mi corazón, perdona mis pecados, lléname de tu presencia, sálvame con esa salvación eterna. Venga a mí la justicia que es por la fe, tómame en tus manos, me rindo a tus pies, y rindo también mis planes, cúmplase en mi los tuyos. ¡Te abro mi corazón! ¡Te recibo y te doy gracias Dios! En el nombre de Jesucristo hago esta oración, amén”.

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