INTRODUCCIÓN
Una puerta es un dispositivo que impide el paso de algo o de alguien; también podemos decir que impide la entrada de algo malo o la entrada de algo bueno. Y ese algo bueno pueden ser personas buenas, puede ser por ejemplo, medicamentos o alimentos. Todas las naciones tienen puertas, las instituciones tienen puertas. El corazón también tiene una puerta y entra lo que nosotros queremos que entre. En el corazón no entra el mal porque el diablo es malo; el mal que entra, es porque nosotros abrimos las puertas a través de nuestras codicias y deseos. Nosotros abrimos puertas a maldiciones y las cerramos a las bendiciones o abrimos puertas a bendiciones y las cerramos a las maldiciones.
¡Nosotros queremos que en nuestra nación se cierren determinadas puertas! Hay ideologías en nuestro medio, que no son “criollas”, autóctonas, sino que son extrañas a nuestro país; eso de destruir o deconstruir la familia está repercutiendo en toda las naciones y no es algo que pertenece a nuestra cultura sino que viene de afuera. No es algo que ha pensado algún gaucho tomando mate debajo de un ombú; son cosas nuevas que se introducen y entran por determinadas puertas que tienen que ver con el dinero y la economía, y que tienen que ver también con la debilidad de los gobiernos. ¿Por qué entra la droga a un país? Porque hay puertas abiertas. Ya no pensamos que la droga entra porque son muy vivos los narcotraficantes. El puerto es una puerta en un país, por ahí entran y salen personas. Por un puerto puede entrar un gurú que llega al país a dejar una maldición o alguna banda de música satánica, por ejemplo. Pero también por el puerto puede entrar un predicador del evangelio. Al puerto entran cosas y personas que se permiten que entren. Yo viajé recientemente a Buenos Aires y me encontré allí con el pastor Andrés que está encargado de la iglesia en la ciudad de San Juan y me alcanzó un bidón con aceitunas negras. Yo vine muy contento con el bidón de aceitunas y un bolso de mano; llego al puerto y pongo el recipiente y el bolso en la cinta de la aduana. Un funcionario me preguntó qué llevaba, yo sonriendo le dije que eran aceitunas y me mandó que abriera el recipiente; saco unas y me las como y le digo que eran aceitunas. En conclusión me dijo que no las podía entrar porque la ley no lo permitía. ¡¡¡No me dejaron entrar aceitunas, pero dejan pasar cada cosa!!! En las noticias sale luego que se encontraron toneladas de droga que entraron al país.
¿Cómo es la cosa? ¿Cuándo están abiertas las puertas y cuándo están cerradas? ¿Cuándo hemos permitido que entren determinadas cosas y cuándo hemos permitido que salgan determinados valores en nuestra vida? ¿Cuándo hemos dejado de apreciar la vida para matar el hijo del vientre? Al dejar de valorar la vida, hemos traído hijos rechazados y resentidos al mundo. Hemos traído hijos no deseados. No sé qué es peor, aunque creo que es peor matarlos. Pero cuando traemos esos hijos a los que se les ha tachado de hijos no deseados, lo que creamos, son hijos resentidos; criamos hijos que no han encontrado cabida en la familia ni en la sociedad por lo que han salido en busca de algo que llene el vacío de su existencia. Esas son ideas foráneas que vinieron de afuera. Leí que Estados Unidos estableció una política exterior de exterminio que tiene que ver con el aborto, y por ello, el gobierno le donaba a Planed Parenthood quinientos millones de dólares anuales, la mayor organización abortista privada del mundo. Es una política de Estados Unidos con el fin de ayudar al desarrollo de las naciones y han llegado a la conclusión de que es mejor matar a los pobres, ya que ese es un grave contratiempo, porque éstos son los que más hijos tienen. Los pobres tienen más hijos que los ricos, por lo que multiplican la pobreza, ya que sus hijos tienden a ser pobres. Hay excepciones, pero la pobreza se multiplica, entonces para erradicar este flagelo, matamos a los hijos de los pobres. Esa es la idea principal, aunque no se puede decir así; debemos decir, libertad para todos, todos pueden abortar. Estas ideas no surgieron en Uruguay sino que vienen del exterior. Ideas que vienen de organismos como la ONU que recibe millones de dólares para su propósito.
CONFLICTOS PROVOCAN LA BÚSQUEDA DE DIOS
Leemos en Nehemías 1:1 en adelante: “Palabras de Nehemías hijo de Hacalías. Aconteció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa, capital del reino, que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén. Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos. Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos; esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado”.
Nehemías era copero del rey; era esclavo pero un esclavo acomodado, así como Daniel en Babilonia. Nehemías se encuentra en Susa capital del imperio persa, cuyo rey se llamaba Artajerjes. Los hebreos estaban cautivos hacía setenta años casi; estaban cautivos primero bajo el poder del imperio babilónico, después bajo el poder del imperio medo y por último bajo el poder del imperio persa. Parece que muchos de los hebreos que estaban en Babilonia fueron trasportados a Persia y allí fue a parar Nehemías quien era copero del rey. Habían pasado setenta años de haber sido despojados, de haber sido arrancados de su tierra; setenta años de olvido, de vivir en culturas distintas, con idiomas diferentes, con otras creencias y otros dioses. Pero había un remanente que esperaba en Dios y buscaba de Él. Uno de ellos era Nehemías.
Jeremías había profetizado que serían setenta años de esclavitud, y estaban llegando a su fin esos años. Pero los niños que habían salido cautivos de Jerusalén con un año de edad, ahora tenían setenta años, y los que habían salido con cuarenta o cincuenta años de edad ya no estaban, en tanto, los que se habían casado, habían formado su familia en la esclavitud. Así que lo que había era un recuerdo de ancestros que rezaba: “Nosotros venimos de Jerusalén, somos hebreos y creemos en el único Dios verdadero. El Dios Todopoderoso”. Y se había trasmitido algo de eso, pero, ya estaban afincados, tenían casas y bienes en la nación donde estaban cautivos. Era algo muy difícil pensar en movilizar una nación para que vuelva a su tierra. No sé a quién se le podría ocurrir semejante idea, máxime, sabiendo que los persas eran un imperio muy poderoso y ellos eran esclavos de los persas. Pero los judíos no tenían nada; no tenían ejércitos ni armas, y no tenían riquezas. No obstante, aquí comienza a gestarse algo importante. Así como vimos que sucedió con Daniel, ahora lo veremos con Nehemías. Hay circunstancias que provocan conflicto, que provocan cierta tristeza pero no cualquier tristeza ya que es una tristeza de parte de Dios, que lleva al creyente a orar y a ayunar.
Yo confieso que las oraciones más sentidas que he hecho en mi vida surgieron cuando estuve en situación de conflicto. Yo, con lágrimas le preguntaba a Dios: “¿Qué quieres de mí? ¿Cuál es tu voluntad? ¿Qué esperas de mí? ¿Por qué Señor yo tengo que estar viviendo esto? ¿Cuándo vas a hacer algo Dios mío? ¿Dé que sirve la vida si tengo que vivir como estoy viviendo?” En ese tiempo de conflicto surgieron las mejores oraciones y los mejores ayunos. En una oportunidad ayuné veintiún días sin comer nada. La crisis me llevó a un deseo profundo de buscar el rostro de Dios y de orar para que el Señor me mostrara su voluntad, para que se haga su voluntad en la tierra como se hace en el cielo.
Nehemías se puso triste, se sentó y lloró; y comenzó a orar. Han pasado setenta años, pero él oró: “…confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado”. Señor, lo que estamos viviendo no es culpa tuya sino nuestra. No venimos a ti confiados en nuestras buenas obras sino en tus muchas misericordias.
Cuando nos acercamos a Dios no lo hacemos para mostrarle lo lindos que somos o lo bien que hacemos las cosas. Nos acercamos a Dios para tocar su corazón, para que su misericordia se mueva sobre nosotros. “Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”, declaró David en el Salmo 51:17.
Nuestro corazón se entristece sobremanera cuando comenzamos a ver los grandes males que están sucediendo en el mundo, ciento de miles de refugiados, decena de miles de cristianos acribillados por amar a Cristo y creer en Él, millones y millones de dólares invertidos en guerras, en prostitución, en la promiscuidad de adultos con deseos sexuales hacia los menores; nos angustia ver cómo esos males están entrando en Uruguay o ya han entrado, cómo el poder de la droga sigue extendiendo sus garras, cómo se ha legalizado la marihuana, que tiene un 15 % más de tetrahidrocannabivarina que la marihuana que se conocía en los años 60 y 70, que consumían los hippies americanos. ¡Qué ponen a la venta en farmacias! ¡Parece un chiste esto! No te están vendiendo algo para curarte de algún mal; es una droga que se usa sólo por placer y que está legalizada para consumir por placer.
Esto es muy triste y tiene que generar una tristeza de Dios en nuestro corazón. Cuando vemos cómo se destruyen matrimonios y los hijos quedan a cargo de parientes o del INAU, o quedan en la calle, nos entristecemos… Cuando vemos que los jóvenes no tienen iniciativa para trabajar, ni siquiera para estudiar, pero están pensando todo el día cómo hacer para lograr una dosis más de droga. ¡Es tiempo de orar y de ayunar! ¡Es tiempo de lamentarse y de pedirle a Dios que toque las naciones! Perdónanos Señor, porque nosotros hemos dejado entrar los males en las naciones; no le hemos puesto freno, no le hemos cerrado las puertas a estos males. A los cristianos no nos ha interesado estar en política, ni estar en alguna función de gobierno o en esos lugares donde entran y salen maldiciones. Preferimos estar en casa tranquilos y gozar de los derechos y beneficios que nos dan las leyes, y gozar de los beneficios del evangelio. ¡Pero no hemos hecho nada por mejorar nuestros países! Es duro lo que digo y es duro entender que el mal no es tan grave por causa de los malvados sino por causa del silencio de los buenos. ¡Los buenos prefieren callar y pasar desapercibidos! ¡Los buenos no luchan y el mal avanza! Dios le dijo a Isaías: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?” Y él respondió: “Heme aquí, envíame a mí”. ¿Habrá alguien que diga: Señor, envíame a mí, yo voy a hacer lo que tú quieras?
CONFLICTOS PROVOCAN LA APARICIÓN DE PROYECTOS EXTRAORDINARIOS
Nehemías tenía tres características importantes; era un hombre de oración, hombre de ayuno y hombre de acción. Nehemías clamó a Dios y dijo: “Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre. Ellos, pues, son tus siervos y tu pueblo, los cuales redimiste con tu gran poder, y con tu mano poderosa. Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo…”
Comenzó a dar vueltas en su cabeza la idea de que Dios podría hacer que el pueblo volviera a adorar en Jerusalén. Ese pueblo que hacía setenta años había salido de Israel, pensaba Nehemías que el Señor los podía hacer volver si les perdonaba los pecados, entonces oró, lloró y ayunó: “Señor, quizás tú quieras traer un tiempo de bendición a nuestra nación”. Él oró por los pecados de sus padres; oró por pecados de setenta años atrás. Una circunstancia pequeña, o sea, enterarse por su hermano que los muros de Jerusalén estaban destruidos y las puertas quemadas, lo que significaba que cualquiera podía entrar y saquear, lo motivó a buscar el rostro de Dios. Dios, que es bueno y misericordioso, comienza a hacer soñar a Nehemías con una idea muy loca; porque no es solamente volver a Jerusalén sino a una ciudad totalmente destruida. Eran puras rocas, no había casas ahí, los muros estaban derribados. ¿Dónde vivir si volvían? Entonces leemos en el capítulo 2 de Nehemías: “Sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia, me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro? pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera”. Nehemías había orado, pero parece que no estaba esperando que surgiera una conversación de ese tipo con el rey. “Y dije al rey: Para siempre viva el rey. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego?” Jesús dijo que nosotros somos la sal de la tierra y una de las características que tiene es la de conservar. Si le pones sal a los tomates, haces conserva de tomates y no se te echa a perder. Si pones sal a la carne obtienes charque, asimismo si le pones sal al jamón lo puedes tener años colgado que no se pudre. La sal tiene un poder conservador y Jesús dijo: “Ustedes son la sal de la tierra”.
Los problemas que hay en Uruguay así como en otros países, son generados por cristianos; no son generados por políticos. ¡El problema no está en los gobernantes sino en nosotros! Nosotros somos los conservadores de la nación y nos llaman así, porque creemos en aquellos valores que Dios enseñó y son valores eternos. Las verdades de Dios no cambian, no se deterioran y esas verdades conforman el fundamento de aquello que tenemos que edificar como sociedad. Mientras permanece el fundamento estable, la comunidad puede ser edificada. Pero si el fundamento no es estable, entonces la sociedad se resquebraja y se destruye. Los valores que están introduciendo en la sociedad vienen a revertir todo, a lo malo le dicen bueno y aquello que ha sido bueno en toda la historia de la humanidad, ahora dicen que es malo y tratan de establecer leyes que nos prohíban a nosotros creer lo que creemos y practicar lo que practicamos. Porque para ellos hay que deconstruir la familia y el matrimonio. ¡Y nosotros hemos permitido que eso suceda porque no hemos sabido ser la sal de la tierra! Nosotros hemos permitido que estas cosas entren en la sociedad porque no hemos querido cerrar las puertas; porque nos hemos negado a estar en lugares de gobierno o incursionar en la política ya que queremos tener una vida tranquila. Nosotros no hemos querido intervenir en la enseñanza y a nuestros hijos les están enseñando cualquier cosa.
En un instituto de enseñanza superior del Uruguay, un grupo de estudiantes que constituyen una organización dentro del lugar, propusieron hacer baños mixtos. Esto no lo plantean las autoridades sino jóvenes gay que están aliados a las autoridades. Un joven que asiste a la iglesia fue a uno de los baños y cuando salió se encontró con una chica. Para los heterosexuales han puesto baños en el sub suelo. Los jóvenes que representan al instituto, quienes comprenden un gremio de estudiantes, han promovido fiestas donde los varones debían ir vestidos de mujer, entre otras cosas. Cuando un chico se opuso a los baños mixtos lo escracharon y lo humillaron. ¡Y nos llaman a nosotros violentos y predicadores del odio! Ellos son los violentos y nos señalan a nosotros como tal. ¡Pero la culpa es nuestra! ¿Cuánto hemos orado y ayunado? ¿Y cuán dispuestos estábamos para hacer que esto no suceda en la nación? ¡Te pido perdón, Señor! Hemos estado demasiado tranquilos, no hemos hecho nada. No hemos levantado la voz ni predicado la verdad. ¡Perdónanos, Señor! ¡Hemos pecado contra ti! Nosotros y nuestros padres hemos pecado.
Pero algo pasó. Nehemías estuvo triste, entonces oró y ayunó. Y el mismo rey le preguntó qué le sucedía y después le preguntó qué quería pedir. “Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos, y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré”. ¿Cuánto oró en esa oportunidad? ¡Tres segundos! “¡Ayúdame Dios”! Aquí hay un experto en vinos hablando de reedificar una ciudad y el rey a continuación le dice: “¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás?” ¡Qué sabía él de cuanto se iba a demorar! Nehemías no era arquitecto. Yo soy arquitecto y a veces me agarro la cabeza cuando veo algunas obras que quieren hacer los chicos de los hogares; veo que hacen un desastre que se les puede caer encima. ¿Cuánto sabrá de construcción un hombre que lo único que sabe es servir vino al rey? ¡El negocio era demasiado grande! Sin embargo, Nehemías le puso fecha al rey. Dice la palabra de Dios: “Y agradó al rey enviarme, después que yo le señalé tiempo. Además dije al rey: Si le place al rey, que se me den cartas para los gobernadores al otro lado del río, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá; y carta para Asaf guarda del bosque del rey, para que me dé madera para enmaderar las puertas del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré. Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de mi Dios sobre mí” (Nehemías 2: 6 al 8). Lo más impensado comenzó a suceder; que una nación se iba a movilizar después de setenta años; que gente de sesenta, setenta, ochenta que nunca conocieron Israel se iban a movilizar para construir la ciudad. Que un emperador que tenía esclavizado al pueblo hebreo le concediera el permiso para ir. ¡Cosas increíbles!
Restaurar una ciudad entera era un proyecto muy grande y Nehemías era una sola persona, pero él se había conmovido por la situación y había orado y ayunado. Ahora Dios estaba obrando juntamente con Nehemías. Él decidió ir y levantar la ciudad.
Nehemías era un hombre de oración, de ayuno y de acción. Si sólo oras no alcanza, si ayunas no alcanza, si oras y ayunas tampoco alcanza; necesitas ponerte en acción. Y si tú eres una persona de acción no hagas nada sin primero orar y ayunar. Y Dios respalda a aquellos que oran y hacen descender sus proyectos a la tierra. Yo aquí no tengo ningún proyecto, es Dios el que establece sus proyectos y yo soy ejecutor de ellos.
Llegó el día en que Nehemías fue a ver Jerusalén. “Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio”. En el capítulo 3 comienza a mencionar los nombres de las familias que se encargaron de edificar las doce puertas de Jerusalén y las que se dedicaron a levantar los muros. Da en detalle todos los nombres de quienes trabajaron, porque los nombres de los que hacen las obras de Dios están escritos en el cielo. ¡No pasan desapercibidos! ¡Esos son los siervos de Dios!
Yo llevo veinticinco años predicando en Uruguay y siempre he declarado que voy a ver la gloria de Dios en esta nación. ¡La voluntad de Dios se va a hacer en Uruguay! No es en vano que ores, no es en vano que ayunes; Dios te está guiando en el ayuno y en la oración. El Señor está necesitando gente que esté dispuesta a levantar su rostro al cielo y pedirle a Dios que se haga su voluntad en la tierra como se hace también en el cielo. ¿Entiendes que el tema es grave?
Una hermana de la iglesia comenzó la universidad y me llamó para decirme que durante toda la semana, desde que comenzaron las clases le han estado introduciendo la ideología de género. No enseñarán bien de matemáticas ni de geografía pero les están enseñando la ideología de género. ¡La están imponiendo! ¿Acaso será difícil para Dios cambiar una nación? La historia de Nehemías nos dice que ciertamente no es difícil para Dios y la Biblia nos dice que para Dios no hay nada imposible. Sólo que tú y yo nos pongamos de acuerdo con Dios en ayuno y oración y que estemos dispuestos también a dar la cara. Jesús dijo: “Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles”.
¿Estás dispuesto a ponerte en acción? Porque hay cristianos que pasan desapercibidos, son los cristianos de la policía secreta, nadie sabe que son cristianos. Hay quienes esconden el nombre de Jesús para no pasar vergüenza. Hay cristianos que no producen nada para Dios, todo el tiempo se esfuerzan por producir aquello que les gusta, aquello que anhelan. Pero para transformar el mundo, Dios necesita gente que esté dispuesta a ponerse en sus manos y pagar el precio que haya que pagar, porque seremos perseguidos.
En estos últimos días hemos estado nuevamente saliendo en la prensa. ¡Somos muy famosos! Parece que somos los más malvados del mundo y nos acusan de violar los derechos humanos. Y uno se pregunta, ¿por qué se la agarran conmigo? ¿Por qué no se la agarran con esos que dejan entrar droga al país? Quienes no oran sólo opinan, esos son los opinólogos, quienes no ayunan, sólo opinan y quienes no hacen nada, sólo opinan. Si tú oras y ayunas quédate tranquilo; si pones tus manos en el arado y luchas por instaurar el reino de Dios en la tierra, quédate tranquilo. De otra manera eres un opinólogo, sólo sirves para dar opiniones pero no produces nada para el reino de los cielos aquí en la tierra. Dicho de otra manera, los que opinan no oran, no ayunan ni hacen nada; esos son los licenciados en opiniones. Son esos que están en el público indicándoles al que juega al futbol cómo debió patear el penal; esos que insultan al jugador porque no les conformó el juego. ¡Opinan pero no hacen nada!
Muchas cosas que hacemos como iglesia, muchas cosas que hago yo como pastor, son criticables, pero lo son por la perspectiva desde la cual se mira lo que hacemos. Por ejemplo, desde la perspectiva de los políticos, lo que hacemos no es conveniente, está mal. Pero esa es su perspectiva porque a ellos los mueven determinados intereses políticos. Ciertas cosas que hacemos son criticables desde el punto de vista de la religión porque los religiosos tienen también su punto de interés y su punto de vista, y es el punto de vista de la religión. Lo que hacemos es criticable desde el punto de vista de los medios de comunicación; los comunicadores tienen también su propio interés y ven las cosas desde su perspectiva. Unos cuantos medios, para tener más audiencia han salido a decir cosas extraordinarias contra nosotros. Esas cosas son criticables desde el punto de vista político, religioso y de los medios masivos de comunicación. Mas nuestro interés es distinto al de ellos; nuestro interés es el reino de Dios en la tierra. Sus intereses no concuerdan con los nuestros, por lo tanto lo que hacemos está mal para ellos.
CONCLUSIÓN
Yo declaro que la iglesia Misión Vida para las Naciones será una iglesia de ayuno, de oración y de acción. ¡Tendremos que pagar el precio! Vamos a ser confrontados, burlados e insultados, pero llevaremos la verdad de Dios y no nos moverán de nuestra posición los intereses políticos, los religiosos o cualquier interés de otra índole. Tenemos un interés supremo que es el interés de Dios; son los negocios del Señor en la tierra. Se necesita gente que intervenga en las decisiones de la economía. Los países están atados por problemas económicos; las deudas de las naciones con los poderes económicos del mundo son impagables, hasta Estados Unidos tiene una deuda impagable con los poderosos de la tierra. El Banco Central de los Estados Unidos no pertenece al gobierno; es un banco privado y el estado le debe a esa institución. La Reserva Federal de los Estados Unidos la componen socios anónimos. Es un poder bancario que le ha prestado dinero desde el año 1913 al estado y éste ha ido a la guerra usando los fondos de la Reserva Federal y ha hecho lo que ha querido con los esos préstamos. ¡Estados Unidos está atado a las deudas! Se necesita gente en los lugares donde se toman decisiones que tengan que ver con políticas económicas; se necesita gente en los niveles de educación, jóvenes que se preparen para ser educadores. ¡Tenemos que reconstruir las puertas para cerrar las puertas a lo malo y abrirlas a lo bueno! El Ministerio de Desarrollo está sosteniendo cientos de personas gay. Yo no estoy contra la gente que quiere ser gay, pero estoy en contra de que usen mis impuestos para que le enseñen a mis hijos a ser como ellos.
Necesitamos pastores y predicadores; necesitamos gente que se juegue la vida por el evangelio. ¿Podrás decirle al Señor que puede contar contigo? En una oportunidad, Dios le habló a Isaías y le dijo: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?” Mas Isaías respondió: “Heme aquí, envíame a mí”. Y Dios lo usó. Isaías es fuente de inspiración hasta el día de hoy. ¡Cómo me han bendecido las profecías de Isaías! La obra de Isaías ha trascendido los siglos y está consolando y bendiciendo a millones de personas; hay profecías que hoy en día se están cumpliendo. Un hombre que se puso en las manos de Dios, hizo una obra trascendente y eterna.
¿En qué estás gastando tus días? ¿En qué estás gastando tu dinero? ¿Servirás a Dios de una vez por todas o no? Dile al Señor: “Ya no te pondré condiciones, yo te voy a servir. Voy a construir los muros y las puertas. Puedes contar conmigo Señor, yo voy a predicar el evangelio. No quiero perder más tiempo; ya he perdido mucho buscando estar bien, en tratar de encontrar satisfacción y que tú me des lo que yo quiero. He perdido mucho tiempo queriéndome acomodar y usar el evangelio para mi bienestar pero no he dispuesto mi vida para que tú la uses. ¡Toma mi corazón, Señor! ¡Toma mi vida! No seré de los que opinen Padre, seré uno que ore. Yo creo en el poder de la oración, Dios mío; yo creo en ti. Creo que puedes hacer conmigo lo que hiciste con Nehemías, un hombre que sólo servía de copero al rey, pero tú lo usaste para reedificar los muros de la ciudad. ¡Lo usaste para reedificar una nación! Por causa de las oraciones de Nehemías, tú tocaste el corazón del emperador persa Señor, así como por las oraciones de Moisés tocaste el corazón del faraón. Heme aquí, envíame a mí, Señor. Quiero entrar en una visión más grande que la mía; te pido en el nombre de Jesús que me hagas entrar en un proyecto que yo sea incapaz de hacer si tú no vienes conmigo. Hazme una persona valiente Dios mío, te lo pido en el nombre de Jesús, amén”.
INTRODUCCIÓN
En esta semana, me desperté una madrugada, a eso de las tres y no podía conciliar el sueño, entonces me pregunté: “¿Por qué me despierto si no tengo ninguna preocupación? Normalmente me acuesto en paz, no tengo preocupaciones porque estoy feliz con Dios y con lo que Él quiera hacer”. Comienzo a darme vueltas en la cama hasta que recuerdo que estoy ayunando y que si me he despertado no es por casualidad, entonces le hago ver al diablo que voy a aprovechar que no tengo sueño para orar y leer la Biblia. Abro la palabra de Dios y comienzo a leer el Salmo 12 y cuando llego al versículo 5 me llama la atención ese pasaje que dice así: “Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, ahora me levantaré, dice Jehová; Pondré en salvo al que por ello suspira”. En esa madrugada se encendió ese pasaje bíblico en mi corazón y me alegré, porque entendí lo que leí.
He estado orando cada día desde que comenzamos el ayuno de veintiún días, para que el Señor alumbre mi entendimiento y enderece mi camino delante de Él. Y sucede que cuando tú te acercas a Dios, es como cuando te acercas a alguna persona que comienzas a conocer más íntimamente, de modo que al acercarte a Dios te sensibilizas y lo conoces íntimamente, y el Señor te hace ver y entender algo que no tenías en cuenta. Yo me acerco a mi esposa; ella me mira, yo la miro y entonces me dice: “No me digas nada. Yo sé lo que te pasa; tenes hambre”. Eso sucede cuando dos personas se acercan mucho íntimamente, por eso les decimos a los jóvenes de la iglesia que no se acerquen tanto ya que comienza a producirse cierta química, pero hay química de Dios y hay química del diablo. Mas si tú te acercas a Dios, se produce intimidad con Él.
DIOS SE LEVANTA, TÚ TE LEVANTAS
Cuando me detengo en el pasaje del Salmo 12 versículo 5, noto que Dios pone su atención en los pobres. Los pobres no me llamaban la atención pero ahora que estoy cerca de Dios me doy cuenta que la opresión de los pobres le llama mucho la atención al Señor. No lo verás a Dios enganchado con la novela de la tarde, en algún recital o entretenido con alguna otra cosa, pero la opresión de los pobres, el Señor sí la ve. El ayuno y la oración hacen que yo me acerque a Dios y entienda qué es lo que le interesa a Él. Y no sólo me doy cuenta que tiene un gran interés por la opresión de los pobres sino que a mí también me empieza a interesar su situación. Un verdadero creyente comienza a sentir lo que Dios siente y es influenciado por la unción, por la presencia y el sentir del corazón de Dios; por lo tanto si a Dios le llama la atención la opresión de los pobres, al creyente también.
“Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos” y aquí llego a la parte clave que saltó ante mis ojos: “…ahora me levantaré, dice Jehová”. A las tres de la mañana el Señor me dice: “¡Ahora me levanto!” Este ahora fue escrito unos dos mil ochocientos años atrás, pero cuando este ahora que fue escrito hace miles de años atrás se enciende y se transforma en palabra Rhema, ese ahora del pasado es un ahora en este tiempo presente. Yo entendí que a partir de ese día a las tres de la madrugada había un ahora nuevo. ¡Ahora comienza algo nuevo en Misión Vida para las Naciones, ahora comienza algo nuevo en los hogares Beraca, en las células familiares y ahora comienza algo nuevo en tu vida!
Ayer me interesaba la opresión de los pobres y el gemido de los menesterosos, pero era algo de rutina, mas ahora, si a Dios le interesa el gemido de los menesterosos, a mí también. “Ahora me levantaré, dice Jehová” y si el Señor dice que ahora se levantará, nosotros también nos levantamos. Porque cuando tú te acercas a Dios comienzas a tener química con Él y si al Señor le llama la atención algo que lo hace levantar, tú también te levantas y te interesas por eso que a Él le interesa. Sucede que cuando estás en un concierto, escuchas lo bien que están tocando, entonces al finalizar te levantas, aplaudes y ovacionas porque se produce un feeling entre tú y lo que estás escuchando, o entre tú y el cantante o músico. Ahora, a Dios lo hace levantar la opresión de los pobres y el gemido de los menesterosos y los cristianos dicen como el Señor: “¡Ahora yo me levantaré!”
Dios ha visto tu opresión, y ha visto, porque le llama la atención, cuánto tiempo hace que estás así. Según el diccionario, oprimir es producir agobio o desasosiego grande, también significa, someter a vejámenes, humillación o tiranía a una persona, a un pueblo o nación. Por otro lado leí que la opresión es la actuación de fuerzas que van hacia adentro, lo que produce agobio en las personas. Es como que hay fuerzas que quieren dejarte encerrado en cierto tipo de pensamientos y sentimientos. Tú comienzas a sentir que no tienes espacio, por ejemplo te vienen pensamientos como: “Siempre vas a ser el mismo”, “siempre vas a ser la misma”, “eres el mismo fracasado de siempre”. A tal punto te lo crees que no quieres intentar algo nuevo y vives oprimido porque las circunstancias, la vida y los demonios mentirosos te han convencido de que no vas a lograrlo, que has golpeado muchas puertas y ninguna se ha abierto; estás convencido que nadie te va a amar, que nunca nadie se va a querer casar contigo y otros muchos pensamientos negativos que vienen a tu mente.
Vuelvo a repetir un ejemplo que he mencionado en otros mensajes, pero vale la pena plantearlo; un hombre me dijo una vez: “Mi abuelo fue pobre, mi padre también lo fue y yo soy pobre a mucha honra”. ¡Este hombre está en una cárcel! ¿Has visto gente orgullosa de ser pobre? Ni siquiera hacen algo para salir de la pobreza; esas personas están oprimidas. Lo mismo sucede cuando el diablo te empuja a hacer algo que no debes hacer, o sea, a cometer pecado, y una vez que te envuelve en pecado, te ata, te pones raro, te cambia el temperamento y te haces esclavo del pecado. Jesús dijo que el que hace pecado es esclavo del pecado. Tú dijiste que no lo ibas a hacer más pero al poco tiempo lo vuelves a hacer. Te mete en una cárcel que no te deja salir. Mas Dios te dice: “Yo ahora me levanto para librarte”.
Sé que hay personas que están cansadas de la opresión que tienen, quieren salir de donde están pero no pueden y se preguntan por qué Dios no hace algo, y el Señor te dice: “¡Ahora me levantaré!” Dios me dio esta palabra para que yo la comparta contigo; el Señor hoy rompe ataduras dentro tuyo y te libera. Cuando se rompe la opresión, la persona entra a la libertad y tiene más claridad para pensar y para decidir. Ya no piensas que vas a fracasar sino que dices: “Voy a salir adelante, nada me va a detener, estoy confiando en Dios”. ¡Nos presentamos delante de un Dios Todopoderoso y soberano! ¿Quién lo puede detener? Y si Dios está conmigo, ¿quién contra mí? ¡Nadie podrá hacerme retroceder si Dios está conmigo!
Por otro lado vemos que en el diccionario, la palabra gemir significa, emitir sonido que expresan dolor. Sé que hay muchas personas que durante el día andan arregladitas tratando de sonreír pero cuando llega la noche lloran sobre la almohada. Una amiga que quedó viuda, nos confesó que mientras está con nosotros ella trata de estar bien pero cuando está sola en su casa, llora por los rincones. Y a Dios le llama la atención, el gemido de los quebrantados. “¡Oh Dios! ¿Por qué esta enfermedad?” ¡Oh Dios! ¿Por qué tengo que estar viviendo esto?” Y el Señor nos dice: “Yo presto atención a la opresión de los pobres y al gemido de los menesterosos”. ¡Dios conoce tu dolor! La palabra menesteroso según el diccionario, significa: “falto, necesitado, que carece de una cosa o de muchas cosas”. Cuando tú no tienes esperanza eres menesteroso; cuando no tienes fe eres menesteroso, te falta lo más importante. La fe te conecta con el poder del Omnipotente; la fe te conecta con los almacenes de Dios, para que sean derramadas desde el cielo las bendiciones que están acumuladas allí para ti.
Esta segunda semana de ayuno de veintiún días que hemos comenzado la dedicaremos a orar por el país, por el gobierno y por los legisladores. Con perdón de lo que voy a decir, los legisladores se dedican a promulgar pavadas. Muchos de ellos no saben ni lo que han votado. Yo sé que la verdad disgusta mucho y la gente se enoja conmigo por esto pero yo debo abrir mi boca y confesar la verdad. Hay personas que viven años bajo opresión y quiero que esas personas escuchen hoy, palabra de Dios. Sabe hoy que Dios se ha levantado para liberarte y ponerte a salvo. Otra versión de la Biblia dice así: “Ahora me levantaré, dice Jehová, pondré en seguridad a los que son escarnecidos”. El diablo escarnece a la gente, le quita la carne a pedazos.
DIOS HARÁ COSAS NUEVAS
Cuando Dios me dio está palabra supe enseguida que Él iba a hacer algo nuevo. Al poco tiempo me llamó uno de los pastores de nuestra iglesia en San Juan y me contó que en la ciudad de Maldonado había una madre desesperada que ya no sabía qué hacer con su hija. La hija tiene cuarenta y tres años y tiene una nena de trece años que vive con la abuela. La mamá de la nena se mete en los asentamientos para buscar droga y allí vive cosas horrendas. La han internado varias veces. A esa mujer la conocí cuando tenía dieciocho años de edad y le prediqué el evangelio pero ella no lo quiso recibir. Es hermana de un amigo del pastor Andrés que está a cargo de la iglesia en San Juan. El pastor Andrés perdió a su papá cuando era un niño y se encariñó con la familia de la mujer que viene al caso, por lo que él los aprecia mucho. La hermana de la mujer llama al pastor Andrés desde Estados Unidos, preguntándole si podríamos hacer algo por su hermana ya que la madre se encontraba desesperada, entonces el pastor Andrés habló conmigo. Finalmente nos comunicamos con la madre de la mujer y nos dice: “¡Gracias por llamar! ¡Ustedes son tan buenos! ¡Dios los bendiga!” Ella me contó que ha internado a su hija en cuánto lugar se podía, pero nada ha sido suficiente porque a los tres días volvía a drogarse nuevamente pagando cualquier precio por un poco de droga. El padre de la mujer falleció cuando ella tenía veintiún años de edad y entró en un caos. Sentada en el sofá de su casa lloraba y se lamentaba: “¿Papá, por qué me dejaste? ¿Qué voy a hacer yo ahora? ¡Te necesito papá!” Entró en una confusión existencial, que la sumergió en la droga. Su familia tiene bienes pero ella vive en un asentamiento. En ese mismo lugar una mujer se enojó con ella y la golpeó hasta que le quebró el brazo. La llevaron al hospital y la madre creía que con el brazo quebrado iba a estar más tranquila y podría cambiar pero a los dos días de haber estado en la casa de la madre tratando de recuperarse, decidió irse al mismo lugar y allí la misma mujer le vuelve a pegar y le quiebra el brazo nuevamente con yeso y todo. Así que la tienen que intervenir y colocarle un tornillo de metal, entonces se la lleva la madre a su casa pero a los dos días la mujer decide irse de nuevo con el brazo operado y enyesada. ¡Así la encontramos a la mujer!
Entonces, al leer este versículo, “…ahora me levantaré” es como que escucho la voz de Dios y comienza a moverse algo dentro de mí, entonces me pongo a pensar qué hacer para ayudar a la mujer. Llamo al pastor encargado de la iglesia de Maldonado donde vive la mujer y le pido que vaya al asentamiento a buscarla junto con su madre. El pastor me dijo que conocían a la mujer, que le habían predicado el evangelio pero que ella no quería nada con Dios. La han tenido viviendo en un hogar, pero se fue a los tres días. En ese asentamiento hay una célula familiar y también el líder afirmó que la mujer era muy complicada. Yo escucho esas afirmaciones y me enojo porque cuando nos convencemos que no vale la pena es cuando retrocedemos. Entonces, enfáticamente le dije al pastor que fuera él personalmente a buscar a la mujer. Últimamente los pastores tenemos personas de confianza que mandamos a hacer determinadas tareas; yo le dije que fuera él con una chica que tuviera un testimonio fuerte así le contaba a esa mujer cómo Dios la ayudó a salir, pero mandaba al líder con la chica del testimonio. Entonces le dije a ese pastor que escuchara bien lo que yo le estaba pidiendo y obedeciera porque la bendición está en atender, entender la orden y cumplirla meticulosamente. El asunto es que fueron al lugar y me mandan una foto mostrándome a la mujer sentada en un catre y yo se la reenvío al pastor Andrés a lo que él me contesta: “Está hecha bolsa…” Cuando yo la conocí era una adolescente linda, una princesa, hoy tiene cuarenta y tres años y es un estropajo. Yo le mando un mensaje de whatsapp diciéndole: “Hija quiero verte y hablar contigo. ¿No te acordás de mí? Tienes que cambiar por amor a tu hija ya que ella necesita de ti y no cuenta con una madre. Por favor vení a verme”. Ella me respondió, me saludó muy contenta aunque se rehusaba a venir pero Dios dijo en su palabra: “Ahora me levantaré”. Pasadas unas horas, me llaman avisándome que traían a la mujer de Maldonado a Montevideo. Llegaron la madre, la hija y el pastor y nos juntamos en mi casa; ahí comencé a hablarle de la necesidad que ella tiene de dejar de hacer de acuerdo a lo que siente o le parece. La filosofía de hoy es que hay que dejar a la gente que haga lo que le venga en gana porque tiene todo el derecho y nadie se puede meter. O sea que los dejemos a la deriva. Yo le dije: “Hija, yo no puedo tomar una decisión por ti pero tienes que entender que no puedes darle a tu hija esta clase de madre que eres. ¡Tu hija necesita una madre!” Ella me responde: “Y la voy a ver todas las semanas y la peino. Yo quiero mucho a mi hija…” Pero le hago ver que eso no es suficiente ya que eso no la hace una verdadera madre…
Nuestra intención es que ella quedara internada en uno de nuestros hogares pero que por lo menos por dos meses no viera a su hija y se negó rotundamente. Oramos por ella, le pedimos que hiciera una oración de entrega y ella se entregó a Cristo. Al final, después de luchar un rato decidió internarse en un hogar. Enseguida llamo al pastor encargado del hogar a donde queríamos mandar a la mujer y le dije: “Pastor Martín tengo una mujer aquí que quiero que vengas a buscar y la lleves al hogar”. Él me responde que no podía porque no tenía auto. Yo le insistí que debía venir a buscarla y él me responde: “Sí, pero no tengo auto. Le mando a una de las chicas que está vendiendo en la calle para que la busque”. En días previos yo les dije a todos los pastores que algo nuevo tenía que suceder en la vida de cada uno de nosotros, que teníamos que volver a ser conquistadores e íbamos a ir a los asentamientos a rescatar a las personas. ¡Cada vez hay más drogadictos quebrantados, humillados y oprimidos que gimen por una salida! A todo esto recibí un mensaje de un grupo de jóvenes que leyeron de esto que yo estoy mencionando y se fueron a las doce de la noche en busca de chicos y chicas drogadictos para predicarles el evangelio. ¡Algo nuevo está ocurriendo! ¡Algo nuevo ocurrirá en tu vida y en tu corazón! ¡Dios va a poner en ti un nuevo sentir! ¡El Señor te dará un nuevo corazón! Si a Dios le interesa la opresión de los pobre a ti también te va a interesar; si le interesa el gemido de los menesterosos, a ti también, y si Dios se levanta, tú te levantas. Cuando comenzamos los hogares Beraca no teníamos vehículos y ahora que tenemos, nos acomodamos, pero vamos a ver la gloria de Dios en la iglesia Misión Vida para las Naciones. ¡No será en vano este ayuno! ¡No serán en vano las oraciones! Se va a levantar el infierno pero nosotros vamos a hacer la voluntad de Dios y vamos a conquistar aquello que el Señor quiere que conquistemos.
Me comentaron acerca de un predicador que se enredó con una joven por lo que abandonó a su esposa y a sus hijos y se casó con la joven, dejando el pastorado. La esposa me dijo: “Muchos dicen que él ya fracasó, que ya negó a Dios y no hay retorno, que él no va a volver a ser pastor”. Yo le aseguré que los llamados de Dios no lo son por algún tiempo. El llamado de Dios y sus dones son para que te acompañen siempre. Estarás en el pozo más profundo, pero si Dios te ha llamado a ser pastor, tu bendición seguirá siendo el pastorado. Aunque hayas abandonado al Señor, Él te seguirá llamando; tú serás alguien que vuelve a la casa del Padre como el hijo pródigo y tu Padre te va a recibir con los brazos abiertos, te pondrá un anillo y hará fiesta. Si Dios te ha llamado un día, tu Padre te está esperando; Él está observando tu dolor, tu soledad y tu fracaso. Dios quiere tener un encuentro contigo. Quiere abrazarte y llevarte al futuro eterno, y te va a dar oportunidad mientras tengas aliento de vida. No digas que porque le fallaste a Dios ya no tienes ninguna chance con Él, porque no lo dirás con sabiduría.
Hubo un hombre al lado de Jesús en la cruz que hizo todo mal y ya no tenía tiempo para revertir la situación ni hacer algo bueno, ya no había tiempo para realizar algo que lo reivindicara delante de Dios y lo único que pudo decirle a Jesús allí crucificado a su lado, fue: “Acuérdate de mí cuando estés en tu gloria”. Y el Señor le responde: “Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso”. ¡Ahora me levanto! ¡Hoy! Ahora Dios quiere hacer una obra extraordinaria contigo. Ahora quiere que entres en este tiempo de ayuno y oración, en este tiempo de búsqueda de Dios así poder compenetrarte con el Señor y a medida que te acerques a Él, su presencia y su sentir comenzarán a fluir en ti. Cuando leas su palabra se encenderán los versículos delante de ti. Serás sensible a la palabra de Dios y te alegrarás como me he alegrado yo cuando leí el Salmo 12: 5 y ésta es la palabra que entendí que Dios me dio para compartir contigo.
CONCLUSIÓN
¿Eres de los que en la oscuridad de la noche lloras y gimes? Dios te dice que ha visto tus lágrimas, que ve cuando pones tu cabeza debajo de la almohada para que tus hijos no te escuchen. El Señor te dice que ve el esfuerzo que haces por sonreír y mostrar que todo está bien, pero sabe que sufres. “Yo soy el Dios que se compadece de la opresión del pobre”, te dice el Señor. ¿Te has quedado sin esperanza? ¡Estás pobre! ¿Te has quedado sin confianza? ¡Estás pobre! ¿Te has quedado sin fe? ¡Estás perdido! Mas Dios te dice: “Acércate a mí porque de mí recibirás las fuerzas que necesitas, recibirás fe y esperanza”. Se verá la gloria de Dios en tu vida porque cuando tú te acercas al rostro de Dios, tu rostro resplandece. En el salmo 31:6 dice así el salmista: “Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; sálvame por tu misericordia”. Muchos admiran la belleza de la luna pero en realidad es desierta y oscura, mas la luz del sol hace que la luna se vea bella, ya que resplandece con la luz del sol. Así se verá tu rostro cuando te acerques más y más a Dios; tú resplandecerás con su luz. Moisés subió al Monte Sinaí y estuvo cuarenta días con Dios, y la Biblia señala que cuando bajó al campamento, su rostro resplandecía por la gloria de Dios de tal manera que tenía que cubrirlo para que la gente no lo adorara.
Si estás oprimido u oprimida, lleno de temores, angustias e impotencia, si eres acorralado por circunstancias adversas, que tu cónyuge te abandonó, que la enfermedad empeora o cualquier otra situación te aflige, Dios hoy te dice: “Yo he visto tu sufrimiento y he visto tu opresión. No es ajena para mí la circunstancia que estás viviendo. Todo eso que te falta, que te hace menesteroso, yo te lo quiero dar. Ven a mí, acércate a mi presencia. Lo que te está faltando es más de mí. Te está faltando que yo te limpie los ojos para que puedas ver en mi palabra mi grandeza, mi gloria y mi corazón”. ¿Puedes sentir que el Señor te está llamando? ¡Esta palabra es para ti! ¿Tienes conciencia de ello?
Oro por ti: “Padre, extiende tu mano. Sopla tu Espíritu Santo sobre cada vida, dale aliento al cansado, Dios. Quita la tristeza y la opresión, Padre mío; quita el agobio y el dolor de las vidas. Tú, que has visto el pesar de quienes están recibiendo este mensaje; tú que has visto la falta de fe y esperanza, te pido que te glorifiques en cada vida, Señor”.
Dios está arrancando la amargura de tu alma, Él está arrancando toda impotencia y tristeza de tu vida. ¡Hoy es un nuevo día! Este es el día en que Dios ha venido a rescatarte. Glorifica tu nombre, Dios. Este es el día en que tu debilidad se transforma en fuerzas. Hoy es tiempo de dejar el “no puedo” y declarar “Ahora puedo en el nombre de Jesús. Soy más que vencedor por medio de Aquel que me amó”. ¡Amén!
PRIMER AYUNO DE DANIEL
Daniel ha sido uno de los profetas más grandes y más importantes del Antiguo Testamento, y el libro de Daniel nos muestra que él era un hombre de ayuno y oración.
Según la historia bíblica, el pueblo de Israel fue tomado cautivo por el rey Nabucodonosor de Babilonia; fue destruida la ciudad de Jerusalén, el muro y el templo, y el pueblo fue llevado cautivo desde Israel hasta Babilonia, al norte. Allí el rey Nabucodonosor pidió que se escogiesen jóvenes de entre los cautivos, y Daniel fue uno de ellos. Buscaron jóvenes del linaje real, formados culturalmente. A Nabucodonosor le interesaba tener en su palacio gente formada y conocer la cultura, las creencias y los dioses de los países que había conquistado. Además, quería que ellos aprendieran el idioma de los babilonios. Los babilonios eran los caldeos. El rey esperaba que estos jóvenes fueran un puente entre él y el pueblo cautivado. Quería también que Daniel en este caso y sus amigos, no sólo aprendieran el idioma de los caldeos sino que además aprendieran de la cultura y de las ciencias de ese pueblo.
Daniel y sus amigos fueron llevados al palacio y estaban bajo la tutela de un eunuco. El rey les señaló ración de la comida real y de la bebida. Leemos en Daniel 1:8: “Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse”. Llega Daniel al imperio más grande, es llevado al palacio de un gran soberano, éste dispone comida y vino especial para él y Daniel comienza confrontando la orden del rey. Propuso en su corazón no contaminarse con la comida del rey. Daniel se dirigió el eunuco y le dijo: “Te ruego que hagas la prueba con tus siervos por diez días, y nos den legumbres a comer, y agua a beber” (Daniel 1:12). Fue difícil, pero el eunuco estuvo de acuerdo con lo que Daniel le pidió y evidentemente en diez días el rostro de Daniel y sus amigos se veía mucho mejor que el de los otros jóvenes que comieron de la ración que les había ofrecido el rey. Daniel desde el principio buscó alimentarse prudentemente y no contaminarse con la comida del rey. Esta es la primera oportunidad en que vemos a Daniel tomando la decisión de ayunar y privarse de la comida real, para agradar a Dios.
SEGUNDO AYUNO DE DANIEL
En el libro de Daniel, vamos a ver que él ayunó en tres oportunidades. Leemos en Daniel 9:1 y 2: “En el año primero de Darío hijo de Asuero, de la nación de los medos, que vino a ser rey sobre el reino de los caldeos, en el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén en setenta años”. Jeremías había profetizado que Nabucodonosor iba a tomar cautivo al pueblo de Israel y les dijo: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, a todos los de la cautividad que hice transportar de Jerusalén a Babilonia. Edificad casas, y habitadlas; y plantad huertos, y comed del fruto de ellos. Casaos, y engendrad hijos e hijas; dad mujeres a vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas, para que tengan hijos e hijas; y multiplicaos ahí, y no os disminuyáis… Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar” (Jeremías 29: 4, 5,6 y 9).
Habían pasado muchos años de esa profecía; yo había mencionado al principio a Nabucodonosor rey de Babilonia que era el pueblo de los caldeos, después vinieron los medos que subyugaron al imperio babilónico. En el capítulo 9 del libro de Daniel vemos que él todavía está en el palacio cumpliendo una función pública importante desde que el rey de Babilonia lo había escogido, aun cuando los medos conquistaron a los caldeos. Continuamos leyendo Daniel 9:12: “En el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén en setenta años”.
Daniel lleva allí muchas décadas, había entrado al palacio con unos veinte años más o menos. Cuando llegan los medos se comienza a inquietar y busca en la palabra de Dios, entonces leyó que las desolaciones de Jerusalén iban a durar setenta años. En ese momento entró en un conflicto espiritual, por lo tanto, según leemos en el versículo 3, dijo Daniel: “Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza”. No sirve hacer sólo ayuno, es imprescindible orar, interceder y rogar. Es una búsqueda del rostro de Dios, humillándonos delante de Él en adoración, en oración e intercesión. Este es el segundo ayuno que hizo Daniel. Todo el capítulo 9 de Daniel es una oración a Dios: “Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos; hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas. No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra”. Él ya había leído en las profecías de Jeremías que eran setenta años de cautividad, pero Dios no opera si la gente que está en la tierra no ora, así que Daniel comenzó a orar, a pedir perdón por el pecado del pueblo, a interceder y a reclamarle su promesa de que a los setenta años de cautividad iban a ser liberados. Y oró también Daniel: “Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias”. Y Dios responde a Daniel y le habla acerca de las profecías de las setenta semanas.
Quien se ha interesado en escatología, ciencia que estudia los acontecimientos de los últimos tiempos, entiende que no se puede abordar la ciencia de la escatología sin estudiar las setenta semanas de Daniel mencionadas en el capítulo 9, verso 24: “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos”.
TERCER AYUNO DE DANIEL
La tercera vez que encontramos a Daniel ayunando es en capítulo 10:1: “En el año tercero de Ciro rey de Persia fue revelada palabra a Daniel, llamado Beltsasar; y la palabra era verdadera, y el conflicto grande; pero él comprendió la palabra, y tuvo inteligencia en la visión”. Primero fueron cautivos por los babilonios, después vinieron los medos y luego los persas, tres imperios han transcurrido y Daniel seguía siendo un estadista, una persona importante para el reino. ¿Qué sucedió en este tiempo? Leemos en Daniel 10: 2 y 3: “En aquellos días yo Daniel estuve afligido por espacio de tres semanas. No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas”. Daniel ayunó veintiún días. Cuando decimos que vamos a hacer el ayuno de Daniel, será por veintiún días y comeremos legumbres y beberemos agua. Tres semanas de conflicto, tres semanas de ayuno, oración e intercesión.
Daniel sabía que había una palabra y que el conflicto era grande. Al estudiar las profecías de Daniel, encontramos que las revelaciones contenidas en los capítulos 10, 11 y 12 son las más importantes. En capítulos previos hay varias visiones que tiene Daniel; vio descender un ángel de cielo, vio dragones y una estatua muy alta. Todo esto tiene un significado y Daniel recibe revelación acerca de todas esas visiones. Pero en los capítulos 10, 11 y 12 Daniel tiene una visión de Jesucristo. Antes había hablado con otros personajes pero al final del libro de Daniel, cuando éste tenía alrededor de noventa años, Jesucristo mismo se presentó delante de él. Leemos en Daniel 10: 4 al 6: “Y el día veinticuatro del mes primero estaba yo a la orilla del gran río Hidekel. Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz. Su cuerpo era como de berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud”. Se encuentra Daniel con un personaje y lo llama: “un varón”. Este varón es mencionado también en el libro de Apocalipsis 22:13: “Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último”. Juan también vio a ese varón quien tenía una cabellara blanca como la nieve, vestido de una ropa que llegaba a los pies, un cinto de oro ceñido en su pecho y sus ojos eran como llama de fuego; también vio Juan que sus pies eran semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno y su voz como estruendo de muchas aguas. Daniel 10: 7 dice: “Y sólo yo, Daniel, vi aquella visión, y no la vieron los hombres que estaban conmigo, sino que se apoderó de ellos un gran temor, y huyeron y se escondieron”.
Daniel quedó solito con esta visión. ¿Entiendes que se trata de Cristo? Un ángel se parece a un ángel, un arcángel se parece a un arcángel; ningún ángel, arcángel o querubín se parece a un varón o ser humano, porque la única persona que fue hecha a imagen y semejanza de Dios fue el hombre por lo tanto el hombre no se parece a un ángel sino a Dios. Dios se parece al hombre y el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios. Cristo descendió de la gloria se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Jesús se llama a sí mismo el Hijo del hombre tomando forma de hombre. Daniel 10: 18 dice así: “Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció”. Aquí está hablando de Jesús. ¿Qué ser celestial se parece al hombre? ¡Jesucristo! Es una revelación de Cristo glorificado como la que vio Juan en el Apocalipsis.
CONSECUENCIAS DEL AYUNO
Primer conclusión importante: el ayuno y la oración tomados en serio produce situaciones importantes en el mundo espiritual. La visión de Daniel fue producto de un conflicto y una lucha espiritual de tres semanas. Leemos en Daniel 10:12: “Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido”. Ese día Daniel decidió que ninguna comida delicada entrara a su boca hasta que Dios no le mostrara lo que tenía que mostrarle. Dios me ha hecho sentir que los que están haciendo en serio este ayuno de Daniel junto con nosotros tendrán encuentros con el Señor y recibirán revelación de parte de Dios. ¡No andarás dando vueltas en el desierto! ¡Dios va a mostrar su gloria y su poder! “Daniel el responsable de que yo, Jesucristo, esté aquí hablando contigo es que tu dispusiste tu corazón para buscarme”. Y el Señor le dice a Daniel a continuación: “Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia”. Veintiún días ayunó Daniel, fueron veintiún días de conflicto y oración, mas Jesús le dio ánimo y le dijo que sus palabras fueron oídas desde el primer día. Aquí hay una gran revelación espiritual que la iglesia ha entendido recién entrado el siglo veintiuno y es que las naciones tienen principados y ha habido revelación y entendimiento, como dice el apóstol Pablo que no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Principado significa principal o número uno.
Cuando la iglesia ayuna y ora, arroja sus misiles contra los príncipes de las naciones. Hay un principio espiritual y es que sobre cada nación hay un principado así como gobernadores de las tinieblas, hay también potestades y contra ellos está dirigida nuestra guerra. Por lo tanto, en el ayuno y la oración se desata una guerra espiritual y entendemos que lo que está ocurriendo en el mundo visible o natural es un paralelo en lo invisible en el mundo espiritual. Nosotros luchamos aquí abajo pero hay una confrontación espiritual en el mundo invisible. ¡Debemos tener entendimiento y luz para saber contra qué estamos peleando!
DIOS OPERA EN SOCIEDAD CON EL HOMBRE
Jesús estuvo enfrentando al príncipe de Persia que lo estaba deteniendo. Daniel leyó las profecías de Jeremías que señalan que el pueblo estaría cautivo por setenta años y pensó que eso se tenía que terminar, entonces empieza una lucha espiritual y una búsqueda fervientemente del Señor. Y pasan los años, llega el tercer año de Ciro rey de Persia por lo que el conflicto crece y Daniel comienza a ayunar y a orar, entonces aparece Jesús y le da revelación. Le dice el Señor a Daniel: “Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia” (Daniel 10:13).
Alguien me preguntó si realmente el que se le apareció fue Jesús porque como el príncipe de Persia lo frenó por veintiún días, dudaba si realmente era el Señor. Yo le dije que efectivamente era Cristo, el Rey de reyes, el Todopoderoso. Era Cristo, el que podía haberlo aplastado en solo un instante pero, ¿por qué demoró veintiún días luchando con el príncipe de Persia? Es que Cristo no lucha solo sino que lo hace en unidad con nosotros. Depende de lo que nosotros oramos, poniéndonos en comunión y de acuerdo a su voluntad, el Señor va obrando. Tanto como duró el conflicto, el ayuno y la oración de Daniel tardó Cristo en doblegar al príncipe de Persia. Jesús es Rey de reyes y Señor de señores pero se ha auto limitado por eso nos manda a orar. De otro modo, ¿para qué orar? Si Él lo puede hacer sin esperar nuestras oraciones, pero Dios ha querido que nosotros oremos: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino y hágase tu voluntad…” Eso es una guerra espiritual. Nosotros hacemos descender el reino de los cielos a la tierra y nos oponemos en el nombre de Jesús a los poderes de las tinieblas que oprimen las naciones. “Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia”.
LA REVELACIÓN DE DANIEL
¿Quién es este Miguel y quién es éste principal de los príncipes? En Daniel 10:21 dice el Señor: “Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe”. Aquí hay revelación. Hay profecías que señalan que todas las naciones se van a volver contra Israel, ¿Cuál es la clave? Todas las naciones tienen príncipes que batallan contra Dios pero Israel tiene un príncipe y es un príncipe de Dios, se llama Miguel y él lucha con Cristo a favor del pueblo de Dios. Jesús le dice a Daniel: “He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días” (Daniel 10:14). He venido por causa de tus oraciones a hacerte saber lo que acontecerá en el último siglo de la historia de la humanidad. Hace dos mil seiscientos años atrás Jesús habló estas cosas con Daniel. Y casi al final del libro de Daniel, éste le dice a Jesús: “…Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas? El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin”. Significa que serán reveladas en este tiempo que estamos viviendo.
Daniel 10: 20 dice así: “Él me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá”. Estuvo veintiún días con el príncipe de Persia, llegó para hablar con Daniel y contarle lo que había de acontecer y volvía para pelear contra el príncipe de Persia, y al terminar con él, vendría el príncipe de Grecia. Esto se estudia en historia; Dios le ha mostrado a Daniel la sucesión de diferentes imperios; quienes han estudiado saben que primero vino el imperio babilónico, luego los medos, los persas, los griegos y por último el imperio romano. En lo visible hubo un príncipe que se llamó Carlo Magno pero en lo invisible estaba el príncipe de Grecia y nada puede hacer éste si Cristo no se lo permite, así como tampoco pueden hacer nada los príncipes de Persia o el de los medos si no se lo permite Cristo porque en Jesús fueron creadas todas las cosas visibles e invisibles y sin Él, nada fue hecho, por lo tanto Cristo domina sobre todos esos poderes.
Jesús le dijo a Daniel: “Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe”. Ya está todo escrito. Estaba escrito en el libro de la verdad que te ibas a casar caprichosamente, que no ibas a obedecer a Dios, que te ibas a divorciar y que te ibas a juntar con otro hombre. ¡Todo está escrito en el libro de la verdad! Y las cosas van a suceder como Jesús tiene determinado y escrito en el libro de la verdad. No porque Dios haya determinado que las cosas sucedan así sino que el Señor tiene previo conocimiento o presciencia. Él sabe lo que va a suceder antes que suceda. Recordemos que Jesús dijo: “Yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin”. Jesús estuvo en el principio y estuvo en el fin. Si eres de Cristo tienes que sentirte feliz de saber que estás en las manos del Señor seguro o segura de tu bendición, de la vida eterna, del perdón de tus pecados. Cristo estuvo en el origen y en el final, entonces, ¿quién fue al final para conocer el fin? ¡Jesús! Él conoce lo que viviste, lo que te sucede y lo que te sucederá. Entonces Cristo que ya ha visto el final, vuelve a este tiempo y te encuentra ayunando y orando, y te dice: “Por causa de tus oraciones yo estoy aquí y he venido a contarte lo que va a suceder”.
El ayuno y la oración producen revelación y visión. El tiempo no existe para Dios, nosotros habitamos en el espacio tiempo pero eso es creación de Dios, mas Él no habita en el tiempo y tampoco en el espacio. La Biblia señala que ni los cielos de los cielos lo pueden contener. Leemos en Génesis 1: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día”. En ese preciso momento comenzó el tiempo. Pero Dios no se hace problemas con cuestiones de tiempo, Él conoce todo hasta el final desde el principio. Para el Señor un día son como mil años y mil años como un día. ¿Cuánto hace que Jesús tuvo este encuentro con Daniel? Han pasado de este hecho unos dos mil seiscientos años y como para Dios un día son como mil años y mil años como un día; hace dos días y medio estuvo Jesús con Daniel hablando acerca de lo que yo te estoy contando.
Todo esto es revelación que vino a Daniel porque dispuso su corazón a entender y a humillarse en la presencia de Dios, en ayuno y oración. “Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe” (Daniel 10:21). Llegué a la conclusión de que Miguel es el príncipe de Israel. Los iraníes, los de hamas y todos los terroristas se están levantando contra Cristo y contra Miguel. Y Jesús está contra los príncipes de ellos y se levanta contra el príncipe de la potestad del aire, contra satanás. La Biblia declara que todas las naciones se van a levantar contra Israel pero Dios se levantará en juicio contra todas las naciones. Hay un solo príncipe de una sola nación que está aliado a Jesús, aliado al Dios de los ejércitos. Es el príncipe que está sacudiendo a la nación de Israel. Este es el tiempo de Ezequiel capítulo 37 en el que los huesos secos están recibiendo tendones, carne y están siendo cubiertos de piel, y en poco tiempo recibirán Espíritu de Dios y vivirán. En todo el capítulo 11 de Daniel, Jesús continúa hablando con él y le cuenta acerca de los reyes que iban a surgir pero que también iban a caer, y llega hasta el final de la historia cuando el Señor le habla del último gobierno que habrá en la tierra que es el gobierno del anticristo. Leemos en Daniel 11:35: “También algunos de los sabios caerán para ser depurados y limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado; porque aun para esto hay plazo. Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se cumplirá”. Jesús está hablando aquí de un gobernante y en este caso es un gobernante mundial del cual se dice en Daniel 11:32: “Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto; más el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará”.
Se está hablando aquí del anticristo el cual se ensoberbecerá, se engrandecerá sobre todo dios y proferirá cosas espantosas contra Dios, y prosperará hasta que lo determinado se cumpla. ¡Cuidado! No te engrandezcas tú porque el Señor te va a humillar. Distinto es que Dios te engrandezca así como le dijo a Abraham: “Engrandeceré tu nombre”. Una cosa es que Dios te levante y algo muy distinto es que tú te levantes. Este pasaje señala que ese rey se engrandece solito sobre todo dios y se levanta contra el Dios de los dioses, Jehová de los ejércitos, creador del cielo y de la tierra. Proferirá cosas espantosas contra el Dios del cielo y prosperará en su camino hasta que sea consumada la ira. Cuando llegue al colmo la maldad, también llegará al colmo la ira de Dios por causa de la maldad. Dios no está ciego, Él está viendo todo lo que está sucediendo en el mundo y juzgará a las naciones, mas tú quédate tranquilo; el que es de Cristo tenga paz y confianza, busca en el Señor revelación porque el Señor te hablará en este tiempo de ayuno y oración.
Daniel 11:37 sigue describiendo al anticristo y dice así: “Del Dios de sus padres no hará caso, ni del amor de las mujeres; ni respetará a dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá”. Aquí notamos algunos indicios; primeramente, cuando dice que no hará caso del Dios de sus padres, muy posiblemente los padres del anticristo sean cristianos o judíos y segundo, por lo que dice aquí, el anticristo podría ser gay. Dios da detalles minuciosos de cosas que nosotros vamos a ver y a vivir.
Culminando con el libro de Daniel, leemos en el capítulo 12: “En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro”. En Mateo 24 se reitera este concepto, dicho también por Jesús: “porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá”. Viene un tiempo de persecución, de angustia y gran tribulación a medida que el príncipe Miguel, de los príncipes de Israel se levanta. Señala la Biblia que todas las naciones se van a levantar contra Israel mas dice el Señor: “pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro”. La tribulación se va a terminar en ese tiempo, y en ese tiempo los hijos de tu pueblo van a ser liberados. ¿Quién se va a levantar? Miguel, el principal de los príncipes que dominan a todas las naciones. ¡Qué ayuno se mandó Daniel! ¡Y cómo puede su oración! Dice Daniel en el capítulo 12, versículo 2: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua”. Aquí está hablando de la resurrección de los muertos. En aquel tiempo, le dijo Jesús a Daniel, en el tiempo de este rey que es el anticristo, se levantará Miguel y el pueblo será librado, y ocurrirá que muchos serán levantados del polvo, algunos para vida eterna y otros para vergüenza y confusión perpetua. Este texto se refiere al juicio final.
CONCLUSIÓN
Toda esta revelación y todo este conocimiento puso Jesús a disposición, no sólo de Daniel sino también a nuestra disposición por lo tanto tienes que reconocer que el Señor hoy te ha hablado. Quiero decirte que cuando el conflicto es grande no es tan difícil ayunar. Yo estoy viviendo un tiempo de conflicto y me siento en un grado de tristeza muy grande viendo semana a semana el infierno que se nos viene encima con las leyes que están intentando promulgar en el mundo, la presión extraordinaria y los capitales de millones de millones de dólares que los poderosos de la tierra están invirtiendo en ONG que batallan contra el matrimonio, contra la familia, que promueven el aborto en todos los países y se han desbocado de tal manera que se han ensoberbecido y agrandado sobre todos.
Un personaje de una ONG del lobby gay ha dado un discurso en la ONU y ha declarado que la libertad religiosa y la libertad de expresión son relativas pero que los derechos sexuales y reproductivos y la enseñanza de la ideología de género son derechos absolutos, por lo tanto habría que limitar los derechos religiosos. En Argentina se está por aprobar una ley que permitirá apresar a los pastores y cerrar iglesias, y ha asistido a esa nación, un comisario rentado por la ONU que pertenece al lobby gay, para hacer una prueba en Argentina, y ver qué sucede con esa ley. Lamentablemente, los heterosexuales así como las iglesias no tenemos un comisario que nos defienda en la ONU pero el lobby gay tiene un representante que recorre naciones para imponer que se aprueben ese tipo de leyes discriminatorias que permite apresar a los pastores y limitar los derechos religiosos.
Una mujer feminista dio un discurso en el aniversario de una Organización llamada Planned Parenthood o Planificación Familiar, la organización de aborto más grande del mundo, y esa mujer declaró: “La maternidad es el factor principal del cambio climático”. También agregó: “Cuanta más carga humana haya, más destruiremos el planeta”. Honró a esa organización que tiene en su cuenta trescientos mil abortos en un año y declaró que esa organización le estaba haciendo un gran favor al mundo. También aquí en Uruguay pretenden hacerle un juicio a una jueza que defendió la vida de un bebé a pedido de su padre, para que sea destituida. ¡Ya no se defiende la vida! Esta noticia trascendió en el mundo; una jueza que se levantó contra una ley que autoriza o le da derecho a la mujer para abortar por su sola voluntad. Como que si no hicieran falta dos para engendrar un hijo y no se le da ningún derecho al padre en esa ley. Y con respecto a mí que hice unas declaraciones en televisión, por causa de lo que dije han determinado mandarme a prisión y hacerme un juicio.
Hay un ómnibus en España que tiene dibujado una nena y un nene y dice: “Los nenes nacen con pene y las nenas nacen con vulva”. Se ha hablado de incendiar el ómnibus y de matar a sus responsables. Finalmente el gobierno de la comuna por donde circuló ese vehículo se le confiscó como si esa declaración fuese un atentado de odio contra la humanidad. Los dueños declararon que no estaban peleando contra nadie sino que afirmaban lo que se puede apreciar a simple vista cuando nace una niña o un niño. ¡Por haber escrito esas declaraciones le detuvieron el ómnibus! Ningún juez dio la orden de confiscar el vehículo, fue una decisión de la comuna.
Llega el momento de que tienes que cuidarte si no quieres meterte en problemas qué es lo que vas a decir. Cuando se levantaron contra la jueza de Uruguay, al punto de pedir su destitución, inmediatamente una docena de ONG se manifestó a través de una carta abierta contra lo que había hecho la jueza y dijeron toda clase de cosas. Y nosotros tenemos que hacer miles de vueltas para poder sacar una declaración firmada por organizaciones cristianas que hace referencia al asunto. ¡Estamos paralizados! Yo estoy viviendo un conflicto grande y la iglesia evangélica no ve lo que está pasando por eso es que Dios convoca a la iglesia a tomar en serio lo que está sucediendo, porque necesitamos que Dios nos alumbre el entendimiento y nos direccione; necesitamos que Dios nos diga cómo vamos a trabajar en las distintas áreas del ministerio, y en nuestra vida personal.
Ora para recibir visión de Dios, para que el Señor te guie y te guarde. Este tiempo de ayuno y oración va a desatar una guerra espiritual y posiblemente tengas muchas luchas pero no estamos aquí para pasarla bomba sino para establecer el reino de Dios en la tierra. ¡Estamos en el mundo para pelear las batallas de Dios!
Si el Espíritu Santo ha puesto en tu corazón participar de este tiempo de ayuno y oración, le pido a Dios que te proteja, te alumbre y te dé inteligencia para tomar decisiones porque nuestra lucha no es contra carne y sangre sino contra principados, contra potestades y gobernadores de las tinieblas. Tenemos que saber qué es lo que Dios quiere y pedirle que nos alumbre para saber qué hacer. Yo estoy en medio de un conflicto; voy a ayunar y a orar tres veces al día porque quiero que Dios me hable, alumbre mi entendimiento y me direccione. Me voy a privar de lo que me gusta para buscar de Dios y voy a tomar en serio lo que el Señor quiere con la iglesia en el mundo. La primera semana oraremos por nosotros, le pediremos a Dios que alumbre nuestro entendimiento y nos enseñe qué es lo que debemos hacer. Pongamos en sus manos nuestros matrimonios y nuestra familia y pidámosle que nos cubra con su Espíritu. Le vamos a pedir al Señor que nos unja con poder de lo alto y que comencemos de una vez por todas a funcionar bajo el poder y la unción del Espíritu Santo para que los cristianos hagamos milagros, para que seamos misericordiosos y visitemos a los enfermos, a los que están presos y nos dediquemos a la niñez.
INTRODUCCIÓN
En la antigüedad, los profetas que comunicaban la palabra de Dios, declaraban: “Así dice el Señor”. Ellos no daban ningún mensaje sin hacer referencia al origen de ese mensaje. Por ahí el rey David mandaba a fulano a que le dijera a mengano, entonces iba éste y expresaba: “Dice el rey David”. Pero no es lo mismo que lo diga David o Samuel a que lo diga Dios. Lo que Dios habla tiene una importancia fundamental y lo que Él dice tiene su valor fundamentado en el origen de lo hablado, y el origen es Dios.
Cuando usamos una frase de algún gran poeta o escritor lo correcto es que mencionemos al autor porque de no hacerlo te pueden acusar de plagio; esa frase es importante por quien la dijo. Cuando escribí mi libro cité varias frases de diferentes autores como referencia, para que se entendiera que lo que escribí tenía un origen cierto y estaba fundamentado, así que puse como referencia el libro de determinado autor y la página que yo citaba de dicho libro, para que lo que escribí, tuviera más peso. Si yo te hablo por mi cuenta lo que digo no es tan importante pero si te hablo palabra de Dios, el Señor espera que aquellos que la escuchan, tiemblen a su palabra. Si tú tienes conciencia de que vas a escuchar palabra de Dios dispondrás tu corazón para recibirla, de lo contrario serán palabras que resuenen. Si lo que escuchamos son palabras de hombres, esas palabras son ideas de hombres y esas ideas son discutibles pero si Dios habla, eso que el Señor dice no debe ser discutido; lo que Dios dice tiene que ser creído.
Muchos asisten a la iglesia, escuchan palabra de Dios pero no le prestan atención porque están acostumbrados a la iglesia, están acostumbrados a cantar y a escuchar un mensaje entonces les suena como algo repetitivo porque lo ven como algo de hombre, por lo que no le prestan atención y se van a sus casas así como vinieron. Entraron a la iglesia con debilidad y se fueron igual, llegaron inseguros y así se volvieron a sus casas; entraron sin paz y se fueron sin paz. Pero cuando uno tiene conciencia de que lo que oye es palabra de Dios está más permeable a ser penetrado por la espada de doble filo que es la palabra de Dios y que penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos. ¡La palabra de Dios tiene poder para producir terribles transformaciones en tu mente, en tu corazón, en tus circunstancias!
Yo no te hablo lo que pienso ni lo que opino porque mi deber es hablarte palabra de Dios y tú tienes el deber de escucharla. La palabra de Dios no se compara a la de algún filósofo, teólogo, historiador o científico; la palabra de Dios es la palabra del Todopoderoso. Él sustenta todo el universo con su palabra de poder. Es tan importante que quienes la manifestaban en los tiempos bíblicos decían: “Oigan palabra de Jehová” o “Así dice el Señor”. El pueblo podía escuchar muchas voces pero cuando el profeta declaraba: “Así dice el Señor”, quien realmente era sensible a Dios, paraba la oreja.
EL EJEMPLO DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA
Durante la revolución francesa se introdujeron nuevas ideas en el pensamiento humano; se separó la iglesia del estado y se creó una nueva forma de gobierno. Hasta le revolución francesa el pensamiento era: Dios es soberano, y desde ese episodio se dice: El pueblo es soberano. Antes no se hacía la voluntad de Dios pero al menos se decía “Dios es soberano”. En cambio ahora se dice: “Dios no tiene nada que ver con el gobierno humano. No permitiremos que Dios se meta en el gobierno humano”. En la democracia el gobierno es de los hombres; del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, entonces el soberano es el pueblo. Y se comenzó a discutir, entonces a la enseñanza laica se le introdujo la moral laica. Hubieron pensadores como Durkheim, quien introdujo la idea de que el hombre no necesita a Dios para dar enseñanzas morales buenas y aceptables y expresaron: “Nosotros podemos poner normas y enseñanzas morales”. Llamaron moral laica a lo que es esencialmente bueno, prescindiendo de lo que Dios dice, por lo que la enseñanza laica es netamente humana. Si una norma o enseñanza moral es totalmente laica como sugieren algunos y Dios no tiene nada que ver con eso, cualquier norma es discutible porque no hay una fuente de autoridad. Si la fuente de la cual viene la norma es Dios, Él es la fuente de poder y autoridad de esa norma. No es lo mismo enseñar que no se debe mentir y obviar que esa enseñanza viene de Dios, a decir: “No mentirás, así dice el Señor”. ¡Hay una gran diferencia! Si Dios dice: “No mentirás” ¡Pará la oreja! En cambio si el hombre dice: “No mentirás” es una idea humana y discutible.
Alguno dirá que hay momentos en que hace falta mentir y decimos que eso es una mentira piadosa. Si Dios dice que no debes mentir no cabe inventar ni siquiera la mentira piadosa. ¡No te vas a levantar contra Dios! Pero si la idea es humana, es discutible; le preguntaron a Durkheim: “¿Qué hacemos con los diez mandamientos que son de Dios?” El declaró: “Los diez mandamientos son enseñanzas morales buenas y aceptables y las podemos enseñar pero sin decir que vienen de Dios, ya que de todos modos es una enseñanza buena”. Pero resulta que cuando una norma divina quedó en manos de hombres, se transformó en una norma humana discutible. En aquel tiempo no se discutía si el adulterio era bueno o malo: ¡Era malo! Pero hoy día si dices que no estás de acuerdo con el adulterio se te ríen en la cara y te dicen que no sabes lo que te estás perdiendo y que el adulterio es un invento de la religión. Como no hay Dios y la autoridad es el hombre, todo es discutible. Pero si habla Dios y como creyente tomas en serio al Señor no vas a discutir estas cosas sino que temblarás a su palabra y Él te enseñará el camino para que tengas una vida de victoria y de poder.
Hay ciertas cosas que tomamos relativamente como si no provinieran de Dios, por ejemplo, una chica de la iglesia se enamora de un joven que no es creyente pero es muy bueno moralmente hablando, aunque no cree en Dios ni tiene temor de Él. Le decimos a ella lo que señala la Biblia que no debe hacer yugo desigual porque no puede haber comunión entre la luz y las tinieblas. ¡No lo hagan de ninguna manera porque esa es palabra de Dios! Si yo sé que es de Dios y tengo temor del Señor, tengo miedo de enamorarme de un hombre o de una mujer que no sea de Dios porque haré yugo desigual. Sin embargo, la joven no ha entendido que se debe casar con un hombre de Dios y que ese joven tan bueno es carne pura que no tiene nada de espíritu; sus ideas no son de espíritu sino de la carne, sus normas morales podrán ser buenas pero nunca van a producir algo bueno porque lo que es nacido de la carne es carne y lo que es nacido del Espíritu es espíritu. La chica se pone de espiritual y dice: “Pero yo voy a orar y ayunar por él y Dios lo va a transformar”. La piba tiene fe que Dios va a cambiar su palabra. ¡No tengas fe contra la palabra de Dios! ¡Toma la palabra de Dios y tiembla ante ella!
El Señor dice en Malaquías 3:10: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”. Luego viene la gente y me pide oración porque están endeudados, no les alcanza el dinero, y quieren que Dios haga un milagro en su economía. Así me dijo una hermana, entonces yo estaba pronto para orar por ella, pero Dios interrumpe y me dice: “Preguntale si diezma”. En versículos anteriores, el Señor dice: “¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado”. Así que yo estaba dispuesto para bendecir a una mujer maldita. Cuando le pregunté si diezmaba, me dijo que no lo hacía por causa de la deuda que tenía que pagar. Yo le dije que así Dios no la iba a poder ayudar porque estaba desobedeciendo a su palabra y ella agregó: “Pero Dios sabe que estoy endeudada”. A lo que le pregunto: “Mujer, ¿Dios te mandó a endeudarte?” El Señor señala en su palabra que el que pide prestado es esclavo del que presta. ¿Te das cuenta en lo líos que hacemos por no entender que la palabra de Dios es muy importante? ¿Quién te mando a endeudarte? La mujer me dice: “Es que tenía una deuda y saqué otro préstamo para poder pagarla pero esta deuda es más grande”. Si la palabra de Dios no encuentra cabida en tu vida, seguirás viviendo igual, en fracaso.
Estos son sólo dos ejemplos, pero quiero enfatizar en el hecho de que hoy tenemos que convencernos que no podemos tomar livianamente la palabra de Dios. Cuando la palabra de Dios es dada, tiene que penetrar en tu corazón y éste tiene que estar abierto y sensible a Dios y a su palabra. Primero, debo considerar que Dios es importante, tengo que amarlo con todo el corazón entonces cuando tengas conciencia de cuánto vale Dios en tu vida, tendrás conciencia también de cuánto vale su palabra para ti. ¡Sabe que no puedes tomar livianamente la palabra de Dios! Tienes que ser permeable a su palabra y dejar que ésta penetre hasta la médula de tus huesos.
Muchos creyentes son como los patos, todo les resbala. Los patos tienen una glándula que segrega un aceite con el que se acicalan y que les permite impermeabilizar sus plumas, por lo que al entrar en contacto con el agua, ésta es repelida y resbala, no llegando a empaparlas. Por eso puedes ver un pato tranquilo, nadando debajo de la lluvia y ésta no le toca porque el agua le resbala. Hay creyentes que son como los patos, llueve la palabra de Dios pero a ellos les resbala. ¡Algo tiene que pasar hoy en tu vida! ¡Tienes que tomar una decisión importante!
EL EJEMPLO DE ISRAEL
Un breve repaso: Están los libros de Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, cinco libros que escribió Moisés y forman el Pentateuco; luego lo sucedió Josué y éste fue el gran conquistador de la tierra prometida. Después de Josué vienen los jueces, el peor período histórico de la historia de Israel, un período donde reinaba la anarquía y la frase que pega más fuerte en el libro de los Jueces es: “…cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jueces 21:25). Después de Josué, se levantó una generación que no conoció a Dios ni la obra que Él había hecho por Israel. Así comienza el libro de Jueces. Desde la revolución francesa hasta hoy la escuela laica nos impone valores del hombre y nosotros hemos sido contaminados por ellos, y aún las enseñanzas que son de Dios no las hemos abrazado como tal, porque hemos separado a Dios de las normas morales. Por eso hay cristianos que no aguantan más a su cónyuge y prefieren divorciarse; para ese creyente no importa lo que Dios dice en su palabra, que el Señor abomina el divorcio. Entonces algunos dicen: “¿Acaso Dios me va a obligar a estar con una persona que no quiero?” Cuando Dios no es importante para ti tampoco lo es su palabra. Pero yo creo que a partir de hoy vas a tomar una determinación importante en tu vida. ¡Dios es o más valioso que tengo y tiemblo a su palabra!
En la época de Moisés, antes de salir del monte Sinaí al desierto donde permanecieron cuarenta años, Dios le dio leyes a Moisés y las leyes o los diez mandamientos son de Dios. Son importantes porque son de Dios, no es que son importantes aunque el Señor no esté en el asunto. Las leyes de Dios son importantes porque provienen de Él. La fuerza y el poder de la norma tienen que ver con el origen de autoridad de la que emana. Yo puedo ponerme a escribir leyes pero, ¿quién le va a dar trascendencia a una ley mía? Ahora, si la hace el poder Legislativo esa ley tiene fuerza y poder porque proviene de la autoridad que corresponde.
Leemos en Éxodo 34:11: “Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí que yo echo de delante de tu presencia al amorreo, al cananeo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo”. ¡A todos los feos! Dios dice: “He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo”. (Éxodo 34:10) ¡Dios quiere hacer cosas tremendas con nosotros! El pasaje de Éxodo 34:11 comienza diciendo: “Guarda lo que yo te mando hoy…” Es lo mismo que decir: Escucha, esto es palabra de Dios. Y Dios dice que te va a librar de todos los males. Si cambiamos a los amorreos por problemas matrimoniales, al cananeo por escases, al heteo por enfermedad, sería: “Echaré de ti los problemas matrimoniales, echaré la miseria de delante de ti y las enfermedades. Yo voy a librarte de todo mal, dice el Señor, pero haz lo que yo te digo”.
Éxodo 34:12 comienza diciendo: “Guárdate de hacer alianza con los moradores de la tierra donde has de entrar, para que no sean tropezadero en medio de ti”. El Señor dice: “Escucha bien lo que te voy a decir, tú tienes que guardar lo que yo te mando; yo voy a librarte a ti de todo mal pero tú no tienes que hacer alianza con los moradores de la tierra”. A los jóvenes les digo, no hagan yugo desigual. No hagas alianza de ningún tipo. Éxodo 34:15 expresa: “Por tanto, no harás alianza con los moradores de aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses, y ofrecerán sacrificios a sus dioses, y te invitarán, y comerás de sus sacrificios; o tomando de sus hijas para tus hijos, y fornicando sus hijas en pos de sus dioses, harán fornicar también a tus hijos en pos de los dioses de ellas”. Dios les previene que no hagan alianza con los pueblos de alrededor. Esto Dios lo advierte y sale el pueblo de Israel cuarenta años al desierto, se muere Moisés, le sucede Josué y mientras el pueblo estuvo bajo su dirección fueron de victoria en victoria, una bendición. Se estaba cumpliendo la palabra de Dios hasta que murió Josué, entonces cada tribu conquista la tierra que le había sido asignada. Y señala Jueces 1:27: “Tampoco Manasés arrojó a los de Bet-seán, ni a los de sus aldeas, ni a los de Taanac y sus aldeas, ni a los de Dor y sus aldeas, ni a los habitantes de Ibleam y sus aldeas, ni a los que habitan en Meguido y en sus aldeas; y el cananeo persistía en habitar en aquella tierra. Tampoco Efraín arrojó al cananeo que habitaba en Gezer, sino que habitó el cananeo en medio de ellos en Gezer. Tampoco Zabulón arrojó a los que habitaban en Quitrón, ni a los que habitaban en Naalal, sino que el cananeo habitó en medio de él, y le fue tributario. Tampoco Aser arrojó a los que habitaban en Aco, ni a los que habitaban en Sidón, en Ahlab, en Aczib, en Helba, en Afec y en Rehob. Tampoco Neftalí arrojó a los que habitaban en Bet-semes, ni a los que habitaban en Bet-anat, sino que moró entre los cananeos que habitaban en la tierra; más le fueron tributarios los moradores de Bet-semes y los moradores de Bet-anat”.
¿Por qué no los echaron a todos? ¿Por qué no los destruyeron? Dios había dicho: “No hagan alianzas. Yo haré maravillas entre ustedes”. Yo te diré por qué. Porque ellos tenían una idea mejor que la de Dios. Cuando tú tienes una idea que crees que es mejor que la de Dios te vuelves enemigo de Él, te olvidas de sus ideas y dices de ti: “¡Qué gran pensador soy!” La tentación de tomar decisiones independientemente de Dios es lo que le pasó a Eva cuando escuchó a la serpiente que le dijo: “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?…No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Génesis 3:1-5). En otras palabras, la serpiente le dijo: “No necesitarás a Dios. Vas a poder tomar tus propias decisiones porque si comes de lo que Dios dijo que no comieras, tú vas a conocer el bien y el mal y serás como Él”. La serpiente le dio una mejor idea a Eva que obedecer a Dios. Y los precursores de la revolución francesa descubrieron la manera de hacer algo que sirviera mejor que lo que Dios les había dicho.
Leemos en Jueces 1:28: “Pero cuando Israel se sintió fuerte hizo al cananeo tributario, mas no lo arrojó”. Ellos ganaron, Dios los acompañó, debilitaron al enemigo y cuando el enemigo estaba débil pensaron que no les harían nada así que decidieron cobrarle impuestos y para ellos fue un gran negocio. No oyeron la voz de Dios, por lo tanto no obedecieron. Sólo Dios sabe todos los problemas que enfrentó el pueblo de Israel, cómo los entregó en manos del enemigo, sufrieron y murieron porque transaron con esos pueblos en vez de destruirlos como Dios había mandado. Se casaron con las mujeres de los hijos de esos pueblos, entre ellos estaba Sansón quien se enamoró de una mujer filistea llamada Dalila porque los filisteos estaban entre ellos. Sansón se enamoró de la belleza de Dalila y dice la Biblia que su alma fue reducida a mortal angustia y la mujer sólo quería sacarle el secreto del poder de Dios que estaba en él. Sansón hizo alianza, se ligó a esa mujer…
¿Puedes tomar conciencia de la importancia de ser meticuloso en escuchar y obedecer la palabra de Dios? La palabra de Dios se mueve con poder no sobre los que la escuchan sino sobre los que la hacen, y la hacen aquellos que la toman muy en serio. Hoy en día es muy fácil eliminar el nombre de Dios de nuestras actividades y enseñanzas. Opinamos lindo, pero no queremos ofender a la gente ni que se burlen de nosotros, entonces obviamos mencionar el nombre de Jesús, la fuente de la autoridad. Tu enseñanza no es fuerte sin Jesús; podrá ser la misma pero si el Señor no está presente y el nombre de Jesús no es invocado entonces lo que enseñas no sirve de nada. Jesús dice al respecto: “Ustedes se avergüenzan de mí y el que se avergüence de mi delante de los hombres yo me avergonzaré de él delante de mi Padre que está en los cielos”.
En la radio me pusieron recientemente una canción de un grupo cristiano, que dice: “Te adoro, tú eres lo mejor que me ha pasado”. Si una persona no cristiana escucha la canción diría que el hombre estaba feliz porque se enamoró de una mujer. Como yo soy cristiano, escucho eso y digo que está adorando a Dios, pero si no nombran a Jesús en la canción, eso no es seguro… Resulta que en el video había una bebita. ¿A quién adoraba el cantante y qué era lo mejor que le había pasado? ¡Que había nacido su hijita! No se trataba de una mujer ni se la dedicaba a Dios, sino a su bebita. Tú obvias el nombre de Jesús y la gente piensa lo que se le da la gana de tus argumentos. Tenemos que estar dispuestos a darle crédito al autor de nuestros días y de nuestras palabras y a no inventar ideas nuevas. Dios ya tiene todo planeado desde antes de la fundación del mundo, no le vayas a Él con una nueva idea, yo ya lo hice y me fue mal. ¡Cuántas veces quise ir a Dios con mis ideas cuando Él ya las conoce desde antes de que yo naciera! ¡Pero a pesar de mis ideas el Señor tuvo misericordia de mí! ¡A pesar de mis planes me llamó para que yo hiciese lo que Él tenía pensado! Yo tengo que citar al autor de mis días y de las ideas que hoy te estoy hablando. Yo no te traigo ideas humanas; te he dicho que te traigo palabra de Dios. ¡Entiende que la palabra de Dios es importante! Satanás no le tiene miedo a las normas morales, es más, le encanta que se enseñe normas morales como cuando le dices a tu hijo que no mienta, que no robe, cuando le enseñas a ser bueno, eso al diablo le encanta. Su mayor problema es Jesucristo su enemigo y si tú no pones el nombre del Señor, le das oportunidad de que te revuelque por haber ignorado al autor. Si le vas a decir a tu hijo que no debe mentir le tienes que afirmar: “Dios ha dicho que no tienes que mentir”. Dios no quiere que mientas; Dios no quiere que robes. No es que no debes robar porque lo dice la ley, no tienes que hacerlo porque lo ha dicho Dios. Infúndele a tus hijos el temor a Dios, pero empieza tú por tener temor de Dios.
Recuerdo una vez en que tuve que contratar un abogado, y éste me dijo: “Márquez, con todo lo que está pasando lo pueden encarcelar; lo más fácil sería hacer una pequeña modificación, le vamos a decir al juez esto, esto y esto”. Yo le dije que eso era mentira y me responde: “¿Qué le va a hacer una mentirita?” Yo le aclaré que no miento, pero él me insistía porque era mi abogado, no obstante yo tengo más temor de Dios que del juez. Le dejé claro que no iba a mentir y él insistía: “Márquez con esta mentirita que nadie se va a enterar…” “¡Se va a enterar Dios!” le aseguré. El abogado no podía creer que con una solución tan fácil, usando como estrategia una mentirita, yo no estuviera de acuerdo.
Si tú tienes temor de Dios no vas a querer mentir. Si Dios no está en el asunto entonces mintamos, adulteremos, hagamos lo que queramos, total todo da igual. “Siglo veinte cambalache… el que no afana es un gil”, dice el tango. La moral es totalmente relativa sin la autoridad de Cristo, es por eso que hemos llegado al punto en que un hombre no sabe si es hombre y una mujer no sabe que es mujer; hemos llegado al punto en que no se sabe qué es un matrimonio ni una familia porque está todo re definido, porque la moral se volvió relativa, es totalmente humana y los humanos no tienen la autoridad que Dios tiene. Como yo tengo la autoridad de Dios amo a mi familia, bendigo a los míos, los cuido y me cuido porque tengo temor de Dios. El que no tiene temor de Dios no escucha consejos, se casa y viene luego de un tiempo a decirme que yo tenía razón y con la decisión tomada de divorciarse. Yo le digo que ya está hecho, ahora Dios no quiere que deje a su cónyuge. Tú te casaste, le prometiste delante de Dios que estarían juntos hasta que la muerte los separe. Insistes en divorciarte porque te salió mal y sí te salió mal, pero tienes que respetar el pacto que hiciste delante de Dios. “¿Acaso Dios me va a obligar a quedarme con esta persona?” No entiende la palabra de Dios ni para adelante ni para atrás. Yo te aseguro que el que ama a Dios es sensible a su palabra, se planta en ella y no se mueve.
Isaías 66:5 dice así: “Oíd palabra de Jehová, vosotros los que tembláis a su palabra: Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera por causa de mi nombre, dijeron: Jehová sea glorificado. Pero él se mostrará para alegría vuestra, y ellos serán confundidos”. Tus hermanos que te aborrecen harán y dirán cosas y exclamarán: Bendito sea el Señor. Pero Él se mostrará a los que son humildes de corazón y tiemblan a su palabra. “Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra” (Isaías 66:2). Sin la autoridad de Cristo la humanidad entera discute ideas yéndose a la anarquía, sin llegar a resolver nada porque no hay principio de autoridad. Para los cristianos hay un principio de autoridad; Dios es la autoridad y lo que Él dice es ley. Por eso Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Mateo 16:24). O sea, deja de pensar y de hacer pavadas, renuncia a tus propios planes y deseos porque Dios tiene mejores planes que los tuyos e ideas mejores que las tuyas. ¡Dios tiene caminos mejores que los tuyos!
CONCLUSIÓN
Comencé diciendo que te traigo palabra de Dios y que es importante que la oigas, en otras palabras, que dejes que esa palabra entre hasta la médula de tus huesos. Te digo hoy de parte de Dios que el Señor va a producir transformaciones maravillosas en tu vida, en tu camino, en tus decisiones, en tus pensamientos si tú tiemblas a su palabra. Puedes seguir haciendo lo que se te dé la gana ya que el Señor te dio libre albedrío, pero Él te indica un mejor camino. Tiembla delante de Dios y no hagas lo indebido delante de Él.
Tú tienes claro que has hecho lo que se te ha dado la gana y que nadie te iba a decir lo que tienes que hacer. De muchas maneras menospreciamos la palabra de Dios; y la palabra de Dios llueve, pero te resbala. Estoy seguro que a más de uno el Espíritu Santo le ha calado profundo hasta los huesos, diciéndole que es uno de esos que hace lo que se le da la gana y que no se deja gobernar, le ha señalado que es una persona que se niega a renunciar a sí mismo y quiere hacer sólo lo que le gusta o le parece. Yo hoy te digo que tendrás que aprender a sufrir para servir. Cristo le dijo al Padre: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa…” (Mateo 26:39). ¡Hasta Él tenía un proyecto mejor que el del Padre! “Para ti todas las cosas son posibles y si tú quieres puedes hacer que yo no beba esta copa, pero te pido que no se haga mi voluntad sino la tuya”. Tres veces hizo Jesús el mismo planteo y el Padre no contestó ni una vez, y ante el silencio del Padre, Jesús supo lo que debía hacer y era padecer y beber la copa que le ha dado el Padre.
Alguien me dijo que yo me las busco todas, que salgo a hablar y se me viene el mundo encima, así que si quería pasarla mejor, que hablara menos. Si quieres pasarla bien no hables de Dios, pero tendrás a Dios en contra. Si decides hablar de Dios se te va a armar una guerra, atravesarás muchas dificultades, pero tendrás a Dios de tu lado. Yo he decidido levantar la bandera de la verdad y pagar el precio que tenga que pagar por levantar el nombre de Dios en alto. ¡No esconderemos la luz! ¡La pondremos en alto para que todos sean alumbrados! ¡Estamos dispuestos a sufrir y a pagar el precio que sea necesario para ver la gloria de Dios en esta tierra! Ya no relativices la palabra de Dios. Su palabra no es una palabra más que suena por ahí. ¡Es la palabra del Dios Altísimo! ¡No hay palabra que tenga más valor, más autoridad y poder que la palabra de Dios!
“Padre, quebranta toda estructura mental y espiritual que no provenga de ti. Destruye toda obra de la carne. Limpia los corazones Señor y libera a las personas de toda cautividad. Destruye toda fortaleza en la mente, Padre. Que sean alumbrados los corazones para que te sirvan de verdad y tiemblen a tu palabra. En el nombre de Jesús, hago esta oración, amén”.
INTRODUCCIÓN
Yo te pregunto: ¿Los esfuerzos que haces, valen la pena? Cada esfuerzo que haces es una siembra, porque es el fruto de una decisión y de tu empeño. Cada decisión requiere un empleo de fuerza y de tiempo; digamos que cada vez que tomas decisiones, es una inversión que haces; por eso te pregunto: ¿las decisiones que has tomado han valido la pena? ¿Las cosas en las que inviertes tiempo y fuerzas te están dando resultado? ¿Estás satisfecho o satisfecha con los resultados que has obtenido?
Quiero decirte que lo que hoy estás viviendo es el resultado de tu siembra. Nadie tiene la culpa de lo que tú estás viviendo. Tú has tomado tus propias decisiones en cada oportunidad y circunstancia, y cada decisión te hace tomar nuevos rumbos. Cada decisión es una elección que deja de lado otros caminos u oportunidades. Yo soy responsable delante de Dios. Lo que cosechas no depende de cómo es la gente. Tal vez has sembrado bendición y amor pero la gente no te ha respondido como querías, pero recuerda que tu cosecha no depende de la gente sino de Dios. ¡El Señor no te va a dejar sin cosecha si siembras lo que Él quiere que siembres! Dice la Biblia en Gálatas 6:7: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”. ¡A su tiempo vas a cosechar si no dejas de sembrar! Muchos se agotan enseguida y dejan de sembrar, dejan de hacer lo bueno y lo correcto.
EL RESULTADO DE MI SIEMBRA
Hemos culminado el campamento de niños número diecinueve y nos ha dejado una sensación muy linda sobre los que estuvimos trabajando en todo este tiempo. Niños que han asistido a varios campamentos de Beraca Kids, y ahora participan de los campamentos de jóvenes, hoy trabajan haciendo actividades para niños como los programas de radio, o son maestros de niños pequeños. Muchos de los maestros que han asistido al campamento de jóvenes primero, participaron de los campamentos de niños.
Esto es lo primero que hemos notado, lo segundo es la paz que ha habido en este último campamento; los chicos se han portado bien, han sido menos violentos que en campamentos anteriores. Y no es que los niños vienen menos violentos en lo que respecta a la sociedad sino todo lo contrario, pero en este último campamento se han mostrado menos violentos y más serviciales. No hubo como otros campamentos, niños que se largaban a llorar porque extrañaban a su mamá y por esta causa se nos iban a razón de cien niños más en los primeros tres días. En el último campamento la mayoría de los niños no extrañaron, sólo se fueron diecisiete de mil cien que habían inscriptos.
Nos maravillamos al ver que todo ha mejorado porque en realidad los niños son muy violentos pero en este reciente campamento no ha sido así, y hemos notado que un sesenta y cinco por ciento de los niños que han participado en este último campamento ya habían participado de otros anteriores. Esto quiere decir que hay un gran porcentaje de chicos que ya están siendo tocados por la palabra de Dios desde hace varios años, entonces llegan al campamento contentos, ya no extrañan, no te patean ni te muerden como antes ni insultan como lo hacían antes. ¡Las cosas han mejorado! Tenemos un gran porcentaje de niños que están siendo encaminados, pero llevamos diecinueve años sembrando en ellos así que yo te digo: No te canses de hacer el bien. No se trata de hacer el bien un año sino cada día de tu vida. ¡Tú vas a cosechar conforme a lo que siembras!
Cuando finalizó el campamento y los niños se fueron cada uno para sus hogares, recibimos un mensaje de una mamá, el cual nos dice que su hija llegó a su casa y se desvaneció por lo que la llevaron al hospital donde quedó internada con un posible cuadro de meningitis. La niña vuelve en sí pero la mantienen internada para hacerle estudios, a todo esto la madre estaba angustiada, llorando y desesperada, y la niña, internada, sometida a estudios médicos, le dice: “Mamá no te desesperes. ¡Dios está de nuestro lado!” La madre nos manda un mensaje, diciéndonos: “Dios los bendiga. ¡Gracias por lo que han hecho por mi hija! ¡Gracias porque han sembrado fe y esperanza en ella!” La madre estaba desesperada, pero la hija confiaba. ¡Gloria a Dios, estamos cosechando!
Todos los días cosechamos; algunos cosechan abrojos, cardos y espinas, pero otros cosechan bendición. Este año hemos cosechado en los campamentos paz, mucha paz y bendición por lo que estamos agradecidos a Dios.
LO QUE SEMBRAMOS, INEVITABLEMENTE COSECHAMOS
El apóstol Pablo le dice a los gálatas: “…Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis” (Gálatas 5:16 y 17). Aquí la palabra de Dios está hablando de dos resultados, uno malo y otro bueno, y el resultado tiene que ver con la semilla que se siembra. Está el fruto del Espíritu Santo y está el fruto o las obras de la carne. Éstas son dos naturalezas distintas; una es la naturaleza de la carne y la otra la naturaleza del Espíritu y el apóstol Pablo exhorta a andar en el Espíritu y no satisfacer los deseos de la carne. En la Biblia hay una ley que contradice la teoría de la evolución; esta teoría sugiere que se puede mutar de una especie a otra, por ejemplo, un pez se puede transformar en pájaro, un mono en un ser humano, etc. Por un lado se habla de la mutación de ciertos caracteres dentro de una especie y por otro lado de una mutación de una especie a otra a lo que le llaman evolución. Sin embargo la Biblia nos dice que Dios hizo cada árbol según su especie, cada planta según su especie y cada animal según su especie. O sea que si yo planto semillas de eucaliptus obtendré árboles de eucaliptus. Si quiero obtener eucaliptus más vale que no plante semillas de pino. Si Dios dijo que cada árbol da semilla conforme a su especie, significa que las chanchas siempre tendrán chanchitos. No existe la mujer que haya dado a luz un perro dóberman ni se ha encontrado un mono que se haya mutado a ser humano porque lo que producen las semillas que se siembran, es conforme a la especie que se siembra. Si siembras para la carne, de la carne recogerás corrupción y muerte; y si siembras para el Espíritu cosecharás vida eterna.
Los seres humanos producen uno, de dos clases de frutos; fruto de la carne o fruto del Espíritu. Cuando produce fruto de la carne se dice que la persona es carnal y cuando produce fruto del Espíritu, es espiritual. Si domina el Espíritu, el resultado es espiritual, pero si domina la carne el resultado es carnal. Jesús dijo: “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”.
La carne no puede producir obras espirituales; mucha gente quiere ser buena y hace fuerza para cambiar sus emociones y sus hábitos, hacen fuerza para dejar de insultar o para no enojarse pero no les sale porque las obras espirituales no las produce el ser humano. Las buenas obras no las produces tú; las buenas obras las produce el Espíritu Santo en el creyente y es un fruto del Espíritu, no del ser humano. Por lo tanto no tienes que estar tratando de cambiarte porque jamás podrás cambiar tu naturaleza, jamás podrás cambiar tu carne y aunque hay carne buena, regular o mala, no importa de cuál de ellas se trate porque la carne es carne y produce obras de la carne. El Espíritu es bueno y hay uno solo y es el Espíritu de Dios. Las obras que produce el Espíritu Santo en el creyente son las que a Dios le agrada, por lo tanto no tengo que luchar por producir buenas obras sino por mantenerme en una comunión correcta con el Señor y debo depender del Espíritu Santo. Es la búsqueda de Dios lo que hace que el Espíritu Santo se mueva con poder en el creyente y éste produce naturalmente las buenas obras de Dios. ¡No tiene que esforzarse!
La higuera no vive con miedo a dar durazno o algún otro fruto, porque sabe que dará higos. Las obras del Espíritu que le agradan a Dios, el Espíritu las produce naturalmente en el creyente. Te sale un amor de tu corazón y por más que quieras no puedes odiar ni insultar, no puedes enojarte con alguien porque amas a esa persona y el amor de Dios brota como una fuente de tu corazón. ¡Eres una bendición! Pero eso no es de ti sino del Espíritu de Dios que está en ti. Cuando se producen las obras de Dios la gente se admira y glorifica al Señor. Las obras de Dios son tan buenas, tan grandes y hermosas que naturalmente la gente aclama: ¡Gloria a Dios!
Hay personas que se especializan en domar la carne o volver su carne espiritual; se torna buena pero a su propio criterio, se vuelve religiosa, establece normas, viven oprimidas porque sabe que tiene que amar y trata de hacerlo pero no tiene amor. No está en la naturaleza de la persona el producir buenas obras, todo tiene que ver con el origen, de dónde sale esa buena obra y de ti no sale, la buena obra sale de Dios. A veces hacemos un gran esfuerzo y logramos concretar una buena obra humana lo que lleva a la gente a alabarnos por nuestro mérito porque cuando la buena obra la hace el hombre entonces admiramos al hombre, mas cuando la buena obra la hace Dios, lo admiramos a Él y le glorificamos. “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” dijo Jesús (Mateo 5:16). Las buenas obras no salen de tu corazón, salen del corazón de Dios y lo que tú necesitas para hacer esas buenas obras es vivir una vida abrazado a Dios y aferrado al Espíritu Santo.
LA COSECHA DE LA CARNE
Hay una lista en Gálatas capítulo cinco donde el apóstol Pablo habla de los resultados de una vida carnal y una vida espiritual. Gálatas 5: 18 al 21 dice así: “Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”. Tú haces fuerza para no adulterar y te mueres de ganas por hacerlo, y luchas con todas tus fuerzas para no ceder ante tu deseo pero ves a una mujer y te das cuenta que eres carne. Tú dirás: “¿Yo idolatría? ¿Hechicería? ¡No!” ¿Y qué de las enemistades? “Yo me llevo bien con todos” ¿Y con tu suegra? “¡Ah, no!” Si ves que te sale solito el enojo y la enemistad contra tu hijo, tu cónyuge o alguna otra persona entonces eres una persona carnal. Hay pecados que tú no cometerías ni loco pero la envidia te invade cada dos por tres.
Yo he contado que cuando me estaba iniciando en el ministerio, el pastor Rubén Giménez decidió hacer una campaña evengelística y eligió cinco predicadores entre los que me encontraba yo, y a cada uno le tocaba un día para predicar. “¡Ahora van a ver lo que yo soy!” pensé. Yo tenía un anhelo tremendo de que Dios manifestara su gloria cuando me tocara predicar, entonces ayunaba y oraba con todas mis fuerzas pero yo no amaba mucho a las almas sino que quería demostrar que mi predicación era más efectiva que la de los otros predicadores. Así era yo. Cuando predicaba otro, dentro mío yo sentía el deseo de que no se salvaran muchos así a la hora de mi predicación pasarían al frente una gran cantidad de personas, y si no, me iban a quitar la gloria a mí. ¡Tenía un corazón recontra torcido! Yo oraba con pasión, oraba con una oración perseverante y era una carnalidad. Yo quería que se notara que mi prédica daba más resultado que el mensaje de otro. ¡Eso es envidia! Pero Dios fue trabajando en mi corazón y me enseñó que si yo amaba a las almas, tenía que amar que se salvaran conmigo o sin mí. Si tú ves que aparecen esas cosas que se mencionan en el libro de Gálatas en tu vida y estás anhelando que alguien se fije que tú eres espiritual y si no te ponen en un cargo importante entonces te sientes mal porque no te reconocen, eres carne pura. Eso hace cortocircuito con el Espíritu Santo.
LA COSECHA DEL ESPÍRITU
Luego de la lista de las obras de la carne que da el apóstol Pablo en Gálatas 5, menciona lo que son las obras del Espíritu. “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”. Así que si está operando el Espíritu Santo, naturalmente se manifiesta el gozo, la benignidad, la paciencia, la mansedumbre, etc. Es algo que sale solo de tu interior y tú no lo puedes frenar y la gente comienza a decir: “¡Qué linda es esta persona! ¡Qué lindo espíritu tiene!” Es que el Espíritu Santo está produciendo sus frutos en ti. Tú, por tu propia cuenta jamás vas a producir eso. Una mujer me dijo que tenía cáncer en sus entrañas y yo le pedí a Dios que secara ese tumor y la sanara; si la mujer es sana, ¿crees que podría decir que fui yo quien la sanó? ¡No! ¡Yo no puedo hacer nada! ¡Las obras de Dios son extraordinarias y poderosas! Gálatas 5:24 dice así: “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”. Una persona espiritual puede declarar como el apóstol Pablo: “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi” (Gálatas 2:20). Estoy crucificado juntamente con Cristo; he crucificado mi carne junto con mis pasiones y deseos, ya no actúo conforme a mis deseos sino a los deseos del Espíritu Santo. Para que el Espíritu Santo tenga libertad y haga su obra yo tengo que estar muerto. No sirvo más para tomar mis iniciativas porque ahora estoy a disposición del Espíritu Santo y es Él quien toma las iniciativas en mí. ¡Ya no vivo yo! Ya no vivo en la carne, ahora vivo en el Espíritu; estoy muerto para el mundo y para el pecado, estoy muerto para mis deseos, pero estoy vivo para Dios.
EL EJEMPLO DE BERACA
El Señor me mostró un paralelo; digamos que hay un paralelo de cosecha natural y de cosecha espiritual. Hace diecinueve años que hemos adquirido el predio de Beraca; diecinueve años cortando pasto, regando plantas y plantando árboles. Diecinueve años arreglando desperfectos y haciendo el mantenimiento del predio, e invirtiendo en construcciones. Cuando comenzamos a trabajar en el lugar, era un páramo seco, no había agua ni luz; lo que cubría el predio eran unas chircas bien altas. Nos habían prestado una chirquera para eliminar esas malezas que tenían troncos durísimos y la hicimos bolsa pero ahí estábamos con el corazón puesto en transformar ese terreno lleno de malezas en un jardín. En mi empeño de quitar todas las chircas y cardos, todos los años me envenenaba porque nacían cada vez más cardos y nadie los plantaba, nacían solos. Yo arremetía contra esos cardos y hacía de cuenta que eran demonios del infierno; éstos son fruto de la maldición del pecado, entonces yo aceleraba y pasaba sobre ellos. Y cada vez que caían los cardos yo pensaba que caían los demonios. Podía estar horas arriba del tractor, muchas veces se me hacía la noche y seguía arrancando cardos, me llamaban para comer pero yo no quería porque me empecinaba en arrancar toda esa maleza. Las personas que pisan Beraca hoy, dicen: “¡Qué paz hay en este lugar!” Pero han sido diecinueve años de sembrar.
Toda tu vida es una siembra. Puedes estar produciendo abrojos, espinas y cardos o puedes estar produciendo flores y perfume del Señor. Porque tu vida produce sí o sí, conforme a lo que siembras. Si tu hogar o tu trabajo nunca van para adelante, si siempre estás endeudado, si luchas con enfermedades todo el tiempo, estás sembrando mal. Y una siembra mala es el resultado de hacia dónde está inclinado mi corazón; si mi corazón está inclinado hacia Dios, Él se agradará de mí y pondrá en mi corazón semilla buena para hacer cosas buenas.
Yo noté un paralelo entre trabajar en el mantenimiento de Monte Beraca durante diecinueve años y trabajar allí con los niños. En ambos casos yo veo una bendición hermosa de parte de Dios. Y lo remato con el versículo 7 del capítulo 6 de Gálatas que dice así: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”. ¡Cómo me duelen esas personas que se han ido enojados de la iglesia y han vuelto con alguna enfermedad venérea! Cuando la carne actúa, ésta se enoja hasta con Dios. ¿Te has enojado con Dios alguna vez? Yo me he enojado con el Señor, le recriminé qué estaba haciendo conmigo, por qué no me explicaba bien, yo sólo quería saber por qué. Le decía: “Explícame por qué y yo me quedo tranquilo”. Y Dios no decía nada…
“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”. Cuando tú haces las obras de Dios pueden surgir un montón de envidiosos, gente que te odia y se burla de ti; pero tú tienes que tener certeza de lo que haces. Si amas a Dios y sabes que lo que estás haciendo es lo que el Señor quiere no dejes de sembrar. ¡No dejes de hacer lo que Dios quiere! A ti te parece que estás sembrando el bien pero estás cosechando el mal y no es así. Habrás dicho alguna vez: “¡De qué me ha servido ser bueno!” Y otros van más allá: “¡Le tendría que haber roto la cabeza!” ¡Se arrepienten de hacer el bien! Dios nunca se arrepintió de hacerte bien. La carne se arrepiente de hacer el bien mas el espíritu sabe que va a cosechar y no dejará de obrar bien, porque a su tiempo segaremos si no desmayamos.
Han sucedido cosas lindas en el último campamento de niños. Mucha gente se alejó de nosotros por causa de un programa de televisión que nos injurió. Muchos se han indignado contra nosotros por causa de esos periodistas y nos culpaba de hacer negocio con la gente, de esclavizarla y otras tantas cosas. Pero Dios por otro lado tocó personas que se indignaron con lo que nos estaban haciendo. Estuve en un casamiento y el anfitrión me presentaba a sus invitados, algunas personas me daban la mano y decían: “Ah…” Parece que estoy cosechando mal. ¡Parece! Una persona que estaba tan indignada con el conductor de ese programa decidió donar mil dólares para el campamento de niños. Ese hombre es el papá de Cavani, jugador de la selección uruguaya de fútbol. Puede ser que algunos te quieren hacer creer que no vale la pena la obra que estás haciendo pero Dios se va a encargar de hacerte cosechar aún en contra de los que quieren que tengas una mala cosecha. No significa que si le has hecho bien a alguien esa persona te hará bien a ti; tal vez esa persona es carnal, desagradecida, es resentida y amargada y no te paga bien por bien sino mal por bien. Pero tú no trabajas para esa persona; tú trabajas para Dios y el Señor te pagará. Yo no dependo del beneplácito de la gente sino que dependo del beneplácito de Dios. Quiero conformar al Señor, quiero amarlo y hacer lo que le agrada porque Dios hará que yo coseche conforme a lo que he sembrado. Por eso no me importa si la gente es agradecida o no porque Dios es agradecido; no me preocupa si me paga o no, Dios me paga bien. ¡Yo trabajo para Dios!
CONCLUSIÓN
¿Te has dado cuenta tal vez que tu fruto no es del Espíritu? ¿Brota de ti la paz, el gozo, la paciencia, la benignidad, templanza, mansedumbre y fe? Entonces eres una persona espiritual. ¿O surge de ti el escepticismo, el negativismo, la envidia, la borrachera, las orgías o pecados ocultos? Eso es fruto de la carne. El fruto que sale de ti tiene dos orígenes en dos especies muy distintas; una es la especie carne y la otra es la especie espíritu. No hay evolución. La carne no evoluciona hasta ser espíritu; la carne debe morir. La Biblia dice que el alma que pecare morirá, dejará de funcionar, será crucificada y quedará sujeta al designio de Dios; y el alma que no quede sujeta al designio de Dios, definitivamente será muerta. Dios quiere sacar buen fruto de ti.
Jesús dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5). No es lo que tú haces o produces sino cuán aferrado estás a Jesús. Dios hará que tú produzcas mucho fruto pero tienes que reconocer que no estás produciendo su fruto sino impaciencia, afán, ansiedad enfermedad, resistes a las personas, no las puedes amar; te cuesta estar gozoso y tener esperanza, te resulta fácil enojarte y amar lo que no te conviene. ¡Arrepiéntete y pídele al Señor que te transforme! Decide hoy morir a la carne. No es que el cristiano se sube a la cruz y se clava, y cuando alguien le dice unas cuantas cosas, se baja de la cruz y reacciona. La cruz es lo que hizo Cristo por nosotros. Pablo declaró: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”. Dice la Biblia que cuando Cristo murió en la cruz del calvario nos llevó a nosotros los que íbamos a nacer dos mil años después, nos puso juntamente con Él. Jesús murió por nosotros, por lo tanto nosotros morimos allí mismo. Si no se ha hecho realidad ese hecho en tu vida es porque no lo has creído, porque cuando crees se hace evidente.
Dile a Jesús: “Señor, quiero verme juntamente contigo. Creo que cuando fuiste a morir en la cruz, me llevaste a mí. Me veo muerto juntamente contigo en la cruz del calvario. He muerto Señor, y ya no vivo para mí, ya no vivo para la carne. Quiero que tú produzcas este milagro que sólo se produce por la fe. Tengo fe que no solamente estoy crucificado y muerto contigo sino que también estoy resucitado juntamente contigo. Creo que el poder del Cristo resucitado está en mí. El Espíritu que levantó a Jesús de entre los muertos está en mí y me ha levantado de la muerte para que viva, ya no para mí sino para ti, Jesús. Hazme libre de mí mismo, Señor. ¡Perdóname y límpiame! Hoy declaro que estoy muerto al mundo pero vivo para Dios. Hazme producir por tu Espíritu Santo lo que tú quieres que produzca Señor, en el nombre de Jesús, amén”.
INTRODUCCIÓN
Algunas personas tienen la capacidad de confiar en Dios y descansar en Él, y de no estar asustados por determinadas situaciones. Es la capacidad que tienen los cristianos de fe, los que tienen esperanza y verdaderamente confían en Dios, esa es la capacidad de sonreír, de poder reírse de las circunstancias y de las embestidas del infierno, y de eso quiero hablar hoy: Las pruebas llegan a tu vida para mostrar la calidad de cristiano que eres. ¿Tienes paz o vives angustiado? Dios hoy quiere tomar tu carga en sus manos, y darte paz.
POLÍTICAMENTE CORRECTO
Me ha tocado vivir experiencias muy duras por causa de unas declaraciones que compartí en el campamento de jóvenes que tuvo lugar hace poco. En ese evento recibimos unos invitados que abordaron temas como la ideología de género y en mi programa radial dije que el gobierno estaría propiciando las relaciones sexuales de personas mayores con menores, entre otras cosas. Esas declaraciones fueron a parar a un programa de televisión secular por lo cual me citaron a una entrevista. Allí me abordaron a preguntas, no me dejaban contestar una cuando me hacían otra. El asunto es que se levantó el infierno y yo me veo en la necesidad de abrir mi boca para publicar la verdad. Siempre enseñé que la verdad es luz y la luz disipa las tinieblas.
Existe hoy en día la doctrina de lo “políticamente correcto” que lleva a tomar decisiones políticamente convenientes, y está envenenando la sociedad porque lleva a esconder la verdad y ayuda a los políticos y a quienes adquieren la habilidad de manejar estas cosas a ser hipócritas y falsos. Esto es un veneno que se va metiendo en la sociedad. Las decisiones políticamente convenientes apuntan no a sacar a luz la verdad ni a sostener valores o principios sino a tomar decisiones y a hacer lo que políticamente me conviene; entonces la verdad se transforma en mentira y la mentira en verdad porque se pretende mantener el estatus, la imagen, los votos, la posición del individuo y el poder, por lo que trabaja en favor de ello no importa que sea un hipócrita.
El mundo de los políticos está introduciendo en la sociedad este tipo de doctrina. A todo esto, se levantaron las personas más cercanas a mí y me dijeron: “Mejor te hubieras callado y no hubieras hablado nada del asunto. Si no lo hubieras hecho no se habría levantado el infierno”. También recibí críticas de todos lados. Un diputado me declaró su enemigo y me trató de criminal. Yo no difamé a nadie pero muchos me tildaron de retrógrado, de repulsivo, se acordaron de mi mamá, me dijeron homófobo como si ese término fuera un insulto. Digamos que las fobias son problemas de salud que tienen su tratamiento y si yo padezco eso soy digno de que un médico me ayude; y si la homofobia existe tendrían que mandarme a analizar pero no tildarme de tal cosa como un insulto. Yo no soy homófobo porque amo a las personas y no tengo problemas con los derechos que reclama la gente. Dios nos ha hecho libres, nos ha dado libre albedrío y si alguien quiere ser homosexual no hay problema que defienda su derecho a ser homosexual. Si alguien quiere ser Napoleón que sea como dice. Lo que no quiero es que los derechos que ellos defienden me los impongan a mí a través de la enseñanza pública, gratuita y obligatoria. ¡No quiero que se lo enseñen a mis hijos! Quiero ejercer mi derecho constitucional de la patria potestad y a elegir la clase de enseñanza que quiero para mis hijos. Quiero ejercer mi derecho constitucional de opinar libremente sin que me digan homófobo. Quiero expresar públicamente aquello que creo y me den la libertad de hacerlo y no que me insulten por causa de lo que creo. Quiero poder obrar de acuerdo a mi conciencia y no de acuerdo a la conciencia de la ideología de género.
Yo declaré que dicha ideología de género en el mundo, está promoviendo la zoofilia en algunas naciones, no dije que hay personas promoviendo la zoofilia o el bestialismo en Uruguay; pero la ideología de género en el mundo también defiende la pedofilia, las prácticas sexuales entre grandes y niños. Los ideólogos de esta corriente lo han declarado y está registrado en libros. Uno de ellos dijo que en su manera de ver las cosas, ninguna práctica sexual es mala en sí misma con tal de que sea placentera. En el año 2014 en Uruguay hubo un fallo histórico; un hombre mayor, casado y con hijos se puso de novio con una adolescente de doce años. Un fallo en la ciudad de Rivera condenó al hombre por lo que hizo con la menor pero en Montevideo, el Tribunal de Apelaciones del Poder Judicial decidió dejarlo en libertad porque la nena era plenamente consciente de lo que hacía. ¡Para mí eso es pedofilia! En Estados Unidos a quienes cometen pedofilia lo condenan a años de prisión pero evidentemente la ideología de género está haciendo su trabajito y se está hablando acerca de la edad mínima de consentimiento de los menores.
No se consiente que un menor de doce años maneje un auto pero sí que se ponga de novio con un hombre mayor y tenga relaciones sexuales con él. Por causa de todo esto, y según mis declaraciones he recibido miles de comentarios y se dice que me van a exigir retractarme o confirmar lo que yo he declarado. Pero yo, el día en que tuve la entrevista, me levanté temprano y me arrodillé a orar: “Espíritu Santo soy tuyo, estoy en tus manos. Espíritu Santo toma el control y muévete en ese programa. Úsame como un instrumento tuyo”. Lo cierto es que se armó un infierno. A los que me dijeron que lo hice todo mal y que tendría que haber sido más astuto y haber tomado una decisión políticamente conveniente les dije que hablen con el Espíritu Santo. Cuando oré porque más o menos vi lo que se venía y le entregué mi carga al Señor, Dios me dio paz. Cuando finalizó la entrevista pensé que no había estado tan mal y en el correr del día comenzaron las críticas de los políticos, de algunos cristianos, de los gay, pero yo tenía paz. No faltó ese diputado que declaró que yo era un criminal pero yo tengo paz. No sé si me van a citar a declarar pero yo tengo paz y puedo sonreír porque le he dejado mis cargas a Dios. He puesto en sus manos mis circunstancias y pase lo que pase, todo está en las manos de Dios. El Señor es Todopoderoso y hará lo que Él quiera y yo me alegro de que así sea porque he aceptado la voluntad de Dios sobre mi vida.
REGOCIJAOS EN EL SEÑOR, SIEMPRE
El mensaje central de hoy es que si le entregas a Dios tus cargas puedes descansar y sonreír. Hay quienes no pueden omitir la influencia que ejerce sobre ellos las circunstancias pero éstas son pruebas de calidad. Se trata de saber de qué calidad son los cristianos. Los fabricantes de productos de marca hacen pruebas de calidad, por ejemplo, arrojan desde una gran altura un celular, lo sumergen en el agua, lo pasan por encima con un objeto pesado, con el objeto de hacerle una prueba de calidad; si pasan la prueba entonces es bueno el producto. Los vehículos también son probados; éstos son llevados a una pista donde se lo acelera, se lo hace pasar por baches y curvas, de manera que se compruebe que el volante anda bien, las ruedas, el motor, etc. Una prueba no es una circunstancia que viene para hundirte sino para demostrar qué clase de cristiano eres. Si sientes angustias, temores y opresión por lo que te está sucediendo no has pasado la prueba de calidad y aún no llegas a ser lo que Dios quiere de ti. Muchos me alientan a seguir y a declarar la verdad y yo me pregunto si no habrá algún otro que quiera hacer lo mismo que yo, pero aunque nadie levante su voz, yo decidí hacerlo para defender la verdad y para defender la niñez.
Pablo y Silas cantaban en la cárcel. Un día satanás criticó a Dios por bendecir demasiado a Job y le dijo: “Job te ama porque le has dado todo pero quítale las bendiciones y verás cómo blasfema contra ti”. Y Dios que sabía quién era Job, le dijo: “He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él”. El amor del creyente hacia Dios no se ve en las buenas circunstancias sino en tiempos difíciles. El que ama a Dios persevera y prevalece; no le importan las circunstancias porque sabe que todo quedará atrás y él saldrá adelante. Sabe que las circunstancias son pasajeras pero en él hay eternidad.
Leemos en Filipenses 4: 1 al 4: “Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados. Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor. Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida. Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”
Se trata de poder regocijarse en medio de los problemas y decirle a las circunstancias: “Tú no me gobiernas. No me importa lo grande de este problema porque Dios es mi fortaleza. Dios es mi escudo. Él es mi Señor y yo confío en Dios”. Tengan la habilidad de descansar en Dios, de entregarle las circunstancias y de sonreír. Si yo no practicara eso no estaría feliz hoy.
Yo hoy predico con una sonrisa en mi rostro porque no tengo miedo de las circunstancias, yo tengo temor de Dios. ¿Cómo funciona la cosa? El apóstol Pablo dice a continuación: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Por nada tienes que afanarte, ni por tu esposo, o por tu cuñada, tu tía o tu suegra; no debes afanarte por un problema económico o laboral, tampoco por alguna enfermedad. ¡Por nada estés afanoso! ¡No entres en afán! Yo he puesto en práctica esta palabra y me ha hecho bien. Quiero decirte que unos momentos de rodilla delante del Señor quita toda carga y opresión. No se trata de esperar que se solucionen las circunstancias para que yo esté feliz, porque como yo confío en Dios, antes de que la dificultad se solucione, yo ya tengo paz y gozo. ¡No podrá destruirme una circunstancia!
Miren, ustedes no estén afanosos, más bien vayan delante de Dios y muéstrenle sus peticiones y agradézcanle. Aquel que cree, puede agradecer. Si yo tengo carga, si estoy viviendo una circunstancia que me causa angustia y opresión, si me causa impotencia y resentimiento o alguna cosa que afecte los sentimientos y el corazón, entonces le entrego mi carga a Dios y me quedo livianito. ¡Ya no tengo la carga! ¡La tiene Dios! “Por nada estéis afanosos sino sean conocidas vuestras peticiones delante del Señor en toda oración y ruego y con acción de gracias”. Como yo creo en Dios y confío en Él, le entrego mi carga, el Señor la toma y yo le agradezco porque la carga ya no es mía sino suya y yo estoy feliz.
Poder agradecer es símbolo de confianza, es demostrar que de alguna manera me he desentendido de aquello que me afligía. Le entregué a Dios mis cargas y ya no hay nada que afecte mi corazón ni mis pensamientos. Antes vivías pensando cómo hacer, ibas a un pastor y le pedías consejo pero como seguías ansioso y preocupado ibas a otro pastor porque el primero no te convenció. ¡Es que no puedes confiar! ¡Qué triste es no poder confiar y descansar! Entonces sigues con la carga encima. A veces oramos por alguna persona y la ayudamos a que entregue su carga a Dios, terminan de orar y siente un cierto alivio pero cuando sale a la calle se acuerda nuevamente del problema y toma la carga que le había entregado a Dios. Hay chicas de la iglesia que se enamoraron de un muchacho, y el joven no quiere saber nada, pero ella oró y Dios le confirmó que él sería para ella y la chica confía en Dios y sabe que el Señor se lo va a dar, pero cuando quiere acordar el muchacho se puso de novio con otra, entonces entra el desazón y se pregunta: “¿Cómo? ¡Si Dios me habló! ¡Tengo los versículos marcados!” Me preguntan qué hacer y yo les digo que se lo entregue al Señor ya que si ese joven es para ella nadie se lo va a quitar ni siquiera “Miss Venezuela”. Si es de Dios y es para ti quédate tranquilo, quédate tranquila. Oramos por la joven y ella logra entregarle su carga al Señor, pero a la semana ve al joven y suspira, entonces le quita la carga a Dios y se la pone nuevamente encima, y comienza a angustiarse otra vez. Después se pregunta por qué se siente mal si ya se lo había entregado a Dios, pero ella le quitó la carga al Señor y se la puso encima.
Hay personas que no tienen la capacidad de entregar su carga y desentenderse de ella; y el apóstol Pablo dice: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. El afán es un aceleramiento desmedido, el afán produce angustia, enfermedades, resentimientos, amargura y toda clase de malos sentimientos y pensamientos. Mas el apóstol Pablo dice: “Por nada estén afanosos…” Aprendan a sonreír porque su sonrisa le demostrará al diablo, al infierno y a todos sus enemigos que ustedes confían en Dios y han puesto su esperanza en el Señor.
EL AFAN NO SOLUCIONA TU PROBLEMA
Un predicador, hace muchos años atrás nos enseñó a mi esposa y a mí que el afán es como encender el motor de un auto y acelerar sin poner el cambio. El auto se acelera pero no se mueve a ningún lado. Poner el cambio significa entregarle al motor el laburo. Si aceleras el auto y no pones el cambio haces que el motor se recaliente. También he dicho que el afán es correr sin saber a dónde, así como hacen los hámsteres cuando corren en la ruedita. Dios no quiere que estés afanoso porque el afán te quita el sueño y no te soluciona nada; estar afanado te afecta tu sistema digestivo así como el respiratorio o el circulatorio. El afán no aporta soluciones y sólo te fatiga. Según el diccionario, la palabra afán significa: “Esfuerzo o empeño grande, deseo intenso o aspiración. Apuro, aprieto o necesidad extrema”. Afán es estar en una situación, embretado, y no poder salir.
Dios hoy quiere quitar de tu corazón y de tu mente el afán. He escuchado declaraciones de un cura que dice que los hombres tienen compartimientos en la mente, como cajitas; y por ejemplo, cuando el hombre está en el trabajo, está en la cajita del trabajo. Pueden pasar muchas cosas afuera pero él está metido ahí en su trabajo. Cuando está mirando un partido de futbol y viene la esposa a hablarle, la manda a callarse porque está en la cajita de fútbol. El hombre se puede concentrar pero sólo en una cosa a la vez, depende en la cajita en la que esté. También declaró que el hombre tiene un compartimiento que dice “nothing box” que significa, no hay nada adentro. O sea que el hombre llega a la casa, se mete en la nothing box y la esposa le pregunta en qué piensa y él le dice que no piensa en nada. Puede estar viendo televisión pero es como un zombi, si le preguntan qué tal está la película, no sabe. Según el cura, la mujer es distinta porque no tiene ninguna cajita, tiene todas sus neuronas activadas, ella puede estar hablando por teléfono, atendiendo al nene y encendiendo la cocina para calentar la leche. Dice que la cabeza de la mujer es un hervidero. Ella habla un promedio de ocho mil quinientas palabras por día, en cambio el hombre habla tres mil quinientas palabra por día, promedio. Tal vez el hombre tuvo un día complicado en el trabajo y hablo cinco mil palabras, o sea que se pasó del promedio y cuando llega a la casa no quiere hablar. La mujer quiere entablar una conversación porque tiene que usar sus ocho mil quinientas palabras ya que durante el día no habló mucho pero él ya habló más de la cuenta ese día y no quiere conversar. Ahora, si no la deja, ellas que son acumulativas, y mañana va a hablar las ocho mil quinientas del día más las que no pudo soltar el día anterior. Este hombre dice que las neuronas en el cerebro de la mujer están conectadas eléctricamente y hasta chispas hacen.
El afán es así, es llenarse de problemas sin poder despojarse de ellos. El sinónimo de afán es la ansiedad, que es un estado de agitación, de inquietud y zozobra. Zozobra es esa sensación de que te vas a hundir. Pensemos en un barco que está en alta mar y hay una gran tormenta; pareciera que la nave se va a hundir. Zozobra es un estado de tensión generado por la idea de que se hunde el barco. Hechos 27 señala que el apóstol Pablo estaba en un barco con una gran tripulación, entonces se levantó una gran tormenta que hizo entrar en zozobra a todos los que estaban allí. En un momento comenzaron a arrojar cosas al mar para aligerar la nave y Pablo les dijo: “…Ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave. Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo”. Pablo había estado con Dios y el Señor le concedió la vida de todos los que estaban en el barco. Él podía sonreír porque estaba en paz. Había hablado con Dios y le entregó sus temores, sus angustias y preocupaciones. Las circunstancias te muestran una cosa pero Dios te dice otra. ¡Si pudieras entregarle tus cargas a Dios y estar en paz para poder oír su voz! “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. La situación de haber estado con Dios y de haberle entregado la carga genera paz.
CONCLUSIÓN
Tienes un problema y no sabes cómo resolverlo, ya has hecho todo lo humanamente posible, pero vas a Dios y le entregas ese problema, entonces el Señor te da la salida. Tu mente no daba para resolver la dificultad, tu angustia te turbaba, no podías oír la voz de Dios porque la persona que está llena de afán y de ansiedad se turba y no sabe diferenciar si alguna de las ideas que le vienen a la cabeza es de Dios o no es. No puedes escuchar a Dios si tu alma está turbada¸ no puedes escuchar la voz del Señor si estás lleno de resentimientos, de amargura, si estás ansioso y afanoso. Si tu alma no está en calma no podrás escuchar a Dios. Cuando logras entregarle al Señor tus cargas y problemas, la paz de Dios te inunda. La señal y la evidencia de que has estado con Él y que le has entregado tu carga es la paz que viene a tu vida y eso se refleja en tu rostro. Si estás turbado no hay paz, si estás enojado o rencoroso, si tienes miedo no hay paz pero si has entregado tu carga, viene la paz y esa paz de Dios sobrepasa todo entendimiento, hace pasar al creyente por encima de todo entendimiento.
Dios te dice que son sus pensamientos los que te van a sacar adelante y no los tuyos; es su poder que te sacará adelante. “¡Descansa en mí, yo te voy a llevar por encima de tus circunstancias!” te dice el Señor. Entrégale a Dios tus opresiones, tus temores y angustias y podrás dormir tranquilo. La carga se la puedes entregar al Señor en un instante, no porque lo hayas entendido sino porque lo creíste. Si crees, le puedes entregar tu carga al Señor y hoy mismo comenzarás a disfrutar la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento. El afán y la ansiedad atacan el corazón y los pensamientos, cuando digo que ataca el corazón, significa que ataca los sentimientos; te llenas de temores, amargura, etc. Y esos sentimientos encontrados no te permiten relacionarte con Dios. La ansiedad también perturba la mente, pero viene la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento y guarda tus pensamientos en Cristo Jesús. La gran carga era lo que sentías y pensabas, pero la paz de Dios te quita esa carga, eso que sentías y pensabas, y la paz de Dios te envuelve, ahora el problema quedó en las manos del Señor.
Deja esa mochila a los pies del Cristo y serás una persona que podrá sonreír a pesar de las dificultades. Abraza esta palabra que viene de parte de Dios y créela, pero también practícala. ¡A mí me ha dado resultado! Ya no tengo miedo al futuro, no temo por lo que estoy viviendo; Dios está conmigo. Hace muy poco tiempo falleció un hermano y amigo muy querido, él sufrió varios años por causa de un cáncer y todos creíamos que Dios iba a hacer algo y lo iba a sanar pero unas semanas antes de su muerte, su esposa un poco turbada le dijo: “Papi, ¿y si el Señor no hace las cosas como nosotros las queremos, qué?” Y él respondió: “Perfecto. Si Dios me quiere llevar, Él es el Señor y todo lo que hace es perfecto”. Un instante antes de morir, suspiró y dijo: “¡Aleluya!” ¡Y se fue! ¡Cero turbaciones! ¡Cero preocupaciones! ¡Cero temores!
Yo compartí una frase en las redes que me ha hecho mucho bien y que dice así: “De rodillas ante Dios. De pie ante el mundo”. Él es quien levanta mi cabeza, es mi escudo y mi fortaleza. Ante el mundo soy un león, delante del Señor soy oveja.
Si has entendido que hoy le tienes que entregar a Dios tus ansiedades, tus cargas y preocupaciones no lo pienses más, pídele perdón a Dios por llevar esas cargas y entrégaselas. Dile al Señor: “Vengo delante de ti a confesar mis cargas que tú ya conoces Padre, pero quieres que me acerque a ti y te las entregue. No sirve de nada que sepas mis problemas, si yo no te los entrego. Perdóname Señor, y líbrame. Te doy gracias Padre, porque por el nombre de Jesús tengo acceso a tu presencia y tú oyes mi oración, amén”.
INTRODUCCIÓN
Las profecías tienen un cumplimiento especial, pero en el transcurso del tiempo hay profecías que tienen cumplimientos parciales que van marcando el camino al cumplimiento final de la profecía. Hoy vamos a meditar acerca de una de ellas:
Leemos en Salmo 2:1-2: “¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas?” ¿Por qué los pueblos arman botín y los pueblos piensan cosas que no tienen valor? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas”.
Las naciones están luchando contra los planes de Dios y una de las evidencias fuertes de ello es lo que ha sucedido en Francia donde se ha realizado una conferencia internacional para hablar acerca de la paz en Medio Oriente y resulta ser que Israel no ha tenido participación en la gestación de esta conferencia de paz. El primer ministro de Israel consideró que esto es un complot contra Israel y lo ejemplificó diciendo que Francia había invitado a comer a las naciones a su casa, que a ellos no los habían invitado y no le permitieron hacer la comida. Meyer Habib, miembro del parlamento francés señaló: “La conferencia de París demuestra que hemos perdido toda vergüenza. Estamos hablando de una iniciativa lamentable e improductiva. Lógicamente es una reunión anti-Israel, destinada a sentenciar y para dañar a Israel. El propósito de la conferencia es claro:.. Llevar a Israel a sus fronteras anteriores a 1967. Si ya están organizando una conferencia internacional en París, la lógica diría que se reunirán para encontrar la forma de tratar con ISIS y la amenaza del terrorismo yihadista, tanto suníes como chiíes. Este terror ya ha matado a 250 ciudadanos franceses. Pero, obviamente, nadie se ocupa de ello. Hay un propósito para esta conferencia: Fallar en contra de Israel, el único Estado judío en el mundo y el único país democrático en toda la región”.
Todo el mundo ha estado opinando acerca de esta conferencia que se ha realizado en Francia. Observamos que la misma tiene una secuencia que indica claramente que las naciones se levantan contra los planes de Dios. Uruguay que es una nación históricamente amiga de Israel votó en contra de Israel una resolución de la UNESCO en Octubre de 2016. Y muchas naciones han hecho igual, especialmente Estados Unidos, que ha votado en contra de Israel, contra lo que ha sido su historia, antes de que Obama entregue su mandato al nuevo presidente. Algunos opinan que por fin Obama se quitó la máscara, ya que visiblemente es un enemigo de Israel.
Si quieres saber cómo va el mundo y cuánto falta para la segunda venida de Cristo, lee las noticias acerca de Jerusalén porque Israel es el reloj de Dios.
JERUSALÉN: EL RELOJ DE DIOS
Lo que está sucediendo en esa nación está mostrando el cumplimiento de las profecías acerca de la instauración del gobierno mundial del anticristo y la segunda venida de Jesucristo. ¿Cuál es la idea? “Rompamos sus ligaduras y echemos de nosotros sus cuerdas”, maquinan las naciones contra Israel, según lo profetizado en el Salmo 2:2.
La determinación de la democracia, de separar la iglesia y del estado, no solamente fue una decisión importante para no establecer diferencias entre las religiones sino que también la democracia echó fuera a Dios del gobierno humano. Los gobernantes declaran que el gobierno es meramente humano y según dijo el ex presidente de Uruguay José “Pepe” Mujica, en el gobierno de las naciones, Dios no tiene nada que ver, ya que es algo netamente humano. Si un gobierno toma medidas netamente humanas, entonces es un gobierno que está contra Dios porque el Señor no se ha desentendido del planeta Tierra y no se ha desentendido de las naciones, porque Dios es Señor de la historia y tiene los hilos de la historia. Por lo tanto las naciones están extraviadas ya que quieren gobernar y establecer la paz a través de decisiones puramente humanas, ignorando la presencia del Dios Todopoderoso y su Espíritu Santo en el mundo. La gloria de Dios, dice uno de los profetas bíblicos, rodea la tierra.
La secuencia de acontecimientos fue así: en Octubre de 2016 la UNESCO votó una Resolución que declaraba que no había ningún vínculo entre Israel y el territorio de Israel. ¡Una resolución absurda! Y Uruguay fue uno de los países que apoyó ese fallo. Nosotros hemos pedido una entrevista con el Ministro de Relaciones Exteriores para quejarnos porque también nos atacan a nosotros los cristianos. Jesús nació en Belén y vivió en Capernaum, también echó a los que comerciaban del templo de Jerusalén. Pero la UNESCO declara que no hay relación entre Israel y el territorio de Israel llamado Palestina. Lo que quieren decir es que Israel no tiene vínculos con el muro de los lamentos, que no tiene vínculos con la tumba de David ni las de los patriarcas. Es un territorio ancestral de los palestinos según ellos y eso es mentira. Es una falsedad aprobada por una mayoría, lo que nos da la pauta de que la democracia no sirve para demostrar la verdad, porque no necesariamente la mayoría tiene la verdad, y que la mayoría puede votar una mentira como queda claramente establecido en la UNESCO.
Nosotros no creemos en la mayoría sino en la verdad y si esa mayoría vota en contra de la verdad nosotros que somos de Cristo nos aferramos a la verdad y no nos movemos de ahí. ¡La verdad no responde a la mayoría! ¡La verdad existe antes que la mayoría! La verdad es eterna y nadie puede cambiarla. La luz es luz desde que así lo estableció Dios y la oscuridad es oscuridad desde el comienzo de los tiempos y una mayoría no puede cambiar estas verdades. La verdad la establece Dios y es de Él. El origen de la verdad está en Dios y esa verdad permanece a pesar de los reyes, de la democracia y de los gobiernos ya que estos pasan, pero la verdad queda.
El 23 de diciembre de 2016, otra nueva resolución y esta vez del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, declara que Israel tiene la culpa de que no haya paz entre judíos y palestinos porque Israel ha producido asentamientos. A Israel la señalan como una potencia de ocupación, o sea, un poder extraño que ha tomado por la fuerza un territorio, entonces dicen que tienen que abandonar los terrenos ocupados. Entre esos territorios ocupados hay una zona que comprende el Este de Jerusalén y dentro de las murallas de Jerusalén hay cuatro barrios, el barrio armenio, el cristiano, el judío y el árabe. El barrio judío está en Jerusalén del Este y se le quieren quitar a Israel. No se les ha ocurrido ocupar el barrio armenio sino que se empecinan con el barrio judío y dicen que ese territorio no le pertenece a Israel. También está en Jerusalén del Este, el muro de los lamentos. La explanada del templo es el lugar donde estaba el templo de Jerusalén, el que había construido Herodes cuando Jesús vino al mundo y se dice que no hay relación histórica, religiosa ni cultural y hay miles de evidencias. En Israel se hacen excavaciones arqueológicas y se desentierran de lo profundo de la tierra muchas evidencias de que allí estuvieron los patriarcas, las tribus de Israel; hay evidencia de que David reinó en ese lugar, Salomón y tantos otros…
Y entonces, como consecuencia de la primera mentira surge otra mentira; Israel está ocupando territorios que no le pertenecen. La realidad es que en el año 1948 surge el estado de Israel. Antes de esa época, en Israel, a quien definen como Palestina, no había ningún estado o gobierno, así que Israel no usurpó nada y además tenía el permiso de las Naciones Unidas que había determinado que se tenía que crear dos estados, el árabe y el judío. Israel decidió acatar la resolución, declarándose independiente y fundó el estado de Israel que fue inmediatamente reconocido por las naciones. Uruguay fue el primer país de Latinoamérica en votar a favor del estado de Israel y el cuarto en el mundo. Fue reconocido un estado en un territorio que no era de nadie; Inglaterra, una fuerza imperial gobernaba ese lugar. Ahora dicen que Israel tomó la tierra de los palestinos que y eso es una violación del derecho internacional. Pero resulta que los palestinos no quisieron declarar un estado porque no estaban de acuerdo con que el estado de Israel existiera.
Cuando el 15 de mayo del 1948 declaran la independencia de Israel, al día siguiente llegaron los ejércitos árabes para destruir al niño recién nacido y no pudieron porque perdieron la guerra. Desde ese entonces hasta la actualidad han tenido cinco guerras y todas ellas han estado destinadas a destruir Israel porque los árabes no quieren que esa nación exista. En la guerra de los seis días, un montón de naciones se dispusieron a destruir Israel: Los egipcios al sur, los sirios al norte, los jordanos al este y los palestinos de adentro atacaron Israel, pero los israelitas ganaron la guerra y conquistaron hacia el sur, toda la península del Sinaí, hacia el norte tomó los altos del Golán, hacia el este la tierra que tenían los jordanos y Jerusalén del este que estaba bajo el dominio de estos últimos, también las tierras de Samaria y de Judea que eran territorio israelí pero estaban bajo el poder de los jordanos. Finalizada la guerra, Israel establece un pacto de paz con Jordania y si bien había avanzado al otro lado del Jordán, les devolvió las tierras, quedándose con Jerusalén este y con tierras a las que se le llama Cisjordania pero en realidad son Judea y Samaria. No hubo más problemas con los jordanos, ellos hicieron un pacto de paz con Israel y así es hasta hoy. Los jordanos no reclaman las tierras de Jerusalén del este, tampoco Judea ni Samaria porque tienen paz con Israel.
Israel también hace un pacto de paz con los egipcios al sur y les devuelve la península del Sinaí y bajo garantía de paz entrega los asentamientos que había construido en el Sinaí. Después, en la misma tierra de Israel decide entregar unilateralmente la franja de Gaza y el gobierno de Israel quita a los pobladores judíos de ese lugar, les quita su casa a unas ocho mil quinientas personas y le entrega la zona a los palestinos con expectativas de vivir en paz con ellos. Allí toma lugar el grupo terrorista Hamás y desde ahí hasta ahora, desde la franja de Gaza atacan a Israel arrojándoles misiles. “¿De qué vale entregar tierras?”, se pregunta Israel, “…queremos paz y ellos no nos la garantizan”.
Las naciones pues, ordenan que Israel devuelva Jerusalén del este; teóricamente tendría que devolvérsela a Jordania pero ellos no están reclamando esa tierra. Quienes estaban en esa ciudad de Jerusalén eran los jordanos y las naciones piden que se las devuelva a los palestinos, pero éstos no tenían un territorio demarcado que asegure que esa es su tierra desde el año 1948 hasta ahora, porque no había estado ni gobierno palestino. Ahora hay una Administración Palestina que se ha determinado como gobierno palestino y ha sido reconocido como un estado pero un estado sin tierra porque al no haber paz no se puede subdividir la tierra. Lo más importante para una nación es poseer una tierra, pero no se puede con quien pide establecer una división y también dice que va a pisotear a Israel hasta hacerla desaparecer del mapa. El problema no son los asentamientos, o sea, los lugares donde Israel ha puesto barrios; la cuestión es el terrorismo y aquellos que quieren destruir a Israel.
Es sumamente interesante que Francia haya invitado setenta naciones a la conferencia que se realizó en esa nación, y en la que se trató la paz de Medio Oriente. Los rabinos que estudian el Antiguo Testamento, señalan que cuando se mencionan setenta naciones significa todas las naciones del mundo. Hay un concepto que viene de la época de Noé quien tuvo descendientes que llenaron toda la tierra y cuando en la Biblia se menciona la genealogía de Noé se muestran setenta personas que fueron cabeza de setenta naciones por lo que se establece que setenta naciones significa todas las naciones. La interpretación de los rabinos de Israel es que esas setenta naciones que se han reunido en Francia representan a todas las naciones del mundo. Esta conferencia se realizó dos días antes de una conferencia especial de la ONU. Así que primero fue en octubre de 2016, luego el 23 de diciembre del mismo año y en el primer mes del año siguiente dos conferencias más. Se esperaba que las conclusiones de la conferencia de Francia se planteasen en la ONU de donde surgirá un documento muy importante porque proviene de las naciones. La ONU no convoca setenta naciones para una cuestión así, esa organización tiene representantes que van rotando.
La concusión de todo esto es que Israel está siendo oprimido, digamos por una prensa de naciones que se están oponiendo a los planes de Dios. “¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas”. Esta profecía no se ha cumplido aún pero ha marcado un hito hoy; las naciones complotándose contra el pueblo escogido de Dios.
JERUSALÉN: PIEDRA DE TROPIEZO PARA LAS NACIONES
Dice Dios en Zacarías 12: 2 y 3: “He aquí yo pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá, en el sitio contra Jerusalén. Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella”.
Jerusalén es el foco del problema más importante que podría generar una tercera guerra mundial. Se pretendió en la conferencia de Francia, presionar a Israel para que se retire de Jerusalén pero el pueblo judío nunca renunciará a Jerusalén porque es la tierra de sus ancestros Abraham, Isaac y Jacob; es la tierra de Gedeón, de Sansón, de David, de Salomón y de tantos otros reyes y profetas bíblicos. ¡Israel no va a renunciar a Jerusalén! ¡Ellos han declarado que es la capital indivisible y eterna de Israel! Pero las naciones están complotadas para echarlos de ahí. Antes de que Israel se vaya de Jerusalén habrá una tercera guerra mundial. ¡Israel no dejará Jerusalén! Sus gobernantes declaran que no los sacarán de allí e Israel de pronto tiene una nube de aliados en el mundo y esas son las iglesias cristianas. Miles de pastores en el mundo hemos estado orando y ayunando por la paz de Jerusalén. En Europa se ha formado una coalición pro israelí y nosotros los pastores que hemos viajado a Israel también hemos formado una coalición pro israelí latinoamericana. Estuve reunido con la embajadora de Israel en Uruguay y hemos estado haciendo planes para respaldar a Israel, también estamos estableciendo una relación muy importante con una organización que tiene treinta o cuarenta años más que el estado de Israel; esta organización fue creada para hacer nacer al estado de Israel y se llama Keren Kayemet. Ellos comenzaron comprando tierras desérticas a los árabes y palestinos porque dicen: “Estas tierras que compramos, que son baratas pero nos las venden caras, que son desérticas y donde no crece nada, las vamos a hacer productivas. En ellas vamos a plantar árboles. Estas tierras van a formar parte del estado de Israel”. Para poder tener una nación, ellos comenzaron juntando dinero para comprar tierras y hasta este momento han comprado doscientas mil hectáreas. Esta organización ha plantado doscientos cuarenta millones de árboles en Israel y ha transformado los desiertos en bosques.
La iglesia Misión Vida ha decidido comprar mil árboles con parte del dinero que se ha destinado para el campamento juvenil de Beraca, para que sean plantados en Israel. Posiblemente a mediados de año un grupo de cristianos uruguayos viajarán a Israel a plantar esos mil árboles. Ellos dicen que si plantan árboles, el clima ya no será árido sino que habrá más humedad; habrá más lluvias y la tierra se volverá más fértil. Los israelitas inventaron el método de riego por goteo; son los número uno en el mundo usando esta tecnología y las montañas en Israel están llenas de árboles regados por ese sistema. ¡Israel está bendiciendo al mundo!
No hay nadie en el mundo que no haga uso de los inventos de los judíos, como los celulares que cuentan con una parte de tecnología israelí y los aparatos de resonancia magnética y tomografías. ¡Todo el mundo está colmado de tecnología israelí! ¡Esta nación está bendiciendo el mundo! También han ayudado al gobierno uruguayo al establecer un sistema de seguridad en una de las ciudades turísticas por causa de los robos y la violencia, y el actual presidente inauguró este sistema de seguridad junto con el intendente de esa ciudad y la embajadora de Israel. Esto sucedió unos días antes de que Uruguay votara en contra de Israel en la UNESCO…
Leemos nuevamente la profecía de Zacarías: “Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella”. ¡Israel no dejará jamás Jerusalén! Esa es su capital indivisible y eterna, y Dios dice: “Yo estoy en el asunto”. ¡No podrán contra Jerusalén! El tema más duro con respecto a lo que las naciones están haciendo contra Israel es Jerusalén, porque Israel puede entregar algunos asentamientos acá y allá pero nunca entregará Jerusalén.
Meditando en estas cosas, me quebranté delante del Señor y oré: “Señor, sea la paz sobre Jerusalén. Bendice esa tierra”. Mientras yo oraba podía vislumbrar una multitud de pastores de las coaliciones Latinoamericanas, de Europa y Estados Unidos, orando por la paz de Israel. Yo entendía como muchos que era un complot contra esa nación pero como hemos estado intercediendo a favor de Israel delante de Dios, nos encontramos con la noticia de que esa conferencia que se realizó en Francia ha sido un fracaso. Algunos opinan que Francia gastó tanto dinero en vano porque las conclusiones son simples y estúpidas y ¿cuáles son esas conclusiones? Invitan a los palestinos y a los judíos a conversar sobre la paz. ¡Chocolate por la noticia! ¡Dios está en el asunto! El Señor ha convertido a Jerusalén en una piedra muy pesada y el que se la quiera cargar será despedazado. Quiero pedirte que ores por Francia y por Uruguay y que le pidas perdón a Dios porque Uruguay votó una estupidez, una mentira y una falsedad contra Israel estableciendo que no existe una relación cultural, histórica ni religiosa entre el pueblo de Israel y esa tierra. Si Uruguay no bendice a Israel, esa nación será bendecida de todos modos porque nosotros los cristianos nos vamos a poner en la brecha y oraremos por la paz de Jerusalén. ¡Vamos a bendecir a Israel!
LA PRENSA DE ACEITE
Cuando estuve en Capernaum, la ciudad donde vivió Jesús, nos mostraron un molino de aceite; es una piedra grande redonda con una cavidad redonda, y adentro de ella rueda una gran piedra de molino llevada por un animal de carga, la que va girando por la canaleta, aplastando las aceitunas u olivas, machacándolas para obtener el aceite. Hemos escuchado cosas muy interesantes acerca de este molino como por ejemplo que la rueda tiene que dar vueltas y vueltas hasta despedazar las aceitunas al punto de quebrar el hueso del carozo de ésta. Nos enseñaron que adentro del carozo de la aceituna también hay aceite y es muy especial. Entonces ese molino tiene que dar vueltas y vueltas tantas veces hasta que esté todo bien triturado, ya que de no ser así no se logra el buen aceite. Una vez que se ha hecho todo ese proceso, se toma toda la aceituna triturada, se coloca en unas bolsas especiales y se las prensa de tal manera que a través de esa bolsa fluya más aceite. Nos contaron que se las prensa tres veces y de cada prensada sale un aceite de distinta calidad. El aceite que conocemos como extra virgen es el primer aceite que sale de la primera prensada, pero para que haya aceite tienen que haber aceitunas trituradas y sus huesos quebrados. No tiene que quedar nada que sirva para el consumo, y de ahí sale el aceite para la comida, para la piel y para iluminar.
La prensa de aceite de la que te estoy hablando se llama Getsemaní en hebreo. No podía haber bendición ni victoria, no podría haber gloria ni obtener una gran cosecha si Jesús no hubiera sido metido en la prensa. Allí precisamente en Getsemaní, el Señor estuvo llorando, sudando gotas de sangre y orando a Dios: “Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Ahí estuvo Jesús en la prensa hasta el punto de dejar el último hálito de su propia voluntad para que se haga la voluntad de Dios. Allí estuvo orando y llorando hasta que rindió todo en las manos de Dios. Para que hubiera bendición, Jesús debía pasar por esa opresión. Para que veamos la gloria de Israel es necesario que esa nación pase por la prensa de aceite; es necesario que Israel pase por su Getsemaní. Amamos a Israel y sabemos que todas las naciones se volverán contra ellos; Israel no tendrá amigos, pero me tendrá a mí de amigo y yo voy a orar y ayunar por Israel. ¡Los cristianos del mundo vamos a estar en la crisis de Israel con Israel! En Israel todavía no descubren la verdad de Dios, tienen un velo en sus ojos y no pueden entender, pero Dios está trabajando en ello. Muchos judíos están reconociendo que no es su sabiduría ni su inteligencia, no son sus aviones ni sus misiles, sino que cosas milagrosas están sucediendo en Israel. Un judío me declaró: “Lo que está sucediendo es asombroso y milagroso”. Y yo le dije que así era porque Dios estaba en el asunto.
Dijo Jesús: “Os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor”. (Mateo 23: 39) Mirarán al que traspasaron y llorarán y se arrepentirán y en un solo día Israel será salvo. No le creas a esos que dicen que Israel somos sólo nosotros porque la nación de Israel ha sido desechada. ¡Israel no ha sido desechado! Nosotros hemos sido injertados en el olivo verdadero que es Israel. Hemos sido llamados a ser partícipes de esta gloria bendita. Ellos tienen un velo y por causa de ese velo, el evangelio nos ha sido predicado a nosotros los gentiles hasta que se complete el número de gentiles que entrarán en la salvación de Dios según la Biblia.
¿Tú ya entraste a la salvación de Dios? ¿Tus pecados han sido perdonados? ¿Estás caminando en la voluntad de Dios, tus propósitos son tuyos o son los de Dios? Porque quiero decirte que Dios tiene un Getsemaní también para ti. Tú dices, ¿por qué a mí? ¿Por qué tengo que sufrir esta injusticia? ¡No es justo lo que me está pasando! ¡Yo no me merezco esto!” Si piensas así, piensas igual a Israel pero la prensa está apretando porque no tiene que quedar ni siquiera el carozo; es necesario que seas quebrantado. El aceite de Dios va a salir de la negación de ti mismo y de tu caminar a la cruz. “El que quiere seguir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame” dijo el Señor.
En el tiempo que vivimos en la ciudad de Buenos Aires, Argentina con mi esposa y mis hijas, estuvimos totalmente desorientados y no entendíamos qué quería Dios de nosotros. Nos preguntábamos: ¿Por qué estábamos en Buenos Aires? ¿Por qué no teníamos trabajo y nos faltaba dinero? Recuerdo una noche que a mi hija Viviana se le cerraron los bronquios y no sabíamos qué hacer porque no teníamos dinero, no contábamos con cobertura médica, tampoco sabíamos cómo acudir a algún centro de salud a esa hora entonces decidimos quedarnos en casa. Esa fue la noche más larga de mi vida porque tenía que cuidar a mi hija; la tenía en mis brazos y veía cómo le costaba respirar entonces oraba: “Dios mío sánala”. Recuerdo que esa noche caminé por el living de mi casa de punta a punta orando dándole gracias a Dios por el privilegio de poder estar velando por mi hija y pidiéndole que me la guarde. A la mañana mi hija Vivi estaba sana.
CONCLUSIÓN
Tú dices: ¿Señor estoy en tus manos o no lo estoy, y si estoy en tus manos, por qué me pasa esto? Y el Señor te responde: “Es que quiero menos de ti y más de mí. Quiero ser todo en tu vida”. Dios tenía que quitar muchas cosas de mí para que yo pudiera ser pastor, porque en mi mente y en la de mi esposa no teníamos la menor expectativa de ser pastores. Nosotros queríamos ser buenos y servir a Dios, pero hacerlo en lo que nos gustaba y parecía, y quisimos que Dios apruebe nuestros planes pero Él no transó con nosotros entonces entramos en la prensa de aceite, en el Getsemaní. ¡No sabíamos qué hacer con nuestras vidas! Yo le dejaba un poco de dinero, pero no le alcanzaba para mucho y cuando regresaba a casa ella me decía que necesitaba dinero pero yo le recriminaba: “¿En qué te lo gastaste?” Nosotros sabemos lo que es pasar por el Getsemaní; allí cayó todo lo que era de nosotros y apareció el proyecto que nosotros no teníamos en cuenta y era que seamos pastores. Ahí comenzó a fluir el aceite; cuando ya estábamos triturados comenzamos a ver que la unción de Dios estaba sobre nosotros. Y aunque no teníamos casa ni trabajo o dinero, aunque no teníamos nada y nos veíamos miserables delante de Dios la gente nos buscaba y nos pedía oración y consejo. Yo me maravillaba que la gente nos pidiera consejo justo a nosotros si estábamos más para recibir consejo que para darlo, pero la gente nos decía que querían tener lo que nosotros teníamos. La unción de Dios ya había perforado la carne. Si el vaso de alabastro no se rompe, no hay perfume; el vaso de alabastro debe ser roto. Si la vasija de barro no se rompe, nadie podrá ver el tesoro que esta adentro de ti; Jesús pasará desapercibido para la gente. No te llores por tu aflicción, alégrate en ella porque Dios está haciendo una obra maravillosa en ti.
Estoy feliz porque Francia quedó avergonzada; la gente se pregunta para qué hizo este congreso gastando tanto dinero para nada. Kerry, ministro de relaciones exteriores en Estados Unidos, declarado enemigo de Israel por causa de un discurso que expuso, llamó al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu y le declaró que iba a luchar para que a Israel le vaya bien. Ha habido una linda victoria pero esto no va a parar ya que las naciones se levantarán contra Israel.
La voluntad del Padre era la muerte de Jesús porque de la muerte Dios obtendría vida. Si tú sientes que no eres nada, mejor, porque Dios será todo en ti. No te aferres a lo que tienes o a lo que eres. ¡Aférrate sólo a Jesús! El Señor quiere hacer una obra nueva en tu vida. Quiere tomarte en sus manos y quiere apretarte, y apretarte hasta sacarte todo el jugo. Sólo así tu vida será valiosa y trascendente.
Dile a Dios: “Señor, toma mi vida, renuncio a mis planes porque quiero seguirte a ti, negarme a mí mismo e ir a la cruz porque sé que si no muero a mí mismo, no habrá vida de Cristo que fluya de mí y yo quiero ver tu gloria. Quiero que fluyas a través de mí, Señor. Jesús, quiero ser el instrumento que quieres que yo sea. Perdóname, porque he sido egoísta y no te he dado la gloria; perdóname, porque te he querido servir en mis propios planes. Enséñame a renunciar, Dios mío, así como oró Jesús no quiero que se haga mi voluntad sino la tuya Padre. En el nombre de Jesucristo hago esta oración, amén”.
INTRODUCCIÓN
Dios ha intervenido en la historia del hombre de muchas maneras; por ejemplo, le dio descendencia a su amigo Abraham por medio de su esposa estéril. ¡Dios ha efectuado intervenciones importantísimas en la historia de la humanidad! Podría contarles de muchas obras, como por ejemplo, salvar la descendencia de Abraham, de Isaac y de Jacob enviando a José a Egipto, o cuando libró al pueblo de Israel del ejército del faraón, abriendo el mar Rojo. Pero la intervención más grande, más fuerte y más importante de Dios en el planeta tierra fue haber enviado a su hijo Jesucristo, el Mesías, a morir en la cruz del calvario, para salvar la humanidad de su pecado.
Antes de Cristo, la situación del hombre era irreversible, en el sentido de que no había forma de liberar del pecado a las personas, o mejor dicho, no se había hecho manifiesto el plan de Dios para la salvación de la humanidad. Todos los que vivieron antes de Cristo fueron perdonados y salvados por la fe que tuvieron, sin haber conocido a Jesús, sino que creyeron en las promesas que Dios les había dado. Por eso Jesús le dijo a Tomás (el que no había creído): “Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron” (Juan 20:29).
A través de toda la historia de la humanidad, las intervenciones de Dios fueron hechas posibles, porque hubieron hombres y mujeres que creyeron a la palabra de Dios, y actuaron conforme a lo que Dios dijo. Hubo un Abraham que creyó en Dios, y fue su amigo. Dice la Biblia que creyó Abraham y le fue contado por justicia. Fue posible la liberación del pueblo de Israel, un plan que estaba en el corazón de Dios, porque hubo un Moisés que estuvo dispuesto a creer y a obedecer la palabra de Dios.
DIOS REALIZA SU OBRA A TRAVÉS DE QUIENES LE CREEN
Y todo lo que Dios hace, lo realiza en virtud de la fe de los que le creen y le aman. Dios está haciendo cosas importantes en el mundo y usa hombres que le creen, le aman y actúan en consecuencia. ¡Dios está haciendo cosas grandes en Uruguay y hará cosas aún mayores, pero solamente en virtud de mujeres y hombres que creen en su palabra! Dios pone por obra sus planes eternos y hace su labor en el planeta tierra con aquellos que creen y hacen Su voluntad. ¡Esos son los que le sirven! Abraham le creyó y sirvió a Dios. En la misma generación de Abraham hubieron hombres que no creyeron a Dios y no actuaron en consecuencia; esos hombres no le sirvieron a Dios. Dice la Biblia: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). ¡Tú tienes que decidir si vas a hacer la voluntad de Dios o no! ¡Debes decidir si eres de Dios o no! Quien es de Dios hace Su voluntad; quien es de Dios cree en El, cree en su palabra, y cree que El hará las cosas que quiere con él o ella. Cuando la virgen María fue visitada por el ángel, le dijo: “¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres” (Lucas 1:28)
Dice también la Biblia que su parienta Elizabeth estaba embarazada de Juan el bautista y María fue desde su ciudad a la ciudad de su parienta a visitarla. Cuando llegó a la casa de Elizabeth y saludó, el niño que estaba en el vientre de Elizabeth, saltó de alegría al oír el saludo. Esta mujer quedó conmovida, porque cuando María vino a su casa, ella fue llena del Espíritu Santo. ¡¡Y se regocijó!! Y Elizabeth, una mujer que nunca había profetizado, comenzó a profetizar, diciéndole: “Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. 43¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? 44Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. 45Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor” (Lucas 1:42-45). ¡Bienaventurados son los que oyen la palabra de Dios y la creen, porque eso sucederá en sus vidas! Dios tiene planes para intervenir en el planeta y se está proveyendo de hombres y mujeres que le sirven, para así, hacer aquello que está en su corazón.
Dios hoy nos dice lo mismo que Elizabeth le dijo a María por medio del Espíritu Santo: “Bienaventurada la que creyó lo que el Señor le dijo, porque se cumplirá lo que El le dijo y lo verá con sus ojos”. ¿Y qué le dijo el Señor a María? Que iba a ser cubierta por el Espíritus Santo y quedaría embarazada de un Santo Ser que se llamaría “JESUS” y la razón de ese nombre era porque El iba a salvar a su pueblo de la tiranía del pecado. Nadie puede ser libre de sus pecados, nadie puede salir de la cárcel de sus pecados. ¡Nadie puede dejar de pecar por su propia voluntad! Dijo Jesús que el que hace pecado es esclavo del pecado. (Juan 8:34). El ángel dijo: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21) Y María dijo: “¿Cómo será esto? pues no conozco varón” (Lucas 1:34) No lo dijo dudando sino que preguntó. Y el ángel le dijo: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra”. ¡Esto no es un cuento de Batman, de Robin o de Superman! ¡Esto es una tremenda verdad! Y María dijo: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra” (Lucas 1:38). ¡¡Creyó la palabra que Dios le había traído!! Y por su fe, igual que Abraham, Moisés, David y los grandes hombres y mujeres de la historia, la virgen María abrió la puerta de la salvación al planeta tierra. ¡¡Bienaventurada la que creyó que tendrán cumplimiento las cosas que les fueron dichas de parte del Señor!! Entonces María dijo: “47 Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. 48 Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. 49 Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre…” (Lucas 1:47-49) ¡¡Dios quiere que entres hoy, en las grandes cosas del Señor para tu vida!! Dios quiere que entres hoy, por la fe, en su dimensión. ¡Dios hoy anuncia, salvación para Uruguay! ¡¡Dios hoy anuncia sanidad y liberación de cadenas demoníacas para tu vida!! ¡Bienaventurado el que creyó porque verá la mano de Dios haciendo lo que el Señor dice! ¿Puedes decir hoy?: “Yo te creo Señor, háblame como le hablaste a la virgen María. ¡Háblame! Yo creeré. ¡Háblame! Yo lo haré. Envíame a mi. ¡Embarázame! ¡Háblame Dios!”
Dios hoy quiere despertar en ti, una fe sencilla, no una fe complicada. Cuando tú haces demasiadas preguntas acerca de lo que Dios está diciendo, es porque tu fe es complicada. Si Dios dice que una montaña puede salirse de un lugar y plantarse en el mar, es así de sencillo. Si Dios dice que una mujer va a quedar embarazada, sin intervención de un acto sexual con un hombre, ¡amén! ¡No hay nada imposible para Dios! Si Dios dice que un moribundo no va a morir, ¡amén! Dios puede hacer que el moribundo no muera, y si muere, y Dios dice que ese muerto va a resucitar, resucitará, ¡porque para Dios no hay nada imposible!
¿Qué significa fe sencilla? Hay algunos que para creer, necesitan evidencias, explicaciones y más explicaciones. Pero hay otros que escuchan la palabra e inmediatamente creen. ¡Están sintonizados con el Espíritu Santo! Mi oración es que tú te sintonices con Dios, para que cuando El hable, entiendas que viene de parte Dios. ¡Bienaventurado el que creyó, porque se cumplirá y verá el cumplimiento de lo que Dios le ha dicho!
Esta iglesia es para valientes, es para gente osada, no para gente complaciente. ¡Esta es una iglesia parida en la lucha, que vive de parto y no puede descansar porque Dios la ha llamado a traer salvación a la República Oriental del Uruguay y a las naciones! Dios ha llamado a esta iglesia a tener una fe sencilla para actuar inmediatamente donde ve que Dios tiene algo que hacer. ¡Esta iglesia no es para gente que quiere lograr su voluntad, sino para gente que quiere sacrificar su voluntad y sus planes para poder ver los planes de Dios cumpliéndose en el planeta tierra! ¡El hombre puede abrir una zanja pero Dios puede abrir el mar Rojo! ¡Dios quiere hacer grandes milagros a través de tu vida! ¡Dios quiere contarte entre las personas que creyeron a su palabra sencillamente y salieron a hacer aquello que Dios quiere!
Lo primero que Dios quiere, es contar con tu fe. ¡Dios quiere contar con tu voluntad! ¿Para qué Dios te va a enviar a algún lugar, si él sabe que vas a titubear, a dudar, y que vas a tener incredulidad? ¿Para qué Dios te va a mostrar sus planes si sabe que tú tienes los tuyos y que estás muy involucrado en ellos? Si tú quieres ver la gloria de Dios y su poder, hoy debes renunciar a ti y a tus planes y decirle a Dios: “¡Quiero ser como María! ¡Quiero ser como José en Egipto, como Daniel en Babilonia, como Moisés en Egipto, y como Abraham tu amigo! ¡Descienda sobre mí tu Espíritu Santo, descienda tu gracia!”
LA FE SENCILLA DE SIMEÓN
Cuando Jesús nació, fue llevado al templo para cumplir los días de la purificación, un rito que era conforme a la ley de Moisés. Sus padres subieron a Jerusalén desde Belén para presentarlo al Señor, llevando un sacrificio conforme a lo dicho en la ley de Dios y he aquí que había en Jerusalén un hombre cuyo nombre era Simeón. Este hombre justo y devoto esperaba la liberación de Israel. El Espíritu Santo estaba sobre él y le fue revelado por el mismo Espíritu que no vería la muerte sin que antes viera al Ungido del Señor. Simeón tenía muchas cosas para hacer, como muchos de nosotros, pero sobre él estaba el Espíritu Santo. Posiblemente era un día de semana, quizás era la hora de trabajo y tenía muchas tareas pendientes, posiblemente tenía muchos compromisos familiares o quizás tenía que trabajar para pagar la tarjeta de crédito, o la factura de la luz. Pero este hombre estaba bajo la unción del Espíritu Santo que lo guiaba en todo momento. No era un hombre que decía: “¡Tengo mucho que hacer!” Si el Espíritu Santo lo mandaba para allá, él iba, porque era un hombre que amaba a Dios y esperaba la liberación de Israel. Y el Espíritu Santo le había revelado que él no se iba a morir hasta que no viera con sus ojos al Salvador. Y un día cualquiera, fue guiado por el Espíritu Santo, al templo. Allí había un montón de gente, y también había un matrimonio que estaba presentando su hijo al Señor. Se acercó Simeón a ese matrimonio y a ese hijo y su corazón estalló en ebullición porque el fuego del Espíritu le estaba indicando algo importante. ¡Algo estaba por suceder! ¡Había una expectativa tremenda en su vida! Cuenta la Biblia que él tomo al niño en sus brazos, bendijo a Dios y dijo: “29Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; 30 Porque han visto mis ojos tu salvación, 31 La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; 32 Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel. 33Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él. 34Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha 35(y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones”. (Lucas 2:29-35)
Simeón, un hombre de fe, le estaba contando a la madre del niño, qué sería de ese niño. Simeón creyó en Jesucristo, el Salvador, sin muchas explicaciones, sin muchos razonamientos, sin muchos milagros ni muchas señales. ¡Simplemente creyó porque el Espíritu Santo estaba sobre él! Él había creído la palabra que Dios le había dado, que él no iba a morir sin antes ver al Salvador. Muchos eran los niños que nacían en Israel y eran traídos para ser presentados al Señor todas las semanas. Hay una fe que es la que Dios quiere derramar sobre ti: Una fe sencilla, una fe que entiende y comprende sin muchas explicaciones, sin muchos razonamientos, sin muchas preguntas. ¡Dios quiere ungirte y guiarte como a Simeón! ¡Simeón fue más creyente que María! María recibió un ángel que habló con ella, pero Simeón ni siquiera habló con un ángel. María sabía que tendría un hijo extraordinario, pero Simeón sabía más de ese hijo que la propia María. Tanto José como María estaban maravillados de lo que se decía de su propio hijo. ¿Pero por qué Simeón recibió esa revelación? El era un hombre que estaba dentro de los planes de Dios. ¡Era amigo de Dios! Era un hombre que Dios podía usar, porque creía.
Dice la palabra de Dios: “…cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia” (Romanos 5:20). La gracia es más grande, es más fuerte y más poderosa que el pecado. El pecado ata a las personas, las enceguece y las maldice. El pecado lleva a las personas a la condenación del infierno, pero la gracia viene sobre ellas y las libera. Me encanta la obra que Dios está haciendo a través de la iglesia Misión Vida para las Naciones. Me imagino a satanás como esos personajes de los dibujitos animados: ¡El gato que se relame porque se va a comer al pajarito! Me imagino a satanás viendo a los drogadictos, a los delincuentes, a las prostitutas en el borde de la muerte y la condenación; los empuja y se relame diciendo: “¡Este es mío!” Pero llega la gracia y los rescata del borde del abismo. No solamente los rescata, sino que los reviste, los unge y los envía a salvar más gente. ¡Doy gracias a Dios, me gozo y me alegro en la salvación de miles! Doy gracias a Dios porque está levantando un ejército de gente. El está decidido a intervenir en la historia de la Republica Oriental del Uruguay y de todas las naciones y usará hombres y mujeres que escuchen su palabra, que la crean y actúen en consecuencia. ¡Gente como Simeón!
Para todo el mundo, ese niño era solo un niño, pero para Simeón era la gloria y la libertad de su pueblo. ¡Era el ungido, el Salvador ¿Puedes decirle hoy al Señor?: “¡Quiero ser como Simeón, como María, como Elizabeth! ¡Simplemente di la palabra!
Padre celestial, unge en esta hora, a todos aquellos que reciben esta palabra. ¡Que los milagros de la primera Navidad se repitan! ¡Que la gloria y la salvación se manifiesten!
Los magos pasaron a la historia porque creyeron. Ellos no estuvieron en contacto con Jesús, no vieron los milagros de Jesús, ni escucharon sus palabras. Tampoco Simeón vivió con Jesús, ni vio sus milagros. ¡No vio ninguna evidencia pero tenía la evidencia del Espíritu Santo! Fue guiado por el Espíritu de Dios. Mi anhelo es que Dios te conceda ser guiado por su Espíritu. Que El te de la gracia de recibir una fe sencilla; que estés distraído para otras cosas, pero no para las cosas de Dios, ni para su palabra.
CONCLUSIÓN
Dios tiene una obra que hacer y necesita hombres y mujeres de fe. Doy gracias a Dios porque día a día me está rodeando de hombres y mujeres que preguntan poco y hacen mucho. Tienen fe, tienen ánimo, son perseverantes, luchadores, no para cubrir añadiduras sino para hacer la obra de Dios. Gracias a Dios por la gente sencilla que día a día está confiando que por una oración suya, enfermos serán sanados. Gracias a Dios por los hermanos que están yendo a los hospitales a orar por los enfermos, porque están haciendo la obra que Dios quiere. ¡Apartan un tiempo para mostrar a los enfermos el amor de Dios!
¿En que consiste la obra de Dios? En sanar enfermos, liberar endemoniados y predicar el evangelio del reino a los que están atados en sus pecados. No es complicado, es sencillo. Dios quiere ungirte para sanar enfermos, para liberar endemoniados. Dios quiere que lleves la luz, la paz y la salvación de Cristo. El anhela que lleves una palabra de ciencia, una palabra de fe, una palabra de sabiduría, a los que no conocen a Jesús. ¡No hay gobierno que solucione este mundo! Este planeta está desquiciado. Nuestros senadores y diputados están aprobando leyes inmundas. La sociedad se está estremeciendo; nos quieren cambiar la enseñanza… ¡Nos quieren cambiar la verdad por la mentira, lo dulce por lo amargo! Nos quieren cambiar los valores y los principios. ¡Nos quieren cambiar la verdad de la Biblia por la mentira del hombre! Pero Dios no cambiará su verdad por las presiones del hombre. ¡El no cambiará su palabra! Jesucristo aún sigue diciendo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35).
Señor: Moriré aferrado a tu palabra, no creeré en la mentira del hombre, sino en la verdad de Dios. No me someteré al hombre, me someteré a ti. El diablo está preparando el tiempo de su ungido, que es el anticristo. Pero Dios está preparando el reino de los cielos en la tierra. El está salvando a hombres y mujeres porque Cristo viene pronto. Vendrá en las nubes, y todo ojo le verá. Dice la Biblia que todos los que creyeron en El, seremos arrebatados en las nubes juntamente con él.
¡Volverá! Así de sencillo. “María, no temas, porque has hallado gracia. El Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres. Has sido escogida para ser embarazada por Dios. Hoy te profetizo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, te cubrirá, y parirás dando a luz los planes de Dios”.
Allí donde estás, te pido que le ofrezcas tu vida a Jesús y le digas: “Señor, aleja mis dudas, aleja mis incredulidades. ¡Háblame! ¡Derrama sobre mí tu gracia! Quiero que me embaraces, quiero que me cubras… ¡quiero parir tus obras Señor! Quiero llevar la luz de Dios al mundo. ¡Anhelo hacer tus obras! Dame ahora Señor, una fe sencilla como la de María, como la de Simeón… No quiero evidencias, quiero conocer tu voz. Quiero creerte y conocerte como te conoció Simeón, sin necesidad de que me muestres muchos detalles. ¡Sálvame! ¡Perdóname! Lléname! ¡Restáurame! Bendíceme para que sea bendición a quienes me rodean. En el nombre de Jesús hago esta oración, amén”.
INTRODUCCIÓN
En la historia de Génesis vemos que Dios toma a un hombre que no tiene historia y que no es famoso, para hacer algo grande con él. Jesús eligió como discípulos a doce hombres que tampoco tenían historia y no vinieron de un lugar importante; ellos eran conocidos como gente del vulgo sin letras, es decir, gente común y corriente. El Señor no necesita gente especial para hacer la obra que Él quiere hacer; lo que verdaderamente le importa, es el corazón de esa gente. Quien pone la sabiduría, la gracia y el poder es Dios, por lo tanto el Señor no depende de tu cara para hacer su obra. Dios llamó a Abraham y le dijo: “Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición”. Este hombre no tenía historia y no era una persona importante pero Dios toma a esa persona y decide hacer algo importante. No es que somos importantes sino que el Señor nos hace importantes y quiere hacer contigo lo que hizo con Abraham.
¿Quieres ser bendecido? ¿Quieres ser bendecida? A Dios no le sirve que sólo quieras ser bendecido o bendecida, no le alcanza con eso, es muy poca cosa para Él que seas bendecido. He conocido empresarios importantes y muy bendecidos que han acumulado mucho dinero, ellos han querido dejarles su legado a los hijos pero esa herencia fue un desastre y terminó destruyendo la familia. No es suficiente la bendición porque al final esa bendición puede transformarse en una terrible maldición. Un empresario de Brasil dueño de la fábrica de árboles de navidad y de adornos más grande del país, contaba con una flota de camiones que cubría muchos lugares de Brasil; este empresario se llenó de dinero y cuando cumplió setenta años de edad no sabía qué hacer con la fábrica y con su dinero. Tenía un hijo gay que se fue a vivir a Nueva York, al que le importó un bledo la fábrica o lo que hacía su padre. ¡Es importante que seas bendecido y bendecida pero lo más importante es que seas bendición! Cuando Dios te bendice no sólo quiere que seas bendecido; su anhelo es que seas una bendición, lo que significa que las personas que te rodean serán afectadas positivamente con la bendición que tú tienes. ¡No sirve de nada que seas bendecido si no eres bendición!
LA HISTORIA DE ABRAHAM
“Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición”, le dijo Dios a Abraham. De verdad el nombre de Abraham es reconocido en todo el mundo y él dejó un legado de bendición. Los descendientes de Abraham conforman hoy el estado de Israel, una nación bendecida. Hace poco estuvimos recorriendo Israel y hemos venido enamorados de lo que está aconteciendo en esa nación. Ellos son capaces de venderle tecnología a todo el mundo por ejemplo, todos los celulares cuentan con tecnología israelí. Venden desde las cosas más sencillas a las más sofisticadas. Hay países alrededor de Israel que tienen cien veces más superficie, si no es más; son países grandes en la región que cuentan con palmeras y dátiles pero el exportador más grande de dátiles en el mundo es Israel. Un judío me declaró: “Dios nos ha bendecido con la nada. Al no darnos nada, nos ha obligado a usar la inteligencia”. Ellos han aprendido a sembrar palmeras en el desierto. Yo nunca me imaginaría plantando bananos en Israel. ¡Ni se me ocurriría! Los bananos crecen en climas cálidos y húmedos con mucha vegetación. ¡Ellos han plantado bananos en el desierto! ¡Es impresionante! Han adquirido la capacidad de hacer que maduren por etapas así no se les echan a perder. En otros países las bananas maduran todas a la vez por lo que se llena el mercado de esta fruta hasta que te salen hasta por las orejas. Como se satura el mercado hay que venderlas baratas, pero los israelitas han aprendido cómo hacer para hacerlas madurar por etapas y no todas juntas por lo que no saturan nunca el mercado ni su precio se reduce. Lo que he visto en Israel es increíble.
Abraham dejó un legado. Dios le dijo: “Haré de ti una nación grande…” A mí me tiene sorprendido cómo una nación con tan poca cantidad de habitantes, nueve millones, más o menos, tiene un desarrollo impresionante. Estados Unidos tiene más de trescientos millones, China e India unos mil quinientos millones, Brasil, ciento sesenta millones, más o menos. Pero Israel tiene nueve millones de habitantes y su economía está entre las primeras del mundo. Ellos les venden tecnología de seguridad a los países más importantes. ¡Es un país bendecido! Casi todos los días arrojan misiles sobre Israel y en estos últimos días la nueva modalidad es producir incendios, así aconteció días atrás, que habían focos de incendio en Israel y se suponía que eran provocados por terroristas, cincuenta focos en diferentes partes del país.
En esa nación hace mucho que no llueve, es muy seco, a esto se le agrega el viento y los terroristas comenzaron a armar incendios; en cuestión de dos días había ciento veinte focos y esto fue en aumento. El primer ministro pidió a las naciones que les ayudaran a mitigar los incendios y gracias a Dios, países como España, Turquía, Rusia y Francia enviaron aviones grandes para colaborar. Hubieron miles de evacuados porque los incendios afectaron las ciudades, entonces le escribí a un amigo que vive en Israel preocupado por la situación y él me respondió: “Amigo Jorge, no te hagas problema, ya están los doscientos veinte focos apagados”. Ni con los ataques que reciben dejan de ser una nación de gente feliz y bendecida. Hemos estado ahí y no parece que están en guerra, y de continuo están recibiendo ataques. ¡Israel es una nación bendecida porque Dios la guarda!
Dios le dijo a Abraham: “Haré de ti una nación grande”. ¡No la pueden aplastar! Le dijo más: “Te bendeciré y serás bendición”. Abraham es una bendición para su descendencia hasta el día de hoy. Te hablo de un hombre que tuvo contacto con Dios hace cuatro mil años atrás pero las consecuencias de esa relación con Dios nos siguen hasta hoy. Israel es una nación sumamente bendecida y guardada por Dios porque el Señor se agradó de un hombre que le creyó a Él. La Biblia dice que Abraham le creyó a Dios y le fue contado por justicia; las promesas que el Señor le dio a Abraham se concretan por el hecho de que él creyó, caminó y obró por esas promesas.
Una promesa que no conozco, no la puedo reclamar, por ejemplo, si alguien recibe una herencia pero nunca se enteró de ello, esa bendición se pierde. El creyente debe conocer la palabra de Dios, debe conocer sus promesas y creerlas, entonces le sucederá como a Abraham. Dios te da sus promesas y las cumple; tu parte es creer en esas promesas que el Señor te ha hecho. Leemos en Gálatas 3:29: “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa”. Esto significa: las promesas que Dios le dio a Abraham también son para mí. Si tú eres de Cristo entonces eres del linaje de Abraham por lo tanto eres heredero o heredera de las promesas de Abraham.
MI HISTORIA
Dios me tomo a mí y me hizo pastor, pero yo de pastor no tenía nada ni quería tenerlo, y eso no dependía de mi cara. Dios me quería pastor y por cuanto me escogió, me tomó y me hizo tal como Él quería. Mis planes personales eran egoístas, yo quería bendición para mí, pero Dios quería que yo fuera bendición para muchos. Hoy, después de muchos años de haberle creído al Señor y haberle dicho que sí, he visto su promesa cumplirse. Mira que yo de consejero no tenía nada, menos de misericordioso; yo era cristiano porque me había criado en la iglesia y creía en la palabra de Dios, pero no me importaba mucho el sufrimiento de la gente. Mi pensamiento era que si la gente oraba, Dios la ayudaría pero que no me embromaran a mí. Y después de muchos años veo las maravillas que Dios ha hecho conmigo y con mi familia.
Mi hija mayor recientemente cumplió años de casada y fuimos a celebrarlo en un centro comercial pero no entramos por la puerta principal sino por la parte de un supermercado y llevábamos bolsos; entonces se nos acercó un guardia de seguridad y nos dijo que debíamos dejar los bolsos en los lockers. Yo le dije que íbamos a pasar por ahí hacia la parte del shopping, entonces el hombre me mira y exclama: “¡Pastor Márquez, Dios lo bendiga! Yo no voy a la iglesia pero lo conozco y quiero decirle que usted ha bendecido mi vida. Yo lo escucho todas las noches por la radio”. Nos despedimos del hombre y seguimos caminando, y a unos veinte o treinta metros salió una mujer que atendía un quiosco y gritó: “¡Pastor Márquez! ¿Cómo le va? ¡Dios lo bendiga! Hace mucho que no voy a la iglesia, pero usted ha bendecido mucho mi vida”. Mi esposa y yo nos quedamos un rato conversando con la mujer y terminamos orando por ella y bendiciéndola. Desde que habíamos ingresado al centro comercial, en un rato nos encontramos con tres personas que nos conocían y nos saludaron. Cuántas personas como ellas hay que ni siquiera asisten a la iglesia pero han recibido bendición, y yo me alegro mucho. No es por mi linda cara, por mi inteligencia ni porque tenga misericordia, pero Dios ha hecho de mí una bendición. ¡He bendecido a miles de personas! ¡Cuántos matrimonios, cuántos drogadictos, cuántas personas tristes y amargadas he bendecido! Yo me glorío en el Señor por ello. Y el Señor quiere hacer esto contigo. Si tú eres de Cristo perteneces al linaje de Abraham y eres bendito, eres bendita porque Dios ya lo declaró hace cuatro mil años por lo tanto debes creer que Dios ha hecho de ti una bendición para el mundo. Si no lo sabías, ya lo sabes hoy y si no lo creías, es tiempo de que lo hagas. ¡Tú te tienes que transformar en la bendición que el Señor ha determinado que seas! Tu vida cobra valor y sentido cuando decides ser aquello que Dios pensó para ti. El Señor nunca bendice a nadie que no sirva para bendecir a otros. Él no te va bendecir para que esa bendición se te pudra adentro y no la impartas, es más, la bendición no sirve si no bendice a otros. Tal vez te regalaron algún dulce o conserva en un frasquito y tú lo guardaste; de pronto te das cuenta que han pasado meses y años y no has abierto ese frasco que terminó por vencerse, por lo que ya no sirve para nada. Ese producto era una bendición cuando te lo regalaron, pero estuvo mucho tiempo guardado y dejó de ser una bendición. ¡Mira tu vida, no seas que te estés pudriendo! ¡Que la bendición que Dios ha puesto dentro de ti no se eche a perder! Tú has sido llamado para ser bendecido y para ser bendición, y para que Dios haga de ti una nación grande.
¡Así es el Señor! Él toma a alguien que no tiene historia, que no tiene méritos ni antecedentes importantes y lo transforma en una bendición. La Biblia está llena de estos ejemplos. Hombres que no podían creer que Dios los iba a usar como sucedió con Moisés. El Señor escogió un tartamudo para ir a hablar con faraón y cuando Moisés comenzó a excusarse de que era tartamudo para hacer semejante obra, Dios le afirmó que Él le dio la boca por lo tanto iría ante faraón a hablarle las palabras que le daría para que hablase. La palabra de Dios es muy poderosa y genera lo que el Señor está declarando que sucederá. Cuando Dios envía su palabra a tu corazón, envía bendición, tú debes compartirla y no dejar que se te pudra adentro. La palabra de Dios tiene poder suficiente para producir aquello que el Señor ha dicho. Cuando Dios dijo: “Sea la luz”, no sólo lo dijo sino que hizo surgir la luz. Si Dios hoy te habla contra ese espíritu de amargura que te aqueja, esa palabra tiene poder para hacer desaparecer la amargura de tu vida y sin importar cuánto tiempo hace que ese sentimiento está en tu corazón, desaparece al instante en el nombre de Jesús. Si hay en tu corazón impotencia o tristeza que no has podido superar en años, y has hecho fuerza para no sentirte así por lo que trataste de distraerte con muchas cosas para salir de eso, el Señor te dice: “Yo quito hoy tu tristeza y te hago libre”. La palabra de Dios tiene poder para arrancar de raíz toda tristeza, toda amargura, inseguridad e impotencia.
Hoy Dios te está hablando y sucederá que bendición entrará a tu vida, pero tienes que asegurarte que esa bendición no será agua estancada. Jesús dijo que de nuestro interior brotarían ríos de agua viva. En la medida que tú das bendición recibes bendición, ese es el trato con Dios. A Dios no le sirves bendecido sino como bendición. ¡Es muy poca cosa que seas bendecido! He visto cómo mucha gente se jacta de la bendición que tiene y me pregunto si con tanta bendición serán de bendición para los demás. Dios, que ama al hombre, está dispuesto a bendecirlo y necesita hombres y mujeres bendecidos pero dispuestos también a bendecir. ¡El Señor lo va a hacer hoy contigo! Te puedo hablar de Moisés, de Josué, de David y de tantos otros siervos de Dios de la Biblia que no tenían un gran currículum pero fueron bendecidos y de bendición para su pueblo. El gobierno de Israel me ha invitado a su nación y para ello me pidieron que mandara mi currículum pero con lo único que cuento es con lo que Dios ha hecho conmigo. Soy pastor de una iglesia grande y bendecida; una iglesia que llenará la nación de la gloria de Dios.
LA HISTORIA DE GEDEÓN
El libro de Jueces capítulo 6 habla acerca de una situación que vivía Israel y era que los madianitas dominaron por siete años al pueblo. Jueces 6:1 dice así: “Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de Madián por siete años. 2 Y la mano de Madián prevaleció contra Israel. Y los hijos de Israel, por causa de los madianitas, se hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares fortificados. 3 Pues sucedía que cuando Israel había sembrado, subían los madianitas y amalecitas y los hijos del oriente contra ellos; subían y los atacaban. 4 Y acampando contra ellos destruían los frutos de la tierra, hasta llegar a Gaza; y no dejaban qué comer en Israel, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos”.
Cuando no hay bendición en tu casa, se te rompe alguna cosa, cuando por fin lo arreglas se rompe otra cosa que también arreglas, pero después cae un hijo enfermo, cuando se sana, tu marido te deja y se va. Cuando no hay bendición de Dios todo se destruye, pero cuando cuentas con su bendición, todas las cosas ayudan a bien. No hay nada malo que venga contra ti, que Dios no pueda usar para bien en tu vida. La aflicción que vivía el pueblo de Israel los llevó a clamar a Jehová. Ellos se habían alejado de Dios y edificaron muchos altares a dioses extraños de distintas naciones. Las naciones tienen dioses para distintas funciones, por lo que si eres un marino conviene que tengas a la diosa del mar, y también está el dios de la montaña, del fuego, de la guerra, etc. Cuando una mujer quiere conquistar a un hombre va a un curandero el que invoca al dios que hace trabajo de endulzamiento para que esa persona se enamore de ella, pero el curandero ni siquiera le pregunta si ese hombre es soltero o casado entonces le pide algunos productos para hacer el trabajo como por ejemplo la miel así le hace el trabajo de endulzamiento para que el día en que ese hombre mire a la mujer, quede prendado. Las personas echan mano a distintos dioses de acuerdo a sus necesidades; Israel había caído en ese engaño, cuando Dios les había ordenado: “A tu Dios amarás y a Él solo servirás”. ¡El Señor es el Dios de tu vida! Es Dios de tu economía, de tu matrimonio, de tu familia, de tu ciudad, etc. ¡El Dios nuestro fue quien creó todas las cosas! “En su aflicción clamaron a Jehová”, señala la Biblia. Así fue que el Señor levantó a un hombre que libraría al pueblo de las manos de los madianitas. El pueblo de Israel estaba temeroso y preocupado, lo que los llevó a esconderse en cuevas y también escondían el trigo que cosechaban porque los madianitas que eran miles, llegaban con gran cantidad de camellos y devastaban la tierra. Así, dice la Biblia, empobrecía Israel.
Leemos en Jueces 6:11 al 14: “11 Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. 12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente. 13 Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas. 14 Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?”
Aquí está la clave. No te elige por tu linda cara, tú no sirves, no tienes dinero, no conoces gente importante y no cuentas con un ejército; tú no tienes fuerzas y no sabes cómo hacer pero aquí la clave está en la frase: “Yo te envío”. La clave es que Dios te escogió, eso hizo con Moisés; él le dijo a Dios: “Manda al que tengas que mandar, yo no sirvo para esto”. “Yo te he escogido a ti”. No importa lo que sabes sino lo que Dios sabe; no se trata si puedes hacerlo porque lo importante es que Dios puede. Tú tienes que tener un corazón dispuesto para hacer lo que Dios quiere de ti; Él tiene los recursos que se necesitan para hacer de ti lo que quiere que seas. Dios no ve lo que ve el hombre. Gedeón era muy temeroso y cobarde. Estaba tratando de limpiar el trigo para después esconderlo, antes de que llegaran los madianitas. Era un israelita más que tenía temores, porque los madianitas eran muchos y ellos pocos. Mas Dios habla conforme a lo que Él quiere de la persona. Dios tomó a un adolescente de un campo de Belén que cuidaba ovejas y le dijo: “Tú eres rey de Israel”. ¿Quién puede ver a un rey en un pequeño pastor de ovejas? No es lo que tú ves; lo que importa es lo que Dios ve. Tal vez tú no puedes, pero lo que importa es que Dios puede. El Señor no te escogió porque eres bueno o porque oras mucho; Dios te escogió porque Él es Dios y puede hacer contigo lo que nadie se imagina.
Sucedió que Gedeón comenzó a creerle a Dios aunque le parecía demasiado exagerado lo que Dios le estaba declarando de él: “Hombre esforzado y valiente”. Gedeón sabía que de esforzado no tenía mucho y menos de valiente pero esa era la visión que Dios tenía de él. Leamos nuevamente Jueces 6: 13 y 14: 13 Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas. 14 Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?”
Con éstas tus fuerzas tú destruirás a los madianitas y lo harás porque te mando yo. Sólo si Dios te manda, el equipamiento lo pone Él porque quiere que seas una bendición. Gedeón no sabía si estaba despierto o soñando entonces quería una prueba. Jueces 6: 36 al 40 dice: “36 Y Gedeón dijo a Dios: Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho, 37 he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho. 38 Y aconteció así, pues cuando se levantó de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, un tazón lleno de agua. 39 Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra. 40 Y aquella noche lo hizo Dios así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo rocío”.
Después de esto se dio cuenta que verdaderamente el Señor lo había escogido para salvar al pueblo, pero antes, Dios lo manda a destruir un altar a Baal que tenía su padre y Gedeón aún estaba temeroso: “25 Aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él; 26 y edifica altar a Jehová tu Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente; y tomando el segundo toro, sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás cortado. 27 Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos, e hizo como Jehová le dijo. Mas temiendo hacerlo de día, por la familia de su padre y por los hombres de la ciudad, lo hizo de noche” (Jueces 6:25 al 27).
Gedeón obedeció a Dios pero hizo lo que le encomendó de noche para que nadie se diera cuenta, ¡pero todos se dieron cuenta y lo querían matar! Mas el Dios que le dijo que él iba a vencer a los madianitas mantuvo su palabra y no iba a permitir que lo mataran porque lo había escogido para destruir a sus enemigos. Gedeón mandó a llamar a gente de todas las tribus de Israel y congregó treinta y dos mil hombres para la guerra, gente sin experiencia en guerra y sin armas. Treinta y dos mil hombres para enfrentar a un ejército de ciento veinte mil soldados. Gedeón se habrá preguntado: ¿Qué hago con treinta y dos mil hombres contra un ejército de ciento veinte mil? Sigamos leyendo Jueces 7:2 y 3: “2 Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. 3 Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil”. Veintidós mil tuvieron miedo y temblaban y se volvieron a sus casas. ¡Mira los valientes de Israel! Quedaron diez mil. Me imagino a Gedeón preguntándose: “¿Qué hago con diez mil frente a un ejército de ciento veinte mil además de los miles de camellos que tienen? Para Dios es indistinto si eres lindo o eres feo, lo que importa es que Él esté en el asunto. Si tú eres de Cristo, eres del linaje de Abraham entonces eres heredero de sus promesas. ¡Dios quiere hacer de ti una gran bendición para el mundo! “Te bendeciré y serás bendición”. Es mucho más importante ser bendición que ser bendecido, pero no puedes ser bendición si primero no eres bendecido.
Habló nuevamente Dios con Gedeón. “4 Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá. 5 Entonces llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber. 6 Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas” (Jueces 7: 4 al 6). Gedeón pensó: “Tendré que luchar con esos nueve mil trescientos”. Pero Dios le contesta: “No, con los nueve mil trescientos no, con los trescientos enfrentarás al ejército madianita”. ¡Dios puede! El Señor saca recursos donde tú ni te imaginas.
“16 Y repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, dio a todos ellos trompetas en sus manos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros. 17 Y les dijo: Miradme a mí, y haced como hago yo; he aquí que cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis vosotros como hago yo. 18 Yo tocaré la trompeta, y todos los que estarán conmigo; y vosotros tocaréis entonces las trompetas alrededor de todo el campamento, y diréis: ¡Por Jehová y por Gedeón! 19 Llegaron, pues, Gedeón y los cien hombres que llevaba consigo, al extremo del campamento, al principio de la guardia de la medianoche, cuando acababan de renovar los centinelas; y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos. 20 Y los tres escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron: ¡Por la espada de Jehová y de Gedeón! 21 Y se estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento; entonces todo el ejército echó a correr dando gritos y huyendo. 22 Y los trescientos tocaban las trompetas; y Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento…” (Jueces 7: 16 al 22)
Una trompeta es suficiente para un ejército, pero Gedeón contaba con trescientas, una por cada hombre. Habían trescientos hombres que no tenían espada ni lanzas, tampoco caballos, pero tenían trompeta. De pronto, todos al unísono tocan las trompetas, rompen las vasijas y se pueden ver trescientas antorchas encendidas de un lado y de otro; uno creería que hay un ejército terrible pero eran sólo los que tocaban las trompetas. Se levantaron los soldados madianitas y comenzaron a matarse entre ellos.
CONCLUSIÓN
Te bendeciré, engrandeceré tu nombre, serás una gran nación, serás bendición. La parte que más me ha tocado es: “serás bendición”. Yo veo la bendición que es Abraham hasta el día de hoy, el legado que le ha dejado a su descendencia; veo lo que dice el apóstol Pablo en Gálatas 3 que si soy de Cristo, soy descendiente de Abraham y son mías las promesas. Señala la Biblia que la promesa de Dios a Abraham no fue para sus simientes sino para una sola que fue el más importante, Jesucristo. La bendición reposó sobre Jesús. Parecía un fracaso la cruz, la muerte de Jesús y su sangre derramada, pero desde la perspectiva de Dios era la victoria más grande que ha acontecido en el mundo. ¡Cristo resucitó! Dios tiene recursos que no tienen los hombres. ¡Yo soy descendiente de Abraham! ¡Yo soy una bendición! ¿Tú eres bendición?
Muchas personas declaran que no están preparados para predicar, quieren esperar un poco más y hacer un curso o algo así. Yo te voy a dar una clave: Si tú no das lo que ya tienes, Dios no enviará más bendición sobre ti. Tienes que dar de lo que tienes; no importa si es poco, tú dalo y el Señor te dará más a ti. Tienes que creer que Dios te transformará en una bendición. ¡Que no se te pudra la bendición adentro!
Viene a mi memoria un hombre que no tiene brazos y piernas, su nombre es Nick Vujicik; él quiso suicidarse por causa de su condición y vivía deprimido hasta que creyó que Dios tenía un propósito con él. Este hombre se casó, tiene hijos, recorre las naciones dándole aliento a quien no tiene aliento. ¡Dios puede! ¡No mires tu condición! Sólo oye la palabra de Dios. El Señor te ha hablado y te quiere bendecir. Que tu existencia no sea sin sentido e infructuosa como la vida de cualquier vecino. Que tu vida produzca las grandezas de Dios. Cuando Dios dice que te bendecirá y te usará, Él tiene poder para que te muevas en su poder. ¡El Señor cuenta con los recursos que necesitas para ser quien Él quiere que seas!
Dile a Dios: “Señor, estoy dispuesto. He creído que lo que has hecho con Abraham harás conmigo; también puedes hacer conmigo lo que has hecho con Gedeón. Tú sacaste un rey de detrás de unas ovejas en unos campos perdidos de Belén. ¡Tú eres grande y poderoso! Yo no soy nadie, pero tú me has mirado Señor, tú me has escogido. Di la palabra que tienes para darme, Dios. Yo soy bendición y voy a impartir bendición. Me has dado tu palabra y la he creído. Yo no seré una bendición, ya soy una bendición, tú lo has determinado así, desde el mismo instante que pronunciaste bendición sobre Abraham también diste bendición a su descendencia y yo sé que soy descendiente de Abraham porque soy de Cristo; yo sé que mi herencia es la misma de Abraham. Te doy gracias, Señor. El mundo verá lo que tú eres capaz de hacer con una persona como yo. Hoy estoy seguro, estoy segura que soy una bendición para mi familia, para mis amigos, para mi barrio y para todos los que me rodean. Yo soy una bendición para mi nación. El mundo verá tu gloria. Gracias Dios, amén”.
INTRODUCCIÓN
Decimos que el evangelio son las buenas nuevas de salvación, aunque también es un paquete grande de parte de Dios para que vivas bendecido, en paz y en victoria; y no solamente para que vivas bien sino para que el fuego y el poder de Dios se trasmita a través de ti. Si en tu vida no hay manifestaciones sobrenaturales del poder de Dios que impacte a otros, entonces el evangelio no está presente en tu vida, porque donde llega el evangelio se produce un sacudimiento, hay frutos y se manifiesta el poder de Dios.
Vemos entonces que el evangelio es mucho más que buenas noticias. Romanos 1:16 dice así: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree…”. Yo me considero un hombre dichoso y feliz porque Dios rompió todos mis planes y me colocó en el suyo, que es predicar el evangelio. Estoy agradecido de que Dios haya tenido misericordia de mí y me haya encomendado la tarea de llevar el evangelio de la paz a las personas en todo el mundo; el evangelio que transforma vidas, que generó culturas y transformó el mundo. Antes del evangelio las naciones eran idólatras y tenían dioses de toda clase y tamaños; esos dioses eran caprichosos ya que exigían ofrendas de todo tipo, hasta demandaban que se les entregara a los niños. Las personas ven esto como algo normal, incluso hoy día una madre o abuela van a alguna sesión de umbanda y entrega a su hijo o a su nieto, y esto es poner al niño bajo maldición, es maldecir la descendencia.
Yo me considero dichoso por haber sido escogido por Dios para predicar el evangelio. Reitero lo que el apóstol Pablo declaró en Romanos 1:16: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree…”. No sólo es la buena noticia de lo que está escrito sino que esa buena noticia va acompañada de poder. Muchos han perdido la visión de lo que significa el evangelio y sólo han tomado los principios de éste. La idea es que se tomen dichos principios para ser transformados y que les cambie la cabeza a las personas, pero el evangelio se ha tomado como una cuestión de autoayuda. En las librerías seculares y cristianas encontramos varios libros de autoayuda pero eso es malo porque Dios no quiere que te auto ayudes ya que Él quiere ser tu ayuda. ¡Dios sabe que no puedes solo y que no lo vas a lograr! Tú necesitas algo más que tener principios cristianos; algunos han rescatado del cristianismo la ética o la moral cristiana pero éstas no tienen poder en sí, se necesita algo más que conocer determinados valores ya que el evangelio no está compuesto sólo con valores y principios cristianos, y no es sólo costumbres cristianas: ¡El evangelio es poder!
LOS FALSOS DIOSES PERECIERON
Antes de Cristo las naciones tenían costumbres horrendas y la historia se escribía con sangre. Una de las obras más antiguas de la literatura griega escrita por Homero tiene como tema central la venganza, la muerte, los ejércitos y la destrucción, y el mundo admira eso ya que se les da honra y gloria a quienes han matado más gente. Es más, levantan monumentos en honor a esas personas para que se los admire más ya que han sido grandes personajes que dirigieron ejércitos y mataron mucha gente. En cambio el evangelio habla de alguien que dio su vida por amor al resto para que no mueran eternamente y éste es un mansaje contradictorio al mensaje que da la humanidad. El evangelio es un mensaje del amor de Dios pero también habla de su poder sobre aquellos que abren su corazón a ese amor.
En la historia universal, tienen honra los que han matado a sus enemigos y en el evangelio la honra es para Aquél que dio su vida por sus amigos. Si miramos fríamente, diríamos que el evangelio está destinado a fracasar desde el mismo momento en que comienza, pareciera ser que el evangelio es un movimiento que será aplastado con facilidad. El imperio romano comenzó la persecución contra los cristianos y vio que no pudo contra ellos porque los cristianos no se levantaban en armas, ellos amaban y perdonaban. Los cristianos tenían bien claro a quien había que adorar, ellos no adoraron al Cesar sino al único Dios verdadero que creó los cielos y la tierra. El imperio romano era grande y poderoso, y asustaba. Los cristianos eran llevados al circo romano como espectáculo para ser quemados o devorados por los leones ya que estaban decididos a eliminar a los cristianos de sobre la faz de la tierra. ¡Qué bueno haber nacido en esta época para poder ver que el imperio romano cayó y el evangelio ha seguido creciendo! Los cristianos de aquella época se rehusaban a adorar al César y por tal motivo eran condenados. En la antigüedad no se le decía señor a cualquiera, solo al monarca y los dioses; hoy en día se utiliza mucho el término señor para dirigirse a los hombres y éste término ha perdido el verdadero significado en nuestra época. Pero en aquel entonces, Roma obligaba a los cristianos a saludar levantando la mano derecha y diciendo: “¡César es señor!” La vecina que estaba regando su jardín, levantaba la mano y decía a la otra que pasaba: “¡César es señor!” pero cuando se presentaban ante algún cristiano, la persona levantaba su brazo y saludaba: “¡César es señor!”, el cristiano levantaba su mano y declaraba: “¡Jesucristo es Señor!” Entonces eran llevados a la cárcel y azotados y se les exigía que negasen que Cristo era el Señor, pero ellos valientemente decían: “¡Cristo es Señor! Tú serás el César pero no eres señor”. Los cristianos no tenían ejércitos ni armas, mas el impero romano cayó; quiso destruir al cristianismo, quiso destruir el evangelio pero no lo pudo frenar, hasta hubo un César que como no sabía más qué hacer en contra de los seguidores de Jesús, se hizo cristiano, se llamó Constantino, el fundador de Constantinopla, de donde surgió la cultura cristiana de los bizantinos.
Así como el imperio romano, también les sucedió a los griegos y a otros tantos, pero el evangelio siguió difundiéndose. En China están persiguiendo a los cristianos y destruyendo iglesias, pero el evangelio está creciendo cada vez más en ese país. ¡Ni la Unión Soviética ha podido frenar el evangelio! Jesús les dijo a sus discípulos: “…me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8). Lo que declaró Jesús está aconteciendo; en países como Irán, China, Corea del Norte y otros más, el evangelio está creciendo. El poder y el fuego que genera el evangelio no lo puede parar nadie y nosotros, como el Apóstol Pablo, declaramos: “No me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios…”
Cuando el apóstol Pablo llegó a la ciudad de Éfeso, los que fabricaban estatuillas de la diosa Diana se llenaron de ira porque por causa de la predicación del evangelio muchos se apartaran de los dioses, por lo que su negocio peligraba y temían que la majestad de esa diosa fuera destruida, entonces tomaron a los compañeros de Pablo y comenzaron a acusarles delante de los magistrados y gritaban: “¡Grande es Diana de los efesios!” Pero ahí están las ruinas de la tal diosa Diana y nosotros estamos delante de la presencia del Señor, reconociendo que el evangelio es poder de Dios.
Muchos han comprobado el poder del evangelio ya que antes no podían ni ver a la suegra, sin embargo ahora les compran regalos; otros no podían sobrellevar su matrimonio, ya no soportaban a su cónyuge y aunque se habían casado enamorados no tenían fuerzas para sostener ese amor porque lo fundamentaban en sus sentimientos, entonces comenzaron a rechazar a sus esposos o esposas y terminaron descubriendo que no tenían el amor de Dios. Junto con el evangelio viene el amor de Dios y a ese amor no lo pueden ahogar los ríos porque el evangelio es poder.
Viene a mi memoria la historia de un hombre que había maltratado a su esposa por muchos años; él llevaba una vida muy disipada con muchas mujeres y despreciaba a su esposa pero ella era creyente, y oró muchos años por su esposo. El hombre se alcoholizaba, salía con sus amigos y se acostaba con prostitutas y se burlaba de su esposa, pero ella oraba incansablemente. Llegó el día en que la mujer y su marido participaron de un encuentro en Monte Beraca y allí fue tocado por el poder del evangelio. Dios le abrió los ojos, entonces se dijo: “¿Qué he hecho con mi esposa? ¿Por qué la he maltratado si ella sólo me ha pagado con bien?” Pasó al frente llorando y le pidió perdón a su esposa por todo el mal que le había hecho. ¡Es poderoso el evangelio! ¡El hombre se convirtió! Algunos están convencidos en que el evangelio va a desaparecer y trabajan para ello; la ONU por ejemplo, pretende pisotear el evangelio. ¡Estos no conocen la historia! ¡El evangelio es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree! Arman leyes, crean sistemas ignorando la verdad de Dios; se burlan y se levantan con ira contra la verdad de Dios, pero la verdad de Dios va a triunfar. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” dijo Jesús (Mateo 24:35). En la India hay treinta millones de dioses; adoran y veneran a la vaca, a la rata, a las víboras y a cuántos otros bichos más. Yo he visto los templos de la idolatría en la India. Cuando el apóstol Pablo predicó, el evangelio quedó establecido en una ciudad y por ello desapareció el culto idolátrico. Cuando fui a la India me hospedé en un hotel y en el hall había un gran santuario con un elefante. ¡Cuánta ceguera! ¿Qué puede hacer por las personas un elefante? Pero allá lo respetan y lo consideran un dios poderoso, y si a la persona le va mal es porque hizo enojar al dios elefante, por lo tanto tienen que hacer cosas para tratar de agradarlo. En Uruguay se le ofrece a determinado dios alguna ofrenda que a éste le desagrada, para enojarlo, entonces colocan en esa ofrenda el nombre de la persona a quien le quieren hacer mal, para que cuando ese dios se enoje, lo haga sobre ella. Ese dios lee el papelito y dice: “¡La voy a rematar!”
EL VERDADERO DIOS, PERMANECE PARA SIEMPRE
Una mujer que invocaba demonios con los tambores me dijo que en Brasil, cuna de estas prácticas, vio en un frasquito mi nombre. ¡Pero yo sigo vivito y coleando porque el evangelio es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree! ¿Entiendes que el evangelio es mucho más que una buena noticia? Tiene valores, pero sin el poder de Dios, esos valores no pueden hacer nada por ti; el evangelio tiene principios, pero sin la presencia de Dios y sin el poder del Señor actuando en tu vida, los principios no pueden ayudarte en nada. Es que en la palabra de Dios, o sea, en la buena noticia de Dios, viene el Espíritu Santo. Jesús dijo a sus discípulos, que esperaran que viniera sobre ellos el Espíritu Santo: “Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8). Cuando vino el poder, las palabras que hablaban los discípulos eran de poder, porque el Espíritu Santo los guiaba a hablar y a actuar. Por lo tanto un evangelio que no tiene milagros, que no tiene manifestaciones de poder, o sea, circunstancias sobrenaturales en el mundo visible, no es evangelio.
Puede ser que confundas religión con evangelio, pero la religión no tiene poder y no cambia nada. La Biblia nos enseña que la ley está puesta para marcar nuestros errores y pecados, por lo tanto nos condena porque la ley no tiene poder para salvar. Yo sé que no debo mentir porque la ley dice: “No mentirás”, pero la ley no tiene poder para hacer que yo no mienta, mas en el evangelio, Dios en mí es el que hace que yo no mienta. No se trata de mis obras, sino de las de Dios.
El evangelio es sencillo, no es complicado; el judaísmo tiene seiscientos trece leyes que hay que cumplir. Si no te alcanza un día para hacer lo que tienes que hacer de tu rutina, imagínate tener que cumplir los seiscientos trece mandamientos. Pero puedes dejar que Dios te guie; ábrele tu corazón al Espíritu Santo y deja que Él te saque de todo proyecto personal y te ponga en los suyos.
Jesús escogió doce discípulos pero ninguno era versado, no eran doctores de la ley ni religiosos de renombre; era gente muy sencilla que no tenían contactos importantes ni influencia política. Estaban todo el día y la noche con sus barcas en la playa; de noche salían a pescar, a la mañana lavaban las redes, dormían un poco y otra vez salían a pescar. Algunos de los grandes estudiados dijeron de los discípulos de Jesús, que ellos eran gente del vulgo y sin letras, se daban cuenta que anduvieron con Jesús porque eran vulgares, pero el Señor no estaba buscando gente de influencia o poderosa para que nadie creyera que era el poder de la gente, porque el evangelio no se trata de lo que pueda hacer una persona sino de lo que puede hacer Dios. Por eso Jesús no eligió personas encumbradas. Había seguidores como José de Arimatea que tenía mucho dinero e influencia, sin embargo el Señor no lo eligió a él. Había un persona muy importante que formaba parte del Sanedrín y sabía mucho de religión, este hombre se dio cuenta que Jesús era el Mesías y lo visitó de noche para hacerle preguntas. Jesús podía haberlo elegido a Nicodemo porque era su seguidor, pero fue un seguidor oculto. ¡Dios necesitaba mandar gente simple y sencilla a predicar el evangelio! Fueron los discípulos a predicar las buenas nuevas y dijeron: “Señor, hasta los demonios se nos sujetan en tu nombre”.
Si lo que predicas es el evangelio, y lo que llevas encima es el poder del Espíritu Santo, los demonios huyen así como también las enfermedades. ¡En el corazón del evangelio está el poder de Dios! Muchos saben lo que es el poder de Dios porque hubo un tiempo en que no podían dejar la droga o el alcohol; otros no podían dejar de insultar y eran violentos pero cuando llegó el evangelio a sus vidas transformó sus mentes y sus corazones. El evangelio apunta al corazón, a la mente y a las emociones; el evangelio apunta a una transformación total y radical del individuo. Cuando Jesús comenzó a predicar el evangelio, les decía: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17). Lo que Jesús trasmitía no era un mensaje elaborado y cautivante, era una predicación que golpea el pecho y aquellos que hoy abren su corazón se encuentran de pronto con que el poder de Dios está actuando en sus vidas. ¡Qué lindo es predicar el evangelio! Si no lo estás haciendo, no sabes lo que te estás perdiendo. Uruguay tiene que ser transformado y no será por los políticos ni los profesionales; nuestra salvación no son los médicos, no son los docentes ni los gobernantes. ¡Nuestra salvación es Jehová de los ejércitos!
En la Biblia están encarceladas las palabras del evangelio y estas palabras no son suficientes si no actúa el poder de Dios. La buena noticia está en la Biblia, pero tú necesitas mucho más que la buena noticia; necesitas que el poder de Dios se manifieste a través de las buenas noticias. ¿Qué es el evangelio? ¡Es la noticia de Dios! ¿Qué parte de la Biblia comprende el evangelio? Toda la Biblia es el evangelio; todo lo que Dios ha dicho es para tu bien, es para el perdón de tus pecados, para tu salvación y tu bienestar. Además, Dios te advierte lo que te sucederá si no le haces caso a lo que Él te dice. ¡Tú necesitas tener la Biblia en el corazón, necesitas que la palabra de Dios more en abundancia en tu vida! El evangelio es la palabra que Dios manda a una persona o a un grupo de personas dadas en una circunstancia dada, en un tiempo dado. Es qué te dijo Dios ayer, qué te dice hoy y qué te dirá mañana. Cuando dice que el evangelio es poder, es porque es vivo, no es una filosofía de vida, no es algo poético o una norma de ética; el evangelio es poder de Dios, dicho de otra manera, el poder de Dios está vivo en el evangelio. El evangelio no se trata de nada menos que del amor que Dios demuestra a las personas a través de las personas. ¡Es Dios amando a través de ti! El amor de Dios está en el centro del evangelio y las muchas aguas no podrán apagar el amor. Es Dios sacudido en ti por un pobre, un quebrantado, por una persona entristecida y necesitada; no se trata de lo que pueden hacer por mí, sino de lo que Dios quiere hacer a través de ti por otros. Si el Señor logra involucrarte en esto, entonces las añadiduras vendrán. Busca primeramente el reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas os serán añadidas, dice el Señor. ¡Dios no te va a fallar! ¡Es precioso el evangelio! Dios me dio vida a mí a través del evangelio. Si tú vives ansioso, preocupado, enojado; si vives corriendo de aquí para allá el evangelio no se está manifestando en tu vida porque el evangelio tiene todo lo que tú necesitas. No tienes que vivir en ansiedad o en preocupación porque el evangelio que es el almacén de Dios, contiene la paz que tu alma necesita en medio de la tribulación, el evangelio contiene la confianza que tú necesitas y que no tienes en medio de tus dificultades. El evangelio te hace estable en un mundo inestable, te hace seguro en un mundo lleno de inseguridad; el evangelio quita tus temores y coloca fe y confianza, te da esperanza en medio de la desesperanza porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree.
No me avergüenzo del evangelio es la primer parte que compartí en este mensaje, porque es poder es la segunda parte, y el tercer término del que quiero hablarte, es salvación.
La palabra salvación abarca muchas cosas. Cuando dice que el evangelio es el poder de Dios para salvar, tú te preguntarás: ¿salvar de qué? De cualquier cosa que te esté afligiendo; de cualquier mal que te oprime. Si estás acostumbrado a dormir con la luz encendida quiero decirte que el evangelio es el poder de Dios para salvarte de la oscuridad y ahorrarte unos cuantos pesos a la hora de pagar la factura de la luz. El evangelio es el poder de Dios para levantarte de una enfermedad que te tiene postrada o postrado. ¡El evangelio tiene poder para sanarte hoy donde quiera que estés! Si crees serás sano, serás sana. El evangelio tiene poder para restaurar tu matrimonio. El que recibe el evangelio recibe el poder; tú no sabes cómo hacer para solucionar tus desavenencias matrimoniales pero el evangelio tiene el poder para hacerlo, entonces, la restauración de tu matrimonio, el sanarte de alguna enfermedad, sacarte de una crisis económica, etc, es salvación. Salvación es bendición total y absoluta. A través del evangelio, Dios te enseña muchas cosas, por ejemplo, cuando yo le pedí a Dios que me diera paciencia, me mandó muchas dificultades pero yo no entendía qué estaba haciendo el Señor conmigo y le dije: “Dios, te pedí paciencia y me mendas problemas”. Mas Él me respondió: “Por medio de estos problemas vas a desarrollar la paciencia”.
El evangelio no es para entenderlo sino para creerlo. Si le pides a Dios que te de paciencia porque sabes que no tienes esta virtud, estás pidiendo que te vengan problemas. Cuando te vengan las desavenencias no digas que estás viviendo una injusticia y que no te mereces lo que estás viviendo porque Dios te responderá: “¿No me pediste paciencia?” En los tiempos de crisis que me ha tocado vivir yo me encerraba en mi casa a leer la Biblia y oraba a Dios diciéndole: “Señor, no te entiendo. Te tengo miedo. ¿Qué más vas a romper? ¿Qué más me vas a quitar?” Y Dios permanecía callado. Después entendí que Él estaba rompiendo con mis esquemas para hacer de mí un pastor, entonces le pedí que me hablara por su palabra y me dio el Salmo 40: “Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos”. Cuando leí eso, no creas que me puse contento, es más, le dije a Dios: “¿Tengo que tener más paciencia todavía?” Es que si no me hacía pasar por ese valle yo jamás iba a cumplir su propósito.
CONCLUSIÓN
Déjalo a Dios obrar en tu vida, ten paz, estás en sus manos. Yo estoy en las manos de Dios y no estoy exento de problemas. Cristo que es el Hijo del Dios viviente, de quien el Padre dijo: “Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia”, tuvo que padecer, fue azotado, atravesó por un sinfín de adversidades, hasta fue a parar a la cruz, pero tuvo victoria y hasta el día de hoy, Jesús está venciendo. “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:9 al 11). Jesucristo fue el primero en creer en el evangelio y predicó lo que creía.
Tal vez has endurecido tu corazón contra Dios y crees que tú tienes razón, pero al Señor no le importan razones de hombres porque Él tiene razones que el hombre no entiende. Lo mejor que te puede suceder en medio de las tempestades de tu vida es que Cristo esté en tu barca. Si el Señor te dice de pasar al otro lado, por más recia que sea la tormenta, vas a pasar al otro lado. ¡Vas a vencer las dificultades! El evangelio no surgió para perder; el evangelio surgió para ganar y es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree.
Quizás estás ansioso y acelerado y quieres acelerar a Dios para que se apure, pero el que marca el paso es Él; el que ordena tu vida es el Señor. Tal vez conoces el evangelio pero el poder del evangelio no se manifiesta en ti. Necesitas el poder y la presencia de Espíritu Santo para que Él te use a través del evangelio y no que tú uses el evangelio para hacer lo que quieres. Si el Espíritu Santo no puede obrar en tu corazón es porque le estás estorbando.
“Señor, tú puedes usar a cualquier persona para cambiar al mundo y no necesitas que sean personas encumbradas y poderosas porque tú eres poderoso, Señor. Toma a aquel que hoy ha entendido el poder que hay en el evangelio y decide ponerse en tus manos para que tú lo uses para alcanzar a otros, te lo pido en el nombre de Jesús, amén”.