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LO QUE SALE DEL CORAZÓN CONTAMINA AL HOMBRE

INTRODUCCIÓN

En esta semana nos ha visitado el Dr. Juan Antonio Tripolone, un médico Cardiólogo muy experimentado, con mucho conocimiento, y temeroso de Dios. En este mensaje he querido recoger algunas de sus enseñanzas.

Proverbios 4:23 dice: Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Enla Biblia, la palabra “corazón” no sólo se utiliza para designar ese órgano vital que bombea la sangre, sino que también se usa figuradamente para designar el centro, la totalidad o la esencia de las cosas. En particular, el centro de la personalidad del ser humano.

Jesús dijo en Mateo 15:18-20: “Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.” Hemos aprendido esta semana que el corazón, como esencia de la personalidad del hombre, afecta profundamente el corazón, órgano que bombea la sangre. Hemos visto cómo las cosas que hay en el corazón del hombre, funcionan de tal manera que contaminan, no sólo a otras personas, sino al hombre mismo. El Dr. Tripolone decía que determinadas actitudes son tóxicas para nuestro organismo. En otras palabras, que liberan o producen sustancias que intoxican nuestro sistema cardiovascular, y que además se acumulan en nuestras arterias, en nuestro sistema circulatorio, produciendo infartos y enfermedades que nos llevan a la mismísima muerte.

CIERTAS ACTITUDES INTOXICAN EL ORGANISMO

Estamos hablando de trastornos del ánimo, y cuando hablamos de ello, nos referimos a trastornos del alma, cosas que tienen que ver con nuestra mente, con nuestra voluntad y emociones. Los científicos están estudiando la depresión, ya que es un elemento que está causando muchísimas muertes. El 50% de las personas que mueren, lo hacen de eventos cardiovasculares, siempre hablando de personas con más de 45 años de edad; y de todos estos, la mitad muere por un evento cardiovascular que tiene que ver con la tristeza y la depresión. Hay muchas causas para enfermedades cardiovasculares, pero la más importante parece ser los estados de ánimo, relacionados con la tristeza y la depresión. Nuestro estado de ánimo tiene subidas y bajadas, el problema serio es cuando se mantiene en un nivel bajo y no se mueve, en ese momento decimos que la persona sufre de un problema depresivo. La depresión degenera en suicidio, en problemas cardiovasculares, y en otras enfermedades que se somatizan en el cuerpo.

La ira también nos contamina; produce 2,6 veces más probabilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular. Asimismo, la depresión produce 4,3 veces más posibilidades de enfermarse, o tener un evento cardiovascular agudo. Y en este caso, tengo una buena noticia para aquellos que van a la iglesia… ¡Se ha demostrado que quienes concurren a la iglesia y poseen fe, tienen mucho menos depresión! Y por consecuencia, menor chance de tener un evento cardiovascular agudo. Aquellos que padecen de ansiedad tienen 6 veces más de probabilidades. Y quienes viven disgustados tienen 4.7 veces más probabilidades de enfermarse de algún problema cardiovascular que el resto, y tener además un infarto al miocardio.

La indiferencia o la desesperanza aprendida, produce también estas cosas, y tienen que ver con la tristeza y la depresión. La falta de esperanza es un factor tóxico, importante en el cuerpo humano; es cuando la persona ha perdido toda capacidad de creer que puede vivir mejor, que algo va a cambiar, que va a conseguir un mejor trabajo, o que más adelante va a lograr algo que aún no ha logrado. La desesperanza se aprende. Cuando te va dos o tres veces mal en una cosa que has intentado, la tendencia negativa es perder la esperanza en que podes tener éxito en esa área. ¡Esto es un error gravísimo! Esto es desesperanza aprendida. Cuando una persona lucha por algo y no lo alcanza, termina creyendo que no lo puede lograr, y cuando se dan las posibilidades de que pueda hacerlo, la persona decide que no está capacitada. El siguiente “cuento” ejemplifica esto. Para retener un elefante en un circo, cuando éste es chiquito le ponen una especie de brida con pinchos y lo atan de una pata con una cadena, entonces cada vez que se quiere mover se pincha la pata. Intenta muchas veces hasta que después de un tiempo el elefantito piensa: “No se puede sacar la pata de un grillo como este”. Y cuando el elefante es grande, la gente del circo busca una estaquita chiquita y le atan la pata con una cadenita. El elefantito se mueve, y mueve la trompa, pero la pata que tiene el grillo no la levanta, ¡aunque el elefante con la fuerza que tiene podría levantar la estaca y la carpa entera del circo! Pero la pata de la cual está atado le recuerda que si la mueve va a sufrir dolor. ¿Cuántos creen que están atados a una circunstancia como ésta? Eso se llama desesperanza aprendida, y contamina al hombre. Porque una persona sin esperanza, es una persona sin emprendimientos, que no tiene ganas de intentar nada, y ya ha decretado que no puede alcanzar eso que podría. Imagina al pueblo de Israel cuatrocientos treinta años esclavos en Egipto… hasta que Dios dice: “Voy a levantar un libertador y se los voy a mandar”. Entonces lo busca a Moisés, pero los israelitas no pueden creer que han de ser libres.

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LO QUE SALE DEL CORAZÓN CONTAMINA AL HOMBRE

INTRODUCCIÓN

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.” Eclesiastes 3:1. Este versículo, no sólo dice que cada cosa tiene su tiempo, sino que también tiene su hora específica. Dios nos ha puesto en medio de cuatro dimensiones, tres son físicas y tienen que ver con el espacio, y la cuarta tiene que ver con el tiempo. Él ha fijado cosas que sucederán en nuestras vidas, y cada una de ellas tiene un tiempo. Hay tiempos buenos y malos, los dos son para que nos vaya bien, porque ¡todo nos ayuda a bien! Dios usa un poco de tiempo bueno para descanso de los tiempos malos, porque lo cierto es que aprendemos más en los malos. El problema es cuando andamos desencajados con los tiempos de Dios y queremos vivir etapas que no están pensadas que vivamos todavía. Conocer los tiempos de Dios para nuestras vidas es una cuestión de sabiduría y revelación.

Estamos viviendo tiempos importantes y proféticos. Hay muchas personas que estudian, se casan o viajan fuera de tiempo, les va mal y después se preguntan: “¿Qué le pasa a Dios?” El problema es que no han entendido los tiempos que Dios ha prefijado para sus vidas. ¡Tú has venido al planeta tierra en el tiempo de Dios! El rey David oraba diciendo: “En tus manos están mis tiempos.” Y también pedía: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.” Si no sabemos manejarnos en la dimensión del tiempo, estamos desubicados.

EL UNICO QUE REVELA LOS TIEMPOS ES DIOS

Hay personas que alegran a Dios porque tienen un anhelo santo de conocer los tiempos, y también hay otras que le fastidian con este tema. 2ª Reyes 21:1-6 relata:De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco años; el nombre de su madre fue Hepsiba.E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, según las abominaciones de las naciones que Jehová había echado de delante de los hijos de Israel.Porque volvió a edificar los lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a Baal, e hizo una imagen de Asera, como había hecho Acab rey de Israel; y adoró a todo el ejército de los cielos, y rindió culto a aquellas cosas.Asimismo edificó altares en la casa de Jehová, de la cual Jehová había dicho: Yo pondré mi nombre en Jerusalén.Y edificó altares para todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa de Jehová.Y pasó a su hijo por fuego, y se dio a observar los tiempos, y fue agorero, e instituyó encantadores y adivinos, multiplicando así el hacer lo malo ante los ojos de Jehová, para provocarlo a ira.”

Hay cierto deseo de conocer los tiempos y el futuro, que proviene de un mal espíritu. Aquí tenemos un rey que enojó a Dios, porque entre sus hechicerías, brujerías, y adivinaciones, incluyó la práctica de observar los tiempos. 1ª de Pedro 1:10 expresa que los profetas que escribieron las cosas que nos están siendo reveladas, inquirían, examinaban, veían, cuales eran los tiempos que correspondían a ellas. Por lo tanto hay un anhelo por saber cuales son los tiempos, que es santo, que viene del corazón de Dios. Pero también hay un mal espíritu que se mueve paralelamente en el mundo, que está tratando de entender o determinar los tiempos a través de adivinación, de agoreros o de la observación de las nubes. ¡El único que revela los tiempos es Dios! Hay una gran diferencia, porque Dios no necesita adivinar nada, Él conoce todo. Y un creyente tampoco necesita adivinar, porque recibe revelación de Dios para conocer lo que debe saber; no debe ir más atrás o más adelante de lo que Dios le revela.

Estamos viviendo el tiempo final de la Biblia, al que se le llama: “El tiempo de los gentiles.” Jesús dijo que Jerusalén iba a ser deshabitada, que sus pobladores serían dispersados por las naciones, y que sería hollada y pisada por los gentiles, hasta que se cumpliese el tiempo de estos. En otras palabras, que estarían bajo autoridad extraña, bajo potestad de los gentiles. Tenemos que estar auscultando, escudriñando el tiempo que nos toca vivir. Algunos molestaron a Jesús y lo fastidiaron, porque precisamente no conocían las señales de los tiempos. Mateo 16:1-3 dice: Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo.Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles.Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis!”  Hay pasajes dela Biblia que son intrigantes, hay uno que dice que la palabra de Dios está atada en el cielo, y otro dice que el sol y la luna han sido puestos por señales para distinguir los tiempos.

Podemos ver como ejemplo, que los Reyes magos que fueron a adorar a Jesús, lo hicieron en el tiempo exacto, y fueron al lugar preciso, porque conocieron el tiempo de la venida de un gran Rey. Es increíble que en Jerusalén y en Belén, y en toda Judea, no hubiera gente que estuviera esperando y entendiendo que ese era el tiempo de la venida del Mesías. Y aún le preguntaron a los entendidos, dónde tenía que nacer el Mesías, y estos respondieron que tenía que nacer en  Belén de Judá; los reyes magos dijeron entonces, ya sabemos a dónde tenemos que ir, y fueron allá. Cuando llegaron, encontraron a ese niño en un pesebre; aunque la palabra pesebre suena bonito, lo encontraron en un corral, en donde dormían animales, un lugar lleno de moscas; pero al verlo conocieron quién era, fueron a adorar a un Rey, no a un niño. ¡Estaban en el lugar correcto, haciendo lo correcto, y en el tiempo exacto!

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LO QUE SALE DEL CORAZÓN CONTAMINA AL HOMBRE

INTRODUCCION

Hablamos mucho en la iglesia acerca de la necesidad de la salvación, y si bien sabemos que la palabra “Jesús” significa “salvador” y que él vino a salvarnos, no siempre está claro qué es. Muchas veces cuando le preguntamos a la gente: ¿De que te salvó Jesús?, dicen muchas cosas pero no tienen un concepto claro sobre qué es ser salvo. Este tema enla Bibliaes central, es fundamental, porque Cristo vino a salvarnos y a darnos la certeza de la salvación.

La salvación tiene que ver con la pertenencia al reino de Dios, con tener carta de ciudadanía de ese reino. Es muy importante saber si pertenecemos al reino o no porque la salvación se recibe aquí en la tierra. Jesucristo vino a predicar: “Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado”. La palabra arrepentíos no es una petición sino una orden, Dios manda a todos los hombres que se arrepientan. Dicela Bibliaque los hombres están perdidos en sus delitos y pecados y la salvación tiene que ver con la obediencia a esa orden, eso predicaba Juan el bautista y Jesús.

LA OBEDIENCIA TE INTRODUCE EN EL REINO DE DIOS

Existe un reino en los cielos, su Rey es Jesucristo, al que se le llama “Rey de Reyes y Señor de Señores”, es decir, Él es sobre todos los reyes y señores de la tierra, está por encima de todos. La salvación tiene que ver con la pertenencia al reino de los cielos y que Jesucristo sea mi Rey y mi Señor, esto significa que me haya puesto bajo la soberanía de Dios.

Hay una doctrina enla Biblia, que tiene que ver con el señorío de Jesucristo, que no está muy clara en la iglesia y en el mundo, porque para que la gente no se ponga mal no se la hemos explicado bien. A la gente le decimos que Jesús es muy bueno y misericordioso, y hasta llegan a creer que Dios no castiga. Les pregunto: Aquel padre que no disciplina a sus hijos, ¿es bueno? ¡No! ¡Habría que meterlo preso a ese padre! Los hijos deben ser disciplinados porque si no, tendremos la calle llena de drogadictos, subversivos y violentos, de jóvenes a los que sus padres no les pusieron límites y no ejercieron autoridad para que fueran contenidos. Estos chicos no aceptan leyes, órdenes, directivas, ni autoridad de ninguna clase. No hemos entendido bien el señorío de Jesucristo y hemos enseñado mal las cosas para que la gente no se ofenda. Entonces se le llama cristiano a una clase de gente que tiene cierta simpatía por el evangelio.

¿Qué significa que Jesucristo es mi Señor? Muchas personas dicen que Jesús es su Señor pero cuando los vemos actuar nos damos cuenta que no lo es, esos cristianos no están bajo la autoridad del Rey de reyes y Señor de señores y se van a ir al infierno. Tienes que asegurarte que eres un súbdito del reino de los cielos, y que Jesucristo es tu Señor. No es una cuestión sentimental, hay gente que le simpatiza el evangelio pero el trato con Jesús no tiene que ver con eso, porque si eres un simpatizante, Dios no puede exigirte nada, el día que demande algo, te ofenderás. Si Jesucristo es el Señor, Él ordena todas las cosas en tu vida, si Él no lo hace, entonces no es tu Señor.

Existe otro error, hay quienes creen que Jesús está de acuerdo con ellos y dicen: “Bueno yo pienso que…” ¡No tienes que pensar que…! ¡Tienes que saber si lo que estás pensando es lo mismo que esta pensando Cristo! Si no es así, entonces estás contra él.

Vamos a analizar varios pasajes de la Bibliaque tienen que ver con esto. Lucas 19 versículo 1 relata: Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad.Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico,procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura.Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí.Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso.Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador.Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”

Si observamos estos versículos nos daremos cuenta que Jesús dio órdenes a Zaqueo. Le dijo: bájate, apresúrate y se invitó solo… “date prisa… porque hoy es necesario que pose yo en tu casa”. ¡Zaqueo no entendía nada! Porque él no conocía a Jesús; quería conocerlo y como era bajito se subió a un árbol para poder ver quien era este Jesús. Ya en su corazón algo muy fuerte estaba ocurriendo y Jesús lo sabía, de tal manera que, cuando llegó a ese lugar, Jesucristo ya tomó el señorío sobre su vida.

Imagínate esta otra conversación: “¿Usted es un cobrador de impuestos? Sí, lo soy… Entonces usted tiene mucho dinero y es jefe, ¿verdad? Sí, yo doy órdenes.” E imagínese a Jesús preguntándose: “¿Y ahora cómo le explico que el jefe soy yo?” Le podría decir: “Mire señor Zaqueo, no se vaya a ofender, usted está interesado en conocerme, en saber quién soy… bueno, yo soy Rey de reyes y Señor de señores y también soy jefe de todos los que están debajo mío. Lo que puede hacer es comenzar a conocerme y va cambiando de a poquito… traigo un evangelio tremendo pero no le puedo enseñar en un ratito todo… ¿Qué le parece si tomamos un cafecito juntos?” Jesús mete la mano en el bolsillo y dice: “Yo traigo dinero y lo pago…” Y Zaqueo dice: “¡No, por favor! Vamos a mi casa.” A lo que Jesús responde: ¡No, por favor, vamos a molestar a su señora!” ¡No hubo lugar para una conversación de ese tipo! ¡Jesús se invitó solo a la casa de Zaqueo! ¡¡Y fue con los doce discípulos!! Así que Zaqueo apareció en su casa con Jesús y los doce discípulos, y su señora le habrá dicho: “Zaqueo, ¿qué me hiciste? ¿Por qué no me avisaste que vendrías a comer con invitados?” A lo que Zaqueo habrá respondido: ¡No los invite! ¡Se invitaron solos!

Cuando una persona entiende quién es Jesús automáticamente se pone bajo su autoridad. Estaban conversando y comiendo, y de repente Zaqueo se levanta, el jefe, y le dice a Jesucristo: “Señor”. En aquel entonces había una palabra muy específica para los que eran jefes, amos, y la palabra es “Kurios” que significa “Señor, el que manda”. No es como la que usamos actualmente para llamar a cualquier hombre. Zaqueo le dijo: “Señor, voy a devolver el dinero a todo el que le he robado, multiplicado por cuatro.” Y Jesús dijo: “Ha entrado la salvación a esta casa”. La pregunta es: ¿Cuándo entró la salvación a la casa? ¡Cuando se arrepintió! ¿No le explicó los cuatro pasos de la salvación? ¡No! ¡No hubo que explicarle nada! Ni la sangre, ni la cruz de Cristo, ni que Él era el verbo encarnado que descendió del cielo. La salvación se manifiesta automáticamente en el que decide en su corazón que Jesucristo es su Señor. Aquel que se arrepiente de vivir como lo está haciendo y decide que Jesús es el Señor, ¡ese es salvo!

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LO QUE SALE DEL CORAZÓN CONTAMINA AL HOMBRE

INTRODUCCIÓN

Hoy hablaremos acerca de las causas por las cuales no tenemos éxito en la oración; es necesario que recibamos la enseñanza de Dios acerca de este tema, para no fracasar. Los cristianos no oran porque no han encontrado en la oración una fuente de poder, no han tenido éxito en la oración, se sienten fracasados en esa área y dicen: “Yo oro pero Dios no me escucha, ¡no se acuerda de mí!” Oran, pero no con muchas expectativas, piden por tres minutos y se duermen. Puedo entenderlos porque a mi me sucedía lo mismo…quería orar y no sabia qué decir, me dormía, pero llegaba un amigo, ¡y se me iba todo el sueño! Determinados programas de televisión me despertaban pero la oración me causaba sueño.

Necesitamos que algo ocurra en nuestras vidas porque todo lo que Dios hace en la tierra lo realiza de acuerdo con sus hijos; él nos ha puesto como administradores de la creación, del reino y de su gracia. ¡Él hace todo poniéndose de acuerdo con nosotros mediante la oración! Por medio de ella entramos en comunión con él; la Bibliaafirma que Él anhela intimidad con sus hijos: “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto.” Salmos 24:12

¡DIOS QUIERE TENER COMUNIÓN ÍNTIMA CONTIGO!

¿Sabes qué es comunión íntima? Es intimidad con Dios. Cuando hablamos de ello, nos referimos a un Dios que se desnuda ante nosotros, que nos muestra su intimidad y también a gente que se desnuda delante de Él. Nunca hubo un avivamiento, sin que antes un grupo de personas se haya desnudado delante de Dios y le haya buscado con todo el corazón, jamás vino un derramamiento poderoso del Espíritu Santo sin gente que le haya dedicado un tiempo especial a la oración. El pastor Paul Yongi Cho, dice que por ser el pastor de la iglesia más grande del mundo, debe orar más que nadie. Teóricamente debería ser el pastor más ocupado que exista, pero no es así, él no ora menos de seis horas por día, y lo ha contado en varios de sus libros. Dice que es muy sencillo, se levanta, ora desde las 6 AM hasta las 8 AM y se va a trabajar; luego del almuerzo ora dos horas más y sigue trabajando y a la noche otras dos horas, y así todos los días. Es un hombre que ha conmocionado Corea; fue una nación totalmente pagana, pero desde la década del 50 hasta ahora, se ha trasformado en una potencia y hay iglesias cristianas en todos los barrios. Es el único país del mundo donde las iglesias tienen cien, doscientos, trescientos, cuatrocientos y quinientos mil miembros; en una oportunidad estuve en una iglesia que tenía doscientos ochenta mil miembros. Estamos hablando de cosas que hacen que tengamos éxito en la oración; si no tenemos éxito, no tenemos ganas de orar y buscamos en cambio, algún Pastor que nos ore.

A veces no tenemos la experiencia de orar, no comprendemos el poder que hay en la oración, y estamos esperando que alguien nos ore. Mucha gente me dice Pastor ore usted por mí que está más cerca de Dios, y me da mucha pena, porque Dios anhela tener comunión íntima con todos.

Él ha preparado las cosas de tal manera que la comunión que pueda tener con nosotros, sea mejor que la relación que podamos tener con cualquier persona, porque la Biblianos enseña que él ha derramado sobre nosotros su Santo Espíritu, y el apóstol Pablo nos enseña que su Espíritu conoce y escudriña lo profundo de Dios, de la misma manera que el espíritu del hombre conoce lo que hay en el hombre. Tú, en tu psiquis, en tu alma, puede ser que no entiendas lo que estás haciendo, o quizás estés tomando decisiones que parezcan que son buenas pero no lo son porque hay engaño en la mente y en las emociones del hombre, pero tu espíritu y tu conciencia conocen profundamente de ti. Estamos más acostumbrados a escudriñar lo que hay en la mente y en nuestras emociones, que lo que hay en nuestro espíritu. Yo no puedo tener en mí el espíritu de mi esposa, no puedo tener una comunión tan íntima con mis hermanos y mis hermanas porque no me ha sido dado por Dios, a ningún hombre le ha sido dado que su espíritu habite en otro ser humano. Pero el apóstol Pablo dice sepan lo que nos ha sido dado a nosotros, porque sí ha permitido Dios y ha querido que su espíritu esté en nuestro espíritu, de tal manera que podemos conocer las profundidades de Dios aunque no conozcamos las profundidades del hombre.

LAS COSAS QUE AMAS TE CAUTIVAN

Cantar de los Cantares capítulo 4, versículo 9 dice: Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía; has apresado mi corazón con uno de tus ojos, Con una gargantilla de tu cuello”.

Quiero hablar de la cautividad, Cristo nos compró para que seamos cautivados por él, ¡yo quiero ser cautivo de Dios! La palabra “cautivo” tiene varias acepciones; una de ellas es “llevar preso”, otra es “seducir”, en tanto que una tercera definición es “ejercer irresistible influencia en el ánimo por medio del atractivo físico o moral”. Muchas cosas nos atraen y nos cautivan, las damas tienen una forma especial de cautivar, a veces cuando se maquillan y se visten de determinada manera, se les dice: “¡Te has venido encantadora!” Se habla de encantamiento, es decir, “que cautiva”, “que produce una influencia irresistible”. Cuando estas mujeres provocan esto, los hombres quedan encantados, cautivados.

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INTRODUCCIÓN

¿Quieres un toque de Dios? ¡Es necesario que le des una oportunidad! Pero, con sólo un mensaje por semana no alcanza, para tener una vida especial cristiana hay que darle un tiempo extra a Dios; Él necesita atención exclusiva, por tanto, hay que jugarse. No en vano los grandes hombres de Dios que participaron de avivamientos tremendos tuvieron largos momentos de oración y de ayunos por la salvación de la gente y Dios les concedió esa presencia, poder y unción. Él obra en nosotros de acuerdo a nuestros deseos, más anhelas de Dios, él te lo da. Él no puede atarte ni retenerte, tiene que salir de ti. ¡Compartir un tiempo especial con Dios siempre tiene buenos resultados! Si nos esforzamos en leer la Biblia, orar e ir a la iglesia para tener más comunión con nuestro creador, Él nos dará más.

Leamos Hechos 3.1-10: 1Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. 2Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. 3Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. 4Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. 5Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. 6Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. 7Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; 8y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. 9Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios. 10Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido”.

Hoy quiero hablar acerca de un nivel de fe que debemos alcanzar, un nivel del que disfrutaron los discípulos de Jesús en la primera época de la era cristiana, una fe audaz que iba más allá de una simple oración o petición. Les estoy hablando de una fe que produce milagros no por lo que oramos sino por lo que decimos.

PEDRO Y JUAN LEVANTAN AL COJO

Si analizamos el milagro descrito en el pasaje anterior, observamos que el apóstol Pedro no tenía un nivel de fe que lo llevaba a ponerse delante de un paralítico y decir: “Oh Señor, en el nombre de Jesús, bendice a este hombre y levántalo” ¡No! Pedro no actuó de ese modo, sino que hizo la obra sin pedirle nada a Dios. Cuando Pedro y Juan iban a entrar al templo, un cojo de nacimiento les rogó que le diesen un poco de limosna. Estaba aguardando unas monedas, porque no todos los días un cojo espera que alguien lo sane. Pero Pedro no tenia dinero así que le dijo: “No tengo ni plata, ni oro mas lo que tengo te doy, levántate en el nombre de Jesús”; luego lo tomó de las manos y en el momento se levantó y se le afirmaron los pies.

Nosotros somos un poco distintos, así que decimos: “No tengo ni fe ni milagros, mas lo que tengo te doy” y metemos las manos en los bolsillos y le damos algunas monedas. ¡Somos de otro nivel! Pero ese grado de fe que disfrutaron los discípulos es el que todos estamos esperando disfrutar en este período que llamamos el tiempo de la segunda venida de Cristo, el tiempo de la lluvia tardía. El Señor prometió que enviaría la lluvia temprana y la lluvia tardía, las dos tienen que ver con la productividad de la tierra, con plantaciones y también con frutos. Dios está motivando a la generación actual y nos está incentivando a tener un deseo, no de una iglesia tradicional, formal, y linda, sino poseer un nivel de fe distinto que no hemos conocido aún. Dios está preparando un derramamiento del Espíritu Santo y nuestro corazón debe estar abierto a que sucedan esas cosas o aún mayores. La otra promesa que nos da la Biblia es: La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos…” (Hageo 2:9). ¡Esperamos ver una iglesia poderosa! ¿Has leído el libro de Hechos de los Apóstoles? En los comienzos de la iglesia sucedían cosas maravillosas; la gente se llevaba los paños de los apóstoles, los ponían sobre los enfermos y éstos sanaban. La promesa de Joel dice: Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne…” (Joel 2:28). No vamos a detenernos ni dejaremos de creer, ni de esperar, ¡subiremos a ese nivel de fe! La fe viene por el oír y el oír de la palabra de Dios. He venido a contagiarte con el Espíritu de Dios que se movía en el tiempo de Jesús. A veces es tan baja nuestra fe, de modo que nuestras oraciones son una especie de lamento que no llegan a ser peticiones. Normalmente estamos esperando que Dios haga las cosas pero sin embargo nosotros tenemos el Espíritu Santo que ha venido a morar en nuestro interior.

Quiero hablarte de lo que sucede en nuestras vidas y en nuestra conciencia; no estamos acostumbrados a discernir lo que nos dice nuestra conciencia. Muchos estudiosos de la Biblia dicen que ésta es el mismo espíritu del hombre, generalmente no oímos la voz de nuestra conciencia ni le obedecemos. Dios no nos habla a la mente sino a nuestro espíritu. Dice la Biblia: “Lámpara de Jehová es espíritu del hombre, la cual escudriña lo más profundo del corazón” (Proverbios 20:27). El espíritu del hombre sabe escuchar al espíritu de Dios, lo único que satanás no pudo contaminar con el pecado fue el Espíritu de Dios, por eso, cuando el espíritu del hombre murió por el pecado, Jesús lo hizo revivir; cuando Dios hace revivir al espíritu del hombre pone en él una semilla incorruptible, ese nuevo ser que está en nuestro interior, que ha nacido del Espíritu de Dios unido al espíritu del hombre, oye la voz del Espíritu, conoce y entiende las cosas de Dios. Satanás opera y actúa en nuestra alma, en nuestra mente, voluntad y emociones, pero Dios obra en nuestra conciencia; hasta el más malvado sabe diferenciar lo que está bien de lo que está mal, aún cuando nuestra conciencia está tapada o tiene mucha basura, y eso nos hace saber que tenemos conciencia.

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       INTRODUCCIÓN

¿Anhelas ser una persona victoriosa en todo lo que emprendas? ¿Deseas vencer todas tus batallas? Te enseñaré un secreto para lograrlo: ¡La unidad con tu hermano genera poder! Quizás pienses que es una pérdida de tiempo unirte a ese miembro de la iglesia, insignificante, que pasa desapercibido quizás hasta a los ojos del pastor, pero estás equivocado. Dios quiere enseñarte una lección importantísima. En 1° Corintios 12:12-26 dice: 12Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. 13Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. 14Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. 15Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 16Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 17Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? 18Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. 19Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? 20Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. 21Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. 22Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; 23y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. 24Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, 25para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. 26De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan”.

FUIMOS BAUTIZADOS EN UN MISMO ESPÍRITU

Dice este pasaje que a todos se nos dio a beber de un mismo espíritu, y fuimos bautizados en un mismo espíritu; podríamos hacer un paralelo con nuestro cuerpo físico: Lo importante en mi cuerpo es que la mano derecha responda a un lado de la cabeza, y que la mano izquierda responda al otro lado de la cabeza, y que todo el cuerpo responda a la misma cabeza. Del mismo modo, en la iglesia hay una unidad proclamada. A pesar de que somos muchos miembros, formamos parte de un solo cuerpo, y lo más lindo es que cada uno es una parte especial del mismo, hay coordinación de tal manera que cuando un miembro se duele, todo el cuerpo se duele junto con él. Hay poder en la unidad, ¡la unidad genera poder! En otras palabras, no hay poder en un miembro individual sino en el cuerpo, en la iglesia en su totalidad. El poder que existe en la unidad se muestra en la Biblia desde el principio hasta el final: en el Génesis era importante la unidad entre Dios y el hombre; éste fue creado y nació para vivir en comunión con su creador. Su relación con Dios generaba en él, poder, autoridad y gloria, nada podía hacer sin Dios, Jesús afirma en San Juan 15:5: “…separados de mí nada podéis hacer”. En el huerto del Edén, Dios le dijo al hombre: “…mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:17). Esa sentencia se cumplió en el hombre cuando pecó, quedando desvinculado de Dios, dejó de ser uno con Él y fue como una heladera desenchufada, que podrá ser muy linda pero no producirá el frío que se necesita porque está desconectada de la fuente de energía.

Desde el principio Dios ha establecido que hay poder en la unidad; este es un principio que se aplica tanto cuando se obra mal, como cuando se obra bien. En muchos pasajes de la Biblia se habla de la unidad, en algunos casos Dios le habla a una ciudad o a una nación como si le hablara a una persona; cuando en una ciudad o nación prevalece un determinado espíritu, esa nación o ciudad adquiere una identidad que la hace distinta a todas las demás; por lo tanto Dios puede hablar de la misericordia que está en esa ciudad, o lo necia que es… “derramadora de sangre”, ha llegado a decir Dios en alguna oportunidad (Ezequiel 22:2). ¡Cuando se produce unidad sea para el bien o para el mal, se genera un poder muy fuerte! Cuando hay unidad, los objetivos se alcanzan. Veamos lo que dice Génesis 11:6: Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer”. Este pasaje se refiere a la Torre de Babel, el cual era un emprendimiento que Dios no quería que se haga; el pueblo en desobediencia estaba edificando y habían llegado a un punto de unidad, que Dios se dio cuenta que nada les haría desistir de lo que se habían propuesto. Dios determina pues, el remedio para ese problema: ¡La división! Y dijo: “7Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. 8Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad” (Génesis 11:7-8). De pronto comenzaron a hablar y no se entendían, surgió la confusión; cuando esto pasa, no hay unidad sino división. Cuando en un matrimonio comienza la discusión, cuando la esposa dice que no entiende a su esposo, que se lo ha dicho de mil maneras, se desarma la unidad. ¡Dios abomina la división!

Hay un misterio en la unidad y Dios quiere dividir las fuerzas del mal, porque ellas vienen a deshacer la iglesia, el matrimonio, una empresa, una organización o un país. Hay un misterio que les quiero compartir: Las palabras adquieren el significado que nosotros les queremos dar, a veces tienen un significado etimológico, pero su verdadero significado depende del espíritu con que las hablamos o interpretamos.

Después de cien años de laicidad en Uruguay, un diputado propuso hacer un manual para definir bien el término; también recuerdo que hace algunos años atrás, un Intendente permitió el nudismo en las playas de su departamento, y se le preguntó: “¿Qué hacemos con el artículo del Código Penal que habla acerca del atentado violento al pudor?” Y contestó que no estaba bien definido lo que era el pudor. ¡Yo creía que la familia estaba definida, pero resulta que también se la está re definiendo! Se están cuestionando los valores y re definiendo todas las cosas; hasta ahora creíamos que la democracia era el gobierno del pueblo, por el pueblo, y para el pueblo, así nos lo enseñaron. Pero estuve leyendo acerca de los mártires de Chicago, que tenían un concepto de la democracia que venía de la Revolución Francesa: Se los consideraba anárquicos, ellos decían que por eso mismo se los condenada;  “Porque defendemos la libertad, la fraternidad, y la igualdad es que nos están condenando”. Estudiando acerca del tema, comienzo a descubrir que hay gente que ve a la democracia no como el gobierno del pueblo, por el pueblo, y para el pueblo, sino como un sistema de gobierno que divide al pueblo en partidos, para que discutan hasta cansarse, matarse, agotarse, y dividirse; para esta gente, la democracia era la mejor manera de destruir la unidad que tenían los gobiernos a través del rey. Era más fácil llegar a la anarquía, para debilitar; éstas son personas que desde el año 1700 piensan en instaurar un gobierno mundial.

Cristo también habla de la unidad de la iglesia; los miembros formamos parte los unos de los otros y podemos vivir armoniosamente porque hemos sido bautizados todos en un mismo espíritu, por tanto, todos podemos hablar lo mismo y estar de acuerdo. Estar de acuerdo no significa ser iguales, como por ejemplo, en el cuerpo, todos los miembros son distintos y cumplen distintas funciones pero no obstante, todos colaboran para el bien del cuerpo. ¡En el cuerpo humano hay una unidad maravillosa!

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INTRODUCCIÓN

¿Tienes algún sueño escondido que nadie conoce? Yo nunca quise ser pastor y me ha sucedido lo mismo que seguramente les pasa a algunos de ustedes; tuve opresiones para ofrendar y diezmar, semejantes a las que algunos de ustedes tienen. A veces no me concentraba en lo que Dios me quería decir, sino que escuchaba a los predicadores y pensaba: “¡Yo predicaría mejor que él…!” Y elaboraba un mensaje paralelo; aunque no quería ser pastor, porque tenía una mala imagen de la figura pastoral, lo veía como una persona miserable, que Dios había puesto para que las personas lo embromen, muy distinto a lo que algunos piensan, que los pastores están para embromar a la gente. ¿Qué es esto de creer que uno puede confeccionar un mejor mensaje que el del predicador? ¡Entraña poseer el sueño escondido de ser un pastor! Yo no me había dado cuenta, pero mi actitud denotaba que en mi interior, Dios había puesto su sueño: Ser un pastor.

Quizás tienes un sueño, que crees imposible de realizar, porque no te crees capaz, o consideras que no eres la persona indicada para llevarlo a cabo, pero Dios lo ha puesto allí, y si lo ha plantado en ti, también ha planificado darte las fuerzas para hacerlo realidad.

LA BARRERA DEL TEMOR

Llegó un día que había crecido espiritualmente y era un líder incipiente; recuerdo una oportunidad que habían organizado una campaña y el que era mi pastor en ese entonces, eligió a cuatro o seis líderes para predicar un día cada uno. ¡Y yo estaba entre esos seis! Había una lucha en mi interior por sacar “el oficio de predicador” que tenía y tocar a la gente con la palabra de Dios, pero al mismo tiempo, no quería que a los otros predicadores les vaya tan bien como a mí. Ese el tipo de pensamientos que uno no le cuenta a nadie; escuchaba a los predicadores y pensaba dentro de mí: “¡Yo lo haría mejor!” Y cuando llegó el día que me tocó predicar, oré y ayuné toda la semana… le pedí a Dios que cayera fuego del cielo y se levantaran los muertos.

Cuando el Pastor Roberto Passo me decía que sería un pastor, pensaba que estaba loco. No obstante, era diácono de la iglesia y cuando en una oportunidad él se fue de viaje, dejó previsto que yo predicara el sermón del domingo. Me aparecieron repentinamente los síntomas del temor: cosquillas en el estómago, taquicardias, náuseas, etc. Había en mí un sueño escondido y comencé a luchar con mis temores. El problema más serio que tenía era pararme frente a una multitud; me daba vergüenza, tartamudeaba y me quedaba cortado; al ver que la gente me miraba con atención, más cortado me quedaba, así que para poder concretar mis sueños ¡tuve que enfrentar mis temores! Y cuando hablo de nuestros sueños me refiero a los planes de Dios sobre nuestras vidas, porque no es concebible sueños engendrados por nosotros, si es que nos llamamos cristianos o hijos de Dios. Un hijo de Dios puede tener un sueño propio, que no sea de Dios pero en ese caso, es necesario elegir bien y desechar lo que no pertenece a Dios. El Señor te ayudará con tus sueños, pero, si le pertenecen a Él. Si no tienes sus planes en tu corazón, pídele que abra tu mente, como un día abrió la mía y me hizo entender que su propósito para mi vida era ser un pastor. Hoy reconozco que ese sueño de predicar era de Dios, estaba en mi corazón y Él quería que saliera a luz.

Más de una vez les conté que la primera vez que prediqué estuve toda la semana estudiando lo que iba a decir; leí, oré, estudié, escribí, me hice un ayuda memoria y prediqué muchas veces el mensaje en el fondo de mi casa… le hablaba a un árbol, repetía de memoria lo que iba a decir. En mi casa era un campeón pero cuando subí al púlpito me quedé petrificado. Miré la Biblia, luego la gente y se me secó la lengua… ¡estaba tieso! El púlpito era de madera y muy grande y me veía chiquito detrás de él… comenzaron a temblar mis rodillas, aparecieron todos los síntomas del temor, y dije: “¡Dios mío! ¡Tengo que comenzar! Así que empecé y dije todo lo que tenía anotado en el papelito y cuando terminé, miré el reloj, ¡y había hablado sólo diez minutos! Salí de allí y sentencié: “¡Señor, está confirmado que nunca seré pastor! ¡Haré cualquier cosa que me pidas menos predicar! Te amo, estoy dispuesto a entregarme y a dar todas mis fuerzas pero no me pidas que predique, mira el papelón que hice esta noche”. Es necesario que recuerdes, que tus temores se levantan contra tus sueños, vas a tener que tratar con ellos y enfrentarlos. ¡Tendrás que atravesar la pared llamada temor! ¡Los grandes hombres de Dios a la hora de enfrentar los sueños de Dios también tuvieron miedo!

Presta atención a la siguiente narración: “Todavía temblando, recogió su maleta, le dio las espaldas a Familiar y se encaminó al cartel. Y aún cuando su temor iba en aumento, Ordinario cerró los ojos y dio un gran paso hacia delante, justo a través de la invisible Muralla del Temor. Y aquí hizo un sorprendente descubrimiento. Al otro lado de ese solo paso, el mismo que Ordinario pensaba que no podía dar, encontró que había atravesado su Zona de Comodidad[1]”. ¿Te has encontrado haciendo exactamente lo que temías hacer? Siempre habrá un momento en que haremos aquello que no queremos. Es necesario que sepas, que siempre que quieras realizar tus sueños, tendrás que atravesar esa muralla que te atormenta. ¡Un sueño es un gran emprendimiento! Es algo que está más allá de nuestras posibilidades, de nuestras habilidades, nunca tiene que ver con lo que sabemos o con lo que ya comprendemos cómo hacerlo, sino que es algo que Dios te da para desafiarte. Un sueño es algo que jamás podrás hacer si Él no está contigo, es un desafío en el que Dios quiere caminar junto a ti. Y a través de él enseñarte y mostrarte que eres más de lo que piensas, crees o imaginas. Has sido creado a imagen y semejanza del Dios Altísimo y por tanto, puedes operar en su poder y hacer las obras que Él hace. Pero mis temores, me llevaban a preguntarme ¿es realmente la voluntad de Dios que emprenda ésto? El miedo nos hace preguntas, generalmente pensamos que si determinada cosa proviene de Dios, no debemos tener miedo, pero si es de Dios, el diablo querrá detenerte. ¡El infierno no quiere que tú obedezcas a Dios! ¡Quiere que obedezcas a tus temores! La presencia del temor revela que estás enfrentando un sueño de Dios. Él nos ha creado con un potencial al que no le ha puesto límites, las palabras de Jesús siguen siendo desafiantes y vuelven una y otra vez a este lugar para penetrar en el corazón de los que se llaman hijos de Dios, para decirles: ¡Al que cree todas las cosas le son posibles! Dios te sube a su nivel y te dice: ¡Nada hay imposible si puedes creer!

Mis aprensiones me llevaron a decir entonces: ¿Es realmente la voluntad de Dios que yo predique? Mis temores se estaban levantando en contra de mis sueños y tuve que luchar porque había alguien que quería desafiarme con un gran sueño y ese era Dios, pero también había alguien que quería detenerme y ese era satanás y el poder de las tinieblas. Hay algo que batalla contra nuestros sueños y es el hecho que nos gusta vivir en un área familiar, nos place movernos en un área de comodidad, en un territorio donde conocemos todos los elementos y por tanto, donde nos manejamos con facilidad. El temor a lo desconocido genera en nosotros tremendas frustraciones porque nuestros sueños siempre están más allá de lo familiar, y más allá de ese territorio que dominamos. Salir de ese territorio nos causa temor, por lo tanto un creyente es una persona que no siempre no va estar exenta de experimentar temores, ¡todo lo contrario! Un creyente es alguien que experimenta temores pero se acostumbra a manejarlos y a enfrentarlos para descubrir, una vez que cruzó esa muralla invisible llamada temor, que salió de ese territorio familiar y que no fue tan difícil. ¡Vencer los temores no es difícil!

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INTRODUCCIÓN

¡Nada es poco en las manos de Dios! ¿Te crees “algo” o “alguien” en sus manos? Muchos sostienen que no son nada pero hoy es necesario que creas, que eres un gran proyecto de Dios y que tienes que llevarlo a cabo. Yo personalmente, creo que soy un gran proyecto de Dios, pero no siempre me vi así.

Cuán frágilmente venimos a la vida… los seres humanos necesitamos de cuidados cuando nacemos, requerimos de los brazos de nuestros padres hasta el año y medio, precisamos de sus atenciones, porque somos muy débiles. ¡Pero Dios nos ha concebido para grandes proyectos eternos! Antes que yo existiera, Dios ya había planeado todo: Quién se iba a casar con mi mamá… cuál sería el día de mi nacimiento, todos los detalles de mi vida. A pesar de todos los planes humanos, ¡yo tenía que nacer! Cuentan que mi mamá no se quería casar con mi padre, pero al final lo hicieron, y yo soy el primero de cinco hermanos varones. Tampoco mis padres anhelaban un varón sino que querían una nena, ¡pero vine yo! El parto se complicó, no obstante, yo estaba en los planes de Dios. Es una emoción contarles que vengo de un abuelo que casi lo entierran vivo en la primera guerra mundial, que una bomba por poco mató a un pelotón pero el quedó malherido, de modo que hicieron una fosa para los muertos y en el momento que estaban tirando a mi abuelo, él se quejó y dijeron: “¡Aquí hay uno vivo!” Y lo pusieron aparte… ¡Mi abuelo se salvó porque yo tenía que nacer! Cuando mi abuelo regresó de la guerra, mi abuela que había estado comprometida con él, cansada de esperarlo, se casó con el hermano mayor de mi abuelo. Pero pasado el tiempo, mi tío abuelo falleció y mi abuelo finalmente se pudo casar con la viuda del hermano. Casi no se casa mi abuelo con mi abuela, casi lo entierran vivo, casi después de cinco años yo no nazco, casi hubiera sido una mujer… pero así son los planes de Dios. La Biblia afirma: “Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre, mas el consejo de Jehová permanecerá” (Proverbios 19:21).

DIOS TIENE PLANES ETERNOS CON NOSOTROS

¡Dios tiene planes maravillosos! Escogió a un caldeo errante y le dijo: “Haré de ti una nación grande”, ese fue Abraham. Él tenía una esposa estéril pero le creyó a Dios y por cuanto creyó, Dios pudo realizar los planes que tenía con él. Dios ejecuta proyectos en sociedad con el hombre, Él ha hecho al hombre a su imagen y semejanza, esto significa que somos y operamos como él. Hemos reducido la medida de la imagen de Dios, pero Él quiere agrandarla, levantarla y anhela que seamos como Él, que regresemos a los planes que tenía cuando hizo a Adán y a Eva. La Biblia afirma que Dios llama a las cosas que no son, como si fuesen, ¡y nosotros también operamos del mismo modo! Todas las cosas fueron creadas por la fe, por la palabra de Dios, Él opera por la fe y nos ha dado operar en esa misma dimensión, por medio de la fe, para que sus obras también sean hechas por nosotros. Jesús enseñó que al que cree todas las cosas le son posibles y asimismo el apóstol Pablo afirmó: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). Esta palabra es para aquellos que dicen: “No puedo, no tengo, me supera, no llego…” ¡Dios te ha creado a su imagen y semejanza! De la nada, Dios ha creado todo, ¡lo poco es mucho en sus manos!

En Adán y Eva estaban reflejadas todas las personas que habitarían la tierra; lo que se ve de ti es temporal pero los proyectos de Dios contigo son eternos. Cuando Dios le dijo a Abraham “bendeciré en ti todas las familias de la tierra”, no estaba mirando los cien o doscientos años que podía vivir un hombre sobre la faz de la tierra, sino que estaba vislumbrando el proyecto eterno que tenía con ese hombre. Abraham no pudo ver la bendición que habría sobre mi cabeza, pero la bendición que yo tengo me viene de él, que fue llamado “el padre de la fe”. ¡La realidad no es lo que se ve! ¿Qué ves tú? ¿Una semilla o un bosque? Si ves una semilla, eres corto de vista y tienes muy poca fe y esperanza. ¡En una semilla está el potencial de todo un bosque! Dice la Biblia en Eclesiastés 3:11: Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos,…” Dios ha puesto eternidad en las cosas que ha creado, nada de lo que se ve es un lapso de tiempo sino que todo lo que se ve pertenece a la eternidad. Este pensamiento encierra un misterio: Los seres humanos fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, tenemos por tanto, su sustancia. Un pez está hecho con la sustancia del agua; Dios ordenó a las aguas produzcan peces y seres vivientes y fue así, los peces pues, están formados por la misma sustancia de la fuente de donde fueron creados, es decir, del agua, no hay nada en un pez que no provenga de su fuente, por eso cuando muere, termina siendo agua, lo que era al comienzo. Lo mismo sucede con los animales y con la tierra; Dios le dijo a la tierra que produzca animales y ella creó animales y plantas según su especie; cada animal pues, está formado con la sustancia de la tierra, pero  cuando creó al hombre, se habló a sí mismo y dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Génesis 1:26) No le habló a la tierra, ni al mar ni a nadie, sino que se habló a sí mismo.

No sé como Dios hace las cosas que son, de lo que no es. El opera en fe y cuando operamos con certeza, lo hacemos en su poder y dentro de sus planes, porque todo lo que proviene de la fe, está dentro del plan de Dios. La ilusión está fuera, pero la fe no, porque la Biblia afirma: “…todo lo que no proviene de fe, es pecado” (Romanos 14:23). ¡Todo lo que proviene de fe es de Dios! Pero lo que no procede de la fe, se origina en el hombre y es ilusión. No creas que sorprenderás a Dios con una gran idea porque Él ya conoce todos los pensamientos y las ideas grandes son de Él. ¡A Él le interesan únicamente sus planes! Antes que tú nacieras, Dios ya tenía un gran plan contigo; Él tiene un propósito con tu existencia, no está experimentando contigo, no está pensando qué hacer contigo sino que ya tiene un plan predeterminado.

La esposa de Abraham era estéril, y no solo eso sino que Dios permitió que pasen 50 años en la vida de Abraham sin darle el hijo prometido. Todos los inicios son pequeños… Dios le había prometido que tendría un hijo y Abraham se podía morir tranquilo de que sucedería lo que Dios le había prometido, que sería una gran nación. ¡Tú eres más de lo que se ve a simple vista!

Lo que se ve es circunstancial y temporal pero Dios ha puesto eternidad en nosotros.

Finalmente, se cumplió la promesa y Sara, a los 90 años, dio a luz a Isaac, que significa “risa” porque dijo: “Dios me ha hecho reír y los que se enteren se van a reír conmigo”. Cuando Sara murió, Abraham mandó buscar una esposa para Isaac quien ya tenía cuarenta años; Eliezer su siervo fue el elegido para tan importante tarea, y le encomendó buscar una mujer de su parentela porque no quería que su hijo se case con una mujer cananea. Rebeca fue la mujer escogida por Dios para que fuese esposa de Isaac; pero ella también era estéril. ¡Dios estaba haciendo depender de Él la bendición de una nación! Porque de la descendencia de Abraham nacería el rey David y  Jesucristo el Mesías. Dios le dijo al apóstol Pablo: “…mi poder se perfecciona en la debilidad” (2ª Corintios 12:9). No se crean los más jóvenes que pueden hacer más cosas porque son jóvenes; Dios no cuenta con nuestra fuerza, no opera a través de ella ni a través de nuestras habilidades, inteligencia o sabiduría. ¡Dios opera en el poder del Espíritu Santo! ¡Hay hombres de Dios que antes de morir hicieron las obras más grandes de toda su vida! Jacob oró sobre sus nietos Efraín y Manases antes de morir; Noé maldijo a Cam y bendijo a Sem y a Jafet; hace miles de años que murió Noé pero hasta el día de hoy estamos viviendo las consecuencias de sus profecías. Lo que tú vives tiene trascendencia para toda la vida, para bien o para mal. Si entras en la visión de Dios serás una sorpresa para el mundo y serás una bendición como Abraham.

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INTRODUCCIÓN

Dios ha previsto una vida cien por ciento victoriosa para el cristiano, en todas las cosas que emprenda. No obstante, satanás y el reino de las tinieblas han traído cosas contra nosotros para que no se manifieste esa victoria. Hay cosas que nos hacen avanzar en tanto que otras nos hacen retroceder, pero Dios ha provisto un equipamiento para que el cristiano sea victorioso en todas las cosas que enfrente.

Satanás quiere frenarnos, él no está interesado en que avancemos, que tengamos fe y esperanza, no quiere que seamos personas de éxito, no quiere que brillemos, que nos vaya bien, así que todos sus misiles y sus dardos atacan a todos aquellos que anhelan ser fieles a Dios, a quienes quieren crecer y llevar frutos y así extender el reino de los cielos. Los más peligrosos, para satanás, son los más consagrados, por lo tanto, algunos, para no tener tantos problemas con él, tratan de no ser tan consagrados, tratan de demostrar que son buenas personas pero no ganan almas para Cristo. Hoy quiero hablarte de dos cosas: De la fe y del temor; son dos cosas tan parecidas pero tan opuestas; la fe es creer que algo que no se ve, sucederá y el temor es creer que algo que no se ve, sucederá. ¿Cuál es la diferencia entre ambos conceptos?

 

NUESTROS TEMORES NOS LIMITAN 

La fe es un potencial poderoso que rinde frutos para el reino de los cielos, y el temor es un poder negativo que rinde frutos para el reino de las tinieblas; la fe es el arma para el creyente en tanto que el temor es el arma de satanás contra  el cristiano.

Nuestros temores provocan que no tengamos una vida de fe y asimismo la limitan, pero nuestra fe libera nuestro potencial. Éste es ilimitado, no hay nada imposible para el que cree, así lo afirma la Biblia, pero el temor bloquea el potencial que tenemos, nos limita, nos paraliza, es una fe negativa. La fe te ayuda a avanzar pero no ocurre lo mismo con el temor, por tanto, si quieres ir hacia adelante súbete en el tren de la fe y si quieres ir hacia atrás súbete en el tren del temor. A veces no entendemos o no discernimos que estamos operando en base a temores, estamos equivocados y confundidos porque nuestros temores nos confunden y nos limitan, ¡pero hoy es necesario que crezcamos en la fe! Hoy les traigo palabra de Dios, la Biblia dice: Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” Galatas 10:17

El temor genera cobardes, ¡pero la fe forja valientes! Cuando te liberes de todos tus temores, la fe de Dios será liberada a través de tu vida, cuando lo hagas estarás en condiciones de aplicar esta fe y nada te será imposible. Todo eso tiene que ver con el espíritu que se mueve en tu mente; hay espíritus negativos y espíritu positivo, es uno solo el positivo, no existen varios, ese es el Espíritu Santo poderoso de Dios. El día que seas libre de tus temores “andarás como sobre ruedas”, el camino te será aceitado porque tus temores te frenan, te debilitan, te convierten en cobarde; los cobardes no tienen fuerzas para hacer cosas; el cobarde es una persona que no actúa, no toma decisiones pero sabe que tiene que pasar algo, le pide a Dios que ocurra algo pero él no hace nada…. a los diez años le pregunta a Dios por qué no hizo nada y Dios le dice: “¿Por qué no hiciste nada tú?” El hombre cobarde espera que Dios haga las cosas en tanto que el hombre de fe sabe lo que tiene que hacer y lo hace. ¡La fe es activa! El apóstol Pablo decía: Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras… La fe sin obras es muerta”.

La palabra “cobardía” proviene del griego y significa “temor” o “miedo”; también significa “vergüenza, timidez” y “huir”. El que tiene miedo huye; asimismo, la timidez y la vergüenza son dos aspectos del temor. Cuando una persona dice: “Yo no me animo a hacerlo” o “tengo vergüenza”, en realidad lo que tiene es miedo de hacerlo. Nuestros temores y nuestras vergüenzas a veces avergüenzan a Dios. Jesús dijo: “…el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles. ¡Tus vergüenzas y tus timideces avergüenzan a Dios! Es bueno para un padre o una madre que su hijo sea una persona bien, que todos lo admiren en la escuela o en la universidad como un buen estudiante. Del mismo modo, a Dios le gusta decir de sus hijos: “Este es mi hijo en quien tengo complacencia. Predica el evangelio y no se avergüenza”. A Jesús lo escupieron, derramó su sangre en la cruz del calvario por nosotros y no le importó, se burlaron de él y siguió adelante. ¡Dios, líbranos de nuestras vergüenzas, de nuestros temores! El ser cobarde no es un defecto, ¡es un pecado! La cobardía te manda al infierno, el lago de fuego y azufre está esperando a los cobardes. Si tú no predicas el evangelio a toda criatura y te avergüenzas de hacerlo, eres un cobarde. La cobardía no sólo se manifiesta en predicar el evangelio, sino también en los estudios, en el trabajo, en las tareas que tenemos que hacer a diario. Muchas veces, tenemos que tomar decisiones y estamos orando para que Dios las tome.

Esta semana he estado hablando con personas que están sufriendo y padeciendo violencia familiar a diario y lo que me tiene asombrado es que no son capaces de enfrentar el problema y con su actitud están destruyendo a sus propios hijos; no solamente hablo de mujeres no creyentes sino también de mujeres cristianas que están manteniendo una situación conflictiva que no les hace bien ni a ellas ni a sus hijos. Enseñamos que la mujer debe estar sujeta a su marido pero no a un demonio. ¡Hay muchos cristianos que viven sujetos a demonios! Recuerdo una oportunidad en que una mujer le pidió consejo a mi señora porque vivía con sus padres que practicaban brujería, tenían imágenes, por lo que la chica vivía en una tremenda opresión. Mi esposa le preguntó cuantos años tenía y asimismo si podía sustentar sola un alquiler; ella le dijo que tenía 28 años de edad y que sí estaba en condiciones de afrontar el gasto de una casa. De modo que el consejo que le dio mi esposa fue, que se alquile un apartamento y viva tranquila pues no estaba obligada a vivir con sus padres. Ella le había predicado a sus padres pero éstos no querían saber nada con el evangelio, así que el consejo fue que se fuera de la casa. Pero recientemente regresó y habló conmigo: Me contó nuevamente la misma historia, todo lo que estaba sufriendo, y cuando le di el mismo consejo que mi esposa, me contestó: “Pastor, ese consejo me lo dio su señora hace dos años atrás…” “Y qué estás haciendo aquí”, le repliqué. “Es que a mí me da miedo dejar a mi mamá”. Le contesté: “¿Para qué te voy a dar un consejo si no obedeces? ¿Eres capaz de irte de la casa de tus padres?” Y me dijo: “La verdad que no, ¡tengo miedo!” Esta chica se quedó atada a sus temores y demás está decirles que no tomó una decisión.

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INTRODUCCIÓN

¿Consideras que eres importante? Hoy Dios nos enseñará lo trascendentes que somos. El no está buscando personas especialmente inteligentes sino personas sencillas y con un corazón dispuesto. En otras palabras, tú que no eres importante, en cualquier momento puedes llegar a serlo, tu que no fuiste bienvenido al mundo cuando llegaste, que ni tu esposo, ni tus hijos ni el mundo te valoran, hoy te digo que aún en este día Dios puede mudar tu corazón y transformarte en una persona importante para Dios y para el reino de los cielos.

 

DIOS BUSCA VASIJAS PARA LLENAR

Cada uno de nosotros somos como vasijas, lo importante no es el recipiente sino lo que hay dentro de él. Pero lo que hay dentro no podría estar si no hay una vasija disponible, ¡de modo que también es importante el recipiente!

Estuve analizando la vida de tres hombres que Dios usó: Saúl, Moisés y Gedeón. Fueron personas dispuestas  a ser emprendedores aunque estaban habituados a la clase de vida que tenían. Por ejemplo, Moisés pasó cuarenta años en el desierto pastoreando ovejas: ¿cuál era su trabajo? ¡Traer y llevar ovejas todos los días! Debe ser muy aburrido hacer ese trabajo –pacer ovejas- durante cuarenta años en el desierto… ese hombre no tenía expectativas, no tenía visión ni nada nuevo para hacer. La vida de algunas personas es tan aburrida… ¡cuídate que la tuya no lo sea! Si tu vida es aburrida, hoy te digo que Dios tiene planes trascendentes contigo y está esperando que le des la oportunidad de llenar tu vasija. ¡Él nos ha creado con un propósito realmente trascendente!

También estuve viendo la vida de Gedeón; él era una persona temerosa, desconfiada e incrédula, ¡pero tuvo un encuentro con Dios! Su vida fue trasformada y cambiada. Y el otro personaje que estuve estudiando es Saúl. El era un “don nadie”, pero Dios lo tenía escogido para ser rey de Israel. Del mismo modo, ¡Dios quiere hacer cosas importantes contigo!

En 1ª Samuel capítulo 9 la Biblia relata de una persona, Cis, que tenía un hijo llamado Saúl. Cis no era una persona importante, pero sí era una persona valerosa. Dice la Biblia que a Cis se le perdieron unas burras, no sabemos cuántas, parece que no eran muchas; no era una familia pudiente, como por ejemplo Abraham que tenía miles de cabezas de ganado. De modo que Cis llama a uno de sus criados y le dice: “Prepárate y sal a buscar las burras”. Salió pues Saúl a buscar a las dos o tres burras… una tarea totalmente rutinaria: Es muy habitual en el campo que se pierdan los animales. Saúl salió un día con un tema de rutina y buscaron un día, dos, tres y cuatro días y las burras no aparecían. Se les terminó el pan y todo lo que tenían para comer y pensaron en regresar, pues, habrá pensado Saúl: “Ya a mi padre no le importan las burras sino que debe estar preocupado por mí”. El criado le propone consultar al vidente de Dios, el que nunca fallaba. “¿Qué le llevaremos al profeta?” pregunta Saúl, porque siempre que alguien iba a consultar a un siervo de Dios, llevaba una ofrenda. …¡Sólo tenían unas monedas! Mientras tanto, Dios había hablado un día antes con Samuel el profeta diciéndole: “Mañana a esta hora enviaré un hombre el que tienes que ungir para que sea rey sobre Israel”. ¡Saúl pasó de ser un “busca burras” a ser el ungido de Jehová! Dios no necesita hombres muy preparados, sino personas de corazones sencillos y dispuestos para llenar con su presencia. Lo que ocurre, es que los corazones dispuestos generalmente están en las personas sencillas y sin mucha letra, pues los preparados están muy ocupados. ¡Dios necesita personas dispuestas! El puede tocar aún al drogadicto que no sabe qué hacer con su vida y lo unge, lo bendice y lo levanta como un siervo suyo.

En la mente de Saúl no había otra cosa que encontrar las burras; asimismo, en mi mente no estaba el plan de ser pastor y quizás en tu mente estás leyendo este mensaje por casualidad, o tenías pocas ganas de leerlo o te sentías mal. Tú no te das cuenta de la guerra espiritual que se levanta para que no recibas la palabra de Dios, ¡pero la estás recibiendo! ¡En la mente de Saúl había dos burras pero en la mente de Dios había un plan totalmente diferente! Dios había preparado a Samuel para que cuando Saúl llegara, supiera que ese era el hombre del cual le había hablado. Llega Saúl y se encuentra con un hombre a quien le pregunta: “Disculpe, ¿dónde se encuentra el profeta Samuel?” Y recibe la respuesta: “Yo soy el vidente; sube delante de mí…” Saúl está buscando burras y se encuentra con un vidente que le dice: “Ven a comer conmigo”. Había un festejo, un sacrificio organizado en la cuidad; treinta hombres iban a comer, era una comida especial. El animal que se presentaba en sacrificio era carne buena, era un animal escogido. Participar de un festejo semejante era un honor y Saúl no entendía qué hacía allí porque en ese lugar los hombres que estaban, eran de ese pueblo y menos entiende Saúl cuando Samuel lo pone a la cabecera de la mesa. Saúl piensa: “Yo sólo andaba buscando las burras…!” y escucha a Samuel que le dice al cocinero: “Ese trozo que te di para que lo pusieras aparte, tráelo ahora” y se la dan a Saúl. ¡Dios tiene planes que tú no conoces! Él quiere que estés dispuesto a entregarle tu corazón para y poner en ti el plan que tiene preparado para ti.

¡Dios está buscando hombres sencillos! Lo importante no es la vasija sino lo que ella tiene dentro, la unción del Espíritu Santo. Lo importante no es que confíes en ti sino que tu confianza sea absoluta en Dios, que te propongas hacer lo que Dios quiere que hagas y que puedas creer que Dios puede hacer algo importante contigo. ¡Dios desafía gente de ese tipo! Así que si hoy estás buscando burras, ¡hoy Dios puede hacer algo grande contigo! Saúl decía: “Yo soy de tribu de Benjamín y mi papá es Cis y yo ando buscando unas burras y Saúl le dice que no se haga problema que ya se han encontrado las burras. A veces en tu mente estás buscando burras pero en la mente de Dios está el que te encuentres con el vidente. Dios está buscando obreros, porque la mies es mucha y los obreros son pocos, gente para mandar a las cárceles, a los hospitales, Él está necesitando evangelistas, apóstoles, maestros, pastores y cada uno de ellos están ahora leyendo este mensaje. Han comenzado la lectura quizás por un dolor de cabeza, pero Dios tiene otra idea mucho más importante que la que tú tienes pensada para ti mismo. El pasaje bíblico que estamos analizando, cuenta que el vidente le dice al criado que se adelante, y entonces tomó una redoma de aceite derramándola sobre la cabeza de Saúl. Lo besó y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel?… Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo”. (1ª Samuel 10:1-7)

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