Leemos en el Salmo 119:142: “Tu justicia es justicia eterna, Y tu ley la verdad”; y el versículo 89 del mismo capítulo afirma: “Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos”.
Quiero hacer una reflexión que pretende explicar por qué los hombres somos tan cambiantes, por qué somos tan anímicos o psíquicos; precisamente, fuimos creados por Dios a su imagen y semejanza, y cuando pecamos, la imagen de Dios fue desdibujada de nosotros, quedamos destituidos de la gloria de Dios y por lo tanto quedamos destituidos de la luz que nos permite conocer la verdad.
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