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BIENAVENTURADOS LOS QUE CREYERON

INTRODUCCIÓN

Dios ha intervenido en la historia del hombre de muchas maneras; por ejemplo, le dio descendencia a su amigo Abraham por medio de su esposa estéril. ¡Dios ha efectuado intervenciones importantísimas en la historia de la humanidad! Podría contarles de muchas obras, como por ejemplo, salvar la descendencia de Abraham, de Isaac y de Jacob enviando a José a Egipto, o cuando libró al pueblo de Israel del ejército del faraón, abriendo el mar Rojo. Pero la intervención más grande, más fuerte y más importante de Dios en el planeta tierra fue haber enviado a su hijo Jesucristo, el Mesías, a morir en la cruz del calvario, para salvar la humanidad de su pecado.

Antes de Cristo, la situación del hombre era irreversible, en el sentido de que no había forma de liberar del pecado a las personas, o mejor dicho, no se había hecho manifiesto el plan de Dios para la salvación de la humanidad. Todos los que vivieron antes de Cristo fueron perdonados y salvados por la fe que tuvieron, sin haber conocido a Jesús, sino que creyeron en las promesas que Dios les había dado. Por eso Jesús le dijo a Tomás (el que no había creído): “Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron” (Juan 20:29).

A través de toda la historia de la humanidad, las intervenciones de Dios fueron hechas posibles, porque hubieron hombres y mujeres que creyeron a la palabra de Dios, y actuaron conforme a lo que Dios dijo. Hubo un Abraham que creyó en Dios, y fue su amigo. Dice la Biblia que creyó Abraham y le fue contado por justicia. Fue posible la liberación del pueblo de Israel, un plan que estaba en el corazón de Dios, porque hubo un Moisés que estuvo dispuesto a creer y a obedecer la palabra de Dios.

DIOS REALIZA SU OBRA A TRAVÉS DE QUIENES LE CREEN

Y todo lo que Dios hace, lo realiza en virtud de la fe de los que le creen y le aman. Dios está haciendo cosas importantes en el mundo y usa hombres que le creen, le aman y actúan en consecuencia. ¡Dios está haciendo cosas grandes en Uruguay y hará cosas aún mayores, pero solamente en virtud de mujeres y hombres que creen en su palabra! Dios pone por obra sus planes eternos y hace su labor en el planeta tierra con aquellos que creen y hacen Su voluntad. ¡Esos son los que le sirven! Abraham le creyó y sirvió a Dios. En la misma generación de Abraham hubieron hombres que no creyeron a Dios y no actuaron en consecuencia; esos hombres no le sirvieron a Dios. Dice la Biblia: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). ¡Tú tienes que decidir si vas a hacer la voluntad de Dios o no! ¡Debes decidir si eres de Dios o no! Quien es de Dios hace Su voluntad; quien es de Dios cree en El, cree en su palabra, y cree que El hará las cosas que quiere con él o ella. Cuando la virgen María fue visitada por el ángel, le dijo: “¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres” (Lucas 1:28)

Dice también la Biblia que su parienta Elizabeth estaba embarazada de Juan el bautista y María fue desde su ciudad a la ciudad de su parienta a visitarla. Cuando llegó a la casa de Elizabeth y saludó, el niño que estaba en el vientre de Elizabeth, saltó de alegría al oír el saludo. Esta mujer quedó conmovida, porque cuando María vino a su casa, ella fue llena del Espíritu Santo. ¡¡Y se regocijó!! Y Elizabeth, una mujer que nunca había profetizado, comenzó a profetizar, diciéndole: “Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. 43¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? 44Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. 45Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor” (Lucas 1:42-45). ¡Bienaventurados son los que oyen la palabra de Dios y la creen, porque eso sucederá en sus vidas! Dios tiene planes para intervenir en el planeta y se está proveyendo de hombres y mujeres que le sirven, para así, hacer aquello que está en su corazón.

Dios hoy nos dice lo mismo que Elizabeth le dijo a María por medio del Espíritu Santo: “Bienaventurada la que creyó lo que el Señor le dijo, porque se cumplirá lo que El le dijo y lo verá con sus ojos”. ¿Y qué le dijo el Señor a María? Que iba a ser cubierta por el Espíritus Santo y quedaría embarazada de un Santo Ser que se llamaría “JESUS” y la razón de ese nombre era porque El iba a salvar a su pueblo de la tiranía del pecado. Nadie puede ser libre de sus pecados, nadie puede salir de la cárcel de sus pecados. ¡Nadie puede dejar de pecar por su propia voluntad! Dijo Jesús que el que hace pecado es esclavo del pecado. (Juan 8:34). El ángel dijo: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21) Y María dijo: “¿Cómo será esto? pues no conozco varón” (Lucas 1:34) No lo dijo dudando sino que preguntó. Y el ángel le dijo: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra”. ¡Esto no es un cuento de Batman, de Robin o de Superman! ¡Esto es una tremenda verdad! Y María dijo: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra” (Lucas 1:38). ¡¡Creyó la palabra que Dios le había traído!! Y por su fe, igual que Abraham, Moisés, David y los grandes hombres y mujeres de la historia, la virgen María abrió la puerta de la salvación al planeta tierra. ¡¡Bienaventurada la que creyó que tendrán cumplimiento las cosas que les fueron dichas de parte del Señor!! Entonces María dijo: 47 Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. 48 Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. 49 Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre…” (Lucas 1:47-49) ¡¡Dios quiere que entres hoy, en las grandes cosas del Señor para tu vida!! Dios quiere que entres hoy, por la fe, en su dimensión. ¡Dios hoy anuncia, salvación para Uruguay! ¡¡Dios hoy anuncia sanidad y liberación de cadenas demoníacas para tu vida!! ¡Bienaventurado el que creyó porque verá la mano de Dios haciendo lo que el Señor dice! ¿Puedes decir hoy?: “Yo te creo Señor, háblame como le hablaste a la virgen María. ¡Háblame! Yo creeré. ¡Háblame! Yo lo haré. Envíame a mi. ¡Embarázame! ¡Háblame Dios!”

Dios hoy quiere despertar en ti, una fe sencilla, no una fe complicada. Cuando tú haces demasiadas preguntas acerca de lo que Dios está diciendo, es porque tu fe es complicada. Si Dios dice que una montaña puede salirse de un lugar y plantarse en el mar, es así de sencillo. Si Dios dice que una mujer va a quedar embarazada, sin intervención de un acto sexual con un hombre, ¡amén! ¡No hay nada imposible para Dios! Si Dios dice que un moribundo no va a morir, ¡amén! Dios puede hacer que el moribundo no muera, y si muere, y Dios dice que ese muerto va a resucitar, resucitará, ¡porque para Dios no hay nada imposible!

¿Qué significa fe sencilla? Hay algunos que para creer, necesitan evidencias, explicaciones y más explicaciones. Pero hay otros que escuchan la palabra e inmediatamente creen. ¡Están sintonizados con el Espíritu Santo! Mi oración es que tú te sintonices con Dios, para que cuando El hable, entiendas que viene de parte Dios. ¡Bienaventurado el que creyó, porque se cumplirá y verá el cumplimiento de lo que Dios le ha dicho!

Esta iglesia es para valientes, es para gente osada, no para gente complaciente. ¡Esta es una iglesia parida en la lucha, que vive de parto y no puede descansar porque Dios la ha llamado a traer salvación a la República Oriental del Uruguay y a las naciones! Dios ha llamado a esta iglesia a tener una fe sencilla para actuar inmediatamente donde ve que Dios tiene algo que hacer. ¡Esta iglesia no es para gente que quiere lograr su voluntad, sino para gente que quiere sacrificar su voluntad y sus planes para poder ver los planes de Dios cumpliéndose en el planeta tierra! ¡El hombre puede abrir una zanja pero Dios puede abrir el mar Rojo! ¡Dios quiere hacer grandes milagros a través de tu vida! ¡Dios quiere contarte entre las personas que creyeron a su palabra sencillamente y salieron a hacer aquello que Dios quiere!

Lo primero que Dios quiere, es contar con tu fe. ¡Dios quiere contar con tu voluntad! ¿Para qué Dios te va a enviar a algún lugar, si él sabe que vas a titubear, a dudar, y que vas a tener incredulidad? ¿Para qué Dios te va a mostrar sus planes si sabe que tú tienes los tuyos y que estás muy involucrado en ellos? Si tú quieres ver la gloria de Dios y su poder, hoy debes renunciar a ti y a tus planes y decirle a Dios: “¡Quiero ser como María! ¡Quiero ser como José en Egipto, como Daniel en Babilonia, como Moisés en Egipto, y como Abraham tu amigo! ¡Descienda sobre mí tu Espíritu Santo, descienda tu gracia!”

LA FE SENCILLA DE SIMEÓN

Cuando Jesús nació, fue llevado al templo para cumplir los días de la purificación, un rito que era conforme a la ley de Moisés. Sus padres subieron a Jerusalén desde Belén para presentarlo al Señor, llevando un sacrificio conforme a lo dicho en la ley de Dios y he aquí que había en Jerusalén un hombre cuyo nombre era Simeón. Este hombre justo y devoto esperaba la liberación de Israel. El Espíritu Santo estaba sobre él y le fue revelado por el mismo Espíritu que no vería la muerte sin que antes viera al Ungido del Señor. Simeón tenía muchas cosas para hacer, como muchos de nosotros, pero sobre él estaba el Espíritu Santo. Posiblemente era un día de semana, quizás era la hora de trabajo y tenía muchas tareas pendientes, posiblemente tenía muchos compromisos familiares o quizás tenía que trabajar para pagar la tarjeta de crédito, o la factura de la luz. Pero este hombre estaba bajo la unción del Espíritu Santo que lo guiaba en todo momento. No era un hombre que decía: “¡Tengo mucho que hacer!” Si el Espíritu Santo lo mandaba para allá, él iba, porque era un hombre que amaba a Dios y esperaba la liberación de Israel. Y el Espíritu Santo le había revelado que él no se iba a morir hasta que no viera con sus ojos al Salvador. Y un día cualquiera, fue guiado por el Espíritu Santo, al templo. Allí había un montón de gente, y también había un matrimonio que estaba presentando su hijo al Señor. Se acercó Simeón a ese matrimonio y a ese hijo y su corazón estalló en ebullición porque el fuego del Espíritu le estaba indicando algo importante. ¡Algo estaba por suceder! ¡Había una expectativa tremenda en su vida! Cuenta la Biblia que él tomo al niño en sus brazos, bendijo a Dios y dijo: 29Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; 30 Porque han visto mis ojos tu salvación, 31 La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; 32 Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel. 33Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él. 34Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha 35(y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones”. (Lucas 2:29-35)

Simeón, un hombre de fe, le estaba contando a la madre del niño, qué sería de ese niño. Simeón creyó en Jesucristo, el Salvador, sin muchas explicaciones, sin muchos razonamientos, sin muchos milagros ni muchas señales. ¡Simplemente creyó porque el Espíritu Santo estaba sobre él! Él había creído la palabra que Dios le había dado, que él no iba a morir sin antes ver al Salvador. Muchos eran los niños que nacían en Israel y eran traídos para ser presentados al Señor todas las semanas. Hay una fe que es la que Dios quiere derramar sobre ti: Una fe sencilla, una fe que entiende y comprende sin muchas explicaciones, sin muchos razonamientos, sin muchas preguntas. ¡Dios quiere ungirte y guiarte como a Simeón! ¡Simeón fue más creyente que María! María recibió un ángel que habló con ella, pero Simeón ni siquiera habló con un ángel. María sabía que tendría un hijo extraordinario, pero Simeón sabía más de ese hijo que la propia María. Tanto José como María estaban maravillados de lo que se decía de su propio hijo. ¿Pero por qué Simeón recibió esa revelación? El era un hombre que estaba dentro de los planes de Dios. ¡Era amigo de Dios! Era un hombre que Dios podía usar, porque creía.

Dice la palabra de Dios: “…cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia” (Romanos 5:20). La gracia es más grande, es más fuerte y más poderosa que el pecado. El pecado ata a las personas, las enceguece y las maldice. El pecado lleva a las personas a la condenación del infierno, pero la gracia viene sobre ellas y las libera. Me encanta la obra que Dios está haciendo a través de la iglesia Misión Vida para las Naciones. Me imagino a satanás como esos personajes de los dibujitos animados: ¡El gato que se relame porque se va a comer al pajarito! Me imagino a satanás viendo a los drogadictos, a los delincuentes, a las prostitutas en el borde de la muerte y la condenación; los empuja y se relame diciendo: “¡Este es mío!” Pero llega la gracia y los rescata del borde del abismo. No solamente los rescata, sino que los reviste, los unge y los envía a salvar más gente. ¡Doy gracias a Dios, me gozo y me alegro en la salvación de miles! Doy gracias a Dios porque está levantando un ejército de gente. El está decidido a intervenir en la historia de la Republica Oriental del Uruguay y de todas las naciones y usará hombres y mujeres que escuchen su palabra, que la crean y actúen en consecuencia. ¡Gente como Simeón!

Para todo el mundo, ese niño era solo un niño, pero para Simeón era la gloria y la libertad de su pueblo. ¡Era el ungido, el Salvador ¿Puedes decirle hoy al Señor?: “¡Quiero ser como Simeón, como María, como Elizabeth! ¡Simplemente di la palabra!

Padre celestial, unge en esta hora, a todos aquellos que reciben esta palabra. ¡Que los milagros de la primera Navidad se repitan! ¡Que la gloria y la salvación se manifiesten!

Los magos pasaron a la historia porque creyeron. Ellos no estuvieron en contacto con Jesús, no vieron los milagros de Jesús, ni escucharon sus palabras. Tampoco Simeón vivió con Jesús, ni vio sus milagros. ¡No vio ninguna evidencia pero tenía la evidencia del Espíritu Santo! Fue guiado por el Espíritu de Dios. Mi anhelo es que Dios te conceda ser guiado por su Espíritu. Que El te de la gracia de recibir una fe sencilla; que estés distraído para otras cosas, pero no para las cosas de Dios, ni para su palabra.

CONCLUSIÓN

Dios tiene una obra que hacer y necesita hombres y mujeres de fe. Doy gracias a Dios porque día a día me está rodeando de hombres y mujeres que preguntan poco y hacen mucho. Tienen fe, tienen ánimo, son perseverantes, luchadores, no para cubrir añadiduras sino para hacer la obra de Dios. Gracias a Dios por la gente sencilla que día a día está confiando que por una oración suya, enfermos serán sanados. Gracias a Dios por los hermanos que están yendo a los hospitales a orar por los enfermos, porque están haciendo la obra que Dios quiere. ¡Apartan un tiempo para mostrar a los enfermos el amor de Dios!

¿En que consiste la obra de Dios? En sanar enfermos, liberar endemoniados y predicar el evangelio del reino a los que están atados en sus pecados. No es complicado, es sencillo. Dios quiere ungirte para sanar enfermos, para liberar endemoniados. Dios quiere que lleves la luz, la paz y la salvación de Cristo. El anhela que lleves una palabra de ciencia, una palabra de fe, una palabra de sabiduría, a los que no conocen a Jesús. ¡No hay gobierno que solucione este mundo! Este planeta está desquiciado. Nuestros senadores y diputados están aprobando leyes inmundas. La sociedad se está estremeciendo; nos quieren cambiar la enseñanza… ¡Nos quieren cambiar la verdad por la mentira, lo dulce por lo amargo! Nos quieren cambiar los valores y los principios. ¡Nos quieren cambiar la verdad de la Biblia por la mentira del hombre! Pero Dios no cambiará su verdad por las presiones del hombre. ¡El no cambiará su palabra! Jesucristo aún sigue diciendo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35).

Señor: Moriré aferrado a tu palabra, no creeré en la mentira del hombre, sino en la verdad de Dios. No me someteré al hombre, me someteré a ti. El diablo está preparando el tiempo de su ungido, que es el anticristo. Pero Dios está preparando el reino de los cielos en la tierra. El está salvando a hombres y mujeres porque Cristo viene pronto. Vendrá en las nubes, y todo ojo le verá. Dice la Biblia que todos los que creyeron en El, seremos arrebatados en las nubes juntamente con él.

¡Volverá! Así de sencillo. “María, no temas, porque has hallado gracia. El Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres. Has sido escogida para ser embarazada por Dios. Hoy te profetizo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, te cubrirá, y parirás dando a luz los planes de Dios”.

Allí donde estás, te pido que le ofrezcas tu vida a Jesús y le digas: “Señor, aleja mis dudas, aleja mis incredulidades. ¡Háblame! ¡Derrama sobre mí tu gracia! Quiero que me embaraces, quiero que me cubras… ¡quiero parir tus obras Señor! Quiero llevar la luz de Dios al mundo. ¡Anhelo hacer tus obras! Dame ahora Señor, una fe sencilla como la de María, como la de Simeón… No quiero evidencias, quiero conocer tu voz. Quiero creerte y conocerte como te conoció Simeón, sin necesidad de que me muestres muchos detalles. ¡Sálvame! ¡Perdóname! Lléname! ¡Restáurame! Bendíceme para que sea bendición a quienes me rodean. En el nombre de Jesús hago esta oración, amén”.

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BIENAVENTURADOS LOS QUE CREYERON

INTRODUCCIÓN

Quiero compartir una enseñanza bíblica que debiera estar clara para los cristianos, y es que a veces no vemos, no sabemos o no entendemos cómo opera un ser humano. No logramos entender que hay determinadas áreas de nuestras vidas, que no conocemos cómo funcionan y confundimos conceptos como el alma y espíritu, por ejemplo. Muchos creen que alma es igual a espíritu pero son dos cosas bien distintas. El alma es lo que nos asemeja a los animales y estas palabras, -animal y alma- tienen la misma etimología; ánimo proviene del término alma y el alma está constituida por la mente, la voluntad y las emociones, lo cual sería la esencia de nuestro yo y la parte natural del hombre, pero no la sobrenatural. El alma es el centro de nuestras emociones, de nuestra voluntad y pensamientos

Cuando hablamos de pensamientos nos referimos a la razón y al intelecto; si decimos que alguien tiene voluntad, hablamos de la fuerza que nos mueve en determinada dirección después de haber tomado una decisión, y en cuanto a las emociones, nos referimos a los sentimientos. Lo que sucedió con el alma es que el pecado la atrofió, de modo que el hombre no puede manejarse con su alma o psiquis.

Si nos referimos al término espíritu, este tiene que ver con otra área de nuestro ser. El alma nos conecta con lo tangible o visible y es movida por ejemplo de acuerdo a lo que se nos dice, porque esto influye en nuestras emociones. Pero Dios nos dio espíritu para que tengamos conexión con Él y vendría a ser ésta, el área sobrenatural del hombre, lo que nos identifica con Dios. El espíritu vendría a ser la conexión con lo sobrenatural ya que nos conecta con el Espíritu Santo; nuestro vínculo con Dios no se da a través del alma sino por medio del espíritu. El hombre y la mujer que no ha conocido a Dios y que no ha sido limpiado o limpiada con la sangre de Jesús, aquel que no ha sido perdonado de sus pecados, tiene su espíritu muerto y no opera en lo sobrenatural de Dios, y si opera, lo hace en lo sobrenatural de los demonios.

Lo espiritual prevalece sobre lo natural. Si el Espíritu Santo es el principal actor de mi vida entonces Él, a través de mi espíritu, alumbra mi alma.

LA PRIORIDAD CORRECTA

El alma es trastornada por causa del pecado, y señala la Biblia que el alma que pecare morirá o sea que el pecado oscureció el alma, de modo que el hombre anda enredado a la hora de tomar decisiones o cuando se maneja por emociones.

Hubo una etapa en la revolución francesa en la que se le dio prioridad a la razón, llegando a endiosarla, pero la gente se cansó de la razón y de los pensamientos porque se dieron cuenta que habían razones sin razón y que ésta no guiaba al bien, más bien llevó a desencadenar la primera y la segunda guerra mundial además de todas las bombas que se construyeron y todo lo que sucede que uno no entiende cómo la razón puede razonar tan irracionalmente.

Hubo una época en la que se creía que la razón lo podía todo pero en este tiempo la gente está contaminada con otro pensamiento y es que según la ideología de hoy, hay que guiarse por los sentimientos y las emociones, hasta los cristianos dicen que hacen determinadas cosas porque lo sienten. No importa si está bien o mal, si es razonable o no, yo me guio por mis sentimientos y emociones.

Yo quiero que nos desplacemos de ese lugar que nos tiene mal posicionados. Los cristianos estamos acostumbrados a decir: “me parece que…” y eso significa que estás dando tu opinión y no lo que opina el Espíritu Santo. O cuando dicen: “Yo siento tal o cual cosa” hablan de sus sentidos y sentimientos. Son muchas las frases que empleamos las que demuestran que estamos viviendo en el área de nuestra alma. Sería bueno entrar en la otra dimensión que te lleva a declarar: “Hago esto porque me ha alumbrado y guiado el Espíritu Santo. El Señor quiere que lo haga, yo no lo hago porque lo siento”.

Aún no hemos entendido la importancia del Espíritu Santo; o el principal actor de mi vida soy yo, o es el Espíritu Santo. Se puede ser cristiano, conocerse la Biblia, creer en Dios, cantar himnos y ofrendar pero hacerlo todo en un nivel chato y natural; hacerlo en las fuerzas del hombre, y hay oscuridad en las decisiones que se toman en ese sentido.

Una de las cosas que tratamos de enfatizar en cada encuentro es la importancia de tener una relación genuina con el Espíritu Santo; qué Él tenga libertad y afecte mi alma de tal manera que me dé cuenta que es Dios el que está actuando. Veamos algunos pensamientos de Dios: Isaías 55: 7 al 9 dice lo siguiente: “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.

Nuestros caminos son del alma, de nuestros pensamientos y emociones y el Señor dice que así como son más altos los cielos que la tierra, así sus caminos son más altos que nuestros caminos y sus pensamientos más altos que los nuestros. La vida cristiana consiste en aprender a renunciar a mis pensamientos y conocer los pensamientos de Dios, y entender que sirven más sus pensamientos que los míos porque son más altos y más importantes sus pensamientos y sus caminos. Esos caminos tan altos son el resultado de una vida espiritual activa. Hay inteligencia espiritual e inteligencia natural; hay sabiduría espiritual y sabiduría natural. El cristiano no puede y no debe moverse guiado por su inteligencia y por su sabiduría natural porque Dios no lo ha creado para que viva en esa dimensión. ¡El Espíritu Santo nos anhela y nos cela profundamente! Él quiere habitar en nosotros y producir cosas sobrenaturales y quiere que abunden sus pensamientos. ¡Los pensamientos del hombre son muy pequeños!

En las escuelas y universidades la ciencia nos enseña que venimos del mono. ¡Hemos caído bajo! Cuando no hay vida espiritual, hay explicaciones naturales. No es lo mismo descender del mono que ser creados por Dios, porque dependiendo de si creemos que venimos del mono o de Dios, cambia la dirección de la vida y la concepción de quiénes somos, y para qué existimos. Si vengo del mono, ¿qué futuro tengo? Me espera un cajón y gusanos que me comerán y ese será todo mi futuro. ¡No hay nada de trascendencia! Pero si vengo de Dios, vivo en su dimensión. Cuando creo que desciendo del mono me pregunto para qué vine al mundo, doy por hecho que nací en el día equivocado, en el lugar equivocado y pienso muchas estupideces. Además, muchos han escuchado de labios de su madre que han nacido por casualidad y que no lo esperaban, lo que los hace cuestionarse, ¿para qué vive entonces? ¡Pero tú vienes de Dios! No estás en el mundo por la voluntad de tu madre porque ella no quería tenerte, pero Dios decidió que nacieras. ¡Qué bueno es saber que provengo de Dios y que Él no hace cosas improvisadas ni al azar! Qué bueno saber que el Señor ya me había proyectado antes de que mis padres se conociesen y Él me estaba esperando. Y no sólo me diseñó sino que pensó en un plan para mí. Yo soy un convencido de que cada uno de nosotros viene de Dios y no de un barrio bajo ni de un apellido tal, somos una concepción de su mente y el Señor tiene un propósito con nosotros.

No sólo tengo que conocer que hay Dios sino que hay un plan que Él creó y no es natural, no está en mi mente, en mi voluntad o emociones sino que está en su corazón y el Señor me lo revela a través de su Espíritu Santo. Así la vida se convierte en algo transcendente. Hay tres preguntas que muchos no saben responder: ¿De dónde vengo? Hay personas que viven frustradas por el apellido que tienen ya que los identifica con su origen; otros se sienten miserables porque nacieron en un barrio pobre y lleno de violencia pero ese no es tu origen. ¡Tu origen está en Dios! Hay mujeres que no quieren tener hijos y los tienen, otras quieren concebir pero no pueden, ¿de quién depende eso? ¿De la mujer, del hombre? Es Dios quien decide quién viene al mundo y decidió que tú vinieras, así que deja de amargarte porque el Señor tiene un propósito contigo. La otra pregunta que muchos se hacen es, ¿para qué existo? La razón y los sentimientos tienen tan confundidas a las personas que hay hombres que no saben aún si son hombre o mujer y hay mujeres que no saben si son mujeres u hombres. Si estás errado en esto, el propósito de tu existencia es un caos.

EL ESPÍRITU SANTO TE ANHELA CELOSAMENTE

En mi nivel natural, en mi alma, yo proyecté ser arquitecto y me preparé para ello; tenía mis ideas claras de qué quería ser y a dónde quería llegar y quería cumplir mis propósitos. Pero un día le pedí a Dios que en mi vida se haga su voluntad y eso cambió todo. Yo no tenía la menor intención de ser pastor ya que no tenía un corazón pastoral, es más, rechazaba la idea de serlo porque en los proyectos de mi alma no estaba ese anhelo. Y cuando le dije a Dios que quería que en mi vida se hiciera su voluntad, el Espíritu Santo comenzó a operar cambios y produjo circunstancias que me hicieron estrellarme en el área de la arquitectura y me fueron llevando a ser pastor. Hoy puedo decirte que sé quién soy porque hallé el plan que Dios diseñó para mí aun antes de que mi papá y mi mamá se conocieran. ¡Tengo un propósito claro en mi vida! Yo sé de dónde vengo, sé quién soy, cuál es mi propósito en la vida y sé también a dónde voy. Mi vida no terminará en un cajón, en el cementerio sino que mi futuro está en la eternidad. Claro que para llegar a eso el Espíritu Santo tiene que guiar tu vida.

Hay cristianos que no tienen conciencia que son de Dios y que hay un propósito para ellos. El Señor quiere que seas lleno de su Espíritu y el Espíritu Santo te anhela celosamente porque Dios te ha creado para Él, para que vivas un compañerismo con Él y seas su familia. No te ha creado para que andes perdido o perdida por ahí. ¡Es imprescindible darle prioridad a la relación que debo tener con el Espíritu Santo! Cuando Él entra en el corazón de la persona y vivifica su espíritu, esa persona comienza a ver con claridad y a entender lo que antes no entendía, a caminar en la dirección que no conocía y a sentir el respaldo de Dios, cosa que no sabía, entonces conoce el poder de Dios y vive en un nivel sobrenatural. ¡Los caminos altos y los pensamientos altos de Dios!

La iglesia de Jesucristo está compuesta por personas que han sido perdonadas de sus pecados, lavadas con la sangre de Jesús y guiadas por su Espíritu. Jesús les dijo a sus discípulos: “He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto” (Lucas 24:49). También les refirió: “…recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).

Para que no vivas una vida chata como si no fueras cristiano, se tiene que despertar tu espíritu; el Espíritu Santo tiene que entrar con fuego de Dios en tu corazón y despertarte a una nueva dimensión espiritual. Algunos no le dan importancia a este tema y viven como cualquier hijo de vecino, no hay fuerza, no hay visión ni poder en sus vidas, pero la iglesia de Jesucristo nació bajo el signo de la presencia poderosa del Espíritu Santo en los creyentes. Los discípulos permanecieron orando hasta el día en que llegó Pentecostés, cuando el Espíritu Santo descendió sobre los que estaban en el lugar, entonces las personas comenzaron a hablar en otras lenguas, a predicar el evangelio con denuedo y a hacer milagros como hizo Jesús, porque el Espíritu que había en Jesús es el mismo que descendió sobre sus discípulos. El libro de los Hechos en la Biblia se dio en llamar Hechos de los apóstoles pero muchos opinan que debió llamarse Hechos del Espíritu Santo ya que uno puede notar que el actor principal en la iglesia  en el mundo, es el Espíritu de Dios. Si lees desde el principio al final verás que el Espíritu Santo está en todas partes.

Leemos por ejemplo en Hechos 13: “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Níger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo”. Saulo era un creyente nuevito que hacía sus primeras armas en el evangelio, el que luego fue llamado apóstol Pablo y escribió varios libros en el Nuevo Testamento. Nos dice Hechos 13: 2: “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”. Ellos esperaban ser guiados por el Espíritu Santo y Él que es el autor principal, les respondió.

¿Quién es el que da las directivas y toma las iniciativas en la vida del cristiano? Es el Espíritu Santo, cuando la persona le da libertad de obrar. Pero cuando alguien está lleno de sus planes y ansioso por conquistar lo que anhela, el Espíritu Santo no lo puede dirigir sino que se contrista y se aparta porque Él no somete a nadie; Dios no quiere títeres sino personas que de su propia voluntad y por el amor que le tienen, se sometan al Espíritu Santo, entonces en esa relación de amor su Espíritu alumbra, gobierna e impulsa. Cuando buscaron la guía de Dios, dice Hechos 13:4: “Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre”. No es que fueron porque le vinieron ganas de ir a predicar a ese lugar sino que el Espíritu Santo los estaba llevando. “Y llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan de ayudante. Y habiendo atravesado toda la isla hasta Páfos, hallaron a cierto mago, falso profeta, judío, llamado Barjesús…” Este hombre estaba estorbando la obra que hacían Pablo y Bernabé. “Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos, dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor? Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano. Entonces el procónsul, viendo lo que había sucedido, creyó, maravillado de la doctrina del Señor”.

Pablo se enojó con el hombre. “¡Un creyente no puede enojarse!” dicen algunos. Sí puede enojarse, siempre y cuando esté lleno del Espíritu Santo; si está guiado por su carne, más vale que no se enoje. Si está lleno del Espíritu Santo se puede enojar con el enojo de Dios. Vemos aquí que nada se hacía sin la guía y la dirección del actor principal, el Espíritu Santo. Si se enoja carnalmente y le dice que se va a quedar ciego, no sucederá tal cosa porque no fue el Espíritu Santo quien lo mandó, entonces Él lo deja que se haga cargo de lo que ha dicho. Si no dejas que el Espíritu Santo actúe, Él no te acompañará en lo que hagas. “…la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia. Pero los judíos instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los principales de la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de sus límites. Ellos entonces, sacudiendo contra ellos el polvo de sus pies, llegaron a Iconio. Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo” (Hechos 13: 49 al 52).

Donde estaban ellos y ocurriera lo que ocurriera, el Espíritu Santo era el actor principal. En Hechos capítulo 15, Pedro, ante el concilio declaró: “Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros”. La discusión era porque los judíos decían que los gentiles debían circuncidarse si querían participar del Espíritu Santo y del evangelio. “Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones”.

El imperio romano cayó, también el griego y el medo persa; cayó el imperio asirio y aún Hitler, y todos ellos eran sostenidos con fuerza e inteligencia humana. La Biblia señala que hay sabiduría terrenal, animal y diabólica. La iglesia lleva más de dos mil años siendo guiada por el Espíritu Santo y no hay imperio que la haya podido detener. Observa el poder de la iglesia, observa el resultado del poder del Espíritu Santo en la dirección de la iglesia. Por eso, el libro de Hechos de los apóstoles que muestra el nacimiento de la iglesia de Jesucristo hace un énfasis grande en mostrar cómo era el Espíritu Santo quien guiaba todo. Luego de tanta discusión decidieron enviarles una carta a los cristianos gentiles diciéndoles: “Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien”. Tienes que pedirle permiso al Espíritu Santo a la hora de hacer algo y preguntarle si es que puedes hacerlo o no. ¡Él te guiará en todo! Sé lleno, sé llena del Espíritu Santo en esta hora. Qué Él se transforme en la guía de tu existencia cada día, que los ames y lo respetes como se merece para que te guíe en el camino de Dios.

Leemos en Hachos 16:6 y 7: “Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió”. Lo que el Espíritu Santo les permitía, ellos hacían, y si no les permitía alguna cosa, no la hacían.

CONCLUSIÓN

Un día le dije a Dios: “Señor, quiero que en mi vida se haga tu voluntad”. A partir de ese día yo perdí el control de mis decisiones y el Señor comenzó a tomarlas por mí. Al tiempo le pregunté enojado: “¿Qué estás haciendo conmigo? ¡No entiendo nada!” Pero Dios no respondía. Para Él fue suficiente cuando le dije que quería que en mi vida se hiciera su voluntad, entonces comenzó a producir circunstancias, también me alejó de determinadas personas y me acercó a otras, y se frustró para siempre mi carrera de arquitecto, pero surgió un pastor. ¡Aún no puedo creer lo que Dios ha hecho conmigo!

Recientemente, una iglesia comenzó a desmoronarse por causa de una crisis que estaba atravesando; el pastor cometió delitos sexuales y la iglesia se quebró. Fuimos unos días con mi esposa al lugar y vimos a la gente destruida, entonces orábamos por ellos y los alentábamos. Viendo eso, me pregunté: ¿Dé donde salió este Jorge si el que yo conocía no tenía tiempo para sentarse con la gente? Cuando dejé a Dios que hiciera lo que quería, Él hizo de mí lo que había pensado. Este es el día en que tienes que decirle a Dios que te llene con su Espíritu ya que no sabes en qué dirección estás yendo con tu vida. Sabe que su Espíritu te va a guiar a toda verdad porque es un Espíritu de verdad y de poder. Mira que se levantarán contra ti y no podrán frenarte porque Dios te da un espíritu de fe, de poder y de victoria que no te permite sentirte fracasado. El Señor te guía sobre los problemas y las circunstancias adversas, pasarás por el fuego pero la llama no arderá en ti y si por las aguas, éstas no te anegarán, cuando pases por el valle de sombra de muerte el Señor estará contigo, su vara y su callado te infundirán aliento, preparará una mesa delante de tus angustiadores y te ungirá con aceite. ¡Dios te llevará de victoria en victoria! No importa si te meten en la cárcel como lo hicieron con el apóstol Pablo por predicar el evangelio, porque la victoria estaba en su corazón y él cantaba himnos allí en prisión hasta que se produjo un terremoto. ¡Dios hará que toda circunstancia difícil se transforme en bendición para ti! ¡Dios hará!

“Extiende tu mano, Señor. Hemos venido de ti. ¿A dónde iremos sin ti, Señor? Preferimos que seas tú nuestro Padre y no el mono. ¡Cuánta gente desorientada que no conoce tu voluntad y cuál es tu propósito! Llena las vidas hoy, Señor, te lo pido en el nombre poderoso de Jesús. Tuyo es el poder y la gloria, Señor. Como hiciste con la primera iglesia hazlo hoy, Padre”.

A ti te digo, renuncia hoy al espíritu de fracaso y sé lleno del Espíritu Santo, deja atrás esa vida de derrota y sé lleno hoy, en el nombre de Jesús. Dile a Dios: “Enciende una nueva pasión por ti en mi vida, Señor, no quiero pasar desapercibido en el mundo. ¡Quiero dejar tus marcas! No quiero obrar bajo la influencia de pensamientos humanos o con fuerza humana, yo quiero conocer tus pensamientos y caminar tus caminos que son más altos que los míos. Lléname Señor, con tu fuego hasta la médula de mis huesos, te lo pido en el nombre de Jesús, amén”.

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INTRODUCCIÓN

El libro de Jueces capítulo 9 relata una parte de la historia de Israel en la que no había reyes y los líderes que surgían en ese período, eran líderes regionales llamados jueces. Fue un período bastante anárquico; no había mucha dirección y una de las frases que se repite en este libro es: “Cada uno hacía lo que bien le parecía”. Así sucede en la vida de los jóvenes y niños, cuando los padres no les dan dirección y no les ponen límites. Esto es lo que sucede en la sociedad cuando hay más libertades que responsabilidades. En el período de los jueces todo era como un río revuelto, no había norte; fue un tiempo muy complicado, en el que hubieron jueces que trascendieron como lo fueron Sansón y Gedeón. (más…)

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Yo digo que de no haber sido pastor, posiblemente hubiera sido un buen vendedor ya que tengo la habilidad, y hoy quiero ofrecerte un paquete, un proyecto, y espero que lo compres. No se si alguna vez has estado frente a una persona que estaba convencida de que te iba a vender, y tu, seguro que no le ibas a comprar nada, pero a medida que trascurría el tiempo te dabas cuenta que él iba ganando y pensabas que si seguía hablando le terminarías comprando.

Una vez tuve que felicitar a un hombre, el cual me ofreció algo que yo, por nada del mundo pensaría comprar; pero el hombre insistió y finalmente decidí comprarle, no porque necesitaba el artículo sino simplemente porque él era un gran vendedor.

Esta persona, que sostenía una caja, me paró en un semáforo en la ciudad de San Juan y me ofrecía unas copas de primera calidad. Yo pensé que estaba loco, ¿cómo le iba a comprar unas copas y en un semáforo? Me señaló que era la última caja que le quedaba, todas las demás ya las había vendido, y estaba desesperado por irse. No me acuerdo cuanto me pedía, supongamos que eran mil pesos, y me las dejaba en quinientos. Como yo me negaba, bajó el preció a cuatrocientos. Yo insistí que no, entonces me dijo: “Estoy desesperado, ¿cuánto tenes?” Me quería ir por lo que le dije que solo tenía cien pesos y aceptó. Le pagué, me puso la caja dentro de la camioneta que contenía setenta copas de todos los tamaños, y yo me fui lo más contento a mi casa. A los pocos días mi esposa me dijo: “Papi, el juego de copas que compraste en cien pesos, lo vi en un bazar a ochenta” ¡El tipo me lo había rebajado de mil a cien pesos! ¡Y yo creía que había hecho un gran negocio! (más…)

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¿Qué será del año 2013? ¿Será mejor o peor? ¿Tú quieres un año mejor que el 2012? La gente envía tarjetas anhelando que el próximo sea un año lleno de dicha, llama por teléfono a sus conocidos, los visita y les lleva algún presente como: una sidra, un pan dulce o un turrón con ochenta mil calorías, que te revienta el hígado; y les desea a los demás, felices fiestas, paz y prosperidad. Y creen que por el solo hecho de desearle el bien a alguien la cosa va a cambiar, pero resulta que no pasó de ser un buen deseo. ¡Las buenas intenciones no tienen poder, no tienen fuerza! ¡Son simplemente una cuestión sentimental!

La fuente de la paz y de la felicidad, la fuente de la bendición es Cristo; y los buenos deseos están en Cristo porque Él quiere lo mejor para sus hijos. Lo más importante, no es que alguien te regale un pan dulce y te desee bendición, sino que Jesús sea tu bendición. Él desea y puede más que nadie, bendecirte a partir de este día. Algunos esperan que el próximo año venga envuelto en un paquetito como un regalo y que al abrirlo puedan gritar de emoción por la sorpresa de que será un año mejor.

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El libro de Hechos de los apóstoles relata lo que sucedió en la primera etapa de la iglesia.

Después que Cristo ascendió al cielo se estableció la iglesia de Jesús sobre la tierra. El Señor les había dicho a sus discípulos que no salieran de Jerusalén hasta que no recibiesen la promesa del Padre que es la del Espíritu Santo, vale decir, la unción de Dios sobre el creyente para que éste pueda funcionar. Ésta es algo así como el combustible; el creyente tiene un motor adentro que es la vida espiritual que Dios le ha dado, pero ella no funciona sin ese combustible que es el Espíritu Santo; así como la lámpara no puede funcionar sino cuando ha sido conectada a la energía, del mismo modo la vida del cristiano no puede funcionar si no está conectado al Espíritu Santo. Así es la fuente de la energía de Dios, o el poder que emana del cielo a través de la presencia del Espíritu Santo en los creyentes: cuando los llena, la luz se enciende; si el cristiano no tiene esa presencia poderosa, puede saber muchas cosas pero no les funcionan. (más…)

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1ª Samuel capítulo 10 versículos 1-9: “Y tomó Samuel la redoma de aceite y la derramó sobre la cabeza de él, y lo besó y le dijo: ¿No es que JHVH te ha ungido para ser príncipe sobre su heredad? Al alejarte hoy de mí, hallarás dos hombres junto al sepulcro de Raquel, en el límite de Benjamín, en Selsá, los cuales te dirán: Las asnas que habías salido a buscar han sido halladas, pero he aquí que tu padre ha olvidado el asunto de las asnas y está intranquilo por vosotros, diciendo: ¿Qué haré en cuanto a mi hijo? Luego pasarás más adelante y llegarás a la encina de Tabor, y allí te saldrán al encuentro tres hombres que suben a ‘Elohim en Bet-‘el, uno llevando tres cabritos, otro llevando tres tortas de pan, y otro llevando un odre de vino. Y ellos te saludarán y te darán dos panes, que recibirás de sus manos. Después de eso llegarás al collado de Dios donde hay una guarnición de los filisteos: cuando entres en la ciudad, encontrarás allí un grupo de profetas que bajan del alto, precedidos de salterios, panderos, flautas y cítaras, y ellos profetizando. Entonces el Espíritu de JHVH vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás cambiado en otro hombre. Cuando te sobrevengan estas señales, haz lo que te venga a mano, porque ‘Elohim está contigo. Luego bajarás delante de mí a Gilgal, pues yo también bajaré a tu encuentro para ofrecer holocaustos y sacrificar ofrendas pacíficas. Espera siete días, hasta que yo vaya a ti y te indique lo que has de hacer. Y sucedió que al volver él las espaldas para alejarse de Samuel, ‘Elohim le cambió el corazón; y todas esas señales ocurrieron en aquel mismo día”. (Versión La Biblia Textual) (más…)

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La lección de hoy está basada en Job 1:6-12. Compartiré la versión “La Biblia al día”: “Un día en que debían presentarse ante el Señor sus servidores celestiales, se presentó también el ángel acusador entre ellos. El Señor les preguntó: ¿de donde vienes? Y el acusador contestó: He andado recorriendo la tierra de un lado a otro. Entonces le dijo el Señor: ¿Te has fijado en  mi siervo Job? No hay nadie en la tierra como él, que me sirva tan fielmente y viva una vida tan recta y sin tacha, cuidando de no hacer mal a nadie. Pero el acusador respondió: Pues no de balde te sirve con tanta fidelidad. Tú no dejas que nadie lo toque, ni a él ni a su familia ni a nada de lo que tiene; tú bendices todo lo que hace, y él es el hombre más rico en ganado de todo el país. Pero quítale todo lo que tiene y verás cómo te maldice en tu propia cara. El Señor respondió al acusador: Está bien. Haz lo que quieras con todas las cosas de Job, con tal de que a él mismo no le hagas ningún daño.” (más…)

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El libro de Hechos de los apóstoles en el capitulo 17 y en el versículo 16 nos cuenta de una oportunidad cuando el apóstol Pablo fue a predicar el evangelio del reino, las buenas noticias de Dios a Atenas.  Grecia según la opinión de algunos es cuna de muchas culturas; se reconoce a los griegos entre los mas cultos de la tierra y de ahí vienen todos los filósofos que nos enseñan en secundaria y en la Universidad, una cantidad de filósofos, ¡Qué manera de hablar! Entonces, en esta oportunidad Pablo fue a predicar en  Atenas, y por el lugar que iba a visitar fue tratando de hablar con mucha cultura. Dice la Palabra de Dios en el versículo 16 que mientras Pablo esperaba a unos compañeros que viajaban con el,  Silas y Timoteo, “su espíritu estaba enardecido dentro de si: Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría”.

Asi fue que Pablo predicó un mensaje muy famoso. El mismo apóstol Pablo cuenta en este pasaje que mientras paseaba por Atenas vio dioses de todas clases; en Atenas había toda clase de dioses y estatuas y había un monumento al “dios no conocido” por si había algún dios que no conocieran. El apóstol Pablo fue y les predicó diciéndoles: “vengo a hablarles de ese Dios que ustedes no conocen”. Les habló de Jesucristo, les habló de la vida eterna y dice la palabra de Dios en el versículo 32 (más…)

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Hoy quiero compartirles un pasaje de la Biblia en el Salmo 94 versículo 17: “Si no me ayudara Jehová pronto moraría mi alma en el silencio” Pensemos por un momento: ¿Qué es un embrión? “…cuando yo decía mi pie resbala, tu misericordia, Jehová me sustentaba, en la multitud de mis pensamientos dentro de mi, tus consolaciones alegraban mi alma. ¿se juntará contigo el trono de iniquidades que hace agravio bajo forma de ley? Se juntan contra la vida del justo, y condenan la sangre inocente. Mas Jehová me ha sido por refugio, y mi Dios por roca de mi confianza y él hará volver sobre ellos su iniquidad y los destruirá en su propia maldad y los destruirá Jehová nuestro Dios. ” Este pasaje nos habla de personas que “Hacen el agravio con forma de ley”, en otras palabras: personas que decretan como justicia lo que es injusto, que decretan legal lo que está mal. En estos días el senado de nuestro país votó a favor del aborto manifestando que el aborto es un crimen pero que están de acuerdo con la despenalización del aborto. Qué extraña y ambivalente es esta terminología que se usa,  no se puede entender cuando alguien dice que el aborto es una muerte, que el aborto es  reprobable pero aún así, que se está a favor del aborto. No se puede entender con lógica este lenguaje eufemístico. (más…)

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