En varias oportunidades he tocado el tema de las emociones tóxicas y digo que son tóxicas en todo el sentido de la palabra, porque enferman el organismo y producen reacciones químicas dentro de nuestro cuerpo, envenenándolo y enfermándolo. Una definición de emoción señala que “es una alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa”. Cuando dice que es una alteración del ánimo significa que es una alteración del alma; el alma es el centro de la mente, la voluntad y las emociones, entonces, estas tres áreas son alteradas. ¡Si te das un martillazo en un dedo no te dan ganas de reír! Las emociones están sujetas a circunstancias, así que el alma que no conoce de Dios, que no conoce su palabra y no se afirma en ella está sujeta a esas circunstancias que generan emociones, entonces, si tienes fe en la palabra de Dios vives en una dimensión, en cambio si no conoces la palabra de Dios o ésta no te viene a la memoria en el momento que te sucede algo y no ejerces fe en ella, vives lo mismo pero en otra dimensión.
Debemos entrar en un estado del corazón, de fe, confianza y esperanza. El mundo entero está en tinieblas, bajo el poder del maligno, el príncipe de las potestades del aire. Vivimos rodeados de oscuridad, por lo que no es confiable lo que vemos ni lo que entendemos, por lo tanto, debemos volver una y otra vez a enfatizar la importancia de la fe: La fe nos permite ver la luz, nos ayuda a bucear en un mar de oscuridad. Tenemos que aprender a mirar como mira Dios, porque las cosas no son como tú las ves. Algunos me dicen que lo que sienten es muy real y yo te digo que las cosas no son como tú las sientes. La realidad no es lo que veo ni lo que siento, por lo tanto tengo que aprender a leer mis circunstancias bajo la lupa de Dios ya que el Señor tiene un propósito en cada una de ellas y la fe es la lupa con la que puedo ver bien qué sucede detrás de las circunstancias y cuál es el propósito de Dios por medio de ellas.
Existe una relación significativa entre la bendición y la matemática de Dios. La matemática de Dios no es como la nuestra, ya que para Él poco es mucho, y eso lo puedes descubrir en los evangelios cuando Jesús con sólo cinco peces alimentó a cinco mil personas, y nada es todo; si lees el libro de Génesis notarás que de la nada, de lo que no se veía, el Señor hizo todo lo que se ve. Así que según las matemáticas de Dios, poco es mucho y nada es todo. “…Mas bienaventurado es dar que recibir”, dijo Jesús, además agregó que cuando nosotros damos se nos devolvería con medida buena, apretada y remecida. En la antigüedad se pesaban los granos en unos canastos; algunos no eran buenos ya que no daban una buena medida, así que por más que se llenaran, pesaban menos que la medida exacta que debían tener. Es por eso que a los canastos bien hechos se les llamaba medida buena. Apretada se refiere a cuando se sacude el canasto y los granos se acomodan, llenando los espacios, entonces se puede volver a echar más granos. Jesús dijo que si dábamos, se nos devolvería con medida buena, apretada y remecida.
INTRODUCCIÓN
Quiero hablarte acerca del proceso que sufre una persona antes de encontrarse con Cristo y qué es lo que sucede después de ese encuentro.
El ser humano tiene ciertos elementos que utiliza para discernir la verdad, para tomar decisiones y hacer lo que hace, que son los razonamientos, las ideas, los pensamientos, la lógica y por otro lado están las emociones. Las dos cosas que mueven el alma del hombre son las emociones y los razonamientos. Lo que sucede con la persona, es que al haber pecado, su alma queda atrofiada o bajo oscuridad para entender la realidad, o sea que queda en tinieblas, de tal manera que lo que ve, percibe u oye lo entiende en función de cómo actúa su intelecto y sus sentimientos. Cuando el hombre peca, sus sentimientos y sus razonamientos quedan distorsionados y cuando ve la verdad, lo hace desde la perspectiva de su alma y emociones; frente a una misma circunstancia las personas reaccionan de diferente manera y tienen distintos sentimientos. Digamos que la razón del hombre no es como un metro patrón que puedes aplicar en diferentes lados; la razón y las emociones varían de persona a persona, de tal manera que frente a una misma situación cada uno toma diferentes caminos porque cada uno ve de acuerdo al grado de contaminación que tiene su alma. ¡El pecado introduce en tinieblas al alma! Por lo que es necesaria otra luz que no sea la razón y los sentimientos, y la única luz verdadera, proviene de Dios.
HOMBRE ESPIRITUAL Vs HOMBRE CARNAL
El proceso de regeneración del ser humano y de salvación del hombre consiste en el hecho de traerlo bajo la autoridad del Espíritu Santo. El incrédulo toma decisiones y hace lo que hace, basado en sus razonamientos y sentimientos pero el hijo de Dios cuenta con su luz y con su verdad que viene por revelación del Espíritu Santo a nuestro espíritu. ¡El alma debe someterse al espíritu! En el hombre natural, el alma somete al espíritu y en el proceso espiritual el espíritu somete al alma; entonces, una cosa son las emociones y las razones fundamentadas en el pasado y en la experiencia de lo que uno vivió, escuchó, vio o estudió en la universidad. Hay una gran diferencia entre esto último y la luz que viene cuando Dios alumbra y te muestra su perspectiva acerca de una circunstancia.
Muchas veces el creyente tiene una mezcla y no discierne bien lo que proviene del alma y del espíritu. El hombre espiritual discierne y entiende las cosas así como Dios lo hace; en cambio el hombre carnal a veces la pega y a veces no; digamos que el hombre carnal es una lotería. Jesús dijo: “Lo que es nacido de la carne, carne es y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. Hay pensamientos y sentimientos que son nacidos del Espíritu, por otro lado, hay pensamientos y sentimientos que son nacidos de la carne y ambas cosas tienen distinta naturaleza.
¿Cómo hace una persona para llegar a ser espiritual o cómo hace Dios para atraer a las personas, sacarlas del mundo natural y colocarlas en la dimensión de lo sobrenatural o espiritual? El problema más grande del hombre es el pecado; el pecado oscurece la razón y los sentimientos. Una persona dijo que no quería hablar conmigo porque me tenía miedo y yo quiero decirte que el miedo no es de Dios. No es que yo te meto miedo sino que el miedo te domina; el miedo es un sentimiento. Algo provoca temor sobre las personas, porque donde reina y gobierna el Espíritu Santo no hay temor y la Biblia señala que el perfecto amor echa fuera el temor. El hombre espiritual no tiene esos sentimientos de temor o más bien, cuando vienen esos sentimientos hacia él, los rechaza porque el amor de Dios y la fe en el Señor son las armas que lo mantienen libre de temor.
Lo mismo sucede con la vergüenza, otro sentimiento que no es de Dios; ésta es una forma de temor que te deshabilita o impide hacer determinadas cosas. El hecho que marcó lo que yo te estoy planteando sucedió en el Edén, cuando el hombre vivía en libertad, feliz, lleno de paz y de amor; la presencia de Dios estaba en el jardín del Edén por lo que Adán y Eva disfrutaban de su presencia. A lo largo de mi carrera pastoral he conocido muchas personas que le tienen miedo a Dios. Todo funcionaba bien pero a causa de la desobediencia o por causa del pecado, porque puede ser desobediencia, rebelión, mentira, engaño, adulterio, aunque en el caso de Adán y Eva fue desobediencia ya que desobedecieron a Dios comiendo del fruto que no tenían que comer e inmediatamente sus razonamientos y sentimientos cambiaron. El pecado genera sentimientos y pensamientos que responden a su dominio. Después de que Adán y Eva desobedecieron y pecaron, al sentir la presencia de Dios en el Edén tuvieron miedo y se escondieron. Ellos nunca habían sentido miedo hasta ese momento, nunca se habían escondido de Dios, al contrario, siempre corrían a su encuentro y era un placer para ellos dialogar con el Señor pero ahora sentían miedo. ¿Entiendes que el pecado cambia los sentimientos y los pensamientos? Dice la Biblia en Génesis 3: “Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí”. Se escondió excusándose que estaba desnudo pero siempre habían estado desnudos y no sentían vergüenza, entonces se cubrieron con hojas de higuera, no vaya a ser que Dios vea algo pero lo ve todo.
¿Y qué hace el Señor? Atrae a las personas por medio de la predicación de la palabra. Este mensaje llega a ti porque Dios te ama y quiere hablarte y Él atrae a las personas con lazos de amor. El Señor hace cosas increíbles con tal de alcanzarte; mueve voluntades para atraerte y para colocar su palabra en tu corazón, así podrás tener luz y entender. Cuando llega la palabra de Dios a tu vida, también llega la verdad y esa verdad es conocimiento puro y perfecto. ¡La verdad es revelación de Dios! Una persona puede estar en oscuridad por causa de su pecado pero Dios opera de tal manera que con su palabra comienza a mover su voluntad y sus emociones, entonces esa persona se interesa por las cosas de Dios y no es que sea espiritual porque ninguna persona es espiritual, sólo después de haber sido tocada y transformada por el Señor, porque antes de eso es carnal. La palabra de Dios comienza a despertar algo en su espíritu y esa persona comienza a entender la verdad de Dios y se da cuenta que lo que entendía antes estaba mal y lo que pensaba estaba mal; antes le echabas la culpa a tus padres, a Dios y a las circunstancias, y la pura verdad es que tú no tenías luz para tomar decisiones y lo que hacías no era correcto. Te metiste con el hombre equivocado, con la mujer equivocada; te metiste en el negocio equivocado, comiste lo que no tenías que comer, bebiste lo que no debías beber. Te drogaste buscando satisfacción pero la droga te arruinó la vida. Cometiste pecado y quedaste embarazada y para tapar tu pecado abortaste, cometiendo el peor de los crímenes. ¡El aborto es el peor de los crímenes! Ni yo, ni Dios te acusa, pero sí el Señor te está trayendo a memoria la verdad. ¿Por qué digo que el aborto es el peor de los crímenes? Porque se combate a los criminales pero no se combate a la inocencia. Se combate a un ladrón o a un asesino pero no se lucha por el hijo de las entrañas, quitándole el derecho a vivir, algunas veces porque estorba y eso es un mal sentimiento. La mujer cree que ese hijo le va a arruinar la vida o tiene que tapar ese error a los ojos de la familia o de la sociedad. El hombre siempre trata de tapar su pecado y miente acerca de su verdadera situación.
Quienes asisten a los encuentros se encuentran en la disyuntiva de si confiesan o no sus pecados y es que hay una fuerza que les dice que no lo hagan porque su imagen se va a derrumbar, saldrá avergonzada y ya nadie la querrá o piensa que lo van a echar de la iglesia, entre otras cosas. Lo que pasa es que el diablo está desesperado porque los cristianos se guarden sus pecados y es que la única manera en que satanás puede dominar a un creyente es logrando que éste tenga bien escondidos sus pecados. La mentira es el ingrediente más importante de todo otro pecado; quien roba miente, quien adultera miente, etc. Por lo tanto el pecado tiene que quedar bien taponado o justificado con mentiras. Por ejemplo cuando dicen: “Lo hice por culpa de…” Mas Dios quiere que de una vez por todas dejes salir el pecado que hay dentro de ti. El método de Dios para perdonar es atrayéndote a través de su palabra hacia el hecho de que tengas luz acerca de tu pecado porque es ese pecado lo que te mantiene en oscuridad y lejos de una buena relación con Dios. El Espíritu lucha para que confieses tu pecado pero el demonio lucha para que te lo calles. El método de Dios es entonces hablarte y atraerte, mostrarte y convencerte acerca de tu pecado y espera que tú te arrepientas y lo confieses.
EL ESPIRITU SANTO ENGENDRA NUEVA VIDA
¡Lo más importante que puede sucederte es que la sangre de Cristo te limpie de todo pecado! Cuando una persona llega al punto de venir con su pecado delante de Dios y le pide perdón, Él que es un Dios grande en perdonar, misericordioso y piadoso lo limpia, y en ese instante, el poder espiritual del pecado suelta tu vida y ya no te puede subyugar porque pierde su poder. ¡La muerte pierde su poder porque el pecado es muerte! Jesucristo declaró que el que hace pecado es esclavo del pecado porque éste esclaviza a las personas. No es que tú tienes pecado sino que el pecado te tiene a ti.
Surgen muchos sentimientos cuando hay pecado y te pregunto: ¿Tienes sentimientos o los sentimientos te tienen a ti? Tienes amargura, angustias, tristezas y no te puedes librar de ello; tú tienes odio desde tu perspectiva, te han herido de tal manera que dices: “Es difícil perdonar. No puedo perdonar, no quiero…” El día que el Espíritu Santo llene tu vida, no podrás no perdonar. ¡La fuerza del perdón brotará de tu interior! ¡El amor emanará de ti! El día que el Espíritu Santo llega a tu vida, tus sentimientos, emociones y pensamientos cambian. Antes odiabas a tu padre porque abusó de ti pero ahora que el Espíritu Santo está en tu vida, tú dices: “Pobre papá, se va a ir al infierno. ¡Tengo que orar por él! Papá te perdono y te bendigo”. ¡Sale solo de adentro porque no es poder humano, es poder divino lo que fluye de adentro! ¡No es difícil, es fácil! No perdones con la carne porque no sirve para nada, como los cónyuges que se perdonan y después cuando surge una pela sacan a relucir todo de nuevo. Dios te dice que no te acuerdes de las cosas pasadas porque Él quiere hacer algo nuevo. 2ª Corintios 5:17 dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. ¿En virtud de qué una persona se vuelve espiritual? Aunque uno no se vuelve espiritual sino que es el Espíritu de Dios el que nos hace espirituales. ¿Pero en función de qué? En virtud de que, en el mismo momento en que tus pecados son perdonados y quedas limpio, Dios te declara santificado, justo y puro como si nunca hubieras cometido ninguna falta. En ese instante el Espíritu Santo engendra una nueva vida espiritual dentro de ti. ¡Es vida nueva! Jesús le dijo a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”.
Para ser espiritual, para pensar como Dios piensa y sentir de la manera que el Señor siente las personas necesitan tener vida espiritual. Tu padre y tu madre te han legado una herencia natural pecaminosa y contaminada y tú tienes la naturaleza de ellos. Nunca una mujer dio a luz un caballo; cada persona hereda el género, o la naturaleza que tiene su papá y su mamá, por lo tanto ésta es humana y terrenal. Pero el que es nacido de Dios tiene una naturaleza divina, es la naturaleza de su Espíritu viviendo en la naturaleza corrompida del hombre; naturaleza perdonada, limpiada y santificada. Comienza entonces una nueva existencia para aquel que cree. El evangelio es sencillo, no te esfuerces en cambiar, dale tu corazón al Señor y Él cambiará todo. ¿Cuánto podrás mejorar tu carne? ¿Podrás consagrarla para que se vuelva espiritual? ¡No! ¡No te esfuerces en querer cambiarla por tus propios medios! Tienes que aprender a diferenciar estas dos naturalezas, conocerlas e inclinarte por la naturaleza divina. A esto se le llama negarse a sí mismo e ir a la cruz. El alma es el centro del yo, mas Cristo te dice: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. ¡Niega tu yo y sométete al Señor! Jesús no pide que hagas algo que Él no hizo, ya que se hizo hombre negándose a sí mismo, sometiéndose a la voluntad del Padre la cual era la cruz. Aunque el Señor se arrodilló y gimiendo oró: “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. En otras palabras, Jesús le dijo al Padre: “Yo te pido que no me lleves a la cruz, tú debes tener otro plan”. Pero Dios no tenía otro plan, entonces Jesús se rindió a la voluntad del Padre. El Señor se negó a sí mismo por eso Dios lo exaltó, porque fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz.
El título que tiene el Salmo 51 es: “Arrepentimiento y plegaria pidiendo purificación”. Lo más importante es que después de haber escuchado la palabra de Dios venga sobre ti convicción de pecado, o sea, que no te resistas a la voz del Espíritu Santo. Leemos entonces en el Salmo 51: “Al músico principal. Salmo de David, cuando después que se llegó a Betsabé, vino a él Natán el profeta”.
Este Salmo, David lo escribió en un evento muy significativo de su vida. En la época en que los reyes iban a la guerra, David mandó a su general al frente del ejército y él se quedó a descansar en el palacio. Eso es ocio, o sea, un tiempo mal empleado; se quedó a ver televisión o chateando. David estaba en el terrado del palacio a la hora de la siesta y no sabía qué hacer y aunque tenía que estar en la guerra se quedó, entonces salió a pasear y de pronto vio a una mujer bañándose desnuda; la miró, la codició y le preguntó a sus siervos quién era ella, ellos le respondieron que era la esposa de Urías su siervo que estaba en la guerra, entonces David tomó a la mujer, se acostó con ella y ésta quedó embarazada. El proceso es así: “Yo lo hago pero nadie tiene que enterarse y si nadie sabe nada, todo estará bien”. Ahora había que arreglar el asunto, entonces el rey manda a llamar a Urías que estaba en el campo de batalla, lo invita a cenar y a beber hasta embriagarlo, y luego lo manda a su casa para que duerma con su mujer; pero Urías no lo hizo, porque decía: “El arca e Israel y Judá están bajo tiendas, y mi señor Joab, y los siervos de mi señor, en el campo; ¿y había yo de entrar en mi casa para comer y beber, y a dormir con mi mujer? Por vida tuya, y por vida de tu alma, que yo no haré tal cosa”. Dice la Biblia que no descendió a su casa sino que se quedó a dormir con los siervos del rey. David quería endosarle el hijo que él había engendrado con Betsabé y debía asegurarse que Urías se acostara con su mujer pero los siervos le dieron parte de que ni la tocó. Dos veces lo invitó al palacio y las dos veces se negó a ir a su casa a dormir con su esposa. Cuando David vio que no podía doblegar la fidelidad de este hombre, escribe una carta al capitán del ejército, la cual envía por mano de Urías, y le dice: “Poned a Urías al frente, en lo más recio de la batalla, y retiraos de él, para que sea herido y muera.” Llegó a oídos del rey que Urías había muerto, entonces David suspiró porque muerto el perro, se acabó la rabia. “Oyendo la mujer de Urías que su marido Urías era muerto, hizo duelo por su marido. Y pasado el luto, envió David y la trajo a su casa; y fue ella su mujer, y le dio a luz un hijo. Más esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová” (2ª Samuel 11: 26 y 27).
CONCLUSIÓN
Cuando uno peca, trata de que nadie se entere y que no se conozca su pecado, entonces miente y engaña empeorando la cosa. Pero el pecado no se diluye con el tiempo; el pecado se diluye sólo con la sangre preciosa de Cristo. Alguno declarará que lo que hizo lo hizo cuando fue joven, quiero decirte que ese pecado que cometiste cuando fuiste joven echó raíces y es un cáncer diseminado dentro tuyo que contamina tu cuerpo, tu mente y las emociones, y lo único que puede limpiarlo es la sangre de Cristo.
Leemos en 2ª Samuel 12: 1 al 5: “Jehová envió a Natán a David; y viniendo a él, le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre. El rico tenía numerosas ovejas y vacas; pero el pobre no tenía más que una sola corderita, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija. Y vino uno de camino al hombre rico; y éste no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guisar para el caminante que había venido a él, sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y la preparó para aquel que había venido a él. Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte…Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre”.
David sabía lo que era la presencia del Espíritu Santo en su vida porque cuando fue ungido como rey, desde ese día, el Espíritu de Jehová vino sobre él; así dice la palabra de Dios. También señala que el Espíritu de Jehová, ese mismo día se retiró de Saúl. Algo estaba andando mal en la vida de David, él estaba tapando su pecado pero en el fondo, sus huesos estaban abatidos y sabía que había hecho mal. David creía que nada se sabía, pero delante de los ojos de Dios nada está oculto. En ese momento en que fue confrontado, David entró en el proceso del arrepentimiento. El arrepentimiento es una convicción profunda que te lleva a entender que cada pecado es un atentado contra Dios; no es sólo contra una persona, por sobre todo es contra Dios porque lo ofendemos y necesitamos su perdón. Ahí fue cuando David escribió el Salmo 51: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio. He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre. He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo…” ¡Tú no quieres la mentira y el engaño, Señor! ¡Tú no quieres que tape mi pecado! Me has revelado la verdad y yo tengo que venir a ti a confesarte mi pecado y pedirte perdón. Algo estaba mal y yo no lo vi ni entendía, Padre. Supuse que no veías nada y escondí el asunto creyendo que estaba todo bien pero tú amas la verdad y no la mentira, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. En lo secreto, en el corazón, el lugar donde el alma se tiene que humillar y el espíritu tiene que prevalecer; pero el alma no quiere que se sepa, no quiere pasar vergüenza ni quedar en ridículo. Mas Dios te habla hoy para que te humilles. El alma quiere mejorar pero Dios no quiere eso sino que se humille y se someta a la voluntad del Espíritu Santo. Nadie puede librarse de sus pecados pero Jesús limpia nuestros pecados y nos libra de toda maldad.
David oró: “Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve”. El proceso es: cometo pecado, trato de taparlo porque tengo miedo a que se sepa, pero viene el Espíritu Santo y me convence de pecado, entonces me arrepiento y confieso, pido perdón y soy limpiado. Si Dios me limpia, seré más blanco que la nieve.
Continúa diciendo el Salmo 51: “Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu”. David sabía que con el Espíritu Santo era victorioso, sabía que su mirada era limpia, que sus razonamientos, sus sentimientos y emociones eran correctos por eso le pidió a Dios: “Señor, no quites de mi tu Santo Espíritu”. Perdoname Padre, hazme blanco como la nieve; alégrame y sana mis huesos. No me eches de delante de ti ni quites de mí, tu Santo Espíritu. Es que el hombre sin el Espíritu de Dios es polvo del infierno, no tiene eternidad, no conoce la verdad y no puede agradar a Dios. ¡No hay manera en que puedas agradar a Dios sino es por el Espíritu Santo! Lo que alegra el corazón de Dios es lo que haces bajo la dirección del Espíritu Santo, no por lo que piensas o sientes. El Señor quiere cambiar tu vida; Él necesita personas llenas de su Espíritu porque tiene proyectos eternos para el mundo. Dios está extendiendo su reino sobre la tierra y no les ha dado a los ángeles esa tarea sino a los hombres y mujeres que se ponen en sus manos.
Tus pecados detienen la obra de Dios en tu vida y en el planeta. ¡Estás frenando la obra de Dios! ¡No pelees más contra Él ni le resistas! Ven a Dios para que tus pecados sean perdonados y limpiados, permite que su Espíritu alumbre tu existencia.
“Trae arrepentimiento genuino sobre las vidas, Señor. Obra con poder en cada corazón y llena con tu Espíritu Santo las vidas, te lo pido en el nombre de Jesús, amén”.
Quiero hablarte acerca de la palabra “semilla” o “simiente” muy mencionada en la Biblia; tanto la palabra “semilla”, “simiente” y “semen” son sinónimos. Toda la actividad que hay en el planeta Tierra está relacionada al término simiente; todo tiene que ver con semilla. Dios ha querido perpetuar los distintos géneros de plantas, animales y personas a través de un sistema que tiene que ver con semillas. Se le llama simiente a la descendencia de un matrimonio; la simiente de Abraham es su descendencia. En otras palabras, nosotros dejamos una descendencia o semilla en el mundo y Dios está esperando que esa semilla que dejamos sea buena.
INTRODUCCIÓN
Leemos en Génesis 37:3 y 4: “Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores. Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente”.
Estos versículos tienen escondidas algunas verdades que quiero manifestarte y una de ellas es que los seres humanos no sabemos amar. ¿Cómo puede ser que amando hagamos daño? Si uno no ama bien, produce malas obras; si amamos mal producimos divisiones. Es común ver padres que hacen diferencias entre los hijos provocando amargura y heridas que acompañan a las personas durante toda su vida. Está mal cuando se ama mal pero es peor cuando no se ama o no se sabe amar.
Vienen a mi mente varios casos; Jacob, a quien Dios le cambió el nombre y le puso Israel, de quien surgió la nación de Israel, tenía diez hijos en ese momento y José era el número diez, el más chico, quien le había nacido en la vejez. Ya era viejo Jacob cuando le nació un hijo varón y se volvió loco con él. Comenzó a amarlo con una pasión desmedida, haciendo diferencia con el resto de sus hermanos y una de las diferencias que marca la Biblia era que a Josecito le hizo una túnica bordada de varios colores; en ese tiempo no era algo muy normal ya que las túnicas eran de un color natural, un poco aburrido diría yo. Pero las personas de dinero tenían acceso a las tintas con las que se teñían las telas o los hilos con que se confeccionaban y se podían dar el lujo de usar túnicas de colores. Jacob veía a su hijo con su túnica y se volvía loco, mientras los hermanos veían que hacía diferencia entre ellos y José. Era el consentido de la casa, se sentía tan especial y creo yo que miraba de reojo a los hermanos, entonces éstos comenzaron a detestarlo y según señala la Biblia, ellos no podían hablarle pacíficamente; este término viene de paz por lo que entendemos que no había paz cuando hablaban con José. Cuando llegaba, tal vez le decían: “¡Ya estás acá otra vez!” No había manera de frenar esa bronca que tenían y la historia nos cuenta que hasta lo quisieron matar. También lo vendieron de esclavo a unos comerciantes que pasaban por ahí y lo llevaron a Egipto.
Pero yo quiero centrar tu atención en que la Biblia afirma que Israel amaba a José más que a todos sus hijos. Cuando amamos mal, lo hacemos seleccionadamente, o sea que seleccionamos a quien amar y a quien no; cuando hacemos eso, hay confusión interna en nosotros, la cual no nos permite amar como Dios quiere que amemos. El verdadero amor no se da por medida; el verdadero amor es una fuente inagotable de bendición y de poder. No es que les damos más amor a unos que a otros porque escasea; el verdadero amor es una fuente que brota de nosotros y va llenando todos los vacíos que hay en las personas que nos rodean. ¡El amor es de Dios! Dios es amor y su amor todo lo llena.
No le negamos amor a otra persona porque nos esté faltando sino porque no queremos, porque no nos gusta la cara por ejemplo, o nos cae pesada esa persona; o porque arbitrariamente seleccionamos a alguien que nos gusta más, para amar, alguien que nos llene o satisfaga. Y cuando hacemos eso no estamos obrando por el poder del amor sino por el poder de la lascivia. El amor selectivo busca a alguien que nos llene; pero el verdadero amor no busca que yo me llene sino llenar a los demás, bendecirlos y hacerles bien. Toda la obra de Dios tiene sus raíces y su fundamento en el amor. ¡Dios es amor! Todo lo que sale de Él es por el impulso de ese motor poderoso que es el amor.
AMOR: FUNDAMENTO DE LA OBRA DE DIOS
Dios hizo el sol con amor, de tal manera que los que no estamos acostumbrados a mirar sólo las paredes, nos sorprendemos al verlo y disfrutamos de cada amanecer y atardecer. El hogar de niños de Haití está ubicado en la falda de una montaña y vemos cómo se pone el sol, abajo en el mar. ¡Todas las tardes disfrutamos de una puesta de sol espectacular! Cuando he ido, me he dedicado a fotografiar varias puestas de sol porque no había una igual a la otra. No sólo tenemos la necesidad de un sol que nos da energía sino que disfrutamos de su belleza y Dios lo hizo para que nos deleitemos. Es tan maravillosa la obra que ha hecho Dios y en cada generación se han levantado poetas que hablan maravillas acerca de este astro. Es que Dios todo lo ha hecho con amor, con belleza, sabiduría e inteligencia. Nos alegra la salida y la puesta del sol; y no hay poeta que no haga mención de la belleza de la luna.
Estuve en la ciudad de Tacuarembó en medio del campo perdido, ¡una belleza! ¡Qué silencio más hermoso se disfruta allí! El único ruido que hay es el canto de las aves y Dios ha hecho los campos con amor. ¡Todo lo ha creado con amor! A ti también te ha creado con amor. Toda obra buena y justa está fundamentada en el amor; todo lo que sale de él es bueno y justo, bendice y hace justicia. Dios anda buscando recipientes para llenar con su amor, porque le sobra. Nadie se preocupa que le falte oxígeno, respiramos tranquilos porque Dios lo ha hecho en abundancia y es mentira que cuando lleguemos a ocho mil millones de habitantes en el planeta va a escasear el oxígeno, quédate tranquilo porque Dios ha hecho las cosas bien. No es que el agua va a escasear porque Dios nos ha dado abundantemente de este bien. ¡Todo lo hizo en abundancia! Y su amor no se acaba ya que es una fuente de bendición y el Señor está buscando recipientes para llenar. Él no quiere que suceda como con la familia de Jacob quien no amó bien sino que produjo división en su propia familia. Tú dirás: “Lo amo porque es mi hijo más chico”. Cuando el amor no está bien dirigido, no sirve, mientras que si está bien dirigido une la familia y bendice. El amor une matrimonios, une a los padres con los hijos y a los hijos con los padres. El amor crea relaciones extraordinarias en la sociedad y hace que nos vinculemos bien con otros, pero está faltando amor. El mundo está infectado de personas que quieren matar a sus propios hijos, así como hacen las mujeres al abortar, y es porque se aman a sí mismos, no aman al hijo que está por venir porque les estorba, porque no llegó en el tiempo que ellos querían. ¡Amas más tu vida que la de tu hijo! ¡No puede ser!
Muchos padres no han sabido amar, no han querido o no han podido hacerlo, y sin importar cuál es la causa, hay dolor en el corazón de los hijos. Una joven me dijo un día que si ella hubiera sido varón tal vez su papá la hubiera amado. “Mi padre amaba más a los varones que a las niñas y yo para que él me amara comencé a hacer cosas de hombre. Me cortaba el pelo bien cortito, jugaba al futbol y hacía todo lo que hacían mis hermanos porque quería la aceptación de mi padre”, me dijo la joven. Ella se crió con un vacío y una necesidad de recibir afecto, de ser elogiada por su padre y a mí me dolía el corazón cuando la escuchaba. ¡Qué triste cuando un papá se niega a bendecir a su hija sólo porque es mujer! Pero sucede al revés también, tal vez a un padre le gustan las niñas y desprecian a sus hijos, entonces les dicen palabras hirientes o no les prestan atención.
En una oportunidad, yo entré al baño de la iglesia y se me acerca un hombre de más de sesenta años de edad queriendo hablar conmigo. ¡Hasta qué edad llegan los dolores del alma! Él me dice: “Pastor, necesito hablar con usted porque no doy más. Toda mi vida he luchado, he estudiado y trabajado pero todo lo que hice fue para ver si conformaba a mi papa, pero nunca lo logré. Él nunca estuvo conforme con nada de lo que hacía. Me casé, fui padre, formé una familia y me doy cuenta ahora que nada hice por ellos sino por recibir la aceptación de mi padre”. ¡El hombre se abrazó de mí y se largó a llorar ahí en el baño! ¿Qué es lo que hace el amor? El amor sana heridas profundas del corazón, por lo tanto las relaciones también son sanadas. ¡El mundo necesita que las relaciones sean sanadas!
El hombre ha inventado cosas, como por ejemplo, el derecho de rehacer su vida porque entre los cónyuges ya no se soportan, y cualquier cosa es buena cuando ya el amor no funciona. Buscan otra mujer u otro hombre para rehacer sus vidas, entonces, quedan los hijos sin saber qué hacer. Los empiezan a repartir, vos con tu padre, después con tu madre o con la abuela, y ellos miran sin poder entender, pero el amor no hace eso. Si tú dejas obrar a Dios en tu vida, Él derramará amor sobre ti y el amor es sabio, es prudente, hace bien las cosas; el amor todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta, todo lo sufre. ¡El amor nunca deja de ser! Hombres y mujeres pretenden rehacer sus vidas y deben ensamblar una familia juntando a todos los hijos de cada uno en una pieza de la casa; de ahí que algunos niños dicen: “Mi padrastro cuida más a sus hijos y a nosotros no nos quiere”. ¡El hombre no sabe amar! El hombre necesita a Dios porque Dios es amor.
También surgen cosas como estas: “Mi amor, sos lo más lindo que tengo, sos mi hija y te amo un montón pero mamá está rehaciendo su vida y mi nuevo novio no quiere que vivas con nosotros”. La madre trata de explicárselo bien para que la niña entienda pero la hija piensa que la está cambiando por ese hombre y el mensaje que le llega a ella es: “Yo no soy importante para mi madre. Ella dice que me ama pero no es así. No puedo vivir con ella y me obliga a ir a vivir con otra persona”. Y en el peor de los casos le dice: “Hija no me estorbes, dejame hacer mi vida. Buscate un hombre”. ¡Así le dijo una madre a su hija de trece años! ¡Así es como se destroza la sociedad! No sabemos cómo amar ni sabemos a quién amar. La mujer se aferra a un hombre dejando a su hija y éste en poco tiempo le hace otro hijo y la abandona.
La sociedad se está resquebrajando porque la familia se está resquebrajando; y aun dentro de la iglesia hay falta de amor en los creyentes, y yo no te puedo obligar a amar. El amor no se da porque yo tenga buena voluntad o buenos deseos. Dios es amor y lo que falta es presencia de Dios en tu vida. Dios no puede exigirte que ames si primero Él no te provee de amor, y si Él te exige que ames es porque tiene amor para darte, y quiere que dejes entrar en tu corazón de esa fuente inagotable de amor. ¡Necesitas ser lleno del amor de Dios para poder bendecir a los que te rodean!
La madre y el padre le dicen a su hija que no puede tener ese hijo, que le va a arruinar la vida, que no va a poder estudiar y deciden matar a ese niño. ¡Se convierten en criminales de sus propios hijos! Nos escandalizamos cuando Estados Unidos o Rusia tiran bombas y matan a los niños pero peores son las mujeres que matan a sus hijos que están en sus vientres. Claro que si tienes amor te vas a aferrar con todo a tu hijo y no amarás más una computadora, una profesión o un sueldo que a tu hijo. No existe el amor selectivo; no existe eso de que cuando tengas eso que tanto deseas entonces ahí tendrás un hijo. ¡El amor tiene que entrar ahora en tu corazón y Dios debe gobernar tu vida! El Señor no te va a dejar faltar el alimento. ¿Cómo Él te va a decir que mates a tu hijo que llevas en tu vientre porque te va a faltar comida? Aquel que todo lo puede, quiere llenarte de amor y el que está lleno del amor de Dios, es feliz.
El abuelo puede dejar marcas porque era abusador; el papá puede haber dejado un vacío porque se fue de la casa, o la mamá porque decidieron rehacer sus vidas dejando de lado a sus hijos…
AMOR: LA ESENCIA DE DIOS
Cada una de esas experiencias dejan vacíos pero Dios es experto en llenarlos y cuando Él te llena con su amor ya no llorarás más a tu padre que nunca te abrazó o a tu madre porque te abandonó. ¡No, porque el Señor llena tu existencia! ¡Si lo tienes a Dios lo tienes todo! Él es el todo para mí. Dios es amor y quiere hacer cosas grandes en tu vida. Jacob eligió qué hijo amaría más, pero Dios no hace eso; El Señor nos ama a todos por igual. Dios te ama, no importa si eres el primero o el último. Él no te ama por tu cara porque si fuera así no te amaría. Dios te ama porque eres su creación. Él no puede negarse a sí mismo, te ama porque te concibió; Dios te trajo al mundo, no fue tu madre ni tu padre, tú naciste por voluntad de Dios.
El rey David dijo: “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá” (Salmo 27:10). ¡Aunque ellos no estén conmigo Dios sí está! Lamento mucho que haya cristianos que no han conocido el amor de Dios; ellos ha asistido a la iglesia y no les fue suficiente el amor de Dios. Les decimos que Dios les ama profundamente pero se lamentan porque el padre nunca les abrazó. Hoy Dios quiere llenar ese vacío y sanarte. ¡El amor sana las heridas!
El hombre comete injusticias aun sin querer, porque queriendo defendernos del mosquito trasmisor del Zica, mandan a las mujeres que aborten. Muchas mujeres infectadas del virus dieron a luz hijos sanos, entonces los médicos matan por las dudas, y las madres acceden porque se los dijo un doctor. Arman una matanza de niños y después dicen que aún no está comprobado si es que el mosquito trasmisor del Zica causa microcefalias en los bebes, pero como señal de advertencia matan a los niños. Esto es como cuando Herodes mandó matar a los niños menores de dos años porque llegó a sus oídos que había nacido un niño que era el Mesías. Le dijeron que el que había nacido sería rey de Israel y decidió matar a los niños para librarse de ese Mesías. ¡Como si Dios fuera tonto! Él no envió en vano a su hijo al mundo. El Señor no ama selectivamente, no importa quién seas o qué te enseñaron tus padres, Dios te ama profundamente. No importa cómo te ha catalogado la sociedad o lo que ésta piensa acerca de ti; Dios tiene los mejores pensamientos acerca de ti y las mejores ideas para ti. Cuando le conozcas profundamente y no hay manera más profunda de conocer a Dios que amarlo, entonces conocerás qué grandes cosas tiene el Señor para ti. Él tiene un almacén de bendición y quiere transformarte en bendición, y cuando te llena, no es solamente para que te sientas lleno sino para que también desbordes y salpiques a los que están cerca de ti. ¡Dios puede sanar las heridas más profundas de tu corazón y cambiar tu historia! ¡El que está en Cristo es una nueva criatura, las cosas viejas pasaron he aquí todas son hechas nuevas! Cuando Dios llena a una persona con su presencia, ésta nunca vuelve a ser la misma. ¡Ya no serás igual! ¡Dios va a cambiar tu historia! Él cambiará tu relación con tu madre, tu padre, tu cónyuge, tu suegra; cambiará la relación con tus hijos porque el amor es sabio.
Dicen que el amor es ciego, pero la Biblia declara todo lo contrario; la palabra de Dios señala que el amor todo lo puede, también que las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. El amor es un fuego impetuoso que devora a su paso y destruye todo lo malo y establece todo lo bueno. Por eso el Señor ha fundamentado todo en el amor a Dios y en el amor al prójimo; no hay otra cosa más importante que amar a Dios y a nuestro prójimo y amar a Dios implica amar a mi prójimo. Juan 3:16 dice que de tal manera amó Dios al mundo; mira si dijera que de tal manera amó a los rubios o a los pelados. Dios no ama a los hombres por el hecho de que son hombres y detesta a las mujeres porque son mujeres, el Señor ama a todos por igual. Nosotros como padres somos imperfectos y necesitamos el amor de Dios para no hacer “la burrada” que se mandó Jacob al establecer una disensión de muerte entre sus hijos, ya que los hermanos de José quisieron matarlo, después vieron que era mejor negocio si lo vendían y así hicieron, todo porque no podían hablarle pacíficamente y fue porque el padre amó desmedidamente a uno más que a otros. La Biblia dice que Dios amó al mundo y eso te incluye a ti y a Él no le preocupa que tan malo seas o cuántos pecados has cometido; Dios te ama y quiere que abras tu corazón para que pueda llenarlo con su presencia. ¡Hoy el Señor te traerá alivio y paz!
He viajado recientemente a la ciudad de Tacuarembó con un joven y recordamos el tiempo en que se casó con una muchacha que no quería saber nada de la vida porque siendo una niña, su madre se fue de la casa y su papá la tomó de esposa poniéndola a cargo de sus hermanos, la hacía limpiar y cocinar, y hasta abusó de ella por mucho tiempo. Cuando la chica logró escapar de ese infierno se fue con un muchacho que la decepcionó mucho ya que lo descubrió con varias mujeres, quien también abusó de ella. Destruida se sentó en un muro que hay en frente de la iglesia que da a un túnel donde pasan vehículos, dispuesta a quitarse la vida. En eso estaba, cuando levantó la vista y vio el cartel de la iglesia que decía Misión Vida, comenzó a escuchar las canciones que estaban cantando adentro y decidió cruzar para ver de qué se trataba; entonces entró y me escuchó predicar acerca del amor. Al finalizar la prédica llamé al frente a aquellos que estaban necesitando un abrazo de parte de Dios, porque yo les quería abrazar y esa joven pasó llorando. Cuando la abracé, el fuego de Dios la envolvió y le cambió la vida. ¡No se fue más de la iglesia! Quería ayudar en lo que fuera necesario y resulta que se encontró con el joven que cuidaba la iglesia; él la ayudaba a limpiar, la aconsejaba, la consolaba y le daba palabra de Dios, así hasta que se enamoró de ella, hoy están casados y sirven a Dios. ¡Yo me deleito en ver cómo Pablito ama a Gigi y cómo ella lo ama a él!
CONCLUSIÓN
Viene a mi mente otra chica que nació siendo despreciada por su mamá; desde muy pequeña tenía que escuchar a su madre que le decía asquerosa, negra fea, estúpida, y la echaba de su lado. Esa niña con cinco años de edad había sentido hablar de Dios y del cielo y pensó que estaría mejor en el cielo que aquí, entonces dijo: “Me quiero ir con Jesús”. Tomó un carrito que tenía y un muñeco, ella vivía pegado a una ruta y aunque tenía prohibido acercarse, decidió cruzarla para que un auto la pisara porque pensó que estaría mejor en el cielo que aquí. Un vecino que la vio, la agarró y se la llevó de nuevo a su madre. Esa niña se crió escuchando las palabras hirientes que le decía su mamá, quien además le expresaba: “A vos nunca nadie te va a querer y nunca te vas a casar”.
Quiero decirte que tuve el privilegio de casarla. Recién cuando experimentó el amor de Jesús, ella comenzó a creer que podía ser amada y se casaría algún día. Isabel llegó a la iglesia a la edad de treinta años y ya había decidido que su vida no tenía sentido, que su destino era lo que estaba viviendo y tenía un gran vacío pero Cristo llenó su vida, la llenó de gozo y le dio un novio con quien se casó. Cuando ella entró a la iglesia, una hermana que estaba en la puerta la abrazó y le dijo: “¡Bienvenida!” Yo honro a esa hermana que abrazó a Isabel porque ese abrazo que le dio era de Dios. El amor de Dios no es como el nuestro ni como el de Jacob que discrimina, separa y hiere; el amor de Dios te hace sentir parte de la familia de Cristo. Puede ser que asistas a la iglesia seguido pero todavía tienes heridas en tu corazón que no se sacian porque estás buscando ser saciado con aquellos que no tienen para darte. Si quieres que tu padre te dé un abrazo, entonces no estás buscando que Dios llene ese vacío, sino tu padre. ¡Así estás despreciando el amor de Dios! Tú tienes que dejar que el Señor te llene y te libre porque con las heridas que tienes vas a tratar con tu cónyuge, con tus hijos, y las heridas condicionan tu relación con los que te rodean.
Dios tiene la medicina para esta enfermedad tan grave que es la falta de amor, una epidemia que está destruyendo la sociedad, y el remedio que Dios tiene para ellos, es el amor. Él quiere derramarse dentro de ti hoy y consolarte por la falta de aceptación de tu padre o tu madre, porque te abandonaron, porque no te han besado ni abrazado. ¡Dios sí sabe amar! Yo he descubierto que el mayor remedio de Dios para el mundo, para la mujer rechazada, para el alcohólico, para el que se droga, para la mujer herida por causa del engaño de su esposo, es el amor de Dios. No sé por qué valle de sombra de muerte estás atravesando, mas Dios te dice: “Yo quiero sanar tus heridas. Quiero quitar tus angustias, librarte de tus temores y quitarte esa carga que tienes encima”. ¡No importa cuántos años tienes de creyente o si recién te has acercado hoy por primera vez a la iglesia, Dios tiene un anhelo profundo por llenar tu existencia con su presencia y con su amor!
Leemos en el Salmo 45: 1 y 2: “Rebosa mi corazón palabra buena; Dirijo al rey mi canto; Mi lengua es pluma de escribiente muy ligero. (Y el rey responde) Eres el más hermoso de los hijos de los hombres; La gracia se derramó en tus labios; Por tanto, Dios te ha bendecido para siempre”. Aquí habla de “palabra buena”; al parecer hay palabras buenas y malas. Señala la Biblia que hay palabras que sanan y otras que son maldición y enferman. Leí que en una guerra, un médico visitaba todas las mañanas a sus pacientes y les decía a cada uno: “Buen día, ¿cómo está? Saque la lengua”. Él no esperaba la respuesta de la persona, más bien era un formalismo, simplemente le interesaba verles la lengua. El enfermo tal vez le decía que se sentía mejor o que estaba mal, pero al médico eso no era lo que le importaba porque sólo quería verles la lengua, y así observaba cómo estaba evolucionando la enfermedad.
Quiero hablarte acerca de fundamentos. Lo primero que se hace antes de comenzar a edificar un edificio es poner el fundamento, y esto es muy importante porque si éste no sirve, la estructura que se coloca encima no durará sino que caerá.
Nuestra vida también está edificada sobre fundamentos a los que les llamamos valores o costumbres cristianas pero que en realidad tienen origen en la palabra de Dios o sea que el fundamento es la palabra de Dios. Decimos que el fundamento es el origen de una estructura o edificio por lo tanto es necesario tener una idea clara de cuáles son nuestros orígenes, ya que lo que sabemos de nuestro origen sirve de fundamento a lo que vivimos, hablamos y pensamos. De ahí la interrogante: ¿de dónde vengo? o ¿De dónde viene el ser humano?
Quiero hablarte acerca del perdón. El perdón es el regalo más grande que Dios le ofrece al hombre. Claro que ese presente viene con otro presente; Jesús murió en la cruz del calvario por toda la humanidad y eso hace posible que nosotros recibamos el perdón de Dios.
INTRODUCCIÓN
Cuando Cristo descendió del cielo y vino al mundo, el cielo descendió a la tierra. Juan dijo de Él: “… y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre” (Juan 1:14). La presencia de Jesús en la tierra era el cielo mismo en el planeta; Él dejó su gloria y la trajo al mundo. Señala la Biblia que Jesús nos reveló al Padre. En Juan capítulo 14 dice el Señor: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”. La revolución que Jesús inició hace más de dos mil años, ningún imperio o ejército ha podido frenar. ¡Es el cielo obrando! El Espíritu Santo estaba en Jesús, la presencia misma del Dios del cielo estaba en Él manifestando la gloria, la poder y la misericordia de Dios en la tierra; Dios manifestado en un ser humano. ¡Dios encarnado! ¡Todo un misterio!
El Señor anhela comunión íntima con los seres humanos porque es lo más preciado que tiene. De todo lo que Dios ha creado, como los planetas, las estrellas, ángeles, arcángeles, querubines y serafines, no se dice de ninguna cosa creada que haya sido hecha a imagen y semejanza suya. ¡Dios tiene un afecto especial por ti! Algunos piensan que son muy malos y no creen que Dios les ama y declaran: “¡Qué me va a amar Dios si soy una porquería! Con todo lo que he hecho, ¿qué me va a amar?” Yo veo madres que aman a hijos que son criminales. ¿Esa madre debe dejar de amar a su hijo por ser criminal? ¡No! ¡Lo sigue amando! ¿Debieran las madres dejar de amar a sus hijos drogadictos que le roban todo y que golpean a la gente en la calle? ¡No! ¡Nunca lo dejará de amar! Dios mucho menos te dejará de amar a ti, sin importar quien seas o lo que hayas hecho porque Él, que creó a tu mamá, es mejor y si ella te ama a ti a pesar de lo que eres, ese amor que tiene tu mamá se lo ha dado Dios.
¡Eso es el poder del cielo en la tierra y la misericordia de Dios manifestándose! Yo he visto a tantas madres llorando, pidiéndome que ore por sus hijos, sus entrañas se conmueven porque sus hijos andan en malos pasos. Yo quiero decirles a esas madres que Dios responderá su clamor porque Él es un Dios que contesta las oraciones. No andes preguntando qué puedes hacer por tu hijo, simplemente cree y ora. En medio de un mundo cada vez más putrefacto donde todo se tergiversa y se da vuelta, el profeta Isaías en el capítulo 60 dice: “…he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria”. Y Jesús dijo: “…cuando el Hijo del hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8).
Un cuestionamiento pesimista del Señor, como diciendo que una de las cosas que se perderá a medida que pase el tiempo será la fe, y ésta es una herramienta esencial para que el cielo opere en la tierra. Cosas que están determinadas en el cielo que sucedan en la tierra, serán manifestadas por los creyentes mediante la fe
LA LUZ DEL MUNDO
¡Estoy asombrado de las cosas que están aconteciendo en el mundo! En un edificio de Estados Unidos, en el Capitolio de Oklahoma, había un monumento en donde estaban grabados los diez mandamientos y lo han quitado alegando que atenta contra la Constitución de los Estados Unidos. Ha llegado el momento en que se levantan los ateos, los enemigos de Dios y del cristianismo, declarando que eso es ilegal, que no puede haber un monumento a los diez mandamientos. ¡Puede haber mujeres con los pechos al aire o monumentos de toda clase pero los diez mandamientos no son permitidos porque es religioso! ¡Así sucede en una nación que tiene impreso en sus billetes la frase “In God we trust”: En Dios confiamos!
Siete y ocho de noviembre nosotros inauguramos un templo para la gloria del Dios del cielo, pero el treinta de octubre, en una localidad de Houston van a inaugurar una iglesia de satanás con una gran celebración pública, por primera vez, creo yo, en todo el mundo, y no será en un país cualquiera sino en la nación del evangelio; una nación que mandó miles y miles de misioneros a todas partes del mundo para predicar el evangelio. Y este hecho tendrá lugar en Texas, el estado más cristiano en todo Estados Unidos. La noticia dice así: “Abrirán una iglesia para adorar a satanás el 30 de Octubre…” Sabemos que el 31 de Octubre se celebra Halloween, seguramente se hará esta inauguración a eso de la media noche entre el 30 y el 31. Continuando con el informe, dice así: “Una iglesia satánica está prevista a ser abierta este próximo 30 de octubre en Old Spring Town, al norte de Houston. El evento será un día antes de la celebración de las fiestas de Halloween. La Iglesia Mayor de Lucifer será dedicada a adorar al dios de las tinieblas. La apertura de este lugar diabólico tiene a más de uno en el vecindario con los pelos de punta, pues ya han visto entrar y salir del pequeño lugar a personas con vestimentas raras, poco comunes para un apacible lugar como este…”
¡El mundo se está pudriendo! Un país que ha llevado el evangelio a tantos lugares del mundo, se ve impotente a la hora de impedir que se establezca una iglesia para adorar a satanás, el príncipe de las tinieblas. Así se llama, príncipe de las tinieblas; pero ellos dicen que lucifer es portador de luz. ¿Cómo va a ser príncipe de las tinieblas y a su vez portador de luz? Los satanistas declaran que ellos no ven a satanás como una persona maligna sino como un portador de luz y que, según dice la noticia, él quiere abrirles la mente a las personas para que puedan romper los moldes de pensamientos que han estado influyendo al mundo, y así la gente puede tener libertad. Romper los pensamientos y destruir las verdades y los valores del cristianismo con cuestionamientos como por ejemplo: ¿Por qué un matrimonio tiene que ser entre un hombre y una mujer? ¡Destruyamos esa idea! O, ¿Por qué la familia tiene que estar compuesta por el padre, la madre y los hijos? ¡Acabemos con ese pensamiento! ¿Por qué vamos a traer al mundo un hijo si no lo hemos planificado? ¡Vamos a matarlo! Pretenden romper estereotipos de pensamientos y eso no viene más que del trono de satanás; el aborto, la legalización de las drogas, etc. Eso sólo se le puede ocurrir a un ser perverso que bajo la pretensión de darle libertad a las personas las esclaviza, pero en el mundo prevalece la iglesia como la portadora de luz. Para los satanistas el portador de luz es lucifer pero yo te digo la verdad; Jesús declaró: “Yo soy la luz del mundo” (Juan 8:32). ¡Él es la luz del mundo! No es el portador de la luz, Jesús es la luz. ¡Hay una gran diferencia! Una cosa es llevar la luz y otra es ser la luz y los verdaderos portadores de luz somos los cristianos, los hijos del Dios viviente. Nosotros llevamos a Cristo en el corazón y el Señor nos dice: “Vosotros sois la luz del mundo”
DIOS NECESITA DE TU FE, PARA MOSTRAR SU PODER
Esto de que el cielo venga a la tierra, no debe ser algo litúrgico o religioso; no debe ser sólo sentir la presencia hermosa del Espíritu Santo sino que la manifestación del cielo en la tierra debe ser la revelación de la gloria y el poder de Dios, y esas manifestaciones están en manos de quienes somos los verdaderos portadores de luz. Quienes llevamos las verdades inamovibles e indiscutibles del reino de los cielos somos aquellos que hemos creído en el Dios que creó los cielos y la tierra y atesoramos la palabra del Dios viviente. Y para poder manifestar al mundo el poder del reino de los cielos, la gloria y la misericordia, el Señor nos ha dado un arma y es la fe. ¡Una palabra tan pequeña hace cosas grandes! No importa el tamaño de la palabra porque Jesús dijo que al que cree todas las cosas le son posibles: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (Marcos 9:23).
En el ministerio de Jesús quedó muy evidenciado que la fe de los que se acercaban a Él era algo trascendente porque Dios tiene todo el poder, toda la gloria, todas las ganas y las misericordias, pero todo eso se manifiesta en la tierra por causa de la fe de los que creen en Él. O sea que Dios tiene todo eso pero nosotros contamos con la llave y esa llave es la fe. El Señor le dijo a Pedro: “Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos” (Mateo 16:19).
La fe es la llave de la autoridad, quien tiene fe produce en la tierra hechos innegables del cielo, por lo tanto, es imprescindible que aquel que se dice creyente tenga fe. ¡Un cristiano no puede operar sin fe! ¡Si opera sin fe desagrada a Dios! Hebreos 11:6 declara: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. Y Santiago 1:5 al 7 dice: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor”.
Tenemos un problema serio y es que acercarse a Dios sin fe es inútil. Puedes acercarte al Señor llorando pero tienes que tener fe porque tus lágrimas a Él no le convencen. ¡Al Señor le agrada tu fe! Puedes acercarte a Dios sin fe pero según la Biblia el que duda es como la onda del mar que es echada de una parte a otra y esa persona no recibirá nada de parte de Él porque quien carece de fe entonces tiene duda y se acerca al Señor pero lo hace sin certeza y sin seguridad. “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). Así que si hay algo a lo que tenemos que aspirar, si hay algo que Dios quiere que agarres fuerte y no sueltes es el deseo profundo de crecer en la fe. ¡Dios mío, dame fe! ¡Yo quiero manifestar las obras del cielo en la tierra! ¡Quiero honrarte con mi fe, Señor! El que tiene fe honra al Señor y hace sus obras en la tierra, y esa persona le agrada a Dios. Si no tiene fe entonces hace las obras de Juancito, de Pedrito, etc, pero no las obras de Dios porque éstas se hacen a través de la fe. Por lo tanto tienes que desear fervientemente crecer en la fe. No hagas cosas para agradar a Dios, simplemente crece en fe y ésta te llevará a hacer las obras que el Señor quiere que hagas.
LA FE DE LA MUJER SIROFENICIA
Leemos en Mateo 15:28: “Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora”. Esta era una mujer cananea que no pertenecía al pueblo de Dios. ¿Puede alguien que no pertenece al pueblo de Dios tener más fe que aquellos que sí pertenecen a su pueblo? ¡Sí! ¡Está escrito! Una mujer había creído en Jesús; el Señor fue a esa región que no pertenecía a Israel y se encontró con una madre desesperada que quería que Jesús liberara a su hija endemoniada. La mujer lo seguía y le pedía por favor que liberara a su hija y dice en este mismo capítulo: “Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros”. ¡Pedían al Señor que la echara! Jesús seguía en sus asuntos y no declara la Biblia que estaba haciendo pero la mujer era insistente y el Señor le dice en un momento: “…No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel… No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos”. En el evangelio de Marcos 7:27 el Señor le dice: “Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos”. Pero la mujer no se doblegó y ante la determinación de Jesús de no atenderla porque no estaba dentro de sus planes, ella le respondió: “Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos”. Cuando ella declaró eso, Jesús exclamó: “Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres”. ¡No le correspondía! Jesús vino a los suyos declara la Biblia y los suyos no le recibieron; era necesario que el Señor primero manifestase su gloria y su poder al pueblo de Israel, sus hermanos y descendientes y después el evangelio sería predicado en todas las naciones y eso era lo Él trataba de explicarle a la mujer: “No es tu hora mujer, no te corresponde. Primero hay que darle de comer a los hijos”. Pero ella le dijo: “¡Yo quiero de las migajas que caen de la mesa de los amos, y que comen los perrillos!” En ese momento Jesús fue sacudido. ¿Por qué? ¡Por la fe de la mujer! ¿Cuánto sabría de doctrina o de teología ella? ¿Cuánto sabría de la Biblia? Yo creo que poco y nada pero tenía fe y quien tiene fe tiene una gran ventaja por más burro que sea. ¡Si tienes fe tienes la fuente del poder de Dios a tu disposición para que se haga en la tierra lo que el cielo quiere manifestar!
LA FE DE LOS AMIGOS DEL PARALÍTICO
Hay otro caso en Marcos 2:5 y dice lo siguiente: “Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados”. Jesús entró en Capernaum donde Él vivía, según los historiadores, en la casa de Pedro. Con mi esposa estuvimos en ese lugar donde se supone que era la casa de la suegra de Pedro. Dice la Biblia que la ciudad de Capernaum se llenó de gente que había venido a escucharlo y el Señor les enseñaba la palabra; ya no se podía entrar a la casa porque no cabía más nadie por ningún lado. La Biblia dice que había cuatro personas que traían a un paralítico en una camilla y al ver que no podían entrar por la puerta ni por las ventanas, subieron al techo y éste no era de hormigón, supongo que estaba construido de ramas, de barro y paja, entonces hicieron un agujero para bajar al paralitico por ahí a donde estaba Jesús. ¡Interrumpieron al Señor, le rompieron la casa a la familia que lo hospedaba e hicieron tremendo lío! Allí había doctores de la ley y fariseos además de todas las personas que estaban escuchando lo que Jesús hablaba, y los amigos del paralítico interrumpieron una enseñanza del Señor provocando disturbios. Pero nada de lo que habían hecho llamó la atención de Jesús. ¿Qué fue lo que demandó su atención entonces? ¡La fe que vio en ellos! “Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados”. ¡Mamá, por tu fe Dios puede perdonar los pecados de tu hijo! ¡A ti te digo hombre o mujer que por tu fe el Señor puede perdonar los pecados de tu cónyuge!
Cuando hablamos de fe normalmente pensamos en milagros pero te quiero decir algo; allí hay un paralítico postrado y lo que se ve es impactante pero para Jesús lo que más impacta es lo invisible. Hay madres que se me acercan llorando desesperadas, porque sus hijos van a ir a parar a la cárcel; ellas no se desesperan por el hecho de que sus hijos se pueden ir al infierno sino porque los van a apresar, y me dicen: “Ore pastor, porque yo no quiero que mi hijo termine preso”. ¡Hay padres y madres despistados! ¿Qué es más importante, que tu hijo no sea apresado o que se vaya al infierno? ¡Orar por la salvación de las personas es importante! Los cuatro que irrumpieron en donde estaba Jesús no sólo eran amigos del paralitico sino que tenían mucha misericordia por él porque sabían que lo que estaba padeciendo ese hombre era causa de su pecado. Sí, estaba paralitico, por eso lo llevaron ante Jesús pero la fe de ellos era impresionante en cuanto a que no sólo esperaban un milagro sino también la transformación del corazón de su amigo.
A muchas personas no les alcanza la fe para ser perdonadas; hay muchos que dicen: “Con todas las que me mandé no creo que Dios me perdone, yo no tengo perdón de Dios”, sin embargo la Biblia nos muestra aquí que por la fe de alguien que ama a esa persona, Dios puede perdonar los pecados de ésta. Muchas veces las consecuencias somáticas o sea en la carne o el cuerpo, son por causa del pecado. Tú tienes una enfermedad pero no se la atribuyes a ningún pecado, pero los pecados producen enfermedades psicosomáticas que van del alma al cuerpo o sea que se somatizan. Siempre es más importante el perdón de los pecados que la sanidad del cuerpo. Jesús apuntó al problema más serio que tenía el paralítico y no sé cuántos años habrá estado en esa condición pero no podía moverse y permanecía postrado, tal vez le tenían que dar la comida en la boca porque el hombre estaba inmovilizado. Su situación era complicada pero Jesús apuntó a algo más importante que eran sus pecados y al ver la fe de ellos, sus amigos, le dijo al hombre: “Hijo, tus pecados te son perdonados”.
¡Es importante la fe! Dios quiere que le des valor porque ésta no sólo te puede llevar al perdón de tus pecados, no sólo está en ti para lograr aquello que tú anhelas sea material, físico o espiritual; la fe está en el creyente para bendecir al mundo, comenzando por tus parientes, tus vecinos, etc. La fe está para mostrar al mundo la gracia, la misericordia el poder y la gloria de Dios. ¡Tú necesitas fe!
Ahí estaban los religiosos, mirando a Jesús con escepticismo, preguntándose: “¿Qué está haciendo este, cómo puede perdonar pecados?” La Biblia dice que cavilaban estas cosas en sus corazones, o sea, razonaban por dentro. “¿Quién se cree que es? ¡Se cree Dios pero solamente Dios puede perdonar pecados!” Y el Señor, que conocía sus corazones y sus pensamientos, les dice a éstos especialistas en religión: “… ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados dijo al paralítico: A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa”. ¡Gloria a Dios! ¡Jesús perdona pecados y sana enfermedades! ¡Es muy importante tener fe! No puedes llamarte cristiano y vivir sin fe, tienes que creer que Dios te sacará del pozo en el que te encuentras y enderezará tu vida; tienes que creer que el Señor va a bendecir a tu familia. ¡Tienes que creer! ¡La fe produce milagros! ¡La fe muestra la gloria de Dios en la tierra!
LA FE DEL CENTURIÓN ROMANO
Un centurión se acerca a Jesús y le dice: “Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace” (Mateo 8:6-9). Un centurión era un oficial del ejército romano, él sabía cómo funcionaba la cosa, por su palabra los soldados iban y por su palabra venían. Otra vez el Señor se sorprendió: “Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe” (Mateo 8:10). ¡Un centurión del ejército romano creía! “Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora” (versículo 13). ¡Otra vez la fe actuando! Jesús tiene el poder, pero tú tienes la llave y esa llave es la fe.
LA FE DE LA MUJER CON FLUJO DE SANGRE
Hubo también una mujer que tocó el manto de Jesús con fe. Había mucha gente rodeando al Señor, pero ella tenía fe y tocó el borde del manto de Jesús porque decía: “Si tocare solamente su manto, seré salva” (Mateo 9:21). Era muy complicado acercarse a Jesús habiendo tanta gente, además la mujer padecía una enfermedad y según la ley ella era inmunda y no podía tocar a la gente pero no le importó sino que se arriesgó a tocar el manto del Señor porque creía que podía ser sanada. Señala la Biblia que en ese mismo instante poder salió de Jesús y enseguida el Señor preguntó quién lo había tocado. “Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote” (Marcos 5:33-34).
CONCLUSIÓN
¡Con este mensaje me dan ganas de tener más fe! No sé tú. Tropiezas en cualquier piedrita y por cualquier cosa te haces mala sangre. ¡Pero al que cree todo le es posible! Tú te desesperas y te angustias pero no es por tu desesperación que Dios va a contestar tu oración sino por tu fe; tú te angustias porque no llega la respuesta de Dios, pero no es por la angustia que te responderá, sino por tu fe. ¡Es por la fe!
Los grandes líderes y vencedores son una especie de locos que no se han enterado que lo que ellos querían era difícil, sin embargo creyeron lo que otros no se animaron a creer, por eso lograron lo que lograron. La Biblia dice que la fe viene por el oír y por el oír de la palabra de Dios. ¡Ve y actúa por la fe! ¡Practica la fe! Comienza a orar por esos problemas que pareciera que no tienen solución y verás que sí tienen solución. ¡Deja de razonar! ¡Ora a Dios y el problema se solucionará! La fe es un ingrediente que necesitas y no puedes vivir sin ella. ¿De qué te sirve decir que eres cristiano si no tienes fe? Los cristianos demuestran que son cristianos por causa de la fe que tienen en Dios. ¡Tú no has nacido para pasar desapercibido o desapercibida como cualquier hijo de vecino! ¡Tú has nacido para llevar la luz del evangelio, el poder, la gracia y la misericordia de Dios al mundo!
Ábrele al Señor tu corazón en esta hora y dile que quieres tener esto. Dios quiere que tengas fe porque Él necesita manifestarse al mundo a través de ti. Dile a Dios en esta hora: “Señor, yo sé que no voy a recibir nada de ti si no vengo delante de tu presencia con fe. ¡Dame fe, Señor! ¿Cómo te voy a honrar y a glorificar sin fe, Jesús? ¿Cómo va a ver la gente que tengo un Dios poderoso si no hago tus obras? Unge mi boca Señor, que de ella salgan palabras de fe y que yo no crea sólo en lo que es posible sino en lo imposible y difícil porque por mi fe, tú lo harás posible, Padre. El mundo no tendrá fe, Señor, pero yo te voy a honrar con mi fe. Cuando vuelvas habrá muchos que creerán en cosas vanas pero yo honraré al Dios del cielo con mi fe y mostraré tu gloria en la tierra. Reconozco mi impotencia y lo escéptico y negativo que he sido por causa de la falta de fe. ¡Perdóname, Señor! Hoy abro mi corazón para que tú obres en mí, con tu poder Padre, en el nombre de Jesús, amén”