INTRODUCCIÓN
“No me asusta la maldad de los malos, me aterroriza la indiferencia de los buenos”, dice una frase que algunos atribuyen a Mahatma Gandhi y otros a Martin Luther King. La inoperancia de los que saben el bien, es peor que la maldad de los malos. La oscuridad puede ser muy densa, pero enciendes un fósforo y las tinieblas se disipan; por lo tanto, la luz que somos nosotros, no puede quedar oculta. Jesús dijo: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.
Los que prefieren no tener problemas, los que se callan y no hablan la palabra de Dios, están escondiendo la luz, y la ira de Dios vendrá sobre ellos ya que hay muchos que están en contra de la luz porque no han conocido la luz. Aunque hay quienes han conocido la luz y no quieren problemas, conocen el evangelio pero no quieren pasar vergüenza o ser contradichos. Pero yo te digo que Dios te va a juzgar, por lo que es preferible ser enemigo de la luz y no ser amigo de la luz y callarse. ¡Hazte cargo!
Un líder de la iglesia al que le he reclamado que no se acerca a mí y no quiere hablar conmigo y es muy huidizo, me dijo que le sucede así con mucha gente y agrega: “Yo me crié con un padrastro muy malo, que me golpeaba”. Este hombre sufrió mucho hasta que se fue de la casa, aunque se involucró en la droga; ahora que está en la iglesia se le ve muy bien pero le cuesta acercarse a mí o a alguna otra autoridad. Me contó que su padrastro tiene cáncer y está muriendo, y no se animaba a ir a verlo porque no lo podía enfrentar por todo el dolor que le ha causado, y estoy hablando de un líder de la iglesia. Yo le dije que si ese hombre moría se iba al infierno pero que él, su hijastro, sería el responsable. ¿A quién iba a usar Dios para salvarlo y para llevarle la luz? Le aseguré que si el hombre se moría y se iba al infierno, Dios lo haría culpable a él. Ahora, si le lleva el evangelio y su padrastro lo rechaza se iría al infierno por voluntad propia pero él sería salvo de la ira de Dios. Si este líder no le predica a su padrastro con la excusa de que está muy dolido por todo lo que lo hizo sufrir y el hombre se va al infierno, entonces la culpa sería sobre su cabeza. Piensa en esos parientes que no puedes ni ver. Tal vez no sabías esto, pero a partir de ahora eres responsable de predicarles el evangelio.
LA IGLESIA: COLUMNA Y BALUARTE DE LA VERDAD
Leemos en la carta del apóstol Pablo a los romanos: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad” (Romanos 1:18). ¡La verdad no puede ser detenida! ¿Quiénes detienen la verdad? Los que se levantan contra ella y los que tienen la verdad pero no hacen nada con ella. Esos que tienen miedo o vergüenza de hablar la verdad, son los que la detienen. La Biblia señala que la iglesia es columna y baluarte de la verdad (1° Timoteo 3:15). La verdad no es del hombre; la verdad es de Dios y ha sido revelada a la iglesia. ¡En la iglesia está la verdad de Dios!
Una columna se erige verticalmente. Las columnas soportan cargas verticales y trasmiten el peso del edificio hacia el fundamento. Se calcula el peso de un edificio y se van haciendo las columnas de acuerdo a las cargas que va recibiendo; las columnas de abajo son más gruesas que las superiores porque las que están abajo cargan el peso de todos los pisos. La iglesia es columna de la verdad, o sea, soporta la verdad, lleva la carga de la verdad. En otras palabras, eres responsable de la verdad que te ha sido enseñada a través de la palabra de Dios.
También dice la Biblia que la iglesia es baluarte; vendría a ser como una trinchera, un lugar de defensa. La verdad está atrincherada en la iglesia. El mundo “no se va al bombo”, como dice el dicho popular, porque la iglesia hace presión a través de la verdad.
“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad”. La ira es juicio de Dios; y se revela, o sea, se manifiesta, se da a conocer contra toda impiedad e injusticia, contra toda persona injusta e impía. Quien detiene la verdad lo hace con injusticia. Los creyentes detienen la verdad al no hablar lo que conocen, callándose la verdad. En resumen, detener la verdad es desatar la ira de Dios. Todo aquel que no expone la verdad, aquel que no la conoce, que la ignora o que detenga la verdad conociéndola, desata la ira de Dios sobre su vida.
Romanos 1:19 y 20 dice así: “porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”. Lo que sabes de Dios, lo sabes a través de las cosas creadas. El Señor ha manifestado a través de la creación su gran inteligencia y sabiduría. Todo lo que la ciencia descubre, ya Dios lo pensó y lo hizo. El hombre no inventó las matemáticas; en toda la creación se manifiestan las leyes matemáticas. La física también la inventó Dios porque hizo que el planeta Tierra esté suspendido en la nada. Su gran poder y deidad se hacen claramente visibles a través de las cosas creadas. ¡Hay ciencia, sabiduría e inteligencia en cada flor, en los árboles, en las frutas, en las nubes del cielo y en los mares!
Nadie puede edificar una casa estable sobre la arena, pero Dios puede ponerle límites al mar con la arena. La creación nos habla de la grandeza de Dios, por lo tanto no hay excusas porque podemos entender la creación por medio de las cosas hechas. ¡No hay excusas! Los hombres tienen que darle la gloria a Dios y reconocerlo. No pueden decir que la vida surgió del Big Bang porque no puede salir algo bueno de una explosión. La Biblia dice que el Señor nos creó a su imagen y semejanza. Tú tienes que cuidar y honrar tu cuerpo porque los animales y las demás cosas fueron hechos conforme a su género, pero el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios. Es increíble cómo el oxígeno es inhalado por la nariz y llega a los pulmones y éstos hacen un intercambio, porque allí se produce el paso de oxígeno desde el aire a la sangre y el paso de dióxido de carbono desde la sangre al aire. ¡Hay mucha sabiduría en el cuerpo humano! ¡Dios es grande, terrible y poderoso! ¡El Señor es digno de toda alabanza y de toda gloria!
¿Pero cuál es el tropiezo? Lo dice Romanos 1:21: “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido”. No se te mueve un pelo a la hora de adorar a Dios, no levantas tus manos para alabarlo. Pídele perdón al Señor por tu falta de gratitud y tu falta de reconocimiento al que creó los cielos y la tierra.
Señala este pasaje que lo conocieron a Dios, pero no le dieron gracias ni la gloria que Él se merece, entonces, se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. La consecuencia de no darle gracias a Dios y no alabar a Dios dándole la gloria, es que te envaneces en tus razonamientos. Quitas la mirada en lo que tienes que ver para fijarte en otras cosas. Dejas de admirar al Señor y a su creación y comienzas a enfocarte en otras cosas y entonces, tus razonamientos se vuelven vanos, entra oscuridad en tu corazón. Éste se oscurece y perdemos capacidad intelectual.
¿Quieres que te vaya bien en la universidad? ¡Alaba a Dios y dale la gloria! Estudia dándole gracias y glorificando al Señor, así tu intelecto funcionará bien. Si tienes problemas en tus estudios, busca a Dios, dale la gloria debida a su nombre y tus pensamientos serán afirmados; tu intelecto estará libre de contaminación, tus razonamientos serán correctos y tu corazón estará en luz.
Hay una consecuencia catastrófica cuando se oscurece el corazón ya que uno deja de entender y de discernir la verdad. Con un corazón en tinieblas no puedes partir el alma del espíritu; la palabra de Dios no obra en un corazón desagradecido, la gloria y el poder de Dios no se manifiestan en un corazón desagradecido. ¿Quieres ser más inteligente y tener luz en tu corazón? Dale gracias a Dios, alábalo y glorifica su nombre. ¡Es importante que entendamos esto! Yo trato todos los días de mi vida darle gracias a Dios por todo lo que me ha dado y tengo mayor discernimiento y lucidez porque entra la luz a mi corazón y mis pensamientos dejan de ser vanos.
La gente que no glorifica a Dios se turba y dice Romanos 1:22 y 23: “Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles”. Entra la idolatría en el corazón del hombre. Muchos preguntan qué tiene de malo escuchar música secular, pero fíjate a dónde está dirigida esa música. Se idolatra el sexo, el amor que se perdió, idolatran a la mujer y al hombre. Dime dónde hay sabiduría en la música del mundo. ¡Están turbados y engañados! A una bella mujer le dicen diosa y resulta que le hacen unas preguntas en algún concurso de miss y son unas “burras” que no saben responder. ¡Esto es verdad! La vanidad es oscuridad.
LA IGNORANCIA DE LA VERDAD DESATA LA IRA DE DIOS
¿Qué hizo Dios? “Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos” (Romanos 1:24). No es que el Señor los arrojó a la inmundicia, es que esa inmundicia estaba en sus corazones. Dios los entregó a la inmundicia en la codicia o deseos de sus corazones. Cuando el corazón está en oscuridad surgen deseos en él y el hombre no está capacitado para detenerlos, se hacen tan fuertes que no los pueden frenar. Como no han querido tener en cuenta a Dios, los razonamientos se les han vuelto vanos, el corazón entró en tinieblas, y Dios entonces, los entregó a la inmundicia, en las codicias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos. Esto último significa que en sus relaciones deshonraron sus propios cuerpos. Vuelvo a decirte, honra tu cuerpo porque éste fue creado a imagen y semejanza de Dios. Tu cuerpo de un vaso de barro, pero está diseñado para contener la gloria de Dios. ¡No lo ensucies! ¡No entregues tu cuerpo a deseos viles! ¡No lo uses para codicias insanas!
Continuamos leyendo en Romanos 1:25 y 26: “…ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza”.
Y aquí entramos en un tema de actualidad que es la ideología de género. Entramos en un territorio en que debemos discutir qué enseñan algunos ministros de Dios. Un joven me dijo que su patrón que es de la iglesia tal y que no viene al caso, dijo que en su iglesia se enseña que dentro del matrimonio todo vale y fuera de éste nada. ¿Cuál será el versículo bíblico en que se respaldan para declarar semejante cosa? Se enseña que si la pareja está de acuerdo, pueden hacer cualquier cosa. Perdón si te rompo los esquemas pero creo firmemente que la Biblia no dice eso. Han cambiado la verdad de Dios por la mentira, por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas. No todo es legal en el sexo, no todo es lícito ni bueno. Kinsey es uno de los precursores de la ideología de género y dice: “No existe en mi opinión ninguna relación sexual que se pueda considerar anormal”. ¡Cualquier relación sexual es normal para este hombre! ¡Que le vaya a enseñar a su abuela! Lo que yo te predico hoy es palabra de Dios: “…aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza”. No todo vale dentro del matrimonio. Dios es un Dios de diseño y de propósito. El hombre fue diseñado como tal para que cumpla el plan de Dios así también la mujer.
¿Es bueno o malo el placer sexual? El placer es bueno dentro del propósito y de los límites de Dios. El Señor creó el sexo y el placer porque le dio mandamiento al hombre y a la mujer de multiplicarse y si hubiera hecho el sexo aburrido, no se iban a multiplicar. Entonces le puso placer al asunto para que el esposo y la esposa tengan relaciones sexuales y así multiplicarse y llenar la tierra. Aunque el placer no es el propósito sino la herramienta de Dios para su propósito. Pero como toda cosa en exceso es mala, el placer es malo cuando se sale de los límites. Los tallarines son buenos pero si comes en exceso es malo. ¡Todo necesita límites! El diablo te retiene para que no hagas lo bueno y si no logra frenarte te empuja para que sigas de largo.
¿Qué surgió en el corazón del hombre? Pasiones vergonzosas. Pasión es un deseo intenso que no puedo frenar y tengo que hacer lo que hay en mi corazón; y en este caso es una pasión vergonzosa. Hay pasiones buenas, por ejemplo, tener pasión por Cristo es bueno, no puedo frenar, tengo que predicar el evangelio. El apóstol Pablo declaró: “¡Hay de mí si no predico el evangelio!” ¡Eso es pasión! Llueva o no llueva yo tengo que predicar, haya gente o no, yo tengo que hablar del amor de Dios. Pero hay pasiones vergonzosas y esas influyen de la misma manera al ser humano; es un deseo muy fuerte por el cual yo estoy dispuesto a pagar un precio. Pasión es estar dispuesto a padecer y pagar un precio con tal de satisfacer ese deseo engañoso.
Hay hombres que saben que van a perder su familia pero no pueden frenarse. Las pasiones vergonzosas llevaron a las mujeres a cambiar el uso natural de la mujer por el que es contra naturaleza, o sea que hay un uso sexual en la relación de la mujer que es bueno y correcto y hay uno que es malo. Según Kinsey, “No existe en mi opinión ninguna relación sexual que se pueda considerar anormal”. Así que según él se puede tener relaciones con animales, con niños, hombres con hombres y mujeres con mujeres. Ese es el pensamiento de la ideología de género, pero la Biblia dice que hay un uso que es contra naturaleza. Las mujeres no pueden tener hijos por la nariz, tampoco por la oreja, ni por ningún otro lado que no sea el canal de parto. Pero hay personas que tienen pasiones vergonzosas y quieren satisfacer sus placeres sexuales por donde sea y mucho mejor si es desenfrenado. Prueban una y otra cosa y después no saben cómo satisfacer esa fiebre sexual. Hay un ochenta o noventa por ciento de pervertidos sexuales que violan niños, mujeres y hombres; también hay madres que violan a sus hijos y tías que abusan de sus sobrinos entre otras tantas aberraciones. Esos deseos vergonzosos surgen porque no han tenido en cuenta a Dios, no le han dado gracias ni la gloria que Él merece. “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido”.
No conocen la verdad o han hecho caso omiso de ésta y desatan la ira de Dios que se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad. Dios ha pensado en el sexo, en la relación sexual natural y el hombre ha pensado en la relación sexual contra naturaleza, mas el Señor está en contra de esto. El ochenta por ciento de los violadores y pervertidos sexuales que ceden ante pasiones vergonzosas consumen pornografía. Aún hay cristianos que consumen pornografía. Hemos descubierto varios casos de gente que ha usado las computadoras de la iglesia para ver pornografía. Se alimentan de basura y por lo tanto van a producir basura. Padres, no se sientan orgullosos de tener un televisor en cada dormitorio porque sus hijos se encierran a ver cosas que no convienen y ustedes no lo saben. Después se preguntan por qué sus hijos reaccionan de determinada manera…
Hace unos años atrás, me fui a descansar a la casa unos líderes de un hogar de Beraca y cuando vi el panorama los rezongué. Encontré que sus hijas, cada una tenía su dormitorio, y estaban encerradas mirando telenovelas. Ellos estaban salvando almas ayudando a chicos y chicas problemáticos mientras sus hijas se estaban perdiendo. El padre, para servir tranquilo les dejaba el televisor en el dormitorio para que ellas se distrajeran. Pero no pasó mucho tiempo que la hija mayor se escapó por la ventana de su cuarto y se fugó con un muchacho. Luego, al tiempo, la hija menor también se escapó, y volvieron, cada una, casadas y con hijos. Los sueños de que sus hijas sean siervas de Dios quedaron en la nada porque permitieron que fueran alimentadas con programas que las llevaron a seguir sus pasiones vergonzosas. ¿Qué hay de bueno en una novela? Es puro engaño, venganza, seducción, etc.
“Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza”. Esto me sugiere que no todo es válido en el matrimonio y yo le creo a la palabra de Dios antes que a las enseñanzas de los pastores que dicen que todo es válido en el matrimonio. No hace falta explicar que algunos órganos del cuerpo tienen esfínteres con una función específica.
Romanos 1:27 dice: “De igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío”. La lascivia desea beneficiarse a expensas de otros. Uso a una mujer o a un hombre para satisfacer mis deseos por medio del engaño. Por ejemplo, mujeres que hacen trabajos de brujería para atar a un hombre y ese hombre viene como idiota…
“Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen” (Romanos 1:28). Un empresario que ha logrado levantar una gran empresa, por años le ha costado mucho esfuerzo, y por causa de su mente tan reprobada termina destruyendo su familia, entregándole sus bienes a su secretaria. ¡Termina perdiendo todo! El corazón queda en oscuridad porque no aprobaron tener en cuenta a Dios. ¿Qué es esto de no aprobar tener en cuenta a Dios? Es darle gracias y la gloria debida a su nombre; es no olvidar ninguno de sus beneficios, así como decía el salmista: “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias. El que sacia de bien tu boca…” (Salmo 103: 1 al 5)
David no se permitía olvidarse de ninguno de los beneficios que Dios le brindaba y daba gracias al Señor por todo. Pero algunos no quisieron tener en cuenta a Dios; David sí, lo tenía en cuenta siempre y disfrutaba de la obra maravillosa de Dios. Imagínate que Dios te alimentara en una estación de servicio como a los autos, y no todos pueden consumir más que un combustible especial. ¡Qué aburrido sería! Pero Dios ha hecho todo para que disfrutes. ¡Agradece a Dios por la comida, por tu familia, por todo!
“Como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades…” Y la lista es extensa, todo viene a partir de no darle la gloria a Dios.
¿Has practicado o aún practicas actividades sexuales contra naturaleza? ¿Consumes pornografía alimentando tu corazón de pasiones vergonzosas y codicias? Estas prácticas te llevan al deseo de deshonrar tu cuerpo por no darle la gloria a Dios. Yo, leyendo estas cosas, aprendí a darle gracias a Dios por mi esposa, por mis hijas, por mis yernos y nietos; agradezco a Dios por la iglesia, por los pastores y líderes, también por la familia de Cristo que me ha dado en Uruguay. ¡Doy gracias a Dios por todo y le doy la gloria! Yo no voy a permitirme tener una mente reprobada ni pensamientos perturbadores. Yo no voy a tener mi corazón en oscuridad. Yo no seré como John Money y Alfred Kinsey que proponen que los niños deben ejercer libremente su sexualidad. Según ellos, la pedofilia, el incesto, el lesbianismo, homosexualismo y la violencia no deben ser penadas. Esa es la mentalidad de las personas que lideran la filosofía de la ideología de género. Una mujer, Shulamith Firestone, señala que hay dos límites para tener relaciones sexuales con niños, uno es el consentimiento del menor, así que si logras el consentimiento del niño puedes tener relaciones sexuales con él, aunque tenga cuatro años; y el otro límite es el biológico, los órganos del niño o niña tienen que ser penetrables. ¡Eso enseña la ideología de género!
En Uruguay ya se aprobó la educación con perspectiva de género y los manuales señalan que hay que deconstruir el matrimonio y la familia tradicional porque coartan la libertad y oprimen a los niños, entonces hay que enseñarles cosas distintas a las que han conocido hasta ahora. Yo quiero formar un club de padres. ¡A mí no me van a callar! Que me hagan juicio y me metan preso; yo caminaré firme en la palabra de Dios aunque tenga que ir a la cárcel. ¿Cuántos padres valientes hay que se atrevan a enfrentar a los directores y maestros? ¡Hoy en día, la maestra es más importante que la madre! La directora de escuela que está en contra de estas enseñanzas, tiene que acatar porque el estado lo ha ordenado.
¡Pero yo sé cuáles son mis derechos! Las autoridades se tienen que someter a la Constitución Nacional. La Constitución señala que los padres tienen el deber y el derecho de criar a sus hijos y encaminarlos en su moral, en su conciencia, de acuerdo a su conciencia y a sus creencias. ¡Ese es el derecho de los padres y no del estado! El estado tiene la obligación de defender mis derechos y no imponerme enseñanzas que yo deploro. Yo no estoy para someterme al estado; éste está para defender mis derechos. ¡Yo tengo derecho de conciencia y el estado no me lo va a robar! Yo tengo derechos de libertad religiosa y de expresión. ¡El estado no me puede obligar! Es menester obedecer a Dios antes que a los hombres. ¡Defiende tus derechos! ¡Dios me asiste! ¡El Señor está conmigo! No me importa que me denuncien y me hagan juicio; yo prefiero estar bien con Dios y no con los hombres.
¡El mundo se está poniendo pesado! Me enteré de un homosexual que se le metió al auto a un pastor y le pidió dinero; el pastor se negó y el homosexual lo denunció alegando que el pastor le había pedido servicios sexuales y no le pagó. Se viene un sacudón y quien no esté firme va a caer. La gente comenzó a irse de la iglesia porque creyeron a la versión que dijo el homosexual acerca del pastor. Cuando me denunciaron por lo que dije en un programa de televisión, mucha gente se fue de la iglesia y muchos chicos se fueron de los hogares Beraca. El que esté débil va a caer. ¡Que Dios me dé fuerzas, pero yo no pienso retroceder!
CONCLUSIÓN
Tienes que pedirle perdón a Dios si es que no tienes la costumbre de ser agradecido o agradecida y no le das la gloria. Abre tu boca, agradécele y glorifícalo. Dile: “Señor, ayúdame en esta hora. No quiero tener un corazón entenebrecido ni mis pensamientos en tinieblas. No quiero tener razonamientos vanos. Líbrame en esta hora y perdóname, Señor. Yo a partir de hoy voy a ser agradecido contigo y te voy a dar toda la gloria y toda la alabanza”.
Si has cometido prácticas sexuales indebidas, contra naturaleza, y si has obligado a tu novia o esposa a tener relaciones sexuales contra naturaleza pídele perdón al Señor. Si eres mujer, pídele perdón a Dios por haber accedido a esas prácticas. Aunque tu esposo sea la cabeza del hogar y tú debas obedecerlo porque es la autoridad de Dios, yo te digo que el Señor no te obliga a obedecer al pecado. No obedezcas a tu esposo cuando te obligue a cometer actos indebidos, obedece a Dios. ¡El Señor te limpia y te libra en esta hora!
Los hombres, por causa de haber obligado a las mujeres a tener relaciones sexuales contra naturaleza o ilícitas han tenido que pagar abortos; hay mujeres que tomaron las pastillas del día después o han ido a practicarse un aborto. Pídele perdón a Dios y dile que limpie tu pecado con la sangre poderosa de Jesús. Dios hoy te hace libre de las ataduras de las inmundicias y de las pasiones vergonzosas. Tú has deshonrado tu cuerpo, pero el Señor hoy te limpia. Tus pecados son enterrados en lo profundo del mar. “No me acordaré de ellos. No te acusaré. Te bendeciré”, te dice el Señor. Yo proclamo ahora que huyen de tu vida los espíritus de lascivia y de adulterio, de homosexualismo y lesbianismo; huye el espíritu de pornografía de tu vida, en el nombre de Jesús. ¡Huyen los poderes del infierno! En el nombre bendito de Jesús, amén.
INTRODUCCIÓN
Es terrible para una persona, para un matrimonio o para una nación, ignorar la verdad. La ignorancia de la verdad atrae catástrofes en la vida. Ojalá Dios te marcara hoy para que desearas con todo tu corazón, no solamente conocer la verdad sino también abrazarla y caminar en ella. Si no conoces la verdad, si no la abrazas y caminas en ella te queda una sola opción y es vivir engañado y confiar en mentiras. Y eso significa que cuando tú abrazas la mentira, tomas decisiones conducido por el engaño. Si conoces la verdad y la abrazas, tú tomas decisiones de acuerdo a ella y la verdad te alumbra y te guía.
Una mujer se juntó con un hombre que no quiere saber nada del evangelio; ella se convirtió después de haberse juntado con él y de esto han pasado muchos años. Una vida triste, desgraciada, él nunca se ha querido casar, y la mujer está muy afligida. Ella le echa la culpa al marido que es celoso, malo y no quiere saber nada con Dios; también hace responsable de su desgracia a su familia. La mujer anda buscando a quién echarle la culpa fuera de ella. Yo le hice ver que cuando eligió al hombre, no tenía una revelación correcta acerca de la persona con quién ella tenía que unirse. La verdad te guía a cocinar, al trabajo que debes desempeñar; la verdad te guía en todos los aspectos de tu vida, así como criar a tus hijos y te ayuda para que tu matrimonio funcione bien.
A quien conoce la verdad, el matrimonio y la crianza de los hijos les funciona bien. Algunos padres señalan que han hecho todo bien en cuanto a la crianza de sus hijos, pero no entienden por qué su hijo les salió mal. Si tus hijos te salieron mal, seguramente has hecho todo mal. Tu hijo chiquito era completamente inocente pero luego se volvió rebelde y no supiste cómo trabajar esa rebeldía, te faltó luz. ¡Necesitamos conocer la verdad y abrazarla!, y el dueño de la verdad es Dios. Si necesitas conocer la verdad debes buscar a Dios y por sobre todo, amarlo con todo tu corazón. Quien ama a Dios entra en intimidad con Él; Dios no les da perlas a los chanchos, pero a quienes le aman, les da su revelación y les abre su corazón. ¡Los que le aman tienen abundancia de revelación! La verdad no es matemática, física o filosofía; la verdad la revela Dios. La verdad es revelación y Jesús declaró: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 8:6). También dijo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12).
Cuando hay mucho suicidio en el país es por falta de luz; cuando hay deserción escolar, es por falta de luz. Cuando la deuda de un país se va a más del doble en el período de gobierno de turno es falta de luz. Si hubiera luz y se conociera la verdad, estas cosas no sucederían. Durante muchos años ninguna de las empresas del estado era deficitaria, ahora hay muchas así, y cuando estas cosas ocurren, está faltando conocimiento de la verdad, ya que ésta nos guía por un buen camino. Algunos dicen que la deuda del país se ha triplicado lo que significa que cuando ya no estemos, les dejaremos un legado de endeudamiento a nuestros hijos y nietos. ¡No hemos vivido sabiamente y con falta de luz! Yo no le echo la culpa al estado ni a los funcionarios públicos, tampoco a los políticos, aunque tengo ganas. Ustedes son la luz del mundo, dijo Jesús a sus seguidores. ¡La falta de luz en un país es responsabilidad nuestra! Vosotros sois la luz del mundo…vosotros sois la sal de la tierra. Si la iglesia accede a la luz y obra conforme a la luz, el país va a mejorar.
NEHEMÍAS REEDIFICA LOS MUROS DE JERUSALÉN
Nosotros dimos comienzo a un ayuno de veintiún días porque queremos ver la nación transformada por el poder de Dios. Leemos en Nehemías 1:1: “Palabras de Nehemías hijo de Hacalías. Aconteció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa, capital del reino…” Nehemías era un cautivo más de Israel y llevaba setenta años en cautiverio. En ese momento estaban bajo dominio persa. Hoy en día es Irán. ¡Éstos son los que quieren aplastar a Israel! Continúa diciendo Nehemías: “… vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén. Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos”.
Sobre Nehemías cayó un peso muy grande por los hijos de Israel. Dios tenía un plan con él. Nehemías estaba bien, era copero del rey; si bien era un esclavo, era un “esclavo de primera”. Vivía en el palacio y tenía un grado de confianza por parte del rey. Él era quien probaba el vino y luego se lo daba al rey. Ese cargo era muy importante porque en aquel entonces cuando querían matar a un monarca envenenaban el vino o la comida, así que el copero del rey era una persona importante. Digamos que estaba acomodado. Nehemías no tenía necesidad de ir a Jerusalén ni de preocuparse por nada. Él y su familia estaban bien y comían de los manjares del rey. Pero de pronto Dios viene con un plan. Evidentemente Nehemías era un hombre sensible a Dios, y señala la Biblia que cuando se enteró que los muros estaban caídos, las puertas quemadas y el pueblo estaba en gran afrenta, muy mal, este hombre se sintonizó inmediatamente con la situación, se sentó y lloró, entonces oró y ayunó. ¿Por qué? Porque comenzó a buscar en Dios qué hacer con esa circunstancia.
La ciudad llevaba setenta años destruida, pero cumplidos los setenta años, Dios despierta a Nehemías y éste comienza a clamar y a llorar delante de Dios para que pase algo en Jerusalén. Cuando la luz viene, comenzamos a interesarnos en cosas en las que nunca nos interesamos. ¡Cambiamos las prioridades cuando somos alumbrados por la verdad!
Fue terrible saber que todos los muros de la ciudad estaban caídos, o sea que había desprotección, al estar caídos los muros. Hay desprotección en la iglesia o en las familias cuando los muros están caídos. Hay desprotección en las personas cuando sus muros de defensa están caídos. ¿Qué son los muros de protección? Son esas cosas que tenemos de parte de Dios y que nos defienden de los embates de las injusticias, de las circunstancias, del operar de satanás y sus demonios que nos quieren destruir y quieren destruir a nuestras familias. Cuando los muros están levantados hay protección y no hay indefensión. Las personas que viven temerosas, tienen los muros caídos; las mujeres y los hombres que viven en ansiedad, en temor y angustia por el porvenir tienen los muros caídos, no tienen certezas o seguridad.
Para todo lo que quieras hacer, necesitas la luz de Dios; necesitas tener el visto bueno de Dios. Una mujer queriendo escapar de su hogar cree que encontró el príncipe azul, pero resulta que el hombre es un golpeador, alcohólico, drogadicto, y ella no se había dado cuenta porque no tenía luz. Entonces comienza a lamentarse por lo injusta que es la vida, por lo mal que está el mundo. Cuestiona a Dios: “¿Por qué Dios permite esto y aquello?” ¿Pero no viste que ese hombre no te servía? ¿Por qué no viste lo que Dios te quería mostrar? Y bueno, cualquiera comete un error. ¡No! Cualquiera no comete semejante error. Marta, mi esposa, desde chiquita oraba por el hombre que sería su compañero de la vida. Ella buscó en Dios casarse con la persona correcta. ¡Y se casó conmigo!
Yo deseo con todo mi corazón, que Dios alumbre tu camino y te advierta. Conocemos algunos caprichosos que han ido tras sus deseos y yo te advierto hoy, que la verdad no está en el hombre, la verdad no está en los pensamientos ni en los sentimientos del hombre. ¡La verdad le pertenece a Dios! Necesitamos ir al Señor para tener luz a la hora de tomar decisiones. Una vez que conocemos la luz, ya no importa lo que sentimos ni lo que pensamos, sólo obedecemos por fe.
Dice Proverbios 23:23: “Compra la verdad, y no la vendas…” ¡No sacrifiques la verdad por nada! ¡Búscala con todo tu corazón! No significa que no vendrán problemas, y te aseguro que cuando te aferras a la verdad vienen guerras, pero también te aseguro que viene victoria. ¡Hay guerra pero hay victoria! La verdad no te va a dejar postrado en el camino. Necesitas buscar a Dios con todo tu corazón y pedirle perdón por tus caprichos. No digas más que harás como se te da la gana, que no quieres que te estén diciendo lo que tienes que hacer. ¡Cristo quiere alumbrarte para que hagas lo que Él quiere para que te vaya bien! Este consejo es para cualquier persona, para cualquier iglesia u organización y también es para la nación.
En el caso de Nehemías, cayó un peso de gloria sobre él y un deseo inmenso de buscar a Dios para saber qué hacer con la noticia que recibió. Te digo que hay tristeza que viene de parte de Dios para bendición. Hay tristeza que viene del mundo, de las decisiones que han sido mal tomadas, pero también hay tristezas que Dios trae a nuestras vidas para movernos. En cuanto Nehemías se humilló, en cuanto comenzó a orar y a ayunar, Dios comenzó a actuar. El Señor tenía un plan; sólo hacía falta alguien que tuviera la carga de Dios y que le afligiera lo que a Él le afligía. El corazón de Dios estaba afligido por Jerusalén. Entonces, Nehemías empezó a orar y Dios comenzó a actuar. A los días de haber recibido la noticia, en el momento en que le estaba sirviendo el vino al rey, como no había estado antes triste en su presencia, éste lo mira y le dice: “¿Por qué está triste tu rostro?, pues no estás enfermo”. Y aquí ya está Dios desplegando su plan. Nehemías se asustó y oró para que Dios lo pusiera en gracia delante del rey, entonces le dijo: “¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego? Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos, y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré”.
REEDIFICA LOS MUROS DE TU VIDA
Hoy quiero hablarte acerca de muros y puertas. Los muros caídos significan que la fe ha decaído. La fe es como un escudo de defensa contra los dardos envenenados del maligno. Quien tiene fe no se detiene y avanza contra las circunstancias adversas. La fe es la fortaleza del creyente. No sólo se necesita conocer la verdad, se necesita creer en la verdad. La fe y el amor quitan el temor. Quien tiene fe, camina seguro y confiado. Yo no sé qué pasará conmigo, pero he creído en Dios. Estoy sosteniendo la verdad. Hace un tiempo atrás declaré que la ideología gay está imponiendo las relaciones sexuales de adultos con menores y las relaciones sexuales entre personas y animales. Hoy, en Canadá se considera legal tener relaciones sexuales con animales. Una gran nación en oscuridad, que no ve ni entiende hacia dónde va. Y creen que son una nación de avanzada. Uruguay cree que es una nación de avanzada porque ha sido pionera en aprobar leyes de divorcio y no se dan cuenta de la cantidad de matrimonios y familias que han destruido. ¡Es una calamidad lo que está sucediendo! Los niños necesitan el amor y el cuidado de los padres; necesitan padres presentes. Uruguay ha sido pionero en muchas cosas y ahora sienten orgullo en aprobar la ley que regula la producción, distribución y venta de marihuana. Y el caos de Uruguay es más o menos como el de Jerusalén. Directoras de escuelas han declarado que es imposible dar clases porque los chicos entran drogados y no prestan atención, así no pueden aprender. No sienten motivación para estudiar. Los índices de deserción escolar son alarmantes. Yo te cuento estas cosas, no para echarle la culpa a los políticos sino para que caiga sobre los creyentes el manto del peso del plan de Dios para salvación del Uruguay y de las naciones. ¡Necesitamos tener conciencia de las cosas que están aconteciendo!
Las puertas de Jerusalén estaban quemadas y el enemigo podía ingresar fácilmente. Las puertas estaban abiertas durante el día y en la noche se cerraban, y además había vigías que cuidaban. Si bien las paredes eran importantes para que no entrara el enemigo, también lo eran las puertas, así que tenían que estar bien resguardadas. Las puertas de una nación son los puertos y los aeropuertos; son las rutas de entrada y salida del país. Si no están bien cuidadas las puertas, por éstas entran maldiciones a la nación. Las leyes que se han aprobado en éste último tiempo de la agenda de derechos, han entrado por las puertas del país.
Los ideólogos de esta nueva agenda de derechos dicen entre otras cosas, que no nacemos sexuados y pretenden enseñarles a nuestros hijos esta aberración. Señalan que cada uno tiene que elegir, o sea, hacer una elección de su identidad sexual. ¿En qué fundamentan que no nacemos sexuados? Se fundamentan en el hecho de que somos libres de creer lo que se nos dé la gana. Yo no estoy en contra de ese derecho, si tú crees que eres Gardel yo no me opongo a eso, pero sí me opongo a que les enseñe a mis hijos que pueden elegir ser Gardel.
Hay una conmoción en el mundo, los acontecimientos se están precipitando. Según declara la prensa, me han puesto una denuncia penal, lo que no se arregla pagando fianza, sino que puedo ir preso. Mas yo no voy a dejar de decir la verdad. ¡Es terrible la ley que se ha aprobado en Canadá! Esta ley declara que las personas pueden tener relaciones con animales sin penetración. ¿Cómo van a certificar que no tuvieron sexo con el perrito? ¡El mundo está delirando! Las mascotas ahora andan con “la cola entre las patas” buscando dónde esconderse. En Alemania han empezado a funcionar prostíbulos para tener sexo con animales. ¡Tanto que quieren proteger a los animales! Hay gente que odia a la gente y quiere proteger a los animales, pero aprueba el abuso sexual con éstos, y esto es un muy buen negocio porque los animales no cobran. ¡El mundo está en casos! No soy un predicador del caos y te digo que hay salvación de Dios. ¡El Señor tiene un plan de bendición para el mundo! Falta que los cristianos se planten delante de Dios en oración y ayuno. Por eso hemos comenzado una etapa de ayuno y oración y yo oro a Dios para que caiga sobre ti el peso de su gloria, y en este tiempo ores y gimas por tu nación.
Según mediciones de Uruguay, la principal causa de suicidio es la desintegración familiar. Se enseña la deconstrucción del matrimonio y de la familia tradicionales. Se culpa a Dios y a la iglesia de oprimir a las personas con el tema del matrimonio heterosexual. Hay gente que anda por las calles diciendo: “¡Malditos heterosexuales!” Quieren liberar a la mujer y para ello promueven el aborto por la sola voluntad de ésta y no por una causa importante. La causa primordial es que a la mujer se le da la gana de matar a su hijo. ¡Esto es terrible! Y yo te pregunto: ¿Te pesa esto o no? Mucha gente piensa: “Mientras me vaya bien a mí, los demás que se arreglen”. ¡No te irá bien! Si no oras por tu país, tu país se pudre. La violencia y el abuso a menores, en el año 2016 ha crecido un treinta por ciento respecto del año anterior. ¡Es terrible! Y nosotros sabemos bien del asunto porque los chicos que ingresan a los hogares por causa de las drogas, llegan con el alma herida.
¡Tiene que sucederte como a Nehemías! A medida que escuchaba el relato de lo mal que estaba Jerusalén, su corazón se entristeció, entonces se sentó a llorar. ¡Quiera Dios que un peso de gloria para orar y ayunar por tu país se apodere de ti! Los motivos de oración diarios para los uruguayos que se suman a los veintiún días de ayuno lo encontrarán en las redes de Misión Vida para las Naciones y de Noches de Gloria Uruguay. Esperamos desde ya, grandes milagros de parte de Dios. Señor, te pido que hagas caer sobre tu pueblo un manto de oración y de ayuno. Haznos sensibles a tus demandas, Espíritu Santo. ¡Queremos ver un país distinto, no queremos una nación laicista! He leído en un twitter que los cristianos somos un problema porque no hacemos y no dejamos hacer…
Nehemías era una persona común, no era un estadista ni nada de eso. Fue un hombre que Dios puso en gracia para que sea copero del rey. ¿Qué te quiero decir con esto? Que Dios va a usar personas comunes para hacer su obra. Nehemías se humillo y oró, y Dios lo colocó al frente de un gran proyecto. Él fue quien edificó los muros de Jerusalén y colocó las puertas, por lo que la ciudad ya no estaba indefensa. Tú debes tener las puertas bien cerradas a lo malo y abiertas a lo bueno. ¿Cuáles son las puertas? Los ojos, los oídos, los pensamientos y sentimientos del corazón; ahí el diablo mete toda clase de deseos y codicias. Si eres espiritual te pondrá deseos de hacer cosas buenas, pero no se trata de hacer lo bueno sino lo que Dios quiere, y lo que el Señor quiere es la verdad y no lo bueno que te surge en el corazón. Tienes que edificar los muros; hoy tienes que abrir el corazón a la fe.
Respecto a la denuncia penal que me hicieron, te digo que ya no me importa lo que piensen de mí. Yo sé que digo la verdad así que digan y piensen lo que quieran, yo voy a caminar firme. ¿En qué consiste la fe? En que creo que la palabra de Dios es la verdad. En la Biblia dice que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien. No sé qué pasará en cuanto a las declaraciones que hice y la denuncia que me pusieron, pero a mí no me importa porque yo amo a Dios y a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. ¡Todo será para bien! El apóstol Pablo escribió en prisión: “Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio” (Filipenses 1:12).
CONCLUSIÓN
Si tienes los muros levantados, se termina el temor; se termina esa sensación de que estás desprotegido. Yo no estoy desprotegido porque he creído la palabra de Dios que declara que el ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende. Yo no tengo temor porque sé que conmigo está el ángel de Jehová. Yo temo al Señor y sé que el ángel de Jehová me defiende. ¡Se terminó! ¡No importan las circunstancias ni las amenazas! ¡Dios está conmigo! He creído, estoy firme, conozco la verdad, avanzo y no me detengo. He creído en la palabra de Dios y su palabra es verdad. Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. ¡Yo voy a vencer! ¡No hay infierno que me detenga! ¡No hay circunstancia que me frene! ¡Dios me ha dicho que está conmigo y yo le creo! Tienes que conocer la palabra de Dios porque ésta es verdad, y la palabra de Dios no actúa en tu vida si tú no asumes la fe en su palabra y actúas en consecuencia.
Dios quiere mejorar las condiciones de Uruguay y de todos los países del mundo. El Señor no quiere que las leyes humanas prosperen en Uruguay y que esta nación sea un mal ejemplo. Dios quiere derramar su gracia y su amor y yo te desafío. No estás obligado a orar y a ayunar, sólo lo hará aquel que ablanda su corazón delante de Dios y es sensible a su llamado. Dios está llamando. ¿Alguien le responderá? ¿Hay alguien que le diga, yo quiero ser usado por ti? Nehemías podría haberse quedado tranquilo en el palacio del rey, pero tomó el yugo del Señor, se afligió delante de Dios y comenzó a pedirle perdón por el pecado del pueblo. Tú dirás: “Pero, ¿qué vamos a hacer si no estamos en el gobierno y no tenemos cargos importantes?” Dios tiene un plan y puede usar a cualquiera que tenga temor del Señor. ¿Puedes tomar hoy la carga como Nehemías? ¿Sientes la demanda de Dios de orar e interceder por tu país?
Dile: “Señor, pon tu manto de oración y de intercesión sobre mí. ¡Quiero ver tu bendición en Uruguay! Levántame a mí o alguien que comience a levantar los muros caídos y reconstruir las puertas quemadas de la nación. Que no entre más droga por el puerto, por el aeropuerto ni ninguna otra ruta. Que entre bendición al país Padre, y salga bendición a otras naciones. Que sea tanta la gracia y la bendición que derramas sobre nosotros que impartamos bendición a otras naciones. Transforma a Uruguay en una herramienta poderosa en tus manos y así como fuimos a Haití, que podamos ir a muchas naciones más. Venga a nosotros tu reino y hágase tu voluntad como en el cielo así también en la tierra. Ven y bendícenos Dios, en el nombre de Jesús, amén”.
INTRODUCCIÓN
El amor de Dios tiene un elemento que es la compasión y ésta es el motor del amor de Dios, que lleva a una persona a padecer por causa de la necesidad de otros. Pasión significa padecer y compasión es padecer juntamente con otro; es decir que, si alguien tiene tristeza, yo me entristezco como esa persona. Padezco juntamente con ella. Me duele lo que está viviendo el otro como si a mí me estuviera sucediendo lo mismo que a esa persona. Eso mueve mi corazón y mis decisiones, direccionándome hacia la necesidad del otro. ¡Para Dios la compasión es extremadamente importante! La compasión hace que te enfoques en el quebranto y en la necesidad de las personas de tal manera que te lleva a dejar de lado tu propia necesidad.
Tal vez alguno diga: “¿Y yo qué? ¿Y mi problema?” ¡Dios está contigo! Su mandamiento es: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No es, te amarás a ti mismo. A mí me alcanza con el amor de Dios y me alcanza con saber que si amo al prójimo, el amor de Dios obrará en mi favor y el Señor suplirá todas mis necesidades y mientras yo cuido de otros, Él cuida de mí. Si yo tengo compasión por otros, Dios tiene compasión de mí, y si yo socorro a otros, Él me socorre a mí.
El mundo se rige por el egoísmo, el hedonismo y el egocentrismo; y el evangelio viene a combatir esos conceptos y viene a instaurar el amor de Dios que mira la necesidad del otro y me acerca al prójimo. La compasión es entonces un aspecto especial del amor de Dios que me lleva a actuar en favor del necesitado. La película: “La Pasión de Cristo” significa “el padecimiento de Cristo”, y su padecimiento no fue por Él mismo sino por la humanidad. La compasión enfoca la dirección de mis pensamientos y de mi accionar. Si yo me centro por ejemplo en las ganas que tengo de comer y me choco con alguien que tiene hambre, pierdo de vista la necesidad de esa persona porque estoy enfocado en que quiero ir a comer. Y si me siento cansado o no tengo tiempo porque ando afanado, no puedo ver la necesidad de otros. Mis sentimientos me direccionan, pero si hay compasión en mi corazón, mis ojos y mis sentimientos se enfocan en ayudar a los que me rodean. La Biblia señala que es más bienaventurado dar que recibir. ¡Son dichosos los que dan! ¡Son bendecidos! Y no sólo me refiero al dinero, al abrigo o a los alimentos; se trata de dar lo que haga falta, como un consejo, como ofrendar mi tiempo. O sea que dejo de lado el tiempo que tengo para mí y lo dedico a ayudar a otra persona como por ejemplo mandándole un mensaje. ¡Todo eso es dar!
LA COMPASIÓN TE GUÍA A LA VOLUNTAD DE DIOS
Más bienaventurado es dar que recibir, y bienaventurado significa dichoso. Significa: son más felices los que dan que los que reciben. Pareciera ser que los que reciben se ponen contentos por un momento, pero quienes reciben más gozo y satisfacción son los que dan. Esto es una verdad bíblica que si no las has experimentado debes hacerlo. ¡No te pierdas el beneficio de dar! Experimentarás gozo al dar.
Yo estoy feliz por los veintiséis años que llevo en Uruguay predicando el evangelio y no es que la gente me ha pagado bien. Yo sé lo que es sentirse extranjero en una tierra que no es tuya. A los uruguayos les provoca rechazo y fastidio los argentinos. En Uruguay se sienten orgullosos de lo humildes que son. En general, en este país se trata muy bien a los extranjeros, pero no tanto a los argentinos. ¡Yo lo he vivido en carne propia! La prensa, los políticos y un montón de gente me han tratado con un cariño extraordinario. Algunos decían: “¿Y qué tiene que decir este argentino acá? ¡Que se vaya a su país!” Pero Dios me mandó a Uruguay y me plantó aquí; el Señor me hizo adoptar a Uruguay y amo a los uruguayos. Oro por este país y creo que he derramado más lágrimas por esta nación que los propios uruguayos. Llegué con una mano atrás y otra adelante, mas Dios me ha bendecido y así como declaró José, el Señor me ha prosperado en la tierra de mi aflicción. En mi país nunca fui acusado como lo han hecho en Uruguay con toda clase de difamaciones. ¡Hasta de traficante de menores me acusaron! Ahora me dicen homófobo, retrógrada, que promuevo el odio, etc. Y no es por eso que estoy amargado sino que estoy dichoso por Cristo, porque todo lo que hice en los veintiséis años, fue dar. A veces me siento cansado, agotado, predico a veces tres cultos en un día y me encuentro con gente que necesita hablar conmigo, entonces los atiendo y me voy a mi casa muy tarde en la noche…
Una joven venía todos los domingos, me abrazaba y me decía que yo era su papá, pero le dije en una oportunidad que el chico que le gustaba no le servía y no la he visto más. ¡Se terminó el amor hacia mí como papá! A veces los consejos molestan. A veces uno no quisiera ser pastor, no quisiera darles consejos a determinadas personas, pero Dios nos puso para eso. ¿Cuál es el resultado de todo esto? ¡Soy un hombre feliz! Bienaventurado o dichoso es aquel que da. Hay gente que da, pero no está bien enfocada; da, pero lo que lo motiva no está guiado por la misericordia ni por la compasión. Solamente aquellas cosas que hacemos direccionados por la compasión están dentro de la voluntad de Dios. Nosotros damos muchas cosas, pero movidos por motivos egoístas del corazón. Haití recibe mucha ayuda de personas extranjeras que hacen donaciones tal vez por motivo de conciencia, pero estas personas dan sin sabiduría. Digamos que la compasión lleva a la persona a dar con sabiduría y con justicia. Porque a veces cuando damos, pero no somos guiados por la compasión, perjudicamos más de lo que bendecimos.
En Haití se ha desarrollado la “cultura del mangueo”. Las personas que van a allí y dan, se van felices por su conciencia, pero no son conscientes de que han ido generando esa cultura del mangueo en los haitianos ya que éstos esperan siempre que llegue alguien con billetes verdes. Cuando construimos el hogar de niños de Haití, con capacidad para albergar a cien niños, estábamos felices porque quedó hermoso y soñábamos con verlo lleno de niños que habían quedado huérfanos. Mientras íbamos construyendo el hogar de Beraca, fuimos a conocer otros hogares; y en Haití muchas personas se preparan para pedir.
Conocimos una mujer que albergaba en su casa unos cuantos niños y ella tenía una carpeta muy sucia y maltratada con papeles de inscripción muy mal hechos. Ella, mostrándonos la carpeta, nos dijo que necesitaba dos mil dólares mensuales para poder llevarlo adelante. Esta mujer pedía y pedía plata y a mí me molestaba por lo que le dije que nosotros estábamos en plena edificación de un hogar y nos estábamos gastando el dinero que teníamos en la construcción; le recalqué que nuestra intención no era solventar otros hogares pero que iríamos a visitar su casa y si Dios nos demandaba, con gusto la ayudaríamos. Y fuimos a conocer el lugar, muy pequeño, muy precario, había mucha mugre y los niños estaban sucios y llenos de moco. No era un ambiente lindo sino más bien triste y los niños no eran felices allí, pero a esa mujer le servía porque la mentalidad de ella es que si los niños están sucios y mal vestidos, que si el piso es de tierra y faltan provisiones, entonces genera lástima en la gente y ésta terminaría ayudándola. En Haití les conviene mostrar miseria ya que si la gente ve que las cosas están relativamente bien, entonces no les van a dar. Yo le ofrecí que se fuera a nuestro hogar con los niños y armaríamos un equipo, pero se negó. Las chicas que fueron a visitar el hogar conmigo les preguntaron a los niños si habían comido y ellos les dijeron que hacía días que no comían, en realidad no sabíamos si era cierto o es que le habían enseñado a decir que no comían para dar lástima. La mujer no quiso irse con nosotros alegando que Dios le ha revelado que ella tenía que estar allí y que yo debía tener misericordia y ayudarla. Entonces le increpé: “¿El Dios que te dio la visión no te dio la provisión? ¿Fue Dios quien te mandó a tener a estos niños sin comer por días? ¿Dios te manda a tenerlos mugrientos y lleno de mocos?” Están esperando recibir pero no tienen un corazón acorde al de Dios; esperan recibir pero no tienen intenciones de mejorar la casa o de alimentar mejor a los niños. Cuando damos, queda claro que debemos tener dirección y esa dirección la da la compasión. La compasión te lleva a invertir en otros con sabiduría. ¡Dios necesita gente compasiva!
No son tantos los que dan, y no me refiero sólo al dinero sino a aquellos que dan su vida y lo que sea necesario en beneficio de otros. Analizaremos la vida de Jesús; en Mateo 9:36 leemos: “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor”. En varios lugares encontraremos a Jesús rodeado de multitudes. ¿Qué ve Jesús en la multitud? Posiblemente si nosotros vemos una multitud, sólo nos sentiremos curiosos de ver qué están haciendo, pero no pasa de ahí. Mas Jesús al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas porque estaban desamparadas. El Señor vio que estaban desamparadas y dispersas; Él veía a las multitudes como ovejas abandonadas que no tenían quien las guíe, entonces se compadecía de ellas. Después de un día de trabajo arduo, Jesús hubiera dicho a sus discípulos para ir a Mac Donald a comer porque tenía hambre y después se irían a descansar porque había que seguir trabajando al otro día.
LA COMPASIÓN TE ENFOCA Y TE DIRECCIONA
Si no hay compasión en nuestro corazón aparece alguna otra prioridad. Pero si hay compasión, ésta te va a enfocar en las necesidades que Dios te quiere mostrar y tienen que ver con sus prioridades y no con las tuyas. Cuando no hay compasión, te enfocas en tu hambre, tu cansancio, tu trabajo o estudio, etc. Pero si hay compasión entonces me enfoco en las personas y en sus problemas; yo no puedo pasar de largo cuando veo la cara de una persona que está quebrantada. Si la compasión está en mí, me detengo para hablar con esa persona. No pondremos como excusa que tenemos mucho para hacer aunque todos tenemos mucho que hacer.
Para enfocarnos en algo tenemos que dejar de lado alguna cosa; seguramente quitaremos tiempo al descanso, a la comida, a la televisión, etc. A alguna cosa le robaremos tiempo a la hora de enfocarnos en los demás. La compasión es la que te hace enfocarte en aquello que Dios quiere. ¿Tú quieres conocer la voluntad de Dios? Yo te digo que los que tienen compasión conocen la voluntad de Dios. ¡Ya no ores que Dios te muestre su voluntad! Tu oración debe ser que el Señor te llene de amor y de compasión por los demás porque si hay amor, ese amor no te dejara estar ocioso y sin fruto, y lo que hagas será de bendición. Es más, dejará de ser una carga lo que estás haciendo; si a ti te toca hacer la comida y no hay amor, cocinar se transforma en una carga muy pesada.
Hoy en día se les dice a las mujeres que no hay que ser esposa ni madre porque eso es una tiranía, entonces son esclavas y viven oprimidas por el macho en una sociedad opresora y patriarcal, y critican a la iglesia que promueve el matrimonio y la familia. Yo conozco mujeres que son una bendición como esposas y me quito el sombrero al ver la clase de madres que son. Yo me deleito en ver a mis hijas cómo dedican tiempo y amor en criar a sus hijos, cómo juegan con ellos y esos niños son felices. Para ellas no es una esclavitud ser esposas y madres. A las mujeres les enseñan que si tienen hijos no tendrán futuro, vivirán oprimidas toda la vida, atadas a las obligaciones que les imponen los hombres. Les enseñan a tener aversión por los hombres. Mira que hay mujeres que son peores que muchos hombres, luchan por que la mujer sea igual al hombre; nada de sexo, sí igualdad. En un artículo que leí, alguna feminista señala que la erección del miembro masculino es una agresión contra la mujer. En otra publicación, un transexual de cincuenta y dos años de edad, pasa a la transedad. Antes de transformarse en mujer, se llamaba Pablo y estaba casado. A los 46 años de edad, abandonó a su esposa y sus siete hijos para vivir lo que considera su vida «verdadera». En una entrevista detalla su lucha por convertirse primero en una mujer y, después, en una niña de seis años de edad que habita en un cuerpo de un hombre de más de 50 años. Se viste como una niña y habla como una niña y es un hombre grande y corpulento. ¡Es terrible lo que está sucediendo en el mundo!
Jesús al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas porque estaban desamparadas. ¡La gente está desorientada! ¡Dios tiene compasión por las personas! Leemos en Mateo 14:14: “Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos”. A Jesús le vino un deseo ferviente de ayudar a los que estaban enfermos; el Señor no vio otra cosa más que gente enferma en esa multitud. Reitero, la compasión te enfoca en las necesidades de las personas. Mateo 15:32 dice así: “Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino”. Justamente, lo que la gente estaba necesitando, es lo que Jesús estaba percibiendo. En momentos era el hambre, en otro, las enfermedades, o los veía desorientados como ovejas que no tenían pastor. Y ahí estaba Jesús sintiendo compasión, orientado en la dirección de la voluntad de Dios.
Cuando Jesús estaba en la tierra se compadecía de la gente y hasta se olvidaba de sus propias necesidades. Juan capítulo 4 relata que el Señor se dirigía a Galilea y le era necesario pasar por Samaria; cansado del camino, se sentó junto al pozo mientras los discípulos iban por comida; allí se encontró con una mujer samaritana y le dijo: “Dame de beber… La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?… Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás… Ve, llama a tu marido, y ven acá. Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad”.
Quiero mostrarte con esto, cómo Jesús se enfoca en la necesidad de las personas. Estoy en condiciones de asegurarte, después de haber ayudado a muchas mujeres y decirte que cualquier mujer que haya tenido varios maridos se siente fracasada y vacía. Los judíos no pasaban por Samaria porque era abominable, mas la Biblia señala que a Jesús le era necesario pasar por allí. “En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué hablas con ella?… Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra”.
¡El hambre te puede enfocar en tu necesidad de comer, pero la compasión te enfoca en la necesidad de la persona que está a tu lado! La compasión te hace poner tus derechos a un lado para atender las necesidades de otros. ¿Quieres conocer la voluntad de Dios? La voluntad de Dios se conoce cuando su compasión y su amor se mueven en mí. Dios no quiere que esto te quede sólo como una enseñanza sino que seas lleno hoy de su compasión y mires por las necesidades de tu prójimo. ¡La compasión te desenfoca de tus propias necesidades!
Estaba Jesús en Getsemaní orando y sudando gotas de sangre porque no quería ir a la cruz, y si el Padre le presentaba otra posibilidad no tendría que sufrir. “Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú” (Marcos 14:36). Jesús podía haber huido de allí, sin embargo, estaba delante del Padre diciéndole: “Que sea tu voluntad y no la mía”. Y se quedó allí porque era la voluntad del Padre y sabía que debía morir en la cruz del calvario para cambiar su vida por la nuestra. Cuando llegó la pascua en que Jesús sería crucificado, y Él sabía que iba a ser azotado, clavado y crucificado en esa pascua, dice la Biblia que afirmó su rostro para ir a Jerusalén (Lucas 9:51). Los que lo rodeaban sabían que algo le iba a suceder allí y ninguno quería que fuera, y dice Mateo 16:22: “Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca”. Jesús estaba acostumbrado a compadecerse de la gente y cuando Pedro le dice eso, Jesús lo mira a los ojos y le dice: “¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres”. ¡Su compasión por mí y por ti lo hizo ir a Jerusalén! La compasión por la gente que era la voluntad de Dios, lo hizo ir a Jerusalén aun sabiendo que iba a padecer. Jesús no estaba para compadecerse de sí mismo; Él tenía gozo de saber que su padecimiento tenía un gran fruto y era nuestra salvación. ¿De qué me libró Jesús? ¡No tengo ni idea de qué me habrá librado! Según la prensa yo soy un sinvergüenza y reconozco que tengo cara de sinvergüenza, pero Cristo perdonó mis pecados y cambió mi corazón y aunque tengo cara de sinvergüenza, soy siervo del Dios Altísimo.
Si Jesús hubiera tenido compasión de sí mismo, hubiera seguido el deseo maquiavélico de satanás. Mas el Señor le dijo a Pedro: “¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres”.
LA COMPASIÓN NO ELIGE LA CONVENIENCIA
Te voy a decir algo muy importante y es que tu conveniencia no es la voluntad de Dios. Muchas veces resolvemos cosas razonando qué es lo más conveniente o qué es lo que no conviene; pero lo que es conveniente para nosotros no es necesariamente la voluntad de Dios y nuestra conveniencia se levanta contra los designios de Dios. La compasión no elige la conveniencia; la compasión elige la voluntad de Dios. Posiblemente, para Jesús la conveniencia era no ir a Jerusalén, o haberse escapado de Getsemaní para guardar su vida. Cuando haces lo más conveniente y lamentablemente se ha instalado en el mundo, y desgraciadamente también en el mundo de la política, la teoría de la conveniencia, ya no importa lo que está bien o está mal, lo importante es lo conveniente. De acuerdo a la conveniencia se elige, sin importar la verdad y sin importar lo que está bien o mal. ¡Lamentable pero es así!
Y los cristianos no estamos exentos de eso porque siempre elegimos la conveniencia; tenemos que estudiar, trabajar, estamos cansados y hambrientos, etc. Y al final no hay lugar para la compasión. Dios quiere hacer una obra nueva en tu corazón. Si tu corazón no se enfoca en lo que Dios quiere no estás demostrando que eres un siervo de Dios ni que para ti lo más importante es el reino de Dios y su justicia. Estás demostrando que para ti no es importante la voluntad de Dios.
El apóstol Pablo había hecho muchas campañas de evangelismo y fundó una gran cantidad de iglesias en toda Asia, en todo el mundo de oriente conocido en aquel entonces. Había llegado a muchos lados. Y habiendo terminado sus giras de predicación del evangelio decide ir a Jerusalén, entonces dijo: “Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer; salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:22 al 24).
Ojalá quedaras ligado y ligada al Espíritu hoy, y marches a donde Dios te guie. Dice Hechos 21: 8 al 14: “Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él. Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban. Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo, quien, viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles. Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusalén. Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, más aún a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús. Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor”.
Pablo conocía la voluntad de Dios y a pesar de las profecías que eran ciertas, decidió no tener compasión de sí mismo sino de la gente. El plan de Dios era que Pablo les predicara el evangelio a los gobernantes de Jerusalén, de Cesarea de Filipo y a los de Roma. No es lo mismo lo que razona tu intelecto que lo que Dios razona. La dirección de Dios no es la misma que tu intelecto ya que éste te guía hacia tu conveniencia, pero la compasión de Dios siempre te va a guiar en otra dirección. Por eso Jesús dijo: “El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo”. Una cosa es que te guie tu conveniencia y otra muy distinta es que te guie la compasión de Jesús. La compasión de Dios no te dejará mirar hacia otro lado cuando hay una persona necesitada, algo harás por ella. Si es necesario sacrificarás tu vida por los demás y no serás una persona desgraciada porque más bienaventurada cosa es dar que recibir declara la palabra de Dios. ¡Serás feliz! Dios suplirá todo lo que te falta y verás las maravillas del Señor.
CONCLUSIÓN
Cuando es Dios quien guía también provee; y provee una paz que sobrepasa todo entendimiento y el gozo del Señor, que no es el gozo de haber recibido dinero o de encontrar empleo, sino como decía Nehemías, el gozo del Señor es mi fortaleza (Nehemías 8:10). ¡Dios hoy te ha hablado! Él quiere irrumpir en tu vida y no lo hará sin tu consentimiento porque el Señor te dio libre albedrío, pero Él te ha hablado y está golpeando a la puerta de tu corazón, déjalo que ponga su amor y su compasión y así obrarás conforme a su dirección. Muchos chicos de los hogares de Beraca se molestan porque los mandan a preparar la comida y no pueden hacer otra cosa que quieren; si la compasión de Dios está en ti, a la hora de preparar los alimentos será un poema y los que coman tu comida se deleitarán. Lo que te toque hacer, lo que Dios te mande a hacer será un gozo. Si el Señor te da diez hijos serás la mujer más feliz y esto va en contra de lo que dice el mundo, como que tener hijos es una desgracia. Así que yo les digo a las mujeres que tengan hijos; sean madres de muchos hijos y disfrútenlos. Sean esposas y deleiten a sus esposos y no crean que son esclavas porque Dios las declara benditas. ¡Son benditas las mujeres que hacen la obra de Dios! Tener hijos no es una esclavitud, pero abortarlos es un crimen. No te sentirás oprimido u oprimida porque Dios te dará una libertad que nada tiene que ver con tus razonamientos. Dijo Jesús: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. La verdad es la voluntad de Dios.
El Señor quiere romper las ataduras del egoísmo, del hedonismo y la autosatisfacción en ti. ¡Dios va a darte placer! ¡El Señor va a sustentarte y te dará gozo! Tú encárgate de hacer por otros lo que Dios quiere que hagas. Dios llenará tu corazón de compasión y lo que te mueva a partir de hoy ya no serán los motivos egoístas de tu corazón, sino que sentirás compasión por tu prójimo y serás guiado por el amor de Dios a bendecir a los demás. Que no pase desapercibido este mensaje en tu vida, pídele al Señor que ponga en ti su corazón para compadecerte como Él se compadeció. La compasión es de Dios y la quiere derramar sobre tu vida hoy, recíbela en el nombre de Jesús, amén.
INTRODUCCIÓN
Hay personas que son más secas que un ladrillo, las exprimes y no sacas nada. Hay creyentes que son una bendición, si lo exprimes sale bendición por todos lados, pero hay otros que son más secos que un ladrillo y por más que lo exprimas no le puedes sacar nada bueno. ¿Qué tienes tú de bueno para dar? Aunque si tienes algo bueno, no es tuyo sino de Dios. Lo que de Dios hay en ti, bendice al mundo, le da esperanza y paz; lo que de Dios hay en ti, motiva a las personas a alabar al Señor y a buscarlo.
Leemos en 1ª de Juan 3:10: “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios”. ¡Lo que tú tienes se manifiesta! Los hijos de Dios se manifiestan, así como también los hijos de diablo. Si adentro tuyo hay odio, éste se manifiesta fácilmente apenas aparece alguna circunstancia para que ese odio se revele. Si estás triste se te nota en la cara, si estás feliz o tienes una terrible depresión se te ve en la cara. Y si estás lleno de Dios, si estás lleno de amor y de gozo, se manifiesta en tu vida. Juan declara: “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios”. En el amor y en la justicia se evidencia que eres hijo de Dios; si se manifiesta en ti el amor y la justicia no cabe duda que eres un hijo de Dios porque éstos dan al mundo lo que hay dentro de sus corazones, o sea que las cosas que se manifiestan en ti, tienen la raíz en el amor y en la justicia. Se menciona el amor y la justicia aunque en realidad van juntos ya que toda obra que no proviene del amor es una obra injusta.
EL AMOR DE DIOS TE ENFOCA
¡Todas las obras de Dios provienen de su amor! El amor en el creyente enfoca las decisiones y el propósito del creyente; el amor en el creyente motiva sus decisiones, aún la persona que elije para compartir la vida. El amor le da dirección y sentido a la vida. Cualquier otra cosa que de dirección a tu vida es injusta y está fuera de Dios. Aclaramos que la ley de Dios, que determina justicia, es la ley del amor. Recordemos los diez mandamientos; los dos primeros tienen que ver con el amor y la obediencia a Dios, y la prioridad que hay que darle al Señor. Y los ocho mandamientos siguientes tienen relación con el prójimo; están todos ligados y conforman la ley de Dios. Los ocho mandamientos que hablan de nuestra relación con el prójimo tienen que ver con el amor hacia los demás. La justicia de Dios está determinada por la ley del amor; amor a Dios y amor al prójimo.
En Uruguay hay un montón de leyes, pero no podemos arreglar nada porque la ley sin amor no logra justicia. Si la ley está arraigada en el amor, produce frutos, si es sólo ley, no produce justicia. Si el creyente no manifiesta el amor y la justicia de Dios, o sea, no ama a su hermano, entonces no es de Dios. Si tú eres de Dios eres observable.
He hablado con una hermana que está terminando una carrera y tiene que presentar un trabajo final. Y en la universidad está en discusión el tema de la ideología de género en la docencia. Esta hermana se está por recibir de docente y muchos callan y opinan conforme a lo que lo profesores enseñan acerca de la ideología de género porque no quieren quedar mal y perder nota, tampoco quieren que se burlen de ellos. Esta joven me contaba que había profesores y compañeros que hablaban con cierta libertad contra el evangelio, contra la iglesia y hasta contra el pastor Márquez. Me dijo también que ellos hablaban de esa manera porque no sabían que ella era cristiana. Hace años que está estudiando en ese lugar, entonces le pregunté: “¿Y dónde está la luz?” ¿Está debajo del almud o de la cama? ¿Cómo van a creer en Cristo si ni se les habla del evangelio? ¿Cómo vas a defender la verdad? Lo que pasa es que yo quiero ese título para servir a Dios. Si no sirves a Dios ahora, tampoco lo harás después. Un hijo de Dios manifiesta la luz de Dios. ¡Es una injusticia ir contra las verdades de Dios que tienen que ver con el sexo y el matrimonio! ¡Es una injusticia que la ideología de género se enseñe con carácter de obligatorio! Y los creyentes nos callamos porque no queremos problemas. En tanto ellos celebran el orgullo gay, se desnudan en la vía pública; hacen de toda clase de cosas y nosotros nos maravillamos: “¡A dónde va a parar este mundo!”
Las obras de Dios son obras de amor. ¿Por qué cantan los pajaritos? Porque Dios nos ama. ¿Por qué son tan bonitos los animalitos? Porque Dios nos ama. ¿Por qué Dios creó los ríos, los mares y arroyos? Porque el Señor nos ama. Porque quería un lugar hermoso para nosotros. Como las madres que preparan el dormitorio para el bebé que está en camino. Lo pintan, lo arreglan, le ponen un cartel dándole la bienvenida, aunque el bebé no sabe nada de leer y escribir. Ella está preparando el ambiente con colores acordes por si es nene o nena. Así hizo Dios con el planeta Tierra. Creó todo y lo preparó: árboles, plantas, frutas, pájaros, peces. ¡Todo! Y entonces después vino el hombre y lo puso en un jardín que Dios mismo creó. Las obras de Dios son obras de amor. La cruz del calvario es una obra de amor, también lo es el perdón de pecados: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). ¡Cristo murió por nosotros! Hemos conocido el amor por el hecho de que Él dio su vida por nosotros.
EL AMOR DE DIOS CAMBIÓ A ALEJANDRO
En la iglesia hay muchos testimonios de personas que fueron alcanzadas por el amor de Dios y su gran misericordia. ¡Me deleita ver las maravillas del Señor! Alejandro llegó un día a los hogares Beraca; nadie daba nada por él, ni él daba nada por sí mismo. ¡Era una piltrafa humana! Treinta años de droga no te deja nada de amor, nada de fe o esperanza, no esperas nada más que la muerte. Junto con la droga incursionó en la delincuencia, anduvo con varias mujeres y de algunas tuvo hijos que no reconoció, a quienes no les dio padre ni familia. Pero tuve el privilegio de casarlo hace unos días. Antes de la ceremonia le pregunté cómo fue que había ingresado en los hogares de Beraca y me dijo: “Entré hecho trapo”. Sólo eso. ¡No servía para nada! ¿Quién podría esperar algo de él? Si lo exprimían era un ladrillo que no tenía nada para dar. Pero hay personas que decidieron dar su vida al servicio de otros dejando todo para vivir con gente como Alejandro y mostrarles lo valiosos que son y cuánto las ama Dios. ¡El amor de Dios lo manifiestan los hijos de Dios! El amor de Dios lo vemos en las ramitas de los árboles donde se posan los pajaritos a cantar, lo manifiestan los pajaritos cantando; el amor de Dios está en el aire que respiramos y que no nos falta, pero sobre todo, el amor de Dios lo manifiestan sus hijos. El amor es poderoso, señala la Biblia que el amor todo lo puede.
Cuando estábamos construyendo el templo en Monte Beraca, les pedí a los pastores que me mandaran tres o cuatro personas para ayudar en la obra. Y en los hogares, los pastores tienen gente de confianza que aprendieron a hacer las cosas con eficiencia y justamente a esos no me los mandaron. ¿A quién me mandaron? ¡A Alejandro! ¡No, Dios! decía yo. ¡No hacía una tarea bien hecha! Cuando le daba algo para hacer, él se iba a otro lado, entonces yo le preguntaba cómo le fue con lo que había encomendado y me decía que no lo terminó porque se puso a hacer otra cosa. No había manera de transar con Alejandro. Aunque tenía una virtud y es que no era atrevido y contestador, siempre fue muy respetuoso conmigo. De todas maneras, lograba agotarme la paciencia. Así que yo buscaba qué tarea darle que no terminara de sacarme de quicio, como juntar hojitas, qué se yo… En un momento, él les había comentado a otros que le dolía cómo yo lo trataba, y yo estaba abocado a hacer el templo. Pero en una oportunidad le di algo para hacer, que cambió mi perspectiva acerca de Alejandro. Le di una tarea que hizo muy mal, entonces le dije: “¡No te puedo dar nada para hacer porque lo haces mal! ¿Dónde tenes los ojos?” Y me responde: “Disculpe apóstol es que yo no veo bien. Yo veo un bulto y sé que es una carretilla entonces me acerco y la agarro”. ¡Dios mío! ¿Qué estábamos haciendo con este hombre? En el hogar le habían dicho que le mandarían a hacer los lentes, pero de esto había pasado un año y nada, entonces le dije que la iglesia se haría cargo de comprarle lentes. Él siempre se acercaba a mí, serio y a la defensiva, porque yo no podía confiarle una tarea ya que me hacía irritar mucho. Un día llego a Beraca y él me recibió con sus anteojos puestos y me dijo: “Le quiero agradecer por este gesto. ¡Ya veo todo bien!” Lo abracé y le dije que me alegraba mucho verlo bien. Desde ese entonces tuvimos una mejor relación, no obstante, Alejandro no tenía la ilusión de casarse y formar una familia. Y la que hoy es su esposa tampoco se ilusionaba con casarse ya que desde muy chiquita careció de afecto paterno. Ella buscaba quien la amara y eso la llevó a estar en brazos de muchos hombres de donde salió cada vez más destruida. Buscaba alguien que la amara, pero lo único que conseguía de las relaciones era quedar embarazada y tiene varios hijos de diferentes padres. Ella estaba desahuciada de la vida hasta que alguien la invitó a la iglesia donde la presencia de Dios se manifiesta y su amor se hace tangible. La recibieron con besos y abrazos, y el evangelio comenzó a hacer su obra su corazón, llenándola de amor y del consuelo de Dios. Los días de reunión en donde le tocaba colaborar a Alejandro, lo ponían siempre en la puerta para recibir a la gente y él muy atento les decía: “Bienvenido, pase, Dios le bendiga”. Así que la mujer iba a entrar a la iglesia y en la puerta estaba Alejandro dándole la bienvenida, y desde ese día ella comenzó a mirarlo con otros ojos. Lo cierto es que la mujer llegó a una conclusión que es el fundamento de lo que yo hoy te estoy predicando. Ella lo observaba, oraba por él y Alejandro comenzó a ver que ella era linda y que lo saludaba amablemente entonces le daba gusto recibirla en la puerta, deseando que entrara muchas veces para volverla a ver. La mujer llegó a la conclusión de que Alejandro amaba a Dios y si amaba a Dios también la amaría a ella. Cuando Dios se hace presente en la vida del creyente la mente se ilumina, los sentimientos dejan de gobernar, la sabiduría se abre paso y el amor que está dentro del creyente produce cosas hermosas. ¡El amor direcciona a los creyentes! Cuando estás lleno de amor, el resultado de lo que haces es distinto a lo que harías si no tienes amor. Cuando el amor gobierna tu vida, ese amor ocupa tu mente y direcciona tu corazón.
Lo cierto es que Alejandro y la que hoy es su esposa se enamoraron y él nunca se imaginó a los cincuenta años tener una esposa tan linda. ¡Esto es fruto del amor! Alejandro conoció el amor en la iglesia.
EL AMOR DE DIOS TE SANA
La gente está muy herida, sufren de soledad, de depresión, de tristeza, de amargura y tantas otras enfermedades que te arrugan la cara y te estrujan el corazón. Padecimientos que te enferman el cuerpo. Por ejemplo, el odio y el resentimiento te alteran la presión sanguínea. ¡La gente está enferma! Las personas no pueden confiar en nadie. No se casan porque no confían en el matrimonio, prefieren juntarse porque ya están previendo que puede salir todo mal. ¡Mira qué fe! Y el remedio de Dios para todas las enfermedades es el amor; es el remedio para la soledad, la tristeza, el odio, la amargura, el fracaso, etc. ¡El amor es el remedio de Dios!
No se trata sólo de que te hable acerca de la importancia del amor sino que tengas amor y hoy Dios quiere derramar su amor sobre ti. Hoy tienes que ser lleno de la presencia de Dios lo que significa que serás lleno de amor en tu corazón. Esa presencia te sana y elimina todas las enfermedades con la salvedad de que lo que Dios ha puesto en ti es como un río que fluye para vida eterna. Lo que el Señor te da a ti sale de tu interior y salpica a otros. Dios te dice que te bendecirá y tú serás bendición. ¡No sólo tendrás para ti sino también para los que necesitan!
“Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros…Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte” (1ª Juan 3:11 y 14). No estamos viendo que quizás vamos a tener vida eterna ya que la fe produce en el creyente la certeza de que nosotros hemos pasado de muerte a vida y lo sabemos bien. ¿Por qué lo sabemos? Porque amamos a los hermanos. Cuando tienes amor como una fuente de agua que no puedes parar, puedes estar seguro y segura que has pasado de muerte a vida. Y no es un amor así nomás, es un amor desprendido. 1ª de Juan 3:16 nos dice: “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos”. ¡El amor da la vida! “Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él” señala 1ª de Juan 3:15.
Nosotros creemos que amamos a todos, pero hay algunos que no soportamos y será mejor que no me los encuentre porque me veré en el compromiso de saludarlos. Alguien te hizo algo y es mejor no toparte con esa persona así que si va por la misma vereda que tú, te cruzas a la otra. Si no soportas a un hermano, no estás manifestando lo que deben manifestar los hijos de Dios. Es más, se cumple lo que dice 1ª de Juan, que aborreces a tu hermano. Suena muy fuerte el término aborrecer así que usaremos una frase más actual: “No me lo banco”. ¿Qué te dice acerca de esto 1ª de Juan? ¡Que todavía estás en muerte! “Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él”. No hay que clavarle un cuchillo a alguien para ser homicida, sólo por aborrecer a un hermano te conviertes en tal. ¡Estás matando a tu hermano! Padre, ayúdanos a tomar con seriedad lo que dice tu palabra. Nos parece un poco exagerado lo que dice la Biblia y que no es tan así, que habría que pensarlo, pero yo te digo que no lo pienses porque la palabra de Dios no es para razonarla sino para creerla y obedecerla. Dios hoy quiere librarte de un camino de homicidio y de muerte. Abre tu corazón para que el Señor pueda derramar su presencia en ti. ¡Hay parientes que no bancamos, hay vecinos que no soportamos!
Hemos estado escuchando testimonios de la obra carcelaria que llevan adelante algunos pastores de la iglesia junto con otros hermanos. Las autoridades les han dado un sector dentro de un módulo carcelario y mandaron unos treinta presos con quienes comenzaron a trabajar. Créeme que es denigrante y deprimente entrar a las cárceles; es muy lúgubre, un ambiente muy duro, frio, sucio, se ve la miseria humana allí adentro. Pero en el sector donde trabajan los hermanos de la iglesia junto con los presos, está pintado, ordenado, pusieron allí una biblioteca; la verdad que entrar allí es entrar a un lugar bendecido. Hay presos que predican en ese lugar y oran por otros que están en su misma condición. Los pastores y hermanos que están a cargo de esta obra no sólo van a predicarles, sino que se sientan a tomar mate con ellos y a dialogar. Les hacen sentir que el amor y la gracia de Dios es para ellos. Tan bien resultó esa tarea que les entregaron otro sector donde entran doscientos presos; pero antes, los presos del otro sector acondicionaron el lugar y ya están trabajando con otras personas allí. Están sucediendo cosas extraordinarias en las cárceles porque los hijos de Dios manifiestan el amor de Dios. Por eso la Biblia dice: “Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos…” (Hebreos 13:3). ¡El amor de Dios alcanza para los criminales! Tú no bancas a tu hermano, a tu suegra, a tu cónyuge, pero el amor de Dios llega a los criminales, a los drogadictos, a los violentos, etc.
Resulta que cayó preso un violador y en la cárcel, lo común es que los violen a ellos o los maten, y éste iba a una muerte segura. Entonces el director del módulo sugirió que lo llevaran a otro lado y el violador fue a parar al módulo donde estaban trabajando los cristianos, aunque los presos cristianos no querían tenerlo allí porque los otros iban a tomar represalias contra ellos. Pero después de meditar en el asunto y de orar, decidieron recibirlo. Luego de unos meses, los psicólogos fueron a ver cómo estaba el hombre y lo habían visto tan bien que se preguntaban qué habían hecho con él. En ese sector los hijos de Dios manifiestan el amor de Dios y allí no lo han maltratado ni abusado sexualmente, sino que le predicaron el evangelio. El evangelio es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree. ¡El amor todo lo puede! ¡Esa es la obra de Dios! Y es la obra que el Señor hace a través de sus hijos. El amor de Dios es el remedio para las enfermedades del alma y como todo medicamento, viene en un envase, ese remedio está adentro de los creyentes. ¡Tú eres el envase que posee el remedio de Dios para la gente!
CONCLUSIÓN
Dios te da esta palabra hoy para llenar tu alma y para hacer que sobreabunde su amor en tu vida. “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” (1ª Juan 3:16 al 18). ¡No seas hablador! ¡Que se vea el amor de Dios en tu vida! ¿Cuándo se ve y cómo? Cuando hay alguien necesitado, desnudo, con hambre. Si cierras tu corazón, si estás muy ocupado como para ver la necesidad de los que te rodean eres una persona que tiene el corazón cerrado. Vives afanado con tu trabajo, no te alcanza el dinero, entonces no piensas en la necesidad de tu prójimo; tienes el corazón cerrado. Y si está cerrado el corazón, ¿cómo se manifestará el amor de Dios en esa persona? “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad”.
¡Hay un mundo que espera la manifestación gloriosa de los hijos de Dios! La presencia de Dios, la que brota y se manifiesta a través de tu vida es esencial para el mundo. Necesitamos reconocer nuestra escases del remedio de Dios, que es el amor. A algunos, ese remedio alcanza sólo para ellos, porque piensan sólo en ellos. Y algunos predican que tienes que amarte a ti en primer lugar porque si no lo haces, no servirás para amar al prójimo. Pero el mandamiento no es ese; el mandamiento es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. ¡Da la vida por tu prójimo!
¿Estás lleno o estás falto? Si estás falto correrás el riesgo de ser acusado que el amor de Dios no está en ti o de encontrar el día de mañana que en ti no hay vida sino muerte. Y es que el diablo acusa a los creyentes y le dice a Dios: “¿Este es tu hijo? ¿Esta es tu hija?” Satanás se burla de Dios porque ve que en los creyentes no se manifiesta el amor de Dios.
Dile al Señor: “Perdóname porque he tenido muchas ocupaciones, muchos afanes y cosas que no he logrado, y eso ha provocado que mi corazón se endureciera. Hazme libre Señor, lléname de tu presencia y derrama tu amor sobre mí. No estuve funcionando con el remedio que tienes para la gente. He sido demasiado egoísta y he pensado demasiado en mí. Lávame Señor con tu sangre y límpiame de mi pecado. Hoy quiero que tu amor rebose sobre mí y quiero darle ese remedio de amor a los necesitados, en el nombre de Jesús, amén”.
INTRODUCCIÓN
El diccionario hace referencia a la depresión como un síndrome y señala que este síndrome está caracterizado por una tristeza profunda y por la inhibición de los valores de la psiquis y las iniciativas que surgen de nuestra alma. Las funciones de nuestra alma son inhibidas por causa de la depresión. Cuando hay depresión, todas las cosas que tienes para dar, como una sonrisa, una palabra de aliento, un buen consejo, etc., no puedes expresarlos porque por causa de la depresión estás inhibido o inhibida.
Dios me mandó a hablar acerca de esto porque hay muchos cristianos que viven dominados por la tristeza y este sentimiento le quita a la gente el gozo de Dios, la fe, la esperanza y aún las ganas de vivir. La tristeza es una especie de mal contra la verdad de Dios, es una especie de maldición contra la fe en Dios, que te roba las ganas de vivir y te hace dudar acerca del futuro o temer acerca de cosas que puedan ocurrir en el futuro. ¡Hoy Dios quiere librarte de tristezas! ¡El Señor quiere librarte de la depresión!
Se puede decir que la depresión tiene que ver con un vacío. Cuando estás deprimido o triste es que algo te falta; y si no logras darte cuenta qué es lo que te falta, estás en ceguera. Algunos tratan de llenar ese vacío con dinero, con trabajo, con sexo, con música, etc. La gente quiere llenar el vacío a toda costa, pero el único que puede llenar ese vacío de llama Jesucristo. No hay ninguna canción que pueda darte vida abundante, no hay fármacos que puedan darte vida abundante, tampoco lo puede hacer la droga o el alcohol. ¡Sólo Cristo puede llenar el vacío que provoca la tristeza que te lleva a la depresión!
SÍNTOMAS DE LA DEPRESIÓN
Hay algunos elementos que intervienen en la depresión. Es muy común que sientas temores cuando estás deprimido, y el temor es contrario a la fe. Por medio de la fe yo tengo esperanza que voy a salir adelante, espero que lo que viene será mejor que lo que estoy viviendo, y no es una fe tonta o ciega, sino que está anclada en la palabra de Dios. La biblia dice que Cristo nos lleva de gloria en gloria y de victoria en victoria y por eso nosotros creemos que lo que viene siempre es mejor que lo que ya hemos vivido. La vida con Cristo es una vida ascendente, se perfecciona y alcanza niveles mayores de fe, de esperanza y de gozo. Cuando yo no entendía bien estas cosas dudaba de que sucedieran las promesas de la Biblia sobre mí y de tener victoria en ciertas áreas de mi vida, pero a esta altura en que Dios me ha mostrado cuánto me ama, me ha mostrado su poder, me ha hecho disfrutar al ver como Él ha transformado tantas vidas dándole esperanza, fe y ganas de vivir a tanta gente, ya no tengo ninguna duda. Por lo que digo: “¡Qué importa lo que venga! ¡Yo soy más que vencedor por medio de aquel que me amó!”
Eso que declara la palabra de Dios yo lo había leído y lo creía, pero ahora lo tengo en la médula de mis huesos. El cristiano que tiene una buena relación con Cristo no está esperando que las cosas sean mejores porque sabe que serán mejor; y sabe que no importan las circunstancias difíciles o contrarias. El cristiano sabe por la palabra de Dios, cree y está seguro que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien. ¡Qué lindo tener esa certeza! Tal vez ha ocurrido algo malo y catastrófico pero tú estas consciente que eso no es tan malo o catastrófico, sino que no estás entendiendo bien los planes que Dios está ejecutando sobre tu vida. Se muere un pariente y te pones mal y le reprochas a Dios, pero no estás entendiendo la historia que Él está tejiendo. Aunque no entienda, ahora que tengo incorporada la palabra de Dios, no me importa lo triste o difícil que sea la circunstancia, yo confieso que amo a Dios por lo tanto sé que en todas las cosas ayuda a bien para mi vida.
En la depresión opera el temor y éste es una fe negativa, es una especie de certeza que va a ocurrir lo malo que estoy presintiendo o pensando. En el temor no opera el Espíritu Santo, no opera Dios. Cuando yo pongo mi fe en que lo malo que pienso o presiento va a suceder, no estoy confiando en la palabra de Dios que promete que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien. Yo miro para adelante y que venga lo que venga porque sé que todo lo que suceda será para bien de mi vida, de mi iglesia, de mi nación y de mi descendencia. ¡Lo creo, lo vivo y lo predico!
Otro elemento que opera en la depresión es la tristeza que ya mencioné, y quizás sea el factor principal. Los temores tienen que ver con el pasado; hemos vivido cosas que han dejado marcas en nuestro inconsciente. Las circunstancias han metido temores en nuestro corazón y nuestra mente y creemos que porque me fue mal en varias ocasiones ahora también me irá mal. Lo mismo sucede con la tristeza que está fundamentada en situaciones del pasado, y tiene que ver con una sensación de pérdida. Por eso cuando hay depresión es porque no he alcanzado cosas que he anhelado; la depresión tiene que ver con fracasos matrimoniales, económicos, fracasos en el intento de que mi padre o mi madre me amen, entre otras cosas y entonces se apodera de las personas un estado de tristeza que sólo Jesús puede eliminar. ¡Cuando Cristo llega a tu vida borra el pasado! La promesa es que el que está en Cristo es una nueva criatura, ya el pasado no existe y no influye más en tu presente porque con el Señor estás caminando en una nueva historia. El que está en Cristo es una nueva criatura, las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas. Yo puedo mirar hacia adelante expectante por lo que está haciendo Dios y mi referencia no es el pasado ni las circunstancias que viví sino el futuro venturoso que Jesús tiene para mí. El estado de tristeza te inhibe y te impide tener esperanza, fe, convicción, fuerza; te impide contagiar a los demás con vida porque la tristeza te está robando la vida.
Si estás en un estado de tristeza, Cristo te quiere librar. No importa lo que haya hecho tu cónyuge contra ti, lo importante es que Cristo te puede sacar la tristeza a pesar de tu cónyuge. Así que puede venir la tristeza y el miedo, pero si tú escuchas la palabra de Dios y la crees con todo tu corazón, el Señor tiene poder para hacerte vivir en otra dimensión, más allá y por encima de las circunstancias. ¡Dios tiene poder! El apóstol Pablo declaró que el evangelio es poder de Dios para salvación y hoy estás escuchando el evangelio, la buena noticia de Dios. El Espíritu Santo te trae hoy este mensaje que te sacará del estado de tristeza, de la angustia y la depresión. Y esto es más que un mensaje; es poder de Dios para salvación. Yo podría darte un lindo discurso, pero si no opera el poder de Dios, no serviría de nada mi discurso. Tengo la convicción que lo que estoy predicando es poder de Dios para salvar a cualquiera en cualquier situación.
Veamos ahora, los síntomas de la depresión:
¿Qué cosas hay en mí que determinan que hay depresión? Por ejemplo, sentirse triste o vacío. La depresión es el estado fundamental de la tristeza. Los psiquiatras dicen que una tristeza prolongada pasa a ser depresión. Una tristeza que se apodera de tus estados de ánimo termina en depresión o genera ese vacío existencial. Otro síntoma de la depresión es la pérdida de interés. Antes tenías iniciativas, te gustaba estudiar o trabajar, sonreías todo el tiempo, pero ahora has perdido el interés y ya no sonríes, ya no te interesa estudiar o trabajar, no le encuentras sentido a la vida y piensas que no hay propósito alguno para vivir, piensas que no vale la pena vivir y sientes deseos de morir. Quiero decirte que el evangelio promete vida abundante a quienes lo reciben. Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). ¡Esto es una promesa del Señor y Él tiene poder para hacer que esta palabra se cumpla en tu vida!
La depresión te promete muerte y es que la depresión sugiere muerte, pero el evangelio te da vida. La depresión te insinúa que no vale la pena vivir, pero Cristo te dice: “Yo he venido para darte vida y vida en abundancia”. También declaró: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6). Prometió que la vida que nos daría sería como un río de agua de vida que sale de nuestro interior (Juan 4:14) y que no sólo es para nosotros, sino que toca a los que nos rodean. Si tú tienes entusiasmo, y entusiasmo significa, lleno de Dios, ese río de vida que hay en ti moja a otros y los llena de expectativas. Es una vida que no sólo te llena, sino que también emana de ti para bendecir a otros. ¡La depresión no es normal en los creyentes! La tristeza puede surgir por causa de alguna circunstancia adversa que llegó a tu vida, pero se tiene que ir porque no tiene nada que hacer en tu vida. La esperanza supera la tristeza; la fe y las ganas de vivir que te da Jesús superan la tristeza, y Dios te quiere librar del poder de esa tristeza profunda que tienes.
Otros síntomas de la depresión son el no poder dormir o dormir demasiado, sentirse permanentemente cansados. Hay mucha gente que no trabaja tanto, pero vive cansada. Otros síntomas son que vives sin esperanzas, que siempre estás irritable y ansioso, tienes ideas de muerte o de suicidio. Parece ser que se mueven demonios en la depresión que al hablarte e insinuarte pensamientos te dicen que la vida no tiene sentido y no vale la pena vivir; después te llama la atención hacia una ventana en el décimo piso en donde te encuentras y te incita a arrojarte hacia el vacío así se termina todo tu sufrimiento. Algunos oyen voces que le dicen que se tire delante de un camión. Cuando la depresión hace morada en ti, quien domina no es el Espíritu Santo sino los demonios. La depresión te lleva por caminos que Dios no te ha mandado transitar; por lo tanto, tienes que ser libre hoy de la depresión porque ésta te arrastra por caminos de muerte.
La depresión también conlleva un aumento o la pérdida de los deseos de comer. Puede darte por comer de más o por no tener ganas porque se te cierra el estómago. Es un vacío emocional, motivacional, o sea que te falta motivación. Es un vacío intelectual ya que las cosas que has aprendido no te sirven de nada, sino que están ahí herrumbradas en tu corazón, por lo tanto no funcionas como Dios quiere ni siquiera como tú quisieras funcionar. Te vuelvo a insistir que el evangelio es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree.
YO ENTRÉ EN DEPRESIÓN…
A mí no me han contado acerca de la depresión ni he leído del tema; me ha tocado vivirla y hace más de cuarenta años fui libre de la depresión. Yo tenía veinticinco años de edad y me sentía como un viejo. A esa edad yo pensaba que no valía la pena vivir y le preguntaba a Dios por qué permitía que me sucediera lo que me estaba sucediendo y por qué dejó que yo sufriera injusticias. Cuando tú comienzas a cuestionar a Dios, más solo te quedas. Yo me había criado en la iglesia y en determinadas áreas de mi vida tenía temor de Dios. Yo había decidido guardarme de toda relación sentimental con las jóvenes, que ofendiera a Dios. Así llegué a los veintidós años de edad, no me había puesto de novio con ninguna chica y había unas cuántas que me buscaban, pero yo no podía engañarlas diciéndoles que las amaba, y como no podía decírselo, no me metía con ellas. Hoy en día los chicos se les declaran a las chicas y viceversa diciendo: “Siento algo por vos”. ¡Una gran estupidez porque sentir algo no es necesariamente amor! Sentir algo sería como alguna cosquillita, o tener ganas de algo. Te gusta una chica y tienes ganas de besarla, entonces te le acercas y le dices que sientes algo por ella y si la joven te corresponde entonces ya están listos para el beso. Yo no quise relacionarme con ninguna chica. Una vez, una joven se volvió loca por mí y la entiendo. ¡Era linda la chica! Unos amigos me decían: “Dale, encarala porque está muerta contigo”. Entonces yo decidí ponerme de novio con ella, pero no podía estar en paz porque sentía temor de Dios. La chica vivía a ciento setenta kilómetros de mi casa y un día sin saber más que hacer, porque yo no aguantaba estar en una relación con ella le escribí una carta insinuándole que quería terminar porque no me sentía bien. Le dije que debíamos hablar. Yo no podía mirarla a los ojos y decirle que la amaba porque no eras así. La chica interpretó mal la cosa y me sugirió que concretemos el noviazgo. Ella se quedó esperando y yo no le volví a escribir ni la vi más. Pero llegó el día en que me enamoré perdidamente de Marta, mi esposa. Yo que tenía muchos cargos en la iglesia, era un líder importante; Marta cantaba en el coro que yo dirigía entonces le hacía caritas. También fui su maestro de la escuela dominical. Antes de enamorarme de ella, una vez le insinué algo, le conté la historia de Abraham cuando Dios le dijo que dejara su tierra y su parentela y él obedeció yéndose a donde Dios lo mandó. Entonces le dije a Marta: “Si yo te dijera que te fueras conmigo, que dejaras tu casa y todo lo demás. ¿Lo harías?” ¡Y ella me responde que sí! La lógica es que debía decir que no pero no nos habíamos puesto de acuerdo, aunque en ese entonces aún no estaba enamorado de ella.
Pero cuando me enamoré de Marta le hablé y le dije cuánto la quería, que estaba roto, descosido por ella, y me dice: “Mira Jorge, yo con vos no me caso ni me casaría nunca”. Yo tenía la idea de que cualquier chica a la que yo le hablara tenía que caer de rodillas llorando agradeciendo al cielo. En mi fuero íntimo pensaba que no podía haber mujer que se me resista. ¡Era humilde en aquel tiempo! Realmente pensaba que si alguna chica se resistía a mi amor era una estúpida que no me merecía. Pero cuando me enamoré de Marta no podía desear que se pudriera porque se me pudría el amor de mi vida. Esa noche me fui sufriendo a mi casa y pensaba que lo que estaba viviendo era mentira, pero tenía esperanza que la cosa iba a cambiar. Y le volví a hablar. Resulta que Marta se había puesto de novia con otro joven y yo le hablé sin saberlo. Había encontrado un rubio, alto, que se había recibido de contador y tenía casa. ¡Qué sé yo todo lo que tenía ese tipo! Yo era bajito, morocho, estudiante de arquitectura, aún no me había recibido y no tenía un peso en el bolsillo. ¡Estaba frito! En ese tiempo comencé a decirle a Dios: “Yo me guardé para serte fiel y ahora que amo a una mujer, ella me desprecia”.
Comencé a vivir un estado de lucha interior y perdí las ganas de estudiar; yo era un líder activo en la iglesia y perdí el deseo de servir a Dios. Me sentía cansado…. Tenía todos los síntomas de la depresión. No tenía ganas de levantarme de la cama ni de comer, mi mamá me decía: “Jorgito tenes que comer. Estás quedando muy flaco. Hay muchas chicas lindas en la iglesia”. Pero yo enojado decía: “¡Qué me importa! ¡Yo la quiero a Marta!” Todo me era contrario. Marta vivía al lado de mi casa y yo sabía a la hora que se iba a clases de piano así que salía afuera y me sentaba en el muro de casa a mirarla. Yo la miraba y me lamentaba. La veía irse y casi pasaba inadvertido para ella. ¡Eso era una puñalada para mí! Ella quería convencerme que jamás se casaría conmigo. Estaba en los preparativos para su casamiento con el rubio alto y había comprado la heladera, una cocina y otras cosas más. ¡Todo para casarse con el gil ese! Pero yo le volví a hablar y ella me dijo: “¿Cómo queres que te diga que con vos no me voy a casar?” Todo eso ayudaba a mi tristeza y resulta que en esos días en que estaba acostado en mi cama sin ganas de nada, hasta la música más inocente me pegaba duro. Me quedaba horas en mi cuarto escuchando música. Había un tema titulado: “El gato en la oscuridad”. La letra dice: “Ese gato que está en el tejado sabía que tú eras mía”. Y a mí se me saltaban las lágrimas… ¡Hasta el gato lo sabía! Y surgía una canción tras otra para que yo me hundiera en la tristeza y en la depresión. Me había comprado en ese entonces unos cuantos simples y entre ellos había uno de Palito Ortega. ¡Las canciones de Palito Ortega eran las más inocentes y bendecidas! Y había una que decía: “Al lado, justo al lado, vive, la que me tiene enamorado, ilusionado, trastornado, yo la tengo de vecina, está viviendo justo al lado”. ¡Yo escuchaba eso y lloraba! Por eso te digo que entré en una depresión profunda y cuestionaba a Dios, pero cuanto más cuestionaba a Dios, más solo y triste quedaba. Por ahí yo agarraba la Biblia y ésta me daba para adelante. Yo practiqué también la dedomancia. Le decía a Dios: “¡Háblame Señor!” y donde paraba mi dedo esa era palabra de Dios. Entonces me salió el versículo que se encuentra en Mateo 21:22: “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”. “¡Pero Dios, si esta está de novia con el rubio ese! ¿Qué derecho tengo de orar para que me la des?” ¡Estaba librando una lucha impresionante! Oraba, lloraba, tomaba la Biblia y pedía: “¡Háblame Señor!” Y otra vez donde caía mi dedo, esa era palabra de Dios y me salía nuevamente Mateo 21:22: “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”. La palabra de Dios hacía su trabajito y los demonios también y yo estaba en el medio de la palabra de Dios y los demonios. Un buen día Dios me dio una palabra: “Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación…” (Salmo 40)
La palabra que hoy estás recibiendo tiene poder para doblegar todos los poderes del infierno que producen tristeza, angustia, soledad y todo mal que te rodea. ¡Hay poder en la palabra de Dios! El evangelio es poder de Dios para salvación de todo el que cree. En ese entonces, no salté de alegría porque la palabra decía: “Pacientemente esperé a Jehová…” Era como que Dios me estuviera diciendo que aguantara que Él me iba a sacar.
La depresión está descrita en el Salmo 23 “…Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento”. En el valle de sombra de muerte uno pierde el aliento, pierde el ánimo y la fe, camina despacio y no sabe a dónde ir, no sabe si lo que hace está bien o está mal. Mi lucha duró dos años. Mi cuñado que jugaba conmigo a la pelota, cada vez que me veía me decía, por ejemplo: “Mi hermana ya se compró la heladera. Se casa en diciembre”. Cada vez que me veía me informaba acerca de los preparativos del casamiento de Marta. ¡Qué sufrimiento! Un día se pelearon y yo me terminé casando con Marta. ¡Después me dijo que me amó toda la vida! Ella decía de mí que era un negro ruliento; ahora me dice papi. “Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios” (Salmo 40). ¡Dios me devolvió las ganas de vivir!
ELÍAS ENTRÓ EN DEPRESIÓN…
El profeta Elías vivió la depresión profundamente, después de una gran victoria espiritual en el Monte Carmelo cuando clamó a Dios para que enviara fuego del cielo y consumiera el holocausto que él había preparado. Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Previamente se había burlado de los sacerdotes de Baal que habían invocado a su dios, pero éste no les respondió; ellos hicieron sus rituales, sus danzas y sacrificios, se sajaban los brazos hasta chorrear sangre, pero Baal no con contestó por fuego y Elías dijo: “Invocad vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová; y el Dios que respondiere por medio de fuego, ése sea Dios” (1 Reyes 18:24). Entonces Elías invocó a Jehová y el fuego cayó y consumió todo el holocausto. “Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!” (1 Reyes 18:39). A veces dejamos la espiritualidad y nos manejamos según nuestros estados de ánimo. Vemos a algún creyente que está desanimado pero un día se levanta y comienza a subir y a tener victoria; uno lo ve y piensa qué bien que está, pero nuevamente decae. De la nada baja de ánimo, sube, baja y así sucesivamente. Cuando sube no es por Cristo sino porque les picó algo. El Espíritu Santo te da dominio propio y te hace vivir en una fe constante, no es que se te cae la fe y la vuelves a levantar, después se te vuelve a caer y la levantas de nuevo. Los estados anímicos son fruto del alma y ésta tiende a cambiar sus estados anímicos con la temperatura, la humedad, lo que comiste o bebiste, por causa de una mirada, etc. Una mirada te puede cambiar el estado de ánimo. Una chica cree que el joven está loco por ella y se siente feliz pero un día el muchacho la mira medio seco y ese día la chica se viene abajo, allá al fondo. ¡No hay quien la levante! Una palabra o una noticia pueden cambiar tus estados de ánimo. Pasas de la euforia a la tristeza más profunda y Dios no quiere que vivas más así.
Después de esa gran depresión que te conté, he vivido por más de cuarenta años predicando. Cuando estaba en la depresión le decía a Dios que no valía la pena vivir. “¿Para qué vivir si yo me había guardado para honrarte y no me das la mujer que yo amo? ¡No te entiendo Dios! ¿Qué quieres de mí? ¿Qué me quieres enseñar? ¡No tiene sentido esto que estoy viviendo!” Yo no conocía los planes que Dios tenía para mí. Yo era anímico y Dios me tenía que hacer pasar por esta experiencia para que yo ya no dependiera de mi alma, sino que dependiera de Jesucristo y de su palabra. El alma se agarra de cualquier cosa para entrar en depresión, en tristeza o en euforia, pero el Espíritu se mueve por la palabra. Jesús dijo: “…mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35). El que confía en la palabra de Dios vive estable. El que ancla su alma en la palabra de Dios pone esa ancla en un lugar estable y firme; esa persona no se moverá porque no dependerá de las circunstancias sino de lo que Dios ha dicho. ¡Y lo que Dios ha declarado no se mueve! ¡No cambia! ¡No varía porque Dios no miente!
Cuando cae fuego del cielo y todos ven que Jehová ha enviado fuego, comienzan a declarar: ¡Jehová es Dios! Porque el pueblo estaba sumido en la idolatría y adoraban dioses extraños y no al verdadero Dios de Israel. Elías manda a detener a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Eran cuatrocientos cincuenta sacerdotes de Baal; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló. Y la que mantenía a esos sacerdotes era Jezabel, la esposa del rey Acab. “Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos” (1ª Reyes 19:2).
Aquí comienza el drama de Elías. Él no tuvo miedo de matar cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y burlarse de ellos. Dios lo respaldó. Pero cuando recibió esa noticia de parte de la reina se asustó, tuvo miedo y huyó. Hasta ese momento estuvo firme y dice la Biblia en 1ª de Reyes 19:3: “Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado”. Cuando la reina amenazó con cortarle la cabeza le entró miedo y decidió huir. El miedo te hacer correr en la dirección opuesta a la voluntad de Dios; el miedo te impide estar lúcido para entender qué es lo que Dios quiere que hagas. Recordemos que el miedo es uno de los factores de la depresión. Elías estaba en el Monte Carmelo, bien al norte de Israel, en el límite con Líbano y más allá no podía pasar. Allá fue donde Elías hizo esta proeza de parte de Dios. La Biblia señala que viendo el peligro, huyó a Beerseba. No había vehículos entonces, ni rutas. Calculo que descendió más de trescientos kilómetros hacia el sur. Beerseba es la última ciudad antes del desierto del Neguev. Hay pueblos o civilizaciones desde Beerseba hacia el norte, pero ésta es una ciudad situada bien el sur del reino de Judá, y luego de ella, está el desierto. El Monte Carmelo estaba al norte en el reino de Israel. Allí en Beerseba dejó a su criado y señala la Biblia en 1ª Reyes 19:4: “Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres”. Elías huyó por miedo a que lo mataran, pero ahora estaba deseando morir. ¡Se hubiera quedado allá! Una versión antigua dice: “Basta ya, oh Jehová, quítame el alma”. Continúa diciendo 1ª Reyes 19:5: “Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come”. Cuando fuimos a Israel hemos andado por el desierto del Neguev, un desierto donde no hay vegetación, sólo piedras y arena. Allí el clima es seco y hay hasta cuarenta y cinco grados de temperatura. Elías se echa debajo de un enebro y le dice a Dios: “Basta ya, oh Dios, quítame el alma”. El alma es el yo. El ángel le ordena que se levante y que comiera y así lo hizo Elías, pero después que hubo comido sintió ganas de dormir otra vez. “Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta” (1ª Reyes 19:7). Dios me dio esta palabra para ti hoy: Levántate y come porque largo camino te resta. Yo sé lo que es tener veinticinco años de edad y sentirme como un viejo, y no tener ganas de vivir. Yo sé lo que es no encontrarle sentido a la vida ni propósito en lo que Dios estaba haciendo. Elías llegó al punto en que no quería más nada, estaba cansado; quedó turbado por lo que había sucedido. El enemigo había contra atacado justo después de una gran victoria y lo demolió, lo llevó el punto de desear la muerte. Después de haber salido de mi depresión, llevo más de cuarenta años predicando el evangelio, ya no tengo ganas de morir sino todo lo contrario. Yo le digo a Dios: “Dame vida y nuevas fuerzas para seguir predicando. Yo quiero llenar el mundo con tu palabra y levantar gente en el nombre de Jesús. Yo quiero ver el poder del evangelio transformando a las personas”. He trabajado mucho y estoy cansado, pero tengo ganas de vivir y seguir haciendo la obra de Dios.
CONCLUSIÓN
Puede que seas un joven que se siente viejo, abrumado, cansado, que no le encuentra sentido a la vida, pero yo te digo que Dios tiene propósito contigo y Él te ordena: “Levántate y come porque largo camino te resta”. Dice la Biblia que después que se hubo alimentado caminó cuarenta días y cuarenta noches sin comer y sin beber dirigiéndose hacia el sur. Se atravesó todo el desierto del Neguev y llegó al Sinaí o Monte Horeb. Unos seiscientos kilómetros aproximadamente desde el Monte Carmelo hasta el Monte de Dios. “Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?” (1ª Reyes 19:9). Yo te pregunto de parte de Dios: “¿Qué haces aquí? ¿Quién te mando llegar a dónde has llegado?” Elías respondió: “He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida. Él le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?” (1ª Reyes 19:10-13).
Ahora pregúntate tú: “¿Qué hago aquí? ¿Por qué he llegado hasta aquí? ¿Por qué me siento perdido? ¿Por qué siento que mi vida no tiene sentido?” Elías le vuelve a contar el mismo cuento que le dijo al ángel a Dios. “Y le dijo Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria” (1ª Reyes 19:15). Dios lo invita a empezar de nuevo y ahora con la nueva orden que le da, todo lo que caminó hacia el sur lo tenía que caminar hacia el norte. ¡Hacer seiscientos kilómetros de nuevo hacia el otro lado! Aunque volvía por el desierto de Damasco, más hacia el este del Monte Carmelo, y los dos están casi a la misma altura. Podría haber ido desde el Monte Carmelo, dos o tres días caminando hasta Damasco. Le dio la tarea de ungir a Hazael por rey de Siria más otros dos trabajos como el ungir a un rey de Israel y levantar a Eliseo como su sucesor.
Presta atención a lo que te digo ahora. Todo lo que has caminado sin saber que no era la voluntad de Dios lo vas a tener que descaminar. Dios te dice: “Yo voy a cambiar tu vida, pero tú tienes que conocer mi voluntad”. No camines por caminar o por impulso. No hagas lo que te viene en ganas o porque lo sientes. ¿Por qué lo hiciste? “Porque lo sentí”. ¡Tú tienes que hacer lo que Dios te dice! “Pero no lo siento y yo no soy hipócrita”. A la gente le gusta hacer lo que siente. Elías hizo lo primero que sintió. Lo que sintió fue temor y dijo: “¡Tenemos que huir valientemente!”
Dios quiere orientar tu vida y darle sentido a tu existencia. Caminaste mucho creyendo que hacías lo correcto, pero si decides hoy obedecer a Dios, Él te dirá lo que tienes que hacer y a dónde tienes que ir. Entrégale tu depresión, tus temores y tristezas. No camines más gobernado o gobernada por tus temores y tristezas. Que no te asusten las circunstancias. El Señor te dice: “Yo soy tu Dios y caminaré contigo y te daré fuerzas. Yo te daré victoria y te haré un vencedor y una vencedora. En tus caminos no hallarás victoria, pero en mis caminos serás más que un vencedor”.
Si estás siendo asediado o asediada por tristezas y por depresión porque tú sabes si estás sintiendo un vacío, si sientes un bajón y quieres hacer cosas pero no tienes fuerzas, no tienes ganas o simplemente no puedes, has golpeado puertas que no se abrieron y ya no sabes que puertas tocar, ya no sabes qué más hacer, Dios te dice hoy: “Dame tus problemas. Dame tus depresiones y tus angustias; dame tus fracasos y yo quitaré tu depresión hoy de ti. Te voy a dar libertad. Experimentarás una libertad que hacía mucho no experimentabas. Has corrido mucho pero no sabes para qué ni para dónde. Yo te voy a mandar al lugar exacto de mi voluntad y no dejaré que fracases más”. La tristeza, la depresión y los temores te hacen tomar decisiones. ¡Decide que nunca más le harás caso y desde hoy obedecerás a Dios! ¡Arrodíllate delante de Dios, no delante de tus temores!
INTRODUCCIÓN
Hay mucha confusión en el mundo y esta confusión está metiéndose en la iglesia. Dice la Biblia que Cristo no vendrá sin que antes se manifieste la apostasía y se manifieste el hombre de pecado, inicuo cuyo advenimiento es por obra de satanás (2° Tesalonicenses 2:1-9). Estas son señales que estamos esperando que se cumplan y yo quiero decirte que hoy estamos viviendo tiempos de apostasía. Apostatar significa negar la fe, es volverme en contra de lo que antes he creído. A veces discutimos por cuestiones como, por ejemplo, de qué color pintaremos el templo, de qué manera vamos a alabar, cómo haremos el culto, qué pondremos primero y estos son cuestiones de forma, pero hay otras cosas que son esenciales y tienen que ver con la verdad o con doctrina. La palabra doctrina tiene el mismo origen que la palabra dogma. El dogma es un cuerpo de fe; es una verdad que debe ser creída y no es relativa sino absoluta, y si no es creída. no hay salvación ni perdón de pecados. La doctrina es inamovible, no es algo que podamos discutir; la doctrina no es algo que podamos razonar, sino que debe ser creída. La doctrina es una enseñanza a la que le decimos amén, lo creo y lo recibo. Por ejemplo, el perdón de pecados a través de la sangre de Jesús. No puedes discutir cómo es eso, para qué es, y por qué tiene que ser así. Tú tienes que creer que la sangre de Cristo te limpia de todo pecado y no puedes alterar esa verdad.
VERDADES INAMOVIBLES
Hoy quiero hablarte de doctrina, porque hay verdades que están siendo atropelladas en el mundo. Por ejemplo, la ideología de género se ha metido en la iglesia; durante miles de años hemos creído que un matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer, pero ahora, en este tiempo, se cuestiona qué es un matrimonio. Algunos creen que un matrimonio se puede formar entre tres personas como dos mujeres y un hombre. Y como eso hay otras cosas que tienen que ver con la libre elección de lo que yo quiero ser en lo sexual, en mi libertad de elegir el género que quiero. Por miles de años han existido los hombres y las mujeres, pero hoy hay cincuenta definiciones de género, y le llaman género a algo que no lo es. Resulta que puedes ser travesti, heterosexual, homosexual, bisexual, etc. Hay una larga lista de cosas para elegir, pero la verdad sigue siendo que Dios estableció el matrimonio. Y así como entró la confusión en el mundo y hasta se enseña en las aulas, también entró en la iglesia. Leí que dos pastoras lesbianas se casaron y las dos están al frente de una iglesia, y han surgido varias iglesias de homosexuales. Éstos toman pasajes de la Biblia y los adaptan a su conveniencia y de la misma manera entran otros pseudos conocimientos o pseudas doctrinas.
Recientemente ha ofrecido una conferencia en Uruguay una especie de rabino, que no es rabino; se denomina mesiánico ya que cree que Jesús es el Mesías, el Salvador del mundo, pero no cree que exista la trinidad ni cree en la divinidad de Cristo. Y quiero hablarte acerca de eso porque es importante que sepas en lo que crees. A la gente le decimos que tienen que abrirle el corazón a Jesús y pedirle que entre en él. Si te preguntara entonces si Cristo es Dios me dirías que sí, pero si te pregunto por qué crees que es Dios, ¿sabrías responder? Ellos creen que Cristo es hombre, ungido, pero hombre, y no es Dios.
Todo esto tiene origen en una enseñanza del Antiguo Testamento donde la Biblia dice que Dios es uno. Leemos en Deuteronomio 6:4: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”. Un motivo de tropiezo de los judíos para creer en Jesucristo como el Mesías es el hecho de que nosotros proclamamos que Él es Dios y que existe la Trinidad, pero para ellos eso es imposible porque tienen metido en la cabeza el pasaje de Deuteronomio 6:4: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”. Es uno solo, el único Dios creador del cielo y de la tierra; el universo ha sido hecho por Él y se sostiene por Él y no hay otro Dios. Digamos que el pueblo judío nos legó el conocimiento de la existencia del único Dios verdadero, a lo que se llama monoteísmo. En otras naciones hay muchos dioses y a eso se le llama politeísmo y nosotros creemos que Dios es uno. No necesitamos una diosa del mar, un dios de la guerra, etc. Una mujer se enamoró de un hombre casado y acudió a un brujo para hacer un endulzamiento así el hombre dejaba a su esposa. La gente acude a dioses para lograr los caprichos de su corazón. Mas nosotros somos monoteístas y creemos en un solo Dios. El Dios verdadero, quien creó todas las cosas y nos creó a su imagen y semejanza. Cuando quieres hablarle al pueblo judío de Jesús te dicen “cruz diablo”. Ellos piensan que si Jesucristo es Dios entonces hay dos Dioses, por lo que si hay un Dios Padre y un Dios Hijo eso es politeísmo y ellos no quieren hacer idolatría entonces adoran al único Dios verdadero.
Surgen cosas que hoy te quiero aclarar; leemos en Tito 2:13: “…aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. Aquí la Biblia nos dice que Jesucristo es nuestro gran Dios y Salvador. Pero, ¿cómo es el asunto? ¿Hay un Dios o son dos Dioses? ¿El Espíritu Santo es Dios o no? Para ellos es un espíritu, pero no hay Trinidad, existe solamente el Dios Padre. Hay entonces una contradicción porque la Biblia señala que Jesús es adorado. Debo decirte algo que tiene que quedar establecido y bien claro y es que nosotros somos monoteístas y creemos en el único Dios verdadero. La Biblia también expresa: “A tu Dios amarás y a Él solo servirás”. Esto se encuentra en el libro de Éxodo, Levítico y Deuteronomio. Hay un elemento que distingue nuestra relación con Dios de cualquier otra relación y ese es el acto de adoración. ¡Sólo Dios debe ser adorado! Cuidado cuando dices que alguna persona es divina. ¡No utilices ese término para ningún ser humano! ¡Divino sólo es Dios! Y por cuanto Él es Dios y es divino debe ser adorado porque la adoración es la manifestación de nuestra fe en cuanto a la grandeza, al poder, a la gloria, al amor y a la salvación de Dios. Es aquello que nos identifica con aquello que reconocemos y Dios debe ser reconocido y debe ser exaltado. Yo debo ser reconocido como pastor de la iglesia Misión Vida para las Naciones; si no soy reconocido, ¿qué me queda? Por ahí alguna persona dice: “Jehová es mi pastor y ningún hombre es mi pastor”. ¿Quién inventó a los pastores? ¡Yo no! Dios estableció pastores, apóstoles, evangelistas, profetas y maestros. Así dice su palabra. Toda persona que está en autoridad, por ejemplo, el padre de familia, debe ser reconocida en su autoridad. El dueño de una empresa debe ser reconocido como la autoridad de la empresa. Y la manera de reconocer al Dios verdadero es la adoración. Tú puedes rendir honor a una persona, pero no puedes adorarla. En cuanto al honor, la Biblia dice que todo el honor le pertenece a Dios; le pertenece toda la gloria y toda adoración. Entonces Dios es uno solo y debe ser adorado. Si Dios es uno, ¿pueden tres ser uno?
El rabino que vino a Uruguay ha llegado a decir que a la Biblia Reina Valera hay que desecharla porque está contaminada con el pensamiento griego. ¿Será que hemos estado usando una Biblia que no sirve y Dios nos abandonó a merced de la mentira? Ellos han escrito un Nuevo Testamento en hebreo porque señalan que la Biblia debe ser expresada desde el punto de vista del pensamiento hebreo. Dicen que la Reina Valera no es fiel a los manuscritos, pero yo te digo que el Nuevo Testamento que ellos escribieron es infiel en absoluto porque no responde a ninguna traducción, sino que lo han inventado. Ellos plasmaron: “De acuerdo al pensamiento hebreo debiera decir esto y esto”. Estén atentos porque esto se está infiltrando en la iglesia y hay mucha gente que está siendo confundida. Confío que hoy quedarás con la certeza total y absoluta de cuál es la verdad y quien debe ser adorado.
PENSAMIENTO HEBREO vs PENSAMIENTO GRIEGO
Precisamente en esto de que tres son uno, no es un pensamiento griego porque ellos son muy esquemáticos, matemáticos y geométricos, entonces para los griegos, uno más uno es dos y tres no son uno. Me refiero al pensamiento griego. Pero en el pensamiento hebreo y bíblico no es nada extraño que dos sean uno, que tres sean uno o que cuarenta y dos mil trescientos sesenta sean uno. Para la Biblia no es extraño que siendo muchos miembros seamos un solo cuerpo. Ya en el principio Dios dijo: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24). ¿Qué es lo que ve Dios en un matrimonio? ¡Uno! Yo miro un matrimonio y veo dos personas, un hombre y una mujer, dos nombres diferentes que los identifica, pero, ¿qué ve Dios? ¡Uno! Y el Señor dice: “Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mateo 19:6). Dios ve una unidad en el matrimonio. ¿Vas a discutir esto? ¿Lo vas a razonar o vas a creer? ¡Tienes que creer lo que dice la Biblia! Le preguntaron a una persona: “Cuándo llegues al cielo y te encuentres con los tres: con el Padre, con el Hijo y el Espíritu Santo, ¿delante de quién te arrodillarás? Si hay un solo Dios verdadero y dices que crees en tres Dioses, si te arrodillas delante de Cristo en el cielo, entonces eres un idólatra y de hecho no irás al cielo por idólatra, por politeísta, por creer en más de un dios”.
En el pensamiento hebreo traducido del griego no es extraño que dos o tres sean uno y no es extraño que, siendo muchos miembros, todos nosotros seamos uno. Dios no ve muchos, sino que ve uno. Somos un pueblo, el pueblo de Dios, el cuerpo de Cristo y ese cuerpo tiene una cabeza que es Cristo por lo tanto somos uno con el Señor y Él es uno con nosotros. En el libro de Juan, en el capítulo 14 Jesús tiene una charla con sus discípulos y les dice: “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino”. Aparece Tomás en la escena y le dice: “Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?” Entonces Jesús le responde: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto”. El Señor les dice que ya conocen y han visto al Padre en Él. Entonces, Felipe que no entendió bien, como más de uno, le dijo: “Señor, muéstranos el Padre, y nos basta”. Y Jesús le cuestionó: “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras”.
Jesús afirma aquí que es uno con el Padre y quien lo conoce a Él conoce al Padre. ¡Quien ha visto a Cristo, ha visto al Padre! El apóstol Pablo dijo que Jesucristo es la manifestación visible de la deidad. En Juan 14:20 Jesús declara algo mucho más profundo: “En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros”. No dice que van a aprender algo, sino que van a conocer. Cristo hace uno al Padre, al Hijo y a nosotros. Somos uno con Cristo y Cristo es uno con el Padre. En las declaraciones del rabino dice que el Padre es el Padre y el Hijo es el Hijo y éste viene después del Padre, por lo tanto, el Padre no tiene origen, pero el Hijo sí tiene origen. El verbo de Dios fue encarnado y vino a ser el Hijo Unigénito de Dios cuando ha sido hecho hombre en la tierra, pero nosotros creemos en la preexistencia de Cristo, creemos en el verbo que se hizo carne y se hizo Hijo. Antes no era Hijo sino la segunda persona de la Trinidad. ¿Cuál es el origen de Cristo? En Apocalipsis Jesús mismo declara: “Yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin”. Aquí declara: “Antes de mí no hubo nada y después de mi no hay nada. Yo estoy en el principio y en el fin”. Cuando Jesús se hace carne y viene a formar parte de la historia humana se hace Hijo. Filipenses 2:8 dice que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. En el capítulo 17 de Juan, vemos que antes de morir Jesús oró: “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese”. El Señor se despojó de su gloria, pero estaba esperando ser nuevamente exaltado para tener la gloria del principio.
En 1ª Corintios 12: 12 el apóstol Pablo dice: “…así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo”. Según el pensamiento hebreo, muchos son uno y para entender mejor esta mentalidad. Esdras 2:64 dice así: “Toda la congregación, unida como un solo hombre, era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta”. En el pensamiento hebreo cuarenta y dos mil trescientos sesenta pueden ser uno. En el Nuevo Testamento el apóstol pablo dice: “completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa” (Filipenses 2:2). Unánime significa, un alma. Todos tenemos nuestra alma, mas Dios quiere que seamos una sola alma; que tengamos todos, un mismo sentir, y pensemos una misma cosa. Dios está trabajando para hacer de nosotros una sola alma, con un mismo sentir; la cabeza es Cristo y vamos a sentir lo que Él siente. No seremos muchos sino uno solo. Seremos el cuerpo de Cristo. El Señor no se casará con muchos sino con una sola, la iglesia. ¡Alégrate porque somos uno en Jesús!
JESÚS ES DIOS Y DEBE SER ADORADO
Yo considero que lo que ha venido a enseñar el rabino Dan Ben Abraham es herejía y ésta debe ser cortada de la iglesia porque causa división entre los hermanos. ¡A mí no me salvó un hombre! ¡Dios me ha salvado! ¡Dios se encarnó en Cristo Jesús y murió en la cruz del calvario! ¡Su sangre me ha limpiado de todo pecado! ¡No fue un hombre que tuvo misericordia de mí, no fue un hombre que me amó y dio su vida por mí! ¡Fue Dios mismo que se hizo cargo de mi pecado yendo a la cruz y puso sobre sus hombros mis transgresiones! Si fuera hombre yo estaría exaltándolo y se llevaría la gloria. Pero esto es obra de Dios y la gloria es toda suya.
Si Cristo es hombre no debe ser adorado; si Cristo es Dios debe ser adorado. Y tenemos claro que solo Dios debe ser adorado por lo que, si Cristo es adorado, entonces, Cristo es Dios. Hay muchos pasajes bíblicos en los que respaldamos esta verdad. Me llama la atención que Mateo es el evangelio por excelencia escrito para los hebreos. Se ve que Mateo tenía un interés especial en enseñarles la verdad a los judíos y yo creo que debía tratar de no escandalizarlos, pero se empeñó en mostrar cómo Jesús es adorado. Si yo fuera Mateo y no creyera que Jesucristo es Dios, trataría de evitar algunos pasajes bíblicos para no escandalizar a los judíos, pero no fue así. No sólo que no esconde que Jesús debe ser adorado; lo que llama la atención es que Jesús no detenga a sus discípulos y les diga que no lo adoren porque no está bien. Hay hombres que adoran a las mujeres. La Biblia señala que en una oportunidad un siervo de Dios se encuentra con un ángel y éste es más lindo que cualquier mujer, resplandeciente y lleno de gloria, y Juan se postra delante de él para adorar, pero el ángel se lo impide y le dice que no es Dios, que es un consiervo suyo. Los ángeles tienen claro que nadie puede ser adorado sino solamente Dios. ¡Pero Cristo se deja adorar! O es Dios, o es un engañador, embustero e hipócrita. Leemos en Mateo 28:16 y 17: “Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban”. Jesús había resucitado y estaba listo para irse al cielo, entonces se encuentra con ellos en una montaña. Ese es un momento extraordinario donde Jesús les entrega a los once discípulos la responsabilidad de llevar la verdad del evangelio a todas las naciones. Si no es Dios tiene que aclarárselo: “Esperen muchachos, dejen de adorarme porque yo no soy Dios y están cometiendo un pecado de idolatría”. Si no es Dios y lo adoraban entonces pasarían a ser politeístas. Sin embargo, los discípulos le adoran, aunque algunos dudan porque les da vueltas en la cabeza: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”. Entonces se preguntan: “¿Estará bien que lo adoremos?”. Y Jesús no aclara nada.
Esto que te estoy exponiendo es importante pero más importante es que adoremos a Jesús y demos gloria al que merece gloria. María Magdalena y otra María van al sepulcro, pero se encuentran con que Jesús no está allí. “Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado…id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron”. Si Jesús no fuera Dios no se los permitiría porque era solo un hombre. Pero Jesús no aclara nada, sino que deja que esas mujeres lo adoren. ¿Entiendes que Cristo es Dios?
Tenemos la escena de cuando los discípulos estaban en la barca y ven a Jesús que iba hacia ellos caminando sobre el agua, todos estaban temerosos y Pedro camina sobre las aguas para ir al encuentro de Jesús. Después que termina todo leemos en Mateo 14:33: “Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios”.
Adoración es postración, es ponerse de rodillas tanto en lo interior como en lo exterior. Hay más evidencias en la Biblia que nos muestran que Jesús es Dios. Los reyes de oriente adoraron al niño Jesús, al Rey de Israel que había nacido. Pero la más imponente adoración a Jesús está en Apocalipsis 5: 7 al 9: “Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación”.
Yo sé y estos hombres que dicen que Cristo no es Dios saben que postrarse y arrodillarse delante del Cordero significa adorar a Jesucristo. Quiero advertirte hoy de que los argumentos que confunden al mundo también se están infiltrando en la iglesia y se están levantando falsos profetas. Pero la Biblia nos alerta que Cristo no vendrá sin que antes venga la apostasía. Habrá muchos que dejarán de creer que Jesucristo es el Señor y se convencerán que es sólo un hombre. Oro que no seas confundido o confundida; que no te toque ser apretado hasta negar a Cristo. Que seas de las personas que den la vida confesando a Cristo Jesús como tu Señor y Salvador. Quien me amó es Dios y dio su vida por mí. Y la gloria es de Dios. Un hombre por más mesías que se autodenomine, si es sólo un hombre, no merece gloria porque la gloria es sólo de Dios.
Cuando tú adoras, ¿qué sientes? ¿Eres de esos que se quedan mudos? Dice la Biblia que el Padre anda buscando adoradores que le adoren en espíritu y en verdad. “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” (Juan 4:23).
Hay muchas criaturas creadas por Dios, gloriosas; tan glorioso era satanás, un querubín protector, que se miraba al espejo y decía: “Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo” (Isaías 14:13). Satanás quería un reconocimiento que no merecía. Él tenía grandes honores y un lugar de privilegio en los cielos, pero quiso ser exaltado más de lo que debía. Y el que tiene que ser sumamente exaltado es Dios. Hay muchas criaturas creadas por Dios que son magníficas, una de ellas es mi esposa. Muchas mujeres adoran a los hombres y los hombres adoran a las mujeres, pero cuando dejas de lado a Dios por un hombre o por una mujer, por un deseo o cualquier otra cosa, tú no exaltas a Dios. Digamos que la medida que muestra que no le das el lugar a Dios que Él se merece, es tu falta de adoración. Tu falta de adoración indica que tu relación con Dios no es tan fuerte y no conoces cuanto el Señor debe o merece ser exaltado.
CONCLUSIÓN
Yo crecí en una iglesia muy cuadrada en nuestra manera de adorar a Dios y éramos solemnes cantando himnos como: “A nuestro Padre Dios…” Todos serios. Y yo dirigía el coro. ¡Éramos unos palos cantando! Como Dios es orden, nosotros éramos muy ordenados, entonces cuando entramos por primera vez a una iglesia evangélica, donde todos levantaban las manos alabando a Dios y aplaudiendo, nos alarmamos y dijimos: “¡Qué desorden! ¡Éstos no entienden nada!” Pero cuando tú puedes ver la magnificencia de Dios, el amor que te ha dado y cómo ha derramado su sangre hasta la última gota por ti, cuando llegas a entender la gloria de Dios, no aceptas que te frenen. Caes postrado ante su presencia, le besas los pies, derramas tu vaso de alabastro sobre el Señor y enjugas sus pies con tu cabello. Le adoras, lloras ante su presencia, y el diablo mira y dice: “¡Eso quiero yo!” Pero a él no le corresponde. Y Dios ha derramado amor sobre su pueblo para que su pueblo lo ame de tal manera que satanás se ponga verde de bronca porque quienes adoran al diablo lo hacen por temor y por obligación, pero nosotros adoramos a Dios porque le amamos y reconocemos que Él es digno de adoración.
¡Diablo, nuestra adoración no es para ti! ¡Nuestra adoración es para el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo! ¡Gloria a Dios! ¿Entiendes ahora que Jesús debe ser exaltado y adorado en sumo grado más que cualquiera? Cuando entré por primera vez a una iglesia como Misión Vida, miraba cómo la gente levantaba las manos, alababa y aplaudía y sentía vergüenza porque estaban haciendo escándalo. Yo me metía las manos en el bolsillo, cerraba los ojos para no ver semejante cosa y así adoraba a Dios. Pero David decía: “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias…” (Salmo 103). Si no adoras a Dios entonces estás adorando alguna otra cosa y nosotros hemos sido hechos para dorar y exaltar su nombre. Mira cuánta alabanza hay en un gol. El Club Nacional de Futbol cumplía ciento dieciocho años de trayectoria y salieron sus simpatizantes a la calle a festejar, entonces cantaban y aplaudían, tiraban bombas y tocaban los tambores; la gente salió a adorar a Nacional. Muchos antes dejaban cualquier cosa, aún la iglesia y a Dios por un partido de futbol, pero hoy gritamos gol a Jesucristo.
Necesitas ser libre para adorar a Dios. ¡Cristo quiere darte libertad para adorarle! El Señor quiere romper tus ataduras. Obliga a tu alma a adorar. No te olvides de sus favores. No te olvides de su amor por ti. Dile a Dios: “Señor, muéstrame cuán grande tú eres. Quiero contemplar tu gloria. Extiende tu mano de poder sobre mi vida, que en esta tierra yo te dé gloria y no te robe la gloria que tú mereces. Líbrame Señor, de mis ataduras y cegueras. Conozca yo tus maravillas, tu amor y tu poder, en el nombre de Jesús, amén”.
INTRODUCCIÓN
Leemos en 2ª Crónicas 16:9: “Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él”. Otra versión de la Biblia dice: “para aquellos que le buscan de corazón”. Para Dios, un corazón perfecto es un corazón que le busca sinceramente, porque esa es la circunstancia perfecta para que Dios pueda hacer lo que quiera con nosotros. La perfección en Dios no se ve como la vemos nosotros. Tal vez tienes un corazón duro, difícil, lerdo u obstinado pero allí adentro hay un ingrediente que te va a salvar, que va a producir el favor de Dios en tu vida y es que le busques con todo tu corazón. Dios no anda buscando corazones perfectos, en el sentido de lo que entendemos por perfección ya que para Él, perfecto es el corazón que le busca con todas las fuerzas.
He hablado con un pastor que quería colgar los guantes. Él miraba el resultado de su trabajo y no se sentía satisfecho. Pensaba que para todo lo que se había esforzado debería tener mejores resultados. Estaba mal porque algunos líderes cercanos que él tenía se habían ido de la iglesia, entre otras cosas que estaba viviendo.
Me hizo acordar a una historia que tengo muy presente porque yo la viví. A mí me habían mandado a hacerme cargo de una pequeña iglesia en la ciudad de Colonia, Uruguay, con poquitas personas y con mi señora comenzamos a predicar el evangelio, a través de programas de radio, haciendo campañas evangelísticas; salíamos a repartir volantes y le hablábamos a la gente, pero como veíamos que no pasaba nada, hicimos un ayuno de veintiún días previo a una campaña que habíamos programado. Como no habíamos conseguido el lugar que queríamos y no nos prestaron una plataforma, nos hicimos una, pero la armábamos y desarmábamos todos los días y teníamos que llevarla a rastras entre quince o veinte personas. Más o menos en el día dieciocho del ayuno me caí al suelo del cansancio y después de esa campaña le dije al Señor: “Dios no doy más. Soy un fracaso”.
Lo único que tenía claro es que yo amaba al Señor, entonces le dije: “Yo te amo, pero no sé por qué me pasa todo esto que estoy viviendo. No entiendo por qué tengo que vivir estas injusticias”. Recuerdo el primer día de otra campaña que habíamos organizado, decoramos el lugar con unos jarrones grandes con colas de zorro, me subo a predicar y vino un viento que me voló los jarrones con todo, pero eso no era lo más triste; lo más triste es que no había una sola persona en la campaña, sólo estaban unos diez hermanos de la iglesia, y habían faltado muchos. Después de predicar, me lamenté delante del Señor diciéndole que era un fracaso y que no servía para nada y como te dije, lo único que yo tenía era un corazón sincero delante de Dios. No me ayudaba mi carácter, tampoco mi esposa que era muy tímida. Había dos hermanos a la hora de comenzar el culto y yo no quería subir así que la mandé a mi esposa casi empujándola.
Así fueron nuestros inicios en Uruguay. En una oportunidad decidí viajar a la ciudad de Buenos Aires y presentarle la renuncia a mi pastor. Justo se estaba llevando a cabo un evento grande y tenían programas para todo el día y yo quería hablar con el pastor. Me sentía un fracasado hasta para hablar con él porque no podía llegar. Yo sabía que después de que finalizara esa actividad grande se iba a ir inmediatamente pero estaba buscando la forma de decirle que quería renunciar porque me sentía un fracaso. Una de las actividades del evento era el levantamiento de más de cien pastores, entonces comenzaron a llamar a cada uno de los que serían levantados y yo los conocía a casi todos. Los veía allí en la plataforma y pensaba: “¡Ese sí que la peleó! ¡Merece ser pastor!” Y yo ahí sintiéndome un fracasado. En un momento escucho: “Jorge Márquez” ¡No lo podía creer, si yo me sentía un fracasado! Pasé a la plataforma y los pastores oraban por nosotros, y el que oró por mí, dijo: “Yo he visto tu esfuerzo, he escuchado tus oraciones y conozco tu corazón. A mí no me importan tus resultados. ¡Yo te voy a bendecir!” Y yo comencé a sacar pecho. ¡No lo podía creer, yo el fracasado! Las personas comenzaron saludarme y me abrazaban. En ese momento me pregunté si me quedaría allí en Buenos Aires o me volvía a Colonia, pero debía regresar. Volví a Colonia ungido y aprendí varias cosas que quiero compartir contigo. Una de ellas es que, lo más importante no son tus logros ni tus fracasos, lo más importante es tu corazón. Si tu corazón le agrada a Dios, Él se hará cargo de tu éxito. ¡Tu éxito viene de Dios!
EL REY ASA COMENZÓ HACIENDO LO BUENO
“Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él”. Estas palabras se las dijo un profeta de Dios al rey Asa. ¡Qué sorprendente! ¡Los ojos del Señor se pasean por toda la tierra! ¡Escóndete si puedes! Dice el salmista: “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz” (Salmo 139: 7 al 12). ¿Qué hay que se pueda esconder ante la mirada de Dios? Tú haces cosas a escondidas pensando que el pastor no te ve; haces cosas a escondidas de tu cónyuge agradecido o agradecida a Dios que no se entera. Una mujer barría el templo y echaba la tierra debajo de la alfombra y un día siente una voz que le dijo: “¿Qué haces?” Ella asustada preguntó: “¿Quién anda ahí?” “Soy yo, Dios” “Ah, menos mal que eras tú Dios, pensé que era el pastor y me asusté”. ¡La hermana tenía más temor del pastor que de Dios! ¿Dónde podrás esconderte si los ojos del Señor contemplan toda la tierra? No importan tus logros o tus fracasos, lo que importa es tu corazón. Podrás ser la persona más fracasada del mundo pero si tu corazón le agrada a Dios, de allí en donde estás, de lo más profundo de tu fracaso, el Señor te levantará. No se trata de lo que puedes hacer sino de cómo es tu corazón para con Dios.
El rey Asa comenzó su reinado, y cuenta la Biblia que hizo lo bueno y lo recto delante de los ojos de Dios. Leemos en 2ª de Crónicas 14: 1 al 4: “Durmió Abías con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David; y reinó en su lugar su hijo Asa, en cuyos días tuvo sosiego el país por diez años. E hizo Asa lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová su Dios. Porque quitó los altares del culto extraño, y los lugares altos; quebró las imágenes, y destruyó los símbolos de Asera; y mandó a Judá que buscase a Jehová el Dios de sus padres, y pusiese por obra la ley y sus mandamientos”. El reino de Judá estaba compuesto por dos tribus, Judá y Benjamín, un reino fuerte porque era parte del Israel que se había quedado asido a los pies de Dios. No obstante, la idolatría seguía teniendo influencia y había gente que hacía cultos a dioses extraños. Pero cuando Asa asumió el reinado derribó esos lugares y las esculturas y mandó al pueblo que buscasen a Dios. Por causa del corazón de Asa todo comenzó a salir bien. Cuando él derribó los templos en los que se hacían cultos extraños no fue eso lo que a Dios le agradó sino que lo buscase con todo su corazón. Derribar los lugares altos y destruir las imágenes de dioses extraños es el fruto de un corazón que ama a Dios. No es que derribó a los dioses y a los altares para agradar a Dios sino que amó a Dios y por eso lo hizo.
Dios quiere que te vaya bien, pero el tema no es el bien que haces sino el corazón que tienes; no es el mal que haces sino el corazón que tienes. El corazón que busca a Dios será enderezado por Él y hará las cosas que al Señor le agrada. La palabra de Dios dice: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. ¡Esa es la clave del éxito! Tal vez te sientas una persona inútil pero puedes ir al Señor y decirle: “Señor, no sirvo para nada pero te amo”. Y si tú sirves mucho y pones cara de que trabajas mucho para el Señor, cuídate y mira si tu corazón es perfecto delante de Dios o no. El rey Asa comenzó buscando a Dios con todo su corazón y dice la Biblia que Dios le dio paz por todas partes. “Y edificó ciudades fortificadas en Judá, por cuanto había paz en la tierra, y no había guerra contra él en aquellos tiempos; porque Jehová le había dado paz. Dijo, por tanto, a Judá: Edifiquemos estas ciudades, y cerquémoslas de muros con torres, puertas y barras, ya que la tierra es nuestra; porque hemos buscado a Jehová nuestro Dios; le hemos buscado, y él nos ha dado paz por todas partes. Edificaron, pues, y fueron prosperados” (2° Crónicas 14:6-7). ¡El Señor los bendijo porque le buscaron!
“Tuvo también Asa ejército que traía escudos y lanzas: de Judá trescientos mil, y de Benjamín doscientos ochenta mil que traían escudos y entesaban arcos, todos hombres diestros. Y salió contra ellos Zera etíope con un ejército de un millón de hombres y trescientos carros; y vino hasta Maresa. Entonces salió Asa contra él, y ordenaron la batalla en el valle de Sefata junto a Maresa. Y clamó Asa a Jehová su Dios, y dijo: ¡Oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este ejército. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre. Y Jehová deshizo a los etíopes delante de Asa y delante de Judá; y huyeron los etíopes” (2° Crónicas 14:8-12).
A la hora de enfrentar al enemigo, toma la armadura de Dios porque tienes su respaldo, si es que tienes un corazón perfecto delante del Señor. Tienes todo el derecho, todo el poder y la autoridad si es que tienes un corazón recto para con Dios. No se trata de lo que eres capaz de hacer, no es tu fuerza, es tu Dios. Asa destruyó con el poder del Señor al ejército etíope que contaba con un millón de hombres. Leemos en 2ª de Crónicas 15: 1 y 2: “Vino el Espíritu de Dios sobre Azarías hijo de Obed, y salió al encuentro de Asa, y le dijo: Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con él; y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le dejareis, él también os dejará”.
Volvieron de la guerra con gozo por causa de la victoria, mas Dios envía a Azarías con un mensaje para Asa. Muchos quieren que Dios esté con ellos pero ellos no quieren estar con Dios. Si le preguntas si quieren la bendición de Dios te dicen que sí, pero sus pasiones les llevan a hacer cosas que no convienen. Y la carne arde por causa de la lascivia, por la codicia, por el sexo y la droga. Hay gente que asiste a la iglesia y luego va a bailar y después de bailar se vuelven a congregar. Asisten a la iglesia y se drogan pero después vuelven a la iglesia. Hombres que van a la iglesia con su esposa pero durante la semana adulteran. No sé cómo les sale la cara de ángel cuando están en la iglesia porque después los encuentras durante la semana en la calle y tienen cara de demonio. Mi abuelo decía: “En la iglesia comen santo y en la casa defecan demonios”. Capaz que por un mes se consagran y están contentos por ello pero a los treinta días vuelven a pecar y después dicen: “No entiendo cómo Dios permite esto”. ¡El problema es tu corazón! ¡Dios no te pone las ganas de pecar!
Leemos en 2ª de Crónicas 15:12 al 15: “Entonces prometieron solemnemente que buscarían a Jehová el Dios de sus padres, de todo su corazón y de toda su alma; y que cualquiera que no buscase a Jehová el Dios de Israel, muriese, grande o pequeño, hombre o mujer. Y juraron a Jehová con gran voz y júbilo, al son de trompetas y de bocinas. Todos los de Judá se alegraron de este juramento; porque de todo su corazón lo juraban, y de toda su voluntad lo buscaban, y fue hallado de ellos; y Jehová les dio paz por todas partes”. ¡Dios quiere darte paz! ¡El Señor quiere bendecirte y hacerte fructificar! ¡No coquetees con el pecado! ¡Busca a Dios sinceramente! Dile: “Señor soy débil pero te amo. ¡Ayúdame!”
Si se ha encendido en ti el deseo de acercarte a Dios y has entendido que no hay nada que puedas hacer que le agrade ya que lo único que le agrada es que le busques con todo tu corazón. Dice la Biblia que Dios es el que produce en nosotros el querer como el hacer por su buena voluntad. Te van a dar unas ganas de ser bueno que no se aguantan y te darán ganas de adorar a Dios y de acercarte a Él para buscarlo con todo tu corazón. Tú dirás: “Yo lo quiero a Dios pero me dan ganas de pecar y no entiendo por qué Dios lo permite”.
Comienza por desear con todo el corazón buscar a Dios y el Señor te dará paz por todas partes y te bendecirá, esa es la promesa para tu vida hoy. La tierra es tuya porque la palabra de Dios declara: “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan” (Salmo 24:1).Tú eres su hijo y eres su hija y somos sus herederos. Dios nos dará paz por todas partes si tenemos un corazón perfecto para con Él.
EL REY ASA TERMINÓ HACIENDO LO MALO
Dice en 2ª de Crónicas 16:1: “En el año treinta y seis del reinado de Asa, subió Baasa rey de Israel contra Judá, y fortificó a Ramá, para no dejar salir ni entrar a ninguno al rey Asa, rey de Judá”. Según este versículo tuvieron treinta y seis años de paz y de victoria, y el que se levantó contra el rey Asa pereció porque Dios estaba con él. Continuamos leyendo: “Entonces sacó Asa la plata y el oro de los tesoros de la casa de Jehová y de la casa real, y envió a Ben-adad rey de Siria, que estaba en Damasco, diciendo: Haya alianza entre tú y yo, como la hubo entre tu padre y mi padre; he aquí yo te he enviado plata y oro, para que vengas y deshagas la alianza que tienes con Baasa rey de Israel, a fin de que se retire de mí”. ¿Te suena Siria? Siria, hoy paga a terroristas para que destruyan Israel. “Y consintió Ben-adad con el rey Asa, y envió los capitanes de sus ejércitos contra las ciudades de Israel; y conquistaron Ijón, Dan, Abel-maim y las ciudades de aprovisionamiento de Neftalí. Oyendo esto Baasa, cesó de edificar a Ramá, y abandonó su obra. Entonces el rey Asa tomó a todo Judá, y se llevaron de Ramá la piedra y la madera con que Baasa edificaba, y con ellas edificó a Geba y a Mizpa”. Para que lo puedas entender bien: viene el rey del norte y los quiere conquistar, entonces Asa hace negocio, saca el oro y la plata del templo de Dios y se la manda al rey de Siria para hacer pacto contra Baasa rey de Israel. El rey de Siria hace pacto con Asa y echan al rey de Israel y toman una ciudad que éste había amurallado y con las piedras de esa ciudad edifican dos ciudades.
Y continúa diciendo 2ª de Crónicas 16:7 en adelante: “En aquel tiempo vino el vidente Hanani a Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos. Los etíopes y los libios, ¿no eran un ejército numerosísimo, con carros y mucha gente de a caballo? Con todo, porque te apoyaste en Jehová, él los entregó en tus manos. Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él. Locamente has hecho en esto; porque de aquí en adelante habrá más guerra contra ti. Entonces se enojó Asa contra el vidente y lo echó en la cárcel, porque se encolerizó grandemente a causa de esto. Y oprimió Asa en aquel tiempo a algunos del pueblo”.
CONCLUSIÓN
¡Qué lástima! Treinta y seis años de paz y ahora que tenía su reinado afirmado por todos lados hizo pacto con el rey de Siria. Esta vez Asa no buscó a Dios sino que se apoyó en su inteligencia y en su destreza, pero Dios le podía haber dado victoria sobre el rey de Siria mas Asa hizo pacto con él. Nunca más preguntes por qué Dios permitió que te suceda esto o aquello porque no lo harás con sabiduría. Pero el Señor me dio para que yo te diga hoy que si tú le buscas sinceramente de corazón te dará paz y te bendecirá. ¡Camina con Dios y Él caminará contigo!
Si crees que no tienes un corazón recto para con Dios acércate a Él y dile: “Señor, sé que mi corazón no es recto delante de ti y necesito que me perdones. Hasta este día mi vida ha ido de fracaso en fracaso, mas te pido que me limpies con tu sangre preciosa Jesús y que me transformes para que yo pueda amar a Dios con un corazón perfecto y así poder ver su favor sobre mi vida y disfrutar de sus bendiciones y de su paz. Yo ya no me quiero apoyar en mis fuerzas sino en las tuyas Señor. Lléname con el poder de tu Espíritu Santo Dios, te lo pido en el nombre de Jesús, amén”
INTRODUCCIÓN
En los capítulos 23 y 24 de Mateo, Jesús habla de su segunda venida y da muchos detalles acerca de cómo serán las cosas; también advierte a sus discípulos para que sean prudentes, para que tengan fe y les da algunas señales de su venida.
Leemos en Mateo 25:31 al 33: “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda”.
En la segunda venida de Cristo se termina una etapa importante, yo diría que se termina el tiempo y se instaura el reino de Dios en la tierra. El reino de Dios no es una democracia sino que tiene un soberano, dueño del poder ejecutivo, legislativo y judicial y ese dueño es Dios. Cristo viene, se sienta en su trono de gloria y divide las aguas, a la derecha un grupo de gente, las ovejas, y a la izquierda los cabritos. Lo que sucede es que comienza un reino, el reino de Dios en la tierra.
Pero se separan las aguas, Dios separa la gente. ¿Qué características tienen los de la derecha y qué característica los de la izquierda? Dice Mateo 25:34: “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”. Yo todavía no había nacido y Dios había preparado un reino en el que voy a estar y además soy heredero porque a los de la derecha, y yo pienso estar de ese lado, les dice: “Venid y heredad el reino preparado para vosotros”.
LOS DE LA DERECHA: HACEDORES DE LAS OBRAS DE DIOS
En un reino, hay un soberano y están los súbditos y el heredero forma parte de la familia del monarca, vive en palacio y constituye el cuadro de gobierno. La Biblia señala que Dios nos llamó a ser reyes y sacerdotes de tal manera que gobernaremos juntamente con el Señor y también dice que somos coherederos juntamente con Cristo. Así que está el soberano que es Dios, nosotros, los herederos que formamos parte de la familia de Dios y por último están los súbditos que según creo son los que estarán a la izquierda, luego los ángeles, arcángeles, querubines y serafines.
Los herederos son más que los ángeles. A ningún ángel el Señor hizo a su imagen y semejanza; ningún ángel se parece a Dios pero nosotros sí nos parecemos a Él, somos semejantes a Dios. El Señor nos creó para que seamos herederos del reino y nos rescató para que formáramos parte de él. Tenemos que pensar muy seriamente en la segunda venida de Cristo porque el mundo se está pudriendo y nosotros vemos todo lo que está pasando, pero debemos de ver por la fe la gloria que viene. No pretendas ver para creer; cree lo que dice la palabra de Dios y verás su gloria. Verás ese trono glorioso y al Señor venir en las nubes, y cómo se concreta esto de que eres heredero juntamente con Cristo en ese reino extraordinario.
Los herederos del reino tienen características esenciales, dice Mateo 25: 34 al 40: “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí”.
Ese es el fruto, es lo visible que habla de lo invisible y que está en el corazón de los hijos del reino. ¿Qué es lo que se ve del creyente? El Fruto. ¿Y cuál es el fruto? Es que ama como Dios ama. Cuando hay alguien con hambre, enfermo o en la cárcel el creyente se preocupa. El verdadero creyente tiene un amor profundo. No visita a un enfermo porque se trata sólo de un pariente sino que se compadece de los enfermos. Somos egoístas cuando como cristianos no funcionamos con nuestro verdadero ADN, y hasta cuando visitamos a un enfermo somos egoístas. Vistas a un familiar enfermo por compromiso, si no, puedes quedar mal, pero eso no es amor. Jesús afirma en el libro de Mateo que los verdaderos hijos del reino no se fijan si el enfermo es un pariente, se preocupan por cualquier enfermo. ¡El verdadero creyente tiene un corazón lleno de amor!
Yo he creído en el evangelio y he recibido este mensaje que está en mi corazón, por tanto yo amo al prójimo y no sólo porque Dios lo ha mandado sino porque el Señor está en mí. ¡Tengo la sustancia de Dios! El fruto es el resultado de la sustancia del ADN del árbol. El fruto se hace visible porque el árbol lo produce naturalmente y no es forzado a hacerlo. Yo amo naturalmente a la gente; no me siento forzado, no porque se trata de un mandamiento sino porque el amor sale de mí, así como sale del duraznero dar duraznos. Y el problema se plantea cuando el creyente quiere producir esas obras; no es un duraznero, pero quiere dar duraznos. Se esfuerza por ser bueno con la gente y amable. Muchos establecen normas de conductas; algunos son bastantes buenos en su propia opinión pero eso no hace un cristiano. El fruto no hace al cristiano sino que el cristiano hace el fruto. El durazno no convierte al árbol en duraznero sino que el duraznero produce el durazno.
El Señor ha observado el fruto, a Él no le cuesta saber quién es del reino y quién no. Dios sabe quién es del reino porque le ha dado agua al que tiene sed, le ha dado alimento al que tiene hambre, ha cubierto al que está desnudo y ha visitado al que está en la cárcel y al enfermo. A Dios no lo engañan las obras que tú haces; las obras humanas son obras humanas y las obras de Dios son obras de Dios. El verdadero creyente tiene la sustancia de Cristo, por lo tanto tiene una vida espiritual que ha sido engendrada dentro de su corazón y produce esas cosas sin que el pastor lo esté empujando. ¡Le sale solo! Dijo Jesús que el Espíritu Santo iba a brotar de nosotros como ríos de agua viva. No se trata de hacer sólo por obediencia como me dicen algunos: “No quiero, pero lo hago por obediencia”. No sólo hay que obedecer sino que hay que hacerlo con amor, con gozo y convicción porque el fruto del Espíritu Santo es así, sale solo de adentro. No pesa ir a visitar a un enfermo o darle de comer al que no tiene. Me agrada porque es lo que sé hacer. ¡Yo soy duraznero por lo tanto produzco durazno!
Dos cosas suceden en la segunda venida de Cristo; aparece un grupo que son los benditos del Padre. Y están los que menciona Mateo 25:41: “Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles”. Unos son benditos del Padre y otros son malditos. “Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.
A tal punto Jesús está identificado con los que sufren, que nos concede el placer de sufrir como Él por esa clase de personas. No es que nos manda a hacerlo sino que Él mismo viene a habitar en nuestro corazón y éste comienza a funcionar con el mismo sentir de Jesús. El que no tiene esta sustancia de Dios, el que no tiene el carácter de Dios anda buscando otra cosa. Se sienten mejor haciendo lo que les gusta y eligen en que área sirven a Dios como por ejemplo en la batería, pero no es suficiente que toques la batería o el teclado porque no demuestras el amor por la gente tocando un instrumento aunque sea muy bonito, sino que el ADN de Dios que está en ti te lleva a amar y ayudar al prójimo. ¡La obsesión de Dios es que no se pierda la gente que Él ha creado a su imagen y semejanza!
El enfoque de Dios está en la gente y quien tiene a Cristo en el corazón tiene ese enfoque. El carácter o la sustancia del creyente se ven en sus obras. Pero hay obras buenas del hombre y de la carne, y las que son verdaderamente buenas y son las obras de Dios. No hay otra manera de identificar a un verdadero creyente así que medita en qué estás enfocado como cristiano. Cuando señalan que mi mensaje es de odio yo me rio porque sé quién soy. En otro tiempo era egoísta, era arquitecto y tenía mis propios planes y el enfoque de mi vida era egoísta. Pero un día Dios me mostró que yo había nacido para ser pastor y yo decía que no era pastor, como la canción que dice: “Yo no soy buena moza ni lo quiero ser”. Dios trabajó en mí y me dio un corazón pastoral así que desde hace veinticinco años produzco las obras de un pastor. Yo predico el amor de Dios y hago obras de amor.
Hace un tiempo atrás llegó a nuestros hogares un joven que era homosexual y pidió ayuda no porque era homosexual sino porque la droga lo estaba destruyendo. El joven nos pidió que lo ayudáramos a salir de la droga pero que no le tocaran su identidad de género porque ya lo tenía asumido y sabía bien quien era. Y nosotros que lo recibimos y lo amamos, accedimos a ayudarlo a salir de la droga y no le hablamos nada acerca del homosexualismo; entonces comenzó a mejorar respecto al tema de la droga y a medida que iba siendo restaurado de la adicción comenzó a sentir ganas de cortarse el cabello y dejarse la barba. Hoy en día es un hombre, siervo de Dios que toca el teclado en uno de nuestros anexos. Ahora él tiene en su corazón la carga por ayudar a los homosexuales y no los odia sino que los quiere bendecir.
LOS DE LA IZQUIERDA: NO HACEN LAS OBRAS DE DIOS
Tú tienes que preguntarte qué estás produciendo y si tu vida cuadra con el enfoque que nos da Mateo 25:31 en adelante. “¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?” Forastero significa extranjero, yo soy extranjero en Uruguay, y la Biblia dice que hay que tratar bien a los extranjeros. Hace veinticinco años que estoy en Uruguay y aún hay muchos que dicen: “¿Ese argentino quién se cree que es? ¿Para qué vino? ¿Por qué no se vuelve a su país? Yo no me vuelvo a la Argentina porque Dios me plantó en Uruguay, yo sé quién soy, a dónde tengo que estar y sé lo que tengo que hacer. ¡Hay de mí si me voy del lugar donde Dios me puso! En Uruguay me quieren meter preso pero es el lugar donde el Señor me plantó.
Hacer la obra de Dios no es fácil; la obra de Dios la hacen los que reciben la fuerza y el poder sobrenatural del Señor para hacerlo, para enfrentar las hordas del infierno y arremeter contra el enemigo diciéndole: “No vas a poder conmigo porque yo soy heredero del reino. ¡Y tú diablo, eres súbdito!”
Los que son condenados no son condenados por tener malas obras sino por carecer de éstas. A esos el Señor les dice: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis”. Con que sólo falte el fruto que tendría que haber, es suficiente para ser condenado.
No hagas esfuerzo por hacer buenas obras sino busca estar lleno de la presencia de Dios y el fruto vendrá solo, naturalmente. No necesitas ser criminal para estar condenado o tener malas obras. Puedes haber hecho buenas obras de la carne pero tampoco alcanza porque Jesús quiere ver si tienes sus obras, las que Él pensó para ti. Dios te diseñó para esas obras, te diseñó para el bien y sin Dios no hay bien. Ni siquiera las buenas normas morales y culturales alcanzan porque sin Dios éstas son vanas y débiles. Por eso necesitamos un Dios. Tanto el creyente como el ateo saben que no deben mentir pero, ¿qué fuerza tiene el ateo y el creyente? El creyente tiene la fuerza del hecho de que Dios existe y dijo: “No mentirás”. Hay autoridad y poder detrás de la norma y es el poder de Dios para producir el bien, entonces el mentiroso, de pronto deja de mentir porque la presencia de Dios ha llegado a su vida y rechaza la mentira desde lo más profundo de su corazón. No se trata sólo de obedecer una norma sino someterse al que tiene el poder de hacerte cumplir la norma.
Las obras son el fruto y éstas no pueden producir un buen cristiano. Lo que tú haces no alcanza, no es suficiente para dar fe del ADN que tienes adentro. ¡Es necesario que el ADN de Dios esté en tu vida! ¡Que Él gobierne tu vida y te impulse! Yo soy un hombre muy feliz. Quizás en Uruguay he vivido los días más difíciles de mi vida. Antes de ser pastor yo hacía lo que quería y era “flor de tipo”, como dice el dicho popular, un creyente bueno. A las personas les gustaba jugar al vóley conmigo pero no encontré ningún versículo que diga: “Porque quise jugar al vóley con ustedes…” Nos juntábamos a comer y éramos personas buenas pero eso no es evidencia de la sustancia de Dios en mi vida. Se trata de que hoy definas qué clase de obras haces. ¿Esas obras provienen de la sustancia divina que está en ti? ¿Tu carácter es el de Dios o es el carácter pulido por la cultura de tu país? Hasta hace unos veinte años atrás los uruguayos decían que eran muy cultos y aún lo declaran, pero eso se va deteriorando. El uruguayo ha sido muy soberbio de su cultura y de su formación.
Mateo 25: 46 dice así: “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”. El evangelio no es complejo, no tiene doctrinas engorrosas; el fundamento del evangelio es el amor al prójimo. Cuando me preguntan por qué hay que ir a un hogar yo les digo que es el mejor lugar para pulir el carácter cristiano en las personas. Hablé con una pareja que tiene un año de casados y ya están teniendo desavenencias porque al esposo le molestaba las debilidades de la mujer y ella igual. Si es complicado el matrimonio entre dos personas que se han hecho promesas de amor en un altar, imagínate lo que es vivir con veinte o treinta desaforados, alcohólicos, rebeldes, etc. Comenzamos a tratar con las personas del hogar y Dios comienza a pulir nuestro carácter, ¡y tenemos que amar! Nos dan ganas de reventar a algunos pero los tenemos que amar y perdonar. Dios te va a transformar en una persona dulce. Dios comienza a tratar el carácter de las personas interactuando con los hermanos. ¿Para qué? Para que el amor de Dios se perfeccione en nosotros.
Asistir a la iglesia es fácil, saludas sólo a los que te caen bien, no los conoces mucho, tal vez en sus hogares hablan mal, se pelean con los demás, son desordenados pero están en la iglesia sonrientes y bien vestidos y esos son los que te agradan, pero eso no es amor. Amar es quedar desarmado cuando ves alguien triste y no la vas a dejar ir sin antes hablar con esa persona. Nadie se percató de ella pero tú si la vistes. Mientras más conoces a la gente y más tratas con ellos se evidencia si el amor de Dios está en tu vida. Cuando le distes diez veces el mismo consejo a una persona y no lo obedece te dan ganas de mandarlo al infierno pero Dios te dice que tienes que amarla y bendecirla.
Una joven me escribe todas las semanas y me dice: “¡Otra vez le fallé a Dios pero este fin de semana voy a ir a la iglesia!” Después me dice: “No voy a ir a la iglesia porque me van a mirar raro”. Yo le digo que venga a la iglesia y ella me dice: “Ya te tengo cansado”. “Sí corazón, pero te amo”, le respondo. ¡El amor produce cosas increíbles! Antes de entender yo este mensaje y antes de ser pastor yo era un cristiano recontra carnal, los hermanos que me llenaban el corazón eran los que salían a comer conmigo y con quienes jugábamos al vóley. No existía en mí ese amor y esa pasión por la gente.
En este último tiempo no sabemos qué hacer con todos los venezolanos que se están viniendo, están emigrando de a miles y el Departamento de Migraciones de Uruguay está dando turno para el año que viene. Se nos conmueve el corazón por los venezolanos y no sabemos qué hacer, pero oramos que Dios los bendiga. Dios se mueve a favor de aquellos que hacen su obra. Hace más de un año que no voy a Haití y allá están nuestros queridos uruguayos sirviendo al Señor. Han llegado unos cuarenta franceses y se hospedaron en un hotel cuatro estrellas, de lo más lindo que hay allí, y éstos hablaron con el gerente del hotel y le dijeron que estaban allí por cuestiones de negocio y habían llevado un presente para alguna organización que tuviera necesidades. El gerente que nos conoce porque las personas del hogar de Haití le hacen trabajos de carpintería al hotel, los llevó hasta el hogar de niños. Los cuarenta franceses se hicieron presentes allí y dejaron cuarenta valijas de ropa, de juguetes, de calzados. Alguno dirá: “Es que si me decido por hacer la voluntad de Dios me voy a morir de hambre”. ¡No te vas a morir de hambre! Al que se niega a sí mismo Dios le sustenta la vida y lo hace una bendición para los demás por haber dado su vida por el prójimo.
Hay sólo dos mandamientos: “Amarás al Señor tu Dios”. Incluye: “A Él sólo adorarás”. El segundo es: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No adores a ninguna persona, no utilices esa expresión para ningún ser humano o animal. ¡No adores nada! ¡El único que merece ser adorado es Dios! La adoración es la mayor expresión de amor. Si tú no puedes adorar no estás dando la más grande de todas las expresiones de amor a Dios. Dice la Biblia en 1ª de Juan 4:20: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” ¡Eres un mentiroso! No puedes decir que amas a Dios si no amas a tu prójimo por lo que quien ama a Dios también ama al prójimo. Y Dios anda mirando a quienes va a llevar a su reino. ¿Quiénes son? Las ovejitas, los de la derecha. “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”. El que produce esas obras, el que ama verdaderamente a su prójimo es aquel que realmente ama a Dios.
CONCLUSIÓN
No te hagas el cristiano ni digas que adoras a Dios si no te mueve el amperímetro el dolor de la gente. Es más, Dios va a permitir que te sucedan cosas para que aprendas a amar a la gente. Dios me concedió el privilegio de estar internado y ahí en el lecho del hospital no había escalafón. Yo decía: “¡Señor, soy el apóstol!” Pero ahí, en la sala del hospital era uno más y ningún enfermero o doctor me decía: “Ah usted es el apóstol. Acá lo vamos a atender bien”. Allí conocí la indefensión del enfermo, me sentí impotente por más apóstol que era. Por ahí aparecía una enfermera y me preguntaba cómo estaba, yo le decía que estaba un poco dolorido y me decía que era un mañoso, que ya iba a pasar y que no me quejara tanto. Ahí se ven las buenas obras de los que aman. Algunas me trataban fríamente porque cobraban un sueldo. Había días en que me tenían que dar una pastilla y me correspondía a la hora que había cambio de turno, entonces la enfermera se iba y no me daba el medicamento. Pero había una enfermera que me alegraba la vida. Llegaba a la mañana sonriente y me decía: “Buen día, ¿cómo ha pasado? ¿Le duele algo?” Me respondía lo mismo que la otra: “Bueno, ya va a pasar, son unos días”. Y me controlaba. Estaba cerca la Navidad y yo oraba: “Dios, no me dejes internado aquí en Navidad”. El asunto es que me pude levantar en Navidad pero no podía salir del hospital. Yo le pedí a mi esposa que le comprara un presente a todos los enfermeros y se lo entregamos con una nota en la que le agradecíamos por todo y los bendecíamos. Desde ese momento tengo más sensibilidad por los enfermos. ¡Qué bendición los enfermeros cristianos! Había un enfermero petizo, morocho, feo, entraba a las tres de la mañana; a mí me costaba conciliar el sueño, el tipo prendía la luz, daba un portazo y decía: “Hola, ¿qué tal?” Y yo desorientado total. El hombre me decía: “¿Qué, no le gusta que lo atienda?”
El amor produce las verdaderas obras y la bendición; el amor está lleno de misericordia y esto bendice y sana a las personas. Revisa cómo es tu trato con la gente porque te puede pasar que cuando llegues arriba te encamines hacia la derecha y haya un ángel que te diga: “No, es para la izquierda”. ¿Qué es lo que te hace bendito o maldito? ¿Cuánta teología o doctrina estudiaste? ¡No! ¿Cuánto has asistido a la iglesia? ¡No! ¿Cuánta ofrenda pusiste? ¡No! Te hace bendito o maldito cuánto amor tuviste para dar. Que el Señor te perdone y te bendiga si no está fluyendo esa sustancia, ese carácter de Dios de adentro de tu corazón. Presenta tu vida delante de Dios y pregúntale: “¿Estoy produciendo lo que tú quieres o lo que yo quiero? ¿Quiero agradarte con mis obras o haciendo las obras que tú tienes preparadas para mí? ¿Soy verdaderamente del grupo de los benditos, de los que heredan el reino? No quiero equivocarme Señor, no quiero fallar. Líbrame Señor, te lo pido en el nombre de Jesús, amén”.
INTRODUCCIÓN
Un presidente norteamericano declaró que el poder de los Estados Unidos no reside en la ley, ni en la razón, ni en el cristianismo. El poder de los Estados Unidos no reside en la razón ni en la fe sino en la fuerza. Hay gente que está tratando de dominar el planeta y está convencida de que esto funciona así; que la ley no la impone la razón, que no son los que piensan mejor sino que la imponen los más fuertes. El que tiene poder, tiene la justicia en sus manos y es el que impone la ley. ¡Esto es la ley del más fuerte!
Yo digo que el más fuerte es Dios y Él dicta la ley, no Estados Unidos. ¡No es Trump! ¡No es Putin! El que tiene el poder establece la justicia y la justicia de Dios está basada en su poder.
Hoy quiero hablarte del poder que emana de la palabra de la cruz. La ley del más fuerte señala que la gallina que duerme encima de las otras gana y satanás se cree que es el más fuerte por lo que ha tratado de instaurar ese concepto para dominar al mundo y considera que Cristo es débil ya que lo han destrozado en la cruz del calvario y que los cristianos somos, como dicen los satanistas, “borregos de la manada”. Y enseñan dentro de sus artes ocultas que al enemigo no hay que ponerle la otra mejilla sino que hay que romperle la cara; enseñan que al enemigo hay que destruirlo y hay que demostrarle quién es el que manda y quién tiene el poder. Yo estoy de acuerdo con eso. Lo único que Dios se ha reservado el derecho de ser el juez y de ejercer la soberanía y el poder.
Estamos viviendo un tiempo de maldad y de injusticia, y nos preguntamos qué pasa, por qué Dios no hace algo y nos ayuda. Hoy Dios te va a enseñar un misterio. El Señor ha determinado que es necesario que se manifieste en su máxima potencia el poder del mal para luego vencer y demostrar que Él es el más fuerte. Tengo una noticia para ti y es que dentro de nosotros hay una bomba atómica. Hay dentro de nosotros un poder latente y extraordinario. Cuando hablo de nosotros me refiero a los que creemos en Jesucristo quien murió en la cruz del calvario. Hay un poder extraordinario que se mueve a nuestro favor y dentro de nosotros; ese es el mismo poder que levantó a Jesús de entre los muertos.
Dice Efesios 1: 16 y 17: “No ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él…” El apóstol Pablo oraba para que los creyentes de Éfeso sean investidos de gloria, de sabiduría y revelación; pide que Dios alumbre los ojos del entendimiento de los efesios, y continúa diciendo: “…alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales” (Efesios 1: 18 al 20).
¡Ese poder está dentro de ti! Eso si es que has creído. Es como que somos una semilla que tiene adentro todo el potencial de explotar y producir un árbol mil veces más grande que la semilla. Quiero hablarte acerca de ese poder que resucitó a Jesucristo de entre los muertos. ¡Ese es el poder que opera en nosotros!
EL PODER DEL IMPERIO EGIPCIO
Yo me puse a meditar en el poder del hombre, en las cosas que ha logrado con ese poder. ¿Conoces la soberbia del hombre? Está el poder del padre que llega borracho y dice: “En esta casa mando yo. Vos sos mi hijo y me tenes que respetar y obedecer”. En la antigüedad se levantaron muchos hombres poderosos que lograron terribles hazañas como el imperio egipcio el cual dominó en la tierra durante tres mil años. Tres mil años de dominio en el cual ningún país, nación o rey podían levantar cabeza porque las diferentes sucesiones de familias del faraón aplastaban a cualquiera. Egipto imponía la ley y su religión. Egipto estaba orgulloso de sus divinidades y ha sido tan fuerte la eminencia del poder de las artes y de las ciencias ocultas de ese imperio, que hasta el día de hoy hay quienes estudian esas ciencias y veneran a los dioses de los egipcios. Ellos adoraban al dios sol, el mismo faraón era venerado como un dios. Han logrado hacer cosas extraordinarias como las pirámides, las efigies, etc. El imperio egipcio subyugó al pueblo hebreo entre otros, durante cuatrocientos treinta años.
En las tumbas de los faraones les ponían agua, armas, y comida porque creían en la reencarnación. Después de cuatro mil años los arqueólogos han entrado a las tumbas y han hallado los sarcófagos de los faraones que no han resucitado y en el lugar también estaban las semillas que les habían puesto para que cuando despertaran pudieran comer. ¡No han comido ni una sola semilla! En Egipto se pueden ver esas grandes construcciones, piedras sin vida que dan fe que esos personajes fueron grandes. Pero Romanos 9:17 dice: “Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra”.
Muchos se preguntan: Si Dios es bueno, ¿por qué permite que las personas buenas sean asesinadas y los malos sean elevados? Tú no conoces ni entiendes los caminos de Dios, pero hoy aprenderás que mientras más alto se encumbre el hombre más poderoso de la tierra y aunque sean más fuertes los poderes de sus ciencias ocultas y hagan milagros en el nombre de sus dioses o de sí mismos, todo eso demostrará que Dios es más grande porque ellos caerán delante del Señor.
Dios eligió a Moisés, un tartamudo, y le dijo: “Vas a ir a faraón y le dirás: Deja a mi pueblo ir al desierto a adorarme”. Imagínate a faraón con todo su poder, sus caballos y sus carros, y con sus magos que usaban artes de magia. El imperio más poderoso de la tierra. Y Dios dice: “Yo lo voy a confrontar por medio de un tartamudo”. Ni Moisés creía lo que Dios le estaba ordenando, entonces le dice: “¿Quién? ¿Yo?” Al final le dijo: “Dios, ¿por qué no elegís al que tienes que elegir?” Como queriéndole hacer ver que Dios estaba equivocado y se excusaba de que él era tardo de palabras: “Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua. Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar” (Éxodo 3: 10 al 12). ¡Nuestro Dios no es cualquier dios!
Dios no mandó un gran ejército a Egipto. ¡Lo destruyó con diez plagas! Le invade la casa a faraón de langostas, de ranas, hace que el agua de río se transforme en sangre, etc. Mas dice la Biblia que faraón se endurecía cada vez más y a Dios eso le gustaba porque el Señor le iba a mostrar quién era Él.
¿Tú confías en Dios? No importa la magnitud del poder que te quiere doblegar, sea un problema económico, una enfermedad, trabajos de brujería que te hayan hecho o cualquier poder de maldad que se haya levantado contra ti. ¡No importa porque tu confianza está puesta en tu Dios y no hay poder más grande que el poder de tu Dios! El Señor dijo de faraón: “Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra”. Dios ha permitido en toda la historia de la humanidad que se levantaran hombres con mucho poder, bien malvados pero a todos esos les dijo: “Yo te voy a juzgar. Voy a mostrar en ti mi poder. Yo soy el único Dios y no conozco otro más poderoso que yo”.
EL PODER DEL IMPERIO ROMANO
Por otro lado encontramos al imperio romano que ejerció su gran poder en el mundo por más de quinientos años. Augusto César era venerado y adorado como un dios. La gente se saludaba levantando la mano derecha y diciendo: “César es dios”. Pero cuando los cristianos conocieron el poder de la resurrección, cuando vieron el poder de Jesús obrando en sus vidas no aceptaban que el César tuviera más señorío que Jesús así que alzaban la mano al saludar y declaraban: “Jesucristo es el Señor”. El César era el señor del imperio romano pero nuestro Dios es el Señor del universo.
¿Confías en que el poder de Dios está a tu disposición? Pablo dijo a los efesios: “No ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos…” ¡Ese es el mismo poder que opera en nosotros! Vendrá el tiempo en que se manifestará la gloria y el poder de los hijos de Dios.
Hay una escultura en Roma que recuerda la caída del pueblo judío bajo el poder del general Tito, hijo de Vespasiano, el César que gobernaba en Roma. Y los romanos, se llevaban algún trofeo de la nación que destruían para mostrar cómo habían caído. La Menoráh, un candelabro de siete fuegos que estaba en el templo de Jerusalén, encendido de día y de noche delante de Dios, fue robada por los romanos quienes la llevaron a Roma para exhibirla como un trofeo. La destrucción que hicieron fue muy grande; Roma se propuso que nunca más la tierra de Israel sería habitada; el imperio romano se propuso destruir Israel y dispersar al pueblo de Dios a tal punto que desapareciera y de hecho los hebreos se fueron de Israel y esa nación desapareció del mapa por dos mil años. Pero el pueblo judío ha sido guardado por el poder de Dios. Preguntale al emperador de Roma dónde está él y dónde el imperio romano: mas Dios prometió levantar a su pueblo, declaró que lo iba a traer de todas las naciones donde estaban dispersos y los iba a establecer en su tierra y nunca más serían conmovidos.
EL PODER DESTRUCTIVO DEL HOMBRE
Hemos visto en las noticias que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para asustar al mundo hizo estallar una bomba en Afganistán diciendo que esa es la madre de todas las bombas. Como advirtiendo: “¡Ojo Rusia! ¡Cuidado Corea del Norte porque tenemos una bomba poderosa!” Y esa bomba se llama Moab. Una sola de ellas vale dieciséis millones de dólares y Trump está tratando de demostrar el poder que tiene Estados Unidos. Pero Rusia no se quedó atrás y salió a declarar que ellos tienen al padre de todas las bombas. Ahora, el poder del hombre es destructivo. Es fácil matar, pero, ¿es fácil dar vida? El mal demuestra su fuerza y su poder en su capacidad de destruir. Trump ha declarado que la bomba madre destruye todo a su paso a un kilómetro y medio a la redonda en donde caiga. Quieren infundir miedo, pero Dios te dice que no temas al hombre ni a lo que éste pueda hacer.
Dijo Jesús: “No temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mateo 10: 28). ¡No temas porque es más importante lo que no se ve que lo que se ve! Cuando el hombre quiere demostrar su fuerza y desplegar su poder, arroja bombas y saca fotos de su hazaña. Mas el poder que operó en Jesús destruyó la muerte. En Oseas 13:14 dice Dios: “Oh muerte, yo seré tu muerte”. Yo haré nulo tu poder y le voy a demostrar a la humanidad que tengo poder sobre la muerte. Jesús declaró: “Porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar” (Juan 10: 17 y 18). Jesús prometió darle vida a todos aquellos que crean en Él. ¡El poder de Dios es más grande!
EL PODER DE LA CRUZ
Leemos en 1ª Corintios 1:18: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”. No le llama la atención a mucha gente el mensaje de la resurrección o no les importa. En Uruguay están tratando de establecer el día de la laicidad. La laicidad es dios para los gobernantes de la nación y debe ser impuesta porque es el poder del pueblo. Porque el gobierno no es de Dios; el gobierno, según esgrimen ellos con toda soberbia, es del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. No obstante, Romanos 1:18 declara: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”. El poder más grande manifiesto en la tierra no es la madre de todas las bombas, no fue la destrucción de la bomba de Hiroshima y Nagasaki, tampoco fueron los ejércitos de Egipto o de los romanos. El Poder más grande mostrado en el mundo ocurrió hace dos mil años en la cruz del calvario. ¡Esa bomba explotó y aún se siguen esparciendo sus ondas! ¡Sus ondas poderosas de vida están levantando muertos! ¡Esa bomba está dando vida a los muertos!
Hay un misterio en 2ª Corintios 13:3: “Pues buscáis una prueba de que habla Cristo en mí, el cual no es débil para con vosotros, sino que es poderoso en vosotros. Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios. Pues también nosotros somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios para con vosotros”.
Era necesario que Cristo muriera bajo el poder de inicuos porque era lo más grande que podía hacer el hombre contra Dios y contra su hijo. Se levantó el hombre en su soberbia y crucificó a Cristo; y Dios hizo débil a Jesús, en apariencia de debilidad porque debajo de esa debilidad y dentro de ella, el poder de Dios estaba latente, como hoy está latente su presencia y su poder en cada creyente. ¡Sólo sobre los que creen! Era necesario que Cristo fuese humillado al más alto grado de humillación, debilidad y muerte; a tal punto que en la cruz del calvario llegó al límite de la debilidad y en un momento dijo: “Padre, en tus manos entrego mi espíritu”. Se me acabó la sangre, se me terminaron las fuerzas, no puedo hacer ya nada Dios mío, pero estoy en tus manos. Y Dios toma el elemento más vergonzante y de máximo dolor y vergüenza que representa el poder de la justicia romana. Nadie podía condenar a un reo a una muerte de cruz sino sólo el poder del imperio romano, por más que los religiosos de la época se confabularon para crucificar a Jesús y lo llevaron como un reo ante Pilato, y le dijeron al gobernador romano: “¡Crucifícale! ¡Crucifícale!”
Ahí escondida, estaba esa semilla que debía caer en tierra y morir para luego mostrar su gloria; hasta ese punto llegó Jesucristo. Y era necesario que esto ocurriera para que tú y yo tuviésemos una referencia del poder de Dios, porque no existe ninguna historia en el mundo de alguien que haya dicho: “Yo tengo poder sobre la muerte”. Sólo el anticristo hará algo parecido pero no será como con Jesús sino como un acto de magia ya que dice en Apocalipsis que sufrirá una herida de muerte, pero esa herida será sanada y el mundo se va a admirar. De Cristo no, pero del anticristo sí. Y el Padre dijo: “Yo les he enviado a mi Hijo Unigénito para que crean en él y lo han rechazado. Por eso les enviaré un poder engañoso para que crean la mentira a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia”.
¡Dichoso quien cree en Jesús y no en otro dios! Dichoso quien puede saborear el día de la muerte, diciendo: “Voy a cerrar los ojos en esta tierra pero los abriré en el cielo en la presencia de Jesús”. Leemos en Filipenses 3:20 y 21: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”.
La Biblia afirma que en las manos de Jesucristo, quien resucitó de esa tumba de debilidad, en sus manos están sujetas todas las cosas arriba en el cielo y debajo de la tierra. También afirma la Biblia que toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor para gloria de Dios Padre. Tú te sientes débil y sientes que te faltan palabras; tú titubeas y sientes vergüenza. Tú tienes temores y timidez, a veces te escondes porque reconoces tu debilidad, pero Dios quiere que sepas cuál es el poder que te guarda en la más grande de tus debilidades.
Estoy cansado de escuchar a los cristianos decir: “Esto me puede. Hay algo que no me deja ir a la iglesia”. ¿Cuál es el poder que opera en ti? El mal que no quieres hacer lo haces; te propones que no lo vas a hacer pero igual lo haces. Has intentado una y mil veces pero yo te digo que no intentes más, cree en el poder de Jesucristo. ¡Decídete abrazarte al cuello de Jesús y no soltarte! ¡Hay poder en Él! Poder contra la maldición, contra la debilidad, contra el mal y la enfermedad.
EL PODER DE DIOS EN LA VIDA DE DIEGO
Dios permitió que Diego se arrastrara a niveles muy bajos y profundos para que él pudiera experimentar el poder de Jesucristo. Diego no puede decir que salió porque se lo propuso sino que asegura que Cristo salió a su encuentro y él nos cuenta su testimonio:
“Mi testimonio no se trata principalmente de la droga sino de una forma de vida que yo había elegido, porque estaba confundido y errado. A los doce años fui abusado y eso marcó mi vida o determinó mi forma de vivir. Ese abuso fue causado por un hombre, una persona de mi mismo sexo y en mi mente estaba asociado que yo jamás iba a poder estar con una mujer. Había perdido como hombre la dignidad. Cuando me propuse hacer una vida amorosa pensé que como un hombre había abusado de mi, yo debía estar con hombres ya que a una mujer nunca la podría hacer feliz. Me enamoré y la persona de la que estaba enamorado comenzó a violentarme y ahí empezó mi calvario, entonces comencé a sumergirme en las drogas. Esa persona luego desaparece de mi vida, había tenido un accidente, y yo llegué a enloquecerme buscando una salida. Viajé a la ciudad de Buenos Aires, Argentina a trabajar. Yo trabajaba en el transformismo; me fui con mucho dinero como para vivir tres años allá cómodamente y lo gasté en dos semanas. Alquilé hoteles, autos; alquilé mujeres y hombres. Llegué a pedirle a gente que tenía VIH que tuviera sexo conmigo sin cuidarme porque yo pretendía que me contagiara así me moría. También me drogaba.
Un día vuelvo a Uruguay porque terminé en la calle y mi papá me manda un mail diciéndome: “Te voy a mandar los últimos dólares de la vida pero olvídate que tenes un padre”. ¡Eso fue un golpe duro! Cuando fui a cobrar ese dinero no sabía si volverme a Uruguay o ir a una boca a buscar droga pero decidí volverme y mi mamá que me recibió me dijo: “Hijo no te puedo tener en casa”. ¡Otro golpe! Y agregó: “¡Eres un monstruo!” Nos enteramos que en la ciudad de Rocha, había unos líderes de hogares Beraca que nos visitaron y me invitaron a un campamento. Mi madre me dijo que irían a buscarme pero que tuviera cuidado porque eran cristianos. Yo estaba feliz por ir al campamento y pensé que allí habría muchos chicos. Entonces los líderes me dicen que Dios me iba a hacer libre de la adicción y de la homosexualidad. “¿Cómo?” dije yo. “Yo voy a dejar de drogarme por mi voluntad pero la homosexualidad no me la quita nadie. Yo estoy orgulloso. Yo soy así. ¿Qué pasa con lo que yo siento?” Y mi madre me dio un ultimátum: “El campamento o la calle”.
Asistí al campamento y lo que recuerdo bien fue que yo estaba caminando por el campo y el pastor Félix que estaba caminando por ahí me llamó y me dijo: “Te amo”. ¡Y me abrazó! Yo decía: “¿Quién es este? ¡Ni siquiera me conoce y me dice que me ama! Aparte, ¿no están en contra de la homosexualidad? ¡Y viene un hombre y me abraza!” Pero eso era lo que estaba contradiciendo el golpe que yo había recibido de mi padre. Y Dios empezó a obrar. En una prédica escucho la voz audible del Señor que me dice: “Diego, vos elegiste la homosexualidad porque pensabas que así iba a ser tu vida porque fuiste abusado, pero yo te digo que tengo grandes cosas para tu vida; tengo una esposa para vos e hijos. Vas a pastorear”. ¡Hoy lo creo! En ese tiempo yo dudaba. ¿Cómo sería pastor si odié toda mi vida a los cristianos? ¿Cómo me voy a casar si nunca estuve con una mujer? Es más, me arrebataron mi dignidad y comencé a relacionarme con hombres. ¿Cómo voy a predicar el evangelio si estuve en un movimiento gay y casi presidí un movimiento del LGTB? Si yo luché contra los pastores evangélicos porque no podía ni verlos. Yo pensaba que Dios no se acordaba de mí porque él odiaba a los homosexuales. Pero Dios obró en mi vida, conocí su amor. Hace dos años y medio que vivo en un hogar Beraca.
Comenzamos hace un tiempo a contar acerca de mi cambio y a mostrar mis fotos y te digo que no fue fácil. Yo sabía lo que se iba a venir pero no imaginé que sería muy duro. Me llamaron de movimientos gay para decirme que era un hipócrita. Me dijeron que me transformé en homofóbico y en un neonazi. Hace poco me amenazaron de muerte. Yo grabé un video en el que les decía a mis amigos de movimientos gay que yo estaba compartiendo mi testimonio del poder de Dios y una de las cosas que dije fue que tener la gloria y el poder de Dios en tu vida es una decisión y no una obligación.
Te digo que vienen opresiones y el enemigo te ataca con lo que más te duele porque tenía amigos que son gay. Pero entendí que Dios me quería usar, entonces hablo acerca de cómo Jesús me levantó con su poder y me sacó de la basura. Hoy estoy liderando a otros chicos, soy ministro de alabanza. Antes tocaba para el mundo, me vestía de mujer, me subía a las tarimas y bailaba en los caños. Pero hoy alabo a Dios tocando el teclado y hablo acerca de su amor. Estoy en el equipo de pro mujer con quienes salimos a predicar a los homosexuales, a los travestis y prostitutas. Un travesti que echaba a las chicas que les predicaban accedió a hablar conmigo, él estaba enojado con ellas porque oraban por él y no tenía ningún cliente en la noche. El hombre creía que lo maldecían con sus rezos y no hacía ni un peso. Yo le conté que antes me hacía llamar Valentina y se reía porque no me creía. Resulta que terminamos orando por él, le pedí su número de celular, lo derivamos a una célula familiar, ahora quiere asistir a la iglesia. ¡Eso lo hizo el poder de Dios! En otra oportunidad les hablé a dos travestis y uno de ellos me dijo que quería conocer al Dios que me rescató y me pidieron que orara por ellos, entonces los entregamos a Cristo. ¡Vienen luchas pero yo decidí levantar la bandera de Cristo y voy a predicar de su amor! Vendrán muchas tormentas pero he decidido decirle que no al diablo y si Dios me dijo que se puede, es porque se puede”.
Cada vez que Diego predica del evangelio, aparece el diablo para recordarle que no es digno, pero hay otro poder que le recuerda que Cristo le ha hecho digno porque la sangre de Cristo lo ha limpiado de todo pecado. Él me contó que lo llaman y le dicen: “Dale, a vos todavía te gusta los hombres”. Así lo meten en angustia y en luchas pero él sigue contando lo que Cristo hizo en su vida. Cristo se propuso demostrarle al mundo que Él tiene poder y puede transformar la peor circunstancia en una bendición. Todo lo que tú necesitas es creer en el poder de la sangre de Jesús. La Biblia dice que la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado y nos libra de toda maldad. Tus amigos, tus parientes y las circunstancias te hacen sentir débil, pero Cristo te dice: “Yo te libro del mal. No hagas fuerza por librarte tú solo. Ven a mí porque tengo poder para levantarte aún de la misma muerte. De la muerte yo te voy a levantar. El poder que yo hago operar en medio de tu debilidad es el poder que me levantó de entre los muertos”.
¿Qué podrá hacerte daño? ¿Quién podrá maldecirte si Dios te bendice? ¿Quién te herirá con burla si Cristo te dignifica? ¿Quién podrá acusarte de los pecados que has cometido si la sangre de Cristo te limpia y borra tus pecados al punto de que Él ya no se acuerda más? Leemos en Efesios 5:2: “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante”. Hay algo que emana de la cruz y es el amor. La cruz pasó de ser un elemento de tortura, de maldición, de vergüenza, dolor y cautividad; la cruz que era un elemento que provocaba horror el sólo pensar en ella, se transformó en un símbolo de amor. Todo lo que Jesús tocó lo transformó. Tocó un pesebre y lo transformó, tocó un ciego y lo hizo ver, tocó un paralítico y éste se levantó. ¡Todo lo transformó! Cristo transformó mi vida. El Señor me ha tocado a mí y a muchos que hoy creen en Él. Al haber sido tocados por Dios, nuestra existencia vana que no tenía sentido fue transformada en una vida que valía la pena ser vivida.
EL PODER DEL AMOR DE DIOS
Hoy honramos el amor que emana de la cruz. Efesios nos dice que debemos andar en amor como Cristo y relaciona el hecho de que el Señor nos amó al hecho de que se entregó a sí mismo por nosotros y esa entrega fue una ofrenda y no sólo eso sino que fue un sacrificio a Dios en olor fragante.
Es extraordinario que Dios el Padre entregara a su Hijo Unigénito engendrado en el vientre de María y que la muerte de su Hijo subiera delante de su presencia como un sacrificio de olor grato. Debo aclarar que hay sacrificios que no valen la pena. Hay cosas por la que es estúpido sacrificarse; hay cosas por las que no vale la pena jugarse la vida. Sin embargo hay personas que dan la vida por alguna causa que no tiene sentido ni hace el bien; o por alguna causa vana. Y así lo han hecho muchas personas a lo largo de toda la historia de la humanidad. Hay muchas entregas que no son un sacrificio agradable delante de Dios sino que son un sacrificio horrendo como hacen algunos que por amor a Alá asesinan gente. O esos que se inmolan y se hacen estallar a sí mismos matando muchas personas. Desgraciadamente por una causa que no tiene mérito con la promesa de que por haber hecho eso, en el cielo van a tener muchas mujeres con senos voluptuosos.
El pasaje de Efesios que te he compartido liga el hecho de que Jesús da su vida, que nos mostró su amor y se entregó a sí mismo por nosotros en un sacrificio que valía la pena. ¡Vaya que valía la pena si nos salvó a ti y a mí! La primera conclusión importante de esto es que, toda causa que no tiene raíz en el amor es una causa que no sirve. Por lo tanto toda causa que tiene origen en el amor es una causa de Dios y es poderosa; es un sacrificio vivo de olor grato a Dios. El amor produce sacrificio en nosotros.
Hay causas por las cuales no valen la pena entregarse, sufrir o morir y son aquellas que no están fundadas en el amor. Entonces no estamos tristes porque Cristo fue crucificado en la cruz del calvario sino que nos sentimos felices porque lo hizo por amor. El Señor tenía un propósito y una visión, y además estaba mostrando el poder del amor. El poder del amor cambia las cosas y produce una fuerza y una explosión tan grande, más que la madre de todas las bombas. Es una bomba que explotó hace dos mil años atrás en la cruz del calvario y su onda expansiva ha llegado a nuestros tiempos y continúa generación tras generación y alcanza nación tras nación. ¡No han podido frenar la onda expansiva de la bomba del amor! La gente endiosa a otros; ponen arriba de un caballo de bronce en una plaza a esos héroes que han matado gente. A esos de les da honra y gloria, también se le hacen canciones y oraciones a ídolos de bronces que están inmóviles mientras la plaza aguante y no la destruya una bomba madre. Pero nuestro héroe está vivo por los siglos de los siglos. No lo vemos en ninguna plaza, en ninguna escultura. Los curas tienen estatua, la diosa del mar la tiene, más Cristo no tiene estatua porque Él está vivo.
Juan 15:13 dice: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”. ¿Cuál es la mayor expresión de amor? El Señor dice que no hay un amor más grande que este; la medida más grande del amor se mide cuando alguien da su vida por sus amigos. Tal vez tangas otra filosofía o pensamiento pero dice la Biblia que si yo tuviese toda la fe de tal modo que trasladase los montes al mar y no tengo amor, de nada me sirve. Que si yo tuviese profecía pero no tengo amor, de nada sirve. Se pueden hacer muchas cosas pero si no hay amor de nada sirve. Yo puedo dar mi cuerpo para ser quemado o aceptar explotarme así como lo hacen los musulmanes, pero no si tengo amor, de nada sirve, ya que no se le puede medir el amor a una actuación de esta clase, donde uno se mata a sí mismo por una causa que no es la de Cristo y no es la causa del amor. Inmolarme a mí mismo para hacer estallar a los que odio no es amor. Si estás buscando una buena causa déjate llenar por el amor que emana de una cruz. Jesús oró en la cruz y dijo: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”.
Antes de ir a la cruz Jesús les anticipó a sus discípulos tomando de una copa de vino, que formaba parte de la ceremonia de Pesaj o de Pascua. Todos los judíos saben muy bien que la sangre del cordero en Egipto y a través de los siglos, era la señal de Dios para perdón de los pecados y para que la muerte sea quitada de las personas. Por eso debía morir un animal que oficiaba de sustituto de la persona. Moría un animal inocente y debía ser perfecto y sin mancha; no se podía escoger cualquier animal y aún había que prepararlo o purgarlo cuatro días antes para la muerte. El sustituto de un pecador debía ser inocente, limpio y puro. Y Dios aceptaba provisoriamente la muerte de ese animal en lugar del pecador. Pero Jesús levantó la copa y declaró: “Esta es la copa del nuevo pacto en mi sangre que por vosotros es derramada”. Jesús hizo suya la responsabilidad del cordero, de morir una vez y para siempre por todos los pecados de todas las personas en toda la historia de la humanidad. Eso fue un acto de amor. Tú puedes dar la vida pero si no es por amor, entonces la diste vanamente. El verdadero amor es el que emana de la cruz de Jesús y Él dijo que ese amor era el máximo. Tú puedes ayudar a alguien, puedes invitarlo a dormir a tu casa y eso muestra tu amor y son distintas medidas de amor lo que uno hace por los demás; pero la máxima es morir por los amigos. Jesús les dijo a sus discípulos: “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer” (Juan 15: 15).
CONCLUSIÓN
¡El Señor quiere ser tu amigo! La Biblia dice que amigo hay más unido que un hermano. También lo dijo Martín Fierro que seguramente lo sacó de la Biblia. Tú puedes hacer grandes sacrificios y tener una gran pasión por alguna causa al punto de entregarte por completo a ella. Tú puedes sufrir padecimientos por una causa pero eso no significa que proviene del amor. La verdadera causa es la del amor y la verdadera muestra de amor es dar la vida. Jesús quiere que le des tu vida. Muchos dicen: “Ya le di mi vida a Cristo”. Pero resulta que no se la ha entregado nada.
¿Has pensado seriamente si le has dado tu vida a Cristo? El que quiere seguir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame. Quien reconozca realmente el amor de Jesús no tiene otra que amar a Jesús y dar su vida por Él. Te pido que medites qué significa dar la vida por Cristo. Significa no retener nada, significa estar dispuesto a perder todo. ¡La causa de Cristo es la causa más valiosa que hay bajo el cielo! Hay causas por las que no vale la pena morir y son las que no están fundadas en el amor. Reconoce el profundo amor de Jesús por ti. Yo observo personas que dicen haber recibido a Cristo en su corazón pero no han recibido su amor, un amor que satisface el alma y llena la vida. Un amor que suple toda otra falta de amor.
Hay quienes desprecian el amor de Jesús y al despreciar su amor desprecian su sangre y su cuerpo lacerado en la cruz del calvario. Dicen creer en Jesús pero lloran porque su madre o su padre no les amaron, o porque alguna otra persona no les amó. Y viven con su mirada puesta en el mezquino amor de los hombres y no disfrutan del extraordinario amor de Jesús. Dios quiere que hoy reconozcas el gran amor de Jesús por ti. Y si hubieras sido la única mujer o el único hombre en el planeta esa muerte hubiera sido sólo por ti. Renuncia a sufrir por todo otro amor y recibe el amor que lo llena todo. No se trata de un reconocimiento mental sino de lo más profundo del corazón. La sangre que Jesús derramó en la cruz del calvario fue la señal más grande de amor. Él estuvo dispuesto a hacerse culpable de todas tus mentiras, falsedades e hipocresías, estuvo dispuesto a hacerse culpable de todos tus vicios. El Señor dijo: “Yo me hago cargo. Yo pago el precio”. Lo hizo para que tú no pagues el precio. Era tu sangre la que debía ser derramada, era tu muerte pero esa muerte sería condenación para ti, mas Jesús decidió ofrecer su cuerpo y su sangre por ti. ¡No importa si no te aman! Tú tienes que vivir bajo el poder asombroso del amor de Jesús. Nunca más llorarás por falta de amor porque el Señor te llenará de tal manera que ya no extrañarás otros amores, y valorarás el amor de Dios como el máximo amor de tu vida.
Si alguien cumplió con los requisitos del amor fue Jesús, quien inspiró al apóstol Pablo para escribirle a los corintios. 1ª de Corintios 13 dice así: “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido…” ¡Jesús cumplió con ese requisito! El mundo criticó tanta sangre derramada por Jesús, pero no reprocha la sangre de miles de personas derramada en muchas partes del mundo.
Continúa diciendo 1° Corintios 13: “…El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser”.
Donde había alguien que necesitaba amor, ahí estaba Jesús. El amor es eterno. Y aunque Jesús haya muerto en la cruz del calvario cargando con el pecado de toda la humanidad, el amor lo sostuvo aún en la muerte y en la condenación que Él sufrió porque el amor no muere, no deja de ser. ¡Nunca digas que ya no tienes amor! El amor es eterno, por eso es que Dios detesta el divorcio porque cuando Él une a un hombre y a una mujer pretende que ellos queden unidos por su amor. Si no te han amado, si te ha faltado amor, yo hoy te profetizo que se termina sobre ti la falta de amor porque el amor de Jesús llenará tu vida.
Dile a Dios: “Señor, asumo que me has amado y tuviste dispuesto a dar por mi mucho más de lo que yo estoy dispuesto a dar por ti. Mi amor por ti es mezquino. A veces ni me interesa tu amor porque espero el amor de alguien que me falló. Yo quiero renunciar a mi egoísmo Señor, y dejarte que llenes mi corazón con tu presencia poderosa”.
“Señor Jesús, reconocemos tu gran amor, reconocemos que derramaste tu sangre en una cruz y entendemos que fue la expresión más pura de amor. ¡Establece tu reino y tu poder en nuestras vidas y en nuestros corazones! Perdona nuestros pecados, Padre. Reconocemos que por tu gran amor tenemos vida y vida eterna; tenemos la vida triunfante de Cristo en la resurrección. La vida de Cristo está en nosotros, el poder y el amor de Cristo está en nosotros. Te damos gracias Dios, en el nombre de Jesús, amén”.
INTRODUCCIÓN
Hemos terminado veintiún días de ayuno y nos sentimos felices de habernos privado de comer algunas cosas, porque lo hemos hecho con el deseo de acercarnos al corazón de Dios. Hemos hablado acerca de por qué ayunamos y hoy quiero contarte que vienen días difíciles, días de persecución a la iglesia, de divisiones en cuanto a que muchos caerán, pero también vienen días de mucha gloria y unción, porque Dios va a separar a los tibios de los fríos y de los calientes. ¡No seguiremos viviendo en la tibieza! Dios va a ungir con su gloria y su poder a aquellos que realmente tienen anhelos de Él; y aquellos que tienen anhelos reales, tienen motivos para jugarse la vida y para renunciar a muchas cosas.
Cuando tú valoras algo, seguramente renuncias a muchas cosas. No puedes valorar y amar todas las cosas. Amar significa también seleccionar; si yo amo a Jesucristo por sobre todas las cosas, ya lo seleccioné. No puedo amar algo más que a Cristo y no puedo decir que yo amo a Cristo más que otra cosa, si esa cosa está determinando que yo no pueda obedecerlo a Él.
En los veintiún días, ayunamos frutas, ayunamos mate y hacer ayunar mate a un uruguayo es complicado. También hemos ayunado té, café, productos lácteos y carnes, pero hemos comido toda clase de verduras, semillas y legumbres. Hemos descubierto que el ayunar es una lucha y no porque había poco de comer, porque realmente había mucho; pero, ¿qué es lo que nos viene en gana comer cuando estamos ayunando? ¡Justamente lo que no podemos comer!
Con mi señora hicimos una fuente grande con toda clase de verduras al horno, cuando la sacamos del horno, yo buscaba dónde estaba la carne. Sucede que a pesar de la abundancia, uno piensa en lo que no puede comer. ¡Y qué ganas de comer un sándwich de salame con queso! Y aquellos que son adictos al mate, ¿habrán logrado abstenerse? Un hombre me dijo que era muy matero, yo le pregunté si fracasó y me afirmó que no; pero es tan adicto al mate que se ponía nervioso y no sabía qué hacer, entonces iba a la heladera, la abría y se encontraba con bebidas carbonatadas y de todo lo que no podía comer, pero, ¿qué tiene que ver el mate con la heladera…? Digo que el ayuno es una lucha, porque es una privación y una negación. La prioridad de este ayuno de veintiún días era buscar el rostro de Dios; la prioridad es buscar su rostro y abrazar a Jesús, y demostrarle que Él vale más que las ganas de comer que tenemos.
EL DESEO DE COMER PROVOCÓ LA CAÍDA DEL HOMBRE
En el huerto del Edén, Dios plantó árboles y plantas que produjeran fruto; había de todo allí y Dios le dijo a Adán: “De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”. Un solo árbol entre tanta abundancia pareciera que no fuese motivo de tropiezo. ¡Pero Adán y Eva no se pudieron aguantar las ganas de comer lo que no había que comer! Por lo tanto, el tema de la comida es un tema de caída.
Adán y Eva fracasaron, y por causa del verbo “comer”, introdujeron a toda la humanidad, a la tierra y el fruto de la tierra en maldición. Por no aguantarse las ganas de comer cuando la serpiente los tentó. Vamos a ver cuántas veces se repite el término comer en el libro de Génesis: “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”. Aquí se menciona tres veces, ¿no te dan ganas de comer? (Génesis 2: 16 y 17). “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis” (Génesis 3: 1 al 3). Aquí se le fue la lengua a Eva porque Dios nunca dijo que no lo tocaran sino que no lo comieran. Pero Eva, como toda mujer tenía que llegar a las seis mil quinientas palabras promedio por día, entonces debía acotar algo más. Entonces la serpiente dijo a la mujer: “No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella”. El verbo comer se conjuga en estos versículos que mencioné, unas diez veces.
Nosotros tenemos que aprender a luchar contra los deseos de nuestro corazón; tenemos que luchar con aquello que deseamos, y abstenernos de muchas cosas que anhelamos, porque esas cosas nos alejan de la voluntad de Dios. Me refiero a todo aquello que el Señor no quiere o que Él no ha ordenado. Porque puede ser que Dios haya ordenado que yo vaya en determinada dirección y yo tengo ganas de ir para el lado opuesto. Tengo que abstenerme de hacer como yo quiero, porque Dios me ha dado orden de ir hacia donde Él me ha señalado. Tengo que ayunar y abstenerme de las ganas de comer, de ir a ciertos lugares y de ver cosas que no convienen.
Una de las cosas que definió la caída de Eva fue que miró el fruto y lo cortó. ¡No se aguantó! Había abundancia para comer en el huerto, pero debían de ayunar un solo fruto. “Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto”. Adán y Eva dijeron: “¡Mamita! ¿Qué hacemos ahora?” Les dio miedo confrontar a Dios, sentían vergüenza porque estaban desnudos, se cubrieron con hojas de higuera y se escondieron. “Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí”.
¿De quién era la culpa? Culpa a Dios cuando le dice: “la mujer que me diste”. ¡No era Eva sino que era Dios el culpable! Tal vez le tenía que haber dado otra mujer aunque fuera más fea pero que no lo arrastrara a la codicia de comer. Según Adán, la culpa la tenía Dios. “Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí”. Hasta aquí son catorce las veces que se repite el verbo comer. Eva le prestó oído a la serpiente cuando le dijo que no moriría. Dios dijo que si comían de ese fruto ciertamente morirían. “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios…” En otras palabras le dijo: “No vas a necesitar a Dios; vas a ser como Él, y tomarás tus propias decisiones sin tener en cuenta a Dios”.
¡Hoy en día es así! Tú tienes derecho a pensar y hacer lo que quieras y nadie tiene derecho a coartarte. A muchos les dicen que no permitan que el pastor Márquez les lave la cabeza o que la religión les obligue a algo porque la religión está oprimiendo a la gente. Así que tú puedes elegir quién quieres ser. Este problema, la independencia de Dios, comienza en el Edén. Según el pensamiento actual, tú no necesitas a Dios así que puedes tomar tus propias decisiones. Eva dijo: “La serpiente me engañó, y comí”. ¿De quién era la culpa? ¡De Dios por haber hecho a la serpiente! ¡Así que Dios tenía toda la culpa! Es que no tendría que haber puesto al hombre en el aprieto de ayunar un solo fruto. Pero la decisión la tenía que tomar el hombre. Catorce veces se conjugó el verbo comer. ¿No te dan ganas de comer?
Dios le dijo al hombre en Génesis 3: 17: “Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás”. La palabra comer aparece aquí cinco veces más y van diecinueve. El verbo comer es muy importante. De hecho, yo he enseñado que hay dos fuerzas poderosas que batallan en el corazón del hombre y ellas son, el deseo de comer y el deseo sexual. El hombre corre cualquier riesgo por comer algo o tener sexo; el hombre que no tiene el dominio propio que Dios le da al ser humano. Mi conclusión personal a todo esto, reitero, es una conclusión mía, no es que esté enseñado en la Biblia: Observamos en las escrituras, que las personas que han orado y ayunado, son las que produjeron o provocaron grandes movimientos espirituales o grandes cambios; por lo tanto hoy le aseguro a la iglesia Misión Vida para las Naciones que volveremos a ayunar veintiún días y tal vez cuarenta.
RENUNCIAR A TODO PARA ABRAZAR A CRISTO
Los tiempos son difíciles; habrán muchos problemas en el planeta, viene caos por todos los frentes en el mundo, pero simultáneamente con estos grandes problemas estructurales de destrucción de valores y principios, de nuevas leyes que son dictadas en contra de las ya existentes, de que se comience a decir que lo bueno es malo y que lo malo es bueno, en medio de una Sodoma del mundo, porque ya no será una ciudad sino que será una sodomía el mundo entero, será una gran rebelión y habrá mucha violencia, y a nuestros hijos les van a enseñar lo que nosotros no queremos, en medio de todo ese caos habrá un derramamiento del Espíritu Santo y aquellos que aman a Dios y se aferran a Jesucristo brillarán como la luz del sol.
Dios hará separación entre los tibios y los calientes; el Señor pondrá a un costado a los fríos y a los tibios y hará una revolución con los que están encendidos con el fuego del Espíritu Santo. El ayuno es solo una prueba pequeña y a muchos les cuesta. Algunos cristianos son tan débiles que no pueden ayunar ni un solo día. ¡Sienten que se van a morir! El ayuno es una guerra contra un apetito de la carne y es una manera de demostrarme a mí mismo si Cristo vale tanto para mí, si es así, valdrá la pena dejar de lado la comida por buscar el rostro de Dios. La Biblia está llena de ejemplos de personas que han producido grandes cambios en la sociedad, desde que Adán y Eva cayeran por causa de haber comido, a causa de haber tomado la decisión de no comer por causa de Cristo. ¡Dios ha desatado bendición sobre aquellos que han tomado esa decisión! No te quepa la menor duda que si has buscado a Dios con todo tu corazón y has ayunado, verás su mano moverse en tu vida, si es que aún no la has visto. Nosotros, por nuestra parte ya hemos visto la mano de Dios en varias personas.
El ayuno tiene que ver entonces con renunciar, negarse a uno mismo a comer algo que nos apetece. Cuando uno busca a Dios con todo su corazón, trata de negarse a algo por amor a Cristo. Lo que se trata de dilucidar es cuánto vale Cristo para mí y cuánto vale la pena que yo pague por Él. Entenderás que ya no se trata de ayunar sólo algunos alimentos sino de ayunar la vida entera. Cuando amas algo, te abstienes de una o varias cosas por causa de lo que amas.
Hay un hermano no se está congregando porque está trabajando mucho toda la semana, realmente le va bien. Él me dijo que estaba pagando la casa y que le faltaban tres años para terminar. Me vino a ver con su esposa porque ella ya no aguanta estar con él y se quiere ir a vivir a otro lado con sus hijos, y eso lo tiene mal. Le dije que tenía que congregarse, pero insistía que tenía que pagar la casa y me insinuó que cuando terminara de pagarla, se congregaría. Lo miro, lo señalo con el dedo y le digo: “Antes de que termines de pagar la casa vas a perder a tu familia”. Si no le das la prioridad a Dios, ¿cómo vas a mantener firme una familia que se te está rompiendo?” ¡No es tan importante una casa! ¡Eso puede esperar! Le sugerí que refinanciara la deuda pero a Dios no debía negarle lo que es de Él. ¡A Dios no hay que dejarlo para lo último cuando Él debe ser el primero en tu vida! Si el Señor no es el primero, entonces dejo casa y dejo lo que sea por Él. Si Dios no es primero, dejo la familia. ¡Qué fuerte lo que acabo de decir! Muchos aseguran que Dios es primero, después la familia y por último la iglesia. Eso no está mal en cierta forma porque si no luchamos por nuestra familia entonces, ¿por qué vamos a luchar? Pero cuando se trata de la voluntad de Dios, encontramos en Mateo 19: 29 y 30: “Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros”. ¡Dios vale más que tu cónyuge! ¡Dios vale más que tus hijos! ¡Dios vale más que tu casa! Y cuando te toque demostrar cuánto amas a Dios y tengas que ayunar de algunas de esas cosas que tanto amas, ¿lo harás? ¿Le darás al Señor el primer lugar en tu vida?
Leemos en Mateo 19:16: “Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?” Debo aclararte algo: Jesús, cuando estaba en la cruz del calvario declaró: “Consumado es”. La vida eterna no se logra por hacer algo. Cuando Jesús expresó esas palabras quiso decir: “Todo está hecho”. El perdón de los pecados de todos los que fueron antes de Cristo y los que vinieron después de Él está consumado en la cruz del calvario. ¡No hay nada más que hacer! El precio que había que pagar lo pagó Jesús en la cruz. Él sí que se negó a sí mismo y ayunó de su gloria; Él se despojó y se hizo siervo y estando en esa condición se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó; porque el Señor se negó. Y cuando te dice: “El que quiera seguir en pos de mí niéguese a sí mismo y tome su cruz y sígame”, no te está pidiendo algo que Él ya no haya hecho. Jesús se despojó más de lo que te pide que te despojes tú, porque la Biblia señala que Él no estimó el ser igual a Dios como cosas de qué aferrarse. ¡Jesús dejó su gloria, nació como uno de nosotros! Era Dios hecho carne. No sabía hablar, no tenía pensamientos, necesitaba estar en brazos de su mamá; tuvo que aprender a hablar, a caminar, a escribir y también tuvo que aprender la palabra de Dios porque a tal punto se despojó, y habiéndose despojado de todo eso, también se despojó de su honor y su poder. De tal modo que aceptó ir a la cruz porque negarse a sí mismo es negar aquello que es mi voluntad a cambio de abrazar la voluntad del Padre.
Dios no te exigirá menos que a Jesús en ese sentido. La salvación ya fue pagada, pero tú tienes que amar la salvación y abrazar a Cristo; pero para amar la vida eterna y abrazar a Cristo tienes que renunciar a muchas cosas. Seguimos leyendo en Mateo 19:21: “Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme”. La gente pregunta qué puede hacer cuando ve que su cónyuge no cambia, cuando se encuentran sin trabajo, cuando sufren alguna enfermedad, etc. Jesús nos enseña que no se trata de qué debes hacer sino qué tienes que negar. Jesús le dijo al joven: “Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?” Entonces el Señor le dijo: “Te falta una cosa; ve y vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, después ven y sígueme”. Mateo 10: 22 señala: “Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones”. O sea que el interés por la vida eterna no era tan importante…
¿Te importa la vida eterna o no? ¿Jesús tiene valor para ti o no? ¿Cuánto valía el Señor para ese joven que se acercó a preguntarle qué bien debía hacer para heredar la vida eterna? Jesús valía menos que sus posesiones. Él no estaba dispuesto a perder sus bienes para abrazar esa perla preciosa que es Jesús. El muchacho tenía decidido quién era su amor y cuáles eran sus planes; él amaba más sus riquezas que al Señor. ¡Es triste esta historia! Esa alma se perdió porque no entendió que Cristo vale más que todas las cosas. No es qué estoy dispuesto a hacer sino qué estoy dispuesto a perder por Cristo.
¿Cuánto vale el Señor para ti? Aquello que amas te lleva a negar lo que tiene menos valor para ti. Cuando era joven yo andaba viendo qué chica de la iglesia sería la ideal para que se casara conmigo y mi esposa no me deja mentir: Todas las chicas andaban detrás de mí e iban a hablar con Marta acerca de mí y ella callaba y guardaba todo en su corazón. Antes de que yo me enamorara de Marta, me fijaba en todas las chicas. ¡Y eran lindas! Yo miraba alguna y pensaba que era para mí, pero no, y esto se terminó cuando me enamoré de Marta. Cuando me enamoré de la que hoy es mi esposa, desaparecieron del cuadro todas las demás, porque Marta me dejó embelesado. ¡Renuncié a todas las demás por causa de la que amaba! Muchos no saben valorar al Señor y el precio lo ponemos nosotros. Cristo tiene un precio absoluto. ¡Muy grande! Pero el problema es que tú le pones precio al Señor. El joven que se acercó a Jesús hizo cuentas y dijo: “Y no, más que mis posesiones, no vale”. ¡Y se quedó con sus posesiones!
¿Has visto como cayeron Eva y Adán? De ahí salió el refrán que dice: “El pez por la boca muere”. A veces son más las ganas de comer que las ganas de orar; valoramos más las ganas de comer que buscar el rostro de Dios. El mundo está inmerso en una crisis muy grande, porque no ha escogido a Dios, y mientras, los creyentes están confundidos, como el hombre que abra la heladera buscando quién sabe qué. No saben qué hacer con Cristo y no son capaces de renunciar a lo que deben renunciar por causa del Señor.
Dios va a separar a los tibios y a los fríos, los pondrá a un lado, y a los que están llenos del fuego los pondrá aparte. Los que están llenos del fuego de Dios no andarán según sus razonamientos o excusas en cuanto al trabajo, a la comida o el dinero. ¡Se van a rendir a Cristo de verdad! A veces tengo que estar discutiendo con algunos creyentes que preguntan: “¿Y qué tiene de malo hacer esto?”
Una chica me escribió y me dijo: “En otra iglesia las cosas no son como acá”. Creo que te estoy hablando claro. ¡Tienes que jugártela! Jesús dijo: “Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios”. Y los discípulos se preguntaron: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Me encanta lo que dice Mateo 4: 17 al 22: “Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron”. Dejaron la empresa del padre y aún a su padre; dejaron la familia y se fueron con Jesús que no tenía dónde recostar su cabeza. ¡Ésta fue una decisión audaz! Pero no podía llenar el mundo del evangelio si no tenía una docena de personas que estuvieran dispuestas a perder todo por causa de Jesucristo.
Mateo 19: 27 al 29 narra: “Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna”. Cuando Jesús dice cualquiera, no sólo se refiere a los doce discípulos sino a cualquiera que lo siga. Mateo 16:24 dice así: “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. Y agrega: “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará”.
El término vida aquí lo cambiamos por la palabra alma y sería entonces: “Porque todo el que quiera salvar su alma, la perderá; y todo el que pierda su alma por causa de mí, la hallará”. Perderás el cuerpo o sea la vida biológica; ahora, el alma es la vida síquica y comprende la voluntad, los pensamientos o intelecto y las emociones. Y el que quiera salvar eso, sus pensamientos, sus emociones; el que justifique sus emociones o sus pensamientos, el que justifique su fuerza o su voluntad, perderá su alma. Esto tiene que ver con negarse a uno mismo, o sea, negar su propia alma y negar sus propios pensamientos a causa de que los pensamientos de Dios son más altos; negar nuestra propia voluntad porque la voluntad de Dios es más importante. Así como negar nuestra emociones porque lo que desea Dios es más importante de lo que yo deseo. Yo renuncio a lo que deseo, a lo que pienso; renuncio a lo que soy en mi alma. Y aquel que pierda su alma, por causa de mí, dice Jesús, entonces la ganará.
CONCLUSIÓN
No se trata de hacer un poco de lo que Dios quiere y un poco de lo que quiero yo. ¡La voluntad de Dios es absoluta! En el reino de Dios no se hace un poco de la voluntad de la minoría y un poco de la mayoría; en el reino de Dios se hace el cien por ciento la voluntad de Dios. No hay otra voluntad que se pueda interponer porque la única voluntad que hay es la de Dios. Y para que prevalezca la voluntad de Dios, debe menguar mi voluntad. Esto no le gusta nada a los laicistas, a las feministas y a los ateos materialistas que señalan que la religión amenaza a la gente. Según ellos, la religión amenaza por medio del temor. Tú tienes que decidir quién te adoctrina, el hombre o Dios. ¿Te adoctrina las filosofías y doctrinas de este mundo o la verdad de Dios?
Tal vez has perdido mucho tiempo o no has entendido el evangelio. Creo que es tiempo de ayunar de muchas cosas y no sólo de comidas; es tiempo de que ayunemos de muchos proyectos y de cosas emocionales por causa del reino de Dios y de Cristo. Yo no te quiero asustar pero debo decirte que las demandas de Dios son absolutas sobre tu vida y no puedes jugar con Él. Si tienes que entregarle de una vez por todas tú vida, hazlo ya. ¿Cuánto vale Cristo para ti? No es qué estoy dispuesto a hacer sino qué estoy dispuesto a perder por causa de Cristo. ¿De qué sirve que yo quiera hacer algo por el Señor si aquello a lo que estoy aferrado me va a impedir hacer su voluntad? La medida en la que yo estoy dispuesto a perder por Cristo es lo que define lo que voy a hacer. Es que si lo que yo hago me ata, si mis planes y deseos me atan, yo haré lo que mis deseos y planes quieren, entonces postergaré la demanda de Cristo sobre mi vida. ¡No le puedes hacer “el cañito” a Cristo!
El Señor separará a aquellos que son de los que no son. La Biblia menciona diez vírgenes, cinco de ellas son insensatas. El cincuenta por ciento de la iglesia se va a encontrar en la segunda venida de Cristo con que no tiene aceite. ¿Será que estás tomando este mensaje como un mensaje del cielo? ¿Entiendes que Dios te está hablando? ¿Podrá disponer el Señor de tu vida o tu estudio te lo impedirá? ¿Te lo impedirá tu casa, tu trabajo o tus planes? ¿Qué hay en tu vida que le impida a Dios hacer lo que quiera? Abre tu corazón en este día y entiende que el negocio con Dios siempre es bueno. Cristo te quiere dar el cien por ciento de su unción, de su poder y su gloria a cambio de que le entregues el cien por ciento de las estupideces que tienes en la cabeza. Tú discutes y argumentas. ¿Será que te puedes callar la boca y le pidas a Dios que te de su cien por ciento? ¿De qué me sirve quedarme con mis bienes si voy a perder hacer la voluntad de Dios y la vida eterna? ¡Yo quiero ser tuyo, Jesús! ¡Hoy te abro mi corazón de verdad!
“En tu nombre yo echo la red, Dios mío. Tú produces la gran pesca. Espíritu Santo, llama a los que son; a los que tú conoces de antemano. Llama a los que son tuyos, a los que has apartado para el tiempo final. Toma nuestras vidas, Dios, destruye las fortalezas mentales. Ponemos delante de ti nuestros planes para que los quemes en tu altar, Señor. Renunciamos a todo por causa de ti. ¡Tú vales más que todo lo que somos y todo lo que tenemos! Líbranos de nosotros mismos, Padre, te lo pedimos en el nombre de Jesús. Declaramos que tuyo es el poder y tuya es la gloria Jesús, amén”.