DIOS QUIERE COMPLETAR SU OBRA EN TÍ

Dios anhela hacer una obra especial en nuestras vidas: Santificar “todo” nuestro ser y hacer de él un instrumento eficaz para su reino. Leamos 1ª Tesalonicenses capítulo 5, versículo 23: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. ²⁴Fiel es el que os llama, el cual también lo hará”.

¿CUÁL ES EL DESEO DE DIOS?

¿Qué quiere hacer Dios? Santificar todo nuestro ser: Espíritu, alma y cuerpo. Dios pretende santificar todo nuestro ser, es decir, “apartarlo” para sí. Santo no es una persona que tiene una aureola y una cara de estúpido, santo es una persona aparatada para Dios en sus pensamientos, en sus sentimientos, en sus emociones, en su cuerpo y en su espíritu. La salvación no es una oferta de Dios para vivir la eternidad después de nuestra muerte, sino para vivir desde hoy en adelante en salvación, en santidad y purificación. La vida que Dios ofrece es una vida victoriosa desde ahora y hasta la eternidad. La palabra “victoriosa” proviene de la palabra “victoria”, y ésta siempre surge después de una guerra. A veces nos hacemos a la idea que una persona victoriosa es aquella a la que siempre se la ve bien, pero no es así: Una persona victoriosa puede ser alguien que está atravesando dificultades pero está luchando, es quien en medio de la guerra está creyendo que va a vencer, que va a salir adelante, no que carezca de problemas, sino que está creyendo que saldrá adelante en todas sus dificultades. Dios permite que pasemos por dificultades y pruebas para que seamos victoriosos; el que no pasa por ninguna prueba no puede tener victoria. ¿Cuándo le dan la victoria a un boxeador? ¿En el primer round o en el Nº 15? ¡Cuando termina! Así es con todo, si pasas la prueba, eres victorioso y Dios quiere darte una vida victoriosa y de poder. No existe tal cosa como que yo soy cristiano y soy débil y no sirvo para nada, ¡eso no existe! Si eres un cristiano no eres una persona que está diciendo: “No aguanto más”. El cristiano agacha la cabeza, aprieta los dientes y dice: “¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!” Un cristiano es una persona que se fortalece en Dios en el momento de la dificultad y debilidad, es capaz de declarar la victoria en el momento mismo de la derrota. ¡Eso es un cristiano! ¡Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó! Hay una extraña mezcla de guerra, optimismo, fe y victoria en la vida del creyente. Es decir, no es que no hay dificultades, sí las hay, pero hay fe y esperanza en medio de ellas. ¡Hay una visión superior mas allá de las dificultades! ¡La vida eterna comienza ahora! Aquellos que han recibido a Cristo, han recibido una vida indestructible; la semilla del Espíritu Santo, el semen de Dios está en ti si es que realmente eres un cristiano. ¡La naturaleza de Dios está en mí! Dios ha hecho un transplante de naturalezas en nosotros. Dice la Biblia: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). ¡Despiértate! La naturaleza de Dios está en ti y es invencible; el apóstol Pablo decía: “…antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día” (2ª Corintios 4:16) La naturaleza de Dios está en el creyente. Es excitante la sola idea de saber que no solamente Dios habita en mí sino que su naturaleza forma parte de mi naturaleza y viceversa, de modo que las dos naturalezas se han confundido. El que se ha unido a Dios, un espíritu es con El. Dios se confunde con el hombre y viceversa. Este pasaje que leímos dice que todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo es guardado por Dios irreprensible. Dios hace una obra completa en nuestro ser. ¡A eso fuiste llamado!

Una de las cosas que me conmueve es ver personas que reciben a Cristo en su corazón, que reciben el perdón de pecados y la salvación y emprenden un idilio con Dios. Saben que han sido perdonados, que Cristo ha entrado en sus vidas y comienza una actividad espiritual dentro de ellos. Lo primero que afecta la presencia de Dios es el espíritu: Cuando viene la presencia de Dios, el Espíritu Santo vivifica el espíritu del hombre, allí es cuando se funde el espíritu de Dios con el espíritu del hombre y se produce la vida eterna, la vida incorruptible que queda escondida dentro de ese vaso de barro que somos. ¿Qué es barro? Es agua con tierra… ¿crees que tienes alguna sustancia distinta a la tierra? No tienes ni más ni menos que todos los minerales y sustancias que están presentes en la tierra. Eso Dios quiere santificar y apartar para él: Todo tu ser, espíritu, alma y cuerpo. Alma es esa parte que nos identifica como seres humanos que habitamos el planeta tierra; el alma tiene la mente, la voluntad y las emociones humanas. “. ²⁴Fiel es el que os llama, el cual también lo hará”. Si crees esta palabra, él lo hará.

            UN ESPÍRITU SUPERIOR

Veo cristianos que son salvos y se convierten de malos en buenos, pero, ¿de que sirve un cristiano bueno pero estúpido? Un intendente de un departamento del interior me dijo hace poco: “Conozco a todos los pastores de aquí… son todos buenos…buenísimos…” Y luego agregó: “Pero este Fulano de tal, es el único emprendedor, con fe y que va para adelante” ¡Yo me quería morir de vergüenza! Los que no son de Cristo, discuten los grandes problemas de la sociedad pero generalmente los cristianos no tienen un conocimiento profundo ni una opinión formada. No sucedía así con Daniel en Babilonia: Cuando había que conocer algo extraño y profundo que nadie lo podía entender, buscaban a Daniel porque él tenía revelación de Dios. EL oraba tres veces al día y no le importaba morir por su fe. El no decía: “Yo opino”. Fue puesto por sobre 120 gobernantes del imperio babilónico, porque dijeron: “¡Este es el mejor!” Dice la Biblia que había en él un espíritu superior (Daniel 6:3). Era un hombre de Dios, sabio e inteligente. Lo mismo ocurría con José en Egipto. “Puesto que tu Dios te ha revelado todas estas cosas que vienen sobre la tierra, ¿quién mejor que tu para administrar estos problemas?” El apóstol Pablo dice que tenemos la mente de Cristo (2ª Corintios 2:16) La pregunta es: ¿Qué le entregaste a Dios cuando le dijiste “te doy mi vida”? ¿Qué le diste a Dios? El cristianismo está lleno de personas que siguen pensando como antes. El apóstol Pablo oraba y le pedía a Dios, refiriéndose a los efesios: “Estoy orando por ustedes para que reciban espíritu de sabiduría y revelación en el conocimiento de él”. Solamente personas con mente despierta y despabilada pueden hacer cosas importantes; puedes ser bueno en Dios pero inútil, sin saber qué hacer con tu vida, con tu matrimonio, con tu empresa, con tu trabajo y sin poder aportarle nada a la sociedad. No alcanza con que seas bueno, Dios se ha tomado el trabajo de poner dentro tuyo la misma cantidad de materia gris, que otras personas. Dios está necesitando una nueva generación de cristianos que no gasten su vida en cosas que no tienen valor. ¡Hay quienes están esperando el cielo nomás! Están gastando aire, comida y son una carga a la sociedad: Le deben a todo el mundo.

¿Sabes qué significa tener una mente, voluntad y emociones consagradas para Dios? Eso es ser “apartado”. No pensar en lo que yo necesito sino en lo que Dios quiere, no en las añadiduras, sino en el reino de Dios y su justicia. ¿En donde esta tu mente, tu corazón, tu voluntad y emociones? ¡Ojalá Dios te pudiera usar para abrir el mar Rojo! Deja de llorar y abre el Mar Rojo para que pase todo el pueblo de Uruguay. ¿Podrá usarte Dios a ti? El no quiere hacer cosas pequeñas, sino grandes contigo. Hay gente que tiene muy bajo su nivel de autoestima y cree que con él no puede hacer nada. Tú no vales conforme a lo que piensas sino conforme al precio que pagó Jesús por ti en la cruz del calvario. Mientras sigas pensando así, Dios nunca podrá hacer nada contigo pero si tu hoy crees la palabra que estás recibiendo, Dios podrá hacer grandes cosas contigo. Marcos Witt contaba que él tenía tan baja autoestima que creía que Dios no lo podía usar; hasta los 16 años se orinaba en la cama, pero hace tres semanas, fue galardonado con un premio Grammy, el más grande de los premios que existen para productores e intérpretes en música gospel, por su producción “Sana Nuestra Tierra”. Sus hermanos le decían: “Allí va el meón de la casa”. El se consideraba inútil, pero oró sencillamente: “Si puedes usarme, haz lo que quieras conmigo”.

CONCLUSIÓN

Dios nos usará, no conforme a lo que pensamos, sino conforme a lo que él piensa; él no necesita tu gran inteligencia, él necesita tu corazón; el no necesita tu sabiduría, él quiere que su sabiduría venga sobre ti. Él necesita tu disponibilidad, que tu digas: “Aquí estoy Señor, cuenta conmigo”. No es lo que tú puedes pensar, sino lo que Dios puede hacer con tu mente si dejas entrar sus pensamientos en ella. Hoy tienes que pedirle perdón por no haberle dejado entrar en todos los dormitorios de tu vida. Si le entregas todo, él te dará todo. ¡Dios quiere cambiarte! Dios quiere darte una voluntad férrea, de tal manera que nunca puedas decir “no puedo” o “no lo lograré”.

Si crees que Dios te ha hablado hoy, haz esta oración ahora mismo:

“Señor amado, he recibido tu palabra y reconozco que mis pensamientos son pequeños, humanos, por eso vivo lo que vivo y así como pienso, soy, tu lo has dicho en tu palabra, mis pequeños pensamientos me llevan a vivir solamente pequeñas victorias. Perdona mis pecados, perdona mi incredulidad; hoy te entrego todo mi ser, toma no solamente mi espíritu, sino mi voluntad, mi mente, mis emociones. Perdóname porque no te he creído, mi mente no me ha dejado creer grandes cosas. ¡Limpia mi mente, mi voluntad y mis emociones! ¡Santifícame por completo! Que esta palabra se cumpla en mi vida, que todo mi cuerpo te alabe y sea un instrumento tuyo, en el nombre de Jesús hago esta oración, amén.

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