LA BENDICIÓN DE LAS PARTERAS - Misión Vida para las Naciones

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Montevideo

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MENSAJES DEL CIELO

LA BENDICIÓN DE LAS PARTERAS

INTRODUCCIÓN

Hoy quiero hablarte acerca de la familia. La familia es un invento maravilloso de Dios. ¡Es una bendición! Una familia es donde uno se siente identificado, amado, comprendido; siempre y cuando la familia funcione. Tienes que darle importancia y dedicarle tiempo a tu familia. Las relaciones se construyen; uno edifica su casa y su familia. Y de acuerdo al material que use la casa, será linda y fuerte; en cambio, si usamos material malo, la casa puede caer.

La Biblia habla mucho acerca de familia, y esta palabra aparece en muchos lados de las escrituras. Además, según la Biblia, se considera familia no sólo lo que tengo ahora, sino también el linaje, o sea, lo que viene después. Por lo tanto, el linaje es importante. Podemos apreciar también en la Biblia, muchas genealogías; y todo nace con la familia, y continua con ella, porque de las familias vienen los pueblos y de los pueblos surgen las naciones. Las naciones entonces, tienen origen en las familias. Tan fuertes como sean las familias serán los pueblos y naciones. El estado debe prestar especial atención a la familia, pero parece que no tiene ninguna intención en hacerlo. Nosotros también debemos prestar atención a las familias porque la bendición pasa de la familia a la nación. Una familia bendecida bendice la nación.

La descendencia es muy importante porque conecta lo que hoy está con lo que vendrá; y conecta lo que hoy está con lo que ya fue. Aparecen así los conceptos de herencia; los hijos heredan de los padres. Es por eso que existe el registro civil. Allí se registra de quién es el hijo. A través de los registros uno sabe de quién es hijo o hija alguna persona y si le corresponde herencia o no; y los jueces estudian quienes son los parientes directos de una persona que murió porque esos descendientes son familia.

En este tiempo de la post verdad pareciera que a nadie le interesa nada, ya que se pueden conseguir hijos mediante vientre de alquiler, inseminación artificial, etc. Aun se le miente a un hijo adoptado acerca de quién es su verdadera madre o padres biológicos, o se le da al hijo un padre que no es el padre, o una madre que no es su madre. Dios, que ordenó todas las cosas, no opera así. Dios hizo a Adán y a Eva, a quienes conformó como un matrimonio. Hoy en día se difiere acerca de lo que es matrimonio. Imagínate si ese lío lo hubieran instaurado los descendientes de Adán y Eva, tal vez ni existiríamos porque se hubiera frenado la población del planeta.

En la Biblia encontramos las genealogías, las cuales son muy importantes. Tú crees que no puedes aprender nada cuando lees acerca de esto, y quiero decirte que las familias están relacionadas a la descendencia y a las naciones, porque son familias las que habitaron territorios. Y gracias a esto se han podido estudiar los linajes de las naciones. Hoy en día, con la tecnología que existe uno puede saber de dónde viene. Un hermano mío viajó a Estados Unidos y accedió a un sistema que te dice de dónde vienes. Esto es mediante una prueba de saliva, y que una vez realizada, en pocos días obtienes el resultado. Por medio de él, yo me enteré que tengo un dos con uno por ciento de ascendencia judía y un treinta por ciento africana. Este sistema deduce tu ascendencia por medio de tu ADN porque está registrado en el libro de Dios quiénes somos y de dónde venimos. La Biblia deja constancia, por ejemplo, a través de la historia de Noé, quien fue el único que quedó de su familia después de un gran diluvio. Noé tuvo tres hijos, Sem, Cam y Jafet. Leemos en Génesis 10:5: “De éstos se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones”. De las familias surgen lenguas, pueblos y naciones. De estos tres hijos de Noé, dice la Biblia, se pobló la tierra. En Génesis 10: 6, 7 y 8 habla de los hijos de Cam: “Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán. Y los hijos de Cus: Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Y los hijos de Raama: Seba y Dedán. Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra”. Aquí nos comienza a mostrar cómo se fueron diseminando por la tierra y qué lugares fueron habitando. Esto, gracias a que los hombres y mujeres no estaban confundidos. Cuando nacía un nene con los genitales de nene, sabían que era un nene; lo mismo con las nenas, al ver que no tenían lo mismo que los nenes se daban cuenta que era una nena. Antes se creía que un niño y una niña tenían un propósito, creían en el matrimonio y formaban familias. Hoy en día se ha llegado a debatir acerca de la unión civil, porque se señala que hay hombres viviendo con hombres, mujeres con mujeres, y tienen el mismo derecho que el matrimonio original. También se dice que tienen derecho a herencia, lo mismo que un matrimonio original. Entonces, quieren llamar matrimonio a estas uniones de personas del mismo sexo, lo que ha originado controversia porque siempre se entendió que el matrimonio es entre un hombre y una mujer. Así es que fue promulgada en nuestro país, Uruguay, una ley de unión civil; pero, no conforme con esto seguían empecinados con que se llamara matrimonio. Entonces surge una ley que nos confunde a todos y que dice que un matrimonio puede estar formado por dos hombres, por dos mujeres, o por varios hombres y varias mujeres. El mundo está tan confundido, al punto de llamar verdad a la mentira, y a la mentira llamarla verdad. Está el caso de una mujer que quedó embarazada considerándose hombre y después de tener un hijo, le quiere enseñar al niño que ella no es la madre sino el padre. Le da el pecho, pero lo quiere convencer al niño que es el papá.

LA BENDICIÓN VIENE A TRAVÉS DE LA FAMILIA

La bendición viene a través de la familia, porque Dios bendice familias y junto con ellas bendice descendencias. Y con la descendencia bendice pueblos y naciones. Leemos en Génesis 12: 2 y 3 que Dios encuentra un hombre que le ama y le cree, y se hace amigo de él. Ese hombre es Abraham. “Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. Dios miró y vio que en el mundo había muchos que adoraban piedras, adoraban dioses de palo, fabricados por manos de hombres. Eran hombres y mujeres rebeldes y violentos; mas encontró uno llamado Abraham de quien se hizo amigo, porque Abraham lo amaba y le creía al Señor. Entonces fue llamado Abraham, amigo de Dios y él caminó con Dios. A este Abraham, Dios le dijo: “Te bendeciré y serás bendición”. Cuando Dios bendice a una persona, automáticamente la transforma en una bendición. ¿Qué significa eso? Que no solamente la persona es bendecida, sino que esa persona bendecida impregna lo que le rodea con la bendición que tiene encima. Toda persona bendecida es una bendición en la tierra. Con mucha certeza puedo decir que yo soy una gran bendición en Uruguay. Y no me la creo como muchos pensarán. ¡Dios me ha bendecido y a través de mí ha bendecido a miles! Todos los días recibo mensajes de personas agradecidas, que fueron transformadas por el evangelio que predico y yo pienso qué lindo es ser de bendición. Otros me dicen otras cosas, pero el sentido de mi vida no se rige por los que hablan mal de mí sino por los que han sido bendecidos a través de mí. ¡Cuántos matrimonios han sido restaurados! Recibieron la palabra, conocieron el amor de Dios, creyeron y hoy están bendecidos. Cuántos niños confiados porque sus padres tienen un matrimonio estable y ellos bendicen a sus hijos. Yo no soy Abraham, pero soy una bendición y Dios quiere que tú también seas una bendición. Para ser de bendición tienes que ser bendecido; para hablarle de paz a otros, primero tú tienes que tener paz. Para impartir el gozo a los demás tienes que tener el gozo del Señor, aunque tengas problemas. ¡Dios hoy quiere bendecirte para que seas bendición!

Lo que me impacta es lo que Dios le dijo a Abraham: “Bendeciré a los que te bendijeres, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. Otra versión de la Biblia señala: “serán benditas en ti todas las naciones”. Cuando Dios dice que serán benditas en ti todas las familias de la tierra, esto significa que serán benditas en ti todas las naciones del mundo. Porque las naciones fueron formadas a partir de familias bendecidas.

Cuando los hebreos entraron a la tierra prometida, estaban divididos en tribus y cada tribu era el linaje o la familia de cada hijo de Jacob. El reino del norte de Israel, es un reino formado por las diez tribus del norte, o sea, diez tribus de diez hijos de Jacob. Al referirnos a Judá o a los judíos, se trata de los descendientes de Judá hijo de Jacob. No sé cuánta conciencia tienes de cuánto Dios puede llegar a bendecir barrios, pueblos y naciones a partir de ti.

Dice la Biblia que Dios hace habitar en familia a los huérfanos. Esto incluye a aquellos que tienen papá y mamá, pero caminan como huérfanos en la vida; y Dios ha creado una familia para aquellos que andan por ahí como si no tuviesen familia. Muchos piensan que da lo mismo tener papá o no, tener dos padres o dos madres; pero el ser humano está hecho de tal manera que en su interior grita y anhela tener paternidad y maternidad en la tierra. Y Dios ha creado una familia en la cual Él es el Padre. Es extraordinario lo que un hombre y una mujer experimentan cuando se refiere a Dios como su Padre y cuando descubre una relación filial con Él. ¡Se minimizan muchos problemas!

Conté varias veces que cuando era pequeño unos amiguitos me arrojaron a la basura, y cuando pude salir, me fui a mi casa llorando y les conté a mi padre. Me sentía denigrado, destrozado, desamparado. Entonces mi papá me llevó a caminar y me dijo agarrate de mi dedo. Yo era chiquito y el dedo índice de mi padre era grande; y mi papá se dirigió directo a donde estaban mis amiguitos que me habían arrojado a la basura. Él iba serio y yo iba confiado, sosteniendo el dedo de mi padre. ¡Eso me consoló! Mi papá no dijo una palabra, pero los miró serio a todos y yo miré a mi papá, los miré a ellos y les saqué la lengua. “¡Vengan ahora y péguenme! ¡Arrójenme a la basura ahora!” Imagina ahora el tamaño del dedo índice de Dios. Quien camina con Dios lo hace en paz, camina con certeza. Uno puede ver ahora a los demonios, en ese caso eran mis amigos, pero ya no tiene miedo porque camina de la mano de Dios.

Yo le pregunté a Dios, qué tenía que ver conmigo el hecho de que Él le haya prometido a Abraham que lo bendeciría y bendeciría en él a todas las familias de la tierra, porque eso ocurrió hace cuatro mil años atrás y ahora yo quería saber cómo era que en Abraham iban a ser benditas todas las familias de la tierra. Entonces el Señor me dijo que Él busca gente que tenga la misma fe que Abraham tenía en Él. La esposa de Abraham era estéril, sin embargo, Dios le prometió un hijo, entonces Abraham creyó y le fue contado por justicia. ¡Dios busca gente que tenga la misma fe de Abraham! Tenemos que descubrir nuestro linaje desde Abraham hasta nosotros porque la herencia viene por linaje y por sangre.

Hay un principio en la Biblia que encontramos en Éxodo 1:21. Toda persona que ama a Dios y camina con Él, no sólo gana bendición, sino que gana bendición para su familia. No te preocupes si tu familia ahora no participa de tu bendición porque sobreabundará a partir de ti y tu familia será bendecida. Sucederá como el carcelero de Filipo cuando el apóstol Pablo le dijo: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (Hechos 16: 31). Leemos entonces en Éxodo 1:21: “Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias”. El pueblo hebreo era cautivo en Egipto, pero se multiplicaban cada vez más y al faraón le dio miedo porque se estaban haciendo un pueblo fuerte y debían pararlo. Entonces faraón decidió que se les quitara la vida a los varones recién nacidos. Como sucede hoy en día; el faraón está asustado y por eso se promulgan leyes de aborto. Las parteras eran hebreas, entonces el rey de Egipto les dijo: “Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva” (Éxodo 1:16). Pero como las parteras tenían temor de Jehová les preservaron la vida a los niños. “Y el rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, que habéis preservado la vida a los niños? Y las parteras respondieron a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias; pues son robustas, y dan a luz antes que la partera venga a ellas” (Éxodo 1:18 y 19). Ellas tenían temor de Dios y no temieron desobedecer al mandato del faraón.

Nosotros somos juzgados y amenazados por defender la vida y la familia. ¡Es increíble que un tema como éste pudiera causar tanto escándalo en la sociedad! Para muchos somos una amenaza en esto de defender la vida y la familia. Esto está pasando en el mundo y la prensa se ha hecho eco de los acontecimientos. Tal amenaza somos que la ministra de Educación y Cultura de Uruguay nos tildó de plaga a los cristianos. ¡Ojalá se multiplique la plaga! Hemos sido amenazados por defender la vida y la familia y hoy te estoy hablando precisamente de la vida y la familia. Estoy hablando de dar vida a hijos, no de matarlos para que vivamos mejor; todo lo contrario, debemos tener hijos para vivir mejor porque así se ha poblado el mundo, por dar vida y no por matarlos.

“Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias”. Todo aquel que tiene temor de Dios, el Señor lo bendice y bendice a su familia. Si tienes temor de Dios, comienza a declarar que tus hijos son benditos, si no tienes temor de Dios, mejor no digas nada. Si caminas con Dios tienes derecho a ser bendecido y no tienes que vivir angustiado o angustiada esperando que el Señor bendiga a tu familia porque Dios bendecirá tu familia como bendijo a las parteras en Egipto. Cuatro mil años hay entre Abraham y yo, sin embargo puedo experimentar que la bendición de Abraham está sobre mí. Le pregunté a Dios cómo era eso, y en su palabra, así como le expresó a Abraham, esta declaración también es para nosotros: “Serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. O sea, los que sean de tu linaje, tu descendencia, tu familia. El Nuevo Testamento asegura que nosotros somos el Israel de Dios. La Biblia señala que ya no hay más barreras entre judíos y gentiles porque Cristo derribó esa barrera. Un descendiente de Abraham murió en la cruz del calvario y resucitó trayendo para nosotros perdón de pecados, salvación, liberación y vida eterna. ¡Un descendiente de Abraham vive en mi corazón! ¡Un descendiente de Abraham derramó su sangre por mí y por ti! Ese descendiente de Abraham de quien Dios dijo: “Este es mi Hijo amado de quien tengo complacencia”, es el Dios que vive en mí. La bendición que Dios prometió en Abraham vino a nosotros a través de Jesucristo, el que resucitó y hoy vive, y está en medio de nosotros.

CONCLUSIÓN

El Señor hoy te envía esta palabra para que tu fe sea fortalecida. Él te da esta palabra para que tengas esperanza. Cuando un padre tiene esperanza, los hijos tienen esperanza. Cuando los padres tienen paz, los hijos también tienen paz. Cuando los padres están confiados, los hijos viven confiados. La bendición de Dios incluye sanidad, perdón de pecados, libertad y vida eterna. Estas bendiciones, Dios te las da a ti y a tu descendencia. Un día Dios me bendijo, y un día llegué a Uruguay con mi esposa y mis dos hijas y nos transformamos en una bendición para Uruguay. Mucha gente habla bien de nosotros porque han recibido la bendición, aunque otros dicen otras cosas porque no han querido creer en quien predica ni en el mensaje que predica. Hay una relación que hace que la bendición venga a tu vida, eso es de acuerdo a cuánto amas, cuánto bendices y cuánto crees en tu pastor. Porque tu pastor ha sido enviado por Dios para ser su vocero a tu favor. En una misma reunión y en un mismo mensaje, y habiendo un mismo Espíritu, hay gente que sale llena de gozo y hay otros que se van igual a como llegaron a la iglesia. En otras palabras, tu relación con tu pastor es importante. Perdóname que te lo diga, pero si no lo hago, te privo de bendición. Tú puedes tomar la bendición que Dios ha prometido a través de esta palabra porque has creído la voz de aquel a quien Dios envió a darte la palabra. Dios me mandó a amar y yo te amo y por eso es que predico el evangelio. ¡No estoy haciendo del evangelio un negocio! ¡Gózate porque esta promesa es para ti!

¿Necesitas entrar en una relación con Jesucristo? ¿Necesitas ser perdonado de tus pecados? ¿Entiendes que para poder entrar en la familia de Cristo tienes que hacer un pacto con el Señor? ¡Pero debes hacer un pacto serio! Esto significa que le darás tu corazón a Jesús y le pedirás que te perdone y que te limpie; también que te incluya en su gran familia. Esa es la familia de Abraham.

¿Necesitas tener la certeza de que realmente perteneces a la familia de Cristo? Entonces cree a esta palabra que el Señor te da hoy. Todo lo que hacemos por nuestra propia cuenta sabiendo que no agrada a Dios, es pecado. A Dios no le agrada lo que haces por tu cuenta, sino que le gustan esas buenas cosas que hacemos que son por iniciativa del Espíritu Santo. El Señor quiere perdonarte, limpiarte y bendecirte y te da la oportunidad para acercarte a Él si es que estás arrepentido o arrepentida. Si puedes creer, ya eres perdonado y el Señor te limpia. La Biblia dice que Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Yo declaro que eres limpio y que eres limpia, en el nombre de Jesús. Declaro que sobre ti hay vida eterna y que eres libre de todo poder del mal, en el nombre de Jesús, amén.

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