DIOS TOMA A SU CARGO TU CAUSA - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

DIOS TOMA A SU CARGO TU CAUSA

INTRODUCCIÓN

Quien conoce a Dios no puede dejar de adorarlo. Te advierto que si tú no lo puedes adorar, si te cuesta hacerlo, entonces no lo conoces. Cuando algo nos causa admiración, lo alabamos, porque es nato en nosotros el hacerlo. Cuando los hombres ven a una linda mujer dicen: “¡Qué diosa!” Es que al hombre le resulta natural alabar cuando admira algo o a alguien. Por tanto, quien no puede alabar a Dios es porque no lo ha conocido; ya que quien lo conoce no puede parar de adorarlo y de decirle: “¡Gloria sea a tu nombre! ¡Alabado eres Dios!” Quien ha experimentado la misericordia de Dios no puede dejar de alabarlo y de darle gracias.

Leemos en el salmo 140:12: “Yo sé que Jehová tomará a su cargo la causa del afligido, y el derecho de los necesitados”. He leído un documento que han redactado unas organizaciones que están molestas porque el Estado no se ha pronunciado como corresponde acerca del caso de una niña de doce años que ha sido abusada sexualmente por su padrastro desde los ocho años de edad hasta los doce, y que ahora tiene unas veinticuatro semanas de embarazo. Estas organizaciones dicen que el Estado no ha cumplido con los protocolos correspondientes para hacerla abortar; pero a esta gente no le interesa la situación familiar, afectiva, emocional  o económica de la niña, y pareciera ser que lo único que les interesa es que la niña aborte. Es más, exigen que la hagan abortar.

La ley prevé que es decisión de la mujer abortar y no del Estado. Los servicios de salud pública no están obligados a hacer abortar a la niña. Antes de enojarse y decir que la salud pública no ha cumplido con ciertos protocolos hay que averiguar qué piensa la niña y su mamá. Lo que ellas necesitan es acompañamiento y atención. Tengo entendido que la madre tiene unos veintiocho años de edad y sabía lo que estaba sucediendo, pero no hizo nada al respecto. Pero también llevó a su hija a hacerse los estudios pertinentes, aunque nadie le planteó el tema del aborto. Ahora, con veinticuatro semanas de embarazo, la ley no admite el aborto; ni siquiera la niña puede decidir abortar en este momento.

Es una lucha extraordinaria el hecho de querer matar a los niños en el mundo. El presidente Donald Trump ha destinado algo a así como cincuenta y cinco millones de dólares para las embajadas de Estados Unidos en las naciones, para que éstas trabajen en temas de las libertades religiosas y de defensa de la vida. Hay fuerzas oscuras de maldad que se mueven en las naciones. Se implementan protocolos que pasan por encima de las leyes y de las cartas magnas de los países. Hoy en día, cuando la salud pública toma una decisión ya no se puede meter el poder ejecutivo, el legislativo, ni el judicial. Si puedes transformar un asunto en tema de salud pública como se hizo con el aborto, la ONU te da todo el poder para llevar adelante ese asunto. Un embarazo no es enfermedad, y el aborto no es un remedio. Sin embargo, como lograron que éste sea un tema de salud, deciden los médicos y es el nuevo poder emergente sobre las naciones, como lo es por ejemplo, el debate de que si tenemos que vacunarnos y vacunar a nuestros niños, y quien no esté de acuerdo se pone en contra de la salud pública.

Aquella persona que no entiende acerca de un tema se siente muy desprotegida. Le pregunta al médico, y éste le dice una cosa, le pregunta a otro médico y le dice todo lo contrario; le pregunta a un legislador y le dice algo diferente, va al pastor y el pastor le dice otra cosa. ¡La gente se siente desprotegida! Pero Dios me dio una palabra para compartirte en el Salmo 140:12 y dice: “Yo sé que Jehová tomará a su cargo la causa del afligido, y  el derecho de los necesitados”.

¿QUÉ ES LA AFLICCIÓN?

¿Qué es la aflicción? La aflicción sugiere tristeza e impotencia. Una persona puede sentirse afligida por alguna crisis familiar, por falta de trabajo y escasez económica. La aflicción es el resultado de una especie de derrota o imposibilidad de tomar decisiones libremente, sabiendo que puedo salir adelante. Una madre estaba afligida por su hija por causa de lo que le estaban enseñando en la escuela; y la niña le dijo a la maestra que su mamá no quería que le enseñara más lo que le estaba enseñando. La docente enojada le dijo: “¿Quién se cree que es tu madre?” Hoy en día se atropella la autoridad de los padres sobre los hijos.

¿Quién tiene suficiente poder para actuar con rectitud? ¿Quién tiene conocimiento suficiente de la verdad? Porque sin verdad no se puede ejercer justicia. La causa de que una persona esté afligida, dije, que puede ser por problemas familiares, laborales, económicos; puede ser por enfermedad, etc. En este tiempo de emergencia sanitaria he sabido de personas que tienen trastornos serios de enfermedad, y los médicos sólo les dan calmantes aun aumentando las dosis. Pero hay gente que está afligida y encima, ahora los médicos atienden en forma virtual o por teléfono, a distancia. Aconsejan a las personas a no asistir a consulta para evitar contagios y el doctor se encarga de llamar a la persona. ¿No te ha pasado que un médico que te atiende lindo te hace sentir aliviado o aliviada solamente por haberte escuchado? Yo que tengo diabetes tengo que controlarme con frecuencia, pero los doctores no atienden personalmente a menos que sea un caso grave; entonces ellos llaman a los pacientes. Y es lo que hace mi doctor; me llama y me pregunta cómo me siento, si tengo alguna molestia. Yo le digo que estoy bien, sólo que me faltan los remedios. “¡Ah no se haga problema!”, me dice; “yo le hago la receta y usted viene a retirarla”. Fue mi señora a buscar los medicamentos y resulta que el doctor había dejado recetas para seis meses. Le pido a Dios que me sane de la diabetes y me libre de ese azote porque sé que Él tiene poder.  

A mí me preocupa mucho la situación de la niña de doce años y de su mamá ya que están enfrentando una dura crisis. Queremos ver en qué podemos ayudarlas. Supuestamente, la mamá de esa niña sigue con su pareja por necesidad económica. Seguro que esa mujer vive afligida. Estoy de acuerdo que su hija es muy niña para ser madre, pero debemos buscar una solución. En vez de exigirla a abortar quisiera saber si hay alguien que está dispuesto a darles techo a esa madre y a esa niña. Ya le hemos hecho saber a algunas autoridades que tenemos disponibilidad en los hogares Beraca y estamos dispuestos a recibirlas. Amamos a la madre aunque sabía lo que le estaba pasando a su hija y no hizo nada; y amamos a esa niña de doce años. Queremos que ellas conozcan el amor de Dios. Queremos que sepan que hay quienes se preocupan por ellas. Y no siempre los derechos humanos son los derechos de Dios.

DIOS DEFIENDE LA CAUSA DEL AFLIGIDO

El afligido tiene una causa delante de Dios. Sabe que si estás afligido o afligida hay una causa delante de Dios y el que defiende esa causa es el Señor. ¿Qué es una causa? Es un expediente legal. Si estás afligido ven a Dios; golpea las puertas del cielo. David escribió el Salmo 140 en un tiempo de mucha angustia, y oró a Dios: Líbrame, oh Jehová, del hombre malo; guárdame de hombres violentos, los cuales maquinan males en el corazón, cada día urden contiendas. Aguzaron su lengua como la serpiente; veneno de áspid hay debajo de sus labios. Guárdame, oh Jehová, de manos del impío; líbrame de hombres injuriosos, que han pensado trastornar mis pasos” (Salmos 140:1 al 4). David estaba pasando por una gran tribulación, pero este Salmo culmina diciendo: “Yo sé que Jehová tomará a su cargo la causa del afligido, y el derecho de los necesitados. Ciertamente los justos alabarán tu nombre; los rectos morarán en tu presencia” (Salmos 140:12 y 13).

Ese pasaje habla del derecho de los necesitados. Hablemos acerca del derecho; la mano derecha es la que sabe resolver mejor las cosas que la izquierda, a menos que la persona sea zurda. Pero el derecho, o la mano derecha, o el camino recto, todo se relaciona con justicia y con rectitud. Rectitud es derecho; o sea que algo que es recto es derecho. En justicia hay una palabra que define lo que es justo o que está bueno, y es el derecho. Hay una causa judicial a favor del afligido. Los afligidos creen que no tienen quien los defienda, y no entienden que hay Dios, aunque se quejan contra Él. Aun hay ateos que se quejan contra Dios. ¿Si no crees en Dios por qué te enojas contra Él?

En este tiempo de emergencia sanitaria por causa del Covid-19, se han multiplicado las causas de los afligidos, pero Dios no se olvidará de ninguna causa. ¿Habrá gente en este tiempo que busque a Dios? Hay quienes al ignorar a Dios, ignoran al abogado celestial que tienen e ignoran el poder que tiene. Ignoran la gracia y la misericordia de Dios. Ni siquiera se enteran que tienen abogado; es más, no saben que tiene una causa a su favor. Agradece a Dios en esta hora porque Él tiene la causa de tu aflicción y el derecho de los necesitados.

Digamos que presentamos una causa porque nos difamaron, por algún accidente, etc. Pero las causas más importantes delante de Dios son las causas de los necesitados. Y toda persona afligida es una persona necesitada; es alguien a quien le falta algo y no se siente satisfecho ni protegido. El necesitado puede ser pobre espiritual o pobre de cosas materiales; pobre porque se quedó sin familia, sin trabajo y sin dinero, o porque le faltan ideas e iniciativa para salir adelante. Pobre porque la angustia y la aflicción no le dejan pensar; pobre porque está turbado y no tiene luz. Esa es la causa que Dios toma en sus manos. ¡Tienes un abogado en el cielo!

Según vemos en el Salmos 140, David clama a Dios: “Escucha, oh Jehová, la voz de mis ruegos. Jehová Señor, potente salvador mío, tú pusiste a cubierto mi cabeza en el día de batalla. No concedas, oh Jehová, al impío sus deseos; no saques adelante su pensamiento, para que no se ensoberbezca. En cuanto a los que por todas partes me rodean, la maldad de sus propios labios cubrirá su cabeza. Caerán sobre ellos brasas; serán echados en el fuego, en abismos profundos de donde no salgan. El hombre deslenguado no será firme en la tierra; el mal cazará al hombre injusto para derribarle” (Salmos 140: 6 al 11-13).

LOS JUSTOS ALABARÁN A DIOS

Y termina declarando: “Ciertamente los justos alabarán tu nombre; los rectos morarán en tu presencia” (Salmos 140: 6 al 11-13).

Los justos alabaran tu nombre y los rectos morarán en tu presencia. ¿Quién es justo? Justo es aquel que se conduce con rectitud y obra conforme a derecho. Y al decir esto, entiendo que no es para ti esta promesa porque no eres una persona recta, porque has hecho muchas cosas mal; has mentido. ¿Quién se puede presentar delante de Dios y decirle yo soy justo? Es que los justos alaban a Dios precisamente no porque son justos sino porque han sido declarados justos. Es la justicia de Cristo asignada a tu causa. Hay dos clases de justicia: la justicia de la ley, y la justicia de la gracia que viene por fe. Hay una justicia que no toma en cuenta tus injusticias, o las cosas malas que has hecho; sino que esa justicia te es imputada por haber creído en Jesús. La fe en Jesús te hace acreedor a esa justicia; la justicia que es por la gracia.

¡Esta es la buena noticia de Dios! Y es que hubo alguien bueno en esta tierra que se presentó delante de Dios y dijo: “Padre, te pido que los que creen en mi puedan estar donde yo estoy”. Jesús es el hombre justo que se presentó delante del Padre; aquel de quien Dios dijo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”. El Padre se alegró de este Hijo justo que hizo siempre la voluntad del Padre. Dice la Biblia que Jesús se presentó en el lugar santísimo no con sangre de animales sino con su propia sangre para interceder delante del Padre por nosotros. Señala la Biblia que Jesús es el segundo Adán. El primer Adán pecó. Y toda la descendencia del segundo Adán entra a un estado de justicia por haber creído y por haber tenido fe en ese segundo Adán. Hay dos descendencias; la descendencia del primer Adán, y la descendencia del segundo Adán, a la cual deseo que pertenezcas.

Aquella persona que ha entendido que le falta rectitud y verdad, que ha entendido que la inteligencia no le alcanza; aquella persona que ha entendido que ha mentido y engañado, y que no ha hecho las cosas bien; y aunque ha querido hacer el bien ha descubierto que es esclava del mal, que ha hecho lo que no quería hacer, y se ha propuesto no volver a hacerlo pero lo hizo. Esa persona es pobre. Pero si vienes a Jesús y te humillas delante de Él, la justicia de la fe opera en ti. Y si has venido a Jesús sinceramente y arrepentido, el poder de Dios opera en tu corazón y te libra de la maldad y de la condenación, y te da vida y vida eterna. Y ese pobre que se humilló y clamó a Dios se levanta de sus rodillas y alaba a Dios.

“Ciertamente los justos alabarán su nombre; los rectos morarán en tu presencia”. Cómo no alabar el nombre del Señor, quien nos ha librado de nuestras maldades, que cubrió nuestros pecados con la sangre de Cristo y ya no ve nuestros pecados sino que ve la sangre pura de su Hijo. Por eso le amamos, le honramos, le alabamos y le agradecemos. Y aquel que no puede adorar a Dios es porque no le conoce; porque no conoce la negrura de su corazón ni la blancura de la limpieza que se produce cuando Cristo opera en su corazón. Este es el mensaje de salvación para el mundo. Pronto viene Cristo; y ya los hombres no opinarán más porque Él va a tomar el mando en la tierra. No se crean los hombres injustos y malvados que van a gobernar por siempre; esos que se levantan contra Dios como sus enemigos, ¡ellos no van a gobernar! Gobernarán por una hora, pero Dios va a establecer su reino eterno en la tierra.

CONCLUSIÓN

El Señor va a quitar tu aflicción. Dios oye el clamor de los justos. Declaro que soy justo y soy bendito; declaro que tengo derecho delante de Dios para clamar por el favor para los afligidos. Dios toma tu causa en sus manos. Espero que creas, porque la llave para entrar a esa causa es la fe en Jesucristo.

Padre, oro por aquellos que reciben esta palabra en cualquier parte del mundo. Gracias Señor, porque tú no tienes límites y llegas a ese lugar donde hay una persona afligida y pobre. Toma la causa del pobre, de aquel que ahora reconoce cuánto te necesita y ha entendido que tú tienes lo que le hace falta. Establece tu reino, Señor. Bendice a tu pueblo, en el nombre precioso de Jesús. Pido que liberes a las personas de angustias, de impotencia, de dolores y enfermedades; haz milagros en esta hora. Hay personas afligidas por falta de dinero, por desempleo, por conflictos familiares. Toma esta carga Señor y anótala en tu causa. Los que creen en ti y en tu palabra sean benditos de ti en esta hora. Tu paz venga sobre ellos. ¡Descienda el Espíritu Santo como fuego sobre sus vidas! Limpia sus mentes Dios mío. Líbrales de toda enfermedad y de toda crisis, te lo pido en el nombre de Jesús. ¡Sana toda enfermedad! Padre, haz órganos nuevos; haz desaparecer los quistes, los tumores y el cáncer, en el nombre de Jesús. Haz desaparecer los fibromas, los dolores de los huesos y de las articulaciones, te lo pido en el nombre glorioso de Jesús. ¡Sana los dolores musculares! Endereza la columna, Padre; sana las hernias de disco, te lo pido en el nombre de Jesús. Libera de enfermedades cardiovasculares. ¡Sopla tu Espíritu Santo, Padre! Sana toda enfermedad respiratoria; sana toda gripe común y todo Covid-19, en el nombre poderoso de Jesús. ¡Establece tu reino! Venga tu reino, ese reino donde no hay enfermedad ni maldición, Padre, y donde hay paz y perdón. ¡Glorifica tu nombre, Señor! Desato bendición y paz sobre los que creen en esta palabra en el nombre precioso y poderoso de Jesús, amén.

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