NUNCA ME OLVIDARÉ DE TI - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

NUNCA ME OLVIDARÉ DE TI

INTRODUCCIÓN

 

Viene a mi memoria el caso de un hombre, el cual me contó, que al poco tiempo de haberse casado, comenzaron los conflictos en su matrimonio, sin embargo, siguieron juntos y tuvieron hijos, aunque la cosa iba empeorando y llegaron a la conclusión de que ya no podían estar juntos. Lo más triste es que su esposa, con la excusa de que iba a trabajar, se ausentaba todos los fines de semana, pero en realidad se estaba yendo con otro hombre. Vivía con su esposo, pero lo engañaba y también les mentía a sus hijos. Llegó el momento en que este hombre ya no quería saber más nada y quería separarse de su esposa.

Yo le hice una pregunta clave: “¿Amas a tu esposa?” Asombrado por la pregunta me respondió: “Cuando me casé la amaba, pero ahora no. No la puedo amar”. Le insistí: “¿Amas a tu esposa?”, a lo que me responde: “No, yo la amaba, pero el amor se fue”. En eso lo interrumpí y le dije que la Biblia nos enseña que el amor nunca deja de ser (1°Corintios 13:8). Te hablo de una enseñanza que proviene de la palabra de Dios. ¡El amor nunca deja de ser! Entonces le dije: “O la amaste y la amas; o nunca la amaste”. Me miró con incredulidad y me dijo: “¿Quiere que ame a esta mujer con todo lo que está haciendo?”

El punto es que el amor es un poder eterno; no es algo que hoy siento, pero mañana no, que hoy vive y mañana está muerto. ¡Eso no es amor! ¡El amor nunca deja de ser! O sea que el amor es eterno. Dios es amor y es eterno, y el amor de Dios es eterno. El amor de una persona, cuando es amor, no está condicionado al amor de otra persona. El amor no depende de la conducta del otro, porque es algo que yo tengo adentro, y las muchas aguas, dice la Biblia, no podrán apagar el amor (Cantares 8:7). Es algo que yo tengo y no depende de lo que otro diga o haga. ¡Esa es una verdad muy importante!

También señala la Biblia que el amor no hace nada indebido (1°Corintios 13:5). ¡No hagas nada si no tienes amor! Si no tienes amor haces cosas indebidas. Pero el amor lo hace todo bien. Abre la boca el amor y es para decir bien, hizo algo y resultó bien porque el amor no se equivoca.

Te hago esta introducción porque te quiero hablar del amor eterno de Dios hacia nosotros. No hay nada que tú puedas hacer que haga que Dios te ame menos, porque su amor es eterno. ¡Su amor es más grande que el ancho mar! Grábate esto porque así podrás discernir qué clase de sentimientos manejan tu vida.

 

EL AMOR DE DIOS y EL AMOR DE UNA MADRE

 

Cuando un niño se porta mal, aun así, su madre no deja de amarlo. No depende de la conducta del niño que su madre lo ame más o lo ame menos, porque el amor está en la madre. Y aunque ese hijo es un criminal, su madre lo va a visitar a la cárcel porque el amor nunca deja de ser.

Yo soy una persona muy bendecida porque mi esposa nunca me dejó de amar; ella no tiene un sentimiento lindo acerca de mí, sino que tiene el amor de Dios por mí. Y eso que he hecho cosas como para que no me amara. Pero el amor nunca deja de ser. ¿Por qué te digo todo esto? Porque a veces te asalta la idea de que Dios no se acuerda de ti, y te preguntas dónde está que no te ayuda o por qué permite que pases por determinadas circunstancias. El amor de Dios no depende de las circunstancias, ni de amuletos o muletas. El amor de Dios por ti es eterno. Y aunque tú hayas hecho lo peor, aun así, Dios te seguirá amando. Y saber que Dios me ama a pesar de mí mismo me da certeza, seguridad, y me siento protegido.

Cuando sé que sé que Dios me ama, tengo más esperanza y más fe; tengo confianza de que Él no me va a dar una patada y me va a arrojar a la basura. Dios me ha prometido que siempre me va a amar, eternamente. Más allá de la muerte Dios me ama. Acuérdate lo que dice la Biblia en Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. No piensa bien ni siente bien aquella persona que dice: “Después de todo lo que he hecho Dios no me va a amar más”. Siempre Dios va a estar dispuesto a perdonarte y a amarte; siempre estará dispuesto a ayudarte.

Me habló recientemente un chico, uruguayo, que se fue conmigo a construir el hogar de niños a Haití. Este joven, un buen día decidió irse del hogar y se fue; y volvió a la droga, al alcohol y encima robó. Ahí está en Haití dando mal testimonio ya que muchos saben que es uno de los que han ido conmigo a construir el hogar de niños; se casó y tuvo hijos y la esposa ya no lo aguanta más. Alquilaron una casa, pero no paga el alquiler. Entonces me escribe y me pide que por favor lo deje entrar nuevamente en el hogar. Me dijo que no puede estar sin Dios y quiere volver a ocupar el lugar donde el Señor lo puso. “¡Ayúdeme!” me escribe. Y yo tengo que actuar con amor, aunque no puedo ser tonto. Le dije que no podía dejarlo entrar al hogar de niños porque no era un lugar para recuperar drogadictos, alcohólicos y ladrones, sino que era un lugar para cuidar niños y él se fue, siendo un mal ejemplo para ellos. Los niños le decían “papá”…  Le prometí que iba a orar para ver si Dios nos permitía abrir un hogar Beraca en Haití para que los jóvenes en su situación se pudieran recuperar. “Créeme que te amo, Dios te ama y queremos ayudarte”, le aseguré. Quien tiene amor siempre está dispuesto a ayudar. El que ama, piensa en el otro.

 

ISRAEL SE DIVIDE EN DOS REINOS

 

Quiero compartirte una historia que se remonta por allá, unos mil años antes de Cristo: Salomón se hace cargo del reino de Israel, el que recibió como heredad de su padre David. Salomón se mandó unas cuantas y siendo el rey más sabio terminó siendo el más necio. Y cuando muere, hay un dilema grande entre las tribus de Israel y se parte en dos el reino, dividiéndose en el reino del norte con Samaria como capital y el reino del sur cuya capital es Jerusalén. En Jerusalén continúa el reino de Judá donde gobiernan los descendientes de David, y en el norte gobiernan otros reyes que son de las otras tribus. Al reino del norte, históricamente se le llama en la Biblia, las tribus perdidas de la tierra de Israel.

Aconteció por los años 740 o 750 antes de Cristo que llegaron los asirios y asediaron el reino del norte, destruyendo Samaria que era la capital, dispersando al pueblo y llevándoselos cautivos. Esas diez tribus del norte de Israel quedaron absolutamente desperdigadas y se mezclaron casándose con gente de otras naciones, contaminándose, adorando a otros dioses. Por esa causa los judíos detestaban a los samaritanos. 700 años después, en la época de Jesús, esa tirantez continuó: Los judíos abominaban a los samaritanos que pertenecían al reino de Samaria. Los judíos consideraban que los samaritanos estaban contaminados, de modo que cuando tenían que ir hacia el norte, no pasaban por el territorio de Samaria. Sólo Jesús se atrevió a pasar por allí para hablar con la mujer samaritana de la que cuenta la Biblia, porque Jesús tenía amor. Por eso enseñó la parábola del buen samaritano.

Mientras los judíos pensaban que ellos eran abominables, Jesús les relató que cierto hombre fue atacado por ladrones que le robaron y lo hirieron, y que hubo un sacerdote que pasó de largo y no ayudó al que estaba caído en el camino, y así también hizo un levita; pero un samaritano que pasó por ahí lo asistió, lo cuidó, lo llevó a un mesón, y pagó para que lo cuidaran.

Israel había hecho lo malo delante de los ojos de Dios y cayó sobre ellos la maldición que Él había profetizado, por cuanto no amaban a Dios y desobedecían sus leyes. Así que, por un tiempo quedó solamente el reino de Judá al sur. Isaías profetizó que Jerusalén, el reino del sur, el reino de Judá, sería destruido; pero también profetizó acerca del gran amor de Dios por su pueblo. Y ese gran amor de Dios por su pueblo, el reino del norte y del sur, es el mismo que tiene por ti. En la medida que Dios profetiza a través de Isaías que iba a destruir a Jerusalén y también el reino de Judá por causa de su pecado, les está diciendo que les ama.

 

ISRAEL SERÁ EDIFICADA

 

Encontramos un pasaje en Isaías 49 bajo el título: “Dios promete restaurar a Sion”, en el que, el profeta, habla acerca de una destrucción; pero luego leemos desde el versículo 13 siguiente: “Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia. Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí”.

Y el Señor responde: “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti”. Tus progenitores se olvidarán de ti, tu cónyuge se olvidará de ti, la sociedad se olvidará de ti; pero Dios te dice hoy: “…yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros. Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y tus asoladores saldrán de ti. Alza tus ojos alrededor, y mira: todos éstos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia. Porque tu tierra devastada, arruinada y desierta, ahora será estrecha por la multitud de los moradores, y tus destruidores serán apartados lejos. Aun los hijos de tu orfandad dirán a tus oídos: Estrecho es para mí este lugar; apártate, para que yo more. Y dirás en tu corazón: ¿Quién me engendró éstos? Porque yo había sido privada de hijos y estaba sola, peregrina y desterrada; ¿quién, pues, crio éstos? He aquí yo había sido dejada sola; ¿dónde estaban éstos? Así dijo Jehová el Señor: He aquí, yo tenderé mi mano a las naciones, y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros”.

 Esta profecía habla de cosas que están sucediendo en estos tiempos. Por más de dos mil años Jerusalén estuvo destruida, lo que ocurrió en el año 70 después de Cristo; tal fue la destrucción que, así como dijo Jesús, no quedó piedra sobre piedra. En el año 70 después de Cristo, el ejército del general Tito con el afán de encontrar oro en Jerusalén comenzó a desmontar las piedras de los muros que pesaban unas setecientas toneladas cada una. Y fue así que no dejaron piedra sobre piedra. En el lugar donde había un templo hoy está la explanada del templo. Pero Dios declaró: “Serás edificada”. Que quedó desolada y huérfana no cabe duda, el pueblo fue dispersado por todo el mundo. Y Dios les avisa acerca de un castigo, pero también les asegura que los ama. “Te aseguro, dice el Señor, que tus hijos vendrán de todas las naciones y volverán a vivir acá, y tus edificadores se apresurarán a edificar”. Y Jerusalén dice: “¿Quién me engendró éstos? Porque yo había sido privada de hijos y estaba sola, peregrina y desterrada; ¿quién, pues, crio éstos? He aquí yo había sido dejada sola; ¿dónde estaban éstos?”

En el año 1948 eran alrededor de seiscientos mil los judíos que vivían en la tierra de Israel, es decir, nada. Porque en Egipto había millones, también en Siria, Líbano y Jordania. Un 14 de mayo del año 1948 se declaró la independencia de Israel. Isaías profetizó que nacería una nación en un día. Así leemos en Isaías 66:8: “¿Quién oyó cosa semejante? ¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos”. Cuando nadie se lo esperaba se declaró la independencia del estado de Israel. Al día siguiente irrumpieron los ejércitos árabes, por millones, para aplastar y destruir la nueva nación, el bebé que había nacido el día anterior. ¡Pero no pudieron destruirlo! Eso se conoce como la guerra de la independencia.

Leemos en Isaías 49:21: “¿Quién me engendró éstos? Porque yo había sido privada de hijos y estaba sola, peregrina y desterrada; ¿quién, pues, crio éstos? He aquí yo había sido dejada sola; ¿dónde estaban éstos?” En el año 1948, había seiscientos mil, pero hoy hay más de nueve millones, en un territorio más chico que el departamento de Tacuarembó en Uruguay. Y dirán: “Estrecho es para mí este lugar; apártate, para que yo more” (Isaías 49:20). ¡Va a quedar chico Israel cuando Dios junte a todos los que estaban dispersos!

Cuando surgieron los problemas en el mundo contra Israel, había algunos millones de judíos en Rusia y comenzaron a volver a Israel en aviones, así como de otras tantas naciones. Fueron perseguidos en Líbano, en Irán, etc. Y entonces comenzaron a volver a Israel. Hace unos años atrás, nos recibió el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. Nosotros nos preguntábamos por qué es tan malo el continente europeo ya que vemos un rebrote de antisemitismo y anti sionismo muy fuerte que asecha contra los judíos. Nosotros veíamos un gran problema, pero el ministro israelí nos dijo: “¡Ningún problema! Es que, si no hay antisemitismo ni anti sionismo, los judíos se quedan a vivir tranquilamente en otros países. Pero con tal persecución se vienen a vivir a Israel”.

Parece que la reina de Saba, quien oyó acerca de la fama de Salomón, lo fue a visitar; y por lo visto tuvo un encuentro amoroso con él y se fue a su reino embarazada. Porque en Etiopía aparecieron unas poblaciones que honraban los diez mandamientos; grupos étnicos que guardaban las fiestas judías. Cuando comenzaron a averiguar el motivo de esto se dieron cuenta que eran judíos negros por lo que los invitaron a vivir a Israel y ellos accedieron. Así que de Etiopía han llevado miles de judíos negros a Israel. En uno de los viajes que hicimos a Tierra Santa, estábamos en un restaurante y nos atendió una moza de Etiopía, una mujer negra, judía, que salió de África con su familia y otras personas para irse a vivir a Israel. Se fueron a pie desde Etiopía hasta Israel por un llamado de Dios y tardaron alrededor de dos años en llegar. Dios está llevando a todos los judíos, descendientes de Abraham a vivir a Israel como Él lo prometió: “Tus edificadores vendrán aprisa” (Isaías 49:17).

Desde el año 1948 hasta la actualidad se han edificado miles de edificios y carreteras entre otras cosas en Israel para nueve millones de personas. Han fundado también muchas ciudades y han instaurado servicios de abastecimiento de agua potable, de saneamiento, etc. Está sucediendo algo delante de nuestros ojos que muestra que realmente Dios jamás se olvidó de su pueblo. ¡Del mismo modo, Dios jamás de olvidará de ti! A mí me hace mucho bien saber que Dios me ama y que no depende de mi conducta. ¡Dios me ama!

Te mencioné: mil años antes de Cristo, surgió el reino de Salomón; setecientos cuarenta años antes de Cristo cayó el reino del norte, pero se estaba profetizando la caída de Jerusalén. Y en el año seiscientos antes de Cristo, cuando se iba aproximando la llegada del Mesías, Ezequiel profetiza en medio de un valle de huesos secos. Una nación que no existe, no tiene estado ni himno nacional, sin fuerza policial ni ejército, y sin lengua. La tierra estaba desolada y vacía. Era una nación muerta…

Leemos en Ezequiel 37: “La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová. Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo. Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío”.

Nosotros, en la actualidad, somos testigos de lo que Dios está haciendo con Israel. Y Dios ha tocado muchos corazones para que la nación de Israel sea bendecida, ya que miles de cristianos envían ofrendas para bendecir Israel. La iglesia Misión Vida también es parte de este mover, ya llevamos mucho tiempo ofrendando a una fundación llamada Keren Hayesod que se dedica a llevar judíos de todas partes del mundo a Israel.

 

ISRAEL VOLVERÁ A UNIRSE EN UNA SOLA NACION

 

Se están cumpliendo muchas profecías que Dios ha dado acerca de esta tierra. Yo dije que después que murió Salomón se dividió el reino en dos: el reino del norte y el del sur. Y a continuación leemos la profecía de Ezequiel que señala que se unirán y serán una sola nación: “Hijo de hombre, toma ahora un palo, y escribe en él: Para Judá, y para los hijos de Israel sus compañeros. Toma después otro palo, y escribe en él: Para José, palo de Efraín, y para toda la casa de Israel sus compañeros. Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano. Y cuando te pregunten los hijos de tu pueblo, diciendo: ¿No nos enseñarás qué te propones con eso?, diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo el palo de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré con el palo de Judá, y los haré un solo palo, y serán uno en mi mano. Y los palos sobre que escribas estarán en tu mano delante de sus ojos, y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra; y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos”.

Esto aún no se ha cumplido, pero será pronto. ¡No hay dos reinos! ¡Hay una sola nación y es el estado de Israel!

¿Puedes tu confiar en la palabra de Dios sobre tu vida? Te he hablado de cosas que han acontecido mil años, setecientos y seiscientos años antes de Cristo y se están cumpliendo hoy delante de nuestros ojos. Lo que nos muestra que el amor de Dios es eterno sobre su pueblo y que Él los guarda, así como lo ha prometido. Lo que ha acontecido con Israel es un milagro porque han ganado guerras de forma milagrosa. Siendo Israel una nación pequeña con un ejército pequeño, han ganado guerras importantes y aún tienen oposición de muchas naciones.

Un ejemplo de cómo Dios guardó hace unas décadas atrás a Israel fue que, en el año 1975, Irak firmó un convenio secreto con el primer ministro de Francia, que no fue tratado ni siquiera en el parlamento francés. Nada se sabía públicamente de ese documento, en el que constataba que Francia se comprometía a ayudar a Irak a construir una base termonuclear, una planta para fabricar bombas de energía atómica. Quien gobernaba en Irak en ese tiempo fue Saddam Hussein y decía de sí mismo que era descendiente de Nabucodonosor, y amenazaba con aplastar Jerusalén. Francia ayudó con tecnología y ayudó enviando a Irak, uranio enriquecido, durante cinco años. La construcción de esa base nuclear fue acelerada. En determinado momento Italia se unió a Francia y comenzó a enviar técnicos ingenieros con el objetivo de que Irak contase con bomba atómica. Israel, enterado de esto, comenzó a protestar.

Hay una fecha en el calendario judío, que es el 17 de Tamuz, en la que se recuerda la destrucción de Jerusalén en la época de Nabucodonosor y de Tito, y para Irak esa fecha se conmemora como una victoria contra el pueblo de Israel; por tal motivo a los reactores nucleares le pusieron por nombre: 17 de Tamuz.

Hussein comenzó a declarar que iba a aplastar a Israel, y los israelíes ingeniaron un plan de contra ataque; decidieron que con seis aviones iban a destruir esa planta. Un plan muy arriesgado y difícil. Los aviones debían volar bajo para no ser detectados por los radares. En la nación de Israel se decretó tiempo de ayuno y de oración, y se comenzaron a hacer ceremonias religiosas. El mundo no entendía qué estaba aconteciendo en Israel y lo cierto es que se aproximaba la fecha de una celebración en la que se recordaba los diez mandamientos, la fiesta de Shavuot. El día que comenzaba esta celebración, los aviones israelitas fueron a Irak a destruir la planta nuclear. De una manera magnífica la destruyeron sin dejar nada. Los iraquíes se dieron cuenta de lo que había pasado cuando los aviones estaban de regreso…

 

CONCLUSIÓN

 

¿Qué te quiero decir con esto? Que están aconteciendo cosas extraordinarias en Israel. Las naciones no saben qué hacer para exterminar a Israel. ¡Es que nunca podrán hacerlo porque Dios guarda a Israel! A pesar de todo lo que ha acontecido, y las amenazas en la actualidad, año tras año, aumenta la cantidad de turistas que visitan Israel. ¡Dios protege a su pueblo! Y yo te pregunto: ¿No hará lo mismo contigo? ¿No es que te amó de tal manera que envió a su Hijo unigénito a morir en la cruz para salvarte a ti? ¿Todavía piensas que Dios no se acuerda de ti?

Yo quiero decirte que el amor que Dios tiene por ti no depende de tu conducta, no depende de tu pasado ni de tus circunstancias. ¡Dios ha prometido guardarte porque te ama! Ni un pajarito cae a tierra sin que Dios lo sepa. Aun tus cabellos están contados, y dice la Biblia que tú vales más que muchos pajaritos. Si crees en el amor de Dios caminarás seguro. Sabes que estás protegido y sabes que, aunque andes en valle de sombra de muerte no temerás mal alguno porque el Señor está contigo. Entra por la fe a la fortaleza del Dios que te ama y te cuida. ¡Hoy es el día!

Dios hoy te ha mostrado que su palabra es inamovible. Han pasado veinte siglos después de Cristo; y siete siglos antes de su primera venida, lo que Dios ha dicho que haría con Israel lo está haciendo. ¡Lo hará también contigo! El Señor ha dicho: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35). ¡Lo que Dios ha prometido lo va a cumplir! ¡El Señor no se desdice! ¡Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta! Entra a ese lugar donde te puedes sentir protegido porque sabes que Dios te ama y te cuida. Sal de esa maraña de dudas y de incertidumbres. Di con fe: “Voy a caminar confiado porque sé en quién he creído. Sé que aquel en quien he creído me ama y es poderoso para salvar”. ¡Dios está contigo! Aun en el valle de sombra de muerte. Dios te ama a pesar de lo que eres. A pesar de lo que has dicho o hecho, Dios te quiere ayudar. Hay quienes se dicen cristianos y avergüenzan a Dios porque viven atemorizados y no confían en Él; viven en angustia y en soledad. Quien realmente ha creído en Dios no sufre de soledad. Quien ha creído en Dios sabe que en medio de su debilidad, su fortaleza viene de Él.

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