PODER PARA SER VENCEDOR - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

PODER PARA SER VENCEDOR

INTRODUCCIÓN

Cuando Dios te atrajo al evangelio, lo hizo con un objetivo y un propósito muy claro. No pensó solo en perdonar tus pecados y darte vida eterna, sino que en su mente estaba introducirte y hacerte ciudadano de un reino. Y el reino de Dios está infiltrado en el planeta en medio del reino de las tinieblas. Vivimos en una guerra, y la pretensión de Dios es que quedes enrolado en su reino para extenderlo sobre la tierra y avanzar contra el reino de las tinieblas. Cualquier cosa en la que tú avances en el reino de Dios, hará que le quites territorio al reino de las tinieblas, donde están satanás y todos sus demonios. Cualquier cosa que tú hagas bien a favor del reino de Dios provocará al reino de las tinieblas y tendrás guerra. Te odiarán, te sucederán injusticias, porque al diablo no le cae bien la gente que ama a Dios y trabaja para el reino de Dios, haciendo la voluntad de Dios; entonces más va a batallar contra ellos. Quien hace la voluntad de Dios se pone en contra de satanás y el reino de las tinieblas.

Ahora, Dios ha provisto a los creyentes de un equipamiento para una victoria cien por ciento segura, porque Dios no quiere un poco de derrota, sino que quiere que seas vencedor. El Señor quiere que permanezcas para siempre y te mantengas en la fe siempre; y Él te va a equipar para que tengas victoria siempre. Vas a tener guerras, pero siempre el Señor te dará la victoria y te va a equipar para que así sea. Si amas a Cristo y eres ciudadano del reino de los cielos, peleas, no tus guerras, sino las guerras de Dios. Entonces, ¿por qué hay creyentes que no tienen victoria? ¿Por qué hay cristianos que no tienen fuerza? ¿Por qué se cansan tan fácilmente? ¿Por qué caen en derrota tan fácilmente? ¿Por qué los cristianos tienen temores? Algunos piensan que son poca cosa y nadie les hace caso cuando hablan. ¡Pero Dios no tiene hijos tontos! Tú no tienes que vivir en derrota cuando tienes un Dios que te quiere dar siempre la victoria. No deberías ser un cristiano débil cuando Dios te quiere mantener en poder; y quiere empoderarte con el poder de su reino. El reino de los cielos tiene las armas de la victoria, y Dios no te quiere un poquito vencedor; el Señor te quiere más que vencedor, y nos lleva de victoria en victoria y de gloria en gloria. Ya muchos sabemos que ir de victoria en victoria significa ir de guerra en guerra y mientras más grande la guerra, más grande tu victoria.

Sabe que en tu debilidad se manifiesta el poder de Dios y lo que importa no es tu estado de debilidad sino tu estado de fe, y tu fe te lleva a la victoria. El modelo por excelencia que tenemos se llama Jesús, el Hijo del Dios viviente. Jesús lo logró y nos ha provisto para que todos nosotros lo logremos por medio de Él. Quien está en Cristo por más que sea el más débil, es victorioso de todas maneras. El poder que está a nuestra disposición es el mismo que levantó de los muertos a Jesús. ¡Es un poder muy grande! Pereciera que vas mal, pero vas bien porque estás creyendo y tendrás victoria. No importa si hay oposición porque el que cree, gana.

¿Qué hacía Jesús para obtener la victoria? Recordemos que el ministerio de Jesús duró sólo tres años. Hasta los treinta años no se sabe mucho qué hizo, sólo hay algunas referencias en la Biblia; pero los grandes milagros que vemos en la Biblia los hizo desde los treinta hasta los treinta y tres años cuando fue crucificado. El batifondo que armó Jesús en tres años no ha parado hasta el día de hoy; y Él dijo que esto sería para testimonio a todas las naciones y así fue. ¡Es muy grande su poder! Lo han querido frenar a Él, a sus discípulos, y nos quieren frenar a nosotros, pero no lo van a lograr porque el evangelio es poder de Dios para salvación a todo el que cree.

A los treinta años Juan el bautista bautizó a Jesús en el río Jordán y nos dice la Biblia que luego subió del agua y los cielos le fueron abiertos; y descendió el Espíritu Santo sobre Él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”. Jesús fue ungido en ese momento por el Espíritu. Hasta los treinta años de edad Jesús vivió sin la unción y podría haber sido un desconocido, pero a los treinta años fue ungido con poder por el Espíritu Santo. ¿Qué tenía ese Hijo que complacía el corazón del Padre? Él se había propuesto amar al Padre; se había propuesto hacer la voluntad del Padre y servirlo. Entonces se ganó la unción, se ganó el bautismo de poder del Espíritu Santo. Fue en ese tiempo cuando se hizo famoso Jesús.

ESPÍRITU SANTO: PODER DE DIOS

Leemos en Lucas 4: “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto”. Ya no haría su voluntad, sino que a partir de ese momento haría lo que quería el Espíritu Santo e iría a donde el Espíritu Santo lo enviara. Si me das a elegir ir al desierto te diría que no, pero si estoy sometido a Dios iría con el Espíritu Santo a cualquier parte, aun al desierto, aunque no me guste. Allí en el desierto Jesús no comió por cuarenta días, y pasados esos días tuvo hambre. El no ingerir alimentos te hace entrar en un estado de debilidad y donde hay debilidad hay tentación. Y por eso cuando sintió hambre se le presentó el diablo y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan”. Pero Jesús no había venido para hacer su voluntad sino la voluntad del Padre; y mucho menos iba a hacer la voluntad de satanás. Si Dios le hubiera dicho que convirtiera la piedra en pan de seguro lo haría, pero como se lo dijo satanás el Señor le respondió con total autoridad: “Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios”.

La gran diferencia entre nosotros y Jesús es que Él se propuso hacer sólo la voluntad del Padre. El diablo llevó a Jesús a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra, y le dijo que todos serían suyos si postrado lo adoraba, por lo que Jesús le respondió: “Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás”. La gran importancia del ministerio de Jesucristo tiene que ver con el hecho de que una vez que fue ungido no perdió esa unción por nada del mundo y se aferró a Dios, aunque haya pasado cuarenta días de hambre. Jesús no quiso perder la unción que le había sido dada. Luego Él vuelve del desierto y comienza su ministerio. Así leemos en Lucas 4:14: “Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor”. Una persona ungida se hará famosa sí o sí; vive en el poder de Espíritu quien hará obras a través de esa persona que causarán admiración. Jesús renunció a su voluntad para hacer la voluntad del Padre y Dios usa a aquellos que renuncian a sí mismos para que se manifieste el reino de Dios en la tierra. ¿Estás dispuesto a hacer este trato con Dios o seguirás viviendo para ti mismo? Jamás serás trascendente si la unción no viene sobre ti y jamás vendrá la unción si no renuncias a lo que más amas. Cuando Jesús hablaba, la gente lo escuchaba maravillada porque hablaba con autoridad y no como los fariseos. No eran simples palabras; las palabras de Cristo son Espíritu y son vida. Cuando Cristo habla poder se manifiesta y ese mismo poder se mueve cuando habla alguien que está ungido con la unción de Cristo.

Es importante que entiendas esto porque posiblemente estás descubriendo por qué tu vida es insípida, por qué no tienes victoria y por qué no te has hecho famoso o famosa. “¡Ah yo soy humilde, no quiero ser famoso!” Es que no tienes otra más que ser famoso o famosa. Cristo hace famosa a esa persona que lo tiene a Él en su corazón. El Señor honra a los que le honran. Quien honra a Dios lo glorifica. Cuando la gente ve lo que haces no son tus obras lo que está viendo sino las obras de Dios, y Dios necesita que tú hagas sus obras. Para Dios es más gloria que tú seas quien resucite a un muerto a que lo resucite Jesús. Si Cristo resucita a un muerto, y bueno, es el Hijo de Dios, descendió del cielo, no cometió pecado, etc. Pero si tú resucitas a un muerto siendo quien eras, eso sí es tremendo. Dios te rescató de la basura, de la inmundicia, y te libró de la muerte. Dios te sacó de lo más profundo, y ahora, el diablo ve que estás haciendo la obra de Dios; déjame decirte que eso glorifica más a Dios que si lo hace Cristo. Y Dios quiere ser glorificado a través de tus obras. Él quiere ungirte y llenarte con el mismo poder que llenó a Jesús. El Señor quiere poder decir de ti: “Este es mi hijo amado, esta es mi hija amada, en quien tengo complacencia”.

Dios hoy te desafía y te dice: “Conmigo serás más que vencedor. Harás obras que te dejarán admirado y no serán tus obras, serán obras que yo hago en ti. No trates de demostrarme cuánto puedes hacer por mí”. En la iglesia hay mucha gente que quiere servir a Dios y me piden que los ponga en algún lugarcito a hacer cualquier cosa. ¡No, no! Dios no quiere cualquier cosa. El Señor tiene grandes proyectos para nosotros. La gloria de Dios se va a ver a través de la iglesia. No hay otra organización, no hay otra clase de seres humanos que muestren la gloria de Dios en el planeta Tierra. Por eso hay tanta bronca y tanta persecución contra nosotros.

El apóstol Pablo hablaba de las obras que él había hecho y según leemos en Romanos 15, él les dice: “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros. Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo. Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere. Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo” (Romanos 15:13 al 19).

¿Por qué se hizo famoso el apóstol Pablo? Porque Cristo obró a través de él. Es Cristo en Pablo obrando, y Pablo no tiene más que aguantar la fama. Tendrá que aguantar ser apedreado, azotado y encarcelado; porque es el que más desastre ha causado al reino de las tinieblas. Después de más de dos mil años aun lo veo al diablo temblar por las palabras que escribió Pablo, porque todavía esas palabras transforman vidas. Y es que las palabras del apóstol Pablo son palabras vivas, y esas palabras no son de él sino de Cristo; y todavía producen milagros.

Uruguay que tiene fama de ser un país muy ateo o poco religioso, necesita ver la gloria y el poder de Dios. ¡Tú tendrías que estar ungido con el poder de Dios para hacer su obra! Yo voy al interior del país y mucha gente me conoce, me ve por la calle y me saludan, aun los periodistas. ¿Qué hice yo? ¿Por qué soy famoso? Por predicar el evangelio. ¡Cuántas veces me sentí débil! Pero no importaba porque el poder de Dios estaba en mí. El apóstol Pablo dijo que había orado tres veces para que el Señor le quitara un aguijón que tenía en su carne. Y el Señor le respondió: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2ª Corintios 2:9). No importa qué tan débil seas o estés, lo importante es que creas. El que cree puede enfrentar la debilidad, el temor, la angustia, la impotencia, y vencer. ¿Habrá alguien que quiera ser ungido y lleno del poder del Espíritu Santo? ¿O pretendes primero el auto, la casa, la familia, el estudio, etc? ¿Serás capaz de poner primero a Dios? ¿Eres capaz de renunciar a tu reinito por causa del reino de Dios? ¿No será que esas cosas que no quieres soltar son solamente excusas? Quiero decirte que Dios te puede usar. Jesús eligió como discípulos a gente vulgar. Cuando los doctores de la ley los indagaron, por su lunfardo se daban cuenta que eran galileos y decían de ellos que era gente del vulgo y sin letras. No era gente preparada; era gente ungida. Personas capaces de decirles: “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios…Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”. Tenían poder y unción, y aunque los amenazaban con azotarlos si predicaban, a ellos no les importaba y no dejaron de predicar lo que habían visto y oído. ¡No había quien los parara! ¡Predicaron el evangelio y trastornaron el mundo!

CONCLUSIÓN

¿Seguirás siendo un cualquiera, haciendo lo mismo, en la misma rutina y pasando desapercibido? ¿O aceptas ser desafiado por Dios? ¡Dios necesita gente valiente!

Un joven de nuestra iglesia formaba parte de un grupo llamado ovejas negras y detestaba a los pastores y a las iglesias, y a mí me odiaba, hasta que enfrentó la muerte por causa de la droga y de la vida que llevaba. Pidió entrar a un hogar Beraca, pero dijo que no iba a permitir que le cambien su autopercepción sexual. Él sólo quería que lo ayudaran a salir de la droga pero que lo dejaran tranquilo con la identidad sexual que había elegido. Lo recibimos en uno de nuestros hogares de Beraca y lo ayudamos con el tema de la adicción; y allí comenzó a conocer el evangelio, entonces empezó a ser transformado por la palabra de Dios. Su padre le había dicho que ya no le iba a dar más dinero y que no se molestara en volver a su casa. Aunque aún tiene sus luchas como todos nosotros, sin embargo ha sido transformado. El me detestaba, pero ahora me ama. Y como trabaja cerca mío, por causa de una campaña que estamos haciendo en contra de la legalización de la ley Trans, lo llamaron a un programa periodístico, y este joven les dijo que se sentía discriminado porque el estado no ayuda a las personas que se arrepienten y quieren regenerarse y que la ley está hecha solamente para los que se quieren degenerar. También dijo que los más marginados son los que han elegido la vida Trans, pero se arrepienten y quieren volver a ser lo que eran. Y el periodista le hacía preguntas referentes al tema, pero luego le preguntó cómo iba su relación conmigo. El muchacho se extrañó por su pregunta porque era algo que nada tenía que ver con el tema que estaban tratando. Y le dijo: “Me estás preguntando cosas de mi vida íntima. Es como si yo te preguntara cómo te fue con la prostituta del video que apareció y te involucra”. Y todo eso salió al aire, aunque han dejado la nota, sin embargo, borraron esa parte de la entrevista. “Ya que me preguntaste te voy a contestar”, dijo el joven. Y agregó: “Yo al pastor Márquez lo amo. Antes lo odiaba, pero ahora lo amo. Trabajo con él y lo adopté como mi papá”.

Predicar el evangelio nos hace famosos y Uruguay y las naciones serán sacudidos por el poder de evangelio. Y esto será posible porque habrá gente ungida por el poder del Espíritu Santo. Dios quiere bautizarte y quiere llenarte con su Espíritu, y te dice: “No des un paso más sin la llenura del mi Espíritu. No hagas tu voluntad; busca hacer mi voluntad. Renuncia a ti mismo y déjame que yo tome el control de tu vida. Yo te voy a dar la victoria”.

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