LA BIBLIA Y LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

LA BIBLIA Y LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL

INTRODUCCIÓN

El 31 de octubre es la fecha en que se conmemora el día de la reforma. Creo que muy poca gente sabe bien qué fue la reforma. La reforma no tiene que ver con las iglesias evangélicas ni pentecostales; los reformadores surgieron de adentro de la iglesia católica. Eran curas, eran gente sencilla de las capillas y de los barrios, a las que les molestaba mucho lo que estaba sucediendo en ese tiempo.

Por el 1400, los reyes eran los soberanos de las naciones y como soberanos de las naciones no tenían ciudadanos sino súbditos. ¿Cómo podemos definir la palabra súbdito? Digamos que es gente que está “bajo la pata del rey”, o que están por debajo. En ese tiempo no había interés de que los súbditos aprendieran a leer ni a escribir, ni había interés de que pudieran tener una casa propia, un terreno propio, menos, un emprendimiento propio; porque trabajaban para los señores feudales. Los reyes eran católicos, respondían al papa y reinaban con una autoridad delegada por este. El papa era el representante de Jesucristo en la tierra, el vicario de Dios en la tierra por lo que prácticamente era un mundo gobernado desde el papado. Así que había un reinado que era del papado y otro de los reyes católicos.

El asunto es que había un malestar tremendo y una oscuridad impresionante. ¿Por qué? Porque la palabra de Dios no se conocía. No había Biblias, y las que había estaban escritas en latín, que era el idioma sagrado de esa época. Entonces sólo podían leer la Biblia los que estaban habilitados, que era el clero. Una de las cosas más importantes que sucedió es que los reformadores querían que cualquiera pudiera leer la Biblia en su propio idioma. Ellos sabían que, si la gente leía la Biblia, algo grande iba a suceder. Y sí, algo muy grande sucedió en ese tiempo, pero fue una lucha. El problema más grande que hoy tenemos es el desconocimiento, el rechazo y la burla a la verdad de Dios, que es la palabra de Dios. Vivimos en un mundo en el que nadie puede decir esto es real, esto es la verdad. Estamos viviendo en una época de la post-verdad.

En aquella época había muchísima oscuridad. La verdad solamente la enseñaba el clero. Leían la Biblia en la misa en latín, pero nadie entendía nada. La mente estaba esclavizada, no había libertad de pensamiento; todo tenían que ir a preguntárselo a las autoridades, y ellos les decían lo que tenían que hacer. Entonces sucedió que algunos clérigos decidieron, aún en contra de la autoridad papal, traducir la Biblia a los idiomas autóctonos, o sea, a los idiomas nacionales de cada nación. Por esa causa surgió la imprenta y su inventor se llamaba Johannes Gutenberg. El primer libro que imprimió fue la Biblia. La primer Biblia se tradujo al alemán y se imprimieron 50 ejemplares. Comenzó entonces a imprimirse la Biblia hasta que llegó a ser el libro más difundido en todo el mundo, traducido a muchos idiomas y el más vendido.

QUIEN BUSCA A DIOS, ES SABIO

En el mundo de hoy tienes que cuidar lo que le dices a las personas porque las puedes ofender. Dice la Biblia en el Salmo 14:1: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios”. La Biblia dice que, si alguien opina que no hay Dios, es un necio. Un necio es alguien que no entiende lo que piensa, no entiende lo que habla y está en oscuridad. Una persona que habla sin conocimiento o sin entendimiento, no conoce la verdad. Eso es un ateo. Estamos en un mundo que no podemos decir estas cosas porque podemos ofender. En el Salmo 14:2 dice la Biblia: “Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido, que buscara a Dios”. Según dice aquí el que busca a Dios es entendido.

La Biblia es la palabra de verdad, es la palabra de Dios. Quien lee la Biblia no anda perdido y tiene luz. Mucha gente viene a hablar conmigo a ver qué opino yo, y les digo, “yo no estoy para darles opiniones sino el consejo de Dios”. Quieren saber que pienso para ver si están de acuerdo o no conmigo. Yo no ando buscando gente que esté de acuerdo conmigo, yo estoy de acuerdo con la palabra de Dios. Yo he aprendido que no tengo que andar dudando. Si estoy dudando acerca de algo, más vale me callo la boca y espero en Dios. Busco en la palabra de Dios hasta que entienda la revelación de Dios, porque su palabra es viva y eficaz. Si se manifiesta esa palabra viva, la cual se llama “rema” en teología, lo que es una revelación, se manifiesta Dios mismo. Cuando hay rema, es Dios hablando y haciendo.

Y pasó eso en la reforma; aparecieron las iglesias reformadas que terminaron siendo un movimiento teológico no religioso. Terminaron siendo una revolución cultural y social. Mirando otras civilizaciones, que no es la occidental y cristiana; cuando estuve en la India, recuerdo que me invitaron a comer. El hombre y yo estábamos sentados en una mesa llena de manjares y la esposa e hijas en una esquina. Yo no quería empezar a comer hasta que la mujer no se sentara, pero según el hombre, ella debía esperar a que él terminara de comer y si quedaba algo, comía. La mujer en esas culturas no es lo que es, en la civilización occidental. Yo siempre digo que las mujeres de Dios son preciosas. Amamos a nuestras esposas, amamos a nuestras madres y a nuestras hijas.

Estuve también en los Emiratos Árabes que tanto admira la gente, y vi a un hombre caminando y su esposa iba detrás. Ella no puede ponerse al costado, no le puede dar la mano. También vi un matrimonio que fue a comer a un restaurante y le pusieron un biombo alrededor. Si el biombo no está, la mujer no se puede sacar el velo o hiyab, entonces no puede comer. El hombre se estaba sacando una selfie y la señora toda tapada; no sabemos cómo era. Mayor libertad tiene la mujer en la civilización occidental, porque en la Biblia a la mujer se le da honor, y se le enseña al hombre a amar a sus esposas, a cuidarlas y a sustentarlas, como Cristo sustenta a la Iglesia.

Muchas verdades comenzaron a surgir en el tiempo de la reforma, y comenzaron a entenderse cosas que no se entendían en ese entonces. Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. Si Dios amó tanto al mundo que entregó a la muerte a su propio hijo para que todo aquel…; cuando dice: todo aquel, te incluye a ti. Entonces, ¿cuánto vale un ser humano? Vale muchísimo para Dios, es un tesoro que no tiene precio. No me imagino cómo sería el mundo sin la palabra de Dios, lo cierto es que sería un terrible desastre.

Del versículo que dice que de tal manera amó Dios al mundo, los reformadores descubrieron la dignidad humana. Por causa de la dignidad humana surgió la libertad de conciencia. La libertad de conciencia, la libertad de culto, y todos los derechos del individuo surgieron después de la reforma. El que busca a Dios es entendido. Mucha gente asiste a la iglesia para ver si le dan una palabra de halago, o para ver si Dios le hace algún favorcito como pagarle una deuda, etc. En otras palabras, asisten a la iglesia porque tienen alguna necesidad. Dice la Biblia que el Señor descendió para ver si había algún entendido que buscara a Dios.

El laicismo que se movió junto con la reforma protestante combatió contra la verdad de Dios. Hace más de 150 años que se viene enseñando mentiras en la escuela laica, como que venimos del mono o que de la nada surgió todo. ¿Quién decide lo que es bueno y lo que es malo si no hay Dios, y quién tiene la autoridad para decidir lo que está bien y lo que está mal? Estamos luchando con el mismo problema de Eva. Satanás le dijo: “Serás como Dios conociendo el bien y el mal”. Y aquí está el hombre tratando de conocer la diferencia entre el bien y el mal; y mientras van viendo en medio de la oscuridad, hacen un solo baño para hombres y mujeres.

La verdad está en la palabra de Dios. Entendí mucho mejor lo que significa: “dice el necio en su corazón, no hay Dios”. Al que no cree en Dios le da lo mismo; pero el que busca a Dios tiene temor de Él, y conoce el bien y el camino. Mucha gente que asiste a la iglesia está en oscuridad porque no conoce la palabra de Dios. Y muchas iglesias se preocupan por la iluminación, la música, etc., pero no se ocupan que la verdad se conozca. La verdad es la que transforma las personas. La Palabra de Dios cambia las vidas. ¿Qué tan seguro estás de que en el camino en que andas y las decisiones que tomas son la voluntad de Dios? Cuando hay oscuridad aparecen los caprichos, como el decir, por ejemplo: “A mí nadie me va a decir lo que yo tengo que hacer”, o “Yo voy a hacer lo que a mí se me da la gana”. “No me gusta lo que predicó el pastor, me pegó duro porque se debe haber enterado de lo que yo estoy haciendo”. Dios te confronta con su palabra y tú sientes que te está hablando a ti. ¡Es que te lo está diciendo a ti! El Señor te dice: “¿Cuándo me vas a tomar en cuenta? ¿Cuándo vas a ser obediente? ¿Cuándo me vas a hacer caso?”

Entonces en el día de la Reforma conmemoramos algo maravilloso que cambió el mundo y cambió la manera de ver las cosas. Aparecieron los derechos individuales del ciudadano. El súbdito dejó de ser súbdito y pasó a ser ciudadano. Entonces le llegaron a decir al súbdito, soberano. Le llaman a la voz del pueblo, voz de Dios. Dijeron que el pueblo es el soberano y no el rey; y al rey le dejaron de llamar soberano y le empezaron a decir tirano. Es así que en varios himnos nacionales de los países que declararon la independencia, hay alguna frase como en el himno nacional de Uruguay que dice: “Tiranos temblad”. Eso fue un movimiento que hizo caer los reyes que se habían enseñoreado de las personas. Mas Jesús dijo: “Conoceréis la verdad y seréis verdaderamente libres”. También dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”.

CONCLUSIÓN

Yo soy feliz porque Dios me da seguridad y certeza. Cuando no estoy seguro de algo, no doy ni un paso. Pero cuando tengo certeza, le doy para adelante porque la fe es de Dios, y la fe es certeza de lo que uno espera y la convicción de lo que uno no ve.

Son tan preciosas las almas que Jesús nunca quiere perder la oportunidad de ganar una para el cielo. Vales tanto para Dios, eres tan precioso, que le pesa mucho que tú camines en oscuridad. “Dame tus pensamientos que yo los voy a tirar a la basura y te voy a dar mis pensamientos porque mis caminos son mejores que tus caminos y mis pensamientos son mejores que tus pensamientos”, dice el Señor.

Hay luz en la verdad solamente y el único que tiene la verdad es Dios, y fuera de Dios solo hay oscuridad. En tu voluntad hay oscuridad, en tus pensamientos hay oscuridad, en tus caprichos hay oscuridad, no eres sabio, eres necio, no eres entendido, eres necio. No puedes confiar ni en ti mismo, tienes que confiar en Dios. El que busca a Dios lo encuentra. Dice en su palabra: “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3). Tú necesitas conocer el camino que Él tiene para ti. Ya has fracasado varias veces y te has tenido que arrepentir de decisiones que tomaste y Dios quiere cambiar el rumbo de tu vida. Si crees que necesitas la luz de Dios y necesitas ser perdonado y ser limpio, este es el momento de tomar la decisión de venir a Cristo y decirle: “Señor, yo reconozco que tú eres la luz y te necesito. Vivo tan perdido, pero hoy escuché tu voz y entiendo que me amas, que valgo mucho para ti. Yo no valgo ni para mí mismo, pero tú Señor me has dicho que valgo y que tú me amas. Quiero que me limpies y que endereces mi camino. Entra en mi corazón y sopla tu poder sobre mí. Venga sobre mí tu Espíritu Santo, dame vida, Señor. Alumbra mi mente y mi corazón, te lo pido en el nombre de Jesús. Hoy recibo tu perdón y tu vida, en el nombre de Jesús. Amén”.

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