LA JUSTICIA DE DIOS y LA DEL HOMBRE - Misión Vida para las Naciones

Av. 8 de octubre 2335

Montevideo

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MENSAJES DEL CIELO

LA JUSTICIA DE DIOS y LA DEL HOMBRE

INTRODUCCIÓN

 

He estado meditando acerca de cómo el hombre laico y su laicidad ha querido desplazar a Dios del pensamiento de la gente y lo han querido sacar de la educación; y reemplazar la creación de un Dios Todopoderoso, inteligente y sabio por una explosión. ¡Le tengo una bronca a la teoría del Big Bang! Porque las explosiones no acomodan las cosas, sino que destruyen, así como está sucediendo con Ucrania. Las explosiones matan; no dan vida. Personalmente creo que de una explosión no puede salir vida. Pero nos hemos acostumbrado a que a nuestros hijos se les enseñe en las escuelas laicas con total impunidad que la vida surge de una explosión, que el orden viene del desorden; y es cuestión de esperar millones de años y se acomoda solo.

Nos hemos acomodado a una manera injusta de pensar, y por ello creemos que pensamos mejor que Dios y hemos legislado así. Piensa bien; un estado que se jacta de ser laico y que no le da cabida a la ley de Dios ni a su sentir, y que va poco a poco tergiversando la verdad de Dios en el corazón de nuestros niños. Cambian la verdad por la mentira. Se ve como algo normal que un hombre trans haya logrado ser Miss España. El premio a la belleza femenina ha sido de un hombre. Y han aparecido otros más. Una noticia de actualidad es el nadador transgénero que les ganó a las mujeres en un campeonato de natación femenino. Pretenden que digamos que él es una mujer. Y así sucede en muchos órdenes de la vida. Hombres que se perciben mujer y luchan en los deportes contra mujeres. Está el caso de uno que mató a golpes en el rin a una mujer.

Vivimos en un mundo donde el hombre ha establecido y ha enraizado la injusticia; y está entronizando la mentira y el engaño. De tal manera, que aquellos que esgrimen la bandera de la verdad pueden ser apresados.

Esto me ha llevado a pensar en las leyes de los hombres que surgen de una mentalidad laicista, que resiste la verdad de Dios y se levanta contra ella. En España, hace unos años, un juez sacó de circulación un ómnibus católico al que se le colocó un cartel que decía: “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva”. Por decir eso que es una verdad que se puede constatar fácilmente, se levantó la justicia a decir que esa campaña era violenta y ofensiva. Se odia la verdad, y cuando se odia la verdad, se odia a Dios; porque no hay nadie más verdadero que Dios y no hay nada más verdadero que la palabra de Dios. Como ha sucedido en Uruguay, que una ley sea establecida por el gobierno y que se intente anular es fruto de una guerra ideológica; no es el fruto de la búsqueda de la verdad, ni de la razón. Porque hoy en día las leyes en el mundo no responden a la verdad; tampoco a la razón. Responden a la ley del más fuerte. El que más puede es quien instaura la ley. Y el más fuerte lamentablemente no es la mayoría, sino es aquel que tergiversa la verdad en el corazón del hombre, es el que moviliza con usura la mentira.

Nuestra oración hoy es: “Señor, enséñanos a caminar en tu ley”. Los creyentes tendríamos que conocer bien la ley de Dios; la verdad de Dios. Me han preguntado en varias oportunidades si yo creía en la justicia y yo decía que sí, pero hoy no creo en los jueces ni en la ley de los hombres. Y me levanto a proclamar a viva voz que creo en la ley de Dios, en su justicia y su poder.

Dice la Biblia en el Salmo 2:1 al 5: “¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas. El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. Luego hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira”.

 

LA JUSTICIA DEL HOMBRE

 

Meditando en la injusticia del hombre me viene a la mente la imagen de esos niños que con lágrimas en los ojos despiden a sus padres porque tienen que huir de Ucrania. Un niño llorando dijo: “Yo tengo que dejar a mi papá porque la gente mala tira bombas. No entiendo por qué mi papá se tiene que quedar en la guerra y yo me tengo que ir sin él”. He estado meditando en esas esposas que se tienen que despedir de sus esposos a los que tal vez no volverán a ver; y esas madres que despiden a sus hijos a los que tal vez no vuelvan a ver. Y veo la soberbia y la prepotencia de algunos líderes como Putin que dice que está haciendo justicia y está destruyendo la injusticia. Cuando veo los edificios hechos pedazos, las ciudades destrozadas; cuando veo a Mariúpol, una gran ciudad portuaria donde las bombas del enemigo han destruido el 90 % de los edificios. Ya todo es un objetivo de guerra cuando un hospital o escuela no tendrían que ser objetivo de guerra. ¿Tan desquiciado puede estar el hombre? No sé cuáles son las verdaderas razones de Putin; en una de esas tiene razones, porque no sabemos qué tan bueno es el presidente de Ucrania. No nos consta que haya laboratorios de armas biológicas y químicas en Ucrania; y se especula mucho acerca de por qué Rusia ataca esa nación, lo que podría ser verdadero o falso. Yo me pregunto si Dios está de acuerdo con Ucrania o con Rusia o si Dios respalda a uno más que al otro. ¿A quién mira Dios? ¿A qué gobernante le dice: “Tú eres mi enviado”? Yo lo veo a Dios mirando a esos niños huérfanos, a las esposas viudas; veo a Dios mirando esas ciudades que quedan sin agua, sin luz y sin gas, totalmente destrozadas. Y lo veo mirando esos cuerpos que quedan debajo de los escombros. Digo cuánta maldad la del hombre, tratando de hacer organizaciones internacionales que garantizan la paz. Nada puede hacer la OTAN, nada puede hacer la ONU ni la OEA; pero el hombre orgullosamente le dice a Dios: “Tú no te puedes meter porque este gobierno es de los hombres. Este gobierno es laico y aquí decidimos nosotros”.

Aprovechando el problema de la guerra Ucrania-Rusia, han seguido ocurriendo cosas con el tema del Covid y la vacuna. Aprovechando el río revuelto, Corea del Norte ha lanzado el misil más grande de la historia; un misil que alcanzó una altitud de 6 mil kilómetros y cayó en aguas japonesas. Todo esto por mantener a Corea del Sur como rehén de amenazas militares. ¿Dónde está la bondad del hombre? ¿Dónde está la justicia y la cooperación para la paz del hombre? La guerra de Ucrania tiene buen marketing; poco más de 100 mil personas se calculan que han muerto. Pero en Yemen se calcula que han muerto centena de miles de personas; y así hay pérdidas en otras guerras como Irán, Afganistán, etc. Y todo obedece a la justicia del hombre y a su pensamiento; mientras, nosotros celebramos que Uruguay se clasificó para el mundial. ¡Qué paradoja! Nosotros estamos celebrando que vamos al mundial en Qatar, donde se va a gastar mucho más dinero que en la guerra de Rusia para celebrar goles.

 

¿QUÉ DEBO HACER COMO HIJO DE DIOS?

 

Y yo le pregunto al Señor: “¿Cuál es mi lugar? ¿Qué quieres de mí, de los pastores y de la iglesia Misión Vida?” Me parece que puedo vislumbrar el pensamiento de algunos que dicen: “¿Y yo qué voy a hacer si no soy nadie y no tengo recursos?” Por lo que sabemos, Putin fue un niño que nació en un hogar sin recursos; conoció la miseria y la impotencia, sin embargo, hoy es presidente de una nación y domina. No es que, como eres poca cosa y pobre, no podrás lograr nada. Dios puede hacer grandes cosas con cualquiera que se ponga en sus manos. ¡Dios puede hacer algo grande contigo! Moisés no se había propuesto ser el libertador y formador de una nación, pero Dios lo llamó y él se puso en sus manos. Y habiendo sido un hombre del desierto durante 40 años, fue a Egipto y levantó a un pueblo; y de ese pueblo salió una gran nación que es el estado de Israel hoy.

Dios está buscando quién haga su voluntad para mostrarle al mundo su justicia y su poder. Yo creo que en este tiempo se van a levantar héroes que van a caminar contra corriente. Leemos en el Salmo 10:16: “Jehová es Rey eternamente y para siempre; de su tierra han perecido las naciones”. Quien reina no es Putin; no es Biden ni ningún otro presidente. Ni la Unión Europea reina. ¡No te olvides que el que reina para siempre y eternamente es Jehová de los Ejércitos! Se levantarán los pueblos y las naciones contra Él y contra su Ungido, pero el Señor los va a destruir. Él va a quitarle a las naciones el poder que tienen. ¡Dios va a establecer su reino! Nosotros pertenecemos a su reino. Somos un reino extranjero en la tierra. Somos los ciudadanos del cielo. Somos hijos de Dios. ¡Aquí se hará la voluntad de Dios! La tierra no es de los hombres; la tierra es de Dios; y Él se la da a los hombres, y los hombres administran la tierra de Dios. El Señor está preparando un ejército, un pueblo y una familia que llevará las riendas de la tierra. Los mansos heredarán la tierra dice su palabra. Los hijos de Dios heredarán la tierra.

Recuerdo cuando me preparaban en el ejército y me hacían poner firme, y me decían: “¡Ponga cara de hombre!” En ese tiempo estuvimos a punto de entrar en guerra con los chilenos y un sargento nos decía: “¡Vamos a cruzar la Cordillera y le vamos a abrir la panza a los chilenos y vamos a comer sus entrañas!” ¡Hoy soy un soldado del reino de los cielos! ¡Pertenezco al ejército de Dios! El hombre no hace justicia. Dios hace justicia.

 

EL HUMILDE CONOCE A DIOS

 

Aprende a establecer diferencia entre las leyes humanas y las leyes de Dios. Nosotros debemos aferrarnos como nunca antes a la palabra de Dios. La ley de Dios es la verdad y la justicia. ¡No hay justicia en las leyes de los hombres! La ley de Dios hace a la gente humilde y obediente a Él. Quien ama la ley de Dios será humilde. Dice la Biblia en el Salmo 10:17-18: “El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; tú dispones su corazón, y haces atento tu oído, para juzgar al huérfano y al oprimido, a fin de que no vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra”.

En el año 2012 escribí el libro titulado: “Gobierno Mundial y fin del mundo”, y cité una frase de un personaje muy importante, la cual dice que la ley no obedece a la razón, sino que obedece al más fuerte y el más fuerte es quien impone la ley. Y hay hombres soberbios que creen eso y lo están intentando porque quieren imponer leyes por la fuerza. Nos están prometiendo que para el año 2030 no vamos a ser dueños de nada, no vamos a tener nada, pero vamos a ser felices. El gobierno mundial nos va a dar todo lo que necesitamos. Eso lo están imponiendo por la fuerza. El poder económico compra a los gobiernos. No han entendido que el más fuerte es Dios, y la ley de Dios prevalecerá. La razón y la verdad la impone Dios, y la ley es de Dios.

Los oídos del Señor están atentos a aquellos que buscan su rostro. Los oídos del Señor no están inclinados hacia el poderoso que impone su razón por la fuerza, sino que se inclina para oír la voz de las personas sencillas. Así como dijo Jesús: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3). Los pobres de espíritu son aquellos que reconocen que sin Dios no puede nada; son quienes reconocen que solo Dios tiene la verdad. El pobre de espíritu busca la verdad en Dios y busca tener la mente de Cristo. El humilde se somete a Dios y no le pone excusas. El humilde es capaz de dejar cualquier cosa a un lado para obedecer al Señor y hacer su voluntad. Yo me pregunto cuántos cristianos son capaces de abandonar cualquier cosa con tal de hacer la voluntad de Dios y pagar el precio que haya que pagar para que la voluntad de Dios se haga en la tierra. Estamos atravesando tiempos en que cada uno busca el bien propio, pero no el del otro. Nos han enseñado: “Amate a ti mismo”; en vez de enseñar lo que dice Dios en su palabra: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. El humilde se despoja y comparte el pan. El humilde tiene la mirada donde Dios pone su mirada. No mira quién es más poderoso en la guerra de Rusia contra Ucrania. El humilde mira al huérfano, sea ruso o ucraniano. Hay viudas en Rusia y en Ucrania. Hay hambre de un lado y del otro. Y los poderosos están buscando más oro y más dinero para fabricar más misiles. En tiempo de guerra las fábricas de misiles son las que más ganan. Hay mucha maldad en el mundo.

Pero nosotros tenemos una verdad que nos da paz en la palabra de Dios, más precisamente en el Salmo 10:17 que dice: “El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; tú dispones su corazón, y haces atento tu oído”. Aquí no dice: las palabras del humilde, sino que dice: el deseo. Si eres hijo o hija de Dios, antes que tú hables ya Dios escucha tu deseo. Antes que emitas palabra alguna, Él ya lo sabe. Dios busca gente humilde. “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3). Los necesitados, los pobres, las viudas, los huérfanos; la gente que está en la cárcel y en los hospitales, son elegidos por Dios para hacer justicia en la tierra. Porque quien mira a esas personas y las ayuda a Dios se lo está haciendo. Dijo Jesús: “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:35 al 40).

Heredas el reino porque pusiste tu mirada donde Él pone la suya. Su justicia está destinada a socorrer al hambriento, al huérfano, al sediento. El corazón de Dios está ahí donde yacen los heridos ensangrentados en medio del bombardeo; y no le importa sin son ucranianos o rusos. El dolor de Dios es porque los seres humanos se están matando, cuando Él los ha creado como un tesoro especial para Él.

Han huido de Ucrania millones de personas en busca de refugio, de un techo donde resguardarse y comida. Huyeron de su país en busca de seguridad. Una población equivalente a la de Uruguay se ha quedado sin techo, sin trabajo, solo con lo puesto. Ahí tiene Dios su corazón. Me enteré que Remar abrió un lugar para socorrer y para alimentar a los refugiados cerca de las fronteras de Ucrania. Creo que los creyentes que corren a bendecir almas tienen un galardón muy grande. ¡Eso es hacer justicia! El deseo de los humildes oye el Señor.

 

CONCLUSIÓN

 

Examínate cuáles son tus deseos. No lo veo a Dios saltando de alegría por un país que clasifica para el mundial. Realmente, el hombre comete injusticias ante los ojos de Dios y el Señor busca gente dispuesta para trabajar en su reino. “El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; tú dispones su corazón, y haces atento tu oído, para juzgar al huérfano y al oprimido, a fin de que no vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra”.

Yo sé lo que Dios está haciendo. Él está haciendo planes para que el hombre deje de hacer violencia en la tierra. Dios no tolera la violencia en la tierra. Ya están amagando con desatar una tercera guerra mundial y las naciones miran atónitas y no entienden lo que está pasando. Es que mientras más poder tenga el hombre, más va a destruir el planeta. Dios quiere un pueblo consagrado. Cuán agradecido estoy que en Uruguay estamos pasando bien, pero, ¿hasta cuándo durará? Porque el corazón de los uruguayos es duro y no es humilde. ¡No creas más que eres humilde! Uruguay es uno de los países que más rechaza a Dios. ¿Crees que esto es humildad? Uruguay pide a gritos ser quebrantado. No te creas que el favor de Dios va a durar si no hay un pueblo que se levante a luchar en oración y en ayuno por esta tierra. Viene un mal grande sobre la tierra, pero la justicia de Dios es para siempre y eternamente. Dios hará justicia. Ese Dios que conoce los corazones. Yo ando buscando hombres y mujeres que se consagren cien por ciento al reino de Dios. Tengo mi mirada puesta en algunos que debieran ser pastores y no lo son. Es que están muy ocupados; el trabajo les demanda mucho tiempo y necesitan descanso. Pero sé que debo orar y pedirle a Dios que envíe obreros a la mies porque la mies es mucha y los obreros son pocos. ¿Qué va a ser de mi si Dios me llama? ¿Qué hago con mis bienes? ¿Y si Dios me falla cómo voy a alimentar a mi familia? Si piensas así es porque crees en un Dios mentiroso. ¿O crees en un Dios que va a satisfacer todas tus necesidades?

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