EL AMOR trae REVELACIÓN

INTRODUCCIÓN

La revelación viene del amor. Dice la Biblia que Dios tiene intimidad con los que le aman. Tú tienes conocimiento de aquellos con quienes intimas; y los que intiman, abren el corazón y se cuentan cosas. Así que cuando hay alguien que ama, es probable que abra su corazón y cuente sus temores, sus angustias, sus soledades y fracasos. Cuando hay alguien que me ama sé que no hablará mal de mí, ni me va a ofender.

Del mismo modo, Dios quiere intimar con los que le aman y les quiere mostrar sus secretos. No acudas a los adivinos, no busques a los brujos; busca a Dios. Dios tiene buenas noticias para ti y conoce desde el principio todo; y lo anuncia antes de que suceda. Hace más de tres mil años Dios ha declarado cosas a través de sus siervos los profetas y que se están viendo ahora, porque les abrió su corazón a sus siervos los profetas. Hubo gente que se enamoró de Dios y le creyó, y Dios intimó con ellos. Entonces ellos escribieron las visiones que Dios les dio, las cuales están en la Biblia. Hoy, nosotros podemos certificar que lo que le dijo a Jeremías, a Daniel, a Habacuc y a Joel, etc. se ha cumplido y se está cumpliendo.

Dios no se apura para arreglar un asunto que pareciera que se escapa de sus manos. ¿Crees que Dios se espantó por el asunto del coronavirus y comenzó a correr de un lado a otro? ¡No hay nada que sorprenda a Dios! Dios es bueno y está pensando para bien. Él tiene determinado un día, y está escrito en la Biblia, en el que va a juzgar todas las cosas y va a separar a las ovejas de los cabritos. El Señor hará una división entre los buenos y los malos; y los malos serán condenados. ¡No tengas miedo de los malos porque serán condenados! Cuídate en ser oveja y permanecer firme en Dios. Las pruebas son para demostrar que realmente estamos firmes en Él. Las pruebas demuestran la clase de cristiano que somos.

NO HABRÁ SIEMPRE OSCURIDAD

Hay un ejemplo en la Biblia y se encuentra en el libro de Isaías. En la época de Isaías, el pueblo de Dios estaba cautivo. Eran tiempos complicados. Yo sé que se avecinan tiempos más complicados para el mundo; lo puedo vislumbrar porque lo he leído en la Biblia. Y dice la palabra de Dios en Isaías 9:1: “Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles”.

Hubo tierras que fueron cautivas, la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí, las cuales fueron tribus de Israel. ¡Me deleito al leer eso! Los que no conocen bien de la historia y no conocen bien de Dios, no entienden que Isaías escribió setecientos cincuenta años antes que algo grande iba a acontecer en Galilea. Setecientos cincuenta años antes de que Cristo venga al mundo, les dio un anuncio a un pueblo que estaba sometido, subyugado, en oscuridad, en tristeza y en frustración, como muchos están ahora. Y les dijo que no habrá siempre oscuridad. Yo te digo a ti de parte del Señor que no habrá siempre oscuridad. Hay luz para los que creen en Dios. Oscuridad vendrá sobre las naciones, mas sobre ti será vista la gloria de Dios. La gloria de Dios alumbra directamente sobre aquellos que le creen y le aman. Isaías amaba profundamente a Dios y creía en Él profundamente.

Algunos me preguntan cómo saber cuál es la voluntad de Dios, y yo no tengo la bola de cristal. La cuestión es amar a Dios, porque Dios les revela a los suyos lo que Él tiene en su corazón, si es que le aman. Todo lo que tienes que hacer es amar a Dios. Tal vez te preguntes cómo hacer porque no tienes amor a Dios. Un día me postré de rodillas y le dije: “Señor enséñame a amarte”. Y hasta el día de hoy se lo pido. Me admiro porque cuando le pido eso a Dios, el Señor me da eso que le pido. En medio de toda esta oscuridad de Covid-19 yo me lleno de esperanza y de paz. Me embarga una convicción profunda y me la ha dado Dios. Yo sé que sus hijos saldrán adelante, sé que Dios cuida a los suyos. Sé que el que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Estamos bajo la protección de Dios. ¡Iglesia de Jesucristo no temas! ¡No te debilites! ¡Gózate en el Señor! La Biblia nos dice que el gozo del Señor es nuestra fortaleza.

AMA A DIOS, Y RECIBIRÁS REVELACIÓN

Si pudieras entender este misterio tan sencillo; de amar a Dios y creerle a Él, surgen revelaciones extraordinarias. Setecientos cincuenta años después, esto nos demuestra que Dios conoce todo, setecientos cincuenta años después de la profecía de Isaías, vivió Jesús en la tierra de Zabulón y de Neftalí. Esto es Galilea. Isaías había declarado que vendría una luz tremenda. Y cuando los que aman a Dios y le creen, ven a Jesús hacer milagros, como detener la tormenta, levantar al paralitico, sanar al que tiene pedazos de carne cayéndose por una enfermedad que era incurable; cuando ven al Señor resucitar muertos; cuando lo ven partir cinco panes y dos peces para cinco mil hombres sin contar mujeres y niños, así que eran mucho más de cinco mil; cuando ven a Jesús caminar sobre las aguas, liberar al endemoniado, esos que aman a Dios se maravillan porque se está cumpliendo lo que dijo Isaías. ¡No habrá siempre oscuridad! Los cristianos hemos sido llamados para ser eternos. ¡No hay horno que te queme! ¡No hay agua que te ahogue!

Los pastores nos hemos unido para orar por la gente para que reciban bendición. Cristianos, necesitamos leer más la palabra de Dios y orar más. Necesitamos amar a Dios y creerle. Los que van a atravesar la tormenta son los que conocen la palabra de Dios y fundamentan su vida en ella; son los que le aman y le creen. Caerán a tu lado mil y diez mil a tu izquierda, pero a ti no te tocará. Estamos orando con fe creyendo que Dios hará grandes cosas.

Estaba orando en la radio y en un momento dije: “Hay una persona que tiene un dolor muy fuerte a la altura del hombro en el brazo derecho. Y el Señor te dice que te va a quitar ese dolor y te va a sanar”. Yo no sabía quién era esa persona; el que sabe es Dios. Entonces, había una mujer escuchando y se dio cuenta que le dolía en la parte que mencioné, pero solamente escuchó y siguió en lo suyo, y no recibió el milagro. Anduvo todo el día con dolor; pero resulta que a la noche escuchó la repetición del programa y escuchó nuevamente la oración. En un momento con asombro dijo: “¡Pero, si soy yo esa mujer!” Cuando creyó que esa oración era para ella sintió el fuego de Dios en su hombro y fue sanada. Si lo hubiera creído la primera vez se hubiera ahorrado otro día de dolor.

Si tú puedes creer ahora lo que Dios te está diciendo, no siempre habrá oscuridad. Hay un Dios que te ama. ¡Resiste! El diablo te quiere ver caer; él quiere que creas que no sirves y que tu fe no alcanza para nada. El diablo te quiere hacer ver que Cristo es una mentira y Dios es mentiroso. El diablo te quiere hacer creer muchas mentiras, pero yo te digo que Dios es bueno, y te lo digo en el nombre de Jesús.

CONCLUSIÓN

Oro por ti: “Padre, en el nombre de Jesús bendigo los hogares, bendigo las familias con la bendición sacerdotal: “El Señor te bendiga, y te guarde; el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; el Señor alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz”.

Extiende Señor, tus manos y arranca de raíz los dolores, las migrañas, los quebrantos. Arranca de raíz los tumores y los quistes; arranca de raíz toda enfermedad cardiovascular y toda afección en el sistema respiratorio. Pon tu mano en el sistema digestivo. Padre, glorifica tu nombre. Arranca los pensamientos negativos; quita la angustia, el afán y la ansiedad. Donde hay vacío, llena con tu Espíritu Santo. ¡Llena con tu Espíritu Santo a los creyentes! Señor, tú puedes más que las malas noticias. Tú eres Dios y has prometido bendecirnos. Señor, nosotros no dependemos de la economía de las naciones; dependemos del pan que viene del cielo, el cual tú nos das. Tú eres el Dios que nos llamó y nos cimentó sobre la Roca. Amamos tu palabra y te amamos a ti, Señor. Trae esperanza, Padre; trae gozo. Glorifica tu nombre, Dios. Señor, cubre con tu sangre preciosa a todos aquellos que necesitan el perdón de sus pecados y no saben cómo acercarse a ti porque dicen que han hecho mucho mal. Señor, tú no rechazas a nadie. Al corazón quebrantado tú no lo desprecias. El malvado puede venir a ti arrepentido y no lo vas a rechazar. Has dicho Jesús, que el que viene a ti no lo echas fuera y yo te creo, Dios. Hay gente que se siente impotente y no puede dejar de drogarse o de alcoholizarse; no pueden dejar de ser violentos o de ser un violador. Padre, en el nombre de Jesús quebranto el poder del infierno sobre esas vidas. Toma el control de sus vidas, Espíritu Santo. Márcales el rumbo de su historia y llévalos a la eternidad, en el nombre bendito de Jesús, amén”.