FIESTAS DE OTOÑO - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

FIESTAS DE OTOÑO

INTRODUCCIÓN

Dios está convocando a su pueblo para que conozca sus planes. Es tiempo de despertar y de velar. Han comenzado, a partir del 25 de setiembre una serie de ceremonias convocadas por Dios y apuntan a los acontecimientos acerca del fin del mundo.

Las celebraciones de otoño (para el pueblo judío) tienen un contenido profético y nosotros estamos viviendo los últimos días. Por lo tanto, tenemos que estar más alerta que las generaciones que nos antecedieron. Estas celebraciones son las Fiestas de la Torah. La Torah es la ley de Dios que corresponde a lo que está escrito en Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio; estos son los primeros cinco libros de la Biblia dónde están los mandamientos que Dios le dio al pueblo de Israel.

La primera fiesta o convocatoria se celebra el primer día del mes séptimo del calendario de Dios. Este es el calendario que Dios estableció según leemos el libro de Éxodo cuando le dijo a Moisés: “Este será el primer mes de los meses del año para vosotros”; y fue cuando salió el pueblo de la esclavitud de Egipto, cuando celebraron la Pascua. Entonces la Pascua le da origen a ese calendario que es muy importante y nada tiene que ver con el reloj, sino que es un calendario de eventos. Estos eventos marcan los tiempos de Dios.

La Biblia señala que Dios ha declarado todo de antemano para que cuando suceda, Él se lleve la gloria. Y el Señor dice que ningún hombre, brujo, rey; nadie puede predecir el futuro como Él nos lo ha dado a nosotros. Así que, al observar estas celebraciones ponemos nuestra mirada en las cosas que Dios ha dicho que van a suceder.

YOM TERUAH

Teruah significa algo así como soplo o aliento y se relaciona a la Fiesta de las Trompetas. No especifica la Biblia qué significado tiene esta fiesta. Las trompetas se tocan para llamar la atención, o por una alerta; para que estemos con los ojos abiertos o expectantes acerca de lo que acontecerá.

En la historia de Israel, 30 días antes del día primero del mes séptimo (según el calendario de Dios, y que no concuerda con nuestro calendario Gregoriano), 30 días antes se tocaban trompetas todos los días, anunciando el día de las trompetas. No nos imaginamos cómo sonarían esas trompetas el día que Dios había convocado. Dice la Biblia en Números 29: “En el séptimo mes, el primero del mes, tendréis santa convocación; ninguna obra de siervos haréis; os será día de sonar las trompetas”. A partir de ese día y por 10 días el pueblo tenía que examinar su vida, tenía que afligirse por sus pecados y arrepentirse de sus maldades, porque la siguiente fiesta, que tiene lugar a los 10 días próximos, es la fiesta de expiación y se hacía una sola vez al año.

Entonces, a partir del 25 de setiembre de este año y por 10 días, lo más importante que tiene que ocurrir en nuestra vida es que nos examinemos, que oremos por nosotros y por nuestros seres queridos porque necesitamos el perdón de nuestros pecados. Porque llegará el día de la expiación y tocará juicio o gozo y alegría.

Hay dos términos griegos que son Kairos y Cronos; la palabra cronómetro viene de Cronos y mide un intervalo de tiempo el cual se define como el lapso de tiempo entre dos eventos. Y Kairos es el momento en el que algo importante sucede. Kairos es el tiempo de los eventos de Dios. Todos los grandes eventos de Dios han sucedido en alguna de estas fiestas que Él ha convocado. Tanto en la Pascua, que es una de las fiestas de primavera, y también en las fiestas de otoño. Cuando digo que es en otoño me refiero a que Israel ha entrado en el otoño; nosotros en el hemisferio sur entramos en primavera.

Todo comienza en el Génesis, dice la Biblia en el capítulo 1, versículo 14: “Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años”. El término para estaciones en hebreo es Mo’adim, lo que significa: convocaciones, fiestas, celebraciones. Dios estableció que los astros que Él ha creado son los que van a marcar los tiempos de estas celebraciones. Y las celebraciones tienen que ver con las fases lunares. La celebración de Yom Teruah comienza con un primer haz de la luna creciente. En esta fiesta estamos expectantes. La luna está oscura porque se interpone la Tierra entre esta y el sol.

En el instante que se deja ver un haz de luna es el momento de iniciar esta celebración. Recordemos que había dos testigos que miraban la luna porque no se sabía ni el día ni la hora. Hay tres días en que la luna permanece oscura. Entonces hay que estar observando para saber el momento en que se deja ver el brillo del sol sobre la luna. Estos astros; la luna y el sol, fueron creados para mostrar el tiempo Cronos, y para determinar en qué momento hay que realizar estas celebraciones ordenadas por Dios. Los planes de Dios irrumpen el tiempo Cronos del hombre.

¿LOS CRISTIANOS CELEBRAMOS ESTAS FIESTAS?

¿Por qué nosotros que somos cristianos somos convocados a festividades que básicamente son judías? El Nuevo Testamento advierte acerca de que para nosotros no es una ordenanza de Dios celebrar estos días, pero sí nos advierte que estas celebraciones anuncian cosas que van a suceder. Dice la Biblia en Colosenses 2:16 y 17: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo”.

No tenemos que observar estas cosas como un mandamiento para nosotros, pero sí tenemos que saber que estas celebraciones son sombra de las cosas que han de acontecer. Por eso, las festividades que en este año celebramos a partir del 25 de setiembre hasta el 17 de octubre son proféticas. El apóstol Pablo habla a los gálatas cosas muy fuertes ya que se levantó un movimiento judaizante que quería que los que habían creído en Cristo practicaran todas las normas y reglas que Dios había ordenado al pueblo judío; entonces les dijo: “…mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?” (Gálatas 4:9).

Si lees el libro de Números te puedes marear por todo lo que está establecido como normas, ya sean ofrendas, libaciones, días especiales y festivos; es una cosa complicadísima. El apóstol Pablo tenía razón cuando dijo algo así como: “¿Ustedes quieren volver a esclavizarse? ¡Ustedes son libres de eso!” No celebraban eso por dos razones: porque había un nuevo pacto y por otro lado es imposible guardar la ley. Las festividades tenían que ver con sacrificio de animales, por ejemplo, y si tuviéramos que cumplir la ley tendríamos que sacrificar animales.

Hay un grupo de cristianos mesiánicos que dicen que hay que cumplir toda la ley. Para eso tendría que haber templo en Jerusalén e ir allá a hacer los sacrificios. Este grupo que se ha vuelto legalista, como los judaizantes, quieren que nosotros cumplamos al pie de la letra y ni siquiera el pueblo judío puede cumplir con las normas del Antiguo Testamento porque es imposible. Un día Jesús dijo a los escribas y a los fariseos: “He aquí vuestra casa os es dejada desierta. Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor” (Mateo 23:38 y 39). ¡Sucedió así! Por más de dos mil años no ha podido hacer sacrificios porque no tienen templo, y no han podido cumplir con las normas. Leí que han aparecido en Israel 5 vacas alazanas coloradas, perfectas, sin manchas ni defectos que cumplen todos los requisitos para sacrificios u ofrendas especiales. Pero no se pueden sacrificar animales. Entonces, todas las fiestas requerían cosas imposibles de hacer. Y nosotros analizamos estas fiestas porque Dios a través de ellas nos habla acerca del futuro.

Les dice el apóstol Pablo a los gálatas: “Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros” (Gálatas 4:10 y 11). Nosotros no estamos sujetos a la ley. Hay una corriente que ve cuáles de los 10 mandamientos no hay que cumplir. No mentirás, no adulterarás, honrarás a tu padre y a tu madre; adorarás al Señor tu Dios, ¿hay que cumplirlos? ¡Sí! Ellos dicen que hay que cumplir toda la ley, pero cuando salimos de los 10 mandamientos se arma lío. Porque la ley incluye otras cosas además de los 10 mandamientos. Lo mismo ocurría en el tiempo de Jesús; los que quieren cumplir la ley comienzan a reglamentar la cosa. Y surge lo que se denomina “las normas de los ancianos”, aunque también a estos ancianos, se les llama “los sabios de Israel”. Estos tienen el Talmud aparte de la Torah. La Torah es la palabra de Dios y el Talmud es la interpretación de las leyes del Señor. Entonces ellos obedecen lo que dice al Talmud, pero no lo que dice la palabra de Dios.

¡Hasta el día de hoy todo está reglamentado! Cuando viajamos a Israel, nos alojamos en un hotel, y el día sábado nadie trabaja. Entonces, como el hecho de presionar cualquier botón del ascensor es trabajo, éste sube y baja solo, parando en cada piso. Si estas en planta baja, y el ascensor está en el piso 20, tienes que esperar que pase piso por piso a medida que va bajando. Y quieres subir al piso 20, entonces tienes que parar piso por piso hasta llegar a destino. Al final estás caminando adentro del ascensor y terminas trabajando en día sábado. Aparece lo que se dice los mandamientos de la tradición. Jesús tuvo un gran problema con la tradición; Él se desacató contra las normas de los ancianos. Y les dijo: “Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres” (Marcos 7:7 y 8).

En Israel, el 25 de setiembre celebraron el año nuevo o Rosh Hashaná. Porque ellos cambiaron el calendario. Los ancianos dijeron: “¡Día de Trompeta! La trompeta es el aliento del hombre. Dios sopló su aliento sobre el primer hombre, ahora éste tiene el aliento de Dios; y la trompeta toma su aliento y sopla devolviéndole a Dios su aliento. Entonces vamos a hacer un calendario nuevo que abarque desde que el hombre fue creado”. Así han indagado y sacando cuentas para atrás, el 25 de setiembre se celebró el año 5783, que según ellos es el tiempo desde que Dios sopló aliento de vida en el hombre. Entonces, ellos celebran la creación del hombre y declaran que ese el primer día del año. Lo que para el calendario de Dios es el séptimo mes para los judíos es el primer mes del año en el calendario que establecieron los ancianos de Israel.

Rosh Hashaná es una fiesta de alegría por el año nuevo. Y usan frutos entre otras cosas que tienen que ver con la tradición. Todo eso nada tiene que ver con lo que significa de Yom Teruah y no la celebran. Hay muchos mesiánicos y cristianos que, queriendo cumplir con las leyes establecen ritos, vestimentas, y comidas que fueron ordenadas por los ancianos, pero no fue ordenado por Dios. En el Nuevo Testamento queda claro que todos los alimentos son puros para Dios. Así como le dijo a Pedro: “No llames inmundo a lo que yo he limpiado. Mata y come”. Aparecen personas que quieren ser más buenas que Dios. Alguien dijo que no entendía cómo Dios permite que sufran los animales que matan para comer y que habría que comer verduras. ¿Qué es un organismo vivo? Una zanahoria es un organismo vivo; entonces no hay que cortarla. El colmo es que digan que cuando masticas una lechuga, ésta sufre.

LAS FIESTAS DE OTOÑO

Las fiestas de otoño son 3: Yom Teruah es la primera que se celebra y es un solo día, que en 2022 tuvo lugar el 25 de setiembre, o el primer día del mes de Tishri que es el séptimo mes del calendario de Dios. Dice la Biblia que 10 días después hay otra celebración y esta es muy grande y muy importante. Yom Teruah es un toque de trompeta o una alerta; llamado o alistamiento. Es una celebración para velar. Porque a los 10 días se celebra la fiesta de la expiación y está íntimamente ligada con la anterior. Entre una y otra en un lapso de 10 días y hay un solo contenido que es Teshuva o 10 días de examen y arrepentimiento, porque el pueblo necesita llegar al día de la expiación siendo perdonados de todos sus pecados. Que no quede ni un solo pecado sin ser perdonado porque nada inmundo entrará en el reino de los cielos. Nosotros necesitamos el perdón de Dios por nuestras malas acciones y por nuestras vanas palabras. Los judíos hacen esto a medias porque interponen la celebración de año nuevo; un día que Dios ha llamado a estar alerta.

Pasados los 10 días desde Yom Teruah (25 de setiembre), el décimo día se celebra Yom Kippur, que para nosotros es el 4 de octubre; y el día 15 es la celebración de Sukkot que sería el 9 de octubre según el calendario gregoriano. La Biblia señala que estos días son días santos, apartados, un Shabat Solemne. La Biblia remarca como Shabat los sábados de cada semana que es el séptimo día; pero hay un Shabat Solemne que puede caer cualquier día de la semana y es día de descanso. Se detienen las actividades, no se trabaja, y se medita acerca de lo que Dios quiere.

El calendario de Dios comienza en el mes de Nisán que es el mes de la Pascua; luego al séptimo mes que es el mes de Tishri se celebran las festividades de otoño. Por causa de las tradiciones de los ancianos en Israel no se celebra como se debiera porque interpusieron la celebración de Rosh Hashaná. Los mesiánicos que quieren cumplir con la ley de Dios están siguiendo las ordenanzas de los ancianos, enseñanzas que no son de la Torah. ¡Cuidado con los judaizantes! Pablo se enojó mucho. Lo notarás si lees el libro de Gálatas. Entonces, para Israel un nuevo año comienza, no es el primer día del mes séptimo según Dios, sino que es el primer día del primer mes según su calendario legal. Dios dijo que el primer día comienza en Pascua y ellos decidieron que el primer día es cuando Dios sopló aliento de vida en el hombre.

Esto está ordenado el Levítico 23:24 y 25 cuando Dios le dijo a Moisés: “Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes séptimo, al primero del mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación. Ningún trabajo de siervos haréis; y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová”.  Este día es Yom Teruah. La trompeta es un llamado de atención para que dejen de hacer lo que están haciendo porque Dios les quiere mostrar algo. En Números 29:1 dice la Biblia: “En el séptimo mes, el primero del mes, tendréis santa convocación; ninguna obra de siervos haréis; os será día de sonar las trompetas”. Esto es Mo’adim; como señala el libro de Génesis que Dios creó la luna y el sol para marcar las estaciones (o Mo’adim), los días y los meses. O sea, las celebraciones del calendario de Dios.

A partir de ahí comienzan diez días de Teshuva o arrepentimiento. También nosotros pretendemos en esos diez días examinarnos delante del Señor y buscar su rostro. No se trata de que tú conozcas algo más de Biblia o que adquieras cierto conocimiento. A Dios le interesa que seas limpio de todo pecado. Que no hagamos de cuenta que no están o los escondamos, sino que lo saquemos a luz delante de su presencia. Una práctica que hace el pueblo de Israel es que hacen una lista de pecados que saben que han cometido en el año, y no sólo le piden perdón a Dios, sino que también les piden perdón a quienes han ofendido de palabra y de hecho y contra quienes cometieron pecado. Lo que significa que toman muy en serio llegar al día de Yom Kippur siendo libres de todo pecado.

Hay otros significados acerca de lo que es la festividad de Yom Kippur, por ejemplo, como dice Mateo 24:38 y 39: “Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre”. El día de Yom Kippur es día de salvación, pero también de juicio. Como dijo Jesús, las ovejas serán puestas a la derecha y los cabritos a la izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí”. Son los que cumplieron con la ley del amor; la ley de Dios. Les dirá también a los de la izquierda: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis”. Es día de salvación para quienes fueron perdonados y día de juicio para quienes no recibieron el perdón de sus pecados.

“Que ese día no les sorprenda”, dice el Señor; “Diez días antes les mando una señal. Les preparo un día haciendo sonar trompeta para que ustedes se pongan a cuentas conmigo”. Como dije, el deseo de Dios no es que sepas mucho de la Biblia, sino que su deseo es limpiarnos y que nos presentemos puros delante de Él. No te creas que un día le entregaste tu vida a Jesús y ya está; debemos tener cuidado porque muchas veces pecamos, hacemos lo que Dios no quiere que hagamos. Por lo que necesitamos presentarnos delante de Él con corazones humillados. Nosotros podemos presentarnos delante de Dios cualquier día a cualquier hora; podemos entrar en su presencia en el nombre de Jesús cubiertos con su sangre. Y el pueblo de Israel tenía un solo día al año que era el día de la expiación. Un solo día al año entraba el sumo sacerdote al lugar santísimo con la sangre de los animales a orar y a interceder por el pueblo. Las cosas han cambiado en el Nuevo Pacto; pero no debemos perder de vista lo importante que es Yom Kippur, el día de la expiación. “Y ofreceréis en holocausto, en ofrenda encendida a Jehová en olor grato, trece becerros de la vacada, dos carneros, y catorce corderos de un año; han de ser sin defecto”, así dice la Biblia en Números 29:13.

No hay ninguna fiesta en la cual no se haga sacrificio y se presente ofrenda. Nadie se podía presentar delante de Dios con las manos vacías. Una de las grandes celebraciones aparece en el segundo libro de Crónicas, capítulo 5, y se trata de la consagración del primer templo, el que había edificado Salomón. Muchas veces hemos leído acerca de la construcción y de los miles y miles de sacrificios que ofreció Salomón y pasamos por alto que esa celebración ocurrió precisamente en las fiestas de otoño. Así dice 2ª Crónicas 5:2: “Entonces Salomón reunió en Jerusalén a los ancianos de Israel y a todos los príncipes de las tribus, los jefes de las familias de los hijos de Israel, para que trajesen el arca del pacto de Jehová de la ciudad de David, que es Sion”. Esta arca era la que Dios mandó a construir a Moisés cientos de años atrás y estaba guardada en la ciudad de David en una tienda; y cuando se edificó el templo, Salomón ordenó que se pusiera el arca en el nuevo templo.

En el versículo 3 continúa diciendo: “Y se congregaron con el rey todos los varones de Israel, para la fiesta solemne del mes séptimo”. El templo en su época fue una de las 7 maravillas del mundo. Este templo fue consagrado a Dios en la fiesta de Yom Teruah; la primera de las tres fiestas de otoño. Continuando con la lectura dice la Biblia en los siguientes versículos: “Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel, y los levitas tomaron el arca; y llevaron el arca, y el tabernáculo de reunión, y todos los utensilios del santuario que estaban en el tabernáculo; los sacerdotes y los levitas los llevaron. Y el rey Salomón, y toda la congregación de Israel que se había reunido con él delante del arca, sacrificaron ovejas y bueyes, que por ser tantos no se pudieron contar ni numerar. Y los sacerdotes metieron el arca del pacto de Jehová en su lugar, en el santuario de la casa, en el lugar santísimo, bajo las alas de los querubines”.

¿Por qué fue una celebración grande? Porque por primera vez diez días después iban a celebrar Yom Kippur; por primera vez, el sumo sacerdote iba a entrar en el lugar santísimo del templo que se había construido para Dios. Los capítulos 5,6 y 7 nos dan referencia de cómo Salomón celebró con el pueblo de Israel Yom Teruah, Yom Kippur, la fiesta de los siete días, que es Sukot, o la fiesta de los tabernáculos y seguido a esta celebraron la fiesta del Octavo día. Desde el primer día del mes hasta el día 23.

Miles de animales fueron sacrificados para el Señor en esas fiestas. En algún momento estas celebraciones adquirieron no solo un contenido, sino que también señala la Biblia que bajó la presencia de Dios y dice el versículo 14: “Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios”.

Como dije, estos días de celebración están marcados por las fases lunares. El primer día se ve un haz de luna, a los diez días está en fase creciente, y Sukkot es una fiesta de luna llena resplandeciente, la cual tiene un gran significado. Porque Yom Teruah y Yom Kippur tiene que ver con el perdón de los pecados, etc.; pero Sukkot se refiere a una fiesta de Dios con su pueblo. Ya no habrá allí gente que no haya sido perdonada. En Yom Kippur los que son perdonados están limpios y habilitados para celebrar con el Señor la fiesta de los Tabernáculos.

El apóstol Pablo les escribe a los tesalonicenses: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.  Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1ª Tesalonicenses 4:16 y 17). Estas fiestas están ligadas a la segunda venida de Cristo. En su venida se oirán las trompetas. Estamos en los últimos días; hay oscuridad en las naciones. No sabemos en qué momento el termómetro de la maldad del hombre desatará la furia de Dios. Mas Cristo vendrá y apartará a los que son suyos, y los demás serán juzgados.

Sukkot nos habla de gente resucitada. ¿Piensas tú estar ahí? 1ª Corintios 15:52 dice: “…en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados”. 30 días antes de Yom Teruah se tocaba trompeta cada día, anunciando la Fiesta de las Trompetas; y después de Yom Teruah se tocan las trompetas hasta el día de Yom Kippur, día en que se toca la trompeta final.

VELAR Y ESTAR PREPARADOS

Hay iglesias a las que este tema no les importa y dicen que cuando Cristo vuelva se van a ir con Él de todas formas. Así es el pensamiento de las vírgenes insensatas. El Señor ha dicho: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis” (Mateo 24:42 al 44).

¿Por qué nosotros prestamos atención a estas celebraciones y nos reunimos? Porque no queremos estar dormidos, sino que queremos velar. 1ª de Corintios 15:52 marca dos fiestas: Yom Teruah y Yom Kippur. Recordemos que la luna está oscura y cuando aparece un haz de luz sobre ella, dos testigos le hacen señal al sacerdote y este con un abrir y cerrar de ojos les avisa a quienes tocan las trompetas. Esta es una convocatoria a estar alerta; es un día de señal. En esta fiesta se manifestará la segunda venida de Cristo. Los que están muertos resucitarán primero y nosotros, así como dijo el apóstol Pablo, seremos transformados; recibiremos un nuevo cuerpo, espiritual, incorruptible e inmortal. No habrá más tiempo, luego vendrá la eternidad. No sabemos cuándo, pero sucederá. ¡La trompeta sonará!

Se discute acerca de eso de que nadie sabe el día y la hora, pero el apóstol Pablo le dice a los tesalonicenses: “Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón”. Por eso celebramos y somos convocados al toque de las trompetas. ¡No estamos en tinieblas! ¡Estamos en alerta! No sabemos cuándo vendrá Cristo y tampoco sabemos cuándo nos vamos a morir. Hoy tienes que decidir ser de Cristo. ¡Tienes que seguir a Cristo! ¡Toma en serio a Dios y a su palabra! ¡Lee la Biblia! Que no haya otras prioridades en tu vida. No creas que eres cristiano y no lees la Biblia ni oras. Después piensas y argumentas de acuerdo a las ideas que se te vienen en mente. Dios quiere que hables conforme a sus pensamientos y camines de acuerdo a sus caminos.

“Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo; ten misericordia de mí, y respóndeme. Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová” (Salmos 27:7 y 8). Este es un Salmo que se recitaba en Yom Teruah. Nosotros disponemos nuestros corazones para buscar el rostro del Señor. Entre Yom Teruah y Yom Kippur se habla de puertas abiertas. Dijo el salmista: “Esta es puerta de Jehová; por ella entrarán los justos” (Salmo 118:20). Se refiere aquí a las puertas de la gracia; a la invitación de Dios a entrar a su reino. El Señor Jesús advierte que un día esa puerta se va a cerrar; el día de Yom Kippur. Así como se cerró la puerta del arca de Noé. Ese día vino salvación para Noé y su familia, y vino juicio para el resto de los que se burlaron y no creyeron. Noé tomó tan en serio lo que Dios le había encomendado que pasó 100 años construyendo un arca, cuando todavía no había llovido nunca en la tierra. Tal vez tus compañeros en la escuela, en el centro de enseñanza o en tu trabajo se burlan de ti porque eres un cristiano o una cristiana. Y tú tratas de hacer cosas para agradar a esas personas porque no quieres ser rechazado o rechazada. ¡Escuchen adolescentes y jóvenes! Si tomas en serio a Dios serás rechazado o se burlarán de ti. Tú sigue a Cristo y no hagas caso; haz como Noé que siguió edificando el arca a pesar de las burlas y cuando llegó el día fueron salvos, él y su familia.

Hoy Dios invita al que no está seguro, invita al que está afuera. Hay quienes dejan pasar el tiempo; y el tiempo de decirle sí a Dios es el tiempo en que recibes la palabra. El Señor está golpeando la puerta de tu corazón. ¡Tómalo en serio! Te mirarán raro, pero tú alégrate. No te detengas a mirar lo que la gente piensa de ti; mira lo que Dios piensa de ti. Todos tienen que saber que tú amas a Dios y que Él es tu prioridad. No quieras parecerte a tus amigos para no sufrir rechazo. La puerta está abierta para que entres tú. Es la puerta de la gracia. Esa puerta está abierta aún para el pueblo de Dios, pero ese pueblo se ha endurecido por causa de nosotros. El pueblo de Israel rechazó al Mesías para que se produjera una persecución de los cristianos judíos que habían creído en Jesús como el Salvador, para que el evangelio se predicara en todas las naciones. Dice la Biblia en Romanos 11:25 “…ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito”.

Debes saber que muchos de los que se llaman cristianos van a poner su esperanza y su confianza en un gran líder que será un hipócrita malvado hijo del diablo. Los cristianos votan por gobiernos que legislan para quitarnos a nuestros hijos y que sea este que se haga cargo de ellos. Cristianos que votan sin saber por personas malvadas vendidas al diablo. Igual será con el anticristo. Los que tienen la mente en oscuridad no van a entender del anticristo. Israel pondrá su esperanza en un pacto de paz que hará con alguien en quien van a creer. Jesús dijo: “Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ese recibiréis”. Israel le creerá al anticristo que está pronto para manifestarse.

La puerta está abierta para los que aceptan a Cristo el Mesías. No hay una salvación para los judíos y otra para los gentiles; hay una sola salvación que viene por el perdón de pecados por la sangre de Jesús que ha sido vertida en el calvario. No hay dos pueblos distintos ni hay dos tratamientos distintos. Jesús derribó la barrera entre judíos y gentiles, así que ya no hay dos pueblos sino uno solo. El apóstol Pablo dijo que Israel también somos nosotros los que tenemos la fe del justo Abraham. Y dice la Biblia que Israel se va a arrepentir cuando vean que esta malvado se quiere sentar en el lugar santísimo como si fuera Dios y prohibirá toda religión y se hará adorar como un dios. Cuando vean eso dirán: “¡Qué hemos hecho!” Mi convicción personal, y tengo fundamento bíblico, es que el pueblo de Israel se va a arrepentir en 10 días, entre Yom Teruah y Yom Kippur. Y en esos días, como dice la Biblia, y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito” (Zacarías 12:10). En esos días Israel será salvo.

Los ancianos judíos dicen que Jesucristo es un impostor, pero dicen que los mejores amigos de ellos somos los cristianos. En Yom Kippur se cerrarán las puertas, y Jesús dijo: “Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois” (Lucas 13:25).

CONCLUSIÓN

Hay personas que tienen su Yom Kippur hoy; hay quienes morirán hoy y no saben que, si no han creído, a partir de hoy quedan condenados eternamente. Hay quienes piensan que tienen mucho tiempo de vida y dicen que lo van a pensar. Dices que cuando no estés tan ocupado vas a tomar en serio a Dios. Gente que no tiene tiempo para orar, ni para pensar en Dios y mucho menos amarlo. Tú crees que tienes el tiempo comprado. Todos nosotros tenemos un Yom Kippur. Hoy tenemos abiertas las puertas de la gracia, mas ninguno sabe cuál será el día ni la hora. Nunca olvidaré a un hombre que me dijo: “Necesito que Jesús me perdone. Estoy desesperado. Yo me consagré a los demonios para hacer caer a las esposas de los pastores”. Me dijo que se había acostado con muchas esposas de pastores. “Yo conozco el evangelio desde niño”, señaló. Este hombre arrepentido, oró a Dios, confesó su pecado y le pidió perdón. Y fue libre de la opresión que tenía. Este hombre que sintió paz, me abrazó y llorando me dijo: “Dios me ha perdonado”. Pasaron dos semanas y un ómnibus lo atropelló y murió. ¡Murió con las puertas abiertas!

Jesús habló de las 10 vírgenes, cinco de ellas eran prudentes, y las otras cinco eran insensatas; y todas esperaban las bodas del Cordero. Cinco de ellas tenían suficiente aceite en sus lámparas. Dice la Biblia que, “lámpara de Jehová es el espíritu del hombre” (Proverbios 20:27). Y la lámpara no puede alumbrar si no tiene aceite. Las insensatas se habían quedado sin aceite en sus lámparas. Eso significa que conocían de Dios, habían escuchado el evangelio, pero no dominaba el Espíritu Santo en sus vidas. No te vaya a sorprender Dios sin aceite en tu lámpara. En Mateo 25:6 leemos: “Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!”

¿Qué significa cuando dice “a la medianoche”? Este es el tiempo de mayor oscuridad en el mundo. En la hora más oscura de la historia de la humanidad, y nadie sabe cuál es esa hora más oscura; pero desde la ONU no quieren que los religiosos sigamos predicando lo que para ellos son discursos de odio. Pretenden que cambiemos la Biblia. No sé hasta dónde va a llegar la oscuridad y la maldad. Y están los cristianos que dicen que Dios nos ama a todos por igual, seamos lo que seamos. Es verdad, Dios te ama; pero Dios condena. Dios te ama, pero lo lamenta, porque además de amarte, también es justo. Y por el amor que te tiene no va a sacrificar su justicia. Se oyó el clamor, y las que se quedaron sin aceite tuvieron que salir a comprar; y mientras fueron, vino el esposo. Las que estaban preparadas entraron a la boda y se cerró la puerta. Los que quedan afuera conocerán lo que es el lloro y el crujir de dientes.

Yo hoy te confronto y te pregunto, ¿Eres un verdadero cristiano? ¿Eres una verdadera cristiana? ¿En qué puede verlo el mundo? Si te confunden con cualquier hijo de vecino, en tu vida no se está viendo la gloria de Dios. Quien está en Cristo tiene los frutos de Dios y enfrenta al mundo nadando en sentido contrario a este. No nades con la corriente para que el mundo te aprecie. Dios te ha mandado a nadar en contra del mover del mundo, aunque este te repudie. ¡Eres de Cristo y tienes que sentirte orgulloso y orgullosa! La puerta está abierta. ¿Quieres entrar? Alguno dice: “¡Es que es difícil dejar de pecar!” Es porque amas el pecado. No necesitas hacer fuerza para dejar de pecar; necesitas arrepentirte y pedirle perdón al Señor. Esto es Teshuva.

Reconoce que eres esclavo o esclava del pecado, pero que te acercas a Él porque sabes que Él es quien te puede librar del pecado y de toda maldad. Jesús es el Mesías. La ofrenda más grande que se dio a favor de tu alma es Jesucristo mismo muriendo en la cruz del calvario.

Tú qué quieres entrar por esas puertas, haz una oración y dile a Jesús: “Señor, te necesito, no quiero quedarme afuera. Vengo a ti antes que la puerta se cierre. ¡Entraré con gozo! Límpiame con tu sangre y cúbreme porque no puedo entrar sucio. Jesús, tú has muerto por mí en la cruz del calvario. Declaro que eres mi Dios y mi Señor. ¡Tú eres mi salvador! Dame vida nueva y que no me sorprenda el juicio. Me cobijo debajo de tu gracia. Te recibo en mi corazón. Sé que la única manera de entrar por la puerta es contigo viviendo dentro de mí. ¡Recibo tu Espíritu Santo! El aceite de mi lámpara lo recibo ahora, en el nombre de Jesús, amén”.

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