TODO LE PERTENECE A DIOS - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

TODO LE PERTENECE A DIOS

INTRODUCCIÓN

Leemos en Juan 1:3: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”.

Ahora, quien hace algo es dueño de lo que hace, y cuando decimos “todas las cosas” significa “todas las cosas”. La pregunta que tenemos que contestar hoy es: ¿Habrá algo en el universo que no le pertenezca a Dios? ¿Le pertenece satanás? ¿Los demonios, el lago de fuego y azufre le pertenecen a Dios? Si lees bien, la Biblia dice que todo fue hecho por Él y sin Él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. Y hay otra parte en la Biblia que dice que todo fue hecho por Él y para Él.

No te sientas dueño de nada porque nada te pertenece. Nada es tuyo. El Señor se va a asegurar que te entierren en la tierra y que te coman los gusanos y que vuelvas al polvo para que no te creas que eres dueño de algo. ¿Quién te ha creado? ¡Dios! ¿Y de quién eres? ¡De Dios! Fuiste creado para Él así que no tienes derecho a decir nadie me va a decir a mí lo que yo tengo que hacer. Los ricos se creen que son dueños de sus riquezas, pero Dios se va a asegurar que se mueran bien muertos, que sean enterrados, que se lo coman los gusanos y que no se lleven ni un gramo de oro porque todo lo ha creado Dios, y lo ha creado para Él.

Entonces tenemos que entrar en conciencia de que somos seres creados a imagen y semejanza de Dios, pero no nos ha hecho Dios para que nosotros nos creamos dioses. El único que puede hacer lo que se le da las gana es Dios. Dice la Biblia que Dios hizo todas las estrellas y les puso nombre y las llama a cada una por su nombre. Te repito, Dios es dueño y Señor de todo cuanto existe y a todo le puso límite. Sin embargo, a lo que menos le puso límite es al hombre, porque le dio la potestad o el libre albedrío para tomar decisiones; le dio el libre albedrío de pensar, de crear y decidir.

Ahora, tú puedes pensar cualquier cosa, pero no todo lo que piensas es bueno. Puedes hacer muchas cosas, pero no todo lo que lo que haces es bueno. El Señor te pone límites morales y éticos. Puedes ser más creativo que todos los animales e inventar muchas cosas; pero el Señor te puso límites y te va a juzgar conforme a lo que haces.

DIOS CREÓ PARA EL

En el principio la tierra estaba desordenada y vacía; y dijo Dios sea la luz, y fue la luz, y vio Dios que era buena. Y es que Dios decidió que la luz era buena. En contraposición, está la oscuridad de la cual no dijo que era buena. Separó entonces lo bueno de lo malo, separó la oscuridad o las tinieblas de la luz; y a la luz llamó día y a las tinieblas llamó noche. A todo lo malo lo puso dentro de lo que es la oscuridad. Por eso le llama reino de las tinieblas al reino de satanás, y a él le llama príncipe de las tinieblas. Entonces, si bien al que menos límite le puso fue al hombre, porque lo creó a su imagen y semejanza, le dijo: “Mira que yo te doy la libertad, escoge la vida, no escojas la muerte. Yo te voy a enseñar lo que está mal y lo que no está mal. Eres considerado lo mejor que yo he creado, pero la condición es que vos dependas total y absolutamente de mí”.

Este es un tema que el hombre no ha logrado aprender bien, aún los cristianos; porque nos acostumbramos a creer que nosotros establecemos nuestra propia norma moral y nos acostumbramos a creer que si a mí me parece que está bien algo que hago, entonces a Dios también le tiene que parecer bien, o Dios tiene que estar de acuerdo con lo que yo decido que está bien. Pero no está bien lo que yo decido que me parece que está bien, sino que está bien lo que hago dentro de la voluntad de Dios. El bien no es lo que a mí me parece, es lo que a Dios le parece. Lo bueno no son las buenas intenciones que tienes; lo bueno es la voluntad de Dios. Lo bueno no es que trataste de hacerlo bien; lo bueno es cuando haces lo que Dios quiere. Entonces no se entiende muy bien la enseñanza que está en la Biblia que habla de negarnos a nosotros mismos, o llevar nuestra cruz. Y decimos, ¿por qué está mal que yo haga esto, si no le hago mal a nadie? Un borracho me dijo: “Yo tomo, pero no le hago mal a nadie. Me hago mal solo a mí mismo”. Tenía esposa e hijos y dejaba sin comida a la familia; y decía que no le hacía mal a nadie.

Queremos nosotros por nuestra propia inteligencia o entendimiento, o por nuestros propios relacionamientos intelectuales decidir qué es el bien y qué es el mal. Recuerdo un muchacho que se iba a casar; un chico consagrado. Yo lo anhelaba para el reino de Dios. Y se enamoró. Yo le dije que no se involucrara con la chica porque se iba a alejar del propósito para su vida por causa de ella, pero no me escuchó. Después de dos años de matrimonio me dijo: “Usted tenía razón, le estoy pidiendo a Dios que me perdone. Ahora me doy cuenta que esta mujer me está amargando la vida. Me voy a divorciar”.  ¿Qué vas a hacer?, le pregunté con asombro. A lo que me dice: “Me voy a divorciar. Si usted me había dicho que no me case”. “No, pero ya te casaste y le prometiste a Dios en el altar que la ibas a amar hasta que la muerte los separe”, le recordé. “Pero ahora Dios no me va a obligar a vivir una vida entera con ella. ¿Va a querer Él que yo sea un infeliz?”

Vivimos argumentando a favor de nuestros pensamientos, ignorando cuál es la voluntad de Dios para nuestra vida. Nunca pierdas de vista que Dios te hizo para Él. Tú dirás, ¿Y ahora qué quiere Dios de mí?” ¿Cómo qué quiere? ¡Él es tu dueño! Tú no te vas a ir al infierno porque has hecho las cosas mal. Te vas a ir al infierno de patitas porque Dios te manda; porque siendo de Él le demuestras que no lo quieres a Él y no lo obedeces. Entonces Dios te manda al lago de fuego y azufre, que es el lugar que ha preparado para satanás y para sus demonios. ¿Te gusta hacer lo que se te da la gana? A satanás también le gustó eso. Entonces, vas con satanás.

Es un tiempo en que las cosas están sumamente confusas. Un nene de seis años le trajo a la mamá un dibujito que había hecho de un pene penetrando un ano. ¿De dónde lo sacó? ¡De la escuela! Es lo que le enseñan. ¡El hombre se ha vuelto loco! Leí una noticia de una mujer que había sido violada en un baño público mixto. La había violado un hombre con pollera. El hombre ha perdido el rumbo desde que decidió desobedecer a Dios. ¿Qué pasó con Adán? Le pasó lo que nos pasa a nosotros. Queremos decidir nosotros entre el bien y el mal; lo que está bien y lo que está mal. Pero fue Dios el que separó la luz de las tinieblas.

¿Quién creó a satanás? Es ilógico que Dios creó a satanás. ¿Acaso tu lógica es mejor que la de Dios? ¿Tus pensamientos y tus razonamientos son buenos y los de Dios son malos? ¿Quién le va a discutir a Dios lo que hace? ¿Quién es capaz? ¿Quién tiene la altura moral como para ponerse a la altura de Dios y ganarle argumentándole? Dice la Biblia en Isaías 54:16: “He aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir”. Yo soy el creador de las tinieblas y de la luz; pero establezco una diferencia entre la luz y las tinieblas. Satanás, que se rebeló antes que el hombre contra Dios, le quiere enseñar a Eva y a Adán que él puede ser como Dios decidiendo entre la luz y las tinieblas, y que él puede ser como Dios conociendo el bien y el mal. ¡Dios quiere que tú conozcas el bien! Él te quiere sacar de la oscuridad y quiere ponerte del lado de lo que él dijo que es bueno. La luz es buena y la luz está del lado de Dios.

Una mujer que adulteró estaba enojada contra Dios diciendo que Él la soltó de la mano. ¿Quién soltó la mano de quién? ¡Ella soltó la mano de Dios! Nuestro intelecto está corrompido. Otro dice: “Caí en adulterio. Iba tan bien, estaba alabando a Dios, cantando en el púlpito tan cerca de Dios y pum metí la pata”. ¡Ah, pum metiste la pata! ¿No sabes que para cometer pecado primero eres seducido? Hay un proceso en que el pecado se concibe primero en el corazón. Y cuando se da a luz ese pecado es porque ya había pasado por un proceso de embarazo. No es que justo metiste la pata. Metiste la pata porque había algo adentro tuyo que no veías, pero Dios sí lo veía.

La conclusión es que lo que más tienes que cuidar es que en tu vida se haga la voluntad de Dios. ¿Y cómo hago yo para saber cuál es la voluntad de Dios? ¿Cuánto tiempo pasas en las redes, y cuánto tiempo te dedicas a leer la Biblia? ¿Cuánto buscas a Dios y cuánto lees la Palabra de Dios? Porque los que conocen la voluntad de Dios son los que ponen a Dios en primer lugar. Esos están siendo guiados por el Espíritu Santo a toda verdad. ¿Sabes cómo hacer para conocer la voluntad de Dios? Pastor ayúdeme, dígame como hago. Se trata de comunión con Dios, así de sencillo. Si no tienes comunión con Dios no vas a conocer cuál es su voluntad. Me han venido a decir: “Pastor, vengo a que me aconseje”. “¿Quieres que yo te aconseje o que te dé el consejo de Dios? ¿Vas a obedecer lo que yo te diga?” Y termina diciéndome: “Bueno, usted dígame y yo después decido que hago”. Yo estoy aquí para decirte cuál es la voluntad de Dios, y si no sé cuál es la voluntad de Dios te voy a decir que no sé, pero te voy a mandar a orar a ayunar hasta que Dios te muestre a ti su voluntad.

Un hermano ha luchado por varios años para decidirse si iba a dejar todo para dedicarse a servir a Dios como yo hice. Viene un día y me dice: “Ya tomé la decisión con mi esposa. Hemos orado y tomamos la decisión de dedicarnos tiempo completo a la obra. Vamos a ir a donde usted nos mande”. Pasaron unas semanas y en esas semanas le salieron unas ofertas de trabajo increíbles, con muy buena paga y un cargo importante. Entonces me dijo: “Esto es lo que yo he soñado toda mi vida y es lo que le pedí a Dios toda la vida. ¿A usted qué le parece?” No me extraña para nada le digo, que el diablo te presente flor de trabajo de muchos miles de dólares cuando vos tomaste la decisión de servir a Dios. ¿Ves qué fácil que fallamos?

LAS IDEAS DE DIOS, SON MEJORES QUE LAS TUYAS

Dios me ha llevado a hablar de estas cosas porque veo que los creyentes muchas veces están muy perdidos y les resulta más fácil consultar al pastor que consultar a Dios. A mí me gustan esos que vienen y me dicen, pastor, estuve orando y ayunando y ya sé lo que tengo que hacer porque Dios me lo confirmó. Cuando alguien me dice que le habló Dios, yo me callo la boca y no opino más. Porque si me dice que Dios le habló, ¿qué tengo que meterme yo en la decisión? Cuando alguien está seguro que Dios le habló, no hace falta pastor. En otras palabras, tienes que hacerte a la idea de que la decisión más importante que tienes que tomar en tu vida es no decidir tú. ¡No tienes que decidir tú! Tú tienes una buena idea, pero te aseguro que Dios tiene otra mejor. Los proyectos de Dios son mejores que los tuyos. Eso es renunciar a mí mismo, renunciar a mis deseos, renunciar a mis proyectos, renunciar a mis buenas ideas. Yo tenía miles de buenas ideas. La única idea que yo no tenía era ser pastor. Y estoy sorprendido de que Dios me hizo pastor, hasta el día de hoy que llevo 30 años ejerciendo el pastorado. Yo pienso cómo se las arregló Dios para que yo sea pastor porque esa idea, ese proyecto y ese pensamiento no estaba en mi corazón; lo que me maravilla, por eso lo repito tantas veces. Y es que ya me han escuchado muchas veces hablar de esto. Dios tenía un plan y es que yo sea pastor, y me costó tanto renunciar a mis planes, a mis proyectos, a las cosas que yo anhelaba. Tanto, que el Señor me tuvo que quebrantar y me tuvo que humillar. Más de una vez le dije a Dios: “¡Me has quitado todo lo que yo amaba! ¡Te tengo miedo! ¿Qué quieres hacer conmigo?” Así que, en ese quebranto, Él fue metiendo sus pensamientos y sus deseos en mi corazón. Un día yo desperté y dije: parece que Dios quiere que yo sea pastor. Y era así, era su voluntad. Yo tenía muy buenas ideas. Yo quería ser consagrado, quería dar diezmos y ser ayudante de los predicadores. A mí me gustaba, por ejemplo, ayudar a algún evangelista. Yo le fabricaba el escenario, las luces, todo. ¡Tenía buenísimas ideas! Pero la única que sirve, la única que vale es la voluntad de Dios.

Hay un versículo en la Biblia que dice que raíz de todos los males es el amor al dinero. El dinero o la riqueza traen poder, como los de la élite que están ejerciendo poder y asfixiando al planeta. Los más ricos del mundo, los que más plata tienen. Ellos son lo que están trastornando a las naciones cambiándole la cabeza argumentando que la mujer puede ser hombre y que el hombre puede ser mujer. Planificando reducir la población, sometiéndola con engaños como que no vas a tener riquezas, pero vas a ser feliz porque el estado mundial te va a dar una cuota; y todos vamos a comer bien, aunque ellos son los dueños de las riquezas del mundo. Todo este mal lo están haciendo porque tienen poder para hacerlo.

En estos días han logrado que el gobierno de Uruguay firme un compromiso por el cual le permiten a la Organización Mundial de la Salud tomar decisiones que no van a pasar por la Cámara de Diputados ni por la Cámara de Senadores porque las órdenes van a venir directamente a los organismos de salud. La salud va a estar totalmente controlada por la Organización Mundial. Cuando ellos digan todos adentro de la casa, van a ir todos adentro de la casa. Cuando ellos digan todos vacunados, todos van a ser vacunados. Lo del covid ha sido solo una pruebita. Han declarado que van a surgir otras plagas y que hay que juntar dinero para enfrentar los acontecimientos futuros.

Hageo 2:8 dice: “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos”. Dios creo el oro y es de Él. ¿Cuánto te vas a llevar? ¡Nada te vas a llevar! Uno de esos poderosos del Foro Económico Mundial tiene 98 años de edad y está por morirse el tipo, y no se va a poder llevar ni un gramo de oro, solo que va a dejar un desastre en el planeta tierra antes de irse. Pero el Señor no va a permitir que el Foro Económico Mundial le robe un solo peso. Dios va a establecer su voluntad en la tierra y se va a hacer lo que Él quiere. Al que le gusta las tinieblas lo va a mandar a allí, y al que le gusta la luz, Él lo va a exaltar en las naciones. Dios va a hacer las cosas como Él quiere y no va a permitir que el hombre tome el control de sus riquezas ni del poder. ¡El hombre va directo al fracaso!

CONCLUSIÓN

Para terminar, dice el Salmo 2: “¿Por qué se amotinan las gentes y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas. El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. Luego hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira. Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte. Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy”.

¿De quién está hablando? ¿Del Foro Económico Mundial o de Cristo? Pídeme, le dice Dios al Hijo, y te daré por herencia las naciones. ¿De quién son las naciones? ¡De Cristo! Quién va a gobernar las naciones con vara de hierro es Cristo.  Así lo dice el Salmo 2: “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás. Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; pues se inflama de pronto su ira”.

¡Bienaventurado los que confían en Él! Van a querer que renuncies a tu fe en Jehová de los ejércitos. Van a querer que los obedezcas a ellos; para ello te van a infundir temores. ¿Recuerdas cuando decían que ibas a perder el trabajo si no te vacunabas o que no ibas a poder entrar a determinados lugares? Decían también que habría un mundo de los vacunados y otro de los no vacunados. ¡Te asustaron! De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan, dice la Biblia en el Salmo 24:1. Fuimos hechos para Él, y el Señor nos guardará de todo mal.

Dile en esta hora: “Tú eres el Juez de toda la tierra y yo soy tuyo. He decidido que voy a renunciar a mí mismo y voy a tomar mi cruz para seguirte. Elijo hoy tu voluntad sobre la mía, tus deseos sobre los míos, tus pensamientos sobre los míos. Que sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Yo te pertenezco y pertenezco a la luz, amén”.

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