DISPUESTOS A PADECER - Misión Vida para las Naciones

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Montevideo

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MENSAJES DEL CIELO

DISPUESTOS A PADECER

 

               INTRODUCCIÓN

Abrimos nuestras Biblias en Santiago 1:2-4: 2Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 4Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”

Es decir, no sólo vamos a tener pruebas sino que debemos estar gozosos cuando ellas vengan; las pruebas son un catalizador, son un método de Dios para poder discernir y entender qué clase de creyentes tiene en sus filas.La Bibliaafirma que hay creyentes que tienen la habilidad y la capacidad de atravesar diversas pruebas y permanecer con la cara resplandeciente y sonriente. En contraposición, hay creyentes que cuando atraviesan diversas pruebas, comienzan a hacer determinadas preguntas, como: ¿Por qué Dios permite que me pase esto? ¿Por qué justo a mí? ¿Por qué justo ahora? ¿Te has hecho estas preguntas? O sino, las otras interrogantes que surgen, son: “¿Es justo que un creyente tenga que padecer tal o cual cosa? ¡Creo que es injusto que a mí me pase esto!” Como queriendo decir, “¡ya lo voy agarrar a Dios!” Cuando has dicho o pensado esto, has considerado que Dios es injusto. Y te voy a hacer una pregunta: ¿Quién eres tú para considerar que Dios es injusto? Debo decirte que Él ha determinado que atravesemos por diversos acontecimientos ¡Yo creía que hacerse cristiano era dejar de padecer! No, no es dejar de padecer, es comenzar a sufrir pero con gozo. No estoy hablando de los padecimientos que vienen a causa del pecado, por ejemplo, que te tome un cáncer por fumar, o un SIDA por llevar una vida sexual descontrolada; esas no son pruebas sino padecimientos a causa de nuestras malas obras.

 

 

NUESTRA ACTITUD FRENTE AL PADECIMIENTO

La Bibliadice que todo aquel que quiere vivir piadosamente sufrirá o padecerá persecución. Por ejemplo, todo el que quiera hacer la voluntad de Dios será perseguido así que si no estás siendo perseguido, ¡no estás haciendo la voluntad de Dios! ¿Es lógico este razonamiento? La prueba es la que determina qué clase de soldados de Jesús son los que van a llevar adelante el establecimiento del reino de los cielos y quiénes se van a quedar en el camino, porque hay algunos que oran a Dios diciendo: “Si te portas bien, si me barres y me allanas el camino, te voy a servir”. Hay otros peores que ni siquiera sirven a Dios, solamente vienen a la iglesia. El creyente que no quiere padecer se queda en casa cuando llueve, no vaya a ser que se moje, necesita cierta temperatura para servir a Dios, por ejemplo, no lo hará si hay más de 30 o 32 grados, por tanto, está haciendo un monte de oración para pedirle a Dios que estabilice la humedad ambiente: “¡Oh Dios, te pido en el nombre de Jesús, que nunca pase de 50 % la humedad ambiente y si es posible, que nunca llueva! Señor, cuenta conmigo si el clima está bien, si me allanas el camino, si no me enojo con el pastor y me das todo lo que te pido. ¡Pero hay otros que sirven a Dios a pesar de todo!

1ª Pedro 4:1 dice: Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado”

Puesto que Cristo padeció lo mismo que nosotros, es decir, ha atravesado nuestras mismas circunstancias, tampoco se considera algo extraño a la vida cristiana dice la palabra de Dios, que por cuanto Cristo padeció por nosotros en la cruz del calvario, nosotros también debemos armarnos con el mismo pensamiento, es decir, que también sufriremos sus mismos padecimientos. Hay otra versión dela Bibliaque dice “ustedes deben estar dispuestos a sufrir por él o a padecer por él”. ¡Tenemos que estar dispuestos a sufrir por Él! ¿Quieres sufrir por Cristo?La Bibliano dice que tienes que “querer” sufrir por Cristo, es decir, no es necesario orar pidiendo que Dios te mande padecimientos, ¡Oh Señor, quiero padecer por ti, que mi señora se vaya con otro” ¡No! No es necesario querer padecer sino tener una buena disposición frente a los padecimientos. El versículo que anteriormente leímos, refiere a “armarse con el mismo pensamiento”; “estar armados” implica “estar preparados” para cuando vengan los padecimientos. No es que debemos pedir o querer padecimientos pero sí debemos estar dispuestos a padecerlos. El estar dispuesto determina la victoria, aquí hay sabiduría. El problema no es qué clase de padecimiento estás atravesando sino que lo importante es cuál es tu disposición frente al mismo. Algunos se asustan con una cucaracha o con la sombra de un globo; cuando una persona no está dispuesta al padecimiento, un pequeño problema se puede ver muy grande; por ejemplo, he escuchado cristianos que dicen: “No soporto la injusticia, ¡me voy de esta iglesia!” ¡No están dispuestos a padecer!

Dicela Bibliaque tenemos que soportarnos unos a otros, así que estoy agradecido por todos los hermanos que me han soportado. ¡Gracias mis hermanos! No se hagan problema, yo también los estoy soportando a ustedes. ¿Cuántos pueden decirme gracias pastor por soportarnos? Una persona que está dispuesta y armada para enfrentar los padecimientos podrá soportar cualquier prueba, por más grande que sea, como si fuera pequeña, en tanto que quien no esté armado para soportar padecimientos, ha de atravesar un problema pequeño como si fuera un gran océano. Algunos tienen los cables un poco cruzados, creen que pueden hacer grandes cosas para Dios, mas son como ese novio que le escribió la carta a la novia diciendo: “Por ti subiría a bajar la estrella más lejana, por ti nadaría el océano atlántico… el próximo viernes, si no llueve, te voy a visitar”.

¡Estar dispuestos a enfrentar padecimientos es la clave! Lo importante no es lo que padeces sino cuál es tu disposición a enfrentarlo. El creyente que no está dispuesto a padecer es una persona con la que Dios no puede contar; uno que está dispuesto es alguien que hará la obra de Dios llueva, truene, haga frío o calor, lo insulten, lo halaguen o no. Los unos estarán dispuestos a hacer las tares más fáciles, más tranquilas, más sencillas, en los días más calmos, y los otros estarán dispuestos a hacer las tareas más complicadas, más fuertes y más difíciles, llueva o truene. ¿En qué lista te anotas? “Señor, si el domingo no llueve, voy al culto”. Y Dios te manda una notita: “Muy agradecido, hijo querido”.

Hebreos 12:2 dice: “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”.

El pensamiento de Jesús era: “Señor, si es posible aparta de mi esta copa”. Jesús no quería padecer pero sí estaba dispuesto a ello. Dicela Biblia, “por el gozo puesto delante de él…” Dios Padre le puso un padecimiento y le dijo, “te voy a dar gozo por causa de este padecimiento”; cuando una madre va a tener un hijo, ha de atravesar un padecimiento durísimo; recuerdo que cuando nació mi hija Vivi, Marta mi esposa apretaba los dientes fuertemente… he conocido hombres que se desmayan cuando ven a su esposa padecer tal situación, pero a pesar de que es un padecimiento muy grande, he visto que las mujeres igualmente quieren tener hijos. Te enteras de que a una madre se le murió el bebé,  de que a otra le tuvieron que hacer un legrado y a otra una cesárea… sin embargo las mujeres quieren tener hijos. ¿Por qué? ¡Por el gozo de tener un hijo! Del mismo modo, Jesús estuvo dispuesto a padecer por nosotros y fue a la cruz, fue menospreciado, avergonzado, azotado y escupido. ¡Él no quería padecer pero estuvo dispuesto!

Lamentablemente, la mayor parte de los padecimientos no tienen que ver con cosas que Dios nos manda. Por ejemplo, Éxodo 15:22 relata acerca de los israelitas, que al tercer día de haber cruzado el Mar Rojo, el cual se abrió de par en par para que cruzasen (lo cual fue un milagro extraordinario), no encontraron agua. Dice este pasaje que llegaron a las aguas de Mara y no pudieron beberlas porque eran amargas, por eso le pusieron el nombre de “Mara”, que significa “amargura”. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés y dijo ¿qué hemos de beber? Y Moisés clamó a Jehová.

Hacía tres días que Dios había abierto el Mar Rojo, no obstante, se olvidaron del milagro que Dios había obrado en su favor y comenzaron a murmurar contra Moisés. ¡Esa actitud implica falta de disposición del corazón a padecer y falta de confianza en Dios! ¿Cómo te va sacar Dios del Mar Rojo para luego matarte de sed? ¡Para eso te hubiera ahogado adentro de él!

Los israelitas pues, estaban murmurando por las aguas amargas: “¿Por qué Dios permite estas aguas? Moisés, ¡Haz algo!” Y Moisés clamó a Dios quien le mostró un árbol, el cual cortaron y lo pusieron en la fuente. Cuando el árbol tocó las aguas, éstas se volvieron dulces. ¡Tengo una noticia para ti! Dios no es el que hace tus aguas amargas, ¡Él es quien las endulza!

Claro que Dios podría haber tenido aguas dulces ahí guardaditas, en vez de aguas amargas. Pero alguien puso las aguas amargas, algo sucedió en esa fuente. Ahí estaban las aguas amargas pero también ahí estaba Dios para endulzar esas aguas. ¿Cómo vas a despotricar contra Moisés y murmurar contra Dios? ¿Cómo vas a empezar a decir que Dios te quiere matar en el medio del desierto y decir que Él no es justo? ¡Dios está precisamente para bendecirte y para ayudarte en la situación que estás enfrentando! Él está para alentarte y para fortalecerte. Dicela Bibliaque Dios probó el corazón de su pueblo en las aguas amargas y le dio mandamientos y estatutos. ¡El prueba nuestro corazón en las dificultades y en los padecimientos!

Hoy estaba leyendo el libro de Rut, cuando Elimelec se fue de Belén, que significa “casa de pan”. Dicela Bibliaque vino hambre a la zona de Belén y Elimelec se fue a vivir a las tierras de los moabitas. Pasados unos años, se murió él y sus dos hijos, los cuales se habían casado con mujeres moabitas. Noemí, la viuda de Elimelec, decidió volver a su tierra natal, y allí en Belén, la gente, al verla, comenzó a decir: “ahí viene Noemí” cuyo nombre significa “placentera”. Mas ella decía, “no me llamen placentera, llámenme Mara porque yo salí con las manos llenas y Jehová me ha traído con las manos vacías”. ¡Parecía un cristiano de Misión Vida! Si leemos atentamente el versículo 1, dice que se fueron a Moab porque había hambre en Belén. ¿Por qué entonces dice Noemí que se fue con las manos llenas? ¡Así somos! “Pastor, ayúdeme, Dios se las agarró conmigo. ¡No me oye!” Y si Él no te oye, ¿y que hago yo? ¡Dios es quien viene a endulzarte las aguas! ¡El no viene a amargarte sino a endulzar tus aguas y a ayudarte en tu padecimiento!

Cuando Jesús estaba padeciendo en el Getsemaní, chorreando gotas de sangre, Dios envió ángeles para fortalecerlo. El está de tu lado en las dificultades. ¡Cuenta a Dios dentro de quienes te ayudan!

Algunos murmuran diciendo: “Yo creo que Dios es injusto, Él se ha olvidado de mí”. ¿Se olvida un hijo? He visto que ni las mujeres que han abortado se olvidan de ese niño abortado. Ven un niño de la edad aproximada que tendría su hijo y dicen, “así sería mi hijo ahora”… aún pasan 40 años, ven a un hombre grande y dicen, “así sería mi hijo si no lo hubiera abortado”. El mundo quiere tomar el aborto como una cosa liviana, ¡pero jamás se puede olvidar un niño abortado! Y si tú no olvidas a tus hijos, Dios mucho menos olvida a los suyos. ¡Estás en el corazón de Dios! ¡Eres su amado! Algunos creen que porque son muy negros o muy gordos, Dios no los ama. Pero debes tener en cuenta que Él está entre los que te ayudan. ¡Dios te ama profundamente!

Dice la Bibliaque en una oportunidad estaban los discípulos en una barca y se levantó una gran tempestad y las olas comenzaron a entrar en la barca. Despertaron a Jesús y le dijeron: “¡Señor, ¿no ves que padecemos? ¡Haz algo!” Jesús se levanta y les dice: “¿Qué les pasa? ¡Gente de poca fe!” Y reprendió al viento y a las olas y se hizo gran bonanza. Jesús no es quien te manda la tormenta sino que Él la detiene. ¿Confías en él? Algunos dicen, “¿dónde está Dios?” Jesús dijo: he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20) ¡Todos los días cuentas con Él!

¡Perdónanos Señor! Considero un pecado muy grande, que cuando atravesamos una tribulación, le atribuyamos injusticia a Dios y preguntemos dónde está Él. Dios es el que está a tu lado, es el que te ama y te ha dado preciosas y grandísimas promesas para que puedas llegar a ser partícipe de su naturaleza divina. Él es quien te escribió esta carta de amor, que esla Biblia, para que puedas participar de su naturaleza. ¡Gracias Dios! Tanto hizo Jesús por ti… ¿estás dispuesto a padecer por él? ¿Estás dispuesto a servirle aunque llueva y aunque no te aplaudan? ¿Estás dispuesto a servirle aunque no te tengan en cuenta y aunque murmuren de ti porque le estas sirviendo? ¿Estás dispuesto a soportar a los hermanos por amor de Cristo? ¿Estás dispuesto a padecer por tu pastor aunque se equivoque?

¿Quieres que hoy Dios te cambie el corazón?La Bibiadice cosas preciosas de las tribulaciones; afirma que somos más que vencedores en Cristo, que nada podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús, ni hambre, ni desnudez, ni ninguna otra cosa. El amor de Dios no está condicionado por las circunstancias que estamos viviendo, ni lo alto, ni lo bajo, ni lo ancho, ni lo profundo, nada de lo creado nos podrá separar del amor de Dios; antes en todas estas cosas, dicela Bibliasomos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Romanos 8:37-39). “Sí Señor, estoy dispuesto a atravesar la tribulación con una sonrisa de oreja a oreja y decirte Señor te amo y se que tú no eres el responsable de la aguas amargas, ¡tu eres el responsable de la dulzura de mis aguas! Gracias Padre, aquí está mi corazón, tómalo en tus manos, tú quitarás mi aflicción después que me hayas perfeccionado.

Dios promete que en medio de las  aflicciones purificará tu fe como al oro fino; dicela Bibliaque nuestra fe es más preciosa que el oro fino y de la misma manera que éste se purifica en el fuego, la fe del creyente se prueba a través de las tribulaciones. Tendrás que dar gracias a Dios por tus padecimientos; Señor, estoy dispuesto por tu causa a padecer con gozo; he visto creyentes que han caído enfermos y han dicho: “Señor, ¿cuál es el propósito de mi enfermedad? ¿Será que tú quieres que yo predique?” Y han comenzado a predicar a las enfermeras, a los médicos y algunos enfermos se han levantado cuando recibieron la palabra de Dios y terminaron viendo que Dios les había llevado a actuar. ¡Dios tiene planes con mi vida! ¡Aquí estoy padeciendo por Cristo!

 

 

CONCLUSIÓN

 

¿Estás dispuesto a padecer por Cristo? ¿Estás dispuesto a decir “Padre por esta palabra estoy dispuesto a que cambies mi corazón frente a las dificultades”? Si estás dispuesto, haz esta oración ahora mismo:

Señor, yo no soy de aquellos que vendré delante de ti a decirte “me retiro del trabajo que me diste porque tengo dificultades, tú has visto que con todos los problemas familiares que tengo no te puedo servir”. Oh Dios mío, desde el mismo momento que me dispuse a padecer, el diablo se ensañó contra mí, justo cuando empecé a ayunar, me dio hambre. Quiero que cambies mi actitud. ¡Cambia mi corazón! Quiero que hoy me bendigas, ya no importan las aguas amargas, sé que tú las endulzas, sé que saldré de mi tribulación y de mi padecimiento bendecido. ¡Sé que mi fe será perfeccionada! Quiero recibir esta palabra en mi corazón, que ella fructifique. Padre amado, sopla en mí. ¡Haz tu obra Señor! Que hoy sea modelado a tu imagen, que pongas tu mano alfarera y hagas la obra que tú quieras. Te pido perdón por mi pobre disposición a atravesar las dificultades con gozo. Perdóname por mi negativismo, por mis murmuraciones, por no haber cumplido cuando las dificultades vinieron, por haber abandonado aquello que tú me diste para hacer. Quiero servirte Padre mío, opera en mí, haz tu obra en mí. ¡Que esta palabra haga su trabajo! Creo que tu palabra es la espada del Espíritu opera en mí. ¡Que tú seas honrado y glorificado en mi vida! En el nombre de Jesús hago esta oración, amén”.

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