ESPÍRITU DE ASNO MONTÉS - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

ESPÍRITU DE ASNO MONTÉS

Recientemente, mientras estaba liberando a una persona, le dije de pronto: “¡Espíritu de asno montés, te ordeno que salgas!” ¡Y se desató la furia del demonio! Esa persona me comentó que cuando escuchó las palabras “asno montés” algo estalló dentro de él y ni yo sabía por qué había dicho esas palabras, pero estaba echando fuera el espíritu de asno montés, aunque sí tenía referencias acerca del hecho que el asno montés o asno salvaje, como se traduce en la Biblia es un animal que habita en el desierto. Tenía como referencia también que éste es un animal fiero del desierto, y lleno de lujuria. ¡Muy ardiente el hombre!, quise decir, ¡el asno!

A raíz de esa ministración me surgió la necesidad de estudiar un poco más acerca del burro. Sabemos que el burro es un animal muy digno en Oriente, no se estilaba que el rey se montara en un caballo; la tradición de la realeza en Medio Oriente era que el rey montara un asno blanco; por eso Jesús montó un asno cuando entró como un rey en Jerusalén. De este evento nace lo que hoy se llama “domingo de ramos” ya que Jesús entró en Jerusalén una semana antes de ser crucificado y lo hizo como un rey; la gente lo aplaudía y echaban delante de Él ramas de olivo y palmeras y arrojaban sus mantos para que pasara pero quien pisaba esos mantos era el burro. La Biblia se encarga de aclarar que el animal que montó Jesús era un burro que nadie antes había montado, o sea que no era un burro salvaje o asno montés, sino que era uno que se domesticaba y lo interesante es que ese burro que nunca antes había sido montado llevó a Jesús en sus lomos. ¡Esto significa que hay burros buenos! El burro bueno lleva a Jesús a todos los lugares a donde el Señor va, dignifica la figura de Jesús y muestra su realeza y su derecho real.

Ahora, algunos opinan que el burro como que se enorgulleció por el suceso de llevar a Jesús sobre sus lomos; cuando estaba entrando Jesús a Jerusalén la gente aplaudía, le echaban sus mantos, pero el burro creía que el manto que ponían era para él y que lo aplaudían a él. Por un momento el animal se hizo medio necio y no se dio cuenta que las ovaciones eran para quien él llevaba y comenzó a pensar: “¡Qué importante soy! La gente me aplaude, me mueven las ramitas de los árboles, me echan mantos para que yo pase encima.” Alguien le hizo ver que lo importante no era el burro sino Cristo que estaba sobre él.

Ese burro domesticable, es un animal de carga, muy útil, y en la antigüedad era una señal de riqueza. Cuando en la Biblia se hace mención de las riquezas de Job señala el número de animales que tenía y entre ellos había una buena cantidad de burros. ¡No cualquiera andaba en burro! Y como vemos en las escrituras, Jesús anduvo en un burro cero kilómetro. Te pregunto: ¿Qué clase de burro eres? Las personas que integran la organización de Remar se autodenominan burros, ya que llevan la carga que es del Señor. Ellos son gente de servicio, son personas que sirven a Jesús y a la sociedad.

Pero ahora quiero centrarme en otra clase de burro.

            EL ESPÍRITU QUE HABITÓ EN ISMAEL

En comparación con la versión Reina-Valera, la Biblia textual en Génesis 16:11 utiliza el término: “asno salvaje” o “asno montés”. Leamos Génesis 16:11 y 12: 11Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción. 12Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará”.

            En la versión Reina-Valera el término que se utiliza es “hombre fiero”; en la Biblia Textual, la palabra es “asno salvaje” que también tiene que ver con fealdad, y con una cara con pelos; en otra versión de la Biblia nos señala: “Y él será hombre indómito como el asno salvaje”. El término “indómito” significa “que no ha sido domado”.

            Es interesantísima esta profecía que el ángel de Jehová le da a Agar, sierva de Sara la esposa de Abraham; dice la Palabra de Dios: “Y vivirá enfrentado a todos sus hermanos”; significa: “y vivirá en frente”. En la versión Reina-Valera dice: “delante” pero la palabra que traduce mejor es el término “enfrentado” o sea, confrontado. Vivirá confrontado con sus hermanos. Ismael sería un hombre que se levantaría contra todos y todos se levantarán contra él y aún se pelearía con sus hermanos.

            Los descendientes de Ismael son los árabes, él era hijo de Abraham, nacido de Agar, esclava de Sara. Como Dios no le había dado a Sara el poder tener hijos, pero sí le había prometido a Abraham que le daría un hijo de Sara, llegó un momento en que ella se desesperó y le entregó su sierva a Abraham para que naciera un hijo que sería de ella y no de la esclava porque ésta no es dueña de sus hijos; hizo todo para poder tener un hijo y darle descendencia. Entonces, Dios se le aparece a Abraham y le dice que en Isaac le será llamada descendencia. “No te heredará éste, sino el hijo que yo te prometí”.

Ismael tenía unos trece años de edad cuando nació Isaac el hijo que Sara le dio a Abraham; cuando Isaac tenía diez años, Ismael tenía veintitrés y la vida se le había vuelto insoportable porque tal cual había dicho el ángel, Ismael sería fastidioso ya que perseguía a Isaac, hijo de Sara, se burlaba de él, lo zahería y lo rechazaba. Sara llegó al punto de decirle a Abraham: “Yo no quiero que esta mujer esté más aquí, quiero que la eches porque no heredará el hijo de Agar con mi hijo Isaac”. ¡Esto era gravísimo porque Ismael también era hijo de Abraham e hijo legal de Sara! Pero, el apóstol Pablo dice que Ismael nació de la carne e Isaac de la promesa. Isaac vino de Dios e Ismael vino del deseo del hombre.

Lo cierto es que los descendientes de Ismael han sido gente del desierto, rústica y fiera que ha luchado y sigue luchando contra todas las naciones. Ha salido en las noticias que Europa se encuentra amedrentada por los musulmanes; Mahoma es descendiente de Ismael y la cuestión es que en Jehová, Dios de Israel está nuestra descendencia y no en Mahoma. Los árabes en la edad media estuvieron a punto de conquistar al mundo, avanzaban de una manera increíble conquistando países como por ejemplo España, pero no han podido seguir conquistando el mundo porque se pelean también entre ellos. En la actualidad están asediando Inglaterra, Francia, Alemania, etc. En los países donde habitan musulmanes como Irak, los cristianos no han podido celebrar la navidad y se están yendo porque hay atentados terroríficos, les queman las iglesias y los matan; la gente que provoca estos incidentes son descendientes de Ismael. Así que la lucha que hay es ancestral entre los descendientes de Ismael y de Isaac, pero queda claro que los musulmanes se pelean también entre ellos, por ejemplo: Irak y Kuwait son dos países árabes que se odian a muerte, sucede lo mismo entre Irán y Arabia Saudita. La guerra más grande vivida en los últimos veinte años es la que se desarrolló entre Irán e Irak y en la que han muerto más de veinte mil musulmanes y esto no tiene nada que ver con la guerra que tienen contra Israel, contra los judíos y cristianos, ¡es solamente entre ellos! La característica que tienen ellos es que rechazan la autoridad; están siendo gobernados por un hombre pero muchos lo quieren matar porque están divididos entre sí.

            CARACTERÍSTICAS DEL ASNO MONTÉS

¿Cuáles son las características del asno montés? Primero: este animal se considera libre, mucha gente se considera libre cuando dice: “A mí nadie me va a decir lo que tengo que hacer.” Decir que el asno montés es un animal indómito es lo mismo que decir que no acepta autoridad; difícilmente se puede domar a un asno montés porque rechaza la autoridad. ¿Vas asociando esto con tu propia vida o la de alguna persona que conoces? ¡Porque hay burros de cuatro patas y también de dos patas!

Decir que “su mano es contra todos” significa que no se somete a nadie, que es independiente en sus decisiones. ¡Una persona indómita no acepta consejos porque tiene los suyos propios! Una persona indómita que no acepta autoridad, nadie le puede enseñar nada porque no está dispuesta a recibir de nadie. Estas son algunas de las características de este espíritu de asno salvaje.

“Y él será un hombre indómito como asno salvaje.” El asno montés es tan libre que al final se convierte en un animal salvaje y termina siendo un paria. La palabra en hebreo para este tipo de asno es “pere” de donde surge el término “paria”; ésta es una clase de persona marginada de la sociedad, es uno que dice: “A mí nadie me va a pasar por encima. A mí nadie me va a decir lo que yo tengo que hacer. ¡Yo hago lo que a mí se me da la gana! ¡Yo hago lo que siento!” Esto me hace acordar a los chicos que viven en los centros comunitarios Beraca, que por ahí están bien pero de repente dicen: “Me quiero ir.” Yo le pregunto: “¿Pero qué te pasó?” “Nada, sólo siento que me tengo que ir”. “¿Pero vos sabes que te amamos?” “Sí, yo sé que me aman, pero siento que me quiero ir”. “¿No te ha gustado la comida, o la cara de alguien? ¿Te has peleado con alguno?” “No, no, nada de eso, ¡pero yo me quiero ir!” “¿Qué estás pensando para que hayas decidido irte?” “¡Nada! Solamente siento que me quiero ir.” Esta clase de personas habla de su deseo, vive de sentimientos. ¡Hay burros de dos patas también! Es terco, y ese espíritu lo convierte en un paria, porque cuando no acepta a nadie y solamente hace su deseo y lo que quiere, termina con que no tiene buenas relaciones con nadie, lo único que anda buscando es cómo satisfacerse y cómo hacer lo que se le viene en gana. Entonces si le das un consejo te mira de arriba abajo como diciendo: “¿Y vos quien sos para darme consejos?” ¡No entiende, el asno salvaje es cabeza dura!

Ahora, Ismael y su descendencia son de este tipo; otra de las características tiene que ver con la misma circunstancia que vivió Ismael. El se quedó sin padre, Abraham fue padre de Isaac, lo amó, lo disciplinó y guió pero no sucedió así con Ismael. Isaac fue un hombre muy bueno, tuvo muchísimos problemas pero jamás se peleó con nadie, él fue el tipo de burro que llevó a Jesús, en cambio Ismael es el tipo de burro montés o burro salvaje. Ismael no fue disciplinado por Abraham, no pudo contar con un padre, y eso suele suceder con las personas que no cuentan con un padre y cuando digo esto incluyo a esos que se han criado con su padre pero no han podido contar con él o aquellos que tienen padre pero éste es violento o lo rechaza, lo golpea, lo ningunea o insulta entonces es como no tener padre. Porque un padre es una autoridad, es un amigo y una cobertura, entonces, esos chicos que no tienen padre o lo tienen pero no cumplen su rol se vuelven rebeldes y detestan todo tipo de autoridad. A mí me toca que hay gente que me quiere mucho pero de lejos, y cuando se anima me dice: “¡Lo que pasa es que a usted le tengo miedo!”

Un chico cuyo padre se alcoholizaba y era violento, éste fue al que le eche el espíritu de asno montés, me dijo: “¡A mí no me gusta que me reten!” “¡A mí tampoco me gusta!” le contesté; y él agregó: “Yo lo he visto rezongar a usted y me hace acordar a mi padre.” “¡Che pero yo no me alcoholizo, yo no insulto ni golpeo!” “¡Pero mi padre se enojaba como usted!” Continué diciéndole: “¿A tu hijo le guste que lo rezongues?” “¡No!” “¿Y a vos te gusta retar a tu hijo?” “¡No!” ¡A ninguno nos gusta, ni retar, ni que nos reten, pero los retos son necesarios!

Algunos dicen: “Mi papá nunca me levantó la voz, así que yo no le voy a permitir a usted que me levante la voz.” Lógicamente, eres un rebelde porque tu papá nunca te levantó la voz, y no aceptas ninguna autoridad. Este tipo de situaciones hace que la persona, al no aceptar la autoridad, termine siendo un paria, una persona marginada, personas solitarias que viven de acuerdo a sus propios planes y lo único que buscan es satisfacer sus anhelos, sus deseos, sus codicias.

El asno montés tiene otra característica; esos niños que le gritan a la madre y la escupen, en sicología le llaman niños de voluntad firme, ¡si le dices así el nene es un amor! ya no hace falta decirle malcriado, pero esto significa que te va a hacer bailar a vos, te va a gritar, tú te vas a desesperar y él va a seguir gritando hasta que te vea de rodillas. Ya ese es un niño tipo asno salvaje, pero hay que doblegar la voluntad firme. ¡Padres! ¡Hay que doblegar la voluntad firme!

¿Sabes cómo me doblegaba la voluntad firme mi padre? La sicología moderna no estaría de acuerdo con el método de mi papá, para ellos mi padre tendría que estar preso. ¡Yo le agradezco cómo trató conmigo la voluntad firme que yo tenía! El que me conoce se dará cuanta el tipo de voluntad que yo tenía, y he tenido gente que me ha querido doblegar la voluntad a mí, ¡menos mal que me he doblegado delante del Señor!

El espíritu de asno montés presenta ese tipo de señales y de problemas que he mencionado. Vamos a aprender también en Jeremías 2:24 otra característica del asno salvaje o montés: “¡Oh asna montesa habituada al desierto! Que en su ardor olfatea el viento; ¿quién podrá reprimir su celo? Los que la buscan no necesitan cansarse: La encontrarán siempre encelada”. Habituada al desierto, significa que vive solitaria. El asno salvaje también es inclinado a la lujuria, ésta es el deseo desmedido de satisfacer sus deseos, su codicia. La lujuria tiene que ver con el uso ilícito o el apetito desordenado de los deleites carnales. En definitiva, el asno montés es un animal carnal que intenta satisfacer sus deseos. Supongamos que tiene ganas de tener relaciones sexuales, sale y se busca una burra y no importa si es casada o soltera, si es gorda o flaca, el tema es que quiere satisfacer su deseo carnal; o sea que, no está buscando una mujer para satisfacerla sino para satisfacerse a sí mismo. En la búsqueda para satisfacer su codicia se transforma en una persona lujuriosa que usará a los demás y los manipulará para sentirse bien ella misma.

Cuando hablamos de las satisfacciones o deleites carnales decimos que este tipo de animal no es fiel en sus relaciones, porque, ¿qué relación puede durar con este tipo de burro cuando él sólo busca su propia satisfacción pero no satisface la necesidad de los demás? Por lo tanto tiene un problema serio de relacionamiento; él no va a respetar una esposa, no respetará hijos, se deleita a sí mismo y es capaz de gastarse todo el dinero en alcohol y dejar sin comida a sus hijos porque lo único que quiere es satisfacer su deseo, su codicia. Se irá a jugar al casino y será capaz de gastarse todo el sueldo y dejar sin dinero todo el mes a la familia, porque no conoce de fidelidad. Entiende más el tema del adulterio, de la fornicación, que de fidelidad, por lo tanto no tiene relaciones estables. Si tiene una esposa es sólo porque le sirve y si no se busca otra, por lo tanto, no conoce de amor, no conoce de relaciones firmes, y desconoce un montón de cosas que sólo conocen aquellos que aman, porque los que aman son felices, en cambio los burros monteses no lo son.

Se llama burro montés porque anda por los montes o porque le gusta montar, habría que indagar la etimología de montés. Ismael no sabe de amor, no sabe de fidelidad, no sabe de relaciones estables con la gente, con la familia, ni con Dios. Él sacrificará su relación con Dios para satisfacer un deseo carnal, él va a sacrificar a su esposa con tal de tener una relación carnal con otra mujer.

Ahora, notemos cómo está ligado el rechazo a la autoridad con la relación adúltera y fornicaria, con el espíritu de lujuria. En su deseo de rechazar toda autoridad y todo límite, en la posición de que nadie tiene que decirle lo que tiene que hacer, termina haciendo lo que le viene en gana y cuando sucede esto abre una puerta a la lujuria; de esa manera destruye lo que ha construido. Él no tiene una relación estable, no tiene relación permanente ni con Dios, ni con hombre, ni con mujer. ¡El espíritu de asno montés lo tienen muchos hombres y muchas mujeres! Me viene a la mente, hombres que están en adulterio y la esposa le pregunta: “¿Me quieres?” “Te quiero, te quiero, pero no se qué me pasa, necesito un tiempo.” “¿Y qué vas hacer en es tiempo?” “¡Voy a pensar!” Está queriendo decir: “Me voy a acostar con la otra, pero después vengo y duermo contigo…” Resulta que ese hombre, no solamente es infiel con su señora, sino que también lo es con su jefe en el trabajo, miente en su casa y miente en su trabajo. No existe eso de que en la función pública es un bacán, es un señor y en la casa es una porquería. ¡Si en la casa es una porquería también lo es en la función pública! Si miente en su casa, ¿cómo no lo hará en el trabajo? Si miente en su casa, ¿cómo no va a mentir en la función pública? ¿O será que está dividido en dos? Si eres mentiroso, lo eres acá y allá, no me digas que en la iglesia tienes temor de Dios pero se te esfuma en tu casa. ¡¡Convéncete que tú no eres bueno en un lado y malo en otro, porque eres malo en ambos lados!!

Se trata de echar fuera ese espíritu que no acepta autoridad. Te voy a decir que no existe la libertad donde no hay autoridad y donde no hay límites. La autoridad pone límites y en esa autoridad y en esos límites se puede hacer uso de la libertad; porque donde no hay autoridad ni límites, donde cada uno puede hacer lo que se le da la gana, ese tipo de libertad destruye la verdadera libertad. Eso es anarquía, y cuando hay anarquía, la sociedad está totalmente desarticulada.

            CONCLUSIÓN

Si estás sufriendo el “síndrome del burro salvaje”, hoy es el día en el que el Señor quiere tratar contigo. Cuando dices: “A mí no me entienden” o, “a mí no me quieren”, “lo que sucede es que todos me quieren pisotear, me quieren pasar por encima”, es que no aceptas ninguna autoridad, te constituyes tú mismo en autoridad, tú manipulas, ordenas, pero no quieres que te manden.

El burro salvaje llega borracho a su casa y le dice a su señora: “¡Sacame las chancletas! ¡Yo soy el hombre de la casa!” La mujer temerosa le saca las chancletas, él le pide la comida y la encontró un poco fría entonces se enoja, no quiere que nadie mande sobre él, pero quiere mandar. Al hijo le dice: “¡Me tenés que respetar porque soy tu padre!” ¡No acepta ninguna autoridad pero quiere ser la autoridad! Finalmente termina siendo un tonto o una tonta porque pierde el respeto, pierde toda autoridad, sus hijos lo detestan, lo rechazan, lo insultan y el que no, termina totalmente herido por ese padre o por la madre. ¡Ese es el espíritu del asno montés o salvaje!

¿Te has sentido identificado o identificada con esto? ¿Está tocando Dios tu vida? ¿Está tocando tu corazón? Hoy quiero atar y echar fuera de tu vida ese espíritu malvado que te convierte en un paria y terminas diciendo: “No me entienden, me siento solo, nadie me ama…” Hoy Dios quiere hacerte libre de ese espíritu independiente, rebelde, lujurioso que se corresponde con el asno montés, animal del desierto, porque así quedan, en el desierto. Pero Dios dice a su pueblo: “…la llevaré al desierto, y hablaré al corazón” (Oseas 2:14). Posiblemente ya estás en el desierto, tú no quieres permanecer en ese lugar porque es muy árido, allí no hay relaciones estables; es un lugar donde quisieras ser amado pero nadie te ama sino que te rechazan. Es un lugar en el que en vez de ganar territorio lo has perdido y Dios hoy te quiere tocar.

Oro para que Él eche fuera por su Espíritu Santo, en esta hora ese espíritu lujurioso, rebelde, que se levanta contra la autoridad y que te está gobernando. Oro que Dios te haga amar a la autoridad, porque no hay autoridad si no es de parte de Dios. Él te ha puesto bajo autoridad, y si tú rehúsas ponerte bajo esa autoridad, te juzgará.

“Señor, extiende tu mano, ¡denunciamos ese espíritu de asno salvaje! Hay personas que buscan sólo satisfacción personal y en sus deseos lujuriosos se sirven de otras personas para satisfacerse. ¡Extiende hoy tu mano Padre! Aun hay personas que codician niños, que codician nietos, sobrinos. ¡Denunciamos las obras del diablo hoy! ¡Quebranta Padre ese huir de toda autoridad! ¡Rompe las ataduras! Espíritu Santo haz tu obra, mueve tu mano, glorifícate, dale a las personas valor, quita de ellos el miedo, quita la vergüenza, en el nombre de Jesús. ¡Cubro con la sangre de Jesús a esas personas! ¡Espíritu de asno montés suelta las vidas ahora! ¡Te ato diablo y te echo fuera de las vidas, en el nombre de Jesús! ¡Espíritu fornicario, espíritu hechicero, espíritu adúltero suelta ahora, en el nombre de Jesús!”

Repite esta oración y dile a Dios: “Señor, me presento delante de ti para pedirte que quebrantes en mí el espíritu rebelde, el espíritu de lujuria, en el nombre de Jesús. ¡Quebranta todo espíritu de rechazo a la autoridad! ¡Te entrego mi vida! Yo quiero ser como ese asno que te llevó en sus lomos cuando entraste en Jerusalén, quiero que todos te vean y te aclamen, pero que te vean en mi vida y te aclamen en mi vida. Abro mi corazón y me declaro libre y bendito, en el nombre de Jesús hago esta oración, amén”.

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