FORJA TU MEJOR AÑO

A muchas personas no les va bien y creen que Dios está contra ellos o que necesitan un poco más de suerte; muchos son los que declaran que no han tenido suerte en la vida… ¡Creen que la existencia es una cuestión de suerte! “No he tenido suerte con las mujeres” me señaló uno, y se casó diez veces, pero no se ha puesto a pensar que fue él quien ha elegido mal y ha tomado malas decisiones las diez veces.

¡Tú eres responsable de tu bendición y de tu maldición! Dios no le ha dado facultad al diablo para maldecirte, te la ha dado a ti, tampoco les ha dado a los demás la facultad para bendecirte. ¡La bendición la consigues tú, así como la maldición!

Debemos entender este principio de la vida, que no es cuestión de suerte. Cuando hacemos las cosas bien, salen bien, no hace falta ir a la universidad para entender esto, por el contrario, cuando hacemos las cosas mal, nos va mal. Que te vaya mal no es por causa de las circunstancias ni por el año que has vivido. El año que ha pasado o que está transcurriendo puede ser un desastre para el resto del mundo, pero, para quien está en las manos de Dios, cada año es una bendición.

El creyente que entiende los principios de Dios y le conoce, sabe que le puede sacar bendición a la mismísima maldición; el creyente se goza y se alegra al saber que, a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. ¡No hay mal año para aquel que ama a Dios, porque todas las cosas le ayudan a bien!

LAS COSAS DE DIOS: SE CREEN NO SE RAZONAN

Es difícil de entender, pero, las cosas de Dios no hay que entenderlas, simplemente hay que creerlas. El científico Blaise Pascal declaró: “El corazón tiene razones que la razón no conoce”. ¡Se cree con el corazón y no con la razón! Por eso es que debes tener tu corazón abierto para recibir la palabra de Dios y no tener una mente inquisitoria, que razona y cuestiona todo. ¡El creyente, a través de la fe, va más allá de la razón!

En el tiempo en que lo estaba escribiendo el libro “Gobierno Mundial y Fin del Mundo”, declaré que en el año 2012 no vendría el fin del mundo, contra todo presagio de quien había pronosticado que el 21 de diciembre se acabaría el mundo, un hombre que invirtió millones de dólares para que se publicara la profecía de que Cristo vendría en esa fecha determinada. Yo señalé en el libro que si el fin del mundo ocurriera en esa fecha, lo que yo estaba escribiendo, no servía para nada. Durante el año 2012 le dije a la gente que no se preocupara porque a fin de ese año no sería el fin del mundo. Una frase que escuché y la compartí en la Web dice algo así como que los mayas no pudieron pronosticar que los españoles vendrían a conquistarlos pero sí tuvieron la osadía de declarar que en el año 2012 se terminaba el mundo. ¡Le erraron las dos veces! Pero, como vieron que la cosa no sucedió así, los seguidores de estas creencias mayas, cambiaron su versión y declararon que no quisieron decir que vendría el fin sino que sucederían grandes cambios en el mundo.

Estuve hablando recientemente con un hombre que se dice creyente; su esposa asiste a la iglesia pero él no lo hace y tampoco cree en los pastores ni en los curas, sólo cree en Dios. Le pregunté cómo era ese dios que se había inventado y me respondió que era el mismo que el mío y que a su entender había un solo Dios. Agregué: “¿Qué sabes de la Biblia?” “No sé nada”, continuó. “¡Entonces no sabes nada de Dios! Tu dios no es el mismo que el mío, porque yo, para conocer bien quién es Dios, para saber lo que Él piensa, y para saber lo que no tengo que hacer, leo la Biblia. ¡Yo no confío en mis razones sino en lo que dice su palabra, y para hacer lo que tengo que hacer, confío en la Biblia! Si conozco la Biblia, entonces conozco a Dios. Yo no puedo inventar a un dios de mi corazón, de mi mente; un dios que se pone de acuerdo conmigo, que está de acuerdo con lo que yo pienso de él.

Este hombre sufre un serio problema matrimonial y familiar. La esposa es creyente y lo que conoce de Dios es por la Biblia, en cambio, él se dice creyente pero lo que sabe de Dios lo sacó de la galera. Él me comenta: “Yo le digo a ella que no tiene que ser así y así…” ¡Tienen conceptos distintos acerca de Dios!

¿Por qué yo estaba tranquilo de que no vendría el fin del mundo? ¡Porque conozco la palabra de Dios! Yo sé lo que Dios ha determinado, y no es que lo sé todo, pero conozco mucho, lo suficiente como para poder afirmar que en el año 2012 no se acabaría el mundo, pero declaro que viene pronto. El que conoce a Dios sabe que Jesús ha declarado, que la fecha de su venida nadie la conoce, nadie sabe ni el día ni la hora. ¡Mal creyente y mal estudioso de la Biblia es aquel que le pone una fecha a la vendida de Cristo! ¿Por qué? ¡Porque no conocen a Dios, porque no han leído la Biblia!

Está mal que yo especule sobre fechas cuando Jesús declaró que ni los ángeles del cielo y ni Él mismo sabía cuando tenía que volver y que sólo el Padre tenía determinado el día y la hora.

Te voy a señalar otros razonamientos que tienen que ver con esto: ¡El calendario gregoriando tiene una confusión tremenda! Primeramente, Diciembre viene de la terminología diez, pero es el mes doce. Segundo, le asigna al nacimiento de Jesús, el veinticinco de Diciembre, pero esto también está fuera de foco. El calendario judío está basado en los ciclos lunares y el gregoriano en los ciclos del sol. Jesús nunca pudo haber nacido en el mes de Diciembre, porque los pastores que estaban en el campo cuidando las ovejas, se hubieran muerto de frío. Estaban guardando la vigilia de la noche porque en Belén, era la estación del verano; cuando nosotros estamos en verano, allá es invierno. Y Dios tiene un calendario que está formado por las fiestas que Él ha instituido. Jesús nació en coincidencia con una fecha festiva del calendario de Dios, no teniendo en cuenta el calendario cronológico del ser humano, sino el suyo, de acuerdo a las festividades que marcan los hechos que van a suceder. Cuando Jesús nació, se estaba celebrando la fiesta de las primicias, o sea, los primeros frutos. Luego la Biblia declara que Él es la primicia de la resurrección; y murió también en una fecha en la que había una celebración de acuerdo al calendario de Dios, que es Pascuas. Del mismo modo, Cristo regresará en una celebración de una festividad que declara la Biblia, y no en una del calendario gregoriano, de los mayas, o cualquier otra civilización.

Yo tengo razones bíblicas e importantísimas por las que declaré que Jesús no vendría el 21 de diciembre como se había dicho. Y aún no veo evidencias de que Jesús vuelva en el año 2013 porque conozco las señales que Dios ha determinado, de acontecimientos que deben suceder previamente, antes de la segunda venida de Cristo y ese es el fin para nosotros. ¡Vendrá un gobierno mundial! Pero antes de que eso suceda, Israel va a estar establecido como nación en todo su territorio, de acuerdo a las profecías bíblicas que declaran que va a haber un templo en el que se sentará el gobernante mundial al que llamamos el anticristo. ¡Todo eso acontecerá antes de que Cristo vuelva!

¡Así que, aprovechando que no vino el fin del mundo dedica tiempo para estudiar más la Biblia! Quien conoce la Biblia, conoce a Dios, conoce sus hechos y su corazón, y a qué cosas Él le dice bueno o malo.

He hablado con una persona muy importante de Uruguay, que me ha dicho: “Yo creo en Dios, quisiera ser cristiano, pero no puedo”. Entonces le pregunté por qué no podía, y me respondió: “Porque yo no puedo obedecer los mandamientos de Dios, y uno de los mandamientos dice que uno no se puede divorciar”. Esta persona ocupa un importante cargo en el Poder Judicial -es juez- pero lo que él cree va contra lo que la Biblia cree. Y me agregó: “Yo creo que cuando llega una situación límite, no se puede seguir conviviendo con una mujer. Yo no me puedo comprometer porque creo que no le voy a poder cumplir a Dios, aunque me encantaría ser cristiano, pero hay cosas que yo se que no las voy a cumplir”. Yo le respondí: “¡Tú no conoces a Dios, no sabes lo que es su gracia ni lo que es el amor de Dios derramado dentro del corazón de un hombre o de una mujer, y lo que Él puede lograr si estuviera adentro tuyo, no afuera, porque si Él está adentro tuyo, entonces, Él te va a dar gracia y fuerzas!” Dios me ha enseñado que el amor nunca deja de ser, que todo lo soporta, todo lo puede. El amor es todopoderoso, entonces si te declaras derrotado antes de empezar a luchar por tu matrimonio, si tú, antes de casarte, ya piensas que puede fallar, entonces no te estás apoyando en Dios.

El hombre me insistía: “No, pero yo no puedo quedar atado a una mujer si no puedo convivir con ella”. Le rebatí: “No me digas que no te gusta el jugo de naranja si nunca lo has probado. Tú no sabes lo qué es tener a Cristo en tu corazón. Primero ríndete, ábrele tu corazón, deja que Él sea tu Señor y después cuéntame cómo te va”. Claro, si conoces la Biblia, entiendes mejor el evangelio, y entiendes que no es con fuerzas humanas que se logran ciertas cosas sino con la presencia poderosa del Espíritu Santo en la vida del creyente.

Vemos a muchos cristianos luchar en sus propias fuerzas, sin Dios, por un proyecto propio, no de Dios; y se encaprichan para que Él les conteste y quieren que les ayude, entonces se enojan cuando Dios no les responde. ¡Es que no conocen los planes de Dios!

PROMESAS DE DIOS PARA AQUELLOS QUE LE AMAN

Leemos en Joel 2.18 al 27: “¹⁸Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo.¹⁹Responderá Jehová, y dirá a su pueblo: He aquí yo os envío pan, mosto y aceite, y seréis saciados de ellos; y nunca más os pondré en oprobio entre las naciones.²⁰Y haré alejar de vosotros al del norte, y lo echaré en tierra seca y desierta; su faz será hacia el mar oriental, y su fin al mar occidental; y exhalará su hedor, y subirá su pudrición, porque hizo grandes cosas. ²¹Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas.²²Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos.²³Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.²⁴Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite.²⁵Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros. ²⁶Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.²⁷Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado”.

Debo decir que el del norte como se refiere la Biblia, hoy en día es Irán. Si tú eres hijo de Dios, y si Cristo habita en tu corazón, tienes el linaje de Abraham, perteneces al Israel espiritual de Dios, eres hijo de Sión y Jehová te promete que nunca jamás serás avergonzado sino que serás saciado y tu Dios te restituirá lo que has perdido. No sé qué es lo que has perdido pero te hablo palabra de Dios. Él hoy te dice: “Alégrate porque yo te voy a restituir lo que se comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, y mi pueblo nunca jamás será avergonzado. Tu vid y tu olivo darán su fruto y no faltará pan porque habrá trigo, tampoco faltará el vino y el aceite”. Dios se lo dijo a una nación devastada y destruida, que ha sido dispersada. ¡Yo amo a Dios porque puedo ver y entender cómo su mano levanta a un pueblo que prácticamente no existía! ¡Lo levanta y lo planta de nuevo en su tierra! Y, el pueblo de Israel y el que escogió a Jesucristo, ambos, son linaje de Abraham. Así que, las promesas que se mencionan en este pasaje, de lo que hará Dios con su pueblo Israel, con los hijos de Sión, también te corresponden a ti.

Seguimos leyendo en Joel 2:28 al 31: “²⁸Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.²⁹Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. ³⁰Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo.³¹El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová”.

En las últimas semanas del año pasado, muchos creyentes me escribieron en Facebook declarándome que tenían miedo porque no sabían qué tan cierto era que el 21 de diciembre se terminaría el mundo. ¡No han escuchado mis mensajes, no han leído el libro Gobierno Mundial y Fin del Mundo, ni tampoco han leído la Biblia! ¿Crees que es para tener miedo que el sol se oscurezca? ¡El día en que el sol se oscurezca, que tiemble la tierra y las estrellas se apaguen, yo saltaré de gozo! ¡Hay creyentes asustados porque llega el fin! ¡Si es que viene el fin yo saltaré de una pata! ¿Por qué te vas a asustar? Cómo te vas a asustar cuando la Biblia dice: “³⁰Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo.³¹El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová” (Joel 2:30 y 31) ¡Ese es el día en que nos vamos para el cielo! ¡El día grande y espantoso de Jehová es para los que no saben, los que no han creído y los que no leen la Biblia!

Habría una gran posibilidad que el fin del mundo ocurriera en el año 2013 porque para muchos es un año yeta. Pero leemos en Joel 2:31 y 32: “³¹El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová.³²Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado”.

¡En medio de todo ese lío, el que invoque el nombre de Jehová será salvo! ¡En el peor día, en la peor circunstancia, Él derramará de su Espíritu sobre toda carne! ¡Se oscurecerá el sol pero nosotros vamos a saltar de alegría! ¡El Espíritu Santo nos va a sacudir con su presencia poderosa y tendremos total y absoluta convicción de que ese es el tiempo y que está llegando! La gente tendrá temor y los falsos cristianos también, pero nosotros caminaremos erguidos, felices, porque sabemos qué es lo que hará Dios y eso es porque conocemos su palabra.

“¡Ah, si se pone oscuro el sol, ¿qué hacemos?!” ¡Me ponen en la Web que tienen mucho miedo! Si viene el fin, yo voy a declarar: ¡Por fin terminé mi trabajo!

El conocimiento de la palabra de Dios te cambia la perspectiva de todas las cosas. ¡Gloria a Dios si vienen maremotos, terremotos, impresionantes serán, los más grandes que han venido nunca sobre la faz de la tierra! Pero esa es la señal de que Dios alejará de mí el revoltón, el saltón, la langosta, yo tendré pan, mosto, aceite y nunca más su pueblo será avergonzado. Si tú crees esto que te estoy hablando de parte de Dios, por lo que he aprendido de la Biblia, tendrás una bendición tremenda, pero si no crees te devolvemos tus temores, te hacemos un paquetito y te llevas tus angustias, tus soledades e impotencias. ¡Tienes que creer y deleitarte en lo que Dios va a hacer, porque todo lo que hará Él, te guste o no, es bueno, porque Dios hace cosas buenas!

Todo lo que Dios hace es justo porque Él es justo, así que yo me deleito en el Señor. No ando viendo si lo que hace Dios me gusta o no me gusta, yo he decidido que a mí me gusta todo lo que Él hace y lo que permite. “¿Pero cómo Dios puede permitir tal o cual cosa?” ¿Quién soy yo para cuestionar por qué permite Dios que sucedan ciertas cosas? ¡O Él es Dios o yo soy dios!

CONCLUSIÓN

Quiero que puedas transitar este año siendo agradecido a Dios. ¿Te ha sucedido algo malo? ¡Gloria a Dios por todo lo malo que te pasó! ¡Algo saldrá de bueno porque a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien! ¡No quieras enderezar lo que Dios torció ni quieras torcer lo que Él ha enderezado! Ponte de rodillas y dile al Señor: “Tú eres bueno, eres justo y todo lo que tú hagas está bien. ¡Yo me voy a gozar!”

Si se oscurece el sol en el 2013, yo voy a glorificar a Dios porque se cumplió su palabra. ¡No se va a cumplir la palabra de los mayas! ¡Lo que se va a cumplir es la palabra de Dios! No sé qué habrán dicho los aztecas acerca del fin del mundo, pero me importa un bledo sus comentarios. ¡A mí me interesa lo que ha dicho Dios, yo voy a estudiar su palabra!

Han surgido unas películas de Nostradamus acerca del fin del mundo. ¡Cuántas cosas que se refieren al fin! ¿Quién habló la verdad de Dios? ¿Quién dijo la verdad de Dios? ¡La Biblia!

Transita este año diciéndole: Señor, yo estoy agradecido, no puedo estar en mejores manos. ¡Qué dichoso que soy porque todo lo que me ha sucedido y lo que sucederá será para bien. Y si se cae una estrella en el fondo de mi casa, ¡gloria a Dios!

Me da pena esos creyentes que han estado temiendo el cumplimiento de la palabra que han dicho los hombres. ¿Cuándo Dios te dio permiso para vivir en temor? ¿Cuándo te dijo que en tal circunstancia estaba permitido tener miedo o que no es pecado temer? ¿Dónde está tu fe y tu confianza? Hazte el propósito de asistir más a la iglesia, no esperes solamente un sermón, lee la Biblia, pídele a Dios que te ilumine. Cuando uno va a leer la palabra de Dios con la cabeza llena de estupideces, no entiende nada, pero cuando aprendes a hacer de lado tus pensamientos, tus ideas y preconceptos, al leer la Biblia, Dios te revelará cosas extraordinarias.

En Haití hay cuatro muchachos que se han enamorado de una misma chica, y los cuatro han ido a la Biblia a buscar una palabra. ¡Y todos me dijeron que Dios les había hablado! Con esto quiero decirte que no tienes que acudir a la palabra de Dios para que Él te hable acerca de lo que tú quieres escuchar, más bien pregúntale qué tiene Él para decirte. Dile: “No quiero saber nada de lo que me digas acerca de lo que yo pienso, quiero saber qué es lo que tú piensas. No quiero nada de lo que a mí me interesa, háblame de lo que a ti te interesa”.

Busca en la Biblia revelación de Dios, pero no con un pensamiento previo acerca de lo que Él te tendría que hablar. Es como que la congregación me dijera qué es lo que tengo que predicar, unos me piden que hable de la suegra, otros que hable del homosexualismo, etc. Cuando uno tiene una idea propia acerca de lo que Dios tiene que hablar, es como que no le dejamos decir lo que Él nos quiere expresar. La gente asiste a la iglesia con su cabeza llena de los problemas que tiene y quiere que Dios te hable acerca de eso. ¡Olvídate! Lee la Biblia, preséntate delante de Dios y dile: “Señor, me voy a despojar de mis preocupaciones, de mis afanes y ansiedades, me voy a despojar de todo lo que me preocupa, quiero saber qué es lo que tú tienes en mente”. Lo que hay en tu mente, Él ya lo sabe. ¿Qué le vas a ir a contar? Dile: “Señor, quiero conocerte, háblame a través de tu palabra, no quiero presentarme delante de ti con preconceptos. Anhelo que seas mi Señor cada día y quiero gozarme porque tú harás lo que quieres”.

Muchos creyentes señalan que el diablo metió la cola por eso han tenido un mal año. ¡No! Tú y Dios hacen del año un buen año, y si tú empiezas con esa fe, el diablo va a querer meter la cola y le saldrá mal porque Dios dijo en su palabra que nunca más su pueblo sería avergonzado. ¡Nunca más! Y agrega: “Yo le voy a devolver a mi pueblo todo lo que perdió”.

“¡Ah, vino la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta! ¡El diablo vino!” “No, dice Dios, ese es mi ejercito que envié contra ti, pero yo te voy a restituir todo lo que se comió el ejercito que mandé”. “Si viene el diablo contra ti es porque yo lo mandé” dice el Señor, “para que clames a mí, para que me busques de verdad”.

Aprende que Satanás odia todo lo que Dios ama y lo quiere destruir, pero el muy sonso es siervo de Dios porque Él lo usa para sus planes. Y por causa de todas las injusticias que ha cometido el diablo, Dios te va a bendecir, y a él lo mandará al lago de fuego y azufre pero a ti te dirá: “Ven a mi bendito de mi Padre, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor”.

Este año no es mejor que el anterior pero tú lo transitarás creyendo que ningún mal prosperará y por todo lo malo que venga, Dios te enviará bienes, porque a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien.

“Padre, yo bendigo a tu pueblo en esta hora y te pido que obres soberanamente sobre aquellos que han abierto hoy su corazón a tu palabra. ¡Derrama sobre ellos tu Espíritu, tu presencia y tu gracia! ¡Nos gozamos por transitar cada año contigo! ¡Te bendecimos y te honramos Dios Todopoderoso y bendito! Te amamos y te glorificamos, en el nombre de Jesús, amén”.