LA ORACIÓN Y LOS PLANES DE DIOS - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

LA ORACIÓN Y LOS PLANES DE DIOS

Lo más importante en el universo es Dios, y después de El, lo segundo más importante son sus planes. Hemos dicho, hemos predicado e insistido que Dios es un Dios de propósitos y por cuanto El tiene propósitos y planes, creó el sol, creó la luna, las estrellas, los árboles, los peces, las aves y el hombre.

                Pero lo importante no es el hombre, no esla Biblia, algún día no necesitaremos másla Biblia, ni la fe, dice su palabra que le veremos cara a cara; hay algo que permanece para siempre y es el propósito eterno de Dios. Existen dos cosas que son imprescindibles de conocer: ¡Dios y sus planes! ¡Con razón hay muchos que andan perdidos por la vida!

Si le preguntas a alguien: “¿A dónde vas?” Seguramente no te sabrá decir…. Porque como dice el dicho, “a donde va Vicente, va la gente”.

                Por cuanto Dios tiene un plan, te creó a ti; no es que te creó y después se rascó la cabeza pensando qué hacer contigo. Dios quiere hacer algo contigo, tiene un plan para ti, por eso te creó y desde la eternidad te conoce y conoce tu nombre. ¡Porque Dios es un Dios de planes! Los designios de Dios se desarrollan en el tiempo, por lo tanto hay que saber algo más, una tercera cosa: ¡Los tiempos de Dios! Entonces pues, debemos conocer a Dios, sus planes y los tiempos para esos planes.

                LOS PLANES DE DIOS, EN EL TIEMPO DE DIOS

                Dios tiene para ti una compañera, un compañero y lamentablemente tu compañera nació en el siglo XVI. ¡No! Eso no puede ser, porque Dios trajo una linda mujer, en el tiempo preciso para que se case contigo. En el libro de Lucas capitulo 12 versículos 54 a56 leemos: 54Decía también a la multitud: Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís: Agua viene; y así sucede. 55Y cuando sopla el viento del sur, decís: Hará calor; y lo hace. 56¡Hipócritas! Sabéis distinguir el aspecto del cielo y de la tierra; ¿y cómo no distinguís este tiempo?”

                Dicela Bibliaque Jesús a los suyos vino, y los suyos no le recibieron. A partir del Génesis, desde Abraham y hasta los tiempos de Jesús, el pueblo de Israel esperaba al Mesías y aún ahora, 2000 años después sigue esperando al Mesías. ¡Pero el Mesías llegó y no le conocieron! No supieron que ese era el tiempo del cumplimiento del plan de Dios, por lo tanto, los que no creyeron en el Mesías, cayeron bajo juicio; de éstos Dios ya había profetizado a través de sus santos profetas. Y cayó un juicio sobre la nación de Israel porque no reconoció a su Señor, no entendió el tiempo de la venida del Mesías. ¡Así nos pasa a nosotros cuando no conocemos los planes ni los tiempos de Dios! Cuando no conocemos los tiempos de Dios, perdemos las oportunidades que El nos da. Así que algo te tendría que afligir más que una deuda, ¡y es conocer el propósito y los tiempos de Dios para tu vida! Si te casas antes de tiempo con la persona equivocada obtienes fracaso e impotencia, ¡y hasta le echas la culpa a Dios! Si te metes en un negocio que no era el que Dios había preparado para ti, cosechas fracaso; si te apuras a entrar en algo que sabes que es el plan de Dios para tu vida y lo haces antes de tiempo, obtienes fracaso.

                En Juan capitulo 13 versículo 1 dice: Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre…” ¡Jesús sabía! Asimismo, Juan 13:3 dice: “…sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba,…” ¡Parece que Jesús sabía todas las cosas! Jesús sabía que había venido del Padre, sabía que el Padre le había dado todas las cosas en sus manos, y sabía que volvía el Padre. Sabía también que lo que El hablaba no era de sí mismo, sino del Padre y que las obras que hacía no eran de El, sino que eran del Padre. ¡Jesús sabía! Y esa fue su victoria; El no era un ignorante sino un conocedor de la voluntad del Padre. Él dijo: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).

                ¡Hay algo más importante que una enfermedad que te debe preocupar! Hay algo más importante que una deuda, o un trabajo, donde enfocar la visión. Lo que es importante para ti, para Dios no es tan importante. Lo que es tan difícil para ti, para Dios no es tan difícil. Algo por lo que tú te afliges, no le causa ninguna aflicción a Dios. ¡Cuánta gente está preocupada porque no va a llegar a fin de mes y no va a tener qué darle de comer a sus hijos! Siempre hablo con gente que me dice: “Pastor, no me alcanza el sueldo. ¡No llego a fin de mes! ¡Cobré y a los cinco días me quedé sin plata!” A lo largo de mi pastorado, he hablado con muchísima gente que creía que se iba a morir de hambre ese mes y los conozco desde hace 10 años, ¡pero ahora están más gordos que cuando los conocí! Sin embargo cada mes ellos piensan que se van a quedar sin plata y que no van a poder comer… ¡Lo que a ti te preocupa, a Dios no le preocupa! Dicela Bibliaque así como Dios les da de comer a las aves del cielo, a ti también te va a dar de comer, ¡y Dios considera que tú vales más que las aves del cielo! Pero hay algo que Dios no quiere que ignores: No debes desconocer los planes de Dios, ni sus tiempos, es más: ¡No debes ignorar a Dios mismo!

                Los versículos que leímos en Juan 13, 1 y 3 nos muestran que Jesús tenia total certeza y total conocimiento de que había sido enviado por el Padre a la tierra, sabía lo que tenia que hacer y lo que iba a padecer; sabía que tenía que morir en una cruz, y que resucitaría al tercer día, sabía que iba a ascender al cielo y que se iba a sentar a la diestra del Padre. ¡Él sabía todo! La pregunta es: ¿Por qué Jesús sabía? Jesús no sabía la voluntad de Dios porque era el hijo de Dios; cuántos hijos de Dios hay que no saben los planes de Dios, o no conocen los tiempos de Dios. ¿Jesús vino al mundo sabiendo lo que Dios quería? ¡No! Jesús era un bebé que no sabía absolutamente nada; cuando vino era como tú y como yo, por lo tanto él tenía que desarrollar comunión con el Padre para conocer la voluntad de Dios. ¡Él no tuvo ventajas sobre nosotros! ¡Jesús vino tan vacío como vine yo! Su mente estaba totalmente virgen, no tenía conocimiento de Dios, pero sucedió algo mientras él iba creciendo: A los 12 años El ya sabía que en los negocios de su Padre le convenía estar. Él buscaba a Dios, y decía de El: “¡Este es mi Padre!” Por lo tanto Jesús desarrolló una comunión, una intimidad con el Padre, de tal manera que podía decir: “Yo se a qué he venido, y sé de dónde vengo”.

                Juan capítulo 16: 1-4 dice: 1Estas cosas os he hablado, para que no tengáis tropiezo. 2Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios. 3Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí. 4Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho”.

                ¡Jesús sabía todas las cosas! En muchas oportunidades la Bibliadice que Jesús conocía los pensamientos de ellos y sus maquinaciones. Jesús miraba a una persona y sabía lo que estaba pasando dentro de ella. ¡Nadie podía esconderle sus pensamientos! Había algo muy importante que tenía Jesús: ¡El sabía y conocía! Y llegó un momento en que sus discípulos le dijeron: “Ahora entendemos que sabes todas las cosas…” (Juan 16:30)

                ¿Por qué Jesús sabia todas las cosas, si nació como nosotros, ignorando todas las cosas? Una de las respuestas está en Lucas 11:1: Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos”. Presta atención a este panorama: Jesús estaba orando en un lugar y mientras tanto, los doce discípulos estaban jugando a las cartas; mientras se pasaban las cartas, un discípulo le decía a otro: “Fíjate si ya terminó de orar”. Otros se rascaban la cabeza y decían: “¿Por qué orará tanto?” Pasaba el tiempo y ellos seguían jugando así que uno le decía al otro: “Andá a ver si ya terminó”. ¡Y Jesús no había terminado! Les llamaba la atención cómo oraba Jesús… así que cuando regresó de orar, le dijeron: “Señor, enséñanos a orar”. Jesús les responde: Ustedes tienen que orar de esta manera: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”. ¡El Padre nuestro comienza con algo que es esencial! “Santificado sea tu nombre” significa: “Que sepamos quién eres tú. Que seas conocido y reverenciado Señor. Y la segunda parte es: “Que tu voluntad sea hecha”, es decir, “que tus planes tengan asidero aquí en la tierra, como tienen asidero allí en el cielo”. Continúa diciendo: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. ¿Y para cuándo es eso? ¡La voluntad de Dios es para hoy! ¡Que la voluntad de Dios sea hecha como en el cielo, aquí en la tierra, hoy! ¡El pan nuestro es para hoy! Imagínate si Dios se acuerda de darte pan dentro de 10 años… ¡La voluntad de Dios es para hoy y sus planes son para hoy! Quien tiene victoria es porque conoce los planes de Dios y está caminando en su voluntad. ¿Por qué Jesús conocía la voluntad del Padre? ¡Porque El oraba!

                NO DEBEMOS DESMAYAR EN LA ORACIÓN

                Hay algo en lo que siempre estamos en déficit y es en la oración. Tenemos una inclinación a hacer cosas más que a orar. Claro que hay algunos que tienen más inclinación a orar que a hacer cosas, ¡porque son vagos! Quien menos ora tiene el filo del hacha mellado; dicela Bibliaque cuando el filo del hacha está mellado, y no se amolare, se necesita mucho más fuerza, cuesta mucho más trabajo cortar un árbol. Más oramos, más trabaja Dios, menos oramos, más trabajamos nosotros. ¡Tenemos que pedirle a Dios que nos ayude a desarrollar una mejor vida de oración! Necesitamos disponer el corazón para una mejor vida de oración, pero debemos además tener un corazón inclinado a la búsqueda de la voluntad de Dios, porque la pura verdad es que hay personas que oran, no para conocer la voluntad de Dios, sino para obtener sus propios planes. Es decir, usan la oración como si fuera una herramienta para conseguir o lograr lo que ellos quieren y no lo que Dios quiere. Pero tengo una noticia para ti: La oración es una herramienta de Dios, a través de la cual El logra sus planes. ¡Eso es lo que Dios quiere!

                Imagina que de pronto se le abre una puerta de un gran negocio a un creyente. ¿Qué es lo más lógico que haga? Ora para que Dios le de ese negocio: “¡Oh Dios, que se abra esa puerta, dame ese negocio!” Generalmente el creyente no se pregunta: “¿Será la voluntad de Dios para mi vida ese negocio?” ¡El creyente se inclina más a orar por lo que ve y lo que siente, que orar por la voluntad de Dios para su vida! Cuando un creyente ve una mujer y se enamora, no importa que se llame Cletamancia… ¡La vio y se enamoró! Ora y dice: “¡Dame a Cletamancia!” No se pregunta: “¿Será la voluntad de Dios que Cletamancia sea mi esposa?” ¡Creemos que la oración es una herramienta para lograr lo que sentimos y queremos! Pero cuando Jesús oraba, no oraba para que se haga su voluntad, sino la voluntad del Padre. ¡Jesús quería conocer los planes del Padre y quería hacer las obras del Padre! A veces usamos la oración como un arma nuestra y no de Dios. Pero el mejor logro a través de la oración no es el tuyo sino el de Dios. ¡Si él logra lo que quiere, tú tienes victoria! Si tú logras lo que tú quieres, ni Dios, ni tú tienen victoria.

                Empecé el mensaje diciendo que hay dos cosas importantes: Primero Dios y segundo, sus planes. Dios anda buscando gente que lo ame y quiera conocer y hacer lo que él quiere. ¡Anda buscando gente que quiera pensar lo que El piensa! Jesús enseñó en Lucas capitulo 18 versículo 1 sobre la necesidad de orar siempre y no desmayar. ¡Enseñó que había que orar siempre, porque no siempre oramos! ¡Y enseñó que no teníamos que desmayar en la oración, porque desmayamos! Repito: ¡Porque no siempre oramos y porque a menudo desmayamos, es que tenemos que orar siempre y no debemos desmayar! ¡Está por verse lo que la iglesia va a lograr, cuando se proponga a orar asiduamente para que se haga la voluntad del Padre enla República Orientaldel Uruguay y en las naciones! Algunos creen que se van a quedar sin casa y que Dios los va a matar de hambre si se consagran a buscar la voluntad de Dios más que a todas las cosas. “¿Quién le va a dar de comer a mi familia? Yo necesito trabajar mucho, porque gano poco”, dicen algunos. Hay quienes creen que Dios les va a pagar mal. ¡Pero yo he visto gente jugada y he visto cómo Dios sostiene a gente jugada! ¡He visto que no les falta el techo ni el abrigo! ¡A aquellos que hacen la voluntad de Dios no les falta la comida, el gozo, ni la paz! Los he visto antes de hacer la voluntad de Dios, preocupados, luchando, trabajando afanados, tratando de conseguir dinero para comer y para vestirse, pero ahora cuando están en la voluntad de Dios los veo despreocupados, no se afanan por la comida ni por el vestido porque han entendido que esas cosas son añadiduras y que lo esencial es luchar por la voluntad de Dios. ¡Lo importante es conocer y hacer la voluntad de Dios! Por lo tanto se hace necesario que desarrollemos una mejor vida de oración y anhelemos tener un espíritu de intercesión y de oración, para conocer al Padre como Jesús lo conocía, y para conocer la voluntad del Padre, como Jesús la conocía.

                Repito: Jesús no conoció la voluntad del Padre porque era el hijo de Dios sino porque oraba y buscaba comunión con el Padre. Él no vino lleno de la voluntad de Dios, ¡El se llenó de la voluntad de Dios! Jesús nació despojado como un bebé, igual que todos nosotros; tuvo que aprender paso a paso, por eso es que no tenia ventaja sobre nosotros en nada. El cielo está lleno de cosas que son la voluntad de Dios, y que quiere hacer pero que no sucederán hasta que alguien se ponga de acuerdo con El y ore por ello. ¡El cielo está lleno de oraciones con respuestas, pero son oraciones que no se han hecho y se deben hacer! Gracias a Dios que El se provee de algunas circunstancias para que nosotros oremos. ¿En que circunstancia oras con más fervor y de corazón? ¿Y en que circunstancia te olvidas de las cosas secundarias y oras por las cosas más importantes? ¡En las crisis! Cuando no hay crisis oramos así: “Padre, gracias por este día, por esta comida y por este tiempo. Te bendecimos Señor… acuérdate de los pobres que no tienen qué comer”. ¡Lo mandamos a Dios que se acuerde de los pobres! “Que no falte el plato en la mesa de los que no tienen, Señor”. Pero cuándo aparece un cáncer u otra crisis, oramos con fuerza: “¡Padre querido! ¡Oh Dios dela Gloria!” Ahí viene el quebranto, el gemido y las lágrimas. ¡Ah Señor! ¿Dónde estas? ¡Recién en esas circunstancias salen esas oraciones que sacuden el cielo!

                CONCLUSIÓN

                ¡Cuando me enamoré de Marta y ella me decía que jamás se casaría conmigo, me leí todos los libros de oración que vendían en la librería cristiana! ¡Cómo oraba! Me dormía orando y me despertaba orando. “¡Oh Dios! ¡Contéstame, háblame, mándame un avisito!” Yo creo que las oraciones más sinceras, más fuertes y más sentidas vienen en los tiempos de crisis. Revisa tus tiempos de crisis y verás con qué intensidad oras. Así que cuando escasea la oración, ¿qué es lo que está pidiendo tácitamente el creyente sin darse cuenta? ¡Que venga la crisis! Tú dices: “¡Oh Señor! Dame un buen trabajo Dios, aumenta mis ingresos para que pueda mandar a mis hijos al club. Dame Dios un vehículo para honrarte, si me lo das, lo consagro a ti. ¡Dame una casa que sea para ti Señor!” Y Dios le dice a San Pedro: “Está pidiendo una crisis.” Dicela Bibliaque Dios mira a los más necesitados, y está cercano al quebrantado de corazón.

                En las crisis se producen oraciones claves y se toman decisiones claves. ¡Crisis claves, oraciones claves, decisiones claves y resultados claves! No te faltará una crisis para que ores una oración clave, para que tomes una decisión clave y obtengas resultados extraordinarios. Es imposible que venga el fracaso a tu vida. Dios te enviará crisis, para que lo busques en oración. ¿Quieres detener la crisis? ¡Empieza a orar ya, antes que venga!

                “Señor, hágase tu voluntad, quiero conocer tu voluntad, quiero saber los tiempos para mi vida. ¿Qué es lo que tú has determinado que yo haga? ¡Quiero hacer lo que tú quieres! Padre bueno, ¡te necesito! He entendido que tú necesitas encontrar en mí una mejor disposición para la oración. ¡Quiero conocerte y quiero conocer tus planes! ¡Quiero hacer tu voluntad y tus obras! ¡Quiero conocer tus tiempos! Enséñame por tu Espíritu, muéstrame la verdad, en el nombre de Jesús hago esta oración, amén”.

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