LOS NIÑOS: FUTURO DE UNA NACIÓN - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

LOS NIÑOS: FUTURO DE UNA NACIÓN

La verdad que la obra que Dios nos ha mandado a hacer, ha resultado una experiencia transformadora para nuestras vidas y regresamos muy felices de Haití. Y precisamente quiero hablar acerca de lo que hablé en el día de la inauguración del hogar de niños allí en Haití; considero muy importante que lo que dije allá, también lo reciban ustedes: Una nación que no tiene una mirada bien puesta en qué hacer con la niñez, es una nación débil, sin futuro. Prestarle atención a la niñez es enfocarse en el futuro de la nación. ¡Dios ha creado a las naciones! Dice la Biblia que las naciones caminarán delante de su presencia, (Isaías 60:3). ¡Él ha hecho algo especial con las naciones! Nos ha separado en naciones para que tengamos una identidad. Nos hace muy felices y seguros saber que pertenecemos a un territorio, a un país, que tiene una legislación y un gobierno que protege a sus habitantes. Muchas personas que se van de su país, se sienten desoladas y desamparadas. Una de las cosas que me sucedió en este viaje, fue que una gran lluvia hizo entrar agua al cuarto donde estaban los pasaportes guardados dentro de un bolso, los cuales se mojaron completamente. Cuando me presenté en el check in en el aeropuerto, ¡resulta que la lluvia me había borrado la cara! Y el funcionario del aeropuerto, al ver mi documento averiado, ¡me dijo que no podría abordar el vuelo!

En mi pasaporte luce la siguiente frase: “En nombre del gobierno de la República Argentina, la autoridad que expide el presente pasaporte, ruega y solicita a todos aquellos a quienes puede concernir, dejen pasar libremente a su titular y prestarle la asistencia y protección necesaria”, y cuando uno lee eso, piensa: “¡Guau, han pensado en mí! Nos sentimos más seguros en nuestro propio país que en un país lejano, como que cuando estamos en nuestro país, nos sentimos en familia. Hay cosas que nos identifican, como por ejemplo, el mate; cuando, en cualquier parte del mundo, usted ve a alguien con un termo debajo de las axilas, póngale la firma de que se trata de un uruguayo o argentino. En unos de los caminos que transitamos en Haití, íbamos en la camioneta del hogar, y adelante divisamos un camión de la ONU, lleno de soldados. Cada vez que yo veo un grupo de soldados, me pregunto de dónde son. Y el sólo hecho de que sean uruguayos, argentinos, brasileños o paraguayos, hace que uno se sienta en familia con ellos. Al ver pues a esta camioneta de la ONU, divisé inmediatamente la bandera argentina en uno de los uniformes de los soldados. “¡No!”, me dijeron los hermanos que me acompañaban, “hay muchos países que tienen esos colores en su bandera”. “¡Pero yo conozco la bandera argentina!”, les contesté, y agregué: “¡Pásame el mate!” Íbamos detrás de ellos; les mostré el mate e inmediatamente saltaron todos los soldados, y comenzaron a saludar, ¡y también me mostraron un mate! ¡Son cosas que nos unen! En cierta forma somos una familia. ¡Es muy lindo pertenecer a una nación! Es muy feo no sentir que uno pertenece a algo o alguien. Dios nos ha hecho una familia como nación y existimos para que la nación salga adelante. ¡Dios quiere que nosotros seamos instrumento de bendición para la nación! La gente que piensa solamente en su panza, en su placer y en sus propias cosas, es gente que no le sirve a Dios ni a su nación. Y lamentablemente los países tienen proyectos que no son muy visionarios, están enfrascados en problemas de momento, como por ejemplo, el control del dólar. Pero hay un tema que se posterga muchísimo y aún se destruye, y es el crecimiento poblacional y la atención a la niñez. Es más, se ha llegado a considerar que la venida de un niño es un estorbo, y así lo enseñan las nuevas corrientes psicológicas: “¡Si te es un estorbo, mátalo!” Pero estas ideas no tienen nada que ver con la Biblia ni con lo que Dios piensa. Si desde la década del 50 somos 3 millones de habitantes en Uruguay y no somos capaces de crecer y encima legislamos a favor del aborto, ¡somos un país necio y criminal! Pero quienes piensan bien y ven para el futuro, miran a la niñez y saben que si se alimenta como se debe alimentar a un niño y se lo ama y enseña como debe ser, entonces tendremos una generación que será una bendición dentro de 30 o 40 años. ¡Es una inversión que los grandes hacemos sobre los chicos para que haya un Uruguay más grande y mejor!

Yo quiero hacer conciencia de este tema, porque precisamente Dios me ha enseñado mucho en este viaje que he hecho a Haití, y en especial con este niño que hemos recogido, de cinco meses de edad, cuya madre lo abandonó y cuyo padre estaba muy ocupado vendiendo lotería. El niñito no tenía relación con nadie, y su padre lo alimentaba de vez en cuando; estaba muy desnutrido cuando lo recibimos. ¡Era un vegetal! ¡No tenía gestos! ¡No tenía alegría! ¡Estaba muy seco! Lo tomamos pues, y los chicos del hogar comenzaron a tenerlo en sus brazos, comenzaron a amarlo, a decirle cosas bellas, y el niño comenzó a cambiar. ¡A los cinco o seis días, el niño dio un vuelco que nos dejó sorprendidos! Al principio comía desesperado, y no movía el amperímetro en cuanto a si existíamos o no, pero tardó dos o tres días en darse cuenta que sí existíamos y que le dábamos cariño, y entonces él comenzó a darnos cariño también. ¡Comenzó a sonreír! A los dos o tres días más, comenzó a mover las manitos, y a los diez días se movía en la cama de un lado para otro, y disfrutaba. ¡Él dialogaba con nosotros y nosotros con él! Me vine más convencido que nunca, que le daremos a Haití una nación de niños que van a ser una bendición para el país.

Yo había entendido que Dios quería que haga un orfanato en Haití, pero Él quería enseñarme mucho más que eso. Nos encontramos en Haití, con una mujer norteamericana, casada con un norteamericano, que han tardado 8 meses en adoptar dos preciosos niños haitianos. Detrás de esa adopción hay algo lindo, pero nos comentó la mujer, que ya se van a vivir definitivamente a Estados Unidos, así que sacarán a esos negritos de su país, y serán esperanza para bendecir a Estados Unidos. Pero nosotros nos hemos dado cuenta que la visión de Dios es mucho más grande: ¡No queremos sacar ni un niño de Haití! ¡Queremos darle a Haití una generación de niños formados y amados!

TRES ELEMENTOS:

 

Leemos en Lucas 1:80: Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel”.

Este versículo habla del profeta más grande que hubo antes de Jesús, que fue Juan el bautista; y la Biblia hace una acotación en relación a él. Si Juan el bautista iba a ser un profeta importante de Dios, debía tener una madre y un padre que lo criaran bien. Ese niño debía tener decisión propia, fe, esperanzas, y definitivamente tuvo unos padres que velaron por él.

Hay tres cosas que no le deben faltar a un niño; el hecho de que este niño, de quien hace referencia la palabra de Dios, crecía, tiene que ver con el hecho de que fue debidamente alimentado y nutrido.

Leemos en la Biblia que cuando Isaac fue destetado, su padre Abraham, hizo una fiesta muy grande, y la palabra de Dios nos hace tomar conciencia de que el período de lactancia del bebé es muy importante.

En Argentina hay un médico pediatra, el cual nos enseñó que en el primer año de vida, lo que más crece en un bebé es la cabeza; en el cerebro, se desarrolla y se extiende una red eléctrica de comunicación entre las neuronas, y éstas crecen de tal manera, que en el primer año de vida se establece un sistema que le permitirá o no, al niño, un alto coeficiente intelectual.

Este pediatra señala que un niño debe ser bien alimentado, e incluye en esa alimentación otro aspecto que tiene un nombre técnico que usa la sicología moderna: el niño debe ser estimulado. Entonces, parte de la nutrición del niño es el alimento que come y la estimulación que recibe. Así que cuando decimos que “el niño crecía”, nos referimos a que fue debidamente alimentado y estimulado.

Suena bien el término estimulación, pero yo quiero decirte que no hay mayor estímulo para un hijo, para un hombre o una mujer, que el amor; entonces, cuando hablamos de estímulo, estamos haciendo referencia al amor, al afecto, a demostrarle a un niño que es importante, no importa qué cosas estén haciendo sus padres, ellos no son una molestia sino una bendición. El niño debe entender que él es importante y sus padres están abocados a él.

Dentro del crecimiento normal del niño se necesita que tenga suficientes nutrientes, defensas para la salud, proteínas y vitaminas; y por supuesto, Dios que es el proveedor por excelencia, le ha dado a las mujeres el poder amamantar al niño, y no hay mejor alimento que la leche materna. Por lo tanto, las madres tienen que tomar en serio la lactancia de su bebé y darles el pecho. Los bebes deben ser alimentados cada dos o tres horas, porque cuando ha pasado la hora de su comida se ponen molestos, como nos ha sucedido en Haití, creíamos que Henryson tenía sueño, ya no sabíamos qué hacer y resulta que el problema era que no había comido. Cuando comenzamos a darle el alimento, sistemáticamente, cada tres horas, y el bebé de devoraba la mema, entonces comenzó a reaccionar. Se le daba de comer, y a la vez se le estimulaba con amor, y ambas cosas produjeron el crecimiento.

Quiero explicarte algo importantísimo; si tenemos todo el cerebro bien cableado, como señala el pediatra argentino, si todas las neuronas están en su lugar pero no estimulamos al bebé con amor, entonces, no se desarrollará intelectualmente, ni tampoco tendrá armas para enfrentarse en la vida. Hay un concepto en la actualidad que es la inteligencia emocional; está la otra inteligencia que es la intelectual. Hasta hace un tiempo atrás, cuando una empresa tomaba a alguien para trabajar, le medía el coeficiente intelectual, pero con el tiempo se fueron dando cuenta que había personas que tenían un alto índice intelectual, eran sumamente inteligentes, pero a la hora de tratar con sus pares eran ineptos, se frustraban con facilidad o entraban en depresión, tenían resentimientos, amarguras y presentaban estados violentos que los hacía incompetentes para trabajar en equipo.

Hoy en día, para contratar a alguien, se le formulan una serie de preguntas que tienen que ver con su vida emocional, por lo que se prioriza la inteligencia emocional sobre la intelectual. Aunque no sean intelectualmente dotados, si tienen calidad de gente, si saben tratar con sus jefes, con sus compañeros o clientes, entonces desarrollarán mejor su actividad.

¿Cómo crees que funcionará un niño que desde el vientre, su madre lo rechaza y lo resiste y se lamenta por qué habrá quedado embarazada? La mujer se pregunta: “¿Justo ahora quedé embarazada? Yo te voy a dar la mejor respuesta: ¿Con quién te acostaste? ¡Los niños no nacen de un repollo ni los trae la cigüeña! Si tú eres responsable te darás cuenta que el niño que llevas en tu vientre es más importante que los proyectos que tienes. ¡Una vida es más importante que un proyecto personal! ¡Y si es un hijo, con más razón! ¡Un niño tiene que ser bienvenido al mundo!

Si no somos capaces de alimentar a los niños que vienen al mundo, y si no somos capaces de incentivarlos, de motivarlos y de amarlos, entonces somos criminales. Atender bien a la niñez significa invertir en el desarrollo y en la economía de la sociedad para dentro de treinta o cuarenta años. ¡Y la iglesia Misión Vida para las Naciones lo hará!

Yo he tenido mis temores de llevar adelante un proyecto de hogar de niños; había cosas que me desanimaban. Había entendido cómo hacer para poder sostener un hogar comunitario de drogadictos, de prostitutas, de gente marginada, con los proyectos de auto sustentabilidad que tenemos. De alguna u otra manera es posible lograrlo y tenemos la habilidad, pero yo me preguntaba cómo sería posible sustentar un hogar de niños. ¿De dónde sacaríamos los recursos? ¡No me daba la cabeza! ¡Luché mucho con la idea de construir un hogar de ancianos y de niños! ¿Cómo sostenerlos? Y Dios me mandó a Haití a construir un hogar para niños. ¡Si es difícil hacerlo acá, lo que sería allá! Pero entendí que Dios así lo quería, entonces, comencé a pensar en función de lo que yo ya tenía en mi mente y según mis experiencias. Decidí convocar un equipo de gente que llevarían adelante proyectos como, criar peces y cabras, armar un taller de carpintería y de herrería, y con lo que se generara sustentaríamos el hogar de niños.

A la inauguración del hogar en Haití que tuvo lugar el día 18 de Mayo pasado, asistió un amigo, Edward D’Oleo quien había visitado un ministerio llamado Victory Compassion e invitó a un amigo de esa organización a participar de la inauguración; esta persona conoció el lugar, y se fue contento e impactado por la obra que estábamos haciendo. Yo le sugerí que tal vez ellos podrían ayudarnos con medicamentos, a lo que me respondió que ellos brindaban ayudas varias pero que debía hablar con su jefe ya que él sería quien tomaría la decisión. ¡Al día siguiente de la inauguración nos informaron que nos ayudarían con alimentos! Estábamos participando del devocional de la mañana y vemos llegar una camioneta que traía alimentos para todo un mes, y quienes lo habían llevado era la persona que participó de la inauguración y su jefe. Habían viajado por dos horas y media lo cual no es poca cosa porque viajar en Haití es una travesía, para dejarnos su ayuda, con la promesa de que todos los meses nos brindarían el alimento para todos los que viven en el hogar. ¡Dios los mandó! ¡Me dejó loco, Dios! ¡Yo rompiéndome la cabeza cómo hacer para sostener un hogar de niños pero Él ya tenía todo pensado! Yo siempre digo que el Dios de la visión es el Dios de la provisión. ¡El día que tú hagas lo que Dios quiere, verás su mano proveyendo a tus necesidades y a toda la visión que Él te da!

Si Dios pone su mano, ¿qué problema habrá? Yo ya me agrandé: ¡Vamos a abrir más hogares para niños! Si Dios pone esa parte que es tan complicada para mí, entonces es un hecho que seguiremos abriendo más hogares. Yo he entendido algo muy importante y es que estoy invirtiendo mi vida en algo que vale la pena. Yo amo mucho mi congregación pero se me ha cruzado por la cabeza que si Dios me quiere en Haití, yo me voy a esa nación. Si debo dejar mi lugar lo voy hacer porque no es lo que yo quiero sino lo que Dios quiere. ¡Yo no existo para hacer mi voluntad sino la suya!

Dije que había tres cosas importantes que necesita un niño; una de ellas era la nutrición, otra es el amor, y la tercera es ser fortalecido en el espíritu. “Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu…” De nada sirve que los niños coman bien o que sean incentivados con amor si no se les habla de la palabra de Dios.

Los niños de Haití, a la mañana, al mediodía y a la noche, bajan de sus dormitorios a desayunar, almorzar o cenar y en cada oportunidad cantan alabanzas, luego la persona encargada de ellos los manda a sentar a cada uno y todos obedecen. ¡Esos niños ya están amando a Dios! Ellos están con gente que ama a Dios y a ellos, entonces, esos niños aman a quienes los aman y aman al Dios de la gente que ellos aman. ¡Si hacemos esto vamos a garantizar un futuro feliz para cada nación! ¡Si queremos un país desarrollado, debemos amar a los niños! ¡Dedícate a darle afecto a los niños, a alimentarlos y a hablarles del amor de Dios!

¡Con tan poco le podemos enseñar a los niños pequeños cosas tan importantes!             Un día me puse a observar a una de las jóvenes que está en Haití; ella tomó una soga y a cada niño le dijo que se sujetara de ella porque irían a dar un paseo, Carolina iba adelante y los ocho niñitos atrás. Les iba mostrando cosas y les hacía repetir lo que les nombraba, así les iba enseñando. Construimos una cisterna en la que juntamos agua de la lluvia, entonces ella se la mostró y les explicaba cómo funcionaba, esos niños iban aprendiendo nuevas cosas. ¡Hay pocos que se dedican a enseñarles a los niños cosas tan sencillas como esas! Ellos disfrutan aprender con su “mamá” porque se sienten amados y valorados, y eso los entusiasma. ¡Yo me quedé loco porque vi cómo habían llegado! Al principio nos miraban desconfiados pero a los pocos días se nos colgaban del cuello. ¡Hay poco afecto en Haití! Pero resulta que a los niños les gusta que los amen. ¡Qué bendición!

CONCLUSIÓN

 

Yo no sé si te brindaron amor en tu niñez, no se si tuviste afecto o te alimentaron bien, pero quiero decirte que Dios está necesitando gente que se juegue la vida. ¡La mies es mucha! Si contamos todos los niños que hay en el mundo necesitamos muchísimas manos para bendecirlos a todos. ¡Y tengo una noticia fabulosa para ti! No importa que te hayan alimentado mal, no importa que no te hayan amado y que no hayas sido fortalecido en el espíritu lo que significa que no te han enseñado acerca de Jesucristo, porque hoy Dios te está dando una oportunidad extraordinaria. La Biblia señala que el que está en Cristo es una nueva criatura, las cosas viejas pasaron, eh aquí, todas son hechas nuevas.

El mismo Dios que hace nacer niños, es el Dios que te lleva a ti a ser como un niño y te dice: “Quiero empezar todo de nuevo contigo”. Leemos en 2ª Corintios 5:17: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.

A partir de hoy puedes comenzar a caminar con Jesucristo como si fueras un niño. Él te enseñará bien todas las cosas, te enseñará lo que debes hacer para que te vaya bien.

Si has vivido una vida de amarguras, de resentimientos, de malos recuerdos, de impotencia, si no puedes luchar contra el cigarro, contra la droga o el alcohol, si no puedes luchar contra el mal genio y el odio, Dios hoy te ofrece lavarte el corazón, limpiarte tu mente y darte una nueva vida. ¡El que está en Cristo es una nueva criatura, las cosas viejas pasaron y yo hago todas las cosas nuevas dice el Señor! ¡Tienes que creer esto como un niño! ¡Te tienes que volver un niño espiritual! ¡Debes creer que Dios te va a usar y hará cosas grandes contigo!

Me siento feliz de hacerte hoy este desafío porque sé que los que hoy se consagren van a disfrutar lo que hoy yo estoy disfrutando. Puedo declarar sin duda que estoy viviendo los mejores años de mi vida. He entrado en una edad en que mi cuerpo no tiene las mismas fuerzas y no responde como antes, pero Dios está supliendo con creces las fuerzas que me faltan. ¡Disfruto al ver a mi señora amar a ese niño de Haití tanto como a sus nietos! Ella le hablaba como le habla a sus nietos, ¡cuánto amor! El apóstol Pablo dijo que el amor de Dios ha sido derramado sobre nosotros.

¡Dios quiere hacer todas las cosas nuevas en tu vida, quiere producir un cambio hoy! Si tú quieres ser reciclado, si aceptas que Dios te cambie la vida, tienes que presentarte delante de Él como un niño porque Dios disfruta de ellos.

He leído en los tres evangelios el episodio en que los padres traen a los niños para que Jesús los bendijera, y sus discípulos, enojados, les recriminaban: “No molesten al maestro”. Y uno de los evangelios señala que Jesús, indignado, más que molesto, les dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos” (Mateo 19:14). ¡El Señor sabía que valía la pena invertir el tiempo en los niños! Me imagino que cuando Él ponía las manos sobre esas criaturas, algunos de ellos habrían sido rechazados, porque en ese tiempo si nacía un varón se hacía fiesta pero si era nena, no tanto; o quizás su padre afanoso con tanto que atender, le habrá dicho a su hijo: “No molestes porque papá está atendiendo cosas más importantes”. Me imagino que Jesús les imponía las manos, los bendecía y les quitaba la amargura, el rechazo, la tristeza… ¡Hoy puedo ver la mano del Señor sacándote las angustias, las soledades, la tristeza, el rechazo, la impotencia, el odio, el resentimiento, el celo! ¡Lo puedo ver obrar al Espíritu Santo sobre tu vida! Puedo ver la mano de Dios tocándote y transformándote, y diciéndote al corazón: “Yo puedo hacer las cosas nuevas. El que está en mi es una nueva criatura, las cosas viejas pasaron”.

¡No importa lo que te hicieron o te dijeron, Cristo hace todas las cosas nuevas! ¡No importa cuánto te han odiado o rechazado; no importa cuánto te han entristecido ni cuántas injusticias cometieron contra ti, si estás en Cristo, eres una nueva criatura, las cosas viejas pasaron! Esto significa que Jesús va a comenzar a darte la mema, Él comenzará a alimentarte y a fortalecerte en tu espíritu. ¡Caminarás y te alegrarás en Jesucristo!

¡Dios necesita tu vida! Lo que Él tiene que hacer, lo hará con gente que renuncie a sí misma y le permita obrar.

“Señor, rompe toda atadura en esta hora, en el nombre de Jesús. ¡Libera las mentes, glorifícate, haz nuevas criaturas! Te honramos y glorificamos porque esa es tu tarea y la estás haciendo. Yo bendigo a tu pueblo con bendición del cielo, en tu nombre Jesús, amén”. 

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