PURIM, FIESTA DE VICTORIA - Misión Vida para las Naciones

Av. 8 de octubre 2335

Montevideo

WhatsApp:(+598) 095333330

MENSAJES DEL CIELO

PURIM, FIESTA DE VICTORIA

¡Dios es bueno! Hay muchos que le achacan toda clase de injusticias a Dios, incluso algunos cristianos. Dios no es injusto, ¡todo lo contrario, pero hay muchos que cuando sucede algo malo, le echan la culpa. Hace dos semanas atrás estaba hablando con un amigo que fue abandonado por su esposa y se enojó con Dios por ello; él decía: “¿por qué Dios no me contestó? Yo oré, hice todo bien… entonces queda una sola cosa, ¡Dios hizo algo mal!” A veces no nos damos cuenta que con algunos argumentos estamos diciendo: “¡Dios, no me gusta que hagas lo que yo no quiero, no me gusta que hagas las cosas distintas a lo que yo pienso!” Hasta algunos dicen: “yo pienso que no merezco vivir lo que estoy viviendo”. ¡Y tienen razón! ¡Lo que merecen es el infierno! Eso es lo que merecemos todos, pero Dios nos amó tanto, que envió a su Hijo unigénito a morir en la cruz del calvario para que ya no seamos enemigos de Dios en nuestra mente y en nuestros pensamientos sino hijos del Dios vivo, redimidos de la condenación. ¡Dios es muy bueno! Sí, estamos aquí por la gracia y por la misericordia de Dios, no porque seamos gente justa o que haga justicia, ¡somos redimidos por amor! Y no nos alcanzará la vida ni la eternidad para darle gracias. Si estás ofendido con Dios, pídele perdón, estás muy lejos de la verdad. Busca la amistad con Dios y busca entender la verdad, porque tú eres el malo y Dios bueno, tú injusto y Él justo.

Hoy hablaremos de este Dios muy bueno que prevé cosas para nuestra bendición, aunque nosotros no sabemos ni entendemos ciertas circunstancias que nuestros enemigos traman contra nosotros; mientras Satanás, los demonios y aquellos que trabajan para ellos preparan embestidas contra los cristianos, Dios va preparando el camino delante de nosotros para librarnos de todo. Tú no tienes idea cuántas veces Dios te ha librado de cosas que Satanás tramó contra ti; dice la Biblia que él se presenta de día y de noche delante de Dios para acusarte, y a veces creemos que no tenemos nada acerca de lo cual satanás puede acusarnos, sin embargo, ¡él tiene todos los días un motivo par acusarte delante de Dios! Ese es su oficio, por tanto, debemos estar agradecidos a Dios porque Él no escucha a satanás sino que nos ve a través de la sangre preciosa de su Hijo Jesucristo. El escucha a Jesús que está sentado a su diestra y aboga por nosotros. ¡Dios es bueno y tiene planificado bendecirnos!

SATANÁS PLANIFICA TU DESTRUCCIÓN

Hay un historia muy linda en la Biblia que está en el libro de Ester; me encanta predicar acerca de este suceso que dio origen a una fiesta que el pueblo judío le llama la “fiesta de Purim” y recuerda un acto extraordinario de Dios en favor de su pueblo.

Había un personaje malvado que se llamaba Aman, que odiaba y detestaba al pueblo de Dios; este Aman representa a cualquier persona que esta poseída por espíritus de las tinieblas. Si eres buen cristiano y haces lo posible por servir a Dios, siempre van a aparecer personas que te van a detestar. Este Aman era un malvado y el mismo día que los enemigos del pueblo de Dios pensaban enseñorearse de ellos, pasó lo contrario, es decir, el pueblo de Dios se enseñoreó de sus enemigos. Leamos Ester 9:1: En el mes duodécimo, que es el mes de Adar, a los trece días del mismo mes, cuando debía ser ejecutado el mandamiento del rey y su decreto, el mismo día en que los enemigos de los judíos esperaban enseñorearse de ellos, sucedió lo contrario; porque los judíos se enseñorearon de los que los aborrecían”. Esta es una verdad que Dios hoy me ha mandado a contarle al pueblo de Dios; quizá estés en aflicciones, quizás tienes un lanzamiento o una sentencia judicial, no lo sé, pero estoy predicando en el nombre de Señor, y esta palabra es para tí, para aquellos que tienen sentencia del enemigo. A algunos el diablo les ha dicho que los va comer crudos, pero Dios esta aquí para animarte y te está diciendo: “Yo velo por tí, mientras tú duermes, yo te cuido, mientras tú no sabes lo que el enemigo está maquinando contra ti, yo estoy tramando algo contra tus enemigos. Tu enemigo quiere enseñorearse de ti, ¡pero él caerá delante de ti!”  ¿Puedes creerlo? He venido a traerte una palabra de Dios, quien te dice: “No te aflijas por tus enemigos, por tus enfermedades, por tus deudas ni por los que hablan mal de ti o te llevan a juicio, yo soy tu Dios que abogo por ti. ¡Quiero que sonrías y tengas esperanza por yo soy tu Dios!”

A veces nos preguntamos por qué Dios demora tanto en socorrernos. “Señor, ¿cuándo vas a venir? ¿Cuando esté perdido? ¿Cuando mi enemigo se haya enseñoreado de mí? Oh Dios, clamo a ti y no me escuchas, ¿estás sordo Dios?” La mejor explicación que he encontrado, es que Dios se demora un poquito -en nuestra opinión- , porque Él nunca llega tarde a ningún lado, es muy puntual. ¡Somos muy asustadizos! He visto mujeres gritar y subirse arriba de un piano por una cucaracha, y no estoy exagerando. Dios no puede estar corriendo cada vez que nos asustamos. Yo me acuerdo una noche que estaba con mucha fiebre, y en mi dormitorio había un enduído que tenía determinados dibujitos; yo miraba esas figuras y veía caras y demonios que se movían, y eso me asustaba… y cuando era grande, también me atemoricé con una rama de un limonero. ¿Quién no se ha asustando con una sombra? Nos afligimos demasiado fácil, por tanto, no podemos hacer que Dios salga corriendo por una sombra que nos espanta. Pero cuando tenemos un peligro real, porque algún enemigo nos quiere “comer crudo”, Él va preparando las cosas para que éste se lleve una sorpresa; tu enemigo se va “relamiendo” la lengua y haciendo planes, “tal día me lo como”, pero en ese día Dios cambia todas las cosas, ¡y tú te lo comes a él! Anhelo que hoy llegues a conocer un poquito más a Dios, de modo que puedas confiar plenamente en Él.

Este hombre Amán odiaba al pueblo de Dios; dice la Biblia que era “agagueo”, que significa descendiente de Agar. Agar era un rey amalecita, cuando Saúl destruyó a los amalecitas y perdonó al rey Agag, Samuel vino y le cortó la cabeza, por tanto, los agagueos, además de ser amalecitas eran descendientes de un rey a quien Samuel le había cortado la cabeza, así que le tenían a los judíos un odio ancestral. En el reino del rey Asuero, un rey persa que había sometido todas las naciones (había llegado hasta la India y Egipto), este Amán es levantado sobre todos los príncipes del reino, y tan alto fue levantado, que dice la Biblia, todos los demás príncipes y siervos se arrodillaban delante de él, pero había uno llamado Mardoqueo que ni se arrodillaba, ni se humillaba y allí se armó un lío tremendo.

Dice Ester 3:7: En el mes primero, que es el mes de Nisán, en el año duodécimo del rey Asuero, fue echada Pur, esto es, la suerte, delante de Amán, suerte para cada día y cada mes del año; y salió el mes duodécimo, que es el mes de Adar”.

En el primer mes del año Amán quería matar a los judíos, pero quiso hacer las cosas bien, y dijo, no me voy a apresurar, voy a pensarlo bien y voy a confiar en la “diosa de la suerte”, en quien confían los que van a la ruleta y a la lotería… echó suertes, pues quería saber cual era el día y el mes del año que le favorecía a él. La gente generalmente confía que un determinado color le favorece, y dicen: “Voy a ver al presidente, a mí me favorece el celeste”, ¡y se van vestidos de celeste!… porque creen que determinado color les da suerte. Un miembro de nuestra iglesia, que vive en Nueva York, era muy supersticioso, y cuando iba por la vereda, sentía voces que le decían: “¡pisaste la baldosa con el pie izquierdo!”… así que regresaba y volvía a pisar la baldosa con el pie derecho. Estaba loco de remate, ¡vivía de cábalas! Algunos, por supuesto, no llegan a ese extremo, pero otros sí. Amán pues, echó la suerte, y ésta le salió en el mes de Adar, el número doce, y le habló al rey Asuero y le dijo: “hay un pueblo en la faz de la tierra que está por todas partes, es un desastre, yo creo que tienes que deshacerte de él, por tanto, debes hacer un decreto para que en determinado día del año, todos los que están bajo tu reino ( y eran todos los reinos), sean autorizados a enseñorearse de todos lo bienes de los judíos y aún matarlos y haré que te pesen tantos kilos de oro y de plata del botín”. El rey le contesta: “haz lo que desees, el oro y la plata son para tí, haz el decreto como más te guste, envía la orden de parte mía y ponle el sello real”. ¡Amán tenía el favor del Rey! ¿Tú tienes el favor del Rey? Sale pues el decreto, ¡pero Dios es previsor! Ya había arreglado unas jugadas antes, porque sabía que ese decreto iba a sobrevenir.

Vayamos pues, al principio de la historia: El rey Asuero había crecido tanto, que un día decidió hacer una fiesta de ciento ochenta días, para mostrar su gloria, sus bienes y sus riquezas, a todos sus príncipes; terminados los ciento ochenta días, decidió extender la fiesta siete días más a sus íntimos. Al séptimo día dice la Biblia que tenía su corazón contento por el vino y llamó a la reina Vasti para mostrarla a los comensales, pero ella no quiso ir. Y se enojó el rey, y la destituyó y decidió poner otra en su lugar. Para elegir la reina sustituta, decidieron traer mujeres vírgenes de todos los reinos, y el rey elegiría una de ella; trajeron doncellas lindas de todas partes y las prepararon durante doce meses con afeites, perfumes y aceites; cada día una de ellas era presentada ante el rey… ¡y eran miles! Entre las chicas elegidas, estaba Ester, una judía huérfana, que había sido criada por su tío Mardoqueo, no era nadie, ¿te suena esa frase? Pero esta dama fue presentada delante del rey, y él dijo: “¡Ya está! No quiero ver ninguna más, ésta es la reina”. Y Ester no declaró cuál era su pueblo ni su parentela pues su tío le había dicho que no lo hiciese. Presta atención cómo se va tejiendo la historia: Mientras el malvado Amán está tramando destruir el pueblo de Dios y logra el decreto para aniquilarlo, la reina Ester sube a tomar posesión de su puesto de reina. Nadie sabía que ella era judía, ni tampoco ella sabía que existía tal decreto en contra de su pueblo. Luego, su tío Mardoqueo le hace saber acerca del mismo; Aman estuvo doce meses “relamiéndose”, esperando que llegue el día esperado, para ver destruido el pueblo de Dios, pero Dios ya había levantado a la reina Ester y había puesto favor en ella a los ojos del rey, quien estaba sumamente complacido con ella. Mardoqueo su tío le manda decir lo que está sucediendo y ella dice: “¡Yo no puedo entrar a ver al rey si él no me llama”. Nadie podía presentarse delante del rey si no era llamado por él, y esta orden también incluía a la reina. Mardoqueo le replica: “algo tendrás que hacer porque para este tiempo Dios te ha puesto en este lugar, y si tú no haces algo, vendrá respiro de algún otro lado, pero tu serás destruida y no creas que porque eres la reina, escaparás de este decreto”.

DIOS PLANIFICA TU SALVACIÓN

Observen cómo Dios va tejiendo la historia, que es bien compleja. Hoy les quiero hablar de este Dios amoroso que cuidó de su pueblo y también cuida de ti. Ester llegó a ser reina, pero no conocía el propósito de su vida, no obstante, Dios la había levantado porque tenía un plan; ella no sabía lo que se estaba tramando contra su pueblo, y del mismo modo tú no sabes de qué manera traman contra ti tus enemigos. Hay algunos cristianos que son muy inocentes y dicen: “no sé por qué a mí me tiene que pasar esto, si yo soy bueno y no le hago mal a nadie”. ¡No saben de lo que hablan! Dios tiene propósitos con todo lo que sucede, Él puede sacar bendición de la maldición más grande, Él puede transformar el día de luto en día de gloria. ¡Dios todo lo puede! ¡A los que a Dios aman todas las cosas les ayudan a bien! No hay despropósito en Dios, Él no tiene planes de maldición sobre ti, sino planes de bendición y de paz, ¿tu lo crees? ¡Dios quiere bendecirte! ¡Créelo y espéralo! Dios está obrando en tu favor, Él va delante de ti. Tienes que vivir más confiadamente, tienes que adorarle y bendecirle, tú no conoces bien el futuro; pero Dios sí lo conoce. Tú no sabes cómo él te protegerá; pero sí lo hará, “yo soy tu Dios”, dice el Señor. La ley decía que cualquiera que se presentase delante del rey debía morir irremisiblemente, a menos que el rey levante su cetro para concederle misericordia. Y dice la Biblia que la reina Ester ayunó tres días y le pidió a Mardoqueo que hable con el pueblo para que también se unan en oración y ayuno por ella; pueblo entero ayunó y Dios cambió la maldición en bendición. El resultado de este ayuno y de esta búsqueda de Dios fue que no solamente el rey levantó el cetro, con lo cual quedaba anulada la ley de que ella debía morir, sino que le dijo a la reina: “cualquier petición que me hagas, te la voy a conceder y hasta la mitad del reino te será concedido”. ¡Ester tenía el favor del rey! Pasó el año y este Amán estaba desesperado esperando que llegue el día indicado para la destrucción de los judíos. Al mismo tiempo, Ester invitó al rey y a Amán a una fiesta, eso fue el día once del mes número doce; en medio de la cena, el rey le dijo: “¿Qué quieres reina Ester? Porque todo lo que me pidas, te lo voy a dar, hasta la mitad del reino”. Y le respondió: “quiero hacer otra cena y mañana te diré mi petición… y quisiera que mañana venga Amán, junto contigo”. Amán regresa a su casa contento sobremanera, y le cuenta a la esposa lo sucedido y añade: “A nadie ha invitado Ester sino solo a mí”. Y le habló a su esposa acerca de su gloria y riquezas, pero añadió: “cuando veo a Mardoqueo, se me van hasta las ganas de comer. No lo aguanto, espero el día para colgarlo…” La mujer le dice: “si tienes el favor del rey, ¿por qué no mandas hacer una horca de cincuenta codos y lo cuelgas en ella?” Y le pareció bien la idea a Amán y así lo hizo.

A todo esto, tiempo atrás, Mardoqueo había sacado a luz un complot contra el rey en el que dos eunucos querían matar al rey; asimismo, en la misma noche luego que la reina le invitó al banquete, el rey no pudo dormir, ¡se le fue el sueño! Pidió por tanto, que le lleven las crónicas del reino y le fue leído acerca de dos eunucos, denunciados por Mardoqueo, que fueron juzgados por tramar contra el rey. ¡La vida del rey fue salvada por Mardoqueo! Y preguntó: “¿Qué honor le hicimos a Mardoqueo?” ¡Ninguno! “¿Qué podemos hacer por él?” Y luego dice “¿quién está allí en el patio?” Era Amán que estaba allí. Ordenó que pase Amán y le preguntó: “¿Qué honor le podemos hacer a quien el rey quiere honrar?” Y Amán pensó para sí, “¡A quien más van a querer honrar sino a mí!” Y respondió: “Al hombre a quien el rey quiere honrar, que lo vistan con las vestiduras reales, que lo pongan en el caballo en que cabalga el rey y que lo paseen por la ciudad diciendo: Así se hará a quien el rey quiere honrar”. Y el rey dijo: “¡Qué buena idea has tenido! Ve a buscar el caballo, sube a Mardoqueo en él y haz como dijiste”. Cuando Amán le cuenta a su esposa lo sucedido, ella le dice, Si de la descendencia de los judíos es ese Mardoqueo delante de quien has comenzado a caer, no lo vencerás, sino que caerás por cierto delante de él”.  Aún hablaban, cuando los eunucos del rey vinieron por Amán, para ir al banquete de la reina y estando en el medio de la cena, el rey preguntó a la reina Ester: “¿Cuál es tu petición?” Y ella le explicó acerca del decreto dictado para aniquilar a su pueblo… el rey no se acordaba del decreto, hacía ya tiempo que lo había firmado, se apenó y le dijo: “¿quién está tramando mal contra tu pueblo?” Y la reina replicó, “este condenado que está aquí”. El rey amaba a la reina, y consternado por lo que acababa de estudiar, salió fuera para pensar qué hacer con Amán, quien comenzó a pedir clemencia a la reina y cayó en su lecho; en eso entró el rey y le dijo “¿ahora quieres violar también a la reina en mi propia casa?” Y dice la Biblia que salieron los eunucos que cuidaban al rey quienes dijeron: “en la casa de Amán hay un horca que él preparó para Mardoqueo”. Y entonces el rey ordenó colgar en ella a Amán. En la horca que Amán preparó para Mardoqueo, ¡él mismo fue muerto! Luego, la reina consigue de parte del rey otro decreto que autorizaba a los judíos a defenderse de sus enemigos, y aún matarlos y quedarse con todo lo que les pudiesen quitar a quienes viniesen por ellos. Y en el día trece del mes de Adar, que era un día de lamento, el pueblo judío derrotó a sus enemigos, y lo mismo ocurrió en el día catorce del mes de Adar y fue establecida la festividad de Purim, que hasta el día de hoy celebran los judíos, que es una fiesta de gratitud, de reconocimiento a la misericordia de Dios. Los actores de esta historia estuvieron sufriendo; Amán, porque quería destruir a  los judíos y Mardoqueo porque había un decreto que ordenaba destruir a su pueblo, pero por sobre Amán y por sobre Mardoqueo Dios estaba preparando todas las cosas, una por una, para salvar a su pueblo, de tal manera que el día que estaba preparado para su maldición y muerte, fue día de fiesta y bendición hasta el día de hoy.

Esta es la palabra más importante que tengo para decirte hoy: El mismo día en que tu enemigo ha planeado tu destrucción, será sorprendido porque Dios tiene planes para bendecirte. Dios hoy te dice: “El día que aprendas a amarme y a adorarme, verás mi gloria sobre tu vida”. Una persona de fe es aquella que puede confiar antes de ver la bendición. No sé si Mardoqueo tenía fe… estaba luchando, pero no sabemos qué certeza tenía porque dice la Biblia que estaba vestido de cilicio y ceniza, es decir, estaba afligido; si hubiera sido un hombre de fe, hubiera confesado un año entero la bendición. La decisión es tuya, no es Dios el que te ha mantenido afligido, ¡eres tu el que ha decidido vivir afligido! No es Dios el que está procurando que tú te quejes, sino que tú has decidido quejarte, pero Dios te ama igual y ha preparado el camino para que te vaya bien. Tú eres especialmente amado y escogido por Dios, no hay quien dé su vida por sus amigos, pero Cristo dio su vida por nosotros, lo más caro e importante que tenía, lo dio por ti, ¿cómo no te va dar también la vida eterna y todo lo que necesitas para vivir bien? ¡Desecha la angustia y la soledad en este día! Dios ha preparado jugadas extraordinarias para que tú celebres… ya está por venir su jugada, pero también, ya la puedes ir celebrando. ¡A los que a Dios aman todas las cosas les ayudan a bien! No sé qué estarás viviendo, quizás te han dicho que tienes una enfermedad, que te vas a morir pronto, pero desde la perspectiva de Dios no hay motivos para que estés afligido. ¡Hay un Dios del cielo que está contigo! ¡Él tiene cuidado de ti!

CONCLUSIÓN

Yo recuerdo cuando mi papá no quería dejar sola a mi mamá, deseaba ayudarle… y vivió una etapa en que se esforzaba por hacerlo, porque no quería ser una carga para mi mamá, pero él se iba a morir y el sufrimiento más grande para él, era qué iba a ser de mi madre cuando él se muera… pero un día se dio cuenta que ya no podía más, que lo tenían que llevar al baño y hacerle todas las cosas, y ese día dijo: “me quiero morir”, y se fue, dejando a mi madre con el Señor; pero lo que él no pudo hacer, lo está haciendo Dios ahora. Del mismo modo, lo que tú no puedes hacer, lo hará Dios, lo que no pueden hacer tus contactos, lo hará Dios. Él está entre los que te defienden, Él está en aquellas cosas que tú ni te enteras, ni sabes, ni entiendes, por lo tanto lo único que te corresponde es agradecerle, amarle, y adorarle. Debes pedirle perdón a Dios por tus quejas, por tus temores, por tu falta de paciencia… haz esta oración ahora mismo:

“Padre querido, quiero abrir mi boca para confesar mi confianza en ti. ¡Tú vas delante de mí Señor! Tú preparaste una horca para Amán, la misma que él preparó para Mardoqueo, tú preparaste un decreto contra el decreto de Amán, cómo no he de confiar en ti, cómo no esperar en ti… tú eres el que transformas mi día de lamento en día de alegría. ¡Tú trasformas mi lamento en baile! ¡Confiaré en ti! Te pido perdón porque me he quejado contra ti, creyendo que actuaste injustamente… te entrego mis ansiedades, mis opresiones, esos pensamientos que me hacen retroceder, que me hacen dudar más que creer en ti. Vengo a ti confiadamente porque eres la fuente de mi alegría y de mi bendición. Creo que tú ya has dado un paso delante de mí, para protegerme de cosas que yo no se. ¡Lo creo! Puedo vivir confiadamente porque tú me defiendes, tú conoces mi futuro y me guardas. ¡Te adoro, te alabo y te bendigo! En el nombre de Jesús hago esta oración, amén. ¡Gracias Jesús, porque contigo puedo vivir feliz!”

MENSAJES

MISIÓN

VIDA

PARA LAS NACIONES

Av. 8 de octubre 2335

Montevideo, Uruguay

WhatsApp: (+598) 095 333 330

email: info@misionvida.org

twitter: misionvidauy

facebook: iglesiamisionvida

Diseño: VerakaWeb