¿QUÉ CLASE DE DIOS TIENES?

¿En qué clase de dios crees? ¿Cómo es el dios en quien tú crees? Porque de acuerdo a tu dios, así eres tú; de acuerdo al dios en quien tú crees y adoras, tú eres.

He tenido recientemente una charla con un político importante a quien le conté acerca de la obra que estamos llevando a cabo en Haití, y nos preguntó acerca de la vida social y de la cultura en ese país. Dialogamos sobre la gran diferencia que había entre república Dominicana y la república de Haití, que comparten una misma isla, pero son tan distintas. El político quería saber por qué eran tan diferentes y por qué un lado es verde y el otro es desértico. Yo le expliqué que Haití es como una nación africana en el Caribe y la cultura de África se ha insertado en ese lugar. Él me decía que no podía ser porque Haití era una colonia francesa y República Dominicana surgió de una colonia española, entonces no se explicaba por qué había tanta diferencia entre las dos. Yo le señalé que tal vez no coincidiría conmigo pero mi posición es que, de acuerdo al dios que adoras es la cultura que tienes. El dios que tú tienes, determina tus costumbres y tus hábitos, determina la abundancia o la escasez que vives; y eso es conforme al dios que amas y adoras.

En Haití están todos los dioses de África, en tanto que en República Dominicana, las bases y los valores tienen que ver con el Dios de la Biblia, ya que como es sabido, la colonización española trajo a esas tierras el catolicismo, y con éste, el conocimiento de la palabra de Dios. ¡Las culturas varían mucho entre las dos naciones y eso se debe al dios que tienen! La interacción que tenemos con Dios determina cómo nos relacionamos con Él y con los demás, y la clase de vida que llevamos.

            MUCHOS CRISTIANOS NO CONOCEN EL DIOS QUE TIENEN

¿Cuál es el problema dentro del cristianismo? Muchos cristianos tienen una idea desdibujada de Dios, o tienen una idea de quién es Él pero no lo conocen. El apóstol Pablo dijo en 1ª Corintios 15:34: “Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo”. ¡No conocen a Dios! Por lo tanto, los problemas de relacionamiento que surgen, o los dilemas existenciales de quienes no viven una vida de certeza, de felicidad, de esperanza y abundancia, se deben al dios que tienen; aunque muchos señalan que creen en Dios y en Jesús, deben revisar en qué clase de dios creen y que relación tienen con él. Porque hay muchos que creen en un dios conforme a sus razonamientos y pensamientos, entonces alegan que sienten que Dios es tal cosa o piensan que es tal otra, también argumentan que Él debiera hacer esto o aquello, y osan en preguntar por qué Dios no les permitiría divorciarse o cosas por el estilo. Creen en el Dios de la Biblia pero tienen ciertos conceptos o ideas acerca de Él que no les permite vivir como Dios quiere que vivan. Por lo tanto, es muy importante conocer a Dios.

La Biblia señala que el temor a Dios es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia (Proverbios 9:10). ¿Qué clase de vida estás llevando? Quiero compartir contigo el Salmo 146 que dice lo siguiente: “¹ Alaba, oh alma mía, a Jehová. ² Alabaré a Jehová en mi vida; cantaré salmos a mi Dios mientras viva. ³ No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación. ⁴ Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos. ⁵ Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios, ⁶ el cual hizo los cielos y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay; que guarda verdad para siempre,…” ¡Ese es el Dios en quien yo creo! ¡Es el Dios que guarda verdad para siempre! La verdad del Dios que adoramos es inamovible, es eterna. ¡Lo que Él ha establecido es inamovible! ¡Lo que Dios ha dicho que está bien, está bien y lo que declaró que está mal, está mal! ¡Lo que Él ha dicho que es verdad, es verdad, y lo que es mentira, es mentira y eso no cambia!

En este sentido, tenemos un choque frontal con la civilización en la que estamos viviendo y que ha perdido los valores, ha perdido la verdad y el conocimiento de lo que es bueno. Dios no acepta que las verdades cambien, no conciente que lo que hoy es bueno, mañana, eso que el declaró que es bueno, sea malo. Pero la civilización post moderna ha introducido la idea de que la verdad es variable, que se puede acomodar según la circunstancia; que depende del individuo, del lugar o la cultura de donde viene. Así que algo que no es verdad para mí, para otros lo es, entonces, respecto de una misma cosa, no hay una sola sino muchas verdades. El post modernismo nos ha llevado a un estado de no saber qué es lo bueno y qué es lo malo; nos ha llevado a redefinir todas las cosas tal cual las conocíamos, de modo que algunos conceptos de cosas que antes eran malas ahora son derechos humanos inalienables, como por ejemplo, la teoría de género.

Hay algo que debemos recordar y es que, cuando el óvulo de la mujer es fecundado por un espermatozoide, lo primero que surge de esa fusión es un huevo o cigoto, que es la primera célula humana de un nuevo ser, totalmente independiente en su formación y con ADN propio. Es una sola célula, no hay ni un solo órgano formado, no hay corazón, no hay órganos sexuales ni ojos, no hay nada, pero es una célula humana. En cambio hay cuarenta y seis cromosomas los cuales pueden ser xx o xy, y son los que determinan que el ser que nacerá, ha de ser mujer u hombre. ¡No necesita tener órganos sexuales para saber si lo que se está gestando es una mujer o un hombre! ¿Cómo pretenden cambiar eso? Resulta que se gestó un hombre y cuando nace se le da el derecho de elegir otra opción sexual. Eso genera prácticas, costumbres, hábitos y cultura; esto habilita entonces, a que dos hombres se puedan casar.

De acuerdo al dios en el que tú crees, es la cultura que tienes, los hábitos, las costumbres y la forma de relacionarte que tienes con tus semejantes. Así que las verdades de Dios se contraponen a las verdades del hombre y viceversa.

Alguien comentó en Twitter: “¿Cómo vas a frenar el derecho de una persona que es hombre pero considera que está viviendo en el cuerpo de una mujer?” Yo respondí que no lo puedo parar, que cada uno tiene derecho a creer en lo que quiera, del mismo modo que yo tengo derecho a creer que soy Napoleón. Pero no tienen derecho a obligarme a que acepte que ese derecho es un derecho humano y fundamental tal como señalan ellos y que me lleven delante de un juez por no estar de acuerdo con lo que ellos dicen. ¡Eso es una construcción psicológica y cultural! ¡Todos tenemos derecho a creer que somos Superman! Pero no puedo mandar a prisión a alguien que no está de acuerdo con lo que yo creo que soy, y no lo acepta.

Dios es un Dios guardador de verdades. Si quieres conocer la verdad acerca de algo, pregúntale a Dios, no a un psicólogo y mucho menos al “Pepe” que quiere venderte marihuana.

Quien conoce la verdad camina seguro, quien confía en una mentira caerá, pero aquel que conoce la verdad pisa fuerte, va por buen camino, llegará a buen puerto, ¡y es Dios el dueño de la verdad!

Algunos están confundidos; señalan que efectivamente la verdad es de Dios pero como en la escuela le han enseñado que venimos de la materia tienen una mente dividida; y es que en la iglesia enseñamos que Dios creó todas las cosas pero se enseña en primaria y secundaria que descendemos del mono, por lo que algunos chicos entran en confusión. ¡Pero no tienes que estar confundido, tú tienes que creerle a Dios!

En matemáticas se estudia la regla de carácter transitivo que reza: Si A=B y B=C, entonces A=C por carácter transitivo. Si yo desciendo del mono, y éste desciende del árbol, entonces yo desciendo del árbol. ¡A papá mono con banana verde!

¡Es importante conocer la verdad! Y la Biblia dice, y yo le creo a la palabra de Dios, que mi Dios es el dueño de la verdad. ¡Yo le creo a Él!

            CONOCE AL DIOS OMNIPOTENTE

El salmista comienza diciendo: “¹Alaba, oh alma mía, a Jehová” (Salmo 146:1). ¿Por qué lo hace? Porque él sabe bien quién es Dios y cómo es Él. Mientras más conoces a Dios, más te enamoras de Él y más te pareces a Él. Si conoces a Dios, te gusta como Él es, te gusta hacer como Él hace y pensar como Él piensa. ¡Te transforma la vida! ¡Te cambia la manera de pensar! ¡Te cambia tus costumbres, tu mentalidad! ¡Abandonas lo malo y te encaminas hacia lo bueno! ¡Por eso hay que conocer a Dios! Leemos en el Salmo 146: 6 y 7: “⁶ El cual hizo los cielos y la tierra, El mar, y todo lo que en ellos hay; Que guarda verdad para siempre, ⁷Que hace justicia a los agraviados, Que da pan a los hambrientos”. Dios es un Dios justo que ama la justicia y hace justicia a los agraviados. ¡No te enojes tanto! ¡No te preocupes tanto! ¡No tomes pastillas por lo que te han hecho! ¡Dios es un Dios justo y Él hace justicia al agraviado! ¡No importa que no tengas dinero ni abogados que te defiendan! ¡Dios te levantará del polvo! ¡Él te lo promete! ¡Dios es así porque está en su naturaleza! ¡Le encanta hacer justicia! ¡No te hagas el justiciero y pretendas vengarte porque Dios es juez sobre toda la tierra! ¡Él hace justicia al agraviado! Cuando yo soy agraviado espero en Dios, no me salgo de mi lugar, tengo paz y espero en Él. “Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Romanos 12:19). ¡En un Dios así vale la pena esperar!

Leemos nuevamente el Salmo 146:7: “…Qué da pan a los hambrientos…” Estamos descubriendo el corazón de Dios y Él alimenta al hambriento. Lamentablemente la ONU no se preocupa tanto por los que padecen hambre, ni siquiera las grandes potencias. Actualmente, Estados Unidos ha probado un misil que le ha costado miles de millones de dólares construirlo, y, un solo misil cuesta tres millones de dólares, pero la prueba salió exitosa. Se trata de un misil que cuando lo disparan, penetra en la tierra a varios metros, logrando perforar el hormigón de un bunker y lo destruye. Eso es para los iraníes y todos los que se hagan los vivos. ¡Con lo que ha costado la construcción de ese misil se le podría haber dado de comer a los africanos por varios años! ¿Sabes por qué Estados Unidos ha desarrollado ese misil? ¡¡Para garantizar la paz!!

¡Dios no invierte en misiles pero le da pan al hambriento! ¡Las aves del cielo esperan en Él! Señala el Salmo 37:25: “Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan”. ¿Confías tú en este Dios? Si no lo haces, vivirás ansioso.

Se me acercó hace poco una hermana y me dijo que no le alcanzaba el dinero, por lo que quiere irse a vivir a un centro comunitario. Al mismo tiempo, el hijo me señaló que no entendía por qué la madre decía que no le alcanza el dinero si todos los días comen, pero ella estaba preocupada y ansiosa. ¡Y cree que yéndose a un centro comunitario se le va a ir la ansiedad! Claro, si tú crees que Dios no te va a sustentar, entonces puedes vivir ansioso, preocupado y afanado, y además del alimento tendrás que comprar pastillas para la ansiedad.

Conocer el hecho de que Dios le da pan al hambriento, llena mi corazón. ¡Así es el corazón de Dios! Él no es un Dios que fabrica misiles sino que le da de comer al hambriento. ¡Ese es el Dios en quien yo confío!

Finaliza afirmando el salmista en el versículo 7 del capítulo 146: “…Jehová liberta a los cautivos”. ¡Hay personas metidas en cárceles en sus pensamientos y sentimientos porque no han conocido a ese Dios que libera a los cautivos!

Me escribió una mujer desde República Argentina y me pidió por favor que la ayudara porque tenía muchos problemas aunque no me contó acerca de ninguno. Ella me dijo que estaba yendo a un psiquiatra cristiano, el cual le dijo que no tenía nada malo, sólo una angustia muy grande por causa de los problemas que ha vivido lo que la ha sumido en un conflicto muy grande y agregó: “¡Lo que usted tiene que hacer es confiar en Dios!” ¡Es interesante escuchar de un psiquiatra algo semejante!

La mujer sufre mucha angustia, persecuciones y temores por causa de las aflicciones que le ha provocado los problemas que ha vivido. Pero, señala la Biblia que Dios liberta a los cautivos. Cuando una persona está perseguida por las circunstancias del pasado, vive adentro de una cárcel y no puede librarse; se la pasa pensando en esas cosas que le sucedieron, las cuales aún la persiguen. Y hay muchos cristianos que no pueden librarse de lo que le han hecho o le dijeron. ¡Es triste no poder ser libre de eso! ¡Pero, mi Dios libera a los cautivos! Un día le entregué a Jesús mi pasado ¡y se lo llevó! ¡Lo ando buscando pero no lo encuentro! ¡Le entregué a Dios mi pasado, Él lo tomó y se hizo cargo de mis problemas! ¡Se hizo cargo de mis angustias y pesares, se hizo cargo de mis pecados y no se a dónde fueron a parar pero ya no están! ¡Esas cosas ya no me persiguen! ¡Mi pasado ya no es problema mío, es problema de Dios! ¡Está en sus manos! ¡Él me ha hecho libre de mi cárcel!

En un tiempo yo pensaba que había hecho cosas malas y que Dios se iba a vengar de mí, esperaba lo peor, pero en un momento, entré en la paz de Dios y descansé. Alguno dice: “Pienso que por lo que he hecho, Dios me castigó y me vino esto” ¡Se libre de esta persecución! ¡Entrégale hoy a Dios tu pasado, ponlo en sus brazos y descansa!

A algunos los persigue el presente. ¡El presente es malísimo! Abre el periódico, mira la televisión y verás qué malo es; te roban, te matan, etc. ¡El presente es horrible! ¡Entrégale también tu presente a Dios y quédate tranquilo! ¡Él sabe qué hacer con tu pasado y tu presente! Y ya que te estoy dando estos consejos, de paso te digo que le entregues también tu futuro a Dios. La gente tiene muchos temores respecto de lo que pueda acontecer en el futuro: que no me voy a casar, que me va a venir un cáncer y me voy a morir, que si tengo un accidente, etc. Yo le entregué a Dios, también, mi futuro. ¡Todo está en sus manos, pasado, presente y futuro! ¡No tengo ni un solo drama! ¡Soy libre!

            DIOS ABRE LOS OJOS A LOS CIEGOS

Claro, los que no conocen bien a Dios, piensan acerca de Él, cosas que no tienen nada que ver con lo que dice la Biblia y ésta señala que Dios liberta a los cautivos. También declara en el Salmo 146:8 “Jehová abre los ojos a los ciegos”. ¡Qué importante es esto! Leí acerca de un matrimonio que estaba en conflicto y decidieron llamar por teléfono a su pastor. Eran las dos de la mañana. El pastor atiende sorprendido por la hora y ellos le comentan que estaban discutiendo, a tal punto, que decidieron separarse; argumentaban que como él fue quien los casó siendo testigo de esa unión, también querían que fuera el testigo de su separación. El pastor les responde: “Bueno, pero tratemos el tema mañana” a lo que replican: “No, no, nos vamos a separar ahora”. Allá se va el pastor a la casa del matrimonio, y se dispone a escucharlos: el marido acusaba a la mujer y ella lo acusaba a él, y en el medio, el pastor escuchando, mirándolos a uno y a otro. ¡No terminaban más! La mujer creía que el esposo tenía la culpa, y éste creía que era ella quien tenía la culpa, pero ninguno de los dos notaba que en el medio había un espíritu de disensión, de confusión y de separación. El pastor los escuchó hasta que en un momento les dijo: “¡Basta!” ¡Los dos se quedaron paralizados! Les ordenó que se tomaran de la mano, él superpuso su mano y comenzó a orar por ellos; en el nombre de Jesús echó fuera el demonio de disensión y de guerra que se había instalado en ese matrimonio. “¡Diablo, te ordeno que sueltes estas vidas, te ordeno en el nombre de Jesús que sueltes sus mentes y sus emociones!” Finalizó la oración y cuando abrió sus ojos, los vio a los dos llorando. El esposo le dijo a la esposa: “¡Perdóname!” Y ella lo abrazó y le dijo: “Perdoname vos a mi”. Tengo una noticia para darte: ¡Tu suegra no es un demonio! ¡Es malísimo estar ciego y no ver cuál es la realidad espiritual de algo que está sucediendo! ¡Atacas a tu esposa en lugar de arremeter contra el demonio que se ha instalado en tu matrimonio! ¡Dios les da vista a los ciegos! Significa que puedo estar confiado en que Dios me va a revelar, me va a mostrar y me va a enseñar la verdad acerca de algo; yo tendré luz y podré ver para pelear, no como quien le pega al viento. ¡Yo le voy a dar en el blanco!

Es por eso que cuando reprendemos a algún demonio, es bueno identificarlo y así echarlo fuera. Porque si no, diríamos: “Ahora reprendemos a todos los demonios que hay en esta persona”, lo cual es semejante a tomar una ametralladora y disparar para todos lados.

El Salmo 146: 8 y 9 sigue diciendo: “⁸ Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caídos; Jehová ama a los justos. ⁹ Jehová guarda a los extranjeros; Al huérfano y a la viuda sostiene, Y el camino de los impíos trastorna”. ¡Me encanta cuando la palabra de Dios dice que el Señor guarda a los extranjeros! Mira que ha sido duro ser extranjero en la tierra a la cual Dios me envió, pero Dios ama a los extranjeros. ¡Él me ha hecho sentir como en casa! Cuando conozco el corazón del Señor, me maravillo al ver el Dios que tengo.

Ha predicado en nuestra iglesia un ex brujo que adoraba a satanás, su nombre era tío Chico, un brujo muy importante en Brasil. En un momento, el diablo le dijo: “Tu hijo te va a disputar el cargo que tienes, así que tienes que decidir, él o tu”. El brujo le preguntó a satanás qué debía hacer y éste le ordenó que lo matara, entonces, sin dudar, tomó un revolver y le disparó a su hijo, con tan buena suerte que no logró quitarle la vida. Tiempo después, se entregó a Cristo, renunció a la vida que estaba llevando y comenzó a predicar el evangelio. ¡Cuando Dios hace la luz, qué fuerte que es! Pero antes que lo alumbrara Cristo, el hombre había hecho un trato con Satanás; le dijo al diablo: “Quiero que las mujeres caigan rendidas a mis pies” y él estuvo de acuerdo, ninguna mujer se le resistiría, pero a cambio tendría que hacer lo que le pidiera. El trato fue que, durante seis meses sería un hombre, pero, por los seis meses siguientes oficiaría de mujer. Estaba tan ciego que actuó según el trato que habían hecho, al punto de volverse gay. Pero, un buen día, Dios le abrió los ojos y le dio entendimiento, entonces se dio cuenta de la jugada de satanás. ¡Dios les da vista a los ciegos! ¡No creas que no hay salida porque sí, la hay! ¡Dios tiene la salida! Claro, cuando tú crees en un Dios como éste, entonces, caminas confiado en la vida. No te asaltan las angustias, no te persigue el temor, vives con esperanza y con fe porque tú sabes quién es Dios. ¡Tú sabes el Dios que tienes!

“¡Pastor, el diablo me ha dicho que me voy a ir al infierno!” ¿Por qué escuchas lo que te predica el diablo? ¡Asegúrate de que siempre sea Dios quien te predique! ¡Asegúrate de que en tu mente esté la palabra de Dios! ¡No olvides que Dios te ama! ¡Él murió por ti en la cruz del calvario! ¡No olvides que Él es tu sustentador! ¡Jesús es tu Rey, tu fortaleza y tu pronto auxilio, no lo olvides! ¡Hay ciegos que no ven!

Hay creyentes que están preocupados y asustados porque les va a pasar esto o aquello. Pero la Biblia dice que el ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende (Salmo 34:7). ¡Gloria a Dios! Si tú lo crees dirás: “¡Qué venga lo que quiera, el ángel de Jehová está conmigo!” No se trata de poder ver al ángel con los ojos físicos sino tener la visión espiritual y la certeza de que el ángel de Jehová acampa cerca de mí y me defiende porque yo tengo temor de Dios. ¡No puedes quedarte con esa carga pesada, tienes un Dios magnífico, Él la tomará!

            DIOS GUARDA AL EXTRANJERO, AL HUÉRFANO Y  LA VIUDA

                        ^“9 Jehová guarda a los extranjeros; Al huérfano y a la viuda sostiene, Y el camino de los impíos trastorna” (Salmo 146:9). Dime qué Dios tienes y yo te diré qué clase de vida llevas. Cuando yo veo que Él cuida de los huérfanos, a mí me dan ganas de cuidarlos también; cuando veo que Dios se inclina a velar por las viudas, yo deseo también ayudarlas. Es decir, mientras más me acerco a Dios, más me contagio de Él. Mientras más cerca estoy del Señor, más me gusta Él y quiero ser más como Él es.

En mi época de adolescente comencé una linda amistad con quien sería mi concuñado. Nos encontrábamos todos los días y hablábamos por horas; cuando yo llegaba a casa, me decían: “Ahí viene Alberto Ojeda”, porque cuando hablaba lo hacía igual que él. ¡A mí me daba bronca que me dijeran eso! ¡Pero se me habían pegado los modismos de Alberto! ¡Dime con quién andas y te diré quién eres! Cuando quieres acordar, estás hablando como Dios, actúas como Él y haces las obras de Dios. ¡Eres una bendición! ¡No hay diablo que te pueda asustar porque caminas tomado del dedo de Dios!

Finaliza el Salmo 146 diciendo: “¹⁰ Reinará Jehová para siempre; Tu Dios, oh Sion, de generación en generación. Aleluya”. Hay personas a quienes si se les muere un pariente ya no quieren vivir más, porque llegan a endiosar al marido, al hijo, a la abuela, etc. Hay mujeres que por muchos años no han podido superar la muerte de un hijo, entonces entraron en depresión y en angustia, al punto de descuidar a los otros hijos que tienen vivos y es porque han endiosado a esa persona. ¡Se aferran al punto de declarar que no quieren seguir viviendo porque esa persona ya no está! Le sucedió a una mujer que, luego de que uno de los hijos, que aún tenía con vida, la increpara, entonces reaccionó. Éste, que tenía en ese entonces unos once años de edad le dijo: “¡Mamá, se te murió un hijo, pero tenes tres más!” En ese momento la mujer se reanimó, se levantó y comenzó a atender a sus otros hijos.

Uno me dijo: “Si se llega a morir mi abuela yo ya no quiero vivir más”. ¡Pobre abuela, tiene noventa años, está en el hospital llena de caños y ésta persona me pide que ore por ella porque si se llega a morir ya la vida no tiene sentido! ¡Endiosó a la abuela! ¡Sus fuerzas para vivir estaban en la abuela pero no en Dios! ¡Se te muere tu abuela y se te muere tu dios! ¡Fallece tu esposo o tu hijo y fallece tu dios! Pero, el Dios en quien yo creo, el de la Biblia, es un Dios que reina para siempre.

            CONCLUSIÓN

Leemos en Jeremías 9:23 y 24: “²³Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. ²⁴Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”. Si de algo tienes que estar satisfecho es de haber conocido a Dios; y de haber conocido su corazón, quién es Él, que hace, cómo lo hace, y eso se te termina pegando a ti. Pero ojo, si no se te pega lo de Dios, será otra cosa la que se te pegue.

Así que, con un Dios proveedor, sustentador; con un Dios justo, que nunca se muere, que abre mis ojos y me ilumina, quitando mi ceguera, con un Dios que se acuerda de mí y me defiende, no tengo motivos para vivir mal. ¡No tengo motivos para sufrir! ¡No tengo motivos para vivir deprimido, angustiado, perseguido o atemorizado! ¡Hoy le tienes que entregar a Dios toda esa basura! Preséntate delante de Él y dile: “Perdóname Señor, porque no te he conocido como debiera, te quiero entregar mi pasado, mi presente y mi futuro. Te entrego mis cargas y mis temores, toma mis angustias, Señor. Hoy me has enseñado quién eres tú y me agrada que seas mi Dios. ¡Te alabo Señor! ¡Alaba alma mía, a Jehová!”

Después de conocer a Dios, no cabe otra cosa más que alabarlo. Quien no puede alabar al Señor, aquel a quien le cuesta hacerlo es porque no lo conoce bien. Quienes alaban a Dios es porque disfrutan la libertad que Él les ha dado y es que han conocido a un Dios bueno.

Mi anhelo es que Dios hoy quite tus cargas. La Biblia señala que la unción pudrirá todo yugo y yo quiero que tú experimentes eso. Tienes que ser libre hoy, del lastre del pasado, de las cosas que te han hecho o te han dicho. ¡Sé libre de los temores! ¡Dios quiere hacerte bien! ¡Corre hoy a sus brazos y déjale tus cargas! No importa que seas un pecador, justamente, Jesús murió por tus pecados. ¡Acércate a Él así como estás, no esperes estar bien para poder agradarle porque es Dios quien te transformará!

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