¿TE INTERESA TU NACIÓN? - Misión Vida para las Naciones

Av. 8 de octubre 2335

Montevideo

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MENSAJES DEL CIELO

¿TE INTERESA TU NACIÓN?

Leemos en Daniel 2: 46 al 49: 46Entonces el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y se humilló ante Daniel, y mandó que le ofreciesen presentes e incienso. 47El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio. 48Entonces el rey engrandeció a Daniel, y le dio muchos honores y grandes dones, y le hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia, y jefe supremo de todos los sabios de Babilonia. 49Y Daniel solicitó del rey, y obtuvo que pusiera sobre los negocios de la provincia de Babilonia a Sadrac, Mesac y Abed-nego; y Daniel estaba en la corte del rey”.

¡Esta es una historia increíble! Daniel era un esclavo, pero Dios llevó al rey Nabucodonosor, uno de los reyes de la potencia más grande de la historia, al punto de humillarse delante de él. Nabucodonosor había metido en un aprieto a los sabios y videntes de Babilonia porque quería que ellos le contaran el significado de un sueño que había tenido pero del que se había olvidado. Quería que los videntes le interpretaran ese sueño pero éstos le señalaron que ningún rey del mundo ha pedido algo semejante a un vidente o adivino.

¡Era una locura! Entonces el rey les advirtió que si no lo hacían les cortaría la cabeza a todos. ¡Y Daniel se humilló delante de Dios porque también su cabeza iba a rodar! Él había sido llevado a Babilonia como esclavo pero lo habían escogido como una persona preparada y sabia, para asesorar y aconsejar al rey. En varias circunstancias él se humilló delante de Dios, oró y ayunó y la consecuencia fue que Dios le reveló cosas que no le ha revelado nunca más a nadie. Daniel es uno de los profetas a quien Dios le reveló la historia de la humanidad hasta nuestros días, hasta la segunda venida de Cristo. Yo he dado seminarios basados en las revelaciones que Dios le dio a Daniel y me pregunto: ¿Por qué Daniel tuvo revelaciones y yo no? La Biblia nos dice que Daniel era de ese tipo de personas que se hacía preguntas de por qué su pueblo, por ejemplo, estaba sufriendo esclavitud y hasta cuándo duraría, entonces él oraba, ayunaba y buscaba a Dios e indagaba leyendo las profecías de Jeremías en las que descubrió que Dios había establecido que, por setenta años iba a estar cautivo el pueblo de Israel. Cuando llegó ese tiempo, Dios andaba buscando alguien que se inquietara por estos temas y ahí estaba Daniel, humillado delante de Dios orando y ayunando; él le dijo a Dios: “Señor hemos pecado, nuestros padres han pecado, nuestros príncipes han pecado.”

La clave es que Daniel buscó a Dios y se interesó por lo problemas de la nación. ¿A ti te interesan los problemas de la nación? ¿Tú quieres hacer algo por esos problemas? ¡Quiero decirte que a Dios no le costaría nada usarte en gran manera si a ti te interesara la nación! Yo tengo inquietud por las naciones, así que Dios me está abriendo puertas en ellas. Dios me inspiró para ponerle nombre a la iglesia: “Misión Vida para las Naciones”. Si a ti te interesan las naciones, Dios te traerá entendimiento acerca de cosas que Él quiere hacer con ellas. ¡Todo depende si te interesa o no! Hay cristianos que dicen: “Yo a Dios no lo quiero molestar, sólo le pido trabajo y salud” ¡Eso es todo lo que les interesa! ¿Tú crees que eso es todo lo que le interesa a Dios? ¿Encontrará Dios, en esta época, cristianos que se interesen por las cosas que a Él le interesan? ¿Qué querrá hacer Dios por Uruguay? ¿Qué querrá hacer en otros países usando a los uruguayos? ¡Qué sorpresa fue para mí enterarme que Dios quería usarme en Uruguay! Fue sorpresa porque a mi no me interesaba, por eso digo que estoy aquí por la gracia de Dios, Él tuvo la misericordia de incluirme en sus planes aunque yo no me interesaba en los suyos. ¡Él tenía planes en esta nación, que yo debía cumplir!

LA ORACIÓN DE DANIEL

Daniel era esa clase de personas que no se preocupaba tanto por su estado de esclavitud sino por el estado de esclavitud de todo el pueblo. Él no se preguntaba: ¿Por qué estoy en miseria?, sino: ¿Por qué estamos en miseria? La pregunta no es: ¿Por qué estoy enfermo?, sino: ¿Por qué tanta enfermedad? Una de las cosas que me tiene sacudido es el cólera que se desató en Haití, ésta es una nación que Dios ha puesto en mi corazón y yo quiero bendecirla. Estamos avanzando en un proyecto muy lindo e interesante y vamos a ir allá para bendecir esa nación; hay personas que se han acercado y me han dicho que quieren formar parte de ese proyecto. Yo largo la visión de parte de Dios y aparece gente que de alguna manera u otra quiere colaborar con Haití; ya nos han dicho que nos van a dar un terreno, hay una organización cristiana que compró 500 hectáreas y me han dicho que van a gestionar para que podamos usar el terreno para el orfanato. Otra organización cristiana ha ofrecido pagar los materiales para construir ese orfanato.

Daniel se preguntaba: ¿Qué hicimos? ¿Qué hicieron nuestros padres? Él tuvo luz y se dio cuenta que ese estado de esclavitud y de maldición era porque no quisieron escuchar a Dios, porque no quisieron conocer sus planes ni escuchar a sus profetas; entonces ayunaba y oraba a Dios y Él le revelaba sus planes. Quiero decirte que los problemas sociales y políticos que tiene la nación, no tienen que ver con el gobierno de hombres sino con el engaño de los poderes espirituales de maldad sobre nuestras autoridades y sobre la iglesia que no ve demonios en ningún lado. Los problemas socioeconómicos y sociopolíticos del país tienen solución desde la perspectiva del reino de Dios, desde la perspectiva del evangelio; la miseria tiene relación directa con la corrupción, mientras más corrupción más miseria, y la corrupción no se elimina con leyes sino con un nuevo corazón que sólo puede poner Cristo. ¿De qué sirven más tecnología, más leyes y más impuestos si hay corrupción, si todo es más difícil, más caro, si cada vez hay más impotencia para poder subsanar los males? Cada mal que queremos subsanar supone un aumento del presupuesto de la nación. ¡Qué bueno que el evangelio es gratis! ¡El evangelio cambia las vidas! El evangelio cambia el corazón de un ladrón, de un estafador, cambia el corazón de un asesino. El evangelio cambia el corazón de un político que se dedica a la política por el poder y el dinero pero de pronto se convierte en una persona que le interesa la bendición del país.

La sanidad de la sociedad y la mejora de los problemas sociales lo estamos viendo en nuestros centros comunitarios; cientos de chicos y chicas están saliendo de un estado de violencia, de corrupción, de drogadicción y delincuencia y son el fruto del poder del evangelio que opera en las personas. Un ex jefe de policía del departamento de Minas, me dijo: “Mire, un drogadicto que ustedes saquen de la calle me ahorra a mi, tres problemas de delincuencia diarios.” ¿Cómo no les voy a ayudar a ustedes? ¿Cómo no lo voy a apoyar? ¡Inteligente el hombre! Y  sentado en su escritorio agregó: “Desde este lugar pude ver por la ventana que da hacia la plaza, cómo un hijo de un policía le vendía droga a otra persona.” ¡El evangelio sigue siendo la esperanza! No solamente para ti, deja de pensar un poco en ti, sino que es la esperanza de toda la sociedad. ¡Seguiremos llevando el evangelio a la sociedad!

EL SUEÑO DE NABUCODONOSOR

Dios le reveló a Daniel cuál fue el sueño de Nabucodonosor y ese sueño mostraba los reinos que vendrían después del reino babilónico. Había soñado con una estatua que tenía la cabeza de oro, el pecho y los brazos de plata, el vientre y las piernas de bronce, etc. ¡Una visión extraordinaria, panorámica de la historia de la humanidad! ¡Era una gran visión! Daniel le interpretó el sueño a Nabucodonosor, y dice la palabra de Dios que el rey se humilló delante de Daniel. ¡La cosa cambió! Hasta donde yo se, un esclavo se tiene que humillar delante del rey, pero en esta historia, Dios levantó a ese esclavo, un creyente, de tal manera que Nabucodonosor se humilló delante de Daniel, le dio dones y lo puso como gobernante de la provincia de Babilonia. La Biblia señala también que Daniel habló con el rey solicitándole que levantara a Sadrac, Mesac y Abed-nego. ¡Hizo entrar a otros para que ocupen lugares de decisión y de influencia! Dios llevó a Daniel al punto de ser un hombre de influencia no solamente al rey de Babilonia sino también a los que vinieron después de los babilonios, como ser los persas.

Dios tiene una visión más grande que la tuya y tú debes tener esa visión de Dios en tu cabeza y no la tuya propia. Para poder hacer algo primero debo tener una visión, si quiero hacer un vehiculo, por ejemplo, tengo que saber si quiero que vuele, que flote, que vaya por una carretera o que atraviese una montaña. Para poder encarar un proyecto debo tener una visión. Si la visión es chica me saldrá un monopatín, si es grande me saldrá un barco de doscientos cincuenta metros de largo y ya están fabricando barcos de más de doscientos metros. Uno piensa: ¿Cómo puede flotar eso? Sin embargo la visión de quienes piensan a lo grande les lleva a lograr cosas grandes. ¡La visión de Dios es más grande que la de esos diseñadores de barcos!

Yo particularmente creo que hay más sabiduría en un cristiano que habla de parte de Dios, que un universitario orgulloso que cree que se las sabe todas y dice que Dios no tiene nada que ver con el planeta Tierra ni con el gobierno humano. Yo soy de los que siguen creyendo que Dios tiene injerencia en la vida de los hombres y en las sociedades y que Él juzgará la conducta de los hombres y que el hecho de que éstos hagan lo que se les da la gana no significa que lo harán. ¡Están haciendo lo que Dios les permite pero Él va a juzgar al hombre! Porque cuando Dios creó el planeta Tierra lo hizo con un propósito y no dejará que este planeta quede en manos de los propósitos del corazón del hombre sino que cumplirá los designios de Dios. ¡Él no abandona sus proyectos! Dios no se da por vencido, no levanta la bandera blanca y se humilla delante del hombre, ni de satanás, ni de los demonios. ¡Dios hizo al mundo con un propósito y sus planes se van a cumplir! Sus planes van mucho más allá que los planes del hombre, por más grandes que parezcan los planes del hombre aún así son pequeños, pero Dios tiene planes eternos.

Yo estoy trabajando para los planes de Dios y no importa que me muera porque Dios continuará con esos planes y esto me hace sentir trascendente, no estoy trabajando para el aquí y el ahora, como me dicen en la calle: “¡Pero usted tiene que poner los pies sobre la tierra!” ¡Yo tengo los pies en la tierra pero miro al cielo!

¿Con qué propósito Dios le reveló a Daniel tantas cosas que llegan al día de hoy? Para que veamos que Dios gobierna en la historia, que no está pasando nada nuevo que Dios no haya previsto. Él sabe todo lo que sucederá pero además Él actuará juntamente con hombres que como Daniel oran y ayunan buscando su rostro y preguntándole: ¿Por qué estamos dónde estamos? ¿A dónde quieres llevarnos? ¿Qué quieres que yo haga Señor? ¡Daniel se humilló y oró, y Dios le reveló sus planes! Cuando Nabucodonosor vio esos planes, entendió y dijo: “¡Vuestro Dios es Dios de dioses!” y engrandeció a Daniel.

¡Quién iba a decir que toda una iglesia sin presupuesto atiende más menores que el INAU (Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay) en toda la República Oriental del Uruguay! El INAU encausa los temas de los chicos en la droga a través de cuatro instituciones, ¡cuatro lugares! ¡Y nuestra iglesia sin presupuesto tiene trescientos lugares! A veces te sientes chiquito solamente porque tienes la cabeza chiquita, te sientes poca cosa, impotente, piensas que tú no puedes hacer mucho. ¡Pero todo depende de la visión que tengas en tu cabeza! Yo llegué a Uruguay y me pregunté: “¿Para qué me habrá mandado Dios?” Pero declaré: “¡Vamos a cambiar el Uruguay!” ¡Y estamos cambiando el Uruguay!

Nos señalan: “¡Pero ustedes no tienen ningún protocolo terapéutico! ¿Tienen médicos, sicólogos y siquiatras?” ¡No! Tenemos muy poco de eso. ¡Pero tenemos un amor que los vuelve locos! ¡Amamos a esos pibes, nos vamos a vivir con nuestros hijos donde están esos chicos!

Hay una hermana que tenía el cargo de supervisora en una fábrica de trajes, que ganaba muy bien y era una mujer de confianza, producía más de mil trajes de marca que luego exportaban a Estados Unidos. Ella era una supervisora de calidad. Un día viene y me dice: “Pastor, el Señor me está llamando para que vaya a vivir a una comunidad”. Yo la miraba y pensaba en que con todo lo que ganaba, no tenía por qué irse a vivir a una comunidad, así que le pregunté: “¿Qué vas a hacer? ¡Porque ya no vas a ganar ese dinero que estás ganando ahora!” Ella me respondió: “¡Yo siento que Dios me ha llamado y Él me va a sostener!” “Bueno, ora”, le respondí, porque pienso que cuando hay alguien que tiene trabajo y techo y gana un sueldo, después me va a echar la culpa a mí si no sale la cosa como creía. Al tiempo volvió y me preguntó: ¿Y, pastor, ya tiene claro qué va a hacer conmigo? Le pregunté si les había avisado a sus jefes que se iba y me respondió que le habían dicho que si era un problema de dinero por el que se iba, le pagarían más. ¡Ella les respondió que no era un problema de dinero sino que se trataba de un llamado de Dios! Los jefes le pidieron que les ponga un plazo para irse y yo le señalé que tendría que trabajar un tiempito más y que continuara orando. Vuelve al tiempo y me dice: “¿Y pastor, qué vamos a hacer?” ¡Vino tres veces! Al final le dije que sí, y entró en un nuevo centro comunitario que abrimos de madres con hijos; ya lleva tres meses en el lugar. Cuando la veo le pregunto: “¿Cómo estás?”, me responde: “Bien, costó un poco al comienzo pero ya me he adaptado.” ¡Ahora está feliz! ¡No se sentía feliz con los mil trajes de marca que producía! ¡No estaba feliz con el gran sueldo que ganaba porque en su corazón sentía que tenía que servir a Dios!

Es normal que alguien venga y me diga: “Pastor, no sé qué hacer con mi vida, no sé a dónde ir, no sirvo para nada, no tengo trabajo, estoy en la lona, no tengo techo. ¿Le puedo ser útil?” “Y bueno entra, vamos a ver qué sacamos”. Pero que venga alguien que tiene trabajo y no le importe renunciar para servir a Dios, ¡es porque Dios está obrando!

CONCLUSIÓN

¡Dios está haciendo algo en el corazón de muchos! Pídele tú que haga lo mismo contigo. No puede ser que haya un solo Daniel, queremos más personas como él, queremos más Jeremías, más David. ¡Señor levanta a los Moisés de este tiempo, levanta a los profetas de este tiempo, haz algo con nosotros, haz algo con el mundo! ¡Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo! Dile: “Dios no puedo estar sentado tranquilo, mientras veo que aquí se hace la voluntad de satanás.”

Me enteré de un muchacho que llegó a la iglesia de la ciudad de Salto. Había sido satanista y se convirtió a Cristo, pero se ofendió con el pastor y volvió al satanismo incorporándose a un grupo donde hacían trabajos de brujería contra las iglesias. Los cristianos ni se enteran de esas cosas pero se preguntan: ¿Por qué me dolerá tanto aquí? ¿Por qué me va tan mal? ¡Los satanistas te tienen gran odio porque eres de Cristo! Y trabajan para que no salgas adelante en lo económico, trabajan para que tu cuerpo esté enfermo y no tengas más que pensar sino sólo en tus dolores y en las pastillas, en tus miserias y estés afanado en tu trabajo, en tu comida y en tu ropa. ¡Pero Dios quiere sacarte de ahí! ¡Quiere librarte de ese círculo pequeñito y quiere poner grandes visiones en tu cabeza!

¡Los males sociales, los males sociopolíticos y socioeconómicos de las naciones se eliminan con la predicación del evangelio! ¡El evangelio cambia las cosas y Dios está necesitando gente que crea! Mira, hay más sabiduría en una maestrita de escuela bíblica que enseña la palabra de Dios que un universitario que maneja la economía del país. ¡Así ve Dios las cosas! La soberbia del diablo ha engañado al hombre, le ha inyectado soberbia para que crea que Dios no tiene nada que ver con las cosas que suceden en el mundo, pero una maestrita de la Biblia le enseña sabiduría a los niños para que sean grandes hombres en el día de mañana. ¡No se necesita tanta preparación universitaria! ¡Se necesita temor de Dios y hacer como Daniel que se humilló delante de Dios! ¡Debes arrodillarte y orar por tu país, orar por los problemas de tu nación! ¡Debes buscar el rostro de Dios para que Él te diga cuál es tu parte en todo, qué es lo que tienes que hacer!

Los nazis eran universitarios y mataron seis millones de judíos, eran personas muy preparadas. También eran universitarios y científicos los que crearon la bomba atómica y la lanzaron sobre Hiroshima y Nagasaki. Puedes ser muy preparado, muy estudiado, muy profesional pero con tu corazón gobernado por el mal. Seas preparado o no, seas estudiado o no, lo que necesitas es que Cristo gobierne tus obras y tus pensamientos. ¡La esperanza sigue siendo, no la universidad sino Cristo!

Repite esta oración y dile a Dios: “Señor, me humillo delante de ti, tengo gran responsabilidad sobre la creación tuya. Vengo delante de ti como Daniel, deseando buscar tu rostro, quiero tener tu visión. Quiero recibir de ti Señor, visión, quiero que me alejes de mi propia visión, que me alejes de mis propios pensamientos, quiero conocer tus pensamientos y tus planes. Señor amado, despierta a la iglesia, despierta a tu pueblo, pero sobre todo despiértame a mí, dame los anhelos que habían en Daniel, de orar, de ayunar y buscar tu rostro. Dame a mi, Señor, revelación como le diste a él, dame a mi la carga que él tenía por su pueblo, quiero tener carga por mi nación, te lo pido en el nombre de Jesús. ¡Bendice mi tierra, bendice las naciones y úsame a mi Señor, te lo pido en el nombre de Jesús, amén!”

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