UN REY QUIERE VISITARTE - Misión Vida para las Naciones

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Montevideo

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MENSAJES DEL CIELO

UN REY QUIERE VISITARTE

El poder de Dios está en su palabra. ¡No minimices el poder de la palabra de Dios! Él dijo: “Sea la luz” y fue hecha, dijo: “produzcan las aguas seres vivientes” y las aguas produjeron seres vivientes. Él dijo: “Produzca la tierra hierba verde y árboles que den fruto y semilla”, y la tierra produjo árboles y vegetales. Lo que creó Dios, lo que Él hizo, fue por el poder de su palabra. Si Dios pudo hacer de la oscuridad la luz, por su palabra, entonces puede transformar tu existencia, también por su palabra. ¡Tú no eres más duro que la oscuridad! Lo único que puede anular el poder de la palabra es tu resistencia, tu incredulidad, tu duda, tu falta de fe; pero, realmente tú puedes pasar de ser una persona derrotada a ser victoriosa, de ser una persona triste a ser feliz  y puedes pasar de ser una persona débil a ser una persona fuerte. ¡Dios no necesita bajar y ponerse cara a cara contigo, con lo que Él diga hoy, puede transformar todo! Dios quiere convencerte que tiene planes importantes para ti, quiere convencerte de que no has venido al mundo por casualidad, ni que existes por la casualidad. ¡Dios hoy quiere convencerte de que te ha traído al mundo con un propósito eterno, un propósito trascendente! ¡Es lamentable que el mundo esté lleno de personas que no saben para qué existen!

SÓLO TRES MESES REINÓ JOAQUÍN

En estos días he hablado con un político importante que se dio cuenta que no sabía cuál era el propósito de su vida. Desde niño ha soñado con ser presidente; creía que ser presidente era el propósito de su vida hasta que casi se muere por causa de un infarto cerebral en medio de la lucha por llegar, por ganar un puesto en la política. Este hombre me dijo: “Aposté mi familia y la perdí por ganar el lugar donde estoy, aposté a mi hija, mi dinero y el de los que me rodeaban y perdí todo; ahora me encuentro sin propósito”. Le respondí: “Yo no necesito llegar a presidente porque vivo en el propósito de Dios. El propósito de Dios no es cuando llegue a algún lado, sino que lo estoy cumpliendo en la medida que haga la voluntad de Dios; si cada día estoy en su voluntad, aunque me falte mucho para llegar a concretar algo, no importa, estoy en el propósito de Dios, soy un hombre entero. ¡No me falta nada!”

Haber cumplido el propósito de Dios no es que llegues algún día a tener un título profesional, no es que te llegues a casar, haber cumplido con el propósito de Dios no es que algún día llegues a tener una empresa, ¡no es llegar a algún lado sino que es hacer su voluntad cada día! El que hace su voluntad cada día, se siente satisfecho, se puede acostar a la noche dándole gracias a Dios, por el desafío del día vivido, y puede pedirle nuevas fuerzas para el desafío del próximo día. Quien vive en el propósito de Dios puede ser que no sepa aún a dónde Dios lo quiere llevar pero esa persona sabe que está caminando con Dios. Yo tenía casi 40 años de edad y no sabía que el propósito de Dios era traerme a Uruguay y que me iba a levantar de pastor; pero yo había hecho un trato con Dios y le dije: “Señor, yo voy a hacer tu voluntad, hágase en mi tu voluntad, imprímela en mí, que yo la conozca”. ¡Y así lo hizo!

Una de las preguntas importantes que cada persona debe contestarse es: ¿Para qué existo? Si no sabes responderla, estás perdido, eres como un barco a la deriva, estás navegando pero no sabes a dónde vas a llegar. Dios puede encaminar tu vida de tal manera que puedas cumplir con su propósito eterno en tu existencia.

Leamos 2ª Reyes 24:8: 8De dieciocho años era Joaquín cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén tres meses. El nombre de su madre fue Nehusta hija de Elnatán, de Jerusalén”.

¡Qué fracaso! Este hombre era príncipe, hijo del rey; cuando un príncipe es coronado rey, no es para durar solamente tres meses. Muchas veces se me conmueven las entrañas cuando me encuentro con personas que han perdido el propósito de su vida. Este hombre nació para ser rey, se crió en un palacio para ser rey y fue educado para ello; pero después de su coronación duró solamente tres meses. 2ª Reyes 24:9 al 11 continúa diciendo: 9E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho su padre. 10En aquel tiempo subieron contra Jerusalén los siervos de Nabucodonosor rey de Babilonia, y la ciudad fue sitiada. 11Vino también Nabucodonosor rey de Babilonia contra la ciudad, cuando sus siervos la tenían sitiada”. Para que nos ubiquemos: En un momento vino el ejército de Nabucodonosor y sitió la ciudad de Jerusalén y cuando ya estuvo sitiada vino el mismo Nabucodonosor a ella. Siempre que una ciudad es tomada, se espera que venga el rey y tome posesión personalmente. 2ª Reyes 24:12 sigue narrando: 12Entonces salió Joaquín rey de Judá al rey de Babilonia, él y su madre, sus siervos, sus príncipes y sus oficiales; y lo prendió el rey de Babilonia en el octavo año de su reinado”.

En el octavo año de reinado de Nabucodonosor, prendió a Joaquín, rey de Judá, y eso no es nada, también prendió a todos sus príncipes y a sus siervos, haciéndolos cautivos. Dice 2ª Reyes 24:13 al 15: 13Y sacó de allí todos los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa real, y rompió en pedazos todos los utensilios de oro que había hecho Salomón rey de Israel en la casa de Jehová, como Jehová había dicho. 14Y llevó en cautiverio a toda Jerusalén, a todos los príncipes, y a todos los hombres valientes, hasta diez mil cautivos, y a todos los artesanos y herreros; no quedó nadie, excepto los pobres del pueblo de la tierra. 15Asimismo llevó cautivos a Babilonia a Joaquín, a la madre del rey, a las mujeres del rey, a sus oficiales y a los poderosos de la tierra; cautivos los llevó de Jerusalén a Babilonia”.

Yo he visto que hay un mal muy grande y es con respecto a las personas que han nacido para ser una cosa y terminan siendo otra. Con el perdón de los derechos sexuales y reproductivos, me da mucha pena que quien nació para ser hombre, intente ser mujer, porque yo se que por más esfuerzo que haga, por más que quiera o se lo imagine, por más que se ilusione y se ponga hormonas y siliconas, ¡jamás será mujer! Me da mucha pena ver cristianos fracasados, cristianos que no oran, no leen la Biblia, tienen pocas fuerzas para servir a Dios y honrarlo, tienen pocas fuerzas para hacer su voluntad. Son personas que han sido llamadas por Dios para ser príncipes, reyes y sacerdotes; dice la Biblia que nosotros hemos sido llamados como pueblo escogido y somos sacerdotes reales. ¡Me da mucha pena ver caminar a muchos cristianos como mendigos y no como reyes! Me apena ver cristianos que quieren enseñarles a otros algunas verdades de Dios, del evangelio y ellos mismo son esclavos en esclavitud; hablan de libertad, prometen libertad, dice el apóstol Pedro, y ellos mismos son esclavos de corrupción. He escuchado cristianos que dicen: “¡Pastor, no me venga a mí con ese versículo, ya me los conozco todos!” ¡Hay cristianos a quienes no les entras ni con ametralladora! ¿Qué les vas a decir que ellos no sepan? Pero ellos caminan como mendigos, no tienen una vida victoriosa, no disfrutan la vida que Jesús prometió: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10) ¡Dios quiere que tengas una vida abundante! Me da mucha pena ver gente que ha nacido para reinar y sin embargo son esclavos.

LA MALDICIÓN Y LA DEBILIDAD NO VIENEN SIN CAUSA

La Biblia se encarga de aclarar que este rey hizo lo malo delante de los ojos de Dios igual que sus padres. ¡La maldición no viene porque sí! ¡La debilidad no viene porque sí! La Biblia nos muestra que el pueblo de Dios ha tenido muchísimas victorias con pequeños ejércitos; me viene a la memoria el ejército de Gedeón, que con un pequeño grupo de personas, realizó una gran conquista. La Biblia está llena de ejemplos de personas que confiaron en Dios y resultaron victoriosas, que lucharon siendo una minoría pero no era así porque cuando Dios está con nosotros, somos mayoría. A veces nos sentimos débiles, pero cuando Dios está con nosotros, aunque aparentamos ser débiles, somos fuertes; Dios le dijo a Pablo: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2ª Corintios 12:9). ¡Cuando Dios está con nosotros, somos fuertes aunque seamos débiles! No necesitamos ser mayoría para ganar, porque con Dios ya somos la mayoría.

Me da mucha pena ver gente que está fracasando pero no lo quieren reconocer, ver gente que literalmente no tiene fuerzas para asistir a la iglesia. Muchas veces pregunto en los cultos: ¿Cuántos hay aquí que casi no vinieron, porque se sintieron sin ganas o sin fuerzas? Y siempre hay alguien que asistió tal vez porque una ola los empujó, pero no porque tenían una esperanza, no por un pleno convencimiento o una plena certeza de que justo ese día iban a tener un encuentro con Dios. Hay personas que hacen planes toda la semana para ir a la iglesia, “este fin de semana voy” dicen, pero llega el fin de semana y el diablo le dice: “No te dejo ir”. ¡Y no asisten! Algunos dicen: “Algún día voy a ir a la iglesia”. ¡No pueden ir nunca, siempre hay algún motivo, son extremadamente débiles! ¡Asistir a la iglesia no es un triunfo, sino que es una necesidad! Un triunfo es ganar almas para el reino de los cielos, no es hacer fuerza para orar. “Usted sabe pastor que me pongo a orar y no me sale nada”. ¿A eso le llamas vida cristiana, vida de poder?  Me da pena que muchos cristianos se sienten impotentes entre sus compañeros de trabajo, se sienten unos infelices metidos en el pantano del infierno y dicen: “¡Pastor, me siento oprimido en mi trabajo, hay una manga de hijos del diablo, el mismísimo satanás está ahí!” ¡Ya te vamos a mandar un ángel para que te limpie la alfombra de tu trabajo, para que te los saque a todos y te rodee de pastores que trabajen contigo! ¿Te has puesto a pensar realmente si tu vida, es una vida de poder, de gloria, de éxito? Hay muchos que son como Joaquín, lograron reinar tres meses; ¡Qué lindo, soy cristiano, qué gloria desde que conocí a Cristo, qué fuego, qué poder, Dios me ha transformado! A los tres meses dicen: “No se qué me pasa, me siento frío”. ¡Cuidado con Nabucodonosor! Pero el problema no era Nabucodonosor, la Biblia dice que el rey Joaquín hizo lo malo ante los ojos de Jehová; Nabucodonosor sólo es fuerte cuando yo soy débil, de lo contrario, no me puede vencer, si Dios está conmigo, ¿quién contra mí? ¡Él está conmigo como poderoso gigante!

He hablado con una mamá que tiene a su hija en la droga, hace varios años; yo trato de hacerle ver que el drogadicto tiene grandes heridas en el corazón, en el alma y que esas heridas son ocasionadas en el hogar. Le dije que ya muchos padres me han dicho que ellos han hecho todo bien pero que los hijos salieron mal. ¡Pero tienes que entender que tu hijo salió mal porque tú hiciste las cosas mal! ¿Cómo Dios va a poder enderezar la cosa si tú crees que está todo bien hecho? Esta mamá me comento que la hija quedó embarazada a los 17 años y que ella la obligó a casarse, seguimos hablando y agrega que hace mucho que no ve a su hija, le pregunto si sabe dónde anda la hija, y me contesta que no, sabe que anda por alguna zona pero hace meses que no la ve. “-¿Pero no has tratado de hablar con ella?” “-No”, me responde, “cuando viene a casa está un día y se va”. “-¡No te digo que ella venga a tu casa sino que vayas tú!” ¡Esta mamá quiere decirle a la hija lo que tiene que hacer para que le vaya bien, pero todavía no se la ha ganado! Como se enteró que nosotros la podíamos ayudar me propone decirle a su hija que la llevemos a una comunidad y decirle que la única salida que tiene es internarse en el centro comunitario. “-¡No!”, le respondo, “nosotros no hacemos así las cosas, primero nos ganamos el derecho de hablar con el drogadicto, primero nos ganamos el corazón del drogadicto, de esta manera se siente en libertad para hablar con nosotros y de intimar”; y es como si encontrara “un palenque donde poder agarrarse”, como dice un dicho popular. Esta mujer me dice que no sabe qué hacer, para colmo se le ha suicidado un hijo y teme que la hija haga lo mismo. Me pregunto: ¿Esta mamá habrá nacido para fracasar de esta manera? ¡No! ¿Habrá nacido esta hija para ser una drogadicta? ¡No! ¿Habrá nacido esa mujer para contraer sida y morirse? ¡No! ¡No hemos nacido para maldición, hemos nacido para bendición! ¡Dios quiere bendecirnos! Estuvimos un buen rato hablando con esa mamá, y una chica que estaba a mi lado le pregunta: “-¿Crees en Dios?”, a lo que ella responde: “-La verdad es que no sé si creer”; y agrega: “-Tengo un problemita más, soy adicta al juego”. ¡Ella no puede superar la compulsión a jugar y quiere ayudar a la hija para que salga de la droga! Hasta que el hombre no entienda que Jesucristo es el libertador, ¿cómo nos vamos a constituir en libertadores de alguien si Cristo no nos libera primero a nosotros? Le dije que no solamente la hija necesita ayuda sino que ella también, por lo tanto las íbamos a ayudar a las dos.

¿Quién no necesita a Cristo? Quien no lo necesite tiene que ser como Él o mejor. Dios nos ha creado para ser reyes y sacerdotes, ¡me da una tristeza tan grande este rey Joaquín! Me imagino en la ceremonia de asunción, porque habrá habido una gran fiesta: Todo el ejército, banderas, pendones, música, ¡un gran despliegue! ¡A los tres meses viene la gente de Nabucodonosor y se le acabó el reinado! Dice la Biblia que Joaquín estuvo 37 años cautivo en Babilonia. Lo triste es que sobre toda persona existe la responsabilidad espiritual de ser cobertura de alguien o de un grupo de personas. Para que me entiendas mejor: Yo, como apóstol y pastor de la Iglesia Misión Vida para las Naciones, le tendré que rendir cuentas a Dios de cómo he cuidado a los miembros. Dios me ha puesto carga por la iglesia, por eso me tengo que conducir de tal manera que siempre sea una bendición para ti; y tú tienes que orar por mí. Todo pastor es como un paraguas espiritual que batalla en oración o a través de la predicación o de los proyectos de la iglesia para que descienda bendición y la maldición salga de la gente. ¡Eres responsable de los que te rodean! Aunque no seas pastor, de todas maneras eres responsable de alguien o algún grupo de personas, tú tienes compañeros de estudio, de trabajo, tienes parientes, eres responsable delante de Dios por ellos; si tú andas bien, esas personas que te rodean serán bendecidas, y Dios te utilizará con poder para salvación de los que están debajo de ti. ¡Toda persona tiene por debajo a alguien de quién hacerse responsable!

Bajo el rey Joaquín había miles de personas, bajo su autoridad había siete mil soldados, mil artesanos, muchos padres de familia, había sacerdotes y todos fueron llevados cautivos a Babilonia, porque cuando cae una cabeza también caen los que están bajo la cobertura de esa cabeza. Cuando hay un padre recto, hay hijos rectos, cuando hay padres torcidos, hay hijos torcidos. ¡No cambien la lógica! Si las cosas se piensan y se hacen bien, entonces salen bien. ¡No creas que has hecho las cosas bien y te ha salido mal! ¡Te engañas a ti mismo! Si se hacen las cosas bien salen bien, de lo contrario si las haces mal entonces te saldrán mal. Como esos cristianos que dicen: “-Justo que estaba tan consagrado, todo estaba bien hasta que caí”. ¡Estaba podrido por dentro y no lo había notado! “Justo que había decidido consagrarme a Dios mira lo que me pasa”. Hay algunos que para parecerse justos lo hacen injusto a Dios: “-¡No se qué le pasa a Dios, parece que se las agarró conmigo!” ¿Te crees que Dios es caprichoso? La Biblia dice que Él es un Dios justo. “-Yo no se en qué momento Dios me soltó de la mano”, dicen algunos. ¡Qué ridiculez! ¿Quién se soltó de quién?  Dijo Jesús: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). ¡Es muy sencillo, tendrás luz en medio de las tinieblas!

A LOS 37 AÑOS DE CAUTIVERIO, JOAQUÍN FUE VISITADO POR UN REY BENEVOLENTE

Continuamos leyendo en 2ª Reyes 25:27: 27Aconteció a los treinta y siete años del cautiverio de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veintisiete días del mes, que Evil-merodac rey de Babilonia, en el primer año de su reinado, libertó a Joaquín rey de Judá, sacándolo de la cárcel;” ¡Si no te liberta el Rey te pudres dentro de la cárcel! Ese rey, Evil-merodac fue un rey piadoso, misericordioso. 2ª Reyes 25:28 continúa diciendo: 28y le habló con benevolencia, y puso su trono más alto que los tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia”.  Evil-merodac fue otro rey de Babilonia, que le sucedió a Nabucodonosor; no se cómo habrá sido la cosa, pero habrá indagado acerca de los presos y se enteró que estaba entre ellos Joaquín, hacía 37 años, así que decidió hablar con él y dice la Biblia que lo hizo con benevolencia: “-¿Qué te pasó?” “-Es que yo hice lo malo delante de los ojos de Jehová, es que yo no lo tuve en cuenta a Dios, es que, sabe que yo no tenía tiempo para Dios, siempre tenía tanto que trabajar, tenía que cumplir con mis obligaciones, con mi esposa, con mis hijos, con mis proyectos, en otras palabras, he sido un egoísta. Dios quería que yo le sirviera a Él amando al prójimo pero he estado muy ocupado amándome a mí, amando todo lo mío, pero no me di cuenta que me había encerrado en mí mismo; y cuando tenía un poco de tiempo veía televisión, cuando tenía un poco de tiempo dormía, entonces ya no me quedaba tiempo para Dios. ¡Así que terminé haciendo lo que a Dios no le agrada! La verdad es que he pagado duro estos 37 años; yo que me crié en un palacio, yo que tenía promesas de Dios, yo que había nacido para ser rey, ¡en qué he terminado!”

Ese rey de Babilonia le habló a Joaquín con benevolencia, me imagino que a esa altura de su vida ya no le quedaba orgullo, no le fue con: “Aquí su servidor, soy el rey de Israel, que el malvado Nabucodonosor trajo prisionero”. Me lo imagino más humillado. Dice la Biblia que Evil-merodac puso el trono de Joaquín más alto que los que estaban con él en Babilonia. 2ª Reyes 25:28 al 30 dice: 28y le habló con benevolencia, y puso su trono más alto que los tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia. 29Y le cambió los vestidos de prisionero, y comió siempre delante de él todos los días de su vida. 30Y diariamente le fue dada su comida de parte del rey, de continuo, todos los días de su vida”.

¡Esto es lo que hace Cristo con los cautivos! Los visita en la cárcel. Esta mujer que les he mencionado, me dice: “Usted sabe que salí con 500 pesos y pensé: voy a jugar 200, me he quedado sin dinero y no tengo ni siquiera para el ómnibus”. En tu frustración, el que más cerca está de ti es Dios, pero a veces estás tan ciego que ni lo notas. Posiblemente en la madrugada te sientes turbado o turbada, te has dado cuenta que no has podido sacar adelante tu propia vida, entonces te preguntas: “¿Cómo haré para sacar a mi familia?” ¡Un esclavo no puede ayudar a otro esclavo a ser libre!

Jesucristo viene a visitarte a tu cárcel y te habla con palabras de benevolencia, porque Dios es Dios misericordioso, y cuando ve tus ropas de esclavo, de preso, te dice: “Yo puedo  cambiarte esas ropas viles y te puede dar otra vestidura blanca, resplandeciente, y yo puedo hacer que dejes de comer la comida de prisionero con la que te alimentas y hacer que comas todos los días de tu vida de mi mesa”. ¡Eso lo ha hecho Dios conmigo! Yo como de la mesa del Señor, me alimento de su comida. ¡Él me hizo libre! Antes era prisionero, el pecado me hacía prisionero, comía como los prisioneros, vestía como tal, pero un día vino Cristo, se hizo presente en mi vida y me ofreció libertad, perdonó mis pecados y me dio otras vestiduras. ¡Ya no llevo vestiduras de prisionero y no como la comida que come un prisionero! ¡Antes comía por ahí en la calle pero ahora como en la casa de Dios! Recibo todos los días el alimento que viene del palacio del rey, mi vida es otra. Y me pregunto: ¿Cómo es tu vida?

Yo le había pedido a una chica de la iglesia que había salido de la droga, que me acompañe a ver a esta señora, tú puedes verle la cara a esta chica y no parece que haya estado en la droga, jamás se te pasaría por la cabeza pensar que anduvo tirada en la calle, prostituyéndose por un poco de cocaína. ¡La miras y ves una princesa! Esta princesa le decía a la mujer: “-Cristo es el único que te puede liberar. ¿No quieres entregarle tu corazón a Él?” Agrega: “-Yo estuve ahí y sé lo qué es eso”. Ella le hablaba a esa mamá con unos términos que yo no entendía, como por ejemplo: “-Tenemos que ir a verla en una hora en que ella esté de cara, a la mañana o al mediodía en una hora en que no esté drogada. Cuándo está de cara significa que está lúcida, así podremos hablar con ella”. Los drogadictos tienen sus propias terminologías, que usan entre ellos. ¡Cómo me gusta la gente que el Señor rescata de la cárcel! ¡Cómo me gustan los príncipes y las princesas que Dios liberta!

Ahora, hay quienes se creen que son libres pero son esclavos, pregonan libertad y ellos mismos no pueden ser libres; no entienden que son débiles, no entienden que están vivos pero tienen nombre de que están muertos, porque ellos viven de argumentos pero no de frutos. ¡El que es de Cristo lleva fruto! ¡No me vengas con que tienes doctrina, tienes que tener fruto! ¡No me vengas con que sabes teología, tú tienes que tener fruto! Porque con teología y doctrina te vas a ir al infierno. ¡Dios no quiere religiosos! Él quiere ir a tus ramas y cosechar sus racimos, porque tú eres un pámpano, eres una rama, un sarmiento de la vid. ¡Dios quiere que tengas fruto! Dice la Biblia: “Por sus frutos los conoceréis”; como cristiano tienes que dar fruto, no sirve que andes diciendo: “¡Yo soy cristiano!” No hace falta que me lo digas, tus frutos me lo demuestran, si hay uva en la parra yo ya se que es vid. ¡No necesitamos que aclares que eres cristiano, se te tiene que notar en la cara! Yo no se cómo hacen algunos para mimetizarse y que nadie se entere que son cristianos en el trabajo, recién como a los 5 años alguno se entera que lo es.

CONCLUSIÓN

Hoy Cristo quiere sacar de la cárcel a muchos, quiere quitarte las vestiduras de preso y ponerte otras limpias, Él te ofrece que vengas a comer todos los días a la mesa del rey. Cristo es ese rey misericordioso que hoy te habla con benevolencia y te dice que te ama y tiene misericordia de ti. Hoy es día en que tienes que venir a Él y decirle: “Reconozco que soy esclavo, tengo cara de que estoy vivo pero estoy muerto, hablo de libertad pero se que soy esclavo, te necesito y no puedo negarlo más. Te invito en el nombre de Jesús que tomes la decisión de entregarle tu vida y le digas Señor no quiero ser más un esclavo, he nacido para reinar, he nacido para comer en la mesa del rey. ¿Qué hago yo comiendo estas comidas y vistiendo estas ropas? ¡Ven y límpiame Señor! No quiero saber solamente de Jesús, quiero conocerte Señor; no quiero saber de un rey benevolente, necesito que ese rey venga a mi cárcel y se siente conmigo, que me hable bien porque tantos años he sido esclavo, tantos años la vida me arrastró, por tantos años el pecado se apoderó de mÍ. Señor ¡Jesús quiero conocerte! Revélate en mí, hoy se que eres ese rey benevolente. ¡Ven Señor! Háblame, hazme libre, te lo pido en el nombre de Jesús. ¡Señor, rompe mis cadenas, suelta mis ataduras, quita el yugo y abre las puertas de la cárcel, dame vida abundante! Que yo pueda experimentar la libertad de los libres. Vengo a ti Señor porque tú eres ese rey benevolente, misericordioso, vengo con fe y esperanza, porque por mucho tiempo he sido esclavo, pero ahora se que tú puedes hacerme libre. ¡Te doy mi vida, toma mi corazón! Vengo a pedirte que me des de comer de tu mesa cada día, aliméntame, te lo pido en el nombre de Jesús; te recibo como mi rey, como mi Señor y salvador, en el nombre de Jesús, amén”.                                                                            

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