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Montevideo
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Vamos a abrir nuestras Biblias en el salmo 121: “1Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? 2 Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. 3 No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. 4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. 5 Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. 6 El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. 7 Jehová te guardará de todo mal; 8 Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre”.
Cada vez que venimos a la iglesia tenemos que despojarnos de nuestra actividad almática y pedirle a Dios que nos vigorice porque no es con el alma sino con el espíritu que se recibe la luz de Dios; el alma es un área de nuestro ser que entiende más de las cosas que se ven, que se palpan, que se huelen, que se oyen, pero el espíritu tiene que ver con las verdades que provienen de Dios. Por eso es importante que cuando vengas a la casa de Dios, puedas entrar en el espíritu de la alabanza y de la adoración, porque allí es donde baja la actividad del alma y aumenta la del espíritu; llegamos cargados de actividad mental, de sentimientos, de pensamientos, de emociones… y lo que necesitamos es actividad espiritual. Por tanto, cuando venimos a la iglesia tenemos que tratar, por así decirlo, de encender el receptor del espíritu porque generalmente, el que tenemos encendido siempre es el receptor de lo visible, de lo tangible, de lo natural.
He estado predicando en estos días acerca de dos clases de religiones que responden a dos clases de pensamientos que operan en el mundo y lo están dividiendo en dos: El pensamiento del hombre se levanta contra el de Dios. Estamos en presencia de una guerra espiritual que está fundamentada en pensamientos y en creencias y está dada entre hombres que han creído en lo que Dios dice y entre aquellos que creen en lo que el hombre dice; comenzó en el Edén cuando Satanás le dijo a Eva que Dios no había dicho la verdad, introduciendo así un pensamiento de independencia para que ella decida por sí misma lo que estaba bien y lo que estaba mal, descartando así lo que Dios había dicho.
Él había pensado bien las cosas, había querido que el hombre permanezca en un estado de inocencia permanente por tanto le prohibió comer del fruto del árbol de la ciencia del conocimiento del bien y del mal, de modo que fuésemos como los bebés sin conciencia del bien y del mal, de tal manera que hiciésemos lo que hiciésemos no seríamos culpables de nada. Mas vino Satanás, a través de la víbora, y le dijo a Eva: “Sabe Dios que el día que conozcas el bien y el mal vas a ser como Dios”. La desobediencia de Eva cortó su vínculo con Dios y comenzó una etapa de pensamientos y de ideas independientes; de allí nace la idea del pensamiento de independencia del hombre frente a Dios y ahí comienza una guerra espiritual entre aquellos hombres que han quedado afectados por este pensamiento humanista y diabólico, que afirma que el hombre puede determinar lo que está bien y lo que está mal por su propio razonamiento, y aquellos que creen que Dios tiene establecido qué es el bien y qué es el mal. ¡Él establece verdades absolutas universales! Eso significa que las verdades de Dios son aplicables al hombre en cualquier lugar que esté y en cualquier época de la historia que se encuentre; en otras palabras, cuando Dios dice “no mentirás”, esa afirmación es una verdad absoluta universal. Está mal mentir para cualquier hombre, en cualquier nación del mundo y en cualquier época de la historia, eso es una verdad universal y absoluta, no tiene que ver con la cultura de los individuos, ni con la época histórica que se vive, simplemente es una verdad de Dios.
Mas el hombre ha decidido que no hay verdades absolutas, que todo es relativo y así comienza una lucha de la relatividad que no es nueva, ni tampoco de la edad media, sino que tiene sus raíces históricas con los griegos. El apóstol Pablo menciona a los epicúreos y los estoicos, unos eran relativistas morales y otros eran absolutos en cuanto a lo qué es el bien y el mal. Esta guerra es impresionante, actualmente se están dando vuelta las cosas. Hace unos días se terminó el plazo para que los países integrantes dela Organizaciónde los Estados Americanos envíen sus opiniones respecto del Anteproyecto de Convención Interamericana contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación e Intolerancia mediante el cual se pretende declarar derecho humano fundamental la libre opción del cónyuge, sin distinción de sexo. No se si has captado la profundidad de lo que estoy diciendo; hasta este momento se reconoce en casi todos los países del mundo que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer y que la familia es base y fundamento de la sociedad, siempre se condenó la práctica homosexual como una aberración y una desviación de la naturaleza pero hoy en día, por causa de que el hombre no quiere verdades absolutas sino cree que éstas van cambiando, está llegando a la conclusión de que el homosexualismo es una elección, una decisión que debe estar respaldada por el derecho y no por cualquier tipo de derecho sino que éste debe revestir la calidad de “derecho humano universal”. Cuando hablamos de “derecho humano universal” nos referimos a un reconocimiento que hacen todos los estados; quien se levanta contra los derechos humanos se está levantando contra una legislación que está por sobre las cartas magnas de los países, al menos, los que se han sometido y han firmado. Si esa Convención dela OEAse lleva a cabo y de ella surge un Tratado o Pacto mediante el cual se declara al matrimonio entre homosexuales como un derecho humano fundamental universal, automáticamente nosotros que predicamosla Biblia, pasaremos a ser los malos de la película. Los malos pasarán a ser buenos y los buenos serán los malos y los cristianos seremos la escoria de la humanidad y seremos perseguidos por levantarnos en contra de los derechos humanos universales. Debo decirles que las legislaciones internacionales van a devorar a los cristianos débiles, ellos querrán escapar a estos problemas, mas sus corazones van a ser doblegados por cuanto son tibios y no son calientes, y serán vomitados de la boca de Dios. Por mi parte a mí no me importa ir preso por defender lo que dice la palabra de Dios ¡creo que hay verdades absolutas que Dios ha puesto para que el hombre las respete!
El mundo está inmerso en una guerra de pensamientos y de ideas; nosotros formamos parte del grupo que cree que la palabra de Dios es la expresión de sus pensamientos, quien conoce la palabra de Dios, conoce sus pensamientos y afirmamos que ellos son los pensamientos originales que le dieron origen a todas las cosas en tanto que los pensamientos del hombre no son originales sino posteriores, prestados y contrarios a los de Dios. Digamos que tenemos dos opciones: Los preceptos de Dios, que son pensamientos originales y los conceptos del hombre, que no constituyen pensamientos originales. “Precepto” implica “idea original” y “concepto” es “idea concebida”, es decir, pensamiento concebido a partir de otros pensamientos originales. Las ideas de los hombres son ideas concebidas a partir de otros pensamientos que han sido introducidos, no son pensamientos originales.
Estamos viviendo una etapa trascendente de la historia de la humanidad donde vamos a ver la gloria de Dios sobre la iglesia, vamos a ver la persecución de los cristianos pero también veremos la gloria y el poder de Dios sobre aquellos que se aferran a sus pensamientos, sobre los que edifican en la roca inconmovible de los siglos. Jesucristo hizo diferencia entre los que conocían y hacían las cosas en base a sus palabras y aquellos que no. “Aquellos que oyen mis palabras y las hacen les compararé a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca y cuando vinieron las tormentas, los vientos y las lluvias la casa quedó firme pero aquel que oye mis palabras y no las hace le compararé a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena y cuando vinieron los ríos, las lluvias y las tempestades la casa cayó y fue grande la ruina”. No importa lo que el hombre esté edificando, la tormenta de Dios determinará si lo que edifica es firme o no.
“Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? 2 Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra”.
¿De donde provienen los cielos y la tierra? ¡De los pensamientos de Dios!La Biblianos enseña que antes que todas las cosas existiesen, Dios las concibió en su mente, cuando Él habló, es porque primero había pensado. ¿Tú hablas sin pensar? La palabra de Dios es la expresión de sus pensamientos; cuando Dios dijo “sea la luz”, ya la había concebido en su corazón. Como yo soy arquitecto, entiendo de esto: Cuando he diseñado un edificio y me he pasado dos o tres meses dibujando rincón por rincón de ese edificio, ya he entrado a las habitaciones, a los baños, ya caminé por los pasillos… ¡ya tengo concebido el edificio! Ese edificio es el fruto de mis pensamientos; una vez que lo he concebido y lo conozco, se como es y se los muestro a los demás. ¡Me encanta la idea de saber que mi Dios, antes de crear todo el universo, con todas las estrellas, los planetas y los cuerpos celestes, incluidos los gusanos, las ratas, los reptiles, los árboles, ya lo pensó antes. ¡Los pensamientos de Dios son grandes y extraordinarios!
Leamos Salmos 139:1-6: “1Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. 2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. 3 Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. 4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. 5 Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano. 6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender.”. ¡Ese es el Dios que tienes! ¡Sonríe, has creído en un Dios extraordinario! El ya conocía todos los nabos que se iban a levantar contra él, que creían ser más justos que Dios, pues ya sabe todo de antemano y conoce desde lejos tus pensamientos, no solamente un rato antes que pronuncies las palabras sino desde antes de la eternidad.
Dios echó a andar la historia de la humanidad y ya sabía que la gente iba a querer abortar, ya sabía que la gente iba a ser criminal. ¡Lo sabía todo! Por cuanto él conoce todas las cosas, también conoce el fin de los que se levantan contra él; también sabía que Satanás se iba a revelar y arrastraría consigo un tercio de los ángeles del cielo y que hacía falta un lago de fuego y azufre para castigarlo eternamente. Qué bueno es caer en las manos de Dios porque su misericordia rodea la tierra y es más grande que los cielos sobre aquellos que les aman. Por eso dice el salmista “alzaré mis ojos a los montes ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová que hizo los cielos y la tierra”. Es decir, mi socorro viene de un Dios poderoso que creó todas las cosas y que las conocía antes que fueran creadas. No estás en manos de un Dios que se les escapó la historia, que le salió mal un experimento con Satanás, estás en las manos de un Dios que conoce todas las cosas y que ha provisto bendición sobreabundante para todos aquellos que le aman y le buscan. Dios te dio la libertad de ser independiente pero también te dio la opción de hacerte esclavo suyo por amor.
Los cuatro versículos siguientes del salmo 121 hablan de dos tipos de protección; los versículos 5 y 6 refieren a una protección temporal, está hablando de protección en el tiempo que estás viviendo aquí abajo en la tierra. Me llama poderosísimamente la atención la manera en que Dios ha diseñado la protección del ser humano en el vientre de la madre; las condiciones que tiene un bebé dentro del vientre de su madre son extraordinarias para el crecimiento y el desarrollo, de tal manera que de la nada, en unas pocas horas, tenemos un huevo o cigoto que ha sido fecundado, luego se van multiplicando las células, dando origen a los tejidos que posteriormente serán los distintos sistemas de nuestro organismo… en pocos días tendremos un corazón latiendo con una sangre propia, un sistema digestivo, un sistema respiratorio que comenzará a desarrollarse en un lugar que tiene aire acondicionado por decirlo así, que mantendrá la temperatura ideal que necesita la criatura. En la etapa más débil de la vida humana está planificada la protección más grande y solamente se vuelve peligroso ese lugar por los derechos de la mujer por abortar al hijo.
Hoy miraba el hijo del pastor Andrés González mientras jugaba en el pasto; ¡qué tremendo! Dios no tiene apuros con este bebé, nosotros sí estamos apurados para que crezca… mientras lo miraba gatear, pensaba, “¡Qué cosas tiene Dios preparadas para él! Pero Él no está apurado, así como crió a Jesús durante treinta años y de repente, un día comenzó su ministerio, así hará con este bebé. Dios se provee de un gran profeta o de un gran predicador, teniéndolo primero en una situación de tanta debilidad como lo es el vientre de su madre… Dios no tiene apuro y Él tiene planeado qué hacer con tu vida, simplemente debes abandonar el pensamiento humanista y buscar el pensamiento de Dios. Escucha atentamente porque hay sabiduría de Dios aquí; sus pensamientos y sus palabras son vida, ella está viva, toca algo y produce algo. La palabra escrita, “logos”, tiene dentro de sí, la palabra “rema”, que es la palabra viva. La palabra logos la pueden leer los ateos, los agnósticos y pueden opinar acerca de ella, pero la palabra rema, la palabra viva, no vendrá sobre cualquiera, sólo será revelada a los que le aman. ¡Si eres amigo de Dios, tienes una gran ventaja!
¿Qué pasa con la iglesia? Está contaminada con la palabra del hombre y tiene confusión, no se da cuenta cuándo opera por las dudas y cuándo por la fe. A veces la iglesia dice frases que provienen del mundo, que tienen origen en el humanismo y también en otras oportunidades usa la palabra de Dios pero no está siendo consciente al hecho de que Dios ha preparado algo tremendo para que el hombre no sólo tenga contacto y comunión con Él sino pueda disfrutar del poder eterno y de la energía gloriosa que mana de la palabra viva de Dios. Todo lo que Dios hizo, lo creó por su palabra, lo que es, de lo que se veía, de lo poco hizo mucho y ha querido compartir con nosotros su palabra, para que nos movamos en la misma dimensión que Él se mueve.
Los versículos 7 hasta el final del salmo 121 hablan de protección eterna: 7 Jehová te guardará de todo mal; 8 Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre”. Dios ha planificado para ti una eternidad de bendición, una protección celestial, divina, desde ahora y eternamente. ¿Para quién es esta protección? ¡Para aquellos que han venido a refugiarse bajo sus alas!
El pensamiento del hombre es como una onda radioeléctrica que se sintoniza con aparatos de radio, proviene del alma, de sus emociones y sentimientos. Supongamos que la palabra de Dios está en otra onda electromagnética que no es de radio sino de TV; tu no puedes captar con tu receptor de radio, una señal de TV, son de naturaleza distinta, necesitas un televisor. Del mismo modo, ¡no puedes captar el pensamiento de Dios con tu alma, porque es espiritual! ¿Qué tienen que hablar de Dios los ateos? ¡Están hablando sandeces! Están hablando de cosas que no entienden ni ven, están hablando de una concepción propia que tienen en sus mentes pero no les ha venido la luz de Dios; El alumbra la mente y el corazón. Dice la Bibliaque la palabra de Dios es la espada del Espíritu. Jesús dijo “mis palabras son espíritu y son vida”. Las palabras de Dios pertenecen a una frecuencia electromagnética superior, no cualquier ser humano puede captar la señal de Dios. ¡Se necesita un receptor especial! La palabra de Dios es espíritu, por tanto el receptor debe ser espiritual. “…a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). Cuando Cristo murió en la cruz del calvario tenía en mente algo mucho más grande que perdonarte tus pecados, tenía en su mente vivificar tu espíritu. Tenía pensado darle vida a tu espíritu para así sintonizarte con el Espíritu de Dios.
Por eso hay que adorarle, adorar a Dios es activar la vida espiritual. Dios se va a revelar a los que le aman y la adoración es la máxima expresión de adoración a Dios. Cuando adoras, activas tu vida espiritual, entra a moverse el Espíritu Santo y la palabra de Dios que es viva, viene a tu espíritu, porque El no puede poner su palabra en cualquier parte… no la puede poner en tu alma porque está sucia, ni tampoco en tu cuerpo porque peca, por eso dicela Bibliaque Él se edificó templo para sí mismo, el cual es el espíritu del hombre. Tu vida espiritual debe ser activada y fortalecida porque cuando ello ocurra, recibirás la señal de Dios con claridad y nitidez. ¡El tiene mucho interés en revelarse a tu vida! Tú tienesla Biblia, estúdiala, porque ese es el pensamiento original de Dios, es la clase de pensamiento con la cual Él dio origen a todas las cosas. ¡El ha puesto a nuestra disposición su palabra! Puso espíritu dentro nuestro y escribió su ley en nuestros corazones. La palabra de Dios verdadera no está en el templo, no está en cualquier ser humano, está en los hijos de Dios. ¡Somos depósito de los pensamientos de Dios!
Dios ha querido poner un tesoro en vasos de barro. ¡Sí! ¡En tu vida y en la mía! ¿Puedes creer esto? Nuestro pecado es que no le hemos dado a la palabra de Dios el lugar que le corresponde. El poder libertador de Dios en el creyente es la misma palabra que habita en él y le guarda. Si vas a ser un vencedor, serás una persona que tiene un respeto profundo por la palabra de Dios, que la escudriña y la ama.
Cierra tus ojos y repite conmigo: “Señor, hago votos delante de ti, de estudiar tu palabra y de conocerla. Quiero conocer tus pensamientos, anhelo que tus palabras moren en abundancia en mi corazón, quiero hablar con tus palabras y no con las mías. Quiero actuar no por mis pensamientos sino por los tuyos. Hazme sensible a tus palabras, a tu verdad. Vengo delante de ti como esos pajarillos que abren sus bocas para recibir el alimento de sus padres, envía tu leche espiritual y aliméntame. Envía tu palabra y despiértame. Envía tu bendición, así como haces descender la lluvia sobre la tierra y no vuelve vacía, así haz con tu palabra, hazla crecer y germinar en mi corazón. Perdón porque no he leído tu palabra y no la he escudriñado como tu quieres, perdón porque no te conozco lo suficiente porque tampoco conozco tu palabra. En el nombre de Jesús hago esta oración, amén”.
ANEXOS: