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Quiero hablarles de un día que se acerca, fijado por Dios y que la Biblia le llama simplemente el “día del Señor”, el “día de Jehová de los Ejércitos”. Quizás te preguntes por qué, porque de la misma manera que terminará este año, está determinado que terminará un ciclo especial de la historia de la humanidad y vendrá un tiempo en que la gracia de Dios dejará de obrar y de operar. La gente está muy cegada, comprando y vendiendo cosas, casándose y dándose en casamiento, especialmente en Navidad y año nuevo, sin saber ni entender cuál es el significado de estas celebraciones pero repito, de la misma manera que está determinado que termine este año, está determinado que termine la gracia. El hombre está muy ocupado en juzgar al hombre y a Dios pero no entiende que él será juzgado por Dios, el hombre quiere juzgar la mala intención de Dios en permitir que sucedan determinadas cosas pero no entiende que un día Dios lo llamará a pedir cuentas. ¡El juez es Dios, no el hombre!
Creo que el próximo año marcará una etapa definitiva hacia la segunda venida de Cristo; no puedo decir cuándo viene, sino sé que viene pronto, él ha puesto un fuego especial en mi corazón acerca de este tema.
Hoy quiero hablar del gran día del Señor que no es precisamente la segunda venida de Cristo, sino el momento en que Dios sacudirá la humanidad y juzgará a las naciones; el momento en que los que están dormidos serán despertados y aquellos que no han querido entender, se enfrentarán cara a cara con el juez de la historia, con el Dios que nos ha creado a su imagen y semejanza. En ese día Dios no estará dispuesto a escuchar las súplicas de los hombres sino a juzgarlos. Leamos Isaías 26:1: “1En aquel día Jehová castigará con su espada dura, grande y fuerte al leviatán serpiente veloz, y al leviatán serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar. 2En aquel día cantad acerca de la viña del vino rojo. 3Yo Jehová la guardo, cada momento la regaré; la guardaré de noche y de día, para que nadie la dañe”.
Estos dos versículos hablan de dos cosas: Hablan de un castigo grande y de una salvación grande. ¿Qué es la viña del vino rojo? Cuando hoy leí este versículo, el Señor me dijo: “Esta es mi viña, la iglesia de Jesucristo”. Es la viña ganada con la sangre preciosa de Jesucristo; esa viña es el lugar donde Dios trabaja, donde él pasa el arado, donde siembra y cosecha, donde se mueve su santo espíritu, es el lugar donde Dios mete su mano y arranca los yuyos que no sirven y produce frutos. ¡Esa es su viña! Cuánto quisiera yo que aquellos que reciben este mensaje pertenezcan a esta viña del vino rojo del Señor, la viña que él compró con el mayor precio que se pudiera pagar, la sangre preciosa de su hijo Jesucristo. El plan de Dios incluía una Navidad para que un niño, que el profeta Isaías llama el “príncipe de la paz”, naciera muy humilde en una aldea de Belén, creciera, mostrara la gloria y el poder de Dios y un día muriera en la cruz del calvario para salvarnos, derramando su sangre preciosa. ¡Ese vino rojo está sobre mí! ¡Estoy esperando con expectativa la segunda venida de Cristo!
Quiero mostrarles cuánto énfasis hace la Biblia en ese día; por ejemplo, el libro de Mateo habla de ese día; Mateo 24: 29: “E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”. El día del Señor es un día muy especial, de lloro, de temor, un día en que lamentarán todas las naciones de la tierra, pero será el día en que veremos a Jesús venir en las nubes a buscarnos. Aquellos que tantas veces hicieron el ridículo y fueron entristecidos por creer en Jesús, ese día serán consolados.
Estaba hoy reflexionando, cuántos niños y adolescentes crecen en la iglesia y parecen tan lindos y consagrados pero a medida que van creciendo, algunos van tomando decisiones serias de consagrarse a Dios pero otros, tentados por el mundo, se van enfriando sin darse cuenta. Llega el momento en que tenemos que decidir en nuestro corazón si vamos a quedar ligados con esa persona que nos aleja de Dios o si vamos a cortar con ese amigo o esa amiga; aún dentro de la iglesia se hace necesario cortar, no sea que quedemos del otro lado y que por tibios, en ese día Dios nos vomite de su boca. ¿Por qué quiero hablar de esto? Porque el tiempo de comenzar un nuevo año es un tiempo para reflexionar acerca de qué es lo que estamos creyendo y qué es lo que estamos haciendo con nuestra vida. De tantas cosas que el mundo nos está ofreciendo, vendiendo, regalando, de entre todas las ofertas, está una que es la más grande de todas: El amor de Dios que quiere salvar al hombre de la esclavitud de su pecado, de la soledad, de la inmundicia, de la inseguridad, de las dudas, de los temores. Dios hoy proclama que todos deben arrepentirse y creer en el evangelio para tener salvación y perdón de pecados. Ese día, muchos que se han reído del evangelio, se lamentarán, y temblaran delante de la presencia del Dios todopoderoso que juzgará a los vivos y a los muertos. Yo no sé, quizás hay alguien que vive para sacarle el dinero a la gente pero yo vivo para predicar el evangelio del reino de los cielos. Ojalá haya alguien que entienda, que por sobre todas las cosas, tiene que ablandar su corazón y pedirle al Dios del cielo que le levante, le limpie, le perdone y que le dé vida eterna.
El gran día del Señor será un día en que muchas naciones lamentarán y muchos temblarán y llorarán; dice la palabra de Dios que algunos se esconderán en cavernas y le dirán a las montañas, “caed sobre nosotros y escondednos del que está sentado en el trono”. ¡Hay un juez que está sentado en el trono y muy pronto abrirá los libros y traerá juicio! Dice la Biblia que muchos buscarán la muerte y no la encontrarán porque será un tiempo de retribución, de ira sobre los hombres y sobre las naciones. Hoy en día es muy fácil criticar y acusar a Dios; hay gente que pasea su lengua burlándose de Dios y de los que creen en él, hay algunos que nos quisieran ver muertos mas la iglesia de Jesucristo hasta el último día estará viva y abrirá su boca para decir Jesús es el camino, la verdad y la vida y predicará el evangelio.
Tu puedes pertenecer a la viña del vino rojo del Señor, tu puedes ser alguien donde él meta su arado, su semilla y trabaje. Dice esta palabra de Isaías que hemos leído que Dios estará velando de día y de noche sobre su viña. Yo sé que Dios me está guardando, que está conmigo y que provee para mi… sé que vendrán muchas calamidades sobre el mundo; hace poco estuve con un Senador quien me dijo: “El año 2003 será muy difícil para Uruguay”. Sí, lo sé, lo he predicado y no sólo para Uruguay será difícil sino para todo el mundo, viene una anarquía mundial. Pero hay un pueblo que tiene su mirada puesta en alguien que es más poderoso que la depresión, que la pobreza, que la miseria, que la misma muerte y se llama Jesús de Nazareth. Este es el mensaje que salvará la humanidad, éste es el nombre que dice la Biblia que es sobre todo nombre y delante de quien, grandes y chicos se arrodillarán.
Es bueno recordarle a todos los hombres, al terminar el año, que también terminará la historia de la humanidad, que el hombre no es Dios sino que hay un Dios sobre los hombres, que la naturaleza no fue creada por generación espontánea, sino por un Dios vivo que hizo todas las cosas. ¡Debes arrepentirte de la dureza de tu corazón, de tu humanismo, de tu cientificismo! ¡Debes dejar de creer en el hombre y debes creer en Dios! ¡No seas vanidoso ni orgulloso, no debes creerte que eres mucho porque no eres nada! ¡Eres polvo y al polvo volverás, en poco tiempo los gusanos te comerán! ¡Tú no puedes creer que Dios es el hombre! Tienes que entender que hay un Dios que te llamará a juicio y que el gran día del Señor está cerca. Tienes que venir a Dios y pedirle que te enseñe, te abra los ojos y te dé entendimiento. La Biblia dice que aquellos que no le quisieron dar la gloria a Dios se envanecieron en sus propios pensamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Hay gente que es muy culta, tiene mucho estudio, pero es muy necia, no reconoce que Dios existe. Reprende de tu vida todo espíritu de ateismo, toda soberbia contra Dios, él es juez justo, ama la justicia y hará justicia, el hombre no es quien para hacer justicia. ¡Dios hará justicia! En ese día en que lamentarán todas las tribus de la tierra, en ese día enviará a sus ángeles y juntarán a todos los escogidos de Dios desde los cuatro vientos; estoy esperando ese día, sé que vendrá en las nubes y me levantará con él, esto no es un cuento de hadas, no es una película de Walt Disney, ¡es palabra de Dios! Que no termine este año sin que te arrodilles delante de Dios y le digas: “Quiero abrirte mi corazón, quiero que perdones mis pecados, quiero tener vida eterna”.
Es tan importante ese día que se menciona muchísimos pasajes de la Biblia. ¡El día de Jehová viene, sal a la calle y díselo a tus parientes, a tus amigos! Tienes que predicar a tiempo y fuera de tiempo que el día de Jehová viene, ese es el mensaje más importante que tenemos que dar, que si no crees en el evangelio serás condenado e irás al infierno. Me contaron de una persona que Dios llevó al cielo y al infierno y en el infierno vio a un pastor que estaba allí porque robó dinero de la casa de Dios y le decía a Cristo: “¡No robaré más! ¡Sácame de aquí!” Pero ya no había más tiempo… Dios nos guarde de meter mano en sus cosas, a veces tocamos las cosas de Dios muy livianamente, pero este es un día de reflexión. Todo el mundo tiene que saber que el gran día del Señor viene. Llegará un día en que se terminará el tiempo de la gracia para ti porque nadie tiene comprado el día de su muerte ni nadie puede planificar el día en que se arrepentirá de sus pecados; si tú hoy escuchas este mensaje, este es el día de tu arrepentimiento, este es el día de decirle a Dios, “perdóname de todos mis pecados”. ¡No planifiques arrepentirte después! Hoy Dios te está hablando, hoy tienes que decidir si vas a permitir que esa sangre cubra tus pecados y si aceptas o no la oferta de Dios. Advierto a los creyentes fríos, tibios, aquellos que ya no tienen ganas ni tiempo de ir a la iglesia, aquellos que amaban al pastor pero ahora se han vuelto en contra de él, que el día del Señor viene y tendrás que presentarte delante de él. ¿Qué le dirás? “Lo que pasa es que una hermana me dejó de saludar y yo sentí que no había amor en la iglesia, es que no me gusta la cara del pastor…” ¿Con qué excusa te presentarás delante de Dios?
Reflexiona cómo está tu vida, ¿qué es lo más importante en tu vida? ¿Tu Dios es tu negocio, tu trabajo, tu descanso? ¡El gran día del Señor viene! ¿Has creído en él? ¡Quita de tu vida toda amistad que corta tu relación con Dios y prométele que comenzarás un año nuevo con él! Ese mismo Dios que trae juicio, dice también: “No hay condenación para aquellos que están en Cristo”. Si aún no has depositado tu vida en el banco de Dios, es hora que lo hagas en este mismo instante. ¡Haz una oración ahora mismo!
“Padre, creo en la palabra que hoy me has dado, creo que tú eres el juez de toda la tierra; tu palabra dice que no hay condenación para aquellos que están en Cristo Jesús y te pido que anotes mi nombre en el libro de la vida, me cubras con la sangre preciosa de Jesús y me libres de las ataduras del infierno. Rompo toda relación, toda cadena, toda atadura que me ha mantenido ligado al reino de las tinieblas. Ahora, yo por la fe entro en tu reino, recibo el perdón de mis pecados y recibo a Jesús en mi corazón. ¡Recibo la salvación y la vida eterna! En el nombre de Jesús hago esta oración, amén”. ¡Gracias Jesús!
ANEXOS: