¡BAJA UN CAMBIO! - Misión Vida para las Naciones

Av. 8 de octubre 2335

Montevideo

WhatsApp:(+598) 095333330

MENSAJES DEL CIELO

¡BAJA UN CAMBIO!

pareINTRODUCCIÓN

Muchas veces se confunde el alma con el espíritu y hoy quiero hablarte acerca de la primera. Uno de los problemas que lleva a los cristianos al fracaso es que su alma está turbada. Muchos dicen creer en Dios, en Cristo, en la Biblia, pero viven en un estado de temor, de ansiedad, de afán y de estrés, lo que demuestra que no están creyendo y que su confianza no es tal en Dios. En otras palabras, viven en un estado de su alma que niega lo que ellos dicen. Ellos dicen creer pero están turbados; dicen creer, pero tienen temores y ansiedades,  viven acelerados. Veamos por qué ocurren éstas cosas y de dónde provienen.

El apóstol Pablo oraba para que todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo sean guardados irreprensibles hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. Hay un tema que no es fácil de explicar ni de entender y se trata de que nuestro ser está constituido de tres partes, las cuales implican tres clases de vida diferentes. Está la vida biológica, la que corresponde a todo lo relacionado al cuerpo humano, y tiene que ver con la vida de la carne, la que se alimenta de verduras y otros nutrientes, que al ser procesados circulan en la sangre, llevando oxígeno a las células y produciéndose su metabolización. La vida biológica es la vida física. Bios se traduce como carne.

Por el otro lado tenemos la vida del alma que es completamente distinta, a la que los griegos llamaban psiquis, y es la vida anímica que tiene que ver con los pensamientos, la voluntad y las emociones. Las palabras ánimo, animosidad o anímico, están relacionadas al término alma. La psiquis tiene vida propia y se manifiesta a través de los pensamientos, de las emociones y de la voluntad de las personas.

Por último está la vida espiritual, la cual está relacionada con el espíritu; una vida superior, trascendente y sobrenatural.

La vida del alma es de aquí abajo, y se relaciona con el entorno que nos rodea, a través de las antenas que son los sentidos. El alma interactúa con el mundo externo pero el espíritu del hombre interactúa con el espíritu de Dios. La vida espiritual es la que se conecta con el Espíritu de Dios o con los espíritus demoníacos, los cuales constituyen otra dimensión de vida espiritual.

Como dijimos anteriormente, todo nuestro ser está formado por espíritu, alma y cuerpo. El cuerpo no podría subsistir sin el alma. Si bien son muy distintos, están totalmente ligados, uno al otro. De tal manera que el cuerpo sufre enfermedades a las que los médicos llaman psicosomáticas. Éstos han llegado a creer que, de las enfermedades que sufren las personas, más del noventa por ciento son psicosomáticas, o sea, la interacción del alma o la psiquis y el cuerpo produce enfermedades. Entonces, hay estados del alma que afectan al cuerpo y hay estados del cuerpo que afectan profundamente el ánimo.

Recordemos que el ánimo es el estado del alma. Por ejemplo, si te das un martillazo en el dedo, tu alma dice que no le importa porque te lastimaste el cuerpo. ¡No! Te duele, te sientes mal, se decae tu ánimo y tu semblante al punto que ya no quieres volver a martillar un clavo. Ese golpe que te diste afecta tu estado de ánimo. Sucede igual cuando alguien te pega, eso afecta tu alma. Es que la vida del alma y la vida del cuerpo interactúan y estas dos también interactúan con la vida del espíritu. El creyente tiene el espíritu vivificado, pero si se la cree que es creyente o no lo es, su espíritu está muerto.

Quiero hacer referencia a algo muy importante, a los estados del alma; ésta es el centro de nuestro yo, lo que identifica a la persona más que el cuerpo, es mi alma, o el yo, como le llaman los psicólogos. Mis pensamientos, mis emociones y mi voluntad identifican mi persona.

¿Quién se revela contra Dios? ¿Mi cuerpo o mi alma? ¿Quién peca, mi cuerpo o mi alma? Por supuesto que mi cuerpo lleva a cabo el pecado pero es mi alma la que está llena de codicia, la que tiene deseos engañosos y la que se revela contra Dios. Y el cuerpo está unido al alma. Así que si hay algo que someter y cuidar, que es el alma.

Recordemos que alma es psiquis, entonces, ¿qué hay en mi mente, en mis emociones y mis pensamientos? Mis pensamientos y mis emociones revelan si yo estoy bajo la autoridad del Espíritu Santo o no. Con dolor digo que hay muchos que creen que irán al cielo pero no será así; hay muchos que creen que son salvos pero no lo son. Su alma trasmite lo que realmente les domina; si es la ansiedad quien te domina, entonces no te domina Dios. Si no puedes controlar tu boca, y ésta es una cloaca mal oliente, ¿tú crees que el Espíritu Santo está dominando tu vida? Si sufres temores, éste controla tu vida, por lo tanto es tu dios. Si Dios es tu Dios, entonces los temores no te someten. ¡O te domina Dios o tus temores! Los temores, las ansiedades, las angustias y soledades, son estados del alma que indican que ésta es un potro salvaje que no está sujeto a Dios.

El alma debe estar sujeta al espíritu y bajo su autoridad, porque el que recibe luz de Dios es el espíritu y éste debe dominar en la vida del creyente. Cuando domina el alma, el creyente es un carnal, tiene un alma independiente de Dios, de los pastores y de sus hermanos en Cristo.

El tema que quiero tocar hoy, es el afán y la ansiedad, que están relacionados con el alma y es un signo de este tiempo; me refiero al tiempo del fin.

                ANSIEDAD: UN MAL DE ESTE TIEMPO

En el último capítulo de las profecías de Daniel, él quería entender la visión y un ángel le dijo lo siguiente: 4Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará” (Daniel 12:4). Daniel no entendía lo que veía pero Dios le dijo que escribiera y sellara el libro hasta el tiempo del fin. En ese entonces se va a saber para qué se escribió eso. Y continúa diciendo Daniel: “Muchos correrán de aquí para allá y la ciencia se aumentará”. ¡Esto se está cumpliendo! Estoy sorprendido de las noticias que aparecen en la prensa todos los días acerca de los avances de la ciencia. El hecho de que muchos corran de aquí para allá es un signo de este tiempo. Si le preguntas a alguien: ¿Para dónde corres? ¿A dónde vas? Te contesta: “No sé. La vida es corta, apurémonos”. ¿Apurémonos a qué? La gente vive en un estado de ansiedad y allí no opera el Espíritu Santo. Hay muchas cosas que contribuyen para que en la vida de la persona se genere el afán y la ansiedad, por ejemplo, temes que te suceda algo a ti o a tus seres queridos, entonces andas preocupado. El afán y la ansiedad tienen que ver con el hecho de pre-ocuparse, o sea, ocuparse antes de tiempo. Entonces no puedes resolver lo que tienes entre manos por mirar lo que pudiera suceder por estar ansioso o afanoso, y no puedes estar concentrado en lo que tienes que hacer hoy y ahora. Tú dices: “Tengo miedo que me aparezca un cáncer”. ¡Déjalo para cuando venga!  ¡Y en una de esas no viene nunca! ¡Te estás atajando y no hay pelota!

Un predicador describe el afán y la ansiedad como un aceleramiento. Estar acelerado, en afán o en ansiedad es lo mismo que encender el auto, dejar el cambio en neutro y acelerar. Cuenta que en una oportunidad chocó, entonces se bajó de su auto enojado, lo mismo hizo el otro conductor, y comenzaron a discutir al punto de insultarse. Este hombre terminó con dolor de cabeza y disgustado, cuando lo que había que hacer era poner la denuncia, llamar a la empresa aseguradora y dejar que ésta se encargue. Eso es lo que se debiera hacer cuando alguien choca. ¿De qué sirve acordarse de la madre de la otra persona? ¿Qué solucionas con eso? Hay cosas que se hacen por el aceleramiento que las circunstancias provocan al alma que no está enfocada.

“Muchos correrán de aquí para allá”. Aparecen muchos temores, afanes y ansiedades por causa de las noticias que surgen todos los días. ¿Qué está pasando en el mundo? Diríamos que todo está cambiando pero en realidad la verdad y los valores no cambian. La gente está tratando de cambiar la verdad y los valores pero éstos ya fueron establecidos por Dios. Son leyes establecidas por el Señor, y son verdades inamovibles. ¡La palabra de Dios es inamovible!

El mundo hace que todo cambie. Creen que la verdad puede mutar y la dan vuelta poniéndonos la mentira en su lugar, entonces las personas andan confundidas. ¡Las noticias que surgen en la prensa son muy alocadas! Hace poco salió la noticia de un médico cristiano evangélico de Corea que realiza operaciones para cambiar de sexo a las personas, y declara: “Yo estoy dispuesto a arreglar los errores de Dios”. ¡Si será necio el hombre! ¡Pretende arreglarle los errores de Dios! También señala que con esas operaciones les da una nueva esperanza a la gente y les ayuda a alcanzar la felicidad. Declaró que ha desarrollado un pene especial y que funciona. ¡No tiene dos dedos de frente para entender que por más bueno que sea ese pene, nunca podrá embarazar a una mujer! Está incompleto  porque le faltarían espermas, testículos y próstata. ¿Habrá tenido en cuenta eso este médico? ¡Es una ilusión! Después, las personas quedan más frustradas porque en caso de que eso funcione, será a medias. ¡Nunca vas a llegar a ser mujer si eres un hombre! En el caso contrario, ¿de dónde sacaría Trompas de Falopio para un hombre? ¿De dónde sacaría ovarios para colocarle a un hombre? ¡Pero ellos se creen sabios!

La gente anda confundida con los inventos de la ciencia, y señala el libro de Daniel que la ciencia se aumentará, pero las personas entran en un estado de inseguridad extraordinario. No han podido hacer nada respecto a la paz porque cada vez hay más armas y el hombre no entiende que es sólo la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento lo que el mundo está necesitando. ¡No entienden que lo que más necesitan es a Dios!

En Siria están matando gente en forma indiscriminada, lo mismo que en Venezuela. Sin ánimo de ofender a los partidarios de Chávez, me atrevo a decir que este hombre ha logrado sembrar un odio profundo en los venezolanos y la Biblia dice que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. En mi Twitter tengo comentarios de cristianos que están a favor de Maduro y que odian a los otros cristianos que están en contra de él, y viceversa. Se ha sembrado un odio que tiene como resultado actitudes que perjudican a todos, generadas por ese odio. Las chanchas tienen chanchitos, las perras, perritos, y el odio genera odio. ¡No puede engendrar paz! ¿Tú crees que puede haber paz cuando salen con las metralletas a la calle? ¡La gente está confundida!

Una mujer, madre de cinco hijos, falleció en una operación que se realizó para levantarse los glúteos. También, una mujer, queriendo agrandar sus pechos se inyectó por su cuenta vaselina y se mató. ¿Qué anda buscando la gente? ¡Gastan su vida, buscando cosas vanas, que no aprovechan, pero terminan destruyéndoles!

Leí un artículo sobre la ansiedad, un problema muy serio, el cual es catalogado como “la tensión permanente sin motivo importante”. Les comparto un extracto del mismo: “Hay ciertos componentes de la ansiedad o el temor, que son positivos, diseñados para los momentos en que debemos actuar. Nuestros antepasados, cuando salían a cazar y enfrentaban a un león o un oso, entraban en un estado de ansiedad, el cual generaba que se produjesen adentro del organismo determinadas sustancias, que preparaban a la persona para enfrentar el momento. Pero resulta que en el tiempo de hoy, vivimos enfrentando leones a toda hora, todos los días, ¡acelerados!  Y eso produce un problema importante en el físico de quien lo padece, repercutiendo en la sociedad toda”. El problema no es sentir algo así en determinadas circunstancias sino sentirlo todo el tiempo. Nuestros antepasados enfrentaban animales feroces y experimentaban ese estado de ansiedad, pero ahora, la gente enfrenta a un gato y sufre el mismo estrés. ¡He visto a las personas sufrir por cosas que no ameritan que sufran!

Continúa diciendo el artículo que la venta de tranquilizantes ha aumentado notoriamente en Uruguay. En Estados Unidos ha surgido un término, “los worriers” que significa “los sufridores crónicos”. Son esos que si no tienen algo por qué sufrir lo buscan. ¡La vida es corta y hay que apresurarse a vivirla o a destruirla!

Hay muchos términos que se usan y que tienen que ver con lo que es el afán y la ansiedad, por ejemplo, cuando le decimos a alguien: “Bajá un cambio”, tratamos de sugerirle que no se acelere ni se apure.  Algunos dicen: “¡Esto me supera!” Pero un cristiano, ha sido concebido por Dios para que nada lo supere, ¡nada ni nadie! ¡Dios te hace fuerte contra toda adversidad y toda dificultad! ¡El Señor te ha hecho más que vencedor! ¡Somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó!

Si los afanes y ansiedades te dominan, si los temores y angustias te dominan, no es culpa de lo externo, sino de lo que hay dentro de ti; la ansiedad es un estado interior de alma, pero un verdadero cristiano conoce la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento cuando se le muere un pariente, cuando choca con su auto y cuando sufre terribles problemas familiares.

¡Es un estado del alma! Nadie te obliga a estar con cara larga, tú te pones así, si no es ésto, encontrarás otro motivo para estar amargado. “¡Es que me provocan!” Aun si te provocaran para ponerte así, tú eres quien reaccionas apenas lo hacen.

Hay gente que no le da trascendencia a la palabra de Dios pero sí se la da a alguna cosa que le dicen por ahí. ¿Por qué te angustias, te afanas y te amargas por algo que alguien dijo? Tienes que ver primero si lo que dicen de ti es verdad o no. Si es mentira,  ¿por qué te vas a preocupar? ¡Hay que ser más sencillos en la vida! Una mujer se lamentaba: “¡Mi esposo me dijo que soy una hija de…!” Viene angustiada y trastornada a hablar conmigo y yo la miro y le pregunto: “¿Eres una hija de p…?” “¡No pastor!” “Si no eres eso, ¿por qué te pones así? ¿Por una mentira estás angustiada?” “¡Es que fue mi marido quien me lo dijo!” “Pero no es verdad lo que dijo”, le insisto. “¡No pastor, yo amo a Dios!” “Y si amas a Dios, ¿por qué te dejas afectar de esa manera? ¿Por qué dejas que una mentira te sumerja en la angustia y en afán?” ¡No es lo que diga tu marido sino tu falta de paz en el corazón! Si tuvieras tu confianza y tu esperanza puesta en el Señor sentirías pena por tu marido y orarías por él. ¡Que no se te vaya la paz!

Hay algo importante que quiero que sepas. Cuando el alma está en calma, entonces está en condiciones de oír la voz de Dios. El Señor no puede hablarle y hacerle entender algo a alguien que está acelerado. Si a ti te domina el temor, es en vano que Dios te hable, porque no harás lo que el Señor te diga sino lo que temor te demanda. Ese temor se vuelve tu dios, lo mismo que el afán, la ansiedad, la angustia y la amargura, se transforman en tus dioses, los que te guían y dominan.

Dice el Salmo 62:1: En Dios solamente está acallada mi alma; De él viene mi salvación”. El rey David era una persona que sabía de traiciones y lo que era estar en situaciones de muerte. Él fue un hombre muy perseguido y muy confrontado, pero había puesto su esperanza en Dios. Si tú estás en Dios, afuera puede haber guerra pero tu alma, en Dios, estará acallada y en paz. No necesitarás pastillas para la ansiedad porque Dios será tu paz, y tú podrás declarar: En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado” (Salmo 4:8).

                Leemos el Salmo 23:1Jehová es mi pastor; nada me faltará. 2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. 3Confortará mi alma;” ¡Dios hará que tu alma esté en paz! No es necesario que todo esté tranquilo a tu alrededor para que tú tengas paz, ¡Dios puede darte paz aunque todo esté desmoronándose a tu alrededor! 3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. 4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (Salmo 23: 3 y 4). Y continúa diciendo: “Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores…” Dios hoy te promete: “Yo te sirvo una mesa, no importa los problemas que se hayan presentado en tu hogar. No importa lo que dice tu suegra o tu cónyuge. No importa lo que están haciendo tus hijos. No importa lo que esté haciendo el presidente de la República. ¡No importa! ¡Yo te sirvo una mesa en presencia de tus angustiadores!” También dijo David: “…Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando” “¡Yo estoy feliz a pesar de mis angustiadores porque tú eres oh Dios mi esperanza!” ¡Bendita es la palabra de Dios!

Leemos en 1ª Pedro 2:11: Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”. Hay situaciones en las que si el alma no está sujeta bajo la autoridad del Espíritu, ésta mete en problemas a la gente, aún a los cristianos. ¡Son tus deseos carnales los que batallan contra tu alma! ¡No son los que están afuera sino tú quien tienes que arreglar tu situación con Dios! ¡Abstente de los deseos carnales que batallan contra tu alma! ¡Es tu alma la que peca y te quita la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento! ¡No es el pecado de los otros sino tu propio pecado lo que te quita la paz! Cuando tú arreglas tu situación con Dios y cuando te presentas a Él con tus cargas y se las entregas entonces viene a ti la paz. ¡Eres tú y Dios! ¡No inmiscuyas a otros cuando te falta la paz!

“Es que con esta mujer ya no se puede vivir más”, dicen algunos. Pero leemos en Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. ¡Yo sé que las mujeres son difíciles, pero con Cristo todo se puede! ¡Los hombres somos difíciles, pero con Cristo todo se puede!

Tu alma te juega una mala pasada y te hace creer que es el diablo, los demonios o los ruidos a la noche quienes te causan temor. Una mujer vino acongojada y me dijo: “¡Apóstol, he tenido un sueño horrible anoche! ¿Qué significa?” Yo le pregunté: “¿Qué cenaste?” ¡No te creas tan espiritual y que el Señor te muestra cosas horribles en sueño! ¡La gente sueña cada cosa! No me estoy mofando de aquellos que son atormentados a la noche por espíritus de brujería y de hechicería, eso es otra cosa. Yo me refiero a esos sueños que surgen por haber cenado tres platos de tallarines. Comiste algo pesado y tienes pesadillas. ¡Todo se genera dentro de ti, deja de echarle la culpa a los que te rodean! ¡Arregla tus cuentas con Dios! El señor quiere darte su paz.

Jesús, a tres o cuatro días de ser crucificado, se levanta delante de sus discípulos y les dice: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27). ¡Y les da la paz! ¿Tú crees que yo no tengo motivos para angustiarme y atemorizarme? ¡Todos los días tengo motivos, pero he decidido creer y confiar en Dios! Pongo en sus manos a los que piensan y hablan mal de mí y oro para que los bendiga. ¡Ellos están turbados pero yo estoy en paz!

David declaró en el Salmo 62: “De él viene mi salvación”. Le llamamos salvación al rescate del alma. La Biblia señala en Ezequiel 18:4 “…el alma que pecare, ésa morirá”. La que peca es el alma, y ésta es la sombra de muerte. La angustia y el temor es para el alma que peca. Entonces viene la redención, pero no la del cuerpo sino la del alma. ¿Qué es redimir? Es comprar nuevamente. Es precio de rescate. Eso es redimir o rescatar el alma.

¿Tú crees que Dios va a rescatar tu cuerpo? ¡No! El Señor te dará un nuevo cuerpo glorificado. Te dará otro porque el que tienes ya está contaminado por el pecado. Dios no rescatará tu cuerpo pero sí, tu alma.

                CONCLUSIÓN

                Jesús ha muerto en la cruz del calvario para pagar el precio de rescate, redimió tu alma. ¡El Señor quiere guardar tu alma y tú debes guardarla en Dios! Por eso el salmista dice: “…De él viene mi salvación. 2 El solamente es mi roca y mi salvación; Es mi refugio, no resbalaré mucho. 3 ¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre, Tratando todos vosotros de aplastarle Como pared desplomada y como cerca derribada? 4 Solamente consultan para arrojarle de su grandeza. Aman la mentira; Con su boca bendicen, pero maldicen en su corazón. 5 Alma mía, en Dios solamente reposa, Porque de él es mi esperanza. 6 El solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré. 7 En Dios está mi salvación y mi gloria; En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio” (Salmo 62:1-7).

¿Reconoces que no es culpa de los demás el hecho de que estés así? ¡Es tuya la ansiedad! El único que quita las ansiedades, los afanes y temores es Jesús. ¡Tú has pecado al dejar que el temor y la ansiedad te gobiernen! Algunos dicen: “Vino sola, yo no la llamé”. Si tú tienes la puerta de tu casa abierta y entra un chancho, ¿vas a decir que vino solo? Primero, la puerta estaba abierta, y ahora que se metió, ¿qué vas a hacer? ¿Vas a clamar: “¡Oh Dios saca el chancho!”? ¡No! Tomas una escoba, lo echas a escobazos y declaras: “¡Esta casa no es para cerdos! ¡Mi casa es para Dios!”

Quien vive con dolores y temores, quien vive con afanes y ansiedades está pecando, por lo tanto debe arrepentirse y pedirle perdón a Dios. Tú sabes de personas a las que no le asusta lo que a ti te asusta, conoces gente que no se afana ni está ansiosa por lo mismo que te sucede a ti pero tú sí, te afanas y te pones ansioso o ansiosa. Por lo tanto, eso que sientes es tuyo y Dios lo quiere sacar de tu vida. ¡Déjale esa carga a Dios en esta hora!

Oro por ti: “Padre, te pido en el nombre de Jesús, que liberes a los cautivos del afán y de la ansiedad. ¡Extiende tu mano bendita! ¡Exalta tu nombre! Que habite con poder tu Espíritu Santo en lugar de los cerdos, adentro de esa casa que ha sido creada para ser templo de tu Espíritu Santo. Toca con poder cada vida, en el nombre precioso y bendito de Jesús. Rompe las ataduras de afán, de ansiedad y de temor, Dios Todopoderoso. ¡Libera a los cautivos! ¡Sopla tu Espíritu!”

Dile a Señor: Recibo de ti. Sólo en ti está acallada mi ama Dios. ¡El Señor trae libertad sobre tu vida! Te bendigo en el nombre de Jesús. Recibe ahora la unción y le bendición de Dios. El Señor se lleva ansiedades y afanes, preocupaciones, temores, angustias, amarguras, soledades. ¡Se van de tu vida, en el nombre de Jesús! Por cuanto tú has puesto en el Señor t

MENSAJES

MISIÓN

VIDA

PARA LAS NACIONES

Av. 8 de octubre 2335

Montevideo, Uruguay

WhatsApp: (+598) 095 333 330

email: info@misionvida.org

twitter: misionvidauy

facebook: iglesiamisionvida

Diseño: VerakaWeb