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El capítulo 4 del libro de Daniel nos habla de la locura del rey Nabucodonosor; éste era muy famoso en su época y también en esta. Cualquiera que estudie el imperio babilónico leerá acerca del rey Nabucodonosor quien le dio el máximo esplendor a ese imperio. Hoy se reconocen algunas construcciones babilónicas, espacialmente los jardines colgantes, como una de las siete maravillas del mundo antiguo.
Precisamente, Nabucodonosor fue un rey poderoso que sometió a muchas naciones, las que tomó como esclavas, e Israel fue una de ellas. Pero entre quienes habían sido llevados como esclavos a Babilonia se encontraban personas especialmente seleccionadas por Dios para darle un golpe al orgullo babilónico y para mostrar al imperio y al rey que Dios es Dios, que es soberano y reina sobre todos los reinos de la tierra.
El capítulo 4 de Daniel nos muestra a un Nabucodonosor humillado, de vuelta de una gran prueba o aprieto en el que Dios lo metió, y comienza el versículo dos diciendo: “2Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo”. Me llama la atención la palabra “conviene”. ¡Te conviene que declares las maravillas y milagros que Dios ha hecho contigo! Daniel 4:4 y 5 continúa diciendo: “4Yo Nabucodonosor estaba tranquilo en mi casa, y floreciente en mi palacio. 5Vi un sueño que me espantó, y tendido en cama, las imaginaciones y visiones de mi cabeza me turbaron”.
En lo mejor de su reinado tuvo un sueño como lo señala este pasaje bíblico, en el que ve un árbol muy grande, frondoso, que llegaba al cielo, en cuyas ramas, muchas aves hacían sus nidos y muchas bestias del campo se refugiaban a sus pies. En el sueño ve que unos vigilantes del cielo dan la orden de derribar el árbol, por lo que éste es cortado aunque las raíces debían quedar firmes en la tierra porque después que reconociera que Dios gobierna y reina sobre las naciones del mundo le sería devuelta su gloria.
Nabucodonosor se sorprendió y quiso saber el significado del sueño por lo que llamó a todos los agoreros, brujos y videntes del reino. Babilonia es conocida como una nación totalmente dada al ocultismo, a las videncias, adivinaciones y toda clase de hechicerías; había allí toda clase de magos y de astrólogos que daban a conocer el futuro, pero nadie pudo interpretar su sueño; no obstante, allí estaba Daniel, un profeta de Dios que pertenecía al grupo de los israelitas que habían sido llevados cautivos a Babilonia. Dios le dio a Daniel la revelación de ese sueño y él quedó absorto por la visión. Así que tuvo que decirle al rey que ese árbol era él mismo, le declaró que Dios lo había engrandecido, le había dado gloria y honor; y muchas familias de la tierra iban a comer los alimentos que producían en Babilonia, pero había una orden y ésta se trataba de que su reino le sería quitado. Le declaró también que el rey iba a morar con las bestias del campo por siete tiempos hasta que reconociera que el Altísimo gobierna. Daniel 4:16: “16Su corazón de hombre sea cambiado, y le sea dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos”.
Pero después de doce meses de haber tenido el sueño, el rey se manda una declaración con todo orgullo y toda soberbia. Leamos Daniel 4:29 y 30: “29Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia, 30habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?”
Continúa diciendo Daniel 4:31: “31Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti…” A partir de ese día se cumplió la sentencia del sueño que un año antes él había tenido y se le cambió el corazón en uno de bestia y ya no podían tenerlo en el palacio. En aquel tiempo no había centros hospitalarios especiales para enfermos mentales, así que lo sacaron del trono ya que un burro no puede seguir gobernando y lo mandaron al campo. Cuentala Biblia que le comenzaron a crecer las uñas como de ave y su pelo era como plumas de águila. ¡Este hombre estuvo por siete años entre las bestias! En otras palabras, no se podía ni hablar ni razonar con él, estaba totalmente turbado, no servía para ser rey.
Luego de cumplido el tiempo, señala Daniel 4:34: “34Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades”. ¡Mucha gente cuando se ve en aprietos alza sus ojos al cielo, y se acuerdan de Dios cuando están en problemas! Recuerdo una persona que me dijo: “Yo reconozco que no oro nunca pero cuando hay un problema me arrodillo delante de Dios”.
Dice la Bibliaque después de siete tiempos, calculo que fueron siete años, Nabucodonosor declaró: “…alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta…” Leamos Daniel 4.36 y 37: “36En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida. 37Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia”.
Una de las cosas que reconoció Nabucodonosor es que Dios le da autoridad al que a Él se le da la gana; a quien Él quiere le da autoridad y a quien quiere se la quita. Nabucodonosor entendió que Dios lo había hecho un gran rey pero si Dios no se lo permitía, no podía continuar siéndolo, entonces declaró: “¡Dios es Dios!” Se humilló delante de Él, le dio la gloria, y entonces, la razón le fue devuelta.
Hay una relación directa entre la alabanza a Dios, la gloria a Él y la razón; quien no glorifica a Dios, no le funciona bien la cabeza. Nabucodonosor perdió la razón y su corazón se turbó convirtiéndose en una bestia porque creía que era grande y decía que todo lo que construyó, fue con su fuerza y para la gloria de su majestad. ¡A Dios no le gustó eso! ¡Sólo Dios es grande y solo Él puede hacer a una persona, grande!
¿Por qué te digo que hay una relación directa entre la voluntad de las personas de alabar y glorificar a Dios y el hecho de que la razón le funcione bien? ¡Porque lo enseña la palabra de Dios!
Hay personas que asisten a la casa de Dios para escuchar su palabra pero no le glorifican, se sienten muy pesadas para glorificarle, para alabarlo y adorarlo. Prefieren escuchar un buen mensaje pero no tienen ánimo ni voluntad de darle a Dios la gloria que Él se merece. Te digo más, hemos sido creados para admirar lo admirable, para glorificar lo glorificable; y cuando no glorificamos a Dios, glorificamos alguna otra cosa. Algunos están orgullosos de quienes son y de cómo piensan y se glorifican a ellos mismos. Otros glorifican a algún cantante; no sé cómo Michael Jackson puede seguir siendo tan famoso con una historia tan turbia, la que se ha tapado por todos lados porque era el rey del pop. ¡Qué inclinaciones tenía este muchacho con los niños! Varias veces fue acusado de abuso infantil; era un hombre trastornado, pero claro, ¡era el rey del pop! Nadie le pude quitar eso y aún después de muerto al pobre médico a quien Michael obligaba que le diera droga, lo están juzgando y lo han declarado culpable. ¡Yo también lo culpo por tonto!
Tenemos una tendencia natural para alabar lo alabable, como por ejemplo, las mujeres que se miran varias veces en el espejo, alguien le dice que está encantadora y ella presume. Algunos están orgullosos de tener un hijo varón y alardean que el hijo es un macho como el padre, y es igual a él. Vienen algunas personas y me dicen: “Apóstol yo lo adoro a usted”. Ya hasta suena grotesco porque termino siendo el dios de alguien. ¡A quien hay que darle toda la gloria es a Dios! ¡Él merece la gloria!
Pero el hombre, al apartarse de Dios, y no rendirle gloria, se la da al hombre; enla RevoluciónFrancesase le dio la gloria a la razón del hombre, se separó la iglesia del estado y declararon que ya no había Dios. Entonces, construyeron una efigie a la diosa de la razón y la entronizaron en un templo católico en Notre Dame. ¡Endiosaron a la razón! ¡Le dieron la gloria! Decidieron que la razón es la única que nos puede dar la verdad de todo, que lo que no proviene de la razón no puede ser considerado verdad, por lo tanto, la revelación no puede ser verdad porque no proviene de la razón, ¡ésta tiene que demostrar y comprobar! Entonces, el hombre, desde que decidió que es la razón y no Dios la que nos da la verdad de todo, la glorificó creando un gobierno humanista, del pueblo, por el pueblo y para el pueblo pero no le dio la gloria a Dios. Decidió desestimar a Dios y declaró que la vida proviene de la materia inerte, porque no puede concebir como una verdad razonable o racional, la idea de que haya un Dios invisible que creó la materia y todas las demás cosas. Por lo tanto, se le dio toda la gloria a la razón; se creyó en la razón del hombre y se le glorificó. Y en ese momento surgieron los problemas, al hombre se le volvió el corazón como el de una bestia, diciéndole a lo bueno malo y a lo malo bueno. Comenzó a cuestionarse por qué un matrimonio tiene que ser entre un hombre y una mujer, discutiéndose en los foros por qué no puede ser comprendido entre dos hombres o dos mujeres, y alegando que el matrimonio entre un hombre y una mujer es una imposición de la religión, así que es necesario inventar otras cosas nuevas, el matrimonio tiene que ser otra cosa, ¡hay que darle lugar a otras formas de uniones!
¿Un pájaro, para ti qué es? ¿Crees que un pajarito macho es macho y una hembra es hembra? Cuando yo era chico mi padre criaba conejos y para mí eran todos iguales pero él reconocía a los machos y a las hembras, y yo pensaba: “¡Cómo sabe mi papá!” Pero era sencillo, los daba vuelta, miraba entre las dos patas y así sabía si era hembra o macho. ¿Tú crees que un conejo es macho, o que una hembra es coneja? Si es así eres inteligente, tienes la razón bien puesta. Sin embargo la razón del hombre lo extravió, ellos cuestionan por qué un hombre tiene que ser hombre, y señalan que si un hombre quiere ser mujer hay que dejarlo. Es como decir que si un cuadrado quiere ser redondo hay que dejarlo que sea así y viceversa. ¡Se enloqueció la razón del hombre! Los hombres se han vuelto como bestias, entonces han re definido todos los conceptos.
¡Si uno no se cuida, esta gente nos confunde! Yo me ando cuidando, confirmándome que soy macho… si los dejo hablar… ¡me pueden convencer que yo puedo ser una mujer!
Cuando una persona no le da gloria a Dios se le trastorna la razón, y cuando uno le da gloria a la razón, se vuelve como bestia. Leamos Romanos 1:18 al 20: “18Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; 19porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 20Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”.
La Biblia señala que Dios se ha dado a conocer a través de las cosas que Él ha hecho y éstas son maravillosas. ¿Has observado a la luna, flotar en la nada? Últimamente no sé dónde tenemos la razón porque no nos interesamos si hay sol o está nublado, no nos enteramos si la noche anterior estuvo estrellada o no porque no estamos acostumbrados a ver la gloria y las maravillas de Dios. Ahora nos enseñan que un niño es un estorbo, es un problema. Las mujeres no tienen miedo a tener sexo, más bien tienen miedo a quedar embarazadas. ¡Perola Bibliadice que un niño es una bendición de Dios! Yo no dejo de alabar a Dios por los niños que asisten a la iglesia y me encanta cuando esos hijos vienen de un matrimonio estable, relacionados con Cristo porque ahí hay esperanza para esos niños.
Es hermoso poder contemplar las obras de Dios, yo me gocé en Él y le di gloria cuando vi a una mujer a la que Dios había tocado y la sanó de los nódulos en sus pechos, ella se tocaba y decía: “¡No están, no están!” ¡Gloria a Dios! ¡Damos honra a Dios! ¡Declaramos la dignidad de Dios, su magnificencia, su poder! ¡Y cuando cantamos, alabamos a Dios, le glorificamos y le exaltamos!
Es que, cuando las personas no valoran lo que Dios hace, cuando no valoras a tu familia, a tu esposa o esposo, cuando no valoras a tus hijos, es una manera de no darle la gloria a Dios, porque Él te ha dado lo mejor de la vida. ¡Lo más duro que le puede pasar a una persona es no reconocer lo que Dios le ha dado!
Algunas personas tienen pastor pero no lo reconocen, tienen iglesia pero se aburren y se cansan de ella; hay esposas que se aburren de sus esposos y lo detestan, lo mismo sucede con algunos esposos. ¡El pastor que tienes te lo ha dado Dios, dale la gloria a Él por el pastor que te ha dado! Dios te ha dado la iglesia que tienes, ¡no la desprecies! ¡No desprecies a los líderes que Dios te ha dado! ¡No desprecies la vida que Dios te ha dado! ¡No desprecies la familia en Cristo que Dios te ha dado!
Dice la Bibliaque la ira Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia del hombre que detiene con injusticia la verdad. Continúa diciendo este pasaje de Romanos: “21Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido” (Romanos 1:21). Estos actuaron igual que Nabucodonosor. ¡Ni le dieron gracias! No le dijeron: “¡Gracias Dios por la mujer que me has dado!” En cambio dicen: “Dios, ¿dónde puedo encontrar otra? ¡No me gusta la que me has dado!” “¡No me gusta la iglesia, me aburrió!” “¡Me aburrí del pastor, los hermanos también me aburrieron!” ¡No valoran lo que Dios les ha dado! Pero esas cosas te pasan cuando tu cabeza funciona mal; cuando ésta comienza a funcionar mal, sientes que servir a Dios es una carga, una opresión, no estás agradecido. En otro tiempo decías: “¡Estoy en un lugar de privilegio!” Hoy sientes que es un asco y quieres otro lugar mejor. “Los hermanos me aburren, mis hijos me cansan y a mi esposa la detesto”. ¡Lo que Dios te ha dado te resulta pesado y lo rechazas!
¡Empezaron a razonar mal porque no le dieron gloria a Dios, ni le dieron gracias! Dios es digno de ser alabado no solamente cuando me va bien. Si te da algo, Él merece toda la gloria y si no te da igualmente merece toda la gloria. ¡Glorifica a Dios y evita que tu corazón se vuelva como el corazón de una bestia!
Romanos 1:22 y 23 continúa diciendo: “22Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles”. No le dieron la gloria a Dios y se la dieron a los cuadrúpedos y al hombre, comenzaron a darle gloria a las cosas creadas por el hombre. Hoy en día admiramos un barco o un avión fabricado por el hombre; leí una noticia de un misil que han hecho en Estados Unidos que en media hora llega a cuatro mil kilómetros de distancia y pega en el blanco. Miramos esas cosas y decimos: “¡Qué maravilla!” Glorifican al hombre; y como no le quisieron dar la gloria a Dios se envanecieron en sus propios razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Conozco abuelas que nunca le han dado la gloria a Dios pero cuando han nacido sus nietos le dan la gloria a ellos: “¡Hay que divino mi nieto!” “¡Yo lo adoro a mi nieto!” Hasta dejan de asistir a la iglesia por cuidarlos. No es cualquier cosa darle o no darle gloria a Dios.
Sigue diciendo Romanos 1:23 al 26: “23y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. 24Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. 26Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza…” Y preguntan: “¿Qué tiene de malo esto o aquello?” ¡Su necio corazón fue entenebrecido!
He leído información de un cáncer que se desarrolla en la boca y que tiene relación directa con el sexo oral y que se está multiplicando grandemente en el mundo. Su necio corazón se entenebreció, cambiaron el uso natural, ¿por qué? Porque Dios los entregó a sus mentes reprobadas, y sus razonamientos de hicieron estúpidos.
Qué lindo es saber lo que nos cuenta la palabra de Dios, que, después que se cumplió el tiempo, Nabucodonosor alzó los ojos al cielo y en el momento, su razón le fue devuelta. Cuántas cosas que no entiendes las entenderás cuando entres en la presencia de Dios y cuando le des la gloria a Él. El Salmo 73: 1 al 9 dice: 1 Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para con los limpios de corazón. 2 En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. 3Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos. 4 Porque no tienen congojas por su muerte, Pues su vigor está entero. 5 No pasan trabajos como los otros mortales, Ni son azotados como los demás hombres. 6 Por tanto, la soberbia los corona; Se cubren de vestido de violencia. 7 Los ojos se les saltan de gordura; Logran con creces los antojos del corazón. 8 Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con altanería. 9 Ponen su boca contra el cielo, Y su lengua pasea la tierra”. Y continúa diciendo los versículos 12 y 13: 12 He aquí estos impíos, Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas. 13 Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, Y lavado mis manos en inocencia…” Alguna vez has dicho: “¿De qué me sirve haber sido bueno? O: ¡Esto me pasa por haber sido bueno!” El salmista está diciendo lo mismo, ve la maldad y se queja, ve que los soberbios van para arriba, son prosperados, tienen riquezas y él no tiene nada. Sigue diciendo el salmista: “21 Se llenó de amargura mi alma, Y en mi corazón sentía punzadas. 22 Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti. 23 Con todo, yo siempre estuve contigo; Me tomaste de la mano derecha. 24 Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria. 25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra” (Salmo 73:21 al 25).
Observemos también lo que dice el salmista en los versículos 16 al 20 del mismo capítulo 73: “16 Cuando pensé para saber esto, Fue duro trabajo para mí, 17 Hasta que entrando en el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos. 18 Ciertamente los has puesto en deslizaderos; En asolamientos los harás caer. 19 ¡Cómo han sido asolados de repente! Perecieron, se consumieron de terrores. 20 Como sueño del que despierta, Así, Señor, cuando despertares, menospreciarás su apariencia”.
Traducido al lenguaje actual, el salmista está diciendo: “Cuando quise hacer uso de mi razón. Pero, la pura verdad no es que están prosperando. Mas yo no entendía, fui un necio, una necia, mis razonamientos no me ayudaron, pero cuando entré al santuario de Dios comprendí el fin de ellos. Cuando entré a adorar a Dios y a glorificarle, comprendí que la cosa no era como yo la veía. ¡Dios me ha mostrado cómo es exactamente todo! Ciertamente los has puesto en desfiladeros, se van a hundir, están en un tobogán cuesta abajo y no se podrán levantar, ahora veo claramente que no van para arriba sino hacia abajo”.
¿Será importante o no glorificar a Dios? ¡Mientras más glorifico a Dios, mejor funciona mi mente! Si le doy la gloria, Él me devuelve la razón. ¿Qué tan importante es para ti darle gracias a Dios por todo y en todo? Dice su palabra que a los que a Dios aman, en todas las cosas les ayuda a bien, por lo tanto, en todas las cosas, tú le puedes dar gloria a Dios, porque eso que se levantó para mal en tu vida, ¡Dios lo va a usar para bien! Por lo tanto di: “¡Gloria a Dios! y ¡Gracias a Dios!”
Algunos en lugar de darle alabanzas a Dios, le dan quejabanzas: “¡Porque mi hijo…porque mi marido!” Le respondí a una mujer: “¡Deja de mirar a tu hijo como está ahora y comienza a mirar lo que Dios va a hacer con él! ¿Cómo lo ves?” Y ella me responde: “Lo veo en la iglesia sirviendo a Dios” ¡Entonces sigue viendo eso, cree lo que ves y dale gloria a Dios! ¡Deja de llorar y de quejarte! Visualiza por la fe el fin de la guerra que tienes porque ese fin es glorioso si es que permaneces en la fe y si le das la gloria a Dios y le dices con toda confianza: “Tú eres mi Señor, toma mi vida, mi familia, mis problemas. Tú eres digno, eres el Dios de gloria, yo descanso en ti, mi alma espera en ti. Me acostaré y dormiré en paz porque tú eres mi Dios. Te doy a ti toda gloria Señor.” ¡Decide que no vas a llorar más sino que vas a creer en Él, decide darle la gloria y entrando en su santuario podrás entender el fin de todo!
Si tienes guerras, cargas difíciles de llevar pero decides hoy entregárselas a Jesús y darle a Él toda la gloria, dile al Señor: “¡Gracias Dios! Yo te doy toda gloria, declaro que tú eres maravilloso y tus obras son gloriosas. Devuélveme la visión, devuélveme la razón, te lo pido en el nombre de Jesús, amén”.
ANEXOS: