DIOS DA VIDA A MIS HUESOS SECOS - Misión Vida para las Naciones

Av. 8 de octubre 2335

Montevideo

WhatsApp:(+598) 095333330

MENSAJES DEL CIELO

DIOS DA VIDA A MIS HUESOS SECOS

INTRODUCCIÓN

El apóstol Pablo les dice a los efesios: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados” (Efesios 2:1) Cuando habla de delitos y pecados no se refiere necesariamente al robo o al crimen. Habla de falta de luz. Quien no tiene luz anda por caminos que no son los caminos de Dios. Estar muerto significa que está inactivo, no camina y no respira.

Dijo el apóstol Pablo: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia”. Se trata entonces de haber andado en otro tiempo siguiendo la corriente de este mundo.

Me alarma cuando algunas niñas de la Iglesia se ponen determinadas cosas o se pintan de determinada manera diciendo que es la moda. ¡Cuidadito con la moda queridos! Cuidadito con contemporizar con las frases y las cosas que se dicen en este mundo porque el mundo ha enloquecido. Se dice que en Chile quieren prohibir la pesca artesanal, porque los peces sufren y son individuos que sienten; y entonces quieren castigar con cárcel a los pescadores. Los mismos que no tienen ningún problema en que la madre mate a su hijo en el vientre. Una declaración tan horrible y tan triste, que ha salido por muchísimos lugares de prensa en todo el mundo, dice que los pescados se divierten y que juegan al fútbol. ¡El hombre está desquiciado! Pídele a Jesús que te libre de la locura del mundo.

Entonces, en eso anduvisteis en otros tiempos siguiendo la corriente de este mundo conforme al príncipe de la potestad del aire, el cual es satanás; el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. Y sigue diciendo: “entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás”. No está diciendo aquí de matar a alguien, sino del desvío que significa seguir la corriente de los deseos de la carne. Un deseo es algo tuyo. Si obedeces a los deseos que surgen dentro de ti y a los pensamientos que aparecen de repente, estás en camino de muerte. En otro tiempo tú estabas en esos caminos haciendo los deseos de la carne y espero que puedas entender que es muy sutil esto.

Siempre pongo el ejemplo de la joven que se enamora de un muchacho que no le conviene, pero es el deseo de su carne y quiere torcerle el brazo a Dios, entonces, es capaz de irse de su casa y escapar con el muchacho porque según ella los padres están en su contra, la iglesia y todo el mundo están en su contra. Y así como el deseo de estar con la persona que decimos amar a pesar de que no nos conviene, está el deseo de concretar determinado negocio, el deseo de irse a vivir a otro país, etc. Esos son los caminos de muerte que menciona el apóstol Pablo en Efesios 2. Por supuesto que matar a alguien está incluido, o robar. Y el apóstol Pablo dice que esos deseos están en los pensamientos de muchos creyentes. No se ofendan, pero hay creyentes que tienen cara de creyentes pero que no caminan en la voluntad de Dios.

              EL VALLE DE LOS HUESOS SECOS

El poder de la Iglesia que se está manifestando y está creciendo no será sobre aquellos que caminan en sus propios deseos y pensamientos sino sobre aquellos que se niegan a sí mismos y se ponen en las manos de Dios para que Él haga lo que quiera. Solamente dentro de su voluntad está la revelación. Dios está preparando una iglesia que no estará distraída, sino que estará enfocada en hacer su voluntad. Y Dios que es rico en misericordia por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados nos dio vida juntamente con Cristo. Él nos busca en ese lugar donde nosotros estamos encaprichados, encerrados y muertos en nuestros delitos y pecados porque no conocemos la voz de Dios, e ignoramos su voluntad. Dios tiene un propósito para cada uno, y quiere que tú hagas algo que es para ti y para nadie más. Entonces, o lo haces o te revelas, tú decides. La evidencia de que eres cristiano es que haces cosas sobrenaturales. No pienses que eres cristiano porque Dios te ha bendecido con un auto, una casa y una familia. ¡No! Eso también lo tienen los hijos del diablo que se van al infierno. Los hechos hablan del poder que opera en el creyente. Cuando un creyente habla, cosas sobrenaturales suceden. Cuando tú vives apegado a las necesidades de todos los días, la leche, el pan, el trabajo, los nenes, el cónyuge; andas distraído y no haces la voluntad de Dios. “Pastor, cuando esté libre tomamos unos mates”, me dicen. Yo no estoy libre, la mayor parte del día estoy trabajando en la obra de Dios. Los creyentes no tenemos tiempo libre; todo nuestro tiempo es de Dios. Nuestro cónyuge es de Dios, nuestros hijos, nuestra casa, nuestro dinero, todo es de Dios; y todo está consagrado a Él. Eso no quiere decir que no tenemos derecho a descansar. Sí que podemos descansar; pero confundimos el descansar con tener tiempo ocioso.

Sucedió, en tiempos del profeta Ezequiel, que el Espíritu de Dios dejó el templo y dejó la nación porque ellos estaban empecinados en caminar en sus propios caminos y en hacer lo que bien les parecía. En un momento, Dios le mostró a Ezequiel un valle. El título en la Biblia es: “El valle de los huesos secos”. Así leemos en Ezequiel 37:1 y 2: “La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera”.

Recordemos que el apóstol Pablo nos habla en Efesios de los caminos en los que nosotros andábamos, y que estando nosotros aún muertos en nuestros delitos y en nuestros pecados el Señor nos buscó y nos dio palabra que penetró en nosotros y nos dio vida. En la palabra está el poder. ¿Qué significa que están secos en gran manera? No se podía esperar que respiraran, que se movieran o hablaran; nada. Pero yo saqué de esto otra conclusión y es que, el hecho de que hay huesos significa que ahí, en algún momento hubo vida. Alguien que conoció el evangelio, alguien que estuvo encantado de abrazar a los hermanos, de bendecirlos, de asistir a la iglesia, de traer ofrendas. Mucha gente en algún momento experimentó la vida, en algún momento su corazón se encendió con el poder y el fuego de la palabra de Dios. Nosotros hemos predicado el evangelio en tantos lugares; yo había ido a echar combustible a una estación de servicio y tres empleados de la estación se me acercaron; “Apóstol Márquez, ¿cómo le va? ¡Dios le bendiga! ¿Se acuerda de mí?” Yo no me acordaba. Tres personas que no iban a la iglesia. En algún momento asistían, cantaban, oraban, pero ya no. ¿Por qué no estás yendo a la iglesia?, le pregunté a uno. A lo que me respondió: “Y, usted ha visto el trabajo no me lo permite”. ¿A tal punto se enseñorea de ti el trabajo como para que le desobedezcas a Dios? ¿Cómo vas a decir que las circunstancias no te dejan? Alguien dice: “Cuando voy a orar hay algo que no me deja”, o, “Me propongo ir a la iglesia, pero hay algo que no me deja”. De eso se trata lo de los huesos secos. No tienen ni siquiera conciencia que están perdidos en estado de muerte, en sus delitos y pecados, porque están dedicados a lo que se dedica a cualquier pecador; a trabajar, a ganar dinero, a comer, a tener hijos y morir.

Muchos son los que asisten a la iglesia, pero no están interesados por el reino de Dios, sino en ver qué les va a dar Dios. Vamos a la iglesia por causa de nuestras necesidades, pero no para decirle a Dios, cuenta conmigo Señor. Voy a seguir insistiéndote, necesitas consagrarte a Dios. Suelta ya tus deseos; suelta tus planes y las cosas que te atan. No le pongas más excusas a Dios. Después dices: “¿Por qué a otros Dios les da y a mí no me da?” ¿Por qué otros sienten a Dios y yo no siento nada?” ¡No te compares con nadie! ¡Hoy Dios quiere resucitar huesos secos!

ABRE TU BOCA Y PROFETIZA

Otro dato que me llamó la atención es lo que leemos en Ezequiel 37:3 cuando Dios le pregunta al profeta: “Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos?” y entonces, él responde: “Señor tú lo sabes”. El versículo 4 dice: “Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová”. Me llama la atención que Dios no habla con los huesos. No vino una voz del cielo para hablarles y tampoco mandó ángeles; porque Él ha decidido que son hombres y mujeres de Dios los que le van a hablar a los huesos secos. Los portadores de la luz somos nosotros, la iglesia de Jesucristo; y fuera de ésta no hay luz. Hay solo engaño y mentira. La iglesia es el granero donde Dios guarda la semilla que es su palabra y es columna y baluarte de la verdad.

Te quiero hacer entender que Dios ha puesto sobre nosotros la carga de hablar palabra de Jehová para generar vida, y Ezequiel no habló por su cuenta, sino que habló palabra de Jehová. Te recuerdo que cuando un creyente habla, cosas sobrenaturales suceden. Hoy Dios te está hablando a través de un hombre que dice: “Huesos secos, oigan palabra de Jehová”.

Me llama la atención que los huesos no tienen oídos, sin embargo, oyen palabra de Jehová que viene de parte de su siervo. Dice la Palabra de Dios que Él ha puesto en la iglesia primeramente apóstoles, evangelistas, profetas, pastores y maestros para la edificación de los hermanos. Como señala la Biblia en Efesios 4:13: “…hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.

Dios toma hombres con defectos como yo para hablar palabra de Jehová. ¡Bienaventurados los que tiemblan a la palabra de Jehová que sale de la boca de los pastores! Pídele a Dios que te hable y no cierres tus oídos cuando predica uno que no te gusta. Dios te puede hablar a través de cualquier instrumento que Él quiera usar. Una noche, me llamó desde Córdoba, Argentina, el que fue mi pastor, y entonces me dijo: “Jorgito, ¿cómo estas, hijo querido? Te veo en la televisión y escucho los mensajes, y le doy gracias a Dios por lo que estás haciendo”. Yo le dije: “Pastor tenemos más de 20 iglesias que salieron de tus lomos. Vos me dijiste que yo iba a ser pastor, y hoy yo estoy llevando el mensaje del Señor”. Dios quiere que te arrepientas de caminar en tus propios caminos, y quiere que dejes de ser hueso seco. Él me ha mandado a decir: “¡Huesos secos oigan palabra de Jehová!

Se acerca la venida de Cristo y la iglesia que espera a Jesús no puede estar distraída”. Jesús no va a llevar a las distraídas que no tienen el aceite, esas son las que no tienen el poder de Dios adentro. El aceite es tipo del Espíritu Santo y Él quiere poner fuego en ti y quiere llenarte hoy. Ezequiel escribió: “Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová. Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso” (Ezequiel 37:4 al 7).

Cuando tú hablas tiene que haber ruido, cosas sobrenaturales suceden. Y continúa diciendo el profeta: “Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu”. Hay cristianos que tienen huesos, tienen carne, tienen tendones y piel, pero no hay espíritu en ellos. Después de la profecía los huesos seguían muertos, no había vida en ellos. Estos son los que parece que son, pero no son. Son los que siguen las normas cristianas, los principios cristianos, los valores cristianos, pero la palabra viva de Dios no está en ellos; y la palabra viva es la que tiene que salir de la boca de los que están vivos. Tengo que estar convencido que el Espíritu Santo me está empujando a predicar; tengo que predicar con fe y con unción, porque eso es lo que Dios quiere de mí, que su palabra llegue a tu corazón. Por sobre todo que sea palabra de Jehová. No tienes que analizar mis mensajes, no tienes que especular o razonar acerca de lo que yo predico. Tú tienes que escuchar atentamente la voz de Dios y creer. Tienes que orar por mí y no andar comentando acerca de que si estuvo bueno o malo el mensaje. Dios hoy quiere llenar con su Espíritu Santo a la Iglesia. ¡Dios quiere levantar vidas que están muertas!

Es triste decirlo, pero hay muchos creyentes que viven en inseguridades, tienen temor de tomar decisiones, luego toman decisiones y se arrepienten de haberlas tomado. Se casan y se arrepienten de haberse casado; juran, prometen delante de Dios y después les parece cosa liviana separarse. He conversado con un matrimonio. ¡Qué felicidad cuando se casaron! Pasaron dos años de esto, y de pronto me los encuentro; entonces ella me dice: “Él ya no es el mismo, yo no quiero vivir con él, me trata mal”. Entonces le pregunto a él qué pasó y me dice: “Lo que pasa es que ella ya no es la misma”. Consideraron cosa fácil haber prometido amor y fidelidad delante de Dios y el Señor detesta eso. Que tú sí sea así y que tú no sea no; si has dicho que vas a amar, ama y no retrocedas.

Yo crecí en el evangelio y era diácono de la Iglesia, pero nunca hacía lo que Dios quería. Yo tenía montones de planes, todos relacionados a la Iglesia. Pero un día Dios me dijo: “No te hagas maestro porque tú condenación va a ser mayor. No me sirve nada lo que has enseñado”. Y yo había enseñado toda la vida con la Biblia en la mano. Si uno no busca a Dios de corazón, si uno no ama a Dios, es fácil caer en la religiosidad en cuanto al uso de su palabra, la cual predicamos por medio de nuestra inteligencia o nuestro intelecto, pero no bajo el poder del Espíritu Santo. Dice la palabra de Dios que no había espíritu, entonces subió la carne, subieron los tendones, se unieron los huesos, cada uno con su hueso y piel los cubrió; pero no había espíritu.

A continuación, leemos en Ezequiel 37:9 en adelante: “Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo”. Qué extraordinario que Dios lo llame al profeta y le diga, “habla en mi nombre, vas a ver lo que vas a pasar si abrís tu boca en mi nombre”.

CONCLUSIÓN

Predica en el nombre de Jehová, vas a ver que los muertos se van a levantar. Esta profecía de Ezequiel se tiene que cumplir hoy en tu vida. Esta profecía está dirigida específicamente al pueblo de Israel. Dijo Jesús: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! He aquí vuestra casa os es dejada desierta. Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor” (Mateo 23:37 al 39).

Han pasado más de dos mil años desde que Jesús habló estas palabras. El Espíritu se fue y el pueblo de Israel quedó muerto, dispersado por todas las naciones, siendo perseguidos, amenazados, matados; y en estos días se está levantando como nunca el antisemitismo. Se han levantado fuerzas que odian a Israel. Hasta el día de hoy ellos creen que Jesús es un farsante y enseñan que es un mentiroso. No han querido creer en el Mesías y están a punto de creer en el anti-Mesías, un gobernante mundial que se va a levantar; un gobierno mundial que está profetizado en el libro de Daniel, en el libro de Apocalipsis y en otros libros de la Biblia.

Pero llegado el fin del tiempo en el que el evangelio se iba a predicar a los gentiles, es decir, a las naciones, Dios profetiza que va a resucitar a Israel y que lo va a hacer nacer en un solo día. Y esto se ha cumplido el 15 de mayo de 1948 cuando se declaró la independencia de Israel y nació una nación en un solo día por la Palabra de Dios. Y esta profecía tiene cumplimiento sobre los creyentes que se han alejado de Dios. Algunos saben que se han alejados, pero no saben cómo volver. Hoy van a escuchar esta voz, van a escuchar esta prédica a través de la radio, a través los líderes y pastores, y van a decir: “Tengo que volver ahora, me voy a levantar”. El Señor habla ahora a los que están muertos, pero presentes, a los que no les sale una oración, a los que no les sale un testimonio, una predicación, a los que les da lo mismo que sus amigos o compañeros de trabajo o de clase se vayan al infierno porque no hay compasión en ellos. El amor de Dios tiene que penetrar en tu corazón ahora. Tiene que venir a tu corazón compasión por los que están presos y enfermos, por los que están al borde de la muerte y se van al infierno. Se va pudriendo poco a poco el mundo y tú no tiemblas por los que se van al infierno. ¡El Espíritu Santo quiere llenarte hoy! El gran olvidado de la Iglesia es el Espíritu Santo. Estamos llenos de argumentos, de pensamientos y de proyectos, pero no es el Espíritu Santo el que alumbra nuestros pasos. El Señor quiere ser la luz que alumbra tu camino. La misericordia de la Iglesia va a salvar en este último tiempo a muchas personas perdidas al hablar palabra de Jehová, por el obrar de su Espíritu Santo.

MENSAJES

MISIÓN

VIDA

PARA LAS NACIONES

Av. 8 de octubre 2335

Montevideo, Uruguay

WhatsApp: (+598) 095 333 330

email: info@misionvida.org

twitter: misionvidauy

facebook: iglesiamisionvida

Diseño: VerakaWeb