Av. 8 de octubre 2335
Montevideo
WhatsApp:(+598) 095333330
Leamos Jeremías 1:4-10: “4Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: 5Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. 6Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. 7Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. 8No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. 9Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. 10Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar”.
Lo que más me llama la atención de este pasaje, es que Dios llamó a un niño y le dijo: “Te he puesto sobre naciones”. ¡Que impresionante que es Dios! Dios me ha mostrado cómo El tiene proyectos que nosotros no alcanzamos a vislumbrar. Cuando vemos un niño, capaz que vemos a un incordio, una cosa muy molesta y no tenemos una visión como la que Dios tiene, quien le dijo a Jeremías: “Antes que te formase en el vientre de tu madre te conocí…” Cuando Dios se propuso levantar a un Abraham Lincoln comenzó por un embrión, por una célula, y se tomó su tiempo. Los tiempos de Dios no son nuestros tiempos; quizás si yo fuese Dios, diría: “¡Sea un Abraham Lincoln!” …porque quiero ganar tiempo… pero Dios no es así, Dios tiene sus tiempos y tiene un proyecto en cada embrión. Me deja azorado pensar esto, que Dios tiene un proyecto con cada uno de nosotros desde el vientre de nuestra madre. Un hombre grande, es grande delante de Dios antes de serlo, un hombre es grande en los ojos de Dios, desde el vientre de su madre.
Un niño, más que un niño, es un proyecto y una visión de Dios para bendición. Dios nos ha puesto para preservación de los niños porque El tiene proyectos importantísimos con ellos. En un campamento de niños, a los 8 años, yo le entregué mi corazón a Cristo, pero en este año Dios me recordó que fui a ese campamento gracias a una beca de un tío. Mi papá no me podía pagar el campamento, así que un tío fue quien me lo pagó. Mi tío no sabía cuáles eran los proyectos de Dios para mi vida, pero El si los sabía. Mi tío tenía una mente, una visión pequeña y sólo pensaba hacerle un favor a un sobrino, pensaba que le iba a dar a un sobrino una hermosa oportunidad de pasar unos lindos días en un campamento o quizás pensaba que era una buena oportunidad para que yo descanse de la escuela y me divierta, pensó que me haría feliz, pero Dios tenia otros planes, tenia un proyecto de apóstol y puso mi vida en las manos de un maestro que me marcó, porque pasando los años, me doy cuenta que Dios tenia un proyecto importante con mi vida y ha usado a unos y a otros para ir formándome.
Dios ha puesto en mi corazón el hecho que El ha puesto en nuestras manos niños para que los marquemos. Ellos se van formando con las actitudes de los más grandes; con nuestro aliento, ellos se alientan y con el negativismo que ponemos sobre sus hombros, se vuelven negativos, con el valor que les damos, se sienten valorados, y cuando los frenamos o los rechazamos, ellos se sienten aturdidos. Los niños van viendo acá y allá y van sintiendo que son mucha cosa o nada en base al alimento que le damos, que son nuestras actitudes y nuestra forma de ser, estamos formando criminales o héroes. Dios ha puesto en mi corazón que El quiere que la iglesia rescate niños, que preserve la niñez, y no solamente preservar la niñez de la muerte física sino de una muerte en vida. ¡El tiene proyectos importantes con esta tierra! ¡Aunque sea una nación pequeña es un embrión de Dios!
Dios me hizo ver ciertos pasajes bíblicos, como por ejemplo, aquel que describe cuando el Faraón ordenó que los padres tiraran a sus hijos al río; pero los padres de Moisés tuvieron otra visión y decidieron preservar la vida de ese niño. (Éxodo capítulos 1 y 2) Y a ese niño Dios lo usó como el libertador de una nación que Dios estaba gestando dentro de un imperio. ¡Dios estaba haciendo una nación con un grupo de esclavos! Y me hizo recorrer otros pasajes, como por ejemplo, cuando Ana dijo: “27Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. 28Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová.” (1ª Samuel 1:27-28). Y esa mujer trajo al mundo uno de los más grandes profetas del antiguo testamento. Dios me mostró como bendijo a Israel a causa de gente que teniendo temor de Dios preservó la vida de los niños. Israel era un pueblo de esclavos, no tenían futuro, vivían sólo para hacer ladrillos para el Faraón y como retribución sólo recibían la comida necesaria para poder hacer más ladrillos; no tenían expectativas de prosperidad, no podían decir:”Si hago más ladrillos me pagarán más”. Todo lo que tenían era el pan de cada día. Así que ellos tenían más que nosotros para decir: “¿Para qué voy a traer un niño al mundo? ¿Para hacerlo sufrir? ¿Qué perspectiva tiene un niño que viene al mundo? ¡Será un esclavo!” Toda la proyección y la visión de su vida era pisar barro y hacer ladrillos, sin embargo, la Biblia dice que las parteras de los hebreos tuvieron temor de Jehová y no tuvieron temor del Faraón. La Biblia enseña que los hijos son una bendición; y los israelitas, a pesar de ser esclavos, habían crecido mucho y Faraón comenzó a temer. Aunque una nación sea pobre, si tiene una población grande, es una población importante, o sino pregúntenle a los chinos. Los países ricos no le tienen miedo a Uruguay, porque tiene pocos habitantes, y aunque China tenga muchos chinos pobres y miserables, los países ricos “le hacen la venia” a la China y lo mismo sucede con la India, porque es un principio bíblico, que la multiplicación trae bendición.
Los hebreos pues, tenían muchos hijos, no les importaba si eran esclavos. Entonces el Faraón pidió a las parteras hebreas que maten a los niños varones de los hebreos, pero ellas, dice la Biblia, tuvieron temor de Jehová y le preservaron la vida a los niños y por causa de haber temido a Jehová, Él las bendijo y prosperó sus familias. Uruguay debe preservar la vida de sus hijos y no solamente debemos preservar su vida sino su crianza y su formación. El campamento del cual yo provengo, era un campamento muy pequeño pero Dios tenía un apóstol allí y Dios había puesto la vida de ese niño en las manos de maestros simples. ¡Este país tiene que cambiar! Cada niño es un proyecto de Dios. Antes que Jeremías fuese un embrión, Dios dijo: “Es profeta” y lo puso sobre naciones: No hay que llegar a grande para ser grande; Dios ya tiene proyectos de grandeza con los niños. Estamos en un tiempo en que Dios nos está desafiando a cosas locas. Hoy confieso que Dios tiene profetas, apóstoles, pastores, profesionales para transformar Uruguay. Dios tiene propósitos con tu vida, que hermoso que es saber que Dios tiene propósitos con mi vida, que no soy un desecho para Dios, qué hermoso saber que tengo un altísimo valor delante de Dios.
¡Algo va a pasar en Uruguay este año! ¡La iglesia de Jesucristo se va a levantar! La iglesia es la esperanza de la nación, es la institución humana que Dios ha escogido para bendición, no hay bendición sin iglesia. ¡Tú eres parte de la iglesia! Somos un pueblo especial y escogido por Dios para preservar la niñez y la juventud de esta tierra. Ellos no vivirán en el mismo Uruguay que nosotros vivimos porque estamos proveyendo para ellos un Uruguay diferente. ¡Cambia la perspectiva de tu vida! Cosas maravillosas Dios va a mostrar en este tiempo en tu vida.
Al niño hay que valorarlo, debe ser tratado como persona; las actitudes de los mayores tienen que hacer que los niños se sientan valorados y desafiados. Los niños tienen que tener límites pero los mayores tienen que tener sabiduría de cómo poner esos límites para no exasperarlos o no aplastarlos anímicamente o psicológicamente. No estamos para ordenarles la vida sino para ser una influencia positiva y hacer que ellos tomen decisiones propias y se vayan encaminando por la vida. Tenemos que sembrar en ellos los valores que sean las columnas que sostienen su carácter. Me maravilla pensar que uno de esos niños a los que he marcado, sea presidente de la nación y diga algún día: “¡Que desafiado que me sentí con el pastor Márquez! A la edad de 8 años decidí que iba a ser presidente”. Lo que más me gusta es que cuando le preguntamos a los niños qué quieren ser cuando sean grandes, responden: “Quiero ser pastor”. ¡Me maravilla! Los niños buscan modelos en la vida, y cuando ven alguien que les impacta, desean ser como ellos. ¡Qué bueno que no les impacte Tarzán!
No solamente tenemos que tratar bien a los niños, ese no es el objetivo, es el medio para llegar al objetivo; un niño que se siente desafiado, amado, valorado, es un niño que está dispuesto a enfrentar la vida y lograr grandes cosas. Los niños son tan frágiles… algunos de ellos les pegas un grito y ya no quieren hablar contigo. Algunos te molestan porque tienes cosas importantes que hacer, entonces se van y buscan modelos… como el padre no les da importancia, la televisión se interesa por ellos. ¡Que tú seas el “Tarzán” de un niño y que él diga: “Yo quiero ser como esa persona”. ¡Seamos como las parteras de los hebreos! No le temamos al hombre, temámosle a Jehová y preservemos la vida de los niños. Dios quiere grandes cosas contigo. “Instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6). Podrá luego recibir mil mensajes negativos, pero ese mensaje de esperanza que recibió durante su niñez lo acompañará siempre.
¡Tú eres la bendición que Dios tiene preparada para Uruguay! Pídele a Dios que te haga como Abraham, a quien Dios le dijo: “Te bendeciré y serás bendición” (Génesis 22:16-18). Este año, si tú crees, recibirás por la fe, la respuesta a esta oración: No solamente serás bendecido sino también serás bendición, Dios quiere usarte como canal de bendición. No ha podido el hombre llegar a ser la medida de todas las cosas, porque Dios es la medida de todas las cosas. Veremos cosas sorprendentes, porque Dios hará descender su reino sobre tu vida; si le crees hoy a Dios, te sorprenderás en este año cuánto vas a bendecir, y dirás: Como es posible que Dios haga esto conmigo. No digas soy poca cosa, eres un proyecto de Dios. No mires tu debilidad, sino la grandeza, la misericordia y la gracia de tu Dios. Es por su gloria y por su nombre que transformará esta tierra. Creer significa no tomar en cuenta mi pequeñez sino la grandeza del Dios que me llama.
No eres poca cosa, eres como la vara de madera en las manos de Moisés. ¡Tú eres una vara en las manos de Dios! No se puede hacer mucha cosa con una vara a menos que esté en las manos de Dios. No importa lo que estés viviendo, Dios quiere hacerte un instrumento para bendición. Eres una pieza importante en el plan de Dios, É te escogió para formar parte de su ejército; quizás nunca lograste grandes cosas, quizás nunca cubriste objetivos, fracasaste en tu matrimonio, en tu profesión… ¡Dios es especialista en levantar fracasados! Dios hoy te dice: “Dame lo que tienes, para mi es suficiente”. ¿Qué tienes en tu mano? En las manos de Dios no es poca cosa. Dios quiere contar hoy con lo que tu tienes; tu decides si vale la pena o no; Moisés aceptó el desafío de Dios y se fue a Egipto con esa vara y con ella hizo milagros portentosos. Que hoy Dios te haga entender que eres una pieza importante y que lo poco que tienes es importante en sus manos.
Si quieres ser ese instrumento que Dios anhela, haz esta oración ahora mismo:
“Padre querido, vengo a ti para recibir la oportunidad que tienes para mí. He vivido lejos de ti, fabricando mis propios planes y proyectos, pero hoy los dejo de lado y tomo los tuyos; creo que tus caminos son más altos que los míos y tus proyectos más altos e importantes que los míos. Perdóname Señor, por haberme apartado de tus planes, limpia mi vida, limpia mi corazón,
ANEXOS: