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Muchas veces, las nubes de responsabilidades y las circunstancias que vivimos a diario, nos impiden ver con claridad las maravillas que Dios ha creado especialmente para nosotros; el ser agradecido nos abrirá puertas de bendición, nos otorgará el favor de Dios y asimismo, nos ahorrará cientos de enfermedades. ¿Te has detenido a contemplar una flor, el firmamento, o aún tu propio cuerpo? ¡La obra de Dios se refleja en toda la creación! El tener un corazón agradecido trasformará tu vida completamente, te hará una persona feliz y victoriosa en todas las áreas de tu vida.
Analicemos el Salmo 92, versículos 5 al 12: “¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos. 6 El hombre necio no sabe, Y el insensato no entiende esto. 7 Cuando brotan los impíos como la hierba, Y florecen todos los que hacen iniquidad, Es para ser destruidos eternamente. 8Mas tú, Jehová, para siempre eres Altísimo. 9 Porque he aquí tus enemigos, oh Jehová, Porque he aquí, perecerán tus enemigos; Serán esparcidos todos los que hacen maldad. 10 Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; Seré ungido con aceite fresco. 11 Y mirarán mis ojos sobre mis enemigos; Oirán mis oídos de los que se levantaron contra mí, de los malignos. 12 El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano”.
El hombre no ha podido descubrir todavía, cuál es el elemento más pequeño de la materia; hace algunas décadas atrás se creía que era el átomo, que tenía un núcleo, un protón, un neutrón y un electrón a su alrededor. Hoy sabemos que un átomo posee alrededor de 256 elementos y aún se siguen descubriendo más elementos de él; el microcosmos es un mundo en exploración, las partículas más diminutas son tan pequeñas que ni el microscopio más potente puede llegar a descubrir lo que hay en ese universo tan pequeño. Y cuando observamos el macrocosmos también nos quedamos sorprendidos porque ni yendo con un cohete a Marte junto con un enorme telescopio, podremos conocer cuáles son los límites del universo. ¡Cuán grandes son tus obras oh Jehová!
La última vez que fui a Ecuador a predicar, el avión en el que volaba pasó por arriba de la cordillera y fue maravilloso observar el paisaje que estaba frente a mis ojos. Pude ver un manto de nube que tapaba todo, como si fuera una alfombra blanca; era como un tapiz todo blanco de nubes y en medio de éstas sobresalían dos picos terribles e impresionantes con nieves eternas. Las cordilleras y montañas más altas tienen lo que se llaman las nieves eternas, es decir, nieves que nunca se deshielan, porque están de continuo a baja temperatura, de modo que jamás se derriten. Llega un momento que las montañas son tan altas que se confunden con las nubes y desde el avión el espectáculo era impresionante. ¡Qué grandes y maravillosas son las obras de Dios! ¡Debiéramos vivir deleitándonos nada más que en la creación de Dios, en lo que Él ha hecho!
Una de las cosas que más me agrada de mi esposa es que cualquier flor le causa admiración; ella solita se autoestimula para alabar a Dios por una flor o cualquier otra cosa que ve. ¡Nos ahorraríamos tantas enfermedades con tan sólo alabar la obra de Dios! El rey David decía: “3Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste, Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites?” (Salmo 8:3 y 4)
Cuando hablamos de toda la creación estamos incluyendo a los pajaritos, los peces, las ballenas, las jirafas, el césped, los árboles, las piedras, las montañas, el agua… ¡todo! ¡Toda la creación se sustenta por su palabra! Él ha emitido una palabra que mantiene las cosas donde están. Dios ha puesto los astros y las estrellas que siguen sus rumbos, y se presume que esas rutas que transitan tienen que ver con un equilibrio increíble de atracción y repulsión que ejercen los planetas unos con otros. A pesar de que estamos a una distancia tremenda del sol, éste ejerce una fuerza de atracción y de repulsión que mantiene a la masa de la tierra en determinada órbita alrededor de sí. A mí siempre me gustó jugar con imanes… si pruebas con ellos y tratas de mantener un equilibrio, llega un momento en que se pegan o se repelen, pero Dios no tiene ese problema. Él ha tirado millones de millones de imanes en el universo y entre todos, tiró el sistema solar, puso el sol en el medio, junto con varios planetas a su alrededor y les dio la orden: “Bailen”. Están todos en un sistema de equilibrio inimaginable para la mente humana, pero la Biblia afirma que la palabra de Dios sustenta todas las cosas en perfecta armonía. La vida humana existe de una manera milagrosa: Hay un corazón que está bombeando sangre y manteniendo la vida por medio de cuatro litros de sangre que bombea de continuo. ¿Sabes cuánta sangre bombea a la vuelta de un año el corazón con esos cuatro litros? ¡Alrededor de dos millones de litros! Y hace circular la sangre por todo el organismo llevando oxígeno, sacando gases nocivos y trasladando todas las sustancias que necesitamos para vivir. ¡Nuestro cuerpo posee un equilibrio maravilloso! Tú comes y no sabes todo lo que está sucediendo en tu organismo, éste tiene que desechar algunas cosas que sobran y asimilar otras que faltan. La vida posee una complejidad asombrosa pero la Biblia dice que todo está sustentado por la palabra de Dios.
Hoy tengo que darle gracias a Dios de una manera especial por la vida de mi esposa Marta. Esta tarde me dijo: “Papi, me siento mal… ¡llévame a la urgencia!” Jamás me había pedido llevarla al médico, en determinadas circunstancias me había dejado dicho que fue al médico pero esta tarde me pidió que la acompañe. Recuerdo que todavía pensé: “¡Qué exagerada!” Yo no la veía tan mal… Mientras estábamos esperando que la atiendan, me dice: “Me estoy por desvanecer…” Grité pidiendo auxilio y nos atendió un enfermero que comenzó a tomarle los datos y luego la presión. Repentinamente Marta se desmaya. El enfermero le abre la pupila y pide un médico inmediatamente… ¡Se le había detenido el corazón! Inmediatamente comenzaron a hacerle masajes cardíacos… varios médicos y enfermeros la rodearon con diversos aparatos, le enchufaron varios cables y le pusieron oxígeno. Reaccionó rápidamente pero por unos instantes su corazón se detuvo, dejó de circular la sangre, ¿y qué tenía? ¡Nada! Había tomado una bebida a base de naranja que le provocó una diarrea que la descompensó… pero gracias a Dios ya está fuera de peligro. Este suceso me hizo reflexionar profundamente: ¡Qué frágiles que somos y qué sutil es el equilibrio de la vida! Si Dios dice: “Siga la vida”, ésta sigue, pero si dice: “Me la llevo”, en un instante se la lleva y se va. ¡Qué poco le damos gracias a Dios por la vida! ¿No es un milagro poder ver los distintos colores de la ropa, de las plantas, de los pájaros y del cielo? Una de las cosas que me he dado cuenta, es que “Monte Beraca”, nuestro predio parquizado donde se encuentra uno de nuestros centros de rehabilitación, nunca presenta el mismo cuadro, ¡jamás! Si miras el firmamento, nunca verás lo mismo porque Dios todos los días nos pinta un cielo distinto. A veces las nubes están rojizas, en otro momento están plomizas, a veces son muchas, otras veces son pocas, o hay días en que el cielo no presenta ninguna nube; en otras oportunidades aparecen nubes de dos lugares a la vez y se juntan formando un torbellino lo que resulta luego en tormenta y lluvia. Es maravillosa la creación de Dios y tenemos que reconocer que no estamos acostumbrados a agradecerle a Dios por ella: Ver una oveja recién nacida, ver un niño gritando, un conejito, un ternero que recién abre sus ojos, ver un caballito retozando, es impresionante la creación de Dios y ver también cómo Él nos cuida. Estoy tranquilo porque no es la hora que Marta se vaya pero las cosas que suceden nos hacen reflexionar: ¡Estamos vivos por el gran amor de Dios!
¿Qué hiciste tú para estar vivo? Solamente realizaste cosas para estar muerto y ser condenado sin embargo el gran amor de Dios te mantiene vivo y estable. Gracias a Dios por el don de la vida y por poder disfrutar del amor. ¿Disfrutas del amor o te parece tan cotidiano que no te das cuenta de él? ¿Te acuerdas cuando no podías ni siquiera dormir por la rabia que le tenías a alguien? ¿Te acuerdas de lo que él ha hecho por ti? ¡Debes ser agradecido! ¡Este año les irá bien a los agradecidos! Las obras de Dios son maravillosas y Él debe ser exaltado y reconocido por ellas. Cada pájaro y cada ser humano es un gran milagro de Dios, es increíble la cantidad de amor y ciencia que hay en cada cosa creada. Dios es amor y todo lo que Él ha hecho, lo ha creado por amor; a algunos los mueve el odio, la venganza, a otros la envidia, pero a Dios lo impulsa el amor. ¡Todo lo que Él hace, lo realiza movido por amor porque él es amor! De modo que, por un golpe de amor hizo las nubes, las flores, y todo lo creado y a nosotros también nos hizo por amor, somos el fruto de su amor. ¿Habrá alguno que cree ser el fruto de otra cosa pero no del amor? Tengo buenas noticias: ¡Eres creación de Dios por amor! Él anhela tener muchos hijos, ama a las criaturas, no es abortista, el diablo sí lo es y detesta las criaturas, de modo que no trajo al mundo a ninguna persona de más. A muchos, las circunstancias vividas, o aún personas les han hecho sentir que no debieron venir, que están de más, pero Dios no trajo a ni uno sólo de más. ¡Ojalá pudieras conocer el corazón de Dios! ¿Has observado esas madres que anhelan tener un hijo? Anhelan y desean tener un hijo con locura; antes de nacer ya están buscando el nombre y comienzan a comprar todo lo que el niño necesitará, preparan el dormitorio, y aún algunas madres se tocan el vientre y le hablan al bebé, anhelan y desean esa criatura. ¡Dios es de esa clase de padre! La madre que espera a un bebé de esa manera tiene los mismos sentimientos que Dios, él puso en ese padre y en esa madre ese anhelo santo y ese gozo de recibir un bebé. Hay madres que no se alegran por la llegada de su hijo, pero Dios sí se alegra y dice: “Si su madre no lo recibe, yo lo recibiré, si su padre no lo quiere, no importa, ¡yo lo amo!” Si alguno no tuvo una buena acogida, hoy le doy la bienvenida al planeta tierra en el nombre poderoso de Jehová de los Ejércitos. ¡Bienvenido al planeta tierra! ¡Eres amado, bendecido y deseado de Dios!
Conocer la calidad del corazón de nuestro Dios, conocer sus obras nos llevan a vivir una vida de gratitud, de exaltación y adoración a Él, lo cual produce también comunión con Él. Esta semana encontré en mi computadora un mensaje que me enviaron hace tiempo, que dice así:
“¿No crees que sería bueno hacer un inventario de los bienes que has recibido para así vivir con mayor alegría y optimismo? ¿Por qué llorar mientras voy andando, si otros ríen y no tienen pies? ¿Por qué vivir pensando en el 10 % de las cosas que nos hacen sufrir, y no recordar el 90 % de las cosas que nos sucede bien? Eres una persona humana, y el ser humano es el único animal que puede hablar, para calmar al airado, animar al abatido, estimular al cobarde y decir… Te amo. En tu cuerpo hay 800 mil millones de células trabajando continuamente y obrando todas en tu favor y en perfecta armonía. En tu cerebro tienes 13 mil millones de neuronas trabajando tan sabiamente a tu favor, que si las quisieras reemplazar por la máquina computadora más perfecta del mundo, esa máquina electrónica ocuparía el sitio de un edificio de setenta pisos de alto. En tus oídos hay 24 mil millones de filamentos que vibran con el viento, con el reír de los niños, con la suave música de las orquestas, con el trepidar de las aguas espumantes y al escuchar las palabras amables de las personas que estimas. Te puedes mover, no eres un árbol amarrado a una pequeña porción de tierra. Puedes pasear, correr, bailar y hacer deporte. Para ello tienes 500 músculos, 200 huesos y 7.000 nervios, sincronizados para obedecerte y llevarte a donde quieras. Tus pulmones son los mejores filtros del mundo. A través de 600 millones de alvéolos purifican el aire que reciben y libran a tu cuerpo de desperdicios dañinos. En tus ojos, Dios ha depositado 100 millones de receptores que te permiten gozar de la magia de los colores, de la luz, de la simpatía de las personas y de la majestad de la naturaleza. Tu sangre es un formidable tesoro. Son apenas 4 litros pero allí hay 22 millones de células sanguíneas, y en cada célula hay muchas moléculas y en cada molécula hay un átomo que oscila más de 10 millones de veces por segundo. Cada día mueren 2 millones de tus células y son reemplazadas por 2 millones más, en una resurrección que ha continuado desde el día que naciste. En tu cerebro hay 4 millones de estructuras sensibles al dolor, 500 mil detectores táctiles, y 200 mil detectores de temperatura…… Ahora pregúntate: ¿Crees que no vale la pena tu vida? Lo triste es que dedicamos mucho tiempo pensando en lo que nos hace falta y casi nunca nos detenemos a recordar y agradecer lo muchísimo bueno que poseemos. No sólo con respecto a tu cuerpo, aplícalo también a los dones que posees, la familia que te ha tocado, las amistades de las cuales eres dichoso en poseer, las comodidades que disfrutas y hasta las oportunidades que se te han presentado. ¡No veas sólo lo que te hace falta, agradece lo que ya tienes! Haz cuentas de tus bienes, y de tus alegrías también. No pierdas tiempo haciendo cuentas de tus males. Colecciona pensamientos alegres y optimistas, y no se te olvide alejar de tu mente esos cuervos asquerosos llamados “pensamientos pesimistas” y “recuerdos tristes”.¿ Y sabes por qué? ¡¡¡ Porque vales M U C H Í S I M O !!!”
¿Por qué la soledad, la angustia y la depresión en tu vida? Porque hay un enemigo que no te deja disfrutar ni del amor de Dios ni de su creación pero este año se levantará un ejército de personas que todos los días le agradecerán a Dios por la vida. Hoy más que nunca le quiero dar gracias a Él por la vida de mi esposa. ¡Qué bendición que es! ¡Qué preciosa que es la vida! Qué bueno poder abrazarla, besarla nuevamente y decirle: “No es nada mi amor, fue solo un susto, solamente Dios nos recordó que somos frágiles y tenemos que seguir dependiendo de Él… por su aliento existimos y somos”. No recibimos más de Dios porque estamos ocupados y afligidos por el 10 % de cosas que nos ocurren pero no estamos felices y agradecidos por ese otro 90 % de cosas que Dios ha puesto en nosotros para que seamos felices. También le doy gracias a Dios por mi corazón, porque no tengo que ir a la estación de servicio y cargar nafta o gas oil como un vehículo. ¡Qué bueno es sentarse y deleitarse con la comida que Dios nos ha dado! ¡Gracias a Dios por los pulmones que me ha dado! Cada tanto tengo que cambiar los filtros de mi auto, pero los que Dios me ha dado me acompañarán durante toda mi vida. Gracias Dios, por mi lengua –que ahora la uso para bendecir- y por mis oídos a través de los cuales me deleito escuchando a mi hija cantar.
¡Tengo buenas noticias! Hay muchas bendiciones en este año 2005 para aquellos que son agradecidos con Dios. El agradecido se deleita en la creación de Dios, en sus hermanos y en sus pastores. Tu actitud negativa te hace vivir mal, pero hoy es tu oportunidad para cambiar tu postura y por ende tu existencia entera. Si anhelas y deseas una transformación en tu vida, haz esta oración:
“Padre querido, dame un corazón agradecido; no quiero más mirarle los defectos a mis hermanos, a mi iglesia, a mi pastor, a mi familia… perdóname porque he vivido como el pueblo de Israel en el desierto, quejándome a diario. ¡No quiero perderme la tierra prometida! Limpia mi corazón, limpia mis labios y pon en mí un corazón agradecido. ¡Gracias porque tus obras son maravillosas! Son grandes y estoy admirado, a ti te alabo y te adoro. Te doy gracias por todo lo que me has dado y me darás. En el nombre de Jesús, amén”.
ANEXOS: