EL SUICIDIO ETERNO - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

EL SUICIDIO ETERNO

INTRODUCCIÓN

Siempre me siento sacudido por el hecho de que cada vez que en una reunión invito a pasar adelante a personas que tienen pensamientos de muerte, nunca falta quien acepte el llamado. Son innumerables las personas que piensan que la vida no tiene sentido u oyen voces diciéndoles que si se matan, los problemas y el sufrimiento terminarán. Siempre me llamó la atención el hecho de que Uruguay, un país que es mucho más tranquilo que otros, sin sobresaltos, tiene uno de los índices más altos de suicidio del mundo. Esta semana cuando fui a la ciudad de Florida, nuevamente fui sacudido. “El altar de la patria”, como le llaman a Florida, tiene uno de los índices de suicidio más altos de Uruguay. ¿Qué poder es éste que puja y seduce a personas a creer que si se quitan la vida van a dejar de sufrir? Hoy les hablaré del suicidio eterno, que es mucho peor que el físico. El suicidio es una decisión personal; si bien a veces las personas y/o circunstancias presionan, es una decisión propia, como también lo es el suicidio eterno.

 

                JESÚS VENCIÓ LA MUERTE

Quiero referirme primeramente a este enemigo que es la muerte; la Biblia menciona a la muerte como un enemigo que debió y debe ser vencido. Jesús no habla en términos de muerte sino de vida y de victoria sobre la muerte, por lo tanto los que son atraídos hacia ella, son cautivados hacia cierta área espiritual que no pertenece a Jesús porque Él atrae hacia la vida, vino para que tengamos vida y esa es una de las frases que más me gusta repetir de Jesús: “…yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”, Juan 10:10. Evidentemente las personas que buscan el suicidio no tienen vida abundante. Y quiero decirles a esas personas que se detengan, que no vale la pena probar la muerte y perder algo que no han conocido como es la vida eterna; conociendo a Cristo, la vida tiene sentido; es pues, una mala decisión optar por la muerte cuando todavía no has conocido la vida.

La Biblia dice que aquellos que transitan por el camino de la muerte, entran en una situación muy compleja; desde el punto de vista bíblico, la muerte no es dejar de existir, no se termina todo, la verdadera muerte significa continuar existiendo en una situación muchísimo peor, mucho más negativa aún. ¡Abrazar la muerte es un pecado cuando Dios ofrece la vida! El suicidio eterno es decidir habitar por la eternidad en el lago de fuego y azufre. La Biblia habla de un lugar de tormento y castigo eterno que no es el infierno: el lago de fuego y azufre, que Dios ha preparado para el diablo y sus demonios, y para aquellos que no reciben su consejo. ¡No hay otro lugar alternativo! Hay dos lugares, uno es con Cristo, y el otro es el lago de fuego y azufre; ir a vivir a ese lugar es una decisión personal, tiene que ver con la decisión que tomas frente a Dios, frente a su palabra, la Biblia, que para algunos es “un libro más, escrito por hombres”, no saben que es en sí misma, ¡palabra de vida eterna! ¡Quienes rechazan su palabra, rechazan irremisiblemente a Dios! Tú no debes creer en un dios que no está de acuerdo con el Dios que menciona la Biblia, el verdadero Dios está descrito en ella; su voluntad, su moral, su premio, su castigo, están en su palabra, no inventes una doctrina, una teología propia, no inventes un Dios en tu mente. Hay personas que dicen: “Yo creo en Dios pero no creo en ninguna religión”, y al desechar todas las religiones, desechan también la palabra de Dios rechazando así al Dios verdadero.

La Biblia describe qué seres habitarán el lago de fuego y azufre. Leamos Apocalipsis 20:10: Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”. Me he encontrado con muchas personas que me dicen: “¡Eso no lo puedo creer! Dios es muy bueno”. Yo creo en la palabra de Dios, no quiero inventar nada, es mi responsabilidad darte SU palabra para que la conozcas. ¿Quiénes van a estar en el lago de fuego y azufre? El falso profeta y la bestia; para aquellos que no conocen mucho de escatología, es decir, las cosas que tienen que ver con el fin de los tiempos, la bestia es el anticristo y el falso profeta, es un ser que sale a luz previamente a la existencia del anticristo. Son las dos primeras personas que la Biblia menciona, serán echados en el lago de fuego y azufre y también este versículo 10 menciona al diablo. El Diablo que los engañaba fue lanzado en el lago donde ya estaban la bestia y el falso profeta. Luego, en el capítulo 20, los versículos 13 al 15 dicen: 13Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”. Es decir, primero el falso profeta y el anticristo fueron lanzados al lago, segundo: satanás, posteriormente la muerte y el hades entregan todos los muertos que están en ellos y después ellos mismos fueron lanzados al lago de fuego y azufre.

¿Qué es la muerte y qué es el Hades como para que sean echados en el lago de fuego y azufre? ¿Una energía? ¡No! ¡La muerte es un ser personal, es un poder espiritual de maldad como otros demonios! La muerte no implica dejar de existir, sino que es alguien que te priva de una total y absoluta comunión con Dios, por eso 1º Corintios 15:26 dice: “Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte”. La Biblia no trata a la muerte como la consideramos nosotros; nosotros la definimos como “dejar de existir”, pero esa no es la definición correcta. Es un enemigo y Jesús vino a este mundo para vencerla; Jesús no es como Don Quijote, quien peleaba contra molinos de vientos, ¡Jesús vino a pelear contra un enemigo real!

Quedar prisionero dentro del poder de la muerte es suicidio eterno y es una decisión personal que toman los hombres aquí en la tierra cuando no quieren reconocer a Dios, o dicen: “Yo creo en Dios a mi manera”; hay un Dios real que debes conocer y creer, hay una palabra revelada por Él, la Biblia, el único libro que ha sido proclamado como la palabra del Dios viviente.

La condenación no es una decisión de Dios, su deseo es la salvación, Cristo ha muerto para que todo aquel que en él crea, no se pierda sino que tenga vida eterna. (Juan 3.16) ¡El murió por los pecados de toda la humanidad! El quiere dar vida eterna a toda la humanidad; la perdición es una decisión del hombre, es una decisión humana. Si mañana estás en el infierno clamando alguna injusticia de parte de Dios, es importante que sepas, que es una elección que tú tomaste mientras estabas con vida aquí en el planeta tierra.

                SUICIDIO FÍSICO Y SUICIDIO ETERNO

Hay una relación entre el suicidio físico y el suicidio eterno; me llama la atención la existencia de tantos suicidios en Uruguay, que es una nación tranquila en comparación con nuestros vecinos de Brasil y Argentina donde hay más problemas sociales y escándalos políticos y financieros. Pero el suicidio no necesariamente tiene que ver con una condición política o social. Estuve analizando los índices de suicidio de distintos países; por ejemplo Ecuador, es uno de los países más pobres de Latinoamérica, pero tiene los índices más bajos de suicidios, en tanto que Japón, la segunda potencia mundial económica, es el país con más altos índices de suicidios. No tiene que ver con el dinero que tengas en el bolsillo, ni si tienes trabajo o no… es un problema espiritual. No he podido saber con exactitud cuál es el factor común en aquellos países que tienen mayor índice de suicidios; sí se que hay motivos importantes en Japón que inciden en éste índice porque forma parte de su cultura, tiene que ver con ciertas creencias de ellos: el suicidio es a veces una cuestión honorable; Japón es un país donde se le exige victoria a la gente y muchas veces esa exigencia los lleva a la desesperación. Salir mal en un examen puede introducir en una vergüenza total a la familia, de modo que por amor a sus seres queridos, un estudiante quizás se quite la vida. Hay otras prácticas de años, por ejemplo, el haraquiri, que literalmente significa “abrirse el vientre”; es una forma sangrienta y muy dolorosa de suicidarse. Hasta hay un cierto glamour en ese tipo de muerte… pero otra cosa que impulsa mucho a la muerte en Japón es el budismo. Buda enseñó que el dolor y la infelicidad forman parte de la vida desde que nacemos hasta que morimos, que la vida misma es toda una infelicidad, algunos dicen que la vida es el infierno pero debo advertirles que no, hay un infierno real y existe un suicidio eterno que implica elegir negar a Cristo, que es la mayor manifestación de Dios al planeta tierra. Los japoneses que creen en Buda, quedan enredados en la rueda de la vida, que está sostenida por un personaje que es la muerte; hacia la izquierda están las personas que tienen un karma bueno y a la derecha las que tienen un karma malo. Tanto los que tienen el karma bueno como los que tienen el malo, son infelices, no hay posibilidad de salir de ese estado porque la muerte no te acerca a una vida mejor sino a una reencarnación. Esta no es otra cosa que volver a sufrir; los que tienen un karma bueno pueden llegar a evolucionar de un hombre malo a una mujer buena… pero nunca alcanzarán la felicidad completa, siempre pasarán por miles de reencarnaciones.

Bendigo al Dios del cielo que me ha dado otra palabra para creer, la Biblia no enseña la reencarnación, sino afirma que está dispuesto que los hombres mueran una sola vez y después el juicio (Hebreos 9:27). ¡Vida eterna o condenación eterna! La Biblia no enseña la reencarnación, sólo enseña la encarnación de Jesucristo, del Dios vivo en un ser de carne y hueso. La muerte es un ser espiritual con existencia real y propia que ha sido condenado. Jesús vino al mundo para vencer la muerte, para librar, por medio de su muerte a los que estaban cautivos en ella, para que conozcan la verdadera vida. Tu eliges creer si lo que te estoy diciendo es una ridiculez o es una verdad… hay quienes no eligen el suicidio físico pero sí el espiritual. ¡Tú decides!

¿Cuál es la victoria de Cristo? ¡Que la muerte no le pudo retener! Satanás nunca dejó salir libre a ninguno que entró a ese lugar. Pero se levanta la voz de Dios en esta hora para abrir el entendimiento de aquellos que quieren librarse de los lazos de la muerte. “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados” (Efesios 2:1)

Dice la Biblia que la muerte y el Hades entregaron los muertos que estaban en ellos. ¿Cómo se puede arrojar al lago de fuego y azufre algo que no es alguien? El lago de fuego ha sido creado para castigar a los rebeldes, no podemos castigar a una energía. ¡Dios quiere librarte de esta situación de muerte! Aunque no tengas en tu mente y en tu corazón suicidarte físicamente, mientras niegues la veracidad de Cristo, que es el camino la verdad y la vida, estás eligiendo el suicidio eterno que es peor que el suicidio físico. Tienes que recibir a Jesús y su palabra. Deuteronomio 30.15 dice: 15Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; 16porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella”. En el versículo 19 dice: “escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”. ¡Hay buenas noticias! La vida eterna se puede disfrutar aquí abajo, ¡¡podemos tener vida abundante aquí y ahora!!

El suicidio tiene que ver con lo que uno cree acerca de la vida. Una persona que no ha conocido a Cristo, no ha conocido el bien, no ha conocido la verdad, está en camino de muerte, es lógico que piense en la posibilidad de quitarse la vida para terminar con el sufrimiento. Pero esa no es la clase de vida que Cristo ofreció a quienes están viviendo esas circunstancias. Lo que quiere Cristo es que tengas vida abundante hasta el mismo día que cierres tus ojos aquí en la tierra y los abras en la eternidad. Hebreos 2:14 dice: “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,…” Satanás introdujo la muerte en el mundo, tentando a Eva a pecar; por cuanto el hombre pecó, el aguijón de la muerte se clavó en él. La muerte es un producto del infierno y Dios se propuso vencer a Satanás con su misma arma, la muerte. Dios descendió encarnado a través de Jesús, para destruir a aquel que tenia el imperio de la muerte, venciendo en su propio cuerpo la muerte con la vida. Leamos Oseas 13:14: “De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol; la compasión será escondida de mi vista”.

 

                CONCLUSIÓN

¿Cómo se puede matar la muerte? ¡Transformándola en vida! Así como satanás, incitando al hombre a pecar contra Dios, induce pasar de vida a muerte, Jesús llama hoy a quienes no le conocen, a creer en él para pasar de muerte a vida. ¿Será posible esto? ¡Sí! Jesús resucitó al tercer día, venciendo a la muerte. Él te puede sacar del estado de muerte y darte vida abundante, vida que vale la pena ser vivida. Dice la Biblia que quien guarda su palabra nunca verá muerte. Dios quiere darte el mismo espíritu que levantó de los muertos a Jesús, para que así como él tuvo victoria, tú también la tengas. ¡Si crees en él, nunca verás la muerte que él vio! Si estás luchando con esa idea de que la vida no vale la pena ser vivida, hoy saca la ciudadanía del reino de los cielos. ¡Ven a Cristo! Si no tienes la certeza de la vida eterna, si no tienes la seguridad de ir al cielo, haz esta oración ahora mismo. Esta simple oración, te pondrá en las manos poderosas de Dios: “Señor amado, gracias por esta palabra. Creo que en esta hora tú me das vida, creo en tu poder, en tu amor, en tu misericordia, creo en ti Señor, te recibo en mi corazón, pido que con la sangre preciosa de Jesucristo me cubras y limpies de todo pecado. Te abro mi corazón y recibo en esta hora la vida, en el nombre de Jesús, amén”.

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