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Montevideo
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Estamos viviendo tiempos complicados. Se ha oscurecido el entendimiento de los hombres; de los gobernantes y de los legisladores. Tienen miedo de creer que están atentando contra derechos humanos fundamentales intrínsecos cuando se habla de la libre elección del género. Hay mucha oscuridad, por eso se aprueban leyes, que le permiten a un hombre que se siente mujer, a ejercer sus derechos; y tenemos que decirle: ¿¡Cómo le va señorita!? Eres dueño de sentir lo que quieras, lo triste es que nosotros no tenemos el derecho de decirte: ¡Yo te veo una cara de varón! Pero por mucho que sientas, no vas a poder cambiar tu sexo. El que Dios te dio, es el que Dios te dio. No vas a poder cambiar tu ADN, ni tus huellas digitales. Seguirás siendo la misma persona que Dios mando al mundo, con el mismo propósito por el cual te creo.
Yo me siento Napoleón. ¿Tú crees que yo soy Napoleón? Las cosas no son como se sienten. Recientemente fue aprobado un proyecto de ley, que dice: “El que sienta” el que quiere cambiar su nombre de varón por el nombre de mujer, se le dará autorización y figurara en el documento de identidad. Aunque camine por la calle vestido de mujer es un varón, porque Dios lo hizo varón. Últimamente nuestros legisladores, están sintiendo lo que siente la gente; y legalizan esas cosas que la gente siente. ¡Son tiempos complicados! Por eso se nos viene encima, la ley de eutanasia, la ley de aborto. Debo advertirles que hay proyectos de dominación mundial, para reducir la población del mundo, para hacerla más controlable y manejable; y entre todos los métodos de reducción de población, tienen en la lista, futuras guerras, para matar millones de ciudadanos en todo el planeta. Cuando tú veas que esto sucede, acuérdate que un hombre de Dios te lo dijo. Como no fue suficiente el método del aborto para reducir la población (y hay mucha gente que lo resiste) van a emplear el método de la guerra, y ya las están preparando.
2ª de Crónicas 36: 11 “Sedequías era de 21 años cuando comenzó a reinar, y reino once años en Jerusalén. E hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios, no se humilló ante Jeremías, el profeta que hablaba de parte de Jehová” (la traducción literal es: “el profeta de la boca de Dios”) Sedequías no se humilló delante de Jeremías que era el profeta que traía palabras de la boca de Dios. Versículo 15 dice: “Y Jehová el Dios de sus padres les enviaba palabra a través de sus mensajeros, continuamente les enviaba palabra, porque él se compadecía de su pueblo y de su morada” Estamos hablando del relato del final de un tiempo de mucha ceguera, idolatría, incredulidad, de confiar el hombre en el hombre mismo. Estamos hablando de un tiempo en que Dios llego al punto de entregar en manos del rey de Babilonia a su pueblo, su heredad, sus hijos amados, para que sean deportados como esclavos. En el versículo 14 dice que no solamente Sedequías, sino también los príncipes, los sacerdotes y el pueblo, aumentaron la infidelidad. “Y Jehová el Dios de sus padres, continuamente les enviaba palabra a través de sus mensajeros, porque él se compadecía de su pueblo y de su morada. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios y despreciaron las palabras de él, y trataron despectivamente a sus profetas, en un grado que la ira de Jehová se encendió contra su pueblo, hasta que no hubo remedio”
Siempre, Dios trajo su palabra a través de sus mensajeros, sus siervos. Dios utiliza armas humanas, utiliza hombres, para traer su palabra. Uno de los graves problemas que tiene el mundo, y a veces la iglesia, es que no valoran, no tienen en cuenta, desprecian, les rebotan o les resbala, la palabra que Dios trae a través de sus siervos. Aún la Biblia que estás leyendo, es la “Palabra de Dios” enviada a través de sus siervos. En mi vida cristiana he podido ver, la gran misericordia, la gran paciencia y el amor de Dios por sus hijos. He visto personas que una y otra vez desoyen el consejo, la Palabra de Dios es para ellos como el agua para un pato, el agua cae sobre el pato y le resbala.
Sucede que, una y otra vez, personas se alejan de Dios; y a mí me ha tocado, por ejemplo que se me acabe la paciencia y le corte el rostro a alguien y diga: “¡Ya no va más con este, me tiene cansado a mí y a Dios!” Yo creía que Dios estaba de acuerdo conmigo. Tal es mi sorpresa cuando descubro que esa persona se ha humillado delante de Dios, le ha pedido perdón; y Dios lo ha perdonado, lo ha restaurado. Y yo sigo diciendo: Esto no va, no le estoy creyendo. He podido ver la gran misericordia de Dios sobre algunas personas, entonces me he vuelto más sensible. Pareciera que hay personas que no escuchan la palabra de Dios, que les resbala ¡pero algún día…! Como que adentro del corazón se va juntando la palabra. Por eso hemos aprendido con los pastores de esta iglesia, a tenerle muchísima paciencia a la gente. Por ejemplo a los chicos de las comunidades, que se van, nos roban y vuelven a los dos días diciendo: Pastor, perdóneme, le robe. Bueno, digo yo, devolve lo que robaste. No, me contesta, lo vendí. Me acuerdo de un muchacho, que había robado, y había mentido tanto que le dijimos que se tenía que ir de la comunidad, que no podía estar más ahí. Y se fue; como era muy conocido, fue a lo de un vecino y le dijo: ¿Me prestas tu bicicleta para hacer un mandado? Y se fue con la bicicleta. Ese muchacho luego escribió por todo Montevideo: “Dios te bendiga”. Lo echamos varias veces. Hoy está en una de nuestras comunidades en la ciudad de Tacuarembó. ¡Qué misericordia tiene Dios! ¡Cuánta paciencia! ¡Cómo ama Dios a las personas! Me acuerdo que cuando él era chiquito, iba a los campamentos de niños, y yo le decía: “Vas a ser un predicador”. Y la última vez que lo aceptamos (una vez más) le dije: Sabes, no me olvido nunca el día que te profeticé que vas a ser un predicador. Un programa de televisión, lo buscó y le hizo un reportaje en la calle, porque querían saber quién era el que escribía “Dios te bendiga” por todos lados. Fueron al barrio donde él nació (un asentamiento) y él comenzó a contar su historia. Y lo filmaron en nuestro templo. Les contó a los del programa, de donde había sacado la idea para escribir esa frase. Contó que una vez sentado en una butaca del templo, leyó: “Por la bendición de los rectos, la ciudad será engrandecida” Y él dijo: Yo voy a bendecir la ciudad; salió con un tacho de cal y ponía por todos lados: “Dios te bendiga” Hasta en los contenedores de basura. Predicando el evangelio a los gritos en medio de la gente ¡enloquecido! A la televisión le gusto esa locura y pasaron todala historia. En ese programa apareció pintando un poste, y diciendo: Este es el último poste que pinto, creo que la ciudad ya esta bendecida. Y si el apóstol Márquez me permite, me voy a una comunidad en Tacuarembó. Y a mi no me quedó otra.
Si yo no hubiera visto la paciencia y la misericordia de Dios conmigo, no tendría tanta paciencia y tanta misericordia. El rey David hablaba de la dulzura de la misericordia del Señor, y decía que su misericordia rodeaba la tierra. Pero no podemos decir que Dios es tonto y hacernos nosotros los tontos porque su misericordia es grande. Y te cuento la otra parte: He visto personas que han sido tan duras conla Palabra de Dios y se han burlado al punto de difamar y resistir a sus siervos. Yo he visto cosas de las que no quiero hablar, porque tiemblo delante de Dios; ¡como han terminado sus días las personas que me miraron con desprecio por causa de la investidura que tengo! Cuando yo predico, lo hago con autoridad, le guste a quien le guste. No creo que predico lo que hay en mis sentimientos o en mi corazón; cuando yo me pongo a predicar, predico con fe creyendo que el Espíritu de Dios me esta dando para decir lo que digo. ¡Tengo temor de Dios! yo no quiero predicar palabra de hombre sino que quiero predicar Palabra de Dios. No te confundas, yo soy un gil, pero a este gil, Dios lo ungió.
Estoy viendo en los titulares de los periódicos, en la televisión, escucho por radio las noticias de lo que yo he predicado en el púlpito desde hace 18 años. ¡Viene una crisis tremenda sobre el planeta Tierra! Mientras otros dicen: Prosperidad, prosperidad. Yo le digo a ustedes, que cuando digan: “Paz y prosperidad, calamidad repentina vendrá sobre ellos” Debo advertirles, que esta crisis económica que ha venido sobre el planeta Tierra, no es una burbuja que explotó; fue una burbuja creada, dirigida, una especulación para apoderarse del planeta Tierra. Hay gente poderosa, a la que no le importa los Estados ni las naciones, sino el poder mundial. Este caos económico se va a solucionar ciertamente con el dinero que están poniendo los Estados; que no es del Estado, sino que es nuestro, de nuestro bolsillo. Esas deudas se van a pagar con el dinero del pueblo. ¡Y no termina ahí la cosa! Este grave problema económico, se va a solucionar, no solamente con el dinero del pueblo, sino que a cambio de un nuevo orden económico internacional. Así lo han dicho las noticias. Los países importantes se están reuniendo, para decidir cuales son las nuevas reglas que van a operar, y estas reglas serán universales. Hay monedas que van a caer.
Tiemblo por lo que voy a decir, porque yo no pateo contra Estados Unidos. Este es un país que ha evangelizado al mundo, enviando misioneros. Yo conozco el evangelio, porque misioneros Norteamericanos vinieron a evangelizar Latinoamérica. No obstante les tengo que decir que Dios no le va a seguir dando crédito al dólar; porque la gente confía en el dólar. El mundo se va detrás del dólar. Cuando decimos que la gente confía en las riquezas, estamos diciendo que confía en un dios llamado “mamón”. Y el vestido que más le gusta ponerse a ese dios, es verde. Dios va a arremeter contra todo en lo que el hombre pone su esperanza y su confianza. ¡No confíes más en el dólar! Si tienes unos cuantos millones guardados, cámbialos ligero. ¡No confíes en el oro!
Hay gente que está feliz si tiene un trabajo que le ayude a pagar sus cuentas. Tiene un trabajo, con un sueldo asegurado, y se pone muy mal al perder esa seguridad, cuando lo echan del trabajo. Se quedó sin trabajo y se vino abajo, aunque es cristiano. Dejan de venir a la iglesia por su trabajo, pierden las fuerzas para orar, porque tienen mucho que trabajar. Pierden la comunión con el cuerpo de Cristo por mucho trabajar. Están cansados. Esas personas no son siervas de Dios, no tienen tiempo para servir a Dios. Ellos no viven para el evangelio sino que viven del evangelio. Cuando vienen a la iglesia, vienen a ver que les puede dar el evangelio. Confían en el trabajo, y si lo pierden, se deprimen, se entristecen, se desesperan como si no tuviesen Dios. Si eres cristiano ¡Tienes Dios, tengas o no tengas trabajo! La Bibliano dice: “No he visto trabajador desamparado”… sino que dice: “No he visto justo desamparado ni su descendencia que mendigue pan” Aquí lo importante no es si tienes o no tienes trabajo; lo importante es que, si eres justo, no te va a faltar el pan. No te va a faltar nada. Porque la enseñanza del evangelio es: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas os serán añadidas” ¡Que tu confianza este puesta en Dios! Algunos tienen su confianza puesta en los bienes que tienen, en alguna cuenta bancaria o algún trabajo. ¡Que tu esperanza sea Dios en este tiempo! Viene tiempo en el que, quien no pone su esperanza en Dios, va a llorar, se va a debilitar, va a caer.
¡Se están rompiendo todos los esquemas! Nos están cambiando las reglas del juego. Nos están cambiando la montura mientras estamos cabalgando. Es que el hombre ha entrado en un declive de oscuridad, ya que ignora a Dios, e ignora su verdad. El hombre no quiere gobierno de Dios, no quiere revelación de Dios. Le molesta la Palabra de Dios y la resiste. Ve lo religioso como algo digno de ser rechazado. El hombre quiere gobierno laico. Esto significa: gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Esto significa: gobierno de hombres. Yo te digo hoy: ¡Dios sigue siendo el soberano del planeta Tierra! El dueño del aire, del agua, de las montañas; el dueño del oro, de la plata; dueño de las bestias, de los peces. ¡Dios sigue siendo el dueño de este planeta!
Las noticias dicen que los economistas más grandes del mundo no saben a donde va a ir a parar este lío. ¿Pero no eran ellos los sabios, y los que opinaban? Lo único que dicen es que ven un futuro negro, y que por lo menos por un año, va a haber millones de hambrientos en el planeta. Durante un año, van a haber millones de personas sin trabajo. Pero yo todavía creo en la Palabra de Dios que dice: “En paz me acostaré, y así mismo dormiré, porque solo tú Jehová me haces estar confiado” Al pueblo de Israel, por mucho tiempo, Dios les estuvo enviando mensajeros, profetas; desde temprano, dice la Biblia y sin cesar, les estuvo enviando su Palabra, porque tenía misericordia de ellos. Pero ellos no quisieron oír a sus mensajeros. Yo les digo que hay muchos que están predicando que la iglesia no va a pasar por la tribulación y enseñan que Cristo puede venir esta noche. Les aseguro que Cristo esta noche, no va a venir. Les profetizo que la iglesia va a pasar por la gran tribulación. Hay algunos que no pueden concebir que un Dios tan bueno y misericordioso permita que su iglesia pase por la gran tribulación. No le creas a tus sentimientos, créele a la Palabra de Dios, que dice: “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos al reino de los cielos” ¡Créele ala Palabra de Dios, por favor! ¡No inventes otra palabra! Estas tribulaciones significan persecuciones.
Tú sabes que el dólar es papel pintado. Puede valer unos céntimos de centavos de pesos uruguayos un billete de dólar pintado. ¡No tiene respaldo! Escuche en esta semana, que a través de esta crisis están creando una deuda muy grande, interna, en Estados Unidos y en otros países. Una situación de endeudamiento del Estado que llega al límite de ser impagable. Pero me han contado de una solución, que me parece muy posible, yes que endeterminado momento van a introducir otra moneda. Así que van a sacarde circulación eldólar. El que tiene dólares se va a quedar sin nada. ¿Parece muy loco esto? Hace 5 o 6 años, cuando caían los bancos aquí en Uruguay. En el banco en que la iglesia tenía el dinero nos tomaron un depósito que teníamos de 24 mil dólares. Y porque la cámara de diputados había votado no se que cosa, nos sacaron 3 mil dólares de los 24 mil. Después de 6 años tenemos 21 mil dólares. El resto de nuestro dinero se lo llevaron para capitalizar el banco que quebró. Uno decía: “Esto pasa solamente en un país bananero, esto pasa en un país latino de cuarta” Bueno, esto esta pasando en España, en Francia, en Inglaterra, en Estados Unidos. La gente corre peligro de quedarse sin lo que tiene depositado. Desde que he llegado a Uruguay, se habla de un prócer llamado: “La tablita” Por causa de esa tablita, la gente se quedaba sin lo que tenía. Bueno algo así va a pasar. Vi en las noticias, que Estados Unidos gasta solamente en Afganistán 100 millones de dólares diarios. No te hablo de Irak, que gasta mucho más. ¿Quién aguanta 100 millones de dólares diarios? Sabemos que si hay crisis allá, y si ellos estornudan, a nosotros nos viene pulmonía. Hay carteles en las carnicerías y supermercados que dicen: Bajóla carne. Esque en Estados Unidos ha mermado la compra de carne uruguaya. Se termino un contrato de 20 mil toneladas. Y Europa también esta dejando de comprar vacas. Se ha restringido el poder de compra, y se ha frenado el crédito. Por lo cual la gente está asustada. O sea que vamos a tener consecuencias fuertes.
Quiero decirte que la palabra de Dios en tiempos difíciles y en tiempos de bonanza no cambia. Por ejemplo ese pasaje que dice: “Jehová es mi pastor, nada me faltará” es para tiempo de crisis económica y para tiempos de bonanza económica. Nosotros tenemos que conocer y entender los tiempos que estamos viviendo, pero también tenemos que tener firme en nuestro corazón, la inamovible palabra de Dios: “No he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan” ¡Tenemos que confesar la economía de Dios sobre nosotros! He visto cristianos que tienen miedo de no llegar a fin de mes, haya trabajo o no, siempre están temerosos. Y resulta que algunos han llegado a cumplir 80 o 90 años y todavía no se han muerto de hambre. ¡Es que Dios cuida de nosotros! Ahora, he visto gente que resiste la palabra de Dios y resiste a sus mensajeros, al punto de mirarlos con desprecio. Yo se bien lo que se siente, porque me ha tocado vivir eso. Hablan en contra de lo que el siervo predica. Ven la humanidad, pero no ven al siervo de Dios. A Jesús le pasaba exactamente lo mismo.
Hoy les debo advertir, que Dios no viene a buscar oidores de su Palabra, sino que viene a buscar siervos. Hay gente que no toma enseriola Palabra de Dios, que se sirven del evangelio, y está esperando que el evangelio les de frutos a su vida, a su familia, a su matrimonio, a su bolsillo. Pero no han querido consagrarse y ser siervos del Dios Altísimo, no tienen fruto. Si le contabilizas a quien han ganado para Cristo, no tienen a nadie. Tienen argumentos y razonamientos, pero no tienen frutos. Les confieso que a veces pienso y le pregunto al Señor: ¿No habrá gente en algún otro lugar que aprecie más tu Palabra? Te lo voy a decir lo más suave posible para que no te pegue muy fuerte. Me cansa, predicarle a gente que solo le gusta oírla Palabra, y no la hace. He aprendido dela Palabra de Dios, que los oidores se engañan a si mismos, y que las bendiciones del reino, no son para los oidores dela Palabra, sino para los hacedores de ella.
¡Cristo viene pronto! Primero tenemos que pasar la tribulación. Y me pregunto: ¿Qué van a hacer los oidores, cuando les llegue el momento de tener que dar la vida por Cristo, o cuando no estén preparados para la revelación del anticristo y tengan que comprar un litro de leche para su hijo? Le dirán: Mire, para comprar un litro de leche, deberá llevar la marca de la bestia. Se terminará vendiendo por un litro de leche. Porque no está advertido, no ha tomado enseriola Palabraque Dios ha enviado a través de sus siervos. Será como las cinco vírgenes insensatas, que justo a la hora de recibir al novio, no tenían aceite en las lámparas. No tenían provisión del Espíritu de Dios, para recibir al novio.
Dios no llama a oír solamente, nos llama a oír y a actuar. Llama a gente obediente, gente que se consagre. ¡Tengo una noticia! Dios ha encontrado un método: Hay gente que le oye cuando es quebrantada. Así que a Él le gusta quebrar gente para poder hablarle. Mi sobrino Marcelo, que nos ha estado visitando en estos días, anduvo muy lejos del Señor, y un día me llama por teléfono y me dice: Tío, no sé que hacer, llevo llorando un mes en la cama. Nosabes cuanto me aleje, y me aparte, me volví violento, anduve con gente mala, no te puedo ni contar las cosas que hice. Andaba en un grupo de gente violenta por la calle golpeando a otros. Haciendo rock cristiano. Me llamo dos o tres veces para contarme que había tenido un entredicho con un gordo y que le tenía bronca. Un día me llama y me dice: Tío, le dije a Dios que lo quebrara al gordo. Se fue a jugar un partido de futbol; no se que hizo ahí, nadie lo pateo ni nada pero se quebró solo. Dios lo mando tres meses a la cama, llorando por todos lo pecados que había cometido. Si Dios no te puede hablar parado, te hablará acostado. Te voy a decir algo con mucho amor y cariño: ¡Que Dios te quebrante! Es que yo sé que si te quebranta, te va a poder hablar. La Bibliadice que Él esta cercano al quebrantado de corazón. Porque el quebrantado de corazón, oye. ¿Qué recurso tiene el quebrantado de corazón? ¿Qué recurso tiene el que ha perdido todo, o el que ha fracasado en todo? Entonces Dios lo tiene ahí en el desierto y dice: Este ahora me va a oír. Él se acerca, y habla. Entonces el que no oía, ahora oye. Al mundo le da una bronca, porque dicen: “Claro, cualquiera que esta pobre y sin trabajo, necesita confiar en un dios superior.” Claro y el que tiene dos mangos en el bolsillo no lo necesita, ¿No? Es necesario que el Espíritu Santo hoy te toque y no esperes que Dios te quiebre como quebró a mi sobrino. Es necesario que ablandes tu corazón si no eres una persona consagrada a Dios, al servicio de Dios. Porque los cristianos tienen a Dios a su servicio, pero ellos no están disponibles para Dios. Se van a llevar una sorpresa, cuando lleguen al cielo y le digan: “No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace de mi Padre” ¡Tienes que hacer la voluntad de Dios, no la puedes obviar!
Este pasaje que hemos visto dice que Dios les mando continuamente y sin cesar, sus mensajeros por causa de la compasión, de la misericordia que tenia de ellos, pero ellos no querían escuchar, se burlaron de los mensajeros, y despreciaron las Palabras de Dios. Si desprecias un siervo de Dios, desprecias su Palabra. Trataron despectivamente a sus profetas en un grado que la ira de Jehová se encendió contra su pueblo, hasta que no hubo más remedio. Esta palabra es tan fuerte. Pero también me ha pasado con alguna persona que amo, digo: Dios lo va a tocar. ¡Qué persona más linda! En su misericordia Dios va a hacer algo. Y se me muere de cáncer. Y se terminó el tiempo para esa persona. Hemos enterrado unos cuantos, y hoy nos parece mentira que no están entre nosotros.
Estuve hablando con una persona muy querida que me dijo: Yo le prometí al Señor que cuando me jubilara iba a servirle. Lo miré y dije: ¿Qué quieres darle a Dios, tu despojo? Lo más lindo es que le va bien en el trabajo y le ofrecen que se quede 3 o 4 años más. Resulta que está a punto de jubilarse y le ha venido una enfermedad muy dura. Yo le digo: Dios permite esa enfermedad para que veas que tu futuro no es tuyo. ¡Lo único que le podes dar a Dios, es tu presente! Como si le dijera a mi señora: Mira, te voy a ser infiel hasta los 65, 70, y de ahí para adelante no lo hago más. No voy a hacer la voluntad de Dios por este tiempo, pero más adelante si lo voy a servir. Sé que algún día voy a tener que servir a Dios. Tenemos una hermana muy querida de la iglesia que lleva 15 años diciendo que ahora sí va a servir a Dios. Es muy joven, y tiene un cáncer galopante que se la esta llevando. Dice: Ahora Dios me va a sanar, y yo le voy a servir. ¿Tú estás dispuesto a jugar con Dios? ¡Es muy dura tu manera de pensar! No va con el pensamiento de Dios. Es más, a Dios le molesta tu pensamiento. ¿Le vas a dar a Dios, lo mejor de tu vida, o el despojo de tu vida? ¿Piensas que le estás haciendo un favor a la iglesia cuando haces algo? Algunos hacen unas gauchadas, unos mandaditos a la iglesia. A Dios le tienes que dar lo mejor de tu vida, lo mejor de tu familia, lo mejor de tu dinero, lo mejor de tu tiempo, de tu inteligencia. Si eres de Cristo vas a valorar el reino de Dios, y será lo más importante. El reino de Dios no es para después, en el cielo; el reino de Dios es aquí en la tierra. “Venga a nosotros tu reino y hágase tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra”
Mis hermanos; no son los oidores quienes van a ir al cielo y los que serán aplaudidos por Dios. No son los oidores los que merecerán el reino de los cielos, sino los hacedores.
Tienes que convencerte hoy que vas a servir a Dios, ahora. Que vas a extender el evangelio y vas a ganar almas para Cristo. ¡Que la crisis que viene no te agarre descuidado! Justo no es el que oyela Palabra de Dios; justo es el que hace justicia. En otras palabras, es el que responde ala Palabra de Dios.
¡Qué Dios te guarde! Porque resistir la Palabra, o que te resbale, o que digas: esto será para otro momento de mi vida; lo molesta mucho a Dios. Es tiempo de consagración y de decirle a Dios: Perdón por lo que no hice, dame un lugar en el reino de los cielos. Muéstrame tu voluntad, te lo suplico. ¿Dónde está tu viña? ¿Dónde tengo que podar? Ya trabaje en la mía, y me consagre a ella. Ahora te quiero dar mi vida Señor. Cuenta conmigo Señor. Que mi oficina, en mi trabajo sea un lugar donde la presencia de Dios se haga sentir. Que los que buscan a Dios, encuentren en mí la esperanza porque Cristo está en mí. Que los que se tienen que burlar se burlen, y los que me odian por predicar a Cristo que me sigan odiando, pero yo Señor, voy a dar testimonio de ti. Que la iglesia, que es el cuerpo de Cristo, pueda contar contigo.
No te hagas problema si después de escuchar este mensaje, Dios te quebranta porque te va a hablar al corazón. Porque es benigno elSeñor y tiene de ti misericordia. Quiero reiterar lo que dice la Palabra de Dios: “Y Jehová el Dios de sus padres les enviaba palabra a través de sus mensajeros, continuamente les enviaba palabra, porque él se compadecía de su pueblo y de su morada” “Su morada” significa su habitación. Tú eres morada, habitación de Dios. Él extendía su misericordia, porque amaba su morada; o sea, amaba a su pueblo sobre quien él estaba. Dios no quiere dejar su morada. Dios ama a su morada. Si tu estas bien en tu casa, seguro que no te quieres ir. Pero si se te rajan las paredes, se te obstruyen las cañerías, se te vuela el techo, se te caen los revoques, y se te hunde el piso, ya no puedes dormir ahí tranquilo. Llega el momento que la morada se te hace abominable. Y dices: Aquí ya no puedo estar más. Eso le paso a Dios, y decidió entregar a su pueblo en manos del rey de Babilonia. A quien espada, espada, y a quien peste, peste. Y dijo: solamente me voy a compadecer de los que se vayan esclavos a Babilonia. Voy a mirar con buenos ojos a los que acepten la esclavitud en Babilonia. Porque no me voy a compadecer de este pueblo. Y profetizó que durante 70 años habría esclavitud.
¿Tu tienes conciencia de que no tienes una vida consagrada, y que estas viviendo la tuya? ¿Qué tu no sirves al reino sino que te sirves del reino? Jesús dijo que quienes creían en él, de su interior correrían ríos de agua viva. No que entrarían ríos de agua viva, sino que saldrían ríos de agua viva. Yo hablo con tantos cristianos hambrientos y sedientos. A veces me esperan al final del culto, y es como que si no hubiera predicado. ¿Eres conciente de que no estás consagrado y que solo esperas de Dios? ¿Eres conciente que no estás disponible para Dios? Este es un momento para tomar una decisión. O te ablandas ahora, o te ablandas con un quebranto grande, o vas cautivo a Babilonia. ¿Qué te promete Dios? Vida abundante. Si eres conciente, ven a Dios y dile: Señor, yo quiero que cuentes conmigo. Perdóname, límpiame. Toca mi vida Señor. Yo no quiero ir cautivo a Babilonia, líbrame Señor. Te entrego mi vida, cuenta conmigo. Te doy mi corazón, límpialo, transfórmalo, lléname de ti Señor, lléname de tu Espíritu Santo, en el nombre de Jesús. Amén.
ANEXOS: