NUESTRA HERENCIA: UNA VIDA DE PODER - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

NUESTRA HERENCIA: UNA VIDA DE PODER

La pregunta que hoy quiero que contestemos es: ¿Por qué tenemos que vivir en escasez y en pobreza de algunas cosas siendo que nuestro Padre es rico? ¡Nuestro Padre es rico por lo tanto nosotros somos ricos! ¡Él tiene abundancia y nosotros también!  …Aunque algunos dicen: “Yo tengo abundancia, yo soy rico” y tienen cara de mendigos.

¡Pero tú no eres pobre! Cuando Cristo vino a salvarte, cuando murió en la cruz del calvario, no sólo fue para perdonarte tus pecados y para darte una nueva vida sino una vida abundante, totalmente llena de poder, de gloria y de bendición. ¡No puede ser que tengas que lamentar tu vida, tus problemas económicos y laborales, tus inconvenientes familiares y la situación de tu matrimonio! ¡No puede ser, porque cuando un padre es rico, el hijo también es rico!

¿Te imaginas un padre rico y un hijo pobre? Como el hijo pródigo por ejemplo, que cuando llegó a determinada edad, quiso “hacer la suya”, sin el padre, llevándose la parte de la herencia que le correspondía y la disipó, perdiendo todo, haciéndose pobre y miserable. Pero cuando volvió a los brazos del padre, volvió a la bendición.

La escasez no es parte de la vida cristiana, pero cuando hablo de escasez no sólo me refiero a problemas económicos sino también a problemas familiares y escasez espiritual; las riquezas de Dios son materiales y espirituales, y éstas últimas son mucho más preciosas o más caras que las riquezas materiales.

La Bibliaseñala que nuestra fe es más preciosa que el oro, tú puedes tener todo el oro pero si no tienes fe eres un pobre y miserable, y te irás al infierno por tu falta de fe. Por lo tanto hay riquezas que provienen de nuestro Padre celestial y que no podemos ignorar.

Quiero que reflexionemos en el hecho absoluto y cierto de que somos hijos de Dios.

            LA FAMILIA DE DIOS

Olvídate que perteneces a cierta familia pero ten presente que ahora perteneces a la familia de Cristo. Recordemos que Jesús dijo: “… ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? 49Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. 50Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre” (Mateo 12:48 al 50) ¡Mi familia es la familia de Dios!

¿Por qué Dios nos llama hijos? Nos dice la Bibliaque Dios no ha llamado hijo a ningún ángel pero a nosotros nos ha dado la categoría de hijos: 12Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12) Potestad significa poder, nos fue dado el poder de ser hechos hijos de Dios. Ya no somos hechos de una primera creación sino de una nueva vida creada según Cristo que nos convirtió en hijos de Dios, por lo tanto formamos parte de la familia de Dios. Pero investiguemos qué significa esto. A nosotros nos gusta mucho decir que somos hermanos pero, ¿qué implica el hecho de pertenecer a la familia de Dios y de ser sus hijos? Implica que todo lo que es de mi Padre también es mío. Yo nunca dije: “Voy a la casa de mi padre” sino “Voy a mi casa”. Mi papá jamás me hizo sentir que era sólo su casa, aún después de que me casé siguió siendo mi hogar. Cuando voy a visitar a mi mamá, llego y entro, si tengo hambre voy a la heladera, y no es sólo la heladera de mi mamá, también es mía. ¡Hoy tengo sesenta años pero sigo siendo hijo! Yo invitaba a mis amigos a mi casa pero ellos no tenían la misma libertad que yo, porque era mi casa, no la de ellos. No es lo mismo un hijo que un vecino, no es lo mismo un advenedizo, un allegado o un amigo que un hijo. No sé qué experiencias has tenido con tu papá o tu mamá; mis padres siempre me hicieron sentir que lo que ellos tenían también era mío, nunca fui un extraño en mi hogar. Ahora, hay creyentes que viven como extraños en la familia de Dios, lloran porque le piden algo a Dios y sienten que Él no los escucha; otros me dicen que ore yo porque Dios me escucha a mí. ¡No se sienten hijos, se sienten allegados! El hijo tiene una posición que nadie tiene, los ángeles no tienen ese nivel, en cambio, nosotros, tenemos el ADN del Padre, pertenecemos a su familia. ¡Los ángeles sirven en el palacio del Padre pero nosotros somos príncipes y ellos nos sirven porque somos los herederos de Dios!

            “12Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). Esta realidad no es para cualquiera sino para los que han creído en Cristo Jesús como su Señor y Salvador. Es para aquellos que han creído que la sangre de Jesús les limpia de todo pecado y les cubre; para los que han creído en la resurrección de los muertos. ¡Esos pertenecen a la familia de Dios!

Romanos 8:16 dice: 16El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”. ¡Esto tiene muchísima trascendencia! ¡Despierta a la realidad de que eres hijo de Dios! Ser un hijo de Dios tiene connotaciones extraordinarias, tal como lo podemos ver en Romanos 8:17: 17Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”.

No sólo me pertenecen las cosas de mi padre, sino que al morir éste recibo una herencia, pero como Dios nunca morirá de todas maneras recibo de Él una herencia, que es todo lo que Dios tiene.

Dice este último versículo que leímos: “…de que somos hijos. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo…” ¡No eres heredero de tu abuelo o tu padre, tu herencia proviene de Dios! Y como somos coherederos con Cristo, significa que su herencia es también nuestra. Pero, ¿cuál es la diferencia entre nosotros y Cristo? Él es el primogénito; según la ley de la primogenitura en el Antiguo Testamento, el que nacía primero era quien heredaba el manto, heredaba la administración de los bienes del padre pero no era el que se quedaba con todos los bienes porque el legado seguía siendo de la familia que quedaba.

Dios le dio a Jesús toda potestad, le dio el señorío o sea que Él es el dueño de todo; a eso nos referimos cuando decimos que Jesús es el Señor, es quien administra todo, quien manda.

El Padre le da al Hijo el señorío y éste administra junto con nosotros la herencia que Dios le ha dado. Según el Nuevo Testamento, Jesús es el primogénito entre muchos hermanos y no se avergüenza de llamarnos a nosotros, sus hermanos.

Jesús es el primogénito y nosotros somos la familia de Dios. Observemos el paralelo que hay entre ser hijo de Gómez por ejemplo y ser hijo de Dios; a nuestros progenitores Dios los llama padres y es que hay un paralelo entre lo visible y lo espiritual. Nuestro apellido ahora es “Hijo/a de Dios”. Segúnla Biblia, Dios tiene un nuevo nombre reservado para nosotros porque tenemos una nueva identidad y es según Cristo. Aún no sé cuál es el nombre que tendré en la eternidad pero sí sé que tengo un nuevo nombre, mientras tanto usamos el apellido: “Hijo/a de Dios”.

¿Cómo voy a vivir como un indigente, como un miserable? ¿Cómo voy a vivir con escasez cuando en realidad soy parte de la familia de Dios? ¡En realidad soy hijo de Dios y Él es mi Padre! Tengo que estar consciente de lo que me pertenece, no debo llorar: “¡Padre, dame! ¡Padre, te pido!”, sino que tengo que tomar lo que me corresponde. ¡La salud me corresponde! ¡La enfermedad no es parte de mi herencia! Tengo que resistirla y echarla fuera, porquela Bibliadice que por sus llagas fuimos nosotros curados.

            NUESTRA HERENCIA: UNA VIDA ABUNDANTE

No hemos nacido para tener una vida triste o frustrada, Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). ¡Parte de la herencia es el gozo! Vemos muchos cristianos que andan con cara de oprimidos por ahí, pero tú tienes que renunciar a esa herencia maldita y tomar hoy la herencia de Dios. ¡Su herencia es esperanza! Quienes no conocen a Cristo no tienen esperanza, pero nosotros sí la tenemos. ¡Sabemos que Dios es por nosotros! ¡Sabemos que Dios nos sustenta y nos provee! ¡Sabemos que Él no está muerto! ¡Nuestra esperanza está viva, fundamentada en sus promesas! ¡Nos pertenece vivir esperanzados!

¿Qué es esperanza? Es esperar con confianza; no es lo mismo esperar comiéndose las uñas que esperar confiando. ¡Te corresponde por herencia la esperanza! Te corresponde el poder, Jesús dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mateo 28:18) y Juan señala que nos ha sido dada la potestad de ser hechos hijos de Dios (Juan 1:12). El Señor dijo: “…recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo…” (Hechos 1:8). ¡Nos corresponde vivir una vida de poder! Esa es nuestra herencia, es lo que hay en la heladera del Padre, tú tienes que ir y tomar lo que necesitas. No puedes vivir como mendigo pidiendo mendrugos al cielo. Hay cosas que le pides a Dios que a Él le molesta que se las pidas porque son cosas que tienes que tomar por la fe, ¡nos corresponden! Si tú no tienes claro esto, tendrás una vida triste y de lamentos.

Hay muchas cosas que forman parte de la herencia de Dios y una de ellas es la sabiduría. Estuve hablando recientemente con dos hermanas gemelas; una de ellas se había ido al exterior y le enviaba dinero a la otra para que pagase unas cuentas pero la que se quedó en el país no pagó nada y se metió en más deudas, hasta hipotecó la casa. Cuando volvió la que se había ido al exterior, se encontró con que no había plata, y la deuda que tenía no había sido saldada. Estas gemelas tienen alrededor de setenta años y se llevan como perro y gato. Se les ha muerto toda la familia y sólo quedan ellas dos, viven bajo un mismo techo y no se soportan, me contaron que hasta se han enfrentado con cuchillos. Les pregunté si creían en Dios y una de ellas me contesta: “¡Yo creo muchísimo!” “Pero, ¿dónde está tu paz entonces?” ¡Todas las decisiones que han tomado no han sido buenas, cero sabiduría!

¿Has visto esos creyentes que toman decisiones y nada les sale bien? ¿Tú crees que eso es lo que Dios tiene para ti? Encima se preguntan: “¿Será que Dios me está probando?” ¡Llevas cincuenta años de prueba! Te queda poco de vida y tu vida ha sido un desastre. ¡Pero Jesús ha venido para que tengas vida y para que la tengas en abundancia!

Efesios 3:10 dice: 10para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales…” Se refiere a una sabiduría que tiene gloria en todas direcciones y alcanza para cualquier cosa. El apóstol Pedro señala que, las cosas que Dios hace con nosotros aquí abajo son cosas que los ángeles anhelan presenciar. Los ángeles y arcángeles ven lo que está sucediendo en la iglesia porque la multiforme sabiduría de Dios se manifiesta allí: “…dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales”. ¡Los demonios se agarran la cabeza por lo que les hizo Dios! ¿Sabes lo qué es trabajar en una persona por treinta años, manteniéndola atada por la droga, tratando por todos los medios de que se muera y se vaya al infierno? El diablo se creía que lo tenía en sus manos pero llega la palabra de Dios, lo toca, es libre de la droga y se hace pastor. ¿Sabes lo qué es para los demonios que han estado trabajando por cincuenta años para que una persona se vaya al infierno y de pronto llega la multiforme sabiduría de Dios? Un hermanito o hermanita cualquiera, le da una palabra que destruye todas las fortalezas del diablo y la persona que estaba lista para el infierno ahora se irá al cielo y con ella llevará a muchos.

El diablo no sabe cómo hacer, cuando tiene a alguien bien atado cree que nadie podrá hacer nada, se relame como Silvestre cuando quiere comerse a Piolín y dice: “¡Ya lo tengo adentro!” Pero así como David sacaba a sus ovejas de las fauces del león, viene la multiforme sabiduría de Dios a través de la iglesia y le arrebata esa presa que tenía atada, y todo el trabajo que hizo no le sirvió para nada.

¡Sabiduría es parte de tu herencia! ¡Es lo que te corresponde! ¡No puede ser que vivas hipotecado! ¡No puede ser que vivas lleno de deudas, lleno de maldiciones!

Una mujer, creyente, me contó que de noche ve a su madre muerta sentada a su lado en la cama y a otro pariente más que también ha muerto. ¿Crees que esa es tu herencia? Tú tienes una bendición muy grande preparada para ti. La pregunta es: ¿Eres hijo de Dios o no lo eres? ¡Si eres hijo de Dios te corresponde!

Padre rico, hijo rico; ¿cómo puede ser que con un padre rico el hijo esté endeudado? ¿Cómo puede ser que el padre es rico y el hijo está hipotecado? Hageo 2:8 dice: 8Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos”. No sé cómo será tu padre, pero el mío es dueño del planeta Marte, del sol y de la luna; todo el oro y toda la plata del mundo le pertenecen, también todas las bestias del campo. Expresa el Salmo 50:10 y 11: “10 Porque mía es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los collados. 11 Conozco a todas las aves de los montes, y todo lo que se mueve en los campos me pertenece”. ¡Mi Padre es el dueño de todo!

Pero a algunos cristianos les va tan mal, que no se puede creer; he conocido cristianos que dicen cosas como éstas: “Mi papá es Gómez y es pobre, yo soy Gómez y también soy pobre”. Sacan pecho y agregan: “Y a mucha honra” ¡Tienen el orgullo de ser pobres y de ser Gómez!

Pero ya no vale el apellido que te dieron tus padres, ahora es “hijo de Dios”. Ya no tienes que sentirte orgullosa de ser Gómez, ni yo debo sentirme orgulloso de ser Márquez. ¡Soy hijo del Dios viviente! ¡Mi apellido es Jorge hijo de Dios! ¡Qué fuerte y penetrante es esta verdad! ¡Soy hijo de Dios!

Pero suceden cosas ridículas; vamos a suponer que una chica que se apellida Gómez es creyente y tiene vergüenza de serlo y en su trabajo no quiere que nadie se entere que es creyente porque teme perder sus amistades, por lo tanto no quiere incomodar a nadie. Así que hay quien dice: “Mi padre es Gómez, yo también, él es pobre y yo también y a mucha honra”, en tanto que hay gente que dice: “Soy hijo de Dios pero que no se sepa” ¡No son capaces de decir, “Estoy orgulloso de ser hijo de Dios”!

Nunca me voy a olvidar de una mujer que se paró en la congregación y declaró que estaba feliz por haber conocido a Dios; el Señor había perdonado sus pecados, le había dado paz y la había bendecido. Luego dijo que lo único que lamentaba era no haberlo conocido antes, y también lamentaba que su compañera de trabajo quien asistía a nuestra iglesia, nunca le había dicho que era cristiana. La mujer escuchaba los mensajes por radio y Dios comenzó a tocar su corazón; deseaba venir a nuestra iglesia pero sola no se animaba, así que le dijo a su compañera con quien siempre se juntaba a la hora del almuerzo a conversar, que la acompañara a un lugar al que quería ir. Cuando le señaló a dónde era, la compañera le dijo: “¡Cómo no te voy a acompañar si yo soy miembro de la iglesia de Márquez!” ¡La mujer la miró asombrada! ¡Qué vergüenza!

¿La gente está enterada que eres un hijo, una hija de Dios o pasas desapercibido como uno más del montón? ¡Qué vergüenza para Dios ser padre de semejante hijo o hija!

Para mí es poca cosa ser hijo de Márquez porque lo que me importa es que soy hijo de Dios. Jesús dijo: “Mis hermanos y mi madre son los que hacen la voluntad de mi Padre”.

Romanos 11:33 afirma: 33¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!”

¡No se puede medir la cantidad de las riquezas que Dios tiene! ¡Ese Dios me ha dado a mí ser su hijo! Y si soy hijo, también soy heredero de Dios, coheredero juntamente con Cristo. ¡La herencia de mi progenitor es perecedera pero la herencia de mi Padre que está en los cielos no perece jamás!

Si tienes sabiduría y ciencia de Dios, es lo que te corresponde tener porque Dios te lo da a través de su Espíritu Santo. Jesús les dijo a sus discípulos que iba a tomar de Él, el Espíritu Santo, y nos lo daría a nosotros. No nos dará otra cosa que no provenga de Él, para que seamos como Él, caminemos y hablemos como Él y hagamos sus mismas obras.

            CONCLUSIÓN

Si no entras en razón de que eres un verdadero hijo de Dios, y si es que has creído en Cristo Jesús, vivirás como un mendigo. Si dudas que has de recibir algo de Dios, no recibirás nada, porque dicela Bibliaque, el que duda es como la onda del mar que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. ¡No pienses que recibirás cosa alguna de Dios!

Debes considerar, si estás creyendo lo que Él te está hablando hoy; Él te ha adoptado como hijo, no para que vivas en miseria, en pobreza y escasez sino para que vivas en abundancia con bendiciones de toda clase.

Leemos en Colosenses 3:9 al 11: “…habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, 10y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, 11donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos”.             El apóstol Pablo dijo: “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi” (Gálatas 2:20). Porque Cristo es todo, ya no quedaba nada de Pablo. ¡No tiene que quedar nada de Gómez ni de Márquez porque Él es todo!

¡Deja tus miserias a los pies del Señor, deja tus necesidades y recibe tu herencia! ¡Deja tus amarguras a sus pies, tus dudas, tus ansiedades! ¡No has nacido para ser escaso, no has sido creado para vivir en necesidad!

“Padre, dejamos la pobreza y asumimos el rol de hijos. ¡Qué nadie se quede sin herencia Jesús! Dejamos a tus pies nuestras miserias, nuestra pobreza, nuestra escasez y nuestras enfermedades. ¡Creemos que hoy es el día de recibir nuestra herencia! Peleamos hoy por ella porque es nuestra y nos corresponde y no le permitiremos al infierno que nos arrebate la bendición. ¡Que venga tu gracia y tu Espíritu sobre nuestras vidas! ¡Que venga una descarga del cielo sobre nuestras neuronas para que pensemos y sintamos diferente! En el nombre de Jesús hacemos esta oración, amén”.

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