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El capítulo 1 del libro de Lucas, a partir del versículo 5 nos habla de un milagro extraordinario anunciado por un ángel muy importante, un querubín que está siempre delante de Dios, el ángel Gabriel. Este ángel se presenta delante del sacerdote Zacarías que estaba oficiando su ministerio entrando con incienso al lugar santísimo y le dice: “…tu oración ha sido oída…”
El problema era que Zacarías estaba viejo, igual que su esposa y además ella era estéril; pero el ángel le dijo: “Tu mujer, Elisabet te dará a luz un hijo y llamarás su nombre Juan”. Me imagino a Zacarías pensando: “Dios se olvidó de mi, ahora soy viejo, mi esposa también y encima es estéril…” Dejó de orar y se olvidó que quería un hijo, y habrá comenzado a decir como muchos de nosotros: “Y bueno, será la voluntad de Dios…Yo le pedí a Dios y Él no me contestó, le pedí y no se acordó de mi”. ¡Pero vino un ángel y le dijo a Zacarías que Dios no se había olvidado de su oración y que tendría un hijo en su vejez! ¿De quién? De su esposa vieja y estéril. ¡Dios es un Dios de milagros! ¡Él hace cosas grandes! ¡Dios es un Dios sobrenatural!
Se presentó un ángel para hacerle ver a Zacarías que Dios estaba vivo y todavía se acordaba de su pueblo, le recordó que Dios todavía hace milagros. No solamente lo premió por haber orado, sino prometió que le daría un hijo, Juan el bautista, el profeta precursor de Jesús que iría con el Espíritu de Elías delante del Señor anunciando al pueblo de Israel la venida del Mesías. Zacarías quería saber cómo sería eso porque él estaba viejo y también su señora estaba vieja y estéril, entonces el ángel le dijo: “19…Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas. 20Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo” (Lucas 1:19 Y 20). Cuando el sacerdote salió del lugar, la gente se dio cuenta que había visto una visión pero no les podía hablar y se comunicaba sólo por señas. Zacarías quedó mudo hasta que nació Juan el bautista. ¡Así quedarán algunos hoy si no creen que Dios hará algo grande con sus vidas!
Pensarás que es un sacrilegio lo que te voy a decir pero, alguien más grande que el ángel Gabriel te está hablando hoy, él no es heredero del reino de Dios ni es su hijo, es solamente un ángel y siervo de Dios pero yo soy un hijo del Dios viviente, coheredero juntamente con Cristo. Todo mi respeto para el ángel Gabriel, pero según dijo el apóstol Pablo, a ningún ángel Dios le ha llamado hijo, mas a nosotros nos hizo sus hijos. Ningún ángel fue creado a imagen y semejanza de Dios, pero el hombre sí ha sido creado a su imagen y semejanza. Cuando Cristo nació, no fue en forma de ángel sino de ser humano, un hombre de carne y hueso. Esto es para que entiendas cuánto ama Dios al hombre, cuánto lo dignifica y se identifica contigo; para que veas el gran amor de Dios y su gran favor para contigo.
Continuemos leyendo Lucas 1:26 al 37: “26Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. 28Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. 29Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. 30Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. 31Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. 34Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. 35Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. 36Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; 37porque nada hay imposible para Dios”.
¡Nada hay imposible para Dios! ¡Prepara tu vientre, no hay nada difícil para Dios! ¿Cuál es tu imposibilidad hoy? ¿Cuál es tu impotencia? ¿Qué es lo que necesitas? ¿Qué gran problema tienes, que no has podido solucionar? ¿Has golpeado muchas puertas y no sabes a dónde más acudir? ¿Qué enfermedad tienes que te hace pensar que Jesús no te va a sanar? ¿Qué cosa necesitas y piensas que Jesús ya no la hará? ¿Ya convives con ese dolor, con esa enfermedad, y estás dispuesto a morir así o continuar sufriendo porque no tiene solución? ¿Qué hay que Dios no pueda hacer en esta hora?
Yo tengo una cuestión: soy un siervo de Dios y Él me ha mandado a predicar; yo no tengo derecho a hablar por mi cuenta, lo que a mí me parece, y si lo hago estoy pecando, por lo tanto debo hablarte de parte de Dios. Tengo que creer que no estoy hablando yo sino que habla Dios por mí, tengo que decir lo que Dios dice, tengo que sembrar sobre ti la semilla de la palabra de Dios y si lo hago, esa palabra te dará a ti una cosecha. Si yo no creo que Dios te está hablando por mi boca, estoy pecando porque no tengo derecho a hablar en mi nombre sino en su nombre. Ese es mi problema, pero tú tienes otro problema: ¡Tienes que tomar la decisión de creer que Dios habla a través de mí, de lo contrario estás pecando! Tú tienes un problema, si crees que lo que yo te estoy hablando es algo que se me ha ocurrido a mí. Si eso crees, tomas parte del mensaje y decides lo que te gusta y lo que no y te quedas con lo que te gusta desechando lo otro; pero si tienes esta actitud, estás pecando. Si habla Jorge Márquez puedes cortar la parte que quieras con un bisturí, pero si habla Dios, ¿qué parte te animas a arrojar a la basura? Entonces, ¡tú con tu problema y yo con el mío!
Donde Dios está, cosas grandes suceden porque Él es un Dios sobrenatural, es un Dios de cosas grandes, ¡es un Dios poderoso! Acontecerá como en la época de Jesús que algunos eran mirones, querían ver qué pasaba o qué decía el Señor, lo apretaban pero no recibían nada porque no iban con fe creyendo que Jesús podía hacer algo por ellos. ¡Así que, estaban los mirones y los creyentes!
Lo cierto es, que el reino de los cielos es como un sembrador que salió a sembrar y de esto trata una parábola de Jesús; al final de ésta, el Señor explica que la semilla es la palabra de Dios. ¿Cómo hace Dios para producir las obras de su poder, de sus maravillas, milagros y grandezas? Siembra semillas en el corazón de las personas, siembra su palabra, y ésta germina. Si tu corazón está expectante de recibir y esa palabra germina en tu vida, tú, hoy tendrás una cosecha. ¡Hoy, Dios hará cosas grandes!
La virgen María tuvo que creer; le dijo al ángel: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra” (Lucas 1:38). Esto aconteció porque Dios es poderoso, porque para Él no hay nada imposible y porque María aceptó la palabra, y porque creyó en esa palabra, fue la mujer que llevó el fruto del Espíritu Santo en su vientre.
Hace cien años, un presidente uruguayo firmó un decreto por el cual el veinticinco de diciembre se transformaba, por obra suya -de José Batlle y Ordóñez-, en una fiesta de la familia y para la familia. Ese presidente logró introducir esa idea en la cabeza de los uruguayos de tal manera que por años yo les he preguntado a las personas qué es la navidad y ellos contestan que es una fiesta de la familia. Este fue un decreto laicista con toda la intención de hacer desaparecer del mapa el hecho extraordinario de que la navidad celebra el advenimiento del Hijo de Dios a la tierra, Dios hecho hombre, de carne y hueso. Un Dios que se identifica con el hombre, que decide bajar a la tierra y convivir con ellos, experimentando el calor, el frío, los temores y tentaciones que los hombres experimentan, sufrir las injusticias que ellos sufren, para que nadie diga: “Dios no se acuerda de nosotros”. Él no solamente se acordó del hombre sino que se hizo como uno de ellos y padeció como hombre, más que cualquiera, por amor a nosotros; y llevó en la cruz del calvario la culpa de los pecados de toda la humanidad. ¡He aquí el gran misterio del amor de Dios, y es que Él quiso venir al mundo y morir por cada uno de nosotros!
¡Repruebo el decreto que promulgó Batlle! ¡Hasta que me muera seguiré proclamando que la navidad es la fecha en que celebramos el cumpleaños de Jesús! ¡Él vino al mundo y esa es la fiesta que celebramos! Voy a sembrar en el corazón de las personas que hay un Dios de amor, que en una fecha, y no sabemos exactamente cuál es pero la celebramos el veinticinco de diciembre, Dios le demostró a la humanidad que se ha acorado de ellos. Y no fue un hecho aislado, repentino; Dios dijo ya en Génesis 3:15: “15Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”.
La venida de Jesús a este mundo, es el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento, como por ejemplo, la que está en Isaías 11.1 donde se profetiza que se levantaría un vástago de la descendencia de Isaí, el padre de David. Ahora el ángel Gabriel le decía a María que el santo ser que nacería de su vientre se sentaría en el trono de David y que su reino sería eterno, y para siempre. ¡No se trataba de cualquier acontecimiento! El ángel Gabriel le anunció a María: “32Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin” (Lucas 1:32 y 33).
¡Cristo reina! ¡Él está sentado a la diestra del Padre intercediendo con poder por nosotros! ¡Cristo es aquel de quienla Bibliadice que su nombre es sobre todo nombre y que en el nombre de Jesús se doblará toda rodilla y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor para gloria de Dios Padre!
Pronto se manifestará un gobierno mundial cuya cabeza será la bestia del Apocalipsis, un gobernante mundial que pretenderá ser el ungido, el dios de toda la tierra, que se sentará en el templo de Dios y querrá ser adorado como si fuera Dios; pero Jesús vendrá en las nubes y con la espada que sale de su boca destruirá a todos sus enemigos. ¡Vendrá un reino mundial pero le seguirá otro reino mundial y es el de Jesucristo!
Cada año en que celebramos la navidad se agiganta en mí, la fe que tengo respecto de lo que dice la palabra de Dios, y es que vendrá un nuevo gobierno mundial, pero Jesús lo destruirá y traerá juicio, entonces, aquellos que hemos creído en el Señor reinaremos juntamente con Él.
Jesús nació del vientre de una mujer que le dio naturaleza humana pero fue engendrado por el Espíritu Santo, por lo cual, el santo ser que nacería sería llamado Hijo de Dios porque el Padre le dio naturaleza divina. Esperma de Dios, óvulo de mujer, todo hombre y todo Dios. ¿Por qué no lo haría Dios, si cuando Él creó al hombre lo hizo a su imagen y semejanza? Dios se identificó con el hombre en la creación, y es la única criatura creada por Él a su imagen y semejanza. Por lo tanto, vendría el tiempo en que Dios se identificaría con el hombre naciendo de mujer, de carne y hueso pero poderoso en obras, poderoso en hechos, nacido para ser Rey. Para tomar el trono de David debía ser un hombre, aunque para tomar autoridad sobre el planeta Tierra debía recibirla de parte de Dios siendo hombre ya que en el Génesis, Dios le dio al hombre la autoridad sobre el planeta, y éste perdió su autoridad y su gobierno entregándole a Satanás, el poder. Jesús, no obstante en la cruz del calvario, recuperó ese poder siendo un hombre.
Jesús nos representó delante de Dios al morir en la cruz, Él representó la raza humana al vencer a Satanás. Fue como cuando David mató a Goliat y todos los filisteos quedaron bajo la autoridad del pueblo de Israel porque David lo venció. ¡Jesús mató al gigante!
Donde hay un grupo de gente que le invoca, siempre, Dios deja manifestación de su presencia, de su gloria y de su poder. No solamente te estoy dando una palabra sino que también creo que sucederán cosas que acompañan esa palabra. ¡Dios te dará evidencia de que te está hablando! Te estoy predicando en el nombre poderoso de Jesús, y donde se manifiesta el Señor cosas grandes suceden. Hoy puedes recibir sanidad en la vista, perder el exceso de peso que tienes, puedes recibir de parte de Dios una gracia especial en tu matrimonio, Él puede bendecir tu familia. Hoy, Dios puede secar un cáncer, puede sanar un quiste. Hoy Dios puede enderezar huesos torcidos. ¡Él hará grandes cosas hoy! ¡Dios va a liberar a los endemoniados! ¡Él libertará a las personas que están cautivas de espíritu de angustia, de tristeza, de amargura! ¡Serás libre! ¡Tendrás paz! ¡Arrebata la bendición! ¡Se como esa mujer que tocó el manto de Jesús! Ella sabía que con sólo tocar el manto sería sana.
¿Cómo será esto? le dijo María al ángel y él le respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra;… 37porque nada hay imposible para Dios” (Lucas 1:35 y 37).
“1En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas” expresa el libro de Génesis; la traducción concreta es: “La tierra estaba en caos, pero, el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas, esto significa, empollaba sobre la faz de las aguas”. ¡El Espíritu Santo estaba trayendo vida, estaba trayendo orden!
¡Yo no sé cuál será el caos que hay en tu vida o en tu familia pero donde el Espíritu de Dios se posa, viene la luz y el orden!
Prediqué recientemente en una reunión acerca de que el Espíritu de Dios estaba en ese lugar y una mujer comenzó a sentirse mal; cuando le impuse las manos se manifestó un demonio. ¡Ella ni sabía que tenía un demonio! Para ella tenía depresión, o un no se qué, pero cuando se le fue el no se qué, y que era un demonio, quedó bien, ¡fue libre!
Si el Espíritu Santo se está posando hoy en tu vida, serás libre de opresiones, ahora. Yo se que el diablo le está hablando a alguien para que no crea lo que estoy diciendo, pero sabe que yo estoy hablando de parte de Dios. ¡Sabe que en el nombre de Jesús serás libre! Tú que tienes un malestar que no soportas recibir este mensaje, ¡pero esfuérzate en recibir la palabra de Dios!
Personas que tienen temores serán libres en este día, en el nombre de Jesús, quienes tienen angustias y espíritu de muerte serán libres en el nombre de Jesús. ¿Por qué? ¡Porque el niño que nació en Belén hoy reina con poder, está sentado a la diestra del Padre intercediendo por nosotros y está trayendo sus obras manifiestas para que todos sepan que Él está aquí!
“Señor, invoco tu nombre, proclamo tu poder y tu gloria. En el nombre de Jesús abro mi boca para proclamar libertad a los cautivos. Que todo el mundo sepa que tú has venido a liberar a los cautivos, y no es obra de hombres sino de Dios. ¡Echo fuera todo espíritu de incredulidad, todo espíritu de amargura, de tristeza, de angustia, en el nombre de Jesús! ¡Echo fuera el espíritu de timidez, de temor, de enfermedad, ahora, en el nombre de Jesús! ¡Deshago, en el nombre de Jesús todo trabajo de hechicería y de brujería, echo fuera toda maldición hereditaria en tu nombre Jesús!
Descienda ahora tu presencia, tu unción, tu Espíritu Santo. ¡Manifiesta tu gloria Jesús! Espíritus que traen disturbios y guerras en el matrimonio, en la familia, espíritus de infidelidad, son ahora atados y echados fuera en el nombre de Jesús. ¡Sana Jesús toda enfermedad en los ojos, en los oídos, en la columna, calcifica los huesos! ¡Padre, regula la presión, sana las enfermedades del corazón, de la sangre! ¡Glorifícate Dios, extiende tu mano, sana las dolencias, sana las migrañas, sana los dolores en las articulaciones, en los huesos! ¡Sana las enfermedades del sistema digestivo en el nombre de Jesús! ¡Obra con poder sanando toda enfermedad en la piel, disolviendo los quistes y tumores, en el nombre de Jesús! ¡Yo reprendo el cáncer, lo echo fuera en el nombre de Jesús! ¡Echo fuera todo espíritu de maldición del cáncer en tu nombre Jesús! ¡Echo fuera el espíritu de adicción a las drogas, a las pastillas, al alcohol en el nombre de Jesús!
¡Que toda persona reciba el fuego de la presencia de tu Espíritu Santo! Libera toda cautividad Dios mío, en el nombre de Jesús. Ato los espíritus de pornografía y los echo fuera de las vidas, en el nombre de Jesús. Libera a los cautivos de los poderes sexuales que maldicen la familia y el cuerpo en el nombre de Jesús. Libera Padre a las personas con deseos inmundos. ¡Glorifícate Dios, cubre con tu sangre Jesús, limpia todo pecado, restaura, restablece, trae claridad a la mente, limpia los sentimientos, los pensamientos, la voluntad, en el nombre de Jesús! Yo proclamo tu poder y tus milagros sobre cada vida en esta hora. A ti Señor toda gloria, toda honra, toda magnificencia en el nombre de Jesús, amén”.
ANEXOS: