¿QUIERES SER AMIGO DE DIOS? ¡AMA A TU PRÓJIMO!

¿Que precio estarías dispuesto a pagar para ser amigo de Dios? Algunos contestan a esta pregunta diciendo que darían la vida por él, otros que buscarían más de él… muchas son las respuestas, pero presta atención a esta frase:

“Nunca podrás estar más cerca de Dios, que la distancia que te separa de la persona que menos amas”. ¡Está cerca de ti la solución! Dice la Biblia que quien dice que ama a Dios y no ama a su hermano, no conoce a Dios, así que si hay alguien a quien no amas y esa falta de amor te separa de esa persona, esa misma distancia te separa de Dios.

¿Qué harías para estar más cerca de Dios? Quizá contestes: “Estaría todo el día delante de su presencia alabándole y adorándole”, pero si después pasas al lado de alguien y lo miras de reojo diciendo: “¡Qué fastidio que me da esta persona!”, ¡estás muy lejos de Dios! Dios te dice: “No me gustan tus adoraciones si hay alguien cerca de ti a quien no amas”. No puedo estar más cerca de Dios que de aquel que menos amo, porque Dios no nos mandó a elegir a quien amar: ¡Debemos amar! Y en la elección que hacemos de amar a unos si y otros no, lo que te separa de Dios, no es el amor que tienes por los que más amas, sino la falta de amor por los que menos amas.

¿QUÉ DISTANCIA NOS SEPARA DE DIOS?

Presta atención a esta otra frase:

“Cualquiera que ame más sus opiniones que a sus hermanos, defenderá sus opiniones y destruirá a sus hermanos”. Esta frase es para los legalistas que defienden sus doctrinas y opiniones  y usan la Biblia como garrote. ¡Aman sus doctrinas pero ellas le separan de la gente! Hoy tendremos que examinar seriamente lo que amamos.

Dice Jesús que si amamos a quienes nos aman, no hemos hecho nada más que cualquier otro pecador, porque cualquier malo y cualquier pecador ama a los que le aman. Si tu sólo amas a tu hijo, y estás centrado en él no te conduces diferente que cualquier otro pecador. ¡Conozco criminales y estafadores que hacen lo mismo! Hay un empresario en Argentina que pagó un millón quinientos mil dólares por su hija que fue secuestrada. ¿Está bien que un padre pague esa cifra por su hija? ¿Y qué tal sería pagarlo por alguien que no sea su hija? ¿Qué sería un amor mayor? ¿Pagar un millón quinientos mil dólares por mi hija o por la hija de otro? ¡Por supuesto que por la hija de otro!  Jesús dijo en Lucas 6:32: “³²Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. ³³Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. ³⁴Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto”.

Nuestra relación con Dios está limitada por la relación que tenemos con quienes nos rodean; Dios te dice: “Te vas a llevar conmigo de acuerdo a cómo te lleves con tu prójimo”. Y allí está la verdadera prueba: Cuánto vivimos para nosotros mismos y cuánto vivimos para los demás; la virtud del cristiano es que él no es egoísta, no vive para sí, sino para su prójimo.

LAS SENDAS DE DIOS SON MISERICORDIA Y VERDAD

Leamos el Salmo 25:10: “Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios.”. No  sé cómo hace la Biblia para ser tan profunda, cómo puede sintetizar en una sola frase, algo que muchas veces es tan difícil de comprender: ¡Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad! Esto significa que si no estás con la verdad y no tienes misericordia, no irás a ningún lado. Él nada hace sin misericordia, ni cuando castiga, cuando lo hace, lo hace con misericordia y Él nada hace sin la verdad. ¡Cuántas veces se hace necesario “una mentirita”! ¿Verdad? Es como que no podemos vivir sin echarnos una mentirita para salir del paso. Pero cómo será Dios de santo, de recto, puro y bendito que todas sus sendas son verdad y misericordia. Lo grande de Dios, es que quiere tomarnos y hacernos como él; él nos dice: “Quiero poner mi Espíritu dentro de ti, que tengas mi naturaleza y que pienses como yo pienso, que sientas como yo siento y entonces, serás mi amigo, me conocerás mejor y te abriré mi corazón”. Lo más lindo de Dios, no es que nosotros podamos abrirle nuestro corazón (cosa que a veces nos cuesta aunque Él todo lo ve), sino que Él nos abra el suyo. ¡Una cosa es creer en Dios y otra es conocerlo! Dios le abre su corazón a sus amigos; cuando él tiene un amigo en quien confiar, le abre su corazón, ¡un ateo no sabe nada de Dios! Yo no abriré mi corazón a quien habla mal de mí… es como decirle a los ladrones dónde guardo el dinero.

         TODO LO QUE NECESITAS, LO TIENE DIOS

Veamos los versículos siguientes: Salmo 25: 11-15: “Por amor de tu nombre, oh Jehová, perdonarás también mi pecado, que es grande. ¿Quién es el hombre que teme a Jehová? Él le enseñará el camino que ha de escoger. Gozará él de bienestar, y su descendencia heredará la tierra. La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto. Mis ojos están siempre hacia Jehová, Porque él sacará mis pies de la red”.

¡Todo lo que tu estás deseando, Él te lo está ofreciendo! Todo aquello por lo que te afanas, Él te lo ofrece: Enseñarte la verdad, el camino que has de escoger, etc. Tu estás todo el día afanado, corriendo detrás de eso y nunca lo encuentras, ¡pero Él te lo quiere mostrar! Dice este pasaje que leímos, que al hombre que teme a Dios, Él le mostrará su pacto. ¿Qué es su pacto? Es lo que una persona tiene que hacer para que Dios haga lo que Él prometió hacer; un pacto es un contrato entre dos personas. “A ellos les revelaré mi pacto y les diré cómo hacer para alcanzar las bendiciones que tanto anhelan y desean”. ¡Dios es tan simple y sencillo!

También quiero hacer énfasis en dos verdades que ayudan a tener TODO el favor de Dios, no un poquito, sino TODO su favor. Primero: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todas tus fuerzas y con toda tu alma”. Segundo: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Cumple con estos dos puntos y tendrás todo el favor de Dios; Él no es complicado, es simple. ¡Ama a Dios y a tu prójimo! No puedes estar más cerca de Dios que de aquel a quien menos amas. Hoy tienes que buscar a quien menos amas, y ver a qué distancia estás de esa persona, para descubrir así a qué distancia estás de Dios. Tan cerrado como tengo mi corazón contra alguien, Dios tiene cerrado su corazón contra mí. Así que iré a esa persona que me ha hecho mal y haré las paces con él y en la medida que me acerque con esa persona, Dios se acercará a mí. ¿Es difícil de entender esto? En todo caso, es difícil de hacerlo.  Para tener una mejor relación con Dios, tengo que estudiar cómo me relaciono con las personas que menos amo.

¡A partir de hoy, tendrás que hacer un esfuerzo especial por amar a quien detestas!

NUESTRA SIEMBRA DETERMINA NUESTRA COSECHA

Gálatas 6:7 al 9 dice: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. ⁸Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. ⁹No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”.

Esto significa: Si tú haces el bien, indefectiblemente Dios te bendecirá, si tu amas a los difíciles de ser amados, indefectiblemente Dios te bendecirá porque cosecharás todo lo que siembres. Dios se acercará a ti en función de cuanto tú te acercas a los que más te cuesta acercarte. Esa es una condición para obtener el favor de Dios: Ama a tu prójimo como a ti mismo; si tu enemigo tiene hambre, dale de beber, si tu enemigo tiene sed, dale de beber. Hasta los ejércitos de la tierra que matan gente con sus misiles y sus bombas, han firmado pactos internacionales que contienen cláusulas humanitarias. ¡Hasta los malos han pactado tener compasión de los soldados que toman prisioneros! ¡Pero Dios quiere que seas aún mejor que ellos! No obstante, estamos rodeados de personas que desean ser amadas pero no aman, que exigen la verdad pero mienten. “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. Si tú amas, también serás amado. ¿Cómo quieres cosechar lo que no siembras? Si mientes, cosecharás el fruto de la mentira. Si tu vives exaltando las bondades de otras personas y levantas el ánimo y el concepto que las personas tienen de sí mismas, estás haciendo bien a otros y Dios te lo pagará. Deja de alabarte a ti mismo y comienza a alabar y bendecir a quien tienes a tu lado porque la distancia que te separa de Dios no es cuánto te amas a ti mismo sino cuánto amas a los demás. “Si estás sufriendo por la injusticia de un hombre malo, perdónalo para que no haya dos hombres malos”.

CONCLUSIÓN

Hoy fuimos expuestos a la verdad de la palabra de Dios. No es conocer la Biblia sino ponerla por obra lo que nos pone en comunión con Dios. ¿Quién como Dios para enseñarte a caminar rectamente y hacerte entender lo que más conviene a tu vida para que te vaya bien? Venimos a su casa para aprender a vivir mejor que el resto, porque nadie tiene consejos más puros y rectos que Dios. Si reconoces que estás lejos de Dios por tu mala relación con tu prójimo, hoy es el momento de cambiar. Haz una oración ahora mismo: “Padre querido, perdóname porque pensé que estaba cerca de ti, pero hoy descubrí que mi relación con mis semejantes determina mi relación contigo. Perdóname por haber pecado contra mi prójimo; me arrepiento, limpia mi corazón y líbrame de mi egoísmo, de mis celos, de mis envidias. Quiero ser misericordioso como tú eres misericordioso, quiero tener tu corazón, ¡quiero ser como tu! Gracias Señor porque creo que en este mismo momento tu me transformas, lo creo y hago esta oración en el nombre de Jesús, amén”.

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